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Un Domingo Cualquiera

Pocos eventos en la historia reciente del país han reflejado con tanta claridad el espíritu, el
carácter y la situación que atraviesa la sociedad venezolana como las elecciones
parlamentarias de este 26 de Septiembre. A lo largo de una jornada electoral que comenzó un
día y terminó otro, se dieron todas o casi todas las manifestaciones clásicas que definen al
venezolano.

Para empezar la misma abstención de siempre, que se encuentra entre un 30 y 40% sin
importar qué pase en el país. No importa si antes eran la demagogia y la corruptela de AD y
Copei y ahora es la amenaza totalitaria pseudocomunista de Chávez. A ese 30%, capaz de
inclinar la balanza definitivamente hacia un lado u otro, sencillamente no parece interesarle
nada, todo les vale madre. Ni la comida podrida, ni el malandraje impune y rampante, ni el
saqueo grotesco por parte del gobierno más corrupto que ha existido en Venezuela. Nada es
capaz de movilizarlos, imagino que por eso se llaman NI-NI.  Encerrados en su burbuja.

También aparecieron la improvisación y la impuntualidad, favoritos de los venezolanos (y


venezolanas para no herir sentimientos). En varios centros y centras importantes se
presentaron irregularidades que obligaron a la gente a hacer hasta 10 horas de cola (en
Carabobo por ejemplo) mientras las "autoridades" cambiaban hasta 3 veces la misma
máquina dañada. Por supuesto, el boletín (incompleto) se comunicó 4 horas después de lo
anunciado sin ninguna disculpa por el retraso. Pero no se confundan, el CNE es uno de los
órganos electorales más rápidos y eficientes del mundo. Paradoja nuestra.

Los resultados, a su vez, arrojaron otra profunda contradicción: El PSUV, con una minoría en
el total de votos tendrá más diputados en la asamblea que la oposición, que obtuvo
aproximadamente el 52% de los votos emitidos por los electores. Es decir la mayoría es
minoría. ¿Que no entienden? De nuevo: MÁS votos es igual a MENOS diputados. Sólo en
Venezuela. Inmediatamente se desató una ola furiosa de tweets y status de Facebook
protestando y exigiendo una explicación inmediata de Chávez a la comunidad internacional
por semejante exabrupto.

Cuando el verdadero exabrupto es que esa aberración que destruye la proporcionalidad de la


población electoral titualada Ley Orgánica para los Procesos Electorales fue redactada,
discutida, aprobada (en primera discusión el 26 de Mayo) y publicada en gaceta oficial el 12
de Agosto de 2010. ¿Cuántos salieron a la calle a marchar, gritar, protestar o hacer ALGO ese
día? ¿Cuántos status de facebook y tweets enardecidos se escribieron contra esa ley destinada
a  instaurar la tiranía de las minorías cuando fue aprobada por la Asamblea? Las reacciones
de hoy hablan solas: Casi ninguno lo sabía. La sorpresa de hoy en el fondo no es más que
indiferencia, una ignorancia gestada en la apatía. Nos hicieron la trampa en la cara y NADIE
hizo nada. Señores el fraude ya fue legitimado, ahora hay que calársela. En Venezuela
siempre gana el vivo y ellos tienen rato siendo más vivos que nosotros. Y  ayer, aunque
perdieron, ganaron.

Por supuesto en otras partes del mundo nada de lo que sucedió ayer tiene sentido, y hoy
cientos de periódicos y páginas intentan explicarle a la opinión pública internacional las
nuevas matemáticas socialistas. Sin embargo, para nosotros está clariiisimo, es sólo un
domingo más, un domingo elocuente. En sintonía con el país caótico, bizarro y surreal que
venimos construyendo. La Venezuela de Eudomar Santos, en la que conviven el humor, la
indiferencia y la viveza en el mismo país y muchas veces en la misma persona.

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