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ii CONTENIDO
iii
COLOMBIA:
ENTRE LA
EXCLUSIÓN
Y EL
DESARROLLO
Propuestas para la transición
al Estado Social de Derecho
ISBN: 958-682-406-3
CONTENIDO
PRESENTACIÓN ix
Carlos Ossa Escobar, Contralor General de la República
ESTRATEGIAS, DILEMAS Y DESAFÍOS EN LA TRANSICIÓN
AL ESTADO SOCIAL DE DERECHO EN COLOMBIA xv
Luis Jorge Garay Salamanca
PARTE I
EXCLUSIÓN SOCIAL
Capítulo 1
COLOMBIA: UNA SOCIEDAD EXCLUYENTE 3
PARTE II
DE LOS DERECHOS SOCIALES
Capítulo 2
EL SISTEMA INTEGRAL DE PROTECCIÓN Y SEGURIDAD SOCIAL 43
Capítulo 3
ATENCIÓN ALIMENTARIA A LA POBLACIÓN INDIGENTE 68
Capítulo 4
UNIVERSALIDAD DE LA EDUCACIÓN 85
Capítulo 5
SALUD PARA TODOS 116
Capítulo 6
RÉGIMEN PENSIONAL EQUITATIVO 146
Capítulo 7
PROTECCIÓN FRENTE AL DESEMPLEO 171
Capítulo 8
EL DERECHO A LA VIVIENDA 196
Capítulo 9
SERVICIOS PÚBLICOS DOMICILIARIOS: EQUIDAD Y EFICIENCIA 238
vi CONTENIDO
PARTE III
SEGURIDAD ALIMENTARIA Y DESARROLLO SOSTENIBLE
Capítulo 10
DEFENSA Y SEGURIDAD PARA LA PAZ 291
Capítulo 11
JUSTICIA CON EQUIDAD 356
Parte IV
SEGURIDAD ALIMENTARIA Y DESARROLLO SOSTENIBLE
Capítulo 12
PRODUCCIÓN DE ALIMENTOS: ASUNTO DE ESTADO 397
Capítulo 13
INSTITUCIONALIDAD Y MEDIO AMBIENTE 449
Parte V
FALENCIAS DE LA GESTIÓN PÚBLICA
Capítulo 14
NUEVA VISIÓN SOBRE LA BUROCRACIA 473
Capítulo 15
FALLAS ADMINISTRATIVAS: INEFICACIA Y CORRUPCIÓN 502
Parte VI
HACIA UNA DEMOCRACIA REAL
Capítulo 16
ACCESO A ACTIVOS PRODUCTIVOS 525
Capítulo 17
SOCIALIZACIÓN DE PÉRDIDAS 568
Capítulo 18
DEMOCRACIA POLÍTICA 590
Parte VII
ELEMENTOS PARA EL AJUSTE MACROECONÓMICO
Capítulo 19
FINANZAS PÚBLICAS Y SOSTENIBILIDAD DE LA DEUDA 615
Capítulo 20
REESTRUCTURACIÓN TRIBUTARIA 683
PRESENTACIÓN vii
PRESENTACIÓN
F ruto del trabajo de varios meses del grupo de profesionales de las Direcciones de
Estudios Sectoriales, de la Contraloría General de la República, bajo la dirección
académica del economista Luis Jorge Garay, nos complace entregar a la considera-
ción de la opinión nacional este documento, en el cual se hace un franco y descarnado
análisis de la realidad social del país y se presenta un ambicioso conjunto de propues-
tas, cuya adopción permitirá avanzar en la construcción del Estado Social de Derecho
previsto en la Constitución de 1991.
Este esfuerzo ha sido posible gracias a que en la reestructuración de la entidad,
realizada el año pasado, se crearon sendas direcciones de estudios sectoriales en las
contralorías delegadas, con el fin de que sirvieran de apoyo para la realización de las
auditorías que hace la entidad y para que se ampliara el radio de acción del control
macro, con el análisis de las realidades sectoriales y la evaluación de las políticas
públicas.
Dentro del esquema de la reestructuración, la vinculación de estos profesionales
se realizó mediante un concurso abierto y administrado integralmente por la Univer-
sidad Nacional de Colombia –lo que le valió a ella y a la CGR el premio a la excelen-
cia, otorgado por el gobierno nacional– que, luego de un riguroso proceso, le reco-
mendó a la CGR un grupo de profesionales de la mejor calidad.
Por sugerencia del profesor Garay, quien venía apreciando los avances de la
Contraloría en el campo de la investigación social y económica y en coincidencia con
los propios directores de las DES, se procedió a adelantar este trabajo que tuvo como
objetivo fundamental verificar los avances del país en relación con el marco del Esta-
do Social de Derecho.
Y a fe que se logró el propósito original, toda vez que este trabajo ha permitido
comprobar con hechos y cifras ciertos, que nuestro país se encuentra lejos de alcanzar
una sociedad democrática y justa y, muy por el contrario, registra graves retrocesos
en los últimos años, manifestados en preocupantes índices de exclusión social. Pero
también ha sido la oportunidad para que este grupo de profesionales, en número ma-
yor a sesenta, hayan pensado creativamente en los grandes intereses de la Nación,
para buscar soluciones imaginativas y novedosas, además de factibles económica y
técnicamente, aunque, claro está, susceptibles de mejoras.
viii PRESENTACIÓN
AGRADECIMIENTOS
2 Sen, Amartya (1999), Development as freedom, Alfred A. Knopf Inc., New York, pp. 10-11.
xvi PLANTEAMIENTO PROGRAMÁTICO
nía, que sólo es posible con el logro de condiciones propicias para el ejercicio efecti-
vo de libertades, derechos y deberes en condiciones de igualdad, de grupos diversos y
representativos de la sociedad. La democracia, en sentido estricto, se alcanza en la
medida en que se avanza en la universalización de la ciudadanía en una colectividad.
El desarrollo como libertad es una noción de doble vía: una dinámica que se
retroalimenta de manera permanente. Así, por ejemplo, las libertades políticas, como
la libre expresión y el ejercicio soberano del voto, contribuyen a promover la seguri-
dad económica y la operación del mercado; las posibilidades de participación efecti-
va en la esfera económica como en la producción, el comercio y el trabajo permiten
brindar oportunidades para la creación de riqueza individual y colectiva, y, a su vez,
la riqueza colectiva puede auspiciar la acumulación de recursos públicos para el ejer-
cicio de funciones sociales esenciales como la salud y la educación, que facilitan la
participación económica y social.
Con esta perspectiva resulta claro que, sin dejar de reconocer la importancia del
mecanismo de mercado para el crecimiento económico, la persistencia de la exclu-
sión –o de una inclusión perversa y marginadora– de un amplio grupo de la población
bloquea el desarrollo de las capacidades de la sociedad en su conjunto, por lo que
debe realzarse el papel de la protección y seguridad social, la regulación pública y la
acción de una diversidad de instituciones como las autoridades gubernamentales, los
movimientos sociales y partidos políticos, los grupos empresariales y sindicales, las
iglesias, los medios masivos de comunicación para la creación de condiciones propi-
cias al ejercicio de libertades y la participación efectiva.
La exclusión social se caracteriza por ser un proceso de naturaleza multidimen-
sional e intergeneracional dada la existencia de estrechos vínculos funcionales entre
las diferentes capacidades, libertades y derechos, que tienden a reforzarse a través del
tiempo en la configuración de una especie de círculo perverso y progresivo hacia la
marginación empobrecedora.
Como se ha argumentado desde diversas perspectivas, al aceptarse el carácter diná-
mico de la marginación y la pobreza3, es inevitable el reconocimiento de la necesidad
de ampliar las capacidades y garantizar la realización de los derechos de la población,
para facilitar la salida del círculo perverso de la exclusión-empobrecimiento y transitar
a la creación de un círculo virtuoso de inclusión creativa-libertad-desarrollo. La erradi-
cación de la pobreza es, en este sentido, un bien público como lo señala el PNUD4.
3 PNUD (2000), Informe sobre desarrollo humano, Nueva York, p. 73; y, entre otros, BID (1998), “América Latina
frente a la desigualdad”, Progreso económico y social en América Latina, Washington.
4 PNUD (2000), ibid., pp. 73 y 82.
ESTRATEGIAS, DILEMAS Y DESAFÍOS EN LA TRANSICIÓN AL ESTADO SOCIAL DE DERECHO xvii
cen efectos en la esfera jurídica de los demás9. Estos derechos imponen al Estado
obligaciones de tipo tanto positivo como negativo: la obligación de abstenerse de
participar en ciertos casos y de ejercer determinadas funciones; en otros para garanti-
zar la autonomía individual en los ámbitos civil y político e impedir su restricción por
parte de particulares10.
El Estado de Derecho se caracteriza por garantizar la igualdad jurídica, la libertad
civil (de adquisición) y la propiedad adquirida en el propósito de posibilitar el desa-
rrollo individual sólo limitado por la libertad igual del otro11. Sus principales elemen-
tos estructurales son: la división de poderes en un sistema en que exista un recíproco
control entre órganos, impidiendo el desdoblamiento de cualquiera de ellos12; la su-
premacía de la ley siempre que proceda del órgano en que reside la voluntad popular-
democrática; el principio de la legalidad de la administración y la garantía de los
derechos básicos (civiles y políticos) de la persona humana.
A diferencia de aquéllos, los derechos económicos, sociales y culturales o de se-
gunda generación como se les denomina comúnmente, son derechos de titularidad
colectiva, introducidos a lo largo del siglo XX, que surgen para complementar los
derechos de primera generación instituidos en el siglo XIX, ante el reconocimiento de
la necesidad tanto de vindicar los derechos de grupos –y no sólo de individuos– y los
derechos de equiparación y compensación –por la incapacidad de grupos para satisfa-
cer por sí mismos sus necesidades básicas–, como de legitimar la intervención del
Estado cuando el mercado no garantice la satisfacción de necesidades reconocidas en
términos del bienestar de grupos de la población.
La búsqueda de la observancia de derechos sociales se constituye en una función
central del Estado Social, que asume responsabilidades en la regulación política de la
economía a fin de equiparar o compensar desigualdades sociales que se consideren
inaceptables en un esquema de justicia distributiva, acordado por decisión colectiva
mediante el contrato social instaurado en la Constitución. Un Estado que garantice
además la igualdad a través de la procura de un mínimo existencial mediante la provi-
sión de asistencias y prestaciones que aseguren las condiciones básicas de la existen-
cia humana y el logro de una igualdad de oportunidades, en ejercicio de sus funciones
reguladoras y de servicio13.
9 Ferrajoli, Luigi et al. (2001), Los fundamentos de los derechos fundamentales, Editorial Trotta, Madrid, pp. 291-
297.
10 Abramovich, Víctor y Christian Courts (2002), Los derechos sociales como derechos exigibles, Editorial Trotta,
Madrid, pp. 24-25.
11 Böckenförde, Ernst (2000), Estudios sobre el Estado Social de Derecho y la democracia, Editorial Trotta, Ma-
drid, pp. 34-35.
12 Cossío, José Ramón (1989), Estado social y derechos de prestación, Editorial Taurus, Madrid, p. 29.
13 Garronera, Ángel (1992), El Estado español como Estado Social y Democrático de Derecho, Editorial Tecnos,
Madrid, p. 79.
ESTRATEGIAS, DILEMAS Y DESAFÍOS EN LA TRANSICIÓN AL ESTADO SOCIAL DE DERECHO xix
16 Citado por Camilo Castellanos en el prólogo a: Luis Bernardo Díaz (2001), Constitucionalismo social. Hacia un
nuevo Estado Social de Derecho, Instituto María Cano, Bogotá, p. 15.
ESTRATEGIAS, DILEMAS Y DESAFÍOS EN LA TRANSICIÓN AL ESTADO SOCIAL DE DERECHO xxi
concretas y medios para alcanzar los objetivos variaron entre países– ya desde la
década del setenta empezó a germinar su propia problemática institucional, expresa-
da en: el deterioro de su legitimidad, debido tanto a su incapacidad económica y
política para la satisfacción de los derechos sociales y la realización de expectativas
colectivas, como a la discrecionalidad y arbitrariedad burocrática (sin la debida ren-
dición de cuentas); la insuficiente eficiencia y selectividad de las funciones públicas
con sesgos en favor especialmente de ciertos grupos poderosos (con la reproducción
del problema del rentismo); la tendencia a restringir las prestaciones de naturaleza
social y asistencial por las presiones para garantizar la viabilidad fiscal y la estabili-
dad de la economía en medio del proceso de globalización, y, entre otros aspectos, la
ingobernabilidad, por su incapacidad para disciplinar y racionalizar jurídica y finan-
cieramente sus funciones sociales, con normas y criterios transparentes y operacionales
sobre prioridad y rentabilidad social, secuencialidad y sostenibilidad intertemporal y
equidad distributiva de la asignación de recursos públicos (entre usos y destinos alter-
nativos).
En estas circunstancias, se ha venido observando un cambio tendencial en países
europeos hacia modelos de EB reformados y con menor alcance como, por ejemplo, el
denominado Estado de Trabajo (ET) en el que la política social consulta y se adecua
progresivamente a ciertas necesidades de la flexibilización del mercado de trabajo y
la competitividad17.
En contraste, en el caso de Estados Unidos se da una refundación del Estado libe-
ral de Derecho, en el marco del ED, desde la óptica de mercado con la limitación de
funciones públicas de naturaleza social. De otra parte, la especificación del modelo
de Estado en otros países se debate en medio de diferentes tensiones entre rasgos y
tipos de Estado: minimalista, corporativista, patrimonialista, regulador.
Infortunadamente, en el proceso constitucional de 1991 no sólo no se llegó a pre-
cisar el modelo de EB en el marco del ESD postulado ni a consultar su consistencia y
compatibilidad con el modelo económico en proceso de implantación en su momento
en el país, sino que tampoco se avanzó en diseñar una agenda de transición para su
progresiva instauración y consolidación política, financiera e institucional. Ahí resi-
de una de las razones por las que algunos fallos de la Corte Constitucional han sido
objeto de arduos debates en el país.
Así, entonces, inevitablemente deberá gestionarse y legitimarse un verdadero pac-
to colectivo y una agenda de transición a un ESD en el marco de la convención
programática de la Constitución de 1991, con miras a progresar en la democracia a
través de nuevas formas de representación y participación políticas y a crear una
institucionalidad adecuada entre poderes (con la racionalización y acotación de obje-
17 Jessop, Bob (1999), Crisis del Estado de Bienestar. Hacia una nueva teoría del Estado y sus consecuencias
sociales, Siglo del Hombre Editores-Universidad Nacional de Colombia, Bogotá.
xxii PLANTEAMIENTO PROGRAMÁTICO
18 Muñoz de Bustillo, Rafael (2000), El Estado de Bienestar en el cambio de siglo. Una perspectiva comparada,
Alianza Editorial, Madrid, pp. 39-40.
ESTRATEGIAS, DILEMAS Y DESAFÍOS EN LA TRANSICIÓN AL ESTADO SOCIAL DE DERECHO xxiii
19 Para un análisis bibliográfico, véase a: ILO (1998), “Social exclusion in Latin America: An annoted bibliography”,
Geneva.
xxiv PLANTEAMIENTO PROGRAMÁTICO
20 Es decir, cerca de 1 de cada 4 colombianos no ha tenido acceso a una canasta básica de alimentos durante buena
parte de las últimas décadas, por lo que han permanecido en riesgo vital.
ESTRATEGIAS, DILEMAS Y DESAFÍOS EN LA TRANSICIÓN AL ESTADO SOCIAL DE DERECHO xxv
21 Banco Mundial (2002), “Impacto social de la crisis. Diferenciales urbano-rural”, DNP, Bogotá.
22 Flórez, Carmen Elisa (2002), “El sector informal urbano en Colombia 1984-2000”, CEDE, Universidad de los
Andes, Bogotá.
xxvi PLANTEAMIENTO PROGRAMÁTICO
–de un 8% a un 14,5% del PIB–, se revirtieron en algunos campos en los últimos años,
al punto que apenas un 51% de la población está cubierta en salud básica y menos de
un 29% en pensiones, y al 88%, 52% y 26% en educación básica primaria, básica
secundaria y media (en términos de cobertura neta) con cerca de tres millones de
niños y jóvenes (entre 5 y 16 años) en edad escolar sin atender, todo ello en marcado
contraste con lo estipulado por la Constitución de 1991.
(viii) La disponibilidad y acceso a servicios públicos y las condiciones de vida
varían sustancialmente tanto entre los sectores urbano y rural como entre regiones del
país. Por ejemplo, mientras el cubrimiento de agua potable llega al 90% en las cabe-
ceras municipales, no alcanza sino al 60% en las áreas rurales –con el 99% en Bogotá
y el 63% en las regiones oriental y atlántica–; la cobertura de servicios de salud llega a
ser apenas el 43% en la región atlántica en comparación con el 66% en Bogotá y el 51%
en el promedio nacional, y la neta de educación básica secundaria varía ostensiblemente
entre un 41% en el caso del Cauca a una del 75% en Bogotá, y, entre otros aspectos, el
porcentaje de la población bajo las líneas de pobreza e indigencia en el sector rural supera
en más del 33% y 100% el promedio nacional, respectivamente.
(ix) La exclusión de la niñez colombiana es muy notoria: el 24% de la población
bajo la línea de pobreza es menor de 10 años, 2.5 millones de niños colombianos
sufren de maltrato infantil, un millón son desplazados, 13,5% de los menores de cin-
co años padecen de desnutrición crónica y, entre otros factores, el 18,3% no tienen
acceso al sistema educativo, lo cual reafirma el proceso intergeneracional de la exclu-
sión y muestra una grave precariedad en la formación de capital humano y social con
implicaciones perversas para el futuro de la sociedad colombiana.
Una exigencia para que cualquier Estado pueda sustentar debidamente su legiti-
midad democrática, reside en su capacidad de crear consenso y de comprometer es-
fuerzos en la sociedad para responder a unos “mínimos aceptables” –a la luz de los
logros y exigencias de la humanidad– en términos de avances efectivos hacia la inclu-
sión social23 y la democracia.
Ello impone la necesidad de implantar un verdadero contrato social sobre la estra-
tegia de desarrollo económico y social en la que la agenda de democratización polí-
tica y económica, el sistema integral de protección social y el pacto fiscal y de
redistribución de riqueza sean algunos de sus elementos constitutivos centrales.
23 Cortina, Adela (1995), “Presupuestos morales del Estado Social de Derecho”. En: Cristina Mota (comp.), Ética
y conflicto. Lecturas para una transición democrática, Ediciones Uniandes, Bogotá, p. 189.
ESTRATEGIAS, DILEMAS Y DESAFÍOS EN LA TRANSICIÓN AL ESTADO SOCIAL DE DERECHO xxvii
24 La inseguridad económica, como la define el Banco Mundial, se refiere al ambiente incierto que enfrentan los
trabajadores y los hogares a raíz de los movimientos erráticos de las cantidades y precios económicos clave,
como el empleo, el ingreso y el salario real. La incertidumbre que se reproduce sobre sus valores futuros en
medio de una alta variabilidad del entorno, constituye la esencia de la inseguridad económica. Banco Mundial
(2000), Asegurando el futuro en una economía globalizada, Washington.
25 Realizada por The Wall Street Journal.
26 Por ejemplo, Dani Rodrik.
xxviii PLANTEAMIENTO PROGRAMÁTICO
27 Con sustento en: Rodrik, Dani (1999), “Why is there much economic insecurity in Latin America?”, J. F. Kennedy
School of Government, Cambridge, october.
28 Véase, entre otros, a: Cepal (2000), ibid.
ESTRATEGIAS, DILEMAS Y DESAFÍOS EN LA TRANSICIÓN AL ESTADO SOCIAL DE DERECHO xxix
30 Pobreza extrema ocurre cuando no se cuenta con un ingreso mínimo para adquirir una canasta básica para suplir
necesidades nutricionales esenciales.
xxxii PLANTEAMIENTO PROGRAMÁTICO
plantación de políticas efectivas de carácter asistencial, sin por ello dejar de interpo-
ner los esfuerzos necesarios y la mayor cuantía posible de los recursos disponibles
para promover su inclusión a la sociedad en condiciones de equidad.
Un programa para superar las carencias alimentarias de los indigentes debe hacer
parte de una estrategia integral de lucha contra la pobreza circunscrito en el desarrollo
del SIPSS. En este contexto, un programa de tal naturaleza costaría alrededor de 2,4%
del PIB con subsidios mixtos de alimentación en especie y monetarios. Infortunadamente,
dados el gran tamaño de la población indigente y su dispersión geográfica, la elevada
exigencia de recursos y las dificultades administrativas para asegurar un funcionamien-
to eficiente y bien focalizado, la implantación del programa tendrá que hacerse de ma-
nera gradual, con una precisa distribución de responsabilidades y competencias en el
nivel estratégico, táctico y operativo, y con el concurso funcional y financiero de dife-
rentes entidades estatales del orden central y territorial, las ONG, organismos internacio-
nales y empresas privadas –por ejemplo, productoras y distribuidoras de alimentos.
Un escenario de financiación podría ser como el siguiente: (i) en consideración del
compromiso mundial contra la pobreza –suscrito recientemente en la cumbre de
Monterrey– se requiere una gestión activa del país para la consecución de cooperación
internacional con metas como la de un aporte de recursos de al menos un 0,2% del PIB
para los años 2004 y 2005, 0,4% del PIB en 2006 y 0,5% del PIB en el período 2007-
2010; (ii) recursos del nivel central destinados a programas de alimentación con la
unificación de programas para el subsidio de alimentación –hoy dispersos en los presu-
puestos de la Red de Solidaridad Social, del ICBF y del Plan Colombia– que deberían
por lo menos conservarse en el nivel actual de un 0,42% del PIB al año; (iii) aportes, a
cargo de agentes privados, a los Bancos de Alimentos –administrados con el concurso
del ICBF, aprovechando de su presencia en el territorio nacional, y con la participación
para su funcionamiento de beneficiarios del subsidio en calidad de contrapartida con
carácter social y para evitar la indebida reproducción de riesgo moral–, por montos
equivalentes a más de un 0,1% del PIB para 2003, y aumentando progresivamente hasta
un 0,6% del PIB en 2008 (véase capítulo 3.)
b. Educación
El sector educativo colombiano se caracteriza por varias falencias que deben ser sub-
sanadas para avanzar a la universalización de una educación básica con calidad y
pertinencia adecuadas para los niños y jóvenes en edad escolar. Algunas de las más
importantes son:
(i) Bajos niveles de cobertura neta, siendo más grave en la media (26%), básica
secundaria (52%) y preescolar (34%), pero sin que se haya podido superar el 82% en
la básica primaria, y con importantes diferencias entre departamentos y entre las áreas
ESTRATEGIAS, DILEMAS Y DESAFÍOS EN LA TRANSICIÓN AL ESTADO SOCIAL DE DERECHO xxxiii
31 Con un nivel de apenas 385 frente a un promedio de 513 para 45 países y 643 para el primer país, Singapur.
32 Sarmiento, Alfredo, Delgado, Claudia y Carlos Ernesto Reyes (2001), “Gasto público en servicios públicos
sociales básicos en Colombia”, Misión Social, DNP, Bogotá, p. 24.
xxxiv PLANTEAMIENTO PROGRAMÁTICO
c. Salud
El sector salud se distingue por su complejidad para lograr un efectivo y adecuado
esquema de regulación y control de la operación del sistema y por el elevado costo de
la prestación de sus servicios. Entre los problemas existentes se destacan, entre otros,
los siguientes:
(i) En el sector las fallas de mercado son más notorias por la información asimétrica
que lo caracteriza, por las implicaciones negativas en equidad y solidaridad reprodu-
cibles con el mecanismo libre de precios y por su impacto directo en el derecho a la
vida como el derecho más primario de todos. Infortunadamente, la Superintendencia
de Salud y el Consejo Nacional de Seguridad Social no disponen de sistemas de
información apropiados para evitar que las instituciones aseguradoras y prestadoras
de servicio infrinjan condiciones de calidad, oportunidad, eficiencia y costos de ser-
ESTRATEGIAS, DILEMAS Y DESAFÍOS EN LA TRANSICIÓN AL ESTADO SOCIAL DE DERECHO xxxv
vicio en su exclusivo provecho, sin justificación a la luz del carácter social de sus
servicios y que incluso afecten la viabilidad financiera del sistema en el mediano y
largo plazo33.
(ii) A pesar de que el gasto en salud se ha incrementado de manera significativa
desde 1993 –al pasar de un 3,5% y 3,0% del PIB a un 5,5% y 5,0% en 1999, el gasto
público y privado, respectivamente–, la viabilidad del sistema está en serio riesgo. La
ley 100 de 1993 que creó el sistema actual, previó ingresos para un escenario de
crecimiento económico y desempleo muy optimista con relación a lo acontecido con
posterioridad a 199634, al punto que se estima que se han dejado de recaudar recursos
por un monto equivalente a un 1% del PIB.
Además, los elevados niveles de evasión y elusión –cercano al 1,2% al año–, la
falta de progresividad en la cotización –la base está limitada a 20 salarios mínimos
legales (SML) sin incremento en tasas nominales entre niveles de ingreso–, la inade-
cuada asignación de subsidios –el 39,2% de los afiliados en el 2000 al régimen
subsidiado no eran pobres, al punto que cerca de un 27% y 25% de los subsidios se
orientaron a los dos quintiles de mayores ingresos35–, la ineficiente oferta de servicios
en el primer nivel de atención, entre otros, han llevado a un déficit en la cuenta de
compensación del régimen contributivo –del 0,14% del PIB en 2001–, agotándose los
aportes de solidaridad para el régimen subsidiado.
(iii) Si bien uno de los logros es el incremento en la cobertura de la seguridad –al
pasar del 23% al 52,4% de la población entre 1992 y 2000, llegando al 16,7% en el
régimen subsidiado y 35,7% en contributivo–, no se alcanzó la meta de universalidad
prevista para el 2000 por la ley 100 y se observan serias diferencias entre las áreas
urbano y rural –57% frente a 40,7%–. Ahora bien, el acceso efectivo a los servicios es
deficiente ya que el grupo de enfermos que consultó a un médico se redujo de un 67%
en 1993 a un 51% en 2000, la eficiencia del sistema es muy cuestionable36 y sobresa-
len algunos casos indicativos del deterioro de la salud pública como la cobertura de
vacunación –del 67% al 52% de niños de un año con esquema completo.
(iv) En la práctica se han configurado tres sistemas de salud con servicios y dere-
chos claramente diferenciados sin responder adecuadamente a la condición
epidemiológica ni a la situación de riesgo: uno subsidiado para pobres, uno contribu-
tivo para los estratos medios y uno de medicina prepagada para los estratos altos.
(v) Hay entidades aseguradoras que no reúnen condiciones de eficiencia. Algunos
aseguradores actúan realmente como intermediarios costosos y no como aseguradores
valiosos; es el caso de aseguradoras del régimen subsidiado que se apropian de una
33 Por ejemplo, limitando la medicación, favoreciendo las multiafiliaciones, la compensación de personas fallecidas.
34 Por ejemplo, ritmos anuales de crecimiento del 4% y tasas de desempleo del 14%.
35 Sarmiento, Alfredo et al. (2001), ibid.
36 Por ejemplo, solamente el 27% de los casos tratados por hospitales especializados correspondían a ese nivel. DNP
(2000), “Evaluación del sistema general de seguridad social”, Bogotá.
xxxvi PLANTEAMIENTO PROGRAMÁTICO
37 De una tasa de 12,5% a una de 14,5% para ingresos de 20 SML o más. Se deben tomar en consideración las
condiciones de empleo y la economía general, para precisar el momento y la gradualidad del incremento de
cotizaciones, entre otros.
ESTRATEGIAS, DILEMAS Y DESAFÍOS EN LA TRANSICIÓN AL ESTADO SOCIAL DE DERECHO xxxvii
d. Régimen pensional
Los rasgos principales de la problemática pensional se pueden caracterizar así:
(i) Baja tasa de cotización (13,5%), un bajo período mínimo de cotización (la edad
esperada de duración de retiro es de 17 años para hombres) y una elevada tasa de
reemplazo (el 65% del salario promedio de los últimos diez años) en términos inter-
nacionales (18%, 11 años y 45%, respectivamente). La inadecuación de estas condi-
ciones se manifiesta en el hecho de que, por ejemplo, la tasa de reemplazo necesaria
para desmontar el subsidio implícito del sistema actual, debería ser de apenas el 27%
en vez del 65%.
(ii) Precaria cobertura –de un 19,8% de la población económicamente activa– y
poca efectividad –solamente un 23% de las personas en edad de jubilación reciben
pensión.
(iii) Alta inequidad y regresividad en el régimen de prima media –RPM– por pro-
veer elevados subsidios y crecientes con el nivel de ingreso, al punto que la tasa de
cotización efectiva cae drásticamente para ingresos superiores a 20 SML –de 4,4% a
3,3% y 2,5% para 30 y 50 SML–, y por la existencia de regímenes excepcionales con
privilegios adicionales para un 11% de los afiliados al sistema.
(iv) Insostenibilidad financiera del RPM, consecuencia de los factores mencionados
al punto que el pasivo y el déficit pensionales hoy superan al 206% y 192% del PIB. En
las condiciones vigentes, el déficit anual de caja del RPM sería de un 2,55% del PIB en el
resto de la década; aún si hoy se decidiera desmontar el RPM se mantendría incluso
algo por encima de tal nivel en los próximos años –por ejemplo, 2,78% del PIB en
2010– y sólo empezaría a descender muy posteriormente, lo que muestra la magnitud
de la deuda pensional ya contraída.
Para instituir un sistema pensional solidario, progresivo, viable financieramente y
de amplia cobertura se requiere reformar la estructura actual y parámetros básicos,
para contrarrestar el déficit del RPM y garantizar la no generación de nuevos pasivos
con un aumento de cobertura que, de lo contrario, se habrían de reproducir en las
actuales condiciones. Para tal fin, se requiere:
(i) Redefinir los parámetros básicos, tomando en consideración experiencias in-
ternacionales, con miras a eliminar el subsidio implícito del sistema actual a través,
xxxviii PLANTEAMIENTO PROGRAMÁTICO
38 Se deben evitar, en lo posible, impactos negativos en el mercado laboral por lo que, en consideración con la
situación de desempleo y de crecimiento de la economía, se han de especificar la temporalidad y ritmo de
gradualidad del incremento, la variación de los aportes proporcionales entre empleado y empleador según nivel
de ingreso, y la sincronía con los cambios de los otros parámetros del sistema.
39 Por ejemplo, un incremento de tasa de 1% para ingresos entre 2 y 5 SML con un 75% de participación del
empleador a uno de 3% para ingresos mayores a 20 SML a cargo totalmente del empleado.
40 La ampliación de cobertura podría aportar a una reducción progresiva del déficit de caja de un 6% en el primero
a un 13% en el octavo año.
41 Suponiendo que el aumento de cobertura se concentra en el RPM.
ESTRATEGIAS, DILEMAS Y DESAFÍOS EN LA TRANSICIÓN AL ESTADO SOCIAL DE DERECHO xxxix
42 Garay, Luis Jorge et al. (1998), Colombia: estructura industrial e internacionalización 1967-1996, DNP, Bogotá.
43 Ocampo, José Antonio, Sánchez, Fabio y Camilo Tovar (2000), “Cambio estructural, mercado laboral y distribu-
ción del ingreso: Colombia en la década de los noventa”, Santiago de Chile.
xl PLANTEAMIENTO PROGRAMÁTICO
laborales o los esfuerzos fiscales y, por ende, no reproduzca efectos negativos sobre
el nivel de empleo. Su limitación reside en su reducido alcance a los trabajadores
formales ante el elevado grado de informalidad de la economía.
Los parámetros básicos del seguro son: tiempo mínimo y monto de cotización,
definidos según la estabilidad laboral, la sostenibilidad financiera y las experiencias
internacionales; monto de prestación de acuerdo con las exigencias de sostenibilidad
financiera y el nivel de ingresos para la supervivencia de los desocupados; período de
prestación en correspondencia con la duración promedio del desempleo para no
incentivar la prolongación de la situación de desempleo; tipo de contraprestaciones
como la inscripción al sistema de información sobre oferta y demanda de trabajo y su
disponibilidad para recapacitación laboral; arreglo institucional para controlar y veri-
ficar la captación de cotizaciones, el reparto y la asignación de prestaciones.
Se proponen períodos de prestación de hasta seis meses con montos entre el 60% y
80% del salario devengado y financiado con las cotizaciones realizadas a las Cajas de
Compensación y al fondo de cesantías durante al menos los últimos seis meses antes de
quedar desocupado, en una estructura institucional que aproveche la infraestructura de
entidades como las mismas Cajas y con la obligación, en el principio de la solidaridad,
de crear con los excedentes del seguro un fondo de solidaridad para la financiación de
un programa de subsidio del desempleo –por ejemplo, para los desempleados informa-
les con prelación a las cabezas de familia de grupos vulnerables.
En estas condiciones resulta viable no solo la autofinanciación del seguro del des-
empleo –con un costo anual promedio del 0,85% del PIB en los primeros cinco años de
vigencia– sino que, además, es posible la creación progresiva de un fondo solidario
para un programa de subsidio del desempleo –por montos que irían de un 0,3% del PIB
a 0,74% entre el primero y séptimo años–. Este fondo podría nutrirse de otros fondos
provenientes del presupuesto nacional u otros aportes privados (véase capítulo 7).
En este punto es de mencionar que los programas de seguridad de ingreso pueden
ser aplicados con mayor propiedad de manera anticíclica para contribuir a compen-
sar, al menos en parte, las fluctuaciones micro y macroeconómicas. En este sentido,
los programas deben ser concebidos como programas de seguridad y no sólo como de
emergencia, con carácter más permanente que temporal, a los que se les debe orientar
importantes recursos públicos con la prioridad y urgencia requeridas para afrontar la
grave situación social de países como Colombia.
de subsidios ante la incapacidad del modelo de Estado constructor para satisfacer las
crecientes demandas por la urbanización, las deficiencias administrativas y financie-
ras y la mala orientación de recursos –preferente a soluciones de vivienda de clase
media y no baja, como ocurrió con el Instituto de Crédito Territorial, ICT.
Si bien la política ha dado buenos resultados en términos de número de viviendas de
interés social construidas, quedan todavía cuantiosos déficit cualitativo y cuantitativo
de vivienda por atender, así como problemas en el mercado secundario de este tipo de
viviendas y en la administración de suelos para la construcción de VIS. En efecto, hay un
déficit real cuantitativo de vivienda para más de un millón de hogares –unos cinco
millones de personas–, que en un 82% de los casos no alcanzan a ganar 4 SML; y más
preocupante aún, un déficit cualitativo para cerca de tres millones de hogares –35% del
total de viviendas en 2000– en su mayor parte por falta de acceso a servicios públi-
cos –un 38,5% en el caso de acueducto y 10,4% sin ningún servicio–, al punto que la
pobreza de la vivienda llega a representar un 30% de la pobreza en su conjunto.
El total de subsidios otorgados en la década del noventa llegó a un millón, equiva-
lente apenas al 25% del déficit actual, con el ingrediente de que la financiación estatal
se ha dirigido primordialmente a la solución del déficit cuantitativo y muy poco o casi
nada al cualitativo. Como consecuencia de la crisis financiera se redujo drásticamente
el número de viviendas subsidiadas de 126.000 unidades al año en promedio entre
1990-1998 a 40.000 en 2000, similar al de viviendas financiadas en 1975, pero por
fortuna el porcentaje de la financiación de VIS en la financiación total de vivienda ha
crecido de un 15% en 1995 a un 49% en el 2000.
Otro grave problema se refiere al bajo nivel de desembolsos de subsidios en rela-
ción con otros países latinoamericanos –de sólo un 48% en el período 1991-1996 a
pesar del pleno auge de la demanda interna y del 42% en 1999-2000–. Ello pudo
deberse a que el subsidio cubría solo el 27% del valor de la vivienda de los estratos
más bajos, dejando un margen amplio para ser financiado, que por las restricciones de
crédito a las personas de bajos ingresos, no pudo aprovecharse el subsidio, aparte de
problemas de agilidad en su entrega.
De seguirse con la tendencia observada en los últimos años, la política de subsi-
dios a la demanda alcanzaría apenas para solucionar el incremento del déficit cuantita-
tivo que se produciría cada año, pero tendría muy poco efecto en la solución del déficit
cuantitativo actual. En este escenario, el déficit total de vivienda en el año 2010 sería
mayor que el actual en más de 250.000 viviendas. Con las condiciones actuales, el
monto actual de subsidios –equivalente a 1,2% del PIB al año– sólo evitaría un mayor
crecimiento del déficit. Se requerirían recursos adicionales al año de por lo menos un
0,6% del PIB. De la vivienda subsidiada se acercarían a los $1.16 billones.
Dado que solucionar el déficit cuantitativo antes del 2010 costaría al menos un 6%
del PIB del 2001 en subsidios desembolsados –cinco veces lo previsto en el escenario
pasivo–, se plantea una propuesta intermedia realista que implicaría no superar un
xlii PLANTEAMIENTO PROGRAMÁTICO
déficit de cerca de 850.000 viviendas en ese año que, con el oportuno desembolso de
los subsidios, requeriría recursos públicos por un 2,4% del PIB del 2001 –con la cons-
trucción de 65.000 VIS al año, el doble que en el escenario pasivo, pero un 40%
inferior al del escenario maximalista.
Se tendrían que mejorar los mecanismos de selección de beneficiarios del subsidio
y agilizar los procesos de desembolso mediante un sistema de información integral y
elevar la proporción de subsidio sobre el valor final de la vivienda de los tipos más
bajos, reduciéndose la necesidad de financiación para los más pobres –en consonan-
cia con los decretos 2620 de 2000 y 1585 de 2001, que autoriza el subsidio de más del
85% para las VIS más baratas.
El déficit, después de la acción de los subsidios, debe subsanarse por medio de
otros mecanismos que no impliquen necesariamente la compra de la vivienda de la
población necesitada, como la propiedad colectiva, el leasing con opción de compra,
la vivienda en arriendo, entre otras.
No debe dejar de mencionarse el impacto reactivador de la economía de una polí-
tica de VIS ya que, según Camacol, si se invirtieran setecientos mil millones de pesos
anuales adicionales en subsidios para vivienda, se podrían generar 140 mil empleos
directos y 56 mil indirectos en el sector de la construcción; 200 mil empleos indirec-
tos en la cadena productiva; $225.000 millones en impuestos directos nacionales;
$147.000 millones en impuestos indirectos nacionales; $315.000 millones en impuestos
departamentales y municipales; $4.1 billones de pesos en actividad económica (véase
capítulo 8).
derar que las tarifas no cubrían los costos de prestación del servicio, estableció el
desmonte de los subsidios para los estratos 1, 2 y 3, con un horizonte al año 2001,
luego ampliado al 2005.
Simultáneamente con el desmonte se cambió la metodología tarifaria, permitién-
dole a las empresas trasladar a los usuarios el costo de sus ineficiencias. Ello condujo
a un aumento exagerado de tarifas en los últimos 5 años, sobre todo en los estratos
bajos.
De no alterarse la situación observada, el incremento tarifario real en acueducto y
alcantarillado serían, respectivamente, de otro 204% y 163% adicional para el estrato
1 en el período 2001-2005, con incrementos promedio de 82% y 58% para todos los
estratos en el caso de las grandes ciudades. Dada la reducción del consumo y su
ineslasticidad a la baja a partir de un nivel límite mínimo, es claro que un aumento
tarifario de tal magnitud y de manera sostenida se reflejaría en aumentos de la cartera
morosa y en la proliferación de conexiones ilegales, lo que redundará en una menor
dinámica en los ingresos de las empresas, agudizando sus problemas financieros.
En efecto, el déficit de subsidios en acueducto y alcantarillado alcanza $482.330
millones al año, cubierto por las empresas por el no funcionamiento de los Fondos de
Solidaridad y Redistribución de Ingresos municipales que deben cumplir tal fin. Sin
embargo, ese faltante debe ser muy inferior ya que los costos se encontrarían sobreva-
lorados en la estimación realizada por las propias empresas.
Para evitar el deterioro de la situación de las empresas, incrementos indebidos de
tarifas y garantizar la realización de algunas inversiones básicas, deben implantarse
medidas con los siguientes propósitos: (i) disminución sustancial de costos adminis-
trativos y operativos de las empresas, para acercar sus costos actuales a los de eficien-
cia; (ii) corrección de las fallas regulatorias que estimulan y no castigan la ineficiencia
de las empresas al permitirles trasladarla a los usuarios a través de las tarifas; (iii)
financiación de la inversión no solo vía tarifas, sino que las empresas puedan acudir a
otros recursos como los de crédito, los provenientes de las transferencias de la Na-
ción, entre otros; (iv) modificación de la Ley 632 de 2000 que establece como plazo
para llegar a las tarifas meta el año 2005 y prolongarlo hasta el 2010 –que implicaría
incrementos anuales promedio de medio punto porcentual (en términos reales) para
las grandes ciudades en el período 2001-2010 en el caso de acueducto–; (v) cambios
en la normatividad para incentivar la gestión comunitaria para desarrollar proyectos
de acueductos y alcantarillado en zonas rurales con tecnologías alternativas y meno-
res requerimientos de capital (véase capítulo 9).
• Energía eléctrica
Los incrementos tarifarios en los estratos 1, 2 y 3 superaron, en promedio, el 35% en el
período 1998-2001 –esto es, unos siete puntos por encima de la tasa de inflación–, en
xliv PLANTEAMIENTO PROGRAMÁTICO
tanto que llegó a 23% para los estratos 5 y 6 –en algunos casos sólo llegó al 14%–. Este
aumento fue debido al desmonte de subsidios, que en confluencia con la precaria
situación económica y el desempleo, llevaron a disminuir los niveles de consumo en
los estratos bajos –de -3,3%, -5,1% y -3,0% para los estratos 1, 2 y 3.
A pesar de ello, excepto en el caso de tres empresas (EPM, Codensa y EPSA) las
pérdidas financieras de las electrificadoras (casi todas pertenecientes al Estado) son
muy elevadas – un déficit de caja de 0,45% del PIB en 2001–, debido a las ineficiencias
en sus estructuras de costos, la morosidad en los pagos de los usuarios, los reiterados
atrasos en los giros de la Nación para cubrir los subsidios, el muy elevado peso de los
contratos de compra de energía PPA44 –al punto de haber hipotecado por más de tres
lustros sus ingresos a los inversionistas privados–, la caída de demanda y la dificultad
de trasladar parte de estos costos al consumidor. Además, se suma el bajo nivel de
cobertura ya que en las Zonas No Interconectadas, el servicio promedio es apenas de
8,8 horas al día y no se ha registrado ninguna mejoría en su cobertura durante los
últimos cinco años, que alcanza el 50,3% en comparación con un promedio del 86%
para las zonas interconectadas.
El sector adolece de un mal esquema de control que coadyuva la propagación de
ineficiencias en la prestación del servicio e impide la disminución de costos no reco-
nocidos en la tarifa, con falencias como: los indicadores y métodos de evaluación de
gestión se calculan a partir de la desviación de metas fijadas sin suficientes criterios
técnicos, económicos o de eficiencia; las auditorías externas de gestión son de baja
calidad, presentan información inconsistente y no cumplen con los criterios estableci-
dos; la Superintendencia de Servicios Públicos no cuenta con los recursos técnicos,
económicos ni legales para monitorear el comportamiento de las empresas y respon-
der con agilidad a sus desviaciones de las prácticas de mercado.
Entre las fallas en la regulación de la fijación de tarifas sobresalen: la no inclusión de
la totalidad de los activos de propiedad de las empresas por parte del regulador en el
cálculo de la tarifa así como el valor reconocido por los mismos; la metodología de cálcu-
lo considera las mismas características para todas las regiones y unos costos de admi-
nistración, operación y mantenimiento muy bajos para poder compensar sus costos
verdaderos –el benchmarking no permite inferir los costos eficientes–; el esquema de
desmonte de subsidios ha causado aumentos drásticos en las tarifas, disminuyendo el
consumo en los sectores residenciales.
Para ir corrigiendo la situación estructural de las distribuidoras, evitar aumentos
excesivos y regresivos en las tarifas e impedir riesgos para el sistema en su conjunto45,
44 Las pérdidas que ha asumido la Nación por concepto de los contratos PPA llegaría a unos US$2.000 millones
durante la vigencia de los mismos.
45 Actualmente sobresale la gran heterogeneidad entre las empresas del sector eléctrico tanto en las condiciones de
operación como en la rentabilidad. Las empresas generadoras muestran una situación satisfactoria; en la actividad
ESTRATEGIAS, DILEMAS Y DESAFÍOS EN LA TRANSICIÓN AL ESTADO SOCIAL DE DERECHO xlv
se requieren acciones decisivas como el ajuste de sus costos a niveles más eficientes,
la implantación de una política agresiva de recuperación de cartera, la realización de
campañas de legalización de usuarios –principalmente en las costas atlántica y pací-
fica– y una campaña de concientización del público sobre el carácter público del
suministro de energía que acarrea costos al Estado en su función de brindar las condi-
ciones de cobertura y funcionamiento de empresas prestadoras.
De los escenarios analizados se concluye la conveniencia práctica de realizar un
cambio regulatorio y de control del sector46, un mejoramiento progresivo de la efi-
ciencia de las empresas distribuidoras, en consulta con los recursos necesarios para el
ajuste empresarial –adecuación de las plantas de personal a los requerimientos reales
y disminución de costos redundantes para la prestación del servicio–, y una política
tarifaria que, sin llegar al desmonte de subsidios como el hasta ahora planteado, adecúe
su ritmo de acuerdo con la situación de ingresos de los usuarios según estrato, con
miras a generar ingresos operacionales que permitan disminuir el déficit y hasta eli-
minarlo hacia el 2006-2008.
En la estrategia tarifaria es de tomar en cuenta que los subsidios vigentes le cues-
tan al Estado un 0,08% del PIB al año (véase capítulo 9).
de transmisión, caracterizada por ser un monopolio natural sujeto a regulación, existen altos índices de rentabi-
lidad, pese a los impactos financieros por efecto de los atentados a la infraestructura. En contraste, las empresas
de distribución de energía enfrentan crisis financiera que debilitan la estabilidad del sistema eléctrico en su
conjunto. Ello está relacionado, en cierta medida, al hecho de que el proceso privatizador colombiano se desarro-
lló, contrario a la experiencia internacional, primero con las empresas de generación y en último lugar con las de
distribución, que presentan problemas de ineficiencia heredados del modelo anterior —con fuertes diferencias
entre regiones—, aparte de la complejidad para establecer condiciones de mercado.
46 Para corregir las fallas actuales, descritas previamente.
xlvi PLANTEAMIENTO PROGRAMÁTICO
47 Garay, Luis Jorge (2000), “Construcción de la seguridad democrática en medio de la crisis”. En: El papel de las
Fuerzas Militares en una democracia en desarrollo, Escuela Superior de Guerra/Pontificia Universidad Javeriana,
Bogotá, pp. 65-67.
ESTRATEGIAS, DILEMAS Y DESAFÍOS EN LA TRANSICIÓN AL ESTADO SOCIAL DE DERECHO xlix
(i) Fijar para la fuerza pública como edad mínima para pensión en 45 años y no en
40 como la vigente y la de desmontar la excepcionalidad de beneficios en asignacio-
nes de retiro para los civiles y uniformados dedicados exclusivamente a labores ad-
ministrativas, que, en un tiempo, llevarían a una reducción de costos cercana a los
$200 mil millones (de 2001) al año.
(ii) Aplicar estrictamente el Sistema de Información de la Contratación Estatal –
SICE para las compras del sector de defensa y seguridad, que podría llevar a un ahorro
del 10% en el valor de las adquisiciones. Ahorro por una cuantía cercana a unos $205
mil millones (de 2001) al año, equivalente a un 3,14% del presupuesto ejecutado por
el sector en 2001.
De aplicarse medidas como las propuestas se podría reducir costos de hasta por un
0,3%-0,4% del PIB al año en el mediano plazo (véase capítulo 10).
48 Cercana a los cuatro millones de toneladas por un valor de novecientos millones de dólares al año.
49 Con base en los estudios realizados por las federaciones de productores y los niveles máximos de rendimientos
en países con condiciones productivas similares a las colombianas. Se descartan los productos que definitiva-
mente no son competitivos en el país: cebada, sorgo, maíz para consumo industrial, soya y trigo.
ESTRATEGIAS, DILEMAS Y DESAFÍOS EN LA TRANSICIÓN AL ESTADO SOCIAL DE DERECHO liii
51 La anterior argumentación se basa en: Garay, Luis Jorge (1999a), Globalización y crisis. ¿Hegemonía o corres-
ponsabilidad?, Tercer Mundo Editores., Bogotá, pp. 19-31 y 197-200; y Garay, Luis Jorge (1999b), Construcción
de una nueva sociedad, Cambio y Tercer Mundo Editores, Bogotá, pp. 67-68.
lvi PLANTEAMIENTO PROGRAMÁTICO
Reestructuración de la burocracia
Dada la dimensión social de la burocracia en un ESD, se requiere avanzar hacia su
profesionalización, capacitación e instauración de un verdadero sistema de méritos –
conocido como meritocracia–, como condición para velar por la eficiencia y solidez
del Estado. Además, en medio del proceso de descentralización político-administrati-
vo del Estado colombiano, deberá avanzarse correlativamente en la descentralización
de la estructura del empleo público, lo que implicará revertir drásticamente la tenden-
cia observada en el país desde finales de los sesenta hacia su acelerada centralización
en el nivel nacional –por ejemplo, el número de empleados del nivel nacional in-
crementó su participación en el empleo público total de un 50% en 1969-1970 a cerca
de un 60% en el último quinquenio de los noventa.
También es necesario abordar el problema del crecimiento y la eficiencia del gas-
to público en los últimos años –cuando pasó de un nivel del 13% en la primera mitad
de los sesenta a uno del 27% del PIB en los ochenta y del 36% a finales de los noven-
ta– al punto de haber dejado de ser uno de los cuatro países latinoamericanos con
menor tamaño a ser el tercero más grande (después de Nicaragua y Brasil) en 1999. El
rápido crecimiento del gasto público en los noventa se debió a la cesión progresiva de
transferencias de la administración central a los entes territoriales, al pago del servi-
cio de la deuda –de 2,6% al 9,0% del PIB entre 1990 y 2000 en el caso del Gobierno
central–y al presupuesto en defensa y seguridad.
En razón del conflicto armado y de la delincuencia organizada el personal del
Estado está hoy más orientado a preservar el orden público que a la realización de
otras funciones sociales para la construcción del ESD –el sector de defensa participó
con cerca del 59% de los gastos de personal del Gobierno central nacional en 2000-
2001–, con el agravante de que la remuneración real de los directivos y profesionales
del sector público –y posiblemente, en algún grado también la calidad– cayó en un
18% en el período 1992-2001.
Uno de los retos para Colombia –pero también una gran oportunidad si se logra
avanzar hacia la solución política del conflicto armado– consistirá en una drástica
recomposición de la estructura del empleo público tanto entre sectores como a nivel
nacional y territorial, antes que a su reducción general e indiscriminada, para la tran-
sición a un verdadero Estado con serias responsabilidades para la inclusión social. A
diferencia de lo sostenido en ciertos círculos, se cuenta con un número de empleados
públicos por cien mil habitantes claramente inferior al de la mayoría de los países
de la región –por ejemplo, 2,64 en comparación con 5,35, 5,10 y 4,36 en México,
Argentina y Costa Rica en 1998–, con remuneraciones reales en descenso y no com-
petitivas –al menos para el caso de los ejecutivos y profesionales– y en una alta pro-
porción en actividades de seguridad, defensa y administración de justicia (véase capí-
tulo 14).
ESTRATEGIAS, DILEMAS Y DESAFÍOS EN LA TRANSICIÓN AL ESTADO SOCIAL DE DERECHO lvii
Descentralización
La descentralización es concebida como un proceso de estricto carácter político, ad-
ministrativo y financiero, que pretende contribuir a la legitimación del orden político
y el fortalecimiento de la institucionalidad y representación democrática del Estado52.
La Constitución y su reglamentación condujeron a una intensificación automática
de la transferencia de recursos a favor de los entes territoriales (en una proporción
creciente de los ingresos corrientes de la Nación, reglamentada inicialmente por la
Ley 60) y otras obligaciones (por la Ley 100) que, en su conjunto, llegan a equivaler
a un monto no inferior al 4% del PIB. Si bien las transferencias a los gobiernos regiona-
les y locales aumentaron de un 2,5% a un 5% del PIB durante el período 1992-2001, no
es claro que los recursos hubieran sido asignados según las necesidades y preferencias
específicas a nivel local ni tampoco con criterios redistributivos estrictos entre regiones
pobres y ricas53. En efecto, dado que el 80% de las transferencias han debido dedicarse
a salud y educación –ante el hecho de que más de dos tercios del gasto en educación
es destinado al pago de maestros– se ha restringido severamente el espacio para en-
frentar problemas de pobreza e inequidad mediante programas como los de forma-
ción de capital humano54. Además, en ocasiones parte de los recursos han sido apro-
vechados por actores ilegales como guerrillas, paramilitares y narcotraficantes.
Por otro lado, el gasto del Gobierno central no fue reduciéndose en corresponden-
cia con las transferencias de fondos y responsabilidades a las entidades territoriales,
duplicándose funciones entre niveles y sin contar con flexibilidad para la adecuación
entre recursos transferidos y responsabilidades asumidas, y no se creó una capacidad
fiscal para la generación de recursos sustanciales en dichos entes, lo que condujo a
una dinámica desestabilizadora de las finanzas públicas.
Entre las principales falencias del modelo de descentralización, son de mencionar
algunas como: (i) A nivel político: la crisis de representatividad de los partidos con la
consecuente fragmentación y clientelización de la representación que, en conjunción
con el período de duración y la no reelección de alcaldes y gobernadores, favorece la
subordinación de propósitos locales de larga maduración en favor de objetivos
cortoplacistas de menor prioridad intertemporal. (ii) A nivel institucional: la insufi-
ciente competencia, falta de información relevante y dificultades para la organización
ciudadana con miras a la fiscalización de la administración de recursos públicos,
impiden la adecuada asunción de responsabilidades, lo que resulta agravado en am-
52 Hershberg, Eric (2001), “Governance in Colombia: A Time for Rethinking Priorities”, Social Science Research
Council, New York.
53 BID (1998), Descentralización en Colombia. Nuevos desafíos. Serie de Estudios Económicos y Sectoriales, Was-
hington.
54 Alesina, Alberto (2000), “Institutional Reforms in Colombia.” Working Paper Series No. 21, Fedesarrollo, Bogotá.
lviii PLANTEAMIENTO PROGRAMÁTICO
55 Garay, Luis Jorge (2002c), “La economía colombiana en la década del noventa”, BID, Bogotá (versión preliminar).
56 Para mayor detalle en este tema, véase, entre otros, a: Garay, Luis Jorge (2002b), “Sobre el papel y la naturaleza
de la corrupción en Colombia”, Bogotá (próximo a publicar por la Vicepresidencia de la República de Colom-
bia).
57 Banco Mundial, Vicepresidencia de la República de Colombia et al. (2002), Corrupción, desempeño institucional
y gobernabilidad: desarrollando una estrategia anti-corrupción para Colombia, Bogotá.
ESTRATEGIAS, DILEMAS Y DESAFÍOS EN LA TRANSICIÓN AL ESTADO SOCIAL DE DERECHO lix
58 Confecámaras (2000), Probidad. Lucha anticorrupción de los empresarios en negocios con el Estado, Bogotá.
59 Villamizar, Juan Carlos, “Poder político, legitimidad y corrupción”, borrador para discusión.
lx PLANTEAMIENTO PROGRAMÁTICO
La democratización de la sociedad
1. En la esfera económica
La configuración de las condiciones materiales y sociales propicias para la inclusión
social, es quizá el reto más desafiante para sociedades en desarrollo en medio de las
exigencias y condicionamientos de la globalización económica y política en el mun-
do de hoy. Se parte de la plena convicción de que, en la generación de riqueza colec-
tiva y el desarrollo económico sustentados en la potenciación del capital humano,
natural y físico-tecnológico disponible –para la eficiencia productiva y el logro de
niveles de competitividad sistémica impuestos por la creciente competencia interna-
cional– reside una condición necesaria, aunque claramente insuficiente, para avanzar
de manera sostenida en la inclusión social.
Pero también es de reconocer que la exclusión social obstaculiza, bloquea y limita
el cabal aprovechamiento del capital y la riqueza disponible en la sociedad. La inclu-
sión social es condición para la democracia y el desarrollo.
En la literatura especializada se ha avanzado hacia un creciente consenso sobre la
importancia de las “condiciones iniciales” de la distribución de activos e ingresos
sobre el crecimiento económico en el sentido de que una mayor equidad distributiva,
ceteris paribus, tiende a favorecer mayores ritmos de crecimiento sostenido. Y, por lo
tanto, que la redistribución de ingresos y activos es la manera potencialmente más
efectiva de reducir la pobreza –como fenómeno multidimensional de falta de ingresos
y activos, inequidad y vulnerabilidad– y la exclusión en la mayoría de los países. “La
reducción de la pobreza siempre ha sido una prioridad de la política de desarrollo,
aunque a veces sólo de modo teórico. Al final de los noventas se aumentó el énfasis
en buscar garantizarle a los pobres los beneficios del crecimiento (...) Con este énfa-
sis, cambió la posición en la literatura en favor de políticas para la redistribución de
ingresos y activos (...) Ello implica que la nueva agenda debería enfocarse a políticas
específicas, con el propósito de reducir sustancialmente la pobreza”60.
En este contexto se requiere una nueva institucionalidad que rija relaciones creativas
de coordinación, responsabilidad y cooperación entre los agentes económicos y otros
60 Dagdeviren, Hulya, Rolph van der Hoeven y John Weeks (2001), “Redistribution matters: growth for poverty
reduction”, ILO, Geneva, p. 23.
ESTRATEGIAS, DILEMAS Y DESAFÍOS EN LA TRANSICIÓN AL ESTADO SOCIAL DE DERECHO lxi
sectores de la sociedad –el Estado, los empresarios, los trabajadores, los centros aca-
démicos y de investigación, las instituciones financieras, así como gremios, sindica-
tos y asociaciones–, con la asunción de funciones esenciales para propender por la
reproducción de un entorno (en las instancias macro, meso y sectorial) y la definición
de políticas favorable a la inversión productiva, la generación y distribución de rique-
za y el desarrollo productivo con base en el aprovechamiento de ventajas comparati-
vas, la creación de ventajas competitivas y la eficiente aplicación de los recursos
disponibles en el país61.
A este respecto debe recordarse que, por su propia naturaleza, el Estado Social de
Derecho promueve cambios efectivos en la distribución y dotación de recursos pro-
ductivos y riquezas –por ejemplo, de tierras, crédito, tecnología y comercialización
en el marco de un reordenamiento territorial y reasentamiento humano–; en el reco-
nocimiento y titulación de derechos de los desfavorecidos –de viviendas construidas
sin aprobación legal y de predios explotados de manera permanente por campesinos
no propietarios–; en una fiscalidad progresiva y redistributiva –con una tributación
adecuada sobre los ingresos y la riqueza y un gasto público eficaz orientado a las
prioridades sociales–; en la provisión de garantías para la democratización de la pro-
piedad y la inversión ante la insuficiencia de mecanismos del mercado, y en la provi-
sión de activos financieros y reales a los sectores tradicionalmente marginados.
a. Acceso a activos
Se ha de brindar énfasis a ampliar oportunidades para el acceso a activos productivos
de amplias capas de la población –con principios de equidad– que les sirvan de
apalancamiento de sus propios activos físicos y humanos, a través de su capacitación,
para la realización de actividades productivas en un entorno formal propicio a la
eficiencia y en unas mejores condiciones laborales, y para la inversión en sociedades
anónimas –con la adquisición de acciones, títulos, etc.
Constituye una prioridad avanzar en la formalización de la economía mediante la
flexibilidad temporal y regulada de normas como las de registro y contabilidad para
el caso de empresas micro, pequeñas e incluso medianas hoy informales y, entre otros
mecanismos, con la provisión de recursos para garantizarles el acceso a los mercados
de bienes, de crédito y de capitales (por medio de la banca de desarrollo de segundo
piso, por ejemplo).
Debe resaltarse en este tema que la excesiva concentración del crédito en muy
pocas cabezas del sector formal y su elevada orientación a actividades diferentes a la
61 Véase: Garay, Luis Jorge (2002), Repensar a Colombia. Hacia un nuevo contrato social, PNUD, Bogotá, capítulo
VI (coordinador general).
lxii PLANTEAMIENTO PROGRAMÁTICO
63 Si se toma en cuenta el saldo promedio del microcrédito en América Latina –cercano a US$717–, el sistema de
microcrédito planteado podría llegar a unos novecientos mil usuarios y contribuiría a generar unos 396.000
empleos, si los recursos se destinaran a la creación de fami y microempresas, por ejemplo.
64 Por ejemplo: tamaño (proporción del PIB), fuente (renta, valor agregado, transferencias, tarifas, etc.) y distribu-
ción de los ingresos del Estado en sus diferentes niveles central y territorial; naturaleza (funcionamiento, inver-
sión, gastos generales, servicio de la deuda, composición sectorial (justicia, educación, defensa, salud, etc.) y
discrecionalidad-inflexibilidad de los gastos en cada uno de los niveles de la administración pública.
lxiv PLANTEAMIENTO PROGRAMÁTICO
Se deben corregir algunos rasgos estructurales del sistema tributario como la mala
distribución de la carga –con un sesgo prevaleciente contra el consumo y a favor de
los ingresos, las utilidades y la riqueza–; la proliferación de exenciones y beneficios
tributarios inequitativos y gravemente regresivos –que, en gran medida, no sólo no
reportan beneficio a la colectividad sino que garantizan exiguos niveles impositivos
sobre ingresos personales y riquezas a favor de los más privilegiados65–; la moderada
carga tributaria –especialmente en el caso de los ingresos personales con un 0,2% del
PIB en comparación con el 10,8% en promedio para los países de la OECD, 2,2% para
países en desarrollo y 1,0% para Latinoamérica–; la inestabilidad de reglas y arreglos
institucionales –expresada en la aprobación de una reforma tributaria y de una amnis-
tía cada 16 y 8 meses, respectivamente, como ocurrió en los noventa–; la baja cultura
tributaria –tanto por los elevados niveles existentes de evasión, corrupción y elusión
tributarias como por el insuficiente rechazo moral–, y, entre otros, la débil capacidad
en la administración y gestión de los impuestos.
En este contexto, una reestructuración ha de responder claramente al objetivo bá-
sico de adecuar técnicamente la estructura de la tributación con los principios de
progresividad, equidad y responsabilidad social. No se trata de una propuesta de corte
fiscalista ya que su objeto último no es el de aumentar la recaudación per se, sino sólo
subsidiariamente en consideración a las exigencias del ajuste y estabilización
macroeconómicos, pero con la premisa de que en vez de incrementar las tarifas actua-
les, debe reestructurarse la tributación para incluso lograr reducirlas en el tiempo,
como se menciona más adelante.
En este punto vale la pena ilustrar el aporte a las finanzas públicas y a la redis-
tribución de ingresos, sin afectar negativamente la inversión y el crecimiento, de un
desmonte de exenciones ya que las vigentes equivalen a menores tributos por un
valor del 5,2% del PIB, además de que favorecen primordialmente a los estratos más
privilegiados y sin una adecuada retribución social. Por ejemplo, 1,8% corresponde a
deducciones especiales sobre inversiones en reforestación, obras de riego y deseca-
ción, en control del medioambiente, etc.; 1,2% a intereses sobre créditos hipoteca-
rios, al 30% de los ingresos laborales, a aportes para pensiones, etc.; 1,0% a rentas
exentas por concepto de la Ley Páez, etc.; 1,0% a ingresos que no constituyen renta
por la venta de terneros, de acciones, contribuciones de las empresas a fondos mu-
tuos, donaciones a partidos políticos, etc.
Así, entonces, se propone una reestructuración en la tributación con las siguientes
características básicas: (i) garantizar la progresividad y equidad mediante la imposi-
ción de gravámenes a la riqueza (con el restablecimiento de un impuesto al patrimo-
nio) y al consumo suntuario, la adecuación pero no el incremento nominal de tarifas,
65 El ahorro tributario por concepto de exenciones al impuesto de la renta alcanza a superar el 40% para ingresos
mayores a 20 salarios mínimos, en comparación con uno del 15% para 6 salarios mínimos.
ESTRATEGIAS, DILEMAS Y DESAFÍOS EN LA TRANSICIÓN AL ESTADO SOCIAL DE DERECHO lxv
2. En la esfera de lo político
La democratización económica exige –y a su vez es exigida por– la democratización
política como procesos inseparables en la construcción de un régimen democrático.
Un Estado moderno legítimo requiere de una sociedad fuerte e institucionalizada, orga-
nizada y capaz de traducir lo social en demandas y acciones políticas, a través de orga-
nizaciones democráticas de muy diversa naturaleza, que sean capaces de reflejar la
heterogeneidad de intereses de la colectividad y traducirlos en proyectos políticos. Es
decir, resulta indispensable la vindicación de la política como el espacio en el que se
tramitan multiplicidad de intereses, propósitos y pertenencias ideológicas mediante la
participación democrática de los ciudadanos para la definición y fiscalización de obje-
tivos públicos y colectivos –con respeto de la diversidad y de las diferencias.
La democratización de la sociedad va de la mano de la configuración de una civi-
lidad ciudadana con la formación de ciudadanos como actores sociales en capacidad
de participar protagónicamente en asuntos de interés colectivo y público, y de la
legitimación y representatividad democrática de los partidos políticos y movimientos
y organizaciones sociales.
La participación ciudadana en asuntos públicos pasa por el ejercicio del control
político sobre los elegidos y los funcionarios públicos con el ejercicio pleno de la rendi-
ción de cuentas. Sólo cuando los elegidos y los gobernantes en general, reconocen que
sus actos son, ante todo, actos públicos, es posible actuar contra las transgresiones ilícitas
e ilegítimas de las fronteras entre lo público y lo privado. Es decir, contra la privatización
de lo público66. La corrupción, el clientelismo, la creciente injerencia de intereses
particulares en las entidades públicas –y, por ende, en las decisiones que éstas adop-
tan–, la financiación de las campañas por parte de grupos económicos y de sectores
influyentes en la sociedad, son sólo algunas de las prácticas que confirman y refuer-
zan la necesidad de redefinir la política y su relación con la preeminencia de lo públi-
co y el desarrollo de la convivencia democrática (véase capítulo 18).
sustancialmente del 1,5% en 1992 al 3% en 1995 y 5,9% del PIB en 2000, acompaña-
do de un rápido endeudamiento –al pasar de un 15% del PIB en 1991 al 17,8% en
1997, 29,6% y 45% en 1999 y 200167–, sin que la evolución del resto del sector
público no financiero fuera lo suficientemente superavitaria para evitar un creciente
balance deficitario del conjunto –de un promedio inferior al 0,7% del PIB en el primer
quinquenio al 3,9% en 1997 y 3,5% en 2000-200168.
El Gobierno central, como la entidad pública con mayor incidencia en el grave dete-
rioro fiscal al ir asumiendo el papel de prestamista de última instancia del resto del
sector público en medio del proceso de descentralización, se vio en la necesidad de
incrementar rápidamente su endeudamiento desde 1996 –al punto de que, en apenas
cinco años, ya lo había triplicado en términos del PIB, ascendiendo de un 14,4% a un
45,2% del PIB en 2001–, con una creciente proporción de los recursos destinados a la
cancelación del servicio de la deuda no sólo del mismo gobierno sino también de otras
entidades públicas a través del presupuesto nacional –cerca de un 80% de los recursos
de crédito se han destinado al pago de servicio de deuda en los últimos años.
La creciente utilización del financiamiento al sector público para la rotación de la
deuda y su servicio y para el presupuesto general y la rapidez del aumento de la deuda
pública en presencia de insuficiente saneamiento de la situación fiscal, plantean de por
sí serios interrogantes sobre las condiciones de ajuste requeridas para su sostenibilidad
en el mediano plazo.
La restauración de condiciones propicias para el crecimiento económico y una ade-
cuada administración del financiamiento externo son requisitos indispensables para
avanzar en un inaplazable saneamiento macroeconómico y, al mismo tiempo, para
dedicar importantes recursos al gasto social con el fin de enfrentar con celeridad el
agravamiento de la situación social del país y, entre otras prioridades, reforzar la
fuerza pública en respuesta a la agudización del conflicto armado.
Sin embargo, debe recordarse que el país enfrenta una seria problemática de creci-
miento, cuyos rasgos característicos son, entre otros: la pérdida sostenida de partici-
pación en el PIB de los sectores agrícola y manufacturero –de un 22% a comienzos de
los ochenta a 19% y 16% en 1999-2000, respectivamente–, compensados por el auge
temporal de los sectores de la construcción y los servicios financieros como jalonadores
del crecimiento en el ciclo ascendente de la economía en el primer quinquenio de los
noventa pero luego en caída con el ciclo descendente desde 1997; la crisis del café; el
agotamiento de la bonanza petrolera (al menos en el futuro previsible) y el insuficien-
te dinamismo de las actividades transables con el exterior –de un crecimiento anual
promedio cercano al 4% en los ochenta a uno del 1% en los noventa.
