Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
EL CORTO TU
Al
límite
de
tus
ojos
la
locura
de
la
calle,
de
la
gente
que
tiene
algo,
de
los
que
no
tienen,
y
de
aquellos‐
como
tú
y
yo‐
quienes
nos
esperamos
sabiendo
que
de
límites
hay
pocos
sabios,
y
más
escasos
aún
en
los
ilimitados.
El
café
es
nuestro
cómplice
capitalista,
entramos,
nos
tomamos
algo
mientras
el
dinero
todavía
fluye
de
tu
pantalón.
Curioso
tu
bolsillo
izquierdo,
con
grandes
remiendos,
sin
fondo
aparente
del
cual
siempre
sacas
algo
que
me
hace
olvidar
que
no
somos
nada;
sospecho
llevas
mi
mundo
ahí,
lo
guardas
al
alcancé
de
tus
manos,
a
la
par
que
yo
guardo
tus
secretos
en
las
mismas
sábanas
en
las
cuales
descansan
los
míos.
Y
pasa
la
tarde
con
tendencia
citadina,
deseando
estar
allá,
conformándonos
con
el
aquí
(o
acá,
como
lo
dices
sureñamente
porque
sabes
que
me
mata
ese
desdén
lejano
y
porteño)
a
veces
te
imagino
seguro,
como
abrir
mis
ojos
a
cualquier
hora
del
día
y
saber
que
estas,
estabas,
o
estarás
justo
allí
donde
descansa
mi
mirada.
Pero
luego
me
ataca
la
fiera
de
mi
razón
lógica
que
dice
“vivo
bajo
la
tierra,
vivo
dentro
de
mi”
palabras
mi
querido
ídolo,
quien
me
demostró
que
uno
puede
destruirse
y
seguir
siendo
íntegro.
Se
nos
termina
el
tiempo,
en
realidad
es
que
algo
en
mi
muñeca
dice
que
ya
no
deberíamos
estar
juntos.
Estadísticamente,
cada
instante
a
partir
de
ahora
sólo
nos
deja
un
poco
más
cerca
de
la
próxima
vez.
Me
lo
repito
y
te
dejo
ir.
Postdata:
estoy
sentada,
pasando
el
tiempo
con
Gustavo,
el
toma
té,
yo
lexos,
esperando
que
el
tiempo
estadístico
nos
vuelva
a
poner
en
probabilidad
positiva.