67 Con creciente importancia del endeudamiento interno al pasar del 3,6% del PIB en 1991 al 23,4% en 2001.
68 En este punto es de resaltar que los excedentes de caja del sistema público de seguridad social han contribuido de
manera importante a financiar al Gobierno central, ante el aumento de su superávit hasta un 2,3% del PIB en 1996
y no obstante su paulatina reducción a un 1,8% en 1998 y 1,3% a finales de la década.
lxviii PLANTEAMIENTO PROGRAMÁTICO
algunas entidades públicas como el ISS y Telecom, llevan a que el ajuste para la
sostenibilidad de la deuda del GNC sea mayor que la mencionada –y la estimada en otros
estudios realizados recientemente (como se analiza detenidamente en el capítulo 19).
Para adelantar el ajuste resulta inaplazable, por un lado, incrementar de manera sus-
tancial los ingresos públicos sin el aumento de las tasas impositivas para evitar presio-
nes recesivas adicionales, para lo cual habría de desmontarse una buena proporción de
las exenciones y deducciones existentes en la estructura tributaria –en la medida en que
las primeras representan un costo fiscal de hasta cerca de un 3% del PIB y otro 1,8% las
segundas, favoreciendo a un muy reducido conjunto de personas naturales y jurídicas, y
que en la mayoría de los casos no reditúan debidamente a la sociedad– y a ampliar la
base de tributación. De acuerdo con una propuesta de racionalización de la estructura
tributaria, sería viable lograr ingresos anuales adicionales por esta vía en montos equi-
valentes a un 2,0-2,5% del PIB –con el consabido esfuerzo en el combate a la elevada
evasión y elusión tributarias que hoy llegan a montos del orden del 3% del PIB– y sin
necesidad de incrementar las tarifas actuales (véase capítulo 20).
Por otro lado, realizar un esfuerzo para recortar gastos públicos no prioritarios y
reducir el malgasto, fallas administrativas y corrupción en el sector público –que
superan anualmente al 3,0% del PIB73– para garantizar, entre otros, la sostenibilidad
de la deuda pública y, a la vez, una ampliación relativa de espacio fiscal para la
realización de gastos sociales indispensables en el marco del SIPSS –por ejemplo,
programas alimentarios para población indigente, ampliación de la atención básica de
salud y educación para los grupos más vulnerables, programas de empleo y capacita-
ción para población joven, etc.– y la modernización del Estado –siendo una de sus
áreas, la profesionalización y reforzamiento de la fuerza pública.
No obstante las acciones decididas que han de adoptarse en tales campos, es claro
que no serían suficientes si no se lograra contar con un oportuno financiamiento del
sector público, en términos y condiciones adecuados. En el marco de un programa
integral de ajuste y racionalización de las finanzas públicas, uno de los componentes
insustituibles sería el de la financiación de los organismos multilaterales74 y del mer-
cado internacional de capitales.
Ello exige la rápida definición de un programa crediticio que no sólo asegure que la
banca multilateral no se convierta en un receptor neto de recursos de capital con Co-
lombia en medio de la crítica situación del país, sino que también contribuya a la finan-
ciación externa neta del programa integral de ajuste y reforma social. Además, la banca
multilateral habrá de ejercer un papel clave para lograr que la comunidad internacional
participe debidamente en el financiamiento de la economía colombiana75.
Complementariamente, ante la grave situación de la deuda pública –por ejemplo,
el Gobierno central deberá cancelar cada año, en promedio, amortizaciones e intere-
ses de su deuda total por cuantías cercanas al 4,8% y 3,8% del PIB en el período 2002-
2005, cuando los pagos de intereses eran inferiores al 0,7% y 1,3% del PIB a mediados
de los noventa–, y el encarecimiento de las condiciones de contratación de crédito
externo sufridas por Colombia en el último quinquenio76, es indispensable lograr una
reducción en el costo de su financiamiento.
En el caso de la financiación externa sería de diligenciar la eventual aplicación de
diversos mecanismos como el de garantías concedidas por multilaterales o el Departa-
mento del Tesoro para el caso de la emisión de bonos, e incluso con la incorporación de
instrumentos novedosos para el caso de créditos de programa y de emergencia con la
banca multilateral, para reducir en un 0,5-1,0% del PIB al año por una vía como la mencio-
nada, como una contribución en calidad de contrapartida del esfuerzo interno necesario
para la realización del ajuste y la garantía de una estricta sostenibilidad de la deuda.
Sin duda, la implantación de este tipo de instrumentos –además de otros en instan-
cias muy diversas77– tiene una evidente conveniencia sistémica para enfrentar oportu-
namente situaciones de crisis en el sistema financiero internacional, y en este caso para
apoyar a un país no solo “buen deudor” –que ha logrado conservar esta condición ex-
cepcional en medio de la crisis de la deuda externa latinoamericana de los ochenta y de
los noventa–, sino de innegable prioridad estratégica para países determinantes en el
escenario internacional –sobresaliendo Estados Unidos– alrededor de una problemática
mundial crucial como el narcotráfico, en particular por sus perversos impactos
desestabilizadores sobre el orden económico, social y político colombiano.
Esta exigencia es aún más apremiante dada la evolución del problema actual de la
deuda en la región, que de seguir ahondándose podría incluso llevar al “cierre” del merca-
do internacional de capitales para países en desarrollo, con la consecuente desfinanciación
de la economía colombiana en el corto y mediano plazo. Se requiere proceder con urgen-
cia al diseño de mecanismos que permitan enfrentar tal eventualidad en las mejores con-
diciones posibles y así evitar incurrir en costos sociales excesivos e injustificables.
75 Colombia tendrá vencimientos de capital por concepto de papeles y títulos en el mercado internacional de capi-
tales del orden del 1,2% del PIB en 2003, 1,8% en 2004, 2,1% en 2005 y 0,9% en 2006.
76 Al subir la tasa anual de interés promedio (en dólares) del 6,5% en 1995, al 8% en 1997-1998 hasta el 11% entre
1999 y 2001.
77 Por ejemplo, no solo esfuerzos y buenos oficios para promover la vigencia del Estado de Derecho y la preserva-
ción del DIH en el país, sino especialmente aportes para la financiación de gastos sociales primordiales para la
atención alimentaria de cerca de 10.5 millones de colombianos bajo la línea de indigencia —más de 2 millones
de los cuales se encuentran desplazados por el conflicto armado— y la implantación de un programa integral de
erradicación de la pobreza; la sustitución de cultivos para uso ilícito, la recuperación del suelo y el desarrollo
sostenible, y, entre otros, la promoción de proyectos para el desarrollo productivo y el crecimiento económico.
ESTRATEGIAS, DILEMAS Y DESAFÍOS EN LA TRANSICIÓN AL ESTADO SOCIAL DE DERECHO lxxi
2,0-2,2% del PIB anualmente –0,6% el primer año y la totalidad a partir del segundo–,
aparte de la recuperación de cartera pendiente de la DIAN80 que podría llegar al menos
a un 0,2% del PIB al año –en el próximo trienio– y de reducción de la evasión y
elusión tributarias de un 0,2-0,4% del PIB– con una decisiva estrategia de reforzamiento
de la administración de impuestos81. Aún más, la garantía de progresividad y simplifi-
cación tributarias implica la racionalización de impuestos a nivel territorial que podría
mejorar el esfuerzo fiscal en un 0,4% del PIB al año –a partir del segundo año– (véase
capítulo 20).
En forma complementaria, como un escenario de referencia para fines ilustrativos,
a través del control, reasignación y recorte de gastos públicos se podría buscar como
meta realista una rebaja de pérdida y desviación de recursos por concepto de fallas
administrativas del orden del 0,3% del PIB al año –dado su nivel anual cercano al 3%
del PIB–, un recorte y reorientación hacia objetivos primordiales por al menos un 0,3-
0,5% del PIB –siendo el gasto del SPNF del 36% del PIB al año– y una disminución de
intereses de la deuda pública por efectos del ajuste macroeconómico y de una nego-
ciación con la banca multilateral por un 0,4-0,6% del PIB al año –en la medida que los
pagos por intereses de la deuda del Gobierno central representan un 10% del PIB.
El conjunto de estas acciones y medidas podría liberar recursos por montos acu-
mulados para el Gobierno central de entre 6,6%-8,0% del PIB en el trienio 2003-2005
–y de un 0,8% del PIB para los entes territoriales– para aportar al ajuste requerido para
el saneamiento macro y el ajuste fiscal de al menos el 3,0% del PIB –o aún más depen-
diendo del grado de recuperación del crecimiento y de la tasas de interés– y el restan-
te para la financiación de funciones públicas prioritarias –inferior a 4% del PIB y muy
probablemente cercano al 3,5%.
(ii) La implantación del SIPSS propuesta en la sección anterior como una primera
aproximación en términos de ritmo de ampliación de coberturas y mejoramiento de
calidad, de ámbitos de provisión de servicios, de grado de mercantilización y combi-
nación entre subsidio y aseguramiento, de financiamiento a través de fijación de
parámetros clave como cotización, nivel de ingreso, etc., tendría un impacto fiscal
neto –una vez deducida la financiación generada con los ajustes planteados en cotiza-
ciones, coberturas, afiliaciones, exigencias para optar por servicios y con reformas
previstas– que ascendería de un 1,6% del PIB en 2003, a un 2,2% en 2005 y hasta un
4,2% a finales de la década.
En este escenario sería riesgoso intentar cumplir simultáneamente con el ajuste y el
programa tal como está planteado, ya que a partir de 2006 se volvería a ampliar progre-
sivamente el desequilibrio fiscal, por lo que tendría que revisarse el ritmo de ampliación
82 De carácter estrictamente progresivo y aplicable solamente sobre ingresos altos por encima de determinado nivel
de base.
lxxvi PLANTEAMIENTO PROGRAMÁTICO
83 Con mayor razón dado que no hay una teoría normativa que prescriba de forma inequívoca una única trayectoria
“óptima” de ajuste intertemporal para una economía en condiciones de competencia imperfecta.
ESTRATEGIAS, DILEMAS Y DESAFÍOS EN LA TRANSICIÓN AL ESTADO SOCIAL DE DERECHO lxxvii
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ESTRATEGIAS, DILEMAS Y DESAFÍOS EN LA TRANSICIÓN AL ESTADO SOCIAL DE DERECHO
Cuadro 1
Un escenario de opciones de política y costos fiscales en la transición al ESD en Colombia 2003-2010
(porcentaje PIB)
Año Sistema Integral de Protección y Seguridad Social SIPSS 1
Seguro y Alivio Subsidio Salud Educación Subtotal Servicios Vivienda Total Defensa y Seguridad Gran
subsidio de gradual pensional públicos seguridad2 alimentaria Total
desempleo indigencia
2003 - 0,00 0,57 0,20 0,34 1,11 0,15 0,30 1,56 0,30 0,25 2,11
2004 - 0,01 0,33 0,47 0,61 1,42 0,15 0,30 1,87 0,40 0,25 2,52
2005 - 0,08 0,10 0,74 0,82 2,74 0,15 0,30 2,19 0,42 0,20 2,81
2006 - 0,15 0,06 1,43 0,96 2,60 0,15 0,30 3,05 0,40 0,20 3,65
2007 - 0,49 0,00 1,74 1,05 3,28 0,15 0,30 3,73 0,20 0,15 4,08
2008 - 0,91 -0,10 2,02 1,06 3,83 0,15 0,30 4,28 0,15 0,15 4,58
2009 - 0,89 -0,21 2,25 0,90 3,83 0,15 0,30 4,28 0,14 0,15 4,57
2010 - 0,87 -0,25 2,37 0,79 3,78 0,15 0,30 4,23 0,13 0,15 4,51
Cuadro 2
Un escenario de los impactos de políticas de reestructuración tributaria y control de gastos en la administración pública
Colombia 2003-2004
(porcentaje PIB)
Año Reestructuración tributaria
lxxix
Parte I
EXCLUSIÓN SOCIAL
2 EXCLUSIÓN SOCIAL
COLOMBIA: UNA SOCIEDAD EXCLUYENTE 3
Capítulo 1
COLOMBIA: UNA SOCIEDAD EXCLUYENTE*
* Elaborado por: Luis Arley Castiblanco, Miguel Alfonso Gordo Granados (Director de Estudios Sectoriales de
Gestión Pública e Instituciones Financieras) y con la colaboración de Martha Yanira Castañeda.
1 Hann, Arjan. “Exclusión social en la política y la investigación: operalización del concepto”. En Pobreza y
desigualdad. Reflexiones conceptuales y de medición. Ed. Universidad Nacional de Colombia, 1999, pp. 24-28.
2 Se entiende como derechos básicos aquellos que se encuentran explícitamente garantizados por un arreglo cons-
titucional en una sociedad.
4 EXCLUSIÓN SOCIAL
3 Tézanos, José Félix, Tendencias en desigualdad y exclusión social. Ed. Sistema. Madrid. 1999, pp. 12-53.
4 Valencia, Alberto Gutiérrez (editor), La exclusión social y la construcción de lo público en Colombia. Ed. Uni-
versidad del Valle-Cerec, octubre 2001, pp. 5-20.
5 Se puede decir que se encuentran parcialmente integrados al consumo, lo cual garantiza su sobrevivencia pero
con altas insuficiencias que los hacen excluidos.
COLOMBIA: UNA SOCIEDAD EXCLUYENTE 5
los derechos sean garantizados y donde la inclusión deba ser de carácter permanente,
dinámica y constante.
La segunda aproximación referencia a la ciudadanía y a los derechos como ejes
centrales de la problemática social, al existir un conjunto de la población al que no se le
garantiza, en igualdad de condiciones, el acceso a los derechos sociales, económicos y
políticos. Se entiende la exclusión como: “la no habilidad para acceder a los derechos
sociales sin ayuda, sufriendo de autoestima, inadecuación de las capacidades para
cumplir las obligaciones, riesgo de estar relegado largo tiempo a vivir del asisten-
cialismo y la estigmatización”6. En este sentido, se supera el concepto de pobreza,
involucrando una multidimensionalidad conjugada con el apartamiento y la falta de
capacidades que se dan en diferentes ámbitos no centrado únicamente en variables
como las de pobreza o insuficiencia y que reflejan más un problema de ciudadanía
como eje central. En otras palabras, la exclusión se entendería como “la no incorpora-
ción de un conjunto de la población a la comunidad social y política, negando
sistemáticamente sus derechos de ciudadanía”7.
La tercera aproximación ve a la exclusión social como una forma “de ser y estar en
la sociedad, ligada a una concepción del orden social y a una interpretación específica
del devenir social”8. Esta interpretación puede ser entendida como el apartamiento,
voluntario e involuntario, de las relaciones sociales, la marginación y la segregación.
Todas entendidas como formas simbólicas de una determinada estructura social. La
exclusión sería vista como la carencia estructural de empleo, ingreso, bienes materia-
les, formas de asociación, participación, capacidades, etc.
La exclusión bajo esta vertiente significa una ruptura de lo social, lo político, lo
económico, en el sentido de pertenencia, subordinándose a un orden simbólico común
que impide el disfrute de los derechos. La exclusión sería un fenómeno económico,
social, político y cultural, que bloquea la naturaleza humana del ser y el estar en socie-
dad de los individuos, y que impide que los hombres se conviertan en sujetos de su
devenir social.
La exclusión nace de la acumulación de desventajas que llevan a la privación de
diferentes aspectos de la vida en sociedad. Desventajas en la ley, en las instituciones
públicas y en el acceso a las riquezas del país.
El análisis de la exclusión social permite determinar el grado de cohesión social
(sentimiento de pertenencia a la sociedad), la fragmentación de la sociedad, identifi-
cando los grupos de la sociedad integrados (a los mercados, a los procesos políticos y
a las instituciones) y no integrados, y medir la importancia de las poblaciones afecta-
das por este fenómeno en sus diferentes dimensiones.
6 Op cit., 4, Velásquez, Fabio, Exclusión social y gestión urbana: a propósito de Cali, p. 109.
7 Op cit., 4, p. 112.
8 Op cit., 4, p. 107.
6 EXCLUSIÓN SOCIAL
9 Condiciones económicas: pobreza, desigualdad, distribución del ingreso, concentración de los recursos, falta de
acceso a mercados de bienes y servicios, desempleo, etc. Condiciones sociales: educación, salud, asistencia
social, relaciones sociales, segregación, marginación, desviación, etc. Condiciones políticas y de derechos civi-
les: libertad, derecho de elección, derechos civiles, sindicalización, demandas sociales, etc. Condiciones de loca-
lización: distribución de la riqueza nacional, facilidad de acceso a bienes públicos, facilidad de acceso a merca-
dos, etc..
10 Op cit., 3, Camacho, Álvaro, Democracia, exclusión social y lo público, pp. 55-68.
11 Las zonas son entendidas como espacios sociales donde interactúan los individuos bajo condiciones similares,
que permiten identificar si el grupo de individuos se encuentran integrados o no a una determinada situación, y
en las cuales se distribuyen en forma desigual los riesgos de exclusión.
COLOMBIA: UNA SOCIEDAD EXCLUYENTE 7
Cuadro 1.1
Dimensiones de la exclusión social
Dimensión Aspectos
Económica Ingreso
Consumo
Mercado de trabajo
Activos
Capital humano Salud
Educación
Capital social Controles sociales
Antecedentes personales
Antecedentes culturales
Compromisos cívicos psicológicos
Política y derechos civiles Derechos civiles
Libertad de asociación
Ciudadanía
Física Localización
Infraestructura
Desplazamiento
12 González, Ana Arriba de Durana, “El concepto de Exclusión en política social”. Unidad de Políticas Comparadas.
Documento de Trabajo 02-01. Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), enero 2002, pp. 10-11.
13 Op cit., 1.
8 EXCLUSIÓN SOCIAL
14 Ver Durán, Víctor Manuel, “Estado Social de Derecho, Democracia y Participación”. Ponencia realizada en la
VII Conferencia Latinoamericana de Trabajadores de los Servicios Públicos. Valle del Bravo, México, 22-25 de
abril, 2001.
15 Las bases del EB se concentran en la búsqueda de la universalización de los derechos económicos y sociales de
los individuos, siendo un elemento integrador de la sociedad.
16 En este sentido, se puede afirmar con García Pelayo que “… la idea y el concepto de ESD se extiende a aspectos
más generales que hacen de él una forma política concreta sucesora del Estado Liberal de Derecho, aunque no en
contradicción irresoluble con él”. Citado en Durán (2001).
10 EXCLUSIÓN SOCIAL
17 El puente entre Constitución Política y bienestar social fue posible debido a la extensión de derechos públicos
como: expropiación, sindicación, etc. La Constitución de Weimar de 1919 es la expresión constitucional más
lúcida sobre “Estado Social de Derecho”.
18 La democracia económica se entiende como la capacidad de la sociedad para determinar una distribución de las
riquezas en función de lograr una mejor asignación de los mismos, en términos de relativa equidad entre los
diferentes actores sociales.
19 Ver anexo estadísticas, “La exclusión social en Colombia”.
COLOMBIA: UNA SOCIEDAD EXCLUYENTE 11
sociedad, ya que ésta determina, en gran parte, la capacidad relativa de cada uno de los
individuos en la obtención de ingreso y riqueza. La insuficiencia de riqueza e ingresos
imposibilita el acceso a activos, a capital humano o financiero, y a su acumulación.
Se consideran tres tipos de exclusión económica: 1) la originada en la desigualdad
de ingresos; 2) la exclusión del mercado de trabajo que impide obtener ingresos regu-
lares, y 3) la exclusión de activos que impide el libre desarrollo económico de los
individuos.
Exclusión de ingresos
Durante la última mitad de la década del noventa los colombianos vivieron una dis-
minución en sus ingresos: de un PIB per cápita de 2145 dólares en 1995 se descendió
a 1798 dólares en 2000. En pesos constantes, el país sufrió una disminución del 2%
del PIB per cápita en cuatro años, produciéndose un empobrecimiento de la sociedad
y, a su vez, un aumento de la exclusión por ingresos entre su población.
El alto grado de desigualdad de los ingresos de la sociedad colombiana se puede
observar a través del coeficiente de Gini, el cual muestra que el ingreso se ha concen-
trado hoy a niveles superiores de hace más de veinte años, después de haberse agudizado
entre 1978 y 1991 y reducido muy levemente hasta 1995; en 1980 el indicador era de
0,542 mientras que en 2000 era de 0,56620 (gráfico 1.1). El grupo de mayores ingre-
sos (quintil 5) aumentó su participación en el ingreso en detrimento del grupo más
pobre: en sólo tres años el quintil cinco pasó de devengar 21,4 a 26,3 veces más que
el quintil uno; es decir, el proceso de concentración del ingreso se ha venido profun-
dizando desde mediados de los noventa.
El 20% de los hogares más ricos concentran el 52% de los ingresos, mientras que
el 59,8% de la población se encuentra por debajo de la línea de pobreza21, condición
que se ha configurado como una característica estructural del sistema social. En efec-
to, en 1978 cerca del 59,1% de los colombianos se encontraban en situación de pobre-
za, permaneciendo inalterada hasta comenzar los noventa. Esto fue revertido parcial-
mente durante la primera parte de la década de los noventa como resultado del “boom”
de la demanda interna, lo que permitió que un 10% de este núcleo de la población
pudiera escapar de la condición de pobres aunque por muy poco tiempo ya, que la
situación vuelve a deteriorarse rápidamente a partir de 1997, con el inicio de una de
las crisis económicas de mayor duración en el país. Infortunadamente, el hecho de
que casi el sesenta por ciento de la población en el país se encuentre por debajo de la
línea de pobreza, sólo comprueba que en veinte años el crecimiento económico ob-
servado ha sido claramente insuficiente para la inclusión social de los sectores margi-
nados.
De igual forma, una expresión más profunda de la exclusión radica en el hecho de
que hoy el 23,4% de la población se encuentre por debajo de la línea de indigencia 22, lo
cual significa que no se ha avanzando mayormente desde finales de la década de los
setenta cuando el índice era de 25,11% y ante el hecho de que se ha mantenido perma-
nentemente por encima del 20%, a excepción de los años 1996-1998 –con el 18,5%, en
promedio. Se observa entonces, un aumento de los excluidos de la sociedad, tanto en
número como en participación, cerca de 1 de cada 4 colombianos no tiene acceso a una
canasta básica de alimentos, lo cual significa que no solamente son excluidos del consu-
mo de éstos, sino que además se encuentran en riesgo vital.
Gráfico 1.1
Desigualdad y exclusión económica
0,6
0,5 9
0,5 8
0,5 7
0,5 6
0,5 5
0,5 4
0,5 3
19 78 19 88 19 91 19 95 20 00
22 La línea de indigencia corresponde al costo de la canasta alimentaria, entendiéndose por indigentes (o extrema-
damente pobres) las personas que residen en hogares cuyos ingresos son tan bajos que, aunque se destinaran
íntegramente a la compra de alimentos, no permitirían satisfacer adecuadamente las necesidades nutricionales de
todos sus miembros (Cepal, 2001, p. 39).
COLOMBIA: UNA SOCIEDAD EXCLUYENTE 13
tal financiero y no son una garantía real suficiente para la obtención de créditos en
condiciones comerciales que posibiliten la inversión y la acumulación de activos rea-
les o contingentes, lo cual limita su representatividad social y económica.
De otro lado, la distribución del ingreso entre salarios y ganancias es igualmente
desfavorable a los grupos de menores ingresos. Ocampo anota que el reciente deterio-
ro en la distribución del ingreso está asociado a: 1) sesgo en la demanda por trabaja-
dores, 2) la reducción de la demanda por mano de obra y 3) el aumento de los ingresos
no salariales urbanos23. Bajo estos hechos, el coeficiente Gini del ingreso laboral
aumentó de 0,45 a 0,511 entre 1994 y 2000, presentándose una relación positiva entre
el desempleo y la concentración de los ingresos laborales durante la segunda mitad de
la década. De esta forma, el aumento del desempleo involucró un aumento en la
concentración del ingreso laboral24.
La concentración del ingreso no solamente acentúa la reproducción de condiciones
favorables a la pobreza, sino que además reduce las posibilidades de participación de
los ciudadanos en los procesos democráticos. Sin contenidos reales de democracia econó-
mica y social, los ciudadanos pueden votar, así sea con escasa información, pero no
podrán ejercer debido control a la gestión del Estado, ni ser partícipes de la formula-
ción de las políticas públicas y mucho menos ser protagonistas de formas de acción
colectiva que impliquen transformaciones sociales con contenido democrático.
Algunos factores se han utilizado para luchar contra la exclusión económica, prin-
cipalmente el gasto social; sin embargo, aunque se ha incrementado en los últimos
años25, sus resultados son insuficientes en cuanto a la distribución del ingreso, ya que
se aumentó el coeficiente de concentración Gini ( de 0,54 en 1980 a 0,566 en 1999).
Pero si por el lado del gasto la efectividad de la política fiscal parece haber sido
moderado en generar una sociedad más igualitaria y menos excluyente, también su-
cede lo mismo por el lado de los ingresos fiscales. En efecto, las sucesivas reformas
tributarias no han permitido establecer una estructura tributaria progresiva que con-
tribuya definitivamente a la redistribución de la renta; además, se ha dado una alta
dependencia en impuestos indirectos (57% del total de impuestos recaudados en 2000),
generando efectos perversos en la distribución, ya que concentra, de manera genera-
lizada y relativamente uniforme el pago de impuestos sobre el total de la población y
no sobre aquellos que perciben mayores rentas.
23 Ocampo y Tovar, “Flujos de capital, ahorro e inversión en Colombia”. En El ahorro en Colombia: evolución y
comportamiento global y sectorial, DNP-Tercer Mundo Editores. Bogotá, julio, 1998, p. 57.
24 Op cit., 24, p. 58.
25 El gasto social pasó del 7,4% del PIB en 1980 al 13,9% del PIB en 1999, lo cual ha producido una disminución de
las necesidades básicas insatisfechas de la población colombiana, desde 55,4% a un 25,7%. En De la democracia
“restringida” a la democracia “asediada”. Para entender la crisis de la Democracia Colombiana. Nôtre Dame,
abril de 2001. Pizarro, Eduardo y Bejarano, Ana María.
14 EXCLUSIÓN SOCIAL
26 Raquel Bernal muestra que el ahorro en Colombia se ha debilitado. “El ahorro de los hogares: una revisión para
el período 1970-1996”. En El ahorro en Colombia: evolución y comportamiento global y sectorial. Ed. DNP-
Tercer Mundo Editores. Bogotá, julio de 1998, pp. 319-361.
27 Los analistas atribuyen la caída del ahorro reciente de la economía colombiana al deterioro del ahorro empresa-
rial (Sánchez, 1999), que está asociada a una reducción del excedente de explotación propiciada por las nuevas
condiciones económicas y financieras surgidas con la apertura. Adicionalmente, entran a explicar esta situación
en la reforma a la seguridad social y el aumento de la tributación que distorsiona la generación de ahorro y de
riqueza (Avella y Flórez).
28 Esto sucede al desaprovechar las economías de escala, tal como plantea Krugman (Krugman, Paul, Desarrollo,
geografía económica y teoría económica. Antoni Bosch, Editor, Barcelona, 1997).
29 DANE, septiembre de 2000.
COLOMBIA: UNA SOCIEDAD EXCLUYENTE 15
Gráfico 2
Tasa de desempleo en siete áreas metropolitanas
21,0
19,0
17,0
15,0
13,0
11,0
9,0
7,0
M a r-9 1
M a r-8 4
M a r-8 5
M a r-8 6
M a r-8 7
M a r-8 8
M a r-8 9
M a r-9 0
M a r-9 2
M a r-9 3
M a r-9 4
M a r-9 5
M a r-9 6
M a r-9 7
M a r-9 8
M a r-9 9
M a r-0 0
Tasa de d ese m pleo
Fuente: DANE.
Otro grupo de excluidos del mercado de trabajo son los subempleados (28,6% en
el 2000), grupo de la población que labora, pero que considera que no es remunerado
de acuerdo con sus habilidades y capacidades, o que desea incrementar el tiempo de
trabajo y no lo ha podido hacer porque el mercado laboral no logra responder efecti-
vamente a las necesidades laborales del conjunto de la población, excluyéndolos de
aprovechar debidamente de sus capacidades y habilidades.
La informalidad30 es un elemento adicional de la exclusión en el mercado de traba-
jo, que se da por la incapacidad de los diferentes sectores económicos para suminis-
trar empleo e ingresos adecuados y permanentes a la población que garanticen unas
mínimas condiciones económicas y la satisfacción de derechos sociales básicos. Se la
asociado, al menos en parte, a la falta de educación de la mano de obra y a su perma-
nencia en actividades económicas tradicionalmente rezagadas, técnica y productiva-
mente, surgidas de la exclusión en otras dimensiones.
El empleo informal está caracterizado por no tener un carácter contractual, sino
basado fundamentalmente en las relaciones de parentesco y/o ocasionalidad, con baja
productividad y con acceso limitado o nulo a las instituciones de la sociedad constitu-
tivas del ESD.
Las actividades primordiales a las cuales se dedican los informales se concentran
en el sector comercial. Abarcan el 61,4% del empleo nacional en el año 2000, exis-
tiendo cerca de 2 millones de unidades productivas, con un número de trabajadores
inferior a 10, que constituyen el 50% del empleo nacional; el otro 10% de la informa-
lidad se concentra en los vendedores ambulantes y el servicio doméstico31. Estos sec-
30 Se considera como informales a todos los ocupados en empresas que tengan un número inferior a 10 tranbajadores,
incluidas las empresas unipersonales. Además, se incluyen los sectores marginales, de baja productividad, en
términos de ingresos.
31 Informe DNP, La informalidad en Colombia. Enero de 2001.
16 EXCLUSIÓN SOCIAL
tores están caracterizados por generar ingresos inferiores y disparidades en los dere-
chos sociales respecto a los trabajadores formales al no tener acceso a ningún tipo de
seguridad social (84,5% de los informales en el 2000). De igual forma, la informali-
dad afecta con mayor rigor a grupos más vulnerables, como mujeres y jóvenes.
Hay que anotar que si bien el proceso de informalización se agudizó en los últimos
cuatro años como consecuencia de la crisis económica, éste es un rasgo estructural de
la economía colombiana, ya que desde inicios de los ochenta más de la mitad del
empleo se genera en sectores informales, con niveles salariales inferiores a los que se
pagan en el sector formal. La informalidad se agudiza en la parte baja del ciclo econó-
mico, de tal suerte que con el boom de comienzos de los noventa se alcanzó el nivel
más bajo de informalidad en al menos dos décadas, pero retornó rápidamente a su
tendencia estructural con la situación recesiva de la economía.
La informalidad (exclusión de lo formal) de los ciudadanos crea distorsiones noci-
vas para el desempeño económico de la sociedad, ya que la necesidad de mejorar los
ingresos del hogar obliga a que más miembros de la familia trabajen (probablemente
en el sector informal), llevando en algunos casos a que los miembros menores inte-
grantes de la familia deserten del sistema educativo, reproduciendo efectos perversos
que retroalimentan causales de la misma informalidad y, en últimas, de la exclusión.
Además, en el mercado de trabajo se refleja el problema de la exclusión social en
el país en la medida en que el 37,6% de los ocupados tiene ingresos precarios inferio-
res a un salario mínimo mensual.
Exclusión de activos
El acceso a activos permite el desarrollo de las habilidades individuales y posibilita la
creación de riqueza, facilitando la generación de ingresos y el crecimiento económico. De
tal suerte que la exclusión en este acceso contribuye a la desigualdad económica y social.
La tenencia de la tierra es uno de los principales factores de exclusión. A pesar de
los intentos de reforma agraria en las últimas décadas se ha concentrado la propiedad,
en buena parte mediante la utilización de recursos de origen ilícito y la promoción del
desplazamiento forzado. Hoy la tierra está concentrada en pocas manos, al punto que el
1,08% de los propietarios posee el 53% de la tierra32, cuando diez años atrás un mayor
número de propietarios (1,40%) controlaba una menor extensión de la tierra (46%).
Dentro de la estructura de la propiedad agraria, los pequeños propietarios han venido
perdiendo participación en términos de superficie, desde un 23% en 1984 a un 21% en
1996, mientras su número ha venido aumentando hasta representar el 91% en 1996.
32 Machado, Absalón. El mercado de tierras en Colombia. 1999. Citado en “Modelo, política e institucionalidad
agropecuaria y rural”. CGR. 2002. Cifras correspondientes a 1996.
COLOMBIA: UNA SOCIEDAD EXCLUYENTE 17
38 Ministerio de Salud. Dirección General de Seguridad Social. Subdirecciones de EPS y Régimen subsidiado 2000,
las vacunas corresponden a: BCG, DPT, polio, sarampión
39 Ministerio de Salud. Dirección General de Seguridad Social. Subdirecciones de EPS y Régimen subsidiado 2000.
40 Superbancaria y DANE, 2000.
41 DNP-DDS-GCV.
42 Con base en Sudarsky, John. “El capital social en Colombia. La medición nacional con el Barcas”. Archivos de
Macroeconomía. 122 a 127. DNP.
COLOMBIA: UNA SOCIEDAD EXCLUYENTE 19
43 Todas las cifras electorales corresponden a información de la Registraduría General del Estado Civil.
44 Banco Mundial y Vicepresidencia de la República. Corrupción, Desempeño Institucional y Gobernabilidad:
Desarrollando una Estrategia Anticorrupción para Colombia. Febrero 15 de 2002.
45 En el año 2000 hubo más sindicalistas muertos en Colombia que en todo el resto del mundo.
20 EXCLUSIÓN SOCIAL
noventa fueron asesinados 1.556 miembros y actualmente constituye uno de los gru-
pos más amenazados46.
Otra forma de la exclusión surge de la diferenciación de género, manifiesta, entre
otras razones, por la amplia diferencia entre las tasas de desempleo de las mujeres
(24%) y la de los hombres (16,9%), por las condiciones salariales inferiores en un
25% para las mujeres, con el agravante de que el 42,9% de las ocupadas recibe menos
de un salario mínimo mensual.
La alta percepción de desconfianza, la baja integración y la abierta discriminación
en contra de los miembros de algunas organizaciones sociales bloquean la formación
de capital social y promueven la exclusión, dificultan la democratización de la socie-
dad y aumentan los costos de transacción en el sistema.
46 Informe anual. Sobre las violaciones a los derechos sindicales. 2000. OIT.
47 208 municipios se encuentran indefensos ante la ausencia militar o policial. Comando Fuerzas Militares.
COLOMBIA: UNA SOCIEDAD EXCLUYENTE 21
Además, sobresalen las violaciones a los derechos políticos, ya que, por ejemplo,
en el 2000 no pudieron ejercer su derecho al voto 166.723 ciudadanos, impidiéndoles
ser partícipes de la democracia, aparte de la intimidación que ejercen los grupos ar-
mados sobre poblaciones y zonas de influencia para favorecer a ciertos candidatos en
los comicios electorales.
No solamente con la ausencia del Estado en algunos municipios se nota la falta de
garantías a los derechos ciudadanos, existe una baja accesibilidad a las cortes, tribu-
nales y jueces de la rama judicial con la consecuente indefensión de la población ante
la violación de la ley y ante los actores violentos e ilegales. Por ejemplo, el cubri-
miento real de la defensoría del pueblo es de sólo el 50% de los municipios y el 70%
de la población carcelaria del país48.
Estas violaciones a los derechos de las personas bloquean el proceso democrático
al imposibilitar la participación de los individuos en la sociedad.
Gráfico 1.3
Porcentaje de hogares bajo la línea de pobreza
85
80
75
70
65
60
55
50
19 7 8 19 8 8 19 9 1 19 9 5 20 0 0
N a cion al R u ral
Fuente: Misión Social-DNP.
Metodología
Para la construcción del Índice de Exclusión Social se utilizó la Técnica de Análisis
de Componentes Principales (ACP). Éste es un método multivariado que reduce un
sistema p-dimensional a un sistema m-dimensional, con m < p. Las componentes
principales son “nuevas” variables que se generan como combinaciones de las varia-
bles incluidas. Este método sintetiza un gran volumen de información con un mínimo
de pérdida. Las variables se estandarizan para manejarlas en una misma unidad y se
escalan con respecto a niveles mínimos de referencia en países desarrollados o nor-
mas básicas del Estado Social de Derecho52.
Como un primer ejercicio se escogieron los siguientes indicadores para la confor-
mación del índice:
• Que informan sobre la exclusión por el no acceso a los servicios que garanti-
zan el derecho a la vida y a la salud: % de población no afiliada a la seguridad social
en salud, tasa de mortalidad materna, tasa de mortalidad infantil, % población bajo la
línea de indigencia, tasa de homicidios, % hogares expulsados por la violencia, % de
población desplazada que llega al departamento, % población con necesidades bási-
cas insatisfechas en vivienda, servicios, hacinamiento, % de niños no vacunados.
• Exclusión por no acceso a los servicios que garantizan el derecho a la educa-
ción: % de población con NBI en asistencia escolar, tasa de inasistencia escolar por
edades de 7 a 11, de 12 a 17 y de 18 a 25 años, tasa de no cobertura neta en educación
primaria y secundaria, tasa de analfabetismo de población de 15 años y más.
• Exclusión por no acceso a un ingreso que permita ejercer los derechos econó-
micos, sociales y políticos: % población bajo la línea de indigencia, % población bajo
la línea de pobreza, tasa de desempleo, duración del desempleo, % población con NBI
dependencia, relación de ingreso entre el quintil más rico y el quintil más pobre.
Este conjunto de variables corresponde a la información disponible de exclusión
social para la muestra de departamentos. Sin duda, la disponibilidad de información
52 La información utilizada se basa en el Boletín SISD, No. 29 del DNP, que, en su mayoría, se obtiene de la Encuesta
de Hogares del DANE. El indicador no se cuantifica para los antiguos territorios nacionales.
24 EXCLUSIÓN SOCIAL
Resultados
Las variables empleadas explican la variabilidad de la información en un 54% para el
año 2000 y un 60% para 1997. Estas variables son: % de población con NBI en vivien-
da (Viv.), Servicios (Serv.) y dependencia económica (depe), % de población bajo
línea de indigencia (li), tasa de desempleo (td), tasa de analfabetismo de población de
15 años y más (tanal), tasa de mortalidad infantil (tmi), tasa de mortalidad materna
(tmm), % población no cubierta por salud (cobs), tasa neta de no cobertura en educa-
ción primaria y secundaria (nced.)
El índice estimado de exclusión social quedó de la siguiente forma para cada de-
partamento i (variables estandarizadas):
Las variables que más se relacionan con la exclusión son, en su orden, el analfabe-
tismo y el no acceso de la población a una canasta básica de alimentos, seguida por el
desempleo, las necesidades básicas insatisfechas en dependencia económica, la mor-
talidad infantil y materna, las necesidades básicas insatisfechas en servicios y vivien-
da, y la no cobertura en salud y educación.
Entre los años 1997 y 2000 se observa una agudización tanto a nivel nacional como
departamental53, en la exclusión social del acceso a los servicios que pueden mejorar
las condiciones de vida, asociada principalmente a aumentos en la población indigente,
el desempleo, el analfabetismo y disminución en la cobertura en salud (gráfico 1.4).
Se distinguen cuatro grupos de departamentos: el primero, conformado por Chocó
y Cauca con la mayor exclusión relativa, debido a que un alto porcentaje de su pobla-
ción se encuentra en situación de indigencia, incrementándose entre los años 1997 y
2000, además de mostrar altas tasas de mortalidad infantil y materna y sin un mejora-
miento en la cobertura de educación primaria (gráfico 1.5). Además, para el caso del
Chocó la mayoría de viviendas no cuenta con servicios básicos, situaciones que lleva-
ron a un incremento del indicador en 2000 (gráfico 1.6).
Gráfico 1.4
Índice de exclusión 1997-2000
Gráfico 1.5
Análisis factorial en componentes principales
Individuos activos: 25
Eje 2 -1,5 -1,0 -0,5 0,0 0,5 1,0
0,8
C órd ob a
S ucre
0,5
M ag dalena
0,3 B olív ar
G uajira
C esa r N . de
S antan der
A ntio qu ia
A tlán tic o
0,0 NA CION AL
Tolima S antan der Q uin dío
Hu ila C und in am arc a Va lle
M eta R isa ralda
B ogo tá
C ald as
C aqu etá
-0,3
B oya cá
C auc a
N ariñ o
C hoc ó
-0,5
-1,5 -1,0 -0,5 0,0 0,5 1,0
Eje 1
Fuente: DES-Social, CGR.
Gráfico 1.6
Comparativo indicadores de exclusión social y de condiciones de vida 2000
54 La exclusión social será entendida a partir de los derechos de ciudadanía y los países considerados son Argenti-
na, Brasil, Chile, Costa Rica y Ecuador.
55 Argentina, antes de la crisis económica, política y social que enfrenta actualmente.
56 En inicios de la década, se incrementó fuertemente el crecimiento económico. Sin embargo, a partir de la segun-
da parte de la década la mayoría de los países entra en crisis.
28 EXCLUSIÓN SOCIAL
57 Informe Estadístico 2001 y Panorama Social América Latina 2000-2001. Cepal. El año de comparación corres-
ponde a 1999 y todas los datos son tomados de estos informes a menos que se referencie lo contrario.
58 Pyramid Research, 1999.
59 2000.
60 Este indicador muestra la alta diferenciación entre los individuos originados en el poder económico relativo.
61 Ver anexo estadísticas Exclusión Social en Colombia.
COLOMBIA: UNA SOCIEDAD EXCLUYENTE 29
CONCLUSIONES
La exclusión social dificulta la cohesión social, el desarrollo y el crecimiento econó-
mico y la democratización de la sociedad, al bloquear la potenciación y el aprovecha-
miento de las capacidades y habilidades y limitar las posibilidades de participación
en asuntos de interés colectivo de amplios grupos de la sociedad.
62 DANE, 2000.
30 EXCLUSIÓN SOCIAL
En las últimas décadas han sido comunes las críticas a los Estados protectores,
altamente burocratizados e ineficientes, enfatizando la urgencia de recuperar, de al-
gún modo, la forma liberal del Estado Social de Derecho y desarrollar una forma de
solidaridad a través de la promoción de la eficiencia y la competitividad en el marco
del respeto a la libertad individual y la libre iniciativa.
Sin embargo, como lo señala Adela Cortina, “el Estado Social de Derecho tiene
por presupuesto ético la necesidad de defender los derechos humanos, al menos de las
dos primeras generaciones (es decir, los derechos civiles, políticos, sociales y econó-
micos), por lo que la exigencia que se presenta es una exigencia de justicia que debe
ser satisfecha por cualquier Estado que hoy quiera ser legítimo”.
Si bien resulta complejo implantar programáticamente una adecuada respuesta a
la exigencia de inclusión social y especificar hasta dónde llega el “mínimo decente”
que una sociedad debe cubrir, sí existe consenso sobre la necesidad de desarrollar
caminos hacia procesos reales de inclusión social. La sociedad no puede desconocer
esta realidad y debe aceptar la necesidad de construir un pacto social para la transi-
ción, con contenido en el tiempo, mediante políticas públicas claras y responsabilida-
des y acciones decididas por parte de actores sociales determinantes, a fin de avanzar
en el proceso de inclusión social y en la instauración de un Estado Social de Derecho.
No hay que perder de vista que los retos que enfrenta el país requieren compromi-
sos sociales, cambios estructurales y esfuerzos colectivos mancomunados que toma-
rán tiempo y dedicación para concretarse: la pobreza y la desigualdad son inacepta-
bles y con carácter estructural por lo que se necesitan más que buenas políticas públicas;
la informalidad es uno de los rasgos más sobresalientes del sistema económico, dado
que genera más de la mitad del empleo de la fuerza laboral, con bajos niveles salaria-
les y sin seguridad social, malas condiciones de trabajo, baja productividad y atraso
tecnológico y falta de competitividad, lo que “bloquea” la ampliación de un mercado
interno, el aprovechamiento de economías de escala y de alcance de las firmas,
coadyuvando a un producto social que crece a ritmos insuficientemente superiores a
los de la población, como para mejorar el ingreso disponible de la población y para
financiar la provisión de un volumen mayor de bienes colectivos.
Con el agravante de que la exclusión de la niñez colombiana es profundamente
notoria: el 24% de la población bajo la línea de pobreza es menor de 10 años, 2.5
millones de niños colombianos sufren de maltrato infantil, un millón son desplaza-
dos, 13,5% de los menores de cinco años padecen de desnutrición crónica y, entre
otros factores, el 18,3% no tiene acceso al sistema educativo, lo cual reafirma el
proceso intergeneracional de la exclusión y muestra una grave precariedad en la for-
mación de capital humano y social con implicaciones perversas para el futuro de la
sociedad colombiana.
Colombia se caracteriza por ser una sociedad con un alto nivel de exclusión social,
situación que contrasta con los principios rectores y con los derechos consagrados en
COLOMBIA: UNA SOCIEDAD EXCLUYENTE 31
Comportamiento
S
Porcentaje de la población bajo línea de indigencia rural 35,2 42.9 43,4
Incidencia de la pobreza 57,0 56,3 59,8
Índice de brecha de pobreza 0,44 0,449 0,503
Índice de severidad de la pobreza 0,15 0,15 0,187
Índice de desigualdad de Sen 0,35 0,343 0,397
Porcentaje de personas que devengaban menos de dos salarios mínimos 65,5 **** 53.9 66,2
S
NBI * 36.3 25.9 22,9
L
NBI rural ** 62.5 43.7 40
S
Concentración por quintiles Q5/Q1 21.4 26,3
Concentración del ingreso Gini 0,55 **** 0.54 0,56
Concentración del ingreso Gini de pobres 0,32 0,3 0,35
EXCLUSIÓN
Tasa de informalidad * 54 ** 54 61
Tasa de subempleo Siete áreas municipales 13,7% 11% *** 20.7
Porcentaje de los ocupados que devenga menos de un salario mínimo 23% 20% 37%
SOCIAL
* 1992 **1996 ***1999
Activos
Pequeña 86,92% 91,11%
COLOMBIA: UNA SOCIEDAD EXCLUYENTE
Activos
Participación de los 50 mayores deudores privados en la cartera
comercial *** 20%
Participación de los 500 mayores deudores privados en la cartera
comercial *** 60%
Participación de los 1.500 mayores deudores privados en la cartera
comercial *** 75%
Concentración beneficios tributarios
Participación ICR por tipo de productor pequeños * 4% 3% 2%
*1994 **1998 ***1999
33
Comportamiento
M
Total de municipios con elecciones saboteadas 21
M
Total de corregimientos saboteadas 156
M
Total de personas que no pudieron votar 166.723
Percepción general Partidos políticos menos confiables (1999) Congreso, más deshonesto (2000)
Confianza en las
cívico
Sabe que hace su localidad con los recursos Más del 80% no lo sabe (1999)
Transpa-
rencia
Exclusión de género
sociales
Antece-
dentes
Fuente: Registraduría General del Estado Civil, Vicepresidencia de la República, DNP, DANE.
35
36
A1.V. Exclusión y vulnerabilidad física
EXCLUSIÓN
Otros
Total desplazados por cada cinco años 470.000 (87-91) 457.000(92-96) 1.512.000 (97-01)
Total desplazados 2.502.000 (2001)
*2001 **1999 ***1995 ****1990
SOCIAL
Fuente: DANE, Inurbe, Ministerio de Desarrollo, Camacol, ICAV, CGR, DNP, SSPD, Codhes.
COLOMBIA: UNA SOCIEDAD EXCLUYENTE 37
39
Fuente: Cepal.
40 EXCLUSIÓN SOCIAL
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Parte II
DE LOS DERECHOS SOCIALES
42 DE LOS DERECHOS SOCIALES
EL SISTEMA INTEGRAL DE PROTECCIÓN Y SEGURIDAD SOCIAL 43
Capítulo 2
EL SISTEMA INTEGRAL DE PROTECCIÓN
Y SEGURIDAD SOCIAL*
A nte la crítica situación social del país es inaplazable la búsqueda de medidas para
superar, de manera sostenible la pobreza, la desigualdad y los problemas institucionales
–en el campo de la eficiencia, efectividad y transparencia en el flujo de los recursos y
en la habilidad de las administraciones públicas– que oponen un “bloqueo” sistémico
al acceso universal y en condiciones de equidad a los servicios sociales básicos, así
como garantizar la justicia, la seguridad ciudadana, el monopolio de la fuerza por
parte del Estado y en general su legitimidad democrática.
Pero en el contexto de una economía abierta en tiempos de volatilidad de los flujos
financieros internacionales, de muy reducida discrecionalidad efectiva de las autori-
dades económicas para el manejo de las variables monetarias y cambiarias, de una
desactivación productiva, de una fiscalidad procíclica –tributariamente insuficiente y
no equitativa, con gasto ineficiente– y, entre otros rasgos, sometida a un endeuda-
miento insostenible, dicho compromiso colectivo debe realizarse en el marco de los
instrumentos de una economía de mercado.
* Elaborado por: Carlos Emilio Betancourt, director de Estudios del Sector Social.
1 Sen, A. (2000), “Compromiso social y democracia: las demandas de equidad y el conservadurismo financiero”,
en: Barquer, P. (compilador), Vivir como iguales, Paidós, Barcelona, pp. 21-56.
44 DE LOS DERECHOS SOCIALES
La justificación de este dilema social se basa en tres consideraciones. Por una parte,
la idea del liberalismo conservador sobre la disyuntiva entre la libertad e igualdad y la
conveniencia de un Estado mínimo hoy día es cuestionable. A pesar del individualismo
que promueve el capitalismo, fenómenos como la expansión económica, la transición
demográfica y los crecientes intercambios culturales propios de las sociedades demo-
cráticas modernas implican una mayor interacción social. Mayor interdependencia im-
plica mayores obligaciones de los individuos con sus semejantes.
La verdadera libertad individual requiere medios mínimos como los cuidados bá-
sicos de la salud, la educación básica, la protección contra la indigencia, la garantía
del respeto de los derechos humanos y la participación social y política, todo lo cual,
aunque en términos de provisión de servicios pueda contar con el concurso privado,
requiere la responsabilidad y, al menos, la coordinación del Estado para, por una
parte, establecer y regular las obligaciones como contrapartida de los derechos y, por
otra, para financiar y/o regular la provisión de bienes y servicios sociales y merito-
rios. En este contexto, el compromiso social por la igualdad tiene sentido sólo sobre
la base del respeto de la libertad individual efectiva2. Se trata de un postulado liberal
democrático que Sen sintetiza en el objetivo de lograr la “libertad individual como
compromiso social”.
Por otra parte, el progreso económico por sí sólo no ha logrado hacer más equita-
tivo el reparto del ingreso y la riqueza, sino que, por el contrario, en muchos casos ha
ahondado las desigualdades. Esta observación proveniente de críticos demócratas y
socialistas es crecientemente compartida.
Si bien los objetivos de igualdad se han fortalecido, los diagnósticos reflejan me-
nos alineamiento ideológico y más preocupación por la búsqueda de planteamientos,
diseños y acuerdos sociales y políticos, que bajo reglas de la economía de mercado
permitan honrar los compromisos sociales. Esto ha favorecido el desarrollo del cono-
cimiento político aplicado, de la política económica y de la economía política alrede-
dor de un enfoque y una disciplina institucional de las políticas públicas, tanto a nivel
macro de lo económico y de lo social como a nivel sectorial.
Así, juega un papel crucial el análisis de los incentivos, la adecuación burocrática,
la eficiencia en asuntos de interés colectivo y los pactos sociales alrededor de medi-
das de protección contra el desempleo, la indigencia, la vejez y otras contingencias,
más allá del énfasis excluyente entre orientaciones y medidas mercadocéntricas o,
alternativamente, estadocéntricas.
2 Un concepto alternativo más radical de estirpe liberal socialista es el de la “libertad real para todos” de Van
Parijs, cuyo postulado principal implica que para que el ejercicio de la libertad sea real, es necesario que con el
único requisito de la ciudadanía y por tanto independientemente de sus ingresos, cada individuo cuente con una
“renta básica” que garantice su subsistencia y pueda participar de la vida social sin estigmas ni preferencias. La
bibliografía del autor en esta materia es amplia pero quizá un texto muy comprensivo de sus ideas es Libertad
real para todos publicado en 1996 por Piadós de Barcelona.
EL SISTEMA INTEGRAL DE PROTECCIÓN Y SEGURIDAD SOCIAL 45
Al respecto es muy importante aclarar que la tensión entre la fidelidad a las reglas
de la economía de mercado y la necesidad de resolver los problemas distributivos a la
luz del principio filosófico de “libertad individual como compromiso social” impone
el reto de imaginar instituciones propias de un Estado de Bienestar (aseguramientos
contra contingencias como el desempleo, el hambre, la vejez, etc.), entendidas como
aquéllas que surgen de las demandas de carácter social y político más que de objeti-
vos económicos asociados con la necesidad de regularizar el ciclo económico en pro-
cura de garantizar el crecimiento de largo plazo, como ocurre a instancias del Estado
keynesiano. La distinción es importante porque mientras que las instituciones propias
del Estado de Bienestar operan sobre la distribución secundaria del ingreso, las del
Estado keynesiano lo hacen sobre la distribución primaria, implicando un papel más
activo del sector público como asignador de recursos3.
De manera que la aspiración y propuesta de avanzar hacia las instituciones del
Estado de Bienestar deberían estar exentas de críticas acerca de los efectos
distorsionadores de medidas de regulación económica. Constituyen apenas una rei-
vindicación de la adecuación histórica de las formas de regulación social compen-
satorias que se dieron desde fines del siglo XIX y se afianzaron en el mundo desarro-
llado hasta fines de los años sesenta del siglo XX, que se han adecuado y racionalizado
para mejorar su eficiencia sin pretender desmontarse injustificadamente en conside-
ración de su legitimidad social y raigambre histórica.
Hoy más que nunca es claro que el compromiso social no puede ignorar la necesi-
dad de cierto conservadurismo financiero. Para la salud de las finanzas públicas es
crucial la sostenibilidad intertemporal y considerar entre sus objetivos la promoción
del crecimiento económico y la garantía de reglas del juego que incentiven la toma de
riesgos de inversión por parte de los empresarios, así como la capacidad de aprove-
chamiento de los auges del ciclo económico y de reducción de riesgos y costos duran-
te las recesiones.
Así, debe propiciarse la habilidad política para contar con resultados fiscales
ajustables intertemporalmente para que, de un lado, no sea necesario sacrificar en
cada coyuntura los gastos necesarios de los servicios sociales básicos y, de otro lado,
no se “rompan” las reglas básicas de la estabilidad macroeconómica, en particular la
prevención contra tasas de inflación altas y crecientes por su efecto negativo sobre el
crecimiento y sobre los ingresos reales de aquellos que perciben rentas salariales.
Lo importante es, entonces, entender que los compromisos sociales no dejan de
representar gasto público en un contexto de recursos escasos, pero debe garantizarse
que no pueden representar demandas financieras excesivas en el sentido de que sus
3 Esta discusión sobre el Estado de Bienestar en contraste con el Estado keynesiano puede verse en Isuani,, E.
(1991), “Bismarck o Keynes ¿quién es el culpable?”, en Isuani, et al., El Estado benefactor. Un paradigma en
crisis, Niño y Dávila Editores, Buenos Aires.
46 DE LOS DERECHOS SOCIALES
costos tienen que ser comparados con los beneficios sociales que reportan. Así, en la
introducción de los rubros de gasto que entran en la restricción presupuestaria del
gobierno debe considerarse que los gastos sociales deben ser capaces de competir con
otros rubros en términos de “costo efectivo” y en términos de consistencia macroeco-
nómica para que no aumenten más allá de un límite que reproduzca riesgos de inesta-
bilidad dinámica, como generan, por ejemplo, tasas de inflación altas o aún modera-
das pero persistentes.
4 Stiglitz, J. (1997), “El papel del gobierno en el desarrollo económico”, en Banca y Finanzas, No. 45, julio-
septiembre, Asobancaria, Bogotá.
EL SISTEMA INTEGRAL DE PROTECCIÓN Y SEGURIDAD SOCIAL 47
5 En este sentido se plantea la siguiente discusión: vale la pena anteponer el crecimiento económico al logro de
mejoras en las condiciones de vida de las personas “reformando las reformas” para fortalecer la competencia
privada en la provisión de servicios sociales y reforzar la focalización. O, por el contrario, la política social debe
proponerse la oferta de posibilidades sobre la tenencia de la propiedad, el acceso a los activos, la vivienda, etc.,
procurando el incremento de las capacidades humanas no exclusivamente en términos del ingreso sino del acce-
so a titularidades.
El complemento clave es, si con los recursos disponibles y su crecimiento proyectado, pueda brindárseles a las
personas más acceso a la participación política, a la toma de decisiones, al ejercicio libre de sus derechos demo-
cráticos. Es decir, que a sus necesidades se les reconozca su perfil humano y, por tanto, sean beneficiarios de
todos sus derechos o simplemente se limita a verlos como los destinatarios de un subsidio.
48 DE LOS DERECHOS SOCIALES
Gráfico 2.1
Evolución del gasto social 1973-2002 (% del PIB)
18
16
14
12
P orce n ta je
10
0
73 74 75 76 77 78 79 80 81 82 83 84 85 86 87 88 89 90 91 92 92 94 95 96 97 98 99 00 01
Tota l g a sto so c ia l P o lin ó m ica (To ta l g a s to s o cia l)
Fuente: (1973-1998) Cálculos de la Misión Social DNP con base registro F-400 Cuentas Nacionales DANE. (1999) Cálcu-
los Misión Social con base en la Ejecución Presupuestal presentada en Indicadores de Coyuntura Económica diciembre
de 1999. DNP-Umacro. (2000, 2001 y 2002). Cálculos Dirección de Estudios Sectoriales con base en el comportamiento
del Presupuesto General de la Nación.
Gráfico 2.2
Evolución del gasto social y gasto en educación 1973-2002 (% del PIB)
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Po rce n ta je
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E d u ca ció n Tota l g a sto so c ia l
50 DE LOS DERECHOS SOCIALES
Gráfico 2.3
Evolución del gasto social y gasto en seguridad social 1973-2002 (% del PIB)
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P orce n ta je
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S e gu rid a d so c ia l Tota l g a sto so c ia l
Gráfico 2.4
Evolución del gasto social y asistencia social 1973-2002 (% del PIB)
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P o rce n ta je
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A siste n c ia so c ia l Tota l g a sto so c ia l
Gráfico 2.5
Evolución del gasto social y gasto en salud 1973-2002 (% del PIB)
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P orce n ta je
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S a lu d Tota l g a sto so c ia l
Fuente: las mismas fuentes que la del gráfico 2.1.
EL SISTEMA INTEGRAL DE PROTECCIÓN Y SEGURIDAD SOCIAL
Cuadro 2.1
Gasto social y sus componentes como % del PIB 1973-2002
Conceptos 1973 1974 1975 1976 1977 1978 1979 1980 1981 1982 1983 1984 1985 1986
Total Gasto Social 6,15 6,38 6,69 6,03 6,14 6,29 7,07 7,58 8,02 8,05 8,17 8,18 8,03 7,73
Educación 2,86 3,36 3,33 3,14 2,90 2,91 3,05 3,20 3,32 3,54 3,65 3,70 3,53 3,31
Administración /1 0,31 0,32 0,20 0,35 0,19 0,15 0,18 0,20 0,24 0,36 0,30 0,31 0,32 0,39
Primaria /2 0,79 0,86 1,05 0,95 1,07 1,14 0,95 1,14 1,16 1,21 1,19 1,14 1,07 1,02
Secundaria /3 0,85 1,43 1,13 0,93 0,71 0,65 0,82 0,69 0,70 0,86 0,88 0,93 0,88 0,84
Superior /4 0,52 0,45 0,53 0,57 0,57 0,60 0,67 0,67 0,72 0,72 0,82 0,79 0,73 0,67
Otras /5 0,37 0,28 0,41 0,32 0,36 0,37 0,40 0,45 0,45 0,37 0,45 0,53 0,53 0,39
Auxiliares /6 0,01 0,02 0,02 0,01 0,02 0,01 0,03 0,04 0,05 0,02 0,01 0,01 0,00 0,00
Salud 1,02 0,94 0,95 0,90 0,73 0,80 0,93 1,17 1,24 1,20 1,24 1,09 1,38 1,30
Administración /7 0,32 0,35 0,47 0,36 0,21 0,19 0,24 0,27 0,34 0,30 0,29 0,31 0,23 0,29
Hospitales /8 0,55 0,51 0,44 0,44 0,46 0,49 0,62 0,76 0,76 0,83 0,82 0,66 1,01 0,87
Servicios Particulares /9 0,15 0,08 0,04 0,09 0,06 0,11 0,08 0,14 0,13 0,07 0,14 0,11 0,13 0,13
Seguridad Social /10 1,42 1,16 1,39 1,30 1,32 1,37 1,72 1,84 2,30 2,00 2,07 2,05 2,12 2,10
Asistencia Social 0,31 0,25 0,16 0,15 0,57 0,64 0,78 0,63 0,70 0,60 0,58 0,53 0,32 0,31
Asistencia y Bienestar /11 0,12 0,11 0,12 0,12 0,17 0,14 0,32 0,18 0,18 0,11 0,07 0,10 0,07 0,05
Otros de Asistencia /12 0,19 0,14 0,04 0,03 0,40 0,50 0,46 0,45 0,52 0,50 0,51 0,43 0,25 0,26
Otros Servicios Sociales 0,17 0,16 0,54 0,19 0,19 0,20 0,23 0,22 0,18 0,19 0,20 0,20 0,22 0,21
Servicios Recreativos y Cult. /13 0,16 0,16 0,19 0,18 0,17 0,19 0,22 0,21 0,18 0,19 0,20 0,20 0,21 0,21
Servicios Religiosos y Otros /14 0,00 0,00 0,35 0,01 0,02 0,00 0,01 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00
Vivienda /15 0,35 0,48 0,30 0,31 0,37 0,33 0,32 0,49 0,22 0,46 0,35 0,46 0,27 0,44
Agua Potable y Saneamiento /16 0,02 0,01 0,02 0,04 0,07 0,05 0,04 0,04 0,06 0,05 0,08 0,14 0,20 0,06
1/ Ministerio de Educación: Administración. Instituto Colombiano para el Fomento de la Educación Superior (Icfes). Icetex. Construcciones.
2/ Educación elemental, construcción nuevas escuelas y pago de profesores.
3/ Educación secundaria, capacitación del magisterio Inem, politécnicos, normalista y construcciones.
4/ Educación universitaria, especialización profesional, enseñanza superior no universitaria, becas y construcciones.
5/ Sena; educación vocacional, religiosa, agropecuaria industrial, comercial, enfermería, artística. Conservatorio. Granjas Infantiles. Becas. Educación por Radio y T.V. Educación de Adultos. Acción Cultural Popular.
6/ Restaurantes escolares. Construcciones y conservaciones relacionadas.
7/ Minsalud: Parte Administrativa, Capacitación del Personal. Instituto Nacional de Cancerología. Instituto Nacional de Salud (Inas). Labor investigativa. Construcciones.
8/ Minsalud: Sostenimiento de Hospitales, Centros de Salud, Manicomios, Lazaretos. Fondo Nacional Hospitalario. Sanatorio de Agua de Dios. Sanatorio de Contratación. Construcciones.
9/ Minsalud: Campañas directas de vacunación, reconocimiento de cáncer. Servicio Nacional de Erradicación de la Malaria (SEM) Programas y Clínicas de control de la natalidad. Donación de sangre. Construcciones.
10/ Administración de Caja Nacional de Previsión (Cajanal). Instituto de Seguros Sociales (ISS). Caja de Previsión Social de Comunicaciones (Caprecom). Caja de Sueldos de Retiro de las FF.MM.
Caja de Previsión Social de la Superintendencia Bancaria. Corporación Social de la Superintendencia de Sociedades. Hospital Militar Central. Cajas de Compensación Familiar.
Construcciones para fines relacionados. Incluye los pagos a personas por enfermedad o accidente. Pensiones de jubilación tanto para empleados del gobierno, civiles y militares, y particulares.
Subsidio familiar y programas especiales para ex combatientes, viudas y huérfanos y los servicios pecuniarios.
11/ Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) y todos los programas relacionados con la administración del cuidado de ancianos, niños, incapacitados, enfermos mentales y demás servicios de protección de la familia. Construcciones.
12/ Cuidado a los ancianos. Cuidado a los incapacitados y enfermos mentales. Cuidado de niños. Otros.
13/ Sociedades Culturales. Congresos y exposiciones artísticas. Bibliotecas. Bandas y Orquestas Sinfónicas. Teatros. Museos. Academias Culturales. Institutos de Cultura. Colonias Vacacionales. Parques y Jardines Botánicos, Estadios,
Loterías. Juntas Administradoras.
14/ Contribuciones a Sindicatos, Comunidades y Fiestas Religiosas, Organizaciones Juveniles. Microempresas.
15/ Vivienda. Ordenación urbana y rural. Recolección de basuras. Alcantarillado. Otros.
16/ Acueducto y Alcantarillado. Comprende la promoción, reglamentación, investigación y asistencia para la conservación, conducción y distribución de agua potable para usos generales. Construcciones.
Fuente: (1973-1998) Cálculos de la Misión Social DNP con base en registro F-400 Cuentas Nacionales DANE (1999) Cálculos Misión Social con base en la Ejecución Presupuestal presentada en Indicadores de Coyuntura Económica di-
ciembre de 1999 DNP-Umacro.
(2000, 2001) Cálculos Dirección de Estudios Sectoriales con base en el comportamiento del Presupuesto General de la Nación, Anexo Gasto Social.
51
52
(Continuación cuadro 2.1)
Conceptos 1987 1988 1989 1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001
Total Gasto Social 7,72 7,86 9,95 8,21 8,08 9,28 9,96 10,22 13,14 16,70 14,53 14,68 15,85 14,38 14,53
Educación 3,29 3,19 3,29 3,15 3,13 3,99 3,77 3,09 3,57 5,03 4,49 4,82 4,64 4,21 4,25
Administración /1 0,37 0,38 0,38 0,36 0,26 1,16 0,78 0,47 0,51 0,73 0,87 0,94 0,79 0,71 0,72
Primaria /2 1,08 1,04 1,08 1,02 1,08 1,12 1,16 0,95 1,10 1,68 1,13 1,22 1,40 1,27 1,28
Secundaria /3 0,79 0,81 0,79 0,82 0,83 0,79 0,84 0,71 0,77 1,18 1,30 0,91 1,09 0,99 1,00
Superior /4 0,64 0,62 0,63 0,62 0,62 0,57 0,66 0,68 0,83 1,04 0,83 1,25 0,93 0,85 0,86
Otras /5 0,41 0,35 0,40 0,33 0,34 0,34 0,33 0,27 0,36 0,38 0,33 0,49 0,42 0,39 0,39
Auxiliares /6 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,01 0,01 0,01 0,02 0,02 0,02 0,01 0,01 0,01
Salud 1,29 1,39 1,22 1,24 1,07 1,09 1,75 2,14 3,68 3,08 3,40 4,03 4,08 3,70 3,74
Administración /7 0,31 0,24 0,22 0,25 0,18 0,25 0,54 0,52 1,37 0,50 0,97 1,50 1,45 1,32 1,33
Hospitales /8 0,87 1,06 0,91 0,93 0,82 0,76 1,06 1,42 2,05 2,23 2,08 2,20 2,24 2,04 2,06
Servicios Particulares /9 0,11 0,09 0,09 0,06 0,07 0,09 0,15 0,19 0,26 0,35 0,36 0,34 0,39 0,35 0,35
Seguridad Social /10 2,10 2,18 4,11 2,54 2,44 2,76 3,00 3,58 4,23 6,29 4,47 3,76 5,14 4,66 4,71
Asistencia Social 0,32 0,39 0,50 0,52 0,51 0,55 0,54 0,49 0,68 0,70 0,73 0,75 0,73 0,66 0,67
Asistencia y Bienestar /11 0,13 0,13 0,18 0,16 0,17 0,19 0,16 0,11 0,16 0,14 0,14 0,21 0,19 0,18 0,18
Otros de Asistencia /12 0,19 0,26 0,32 0,36 0,35 0,36 0,38 0,38 0,52 0,56 0,59 0,54 0,53 0,48 0,49
Otros Servicios Sociales 0,20 0,26 0,29 0,27 0,26 0,26 0,32 0,36 0,35 0,57 0,47 0,39 0,40 0,36 0,37
Servicios Recreativos y Cult. /13 0,20 0,26 0,29 0,26 0,25 0,26 0,32 0,35 0,34 0,50 0,42 0,38 0,38 0,35 0,35
Servicios Religiosos y Otros /14 0,00 0,00 0,00 0,01 0,01 0,01 0,00 0,01 0,01 0,07 0,05 0,01 0,02 0,02 0,02
Vivienda /15 0,38 0,30 0,39 0,34 0,35 0,38 0,36 0,37 0,41 0,61 0,61 0,71 0,54 0,49 0,49
Agua Potable y Saneamiento /16 0,14 0,15 0,14 0,15 0,32 0,25 0,21 0,20 0,22 0,41 0,35 0,21 0,33 0,30 0,30
DE LOS DERECHOS SOCIALES
EL SISTEMA INTEGRAL DE PROTECCIÓN Y SEGURIDAD SOCIAL 53
Además, la equidad del gasto social público varía ampliamente entre subsectores.
Resulta progresivo, por quintiles de ingreso, en los subsectores de educación primaria
y secundaria (al ser mayor para los quintiles de ingresos bajos), neutral porque no
evidencia redistribución alguna (es igual para todos los quintiles de ingreso) en los de
salud y nutrición y claramente regresivo en el de la educación superior (al ser mayor
para los quintiles de ingresos superiores) (gráfico 2.6).
Gráfico 2.6
Distribución del ingreso y del gasto social en salud y educación por quintiles -1997
100
90
80
P orce n ta je d e g a s to p ú b lic o /in g re s o
70
60
50
40
30
20
10
0
0 1 2 3 4 5
Q u in tile s d e p o b la c ió n
P rim a ria S e cu n d a ria S u p erio r S a lu d y N u tric ió n D istrib u ció n d el ing re so
Ahora bien, el ascenso del gasto social dentro de las finanzas públicas no ha sido
acompañado por la suerte de buenos arreglos institucionales para superar dificultades
de la ejecución mayor, más rápida y más eficiente de los recursos. Problemas que se
acusaron especialmente durante la década del ochenta cuando el ajuste fiscal y la
reorientación del gasto público de los años 1985 y 1986 provocaron una reducción
del gasto social, todavía no se han resuelto totalmente6.
La llamada “inercia” presupuestal también aplica a los sectores sociales dada la
ausencia de sistemas que efectivamente evalúen la calidad del gasto, aparte de que
aún se ejecutan acciones demasiado disgregadas tanto a nivel funcional como territo-
rial y que las autoridades centrales tienen demasiadas obligaciones administrativas en
6 Sobre la gestión y el gasto social en los ochenta se puede encontrar un buen análisis en Ramírez, J.C. (1994), “La
gestión social en los ochenta”. En: Luis Bernardo Flórez (director de investigación), Colombia, gestión económi-
ca estatal de los 80’s, Universidad Nacional-CIID, Bogotá.
54 DE LOS DERECHOS SOCIALES
asuntos relacionados con ejecutorias del gasto descentralizado, lo cual implica la rea-
lización de muchos contratos de pequeñas cuantías y trámites excesivos. Además, los
plazos excesivos que impone el Ministerio de Hacienda en algunos casos para la
transferencia de los recursos y la persistencia de la práctica de postergar para el fin de
año el giro de la mayor parte de ellos, resta flexibilidad a los ejecutores territoriales,
desvirtuando la programación y planeación y generando incentivos adversos para los
contratistas privados con los cuales los municipios realizan obras, estudios, etc.
Por otra parte, persisten problemas en multiplicidad de aspectos relacionados con
la descentralización. Los esfuerzos que se hicieron a principios de la década del no-
venta para mejorar la capacidad institucional territorial, en particular la de los depar-
tamentos, con programas como el Plan de Desarrollo Institucional (PDI), en realidad
no observaron una continuidad clara, y apenas con la reciente reforma de la Ley 60 de
1993 sobre Competencias y Recursos entre niveles de gobierno, se vuelve a fortalecer
el papel de coordinador y asesor que debe cumplir el nivel intermedio de gobierno,
aunque plantea ciertos arreglos institucionales que pueden funcionar con detrimento
de la equidad en la distribución para los servicios sociales básicos.
En efecto, la nueva ley (715 de 2001) define más claramente las competencias de
los niveles de gobierno, pero, en algunos casos, amplía más de lo conveniente la
discrecionalidad de la Nación, mientras que en otros, por restricciones fiscales y de
capacidad institucional, hace temer que la mayor autonomía concedida a las entida-
des territoriales resulte impracticable. Por lo demás, subestima la precaria correspon-
dencia fiscal y ciertos obstáculos institucionales en los sectores de educación y salud.
Así, sienta las bases para introducir a mediano plazo un mercado regulado en el pri-
mer sector y cierta dualidad en el último, al incorporar gastos y procedimientos de
provisión de servicios basados en el concepto de subsidio de la oferta en yuxtaposi-
ción con el esquema de subsidios a la demanda que gobierna el régimen actualmente.
Pero el énfasis en la eficiencia desplaza el predominio de la equidad contenido en la
norma anterior (Ley 60 de 1993). El efecto sobre el acceso de los más pobres y otras
poblaciones vulnerables por razones socioeconómicas, puede ser adverso a nivel tan-
to de salud como de educación7.
El privilegio de la eficiencia en la asignación del gasto descentralizado obedeció a
que se asumieron como más graves los problemas de colisión de competencias, de
sobrecostos en la educación, de falta de información en salud, de rigidez en los man-
datos de gastos y de restricciones a las decisiones subnacionales, que los problemas
de desigualdad de riqueza y de ingresos entre regiones, asociados con coberturas
insuficientes y fallas de calidad en los servicios básicos de salud, educación, de agua
potable y de seguridad, entre otros. Se ignoró que aunque dichos problemas de efi-
7 CGR, (2002), “Observaciones a la Ley del Sistema General de Participaciones”, en Economía Colombiana, Edi-
ción 289, Bogotá.
EL SISTEMA INTEGRAL DE PROTECCIÓN Y SEGURIDAD SOCIAL 55
ciencia son ciertos, los debidos a la falta de equidad y las carencias cuantitativas y
cualitativas son tanto o más importantes desde el punto de vista del carácter estructu-
ral de las acciones requeridas para atenuar la crisis social, recuperar el dinamismo del
gasto agregado en el mediano plazo y construir capitales humano y social en una
perspectiva de largo plazo.
En este orden de ideas y como lo muestran hoy la teoría y la evidencia de muchos
países en desarrollo, no es cierto que las medidas que buscan la mejor administración
de los recursos por sí solas garantizan la equidad de su reparto, mucho menos cuando
dichos recursos son insuficientes y el dominio donde se aplican se caracteriza por una
desigualdad económica considerable y una intermediación política perniciosa.
La integralidad es indispensable para enfrentar la problemática de la protección
social en términos de cobertura, calidad, eficiencia en la provisión de servicios, equi-
dad en el acceso, búsqueda de mayor compaginación entre aportes y beneficios en
todos los aseguramientos, progresividad en las contribuciones, diseños instituciona-
les que sin desvirtuar los incentivos en una economía de mercado permitan al Estado
reconocer derechos y por último posibilidades financieras que en cada subsector tien-
dan a estimular mayor productividad microeconómica y mejor aprovechamiento de
los recursos presupuestales. A continuación se describen estos rasgos generales de
una reforma de la protección social en el marco de un Sistema Integral de Protección
y Seguridad Social (SIPSS). (Los detalles técnicos por cada subsector social se tratan
en los respectivos capítulos 3 a 11).
8 Este desarrollo se basa parcialmente en Cepal (2000), Equidad, desarrollo y ciudadanía, pero adiciona otros
argumentos derivados de la visión aquí propuesta sobre lo que debe ser un SIPSS.
56 DE LOS DERECHOS SOCIALES
Diagrama 2.1
Sistema Integral de Protección y Seguridad Social (SIPSS)
2. Justicia Políticas
9 La progresividad puede ser débil o fuerte según el criterio de Arrow. Es débil cuando en una estructura de tasas
de tributación dada, las mismas aumentan positivamente pero decrecientemente a partir de un nivel dado de
ingreso gravable; y es fuerte cuando los aumentos positivos y crecientes a lo largo de todo el espectro de tasas
hasta el último nivel de ingreso gravable (en sentido ascendente). Técnicamente, la progresividad es débil cuan-
do la primera derivada de una curva de tasas de tributación respecto a nivel de ingreso gravable es positiva pero
la segunda derivada es negativa; mientras que la progresividad es fuerte cuando tanto la primera como la segunda
derivada son positivas.
10 Según Giddens, se puede idear una evolución del uso de la violencia, en tanto cuestión del poder de Estado.
Primero se tendrían los Estados premodernos que no pueden evitar el uso privado de la violencia. Luego los
Estados modernos que monopolizan el uso de la violencia como instrumento de poder público. Finalmente, los
Estados propios de una “sociedad posmilitar” que usan muy limitadamente la violencia. Esto por el efecto de la
globalización económica y otras fuerzas disruptoras de la naturaleza internacional de los conflictos. Al respecto
ver Giddens, A. (1996), Más allá de la izquierda y la derecha. El futuro de las políticas radicales, Cátedra,
Madrid, cap. IX: “La teoría política y el problema de la violencia”.
EL SISTEMA INTEGRAL DE PROTECCIÓN Y SEGURIDAD SOCIAL 59
Diagrama 2.2
Regristo Único de Prestaciones Sociales
Sistem as de inform ación de las diferentes
instituc io nes
Inform ac ión d el
s isben
S is ben S .I. m un icip ales
In st. oto rgan subsidio s
R e gistra duría
El RUPS permite tener una información en línea con los municipios, que por medio
del Sisben registran los nuevos posibles beneficiarios de los subsidios, así como con
las instituciones que otorguen los subsidios.
El flujo de la información tiene como entrada la captación de los usuarios, en cada
municipio, que por sus características deben ser evaluados por el Sisben, que, en
60 DE LOS DERECHOS SOCIALES
principio, seguiría funcionando como hasta ahora, con una encuesta de actualización
masiva cada tres (3) años, y constantemente por demanda, es decir, quien crea que
está en condiciones para pertenecer al sistema, solicita su evaluación y su calificación
de acuerdo con los parámetros establecidos.
El Sisben debe evaluar las características que se definen para otorgar cada subsidio
(ver diagrama 2.3 “Información recolectada por medio del Sisben”), de tal manera que
permita identificar los posibles beneficiarios para cada uno de ellos. Al mismo tiempo,
debe entregar caracterizados a los posibles beneficiarios de cada subsidio de acuerdo
con sus niveles de ingreso, de tal manera que las instituciones que los otorgan tengan
una priorización según este parámetro que les permita focalizar mejor sus recursos.
Igualmente, para permitir un mayor control a las distintas formas de evasión, elusión
y multiafiliación que puedan afectar la estabilidad financiera del Sistema Integral de
Protección y Seguridad Social, se deberán llevar a cabo cruces de información con
bases de datos que administren otras entidades, tanto públicas como privadas.
En resumen, aunque el ideal es un sistema de información en línea, que centralice
la información de muchas entidades (incluyendo subsidiarias y aseguradoras de ser-
vicios sociales) y tenga al día la base de datos actualizada, es difícil y costoso de
lograr, ya que implicaría un cubrimiento de toda la población colombiana. Sin embar-
go, con el fin de facilitar el control de los recursos y la focalización apropiada de los
mismos, en principio, el RUPS debería:
• Obtener una información completa que permita la identificación y evaluación de
los posibles beneficiarios de subsidios en salud, educación, pensiones, empleo y/o
vivienda en todo el país.
• Tener una base de datos centralizada (a nivel nacional) actualizada por la informa-
ción capturada a nivel municipal y departamental por el Sisben.
• Realizar cruces con otras entidades (DIAN, Superintendencia Bancaria, Registraduría
Nacional, instituciones que controlen el aseguramiento en salud, educación, empleo y
pensiones), que permitan verificar los datos capturados y depurar la base de los posibles
beneficiarios de los subsidios, su periodicidad podría ser de cada dos meses.
Tener un sistema en línea con las instituciones que otorgan subsidios de salud, edu-
cación, pensiones, empleo y/o vivienda, para que tengan un acceso permanente a la
base de datos actualizada y así otorgar los subsidios a quienes de acuerdo con sus carac-
terísticas se encuentren dentro de los diferentes grupos de posibles beneficiarios.
61
(Continúa pág. siguiente)
(Continuación diagrama 2.3)
62
DE LOS DERECHOS SOCIALES
EL SISTEMA INTEGRAL DE PROTECCIÓN Y SEGURIDAD SOCIAL 63
11 Este término denota la influencia decisiva de los grupos de interés en la representación democrática y en el
ejercicio del gobierno. Así, pueden existir todas las instituciones formales de la democracia, en particular las
elecciones, pero en la práctica el poder no se genera de las mayorías sociales y/o políticas sino que responde a los
intereses de dichos grupos que ponen a su servicio el sistema político. El concepto es de Robert Dahl, politólogo
estadounidense, prestigioso por sus estudios sobre democracia y sobre la relación entre economía y política en la
formulación y ejecución de políticas públicas. Puede verse su texto “La poliarquía”, en Rafael del Águila y otros
(editores), La democracia en sus textos, Alianza editorial, Madrid, 1998.
EL SISTEMA INTEGRAL DE PROTECCIÓN Y SEGURIDAD SOCIAL 65
la consigna de ahorro fiscal arriba expuestos, la implantación gradual del SIPSS re-
quiere recursos adicionales crecientes durante los primeros ocho años, al pasar de
2,8% del PIB en 2003 al 8,1% del PIB en 2010 (cuadro 2.2)
Cuadro 2.2
Costos totales del Sistema Integral de Protección y Seguridad Social SIPSS
% PIB
Los subsistemas de Alivio a la Indigencia y Salud son los que más recursos de-
mandan, a pesar de que se aplicarían gradualmente a lo largo de diez años. Mientras
en 2003 estos subsistemas en conjunto requerirían menos del 1% del PIB, en 2010 su
exigencia financiera llegaría al 5,2%, si se pretendiera cubrir totalmente el déficit
tanto cuantitativo como cualitativo (en el caso de salud) hacia finales de la década.
Los costos correspondientes a los programas de subsidio de desempleo y educa-
ción también aumentarían rápidamente pero en menor proporción. De otra parte, los
costos de subsidio a la vejez y seguro de desempleo disminuirían en este período,
26% y 22% respectivamente, aunque su disminución no es tan acentuada.
Con el fin de que las presiones que sobre las finanzas públicas tiene la construc-
ción de un Estado Social de Derecho no sean tan excesivas, la propuesta plantea una
estrategia para el financiamiento no presupuestal del SIPSS. En algunos subsistemas
como el de protección contra el desempleo la implantación del programa no acarrea-
ría ningún costo fiscal adicional, mientras que en otros la financiación estatal tendría
que ser total. Así mismo, en algunos subsistemas se plantean varios escenarios de
financiación, mientras que en otros la estrategia planteada es única. Los resultados se
ilustran en los cuadros 2.3 y 2.4 sobre el financiamiento.
El financiamiento no presupuestal, bajo el escenario 1, alcanza a cubrir el 72,6%
del costo total del SIPSS en el año inicial de su implantación. Sin embargo, con el paso
del tiempo estas fuentes de financiación van disminuyendo en términos porcentuales
frente al componente fiscal, hasta alcanzar el 47,3% en 2010.
66 DE LOS DERECHOS SOCIALES
Cuadro 2.3
Financiamiento del Sistema Integral de Protección y Seguridad Social
Escenario 1 (% PIB)
Año Seguro y subsidio Alivio gradual Reducción déficit Salud 4 Total
de desempleo 1 indigencia2 Régimen Prima Media3
2003 1,18 0,54 0,22 0,10 2,03
2004 1,22 0,85 0,32 0,12 2,50
2005 1,26 0,95 0,42 0,14 2,77
2006 1,30 1,25 0,42 0,16 3,13
2007 1,35 1,44 0,43 0,19 3,41
2008 1,39 1,54 0,53 0,21 3,67
2009 1,43 1,54 0,54 0,24 3,75
2010 1,46 1,54 0,55 0,26 3,82
1
50% Cajas de Compensación Familiar y 50% cesantías.
2
Ayuda internacional, Sistema General de Participaciones y Bancos de Alimentos.
3
Diferencia entre el escenario pasivo y el escenario 1: en 2003 aumento de la tasa de cotización efectiva en 2 puntos y
otro punto en 2008, y aumento cobertura a los niveles de salud, conservando la actual distribución entre regímenes.
4
Contempla aumento progresivo de la cotización (> 4 SML) y aumento cobertura régimen contributivo.
Cuadro 2.4
Financiamiento del Sistema Integral de Protección y Seguridad Social
Escenario 2 (% PIB)
Año Seguro y subsidio Alivio gradual Reducción déficit Salud 4 Total
de desempleo 1 indigencia2 Régimen Prima Media3
2003 1,18 0,54 0,33 0,10 2,14
2004 1,22 1,05 0,53 0,12 2,92
2005 1,26 1,25 0,73 0,14 3,38
2006 1,30 1,45 0,74 0,16 3,65
2007 1,35 1,64 0,76 0,19 3,94
2008 1,39 1,74 0,89 0,21 4,23
2009 1,43 1,74 0,91 0,24 4,32
2010 1,46 1,74 0,92 0,26 4,39
1
50% Cajas de Compensación Familiar y 50% Cesantías.
2
Ayuda internacional, Sistema General de Participaciones y Bancos de Alimentos.
3
Diferencia entre el escenario pasivo y el escenario 2: En 2003 aumento de la tasa de cotización efectiva en 2 puntos
y otro punto en 2008, y el aumento de cobertura, a los niveles de salud, se da exclusivamente en el régimen de prima
media.
4
Contempla aumento progresivo de la cotización (> 4 SML) y aumento cobertura régimen contributivo.
Debe tenerse en cuenta que la diferencia entre ambos escenarios radica en los subsistemas
de pensiones y alivio a la indigencia.
Cuadro 2.5
Costos Fiscales del Sistema Integral de Protección y Seguridad Social
Escenario 1 (% del PIB)
Año Seguro y Alivio gradual Subsidio Salud Educación Total
subsidio de indigencia Pensional
desempleo
2003 - - 0,68 0,20 0,34 1,22
2004 - 0,22 0,54 0,47 0,61 1,84
2005 - 0,39 0,41 0,74 0,82 2,35
2006 - 0,35 0,32 1,43 0,96 3,06
2007 - 0,68 0,33 1,74 1,05 3,8
2008 - 1,10 0,2 2,02 1,06 4,38
2009 - 1,09 0,16 2,25 0,90 4,4
2010 - 1,07 0,12 2,37 0,79 4,35
Cuadro 2.6
Costos Fiscales del Sistema Integral de Protección y Seguridad Social
Escenario 2 (% del PIB)
Año Seguro y Alivio gradual Subsidio Salud Educación Total
subsidio de indigencia Pensional
desempleo
2003 - 0,00 0,57 0,20 0,34 1,11
2004 - 0,01 0,33 0,47 0,61 1,42
2005 - 0,08 0,1 0,74 0,82 1,74
2006 - 0,15 0,06 1,43 0,96 2,6
2007 - 0,49 0,00 1,74 1,05 3,28
2008 - 0,91 -0,16 2,02 1,06 3,83
2009 - 0,89 -0,21 2,25 0,90 3,83
2010 - 0,87 -0,25 2,37 0,79 3,78
Para terminar, el costo fiscal una vez descontado el financiamiento que se logra en
algunos subsistemas gracias a esquemas de contribución progresiva, y bajo los dos
escenarios contemplados se incrementaría durante el período 2003-2010 (cuadros 2.5
y 2.6). Bajo el escenario 1 pasaría de 1,22% del PIB en 2003 a 4,35% del PIB en 2010,
mientras que bajo el escenario 2 del 1,1% del PIB en 2003 al 3,78% del PIB en 2010.
Las menores cargas fiscales bajo el escenario 2 se obtienen gracias a la mayor reduc-
ción del déficit del régimen de prima media con la implantación de las modificacio-
nes de los parámetros propuestos para el sistema pensional y el programa de alivio a
la indigencia.
68 DE LOS DERECHOS SOCIALES
Capítulo 3
ATENCIÓN ALIMENTARIA A LA POBLACIÓN INDIGENTE*
* Elaborado por: Gildardo Quintero, Jorge Fuentes, Martha Yanira Castañeda y Liria Adriana Rodríguez, profe-
sionales CGR, Sector Social. Director de Estudios Sectoriales: Carlos Emilio Betancourt Galeano.
1 El tema de exclusión social fue desarrollado ampliamente en el capítulo: “Colombia: una sociedad excluyente”.
ATENCIÓN ALIMENTARIA A LA POBLACIÓN INDIGENTE 69
la población pobre, definida como la población que no cuenta con ingresos (Línea de
Pobreza) para adquirir una canasta básica más amplia de bienes y servicios básicos.
Durante la década del noventa la proporción de indigentes aumentó tanto en cabe-
cera como en resto, pese a una leve mejoría a mediados de la década explicada por la
disminución de indigentes en las cabeceras. En 2000, el número de pobres llegó a
24.6 millones, de los cuales 9.7 millones se encontraban en pobreza extrema; es decir,
el 23,4% de la población no contaba con los ingresos mínimos que les permitiera
suplir necesidades nutricionales básicas.
El aumento de la indigencia ha sido particularmente intenso en los últimos años:
entre 1998 y 2000 el porcentaje de población por debajo de la línea de indigencia
creció en un 28,5%, mientras que la población por debajo de la línea de pobreza lo
hizo en proporción de 16,1%. El incremento de la indigencia correspondió principal-
mente al área urbana (cabeceras municipales) donde creció 56,4% frente al 15,7% del
resto (cuadro 3.1).
Cuadro 3.1
Población en pobreza en indigencia 1991-2000
Año Población en pobreza Población en indigencia
Total (%) Cabecera (%) Resto (%) Total (%) Cabecera (%) Resto (%)
1991 20,4 13,8 35,2 53,8 47,3 68,4
1993 19,4 11,6 37,7 51,7 43,6 70,7
1996 18,7 10,0 40,3 52,8 42,8 77,4
1997 18,1 8,3 42,9 50,3 39,1 78,9
1998 17,9 10,1 37,5 51,5 41,8 75,8
1999 19,7 11,7 40,3 56,3 47,2 79,6
2000 23,4 15,8 43,4 59,8 51,0 82,6
Fuente: DNP, Boletín SISD No. 30.
2 Bejarano, Jesús Antonio, “Empleo y distribución de los ingresos en el sector rural”. En: Revista de Planeación
y Desarrollo, Bogotá, Vol. XXI, Nos. 1 y 2, enero-junio de 1989, referenciado en DANE, Boletín de Estadística.
70 DE LOS DERECHOS SOCIALES
deciles 1 y 2, mientras que en el decil 10 había 0,8 dependientes por cada ocupado, y
en 2000 eran de 1,5 para los indigentes y 0,6 para el decil 10.
Las diferencias demográficas y laborales mencionadas se visualizan en la distri-
bución de la población total de los deciles 1 y 2 frente a la población del decil 10
(cuadro 3.2).
Cuadro 3.2
Distribución de la población total y de la población en edad de trabajar
Indigentes y decil 10 en el 2000
Grupos de población Indigentes = Decil 10 (%)
decil 1 + decil 2 (%)
Distribución de la población total
Población en Edad de Trabajar, PET 68,5 88,1
No PET (menores) 31,5 11,9
Distribución de la PET
Ocupados 39,6 60,9
Desocupados 15,5 5,4
Inactivos 45,0 33,7
Fuente: Cálculos DES Social-CGR con base en DANE-ENH 2000.
6 Las necesidades básicas insatisfechas (NBI) se miden a través de cinco indicadores simples que identifican la
insatisfacción de necesidades en educación, salud, condiciones de vivienda y acceso a servicios, así como la alta
dependencia económica.
ATENCIÓN ALIMENTARIA A LA POBLACIÓN INDIGENTE 73
Cuadro 3.3
Porcentaje de hogares indigentes con necesidades básicas insatisfechas –NBI–
(indicadores simples) según área geográfica en el 2000
Indicador simple de Necesidades Hogares indigentes (%)
Básicas Insatisfechas (NBI)
Cabecera Resto Total
7 Dichas políticas están desarrolladas en los capítulos: “Propuesta de seguro de desempleo” y “Educación básica:
cobertura, calidad, institucionalidad y financiamiento”.
74 DE LOS DERECHOS SOCIALES
El gasto público social destinado a programas de subsistencia alimentaria contrasta con la eleva-
da proporción de población indigente. En 2001, el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar
(ICBF) tuvo un presupuesto de inversión de 759 mil millones de pesos equivalentes al 0,40% del
PIB y los programas relacionados con subsidios de alimentación de la Red de Solidaridad Social,
124 mil millones de pesos, 0,06% del PIB. Para un total de inversión del nivel central de 809 mil
millones de pesos, equivalentes al 0,46% del PIB8.
Del presupuesto de inversión del ICBF, principal entidad encargada de programas alimentarios,
691 mil millones de pesos corresponden a programas estrictamente alimentarios que beneficia-
ron a 3.35 millones de personas en 2001 (cuadro 3.4).
Además del bajo porcentaje de recursos destinados a programas alimentarios, se destaca el
hecho de que éstos muestran una tendencia decreciente como porcentaje del Presupuesto Gene-
ral de la Nación (cuadro 3.5), evidenciando la carencia de una política activa, estructurada y
estable en el corto, mediano y largo plazo.
Cuadro 3.4
Programas del ICBF relacionados con subsidio alimentario en el 2001
Programa Usuarios Presupuesto
(miles $ 2001)
Fuente: ICBF.
Cuadro 3.5
Inversión ejecutada por el ICBF, 1995-2001
Año Inversión ejecutada % PIB % Presupuesto % Gasto social
(millones de pesos corrientes) General de la Nación
1995 350.426 0,48 2,26 3,16
1996 453.609 0,52 2,19 2,70
1997 597.873 0,57 2,23 3,38
1998 664.516 0,55 2,16 3,20
1999 730.143 0,56 1,82 3,03
2000 767.969 0,52 1,52 3,10
2001 759.279 0,40 1,12 2,68
Fuente: ICBF.
8 Municipios y departamentos también destinan recursos a programas alimentarios. Por ejemplo, en 2000
el Distrito Capital invirtió por este concepto 1000 millones, equivalentes al 0,0007% del PIB. Sin em-
bargo, para este análisis se considera sólo el gasto del nivel central.
ATENCIÓN ALIMENTARIA A LA POBLACIÓN INDIGENTE 75
Cuadro 3.6
Habitantes de la calle en Bogotá y Soacha. 1997-2001
Año Total población censada Crecimiento
1997 4.515
1999 7.817 73,13%
2001/p 11.000 40,71%
/P Según DANE, la información preliminar del Censo adelantado en el 2001 es
de 10.000 habitantes de la calle, pero con un subregistro estimado de 1.000
habitantes de la Calle del Cartucho a la cual no fue permitido el acceso.
Fuente: I, II y III Censo Habitantes de la Calle. Idipron.
9 Adelantados por Idipron (Instituto Distrital para la Protección de la Niñez y la Juventud) y el DANE en 1999 y con
la Universidad Nacional en 1997 en la ciudad de Bogotá y Soacha.
10 Documento Conpes No. 1804. Ministerio del Interior, DNP y Consejería Presidencial para los Derechos Huma-
nos, septiembre 1995.
76 DE LOS DERECHOS SOCIALES
De acuerdo con los resultados del censo sectorial a habitantes de la calle realizado por el DANE en
Bogotá y Soacha (1999), el número de personas en esta condición era 7.817: 85,9% hombres y
13,4% mujeres.
Esta población es fundamentalmente adulta; sólo el 1,4% tiene hasta 7 años de edad; el 11,4%,
entre 8 y 16 años; el 15% corresponde a adolescentes entre 17 y 21 años y el 63,6% de 22 años en
adelante.
El fenómeno callejero no parece ser transitorio: el 44,1% manifestó llevar 6 años o más
deambulando por las calles.
El nivel educativo es sumamente bajo: el 10,8% de los habitantes de la calle manifestó no
tener ningún nivel educativo; sólo algún año de primaria, el 42%; algún año de secundaria, el
22%; y algún año de educación universitaria el 1,6%; mientras que el 24% no informó su nivel
educativo.
El consumo de drogas está extendido en esta población, siendo diferencial por edad: el pegante
es lo que más consumen los niños y las niñas hasta los 11 años (5,7% hasta los 7 años y 32% en
los que tienen entre 8 y 11 años). A partir de esta edad, el consumo de pegantes disminuye y el es
bazuco el que ocupa el primer lugar (50%), seguido por la marihuana (30%).
La mendicidad (retacar) y el reciclaje (68%) constituyen las dos actividades más importantes
de los habitantes de la calle con niveles educativos bajos. A medida que aumenta el nivel educa-
tivo de los habitantes de la calle, se incrementa la proporción de éstos que dice dedicarse a
“trabajar”.
El desvalimiento total de estas personas es muy elevado, más del 70% declaró no recibir
ayuda de nadie. El tipo de ayuda recibido por los habitantes de la calle es diferencial por edad: los
niños y las niñas hasta 7 años reciben ayuda fundamentalmente de su mamá (69%). Es muy bajo
el apoyo institucional (8%); el porcentaje más alto de ayuda por parte de las instituciones lo
reciben los niños y las niñas entre 12 y 16 años (13%).
Fuente: DANE, Censo sectorial de habitantes de la calle. Informe final. Junio de 2000.
Gráfico 3.1
Número de desplazados en Colombia por año, 1985-2001
4 0 0 .0 0 0
3 4 2 .0 0 0
N ú m e ro d e p e rs on a s d es p la z a d as
3 5 0 .0 0 0
3 0 8 .0 0 0 3 1 7 .0 0 0
3 0 0 .0 0 0
2 8 8 .0 0 0
2 5 0 .0 0 0
2 5 7 .0 0 0
2 0 0 .0 0 0
1 8 1 .0 0 0
1 5 0 .0 0 0
11 9 .0 0 0
1 0 .5 0 0 0 11 0 0 0 0
1 0 0 .0 0 0 7 8 .0 0 0
6 4 .0 0 0 8 9 .0 0 0
5 0 .0 0 0 3 6 .0 0 0 7 7 .0 0 0
5 9 .0 0 0 4 5 .0 0 0
2 7 .0 0 0
0
1985 1986 1987 1988 1989 1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001
11 Esta fuente, además de ser considerada de alta calidad, es utilizada por la mayoría de organismos internacionales
que hacen seguimiento al fenómeno y gestionan ayuda o cooperación.
78 DE LOS DERECHOS SOCIALES
recibe ayuda del gobierno pese a la precariedad de sus condiciones de vida que se
expresan en un 48% de desempleo, empleo precario12, altos niveles de marginalidad,
pobreza, hacinamiento y ausencia de servicios de salud y educación (cuadro 3.8).
Cuadro 3.7
Causas del desplazamiento en Colombia en el 2000
Causas %
Amenazas generalizadas 42
Miedo 20
Homicidios intencionales de personas protegidas y/o
ejecuciones extrajudiciales 10
Masacres 11
Desarrollo de acciones bélicas 8
Otras causas 9
Fuente: Informe Codhes: Desplazados: rostros anónimos de la guerra.
Cuadro 3.8
Principales necesidades de la población desplazada en Bogotá, 1999
Necesidades %
Empleo 80,5
Vivienda 79,7
Alimentos 47,1
Necesidades económicas 36,3
Necesidad de reubicarse 15,1
Orientación legal 7,1
Situación militar 4,2
Reencuentro familiar 3,5
Atención psicosocial 2,2
Fuente: Alcaldía Mayor de Bogotá, 1999.
12 El empleo al que acceden los desplazados es duro, normalmente temporal; mal remunerado (trabajan por menos
de un salario mínimo) e inmerso en la economía informal.
13 Otras entidades que tienen programas de estabilización socioeconómica para las comunidades desplazadas son:
Instituto Colombiano de la Reforma Agraria; el FAG (Banco Agrario, Fondo Nacional Agropecuario, Fondo de
Garantías); ICA, Corpoica, Pronatta, Secretarías de Agricultura; SENA; Ministerio de Trabajo; Ministerio de Agri-
cultura, Secretarías de Agricultura; Ministerio de Salud; Ministerio de Desarrollo Económico; Inurbe; ICBF,
Ministerio de Educación.
ATENCIÓN ALIMENTARIA A LA POBLACIÓN INDIGENTE 79
14 Al respecto, debe mencionarse la ambigüedad de las relaciones entre crecimiento y reducción de la pobreza,
sobre la cual existe una aceptación ya casi generalizada en los círculos académicos y corroborada en diversos
estudios de que el crecimiento por sí solo no es suficiente para solucionar el problema de la pobreza y que por
tanto son necesarias políticas activas, integrales y focalizadas en los grupos más vulnerables para mejorar la
distribución de ingreso y del acceso a activos y oportunidades en la sociedad. Así lo confirma un estudio del
PNUD (1998) realizado para 38 países en el que concluye que ni el crecimiento moderado ni el crecimiento
acelerado han incidido de manera definitiva en la reducción de la pobreza. Lo que se ha mostrado es que el efecto
será menor cuanto mayor sea la desigualdad entre grupos y personas, resultando imperioso desarrollar una ac-
ción conjunta frente a la iniquidad y la pobreza y no focalizarla solamente en esta última.
80 DE LOS DERECHOS SOCIALES
Cuadro 3.9
Costos del programa para erradicar las carencias alimentarias, 2003 - 2010
Año Costo subsidio de alimentación para población indigente
Población Costo subsidio Costos administrativos Costos totales % PIB Subsidio promedio
bajo LI (millones $ de 2001) y logísticos (millones $ de 2001) mensual por persona
(millones $ de 2001) indigente ($ de 2001)
15 Leibovich José y Núñez, Jairo, BID, Los activos y recursos de la población pobre en Colombia, mayo 1999.
16 Los datos de crecimiento del PIB, inflación y desempleo corresponden a los supuestos macroeconómicos y pro-
yecciones calculadas por la DEFP de la CGR y la DES-Social.
17 Los costos administrativos del programa fueron calculados como el 10% del valor de los subsidios a otorgar.
ATENCIÓN ALIMENTARIA A LA POBLACIÓN INDIGENTE 81
en consonancia con los objetivos y metas establecidos por los niveles de gestión es-
tratégico y táctico.
Cuadro 3.10
Fases de ejecución y dos escenarios de financiación del programa para erradicar las
carencias alimentarias, 2003-2010
Año Fases para la implantación Financiación 2 (escenario optimista)
del subsidio de alimentación
Fase Población a % Costo Gasto actual en Recursos para Asistencia y Subsidio en Costo
subsidiar Población subsidio programas de alimentación escolar cooperación especie Fiscal
Atendida (%PIB) alimentación del Sistema General internacional (Bancos de adicional
(RSS+ICBF) de Participaciones (% PIB) Alimentos) (%PIB)
(%PIB) (% PIB)
CONCLUSIONES
La transición hacia un Estado Social de Derecho demanda políticas de carácter
asistencial dirigidas a las personas en exclusión extrema. En Colombia, tres grupos
que enfrentan carencias alimentarias pueden catalogarse en dicha situación: la pobla-
ción que se encuentra por debajo de la línea de indigencia, los desplazados por el
conflicto armado y los habitantes de la calle.
El programa para superar las carencias alimentarias consiste en la asignación de un
subsidio mixto de alimentación (monetario y en especie) que garantice como mínimo un
nivel de ingresos equivalente a la línea de indigencia. Su implantación sería gradual y se
financiaría con recursos del presupuesto general de la nación, de las entidades territoria-
les, de organismos internacionales, los agentes privados y la sociedad civil organizada.
Este programa forma parte del Sistema Integral de Protección Social y sólo puede
ser concebido como una estrategia de corto y mediano plazo que garantice la supervi-
84 DE LOS DERECHOS SOCIALES
BIBLIOGRAFÍA
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puesta para el caso de la población desplazada, ponencia presentada para el III pleno de la Red
Intergubernamental Iberoamericana para la lucha contra la pobreza, Cartagena, noviembre.
UNIVERSALIDAD DE LA EDUCACIÓN 85
Capítulo 4
UNIVERSALIDAD DE LA EDUCACIÓN*
INTRODUCCIÓN
El nivel educativo de una persona le determina, en alto grado, las oportunidades de
acceder a los derechos básicos propios de una sociedad democrática y moderna. El
empleo, el ingreso, la seguridad social, la participación política, el desarrollo de su
vida personal y familiar, el acceso a servicios culturales, a la ciencia y a la tecnología,
entre otros, están muy ligados con las oportunidades que cada quien haya tenido de
obtener mayores niveles de educación. Por esto, la educación es uno de los derechos
fundamentales, como la vida, pues garantiza la posibilidad de desarrollarla. Asimis-
mo, es el medio por excelencia para desarrollar la libertad y la equidad, base y sostén
de la democracia, cuya plena existencia garantiza el reconocimiento de los derechos
inherentes al Estado Social de Derecho.
En Colombia, legalmente la educación es un derecho y un servicio público con una
función social, cuya responsabilidad está a cargo de las instituciones sociales funda-
mentales: la familia, la sociedad y el Estado. Es uno de los soportes que tiene la socie-
dad colombiana para superar con éxito los desafíos que enfrenta. El primero de ellos es
consolidar el sistema político democrático, lo cual exige la construcción de un verdade-
ro Estado Social de Derecho y, por tanto, una institucionalidad política moderna con
suficientes garantías para todos1. No obstante, la educación colombiana tiene graves
dificultades en relación con la cobertura, la calidad, la equidad personal y regional, la
orientación de los recursos, entre otros. En un Estado Social de Derecho como el co-
lombiano consagrado por la Constitución Política, no es lícito admitir la exclusión ma-
siva de colombianos de las ventajas de la educación2 pues ello acentúa las desigualda-
des socioeconómicas y, por tanto, hace menos posible la plena vigencia de valores
como la solidaridad, la cohesión, el respeto por la diferencia y, por ende, la democracia.
* Elaborado por: Marcela Corredor M., investigadora principal, y José Díaz R., quienes agradecen la asistencia de
Ingrid Gutíerrez L.
1 MEN, Plan Decenal de Educación 1996-2005, Bogotá, 1995.
2 Para algunos formuladores de políticas educativas el esfuerzo se debería incrementar en los sectores medios y
superiores por su mayor impacto –en el corto plazo– en el crecimiento económico, pero esto es condenar a la
exclusión a grandes masas de la población.
86 DE LOS DERECHOS SOCIALES
Este capítulo pretende identificar las condiciones particulares del sector educativo
colombiano y de sus formas de financiamiento para aproximarse a una estimación de
la deuda social colombiana en materia educativa desde dos perspectivas: el número
de niños y jóvenes excluidos y los recursos necesarios para ofrecer la oportunidad de
educación para todos los niños en edad escolar.
Una primera parte identifica las características del sector y las condiciones de
cobertura nacional y departamental según niveles; una segunda hace referencia a la
calidad utilizando las mediciones en las cuales se ha comprometido el Estado en los
años noventa; la tercera parte aborda la institucionalidad y, finalmente, se analiza el
financiamiento de la educación pública. Cada uno de los apartes aborda también una
breve comparación internacional.
Cuadro 4.1
Matrícula privada en países latinoamericanos escogidos, (%) 1996
País Preprimaria Primaria Secundaria
Argentina 29 20 n.d
Chile 51 42 45
Colombia* 45 19 35
Ecuador 38 18 n.d
México 8 6 11
Panamá 26 10 n.d.
Paraguay 28 14 27
Perú 22 12 16
Uruguay 26 16 16
Venezuela 19 18
*2000, MEN.
Fuente: Unesco, tomado de Wolf, L. y de Moura, C., Public or Private Education for Latin America, That is a (False)
Question?, p. InterRed.
Las entidades educativas de los niveles aquí considerados llegan a 70.900, de las
cuales el 77% es del sector oficial y tiene una relación alumno/docente igual a 25, que
UNIVERSALIDAD DE LA EDUCACIÓN 87
Gráfico 4.1
Tasa bruta de escolaridad primaria y secundaria
120
100
80
% 60
40
20
0
195 1 196 4 197 3 198 5 198 9 199 3 199 7 200 0
Prim aria S ecu ndaria
no es baja si se compara con la de colegios privados (18). Por su parte, los docentes
suman poco menos de 440.000 personas, de las cuales 180.000 tienen título de licen-
ciado (41%). Con el gobierno laboran unas 295.000 (68%), en el entendido de que los
establecimientos públicos y los empleados del orden educativo comprenden el grupo
más amplio del empleo oficial, alrededor de 26%3.
En cuanto a la eficiencia interna, los indicadores aún continúan siendo preocupantes.
La deserción, por ejemplo, supera el 7% en primaria básica; en las otras modalidades
se sitúa algo más baja4. La retención por cohorte es apenas de 45% para el total de
grados. La tasa de repitencia general ronda el 4,5% y pese a la estrategia de promoción
inmediata, en básica primaria se presenta el índice más alto (5,4%). Como consecuen-
cia, la variable promoción es cercana al 85%, aunque en preescolar supera el 90%.
COBERTURA
El indudable avance de la cobertura educativa en primaria y secundaria es una carac-
terística común en la mayoría de los países de América Latina. En Colombia, tanto las
tasas de escolaridad bruta para primaria y secundaria (111% y 84%), como las netas
para esos mismos niveles (84% y 63%, respectivamente), tuvieron una evolución
positiva durante los últimos treinta años. No obstante, aunque la cobertura primaria
es relativamente alta, en la escuela secundaria se requiere mayor esfuerzo para lograr
el mandato constitucional sobre educación obligatoria hasta el grado noveno.
3 Borjas, G. y Acosta, O., “Education Reform in Colombia”, Working Paper Series, Documentos de trabajo, N°.
19, Fedesarrollo, Bogotá, 2000.
4 Los índices de deserción y aprobación corresponden a 1999.
88 DE LOS DERECHOS SOCIALES
Cuadro 4.2
Cobertura neta primaria y secundaria de matrícula extraedad
por departamentos (%), 2000
Departamento Primaria Secundaria Matrícula extraedad
Bogotá 82,3 75,3 21,7
Antioquia 87,2 62,7 18,4
Atlántico 81,5 68,1 24,8
Bolívar 84,6 64,8 27,4
Boyacá 89,4 54,7 27,1
Caldas 82,7 61,5 23,0
Caquetá 81,2 60,6 29,1
Cauca 82,4 41,8 28,5
Cesar 81,0 55,6 23,1
Córdoba 85,4 61,1 31,5
Cundinamarca 87,5 60,9 23,0
Chocó 85,7 44,7 34,7
Huila 79,1 54,0 24,0
Guajira 79,9 72,1 36,8
Magdalena 82,8 61,9 28,2
Meta 82,4 58,5 28,5
Nariño 81,6 49,8 24,7
Nte. Santander 85,4 62,0 19,5
Quindío 81,7 61,7 20,3
Risaralda 83,5 55,5 22,7
Santander 85,5 61,8 21,7
Sucre 88,3 63,6 31,6
Tolima 82,3 61,3 24,9
Valle 78,8 66,5 29,1
Fuentes: MEN hoja Web. Corpoeducación, Situación de la educación básica, media y superior en Colombia, Casa Edito-
rial El Tiempo y otros, Bogotá, 2002.
5 Clavijo, S., Política Fiscal y Estado en Colombia, Banco de la República, Universidad de Los Andes, Bogotá,
1998.
6 En 1990 la cobertura neta era 84%, lo que significa que en la década sólo creció en 4 puntos.
UNIVERSALIDAD DE LA EDUCACIÓN 89
Gráfico 4.2
Tasa bruta de escolaridad primaria y secundaria
Fuente: MEN.
CALIDAD
El concepto de calidad educativa ha sido objeto de debate7. En las décadas de los
cincuenta y sesenta Colombia incorporó el concepto en el sentido de motor para el
7 Una buena reseña al respecto está en: DNP, “Los planteles, la calidad de la educación y el residuo”, Misión
Social, Bogotá, 1997.
90 DE LOS DERECHOS SOCIALES
Cuadro 4.3
Indicadores educativos para países latinoamericanos escogidos
País Alfabetización Niños que Cobertura Cobertura Escolariza- Escolariza-
1998 llegan a neta escuela neta escuela ción urbana, ción rural,
(>15 años) grado 5° primaria secundaria (# años) (# años)
1995/7 (%) 1997 1997 1999 1999
8 “El 60% del rendimiento escolar diferencial se explica por factores extraescolares”. Banco Mundial, citado por
Ernesto Cohen, Educación y equidad: una difícil convivencia, Documento LC/R 1664, Cepal, Santiago de Chile,
agosto, 1996.
UNIVERSALIDAD DE LA EDUCACIÓN 91
resultados. En esa dirección y dado que la Ley 115 de 1994 entrega al Estado la
obligación permanente de atender los factores que favorezcan la calidad, se crea el
Sistema Nacional de Evaluación de la Calidad de la Educación (Saber) y se promueve
la participación del país en programas internacionales de evaluación.
Con esa base, el tema en Colombia puede abordarse desde diversos escenarios. En
cuanto al logro que ha sido medido mediante las pruebas Saber-MEN, el sector priva-
do urbano alcanza el mayor porcentaje (66% en promedio), seguido por el sector
oficial urbano (63%). A su vez, las zonas rurales (con 60%) están por debajo del
promedio nacional (62%). Al interior de las zonas rurales el logro promedio es más
alto en los niños de estratos socioeconómicos superiores (cuadro 4.4).
Cuadro 4.4
Logro por establecimiento según categoría
Categoría Logro9 σ* Logro total N°. de % de
promedio establec. establec.
1. Privado urbano 65,75 9,59 5057,28 267 20
2. Oficial urbano 62,69 10,66 4597,64 350 26
3. Oficial rural 60,00 14,76 1695,06 715 53
4. Privado rural 59,70 13,68 4755,83 10 1
Total 61,84 13,04 1342 100
*Desviación estándar.
Fuente: DNP. Tomado de “Los planteles..., op. cit.
Otra medición reciente para el Distrito Capital10 establece que, en promedio, los
estudiantes apenas alcanzan la mitad de lo que se espera para su edad. En general, los
planteles privados, los de mayor nivel socioeconómico, los de jornada única, los no-
mixtos y los que ofrecen todos los niveles, presentan los mejores resultados académi-
cos. La diferencia en logro entre colegios oficiales y privados se presenta en los plante-
les con más de 250 alumnos (la brecha aumenta en los más grandes) y en los planteles
de mayor nivel socioeconómico (quintiles 4 y 5). Como lo señalan Sarmiento y otros,
“Aunque en el quintil 111, el sector oficial supera al privado, es en éste donde se presen-
ta el menor logro en ambos sectores”, De otra parte, también concluyen que, “tanto en
el sector público como en el privado, la expansión continua de recursos no va acom-
pañada de un incremento continuo en los resultados”.
En 1997 y en el contexto del Laboratorio Latinoamericano de Evaluación de la
Calidad de la Educación (Llece) conformado por trece países, se aplicó la prueba de
9 Proporción lograda del aprendizaje esperado. Siendo conceptos relativos, “el logro máximo equivale a la calidad
óptima”, el DNP.
10 Sarmiento A. y otros, “Evaluación de la calidad de la educación primaria en Santafé de Bogotá 1998. Estudio de
factores asociados al logro”, Documento resumen, SED, Corporación Mixta para el Desarrollo de la Educación
Básica, DNP, Bogotá, marzo, 2000.
11 El quintil 1 de nivel socioeconómico es equivalente a los estratos 1 y 2 del Sisben.
92 DE LOS DERECHOS SOCIALES
Cuadro 4.5
Resultados pruebas Llece
Lenguaje Matemáticas
Grado 3 Grado 4 Grado 3 Grado 4
1er. lugar: 1er. lugar: 1er. lugar
Cuba / 349 Cuba / 351 Cuba / 353
2do. lugar: 2do. lugar: 2do. lugar: 2do. lugar:
Argentina / 263 Chile / 286 Argentina / 251 Brasil / 269
Chile / 259 Argentina / 282 Argentina / 269
Brasil / 256 Brasil / 277 Chile / 265
Colombia / 265 Colombia / 258
México / 252 México / 256
Paraguay / 251
3er. lugar: 3er. lugar: 3er. lugar: 3er. lugar:
Venezuela /242 Venezuela / 249 Brasil / 247 Paraguay / 248
Colombia / 238 Honduras / 238 Chile / 242 Bolivia / 245
Bolivia / 232 Bolivia / 233 Colombia / 240 Rep. Dominicana / 234
Paraguay / 229 Rep. Dominicana /232 Bolivia / 240 Honduras / 231
México / 224 México / 236 Venezuela /226
Rep. Dominicana / 220 Paraguay /232
Honduras / 116 Rep. Dominicana / 225
Venezuela / 220
Honduras / 218
Fuente: Unesco-Oreal, tomado de Corpoeducación, op. cit.
Sobre las pruebas internacionales Timss (cuadro 4.6), en las que participan más de
45 países, los resultados para Colombia son realmente deplorables pues ocupa los
últimos lugares. En Matemáticas, por ejemplo, ante un promedio internacional de
513 y un parámetro superior para Singapur igual a 643, el país alcanza un promedio
de apenas 385 y no logra siquiera el más bajo nivel del ganador (500). En Ciencias el
promedio internacional es 516, el mejor intervalo es 455 y 770 y Colombia apenas
llega a un promedio de 411 con intervalo entre 290 y 530.
12 Perfetti, M., Leal, S. y Arango, P. R., “Alternativas exitosas de la educación rural en Colombia”, Coyuntura
Social, N°. 25, Fedesarrollo, Bogotá, 2001.
UNIVERSALIDAD DE LA EDUCACIÓN 93
Cuadro 4.6
Resultados del Tercer Estudio Internacional de Matemáticas y Ciencias, Timss
País Puntaje Puntaje Años de Edad
promedio promedio escolaridad promedio
Matemáticas Ciencias
Singapur 643 (4,9) 607 (5,5) 8 14,5
Corea 607 (2,4) 565 (1,9) 8 14,2
Bélgica 565 (5,7) 550 (4,2) 8 14,1
Francia 538 (2,9) 498 (2,5) 8 14,3
Irlanda 527 (5,1) 538 (4,5) 8 14,4
Canadá 527 (2,4) 531 (2,6) 8 14,1
Estados Unidos 500 (4,6) 534 (4,7) 8 14,2
Colombia 385 (3,4) 411 (4,1) 8 15,7
Kuwait 392 (2,5) 15 (3,7) 8 15,3
Sudáfrica 354 (4,4) 326 (6,6) 8 15,4
Promedio internal. 513 516
Fuente: Díaz, C, J., “Diseño, metodología y resultados del Timss en Colombia”, Revista EDU.co, Vol. 1, N° 1. MEN
Bogotá, 1998 (en paréntesis la desviación estándar).
Las más antiguas pruebas de calidad en el país son los Exámenes de Estado reali-
zados por el Icfes para evaluar a los egresados de la educación media y cuyos resulta-
dos dan señales a las familias, la sociedad y el gobierno acerca del nivel de competen-
cia de los colegios para lograr que los estudiantes ingresen y tengan éxito en la
educación superior.
Una serie correspondiente a los años 1986 a 1995 da cuenta de que las institucio-
nes de nivel alto disminuyeron en el período de un 24% a un 18%, y las clasificadas
en nivel medio pasaron del 40% a 30%; mientras que las de rendimiento bajo aumen-
taron a más del 50%, cuando en 1986 constituían sólo el 30%13.
Por su parte, los resultados del año 2001 muestran que la estructura de las siete
clasificaciones Icfes está altamente concentrada, sobre todo en los niveles bajo y medio
que, en conjunto, constituyen poco menos del 65%; los niveles superior y muy superior
apenas suman el 5,6% (cuadro 4.7). La distribución por zonas también refleja concen-
tración en Bogotá, no sólo en el número de colegios sino en la calidad, pues más de 400
instituciones de la capital (33%) están en los niveles alto o más; entre tanto, otras regio-
nes de importancia sociogeográfica, el Valle del Cauca y Antioquia, apenas cuentan
con 113 y 118 colegios, respectivamente, en esos rangos (15% cada uno). Así, se mues-
tra falta de equidad regional en términos de calidad. Los casos extremos de mala calidad
también se concentran en Amazonas y Vaupés, cuyos colegios están en el rango de
nivel bajo o menos; algunos departamentos de la Costa como Bolívar, Córdoba, Guajira
y Magdalena; pero también Chocó y Caquetá, entre otros.
13 Corpoeducación, Situación de la educación básica, media y superior en Colombia, Casa Editorial El Tiempo y
otros, Bogotá, 2002.
94 DE LOS DERECHOS SOCIALES
Cuadro 4.7
Distribución de colegios en categorías de desempeño en los exámenes del Icfes para
departamentos escogidos, 2001
Categoría Muy Superior Alto Medio Bajo Inferior Muy Total
superior inferior
Departamento N°. % N°. % N°. % N°. % N°. % N°. % N°. % N°. %
Bogotá 45 3,67 128 10,44 235 19,17 501 40,86 304 24,80 13 1,06 0 0,00 1226 100
Amazonas 0 0,00 0 0,00 0 0,00 0 0,00 4 80,00 1 20,00 0 0,00 5 100
Antioquia 8 1,02 41 5,20 69 8,76 132 16,75 377 47,84 161 20,43 0 0,00 788 100
Atlántico 8 1,58 15 2,96 22 4,34 78 15,38 199 39,25 180 35,50 5 0,99 507 99
Bolívar 1 0,31 11 3,42 16 4,97 36 11,18 145 45,03 112 34,78 1 0,31 322 100
Caldas 1 0,40 13 5,26 14 5,67 58 23,48 121 48,99 40 16,19 0 0,00 247 100
Cauca 0 0,00 5 2,35 12 5,63 52 24,41 89 41,78 55 25,82 0 0,00 213 100
Chocó 0 0,00 0 0,00 0 0,00 6 8,33 16 22,22 50 69,44 0 0,00 72 100
Córdoba 0 0,00 7 3,48 3 1,49 23 11,44 71 35,32 97 48,26 0 0,00 201 100
Cundinamarca 2 0,42 14 2,94 50 10,50 157 32,98 219 46,01 34 7,14 0 0,00 476 100
Huila 2 1,03 7 3,61 13 6,70 62 31,96 82 42,27 28 14,43 0 0,00 194 100
Guajira 1 0,98 1 0,98 4 3,92 7 6,86 39 38,24 50 49,02 0 0,00 102 100
Magdalena 0 0,00 2 0,89 5 2,22 30 13,33 86 38,22 102 45,33 0 0,00 225 100
Nte.Santander 1 0,35 10 3,52 23 8,10 60 21,13 127 44,72 60 21,13 3 1,06 284 99
Putumayo 0 0,00 1 2,50 2 5,00 12 30,00 19 47,50 6 15,00 0 0,00 40 100
Quindío 0 0,00 3 3,13 6 6,25 21 21,88 56 58,33 10 10,42 0 0,00 96 100
Risaralda 2 1,20 3 1,80 12 7,19 37 22,16 87 52,10 26 15,57 0 0,00 167 100
Sucre 0 0,00 3 2,22 12 8,89 34 25,19 52 38,52 34 25,19 0 0,00 135 100
Valle 14 1,81 40 5,16 59 7,61 193 24,90 345 44,52 122 15,74 2 0,26 775 100
Vaupés 0 0,00 0 0,00 0 0,00 0 0,00 2 50,00 2 50,00 0 0,00 4 100
Total nacional 96 1,21 353 4,43 705 8,85 2000 25,12 3285 41,26 1510 18,97 13 0,16 7962 100
Fuente: Icfes.
De otra parte, un análisis reciente14 de las pruebas de 1999 revela que a nivel
nacional “los puntajes de los estudiantes de colegios privados fueron 18,3 puntos más
altos que los de colegios públicos” y aún al controlar por diferencias socioeconómicas
de los grupos, la diferencia persiste a favor de los colegios privados (13,4 puntos). No
obstante, al observar los resultados en matemáticas, lenguaje y ciencias, las diferen-
cias son mínimas (3,2, 4,3 y 3,8 puntos, respectivamente).
Cuadro 4.8
Puntaje promedio Icfes según tipo de institución y zona, 1999
Zona Nacional Urbano Rural
Tipo Prom. Icfes Prom. Icfes Prom. Icfe
Privado 262,95 263,62 254,48
Público 244,65 245,97 236,21
Diferencia 18,3 17,65 18,27
Fuente: Núñez y otros, op. cit.
14 Núñez, J. y otros, ¿Cuáles colegios ofrecen mejor educación en Colombia?, Documento Cede, versión electróni-
ca, abril de 2002.
UNIVERSALIDAD DE LA EDUCACIÓN 95
Cuadro 4.9
Caracterización de colegios públicos y privados
Característica Total Oficial Privado
Porcentaje de repitentes 1,9 2,3 1,3
Docentes con educación superior 88,8 89,4 87,7
Porcentaje de directivos docentes 7,1 6,8 7,7
Porcentaje de docentes 67,3 69,9 63,0
Porcentaje de personal administrativo 22,0 20,8 23,9
Porcentaje médicos, odontólogos y terapeutas 1,1 0,9 1,5
Porcentaje de consejeros escolares y orientadores 2,5 2,2 3,0
Número de alumnos por computador 14 12 17
Colegios con biblioteca 94 92 97
Relación alumno / docente, primaria* 25,7 26,8 21,5
Relación alumno / docente, secundaria* 19,2 20,2 17,2
Tamaño medio de los grupos en primaria 18,9 18,1 23,4
Tamaño medio de los grupos en secundaria 33,3 33,8 32,2
Egresados x 100 matriculados en 1° primaria (1995/9)* 33 31 43
Fuentes: Núñez y otros, op. cit. *Corpoeducación, op. cit. Cuadros Nos. 25, 26, 28, 29.
15 La Ley 20 de 1974 establece un acuerdo que el estudio reseñado denomina educación contratada, para que la
Iglesia Católica administre parte de la educación oficial en ciertas regiones, siguiendo las políticas del Ministerio
y con recursos aportados por el Estado.
16 Núñez, J. y otros, ibid. Tabla 11.
17 Ibid.
96 DE LOS DERECHOS SOCIALES
EQUIDAD
Hay esferas de la actividad humana como la educación que no pueden ser analizadas
únicamente con la lógica del mercado. Lo peor es que dado que las correlaciones
empíricas más simples tienden a mostrar que hay relaciones positivas entre nivel educa-
tivo y el ingreso, el problema se torna en uno de equidad tanto por la posibilidad de
acceso al servicio educativo como por la movilidad social que de éste se deriva18. El
primer aspecto es crucial para la realización de un Estado Social de Derecho. El segun-
do se logra con la educación superior cuya senda obligada es el ciclo educativo previo.
En relación con la movilidad y para el caso colombiano, es de resaltar que la
herencia social o probabilidad de permanencia del hijo, en el nivel educativo del
padre, es bastante alta para los casos extremos, esto es, sin ninguna educación y con
educación terciaria. En efecto, en el primer caso, la probabilidad del hijo de no alcan-
zar educación alguna es de 37% en el sector urbano y 47% en el rural; por su parte, los
hijos de padres con educación superior lograrán ese nivel educativo con una probabi-
lidad de 46% en el área urbana y 39% en la rural19. Por su parte, la probabilidad de
movilidad es baja, corroborada con el crecimiento lento de la educación promedio
nacional en las zonas urbana y rural por deciles de ingreso20. El problema descrito
hace que exista un alto grado de rigidez de la estructura social porque el escaso nivel
de educación de los jóvenes cuyos padres también tuvieron estudios escasos, bloquea
la principal fuente de movilidad como es el capital educacional –número de años de
estudio y calidad de la educación–, cuyo promedio mínimo para garantizar el no
seguir o no caer en la pobreza, debe ser de 12 a 14 años en el caso de Colombia21. Sin
embargo, es necesario advertir que la igualdad de oportunidades también hace falta
para el ascenso social, dado que los jóvenes que provienen de hogares con ingresos
bajos perciben ingresos inferiores a otros con el mismo nivel educativo, pero prove-
nientes de hogares con ingresos más altos.
La Cepal analiza, para algunos países latinoamericanos, el porcentaje de jóvenes
que logra superar el nivel educativo del padre y alcanzar el promedio de escolaridad
18 La equidad en las condiciones de acceso es también conocida como equidad presistema; la equidad intrasistema
alude a la homogeneidad en la calidad; finalmente, la equidad postsistema relaciona la capacidad de inserción
productiva y de desarrollo social y cultural de alumnos con distintos orígenes socioeconómicos. Cepal, Equidad,
desarrollo y ciudadanía, p. InterRed.
19 La movilidad perfecta se refleja en un indicador de 20% que expresa que cada individuo tiene igual probabilidad
de moverse a cualquier nivel educativo, independientemente de cuál sea el nivel educativo de su padre; por su
parte, cuando el nivel educativo depende exclusivamente de la educación del padre, el índice es igual a 100% lo
cual implica inmovilidad total. Nina, E. y Grillo, S., “Transmisión intergeneracional del capital humano y movi-
lidad social en Colombia”, DNP, Misión Social y PNUD, Bogotá, marzo, 2000.
20 El análisis de la movilidad social o movimiento de las personas de una clase social a otra que implica variaciones
en los niveles de educación, ocupación, ingresos o riqueza, busca identificar las relaciones entre las oportunida-
des que ofrece una sociedad a una persona y las circunstancias familiares. Nina, E. y Grillo, S., ibid.
21 Cepal, Equidad..., op. cit.
UNIVERSALIDAD DE LA EDUCACIÓN 97
que le permite acceder al capital educativo básico. Algunos de los resultados se en-
cuentran en el cuadro 4.10 en el que se adjuntan los datos para Colombia. La situa-
ción referida a la zona urbana para el país es similar para aquella del continente, pero
en el sector rural la situación colombiana es peor. Brasil y Chile, por su parte, son los
extremos de la muestra con resultados altamente positivos para el segundo.
Cuadro 4.10
Superación educacional intergeneracional de los hijos entre 20 y 24 años, según zonas
Jóvenes que superan Jóvenes que no superan Jóvenes que superan Jóvenes que no superan
la educación de la educaciónde la educaciónde la educación
sus padres de sus padres de sus padres de sus padres
Año Y logran Y no logran Y logran Y no logran Y logran Y no logran Y logran Y no logran
un capital un capital un capital un capital un capital un capital un capital un capital
educativo educativo educativo educativo educativo educativo educativo educativo
básico básico básico básico básico básico básico básico
Colombia 22 25 9 44 4 23 0 73
A. Latina 30 17 7 46 12 16 0 71
Brasil 9 26 2 63 2 12 0 86
Chile 48 8 19 24 26 15 4 55
Costa Rica 33 15 4 48 9 13 1 77
Desde otro ángulo, la equidad involucra dos aspectos principales22: a) toda la co-
munidad tiene derecho a la educación básica y, por tanto, a los conocimientos y com-
petencias necesarios para actuar apropiadamente en la sociedad; b) es obligación del
Estado garantizar que no se niegue tal derecho a los pobres y menos aventajados, a las
minorías étnicas, a las mujeres, a los habitantes de regiones remotas, a quienes tienen
necesidades educativas especiales. Por todo lo anterior, la intervención pública en el
sector se justifica no sólo porque reduce la desigualdad, amplía las oportunidades
para los menos aventajados, compensa las fallas del mercado y brinda información
acerca de los beneficios y las disponibilidades educativas, sino además porque puede
establecer estándares claros de desempeño que permitan el mejoramiento general de
la calidad (cuadro 4.11).
Sin embargo, en Colombia tanto el acceso como el financiamiento están distribui-
dos de manera poco equitativa. Por ejemplo, en términos de la matrícula según estra-
to, se favorece en mayor medida a las personas que proceden de las clases sociales
más altas. En preescolar, el estrato bajo matricula al 81% de los niños en edad, mien-
tras el alto lo hace en el 98%. La diferencia es menos notoria a medida que aumentan
22 Hay desigualdad cuando estudiantes potenciales calificados no pueden matricularse en institución alguna, ya sea
porque las oportunidades educativas no existen o porque no tienen capacidad de pago. “Priorities and Strategies
for Education”, A World Bank Review, World Bank, BIRD, Washington, 1995.
98 DE LOS DERECHOS SOCIALES
Cuadro 4.11
Evolución de la educación promedio por deciles de ingreso 1988-1997
Zona urbana
Decil 1988 1991 1993 1995 1997
1 4,5 4,5 5,0 5,3 5,1
2 5,2 5,2 5,7 5,8 5,7
3 5,6 5,8 6,1 6,3 6,2
8 8,6 8,7 8,9 9,2 9,7
9 10,2 10,2 10,4 10,4 10,9
10 12,4 12,3 12,4 12,8 13,1
Total 7,3 7,5 7,8 7,9 8,1
Zona rural
1 2,4 2,6 2,7 2,8 2,9
2 2,4 2,6 2,7 3,1 2,9
3 2,5 3,0 2,9 3,3 3,2
8 3,7 4,2 4,2 4,3 4,5
9 4,4 4,7 5,1 5,3 4,9
10 5,6 6,1 6,4 6,8 7,3
Total 3,3 3,7 3,8 4,0 4,0
Total nacional
1 3,7 3,8 4,1 4,3 4,3
2 4,1 4,2 4,5 4,7 4,6
3 4,4 4,7 4,8 5,2 6,5
4 4,6 4,8 5,2 5,3 5,4
5 5,0 5,3 5,6 5,7 5,9
6 5,5 5,7 6,0 6,1 6,4
7 6,0 6,4 6,5 6,6 6,8
8 6,8 7,0 7,1 7,3 7,8
9 8,0 8,1 8,4 8,5 8,7
10 9,9 10,0 10,3 10,7 11,0
Total 5,8 6,0 6,3 6,4 6,6
Fuente: DNP, Misión Social. Tomado de Nina, E. y Grillo, S., op. cit.
Cuadro 4.12
Tasas de matrícula por estrato socioeconómico y edad
Estrato Bajo Medio Alto
Edad 1991 1994 1998 1991 1994 1998 1991 1994 1998
5-6 66,4 76,7 80,9 81,2 87,8 90,5 92,0 96,9 98,2
7-8 93,5 94,5 92,2 97,1 97,9 97,3 99,0 98,2 97,3
10-13 92,6 93,5 90,2 96,4 97,0 95,7 98,0 97,6 96,0
14-16 70,2 73,8 73,1 85,4 86,5 86,9 84,0 89,6 85,6
Total 83,4 86,2 85,0 91,4 93,0 93,0 93,0 95,1 94,0
Fuente: DANE. Tomado de Borjas, G. y Acosta, O., op. cit.
UNIVERSALIDAD DE LA EDUCACIÓN 99
Desde otra perspectiva es posible examinar la equidad del gasto analizando el subsi-
dio entregado por nivel de ingreso, lo cual permite colegir que, en general, es regresivo
principalmente en la educación superior para la cual el gasto en los dos primeros quintiles
apenas llega al 11%. En cambio, la escuela primaria y secundaria subsidia en mayor
proporción a los estratos más bajos. Pese a lo anterior, se ha de tener claridad en que “la
educación pública gratuita no garantiza por sí sola que los hijos de los pobres perma-
nezcan en las aulas (...) sería necesario, simultáneamente, contar con instrumentos que
protejan los ingresos de los hogares más vulnerables”23.
Cuadro 4.13
Gasto en servicio básico de educación por quintil de ingreso, 1997
Quintil Primaria Secundaria Superior Gasto total Grados 6° a 9° Básica
1 35,9 24,9 3,4 21,4 26,8 31,3
2 28,7 26,8 8,0 21,2 24,2 26,4
3 21,2 24,4 19,1 21,5 22,5 21,8
4 10,2 16,6 27,6 18,1 15,3 12,7
5 4,1 7,3 41,6 17,6 11,2 7,6
Total 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0
Fuente: DNP, Misión Social, tomado de Corpoeducación, op. cit.
Gráfico 4.3
Gasto per cápita vs. cobertura neta, 2000
3.0 00.00 0
2.5 00.00 0
G u a n ía
2.0 00.00 0
G as to per cápita
Va u p és
1.5 00.00 0
Vich a d a
S a n A n d ré s y P ro v id e n cia
B o ya c á G u a v ia re
1.0 00.00 0 N a riñ o C a sa n a re
G u a jira
C a u ca C h o có B o g otá
C e sa r
500 .000 C ó rd o b a
0
60% 65% 70% 75% 80%
C ob ertura neta
Fuente: MEN.
De manera similar, el gasto per cápita por departamentos evidencia una distribu-
ción poco equitativa. En la vigencia fiscal 2000, por ejemplo, hay diferencias bastan-
23 Gaviria, A. Los que suben y los que bajan. Educación y movilidad social en Colombia, Fedesarrollo y Alfaomega,
Bogotá, 2002.
100 DE LOS DERECHOS SOCIALES
te notorias; aunque se reconoce que los costos educativos entre regiones y niveles
deben ser muy diferentes. De hecho, el costo de atender un niño nariñense en preesco-
lar resulta más caro que atenderlo en Bogotá o en una de las ciudades aledañas. No
obstante, la dispersión de los valores pagados durante ese año por cada estudiante
matriculado en los diferentes departamentos fluctúa entre $593.897 (Córdoba) y
$2´415.221 (Guainía). De otra parte, si se compara el gasto per cápita con la cobertu-
ra neta en las entidades territoriales se puede inferir que existe una clara correlación
entre ambas, excepto para casos aislados.
La gratuidad del servicio prestado por parte del gobierno es un propósito constante en la legislación
colombiana. De acuerdo con A. Sarmiento, en su Historia de las reformas educativas en Colombia,
la Ley 12 de 1934 expresa que el Estado, que ya contaba con una obligación legal de dedicar el 10%
del presupuesto nacional para gastos educativos, se compromete a ofrecer gratuitamente la educa-
ción primaria, a ejercer vigilancia del sector y a construir colegios nacionales, lo cual no se logra por
la ausencia de recursos financieros. En 1938, la educación secundaria era pagada por la Nación y los
departamentos y municipios otorgaban becas en colegios privados de secundaria, mientras que su-
fragaban los gastos de la primaria. Hacia 1951 el financiamiento continuaba siendo asumido por las
diversas instancias gubernamentales: el municipio suministraba los locales, el departamento pagaba
los sueldos de los maestros y el gobierno nacional la dirección programática y los útiles, ayudando
en la construcción de escuelas para primaria. La reforma estatal de 1968 impuso la creación de los
FER cuyo propósito principal fue manejar adecuadamente los recursos de departamentos y munici-
pios provenientes tanto de recursos propios como de transferencias nacionales. El marco político era
el Estatuto Orgánico de 1973 y la llamada nacionalización de los docentes, mediante la cual el nivel
nacional del Estado se hacía responsable del pago de salarios y prestaciones de los docentes inicial-
mente contratados por departamentos y municipios. Los profesores de primaria se habían nacionali-
zado en 1960; mientras que los de secundaria entre 1976 y 1980. Los regímenes salariales de todos
los departamentos se unificaron en 1978. Pese a la reglamentación del situado fiscal en 1971, el
Estatuto Presupuestal vigente hasta 1989 dejó el manejo financiero de todos los entes en manos del
Ministerio de Hacienda lo cual generó, para el sector educativo, una inmensa deuda prestacional que
posteriormente se pretendió subsanar con la creación del Fondo Nacional del Magisterio en 1990.
Para entonces y desde 1986, el gobierno nacional proveía el 90% de los recursos para pago de
docentes. Las partidas provenían principalmente del situado fiscal (educación primaria) y de las
transferencias nacionales del impuesto a las ventas (secundaria); había también un pequeño aporte
(alrededor del 27% como máximo) en recursos propios, del cual hacían parte dineros de los departa-
mentos, los municipios y los pagos que realizaran los padres de familia de los educandos. A partir de
1986 el gobierno adoptó un enfoque municipalista que encargaba a estos entes la construcción y
mantenimiento de la infraestructura escolar, la función de control y vigilancia del sistema y la admi-
nistración directa de la planta docente. La Constitución de 1991 acentuó el enfoque descentralista y
responsabilizó de la gestión a los departamentos previendo su posterior transferencia a los munici-
pios. La facultad de tomar decisiones esenciales en lo educativo, financiero y de asignación de
docentes se dirige al nivel gubernamental intermedio que recibe el situado fiscal. El modelo plantea-
do inicialmente como de municipalización de los servicios educativos, resultó convertido en uno de
gestión compartida entre los niveles central (diseño de las políticas generales), departamental (ges-
tión laboral, financiamiento y poder decisorio, todos ellos compartidos con el central) y municipal
(gestión corriente y de capital).
UNIVERSALIDAD DE LA EDUCACIÓN 101
Cuadro 4.14
Modelo colombiano de descentralización educativa
Áreas Conducción Financiamiento Administración Otra Contenido
Niveles Regulación de personal administración
Evaluación
Gobierno Política Situado fiscal o transferencias Sueldos negociados Normas
central Educacional a departamentos, asignadas a nivel central más técnicas,
Supervisa según gasto histórico; estatuto docente curriculares y
sistema, participación municipal en pedagógicas
e- valúa ingresos corrientes de la básicas para
logros nación distribuidas según orientar las
gasto histórico y fórmula entidades
para equidad y eficiencia. territoriales
Nivel Supervisa y Recursos propios, crédito Contrata, traslada, Ajustes
intermedio evalúa despide, capacita curriculares,
sistemas a la mayoría del jornada y
departamenta- personal calendario
les. Asistencia escolar.
municipios Planifica
municipios educación
Gobierno Supervisa Recursos propios, crédito Contrata, organiza Provee servicio Ajustes
local sistemas trabajo, capacita (1 (gestión corriente, curriculares,
municipales de cada 5 docentes) de capital, programas
utiliza ingresos mantenimiento, anuales de
co participados Inversión, dotación) inversión
de nación
Unidad Alguna Fórmula PEI,
autonomía Plan
incipiente de Educativo
Educativa gestión institucional
corriente con amplia
flexibilidad
curricular
Comunidad Supervisa, Colabora material y financie- Participa en Participa en
apoya, evalúa ramente (gobiernos escolares) gestión elaboración
servicio corriente del PEI
municipal y (gobiernos
escuelas escolares)
Fuente: Cepal, tomado de Esap, “Modelo de gestión pública en educación y salud. Una mirada retrospectiva a la Ley 60 de 1993.
El caso de la educación”, Bogotá, 2000.
Esta situación se presenta en casi todos los países de América Latina con las carac-
terísticas que se detallan a continuación.
24 Sobre el tema ver: Cepal/GTZ, Descentralización fiscal en América Latina balance y principales desafíos, tomo
1, 1996. Cepal, La brecha de la equidad, una segunda evaluación, Segunda conferencia regional de seguimiento
de la Cumbre Mundial sobre Desarrollo Social, Santiago de Chile, mayo de 2000; Serie de Política Pública sobre
descentralización.
102 DE LOS DERECHOS SOCIALES
Cuadro 4.15
Énfasis de objetivos y estrategias de descentralización
Objetivos y estrategias Énfasis
Mayor eficiencia administrativa Todos los países
Redistribución de la responsabilidad financiera Argentina, Chile, Colombia, México, Brasil, Nicaragua
Mayor democratización mediante la redistribución Colombia, Nicaragua, Guatemala, El Salvador
del poder
Mayor control local mediante desregulación Brasil, Nicaragua
Subsidios a la demanda Chile, Colombia
Mejoría en la calidad Todos los países
Neutralización de centros de poder en competencia México, Chile, Nicaragua
Fuente: Gajardo, M., Reformas educativas en América Latina. Balance de una década, Preal, 1999.
25 Los cambios más destacables fueron: la forma de cálculo para transferir el situado con base en variables como la
necesidad regional, la eficacia en el recaudo de recursos propios y la eficiencia en la prestación del servicio; la
flexibilidad en el manejo de los fondos para educación y salud cuyo porcentaje, dentro de cierto margen, se distri-
buía mejor según las necesidades propias del ente territorial; la creación del Fondo de Inversión Social (FIS) como
forma de cofinanciación que no sólo buscaba mejorar la equidad de las transferencias vía manejo de recursos para
educación y salud, sino también auspiciar programas de interés nacional y regional. Además, se puso en marcha el
Plan de Desarrollo Educativo cuya forma de financiamiento es el subsidio a la demanda para expandir la educación
secundaria mediante la concesión de becas a niños egresados de la escuela pública primaria. Al decir de Sarmiento,
éste es un sistema bastante mejorado por cuanto: llega a niños pobres clasificados con arreglo a las condiciones del
Icetex; exige contrapartida municipal que obliga al control del ejecutivo municipal, que considera el programa
dentro del Plan de Desarrollo local; hay una oferta previa de colegios que permite asegurar la calidad; previene el
encarecimiento como quiera que el costo se fija de acuerdo con el gasto promedio oficial.
26 Dicta normas para la educación impartida por los particulares y regula aspectos como la prestación, distribución
y evaluación del servicio público y la forma de financiarlo. Enuncia las fuentes principales del gasto social
educativo: el situado fiscal, los demás recursos públicos nacionales de los cuales participan los entes territoriales
y el aporte de los departamentos, distritos y municipios. Incorpora los FER en la estructura de las secretarías asig-
nándoles funciones de: pago de los salarios; administración de los recursos; administración y trámite de solicitudes
de prestaciones con cargo a los recursos del Fondo Nacional de Prestaciones Sociales del Magisterio; mantenimien-
to y actualización de los sistemas contables y de información de personal. De otra parte, obliga a los distritos y
municipios, en concurrencia con los departamentos, a financiar la construcción, mantenimiento y dotación de las
instituciones educativas estatales. Para el efecto como también para la ampliación de cobertura crea líneas de crédi-
to y de apoyo para cofinanciar servicios adicionales como el transporte, la capacitación y profesionalización docen-
te, entre otros. Finalmente, propicia la participación ciudadana mediante las juntas de educación.
UNIVERSALIDAD DE LA EDUCACIÓN 103
Amén de establecer una nueva distribución de competencias entre los diferentes niveles de go-
bierno y el funcionamiento del Sistema General de Participaciones (SGP) para salud, educación y
propósito general, pretende garantizar “la estabilidad de los recursos orientados a financiar la
inversión social en las entidades territoriales”. Parte de una base de $10.962.000 millones que
crecerán en los primeros cuatro años del período de transición (2002-2008) a la inflación causada
más 2% y en los restantes tres años, más 2,5%. En materia educativa, intenta crear las condiciones
para cumplir el derecho constitucional de educación básica y media con buena calidad y cobertura
universal. Así mismo, busca una institucionalidad adecuada redefiniendo competencias entre na-
ción, departamentos y municipios; ordenando equitativamente las plantas docentes y establecien-
do mecanismos que permitan la contención de costos. Las herramientas son entre otras: mayor
descentralización de la administración del servicio educativo; claridad en las funciones de los
entes territoriales y las instituciones educativas en la prestación del servicio; asignación de recur-
sos según variables (población atendida, población por atender y pobreza) y características de
cada nivel educativo y región (urbano y rural); fortalecimiento de las instituciones dando más
competencias al rector; contención de costos en pro de la sostenibilidad financiera del sistema,
limitada a la disponibilidad de recursos del SGP; establecimiento de un sistema de información
confiable; adaptación en un período de transición (2002-2003) para no fracturarlo y adaptarlo a la
nueva normatividad. La distribución sectorial, que se realiza después de deducir un 4% discrimi-
nado entre: resguardos indígenas (0,52%); municipios ribereños del río Magdalena (0,08%); pro-
gramas de alimentación escolar (0,5%) y Fondo de Pensiones de las Entidades Territoriales- Fonpet-
(2,9%), ordena entregar a educación el 58,5% de los recursos del SGP, lo cual corresponde a $6,2
billones en el presente año 2002, que se destinarán prioritariamente a financiar el pago de personal
docente y administrativo, pero también a cancelar las contribuciones inherentes a la nómina (aportes
parafiscales) y las prestaciones sociales, la construcción de infraestructura y mantenimiento, el
pago de servicios públicos, la provisión de la canasta educativa (dotaciones escolares; textos,
bibliotecas y materiales audiovisuales y didácticos, y actividades para mantener, evaluar y promo-
ver la calidad educativa). La distribución de la participación para educación (Cuadros 4.16 y 4.17)
diferencia las entidades certificadas de las no certificadas y hace a las primeras responsables
directas de la prestación del servicio, del manejo de los recursos y de la administración del perso-
nal docente y administrativo. También diferencia los distritos especiales y el Distrito Capital, para
los cuales el tratamiento implica atender el financiamiento en forma de subsidio a la demanda, ya
que desde la presente vigencia y de acuerdo con la Ley 715 y el Conpes 57, se entregará los
recursos teniendo en cuenta el número de estudiantes atendidos.
Cuadro 4.16
SGP: Asignación para educación según Ley 715 de 2001 (millones de pesos 2002)
Componente
A. SGP educación 6.187.810
B. Distribución departamentos, municipios certificados y no certificados 3.641.306
C. Distribución distritos 599.188
D. Recursos por transferir (D = A – (B + C)) 1.947.315
Fuente: Conpes 57 de 2002.
(Continúa pag. siguiente)
104 DE LOS DERECHOS SOCIALES
Cuadro 4.17
Distribución para educación a departamentos, municipios certificados y no certificados
(millones de pesos 2002)
Entidad territorial Prestación de servicios Aportes Total
A. Departamentos 2.676.529 278.588 2.955.117
B. Municipios certificados 75.253 4.936 80.189
C. Municipios no certificados 549.022 56.978 606.001
Total (A + B + C) 3.300.804 340.502 3.641.306
Fuente: Conpes 57 de 2002.
El gasto público en educación representa cerca del 5% del PIB. Las familias colom-
bianas le dan gran importancia a la educación, lo cual se corrobora en el hecho de que
su gasto alcanza el 4% del PIB. Los pagos que sufragan las familias están constituidos
por la remuneración a la oferta de educación privada, el resto es pago complementa-
rio en textos, uniformes, transporte y materiales27.
Por su parte, el gasto público muestra una tendencia ascendente en las últimas
décadas. En los setenta representaba alrededor de 3,0% del PIB y en los años ochenta
cerca del 3,5%. Durante los noventa y más específicamente después de la Ley de
Educación alcanzó niveles superiores al 4% del PIB, resultado atribuible a la Consti-
tución de 1991 y al esfuerzo del nivel nacional, ya que las transferencias a los depar-
tamentos y municipios crecieron 70%, en términos reales, durante la década, creci-
miento superior al de cualquier otra fuente de financiación del sector. A continuación
(cuadro 4.18) se aprecia la estructura de los componentes de la financiación, cuyos
renglones principales han sido los recursos del presupuesto nacional.
Cuadro 4.18
Estructura de las fuentes de financiamiento, 1997
Transferencias nacionales 86
Situado Fiscal (departamentos) 53
PICN (municipios) 16
FEC 14
Cofinanciamiento 3
Recursos propios 14
Departamentos 5
Municipios 6
Créditos y donaciones 3
Fuente: DNP. Tomado de Borjas G. y Acosta, O., op. cit.
27 Vargas, J . E. y Sarmiento, A., La descetralización de los servicios de educación en Colombia, Serie Reformas
de Política Pública, No. 50, Naciones Unidas y Cepal, Santiago de Chile, 1997.
UNIVERSALIDAD DE LA EDUCACIÓN 105
Cuadro 4.19
Gasto en educación: valores, estructura y proporción del PIB (millones de pesos de 2001)
Año Administración Primaria Secundaria Superior Otras Auxiliares Total E/ PIB
$ % $ % $ % $ % $ % $ % $ %
1974 809 9,4 2.196 25,6 3.655 42,6 1.156 13,5 707 8,2 59 0,7 8.583 3,4
1984 10.245 8,5 37.063 30,7 30.364 25,2 25.626 21,2 17.229 14,3 196 0,2 120.724 3,7
1990 55.391 11,5 156.034 32,4 125.898 26,1 94.307 19,6 49.901 10,4 364 0,1 481.895 3,2
1991 53.473 8,3 223.329 34,6 170.369 26,4 126.874 19,7 70.369 10,9 405 0,1 644.821 3,1
1992 311.176 29,1 299.753 28,0 212.416 19,9 153.404 14,3 91.911 8,6 766 0,1 1.069.426 4,0
1993 277.597 20,6 413.769 30,6 301.965 22,4 235.989 17,5 118.005 8,7 2.693 0,2 1.350.019 3,8
1994 260.337 15,3 522.215 30,7 390.787 23,0 374.476 22,0 148.106 8,7 5.625 0,3 1.701.545 3,6
1995 359.590 14,3 774.235 30,7 545.808 21,6 585.558 23,2 251.272 10,0 6.759 0,3 2.523.222 4,1
1996 605.511 14,5 1.389.919 33,4 975.046 23,4 861.649 20,7 318.677 7,6 16.022 0,4 4.166.824 5,0
1997 901.448 19,4 1.172.457 25,2 1.347.522 29,0 863.437 18,6 341.619 7,3 22.013 0,5 4.648.496 4,5
1998 1.136.132 19,5 1.482.822 25,4 1.100.887 18,9 1.508.220 25,8 587.694 10,1 19.002 0,3 5.834.756 4,8
1999 1.093.911 16,9 1.945.714 30,1 1.511.947 23,4 1.302.034 20,2 591.017 9,1 15.732 0,2 6.460.355 4,7
Fuente: DNP.
Al analizar el gasto realizado durante los años en que rigió la Ley 60 de Compe-
tencias y Recursos, se determina que el total de transferencias pasó de $1,4 billones
en 1994 a $5,5 en 2001, lo cual significa un crecimiento absoluto de más de $4 billo-
nes en términos corrientes. Este crecimiento de las transferencias lleva consigo un
aumento de más un punto porcentual del PIB durante los ocho años, como quiera que
se incrementó del 2% al 3,2% del PIB, adicionando los recursos del FEC desde 1996
(cuadro 4.20).
Cuadro 4.20
Transferencias para educación y porcentaje del PIB, 1994-2000 (millones de pesos corrientes)
Año Situado FEC S.F. + FEC PICN Total % PIB
fiscal transferencias
educación
28 Un análisis reciente para algunos municipios de Antioquia en la segunda mitad de los noventa establece que los
mayores aumentos de la matrícula escolar se presentaron en preescolar y secundaria. Cide, Evaluación de la
descentralización municipal: indicadores de desempeño y hechos estilizados, DNP, febrero de 2001.
106 DE LOS DERECHOS SOCIALES
En este mismo contexto puede observarse que la estructura del gasto por departa-
mentos, tiende a permanecer en el período 1995-2000 (cuadro 4.21). Por razones
obvias, aumenta algunos puntos en la mayoría de los departamentos, lo cual beneficia
a regiones escasamente atendidas en el pasado como la Costa Atlántica, Cauca,
Cundinamarca, Norte de Santander, Nariño, los nuevos departamentos, entre otros.
Algunos pierden participación, como en el caso del Distrito Capital, Santander, Tolima,
Valle. Curiosamente, Antioquia, siendo el departamento de mayor participación en
1995 (11,8%) aún por encima de Bogotá, gana un punto porcentual en el período.
Cuadro 4.21
Estructura del gasto educativo según departamentos, 1995, 1998, 2000 (Ley 60 de 1993)
Departamento 1995 (%) 1998 (%) 2000 (%) Matrícula oficial 2000 ($)
Bogotá 9,67 9,11 8,90 708.674
Amazonas 0,32 0,33 0,32 14.885
Antioquia 11,81 12,29 12,89 986.904
Arauca 0,58 0,75 0,70 56.840
Atlántico 3,56 3,56 3,46 279.626
Bolívar 3,86 4,38 4,56 346.957
Boyacá 5,17 4,53 4,85 257.433
Caldas 3,61 3,15 2,66 191.840
Caquetá 1,41 1,34 1,40 95.296
Casanare 0,76 0,81 1,03 63.125
Cauca 3,08 3,47 3,82 250.366
Cesar 2,50 2,76 2,57 193.624
Chocó 1,73 1,36 1,61 114.080
Cordoba 3,51 4,04 4,05 366.671
Cundinamarca 6,34 5,76 5,52 406.770
Guainía 0,26 0,29 0,28 6.009
Guaviare 0,30 0,39 0,39 18.468
Huila 2,69 2,76 2,73 207.194
La Guajira 1,26 1,50 1,41 116.673
Magdalena 2,91 2,93 3,05 240.137
Meta 1,67 1,88 1,85 145.772
Nariño 4,17 3,95 4,66 302.949
Nte. de Santander 3,47 3,54 3,59 249.384
Putumayo 0,88 0,99 1,08 78.489
Quindío 1,89 1,51 1,29 95.446
Risaralda 2,41 2,36 2,24 157.667
San Andrés y Providencia 0,27 0,31 0,30 11.692
Santander 5,59 5,21 4,81 350.687
Sucre 2,00 2,21 2,36 198,512
Tolima 4,33 4,28 3,82 277.876
Valle 7,47 7,62 7,16 552.700
Vaupés 0,26 0,30 0,29 7.999
Vichada 0,26 0,33 0,36 13.853
Total nacional 100,00 100,00 100,00 7.364.996
Fuente: MEN y cálculos de la DES-Social.
Desde otro punto de vista, una breve visión del gasto para algunos países latinoa-
mericanos evidencia que en todos los casos, excepto en Chile, se registra un aumento
progresivo de recursos entre los años setenta y mediados de los noventa, tanto como
porcentaje del PIB como en relación con el gasto total del sector público. Así, Brasil,
UNIVERSALIDAD DE LA EDUCACIÓN 107
México, Bolivia y Nicaragua dedican los porcentajes más altos (entre 4,6% y 4,4% del
PIB) a la educación. Colombia, por su parte, apenas logra a mediados de los años noven-
ta un nivel del 3,2%. Desde la perspectiva del gasto público total, México ocupa el
primer lugar con el 27% y Colombia registra el menor volumen, 12% (cuadro 4.22).
Cuadro 4.22
Análisis comparativo con países latinoamericanos
País Porcentaje del PIB % del GPTD Per cápita e
Argentina 2,6 (1970/7) 3,6 (1994)a n,d, n,d,
Bolivia 3,1 (1991) 4,4 (1994)b 21; 22 23; 35
Brasil 4,6 (1990) c 12,9 76,3
Chile 4,3 (1980) 2,8% (1994) b 15,4; 13,4 68,2; 67,4
Colombia 2,4 (1991) 3,2 (1994) b 10; 12 31; 44
México 3 (1991) 4,5 (1994) b 22; 27 58,4; 86
Nicaragua 4,4 (1993) b 18,7 36
a
Sector público no financiero b Gobierno central c Gobierno general d Gasto público Total e dólares.
Fuente: Cepal.
29 Wiesner, E., La efectividad de las políticas públicas en Colombia, TM Editores-DNP, Bogotá, 1997.
108 DE LOS DERECHOS SOCIALES
Cuadro 4.23
Salarios de los docentes oficiales, 2002 (pesos corrientes)
No escalafonados Escalafonados
A B 1 2 3 4 5 6
Bachiller Técnico Profesional 376.765 417.373 467.750 484.853 514.523 534.835 568.569 601.429
profesional universitario
o tecnólogo 7 8 9 10 11 12 13 14
346.147 461.733 564.199 683.480 752.391 834.991 915.290 1.047.409 1.250.450 1.388.892 1.586.175
Atendiendo la evolución 1994-2000 de los ingresos reales para ciertos tipos de tra-
bajadores, cuyos perfiles pueden compararse con los de algunos grados docentes, se
observa que el aumento de los salarios de los maestros ha sido importante. No obstante,
es necesario precisar que la nivelación realizada después de la puesta en vigencia de la
Ley 115 era imprescindible, pues los ingresos de todos los grados docentes, excepto el
14, estaban bastante rezagados en relación tanto de los empleados gubernamentales,
como de los trabajadores con educación secundaria. Así, en 1994, los grados A, B y
hasta 5o han tenido ingresos iniciales muy inferiores a los de los empleados del gobier-
no. La comparación es pertinente si se tiene en cuenta que los grados docentes A y B,
pese a no exigir título, requieren 12 y más años de experiencia docente en primaria; por
su parte, los grados 1o a 5o sí exigen título de bachiller pedagógico.
Cuadro 4.24
Ingresos reales de docentes y de tipos escogidos de trabajadores (pesos de 1996)
Tipo de trabajador 1994 1996 1998 2000
Empleados del gobierno 474.500 545.500 591.400 657.000
Trabajadores con educación superior 900.577 851.467 873.459 771.206
Trabajadores con educación secundaria 366.108 338.496 334.351 286.573
Docentes escalafonados
A 114.736 172.304 270.553 364.710
B 127.103 190.875 299.714 404.020
1 142.445 213.915 335.891 452.785
2 147.652 221.736 348.172 469.341
3 156.690 235.306 369.479 498.062
4 162.874 244.595 384.064 517.724
5 173.148 260.022 408.288 550.378
6 184.851 277.596 435.884 587.577
7 210.070 315.469 495.351 667.739
8 238.127 357.603 561.510 756.923
9 264.669 397.463 624.099 841.293
10 290.451 436.181 684.893 923.245
11 332.882 499.900 784.945 1.058.116
12 398.811 598.907 940.407 1.267.681
13 444.190 667.055 1.047.412 1.411.925
14 508.788 764.064 1.199.736 1.617.258
Docentes no escalafonados
Bachiller 105.412 158.302 248.566 335.071
Técnico profesional o tecnólogo 140.612 211.163 331.571 446.961
Profesional universitario 171.817 258.024 405.151 546.148
Fuente: Decretos del Departamento Administrativo de la Función Pública. DNP, SISD No. 31
UNIVERSALIDAD DE LA EDUCACIÓN 109
Análogamente, los salarios de los trabajadores que han cursado educación supe-
rior, al compararse con los de los grados 6o a 14o , resultan superiores en todos los
casos. Respecto al grado 14o , por ejemplo, el ingreso de los trabajadores rebasa al de
los docentes en cerca de $400.000. Además, las exigencias para acceder a este nivel
son, en muchos casos, mayores; pues amén de la licenciatura en ciencias de la educa-
ción, el maestro debe tener título de posgrado en educación reconocido por el Minis-
terio o ser autor de una obra de carácter científico, pedagógico o técnico.
30 Las tasas de crecimiento están basadas en las observadas en el período 1985-1997 del DNP (Boletín Nº. 19 del
Sistema de Indicadores Sociodemográficos para Colombia) y las tasas extractadas de la serie de matrícula 1999-
2000 del MEN.
110 DE LOS DERECHOS SOCIALES
Cuadro 4.25
Población objetivo y recursos necesarios para pagar la deuda social educativa
Variable 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010
Total población objetivo nacional (1) 13.371.536 13.511.745 13.637.833 13.765.533 13.891.415 14.007.606 14.165.096 14.325.520 14.488.946 14.655.446 14.825.094
Total matrícula (2) 9.866.779 10.214.013 10.574.380 10.948.407 11.336.644 11.739.662 12.158.057 12.592.453 13.043.497 13.511.867 13.998.266
Total población sin atender 3.504.757 3.297.732 3.063.453 2.817.126 2.554.771 2.283.386 2.080.056 1.910.112 1.746.418 1.574.575 1.394.248
Total población que se atendería
según proporción de matrícula oficial (3) 2.697.929 2.535.578 2.355.364 2.164.816 1.961.569 1.754.647 1.599.203 1.471.444 1.350.212 1.222.904 1.089.266
Total población que se atendería
en el período de transición (4) 563.425 1.021.908 1.370.031 1.664.045 1.910.112 1.746.418 1.574.575 1.394.248
UPC promedio ponderado según
matrícula (5)* 1.119.317 1.120.230 1.121.154 1.122.089 1.122.502 1.122.932 1.123.377 1.123.838 1.124.317 1.124.811 1.125.325
Recursos totales necesarios
(primer escenario) (6)** 3.086.214 2.905.508 2.703.600 2.489.823 2.261.385 2.026.990 1.847.707 1.698.560 1.557.616 1.409.218 1.253.036
Recursos totales primer escenario / PIB 1,75 1,51 1,38 1,24 1,09 0,94 0,82 0,73 0,64 0,56 0,48
Recursos totales necesarios
(segundo escenario) (7)*** 631.166 1.145.717 1.537.297 1.867.894 2.144.926 2.265.731 2.088.782 1.902.822
Recursos totales segundo escenario / PIB 0,34 0,61 0,82 0,96 1,05 1,06 0,90 0,7
31 El estudio presenta dos escenarios de los cuales se escoge el de ajuste alto por cuanto el valor de la UPC es más
acorde con la actualización de la UPC elaborada por Francisco Pérez, en 1996: “Cálculo de la unidad de pago por
capitación UPC de la educación básica”. El valor es un promedio ponderado según la matrícula que “corresponde
al costo observado por alumno en 1995”. Para estimarlo Pérez tomó las ejecuciones presupuestales de los fondos
educativos regionales (FER) de ese año y extrajo los componentes referidos al costo de los maestros, es decir,
asignación básica, primas, bonificaciones, subsidios de alimentación y transporte, etc. Un segundo elemento de
la UPC se refiere a los insumos asociados a la calidad “y corresponde básicamente a dotaciones escolares y
capacitación de maestros”. El autor también toma en consideración los costos diferenciales según nivel educati-
vo (primaria o secundaria) y la zona donde sea provisto el servicio (rural o urbana). La aproximación establece
una serie del valor de la UPC-E a precios de 2001, cuyos parámetros inicial ($1.119.317) y final ($1.125.325)
corresponden a los años 2000 y 2010, respectivamente. Mora, H. y otros, “Financiamiento de la educación por
medio de subsidios a la demanda: evaluación de la viabilidad del sistema de capitación”, Bogotá, 1999.
UNIVERSALIDAD DE LA EDUCACIÓN 111
miento de la población que debiera ser atendida por el Estado según proporción de
matrícula oficial, el total de recursos en 2003 ascendería a $2.5 billones, equivalente
al 1,2% del PIB, disminuyendo progresivamente hasta un 0,5% del PIB en 2010. Aco-
ger la alternativa del período de transición implicaría un gasto inicial del 0,3% del PIB
en el primer año, y poco más de 1% del PIB para alcanzar el cubrimiento total en el
año 2007, para a partir de entonces, ir reduciéndose hasta un 0,8% del PIB en 2010.
Los recursos podrían provenir de diversas fuentes. Una alternativa sería la aplica-
ción de una cuota educativa de solidaridad (CES) para las matrículas y pensiones en
los colegios de los estratos 5 y 6. Si las familias con mayores ingresos pagan bonos
que, a pesar de estar prohibidos, alcanzan en ocasiones sumas superiores a los diez
millones de pesos al año, podrían aportar un porcentaje anual (5 a 10%) sobre los
pagos que realizan a las instituciones educativas privadas. Otra alternativa probable
implicaría que en una reforma tributaria se considerara también el aumento en un
punto de las rentas de la licoreras departamentales, parte de cuyos recursos se asignan
a educación actualmente. Otra fuente alternativa sería que los recursos utilizados en
educación continuada por las Cajas de Compensación Familiar –sobre todo aquellas
de mayor tamaño relativo: Cafam, Colsubidio, Compensar, Comfama–, se inviertan
en la educación de los niños no cubiertos. Finalmente, la dinámica misma de las
pensiones y prestaciones sociales de los docentes, dada la reforma constitucional rea-
lizada con el Acto Legislativo 01 del año anterior, será fuente también de liberación
de recursos en el mediano plazo.
En estrecha relación con los recursos se encuentran los costos de prestación del
servicio. Al respecto, el cálculo de costos del servicio privado se estimuló en la se-
gunda mitad de la década anterior, cuando se reglamentó el artículo 202 de la Ley 115
con el Decreto 2253 de 1995. La exigencia normativa para los colegios privados
alude a la identificación de la estructura de ingresos y costos del establecimiento,
mediante la cual se pueden clasificar dentro del régimen de tarifas32. Por su parte, los
costos en el sector público están en proceso de construcción dada la Ley 715 y parti-
cularmente el Conpes 57 que exige los costos de cada territorialidad y condiciona la
entrega de parte de las transferencias de este año (30%) a la aprobación de dichos
costos por parte de los organismos competentes33.
En torno a los costos de prestación de los servicios de educación, los análisis de la
Secretaría de Educación del Distrito Capital (SED) merecen especial mención por
cuanto son trabajos cuidadosos que responden a un costeo real con base en lo efecti-
vamente pagado en cada uno de los renglones del gasto educativo, no sólo para cada
32 MEN, Manual de evaluación y clasificación de establecimientos educativos privados para la definición de tarifas
educativas, Bogotá, 1996.
33 A propósito de la exigencia, el estudio reseñado del Cide afirma que la eficiencia del gasto “no pudo verificarse sino
parcialmente porque no se disponía de información sobre los costos reales de la educación a nivel municipal”.
112 DE LOS DERECHOS SOCIALES
una de las zonas y localidades sino para cada entidad específica. Así, es posible acce-
der a costos unitarios promedio de las entidades públicas, las concesionadas, entre
otras34. Los cuadros 4.26 y 4.27 muestran un costo promedio por alumno de $1´051.989
en el año 2000, cuyos componentes principales son: recursos humanos con una partici-
pación del 82%, el plantel (8,9%), el alumno (5,2%) y la administración central (3,5%).
Por su parte, el costo según jornada resulta menor para la sección nocturna; mientras
que, desde el punto de vista de la zona, es más costosa la educación en la zona rural. Al
examinar los niveles educativos, la primaria es algo menos costosa que la secundaria y
que el preescolar cuyo costo resulta ser el más alto de todos.
Cuadro 4.26
Distrito Capital: costo anual según canasta educativa estándar
Tipo de costo Costo Promedio Costo según jornada
34 “Para poder asignar racionalmente los recursos, tanto a nivel de política como de proyectos concretos, es impres-
cindible conocer los costos de los insumos y los impactos que de cada uno de ellos se deriva. Sólo así será posible
construir canastas de insumos que maximicen el impacto al menor costo posible”, Cohen, E., Educación y equi-
dad..., op. cit.
UNIVERSALIDAD DE LA EDUCACIÓN 113
Cuadro 4.27
Distrito Capital: costo por alumno según nivel educativo y zona.
Nivel Preescolar Primaria Secundaria Urbano Rural
Componente Costo x alumno % Costo x alumno % Costo x alumno % Costo x alumno % Costo x alumno %
1. Recursos
humanos 1.261.524,37 84,33 781.700,14 81,52 1.043.721,94 87,35 864.486,63 82,35 1.034.977,52 77,47
2. Plantel 144.028,89 9,63 76.166,64 7,94 96.436,74 8,07 93.596,84 8,92 104.740,97 7,84
3. Alumno 52.719,79 3,52 63.431,73 6,62 17.280,91 1,45 54.159,21 5,16 158.703,20 11,88
4. Administración
central 37.587,84 2,51 37.553,17 3,92 37.489,43 3,14 37.471,40 3,57 37.636,48 2,82
Total 1.495.860,89 100,00 958.851,67 100,00 1.194.929,03 100,00 1.049.714,08 100,00 1.336.058,16 100,0
35 El Conpes Social 057 de 2002 estableció la distribución del SGP vigencia 2002, con los criterios establecidos por
la Ley 715 de 2001. Ésta estableció un período de transición (2002-2003) para los departamentos y municipios y
exceptuó del mismo a los distritos. Dispuso que a los departamentos y municipios se les distribuya durante el año
2002 un monto igual al costo en términos reales de la prestación del servicio educativo en su territorio durante el
año 2001 y a los distritos se les distribuyan los recursos determinando una asignación por alumno que se multi-
plica por la población atendida en cada distrito e incluye recursos para funcionamiento y calidad. Para el cálculo
de la asignación por alumno los costos totales de la matrícula certificada por el MEN se dividieron por la matrícu-
la total de los distritos en el año 2001. Desde el año 2004, este mecanismo de distribución se utilizará para
asignar los recursos a todas las entidades territoriales, teniendo en cuenta, los criterios de equidad y población
por atender.
114 DE LOS DERECHOS SOCIALES
CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES
Capítulo 5
SALUD PARA TODOS*
* Elaborado por: Mary Jazmín Campos Rubio, Jesse Cruz Hernández y Marcela Corredor Moyano.
1 Conferencia Internacional sobre Atención Primaria de Salud, Encuentro de Ministros de Salud en Alma-Atá,
Kazajstán, 1978.
2 Sentencia Corte Constitucional T-312 de 1996. M. P. doctor Alejandro Martínez Caballero.
SALUD PARA TODOS 117
mana. Así, “cuando se habla del derecho a la salud, no se está haciendo cosa distinta
a identificar un objeto jurídico concreto del derecho a la vida... Es decir, se trata de
concreciones del derecho a la vida, mas no de bienes jurídicos desligados de la vida
humana, porque su conexidad próxima es inminente”3.
El sistema de aseguramiento establecido en la Ley 100 de 1993 se inscribe dentro
del derecho a la seguridad social. Es concordante con el derecho a la salud, pero está
orientado prioritariamente hacia la atención de contingencias, es decir, la atención de
enfermedades. Así las cosas, Colombia ha seguido las tendencias internacionales en
cuanto a implantar un modelo que garantice la atención de las enfermedades median-
te el aseguramiento, pero en el proceso el sector ha sido desvinculado del diseño y
ejecución de políticas tendientes a mejorar las condiciones ambientales, sociales y
económicas de la población que han demostrado tener mayor impacto en el bienestar
físico, mental y social de las comunidades.
El Informe de Desarrollo Humano para Colombia 2000 expresa que el “derecho a
la salud tiene un carácter prestacional y que para respetarlo es necesario, como prime-
ra medida, tener acceso a la seguridad social” (DNP, 2001)4. Esta prevalencia del dere-
cho a la seguridad social sobre el derecho a la salud se evidencia en el desmejoramiento
de los indicadores de salud pública y en el bajo impacto del mayor gasto en salud
durante los últimos años en el estado de salud de los colombianos.
Con el objetivo de dar una mirada a la situación actual de la salud colombiana y
proponer algunas soluciones a la falta de equidad y calidad en la prestación del servi-
cio, especialmente en lo relacionado con la población más pobre, este trabajo presen-
ta unas notas sobre la reforma de 1993 y las condiciones institucionales derivadas,
que dieron lugar al Sistema General de Seguridad Social en Salud (Sgsss). La des-
cripción aborda las características particulares del sector en cuanto a descentraliza-
ción, financiamiento, efectividad, eficiencia, calidad, regulación y vigilancia y con-
trol, entre otras. Al final se propone una solución para hacer viable la cobertura universal
de la población nacional desde 2006 y, al mismo tiempo, eliminar la atención exclu-
yente que supone el actual sistema de planes de atención diferentes. Un impacto tal
implicaría alcanzar un acercamiento a la protección de la salud colombiana como
corresponde a los deberes de un Estado Social de Derecho. El cierre del capítulo se
hace con las conclusiones y recomendaciones.
5 Incluía el ISS y más de mil Cajas de Previsión, entidades monopólicas, con coberturas parciales y diversas a las
familias de sus trabajadores afiliados.
6 El aseguramiento implica que el individuo cubre periódicamente las primas para protegerse de posibles eventos
desfavorables. Los eventos de enfermedad o accidente son típicamente aleatorios, lo cual tiene efectos sobre la
demanda de los servicios. En efecto, en condiciones de incertidumbre, la elección del consumidor depende de su
actitud hacia el riesgo. Si los individuos tienen aversión al riesgo optarán por proteger su nivel actual de bienestar
cubriéndose con algún tipo de seguro de salud, en lugar de asumir los costos cada vez que ocurra un evento
7 Creado para atender, durante el ajuste del sistema, a los pobres que aún no se habían afiliado al Régimen Subsidiado
y se esperaba fueran cubiertos antes del 2001. Sin embargo, esta meta no se logró y hoy hay una cantidad
significativa de vinculados.
8 La Unidad de Pago por Capitación, UPC, y el Plan Obligatorio de Salud , POS, de los dos regímenes difieren en el
proceso de transición pero se esperaba unificarlos antes del 2001.
SALUD PARA TODOS 119
la población: existe un sistema para pobres, otro para sectores de ingresos medios y uno
para los ricos (medicina prepagada). La misma ley promueve tratamientos diferencia-
dos en servicios y en derechos, lo que impide la construcción de una sociedad menos
dividida y regida por el Estado Social de Derecho que consagra la Constitución.
En el área del financiamiento, la reorganización del modelo creó el Fondo de
Solidaridad y Garantía (Fosyga) cuyas funciones principales tienen que ver con la
administración y distribución de los recursos de compensación del Régimen Contri-
butivo, la solidaridad del Régimen Subsidiado, la promoción de la salud y la preven-
ción de la enfermedad, y el seguro de riesgos catastróficos y accidentes de tránsito.
Por su parte, la creación del Consejo Nacional de Seguridad Social en Salud y la
redefinición del papel del Ministerio de Salud y la Superintendencia Nacional de
Salud fortalecieron la dirección, regulación y modulación del sistema.
9 Franco, A., “Sistemas Previsionales, Salud y Reformas en América Latina”, Revista de Salud Pública, Vol. 3,
No. 3, Universidad Nacional de Colombia, noviembre de 2001.
120 DE LOS DERECHOS SOCIALES
10 El planteamiento de la entidad está en el informe Progreso Económico y Social de América Latina de 1996.
Cómo organizar con éxito los servicios sociales , BID, Washington, 1996.
11 Crocco, P., citado por Franco, A., op, cit.
12 Granados, R. T. y Gómez, M. C. citados por Franco, A., ibid.
SALUD PARA TODOS 121
Cuadro 5.2
Estilo y énfasis de las reformas según países o grupos de países
Argentina y Uruguay Afianzan modelos de mercado pero reformulan la participación estatal con énfasis en el
control
Argentina Libre elección. Unificación de afiliación y contribución al Seguro Nacional de Salud.
Brasil Unificación del Sistema: Sistema Único de Salud, servicios públicos más servicios de
seguridad social. Regulación del sector privado cuya obligación es alta en atención hospitalaria.
Modelo de sistema único de salud basado en contratos.
Chile Sistema de Salud dual, con distintas lógicas y propietarios, sin competencia. Lógica pública
de reparto, privado por riesgos individuales.. Introduce cuasimercados, separar funciones
Fonasa, Minsalud y Servicios; mediciones de desempeño (eficiencia micro). Consolida un
sistema de mercado con dualidades ricos y pobres pero actualmente busca la vía pública.
Colombia Descentralización del gasto. Competencia regulada. Sistema de Seguridad Social Integral y
Solidario. Transición del subsidio a la oferta al subsidio a la demanda.
Costa Rica Sistema Integrado (no estratificado). Separación de funciones: Ministerio (rector y promotor),
la Caja del S. S. (actividades operativas). Impulso de equipos básicos de atención integral en
salud. Gerencia hospitalaria y desempeño. Sistema Nacional de Evaluación. A pesar de
reforzar la gestión económica y la mezcla público-privada, mantiene una tendencia
universalista.
Cuba Sostiene su concepción estatal.
México Introduce los cuasimercados o mercados internos institucionales. Tiene dificultades para
aplicar a fondo las reformas ortodoxas.
Países caribes* Sistemas públicos fuertes e integrados. Seguro Nacional de Salud.
* De habla inglesa.
Fuente: Tomado de Franco, A., op. cit.
Recuadro 5.1: Evaluación de las reformas al sector salud en algunos países latinoamericanos
Cuadro 5.3
Hospitales convertidos en Empresas Sociales del Estado a junio de 1998
Hospitales Total ESE %
III nivel 28 23 82
II nivel 125 120 96
I nivel 354 194 55
Total 507 337 66
Fuente: Ministerio de Salud, Programa de Mejoramiento de los Servicios
de Salud.
21 Hernández, M., “El derecho a la salud en Colombia: obstáculos estructurales para su realización”, ponencia
presentada al coloquio La política social y los derechos económicos, sociales y culturales en los noventa: balan-
ce y perspectivas, Bogotá, octubre 6 a 8 de 1999. Plataforma Colombiana de Derechos Humanos, Democracia y
Desarrollo.
22 Ministerio de Salud. Informe de actividades 2000-2001, julio de 2001.
23 El Acuerdo 17 de 1997 ordenó la transformación de los hospitales públicos en Empresas Sociales del Estado.
124 DE LOS DERECHOS SOCIALES
Los efectos adversos del proceso están relacionados con la fragmentación de los
programas históricamente administrados por la Nación, especialmente de salud pú-
blica, que al ser transferidos hacia entidades territoriales con menor capacidad técni-
ca, han representando retrocesos y deterioro de los indicadores de salud en algunas
regiones.
24 En el año 2000, 2,25% de los afiliados (481.611 personas) presentan doble afiliación. DANE, Encuesta Nacional
de Hogares.
SALUD PARA TODOS 125
Gráfico 5.1
Afiliación al régimen contributivo por EPS 2001
S a lu d co o p
S a lu d To ta l
C a fe sa lu d
C a jan a l
C ru z Bla n ca
H u m a n a V iv ir
S a lu d C o lm e n a
C o m fe n alc o Va lle
C o lse g u ro s
C a p re c o m
O tra s E PS
0 1 .0 0 0 2 .0 0 0 3 .0 0 0 4 .0 0 0 5 .0 0 0
M ile s d e a filiad o s
Fuente: Superintendencia de Salud.
Gráfico 5.2
Gasto en salud como porcentaje del PIB 1993-1999
12
10
0
1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999
G a s to p úb lico /P IB G a s to p riv a d o /PIB G a s to to ta l / PIB
Fuente: DNP –Cuentas Nacionales de Salud, Cifras de 1998 y 1999 provisionales.
Sin embargo, la viabilidad del sistema está en riesgo. El modelo de reforma supo-
nía que la economía crecería por lo menos en un 4% anual, la tasa de desempleo no
pasaría del 14%, el empleo asalariado crecería en un 3,5% anual y el independiente en
un 2,1%, y los ingresos reales promedio de los asalariados e independientes crecerían
en un 1,8% por año. Estos supuestos no se concretaron y, por el contrario, evolucio-
naron en forma desfavorable25. Desde 1996, la variación del PIB estaba por debajo del
supuesto, llegando a un crecimiento negativo en 1999. A partir de 1998, el desempleo
sobrepasó el esperado y se mantiene en el orden del 18%.
Gráfico 5.3
Supuestos del sistema general de seguridad social en salud
25
20
15
10
-5
-1 0
1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000
Tas a d e de s e m p le o (s e p ) D e se m p le o e s p e ra d o
Va ria ció n d e l P IB C re c im ie n to e s p e ra d o
25 Las condiciones macroeconómicas son importantes para el sector, pero el empleo es determinante de la seguri-
dad social, porque es el núcleo como lo señalara la Corte Suprema de Justicia: “el empleo es la savia de la
seguridad social”, citada por Franco, A., op. cit. De otra parte, los supuestos sobre empleo del modelo fueron
muy optimistas en la medida en que la informalización de la clase trabajadora se extendió ya como fenómeno
masivo desde los años ochenta.
SALUD PARA TODOS 127
Gráfico 5.4
Excedentes acumulados subcuenta de compensación 1996-2002 (en millones)
4 0 0 .0 00
3 3 5 .9 56
3 0 0 .0 00
2 5 6 .6 77
2 2 1 .2 93
2 0 0 .0 00
1 2 8 .4 39
1 0 0 .0 00
9 .4 5 9
1 6 .4 6 1
0 0
1996 1997 1998 1999 2000 2001* 2002*
Por su parte, la evasión ha sido identificada como uno de los más graves proble-
mas para el financiamiento y la sostenibilidad del sistema. De acuerdo con la Encues-
muy optimistas en la medida en que la informalización de la clase trabajadora se extendió ya como fenómeno
masivo desde los años ochenta.
26 El 1% de las cotizaciones es destinado para la subcuenta de solidaridad.
27 Ministerio de salud, Situación actual y perspectivas 2001.
28 La Ley 100 establece que la Nación aporte a la subcuenta de solidaridad como mínimo un monto igual al recau-
dado por tal concepto en el régimen contributivo. Según el Ministerio de Salud, la deuda asciende a $ 531.314
millones a precios de 1998.
128 DE LOS DERECHOS SOCIALES
ta Nacional de Hogares, en el año 2000 un 75% de los trabajadores del sector infor-
mal y un 17% del sector formal no estaban afiliados a seguridad social en salud y así
dejaban de recaudarse cuantiosos recursos. El estudio de Econometría revela que en
el marco del programa de apoyo a la reforma del Ministerio de Salud, la evasión-
elusión ascendió en el 2000 a $2 billones ese año (1,2% PIB), lo que equivale al 36%
del valor de las cotizaciones. A este respecto y con base en la información del DANE
(ENH, etapa 107), la CGR realizó un ejercicio de aproximación a la evasión y estimó
que el valor es cercano a los $800 mil millones para el año 2000; de este monto
alrededor de unos $70 mil millones se destinarían al régimen subsidiado por concepto
de solidaridad.
Cuadro 5.4
Evasión y elusión al régimen contributivo, 2000
Concepto Población ocupada I.B.C. ($/mes) Cotización M$/año) Evasión/
elusión %
COBERTURA Y ACCESO
Diferentes estudios sobre el impacto de las reformas del sistema muestran que uno de
los mayores logros del nuevo esquema es el incremento de la cobertura de la seguri-
dad social, cuyo cubrimiento en 1992 era del 23% y pasó al 52,4% en 2000.
Sin embargo, es inapropiado comparar el acceso a la salud en el SNS, y en el SGSSS
mediante el indicador de cobertura del aseguramiento. En el SNS concurrían tanto la
seguridad social como la atención privada y el subsistema público para garantizar el
acceso a la salud de la población. Así, en 1992 el 17% de las personas acudía a la
práctica privada, 23% a la seguridad social, 40% al sector oficial y el 25% estaba
desprotegido (Minsalud, 1994)29.
En el nuevo sistema, el indicador de cobertura que relaciona la afiliación al Sgsss
permite establecer que aún no se han logrado las metas de cobertura universal esta-
blecidas en la Ley 100 de 1993 para el año 2000. El aseguramiento alcanzó sólo el
29 Ministerio de Salud, Reforma a la seguridad social en salud. 1994. Datos ENH 1992.
SALUD PARA TODOS 129
Cuadro 5.5
Cobertura de la seguridad social en salud, 2001
Grupo poblacional Cobertura %
Población total 43.070.703 100,00
Afiliados a seguridad social en salud 26.510.366 61,55
Régimen contributivo 14.233.791 33,05
Régimen subsidiado 11.062.708 25,68
Regímenes de excepción 1.213.867 2,82
No afiliados 16.560.337 38,45
Fuente: Superintendencia de Salud.
EFICIENCIA
El modelo de gestión establecido buscó redefinir el papel del Estado y del mercado en
la provisión de los servicios de salud para lograr mejoras en eficiencia. Sin embargo,
aunque es evidente el aumento del gasto por parte de la población, no es posible
verificar que este esfuerzo haya sido acompañado correlativamente de mayores y
mejores niveles de atención en salud.
La competencia entre Instituciones Prestadoras de Servicios de Salud en teoría iría
a establecer formas de prestación más económicas y aprovechar de mejor manera los
recursos disponibles. Sin embargo, la evidencia muestra que la eficiencia de las insti-
tuciones públicas, base de la oferta de servicios, no ha evolucionado positivamente.
Es así como en el SNS se privilegiaba el gasto para acciones curativas y servicios
de mayor complejidad y costo, generándose una asignación irracional de la oferta.
Aunque el primer nivel debía atender una mayor cantidad de problemas de salud, el
índice de ocupación reflejaba la situación contraria. En 1993, el primer nivel presen-
taba una ocupación del 42%, mientras que el segundo y tercer niveles el 58% y 75%,
respectivamente. Un estudio del Departamento Nacional de Planeación afirma que
“sólo el 27% de los casos tratados en hospitales especializados correspondía a ese
nivel de atención” (DNP, 2000)34. Este problema no se ha resuelto con el nuevo siste-
ma; antes por el contrario, para el 2000 la ocupación del primer nivel se redujo al 34%
y aumentó en el segundo y tercer niveles al 71% y 85%, respectivamente.
Cuadro 5.6
Índice de ocupación
Niveles 1993 a % 2000 b %
Nivel 1 42 34
Nivel 2 58 71
Nivel 3 75 85
Total 59
Fuente: a) Ministerio de Salud, La Reforma de Salud en Colom-
bia. 1995. b) Ministerio de Salud, Sistema Nacional de Seguri-
dad Social en Salud. Situación actual y perspectivas. 2001.
CALIDAD
En el modelo anterior de salud no existían incentivos para que las entidades
monopólicas de seguridad social y las instituciones prestadoras de servicios de salud
mejoraran la atención. Eran frecuentes las demoras en la atención, la insuficiencia de
insumos y medicamentos y la insatisfacción de los usuarios. Se sumaba a ello la
imposibilidad de exigir mayores niveles de calidad porque se consideraba un servicio
asistencial de caridad.
Aunque no hay estudios que permitan comparar la calidad anterior y posterior a la
reforma, los resultados de encuestas realizadas en los últimos años muestran mejorías
en los indicadores. La Encuesta de Calidad de Vida de 1997 evidencia que de las
personas encuestadas que presentaron algún problema de salud y consultaron a una
institución de salud, profesional, promotora o enfermera, el 85% consideró que la
atención fue oportuna y apenas un 15% demorada.
Por su parte, la Encuesta de Calidad de la Defensoría del Pueblo presenta resulta-
dos similares en cuanto a la percepción de los usuarios sobre la oportunidad o demora
en la prestación del servicio. En cuanto a la calidad, un 84% de quienes recibieron
atención la calificó como de buena calidad, el 13% regular y 3% mala.
Cuadro 5.7
Tiempo de espera para recibir atención
Días Consulta general Consulta especializada
0-7 62,8 50,1
8-14 8,8 19,0
15-30 10,5 25,5
+ 30 1,9 5,4
ND 16,0 0
Fuente: Defensoría del Pueblo, Encuesta Nacional de Calidad
en Salud 2000.
A pesar de los buenos resultados de las encuestas, “la reforma acusa un inexplica-
ble descuido de los factores epidemiológicos, de la promoción de programas preven-
tivos, de la integración de los niveles de atención y de la conformación de redes de
referencia y contrarreferencia asociadas con ella”35.
EFECTIVIDAD
Los impactos de la reforma en el estado de salud de la población son heterogéneos.
Mientras los índices de morbimortalidad continúan su tendencia decreciente, las co-
berturas en acciones de salud pública se han deteriorado.
35 Sojo, A., Reformas de gestión en salud en América Latina: los cuasidineros de Colombia, Argentina, Chile y
Costa Rica, Serie de políticas públicas, No. 39, Cepal, Santiago de Chile, 2000.
132 DE LOS DERECHOS SOCIALES
La Encuesta Nacional de Demografía y Salud del 2000 registra que las coberturas
del Programa Ampliado de Inmunizaciones (PAI) han disminuido. Así, entre los niños
de un año, el 67,5% había cumplido el esquema completo de vacunación en 1990, y a
pesar de haber descendido al 65,5% en 1995, el indicador cayó todavía más al 52% en
el 2000. Las coberturas del BCG y polio primera dosis se han mantenido constantes en
93% y 97%, respectivamente, pero la de sarampión se ha reducido del 81,2% en 1990
al 70,8% en el 2000, lo mismo que la tercera dosis de polio que pasó del 82,2% al
71,3%. Esta situación no sólo responde a los problemas propios del proceso de im-
plantación del SGSSS y de la descentralización, sino que infortunadamente ha permi-
tido el regreso de epidemias que, como el sarampión, estaban superadas en Colombia.
Gráfico 5.5
Cobertura de vacunación 1990-2000
100
80
60
40
20
0
BCG DP T1 P o lio 1 S a ra m p ió n Tod a s
Cuadro 5.8
Mortalidad infantil y en la niñez
1985-1990 1990-1995 1995-2000
Neonatal 16 18 15
Postneonatal 10 10 7
Menor de 1 año 26 27 21
De 1 a 5 años 9 4 4
Menor de 5 años 35 31 25
Por el contrario, las atenciones prenatal e institucional del parto han experimenta-
do avances significativos. La atención prenatal pasó del 82% al 90,8% y la atención
del parto por parte de un profesional del 80,6% al 86,4%. “Sin embargo, persisten
marcadas inequidades (sic) por zona de residencia y por edad en la atención del parto
por médico”37. Hay iniquidad en contra de las mujeres que habitan las zonas rurales y
tienen treinta años o más.
EQUIDAD38
La necesidad de lograr un sistema más equitativo en el aseguramiento, la financiación
y la prestación de los servicios de salud fue una de las motivaciones de la reforma al
Sistema Nacional de Salud,
“...en 1992, el 12% de las hospitalizaciones y el 20% de las cirugías adelantadas en el
sector público, que debían dirigirse principalmente a la población más pobre, fueron
recibidas por pacientes pertenecientes al 20% más rico de la población. En términos de
financiamiento también existían grandes iniquidades; por ejemplo, mientras que el gas-
to privado promedio en salud representaba para el 20% más rico de la población 1,4%
de sus ingresos, esta proporción era más de 5 veces superior entre el 20% más pobre de
la población (7,5%)”(Castaño, 2001).
Cuadro 5.9
Distribución de la enfermedad y la atención según quintil de ingresos 1993 y 2000
1993 2000
Fuente: Misión Social con base en encuesta Casen,1993 y Encuesta Nacional de Hogares 2000.
Gráfico 5.6
Distribución de la cobertura salud 1993-2000
80
60 Q u in til 1
Q u in til 2
Q u in til 3
40
Q u in til 4
Q u in til 5
20
0
1993 1997 2000
Fuente: 1) DANE - Encuesta Casen 1993, cálculos Sánchez F. y Núñez J. 2) DANE -Encuesta de Calidad de Vida 1997,
cálculos de Moreno H. 3) DANE - Encuesta Nacional de Hogares 2000, cálculos Moreno H.
Gráfico 5.7
Personas atendidas entre las reportadas como enfermas por quintil de ingreso 1993-2000
90
80
70
60
P o rc e nta je
50
40
30
20
10
0
1 2 3 4 5
1993 2000
Fuente: Misión Social con Encuesta Casen 1993 y Encuesta Nacional de Hogares 2000.
SALUD PARA TODOS 135
Cuadro 5.10
Estado de la salud en América Latina (países escogidos)
País Esperanza de Tasa de mortalidad Tasa de mortalidad Médicos x 10.000 Gasto en salud
vida, 2000 materna infantil habitantes, 1999 (% PIB) 1996
Cuadro 5.11
Estimaciones de la evolución del SGSSS 2001–2010 (pesos de 2001)
Déficit del régimen subsidiado/PIB
Año Cobertura Costo de
aseguramiento continuidad/PIB (3) Cuantitativo (1) Cualitativo (2) Total (1+2)
(%) (%) (%) (%) (%)
2001 62,0 0,90 1,20 1,96 3,16
2002 61,9 0,97 1,37 2,03 3,40
2003 62,0 0,97 1,34 2,00 3,33
2004 62,4 0,97 1,27 1,94 3,21
2005 63,0 0,98 1,22 1,90 3,11
2006 63,7 0,99 1,17 1,87 3,03
2007 64,6 1,00 1,11 1,83 2,94
2008 65,4 1,01 1,06 1,79 2,85
2009 66,7 1,04 0,99 1,76 2,75
2010 68,2 1,07 0,91 1,72 2,63
1) Población bajo línea de pobreza no afiliada al régimen subsidiado.
2) Diferencia entre el POS-S y el POS-C.
3) Costo fiscal y parafiscal de mantener las coberturas alcanzadas.
a) Supuestos macroeconómicos y de pobreza basados en los modelos de la CGR.
b) La afiliación del régimen subsidiado se proyecta calculando la mayor afiliación por el crecimiento real del Sistema General de
Participaciones.
c) La afiliación del régimen contributivo se proyecta con el crecimiento de la población ocupada según modelo de empleo.
d) UPC proyectada con variación del PIB per cápita.
Fuente: Cálculos de la DES Social.
SALUD PARA TODOS 137
6 0 ,0
5 0 ,0
P o rc e nta je
4 0 ,0
3 0 ,0
2 0 ,0
1 0 ,0
0 ,0
2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010
Es por esto que el costo para la sociedad de lograr la meta de aseguramiento uni-
versal se calcula con base en el valor de la UPC del régimen contributivo por grupos
etáreos y las proyecciones de población del DANE. De esta manera, garantizar un plan
de salud estándar para la totalidad de la población en el 2002 tendría un valor de
7,04% del PIB. Si se recuerda que el gasto público y privado en salud asciende a 10%
del PIB, es razonable proponer la meta en el mediano plazo, siempre y cuando se
establezcan medidas para redistribuir el gasto y lograr mayor eficiencia en el sector.
Cuadro 5.12
Costo del Plan de Servicios de Salud Estándar para Colombia 2002
Rangos de edad Población Valor UPC Promoción Valor aseguramiento /PIB
y prevención (%)
0a1T 985.174 742.690 12.690 0,38
1a4T 3.804.989 384.876 12.690 0,77
5 a 14 T 9.268.932 204.465 12.690 1,03
15 a 44 H 10.570.685 180.411 12.690 1,05
15 a 44 M 10.769.388 372.849 12.690 2,13
45 a 59 T 5.354.956 243.554 12.690 0,70
60 y más T 3.079.993 685.560 12.690 1,10
TOTAL 43.834.117 12.690 7,04
Fuente: DANE. Acuerdo 218 CNSSS y cálculos de la DES Social.
Sin embargo, una propuesta de este tipo requiere la gradualidad que permita mo-
dificar la institucionalidad del sector. Por tanto, es prioritario aumentar las coberturas
del régimen subsidiado con el plan de servicios actual; una vez lograda la universali-
dad a este nivel podría continuarse con la reducción en las desigualdades de los pla-
nes de servicios.
Reformas institucionales
El seguro de salud en el marco de un Sistema Integral de Protección y
Seguridad Social
La incapacidad del sistema de seguridad social para garantizar el derecho a la salud
en el marco de un sistema integral, viable financieramente, universal y solidario evi-
dencia la necesidad de constituir un nuevo modelo de protección social que compren-
da mecanismos eficientes de dirección, administración, vigilancia y control.
Este Sistema Integral comprendería una Central Única de Recaudo y Administra-
ción de los recursos del sistema para mejorar tanto la oportunidad en el flujo de los
recursos como la eficiencia en la gestión, y al mismo tiempo garantizar el mejor uso
de los rendimientos financieros. A la vez, facilitaría la administración del sistema de
registro de aportantes, beneficiarios y afiliados, permitiendo un control más estricto a
la evasión y elusión.
SALUD PARA TODOS 139
%
10
hasta 4 12,0
5
4 a 7,99 12,5
8 - 11,99 13,0
0
12 - 15,99 13,5
0 5 10 15 20 25 30 35 40 45 50 16-19,99 14,0
smm v 20 en adelante 14,5
ta sa d e co tiza c ió n a c tu a l ta sa d e co tiza c ió n p ro p u e sta
41 Cálculos obtenidos con base en la información que sobre rangos salariales de los cotizantes tiene registrada la
Superintendencia Nacional de Salud a diciembre de 2001.
140 DE LOS DERECHOS SOCIALES
Cuadro 5.14
Cálculo de recaudo total y adicional por rangos de salarios según propuesta
de progresividad, 2003
(4)
Nuevos Cotizantes Rangos de Valor recaudo total Progresividad
(1)
cotizantes Totales (2) salarios (3) anual Tasa (%) Monto adicional
Gráfico 5.10
Componentes de la propuesta de financiamiento en dalud
4 4 ,8 3 4 2 ,9 9 4 1 ,3 6 3 9 ,9 6 3 8 ,8 2
5 1 ,3 0 4 9 ,6 3 4 7 ,1 8
1 6 ,6 1 1 4 ,8 5
2 1 ,2 7 1 8 ,6 9
2 4 ,5 2
2 8 ,4 0
3 3 ,6 0
4 0 ,8 1
4 3 ,4 3 4 6 ,3 3
3 5 ,7 4 3 9 ,9 5
3 0 ,6 6
2 4 ,4 2
1 6 ,7 6
7 ,8 9
0 ,1 0 0 ,1 2 0 ,1 4 0 ,1 6 0 ,1 9 0 ,2 1 0 ,2 4 0 ,2 6
% fin an c ia m ie n to d e l d éficit 2 0 0 3 -2 0 1 0
Esta alternativa de tasa progresiva desde cuatro salarios mínimos adolece de in-
convenientes, como los incentivos adversos que trae un aporte superior para las per-
sonas de mayores ingresos, sin la respectiva retribución en el alcance del plan de
SALUD PARA TODOS 141
3 ,0 3 ,0
2 ,5 2 ,5
P o r ce n ta je
Po rce n ta je
2 ,0 2 ,0
1 ,5 1 ,5
1 ,0 1 ,0
0 ,5 0 ,5
0 ,0 0 ,0
2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2 00 1 2 00 2 2 00 3 2 00 4 2 00 5 2 00 6 2 00 7 2 00 8 2 00 9 2 01 0
G a sto a m p lia ció n c o b e rtu ra G a sto a u m e n to d e b e n e fic io s D e fic it cu an tita tiv o D e fic it cu alita tiv o
Gráfico 5.13
Evolución de la cobertura de aseguramiento 2001-2010
11 0
100
90
80
70
P o rc e n taje
60
50
40
30
20
10
0
2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010
42 e+Health Latin America, “¿Fracasó la política de salud en Colombia?”, “La medicina prepagada”, enero de
2000, p. Web.
43 Sojo, A., op. cit.
44 Londoño y otros, citado por Sojo, A., ibid.
45 Jaramillo, I., citado por Sojo, A., ibid.
144 DE LOS DERECHOS SOCIALES
CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES
Los procesos que han reformado los regímenes de salud en Latinoamérica han estado
guiados por las decisiones de organismos multilaterales como el Banco Mundial, el
Banco Interamericano de Desarrollo, la Organización Mundial de la Salud y, más
recientemente, la Organización Panamericana de la Salud. El esquema general ha ido
cambiando el sentido de las políticas sociales, para transformarlas en servicios renta-
bles, al introducir a la prestación de servicios como la salud y la educación la lógica
del mercado, que no siempre actúa dentro de los principios de igualdad, solidaridad,
equidad y universalidad y más bien propende por disminuir el gasto público y garan-
tizar las ganancias de los agentes privados del sistema, cuyo papel protagónico en
términos sociales debería especificarse más claramente.
En el sector salud las fallas de mercado son más notorias que en cualquier otro
sector por la información asimétrica que lo caracteriza. El sistema de precios es muy
poco equitativo, lleva en su interior sistemas de exclusión y de falta de solidaridad.
Puede ser muy eficiente, pero genera iniquidades que deberían ser solucionadas por
el Estado sobre todo en un campo como el de la salud que implica el derecho a la vida.
La estratificación social que propició la Ley 100 al establecer un sistema para
pobres (subsidiado), otro para sectores de ingresos medios (contributivo) y uno para
los ricos (medicina prepagada), promueve tratamientos diferenciados en servicios y
en derechos, lo que impide la construcción de una sociedad menos dividida y regida
por el Estado Social de Derecho que consagra la Constitución. Es un imperativoético
avanzar en la reducción progresiva de la diferencia de los planes de servicios hasta
alcanzar un nivel homogéneo y adecuado a las condiciones epidemiológicas, de riesgo
de enfermedad y de salud pública del país, y a las necesidades de toda la población.
La viabilidad del SGSSS está en riesgo. Entre otras razones, porque: los supuestos
sobre los cuales fue creado adolecieron de un gran optimismo en relación con varia-
bles definitivas como el crecimiento económico y el empleo cuyas evoluciones han
sido muy precarias en el último lustro; las condiciones de las subcuentas del Fosyga
son alarmantes, sobre todo la de solidaridad; la evasión y elusión de los agentes al
sistema son altas; el grupo de entidades que lo conforman en buena medida, ARS y
EPS, son intermediarias, lo cual ha acrecentado los costos del servicio; finalmente, los
regímenes excepcionales y la falta de progresividad en la cotización contribuyen tam-
bién al menor recaudo. Entonces es imprescindible mejorar y unificar el sistema de
recaudo para que el flujo de recursos sea controlable, haciendo uso de mecanismos
como el cruce de datos inter e intrasistemas de información.
Una acción urgente, tanto en el ámbito público como en el privado, es eliminar, o
por lo menos disminuir, la intermediación que, por supuesto, generó ineficiencia. Esto
implica la modificación estructural y legal del sistema para que eliminando o modifi-
cando las entidades aseguradoras y de administración, los recursos sean utilizados en
SALUD PARA TODOS 145
Capítulo 6
RÉGIMEN PENSIONAL EQUITATIVO*
“La Seguridad Social tiene como objetivo proteger a todos los miembros de la sociedad
frente a todas las contingencias a que se exponen a lo largo de la vida. Por ejemplo, la
salud, vejez, cargas familiares, accidentes de trabajo, invalidez, muerte o desempleo,
tienen que ser garantizadas obligatoriamente por el Estado, siendo éste responsable de
su cumplimiento, asegurando el carácter redistributivo de la riqueza con justicia social”.
* Elaborado por: Juan Carlos Parra Niño, Walden Alberto Borja Guerrero y Germán Moisés Malaver Canaría,
profesionales CGR - Sector Social. Director de Estudios Sectoriales: Carlos Emilio Betancourt Galeano.
RÉGIMEN PENSIONAL EQUITATIVO 147
1 Ayala, Ulpiano (s.f.), Introducción a la Seguridad y a los Seguros Sociales. En: Rodríguez, Óscar y Arévalo, D.,
Estructura y crisis de la seguridad social en Colombia 1946-1992, Universidad Nacional de Colombia, Bogotá.
2 Esta proporción se conoce como tasa de reemplazo. En el régimen de prima media administrado por el ISS, ésta
corresponde al 65% del salario promedio de los últimos 10 años. La tasa de reemplazo promedio en un grupo de
36 países es del 45%.
148 DE LOS DERECHOS SOCIALES
concluye que existe un gran desbalance entre los beneficios que reciben los pensiona-
dos y el esfuerzo que realizan para su obtención. Al hacer la comparación con países
de América Latina se observa que el período de cotización para acceder a una tasa de
reemplazo del 65% es superior al exigido en Colombia, de 20 años (por ejemplo,
Bolivia, 33 años; Chile, 35 años; El Salvador, 49 años y México, 34 años) . Lo ante-
rior permite concluir que el sistema pensional colombiano presenta fallas en cuanto al
establecimiento de los parámetros, con lo que se hace frágil su viabilidad financiera .
Cuadro 6.1
Sistemas de pensiones en el mundo
Requisitos de calificación Contribución a los sistemas de pensiones
Empleador
Edad de retiro Duración Período Trabajadores Gobierno Total
Empleado
Países esperada mínimo de autónomos
de retiro cotización
H M H M
Chile 65 60 20 13 0 Subsidios 13
Argentina (60) 62 (55) 57 16 24 20 11 16 27 Ayuda a cubrir el déficit 27
Brasil 65 60 5 9 20 15 Ayuda a cubrir el déficit 29
Paraguay 60 60 15 9,5 13 1,5 24
Uruguay 60 (55) 60 17 25 30 12 14,5 Ayuda a financiar el déficit 26
Bolivia 55 50 15 6 6 1,5 13,5
Ecuador 55 55 21 23 30 7 2,4 8,39 4 13,39
Perú (60) 65 (55) 60 15 21 15 14 0 0 13,5
Venezuela 60 55 17 24 14 4 10 1,5 15,5
Colombia (60) 62 (55) 57 17 19 20 3,4 10,1 13,5 Subsidio parcial 13,49
Méjico 65 65 10 2,1 13 0,42 15,5
EE.UU. 65 65 15 19 6,2 3,2 12,4 Beneficios especiales 9,4
España 65 65 15 18 15 4,7 23,6 Subsidio anual 28,3
Francia 65 65 19 24 38 6,7 9,8 Subsidio variable 16,45
Reino Unido 65 60 14 21 47 9.2* 11** US$44*** Ayuda a cubrir el déficit 20,2
* Promedio de cotización entre los diferentes sistemas. La cotización para mujeres casadas y viudas es sólo 3,85%
** Promedio de cotización entre los diferentes sistemas.
*** Además de esta tasa fija mensual, los trabajadores independientes que tengan un ingreso neto entre US$12.550 y US$43.334 al año
deben cotizar un 6% de éste.
Nota. Las edades de retiro en paréntesis son prerreforma.
Fuente: Observatorio de Coyuntura Socioeconómica CID No. 8, febrero de 2001.
Gráfico 6.1
Pasivo pensional como porcentaje del PIB
300
242
250
216
206
193
200
162 157 156
146
150
11 3
97
100 81
51
50
0
E E.U U .
C o lo m b ia
Ja p ó n
F ilip in a s
R ein o U n id o
Tu rqu ía
C o sta R ica
Ita lia
Fra n c ia
A le m a n ia
U ru g u a y
Ec u a d or
RÉGIMEN PENSIONAL EQUITATIVO 149
• El sistema es injusto porque privilegia a los afiliados con más altos ingresos
teniendo en cuenta que se pagan con recursos públicos
En el régimen de prima media (RPM) se genera un subsidio implícito de entre el 42%
y el 72% por cada salario mínimo pagado en las pensiones3, debido a que los benefi-
3 Para establecer el subsidio, se estimó el valor presente de los aportes que habría acumulado un afiliado si hubiera
cotizado durante 20 años sobre el mismo salario base y se comparó con el valor presente de las mesadas que se
espera reciba en calidad de pensionado, suponiendo una edad de retiro de 60 años, 19 años en calidad de pensio-
nado (la esperanza de vida de una persona que llega a esa edad según la tabla de mortalidad del ISS 1980-1989)
y una tasa real de interés del 4% anual. Se elaboraron dos escenarios, uno restrictivo, en el cual la persona cumple
las semanas requeridas e inmediatamente inicia el disfrute de la pensión, y el otro, más laxo, en el cual cotiza las
semanas requeridas y se retira hasta cumplir la edad de pensión y espera máximo 20 años para iniciar el disfrute
de la pensión. A partir de estos dos escenarios se estimaron los subsidios máximo y mínimo por niveles salaria-
les, teniendo en cuenta las posibilidades que el sistema ofrece en la tasa de reemplazo de acuerdo con las semanas
cotizadas.
150 DE LOS DERECHOS SOCIALES
cios son mayores a las contribuciones. Con respecto a la tasa efectiva de cotización se
observa un alto grado de regresividad, dado que, a partir de ingresos superiores a 20
salarios mínimos legales, adquiere una tendencia decreciente. Adicionalmente, en
1997 el 58,9% de las personas afiliadas al ISS y el 80,1% de las afiliadas a las AFP
cotizan con un salario inferior a dos salarios mínimos mensuales, por lo que su pen-
sión sería inferior a dicho monto y el faltante habría de cubrirse con recursos del
Presupuesto Nacional, lo que presionaría las finanzas públicas en el mediano y largo
plazo. Una de las medidas que podría contribuir a enfrentar esta problemática podría
ser el aumento de cobertura.
Ta s a ne ta d e co tiza c ió n (% )
6
S ub sid ia do 4 ,0 0
5
N o s ub sid ia do
3 ,5 0
4
3 3 ,0 0
2
2 ,5 0
1
2 ,0 0
0 0 10 20 30 40 50
1 S M LV 2 S M LV 4 S M LV 2 0 SM LV
In g re s os e n SM L
Fuente: Cálculos CGR. Fuente: Cálculos CGR.
4 Parra O., Juan Carlos (2001), “DN Pensión: un modelo de simulación para estimación del costo fiscal del sistema
pensional colombiano”, Archivos de Economía No. 150, Departamento Nacional de Planeación, Bogotá.
RÉGIMEN PENSIONAL EQUITATIVO 151
19 9 2
19 93
19 94
1 9 95
19 96
19 97
19 98
19 99
Tomado de: Debates de Coyuntura Social, Número Fuente: DNP, “DN Pensión”, Archivos de Economía, mayo 2001.
13 –Fedesarrollo.
Fuente: Ministerio de Hacienda y Crédito Público.
Cuadro 6.3
Activos Pensionados Pasivo (% del PIB de 1999)
Magisterio público 303.000 61.848 30,0
Policía y FF.MM. 220.000 93.300 20,0
Ecopetrol 6.000 7.947 2,0
Total 529.000 163.095 52,0
Los diferenciales existentes entre las mesadas promedio de los pensionados son el
resultado de la aplicación de parámetros diferentes. Llevar a cabo una medición de la
desigualdad entre regímenes a partir de las mesadas pensionales implicaría conocer el
perfil de su afiliado promedio. Por esta razón, es de esperar que aún en el mismo
152 DE LOS DERECHOS SOCIALES
Cuadro 6.4
Sistema de pensiones
Clasificación de los afiliados en activos e inactivos1
1995-2001
Año Administradoras de Fondos de Pensiones Afiliados al Seguro Social2
* Corte a junio.
** Corte a julio.
*** Corte a octubre.
1 Fuente: Gerencia Nacional de Informática y Estadística de ISS. En: CID (2001).
2 Fuente: hasta el año 2000, informes estadísticos ISS. Información presentada a Min. Hacienda para programación presupuestal, CID
(2001).
Fuente: Superbancaria.
5 Se consideran afiliados no activos a quienes han dejado de cotizar durante los últimos seis (6) meses en el
régimen de ahorro individual. En el régimen de prima media se calcula el número de cotizantes y no cotizantes en
razón de los fenómenos de multiafiliación.
RÉGIMEN PENSIONAL EQUITATIVO 153
Cuadro 6.5
Deuda de la Nación con el ISS–pensiones (miles de millones de $)
Cotización a cargo del Estado entre 1967 y 1993 Dec. 3041/1967 2,400
Reajuste quinquenal trabajadores-empleadores Decreto 1935/73 26,300
Aportes 20% prestaciones Dec-1935/73 3,900
Mesada adicional artículo 142 de la Ley 100 de 1993 1,600
Disminución del patrimonio de vejez por transferencia de acciones del BCH al ISS 800
Falta de rentabilidad de las reservas 4,200
Otras obligaciones artículo 137 Ley 100/93 9,600
Reajuste ordenado por la Ley 445 de 1998 9
I.V.M. Servicio doméstico 67
Bonos tipo B 6,700
Total pensiones 55,576
Fuente: ISS.
6 CGR (2001), “La Reforma Pensional Colombiana: Paradigma y Realidades”, Gestión Fiscal No. 9. Informe
Especial. Septiembre de 2001, pp. 4 - 27.
7 Ibid.
154 DE LOS DERECHOS SOCIALES
Cuadro 6.6
Gasto pensiones 2002-2010, Garantizando cobertura universal, % PIB
1 2 3 4 5 6 7 8 9
Toda PEJ Pago Los que Los que Pensión Pensión Todos con > 65 pobres > 65
con 1 SMLV Pensiones faltan con faltan con Prom. (25%) Prom. (25%) pensión con 1 SMLV pobres con
Actuales 1 SMLV 1/2SMLV y 1 SMLV y 1/2 SMLV promedio % PIB 0,4 SMLV
(75%) (75%)
2001 6,50 4,51 4,87 2,44 9,38 6,94 18,03 2,20 0,88
2010 6,85 4,75 5,13 2,57 9,88 7,31 18,99 1,67 0,67
Escenario inercial
Suponiendo que la cobertura del sistema general de pensiones tiene el mismo compor-
tamiento de la población ocupada, la cobertura sobre la población económicamente
activa no sería superior al 20,9% en el 2010, equivalente a cerca de 5 millones de
personas (proyecciones de población ocupada CGR, con base en información del DANE).
Cuadro 6.7
Déficit de caja del régimen de prima media 2002-2010
Escenario pasivo: el número de afiliados crece de acuerdo con la población ocupada
Año Valor mesadas Valor cotizaciones** Diferencia Déficit de caja PIB (%)
$mill* del RPM (%)
* Se toma el valor de la mesada promedio de los pensionados en 2001 el RPM equivalente a $644.343 por 14 pagos.
** Se toma el 10% (lo que efectivamente llega al sistema) del salario promedio anual de 2001, equivalente a $553.582
mensual y se supone que se comporta igual que el ingreso real per cápita.
ción. El nivel nacional debe participar en el financiamiento, ya que los recursos re-
queridos deberán provenir en mayor parte del sistema pensional. Además, el nivel
nacional debe brindar el apoyo institucional requerido en el sistema integral de pro-
tección social, mediante las herramientas que se diseñen para tal fin (por ejemplo, el
carné único de seguridad social).
A continuación se presentan los aspectos centrales de la reforma necesaria en el
componente de aseguramiento que permitan viabilizar los objetivos esenciales del sis-
tema pensional. El primero es la importancia central del aumento de la cobertura. El
segundo es la necesidad de introducir la solidaridad intra e intergeneracional en el siste-
ma pensional mediante el régimen de prima media. Por último, la necesidad de unificar
los regímenes pensionales con el propósito de eliminar privilegios injustificados.
Ello implica la reforma integral al régimen de prima media para fortalecer el Institu-
to de Seguros Sociales. Esto es, ajustar los parámetros del sistema a la realidad demográ-
fica y económica del país, avanzar en el establecimiento de medidas garantes del princi-
pio de la solidaridad y progresividad del sistema, como transferencias o impuestos a las
pensiones de los estratos altos a favor de los más bajos, establecer y definir reglas claras
en cuanto a las responsabilidades estatales con el régimen de ahorro individual.
res salarios, mediante estructuras de aportes que alivien en forma progresiva la carga
para el empleador.
Igualmente, la afiliación al Sistema Pensional y al Sistema General de Seguridad
Social debe ser obligatoria y exigida como requisito indispensable para diferentes
procedimientos de índole administrativa (contratación con el Estado, acceso a crédi-
tos, por ejemplo).
Sin embargo, no se pretende que permanentemente todas las personas efectúen
cotizaciones al sistema de pensiones, toda vez que las características del mercado
laboral no lo permiten (alto desempleo, alta informalidad), sino que lo hagan todos
los que tengan la capacidad de pago. Así, es imprescindible mejorar los mecanismos
de control de la evasión, de administración y de organización del sistema.
El aparato administrativo que implicaría el control de las afiliaciones al Sistema
General de Seguridad Social, así como los costos de recaudo e información, serían
asimilables a los de la DIAN y las superintendencias de subsidio y de salud (segura-
mente inferior, por el menor número de variables de control), que en el año 2001
ascendieron a $320 mil millones (0,17% del PIB).
Debe tenerse en cuenta que la institucionalidad propuesta no se restringe al sector
de las Pensiones, sino que involucra al sector Salud y a un posible Seguro de Desem-
pleo, así que los beneficios involucrados no estarían relacionados exclusivamente
con el régimen de prima media.
Cuadro 6.8
Propuesta de modificación de parámetros
Parámetros Vigente Propuesta
Edad de pensión 55-60 65
Tasa de reemplazo 65% 65%
No. semanas mínimas requeridas 1.000 1.350
Tasa de cotización 13,5% 14,5%
- Administración y reaseguros 3,5% 2,5%
Subsidio Implícito 72% 0%
8 El cálculo del subsidio implícito supone que el afiliado cotiza durante mil semanas y se jubila inmediatamente,
tiene una esperanza de vida de 79,5 años al momento de jubilarse (60-65 años) y las reservas por él constituidas
tienen un rendimiento del 6% real anual.
160 DE LOS DERECHOS SOCIALES
dio implícito del 60%. La reforma propuesta a la tasa de cotización reduce este subsi-
dio al 50% 9. Si adicional a esto se aumenta la edad mínima para acceder a los benefi-
cios pensionales se puede alcanzar una reducción de nueve puntos más. Por último, al
establecer el período mínimo de cotización en 1.350 semanas, además de las reformas
mencionadas, se eliminaría el subsidio completamente, es decir, los nuevos afiliados
bajo estas condiciones harían aportes equivalentes a los beneficios por recibir.
En virtud del valor de las mesadas, en la propuesta presentada no se modifica la tasa
de reemplazo. Sin embargo, si no se plantea un cambio en los demás parámetros, la tasa
de reemplazo tendría que ser del 27% para que no hubiese subsidio implícito. En el
gráfico 6.6 se ilustran otras opciones.
1 2 3 4
Fuente: Cálculos DES Social. Fuente: Cálculos DES Social.
La estrategia escogida para financiar parte del déficit de caja del régimen de prima
media, implica el cambio de deuda presente por futura. Si bien esta política podría ser
considerada irrelevante en el largo plazo (equivalencia ricardiana), tiene efectos posi-
tivos sobre las necesidades de financiamiento del régimen de prima media y, por
tanto, fortalecerá las finanzas del ISS, lo cual es fundamental desde el punto de vista
fiscal y de bienestar social.
Como se explicó, las cotizaciones actuales en el régimen de reparto son insuficientes
para cubrir el valor de las mesadas. Estimaciones iniciales sugieren que las cotizaciones
de los afiliados activos del ISS no alcanzan a financiar más del 30% del gasto promedio
mensual en pensiones (escenario pasivo). Si bien hasta ahora la diferencia ha sido cu-
bierta con las reservas del régimen de prima media, éstas no van a alcanzar por mucho
tiempo y sería ineludible aumentar los ingresos corrientes del sistema.
• Escenario alternativo 1
Cuadro 6,9
Escenario alternativo 1
Año Valor mesadas Valor cotizaciones Diferencia Déficit de caja PIB (%)
$mill del RPM (%)
10 Las cotizaciones al Sistema General de Seguridad Social en Salud equivalen al 12% del ingreso base de cotiza-
ción. Los trabajadores dependientes pueden hacerlo por lo menos por 1 SML, mientras que los trabajadores
independientes afiliados a salud cotizan sobre 2 SML.
162 DE LOS DERECHOS SOCIALES
• Escenario alternativo 2
Cuadro 6.10
Escenario alternativo 2
Año Valor mesadas Valor cotizaciones Diferencia Déficit de caja PIB (%)
$mill del RPM (%)
Cuadro 6.11
Progresión en el incremento de las tasas de cotización
SMLV Incremento Participación
Tasa de cotización (%) Empleador (%) Empleado (%)
Menos de 2 0,5 75 25
Entre 2 y 5 1,0 75 25
Entre 5 y 10 1,5 50 50
Entre 10 y 15 2,0 25 75
Entre 15 y 20 2,5 0 100
Más de 20 3,0 0 100
sión vitalicia equivalente a un salario mínimo mensual. Ahora bien, ¿es equitativo
mantener este subsidio para los afiliados al sistema, que después de todo son una
minoría y tienen garantizado ya un ingreso en su vejez?
Examinar esta cuestión requiere considerar dos aspectos: uno, la promoción de la
cultura del aseguramiento y, dos, la necesidad de asegurar un consumo más o menos
estable a lo largo de la vida de la persona.
El Estado debe promover la cultura del aseguramiento, en general, y del seguro de
vejez como las pensiones, en particular. Baste afirmar que, en la medida en que las
personas se encarguen por sí mismas de hacer las provisiones necesarias para cubrir
su vejez, se gana en bienestar individual (protección contra la pobreza) y en bienestar
social (se liberan esfuerzos que pueden ser útiles para los más necesitados). Por esto
es necesario promover la responsabilidad individual en tanto cultura de autoayuda y
autoprotección.
Pero debe tenerse en cuenta que grupos de población con ingresos muy bajos
podrían no alcanzar a acumular activos físicos o financieros durante su vida produc-
tiva que les garanticen en su vejez un flujo de ingresos que los mantengan en un nivel
aproximadamente igual al que tenían como trabajadores. En estas circunstancias, las
personas que, no obstante haber hecho un esfuerzo por lo menos igual al de los de-
más, no podrían protegerse efectivamente contra la pobreza. En este caso, el Estado
debe corresponder al esfuerzo realizado por los ciudadanos garantizando un ingreso
mínimo en su vejez, ya que, de lo contrario, se reproduciría un claro desestímulo a la
afiliación de personas de bajos ingresos. Estas personas no verían la diferencia entre
asegurarse y no hacerlo, ya que esperarían recibir la asistencia del gobierno, mediante
políticas de asistencia a la tercera edad en condiciones de pobreza, que posiblemente
representaría ingresos similares a los que él habría podido acumular por sí solo.
Cualquier declaración de que las personas en tercera edad deben valerse por sí
solas, no sería creíble, además de resultar claramente injusta, así que debe buscarse en
cualquier circunstancia el aseguramiento universal. Una política de esta naturaleza
involucra medidas de diversa índole: de tipo administrativo como el establecimiento
de la afiliación obligatoria de todos los trabajadores dependientes o independientes;
de tipo educativo recalcando la necesidad de la cultura de autoayuda y, sobre todo, la
implantación de un sistema con los incentivos económicos pertinentes.
11 Acosta, Olga Lucía y Ulpiano Ayala (2001), “Reformas pensionales y costos fiscales en Colombia”, Cepal: Serie
Financiamiento del Desarrollo No. 116, Santiago de Chile, noviembre.
166 DE LOS DERECHOS SOCIALES
que ser cubierta con las reservas y con recursos del Presupuesto Nacional. Esto nece-
sariamente desplazaría otros tipos de gasto prioritario, en virtud de las limitaciones
presupuestales. Dada la prioridad que hoy tienen los gastos en defensa, seguridad y
pago de deuda, en el contexto colombiano parecería que el recorte terminaría hacién-
dose a costa de la inversión social y la de infraestructura.
Ahora bien, la nómina anual de los actuales pensionados del régimen de prima
media asciende a 3,2% del PIB de 2002. En la medida en que los cotizantes actuales
tiendan a envejecer y se limite la entrada de nuevos cotizantes al régimen de prima
media y dado que las reservas pronto se agotarán, estos pagos tenderán a crecer por lo
menos hasta la mitad de la próxima década y la fuente de recursos del régimen, es
decir las cotizaciones cubrirán una parte cada vez menor de los pagos, hasta el límite
de que toda la presión recaiga sobre las finanzas públicas.
Éste es un aspecto eminentemente financiero de caja, pero no por ello menos im-
portante. Los efectos que tiene un desplazamiento de gasto público hacia consumo,
de la magnitud de los requerimientos de pensiones, en contra de otras inversiones en
capital físico o humano, también tiene efectos negativos sobre el potencial de creci-
miento de la economía en el largo plazo, que no pueden despreciarse.
Si se asume que los pagos a los pensionados del régimen en extinción se realizan
mediante deuda a largo plazo, por ejemplo con recursos de los fondos privados, se
corrige el trade off entre gastos presentes. Sin embargo, está claro que ello significa-
ría mayor carga tributaria futura, así como la imposibilidad de que dichos recursos se
orienten a fortalecer el mercado de capitales y, por consiguiente, no puedan alimentar
la inversión en el sector real. De esta manera, cualquier decisión que se tome implica-
rá efectos de carácter intergeneracional.
Por otro lado, debe tenerse en cuenta que el fortalecimiento del régimen de ahorro
individual también genera costos fiscales en virtud de la garantía de pensión mínima
por parte del Estado, sin la cual y de acuerdo con el perfil salarial de los afiliados (más
del 80% devenga dos SMLV o menos), promovería fenómenos de selección adversa en
contra de los trabajadores de menores ingresos a tal punto que el sistema perdería
efectividad por cuanto la pensión a la que podrían acceder dichas personas no les
permitiría la satisfacción de las necesidades mínimas.
Cuadro 12
Afiliados a AFP por salarios mínimos - junio de 2001
Salarios mínimos Afiliados %
El impuesto a las pensiones altas podría orientarse a dos fines: Podría, en primera
instancia, cubrir parte del déficit de caja del régimen de prima media y en esta medida
contribuiría a aliviar las presiones sobre las finanzas públicas; en segunda instancia,
los recursos provenientes de este impuesto se orientarían a los subsidios para los
adultos mayores pobres. En el primer caso los pensionados, particularmente los del
régimen de prima media, responderían en parte por el subsidio implícito, excepcio-
nalmente alto del que disfrutan sus pensiones. En el otro caso, sería una transferencia
de recursos de las personas con mejores ingresos en la vejez a aquellas que no cuen-
tan con esta protección.
La tasa de este impuesto puede plantearse de forma similar a la que rige para la
retención en la fuente para empleados. Por ejemplo, el proyecto de ley 206 S estable-
ce un impuesto a las pensiones altas, con tasas diferenciales del 3%, 5% y 8% para
salarios superiores a 10 SML. Debe tenerse en cuenta que el impacto global del im-
puesto sería limitado, ya que por este concepto el sistema general de pensiones perci-
biría entre $130 mil millones y $150 mil millones en los primeros 5 años, toda vez
que el porcentaje de pensionados que deben pagarlo es muy pequeño, el 1,8% de las
Fuerzas Armadas, Policía, Caprecom, Fonprecon, Ferrocarriles, Fopep y Superin-
tendencia Bancaria, y el 0,8% de los pensionados del ISS. Como proporción de las
pensiones, la participación de las pensiones gravadas es del 10,1% y del 5,1%, res-
pectivamente12.
12 La información utilizada no incluye al Magisterio y Ecopetrol porque no se obtuvo información al respecto. Sin
embargo, estos son regímenes exceptuados, como el de las fuerzas militares, así que no se verían afectadas por la
reforma propuesta.
RÉGIMEN PENSIONAL EQUITATIVO 169
Cuadro 6.13
Síntesis de la propuesta de reforma pensional
Situación actual Situación propuesta Efecto
Para 2002, por lo menos el 50% de las En el componente asistencial de la propuesta Se da protección social a quienes
personas mayores de 65 años se se contempla un subsidio de 40% de un SMLV estuvieron fuera del sistema durante su
encuentra bajo LP y fuera del sistema para todas las personas mayores de 65 años etapa productiva y se encuentran en
de seguridad social en pensiones. bajo LP cuyo costo sería 0,9 del PIB de 2002. condición de vulnerabilidad.
A febrero de 2002 el sistema cuenta En el componente contributivo de la propuesta Aumento de la cobertura y alivio
con 4,2 millones de afiliados entre se contempla igualar el número de afiliados a financiero al Régimen de Prima Media
activos y cotizantes en los dos pensiones con el de afiliados a salud
regímenes. (+1,5 millones más) de manera
gradual en tres años.
El Estado garantiza una pensión Se propone que se debe mantener la garantía Se elimina el riesgo moral de las AFP y se
equivalente a un salario mínimo para de pensión mínima pero que cada régimen reducen futuras presiones a las finanzas
los afiliados al RAI, cuyos aportes no debe crear los mecanismos necesarios para del Estado por este concepto.
alcancen a garantizar una mesada su sostenimiento.
pensional de ese valor.
En la actualidad existen regímenes Se propone homogeneizar el sistema pensional, Mayor equidad y justicia social al interior
especiales y exceptuados cuyos eliminando los regímenes especiales y del sistema.
beneficios pensionales son fuente de exceptuados.
inequidad al interior del sistema.
Del total cotizado, 3,5 puntos se utilizan Se propone disminuir a 2,5 puntos la proporción
para cubrir gastos de administración y de la cotización para gastos de administración y
de reaseguros. de reaseguros.
Las pensiones más altas gozan de Establecer un impuesto a las pensiones altas, En primera instancia permite atenuar las
exenciones tributarias. que replique en alguna medida la tabla de presiones sobre las finanzas públicas.
retención en la fuente para los empleados. En segundo lugar fortalece la solidaridad
y progresividad del sistema.
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PROTECCIÓN FRENTE AL DESEMPLEO 171
Capítulo 7
PROTECCIÓN FRENTE AL DESEMPLEO*
* Elaborado por: Liria Adriana Rodríguez Castillo y Martha Lucía Cabanzo Vargas –profesionales CGR– Sector
Social. Director de Estudios Sectoriales: Carlos Emilio Betancourt Galeano.
1 Indicador que relaciona la población en edad activa (entre 15 y 59 años) con la población en edad inactiva
(menores de 15 y mayores de 59) y que puede interpretarse como la proporción de población que está en capaci-
dad de aportar su fuerza de trabajo.
172 DE LOS DERECHOS SOCIALES
obra y con los desajustes entre la oferta y la demanda de empleo por la reconversión
tecnológica2.
Gráfico 7.1
Indicador de dependencia demográfica 1950-2050
(Población potencialmente aportante/Total población)
70 ,0
6 6,6
65 ,0 6 5,7
6 4,0 6 2,9
6 2,6 6 1,2
60 ,0 6 1,1 5 9,8
5 9,7
5 8,2 5 8,1
55 ,0
5 3,6
5 2,4
50 ,0
4 8,7 4 8,9
45 ,0
1950 1960 1970 1980 1985 1990 1995 2000 2005 2010 2015 2020 2030 2040 2050
• Las tasas más altas de desempleo son para mujeres y jóvenes; sin embargo, los
jefes de hogar y los ancianos han sido los grupos más perjudicados con el deterio-
ro laboral durante la última década.
El comportamiento histórico del desempleo evidencia la vulnerabilidad de las muje-
res6 y los jóvenes en el mercado laboral (gráficos 7.2 y 7.3). Para la década del noven-
ta, las mayores diferencias entre las tasas de desempleo femeninas y masculinas se
observan en 1994 cuando la primera era 2,3 veces más alta que la segunda, brecha
que se reduce en el segundo quinquenio de los noventa cuando dicha proporción se
ubica en 1,4 veces. En el caso de los jóvenes, la tasa de desempleo es, en promedio,
dos veces superior a la del total de la población.
El deterioro de la situación laboral de los jefes de hogar y los ancianos se mani-
fiesta en el comportamiento de sus tasas de desempleo entre 1991 y 2000; para los
primeros aumentó en proporción de 183% y para los segundos (personas de 56 años y
más) en 260%, mientras que el aumento de la tasa de desempleo para el total de la
población fue del 101%.
Gráfico 7.2
Tasa de desempleo por sexo (1991-2000). Siete áreas metropolitanas
(Septiembre de cada año)
2 5 ,0
2 3,3 2 4,5
2 0 ,0
1 8,0
1 7,2
1 5,1
1 6,9
1 5 ,0 1 3,1 1 2,6 1 5,1
11 ,0 11 ,2
11 ,3 1 2,5
1 0 ,0
7 ,4 9 ,6 9 ,8
6 ,5
5 ,3 6 ,8
5 ,0
4 ,9
0 ,0
1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000
H o m b re s M u je res
6 La vulnerabilidad de las mujeres en el mercado de trabajo también se evidencia en la desigualdad de ingresos (se
concentran en los trabajos peor remunerados) lo que se explica parcialmente por la existencia de segmentación
en el mercado de trabajo, dentro de la que se distinguen dos tipos: la segmentación horizontal relacionada con la
concentración de las mujeres en un número reducido de ocupaciones tradicionalmente femeninas (enseñanza,
servicios de atención y personal de servidumbre) y la segmentación vertical que se refiere a la concentración en
los niveles de menor jerarquía de cada ocupación.
174 DE LOS DERECHOS SOCIALES
Gráfico 7.3
Tasa de desempleo por grupos de edad (1991-2000)
Siete áreas metropolitanas (Septiembre de cada año)
45,0
4 2,2 4 4,7
40,0
3 6,3
35,0 3 3,3
3 1,8 3 4,8
30,0
2 9,1 2 9,2
2 3,8
25,0
2 0,7 2 1,0 2 3,7
1 8,4 2 2,0
20,0
1 9,1 1 6,0
1 5,4
1 8,4 1 8,0 1 6,6
15,0
1 5,7 1 4,5 11 ,1
8 ,8 8 ,9 1 4,1
10,0 7 ,0 1 0,4
6 ,6 6 ,3 9 ,2
5 ,4 5 ,5
5,0 5 ,9
4 ,0 4 ,6
3 ,9 3 ,5 3 ,0 2 ,7
0,0
1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000
12 a 17 18 a 24 25 a 55 56 y m ás
Fuente: Cálculos CGR-DES Social con base en DANE-ECH.
7 Empleos de este tipo son los que desempeñan los trabajadores por cuenta propia o trabajadores familiares sin
remuneración que desarrollan actividades agrícolas o forestales y que representan el 30% de los ocupados rurales.
176 DE LOS DERECHOS SOCIALES
8 Se trata de personas que no han alcanzado su nivel de pleno empleo según el Convenio sobre la política del
empleo adoptado por la Conferencia Internacional del Trabajo en 1964. De acuerdo con el cual, el pleno empleo
PROTECCIÓN FRENTE AL DESEMPLEO 177
te grupo de trabajadores que realizan un trabajo menos productivo del que podrían y
desearían realizar, bien sea porque trabajan menos horas (subempleo por insuficien-
cia de horas), ganan menos ingresos (empleo inadecuado por ingresos) o utilizan
parcialmente sus calificaciones (empleo inadecuado por competencias).
En Colombia, desempleo y subempleo han mostrado una fuerte correlación, lo
que conduce a que la subutilización, medida como la suma de desempleo y subempleo,
se haya duplicado en la última década (cuadro 7.1). Así, mientras a principios de los
90, 24 de cada 100 personas económicamente activas se encontraban subutilizadas,
en el 2000 la cifra llega a 47.
La composición del subempleo muestra que de los 2.5 millones de personas que se
encontraban subempleadas en el segundo trimestre de 20019, 1.9 millones estaban en
situación de empleo inadecuado por ingresos, 1,1 millones eran subempleadas por
insuficiencia de horas y 335 mil tenían empleo inadecuado por competencias10. La
gravedad de la subutilización puede observarse a partir de la simultaneidad de los
tipos de subempleo. De hecho, 700 mil de los 2.5 millones de subempleados presen-
tan simultáneamente dos o tres tipos de subempleo.
Cuadro 7.1
Estructura y evolución de la subutilización de fuerza de trabajo. Siete ciudades. 1991-2001
Junio de: Subutilización total Tasa de desempleo Tasa de subempleo
(Desempleo + subempleo) (Desempleados / PEA) (Subempleados / PEA)
1991 23,9 10,8 13,1
1992 26,1 11,2 14,9
1993 20,9 9,1 11,8
1994 21,9 9,9 12,0
1995 21,2 9,0 12,2
1996 27,0 11,6 15,4
1997 28,9 13,4 15,5
1998 36,7 15,9 20,8
1999 42,5 19,9 22,6
2000* 46,6 17,4 29,2
2001* 47,0 18,1 28,9
*Nueva metodología para medición del empleo, desempleo y subempleo. Datos de segundo trimestre.
Fuente: Cálculos CGR-DES Social con base en DANE-Encuesta de Hogares.
asegura que i) haya trabajo para todas las personas dispuestas a trabajar y que busquen empleo, ii) que dicho
trabajo sea tan productivo como sea posible; y iii) que haya libertad para escoger empleo y que cada trabajador
tenga las posibilidades de adquirir la formación necesaria para ocupar el empleo que le convenga y utilizar en ese
empleo dicha formación y las facultades que posea. Las situaciones en que no se cumple el objetivo i) se refieren
al desempleo, y aquellas en que no se cumplen los objetivos ii) o iii) se refieren principalmente al subempleo.
[OIT, 1999].
9 Cifra correspondiente a las 13 principales ciudades y áreas metropolitanas.
10 Un individuo puede encontrarse simultáneamente en más de una de estas situaciones, por lo cual la sumatoria de
los tres tipos de subempleo no corresponde al total.
178 DE LOS DERECHOS SOCIALES
11 Debido a que las cifras de subempleo por competencias sólo se construyen a partir de 2000, no es posible definir
si esto obedece al aumento significativo del capital humano en la primera mitad de la década del noventa o si se
trata de un característica generalizada del subempleo por competencias en Colombia.
12 La medición realizada en Colombia comprende a los trabajadores por cuenta propia que no son profesionales ni
técnicos, a los patronos y asalariados de las empresas de menos de diez trabajadores permanentes, a los trabaja-
dores del servicio doméstico y a los trabajadores familiares sin remuneración.
13 Debe notarse que debido a que la medición nacional considera “informal” los empleos de empresas de diez o
menos trabajadores allí pueden contarse empresas con alta productividad y completamente formalizadas cuyos
empleos no son precarios, pero la Encuesta de Hogares no permite hacer esta diferenciación.
PROTECCIÓN FRENTE AL DESEMPLEO 179
los viejos muestran deficiencias del sistema pensional tanto de cobertura como de la
capacidad de compra de las mesadas y manifiestan la necesidad de programas de
asistencia integral a la tercera edad.
Gráfico 7.4
Desempleo, subempleo e informalidad.
1991-1999. Siete principales ciudades (Junio de cada año)
35 62
Tasa de d ese m pleo / s ubem ple o
30 60
Ta sa d e in form alida d
25 58
20 56
15 54
10 52
5 50
0 48
91 92 93 94 95 96 97 98 99 00
D es em p leo Su bem p leo Info rm alidad
Por nivel educativo se observa que el sector informal opera como un refugio para
los menos educados (cuadro 7.2).
Cuadro 7.2
Tasa de informalidad por nivel educativo.
Siete ciudades. Junio de 1998
Nivel educativo Tasa de informalidad (%)
Total 54,7
Ninguno 90,0
Primaria 76,3
Secundaria 57,9
Superior 26,3
Fuente: Cálculos CGR-DES Social con base en DANE-ENH-
Este panorama ha ilustrado la grave situación laboral de los países que, como
Colombia, enfrentan altas tasas de desocupación, pues a los efectos inherentes al
desempleo debe sumarse el desmejoramiento de las condiciones de la población ocu-
pada ocasionada por el subempleo y la informalidad.
14 Los antecedentes de protección frente al desempleo en Colombia se circunscriben al régimen de cesantías, que
consiste en el pago de un mes de salario por año de servicio o una cantidad proporcional por fracción que los
empleadores consignan en una Sociedad Administradora de Fondo de Cesantías escogida por el trabajador. Las
cesantías son entregadas al trabajador como indemnización a la finalización del contrato de trabajo. No obstante,
se permite la utilización de estos recursos para financiar gastos diferentes a los períodos de desempleo, como
matrícula en entidades de educación superior y compra o mejoramiento de vivienda, convirtiéndose en un “aho-
rro obligado” que se destina a diversos fines.
PROTECCIÓN FRENTE AL DESEMPLEO 181
que, en promedio, los ocupados permanecen empleados en un año, con el fin de ga-
rantizar una alta cobertura, b) la sostenibilidad financiera del seguro y c) las experien-
cias internacionales, cuya exigencia de cotización oscila entre tres y seis meses en los
últimos 12 meses laborados por el desempleado. Con base en este análisis, se propon-
dría un tiempo mínimo de cotización de seis meses en los últimos 12 meses.
El monto de la prestación, definido a partir de la sostenibilidad financiera del
seguro y de un nivel mínimo que garantice la supervivencia y protección a los des-
ocupados, se ha estimado entre el 60% y 80% de lo devengado por el beneficiario
antes de quedar desempleado, con topes mínimo del 80% del salario mínimo y máxi-
mo cuatro salarios mínimos. Con base en esta definición, el costo del seguro se estima
bajo tres escenarios: con prestación equivalente al 60% del salario devengado, con
prestación equivalente al 80% y con montos de prestaciones diferenciales entre los
tres primeros meses (80%) y los tres restantes (60%).
Las razones consideradas válidas para acceder al seguro son aquellas no imputa-
bles a la voluntad o capacidad laboral del trabajador, como el despido involuntario
por cierre o reestructuración de empresas o cualquier otro tipo de despido sin causa
justa.
La duración de la prestación considera la duración promedio del desempleo, con
el objeto de que el seguro no se convierta en un incentivo para que los desempleados
prolonguen su situación de desempleo. Las estimaciones contemplan dos escenarios,
uno con duración de tres meses y otro con duración de seis meses, ambas coherentes
con una duración promedio de desempleo de 12 meses. Esta duración de la prestación
debe ajustarse periódicamente con base en los cambios de la duración promedio del
desempleo.
Finalmente, las contraprestaciones por parte de los beneficiarios contemplan la
inscripción en el sistema de información y la disposición de participar en cursos de
readaptación o recapacitación laboral.
Como se desprende de lo anterior, el seguro de desempleo requiere tanto la exis-
tencia de un sistema de información sobre oferta y demanda de trabajo como un
sistema de readaptación y recapacitación laboral, que operen en los niveles local,
regional y nacional. El primero facilita la ubicación de los desocupados y permite
probar su disponibilidad de aceptar un empleo en las condiciones predominantes en
la economía, reduciendo el riesgo moral. El segundo facilitará el acceso a empleo de
aquellos desocupados no calificados o cuyas competencias estén desactualizadas. En
este punto (sistema de información y readaptación) se considera de la mayor impor-
tancia el mejoramiento del SENA, entidad, que en principio, coordinaría (no necesa-
riamente ejecutaría) esta actividad.
Por otra parte, puesto que la principal dificultad de los sistemas prestacionales
actuales es la ausencia de redes de información y políticas de regulación eficientes, la
instauración de un seguro de desempleo debe incorporar un arreglo institucional que
184 DE LOS DERECHOS SOCIALES
permita controlar y verificar la captación de los recursos, así como el reparto y asig-
nación de prestaciones15.
El tipo de administración puede ser desconcentrada a nivel territorial (por ejem-
plo, departamental) o puede utilizarse la infraestructura institucional de entidades
como las Cajas de Compensación.
Para calcular el costo del seguro de desempleo, se estima el número mensual de
ocupados que pierden su empleo y que cumplen las condiciones para ser beneficia-
rios del seguro, que, como se mencionó, son los desempleados cesantes provenientes
del sector formal urbano. Las estadísticas se basan en la Encuesta Continua de Hoga-
res correspondiente al segundo trimestre de 2001, según la cual, de los 2,74 millones
de desempleados en este período, 2,40 millones están ubicados en cabecera; de éstos,
2,25 millones son cesantes y apenas 0,76 millones16 provienen del sector formal.
Estos últimos constituirían el stock inicial de beneficiarios potenciales. Para el costeo
mensual del seguro, es necesario establecer el número de personas con estas caracte-
rísticas que en un mes pierden su trabajo (68 mil aproximadamente).
De éstos, sólo serían beneficiarios aquellos que reúnan los requisitos de haber
perdido su empleo por razones válidas y haber realizado una cotización mínima de 6
meses durante los últimos 12 meses. Para el primero, se utiliza la información de la
ECH del primer trimestre de 2001, según la cual, el 82,2% de los desocupados cesan-
tes que eran asalariados perdieron su trabajo por razones válidas17. Para el segundo,
se utiliza información de la Encuesta Nacional de Calidad de Vida 1997, según la
cual, el 93,7% de ocupados asalariados del sector formal trabajó 6 meses o más en el
último año. Para determinar la población objetivo del seguro se aplican estos porcen-
taje, obteniendo una cifra mensual de beneficiarios potenciales de 52.727, que cons-
tituye el punto de partida para el costeo del seguro.
Aplicando las proporciones y factores a las proyecciones de desempleo18 y tenien-
do en cuenta el crecimiento de la formalidad, se obtiene el número de desempleados
beneficiarios del seguro mensualmente para el período 2003-2010.
Para cada año se costean cinco escenarios que varían en cuanto a duración de la
prestación y el porcentaje del salario que se reconozca como prestación (cuadro 7.3).
15 La propuesta es conformar un sistema único de registro, captación, seguimiento y control de los aportes de
carácter prestacional (salud, pensiones y seguro de desempleo) y parafiscal (SENA, ICBF, Cajas de Compensa-
ción), puesto que el funcionamiento actual en el que cada entidad receptora asume estas funciones constituye una
dispersión de recursos financieros, físicos y humanos, y facilita la aparición de fenómenos como la evasión,
elusión y corrupción.
16 Desocupados que trabajaron como asalariados en empresas de tamaño mayor a 10 personas.
17 Se consideraron razones válidas el despido, enfermedad o accidente, cierre o dificultades de la empresa y trabajo
temporal terminado; no válidas, para dedicarse a estudiar, responsabilidades familiares, jubilación o retiro, con-
diciones de trabajo insatisfactorias.
18 Cálculos DES Social, con base en proyecciones macroeconómicas DEFP, CGR.
PROTECCIÓN FRENTE AL DESEMPLEO 185
Cuadro 7.3
Seguro de desempleo
Escenarios de costeo
Escenario Duración Monto
A 3 meses 60% del salario cotizado
B 3 meses 80% del salario cotizado
C 6 meses 60% del salario cotizado
D 6 meses 80% del salario cotizado
E 6 meses 3 meses con 80%, 3 meses con 60%
Fuentes de financiación
Se contemplan como fuentes de financiamiento y fondeo del seguro los recursos que
actualmente se aportan a las Cajas de Compensación (4% de la nómina mensual) y a
cesantías (8,33% de la nómina mensual). La combinación de estas fuentes de finan-
ciación sirve para la simulación de tres escenarios:
Cuadro 7.4
Seguro de desempleo
Escenarios de fondeo
Escenario Cajas de Compensación (%) Cesantías (%)
A 100 100
B 50 100
C 50 50
Para estimar el monto de los aportes se calcula la nómina mensual del empleo
asociado al sector formal (excluyendo a los profesionales independientes) a partir de
PROTECCIÓN FRENTE AL DESEMPLEO 187
la información de la ECH, según la cual, sería de $2,9 billones en 2001, con $1,39
billones de aportes anuales para Cajas de Compensación y $2,9 billones para cesan-
tías. Así, en 2001, los recursos para fondear el seguro ascenderían a $4.29 billones en
el escenario A, 3,59 billones en el escenario B y $2,14 billones en el escenario C, lo
que evidencia la factibilidad financiera del seguro. El detalle de la estimación para el
período 2.001 a 2.010 se presenta en el anexo 3.
Fase 1 Jefes de hogar pobres 3 meses, 60% SMLV 50% de los jefes pobres 2003 595.874.8 605.847.2 9.972.4
Cónyuges pobres
Otros pobres Universal
Jefes de hogar no pobres
Otros no pobres
Fase 2 Jefes de hogar pobres 3 meses, 60% SMLV 90% de los jefes pobres 2004 635.563.1 706.070.4 70.507.3
Cónyuges pobres 70% de las cónyuges pobres
Otros pobres Universal
Jefes de hogar no pobres
Otros no pobres
Fase 3 Jefes de hogar pobres 3 meses, 60% SMLV 90% de los jefes pobres 2005 886.001.3 855.896.6 -30.104.7
Cónyuges pobres 70% de las cónyuges pobres 2006 1.058.017.1 1.032.598.0 -25.419.1
Otros pobres Año 5: 30%, Año 6: 50% Universal
Jefes de hogar no pobres
Otros no pobres
Fase 4 Jefes de hogar pobres 3 meses, 60% SMLV 90% de los jefes pobres 2007 1.138.400.7 1.237.417.7 99.017.0
Cónyuges pobres 70% de las cónyuges pobres
Otros pobres 60% de los otros pobres Universal
Jefes de hogar no pobres 50%
Otros no pobres
Fase 5 Jefes de hogar pobres 3 meses, 60% SMLV 90% de los jefes pobres 2008 1.427.986.9 1.470.491.3 42.504.4
Cónyuges pobres 3 meses, 60% SMLV 90% de las cónyuges pobres
Otros pobres 70% Universal
Jefes de hogar no pobres 50%
Otros no pobres
Fase 6 Jefes de hogar pobres 3 meses, 60% SMLV 90% de los jefes pobres 2009 1.859.752.9 1.732.173.2 -127.579.7
Cónyuges pobres 3 meses, 60% SMLV 90% de las cónyuges pobres
Otros pobres 3 meses, 50% SMLV 70% Universal
CONCLUSIONES
La propuesta del sistema mixto de protección frente al desempleo incluye un seguro
de desempleo para aquellos provenientes del sector formal urbano y un subsidio de
desempleo que protegería progresivamente a los excluidos del seguro. Ambos planes
se componen de tres beneficios: prestación económica, recapacitación e inscripción
en el sistema de información.
Además del impacto social que se logra asistiendo a los individuos o familias afec-
tadas por el desempleo, la protección frente éste tiene impactos macroeconómicos rela-
cionados con la estabilización que introduce a la economía en períodos de recesión y
laborales porque contribuye a mejorar la movilidad en el mercado de trabajo. Este tipo
de programas favorece la disminución del desempleo cíclico –porque al mantener el
nivel de gasto de las familias y estimular la demanda de bienes de consumo básico,
20 La prestación monetaria de estas fases sólo se otorga a las personas entre 18 años y 65 años. Los menores de 18
acceden únicamente a los programas de recapacitación y al sistema de información. Los pobres mayores de 65
años son excluidos porque el sistema integral de protección social los cobija con una pensión subsidiada.
190 DE LOS DERECHOS SOCIALES
Prestación 60% del salario cotizado 603.069.685.669 922.421.338.080 718.615.933.700 1.230.511.363.366 768.800.369.539 1.321.872.631.178 799.230.818.689 1.378.249.411.896 814.910.657.394 1.408.101.071.137
Prestación 80% del salario devengado 726.905.465.392 1.111.833.554.196 866.178.257.899 1.483.187.526.274 926.667.686.494 1.593.309.136.555 963.346.797.262 1.661.262.461.020 982.246.371.759 1.697.243.931.768
3 meses con 80% y 3 meses con 60% - 1.046.257.117.804 - 1.378.073.687.565 - 1.479.739.948.133 - 1.542.365.390.469 - 1.575.436.785.503
Billones de 2001
Prestación 60% del salario cotizado 0,60 0,92 0,72 1,23 0,77 1,32 0,80 1,38 0,81 1,41
Prestación 80% del salario devengado 0,73 1,11 0,87 1,48 0,93 1,59 0,96 1,66 0,98 1,70
3 meses con 80% y 3 meses con 60% - 1,05 - 1,38 - 1,48 - 1,54 - 1,58
Pesos de 2001
Promedio de beneficiarios al mes 166.182 287.266 166.469 288.044 164.936 285.734 161.626 280.335 155.136 269.716
Número de pagos por año 1.994.189 3.447.190 1.997.625 3.456.522 1.979.237 3.428.811 1.939.510 3.364.015 1.861.634 3.236.594
Prestación 60% del salario cotizado 827.011.777.534 1.429.586.584.630 832.044.256.839 1.439.699.588.467 827.975.828.563 1.434.377.155.375 814.890.149.761 1.413.399.755.235 785.576.780.138 1.365.785.514.437
Prestación 80% del salario devengado 996.832.365.014 1.723.141.332.276 1.002.898.225.723 1.735.330.964.645 997.994.376.600 1.728.915.610.341 982.221.653.040 1.703.630.660.403 946.889.005.596 1.646.239.196.879
3 meses con 80% y 3 meses con 60% - 1.599.407.172.109 - 1.610.553.557.351 - 1.604.395.703.412 - 1.580.731.258.514 - 1.527.097.739.894
Billones de 2001
Prestación 60% del salario cotizado 0,83 1,43 0,83 1,44 0,83 1,43 0,81 1,41 0,79 1,37
Prestación 80% del salario devengado 1,00 1,72 1,00 1,74 1,00 1,73 0,98 1,70 0,95 1,65
3 meses con 80% y 3 meses con 60% - 1,60 - 1,61 - 1,60 - 1,58 - 1,53
191
Anexo 2
192
Aportes, costos totales (prestación monetaria, recapacitación, sistema de información y administración) y superávit/déficit del seguro
de desempleo 2001-2010 (tres escenarios de financiación y cinco escenarios de duración y monto de prestación). Pesos de 2001
Aportes y costos Superávit o déficit
Año 2001 100% cajas, 50% cajas y 50% cajas y 100% cajas, 50% cajas y 50% cajas y
100% cesantías* 100% cesantías* 50% cesantías* 100% cesantías 100% cesantías 50% cesantías
Año 2002 100% cajas, 50% cajas y 50% cajas y 100% cajas, 50% cajas y 50% cajas y
100% cesantías 100% cesantías 50% cesantías 100% cesantías 100% cesantías 50% cesantías
Año 2003 100% cajas, 50% cajas y 50% cajas y 100% cajas, 50% cajas y 50% cajas y
100% cesantías 100% cesantías 50% cesantías 100% cesantías 100% cesantías 50% cesantías
Año 2004 100% cajas, 50% cajas y 50% cajas y 100% cajas, 50% cajas y 50% cajas y
100% cesantías 100% cesantías 50% cesantías 100% cesantías 100% cesantías 50% cesantías
Año 2005 100% cajas, 50% cajas y 50% cajas y 100% cajas, 50% cajas y 50% cajas y
100% cesantías 100% cesantías 50% cesantías 100% cesantías 100% cesantías 50% cesantías
Año 2006 100% cajas, 50% cajas y 50% cajas y 100% cajas, 50% cajas y 50% cajas y
100% cesantías 100% cesantías 50% cesantías 100% cesantías 100% cesantías 50% cesantías
Año 2007 100% cajas, 50% cajas y 50% cajas y 100% cajas, 50% cajas y 50% cajas y
100% cesantías 100% cesantías 50% cesantías 100% cesantías 100% cesantías 50% cesantías
Costo 3 meses y 60% del salario cotizado 1.336.425.281.545 1.322.634.452.900 1.293.915.052.248 4.941.551.085.051 3.937.291.692.086 1.845.073.131.050
Costo 3 meses y 80% del salario cotizado 1.507.279.250.429 1.493.488.421.784 1.464.769.021.132 4.770.697.116.167 3.766.437.723.202 1.674.219.162.166
Costo 6 meses y 60% del salario cotizado 1.944.080.613.173 1.930.289.784.528 1.901.570.383.876 4.333.895.753.423 3.329.636.360.458 1.237.417.799.422
Costo 6 meses y 80% del salario cotizado 2.239.711.989.351 2.225.921.160.706 2.197.201.760.054 4.038.264.377.245 3.034.004.984.280 941.786.423.244
Costo 3 meses con 80% y 3 meses con 60% 2.114.934.582.057 2.101.143.753.412 2.072.424.352.760 4.163.041.784.539 3.158.782.391.574 1.066.563.830.538
Año 2008 1 100% cajas, 50% cajas y 50% cajas y 100% cajas, 50% cajas y 50% cajas y
100% cesantías 100% cesantías 50% cesantías 100% cesantías 100% cesantías 50% cesantías
Año 2009 1 100% cajas, 50% cajas y 50% cajas y 100% cajas, 50% cajas y 50% cajas y
100% cesantías 100% cesantías 50% cesantías 100% cesantías 100% cesantías 50% cesantías
Año 2010 1 100% cajas, 50% cajas y 50% cajas y 100% cajas, 50% cajas y 50% cajas y
100% cesantías 100% cesantías 50% cesantías 100% cesantías 100% cesantías 50% cesantías
Formales 4.962.505 5.139.930 5.448.035 5.816.066 6.215.961 6.649.884 7.108.750 7.582.234 8.070.807 8.574.956
Formales menos cuenta propia profesionales (7,8%) 4.573.590 4.737.110 5.021.069 5.360.258 5.728.812 6.128.728 6.551.633 6.988.009 7.438.293 7.902.932
Ingreso promedio 633.636 634.844 636.918 639.345 641.920 644.646 647.453 650.273 653.105 655.949
Nómina mensual (pesos de 2001) 2.897.989.121.415 3.007.325.576.790 3.198.006.610.811 3.427.051.704.615 3.677.440.044.501 3.950.858.819.947 4.241.875.923.376 4.544.113.489.940 4.857.985.632.492 5.183.921.683.525
Nómina mensual (en billones de pesos de 2001) 2,90 3,01 3,20 3,43 3,68 3,95 4,24 4,54 4,86 5,18
Cesantías anuales (pesos de 2001) 2.897.989.121.415 3.007.325.576.790 3.198.006.610.811 3.427.051.704.615 3.677.440.044.501 3.950.858 .819.947 4.241.875.923.376 4.544.113.489.940 4.857.985.632.492 5.183.921.683.525
Cesantías anuales (billones de 2001) 2,90 3,01 3,20 3,43 3,68 3,95 4,24 4,54 4,86 5,18
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196 DE LOS DERECHOS SOCIALES
Capítulo 8
EL DERECHO A LA VIVIENDA*
INTRODUCCIÓN
La problemática de la vivienda es extensa y toca diversos ámbitos. En Colombia ha sido
particularmente importante (tanto la vivienda como la construcción en general) como
elemento macroeconómico y en materia de financiación, factores estos de gran importan-
cia para el desarrollo, pero se han venido dejando de lado otros aspectos en la agenda
gubernamental como la calidad y las condiciones urbanísticas, los cuales son centrales en
la perspectiva de un Estado Social de Derecho y del mandato de la Constitución Política.
En este documento se busca enfocar el problema de la vivienda no sólo como un
bien, sino como un derecho que debe ser: a) provisto b) en condiciones de calidad que
permitan una clara interacción con la ciudad y c) en condiciones de financiación que
permitan a los ciudadanos mantenerlo en el tiempo. Para lograr estos fines debe par-
tirse de una clara definición de vivienda.
* Elaborado por Jhon Jairo Martínez Cepeda; Director de Estudios Sectoriales de Infraestructura: Nelson Galeano.
1 En esta sección se aborda el tema de la vivienda en el contexto urbano, por considerarse que el aspecto de la
vivienda rural se relaciona más con la tenencia de la tierra.
EL DERECHO A LA VIVIENDA 197
2 Giraldo Isaza, Fabio, Ciudad y crisis: ¿Hacia un nuevo paradigma? TM Editores, 1999.
3 Sen, Amartya, “Las teorías del capital a principios del siglo XXI”. En: Cuadernos de Economía, No. 29, 1998.
Universidad Nacional de Colombia.
4 Fujita, Krugman, Venable, Economía espacial. Ariel, 2000.
198 DE LOS DERECHOS SOCIALES
los sectores más pobres de la población y el resto de viviendas para los demás habitan-
tes. En Colombia, el primer tipo se llama vivienda de interés social (VIS) desde la Ley
3a. de 1991 y se aplica a hogares con ingresos mensuales inferiores a cuatro salarios
mínimos5. Por lo general, en todo el mundo existe una tendencia a que, en este tipo de
vivienda, intervenga el Estado, ya sea a través de construcción directa o de otros instru-
mentos como los subsidios; para el resto de la vivienda, en Colombia, se fijan normas
en materia de financiación, pero la intervención no suele ir más allá de la regulación.
En Colombia, hasta el año de 1991 se siguió un modelo por medio del cual el
Estado directamente construía las viviendas para los más necesitados, esto se llevaba
a cabo a través del Instituto de Crédito Territorial (ICT), el cual desapareció con la Ley
3a. de 19916; mediante esta ley se dio un vuelco total al esquema de vivienda en el
país ya que se pasó de un sistema de Estado constructor, a uno en el que se daba más
espacio al sector privado, de esta forma la labor estatal se redujo a la formulación de
la política y a la asignación de subsidios a la demanda. Este nuevo enfoque determina
el cambio del “Estado suministrador” al “Estado facilitador” (aunque este último tér-
mino puede ser muy flexible, en términos generales puede asimilarse a la mayor in-
tervención del sector privado en detrimento de la estatal).
Las nuevas orientaciones en materia de vivienda vinieron fundamentalmente des-
de la ONU con la Estrategia mundial de vivienda hasta el año 2000, Cnuah (Hábitat)7
publicada en 1988. Este nuevo enfoque empieza por reconocer que desde Hábitat I
–llevado a cabo en 1976– no se habían obtenido resultados satisfactorios en materia
de vivienda, y acepta que la privatización puede traer ventajas para algunos servicios,
aunque no sea la respuesta común para todos. Se pretende entonces aprovechar las
características de los mercados privados en términos de tierra, materiales de construc-
ción, finanzas, vivienda terminada, reducción de costos, respuesta rápida a demandas
cambiantes y diversas posibilidades de elección para el consumidor8.
Las propuestas para el cambio de política originadas en la ONU y en el Banco
Mundial se habían empezado a implementar en la práctica mucho antes, incluso des-
de la década de los setenta, como fue el caso de Chile, el cual reconoció que el sistema
5 El salario mínimo es el mínimo precio impuesto por el Gobierno Nacional de Colombia para el mercado laboral,
se mide mensualmente y para diciembre de 2001 equivalía a cerca de US$120.
6 Técnicamente, con esta ley se modificó el ICT para convertirse en el Inurbe (Instituto de Vivienda de Interés
Social y Reforma Urbana), sólo hasta 1996 con la Ley 281, se separó definitivamente al Inurbe de las funciones
del antiguo ICT mediante la creación de una unidad liquidadora.
7 Un mundo en proceso de urbanización, Informe Mundial sobre los Asentamientos Humanos, 1996. Tomo II;
Centro de las Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos (Hábitat). TM Editores, 1997.
8 En este sentido, también se presenta cierta incidencia del Banco Mundial que centró su atención en permitir que
trabajen los mercados facilitadores, dando menos atención a los aspectos sociales y políticos. La relación esta-
blecida por el Banco Mundial entre el desarrollo económico y la vivienda fue formalizada en 1991 con Urban
Policy and Economic Development: An Agenda for the 1990s y en otro documento elaborado en 1993: Housing:
Enabling Markets to Work, que defendió las reformas de la política e intervención gubernamental para facilitar el
trabajo de los mercados habitacionales más eficientemente.
EL DERECHO A LA VIVIENDA 199
9 Jacobs, Michael, “Política de vivienda: ¿cuáles son sus enseñanzas y hacia dónde nos dirigimos?” En: La Ciu-
dad en el siglo XXI, Eduardo Rojas y Robert Daughters Editores, 1998.
10 Held, Günter, “Políticas de vivienda de interés social orientadas al mercado: experiencias recientes con subsidios
a la demanda en Chile, Costa rica y Colombia”. En: Cepal: Serie Financiamiento del Desarrollo No. 96. Santia-
go de Chile, 2000.
11 Esto redunda en problemas de solución del déficit debido a que no se dan los recursos suficientes para adquirir
vivienda de interés social usada.
200 DE LOS DERECHOS SOCIALES
De acuerdo con Szalachman (2000)12, los niveles de vivienda propia pagada son
similares en los cuatro países objeto de su estudio: Bolivia (51,5%), Colombia (52,1%),
Chile (54,7%) y Uruguay (60,3%), pero con una diferencia significativa en este últi-
mo. No obstante, en Colombia se presentan los niveles más altos de vivienda en
arriendo (35,5%), mientras que en los otros tres países oscilan del 17% al 20%. (grá-
fico 8.1)
Gráfico 8.1
Déficit Sector Urbano (%)
50
45
4 8,7
40
35
P o rc e n ta je
30
25
30
20
2 5,4
15
2 0,2
10
1 7,1
1 0.1 1 4,3
5 6 ,8
0
Bo livia C olom b ia C hile U rug ua y
12 Szalachman, Raquel, “Perfil del déficit y políticas de viviendas de interés social: situación de algunos países de
la región en los noventa”. En: Cepal: Serie Financiamiento del Desarrollo No. 103. Santiago de Chile, 2000.
EL DERECHO A LA VIVIENDA 201
13 Mediante la Ley 49 de 1990 se determinó que el subsidio de las Cajas de Compensación no se limita a sus
afiliados.
14 Existen en Colombia las llamadas Corporaciones de Ahorro y Vivienda (CAV), las cuales se dedicaban exclusi-
vamente a crédito para vivienda; a partir de la Ley 546 de 1999, éstas tuvieron la posibilidad de convertirse en
bancos comerciales y de dar crédito de consumo.
202 DE LOS DERECHOS SOCIALES
Cuadro 8.2
Entidades del marco institucional de la vivienda en Colombia
Formuladores de política
Ministerio de Desarrollo Económico Formulación de las políticas de vivienda
Ministerio de Hacienda y Crédito Público Formulación de las políticas de financiación de vivienda
Ministerio de Agricultura Formulación de las políticas de vivienda rural
Departamento Nacional de Planeación Elaboración y seguimiento del plan nacional de desarrollo
Organismos asesores: Conpes y Consejo Superior de Vivienda
Entidades del componente subsidio
Inurbe Otorga subsidios en las áreas urbanas
Banco Agrario Otorga subsidios en las áreas rurales
Caja Promotora de Vivienda Militar Otorga subsidios a las Fuerzas Militares
Cajas de Compensación Familiar Subsidios a afiliados y no afiliados
Entidades Territoriales Subsidio municipal de vivienda
Entidades del Componente Crédito
Fondo Nacional del Ahorro Crédito a empleados que tengan sus cesantías allí
Establecimientos de crédito Crédito hipotecario abierto (Bancos y CAV)
Findeter Crédito a municipios para inversión
Fonade Crédito a municipios para preinversión
Finagro Crédito para vivienda rural
Entidades del componente asistencia técnica
Inurbe Orientación, elegibilidad de proyectos
Entidades Territoriales Formulación y presentación de proyectos
ONG y OPV (Organizaciones populares de vivienda) Formulación y presentación de proyectos
Constructores Formulación de proyectos
IGAC Instituto Geográfico Agustín Codazzi
Cenac Centro Nacional de la Construcción
Universidades Investigación y formulación de proyectos
Entidades de Regulación y Control
Contraloría General Control fiscal sobre entidades públicas del marco
Superbancaria Vigilancia y control sobre establecimientos de crédito
Supersubsidio Vigilancia y control sobre Cajas de Compensación Familiar
Supervalores Vigilancia en operaciones con títulos valores
Agremiaciones
Cámara Colombiana de la Construcción (Camacol)
Instituto Colombiano de Ahorro y Vivienda (ICAV)
Asociación Nacional de Instituciones Financieras (ANIF)
Asociación de Entidades Bancarias (Asobancaria)
Fuente: CGR. Adicionalmente, existen otras entidades como el Centro Nacional de Estudios de la Construcción (Cenac)
y Fedevivienda.
Ministerio de Desarrollo
En el plan estratégico del presente gobierno, el Ministerio de Desarrollo presentó tres
objetivos institucionales para la acción en el sector, dirigidos a: (i) el fortalecimiento
del Sistema Nacional de Vivienda; (ii) el diseño de políticas que propendan por la
transformación de las ciudades a través del diseño de macroproyectos urbanos, mer-
cados inmobiliarios y la formalización del predial; (iii) la identificación de sistemas
constructivos óptimos para la construcción de VIS.
En cuanto a los subsidios, se han causado ciertos problemas en materia de equidad
que parecerían estarse corrigiendo por la vía normativa. El Decreto 2620 de 2000, en
cumplimiento de la Ley 546 de 1999, estableció procedimientos y parámetros para la
distribución regional de los recursos; posteriormente, el Decreto 1585 de 2001 buscó
una mejor distribución de los subsidios de acuerdo con el tipo de vivienda (el cual
15 Esta unidad liquidadora se creó mediante la Ley 281 de 1996, con el fin de separar al Inurbe de los negocios,
totalmente distintos que manejaba el ICT. Para el proceso de liquidación se supone que se debía de pasar la
información, sobre las propiedades que tenía el ICT, por parte del Inurbe a la liquidadora, pero este proceso ha
sido lento, ya que aún no se tiene absoluta certeza sobre las propiedades del ICT.
204 DE LOS DERECHOS SOCIALES
está determinado por el valor final de la vivienda). De otro lado, se han logrado recur-
sos importantes para otorgar un mayor número de subsidios, aunque éstos siguen
siendo insuficientes, los problemas son de procedimiento. Durante el año 2001, una
de las asignaciones fue suspendida por identificación de documentos falsos en una
parte importante de postulantes.
Es necesario entonces hacer una revisión permanente de los Decretos reglamenta-
rios en materia de vivienda, en especial del 1396 de 1999, 2620 de 2000 y 1585 de
2001.
La metodología de estos decretos puede generar distorsiones en la asignación de
subsidios. En el caso del primero, se presenta una ecuación lineal para determinar el
puntaje de calificación de cada postulante, cuyas variables corresponden a factores de
equidad como el Sisben, el número de miembros del hogar, condición de mujer cabe-
za de familia, etc.; sin embargo, las constantes de las variables deben ser sujeto de
ajuste, ya que si éstas fueron determinadas a partir de una serie histórica, por medio
de una regresión múltiple, o a través de algún otro método, las cifras originarias de las
constantes pueden verse sujetas a variaciones que deben ser actualizadas por el Mi-
nisterio, evitando que se rezaguen los criterios de distribución ante la realidad cam-
biante del país.
El Decreto 1396 tiene una réplica cercana en el Decreto 2420 de 2001, el cual se
utilizó para fijar los criterios de distribución de los $100.000 millones que se asigna-
ron a finales del 2001; sin embargo, en este último la fórmula excluyó el residuo, lo
cual ciertamente no tiene efectos sobre el orden de las asignaciones
Respecto a los otros dos decretos mencionados, debe tenerse en cuenta que la
distribución regional de los subsidios está dada por factores como la pobreza de cada
departamento y se reglamenta por medio de los llamados Coeficientes de Distribu-
ción (Artículo 75, Decreto 2620 de 2000), cifras rígidas, que a pesar de que intentan
buscar cierta equidad, pueden convertirse en un elemento que distorsione la óptima
asignación del subsidio. Los cambios demográficos son, en la actualidad, sumamente
dinámicos en el país, las poblaciones desplazadas, a pesar de tener ciertas garantías
legales para vivienda (Ley 387 de 1997), tienen que someterse a procedimientos ex-
tensos para poder acceder a alguna. Esta población es precisamente objeto del subsi-
dio de vivienda; algunos departamentos pueden efectivamente necesitar más subsi-
dios de los asignados por medio de los coeficientes de distribución establecidos en el
Decreto 2620 de 2000.
En este mismo sentido, es preciso señalar que la constante variación de las reglas
de juego para la asignación del subsidio no es saludable, ya que se generan costos de
transacción adicionales en el proceso de asignación y, probablemente, de desembol-
so. Esto ha sucedido frecuentemente en temas como el tiempo del ahorro programado
necesario para acceder al subsidio, o el monto de asignación de acuerdo con el tipo de
vivienda.
EL DERECHO A LA VIVIENDA 205
Cuadro 8.3
Asignación de subsidios: Inurbe
Asignación ordinaria Asignación Decreto Asignación ordinaria Diferencia (Dcto.
de Inurbe en 1999 (%) 2620 de 2000 (%) de Inurbe en 2001 (%) 2620/00 y asig. 2001)
de entrega del subsidio, para evitar que se presenten casos en los cuales se firman
escrituras al constructor antes de que se entregue la vivienda.
La posibilidad de fraude en la información siempre está presente en este tipo de
procesos, por lo cual es importante desarrollar bases de datos y sistemas de informa-
ción (incluso interinstitucionales) lo suficientemente fuertes y confiables para evitar
que se desvíen los subsidios de su objeto inicial, lo cual perjudicaría gravemente a la
política de vivienda en términos de su aplicación práctica.
deberá devolver al Inurbe varias de las propiedades que previamente había recibido
de él para que se incluyeran en el proceso de liquidación, ésta es una de las principa-
les muestras de una gestión que resultó costosa para el Estado, en relación con los
beneficios obtenidos.
17 El FNA fue creado mediante el Decreto Ley 3118 de 1968 como establecimiento público de orden nacional.
Mediante la Ley 432 de 1998, la entidad pasó a ser una empresa industrial y comercial del Estado y la destinación
de los créditos se amplió a la educación.
210 DE LOS DERECHOS SOCIALES
18 Esto representaría un déficit del 21,1% del total de hogares de la población objetivo (hogares con ingresos
mensuales inferiores a cuatro salarios mínimos), de acuerdo con el Censo de 1993, los cálculos de la Cepal
muestran un déficit cuantitativo del 25,4% de acuerdo con Szalachman (2000).
19 Arango, Gilberto, “La vivienda en Colombia en el cambio de siglo”. En Trayectorias urbanas, 2001.
20 Giraldo Isaza, Fabio, op. cit.
EL DERECHO A LA VIVIENDA 211
período fuera más discreto; sin embargo, los efectos reales de los dos gobiernos fue-
ron similares en asignación de subsidios21 y otorgamiento de créditos para VIS.
Cuadro 8.4
Cumplimiento de las metas trazadas 1990-1998 en materia de vivienda
de interés social urbana (ejecutado / metas, %)
Número Valor
1991-1994 Subsidios 99 112
Crédito 127 160
1994-1998 Subsidios 50 50
Crédito 36 49
Fuente: Inurbe.
Cuadro 8.5
Veces que superan las metas del gobierno 1994-1998 a las del gobierno 1990-1994
en el número y valor de subsidios y créditos a asignar
Número Valor
Subsidios 2,36 5,75
Crédito 1,53 2,22
Fuente: Inurbe.
21 La asignación del subsidio no implica necesariamente el desembolso efectivo del subsidio (movilización del
subsidio); en este sentido, se han presentado ciertos rezagos como se verá más adelante.
22 El PND fue aprobado mediante la Ley 508 de 1998, pero ésta dejó de tener vigencia jurídica por un fallo de uno
de los altos tribunales de Colombia; sin embargo, el Gobierno Nacional ha seguido los lineamientos, trazados en
el plan.
23 El 33% de estos subsidios ha sido adjudicado por las Cajas de Compensación. Estos datos corresponden a los
presentados a la CGR por el Ministerio de Desarrollo; sin embargo, de 1991 a 1994, los datos del DNP tienen una
diferencia considerable.
212 DE LOS DERECHOS SOCIALES
100
M ile s d e m illo n e s d e $ c on s ta n tes d e 2 00 0
80
500 70
60
400 50
40
300 N ú m e ro Va lo r
30
20
200
1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000
En este contexto cobra gran relevancia el problema de la vivienda ilegal, la forma más
expedita de solucionar la falta de vivienda. En Colombia, el DANE reportó para el período
1999-2000 un incremento de 154.272 unidades en stock de viviendas en el país; la misma
fuente reportó 125.040 unidades aprobadas legalmente24 en el mismo período, lo que deja
un 19% del incremento sin explicación, porcentaje que puede ser más alto si se tiene
en cuenta que no todas las viviendas están registradas. Si se señala que el promedio de
construcción de una vivienda no es mayor a un año, se estaría hablando de la apari-
ción de aproximadamente 29.000 viviendas ilegales en sólo los dos años.
Las dinámicas de ilegalidad están directamente relacionadas con el precio y la
disponibilidad de la tierra, los cuales a su vez tienen mucho que ver con la ineficiencia
de la acción y de la administración pública de la tierra y con la limitada capacidad de
la población de pagar por la vivienda. Este fenómeno se acentúa por la complicidad
de la sociedad y del sistema gubernamental. Al respecto, la ONU, en su informe sobre
asentamientos humanos, señala25:
Hay menos invasiones, en el sentido de ocupación ilegal de la tierra, de lo que ha sido
sugerido en la mayoría de la literatura general sobre asuntos urbanos del Sur [sur del
planeta]. Sólo rara vez se organizan los mercados ilegales de tierra enfrentando una
posición fuerte de los gobiernos, terratenientes y compañías inmobiliarias. En la mayo-
ría de los casos, los mercados de tierra operan dentro de los límites que no amenazan los
24 En 9 áreas metropolitanas y 25 ciudades que constituyen el mayor volumen de crecimiento y densidad poblacional.
25 Un mundo en proceso de urbanización, p. 495, tomo I.
EL DERECHO A LA VIVIENDA 213
zar que en los de alto ingreso debido a la disponibilidad de la infraestructura; por eso
desarrollar lotes urbanos en Bogotá es, en términos relativos, más caro que en Viena,
Amsterdam, Londres, Melbourne o Tokio28.
Cuadro 8.6
Algunos indicadores sector vivienda
Indicador Colombia
La financiación de la vivienda
Sistema de crédito30
El sistema de crédito que se adoptó con la Ley 546/99 tiene algunas características
que deben ser tenidas en cuenta como determinantes en sus posibilidades de éxito.
a. Los intereses tienen una parte fija (que la Corte Constitucional estableció que
tiene que ser la menor del mercado, hoy 11% para la VIS) y una parte variable
asociada a la inflación a través de la UVR (unidad de valor real).
31 La tasa del crédito hipotecario de largo plazo en Estados Unidos es en este momento el 6,76% nominal (en
promedio), que al restarle la inflación deja una tasa real de 4,35%.
216 DE LOS DERECHOS SOCIALES
Las entidades financieras del sector formal, encargadas de manejar recursos del
público, difícilmente pueden prestar a personas que, siendo informales, no pueden
demostrar legal y plenamente el origen de sus ingresos y el monto de los mismos.
Hacerlo constituiría poner en riesgo el ahorro encomendado.
Esta situación sólo es superable mediante garantías, que en el actual esquema se
ven entorpecidas por el límite a la tasa de interés impuesto por la Corte Constitucio-
nal, que impide que su costo sea incluido en el pago mensual. La otra alternativa, es
tener el Estado como garante contra recursos presupuestales.
El Estado colombiano ya ha sido garante de última instancia en ocasiones anterio-
res, la más reciente en la crisis hipotecaria del año 1999, con un costo cercano a los
tres billones de pesos32. Dada esta realidad, alternativas de garantía por parte del
Estado deben ser estudiadas.
Evolución de la financiación
Como consecuencia de la crisis económica y del sector de la construcción, la finan-
ciación de vivienda ha sufrido una baja muy importante en términos reales (ver gráfi-
co 8.3).
En términos constantes (precios de 2001), la financiación de vivienda en el año
1995 se acercó a los $4 billones y a $4.5 billones en 1996, el primer gran descenso se
presentó en 1998, cuando bajó en un 27,6%; en el año 2000, los recursos para finan-
ciar vivienda ascendieron sólo a $831.486 millones (de 2001).
Gráfico 8.3
Financiación de vivienda en Colombia ($ constantes de 2001)
1 .5 0 0
M ile s d e m illo n e s d e $ d e 20 0 1
1 .0 0 0
500
0
2001
II
III
II
III
II
III
II
III
II
III
II
III
II
III
1997
1998
1999
2000
19 9 5
1 99 6
IV
IV
IV
IV
IV
IV
32 Valga la pena aclarar que existen dudas sobre la equidad social que puede producir la solución de la crisis
mencionada.
EL DERECHO A LA VIVIENDA 217
Las cifras a diciembre de 2000 muestran que mientras el promedio anual de vi-
viendas financiadas entre 1990 y 1998 fue de 126.000 unidades, en el año 2000 ape-
nas se financiaron 40.000; en el caso de la banca hipotecaria, el número total de
viviendas financiadas pasó de 95.000 en el período mencionado a 24.000 en el año
2000. El número total de viviendas financiadas es similar al de las que se financiaron
en 1975; el de las financiadas por la banca hipotecaria es ligeramente inferior a la
cifra de 1981. El único dato alentador de estas cifras es que la VIS no sufrió mayor
menoscabo; con excepción de una drástica caída de las viviendas financiadas en 1999,
en el 2000 mantuvieron una dinámica creciente.
La dinámica de la financiación de vivienda en Colombia no sólo ha cambiado en
su tendencia general, sino también en su composición; la participación de la financia-
ción de vivienda de interés social en Colombia hacia el año 2000 no tiene que ver
mucho con la que se presentaba en 1995; en aquel entonces, los recursos de financia-
ción eran en su gran mayoría destinados a la vivienda No VIS, la composición en el
último trimestre de 1995 era de 15% para vivienda VIS y de 85% para No VIS. En el
primer trimestre de 2000 los papeles se invirtieron y por primera vez en cinco años, la
financiación para VIS fue mayor que la de No VIS en una proporción 60-40.
Gráfico 8.4
Participación de las VIS y No VIS en la financiación total
100
90
80
70
Po rce n ta je
60
50
40
30
20
10
0
2001
II
III
II
III
II
III
II
III
II
III
II
III
II
III
1995
1996
1997
1998
1999
2000
IV
IV
IV
IV
IV
IV
F in a n cia m ie n to de V IS F in a n cia m ie n to de N o V IS
Fuente: DANE.
De acuerdo con datos del DANE, la financiación también ha visto sus efectos sobre
la vivienda nueva y usada; por ejemplo, en la vivienda No VIS, en el año 1995, los
recursos destinados a vivienda nueva superaban en casi tres veces a los destinados a
vivienda usada; en el año 2000, la composición se tendió a equiparar. En la dinámica
en el mercado VIS ha sobresalido el destino de recursos para vivienda nueva; sin
embargo, aquí es necesario señalar que los mecanismos de mercado de vivienda usa-
da VIS requieren especial atención y estímulo, pues esto tiene que ver también con el
deterioro de las viviendas y, por lo tanto, con su calidad.
Del saldo de la cartera hipotecaria, que en diciembre de 1999 era de $17 billones,
el mayor deterioro de su calidad durante la crisis se registró en enero del 2001, cuan-
do el indicador de calidad de cartera llegó al 20%. En la historia de las CAV no se
había registrado hasta entonces un deterioro de la cartera hipotecaria de magnitud
semejante. El indicador de calidad de cartera cayó rápidamente en los primeros meses
de 2000, hasta un 12% en junio, probablemente como respuesta a los alivios para
deudores morosos, según lo dispuesto por la nueva Ley de Vivienda.
Gráfico 8.5
Cartera hipotec. vencida/cartera hipotec. total
Agregado de bancos y CAV
25
22
20
20
17
P o rc en ta je
15
10
10
6
5
0
1997 1998 1999 2000 2001
Fuente: CGR-Superintendencia Bancaria.
33 El número de CAV ha disminuido definitivamente en los últimos años, mientras en 1997 existían nueve CAV, para
finales de 2000 sólo había dos. Esta situación se aceleró debido a las disposiciones de la Ley 546 de 1999 que
permitieron a las CAV dar créditos comerciales y convertirse en bancos, lo cual desvió los recursos destinados a
la vivienda hacia otros sectores.
EL DERECHO A LA VIVIENDA 219
Gráfico 8.6
Calidad de cartera hipotecaria
Agregado de bancos y CAV
1 99 7 6 6% 3 4%
1 99 8 6 6% 3 4%
1 99 9 6 4% 3 6%
2 00 0 7 4% 2 6%
2 00 1 4 4% 5 6%
Cuadro 8.7
Variables clave en el desarrollo de la vivienda en Colombia
1 Población
2 Distribución del ingreso y pobreza
3 Pirámide poblacional
4 Financiación del sector vivienda
5 Asignación de subsidios
6 Desembolso de subsidios
7 Calidad de la vivienda, urbanismo y generación de ciudad
8 Déficit habitacional
9 Monto del subsidio / valor de la VIS
10 Manejo de los precios del suelo
11 Normatividad vigente y marco institucional
12 Dinámica del sector de la construcción
34 A través de un ejercicio de extracción de las variables que se consideran relevantes para el sector, de acuerdo con
varias investigaciones, se establece el impacto que cada una de ellas tiene sobre las demás; las variables que
causan un mayor impacto sobre las otras son las más relevantes.
222 DE LOS DERECHOS SOCIALES
Gráfico 8.7
Evolución de la población total y de su tasa de crecimiento en Colombia (1986-2010)
60 2 ,5 0
50 2 ,0 0
40
P o rc e n ta je
1 ,5 0
M illo nes
30
1 ,0 0
20
0 ,5 0
10
0 0 ,0 0
199 1
200 1
19 86
19 87
19 88
19 89
19 90
1 992
19 93
19 94
199 5
19 96
19 97
19 98
19 99
20 00
2 002
20 03
20 04
200 5
20 06
20 07
20 08
20 09
20 10
Gráfico 8.8
Evolución de la composición poblacional por grupos de edad
30
20
P o rc e nta je
10
0
0- 9 1 0 -1 9 2 0 -2 9 3 0 -3 9 40- 49 5 0 -5 9 60- 69 7 0 -7 9 8 0 ...
35 Ocampo, José Antonio, Un futuro económico para Colombia. Alfaomega Colombiana S.A., 2001.
224 DE LOS DERECHOS SOCIALES
de desembolso de los subsidios es bastante bajo en relación con otros países de Amé-
rica Latina. De acuerdo con González Arrieta (1999)36, el Inurbe (entidad guberna-
mental que asignó el 47% del valor de los subsidios en la década de los noventa en
Colombia) sólo logró desembolsar, entre 1991 y 1996, el 49% del número de subsi-
dios asignados y el 46,5% de su valor; es decir, menos de la mitad de los subsidios
asignados cumplió su propósito. De acuerdo con el Ministerio de Desarrollo, el siste-
ma de subsidios a la demanda desembolsó efectivamente, en 1999 y 2000, sólo el
42% y el 60% de los subsidios, respectivamente37.
El bajo nivel de desembolso en los subsidios puede tener razones que tienen que
ver con el diseño mismo de la política de vivienda. En Colombia, el subsidio cubría
sólo el 27% del valor de la vivienda de los estratos más bajos38, lo que deja un margen
amplio para ser financiado, dadas las restricciones de crédito a las personas de bajos
ingresos, los créditos suelen ser de difícil acceso, por lo que se puede perder el subsi-
dio39. El problema es más grave en las grandes ciudades, donde la construcción de las
viviendas tipo 1 (las viviendas más económicas y en las que el subsidio tiene una
mayor participación sobre el valor final de la vivienda) es prácticamente inviable
debido a la dinámica de los precios del suelo. Adicionalmente, también existen pro-
blemas de agilidad en la entrega del subsidio.
En materia de financiación deben tenerse en cuenta los siguientes aspectos:
El sistema de financiación de la vivienda en Colombia fue modificado por la Ley
546 de 1999 o Ley de Financiación de Vivienda. Esta ley eliminó graves errores del
sistema de financiación del pasado: el UPAC (Unidad de Poder Adquisitivo Constan-
te), errores que no eran propios de la misma naturaleza del sistema, sino de las mani-
pulaciones a las que se vio sometido en la década de los noventa40.
El sistema UPAC financió durante su existencia, por medio de las corporaciones de
ahorro y vivienda (CAV), cerca de un millón y medio de viviendas; estas CAV, a partir
de la Ley 546/1999, se convirtieron en bancos comerciales, lo que posibilita que el
ahorro se desvíe a crédito de consumo.
36 González Arrieta, Gerardo, “Acceso a la vivienda y subsidios habitacionales directos: experiencias latinoameri-
canas”. En: Revista de la Cepal. No. 69, diciembre de 1999.
37 De acuerdo con el Inurbe, en 1999 fue movilizado, mediante resolución, el 85% de los subsidios y en el 2000 el
57% de éstos.
38 González Arrieta, op. cit. Esta tendencia ha cambiado, por lo menos normativamente, a partir de los Decretos
2620 de 2000 y su modificatorio 1585 de 2001; en este último el subsidio puede llegar a representar el 83% del
valor de la vivienda tipo I.
39 Institucionalmente, lo que sucede es que el Ministerio de Hacienda de Colombia no gira los recursos, cuando
éstos no son efectivamente movilizados (desembolsados) por medio de resolución del Inurbe.
40 La fórmula del UPAC fue modificada pasando de tener en cuenta el factor del IPC (Índice de Precios al Consumi-
dor) al DTF (tasa promedio de las tasas de los certificados de depósito a término a noventa días). Cuando se
presentaron las grandes alzas en la tasa de interés en 1998 y 1999, en parte debido a la defensa del sistema
cambiario y a las condiciones de tipo fiscal, la gran mayoría de los deudores se vio afectada en sus créditos.
EL DERECHO A LA VIVIENDA 225
41 Para buscar un equilibrio en la actividad financiera hipotecaria se creó el Fondo de Reserva para la Estabilización
de la Cartera Hipotecaria FRECH; este Fondo está diseñado para dar viabilidad financiera a las entidades crediticias
en los casos en que, actuando de conformidad con la ley, concedan créditos de vivienda a una tasa de interés real
que resulte inferior al rendimiento que paguen por los recursos captados del público.
226 DE LOS DERECHOS SOCIALES
otros sectores para abastecer sus insumos directos e indirectos42. Esta cifra sólo es
superada por los alimentos manufacturados con 95 centavos y por algunos bienes de
consumo masivo, con 92 centavos. Es decir, este sector tiene un gran poder para
transmitir el comportamiento de su demanda a otros sectores.
Pero, la edificación tiene, además, un enorme poder generador de ingreso. La poca
participación de insumos importados hace que los gastos en edificación se traduzcan
en su mayor parte en ingreso para los productores y las familias locales. Cada peso
gastado en edificación se convierte en 93 centavos de ingreso local y sólo se importó
directa o indirectamente 7 centavos. Esta cifra de ingreso es levemente superada por
los productos agrícolas y los servicios como educación y salud.
Como adición a la elevada capacidad para generar ingresos, el sector edificador
favorece de manera especial a las familias y su bienestar, por medio de los salarios
pagados y con los ingresos que provienen de pequeñas empresas y que se transmiten
directamente a las familias. De los 93 centavos de ingreso generados por peso de
demanda de edificación, 35 centavos son salario de los trabajadores que participan
directa o indirectamente en la producción del sector y de sus insumos, y 24 centavos,
el ingreso de pequeñas empresas familiares que aportan su concurso en estas produc-
ciones. Es decir, los ingresos que reciben las familias directamente de la construcción
suman 59 centavos por peso invertido en edificación. Sólo los productos primarios,
algunas de sus manufacturas, los servicios de educación y salud son mejores en esta
característica.
A la fabricación de bienes y servicios de consumo corresponde un ingreso, que al
ser dividido por la inversión original en edificación, resulta en un multiplicador del
ingreso. La edificación presenta un multiplicador de $2,22 por peso invertido por un
comprador de vivienda. Esto es, por cada peso que se produce en el sector, el ingreso
total alcanza a más del doble. Por eso la construcción es un sector líder. Este efecto
multiplicador le produce al gobierno un ingreso de 12 centavos por cuenta de los
impuestos directos. Con la tendencia de finales de la década en el cobro de impuestos
indirectos, a la totalidad de las transacciones a los impuestos se suman otros 7 centa-
vos para un total de 19 centavos de impuestos del orden nacional por cada peso de
valor de una edificación.
Estas características del sector de la edificación, con relación al ingreso, le permi-
ten demandar numerosos empleos a lo largo del proceso de la construcción y de la
demanda por consumo. Como el sector responde con facilidad a los parámetros de la
política económica, sirve de transmisor de las intervenciones gubernamentales hacia
el empleo, lo que hace de la edificación uno de los instrumentos más importantes para
un programa de recuperación de los niveles de empleo y salarios reales.
42 Consideraciones tomadas de: Jaramillo Robledo y Silva Zárate, “Vivienda social en Colombia, necesidades y
atención: un reto estructural”. Camacol, junio 2001. En www.camacol.org.co
EL DERECHO A LA VIVIENDA 227
Gráfico 8.9
Evolución del déficit habitacional en Colombia (2002-2010)
5
3
M illon e s
0
2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010
Fuente: CGR con base en DANE y Ministerio de Desarrollo. Cifras en millones de viviendas necesarias para los hogares
en déficit.
Cuadro 8.8
Déficit habitacional proyectado 2002-2010 sin intervención del sistema de subsidios
Incremento Incremento del Incremento del Déficit Déficit Déficit
Año de la pob. déficit en habitantes déficit en hogares total cuantitativo total cualitativo total
Fuente: CGR con base en DANE y Ministerio de Desarrollo. Tanto el déficit total como el cuantitativo y el cualitativo contemplan el actual más
el incremento anual de este déficit expresado en hogares.
43 Ministerio de Desarrollo.
228 DE LOS DERECHOS SOCIALES
Para el desarrollo de los escenarios se generó un modelo que contempla los datos
de déficit e involucra las disposiciones normativas para la asignación del subsidio
(Decreto 2620 de 2000 y 1585 de 2001). Las condiciones para la modelización se
muestran en el cuadro 8.9 correspondiente a los supuestos para el diseño de escena-
rios.
Cuadro 8.9
Supuestos para el diseño de escenarios
Condiciones para la modelización Escenario pasivo Escenario solución Escenario medio
• La distribución de los tipos de vivien- • La acción gubernamental no lo- • La acción gubernamental lo- • El nivel de desembolsos
da para la asignación del subsidio es gra destinar los recursos suficien- gra destinar los recursos sufi- de los subsidios asignados
mayor en los tipos de vivienda más tes para combatir el déficit habi- cientes para combatir el déficit llega hasta el 100%.
bajos. tacional. habitacional.
• Se solucionan los proble-
• Esta distribución se hace de acuer- • Existen restricciones en la polí- • No existen restricciones en la mas de coordinación insti-
do con los datos reportados por el tica respecto al monto del subsi- política respecto al monto del tucional, los municipios asu-
Inurbe en su asignación de 2000 (66% dio sobre el valor de la vivienda. subsidio sobre el valor de la vi- men con más compromiso
para vivienda tipo 1, 20% para tipo 2, vienda. los procesos de planeación
10% para tipo 3, 3% para tipo 4 y 1% • El nivel de desembolsos de los y su implementación.
para tipo 5). subsidios asignados llega en pro- • El nivel de desembolsos de
medio hasta el 50%. los subsidios asignados llega • Los precios del suelo tie-
• Los valores de la vivienda ocupan el hasta el 100%. nen cierto control, pero si-
tope máximo para la entrega de los • Existen problemas de coordi- guen siendo más altos en
subsidios aprobado por la norma (Dcto. nación institucional. • Se solucionan los problemas las grandes ciudades por
2620 de 2000). de coordinación institucional. efectos de demanda.
• Los precios del suelo obedecen
• El ahorro programado equivale al a condiciones de especulación • Los precios del suelo tienen • La financiación responde
10% del valor final de la Viv. (Dcto. que elevan el valor final de la vi- cierto control, pero siguen sien- adecuadamente a los re-
2620 de 2000). vienda de interés social. do más altos en las grandes ciu- querimientos de las vivien-
dades por efectos de demanda. das subsidiadas por ser el
• Los subsidios se entregan ocupan- • La financiación se ve afectada margen financiable más pe-
do los valores máximos autorizados por la situación general de la eco- • La financiación responde ade- queño.
por el Decreto 1585 de 200144, este nomía, la dinámica del sector se cuadamente a los requerimien-
decreto se considera más progresivo centra en la VIS. tos de las viviendas subsidiadas • Se eliminan restricciones
que el 2620 de 2000, al incluir menor por ser el margen financiable e influencias burocráticas en
porcentaje de subsidio para las VIS más más pequeño. la asignación y el desem-
costosas. bolso del subsidio.
44 El Decreto 1585 de 2001, en una decisión que refleja la variabilidad del Ministerio de Desarrollo, fue modificado
por el Decreto 2342 de 2001, en el cual el valor del subsidio volvió a ser el mismo que el establecido anterior-
mente en el Decreto 2620 de 2000. Esto significa que las viviendas tipo 5 o 6, pueden recibir subsidios hasta de
20 SMLM (y no de 10 SMLM como lo disponía el modificado 1585/01), mientras las viviendas 1 y 2 pueden
obtener un subsidio de 25 SMLM.
EL DERECHO A LA VIVIENDA 229
lentes a 1,2% del PIB) destinados a subsidios sólo serviría para evitar una mayor explo-
sión del déficit, pero éste crecería. Los recursos de financiación para satisfacer los re-
querimientos de la vivienda subsidiada se acercarían a los $1.16 billones (cuadro 8.10).
Los errores en materia de coordinación institucional, la falta de control de los
precios del suelo y la extensión de la situación de pobreza redundarían en una exten-
sión de los problemas de calidad, de urbanismo y de generación de la ciudad. Aunque
la extensión del déficit cualitativo que se contempla en las cifras corresponde a la
metodología actual de medición, se quedan por fuera factores como los considerados
por Giraldo Isaza (1999), que para el año 2010 podrían ser aún más graves.
Cuadro 8.10
Escenario pasivo: asignación de subsidios por el sistema en general 2002-2010
(pesos de 2002)
Tipo Sbs de viv V/r ahorro V/r sbs V/r sbs por año V/r financ. Financ. Sbs a asignar
(2002-2010) prog. (202-2010) por viv. por año
Fuente: CGR, de acuerdo con modelo basado en Decretos 2620 de 2000 y 1585 de 2001.
Debe tenerse en cuenta que los problemas de coordinación institucional entre na-
ción y municipio son fundamentales para entrar a generar las condiciones de calidad
y urbanismo en un contexto de dignidad en las ciudades de Colombia. La normas
urbanísticas, la planeación y la determinación del uso del suelo son facultades muni-
cipales. Es por eso importante que se preste atención a estos factores para una mejor
generación de la vivienda. Una adecuada planeación puede utilizar mecanismos de
manejo del suelo, como los bancos de tierras45, que pueden llegar a ser de gran utili-
dad para controlar los precios del suelo, aunque son de difícil implementación en los
municipios pequeños.
La improvisación del escenario actual en la generación de vivienda sólo lleva
a que se disminuyan los costos en el corto plazo, pero incrementándolos de gran
forma en el largo plazo; los costos asociados a infraestructura, medios de trans-
porte hacia la vivienda, servicios públicos domiciliarios, entre otras cosas, llegan
a ser más altos cuando se necesita hacer intervenciones posteriores para solucio-
nar aquel déficit cualitativo46. De modo que una evaluación económica correcta
45 Muchos de estos elementos de manejo del suelo urbano estaban presentes en la Ley 9 de 1989, o Ley de Reforma
Urbana, y fueron ratificados y fortalecidos en la Ley 388 de 1997, o Ley de Desarrollo territorial, la cual modi-
ficó a la anterior.
46 Al respecto, ver: María de la Luz Nieto, “Metodologías de evaluación de proyectos de viviendas sociales”. En:
Cepal-Eclac. Serie: Manuales. Santiago de Chile, 1999
230 DE LOS DERECHOS SOCIALES
de los proyectos hallará en la relación costo beneficio un mayor costo social y fiscal
(de darse una intervención para el mejoramiento) en las prácticas de ilegalidad, vi-
viendas sin condiciones de urbanismo, etc.
Cuadro 8.11
Escenario solución: asignación de subsidios por el sistema en general 2002-2010
(pesos de 2002)
Tipo Sbs de viv. V/r ahorro V/r sbs V/r sbs por año V/r financ. Financ. Sbs a asignar
(2002-2010) prog. (202-2010) por viv. por año
Esto significa que, teniendo en cuenta los tipos de vivienda, y la proporción como
se han venido asignando por el Inurbe, se requerirían cerca de 6 puntos del PIB para
subsidiar el déficit cuantitativo, el valor de las viviendas para solucionarlo ascendería
a 10 puntos del PIB actual, pero el déficit cualitativo seguiría existiendo. Si se aplicara
un subsidio como el promedio de la década pasada para solucionar el déficit cualita-
tivo, los requerimientos alcanzarían los 14 puntos del PIB actual.
Estos resultados coinciden con los presentados por Currie (1976)47, se necesitarían
de 5 a 10 puntos del PIB para todo el proceso de “ciudades dentro de la ciudad” en
países desarrollados, y para familias de ingresos suficientes. Los cálculos para Co-
lombia incluían un 10,8% del PIB, en procesos de desarrollo urbano y vivienda, para
todos los ingresos hasta el año 2000, que incluían una combinación apropiada del
valor bruto de la vivienda, las edificaciones requeridas para comercio y oficinas, ade-
más de energía eléctrica, agua potable y alcantarillado. La proposición en este caso es
que estas inversiones serían recuperadas con los efectos del crecimiento económico.
47 Currie, Lauchlin, “Condiciones necesarias para el funcionamiento satisfactorio del proceso de fltración o esca-
lamiento”. Habitat Internacional, Vol. 4, No. 3, pp 291-297, 1976. Reimpreso en Cuadernos de Economía Nos.
18-19, 1993.
EL DERECHO A LA VIVIENDA 231
Para efectos del presente análisis, se está hablando de porcentajes similares pero que
se aplicarían a los más necesitados focalizadamente y no a todo el proceso de urbani-
zación.
Cuadro 8.12
Escenario medio: asignación de subsidios por el sistema en general 2002-2010
(pesos de 2002)
Tipo Sbs de viv V/r ahorro V/r sbs V/r sbs por año V/r financ. Financ. Sbs a asignar
(2002-2010) prog. (202-2010) por viv. por año
Fuente: CGR, de acuerdo con modelo basado en Decretos 2620 de 2000 y 1585 de 2001.
Gráfico 8.10
Comparación de escenarios en relación al valor de subsidios
en el período 2002-2010 y su participación en el PIB
$ 1 2 .0 0 7 ,0
$ 1 0 .8 0
6 ,0 %
6 ,0
$ 1 0 .0 0
Va lor sb s > $ d e 2 0 02
5 ,0
$ 8 .0 0
% d e l PIB
4 ,0
b illo n e s
$ 6 .0 0
$ 4 .3 8 3,0
2 ,4 %
$ 4 .0 0
2 ,0
$ 2 .1 7 1 ,2 %
$ 2 .0 0 1 ,0
$ 0 .0 0 0 ,0
E sc e n ario p a siv o E sc e n ario s o lu c ió n E sc e n ario m e d io
Va lo r d e lo s s b s % P IB
Fuente: CGR.
Para la solución del déficit habitacional se plantean aquí tres caminos: continuar
con el mismo comportamiento actual; solucionar definitivamente el déficit cuantitati-
vo que se genere hasta el 2010; o buscar una solución intermedia, en la cual, utilizan-
do el presupuesto actual, se logre elevar el nivel de desembolsos de los subsidios,
combinado esto con soluciones alternativas para proveer techo a los colombianos. En
el primero de los caminos, se utilizaría en el período 2002-2010 el 1,2% del PIB del
2001 y habría que construir 32.500 viviendas de interés social por año (se construye-
ron 28.416 VIS en 1999 y 37.616 en el 2000 según el DANE). En el segundo camino, se
necesitaría el 6% del PIB de 2001 y se necesitaría construir 161.508 viviendas por
año; esta solución es muy costosa y requeriría una gran respuesta del mercado. En el
tercer camino sería necesario gastar el 2,4% del PIB del 2001 y construir 65.579 vi-
viendas por año.
Para la implementación del tercer escenario es necesario sofisticar los mecanis-
mos de selección de beneficiarios del subsidio y agilizar los procesos de desembolso.
Para lo anterior, es necesario consolidar un sistema de información integral y respetar
una normatividad que eleve la proporción del subsidio sobre el valor final de la vi-
vienda de los tipos más bajos.
EL DERECHO A LA VIVIENDA 233
Cuadro 8.13
Resumen comparativo de los resultados de los escenarios de futuro de la vivienda
Variable Escenario pasivo Escenario solución Escenario medio
Es muy importante detener el crecimiento del déficit cualitativo que hace que se
incrementen las casas –no siempre en buenas condiciones–, pero no las viviendas,
para esto es necesario tener mayor acción local en puntos tan importantes como la
planeación local y la implementación de instrumentos legales para la gestión del suelo.
Para evitar la proliferación del déficit cualitativo (entendido en el sentido lato de
los factores de calidad de la casa más el urbanismo), en la acción local deben
implementarse los elementos de planeación existentes, y hacer que éstos tengan una
ejecución óptima; en este caso, no se trata de inventar nuevas herramientas, sino
aplicar las ya existentes. Estas herramientas se concretan en el Plan de Desarrollo
Municipal y, en especial, en el Plan de Ordenamiento Territorial (POT).
La misma Ley 388 de 1997 que reglamentó la elaboración de los POT por parte de
los municipios, estableció instrumentos para la gestión del suelo que pueden ser de
gran utilidad para la generación de vivienda de calidad en condiciones óptimas de
urbanismo. En este sentido, se deben considerar los instrumentos de planificación,
gestión del suelo y financiación.
Entre los instrumentos de planificación se encuentran los planes parciales, los
cuales pueden ser de gran utilidad para el desarrollo de proyectos de vivienda de
interés social en el área urbana, ya que se establecen reglas particulares (sujetas al
POT) para el manejo del suelo y de las reglamentaciones de construcción.
Los instrumentos de gestión del suelo pueden ofrecer un mayor aprovechamiento
de este recurso escaso y la liberación de espacio apto para la construcción de VIS. Entre
estos instrumentos están el reajuste de suelos, la integración inmobiliaria, la coopera-
ción entre partícipes, enajenación voluntaria y forzosa, la expropiación por vía adminis-
trativa, la declaratoria de desarrollo prioritario y el derecho de preferencia.
Como el desarrollo urbano necesita financiación, se puede contar con herramien-
tas como la valorización de beneficio general o local, la participación en plusvalías y
los pagarés y bonos de reforma urbana.
Debe aclararse que estos instrumentos tienen mayor aplicación en las ciudades
más grandes, pero es allí donde se concentra la mayor población. La implementación
de estos instrumentos es aún precaria, de su desarrollo depende gran parte del éxito en
el manejo del suelo como recurso escaso para la VIS y la implementación de los POT.
Existen otros instrumentos, que no son estrictamente identificables con los descri-
tos, pero que pueden llegar a tener gran éxito para el manejo de los precios del suelo,
como es el caso de los bancos de tierras o similares49. Con estos instrumentos las
municipalidades pueden adquirir tierras, realizar las obras de urbanismo y controlar
los precios del suelo, que se vería sometido a procesos de especulación con proyectos
49 Este instrumento se implementó en la Ley 9 de 1989 y se retomó en la Ley 388 de 1997 bajo el nombre de Bancos
inmobiliarios.
EL DERECHO A LA VIVIENDA 235
CONCLUSIÓN
Durante el actual gobierno se ha continuado implementando la política de subsidios
que rige desde la Ley 3a, de 1991. En este sentido, se direccionan subsidios a través
de entidades con tal fin, como el Instituto Nacional de Vivienda de Interés Social y
Reforma Urbana (Inurbe) o las Cajas de Compensación Familiar. En este contexto, la
política del actual gobierno ha intentado atacar el déficit habitacional en Colombia.
Durante el período 1998-2001 se han asignado subsidios urbanos que corresponden
al 80% de la meta establecida por el gobierno nacional en el Plan Nacional de Desarro-
llo “Cambio para Construir la Paz”. Sin incluir las Cajas de Compensación –es decir,
sólo incluyendo los subsidios gubernamentales urbanos– se habría llegado a un cumpli-
miento de un 46% de la meta establecida. El cumplimiento de esta meta se refiere
básicamente a asignación, pero se deben esperar los resultados sobre desembolsos, ya
que, según datos del Ministerio de Desarrollo, en los años 1999 y 2000 los desembolsos
no correspondieron al 100% de las asignaciones, sino al 42% y 60%, respectivamente.
En el período de gobierno 1998-2002 se han expedido decretos que han buscado
refinar los criterios para la asignación del subsidio, como el 2620 de 2000 y el 1585
de 2001. Igualmente, otras medidas normativas han buscado favorecer el desarrollo
de la vivienda, no sólo en materia de interés social, sino de aquella que no lo es, por
medio, entre otros, de estímulos tributarios, como es el caso de la AFC, que es una
Cuenta de Ahorro para el Fomento de la Construcción.
Para la solución del déficit habitacional se plantearon tres caminos: continuar con
el mismo comportamiento actual; solucionar definitivamente el déficit cuantitativo
que se genere hasta el 2010; o buscar una solución intermedia, en la cual, utilizando el
presupuesto actual, se logre elevar el nivel de desembolsos de los subsidios, combi-
nado esto con soluciones alternativas para proveer techo a los colombianos. En el
primero de los caminos, se utilizaría en el período 2002-2010 el 1,2% del PIB del 2001
y habría que construir 32.500 viviendas de interés social por año (se construyeron
28.416 VIS en 1999 y 37.616 en el 2000 según el DANE), lo que requeriría cerca de
$241.500 millones anuales en subsidios. En el segundo camino, se necesitaría, en el
mismo período, el 6% del PIB de 2001 y sería necesario construir 161.508 viviendas
por año, lo que implica cerca de $1.2 billones en subsidios por año; esta solución es
muy costosa y requeriría una gran respuesta del mercado. En el tercer camino sería
necesario gastar el 2,4% del PIB del 2001 y construir 65.579 viviendas por año con un
costo anual en subsidios de $487.347 millones.
Para la implementación del tercer escenario es necesario sofisticar los mecanis-
mos de selección de beneficiarios del subsidio y agilizar los procesos de desembolso.
Para lo anterior, es necesario consolidar un sistema de información integral y respetar
una normatividad que eleve la proporción del subsidios sobre el valor final de la
vivienda de los tipos más bajos.
Es muy importante detener el déficit cualitativo desde su base. Para esto se hace
necesario expedir normas respecto a condiciones de calidad de las viviendas, mayor
coordinación y asesoría a los municipios para que puedan implementar viviendas a
bajo costo, con condiciones de urbanismo y la generación de una política clara de
mejoramiento o intervención urbana. La detención de las prácticas de ilegalidad in-
cluye el control de los llamados urbanizadores piratas, además del control de los
precios del suelo. Para el control de los precios del suelo, es muy útil la implementación
en las ciudades de programas de bancos de tierras, modelos similares al de
Metrovivienda en Bogotá. Estos sistemas también pueden incluir el leasing para que
no sea necesaria la compra por parte del municipio.
Finalmente, es necesario señalar que se debe abrir la posibilidad a otras formas de
acceso a la vivienda para la población necesitada, que incluye la propiedad colectiva,
el leasing con opción de compra, la vivienda en arriendo, etc. La solución del proble-
EL DERECHO A LA VIVIENDA 237
ANEXO 1
Monto del subsidio asignado de acuerdo con el Decreto 2620 de 2000 (en SMLM)
Vivienda tipo Valor máximo Monto del subsidio
1 30 25
2 50 25
3 70 25 –20*
4 100 20
5 120 20
6 135 20
* 25 SMLM en municipios con población superior a 500 mil habitantes y 20
SMLM en municipios con población inferior a 500 mil habitantes.
Monto del subsidio asignado de acuerdo con el Decreto 1585 de 2001 (en SMLM)
Vivienda Tipo Valor máximo Monto del subsidio
1 30 25
2 50 25
3 70 25 –15*
4 100 15
5 120 10
6 135 10
* 25 SMLM en municipios con población superior a 500 mil habitantes y
15 SMLM en municipios con población inferior a 500 mil habitantes.
ANEXO 2
Subsidios asignados por el sistema de subsidios a la demanda
1991-2001 ($ constantes de 2001)
Año Inurbe Banco Agrario CCF CPVM Total urbano
Número Valor Número Valor Número Valor Número Valor Número Valor
1991 17.402 338.380 ... 0 9.128 85.616 1.949 159.100 28.479 583.096
1992 40.313 184.184 20.165 85.764 1.028 131.601 3.028 224.414 44.369 540.198
1993 57.940 278.389 38.912 136.883 22.066 59.324 2.547 137.815 82.553 475.528
1994 65.760 397.229 81.206 175.753 14.381 108.299 4.338 152.869 84.479 658.397
1995 71.380 291.927 40.888 111.115 33.227 128.315 4.097 50.884 108.704 471.127
1996 49.390 156.553 50.441 108.954 31.922 153.037 4.058 39.365 85.370 348.955
1997 57.479 177.496 25.201 81.089 39.694 211.477 3.120 31.215 100.293 420.188
1998 19.966 57.308 12.301 40.117 28.847 155.493 6.046 36.120 54.859 248.921
1999 21.369 141.524 3.201 10.121 20.374 115.791 5.150 53.358 46.893 310.673
2000 22.111 136.432 12.346 50.214 20.069 128.911 3.535 39.172 45.715 304.515
2001 32.139 208.760 19.235 78.328 36.219 235.374 3.677 41.877 72.035 486.011
Total 455.249 2.368.183 303.896 878.338 256.955 1.513.237 41.545 966.189 753.749 4.847.609
238 DE LOS DERECHOS SOCIALES
EL DERECHO A LA VIVIENDA 239
238 DE LOS DERECHOS SOCIALES
Capítulo 9
SERVICIOS PÚBLICOS DOMICILIARIOS:
EQUIDAD Y EFICIENCIA
90
80
70
Po rce n ta je
60 A L C ru ra l
A C ru ra l
50
A L C urb a n a
40 A C u rb a n a
30 A se o u rb a n a
20
10
0
1985 1993 2000
Fuente: DNP-SSPD.
* Elaborado por Victoria Gaitán; Director de Estudios Sectoriales de Infraestructura: Nelson Galeano C., con la
colaboración de Yasmín Durán.
SERVICIOS PÚBLICOS DOMICILIARIOS: EQUIDAD Y EFICIENCIA 239
del 44% en el año 2000. A pesar de las diferencias urbano-rurales, se encuentran au-
mentos significativos, al pasar la cobertura rural de un 11% en el año 85 a un 44% para
el año 2000.
Respecto al servicio de alcantarillado, se observa el mismo rezago del sector rural,
ya que la cobertura en el año 2000 alcanzó apenas un 21%, mientras que la cobertura
urbana fue de un 87,3% en el mismo año.
Los niveles de cobertura urbana del servicio de aseo muestran un nivel cercano al
95% en el año 2000, aumentado 0,5 puntos porcentuales frente al año 1999.
Acueducto y alcantarillado
En comparación con otros países, como se muestra en el gráfico 9.2, los indicadores
de cobertura urbana en acueducto y alcantarillado en el país, con un 95% y 87%,
respectivamente, presentan los niveles más altos de Latinoamérica, después de Chile,
país que presenta coberturas de 99% y 89%; cifras bastante superiores a las de los
otros países de América Latina, siendo niveles cercanos a los mostrados por países
desarrollados como Estados Unidos.
A nivel suramericano, las coberturas más bajas se presentan en Paraguay con índi-
ces de 67% y 13% en acueducto y alcantarillado urbanos, respectivamente.
Gráfico 9.2
Coberturas urbanas año 2000
120
100
80
60
%
A cu e d u cto
40 A lc a n tarilla d o
20
0
P ro m . L atin oa m e ric.
B ra sil
Ven e zu e la
A rg e n tin a
M é xic o
P e rú
B o liv ia
C a na d á
C o lo m b ia
C h ile
E c ua d o r
E s ta d os U nido s
P a ra g u ay
U ru g u ay
P ro m . P a ís es D L LA
Fuente: Cepis-OPS.
Cuadro 9.1
Teledensidad comparada
Número de líneas telefónicas en servicio por cada 100 hab. Año 1999
País Teledensidad
Uruguay 25,04
Chile 20,55
Argentina 20,27
Colombia 15,89
Prom. latinoamericano 12,97
Brasil 12,05
Venezuela 11,67
México 10,36
Ecuador 7,83
Bolivia 6,88
Fuente: UIT. Tomado de CRT.
Sin embargo, las diferencias al interior del país son evidentes. El programa de
telefonía social Compartel I, mediante la instalación de 7.415 puntos que cubren a 4
millones de habitantes, en zonas rurales donde el servicio era inexistente o deficiente,
ha pretendido disminuir esta brecha, bajo el esquema de acceso comunitario como
mecanismo para llevar el servicio básico de telefonía a una mayor población.
SERVICIOS PÚBLICOS DOMICILIARIOS: EQUIDAD Y EFICIENCIA 241
Calidad
Acueducto
La calidad en la prestación del servicio de acueducto en Colombia es, en la actuali-
dad, deficiente. Solamente el 29% de los municipios del país suministran agua pota-
ble y el restante 71% no lo hace1. Es necesario tener en cuenta, sin embargo, que el
29% de los municipios que sí distribuyen a sus usuarios agua apta para el consumo
humano, incluye las 4 ciudades más grandes del país: Bogotá, Medellín, Cali y
Barranquilla, las cuales abastecen una población de 12.7 millones de personas, que
representan el 42% de la población urbana del país2.
TPBC
Tarifas
Acueducto y alcantarillado
En los últimos cinco años las tarifas de todos los servicios públicos han aumentado de
manera significativa en términos reales, principalmente en acueducto y alcantarilla-
do, como se observa en el cuadro 9.2, encontrándose incrementos en un 238% en
promedio en el estrato 1, para una muestra de 9 ciudades capitales.
Los incrementos tarifarios se produjeron con posterioridad a la Ley 142 de 1994,
que consideraba que las tarifas hasta ese entonces no cubrían los costos de prestación
del servicio y que determinó la disminución de los subsidios para los estratos 1, 2 y 3.
Cuadro 9.2
Incremento real acumulado tarifa media básica de acueducto 1996-1999 (en %)
Ciudad Estrato
1 2 3 4 5 6
Barranquilla 67,3 60,1 54,9 90,0 107,2 96,6
Popayán 77,2 89,8 59,4 19,5 17,0 11,8
Pereira 400,3 219,3 228,6 243,7 193,7 168,1
Manizales 194,2 140,4 126,8 73,3 48,1 22,0
Ibagué 115,2 101,2 66,1 5,3 -7,4 -18,7
Cúcuta 405,4 321,7 236,0 117,7 43,9 37,9
Santa Marta 652,7 448,9 260,7 209,8 143,3 94,2
Cartagena 60,5 62,3 61,3 29,8 54,6 34,8
Bogotá 169,7 149,9 101,0 65,2 93,5 68,7
Promedio 238,1 177,1 132,8 94,9 77,1 57,3
Fuente: Cálculos CGR, Supercifras No. 2, año 2000, SSPD.
Se determinaron, entonces, unas tarifas meta que cubrieran la totalidad de los cos-
tos (no sólo los de operación, sino también los de inversión), a los cuales debían
llegar las empresas en el año 2001. Las comisiones de regulación de los servicios
públicos establecieron la metodología según la cual las empresas debían calcular di-
chas tarifas meta. Resultaron unas tarifas meta muy superiores a las tarifas que se
estaban cobrando en el momento y que deberían alcanzarse en el año 2001. Como el
impacto en los usuarios era muy fuerte, se expidió la Ley 632 de 2000, ampliando el
plazo hasta el año 2005.
El impacto es más pronunciado en los usuarios de los estratos 1, 2 y 3, pues ade-
más del incremento en los costos del servicio, para llegar a un nivel real que incluya
tanto los de operación como los de inversión necesarios, se desmontan los subsidios
parcialmente.
Los aumentos tarifarios en los servicios de acueducto y alcantarillado se deben
por tanto, no sólo al desmonte de subsidios mencionado, sino al hecho de que la
metodología tarifaria, vigente en la actualidad y determinada por la Comisión, permi-
te a las empresas trasladar a los usuarios el costo de sus ineficiencias.
En la normatividad expedida por la Comisión de Regulación de Agua Potable
–CRA– las tarifas meta determinadas con el propósito de cobrar a los usuarios el costo real
del servicio –según lo establecido por la Ley 142 de 1994– están realmente por enci-
ma de los costos eficientes. La Resolución CRA 151 de 2001 –contentiva de las Reso-
luciones 08 y 09 de 1995– tiene fallas tanto en la metodología como en su aplicación,
debido a asimetrías de información entre el regulador y las empresas.
Aseo
El promedio nacional de incrementos para el período 1997-2000, en diez ciudades
capitales, alcanza para los estratos 1, 2 y 3 niveles promedio anuales del 13%, 13% y
SERVICIOS PÚBLICOS DOMICILIARIOS: EQUIDAD Y EFICIENCIA 243
Cuadro 9.3
Incremento real anual, tarifas aseo 1997-2000 (%)
Ciudad Estrato
1 2 3 4 5 6 Prom.
Bogotá -1 -1 -1 -1 -1 -1 -1
Medellín 32 18 10 -2 -2 -5 8,5
Cali 0 0 1 -2 -2 -2 -1,2
B/quilla 10 11 9 12 9 2 8,8
B/manga 25 18 6 -5 -6 -12 4,3
C/gena 2 2 2 2 1 2 1,8
Cúcuta 25 31 31 15 5 6 18
Pereira 10 23 23 8 2 3 11,5
Santa Marta 0 0 0 0 0 0 0
Manizales 31 32 18 14 14 6 19
Prom. 13,4 13,4 9,9 4,1 2,0 -1 6,97
Fuente: Fernández Riva, Javier. Perspectivas financieras de los servicios públicos domiciliarios.
TPBC
Gráfico 9.3
Evolución tarifaria,
telefonía local en Colombia
Conexión Consum o Fijo
380 45 9
360 40 8
35 7
340
P e so s
30
M ile s
M iles
320
25 5
300
20 4
280 15 3
260 10 2
1996 1997 1998 1999 2000 01-03 1996 1997 1998 1999 2000 01-03 1996 1997 1998 1999 2000 01-03
Fuente: CRT.
Los incrementos en la tarifa local continuarán hasta que las empresas alcancen el
nivel de costos eficientes, momento en el cual comenzará un reajuste hacia la baja a
través de los factores de calidad y productividad para cada empresa establecidos por
la CRT.
Por el lado de los usuarios, el sistema de subsidios y contribuciones pretende equi-
librar el acceso de los usuarios mejorando las condiciones de asequibilidad de aque-
llos con menores ingresos. Las contribuciones permitirían recobrar a través de las
tarifas en estratos superiores al 4 un monto que compensaría el menor recaudo en los
estratos subsidiados. Si después de hacer la compensación la empresa seguía en défi-
cit, el Fondo de Comunicaciones entregaría al operador el monto restante. Sin embar-
go, los subsidios se han tratado de desmontar paulatinamente, debido a que el Fondo
de Comunicaciones anunció en 1997 que no contaba con recursos para cubrir los
déficit de las empresas, las cuales en su mayoría solicitan subsidio.
Costos
Acueducto y alcantarillado
En el período 1995-2000, los costos operacionales por usuario aumentaron un 15,6%,
en promedio y en términos reales; dicho aumento indica un efecto combinado de
caídas en el nivel de eficiencia operacional de las empresas y aumentos en los niveles
de inversión.
Los costos promedio por usuario pasaron de 26.289 a 30.400 pesos (del 2000),
entre 1995 y el año 2000, para una muestra de 25 empresas. Fernández Riva indica
que “puede que exista cierto efecto de gatos gordos, es decir, que ante la mejora en
ingresos en las empresas, éstas hayan relajado el control del gasto”3.
3 Fernández Riva, Javier y asociados, Perspectivas financieras de los servicios públicos domiciliarios, pp. 124 y ss.
SERVICIOS PÚBLICOS DOMICILIARIOS: EQUIDAD Y EFICIENCIA 245
Dentro del grupo de grandes empresas, los mayores costos en el año 2000 son
registrados por EAAB (Bogotá) y Triple A (B/quilla) con unos costos por usuario de
36.444 y 39.258 pesos, respectivamente. A diferencia, las EPM presentan un costo por
usuario de $25.838, inferior al promedio.
Otras empresas de la muestra que presentan costos por encima del promedio son las
de las ciudades de Cali (Emcali), Santa Marta (Metroagua S. A.), Armenia (EPA) y
Palmira (Acuaviva S. A.) con $37.233, $36.780, $24.781 y $39.346, respectivamente.
TPBC
Normatividad
El artículo 365 de la Constitución Política establece que los servicios públicos son
inherentes a la función social del Estado y su deber es asegurar la prestación eficiente
a todos los habitantes del territorio. En desarrollo de este mandato constitucional se
expidió la Ley 142 de 1994 o Régimen General de los servicios públicos domicilia-
rios, que junto con sus decretos reglamentarios y las diferentes leyes que la modifican
o adicionan, son el marco normativo de estos servicios. Existe además una amplia
normatividad para cada servicio público particular expedida tanto por el Congreso
como por los diferentes ministerios y comisiones de regulación, como se observa en
el cuadro 9.4.
Cuadro 9.4
Normatividad relacionada con los servicios públicos domiciliarios
Servicio Leyes Decretos Resoluciones
Problemática institucional
Acueducto, alcantarillado y aseo
La problemática a nivel institucional se relaciona en primera instancia con el desem-
peño de las entidades del orden nacional relacionadas con el sector; sin embargo,
existen también divergencias de orden territorial, porque en el marco de la descentra-
lización son los municipios quienes tienen a su cargo la prestación eficiente de los
servicios, mientras las funciones de planeación, regulación, vigilancia y control per-
tenecen al nivel central.
El Gobierno Nacional, en aras de mejorar la cobertura y calidad de los servicios,
ha desarrollado estrategias tendientes a incorporar al sector privado en la prestación
de estos servicios. No obstante, los resultados obtenidos son pobres.
En efecto, el Ministerio de Desarrollo Económico –MDE– contrató consultorías
para 110 municipios, con el objeto de estructurar procesos de participación privada;
sin embargo, se relacionan como logros efectivos, la estructuración de procesos de
participación privada tan sólo en 13 municipios (Montería, Riohacha, Maicao, Bue-
naventura, Soledad, Guapi, El Charco, Puerto Carreño, San Juan Nepomuceno, Istmina,
Tadó, Nátaga y Cumaral). Esto indica un bajo desempeño dado que se logró el obje-
tivo tan sólo en un 12% de los casos4; para los restantes se requiere un compás de
espera de varios años para la implementación de las soluciones aportadas por las
consultorías. Tal situación pone en duda la eficacia y oportunidad de estos estudios.
Se puede concluir que en la mayoría de los municipios la participación privada en el
sector no es una alternativa viable o al menos no en el corto plazo.
La Superintendencia de Servicios Públicos Domiciliarios –SSPD– no está cum-
pliendo adecuadamente con algunas de las más importantes funciones encomendadas
por la Ley 142 de 1994, desatendiendo su objetivo misional de vigilar y controlar la
gestión de las Entidades Prestadoras de los Servicios Públicos.
La gestión adelantada por la SSPD no ha respondido oportuna y eficazmente a las
necesidades e intereses de los usuarios, dado que su capacidad de respuesta ante las
peticiones, quejas y reclamos –PQR– es limitada. El tiempo de respuesta es bastante
elevado y se observa una sobresaturación de solicitudes de los usuarios y una debili-
dad en la capacidad operativa para atenderlas, minimizando las garantías de respaldo
de la entidad para el cumplimiento de los derechos constitucionales de los usuarios.
Además, no adelanta acciones preventivas que eviten los problemas que han llevado
a dificultades financieras a varias empresas operadoras provocando su intervención.
4 Respuesta del coordinador del PME, doctor Daniel Rivera, al proceso de Auditoría seguido al Proyecto COL 92-
001, 27 de febrero de 2001 e Informe de Gestión MDE de septiembre de 2001. Corrigiendo el indicador, utilizan-
do número de consultorías y no número de municipios atendidos, la efectividad se eleva al 20%.
248 DE LOS DERECHOS SOCIALES
Telecomunicaciones
Dentro del esquema institucional del sector Telecomunicaciones, que se rige por el
Decreto 1130 de 1999, la autonomía de la Comisión de Regulación de Telecomunica-
ciones –CRT– queda limitada, debido a que uno de sus miembros, el Ministro de
Problemática regulatoria
Acueducto y alcantarillado
La problemática regulatoria en los servicios de acueducto y alcantarillado se localiza
en materia tarifaria. La Comisión de Regulación establece una metodología tarifaria,
que las empresas han de seguir para determinar sus tarifas; la metodología vigente
actualmente permite a las empresas trasladar sus ineficiencias a los usuarios.
Las fallas de la metodología tarifaria actual, Resolución CRA 151 de 2000 –contentiva
de las Resoluciones 08 y 09 de 1995– como ya se mencionó, se deben a las asimetrías
de información entre el regulador y las empresas.
La Comisión se encuentra en mora de revisar la metodología tarifaria actual, pues
ésta se encuentra vigente desde 1995 y la Ley 142/94 prevé que ésta ha de revisarse
en un período de cinco años. Las Comisiones de Regulación de los demás servicios
públicos domiciliarios ya han implementado nuevas metodologías.
La CRA, sin embargo, ha expedido un Nuevo Marco Regulatorio –NMR–, que se
encuentra en proceso de implementación. Dicho proceso demandará recursos por 2.300
millones de pesos en estudios sobre promoción de la competencia en el sector, que
como lo ha dicho la misma Comisión, no tendrá un desarrollo efectivo, sino que las
mejoras en el sector esperan ser obtenidas no de una entrada real de nuevos operado-
res, sino de una amenaza de entrada. Este argumento, junto con las características
propias del sector (existencia de monopolio natural, altos requerimientos de capital,
largos períodos de recuperación de la inversión, altos costos hundidos, entre otras),
hace que los beneficios de la promoción de la competencia (en tarifas, calidad, ges-
tión de las empresas) sean marginales y el costo-beneficio de una regulación en este
sentido puede tener un balance negativo.
El NMR pretende incentivar la competencia “dentro” del mercado de los servicios
de agua potable y saneamiento básico, mediante la incorporación del sector privado
en un ambiente de competencia. Las condiciones en que se desenvuelve el mercado
de tales servicios dificultan ampliamente la existencia de una sana competencia den-
tro del sector, ya que estas condiciones favorecen la existencia de monopolios.
Las estrategias propuestas por el NMR son unas herramientas sofisticadas, de difí-
cil aprehensión y aplicación por parte tanto de los entes territoriales como de las
empresas, que son los sujetos pasivos de la reglamentación de la CRA.
250 DE LOS DERECHOS SOCIALES
Aseo
La metodología tarifaria para el servicio de aseo expedida por la CRA, vigente desde
1997, contenía fallas que fueron reconocidas y enmendadas por la Comisión en el año
2000. Tales fallas generaban tarifas superiores a las que debían cobrarse en un merca-
do eficiente.
Es así como a partir del año 2002, 16 municipios del país deberán rebajar las
tarifas del servicio de aseo entre un 3,8% y un 25% por determinación de la Comi-
sión. Entre éstos se encuentran las ciudades de Medellín (5,2 por ciento), Barranquilla
(3,5 por ciento), Pasto (10,8 por ciento), y Bogotá (10,7%).
El NMR, expedido por la CRA, prevé para el servicio de aseo la promoción de la
competencia por el usuario y la implementación de una desregulación tarifaria. El su-
puesto del que parte la Comisión es que los procesos de recolección, transporte, barrido
y limpieza son de naturaleza competitiva y una regulación intrusiva puede generar
distorsiones en el libre funcionamiento del mercado, el cual, únicamente con incentivos
correctos, tiende hacia un equilibrio competitivo con costos eficientes y adecuados ni-
veles de calidad. Sin embargo, el esquema de competencia por el usuario se constituye
en el mecanismo más costoso y menos eficiente de prestación del servicio.
Estructura de mercado
Acueducto y alcantarillado
El mercado de los servicios de acueducto y alcantarillado se caracteriza por ser mono-
polio natural, razón por la cual el mercado ha de ser intervenido por el Estado mediante
la regulación. Estos servicios poseen un carácter local y, en algunos casos, regional.
SERVICIOS PÚBLICOS DOMICILIARIOS: EQUIDAD Y EFICIENCIA 251
Aseo
El servicio de aseo es el único de los servicios públicos domiciliarios a los que se refiere
la Ley 142 de 1994, que no utiliza redes particulares para su distribución. Este aspecto
lo diferencia bastante del resto de servicios públicos. En Colombia su regulación se da
a nivel nacional, cuando en la mayor parte del mundo se asume a nivel local.
En el servicio de aseo se consideran tres etapas: Recolección de residuos sólidos,
transporte hasta el lugar de disposición final y manejo del relleno sanitario. La rela-
ción de activos a ingresos operacionales se acerca a 1 mientras que en agua potable y
alcantarillado está entre 10 y 12. En el sector no se presentan economías de escala
salvo en la disposición final.
8 Ministerio de Desarrollo Económico, Política pública para el sector de agua potable y saneamiento básico, 2000.
9 Ringskog, Klas. “Sistemas de participación el sector privado en la prestación de los servicios de agua potable y
alcantarillado”. En: Economía del agua y sector privado, MDE, 1996. La relación entre las inversiones necesarias
en activos fijos y el nivel anual de recaudación para el sector de agua potable y alcantarillado es del orden de 10
a 12 veces, es decir, que se necesita invertir 10 veces el nivel de recaudos anuales.
10 Fernández Riva, Javier y asociados, Perspectivas financieras de los servicios públicos domiciliarios, 2001, p. 29.
252 DE LOS DERECHOS SOCIALES
Para finales del año 2000, los 23 operadores más grandes del servicio de aseo en el
país servían a cerca de 15 millones de personas en 19 ciudades. De estos 23 operado-
res, el 57% era privado, 13% mixto, 26% empresas industriales y comerciales del
Estado y 4% (sólo una empresa) sociedad por acciones de carácter estatal.
De 1084 municipios, el 63% maneja inadecuadamente la disposición final de resi-
duos; teniendo procesos de botadero y quema, 576; vertimientos a cuerpos de agua,
26; e incineración, 2 municipios11. Un 26% de los municipios posee rellenos sanita-
rios12 o utiliza otros sistemas igualmente adecuados; del restante 11% de los munici-
pios no se dispone información. Puede decirse que, en general, esta situación, junto
con la baja escala de tratamiento de aguas residuales, son los efectos ambientales
urbanos más notorios en el país.
Telecomunicaciones
La mayor porción del mercado está capturada por tres operadores: la Empresa de
Teléfonos de Bogotá (ETB), Empresas Públicas de Medellín (EPM) y la Empresa Na-
cional de Telecomunicaciones (Telecom). Las dos primeras, ETB y EPM, tienen signi-
ficativas economías de escala, ya que trabajan en núcleos urbanos con niveles altos de
densidad telefónica como son Bogotá y Antioquia; y a diferencia, Telecom con una
mayor cobertura territorial pero con mayor dispersión telefónica atiende sectores del
mercado no rentables, factores que elevan sus costos y disminuyen sus ingresos po-
tenciales.
Los otros operadores más pequeños, según su cobertura y monto de activos, se
concentran en determinadas ciudades y/o municipios atendiendo porciones menores
del mercado. Estos operadores son 37 en total, de los cuales 16 son socios de Telecom
dentro del grupo llamado Teleasociadas.
Participación privada
En los últimos años se ha propendido por la incorporación del sector privado en la
prestación de los servicios públicos domiciliarios. Este objetivo se ha cumplido en
mayor medida en el servicio de energía eléctrica. Para los servicios de acueducto y
alcantarillado los resultados han sido modestos, encontrándose en la actualidad parti-
cipación privada únicamente en 34 empresas, de los 1.094 municipios del país.
Acueducto y alcantarillado
A continuación se relacionan las 34 empresas del subsector de acueducto y alcantari-
llado que cuentan con algún tipo de participación privada. La clasificación de las
empresas como mixtas y privadas sigue las definiciones de la Ley 142, de acuerdo
con la cual son mixtas aquellas empresas en las que el sector público tenga una aporte
superior o igual al 50% del capital, y privadas aquellas en las que el capital privado
sea mayoritario.
Cuadro 9.5
Participación privada en acueducto y alcantarillado
Departamento Municipio Empresa Clase
Fuente: SSPD. Supercifras N° 3. Información actualizada a abril de 2002. * Corresponde a las empresas en las cuales
se han estructurado procesos de participación privada, a través de los programas del MDE.
nómico desembolsó recursos por $14.500, $9.000, $7.000, $4.000, $2.500, $1.000 y
$3.000 millones, respectivamente, en el período 1999-2001, para un total de $41.000
millones, que representan un 59% de los recursos desembolsados por el Ministerio
para el sector en dicho período13.
Telecomunicaciones
Las empresas de TPBC en Colombia son Empresas Industriales y Comerciales del
Estado, algunas están distribuidas por acciones en las que la mayor participación la
tiene el Estado y solamente una es de carácter privado. El sector cuenta con un monto
de activos que alcanzan los $15 billones, de los cuales más del 88% corresponde a
inversión estatal y 10% a mixta, mientras que tan sólo el 2% es privada.
Se puede afirmar que los procesos de privatización que se han dado en Latinoamérica
y que se pretendía llevar a cabo en el país se han aplazado; sin embargo, se observa una
tendencia hacia la aprobación de licencias en diferentes segmentos del mercado que
paulatinamente le quita mercado a las empresas de carácter estatal o mixto, con lo cual
puede vislumbrarse un fortalecimiento de la participación privada a mediano plazo.
Los convenios de asociación a riesgo compartido firmados para la ampliación de in-
fraestructura han llevado a que varios operadores extranjeros privados hayan participado
en la prestación de los servicios de telecomunicaciones a través de la red de TPBC, en
forma transitoria y en forma asociada con operadores locales, principalmente con Telecom.
Sin embargo, existen serias dudas sobre los beneficios reales de estos contratos.
13 Ministerio de Desarrollo Económico. Convenios para asignación de recursos, reporte 14 de febrero de 2002.
14 Política pública para el sector de agua potable y saneamiento básico en Colombia. Ministerio de Desarrollo Eco-
nómico. Octubre, 2000, pp. 50 y ss. Los datos del cuadro 9.6 corresponden a cálculos hechos sobre las proyecciones
de inversión y aumentos de cobertura del Plan Nacional de Desarrollo Cambio para construir la paz.
SERVICIOS PÚBLICOS DOMICILIARIOS: EQUIDAD Y EFICIENCIA 255
Cuadro 9.6
Recursos requeridos para aumentos de cobertura (1%)
(millones de pesos de 1998)
Acueducto Alcantarillado
Grandes ciudades 285.355 283.430
Municipios>100.000 518.783 82.151
Municipios<100.000 153.117 48.413
Total zona urbana 957.256 413.994
Total zona rural 32.971 13.228
Fuente: Datos Plan Nacional de Desarrollo. Cálculos CGR.
Problemática tarifaria
Para una muestra de 22 empresas, las tarifas seguirán creciendo por encima de la
inflación hasta el año 2005, año en el cual deberá eliminarse completamente el rezago
tarifario, según la disposición de la Ley 632 de 2000. Si no se presentan aumentos
256 DE LOS DERECHOS SOCIALES
adicionales del plazo para llegar a las tarifas meta, en el período 2006-2010 las tarifas
crecerán con el índice de actualización determinado anualmente por la Comisión de
Regulación de Agua Potable15. El monto del crecimiento tarifario en el período 2001-
2005 depende del rezago que presentan actualmente las tarifas aplicadas por las em-
presas, frente a las tarifas meta.
Como se observa en las tarifas meta propuestas por las empresas para el año 200516,
se presentarán incrementos hasta en el estrato 4, que se considera no está afectado por
ningún nivel de subsidios ni contribuciones, asumiendo el costo real del servicio.
Este hecho muestra que adicional al desmonte de subsidios, las empresas incrementarán
las tarifas por ajuste de costos, a precios constantes; es decir, que este ajuste es adicio-
nal al ajuste por actualización de precios.
Con miras al análisis tarifario, las ciudades de la muestra se presentan en 3 grupos:
Grandes ciudades, conformado por las ciudades de Bogotá, Medellín, Cali y
Barranquilla; un primer grupo de ciudades capitales de departamento en el cual se
incluyeron las ciudades de Leticia, Montería, Neiva, Villavicencio, Pasto, Cúcuta y
Sincelejo, que presentan un alto rezago tarifario y un segundo grupo de ciudades
capitales de departamento en el cual se incluyeron las ciudades de Arauca, Cartagena,
Tunja, Yopal, Popayán, Valledupar, Santa Marta, Armenia, Pereira, Bucaramanga e
Ibagué, que presentan un rezago tarifario medio.
Servicio de acueducto
Los incrementos de la Tarifa Media Básica17 del servicio de acueducto, previstos para
los tres grupos de ciudades de la muestra, de mantenerse la situación actual, son los
que se observan en el gráfico 9.4 y el cuadro 9.7.
En el período 2001-2005, los estratos 1, 2, 3 y 4 presentarán incrementos, en tanto
que los estratos 5 y 6 disminuciones de sus tarifas. El mayor aumento se presentará en el
estrato 1 de las ciudades del grupo 1, con crecimientos sostenidos de un 23,81% anual,
equivalente al 204% durante todo el período. Los incrementos promedio para todo el
período estarán entre 7,16% para el segundo grupo de ciudades, 54% para las ciudades
grandes y 82% para las ciudades del primer grupo (gráfico 9.4).
El incremento promedio18 en el período 2001-2005 es cercano al 7% anual por
encima de la inflación para las grandes ciudades, de más del 10% anual sostenido
para las capitales de departamento del grupo con rezago tarifario alto y de un 2%
aproximadamente para las ciudades con rezago tarifario medio como se observa en el
cuadro 9.7. Después del año 2005, las tarifas no tendrán un crecimiento real, siendo
las variaciones de tarifas equivalentes a la inflación para esos años.
Gráfico 9.4
Incrementos tarifarios totales en acueducto TMB 2001-2005
(variaciones porcentuales en términos reales)
250
200
150
Po rce n ta je
100
50
-5 0
E stra to 1 E stra to 2 E stra to 3 E stra to 4 E stra to 5 E stra to 6 P ro m e d io
G ra n de s ciu d a d es C a p ita le s G 1 C a p ita le s G 2
Fuente: Datos SSPD, revista Supercifras en Mts3 No. 5. Cálculos CGR.
Cuadro 9.7
Incrementos tarifarios anuales en acueducto TMB 2001-2005
(variaciones porcentuales en términos reales)
Estrato Grandes Ciudades (%) Capitales G1 (%) Capitales G2 (%)
Estrato 1 21,40 23,81 6,92
Estrato 2 14,10 18,31 3,25
Estrato 3 10,71 13,79 1,45
Estrato 4 2,25 3,71 -0,85
Estrato 5 -1,20 1,79 -1,86
Estrato 6 -5,66 -1,59 -4,56
Promedio 6,93 10,12 1,66
Fuente: Datos SSPD, revista Supercifras en Mts3 No. 5. Cálculos CGR.
Servicio de alcantarillado
Los incrementos de la Tarifa Media Básica en el servicio de alcantarillado previstos
para los tres grupos de ciudades de la muestra, de mantenerse la situación actual, son
los que se observan en el gráfico 9.5 y el cuadro 9.8.
En el período 2001-2005, los estratos 1, 2, 3, 4 y 5 presentarán incrementos de
tarifas, mientras que el estrato 6 disminuciones. El mayor aumento se presentará en el
estrato 1 de las grandes ciudades con crecimientos sostenidos de un 20,43% anual,
equivalente al 163% durante todo el período. Los incrementos promedio para todo el
período estarán entre 19% para el segundo grupo de ciudades, 58% para las ciudades
grandes y 43% para las ciudades del primer grupo, como se observa en el gráfico 9.5.
258 DE LOS DERECHOS SOCIALES
Gráfico 9.5
Incrementos tarifarios totales en alcantarillado TMB 2001-2005
(variaciones porcentuales en términos reales)
200
150
P o rc e n taje s
100
50
-5 0
E stra to 1 E stra to 2 E stra to 3 E stra to 4 E stra to 5 E stra to 6 P ro m e d io
G ra n d es ciu d a d e s C a p ita le s G 1 C a p ita le s G 2
Cuadro 9.8
Incrementos tarifarios anuales en alcantarillado TMB 2001-2005
(variaciones porcentuales en términos reales)
Estrato Grandes ciudades Capitales G1 Capitales G2
Estrato 1 20,43 15,39 9,51
Estrato 2 14,47 11,11 6,62
Estrato 3 12,25 7,16 4,51
Estrato 4 3,87 -1,48 0,63
Estrato 5 -0,41 -0,11 -0,47
Estrato 6 -5,37 -4,58 -4,05
Promedio 7,54 3,73 2,98
Fuente: Datos SSPD, revista Supercifras en Mts3 No. 5. Cálculos CGR.
19 Este cálculo no tiene en cuenta la distribución de usuarios entre estratos. Sin embargo, un promedio ponderado
según número de usuarios entre estratos indicaría un porcentaje mayor, pues los estratos 1, 2 y 3 representan el
mayor porcentaje de usuarios servidos.
SERVICIOS PÚBLICOS DOMICILIARIOS: EQUIDAD Y EFICIENCIA 259
Proyecciones de acueducto
El gráfico 9.6 muestra las variaciones tarifarias producto de modelar los cambios
propuestos en materia tarifaria.
Los incrementos tarifarios anuales y acumulados durante todo el período son infe-
riores a los proyectados en el escenario tendencial.
Se observa que los estratos 1, 2 y 3 tendrán incrementos de tarifas y los estratos 4,
5 y 6 disminuciones. En promedio, para todos los estratos se presentarán incrementos
en las grandes ciudades y el grupo 1 de capitales departamentales; se observa una
disminución promedio proyectada para el grupo 2 de capitales con menor rezago
tarifario.
20 El 11 de junio de 2001, mediante Res. 161/01, la CRA determinó un nuevo costo de referencia para la Empresa de
Acueducto y Alcantarillado de Bogotá –EAAB–, que reduciría sus tarifas meta en un 19,87%, esta Resolución fue
aprobada por unanimidad. El 27 de julio de 2001, la EAAB interpone recurso de reposición contra la anterior
resolución. Posteriormente, mediante decisión dividida, con salvamento de voto de los Expertos Comisionados,
se expidió la Res. 195/01, en la que se revoca el contenido de la Res. 151/01, obteniéndose finalmente una
reducción de las tarifas meta de apenas un 2,27%.
260 DE LOS DERECHOS SOCIALES
Gráfico 9.6
Incrementos tarifarios anuales en acueducto TMB 2001-2010
(variaciones porcentuales en términos reales)
10
5
P o rc e n ta je s
-5
-1 0
E stra to 1 E stra to 2 E stra to 3 E stra to 4 E stra to 5 E stra to 6 P ro m e d io
Proyecciones de alcantarillado
El gráfico 9.7 muestra las variaciones tarifarias resultantes de modelar los cambios
propuestos.
Los incrementos tarifarios anuales y acumulados durante todo el período son infe-
riores a los proyectados en el escenario tendencial.
Se observa que los estratos 1, 2 y 3 tendrán incrementos de tarifas y los estratos 4,
5 y 6 disminuciones. En promedio, para todos los estratos, se presentarán incremen-
tos únicamente en las grandes ciudades; en los grupos 1 y 2 de capitales departamen-
tales se presentarán disminuciones en términos reales.
Los aumentos más pronunciados se presentarán en los estratos 1 y 2 de las grandes
ciudades y las capitales del grupo 1, como se observa en el gráfico 9.7, que estarán
entre un 3% y un 7% sostenido por encima de la inflación durante todo el período
SERVICIOS PÚBLICOS DOMICILIARIOS: EQUIDAD Y EFICIENCIA 261
5 .0 0
P o rc e nta je
0 .0 0
-5 .0 0
-1 0 .0 0
E stra to 1 E stra to 2 E stra to 3 E stra to 4 E stra to 5 E stra to 6 P ro m e d io
G ra n d es ciu d a d e s C a p ita le s G 1 C a p ita le s G 2
2000 amplió dicho plazo hasta el año 2005. Otra modificación incluida por dicha Ley
fue la eliminación del tope de contribuciones, con el objeto de permitir a las empresas
equilibrar el monto de subsidios requeridos con el de contribuciones obtenidas.
La Ley 142 de 1994 determinó además la constitución de unos Fondos de Solida-
ridad y Redistribución de Ingresos –FSRI–, que tienen la función de direccionar recur-
sos para el cubrimiento de los subsidios requeridos. En los 1.091 municipios del país
se han creado 450 y operan únicamente tres: Bucaramanga, Marinilla y Cali, muy
deficientemente.
Actualmente, el monto de subsidios requeridos es de 543.000 millones de pesos
anuales y el monto de contribuciones es de 60.876 millones anuales, presentándose
un déficit de 482.330 millones de pesos por año21.
Estas cifras se originan teniendo en cuenta las actuales condiciones: El sistema se
encuentra en período de transición, pues las empresas no han llegado aún a los topes
de Ley y la distribución de usuarios a nivel nacional22 origina un marcado desequili-
brio en términos de subsidios y contribuciones.
Como se observó más arriba, los incrementos tarifarios obedecen tanto al desmon-
te de los subsidios como a incrementos en el costo del servicio cobrado. Estos dos
factores originan tendencias opuestas en la evolución de los subsidios requeridos: el
desmonte de los subsidios genera una disminución de tales requerimientos, pero el
aumento en el costo del servicio que se cobra tiende a aumentar el monto de los
subsidios requeridos. Ante los aumentos en el costo del servicio cobrado previstos
para los próximos años, se hace el supuesto de que este efecto contrarresta el efecto
de la disminución de subsidios. Sin embargo, se requiere un análisis más exhaustivo
para determinar exactamente el peso relativo de cada efecto en el monto de subsidios
requeridos.
Utilizando un ejemplo hipotético; si el costo del servicio se ubica en $100, y se
subsidia al estrato 1, el 70% de dicho costo, se está cobrando al usuario $30, y el monto
de subsidios requerido es de $70. Al final del período de transición en el año 2005, se
estará subsidiando como máximo un 50% del costo del servicio, pero dicho costo se
ubica en $200, entonces, el usuario pagará $100, y el monto de subsidios requerido es
de $100. Es decir, que aunque en términos porcentuales los subsidios disminuyen, en
términos absolutos el monto requerido termina siendo superior, por el efecto combi-
nado de las dos tendencias.
El gráfico 9.8 muestra cómo evolucionarían los subsidios requeridos, el monto de
contribuciones y el déficit consecuente, ante incrementos tarifarios generalizados.
Gráfico 9.8
Evolución subsidios de acueducto y alcantarillado ante variaciones tarifarias
1 .5 0 0 .00 0
1 .0 0 0 .00 0
M illo n e s d e p e so s
5 0 0 .0 00
(5 0 0 .0 0 0 )
(1 .0 0 0 .0 0 0 )
(1 .5 0 0 .0 0 0 )
0% 10% 50% 100 %
In cre m e n to s ta rifa rio s
30
20
10
0
E stra to 1 E stra to 2 E stra to 3 E stra to 4 E stra to 5 E stra to 6
2001 2005 2010
Fuente: Datos Fernández Riva, Javier, Perspectivas financieras de los servicios públicos domiciliarios .
Cálculos CGR.
24 Cálculos CGR.
SERVICIOS PÚBLICOS DOMICILIARIOS: EQUIDAD Y EFICIENCIA 265
Para el año 2010, el consumo promedio de los usuarios del estrato 1 de las grandes
ciudades se reducirá a 10,4 m3 usuario/mes, que es la mitad de lo que actualmente se
considera consumo básico25, 20 m3; sin embargo, ya para el año 2001, este consumo
se hallaba en 15 m3. El estrato 6 aumentará su consumo de 30,7 m3 usuario/mes en el
año 2001 a 35 m3 en el año 2010, generándose una brecha equivalente a 25 m3 usua-
rio/mes.
CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES
Cobertura
Los incrementos en cobertura han sido mayores en las zonas urbanas que en las rura-
les. El incremento de un punto porcentual en cobertura tiene un costo inferior en las
zonas rurales y en los municipios menores de 100.000 hab. que en las grandes ciuda-
des, debido a que involucra la atención a un menor número de personas.
Con el propósito de disminuir la brecha urbano-rural es necesario reorientar recur-
sos en esta vía; además, en tales zonas es posible implementar soluciones con tecnolo-
gías alternativas y gestión comunitaria que hacen menores los requerimientos de inver-
sión frente a los necesarios en las grandes ciudades. Para lograr este objetivo se ha de
reglamentar la legislación existente de manera que incentive la gestión comunitaria de
los servicios de acueducto y alcantarillado; además se han de reorientar los recursos
destinados a estudios, a investigaciones en el campo de tecnologías alternativas que
sean acordes con las condiciones socioeconómicas de las pequeñas comunidades.
Calidad
Es de anotar que se hace urgente disminuir los requerimientos de inversión, pues los
recursos son necesarios no sólo para la ampliación de la cobertura, sino para el mejo-
ramiento de la calidad del agua que en Colombia posee muy bajos niveles, pues en el
71% de los municipios no se distribuye agua potable.
Tarifas y subsidios
Las tarifas se incrementaron con posterioridad a la promulgación de la Ley 142 de
1994 que pretendía acercar las tarifas a los costos reales del servicio. Sin embargo, las
tarifas se incrementaron debido a dos factores: El desmonte parcial de los subsidios
en los estratos 1, 2 y 3 ordenado por la mencionada ley y por fallas en materia
regulatoria, que permiten que en las tarifas se involucren costos ineficientes.
25 Es necesario indicar que si bien los usuarios pueden reducir su consumo, esta reducción tiene un límite, que se
ubicaría en un nivel mínimo de subsistencia, no calculado en este estudio.
266 DE LOS DERECHOS SOCIALES
En tercer lugar, se ha de modificar la Ley 632 de 2000 que establece como plazo
para llegar a las tarifas meta el año 2005 y prolongar este plazo hasta el año 2010.
Para finalizar es de resaltar que el déficit de subsidios en acueducto y alcantarilla-
do alcanza 482.330 millones de pesos anuales y los Fondos de Solidaridad y
Redistribución de Ingresos municipales que deben cubrir tal déficit, no funcionan.
Sin embargo, dado que los costos se encuentran sobrevalorados y el cálculo se realiza
según estos costos reportados por las empresas (por no conocerse los costos reales
eficientes de las empresas), es de suponerse que este cálculo también se encuentre
sobrevalorado.
La tendencia de los subsidios requeridos es al aumento y depende de dos factores
contrapuestos: El desmonte parcial de subsidios que genera una disminución de tales
requerimientos, tendencia que es contrarrestada por el aumento en el costo del servi-
cio que se cobra que origina aumento en el monto de los subsidios requeridos.
ANEXO 1
RESUMEN ESCENARIOS TARIFARIOS
Tendencial
• Desmonte de subsidios estratos 1, 2 y 3.
• Eliminación total del rezago tarifario (diferencia entre tarifas meta y tarifas actuales) en el
período 2001-2005, según Ley 632 de 2000.
• Porcentajes de subsidios y contribuciones contenido en la Ley 142/94: Subsidios, Estrato 1
hasta un 50%, Estrato 2 hasta un 40% y Estrato 3 hasta un 15% y contribuciones del 20% sobre
los costos para todos los usuarios contribuyentes.
• Se presentan 3 grupos: Grandes ciudades, conformado por las ciudades de Bogotá, Medellín,
Cali y Barranquila; un primer grupo de ciudades capitales de departamento en el cual se incluye-
ron las ciudades de Leticia, Montería, Neiva, Villavicencio, Pasto, Cúcuta y Sincelejo, que pre-
sentan un alto rezago tarifario y un segundo grupo de ciudades capitales de departamento en el
cual se incluyeron las ciudades de Arauca, Cartagena, Tunja, Yopal, Popayán, Valledupar, Santa
Marta, Armenia, Pereira, Bucaramanga e Ibagué, que presentan un rezago tarifario medio.
26 Este cálculo no tiene en cuenta la distribución de usuarios entre estratos. Sin embargo, un promedio ponderado
según número de usuarios entre estratos, indicaría un porcentaje mayor, pues los estratos 1, 2 y 3 representan el
mayor porcentaje de usuarios servidos.
268 DE LOS DERECHOS SOCIALES
departamento del grupo con rezago tarifario alto y de un 2% aproximadamente para las ciuda-
des con rezago tarifario medio incluidas en el segundo grupo. Después del año 2005, las tarifas
tendrán un crecimiento real de 0%, siendo las variaciones de tarifas equivalentes a la inflación
para esos años.
Escenario propositivo
• Disminución tarifas meta en 20% para Bogotá y 15% para las demás ciudades, por revisión
metodología costos CRA y mejoras en eficiencia empresarial inducidas por la regulación.
• Eliminación total del rezago tarifario (diferencia entre tarifas meta y tarifas actuales) en el
período 2001-2010, modificando la Ley 632 de 2000.
• Porcentajes de subsidios y contribuciones contenido en la Ley 142/94: Subsidios, Estrato 1
hasta un 50%, Estrato 2 hasta un 40%, sin subsidio para el estrato 3 y contribuciones del 20%
sobre los costos para todos los usuarios contribuyentes.
• Se agregan las ciudades de la misma manera que en el escenario tendencial.
Diagnóstico
La organización actual del sector eléctrico obedece a políticas consignadas en mode-
los utilizados internacionalmente con fundamento en criterios de eficiencia económi-
* Elaborado por: Mónica Patricia Parra Acevedo, con la colaboración de Orlando Velandia Sepúlveda (Contralor
Delegado para el sector Minas y Energía), John Jairo Toro Ríos (Director de Estudios Sectoriales), Yris Olaya,
Hadar Yesid Suárez, Andrés Felipe Giraldo y Mario Fernando Molina (profesionales de la Dirección de Estudios
Sectoriales).
270 DE LOS DERECHOS SOCIALES
27 Un análisis más completo sobre esta problemática puede verse en: John Toro, Mónica Parra, Yesid Suárez, y
Mario Molina, “En duda viabilidad de las electrificadoras del interior”, Revista Economía Colombiana y Coyun-
tura Política No. 285, 2001.
SERVICIOS PÚBLICOS DOMICILIARIOS: EQUIDAD Y EFICIENCIA 271
adecuadas, sin consultar las proyecciones de la UPME sobre costos reales del kilovatio,
pactándose tarifas hasta seis veces superiores al precio de mercado.
En 1999 la facturación por estos contratos superó los $400.000 millones. Con la
negociación realizada, las electrificadoras hipotecaron por más de tres lustros sus
ingresos a los inversionistas privados, comprometiendo su viabilidad financiera. Así,
por ejemplo, Corelca desembolsa $25.000 millones mensuales por los PPA de
Termoflores I y Tebsa; Emcali debe pagar US$4 millones por disponer de las reser-
vas de TermoEmcali, y la Electrificadora de Boyacá se comprometió con Termopaipa
a pagar una tarifa mensual de US$31,6 por cada kW instalado, muy por encima de las
pactadas en otros contratos del sistema eléctrico.
Los inconvenientes para las electrificadoras han surgido a causa de las rígidas
condiciones contempladas en las negociaciones, y el elevado precio pactado de la
energía. Esta situación ha comprometido su viabilidad financiera, en la medida en
que estos costos no pueden trasladarse a las tarifas que pagan los usuarios, por estar
reguladas por la CREG, y por las restricciones en la capacidad de pago y la evolución
de la demanda en el país.
En el cuadro 9.9 se relaciona la cuantía de las pérdidas anuales que asumió la
Nación entre 1993 y 2000, medidas en millones de dólares. El volumen de pérdidas
aumentó drásticamente hacia 1998, cuando la Nación perdió U$83 millones y para
los años 1999 y 2000, con U$198 millones y U$220 millones, respectivamente. Los
niveles más altos de pérdidas han sido registrados por Termoflores, que en ocho años
de operación ha generado pérdidas por cerca de U$77 millones, y Tebsa por U$392
millones en seis años.
Cuadro 9.9
Utilidades anuales (cifras en dólares)
Contrato 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000
Las pérdidas que producen los contratos de compra de energía PPA a las empresas
de distribución son muy elevadas respecto a sus ingresos operacionales. En el caso de
la Empresa de Energía de Boyacá (EBSA) las pérdidas que debía asumir en el año
2000 por el contrato Paipa IV eran de $103.000 millones, lo cual equivalía al 60% de
sus ingresos operacionales, que para ese año fueron de $170.407 millones. El caso de
la empresa de distribución de Caldas (CHEC) no es tan crítico, pero no por ello menos
preocupante; frente a unos ingresos operacionales de $157.394 millones (año 2000),
272 DE LOS DERECHOS SOCIALES
las pérdidas por el contrato Termodorada fueron de $14.800 millones para el mismo
año, equivalentes a un 37% de sus pérdidas operacionales, las cuales ascendieron a
$40.220 millones.
Cuadro 9.10
Pérdidas totales 1993-2000
Las pérdidas que ha asumido la Nación por concepto de los contratos PPA (cuadro
9.10) alcanzan los US$601,5 millones, lo que equivale a $1.25 billones28. Los contra-
tos Paipa IV y Tebsa participan con el 80% del total de pérdidas acumuladas para la
Nación hasta la fecha. Según estimativos de la Contraloría General de la República29,
las pérdidas totales estimadas a partir de 2001 y hasta la terminación de los contratos
PPA ascienden a $2.8 billones del año 2000 (cuadro 9.11). Este monto debe adicionarse
a las pérdidas acumuladas hasta el año 2000, que alcanzan $1.25 billones a precios
del mismo año.
Cuadro 9.11
Pérdidas estimadas
Contrato Dólares (US$) Pesos ($)
Paipa -671.555.473 -1.402.133.956.986
Dorada -61.846.748 -129.129.207.699
Tebsa -262.260.652 -547.571.391.886
Flores -52.688.591 -110.007.982.996
Sopesa -43.226.579 -90.252.342.286
Emcali* -283.000.000 -590.872.652.711
Total -1.374.578.043 -2.869.967.534.564
* Fuente : Banca de Inversión-Emcali.
do dos emisiones de acciones de ISA, la principal empresa de transmisión del país, para
cumplir con el programa de democratización de la propiedad; inicialmente se capitalizó
el 13,3%, por valor de $101 millones vendidos en acciones en todo el país y en 2002 se
superó la meta de venta de $127.000 millones en acciones, con lo que el 25% de ISA
pertenece ahora a pequeños accionistas colombianos.
Hoy el sector privado participa con el 62% en la generación y el 44% de la distri-
bución. En generación, el sector privado es responsable del desarrollo del 30% de
nuevos proyectos. Se esperaba que con un avance en el proceso se alcanzara una
participación privada del 75% en generación y 80% en distribución, pero esto no ha
sucedido.
Las privatizaciones han tenido efectos distintos en cada uno de los negocios en los
que se han realizado. En el caso de la generación, se logró aumentar la capacidad
instalada, en especial los activos de generación térmica; en la distribución se concretó
solamente en las empresas grandes y con mercados concentrados, mientras que en las
pequeñas y regionales el proceso continúa estancado.
El retraso presentado en el programa privatizador de la actividad de distribución
–luego de haberse anunciado por el Gobierno– condujo a un descuido estatal frente
a la operación de las electrificadoras, las cuales se han visto perjudicadas por el recorte
de ingresos y la incertidumbre, con repercusiones negativas en su situación financiera y
productividad. La carencia de inversión en estas empresas no ha permitido un adecuado
mantenimiento de la infraestructura; esta situación, en conjunto con la escasa motiva-
ción de los trabajadores, ha traído como consecuencia altos costos de operación.
También es relevante destacar el orden en que se desarrolló el proceso privatizador
colombiano. Mientras que en otros países se dio inicio con enajenaciones y capitali-
zaciones en las empresas distribuidoras, las cuales presentan unas condiciones de
mercado más complejas por existir situaciones de monopolio natural y otras imper-
fecciones de mercado, en Colombia se hizo precisamente lo contrario. Se comenzó
privatizando los activos de generación, y se dejó en último lugar el renglón de la
distribución, en el que las empresas presentan problemas de ineficiencia heredados
del modelo anterior y fuertes heterogeneidades entre regiones. En resumen, la com-
plejidad para intentar establecer condiciones de mercado en el negocio de distribu-
ción de energía es mucho mayor que en la generación, en la cual, además, existen
mayores incentivos para los inversionistas privados.
Actualmente, sobresale la gran heterogeneidad entre las empresas del sector eléc-
trico tanto en las condiciones de operación como en la rentabilidad. Las empresas
generadoras muestran una situación satisfactoria; el reconocimiento de un cargo por
capacidad les garantiza a muchas plantas una compensación monetaria por la
confiabilidad que brindan al sistema –aun en caso de no despachar energía– y, en pro-
medio, obtienen ingresos conforme a su desenvolvimiento en el mercado mayorista
de energía.
SERVICIOS PÚBLICOS DOMICILIARIOS: EQUIDAD Y EFICIENCIA 275
31 Sobre el tema puede consultarse: Informe 1 de la Colección Análisis Sectorial y de Políticas Públicas, “Evalua-
ción de las Electrificadoras del Interior, 1994-2000”.
276 DE LOS DERECHOS SOCIALES
32 Información tomada del documento: Fainboim, Israel, “Efectos sobre el bienestar social de la reestructuración y
capitalización de la Empresa de Energía de Bogotá”, Fedesarrollo, 2000.
SERVICIOS PÚBLICOS DOMICILIARIOS: EQUIDAD Y EFICIENCIA 277
presentados por los auditores del sector de energía y gas. La metodología de eva-
luación de la gestión empresarial es impropia, ya que las firmas que realizan la
auditoría externa son contratadas por el sujeto de control, lo cual genera incenti-
vos para no reflejar la situación real y así ser contratadas nuevamente.
• La Superintendencia no cuenta con los recursos técnicos, económicos ni legales
para monitorear el comportamiento de las empresas y responder con agilidad a sus
desviaciones de las prácticas de mercado. Su presupuesto se ha reducido y de más
de $4.5 millones por entidad en 1998, se pasó a $3.4 millones por entidad vigilada
en 2000.
Un mal sistema de control propaga las ineficiencias en la prestación del servicio e
impide que disminuyan los costos no reconocidos en la tarifa.
Debilidades de la regulación
En cuanto a la función reguladora del Estado, la CREG, entidad designada para esta
labor, ha seguido las prácticas recomendadas para una buena regulación (World Bank
2001), pero:
(i) Aunque el Estado no invierte ya en el sector eléctrico, la CREG conservó la
estructura de la antigua CRE, propia de un sistema de planeación centralizada. En
consecuencia, no es independiente de la injerencia gubernamental, pues entre sus 8
integrantes hay 3 ministros con derecho al voto.
(ii)Con un presupuesto bajo para el tamaño del sector que regula y con niveles
salariales por debajo de los estándares, la Comisión no puede atraer y mantener el
conocimiento experto necesario para su labor. Además, el bajo nivel de remuneración
pone en riesgo la independencia de la Comisión a las presiones de la industria.
(iii) Una de las principales actividades de la regulación es la fijación de tarifas.
Frente a esta labor, usuarios y agentes han expresado su inconformismo, creando
discusiones sobre los siguientes temas:
• Ha sido un reclamo generalizado la no inclusión de la totalidad de los activos de
propiedad de las empresas por parte del regulador en el cálculo de la tarifa así
como el valor reconocido por los mismos.
• La entrada de comercializadores puros ha afectado a las empresas distribuidoras,
ya que éstos tienen ventajas en el mercado al poder atender solamente a clientes
con niveles altos de consumo y, por tanto, con menores costos de comercialización.
• La metodología de cálculo considera las mismas características para todas las re-
giones.
• Las empresas han aducido que los costos AOM (Administración, Operación y Man-
tenimiento) reconocidos son muy bajos y con el acotamiento de cargos, no les
278 DE LOS DERECHOS SOCIALES
permiten compensar sus reales costos. Al respecto, debe destacarse que con la
metodología de benchmarking, es difícil inferir los costos realmente eficientes; la
decisión del regulador se basa en la información suministrada por las empresas,
pero la razonabilidad de la decisión depende de la fiabilidad de la información
suministrada por los mismos agentes.
• Los niveles de pérdidas reconocidos han disminuido aceleradamente, por lo que
las empresas no han logrado adaptarse a los niveles de eficiencia y se han visto
obligadas a castigar sus flujos de caja.
• El esquema de desmonte de subsidios ha causado aumentos importantes en las
tarifas, disminuyendo el consumo en los sectores residenciales.
• El esquema de promedio móvil en las compras de energía impone un rezago en el
precio de la energía.
Cuadro 9.12
Inflación e incrementos tarifarios según estratos (porcentajes)
Electrificadora Estrato 1 Estrato 2 Estrato 3 Estrato 4 Estrato 5 Estrato 6
Huila 13,64 13,64 13,64 13,65 13,64 13,64
Chocó 21,13 21,12 21,13 21,13 21,12 21,12
Cedelca 21,41 21,40 21,40 21,40 -1,23 -1,23
Cens 31,08 30,01 39,94 24,19 16,46 16,45
Emcali 27,84 27,81 27,84 27,86 14,45 14,45
Edeq 59,84 67,56 41,03 28,90 13,68 0,79
Epm 29,17 29,16 29,15 29,16 29,16 29,16
Caquetá 30,25 30,24 30,25 30,26 30,26 30,26
Tolima 30,99 31,00 44,66 24,63 24,63 24,63
Cedenar 32,54 32,55 32,55 32,56 32,56 32,56
Chec 37,81 37,79 37,79 37,80 37,80 28,21
Santander 47,51 55,40 52,25 39,16 31,77 29,03
Cundinamarca 41,18 10,23 66,07 41,17 35,02 35,02
Emsa 41,51 41,50 41,50 41,51 41,52 41,52
Boyacá 45,17 45,17 45,17 45,24 34,01 34,01
Codensa 46,03 46,03 46,02 46,02 24,63 17,76
Inflación 1998-2001: 27,87
Las empresas que muestran los mayores incrementos en los precios de la energía
que suministran son: EDEQ, 59,84% para el estrato 1; 67,55% para el estrato 2, y
41,03% para el estrato 3. Santander con 47,15% para el estrato 1; 55,40% para el
estrato 2; 52,25% para el estrato 3. Codensa con 46,03% para los estratos 1 y 2 y
46,02% para los estratos 3 y 4.
Los estratos 5 y 6 han mostrado incrementos más moderados en los años en estu-
dio. En menos de la mitad de los casos superan el 30%, acorde con el incremento de
la inflación y, en muchas ocasiones inferior, como en los departamentos de Quindío,
Norte de Santander, Cauca, Huila y el Valle, en los cuales los incrementos para los
estratos altos han sido en promedio del 14%, catorce puntos por debajo de la inflación
acumulada para el período.
Contrario a creencias generales, la razón para estos incrementos en las tarifas de
energía no ha estado en un aumento de su precio real, sino en el fuerte impacto del
desmonte de subsidios. Como consecuencia de los incrementos tarifarios y de la si-
tuación económica, se han disminuido los niveles de consumo en los estratos bajos,
como lo muestra el cuadro 9.13 sobre la variación del consumo de energía en los
estratos residenciales.
Cuadro 9.13
Variación del consumo según estrato (1998-2001)
Estrato Variación (%)
1 -3,29
2 -5,05
3 -2,92
4 0,25
Los fuertes aumentos no han estado relacionados con incrementos en los costos
que reconoce la tarifa. Estos últimos, representados por el Costo Unitario –CU–, han
mostrado estabilidad y sus aumentos se han mantenido en niveles cercanos a la infla-
ción de cada período.
Incluso, al efectuar una comparación internacional, se encuentra que, aunque en
pesos colombianos, la tarifa promedio ha aumentado de $90 a $139 (cerca de un
55%) entre los años 1997 y 2001, al medirse en dólares, la tarifa promedio ha dismi-
nuido de US$0,069 a US$0,060 y es menor frente a tarifas de otros países, tales como
USA, España, o Turquía, pero superior a la de Nueva Zelanda (ver cuadro 9.14).
Empero, debe aclararse que estas tarifas corresponden al período posterior a la
nueva Constitución. Evidentemente, a raíz del manejo que se le daba al sector en
décadas pasadas y el uso de las tarifas de los servicios públicos como mecanismo para
controlar la inflación, entre otros propósitos, sus valores no fueron incrementados
como era debido, lo cual hizo que las tarifas se rezagaran durante años, de tal forma
que la tarifa media en 1990 para el sector residencial era apenas de $12,66, para el
280 DE LOS DERECHOS SOCIALES
Cuadro 9.15
Tarifas de energía en 1990
Tipo de Usuario Pesos de 1990 Dólares de 1990
Residencial 12,66 0,025
Industrial 27,45 0,054
Comercial 36,38 0,072
Fuente: Ministerio de Minas y Energía.
El gráfico 9.10 muestra algunas tarifas de otros países. Al compararlas con las de
Colombia, se observa que países como España o Reino Unido llegan incluso a dupli-
car el precio nacional. Otros como México, Estados Unidos y Turquía también mane-
jan tarifas más altas que las colombianas pero en menor proporción.
Las cifras anteriores muestran que los dos grandes problemas han sido: 1) el cam-
bio drástico en los valores entre el inicio y el final de la década, en especial para los
usuarios residenciales, y 2) el nivel de ingresos de la población de los estratos medios
y bajos es demasiado pequeño, situación que aumenta el peso proporcional de los
servicios públicos en la canasta familiar. Por ello los reclamos y la inconformidad con
las nuevas tarifas. El Estado tiene la responsabilidad de garantizar el acceso a los
servicios públicos, pero la pobreza de los usuarios se está encargando de excluirlos,
pese a los esfuerzos por establecer un esquema de prestación más eficiente, lo que no
quiere decir que no hayan existido fallas en su implementación.
SERVICIOS PÚBLICOS DOMICILIARIOS: EQUIDAD Y EFICIENCIA 281
Gráfico 9.10
Tarifas de energía en algunos paises
Los activos son obsoletos y la inversión es muy baja –nula, en muchos casos– lo cual
lleva a que presenten niveles de pérdidas elevados que no son reconocidos por la
tarifa y que, en consecuencia, significan costos adicionales para las empresas. Por
ejemplo, en la empresa Centrales Eléctricas de Santander (CENS), la inversión ha
mostrado una tendencia decreciente al pasar de $17.000 millones en 1997 a $4.000
millones en 2000. De forma similar, la Electrificadora del Chocó no ha hecho inver-
sión en los últimos años.
Los excesos de trabajadores y de las convenciones colectivas son factores que
incrementan los costos de las empresas; además de ser onerosos, se han caracterizado
por no incentivar una mayor productividad y elevar los costos administrativos. Esto
se suma a sus difíciles condiciones de operación al atender a los mercados rurales y
zonas alejadas, actividad que arroja resultados de escasa rentabilidad.
Pueden citarse algunos casos en que el peso de las convenciones colectivas y de
las mesadas pensionales incrementa las cargas para las empresas. En Cedelca, las
bonificaciones y prestaciones ascienden a $8.000 millones anuales y otros beneficios
superan los $500 millones, lo cual representa casi el 20% de su nivel promedio de
ingresos operacionales. En Cedenar, las erogaciones por sueldos fueron de $4.693
millones en 2001, mientras que la convención colectiva costó $7.202 millones. En la
empresa de Norte de Santander (CENS) se destinaron $3.800 millones para pensiones
en 2000 y $5.224 millones por mesadas en 2001, mientras que para los empleados
activos la nómina fue de $4.385 millones. La Empresa de Energía de Cundinamarca
(EEC) tuvo en 2001 un total de salarios de $7.764 millones, mesadas por $4.128 mi-
llones y convención colectiva por $4.121 millones.
En todos los escenarios se han elaborado dos proyecciones: una que incluye a las
electrificadoras más sólidas (Codensa y EPM) y otra que las excluye, para mostrar la
disparidad en la situación de los dos grupos y la brecha entre las utilidades de las
primeras y las pérdidas de las segundas. El objetivo de elaborar las dos estimaciones
es resaltar la fuerte distorsión que puede causar el alto volumen de utilidades de las
empresas más rentables en las proyecciones del conjunto de todas las empresas
distribuidoras.
A continuación se describen tres escenarios posibles según la evolución de las
variables consideradas:
• Escenario 1. Continuidad. Este escenario supone una permanencia de la situación
actual, descartando incrementos en el Costo Unitario o mejoramiento en la efi-
ciencia de las empresas de distribución y comercialización. Esto significa que no
se espera la ocurrencia de cambios en la regulación o en la estructura de costos
empresariales.
En este escenario, las pérdidas operacionales ascenderían a un cifra anual cercana
a los $750.000 millones al promediar todas las electrificadoras, y se aproximaría a
SERVICIOS PÚBLICOS DOMICILIARIOS: EQUIDAD Y EFICIENCIA 283
-5 0 0 .0 0 0
-1 .0 0 0 .0 0 0
-1 .5 0 0 .0 0 0
1998
2000
2002
2004
2006
2008
2010
G e n e ra l S in E PM y C o d en s a
2 .0 0 0 .00 0
1 .0 0 0 .00 0
-1 .0 0 0 .0 0 0
2001
1998
1999
20 0 0
2 00 2
2003
20 0 4
2005
2006
2007
2008
2009
2009
20 1 0
G e n e ra l S in E PM y C o d en s a
dicha recuperación se presentaría solamente desde 2009, mostrando una gran di-
ferencia en la magnitud de las utilidades entre las dos proyecciones consideradas.
• Escenario 3. Eficiencia sin cambio regulatorio. Este escenario supone la aplica-
ción de medidas para aumentar la eficiencia de las empresas, de modo que sus
costos disminuyan y, por ende, las utilidades se recuperen. Esta situación se logra-
ría incrementando la inversión, adecuando las plantas de personal a los requeri-
mientos reales y disminuyendo costos irrelevantes para la prestación del servicio.
Actualmente, sólo algunas empresas que han sido capitalizadas, junto con EPM,
llevan unos estándares aceptables de eficiencia y calidad. Los bajos niveles de
eficiencia registrados por las demás empresas se atribuyen tanto a rigideces labo-
rales como a la interferencia en la administración de criterios no técnicos e intere-
ses políticos regionales; la experiencia ha demostrado que una vez se combaten
estos dos problemas, la eficiencia aumenta.
Gráfico 9.13
Utilidad operacional en escenario 3
(s in c am b io re g u la to rio y c o n c o sto s e fic ie n te s)
M illo n e s de p e s os co n s ta nte s d e 2 0 0 0
1 .5 0 0 .00 0
1 .0 0 0 .00 0
5 0 0 .0 00
-5 0 0 .0 0 0
-1 .0 0 0 .0 0 0
2001
1998
1999
2000
2002
2003
2004
2006
2007
2008
2009
2010
2 0 05
G e n e ral S in E PM y C o d en s a
Debe resaltarse que la situación mostrada en las proyecciones supone que las em-
presas son remuneradas de acuerdo con las tarifas establecidas y no existen retrasos
en los pagos, esto es, la cartera no es un problema. Sin embargo, al observar la evolu-
ción reciente de las electrificadoras, se observan crecimientos exagerados en la moro-
sidad.
Casi todas las electrificadoras han mostrado una tendencia creciente en sus cuen-
tas por cobrar y en la cartera vencida. En el caso de las electrificadoras del interior del
país, el valor de las cuentas por cobrar aumentó en cerca de seis veces entre 1994 y
2000, con lo cual se llegó a una cuantía de $387.176 millones33, empeorando los
problemas de iliquidez. La rotación de las cuentas por cobrar pasó de 84 días en 1994
a 108 en 2000. En muchas el índice de rotación de cuentas por cobrar es exagerado,
como en Cedelca, con 237,9 días, lo que quiere decir que, en promedio, el recaudo de
cartera se tarda 8 meses; por ejemplo, en Meta es de más de cinco meses.
En Electrocosta, la cartera pasó de $44.751 millones en 1998 a $128.446 millones
en 2000, al tiempo que la cartera vencida aumentó 69,6% y la de difícil cobro 50,6%
(más de 90 días de vencimiento). Similar situación ha ocurrido con Electricaribe don-
de las cuentas por cobrar se incrementaron en 150% entre 1998 y 2000 (de $83.923 a
$210.549 millones), la cartera vencida en 2000 alcanzaba el 78,5% de los activos
financieros y la de difícil cobro el 60,6%34.
Esto implica que si la cartera vencida siguiera la senda de crecimiento exagerado
que ha mostrado en los últimos años, el problema de las pérdidas operacionales se
agudizaría por una iliquidez sobreviniente.
CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES
Las normas que modificaron el régimen de los servicios públicos y de prestación del
servicio de energía han generado resultados de eficiencia económica en muchas acti-
vidades. La regulación, pese a no haber satisfecho a muchos agentes, ha mostrado
aciertos y avances en diversas actividades.
En el plano institucional, las mayores debilidades se presentan en las funciones de
control y vigilancia. Para mejorar estas labores es necesario fortalecer presupues-
talmente a la Superintendencia de Servicios Públicos Domiciliarios y realizar una
selección técnica de sus funcionarios, de modo que tenga la capacidad para atender
sus múltiples funciones. El control a las empresas puede mejorarse con medidas como
la redefinición de los indicadores de calidad y la modificación del mecanismo de
selección y contratación de auditores externos de gestión.
33 El cálculo involucra a las empresas de distribución y comercialización del interior del país con participación
pública mayoritaria, excepto la Electrificadora de Cundinamarca.
34 Sivico, cálculos Contraloría General.
286 DE LOS DERECHOS SOCIALES
Entre otras acciones a favor del esquema institucional que respalda al sector eléc-
trico, deben mencionarse la necesaria independencia de la Comisión de Regulación
respecto a criterios diferentes (como políticos) a los estrictamente técnicos y aumen-
tar la remuneración de su planta de personal y el presupuesto para estudios técnicos.
Del mismo modo, urge poner en operación el FAZNI (Fondo de Apoyo Financiero
para la Energización de las Zonas No Interconectadas), a fin de emplear sus recursos
–hasta hoy represados– en aumentos de cobertura para esas zonas. El costo de llegar
a una cobertura nacional adecuada se calcula en $1.5 billones.
En el plano del desempeño empresarial, el diagnóstico y las recomendaciones
varían según el negocio. La actividad de generación es la que ha recibido mayor
inyección de capital privado. Las empresas de este renglón cuentan con garantías
económicas para mantenerse en el negocio, gracias al cargo por capacidad, el cual les
garantiza ingresos por disponibilidad (pese a las quejas frecuentes sobre su forma de
cálculo), y a los ingresos normales cuando son despachadas. Los niveles de rentabili-
dad en este negocio son satisfactorios y éste es un buen indicio para la estabilidad y
seguridad en la provisión de energía. Isagen, empresa de generación de propiedad
pública, reportó utilidades en el 2001 por $102.998 millones y aumentó el valor de
sus activos de $3.021 millones a $3.229 billones. No obstante, no es claro cómo se
realizará la nueva expansión en el futuro. El esquema requiere estabilidad en las re-
glas de juego, principalmente en lo que toca al funcionamiento de la bolsa y la remu-
neración del cargo por capacidad.
En la comercialización se presentan dos facetas. Una es la de los comercializadores
puros, los cuales hasta ahora presentan una situación estable, gracias a que no com-
parten los problemas de la distribución, como las pérdidas de energía y la cartera
morosa. La otra es la de las empresas que integran comercialización y distribución.
Este caso, presentado principalmente en las electrificadoras públicas, muestra altos
niveles de pérdidas financieras. Aunque la comercialización en teoría es rentable, la
mayoría de empresas se encuentra en situación crítica, entre otros, porque los
comercializadores puros les han arrebatado a sus mejores clientes.
Sin duda, uno de los grandes problemas por solucionar es el de la eficiencia en las
empresas públicas de distribución de energía. Sus costos son desproporcionados y la
repercusión en el flujo de caja y la situación financiera general está poniendo en juego
su viabilidad a futuro. Como es sabido, el sector eléctrico tiene como característica el
encadenamiento financiero de las actividades de comercialización, distribución, trans-
misión y generación. La iliquidez en la relación usuario-comercializador-distribuidor
afecta a los demás agentes: los que transmiten y producen la energía.
Esto significa que el colapso financiero de una actividad puede reproducirse pau-
latinamente a los demás renglones y la situación del sector eléctrico podría empeorar.
En el momento en que sobrevenga una crisis de iliquidez en la distribución, de acuer-
do con los síntomas mostrados por las electrificadoras, inevitablemente ésta se trans-
SERVICIOS PÚBLICOS DOMICILIARIOS: EQUIDAD Y EFICIENCIA 287
mitirá a renglones que hasta el momento eran competitivos y estables, como la gene-
ración, la transmisión y segmentos de la comercialización.
En la distribución, el tema de la eficiencia empresarial es crucial. La mayoría de
los problemas sería solucionada o por lo menos reducida, si se lograra que las empre-
sas públicas y algunas privadas ajustaran sus costos a niveles más eficientes. Una
política agresiva de recuperación de cartera es igualmente indispensable, así como la
realización de campañas de legalización de usuarios –principalmente en las Costas
Atlántica y Pacífica– y una concientización de que el suministro de energía acarrea
unos costos y el Estado colabora brindando las condiciones de cobertura y funciona-
miento de empresas prestadoras.
La disparidad entre la situación de los negocios de generación y transmisión y la
actividad de distribución es notoria. Mientras los dos primeros obtienen altos niveles
de rentabilidad (casi en todos los casos), la mayoría de distribuidoras arroja pérdidas
millonarias. No hubo un proceso de preparación de estas empresas para el nuevo
funcionamiento del sistema eléctrico: la observancia de la regulación y la necesidad
de desenvolverse en un mercado de energía, han sido retos no cumplidos con satisfac-
ción, por lo menos por parte de las empresas públicas, caracterizadas por la rigidez de
las plantas de personal, ínfimos niveles de inversión y morosidad en la cartera.
Aunque con la participación del capital privado en la generación se han evitado
racionamientos y se han reducido los costos de operación, las ventajas del capital y la
innovación empresarial extranjera experimentadas en esta actividad no han logrado
involucrarse masivamente en la distribución.
El hecho de haber iniciado las privatizaciones en el negocio de generación, y pos-
poner la capitalización de las empresas de distribución, se constituye en una gran
dificultad para la consolidación del nuevo esquema de prestación del servicio de ener-
gía. A pesar de los efectos de competitividad y productividad en algunas distribuidoras
que fueron privatizadas, el abandono del Estado a las electrificadoras de su propie-
dad, sumado al estancamiento del programa de capitalización, aleja la solución para
la crisis en la distribución. Las imperfecciones de mercado existentes en la distribu-
ción y los rasgos de ineficiencia heredados del modelo anterior por las electrificadoras
públicas, obstaculizan la continuidad del proceso privatizador y reducen la posibili-
dad de establecer mercados eficientes.
En cuanto al futuro del sector eléctrico, con base en los escenarios simulados por la
Contraloría General, puede apreciarse que el escenario 3 es el más apropiado, es decir,
corregir los problemas de eficiencia sin recurrir a alzas extraordinarias de las tarifas. Sin
embargo, la magnitud de las decisiones y, sobre todo, su elevadísimo costo político e
incluso financiero (al menos en el corto plazo, debido a las indemnizaciones e inversión
para disminuir pérdidas), dificultan la realización de este escenario. Es más factible que
ocurra el escenario 2 (de cambio regulatorio), pero éste, a pesar de aumentar los flujos
de caja, daría lugar a la persistencia de problemas estructurales de ineficiencia pro-
288 DE LOS DERECHOS SOCIALES
ductiva. Por estas razones, lo más conveniente es avanzar hacia una situación interme-
dia entre los escenarios 2 y 3, de modo que en caso de efectuarse un cambio regulatorio,
éste contribuya a dinamizar los flujos de caja de las empresas del sector, acompañándose
necesariamente de acciones dirigidas a la reducción de costos; sin este último compo-
nente, la ineficiencia seguirá alterando la operación de las empresas.
En conclusión, la toma de decisiones de política en épocas de crisis es ineludible.
Este documento recopila los principales problemas del sector eléctrico y presenta esce-
narios potenciales así como las acciones posibles para enfrentarlos. Beneficiar a todos
los agentes al mismo tiempo no es una tarea sencilla; la eficiencia paretiana no es fácil-
mente aplicable en la realidad y peor tratándose de un país con niveles de ingreso tan
bajos como Colombia y donde la ponderación del consumo de energía eléctrica es con-
siderable, principalmente en los estratos bajos, pese a estar subsidiados. Las decisiones
que requiere este sector pueden afectar tanto a empresas como a trabajadores y consu-
midores; los costos de tipo político y financiero son considerables, pero es normal que
haya actores inconformes cuando hay ingresos de por medio, por lo que las decisiones
no deben postergarse para conciliar ciertos intereses particulares.
Del análisis anterior surgen dos medidas urgentes. Una, el fortalecimiento de la
distribución de energía, el cual apremia si se desea evitar una posterior crisis genera-
lizada en todas las actividades de la cadena productiva del servicio de energía. La otra
se relaciona con las tarifas para los usuarios de bajos recursos. Teniendo en cuenta la
situación económica del país, es recomendable replantear el desmonte de subsidios,
que actualmente le cuesta al Estado $136.000 millones anuales e incluso estudiar la
posibilidad de elevar los porcentajes de subsidio establecidos en la Ley 142 de 1994.
Esta medida –siempre y cuando la disponibilidad presupuestal lo permita– no sólo
aliviaría la carga de los usuarios menos favorecidos, sino que a través de tarifas más
asequibles también podría contribuir a una reducción de la morosidad de los usuarios
y de las conexiones ilegales. Hacia el mediano plazo, con una mejora en la situación
económica, la medida podría levantarse.
Parte III
SEGURIDAD Y JUSTICIA
PARA EL ORDEN SOCIAL
290 SEGURIDAD Y JUSTICIA PARA EL ORDEN SOCIAL
DEFENSA Y SEGURIDAD PARA LA PAZ 291
Capítulo 10
DEFENSA Y SEGURIDAD PARA LA PAZ*
MODERNIZACIÓN DE LA SEGURIDAD
En la última década (1991-2001) el Estado colombiano aumentó en forma sustancial
los recursos destinados a la seguridad pasando de $0.96 billones a $2.2 billones (134%).
Sin embargo, el mayor gasto público no ha reducido los niveles de inseguridad.
Durante la década de los noventa, el total de delitos denunciados pasó de 204.000
en 1990 a 247.671 en 2001 (gráfico 10.1). Para el último año 1, los delitos de mayor
impacto social fueron homicidios (27.841 casos), masacres (184, que afectaron a 1.034
personas), secuestros (3.041), atracos y robos (37.912) y hurto de vehículos (31.774)
(cuadro 10.1). Estas cifras son más preocupantes aún, si se tiene en cuenta que en
Colombia, de acuerdo con la Encuesta de Hogares del DANE2, se reporta apenas una
proporción de los delitos cometidos. Es posible que se hayan cometido más de dos o
tres veces el número de delitos reportados oficialmente, por el silencio y omisión que
alimenta la impunidad; en términos sociales, como consecuencia de la falta de credi-
bilidad en la eficacia del aparato de justicia y por miedo a las represalias de los delin-
cuentes.
El promedio de homicidios por cada cien mil habitantes ha sido de 303 en América
Latina en los últimos años de los noventa. Colombia se ha mantenido entre los dos
primeros países con mayores tasas, pasando del primer lugar en 1990 al superar a El
Salvador (88 vs. 72), para ocupar el segundo lugar al ser desplazado por dicho país
desde 1994 (70 vs. 139 en 1995). La tasa de homicidios por cada cien mil habitantes
se incrementó considerablemente durante las dos últimas décadas pasando de 34 en
1980 a 88 en 1990, especialmente por el auge del narcotráfico y el crimen organiza-
* Elaborado por: Gloria Edith Rueda Molina, Myriam Aponte Mesa, Ricardo Alfonso Ramírez Buitrago y Uriel
Eduardo Torres Castro –profesionales de la Dirección de Estudios Sectoriales de la Contraloría Delegada para el
Sector Defensa, Justicia y Seguridad y Germán Enrique Nova Caldas, Director de Estudios Sectoriales.
Se agradece la colaboración de: Claudia Marcela Herrera Galvis, Juan Alejandro Morales Sierra, Andrés Puentes
Hernández, Manuel María Murillo Urrutia, Víctor Manuel Ariza Palma –profesionales de la misma Dirección.
1 Policía Nacional, Revista Criminalidad 2001.
2 Encuesta Nacional de Hogares, 1997.
3 Banco Interamericano de Desarrollo, 1999.
292 SEGURIDAD Y JUSTICIA PARA EL ORDEN SOCIAL
do, para descender paulatinamente hasta llegar a 64 en 2001; sin embargo, es muy
alta comparada con el promedio en América Latina (gráfico 10.2).
Gráfico 10.1
Principales modalidades delictivas 1980-2001
3 0 0 .0 00
2 5 0 .0 00
2 0 0 .0 00
Casos
1 5 0 .0 00
1 0 0 .0 00
5 0 .0 0 0
0
80 81 82 83 84 85 86 87 88 89 90 91 92 93 94 95 96 97 98 99 00 01
19 19 19 19 19 19 19 19 19 19 19 19 19 19 19 19 19 19 19 19 20 20
S e g u rid a d p úb lic a L ib erta d in d ivid u a l V id a e in te g rid a d p e rs on a l
P a trim o n io e co n óm ico To d a s las m o d a lid ad e s
Cuadro 10.1
Delitos de mayor impacto social
Delito denunciado Casos (año 2001)* Promedio diario**
Homicidio*** 27.841 76
Secuestro extorsivo 3.041 8
Hurto a residencias, personas y comercio 51.929 142
Hurto de vehículos 31.774 87
Masacre 184 0,5
* Revista Criminalidad, 2001 ** Cálculo CGR *** No incluye homicidio culposo en accidente de
tránsito.
Fuente: Policía Nacional.
Gráfico 10.2
Evolución de los homicidios por cien mil habitantes en Colombia. 1980-2001
100
90 86 85 83
80 78
75 72
72
70 67 67
63 63 64
56 59
THPCMH
60 56
52
50
43
39 38
40 37
34 34
30
20
10
0
8 0 9 8 1 9 82 9 83 9 8 4 9 8 5 98 6 98 7 98 8 98 9 9 90 9 9 1 99 2 99 3 9 94 9 95 9 96 9 97 9 9 8 9 9 9 0 0 0 0 01
19 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 2 2
4 Montenegro, Armando y Carlos E. Posada. La Violencia en Colombia. Alfaomega, Cambio, 2001, pp. 28
5 Fabio Sánchez y Jairo Núñez (2001). “Determinantes del crimen violento en un país altamente violento: El
Caso de Colombia”. Documento CEDE-Universidad de los Andes. Enero de 2001.
6 Gutiérrez, F. (2001), “Inequidad y Violencia Política: una precisión sobre las cuentas y los eventos”, Análisis
Político, No. 43. mayo.
294 SEGURIDAD Y JUSTICIA PARA EL ORDEN SOCIAL
Cuadro 10.2
Costos de la violencia urbana
(miles de millones $ 2001)
Año Delitos Secuestro Pérdida Seguridad Gasto Total % PIB
patrim. extorsivo vidas privada salud
1991 1.797 129 1.884 698 46 4.554 3,63
1992 936 120 1.880 817 47 3.800 2,96
1993 985 96 1.868 949 34 3.932 2,86
1994 1.239 109 1.777 1.097 35 4.256 2,47
1995 1.111 93 1.686 1.261 35 4.187 2,32
1996 1.148 143 1.766 1.444 36 4.536 2,56
1997 1.067 82 1.683 1.550 33 4.415 2,43
1998 914 86 1.531 1.642 30 4.203 2,33
1999 1.171 128 1.614 1.807 32 4.752 2,72
2000 1.226 159 1.758 1.987 30 5.160 2,78
Total 11.594 1.145 17.446 13.253 357 43.796 2,71
Fuente: DNP 1991-1996, Cálculos CGR 1997-2000.
7 Édgar Trujillo y Martha Badel, “Los costos económicos de la criminalidad y la violencia en Colombia 1991-
1996”, Archivos de Macroeconomía, No. 76, Santafé de Bogotá, DNP, marzo de 1998.
8 Se excluyen las pérdidas por los delitos patrimoniales y secuestro extorsivo.
9 Trujillo y Badel, ibid.
DEFENSA Y SEGURIDAD PARA LA PAZ 295
económicas; agravándose la tendencia observada desde finales de 1997, con una fuga
de capitales de aproximadamente 1.800 millones de dólares al año10. Debido a la
recesión y a la ausencia de privatizaciones, los flujos de inversión extranjera entre
1998 y el 2000 disminuyeron de una cifra superior a los US$4.000 millones a una de
tan sólo US$273 millones11.
La Policía Nacional
Ejecución presupuestal 1980-2001
La entidad más representativa del Subsector Seguridad es la Policía Nacional dada su
misión institucional. El presupuesto asignado representó el 6,2% del Presupuesto Ge-
neral de la Nación de 2001 y alcanzó el 72% del correspondiente al subsector. Así,
para el análisis y escenarios sólo se tendrá en cuenta esta entidad. Los recursos
anuales (a pesos de 2001) del Presupuesto General de la Nación destinados al fun-
cionamiento y a la inversión de la Policía Nacional fueron, en promedio, de $0.8
billones para la década de los ochenta y $1.2 billones para la de los noventa, con 96%
de gastos de funcionamiento y 4% de inversión. En total (a pesos de 2001), el gasto
pasó de $500.000 millones en 1980 a $850.000 millones en 1990, llegando a superar
los $2 billones en 2000.
La ejecución presupuestal de la Policía Nacional representó el 1,24% y 1,09% del
PIB en los años 1999 y 2001, después de haberse incrementado paulatinamente desde
un nivel del 0,55% del PIB en 1990. Dicho incremento se concentró en el presupuesto
para funcionamiento, consecuente con un aumento en el pie de fuerza y condiciones
salariales, sin mayor esfuerzo en la inversión (gráfico 10.3).
Pie de fuerza
En la década de los noventa el pie de fuerza de la Policía Nacional presentó un creci-
miento anual promedio del 7%, al pasar de 77.000 efectivos en 1991 a 95.959 en
2001 (gráfico 10.4). La tasa promedio por 100.000 habitantes ha evolucionado desde
216 en 1991, a 235 en 1995 y 226 efectivos en 2001.
En contraste con los países limítrofes, Colombia registra una tasa relativamente
baja, siendo superada por Panamá (492), Perú (346), Brasil (283) y Venezuela (268),
países que no presentan la situación de violencia urbana y conflicto interno armado
como la colombiana.
10 El Plan Colombia y las Transformaciones en el Modelo Económico. Daniel Libreros, Universidad Nacional de
Colombia, en www.observare.net.
11 Ministerio de Relaciones Exteriores en www.minrelext.gov.co.
296 SEGURIDAD Y JUSTICIA PARA EL ORDEN SOCIAL
Gráfico 10.3
Policía Nacional: ejecución presupuestal en funcionamiento (millones de $ de 2001)
2.5 00.00 0
2.0 00.00 0
M illon es
1.5 00.00 0
1.0 00.00 0
500 .000
0
1980 1982 1984 1986 1988 1990 1992 1994 1996 1998 2000
Cuadro 10.3
Policía Nacional: costo pie de fuerza 2001
(millones de $ de 2001)
Nivel * Promedio unitario anual Efectivos Costo total
Oficiales 60 3.752 225.954
Nivel ejecutivo 25 37.865 952.936
Suboficiales 24 2.779 67.622
Agentes 20 30.445 616.511
Auxiliares 7 16.043 104.280
Alumnos 5 5.075 25.375
Total 95.959 1.992.678
* No incluye personal civil.
Fuente: Policía Nacional.
Gráfico 10.4
Policía Nacional. Pie de fuerza por nivel
120.000
100.000
80.000
Efectiv os
30 .4 45
3 5.54 2
3 3.01 7
37 .5 10
60.000
3 9.88 6
43 .0 26
4 7.74 0
5 4.07 7
59 .8 12
40.000
66.4 58
61 .1 54
62 .0 04
58 .1 89
3 7.86 5
3 3.55 0
56 .9 09
35 .4 38
30.95 6
24 .973
20.41 6
20.000
13.1 53
7.90 9
0
1988 1989 1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001
O ficiales Subofic iales N ivel ejecutivo Agentes Auxiliares Personal c ivil
Mientras que el nivel de oficiales registró un crecimiento anual promedio del 5%,
el nivel de suboficiales decreció en promedio 2%, debido a la entrada en vigencia de
la Ley 180 de 1995, la cual ordena desarrollar la carrera profesional del Nivel Ejecu-
tivo, contemplando la vinculación de suboficiales, agentes y personal no uniformado
y de incorporación directa a la misma. En consecuencia, los efectivos pertenecientes
a los mencionados niveles ingresan al nivel ejecutivo para acceder a los cursos de
ascenso, igualmente, la incorporación de nuevos efectivos se realiza en este nivel.
A diferencia, el nivel de agentes decreció en promedio 7% anual (gráfico 10.4). La
incorporación de personal al nivel ejecutivo se inició en 1994 con 7.900 hombres y
alcanzó 37.865 en 2001. En este nivel se encuentran los suboficiales y agentes que
ingresaron a cursos de ascenso.
Mediante la implementación del “Plan 10.000”12, la Institución busca sustituir en
los años 2002 y 2003, 10.000 auxiliares bachilleres por 10.000 patrulleros con el fin
de conformar un cuerpo mejor capacitado y hacer presencia en las denominadas zo-
nas de orden público. El Plan contempla la construcción y dotación de estaciones de
Policía por $75.734 millones de 2001 (0,04% PIB).
Cuadro 10.4
Policía Nacional. Principales proyectos de inversión 1996-2001
ción no es el camino más efectivo para erradicar los cultivos ilícitos, si continúan las
demás condiciones, especialmente la fuerte y rica demanda de cocaína, y otras, como
la protección que brindan los grupos armados al margen de la ley. En Colombia, a
diferencia de Perú y Bolivia, existen fuerzas al margen de la ley, que tienen la capaci-
dad para ofrecer “protección” sobre los cultivos; además de la profunda depresión en
que se encuentra el sector agrícola del país.
Cuadro 10.6
Ayuda de Estados Unidos 1991-2001
Año Millones de pesos
2001
1991 40.554
1992 48.076
1993 61.404
1994 38.492
1995 29.882
1996 29.785
1997 72.402
1998 91.876
1999 61.633
2000 85.461
2001 62.664
Total 622.227
Tasa de cambio 12-31-01 $2.291.18.
Fuente: Policía Nacional-Dirección Antinarcóticos.
Cuadro 10.7
Ejecución recursos lucha antinarcóticos
(millones de pesos de 2001)
El futuro de la institución
Se plantean tres escenarios básicos para prever la evolución de la Policía Nacional en
la presente década, con referencia particular a la evolución de los niveles de crimina-
lidad y violencia y su impacto en el gasto destinado a combatir estos fenómenos.
300 SEGURIDAD Y JUSTICIA PARA EL ORDEN SOCIAL
Escenario inercial
Este escenario supone la persistencia de las actuales condiciones, sin cambio impor-
tante en un horizonte de 10 años. Bajo este supuesto, la fuerza pública presentaría la
misma tendencia de crecimiento registrada durante la década de los noventa (pie de
fuerza y costos).
Supuestos
Cuadro 10.8
Policía nacional. Costo pie de fuerza año 2010
(millones de pesos de 2001)
Nivel Efectivos Servicios Gastos Transf. Total
personales generales
Oficiales 5.646 276.661 12.986 39.939 329.586
Nivel ejecutivo 76.619 1.509.394 130.252 283.490 1.923.137
Suboficiales 2.300 44.160 3.910 7.590 55.660
Agentes 16.248 259.968 25.997 38.995 324.960
Auxiliares 8.827 47.666 10.592 0 58.258
Total 109.640 2.137.849 183.738 370.015 2.691.601
Fuente: Policía Nacional-Cálculos CGR.
DEFENSA Y SEGURIDAD PARA LA PAZ 301
Supuestos
El nivel con mayor incremento sería el Ejecutivo con 63.708 efectivos, con un
costo adicional de $1.6 billones. La tasa promedio de efectivos por cada 100.000
habitantes sería de 265.
Cuadro 10.9
Policía Nacional. Costo pie de fuerza año 2010
(millones de pesos de 2001)
Nivel Efectivos Servicios Gastos Transf. Total
personales generales
Oficiales 5.646 276.661 12.986 39.939 329.586
Nivel ejecutivo 101.573 2.000.979 172.673 375.818 2.549.471
Suboficiales 2.300 44.160 3.910 7.590 55.660
Agentes 16.248 259.968 25.997 38.995 324.960
Auxiliares 8.827 47.666 10.592 0 58.258
Total 134.594 2.629.434 226.159 462.343 3.317.935
Fuente: Policía Nacional-Cálculos CGR.
Supuestos
Cuadro 10.10
Policía Nacional. Costo pie de fuerza año 2010
(millones de pesos de 2001)
Nivel Efectivos Servicios Gastos Transf. Total
personales generales
Oficiales 5.646 276.661 12.986 39.939 329.586
Nivel ejecutivo 147.943 2.914.464 251.501 547.386 3.713.351
Suboficiales 2.300 44.160 3.910 7.590 55.660
Agentes 16.248 259.968 25.997 38.995 324.960
Auxiliares 8.827 47.666 10.592 0 58.258
Total 180.964 3.542.919 304.986 633.910 4.481.815
Fuente: Policía Nacional-Cálculos CGR.
Seguridad privada
El incremento de la violencia urbana, la insuficiente capacidad de la fuerza pública y
las restricciones presupuestales de los aparatos de seguridad del Estado y la dimen-
sión subjetiva de la inseguridad ciudadana, por el temor generado por la violencia,
han tenido como consecuencia la expansión de la industria de la seguridad privada y
la demanda de diversos mecanismos y modalidades de seguridad (armamento, cáma-
ras de seguridad, etc.). El Banco Mundial ha planteado al respecto:
“Para hacer frente a la violencia delictual urbana, hay dos salidas dominantes: la repre-
sión y la privatización. La primera ha servido para justificar el fortalecimiento de los
llamados gendarmes del orden; la segunda ha permitido que ciertos sectores, entre los
que se encuentran policías jubilados, desarrollen empresas de seguridad privada, con
personal de poca formación”13 .
Gráfico 10.5
Participación principales delitos en el total denunciado en el país
55
51
50 48 49
47 47
46
45 45 45
45
P orc entaje
43
42
41 41 41
42
40
37
36
35
34
34
33 33
32
30
1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001
La respuesta estatal
Dentro del contexto de la guerra integral desarrollado durante el período 1990-1994,
surge el denominado “Estatuto de Vigilancia y Seguridad Privada” (Decreto 365/94):
Dicho decreto buscó establecer una reglamentación para la prestación, por parte de
particulares, de servicios de vigilancia y seguridad privada, lo que vino a comple-
mentar el establecimiento en 1993 de la Superintendencia de Vigilancia y Seguridad
Privada (Ley 62 de 1993). Esta entidad, dependiente del Ministerio de Defensa Na-
cional, concede las licencias de funcionamiento a las empresas de vigilancia y debe
hacerles seguimiento y control.
Sin embargo, su labor se ha visto altamente cuestionada por la proliferación de
empresas de vigilancia que se salen del ámbito de su control, en cuanto a manejo de
armamento y prestación de servicios ilegales de seguridad.
Según cifras de la Supervigilancia, el número de empresas de seguridad creció en
un 12% desde 1999 al primer semestre de 200115; actualmente existen 2.353 empre-
sas, su mayor concentración se presenta en Bogotá D. C., con 1.071 empresas registra-
das y con licencia (cuadro 10.11).
En cuanto al personal operativo vinculado a esta industria, la Superintendencia
registra para el año 2000 aproximadamente 115 mil personas a nivel nacional, los
cuales se distribuyen entre administrativos, escoltas, vigilantes, supervisores, guías y
tripulantes. Es de anotar que el 83% corresponde a vigilantes.
Cuadro 10.11
Servicios de vigilancia y seguridad privada 1999-2001
Servicios de vigilancia 1999 1er. semestre 2001 Incremento
y seguridad %
Cooperativas de vigilancia 43 63 47
Transportadoras de valores 50 66 32
Empresas de vigilancia 852 940 10
Departamentos de seguridad 1.161 1.284 11
Total 2.106 2.353 12
Fuente: Superintendencia de Vigilancia y Seguridad Privada.
Cuadro 10.12
Crecimiento industria vigilancia privada
(miles de millones de pesos de 2001)
Al comparar estas cifras con el pie de fuerza de la Policía Nacional, que en el 2000
contaba con 91 mil efectivos en todo el país16, se puede concluir que con la tendencia
de crecimiento de la industria de vigilancia, la relación policías-vigilantes privados,
ya estaría equiparándose, con una alta probabilidad de llegar a duplicarse en el próxi-
mo decenio.
Según un estudio contratado por la Administración Distrital de Bogotá, en Colom-
bia se gastaron durante el año 2000, aproximadamente $3 billones en sistemas de
seguridad y vigilancia, incluyendo vigilantes, escoltas, detectives, carros blindados,
perros amaestrados, motos, armas y una larga lista de elementos con los cuales se
puede proteger desde un edificio hasta la vida. Esta cifra es elevada si se tiene en
cuenta que supera en casi $1 billón el presupuesto que para el mismo año se destinó a
la Policía Nacional, lo que evidencia una constante sensación de inseguridad, que
obliga a la gente a tener edificios con fuertes medidas de seguridad, preferir los espa-
cios cerrados (supermercados y centros comerciales) y a disfrutar menos de las ciuda-
des en horas de la noche.
El costo anual en que se incurre para el sostenimiento de un policía dedicado a
labores directas de seguridad ciudadana, llega a $19 millones aproximadamente, mien-
tras que la formación de un vigilante puede llegar a costar $7 millones al año. Los
costos de los servicios regulares de vigilancia, en dos turnos de ocho horas cada uno,
alcanzan, en promedio, $1.2 millones. Seguridad en un sitio durante 24 horas cuesta
$2 millones cuando el arma es de corto alcance (pistola o revólver); un escolta bien
preparado, con entrenamiento continuo y actualización en estrategia y armas, puede
costar $2,8 millones por turno. Si se necesita armamento más sofisticado o acompa-
ñamiento en motos, la cuantía asciende aún más.
Bajo el escenario de agudización del conflicto, sería de prever que el gasto en
seguridad privada provisto por empresas legales, pasaría de $2.1 billones en 2001
(1,2% del PIB) a $3 billones en 2010 (en pesos de 2001), y el número de vigilantes de
126.000 en 2001 a 196.000 en 2010.
Proyección
Los costos adicionales que los ciudadanos asumirían para protegerse de la criminali-
dad creciente bajo el escenario de agudización del conflicto podrían pasar de $2 billo-
nes en 2001 a $3.4 billones en 2010 (en pesos de 2001) (cuadro 10.13).
Cuadro 10.13
Proyección crecimiento industria vigilancia privada
(miles de millones de pesos de 2001)
Año Vigilantes Pago adicional
de vigilancia
2002 139.166 2.253
2003 153.083 2.395
2004 168.391 2.538
2005 185.230 2.680
2006 203.753 2.823
2007 224.128 2.966
2008 246.541 3.108
2009 271.195 3.251
2010 298.315 3.394
Fuente: Cálculos CGR.
Gasto total
Del análisis anterior es posible concluir que el gasto tanto público como privado
dedicado a la seguridad ciudadana es muy considerable. El presupuesto que asigna el
Gobierno a las entidades dedicadas a la seguridad (Policía Nacional y DAS) y los
recursos que el ciudadano asume para la protección de su vida, honra y bienes, repre-
sentan un porcentaje importante del PIB nacional: 2%, aproximadamente $4 billones
de pesos (de 2001).
La proyección de este gasto bajo las situaciones analizadas presentaría un creci-
miento constante. Bajo el escenario inercial, se pasaría de $4.4 billones en 2002 a
$6.3 billones en 2010 (del 2% al 3% del PIB) (cuadro 10.14).
Cuadro 10.14
Gasto total en seguridad, escenario inercial
Año Gasto Gasto Total % PIB Año Gasto Gasto Total % PIB
público privado público privado
2002 2.349 2.253 4.602 2,4 2002 2.474 2.253 4.727 2,41
2003 2.582 2.395 4.977 2,6 2003 2.834 2.395 5.229 2.60
2004 2.819 2.538 5.357 2,7 2004 3.197 2.538 5.735 2.79
2005 2.928 2.680 5.608 2,8 2005 3.564 2.680 6.244 2.97
2006 2.982 2.823 5.805 2,9 2006 3.868 2.823 6.691 3.11
2007 3.114 2.966 6.080 3 2007 4.064 2.966 7.030 3.20
2008 3.260 3.108 6.368 3,1 2008 4.277 3.108 7.385 3.28
2009 3.420 3.251 6.671 3,1 2009 4.509 3.251 7.760 3.37
2010 3.595 3.394 6.989 3,2 2010 4.762 3.394 8.156 3.46
Fuente: Cálculos CGR. Fuente: Cálculos CGR.
310 SEGURIDAD Y JUSTICIA PARA EL ORDEN SOCIAL
Preocupa de esta situación que el nivel de gasto privado se equipara con el gasto
en que incurre el Gobierno Nacional, lo que pone en evidencia la falta de confianza de
la ciudadanía en la labor de las entidades públicas dedicadas a la seguridad ciudada-
na, y la insuficiencia de políticas permanentes dedicadas a generar confianza y propi-
ciar un verdadero ambiente de seguridad.
Se hace necesario mejorar la participación de la comunidad en la labor de preven-
ción del delito, mediante el fortalecimiento de la Policía Comunitaria, asignando los
recursos necesarios y procurando una cobertura suficiente, especialmente en los si-
tios donde la Policía no tiene presencia.
del delito, lo que redujo la capacidad de la Policía para prevenir situaciones delictivas y
dio pie a grandes críticas en cuanto a niveles de corrupción y de abuso policial.
Los elementos en que se basa el modelo comunitario son fundamentalmente tres:
a) la criminalidad, b) la sensación de inseguridad, y c) la calidad de vida de la pobla-
ción20; y se plantea como objetivos la identificación de los problemas de la comuni-
dad que tienen incidencia sobre los comportamientos delictivos, propiciando solucio-
nes sostenibles, el mejoramiento de la sensación de seguridad en los ciudadanos,
incremento en los niveles de satisfacción de la labor policial en la comunidad, el
compromiso del ciudadano en la provisión de seguridad, sin implicar el desplaza-
miento de la labor del policía, mediante programas específicos de control y preven-
ción del delito, y, por último, la participación de la comunidad en el control directo de
la labor policial.
Para el logro de estos propósitos, se podrían sugerir cuatro grupos básicos de es-
trategias:
1. Una intervención de la Policía más proactiva que reactiva: analizando y procuran-
do intervenir sobre las causas que pueden conducir a la comisión del delito.
2. Énfasis en el servicio al ciudadano. Es decir, a diferencia del modelo tradicional,
en el modelo comunitario la Policía no es una institución cerrada que se protege a
sí misma, sino que es una institución abierta y permeable, que está donde el ciuda-
dano la necesita.
3. La redefinición geográfica de las responsabilidades: la unidad fundamental para la
prevención del delito son el barrio o vecindario, y no las grandes ciudades como
una unidad completa.
4. La intervención de la comunidad en, prácticamente, todas las tareas, desde el diag-
nóstico y planeación de las opciones, hasta su ejecución y el control y evaluación
de los planes de trabajo.
En cuanto al diseño organizacional del modelo comunitario, éste debe ser más
plano, menos vertical y menos jerarquizado. Se deben reducir los niveles de mando y
darle más campo de acción al policía de base. Las relaciones con el entorno no deben
ser distantes como en el modelo tradicional; es una relación en la que el policía se
desarrolla más directamente con la comunidad. La demanda generalmente no pasa
por el control centralizado o de puestos de mando a nivel superior que delegan e
instruyen, sino que la comunidad se dirige directamente al oficial de base y éste actúa.
Las tácticas y la tecnología complementan el patrullaje motorizado, la respuesta rápi-
da y los arrestos, con técnicas de patrullaje a pie, y reuniones y encuentros con diver-
sos grupos de la comunidad.
20 “La Seguridad Comunitaria: proyecto alternativo a la seguridad y participación ciudadana”. Laura Chinchilla, en
Diálogo Centroamericano.
312 SEGURIDAD Y JUSTICIA PARA EL ORDEN SOCIAL
21 Bejarano, Ana María, “Conflicto y paz en Colombia: cuatro tesis con implicaciones para la negociación en
curso”. Ponencia preparada para la conferencia “Colombia in Context”, organizada por The Center for Latin
American Studies and the Colombia Working Group at the University of California, Berkeley, marzo 2, 2001.
22 Echeverry G., Juan Carlos, “¿Nos parecemos al resto del mundo? El conflicto colombiano en el contexto interna-
cional”. Departamento Nacional de Planeación, Dirección de Estudios Económicos. Archivos de Macroeconomía
No. 143, febrero, 2001.
23 Si bien es cierto el conflicto colombiano se extiende hasta el día de hoy, se analiza lo ocurrido hasta 1995 por la
disponibilidad de los datos internacionales y para efectos de hacer comparables los diferentes conflictos.
316 SEGURIDAD Y JUSTICIA PARA EL ORDEN SOCIAL
Gráfico 10.6
Civiles asesinados por la subversión y por las autodefensas (1995-2001)
2.5 00
2.0 00
1 .0 1 2 1 .0 2 8
1.5 00 Po r las auto defe nsa s
743
Po r la subv ersión
1.0 00
216
18 78 1 .0 7 5 1 .0 6 0
500 910
71
467 531 549
320
0
199 5 199 6 199 7 199 8 199 9 200 0 200 1
Gráfico 10.7
Número de individuos miembros de la Fuerza Pública muertos en servicio (1995-2001)
500
400 327
300
200
100
0
199 5 199 6 199 7 199 8 199 9 200 0 200 1
Fuente: Departamento Nacional de Planeación.
Gráfico 10.8
Número de individuos dados de baja en los grupos al margen de la ley (1995-2001)
1.2 00 1.11 3
1.0 19
1.0 00 853
781 763
753
800
626
600
400
200
0
199 5 199 6 199 7 199 8 199 9 200 0 200 1
Fuente: Departamento Nacional de Planeación.
DEFENSA Y SEGURIDAD PARA LA PAZ 317
Gráfico 10.9
El CAI y las organizaciones armadas al margen de la ley
18.000
16.000
14.000
N o . de h om bres
12.000
FA R C
10.000
EL N
EP L
8.0 00
AU C
6.0 00
4.0 00
2.0 00
0
199 0 199 1 199 2 199 3 199 4 199 5 199 6 199 7 199 8 199 9 200 0 200 1
Fuente: Departamento Nacional de Planeación.
24 Las FARC han hecho importantes adquisiciones de armamento en el mercado negro. Se da por hecho que adqui-
rieron 10 mil fusiles AK-47 y se especula que tendrían misiles tierra-aire. La zona desmilitarizada les permitió
incrementar su capacidad de transporte por ríos, construir unos 400 kilómetros de carreteras y adquirir docenas
de vehículos robados, algunos de los cuales han sido blindados.
318 SEGURIDAD Y JUSTICIA PARA EL ORDEN SOCIAL
Gráfico 10.10
Acciones de las OAML contra la población
1.4 00
1.2 00 P o r d e te rm in a r (a g en te s g en e ra do re s d e vio le n c ia )
500
P o r la s a u tod e fe n s as
1.0 00
P o r la s u b ve rs ió n
800
375
600 701
391
400 407 408
329
200 111
148
30
128 124 126 183 146 202
0
199 5 199 6 199 7 199 8 199 9 200 0
Fuente: Ministerio de Defensa.
Gráfico 10.11
Ataque a poblaciones por guerrilla
106
100
80
80
60
47
39
40 31 33
23
20
0
199 5 199 6 199 7 199 8 199 9 200 0 200 1
Fuente: Ministerio de Defensa.
Gráfico 10.12
Número de secuestros (1996-2001)
4.000 3 .7 0 6
3 .3 3 4 3 .3 4 2
3.500 3 .0 5 4 3 .0 4 1
3 .0 1 4
3.000
2.500
2.000 1 .6 7 5 1 .6 8 6
1.500
1 .0 4 6
1.000
500
0
1996 1997 1998 1999 2000 2001
F u e n te : P a ís L ib re F u e n te : C o n a s e (C o n s e jo N a c io n a l d e L u c h a c o n tra e l S e cu e s tro ) - F o d e lib e rta d
Un informe del Ejército revela que un promedio de ocho actos terroristas diarios
son cometidos en Colombia por organizaciones armadas al margen de la ley como las
FARC, el ELN y las autodefensas ilegales. Durante 2001, los grupos armados ilegales
perpetraron 1.655 acciones de terrorismo25. Alrededor de 4.550 casos de terrorismo
registran las autoridades en territorio colombiano en los últimos cuatro años.
2 50
1 94
2 00 1 79
1 43
1 50
1 00
51
41
50 29
22 17
8 15
9 10 1 5 0
2 1
0
1 98 5 1 98 6 1 98 7 1 98 8 1 98 9 1 99 0 1 99 1 1 99 2 1 99 3 1 99 4 1 99 5 1 99 6 1 99 7 1 99 8 1 99 9 2 00 0 2 00 1 2 00 2 *
25 En un 154% se han aumentado en los últimos tres años los actos terroristas en Colombia.
320 SEGURIDAD Y JUSTICIA PARA EL ORDEN SOCIAL
Gráfico 10.14
Atentados al oleoducto Caño-Limón Coveñas y costos generados* (1986-2001)
1 80 250
1 70
E n m iles m illo ne s d e pe s o s d e 2 0 0 1
1 60 2 24 .6 4 5
N o . a te n ta d o s 200
1 40
N o. d e a te n tad o s
1 20 C o sto s g e n era d os
96
1 00 150
77 79
80 60 62 64
50 100
60 45 46 47
28 23 38
40 23 50
11
20
0 -
1 99 1
2 00 1
19 9 0
1 99 2
19 9 4
20 0 0
1 9 87
1 9 88
1 9 89
1 9 93
1 9 95
1 9 96
1 9 97
1 9 98
1 9 99
1 9 86
* Incluye los costos de reparación, descontaminación ambiental, crudo derramado y regalías no causadas.
Fuente: Ecopetrol.
Gráfico 10.15
Atentados contra la infraestructura vial y costos generados* (1994-2001)
30 5 .0
En m ile s d e m illo n es d e p es o s d e 2 0 0 1
4 .4 2 3
N o . a te n tad o s p u e n te s 4 .5
25 24
N o . a te n tad o s p e a je s 4 .0
N o . de a te n ta d o s C o sto s g e n era d o s 3 .5
20
16 3 .0
15 2 .5
12
2 .0
1 .5 7 5
10 9 1 .7 1 7
1 .5
6
8 46 1 .0
5 4
3
2 2 2 0 .5
1
0 -
1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001
* Corresponde a costos de reparación.
Fuente: Invías.
E n m ile s d e m illo n e s de p e s os d e 20 0 1
7 2 5.2 93
N o. a te n ta d os
2 5 .0
7
6 C os to s ge n e ra d o s
N o . d e a te n ta d o s
6
2 0 .0
5
4 1 5 .0
3
1 0 .0
2
2 2 2
4 .1 3 9 5 .5 1 8
0 .5
1 2 .2 4 0
1 1 .1 5 0 2 77
0
1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000
Los costos generados por los ataques contra la infraestructura del país representa-
ron el 0,33% del PIB en 2001, después de haber sido cercano al 0,08% del PIB en el
período 1993-1999 (gráfico 10.17).
El conflicto armado interno colombiano implicó un costo bruto promedio cercano
al 1,34% del PIB en el período 1991-200126 (cuadro10.17). El comportamiento de los
27 Se emplea la metodología de Badel, Martha expuesta en “La violencia de los años noventa en Colombia: su
evolución en las grandes ciudades y costos económicos directos”. Informe de Consultoría DNP-UPRU, Bogotá,
1999.
322 SEGURIDAD Y JUSTICIA PARA EL ORDEN SOCIAL
costos del conflicto armado fue relativamente homogéneo entre 1991-1994, con un
promedio de $1,9 billones de 2001, equivalentes a 1% del PIB anual. A partir de 1994 se
observa una tendencia creciente, con excepción de 1998 y 1999, con decrecimientos
cercanos al 10% anual. Se infiere que la intensificación del conflicto ha implicado un
mayor costo bruto en los últimos años, especialmente en 2001 (cuando alcanza un
costo bruto equivalente al 1,91% del PIB) y en lo corrido del presente, refleja una mayor
presencia de los actores armados en el territorio nacional, un mejoramiento organiza-
cional y una ampliación de la capacidad bélica de los mismos.
Gráfico 10.17
Costos generados contra la infraestructura* como porcentaje del PIB
(1986-2001)
0 ,3 5
0 ,3 3
0 ,3 0
0 ,2 5
0 ,2 0
0 ,1 6 0 ,1 6 0 ,1 8
%
0 ,1 5
0 ,1 0
0 ,0 8
0 ,0 5 0 ,0 4
0 ,0 1
0 ,0 0
1 98 6 1 98 7 1 98 8 1 98 9 1 99 0 1 99 1 1 99 2 1 99 3 1 99 4 1 99 5 1 99 6 1 99 7 1 99 8 1 99 9 2 00 0 2 00 1
Cuadro 10.17
Costos brutos del conflicto armado
(en miles de millones de pesos de 2001)
1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 Prom. % PIB
Exceso gasto 1.395,4 1.056,0 1.391,2 588,7 1.413,2 1.799,8 1.876,7 1.726,9 843,0 879,0 916,6 1.262,4 0,66
militar
Salud 0,0 0,0 6,8 6,6 6,8 28,0 9,2 10,0 5,1 5,6 6,1 7,7 0,004
Vidas conflicto 106,2 118,5 111,7 102,3 97,8 100,2 111,9 105,3 55,1 61,5 68,8 94,5 0,05
Ataques 193,1 165,1 69,4 64,5 61,3 126,7 56,8 40,6 488,2 652,4 512,3 220,9 0,12
infraestructura
Desplazados 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 34,0 120,0 300,1 600,2 1.200,4 205,0 0,11
Secuestro, robo 409,7 416,3 507,7 885,4 1.040,7 936,4 1.009,0 766,0 825,4 889,5 958,5 785,9 0,41
y extorsión
Total 2.104,4 1.756,0 2.086,9 1.647,5 2.619,8 2.991,0 3.097,6 2.768,9 2.516,9 3.088,3 3.662,7 2.576 1,34
% PIB 1,10 0,92 1,09 0,86 1,37 1,56 1,61 1,44 1,31 1,61 1,91 1,34
Gráfico 10.18
Evolución soldados Fuerzas Militares (1997-2004)
1 2 0 .0 0 0
S o ld a d o s p ro fe s io n a le s
1 0 0 .0 0 0 S o ld a d o s reg u la re s
S o ld a d o s b a c hille re s
8 0 .0 0 0
6 0 .0 0 0
4 0 .0 0 0
2 0 .0 0 0
0
1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004
A finales del 2001, las Fuerzas Militares contaban con 131.139 soldados, 56%
regulares, 42% profesionales y tan sólo un 2% bachilleres. Al culminar el “Plan For-
taleza” en el 2004 se contará con cerca de 160.000 soldados. El esfuerzo fiscal que se
realiza por un soldado profesional es mucho mayor que en el caso de un soldado
regular, ya que los gastos de personal e inversión asociados a los primeros son supe-
324 SEGURIDAD Y JUSTICIA PARA EL ORDEN SOCIAL
riores (cuadro 10.18). Esta situación condujo a que tan sólo durante 1999 y 2000, el
rubro gastos de personal requiriera recursos adicionales por un valor de $160 mil
millones en el presupuesto del año 200027.
Cuadro 10.18
Comparación costo soldado regular y soldado profesional
Costo soldados (en pesos de 2001)
Hasta 1987, Colombia tenía una de las Fuerzas Armadas más reducidas del mun-
do, encontrándose por debajo del promedio de América Latina. Sin embargo, con los
aumentos de los últimos años, pasó de 2,4 a 4,0 soldados por cada 1.000 habitantes,
igualando el promedio mundial.
No sólo ha aumentado el número de soldados, sino también la participación de
soldados combatientes en el total de soldados (ver gráfico 10.19). Esta relación se
incrementó de 69,2% en 1997 a 97,9% en el 2002; sin embargo, a pesar de contar con
un mayor porcentaje de soldados combatientes, es aún insuficiente el pie de fuerza si
se considera que gran parte de los mismos son relevados cada año, se asientan en
bases fijas, participan en operaciones contra el narcotráfico, cuidan la infraestructura
del país o hacen parte del grupo de vigilancia de las fronteras.
De los 6.242 corregimientos que requieren presencia militar, sólo se hace presen-
cia física en 980 (16%). La cúpula militar asegura que ésa es una de las debilidades
que tienen las FF. MM. para cubrir las zonas amenazadas por los actores armados. Hay
casos en los que un departamento queda con sólo 400 hombres para su seguridad,
cuando se registran operaciones simultáneas.
En el caso de la lucha contra el secuestro, el Gaula cuenta con 1.091 hombres para
realizar operaciones en el país. En cuanto a la lucha contra el narcotráfico y la presencia
de la guerrilla en el sur del país, las FF. MM. disponen de 12.948 hombres para proteger
a Caquetá, Putumayo, Huila, Guainía, Guaviare y la antigua zona de distensión.
Gráfico 10.19
Participación soldados combatientes en número total de soldados
100
9 7 ,7 9 7 ,9
90
8 9 ,3
P o rc e n ta je
80
7 5 ,9
70
6 9 ,2 6 8 ,4
60
50
1997 1998 1999 2000 2001 2002
28 Giha T., Yaneth, “El gasto militar en Colombia: aspectos macroeconómicos y microeconómicos”. Revista de la
Cepal 69, diciembre de 1999.
326 SEGURIDAD Y JUSTICIA PARA EL ORDEN SOCIAL
Gráfico 10.20
Gastos de funcionamiento subsector defensa
100
90
30 29 29 30 28 30 29
33 34
38
80
70
23 20 21 21
60 26 31
25
24 24
21
%
50
40
30
47 50 50 49 46
43 44 41 43 41
20
10
0
1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000
% G a sto s d e p e rs o n a l % G a sto s g e n e ra le s % T ra n sfe re n c ia s
Gráfico 10.21
Proporción del PIB gastado en defensa durante la última década
en países latinoamericanos
A rg e n tin a 1 ,2
B o livia 1 ,9
B ra sil 1 ,3
E cu a d o r 1 ,9
P e rú 2 ,2
C h ile 3 ,1
C o lom b ia 2 ,6
0 ,0 0 ,5 1 ,0 1 ,5 2 ,0 2 ,5 3 ,0 3 ,5
P o rce n ta je
Fuente: Cepal.
Gráfico 10.22
Ejecución presupuestal subsector defensa
4 .0
3 .7
3 .5
F u n c io n a m ie n to In ve rsió n
B illo n es d e p es o s d e 2 0 0 1
3 .0
2 .5
2 .0
1 .5
1 .0
0 .5
0
88
89
90
91
93
98
99
00
01
86
92
94
96
85
95
87
97
19
20
19
19
19
19
19
19
19
19
19
19
20
19
19
19
19
Fuente: Contraloría General de la República.
Gráfico 10.23
Gasto de defensa como porcentaje del PIB
2 ,5
2 ,3
2 ,1
2 ,0 2 ,0
2 ,0
2 ,1
1 ,5 1 ,8
1 ,5
P orce n ta je
1 ,3 1 ,5
1 ,1 1 ,2
1 ,2 1 ,3
1 ,0 1 ,1 1 ,1
1 ,0 1 ,0
0 ,5
0 ,0
1 98 5 1 98 6 1 98 7 1 98 8 1 98 9 1 99 0 1 99 1 1 99 2 1 99 3 1 99 4 1 99 5 1 99 6 1 99 7 1 99 8 1 99 9 2 00 0 2 00 1
Gráfico 10.24
Promedio ejecución presupuestal subsector defensa 1991-2001
S a lu d C o m a n do G e n era l
0 ,8 8 % 2 ,7 7 %
C a ja d e R e tiro d e
las F u e rz a s M ilitare s
1 3 ,9 7 %
E jé rc ito
4 3 ,7 8 % A rm a d a
1 2 ,2 7 %
G e s tió n S u p erio r
1 4 ,0 1 %
Fac
1 2 ,3 2 %
Fuente: Contraloría General de la República.
El presupuesto del subsector defensa es superior a los demás, con una participación
creciente desde 1998. En el año 2000, el subsector salud representó el 4,8% del Presu-
puesto General de la Nación y educación el 11,2%, mientras que el de defensa el 13,9%
(gráfico 10.25).
Gráfico 10.25
Comparativo otros sectores. Total presupuestado
1 8 ,0
1 6 ,0
1 4 ,1 1 4 ,4 1 5 ,3
1 4 ,0 1 3 ,2
1 3 ,8 1 4 ,2 1 3 ,6
1 3 ,4
1 2 ,0
1 2 ,4
P o rc e n taje
11 ,2
1 0 ,0
8 ,0
6 ,0
6 ,1 6 ,2 6 ,4
5 ,7
4 ,0 4 ,8
2 ,0
0 ,0
1996 1997 1998 1999 2000
D e fe n sa y Se g u rid a d S a lu d E d u ca ció n N a cio n a l
Cuadro 10.19
Planta de personal
1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001
Oficiales 6.106 6.448 6.921 7.006 7.248 7.502 7.779 7.873 8.230 8.487
Subof. 19.656 20.714 21.826 22.881 23.508 23.544 24.903 25.656 26.995 28.645
Alumnos 1.804 1.972 2.158 23.105 3.621 1.983 2.055 2.200 2.462 2.575
Tropa 88.265 88.908 104.687 114.885 101.878 117.061 113.081 110..457 112.016 125.816
Total 115.831 116.043 135.592 146.857 136.255 150.090 147.818 146.186 149.703 165.523
Gráfico 10.26
Comparativo sueldos Fuerzas Militares
100 100
90
80 7 5 ,4
70
60 5 6 ,6
4 8 ,8
% 50
4 0 ,5
40 3 6 ,4 3 6 ,4
3 3 ,0
2 8 ,5 2 9 ,1 2 6 ,4
30 2 4 ,1
2 0 ,0
20 1 3 ,6
10 3 ,9
0
G e ne ra l
C o ron e l
C oro ne l
C oro ne l
C a p itá n
M a yo r
M a yo r
R eg ula r
Te nie nte
Te nie nte
S arg e nto
Prim e ro
S arg e nto
Vice prim e ro
S arg e nto
S e gu nd o
C a bo Prim e ro
C ab o S e gu nd o
S o ld ad o
Volun tario
S arg e nto
S old ad o
Inversión
La capacidad de las Fuerzas Militares para cumplir la misión de garantizar el imperio
de la Constitución y la vigencia de los derechos fundamentales se fortaleció en la
década de los noventa, particularmente con el aumento de los contingentes de tropas
profesionales, el incremento y modernización de los equipos de aviación y los de
fuego y transporte. El gasto de inversión ha jugado un papel determinante en el proce-
so de fortalecimiento y modernización de las Fuerzas Militares. Se destacan los años
de 1993, 1997 y 2001. En 1993, los recursos de inversión se destinaron fundamental-
mente a la adquisición de las patrulleras de mar y helicópteros para la Armada Nacio-
nal, así como helicópteros pesados y livianos para la Fuerza Aérea.
En 1997, el Ejército adquirió equipo aeronáutico, la Armada Nacional realizó man-
tenimiento a las corbetas misileras tipo ARC “Almirante Padilla” y la Fuerza Aérea
adquirió aviones tipo anfibio y adecuó pistas de aterrizaje en las distintas bases. Final-
mente, durante el 2001, el Ejército compró principalmente equipo aeronáutico y muni-
ción. Por su lado, la Armada realizó mantenimiento a los submarinos oceánicos y la
Fuerza Aérea destinó la mayoría de sus recursos al programa de fortalecimiento de la
capacidad aerotáctica. Durante el segundo quinquenio de la década, el Ejército ha teni-
do una mayor participación en Programa de Transporte de las Fuerzas Militares, debido
a la creación de la Brigada de Aviación y, por ende, a la compra de aeronaves.
En promedio, para el período 1991-2000, los principales programas de inversión
en las FF. MM. fueron transporte, con el 41% de la inversión y adquisición con el 24%
(gráfico 10.27).
Gráfico 10.27
Inversión por programas en las Fuerzas Militares
Promedio 1991-2000
C o m u n ic a cio ne s
O tro s 11 %
8% Tra ns p o rte
41%
C o n stru cc ió n
12%
A d qu isic ió n M a n ten im ie n to
24% 4%
Fuente: Contraloría General de la República.
Los principales proyectos de inversión del subsector defensa son, entre otros, la
adquisición de equipo aeronáutico; mantenimiento corbetas misileras; transporte de
carga y pasajeros; aeronaves de transporte mediano; fortalecimiento de la capacidad
aerotáctica; ampliación y renovación de la red integrada de comunicaciones para las
Fuerzas Militares y de Policía.
DEFENSA Y SEGURIDAD PARA LA PAZ 331
Gráfico 10.28
Participación de las adscritas y vinculadas en el presupuesto del subsector de defensa
100 97,01 97,79 95,69
91,75 92,08 90,05 92,07 92,03 90,95
88,88 89,41
90
80
70
P o rc e n ta je
60
50
40
30
20
11,12 10,59 9,95
8,25 7,92 7,93 7,97 9,05
10 2,99 2,21 4,31
0
1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001
En suma, el presupuesto del sector defensa ascendió en 2001 a $ 4.4 billones, equi-
valente al 2,0% del PIB, cifra que no incluye los recursos del Plan Colombia (US $568.5
millones), equivalente a $1.3 billones, para un total de recursos de $5.7 billones, el
3,0% del PIB.
Escenario inercial
Supuestos:
• Los actores del conflicto buscarían “arreglárselas”. Este escenario tendría baja
probabilidad de éxito en el mediano plazo ante la caótica situación que enfrenta el
país.
• No es una solución aceptable a largo plazo.
• El “Plan Fortaleza” no se modifica, es decir, continuaría hasta el 2004. No hay
cambios sustanciales en el pie de fuerza.
• Seguiría el fortalecimiento de la capacidad operativa de las Fuerzas Militares, al
ritmo observado en los últimos años.
• Los recursos del Plan Colombia se destinarían a la lucha antidrogas.
• Crecimiento económico del 2,3% anual en promedio, equivalente al promedio en
la década de los noventa.
Bajo los anteriores supuestos, el gasto militar presentaría el siguiente comporta-
miento para el período 2002-2010: ascendería permanentemente al pasar del 2,8%
del PIB en 2001, 3,51% en 2005 y hasta el 4,7% en 2010 (gráfico 10.29).
Gráfico 10.29
Proyección gasto militar escenario inercial
1 2 ,0 0 6 ,0 0
1 0 ,0 0 5 ,0 0
B illo n e s d e p e s o s d e 2 0 0 1
8 ,0 0 4 ,0 0 Po rce n ta je
6 ,0 0 3 ,0 0
4 ,0 0 2 ,0 0
2 ,0 0 1 ,0 0
0 ,0 0 0 ,0 0
2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010
G asto m ilitar 5,43 5,84 6,30 6,81 7,37 8,00 8,69 9,46 10,31 11,26
G asto m ilitar % P IB 2,83% 2,98% 3,14% 3,31% 3,51% 3,72% 3,95% 4,20% 4,48% 4,78%
El conflicto armado interno colombiano tendría un costo bruto que oscilaría alre-
dedor del 2,0% del PIB en la década (cuadro 10.20).
DEFENSA Y SEGURIDAD PARA LA PAZ 333
Cuadro 10.20
Proyección costos brutos del conflicto armado escenario inercial
(en miles de millones de pesos)
2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010
Exceso gasto militar 934,9 953,6 972,7 992,1 1.011,9 1.032,2 1.052,8 1.073,9 1.095,4
Salud 6,7 7,3 8,0 8,8 9,6 10,5 11,4 12,5 13,7
Vidas conflicto 72,2 75,8 79,6 83,6 87,8 92,1 96,8 101,6 106,7
Ataques infraestructura 538,0 564,9 593,1 622,8 653,9 686,6 720,9 757,0 794,8
Desplazados 1.236,4 1.273,5 1.311,7 1.351,1 1.391,6 1.433,4 1.476,4 1.520,7 1.566,3
Secuestro, robo y extorsión 987,2 1.016,9 1.047,4 1.078,8 1.111,1 1.144,5 1.178,8 1.214,2 1.250,6
Total 3.775,4 3.892,0 4.012,5 4.137,1 4.265,9 4.399,2 4.537,1 4.679,8 4.827,4
% PIB 1,92 1,94 1,95 1,97 1,98 2,00 2,02 2,03 2,05
Supuestos comunes:
• Se garantiza a las Fuerzas Militares presupuesto con suficiente amplitud para com-
batir los grupos terroristas.
• No es una solución sostenible a largo plazo
• Colombia continúa recibiendo asistencia de Estados Unidos sin estar condiciona-
da a la lucha antinarcóticos
• Se incrementa de 18 a 22 meses el período de servicio militar tanto del actual
contingente de soldados regulares como de los próximos tres.
Supuestos escenario 1:
29 Es indudable que cualquier incremento en el número de soldados implica necesariamente establecer cuadros de
liderazgo para los mismos; sin embargo, se asumirá que los cuadros actuales son suficientes para dirigir los
nuevos efectivos.
334 SEGURIDAD Y JUSTICIA PARA EL ORDEN SOCIAL
• Crecimiento económico del 1,5% anual para el período de mayor intensidad, 2002-
2006. Para el período 2007-2010, se estima un crecimiento anual promedio de la
década de los noventa, 2,3%.
Supuestos escenario 2:
• Incrementos en el pie de fuerza: 15.000 nuevos soldados profesionales por año du-
rante el período 2003-2005 con el llamamiento de los reservistas de los dos últimos
años.
• Crecimiento económico del 1,5% anual para el período de mayor intensidad, 2002-
2005. Para el período 2006-2010, se estima un crecimiento anual promedio de la
década de los noventa, 2,3%.
Este escenario supone que las partes consideran que están listas para la confronta-
ción armada; el Estado, las FARC y otros grupos ilegales sienten fortalecidos sus apa-
ratos militares y su capacidad operativa.
Rotos los diálogos, es previsible que la guerrilla intente lanzar una ofensiva en dis-
tintos frentes para demostrarles al Gobierno y a la sociedad los costos de la ruptura.
Expertos consideran que las FARC no tendrían confrontaciones directas con el Ejército
porque les podría resultar desventajoso, debido al incremento de su capacidad de lucha,
se dedicarían a desestabilizar el país para generar un desgobierno y presionar un nuevo
diálogo en mejores condiciones a las que tuvieron durante el proceso anterior.
Bajo los supuestos del escenario 1, el gasto militar pasaría del 2,83% del PIB en
2001, al 4,14% en 2005 y al 5,32% hacia finales de la década (gráfico 10.30).
Gráfico 10.30
Proyección gasto militar escenario agudización 1
1 4 ,0 0 6 ,0 0
1 2 ,0 0
5 ,0 0
B illo n e s d e p e so s d e 2 0 0 1
1 0 ,0 0
4 ,0 0
Po rc e n ta je
8 ,0 0
3 ,0 0
6 ,0 0
2 ,0 0
4 ,0 0
1 ,0 0
2 ,0 0
0 ,0 0 0 ,0 0
2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010
G asto m ilitar 5,43 6,04 6,73 7,52 8,43 9,46 10,28 10,83 11 ,42 12,04
G asto m ilitar % P IB 2,83% 3,10% 3,40% 3,75% 4,14% 4,58% 4,86% 5,01% 5,16% 5,32%
Gráfico 10.31
Proyección gasto militar escenario agudización 2
1 4 ,0 0 6 ,0 0
1 2 ,0 0
5 ,0 0
B illo n e s d e p e s o s d e 2 0 0 1
1 0 ,0 0
4 ,0 0
8 ,0 0
P o rc e n ta je
3 ,0 0
6 ,0 0
2 ,0 0
4 ,0 0
1 ,0 0
2 ,0 0
0 ,0 0 0 ,0 0
2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010
G asto m ilitar 5,43 6,04 6,83 7,62 8,53 9,26 10,28 10,83 11 ,42 12,04
G asto m ilitar % PIB 2,83% 3,10% 3,46% 3,80% 4,19% 4,45% 4,82% 4,97% 5,12% 5,28%
El anterior análisis permite observar, en términos del gasto, que incorporar 10.000
soldados profesionales anuales en el período 2003-2006 ó 15.000 en el período 2003-
2005 (gráfico 10.32) tiene diferencias poco significativas en términos del PIB (0,05%);
sin embargo, la principal diferencia sería de tipo estratégico, es decir, poder contar
cada año con un mayor número de soldados profesionales en la lucha contra los gru-
pos subversivos y al margen de la ley.
De otro lado, la agudización del conflicto armado interno colombiano implicaría
un costo bruto creciente, al pasar del 1,98% del PIB en 2002 a un 2,6% del PIB en el
año 2010 (cuadro 10.21).
Cuadro 10.21
Proyección costos brutos del conflicto armado escenario agudización
(en miles de millones de pesos)
2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010
Exceso gasto militar 939,5 963,0 987,0 1.011,7 1.037,0 1.062,9 1.089,5 1.116,7 1.144,7
Salud 6,2 6,3 6,4 6,4 6,5 6,6 6,7 6,8 6,9
Vidas conflicto 75,6 83,2 91,5 100,7 110,7 121,8 134,0 147,4 162,1
Ataques infraestructura 563,6 619,9 681,9 750,1 825,1 907,6 998,4 1.098,2 1.208,1
Desplazados 1.272,5 1.348,8 1.429,7 1.515,5 1.606,4 1.702,8 1.805,0 1.913,3 2.028,1
Secuestro, robo y extorsión 1.001,6 1.046,7 1.093,8 1.143,0 1.194,4 1.248,2 1.304,4 1.363,1 1.424,4
Total 3.859,0 4.067,9 4.290,4 4.527,5 4.780,3 5.050,0 5.338,0 5.645,5 5.974,2
% PIB 1,98 2,06 2,14 2,22 2,31 2,39 2,47 2,55 2,64
Gráfico 10.32
Comparación proyección escenarios de agudización 1 y 2
1 3 ,0 0 6 ,0 0
1 2 ,0 0
11 ,0 0 5 ,0 0
1 0 ,0 0
B illo n e s d e p e s o s d e 2 0 0 1
9 ,0 0
4 ,0 0
8 ,0 0
P o rc e n ta je
7 ,0 0
3 ,0 0
6 ,0 0
5 ,0 0
2 ,0 0
4 ,0 0
3 ,0 0
2 ,0 0 1 ,0 0
1 ,0 0
0 ,0 0 0 ,0 0
200 1 200 2 200 3 200 4 200 5 200 6 200 7 200 8 200 9 201 0
G a sto m ilitar e scen ario 1 5,4 3 6,0 4 6,7 3 7,5 2 8,4 3 9,4 6 10, 28 10, 83 11,42 12, 04
G a sto m ilitar e scen ario 2 5,4 3 6,0 4 6,8 3 7,6 2 8,5 3 9,2 6 10, 28 10, 83 11,42 12, 04
G a sto m ilitar % P IB escen ario 1 2,8 3% 3,1 0% 3,4 0% 3,7 5% 4,1 4% 4,5 8% 4,8 6% 5,0 1% 5,1 6% 5,3 2%
G a sto m ilitar % P IB escen ario 2 2,8 3% 3,1 0% 3,4 6% 3,8 0% 4,1 9% 4,4 5% 4,8 2% 4,9 7% 5,1 2% 5,2 8%
31 La ecuación de la siguiente forma: DCt = B1 + B2 GMt, donde DCt es la demanda de cupos; B1 es el porcentaje de
personas aprehendidas y encarceladas que no depende de la eficiencia del aparato militar y B2 es el coeficiente de
personas aprehendidas y encarceladas fruto del crecimiento del gasto militar, GM.
338 SEGURIDAD Y JUSTICIA PARA EL ORDEN SOCIAL
Gráfico 10.33
Crecimiento del gasto militar y capturas de guerrilleros y paramilitares 1995-2001
2 .0 0 0 6 ,0 0
1 .8 0 0
1 .6 0 0 5 ,0 0
B illo n e s d e p e so s d e 2 0 0 1
1 .4 0 0
4 ,0 0
C a p tu ra s
1 .2 0 0
1 .0 0 0 3 ,0 0
800
2 ,0 0
600
400
1 ,0 0
200
0 0 ,0 0
1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001
G u e rrille ro s 1233 1786 1333 1217 1236 1556 1766
P a ra m ilita re s 18 6 100 300 286 327 992
G a sto m ilita r 1 ,4 3 2 ,1 5 2 ,7 0 2 ,6 7 3 ,2 7 3 ,9 7 5 ,4 2
Cuadro 10.22
Proyección del crecimiento del gasto militar y número de capturas
de guerrilleros y paramilitares 2002-2006
Año Guerrilleros Paramilitares Total capturas Gasto militar
capturados capturados (en billones
de $ 2001)
2002 1.729 997 2.726 6.0
2003 1.796 1.164 2.960 6.7
2004 1.872 1.354 3.226 7.5
2005 1.958 1.571 3.530 8.4
2006 2.058 1.820 3.878 9.4
Total 9.412 6.907 16.319 38.1
Fuente: Cálculos Contraloría General de la República.
32 El coeficiente B1 fue igual a 697. Es decir, que 697 capturas no son explicadas por el incremento del gasto
militar. El B2 dio 0,000336, significa que cuando crece el gasto militar en un billón de pesos, la demanda de
cupos aumentan en 336 personas. Finalmente, el coeficiente R2 dio como resultado 0,77, lo cual significa que de
cada 100 capturas 77 estarían relacionados con la evolución del gasto militar.
DEFENSA Y SEGURIDAD PARA LA PAZ 339
Cuadro 10.23
Proyección del crecimiento de la demanda de cupos carcelarios 2002-2006
Año Centros para Centros para Total centros Costo de Costo de Costo total
guerrilleros autodefensas carcelarios construcción mantenimiento por año
(millones $ de 2001) (millones $ de 2001) (millones $ de 2001)
Gráfico 10.34
Proyección del costo total de los centros penitenciarios. 2002-2006
2 5 0 .0 0 0
M illo n e s d e p e so s d e 2 0 0 1
2 0 0 .0 0 0
1 5 0 .0 0 0
1 0 0 .0 0 0
5 0 .0 0 0
eliminar toda la población alzada en armas aunque si para diezmarla en gran medida.
El cuadro 10.24 muestra el crecimiento proyectado de los grupos alzados en armas:
Cuadro 10.24
Gráfico 10.35
Gasto en Fuerza Pública como porcentaje del PIB
3 ,5 3 ,3 7 3 ,4 0
3 ,2 1
2 ,9 3 2 ,9 7
3 2 ,8 8
2 ,3 9
2 ,5 2 ,3 1
2 ,0 8 2 ,0 9
P o rce n ta je
1 ,9 1 1 ,8 8
2 1 ,8 2 1 ,8 6 1 ,8 2 1 ,8 1
1 ,5 7
1 ,5
0 ,5
0
1985 1986 1987 1988 1989 1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001
• Sistemas de información
• Procesos de contratación
– Fondos Rotatorios
– Acofa
– Crédito Externo
– Indumil
• Sistema de Salud
• Sistema de Pensiones
• Sentencias y Conciliaciones
• Sistema de Control Interno
Sistemas de información
Las unidades y entidades adscritas al Mindefensa carecen, en su gran mayoría, de
sistemas de información confiable que garantice la integridad y razonabilidad de las
cifras de la información financiera, presupuestal y estadística. Además, se presentan
saldos sin depurar por cuantías considerables, lo que incide directamente en los esta-
dos financieros. Lo anterior ha originado que la CGR no fenezca la cuenta fiscal ni
opine favorablemente sobre la razonabilidad de dichos estados financieros.
Procesos de contratación
Fondos Rotatorios
Los Fondos Rotatorios de la Fuerza Pública (Fuerza Aérea Colombiana, Armada,
Ejército y Policía) son establecimientos públicos que tienen como misión brindar
apoyo logístico en la ejecución de los planes y las políticas de abastecimiento estable-
cidas por el gobierno, principalmente a través del Ministerio de Defensa para cada
una de las Fuerzas.
Dentro de la concepción de apoyo logístico como misión fundamental de los fon-
dos, se ha incluido el desarrollo de cualquier tipo de actividad comercial. La CGR
considera que esta concepción debe ser revisada, por cuanto es tan amplia que permi-
te el desarrollo de actividades injustificadas.
A pesar de que las Fuerzas crearon oficinas propias con una estructura administra-
tiva que les permite desarrollar estas operaciones propias, los Fondos Rotatorios con-
tinúan cumpliendo la función del manejo de la contratación de los bienes y servicios
necesarios para el normal funcionamiento de las Fuerzas Militares, por cuya adminis-
tración cobran márgenes que oscilan entre el 1% y el 3%, con algunas excepciones en
las que alcanzó incluso el 5%, según la información suministrada por los Fondos.
342 SEGURIDAD Y JUSTICIA PARA EL ORDEN SOCIAL
Cuadro 10.25
Presupuesto de funcionamiento Acofa-2000
(Valor en millones de $)
Total nómina 3.374,0
*Gastos generales 687,6
Total 4.061,6
*Tasa representativa de mercado 31 de diciembre de 2000, $ 2.229,18.
Fuente: Nómina en dólares: Informe de control interno del Ministerio de
Defensa de febrero de 2001, la que incluye nómina FAC, MDN, EJC y CGFM.
DEFENSA Y SEGURIDAD PARA LA PAZ 343
Indumil
Empresa Industrial y Comercial del Estado que tiene entre otras funciones las de produ-
cir, importar y abastecer de armas, municiones, explosivos, equipos y elementos com-
plementarios a las Fuerzas Militares, a la Policía y a otros organismos estatales.
No obstante, se han detectado inconsistencias en los controles existentes en la enti-
dad para determinar el uso racional y legal que da a los productos vendidos. Es así como
las Fuerzas Militares investigan a cinco empresas mineras que, según el Ministerio de
Defensa, han desviado hacia la guerrilla explosivos que le compraron el año pasado a la
Industria Militar (Indumil). De igual forma la investigación se ha extendido a tres fir-
mas importadoras de nitrato de amonio, químico utilizado en las labores agrícolas que
puede utilizarse como insumo para la elaboración artesanal de explosivos.
De acuerdo con información oficial suministrada por el Ejército, y según las pri-
meras pesquisas, parte de los explosivos adquiridos por estas empresas mineras po-
drían haber sido utilizados en los atentados al puente El Alcaraván y el ataque a la
Brigada Móvil No. 3 en El Dorado (Meta). La Fiscalía General de la Nación ha soli-
citado antecedentes de otras diez empresas mineras que presuntamente estarían ven-
diendo a la guerrilla explosivos de Indumil. Así se evidencia claramente que Indumil
no encauza su producción preferencialmente al Ministerio de Defensa.
Es preciso mencionar que las Fuerzas también se abastecen de municiones, armas,
equipos y elementos de guerra en el mercado internacional, en ocasiones a precios
superiores a los de Indumil, con una incidencia negativa en su presupuesto.
Sistema de Salud
El Sistema de Salud de las Fuerzas Militares (SSFM) constituye un régimen especial
de sanidad, junto con el del magisterio y los empleados de Ecopetrol. Este carácter de
excepción respecto al Sistema General de Seguridad Social en Salud (SGSS) es el
centro del debate público.
La dirección de sanidad militar ejecutó $193.442 millones durante el 2000, ex-
cluido el costo del personal militar que presta servicios en la dirección de sanidad, el
cual representa el 33% del total del personal y que es pagado con presupuesto de cada
Fuerza. De estos recursos, el 16% se asignó para gastos de personal, el 41% para
gastos generales y el 43% restante para transferencias.
El principio sobre el cual se fundamenta la existencia del régimen especial está
dado por el carácter de la actividad de los militares y de la Policía, ya que enfrentar el
conflicto social y el control del orden público tiene serias implicaciones para la inte-
gridad personal.
A pesar de esos criterios, el actual sistema no sólo incluye personal que enfrenta
directamente el conflicto, sino que igualmente abarca a oficiales no combatientes y
344 SEGURIDAD Y JUSTICIA PARA EL ORDEN SOCIAL
Sistema Pensional
Es importante señalar que en el año 2000, la participación de los gastos de las cajas de
retiro en el presupuesto sectorial llegó a ser 7,86% en el caso de la Caja de Retiro de
las Fuerzas Militares –Cremil– y el 8,8% en el de Caja de Sueldos de Retiro de la
Policía –Casur–, lo que implica que el 16,7% del presupuesto del sector defensa y
seguridad se ejecutó para mantenimiento del sistema pensional especial.
Los gastos totales de las cajas de retiro muestran un comportamiento ascendente
desde el año 1992 hasta el 2001 (gráfico 10.36), sobresaliendo el marcado ascenso
entre 1992 y 1996, al llegar a quintuplicarse, con un valor un poco mayor de Casur
frente a Cremil, explicado básicamente por la diferencia en el número de retirados,
que es de 54.157 y 27.600, respectivamente.
Gráfico 10.36
Evolución de la ejecución presupuestal 1990-2000
700
M ile s d e m illo n e s d e p e s o s d e 2 0 0 1
600
C re m il
Casur
500
400
300
200
100
0
1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000
Gráfico 10.37
Proyección de la ejecución presupuestal Cremil
5 .0 0 0
4 .6 1 3 .3 8 6
4 .4 7 6 .9 3 4
4 .5 0 0 4 .3 0 8 .5 1 8
4 .5 1 5 .2 0 7
M ile s d e m illo n e s d e p e s o s d e 2 0 0 1
4 .0 0 0 4 .2 9 8 .3 8 0
3 .7 2 3 .4 4 5
3 .5 0 0
3 .0 0 0
2 .5 0 0
2 .0 0 0 2 .1 4 0 .9 2 3
1 .5 0 0
1 .3 6 6 .1 0 2
1 .0 0 0
7 4 7 .4 1 2
500
6 0 7 .9 1 2
0
2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010
Sentencias y conciliaciones
Aunque no se encuentran contabilizadas las sentencias y conciliaciones en curso ni
ejecutoriadas en contra del Ministerio de Defensa, sobresale el muy elevado monto
de las sentencias y conciliaciones en turno para ser canceladas que ascienden a $
19.845 millones, sin incluir los intereses corrientes y de mora.
Analizados los términos entre la fecha de ejecutoria de la sentencia y la fecha de
pago, con base en una muestra representativa, se observó que éstas se han pagado con
una demora de entre 7 y 34 meses, lo que denota una deficiente gestión y la inobser-
vancia de las disposiciones del Código Contencioso Administrativo y el Estatuto Or-
gánico del Presupuesto.
Existe un reglamento interno sobre sustanciación y liquidación de sentencias y
acuerdos conciliatorios, el cual no establece términos para cada una de las etapas del
procedimiento, sin que tampoco señale el trámite para su cancelación. La falta de
información real y oportuna y la dilación en los términos para la liquidación y pago
de las sentencias y acuerdos conciliatorios han generado recortes presupuestales y el
incremento en los intereses.
Los principales hechos que originan las sentencias y conciliaciones son en su or-
den de frecuencia: imprudencia en el manejo de armas; lesiones o fallas ocasionadas
con vehículo oficial; accidentes aéreos; ataques guerrilleros; insubsistencia en el car-
go; reclamaciones relativas a pensiones; daño de bienes y embargos y reintegro.
Propuestas de racionalización
Fondos Rotatorios
En el evento de que el Ministerio de Defensa tomara la decisión de suprimir los
Fondos y permitir que las Fuerzas contraten directamente, el impacto en la economía
sería de unos $4.597 millones de pesos de 2001, que es el valor de las comisiones
incurridas en la contratación. En esta cifra no esta incluido el valor de la nómina de
los funcionarios que es asumida directamente por cada Fuerza.
Sistema de Salud
Dado que el número de personas pertenecientes al Sistema de Salud de las Fuerzas
Militares, según datos de la Dirección de Sanidad, es de 536.335, el mayor costo del
subsidio per cápita (del Ministerio de Defensa PPCD), superior en un 20% a la UPC del
Sistema General de Salud, podría equivaler a unos $16.800 millones de 2001 al año,
si sólo se aplicara a los afiliados militares.
Sistema de Pensiones
El ahorro potencial que obtendría en un año a nivel de suboficiales y oficiales de la
Fuerza Pública (FF. MM. y Policía Nacional), si se fijara como edad mínima para
pensión 45 años, sería de unos $156 mil millones de 2001 (cuadro 10.26).
Cuadro 10.26
Ahorro potencial por año con aumento de edad de pensión (en millones de pesos de 2001)
Cuadro 10.27
Ahorro potencial con exclusión de civiles y militares en funciones administrativas
Año Retirados en nómina Estimación de retirados Ahorro
(número de personas) (número de personas) (millones de $)
Fuente: Cuentas del Presupuesto General. Cálculos DES Delegada Defensa, Justicia y Seguridad.
CONCLUSIONES
Subsector Seguridad
• El impacto de la violencia en la economía colombiana ha sido importante por cuanto
se han destinado cuantiosos recursos por parte del Estado y de los particulares para
contrarrestarla, los que, en otras circunstancias, serían dedicados al desarrollo eco-
nómico del país y al bienestar de los ciudadanos. En términos brutos, el costo de la
violencia urbana alcanzó en promedio 2,71% del PIB anual en la última década.
• Los recursos del Presupuesto General de la Nación destinados para funcionamien-
to e inversión de la Policía Nacional fueron, en promedio, de $0.8 billones para la
década de los ochenta y $1.2 billones para la de los noventa; cada año los gastos
en funcionamiento absorbieron el 96% y la inversión el 4%. La ejecución presu-
puestal de la Policía Nacional representó para 2001 el 1,03% del PIB.
• Durante el mismo período, la asistencia financiera, material, económica y técnica
brindada por el gobierno de los Estados Unidos para la lucha antinarcóticos ascen-
dió, en promedio, a $56.000 millones anuales, representando el 4% del presupues-
to ejecutado por la Policía Nacional. Para el año 2001, de un total de $77.500
millones destinados para la erradicación de cultivos ilícitos, los recursos asigna-
dos por ese país fueron $62.664 millones, el 80,9%.
• En lo referente al número de efectivos, en la década de los noventa la Policía
Nacional presentó un crecimiento anual promedio del 7% en su pie de fuerza, al
pasar de 77.000 efectivos en 1991 a 95.959 en 2001, distribuido en los niveles
oficiales, suboficiales, ejecutivo, agentes y auxiliares con un costo anual prome-
dio de $1.9 billones (1% PIB). Sin embargo, la distribución salarial presenta una
alta diferenciación entre los niveles, lo cual podría sugerir desigualdades que no
tendrían relación directa con las actividades y responsabilidades.
• En Colombia se le ha dado preeminencia a la represión del delito y al incremento
en la asignación de los recursos para este fin, restándole importancia a la colabo-
ración con la comunidad para la prevención del delito. Por ello se hace imperativo
el fortalecimiento de la Policía Comunitaria, dotándola financiera y logísticamente
con los recursos necesarios y procurando una cobertura suficiente, especialmente
en los sitios donde la Policía no tiene presencia, con el propósito de recuperar la
institucionalidad.
• Ante el eventual desarrollo del conflicto armado, se han propuesto tres escenarios
sobre la evolución sugerida para la Policía Nacional con el propósito de contrarres-
tar el impacto de la criminalidad y la violencia. En los tres casos se propone el
incremento en el pie de fuerza y la asignación de mayores recursos, por cuanto en
cualquiera de las situaciones propuestas: inercial o agudización del conflicto, se
haría necesario el fortalecimiento de la Institución, ya que, de acuerdo con experien-
cias de otros países, la delincuencia tiende a incrementarse en situaciones similares.
DEFENSA Y SEGURIDAD PARA LA PAZ 351
Subsector Defensa
• Las acciones de los grupos subversivos y las organizaciones al margen de la ley, le
han impreso características particulares que permiten clasificarlo entre los cinco
352 SEGURIDAD Y JUSTICIA PARA EL ORDEN SOCIAL
conflictos más largos e intensos del mundo en los últimos cincuenta años, con un
importante costo económico para la sociedad colombiana.
• El conflicto interno colombiano implicó un costo bruto promedio anual cercano al
1,34% del PIB en el período 1991-2001. Durante el 2000 y el 2001, adquirieron
particular importancia los costos derivados de los atentados contra la infraestruc-
tura eléctrica, petrolera, vial, aérea y ferroviaria del país; prácticamente se dupli-
caron, llegando a representar el 0,33% del PIB en el 2001.
• Los grupos guerrilleros y las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) han logra-
do acumular fuerza y efectivos, desdoblar frentes y ampliar la presencia territorial
en la década de los noventa; el número de combatientes de las FARC se estima en
17.000, el del ELN en 5.000 y el de las AUC en cerca de 8.000.
• El Estado ha venido enfrentando las amenazas de los grupos alzados en armas y las
organizaciones criminales y terroristas, fortaleciendo la capacidad de las Fuerzas
Militares, aumentando y profesionalizando el pie de fuerza y mejorando las diferen-
tes unidades. Este proceso ha implicado un mayor esfuerzo de la sociedad colom-
biana en correspondencia con los mayores gastos que implica la profesionalización,
modernización y complementación de las dotaciones individuales de equipo y
armamento del pie de fuerza.
• Según un estudio efectuado por la Cepal, en el que se toma solamente el gasto de
las Fuerzas Militares (Ejército, Armada y DAC) y la Policía Nacional, en 1999
Colombia ocupaba el segundo lugar en gasto militar (después de Chile) entre paí-
ses suramericanos.
• La proyección de los diferentes escenarios para el conflicto armado interno co-
lombiano, en el período 2002-2010, tiene importantes implicaciones en materia
fiscal. Bajo un escenario inercial, el gasto militar alcanzaría el 4,78% del PIB en el
2010. En una agudización del conflicto con la incorporación de 10.000 soldados
profesionales anuales en el período 2003-2006, alcanzaría el 5,32% del PIB en el
2010; con la incorporación de 15.000 anuales en el período 2003-2005, el gasto
militar llegaría al 5,28% del PIB. Es importante las restricciones presupuestales y
organizacionales en la proyección de estos escenarios, ya que el incremento el pie
de fuerza sólo será factible en la medida en que se preparen los cuadros de liderazgo
y se cuente con los recursos que garanticen la dotación y la inversión requeridas
para los soldados profesionales.
• En términos del gasto público, incorporar 10.000 soldados profesionales anuales
en el período 2003-2006 o 15.000 en el período 2003-2005 tiene diferencias poco
significativas en términos del PIB (0,05%); la principal diferencia sería de tipo
estratégico.
• La agudización del conflicto implicaría un costo de $883.000 millones para el
sector penitenciario colombiano, producto de las capturas que se realizarían y la
construcción de nuevos centros penitenciarios que ello implicaría. El ritmo de
DEFENSA Y SEGURIDAD PARA LA PAZ 353
Fuerza Pública
• Colombia ha ido incrementando el monto de los recursos destinados para defensa
y seguridad, los que incluyendo la ayuda de los Estados Unidos, ha pasado del
2,14% del PIB en 1991 a 5,35% en el año 2001 (ver cuadro 10.28), correspondien-
do a defensa, el 2,31%; a seguridad, el 1,17% a seguridad privada, el 1,10% y la
ayuda de Estados Unidos el 0,77%.
• Al considerar la evolución en la última década del gasto militar, policial y en
seguridad privada, sería previsible alcanzar un nivel cercano al 7,48% del PIB en el
2010; bajo un escenario de agudización del conflicto y la delictividad, el esfuerzo
de la sociedad llegaría hasta el 8,41% del PIB en el mismo año.
• La problemática institucional del subsector defensa se encuentra en los sistemas
de información, el proceso de contratación, el sistema de salud y pensiones, las
sentencias y conciliaciones y el sistema de control interno. En el evento de que el
Ministerio de Defensa acogiera algunas de las sugerencias de la Contraloría Gene-
ral de la República, para mejorar la gestión de las entidades del sector, el erario
público se podría ver beneficiado hasta en unos $401.846 millones al año, equiva-
lentes al 9,31% del presupuesto de defensa y seguridad, discriminados así: Fondos
Rotatorios $4.598 millones; Sistema Pensional $155.756 millones; Sistema de
Salud $16.877 millones; Sentencias y Conciliaciones $15.000; Proceso de Con-
tratación $205.554 y Acofa $4.061 millones.
Cuadro 10.28
Gasto en seguridad y defensa como porcentaje del PIB
Año Fuerzas Otras Gasto Seguridad Total Ayuda Total
Militares entidades público privada país USA
• A 2001, existían 383 hombres de las Fuerzas Militares por cada 100.000 habitan-
tes en Colombia; el “Plan 10.000” y el “Plan Fortaleza” han contribuido de mane-
ra significativa en el incremento del pie de fuerza de soldados voluntarios y regu-
lares, particularmente a partir de 1999.
• El pie de fuerza militar colombiano por 100.000 habitantes se incrementaría en los
diferentes escenarios contemplados. Bajo un escenario inercial, alcanzaría 430
hombres por 100.000 habitantes en el año 2006; en el escenario de agudización 1,
alcanzaría 516 y en el de agudización 2, 526 en el mismo año (gráfico 10.38).
• Con la aplicación del escenario de agudización del conflicto 2, se lograría una tasa
de efectivos por 100.000 habitantes, para el total de la Fuerza Pública, de 318 en
2006 y de 364 en 2010; y, en teoría, presencia en todo el territorio nacional.
Gráfico 10.38
Pie de fuerza por cada 100.000 habitantes Pie de fuerza por 100.000 habitantes en
Fuerzas Militares varios países. Fuerzas Militares
4 00
3 83 C olo m b ia e sc ena rio ag ud iza ció n 2 526
3 81
3 75 C olo m b ia e sc ena rio ag ud iza ció n 1 516
3 75
C olo m b ia e sc ena rio ine rc ial 430
3 57 C olo m b ia 386
N úm ero de ho m b res
3 50 3 40 Ve ne zu ela 246
3 52
3 47 P erú 498
3 25 N ica rag ua 344
3 22 M éxico 186
3 00 3 18 E l S a lva do r 503
C hile 645
2 75 B ras il 195
A rge ntin a 200
2 50 0 10 0 20 0 30 0 40 0 50 0 60 0 70 0
90
91
92
93
96
98
99
00
01
94
95
97
19
19
19
19
19
19
19
20
20
19
19
DEFENSA Y SEGURIDAD PARA LA PAZ
Anexo
Policía Nacional
Costo promedio anual unitario 2001 (en $)
Grado Gastos de personal Gastos generales Costo
Sueldo Costo unitario Gastos Costo anual Dotación anual Equipo y otros Total gastos Total anual
básico anual nómina inherentes unitario 2001 vestuario gastos generales unitario personal
a la nómina
Oficiales
General 2.707.583 110.836.718 11.546.590 122.383.308 1.350.159 1.355.112 2.705.271 125.088.579
Mayor General 2.592.739 80.685.390 10.703.634 91.389.024 1.350.159 1.355.112 2.705.271 94.094.295
Brigadier General 2.310.321 72.012.422 9.542.152 81.554.573 1.350.159 1.355.112 2.705.271 84.259.844
Coronel 1.778.926 55.247.476 7.382.924 62.630.400 1.021.328 1.279.828 2.301.156 61.931.556
Teniente Coronel 1.377.074 44.448.672 7.569.858 52.018.531 1.021.328 1.279.828 2.301.156 54.319.687
Mayor 1.192.721 32.316.933 5.856.102 38.173.036 1.021.328 1.279.828 2.301.156 40.474.192
Capitán 977.100 25.209.060 4.650.111 29.859.171 835.632 1.129.260 1.964.892 31.824.063
Teniente 851.660 20.726.083 3.472.813 24.198.896 835.632 1.129.260 1.964.892 26.163.788
Subteniente 751.552 17.160.059 2.939.199 20.099.257 835.632 1.129.260 1.964.892 22.064.149
Nivel Ejecutivo
Comisario 1.388.249 26.383.609 5.351.139 31.734.747 697.652 1.084.090 1.781.742 33.516.489
Subcomisario 1.172.725 23.157.540 4.470.332 27.627.872 697.652 1.084.090 1.781.742 29.409.613
Intendente Jefe 1.115.395 21.458.928 4.170.919 25.629.848 697.652 1.084.090 1.781.742 27.411.589
Intendente 1.058.089 19.819.004 3.878.482 23.697.486 697.652 1.084.090 1.781.742 25.479.227
Subintendente 827.774 15.174.317 2.988.370 18.162.687 575.563 1.084.090 1.659.653 19.822.340
Patrullero 650.879 12.210.019 2.350.003 14.560.022 575.563 1.084.090 1.659.653 16.219.674
Suboficiales
Sargento Mayor 847.287 27.501.737 4.847.878 32.349.615 697.652 1.084.090 1.781.742 34.131.356
Sargento Primero 726.134 22.327.252 3.955.847 26.283.099 697.652 1.084.090 1.781.742 28.064.841
Sargento Viceprimero 649.387 19.237.178 3.390.434 22.627.612 697.652 1.084.090 1.871.742 24.409.353
Sargento Segundo 592.764 17.148.114 2.934.558 20.082.672 575.563 1.084.090 1.659.653 21.742.324
Cabo Primero 540.502 15.342.265 2.524.893 17.867.158 575.563 1.084.090 1.659.653 19.526.811
Cabo Segundo 523.961 13.679.263 2.364.612 16.043.875 575.563 1.084.090 1.659.653 17.703.528
Agentes
Agentes < 5 años 393.724 10.889.109 1.785.174 12.674.282 527.435 1.084.090 1.611.525 14.285.807
Agente >5<10 años 463.504 13.964.948 2.261.029 16.225.976 495.981 1.084.090 1.580.071 17.806.047
Agente > 10 años 475.235 16.360.900 2.615.276 18.976.176 495.981 1.084.090 1.580.071 20.556.247
Agente Especial 475.235 23.120.643 2.808.024 25.928.667 495.981 1.084.090 1.580.071 27.508.737
Auxiliares
Regulares 79.367 3.811.203 0 3.811.203 396.000 1.084.090 1.480.090 5.291.293
Bachilleres 91.460 7.031.024 0 7.031.024 396.000 500.000 896.000 7.927.024
Alumnos
Oficiales 79.367 4.000.097 0 4.000.097 364.600 700.000 1.064.600 5.064.697
Nivel ejecutivo 79.367 3.800.092 0 3.800.092 396.000 500.000 896.000 4.696.092
355
Fuente: Policía Nacional.
356 SEGURIDAD Y JUSTICIA PARA EL ORDEN SOCIAL
Capítulo 11
JUSTICIA CON EQUIDAD*
INTRODUCCIÓN
En un Estado Social de Derecho, atendiendo a la teoría clásica de la división de
poderes, la función jurisdiccional es responsable de la solución imparcial de los con-
flictos jurídicos suscitados tanto entre particulares como entre gobernantes y gober-
nados, razón por la cual se la reconoce como garante determinante de la paz y la
armonía sociales, en la medida en que sea depositaria de la confianza suficiente para
asegurarle al Estado su papel de mediador natural de controversias.
En este contexto, la función de administración de justicia se concibe desde una
múltiple perspectiva como derecho, función y servicio fundamental bajo la responsa-
bilidad del Estado, en el propósito esencial de garantizar derechos constitucional-
mente reconocidos.
Por ello el ordenamiento constitucional y legal colombiano busca, por un lado,
garantizar a toda persona la posibilidad de acceder al sistema de justicia para hacer
efectivos sus derechos en lo que se conoce como la cara positiva del derecho a la
jurisdicción, y, por el otro, la faceta negativa al incorporar una serie de garantías para
las personas (derecho al debido proceso, defensa, non bis in ídem, juez natural, pre-
sunción de inocencia, y los principios de favorabilidad, publicidad y celeridad).
Según la Jurisprudencia Constitucional: “Se quiere... permitir al ciudadano dentro
del ámbito de un Estado democrático y participativo, tener la oportunidad cuando lo
considere necesario y oportuno, de acudir a la administración de justicia, en cualquie-
ra de sus expresiones o manifestaciones... Pero este acceso debe estar enmarcado
dentro de unos límites básicos, como lo son el respeto al derecho de un debido proce-
so y a los principios en él incorporados, como lo son el de la legalidad, la buena fe y
la favorabilidad, entre otros... A su vez, surge el deber del Estado, en cabeza de la
administración de justicia, una vez se ha tenido acceso a ella, conforme a lo dispuesto
en el artículo 228 de la Carta, de que sus decisiones sean públicas y permanentes, con
* Elaborado por: Fredy Porras Leal, Ludy Jeannette Bacca Caicedo, Claudia Marcela Herrera Galvis, William
René Carrillo Veloza, Jorge Flavio Páez Amaya, Andrew Julián Martínez Martínez y Germán Enrique Nova
Caldas, Director de Estudios Sectoriales, Contraloría Delegada para el Sector Defensa, Justicia y Seguridad.
JUSTICIA EN EQUIDAD 357
la prevalencia del derecho sustancial, al igual que observar en las actuaciones judicia-
les los términos procesales con diligencia. De ello surgen entonces principios que se
deben cumplir en las actuaciones judiciales, como son el de la eficacia, la publicidad,
la permanencia y la celeridad”1.
Todas estas garantías se basan en la concepción de un Estado material de derecho
que, por definición, no agota su pretensión ordenadora con la simple proclamación
formal de los derechos de las personas, sino con su efectiva realización.
Sin embargo, como característica tradicional y endémica, el sistema judicial co-
lombiano se ha mostrado impotente para garantizar, de acuerdo con los postulados
constitucionales, el acceso a la justicia, entendido en su sentido amplio, al no alcanzar
fines como la universalidad, efectividad y equidad. Por el contrario, el sistema se
caracteriza por tener múltiples barreras de acceso, como son las elevadas erogaciones
económicas del servicio, en particular para los grupos más desprotegidos de la pobla-
ción; la restringida cobertura territorial; la congestión originada en gran parte por una
inflación normativa; la indebida priorización de intereses tutelados; la selectividad; la
morosidad y la impunidad, entre otros.
Resulta ilustrativo conocer que, pese a que el sector justicia participó en el año
2001 en el 3,12% del presupuesto de la Nación, la gestión del sistema no alcanza los
resultados esperados, como lo reflejan algunos indicadores de desempeño elabora-
dos: en la actualidad se requiere de tres años para evacuar los procesos en trámite en
el sistema, bajo la hipotética eventualidad de no ingresar más demandas; la impuni-
dad, según los cálculos más conservadores, alcanza un 65%, y sólo en el área civil,
más del 70% de la actividad judicial se ocupa de la resolución de procesos ejecutivos,
en los que, en su gran mayoría, el demandante resulta siendo una entidad del sector
financiero; pese a los esfuerzos por disminuirlo, el hacinamiento carcelario alcanza el
16%, y las condiciones de respeto y protección de los derechos humanos de los reclusos
continúan reflejando una situación crítica.
En este panorama surge la imperiosa necesidad de adoptar políticas efectivas para
garantizar las condiciones de universalidad y equidad en el acceso a la justicia. Una
de ellas, que constituye el objeto de este trabajo, es la redefinición de los asuntos
prioritarios que deben ocupar al aparato formal de justicia, despojándolo de la inter-
vención en conflictos de interés exclusivo de las partes intervinientes, en cuyo desa-
rrollo no se comprometa la estabilidad social y que puedan ser subsanadas pacífica y
naturalmente, mediante otros mecanismos de resolución de controversias. De esta
manera se reforzarían la eficacia y celeridad en la solución de aquellos conflictos que
realmente sobrepasan la órbita privada con repercusión en la convivencia ciudadana
y la estabilidad de la sociedad.
DIAGNÓSTICO
Esquema institucional
Siguiendo el criterio de la sectorización para la vigilancia de la gestión fiscal, consa-
grado en el artículo 30 del Decreto 267 de 2000, se agrupan dentro del subsector
Justicia, además de las instituciones que propiamente administran justicia (en la rama
judicial del poder público), una serie de organismos pertenecientes a la rama ejecuti-
va y otros autónomos e independientes, habida consideración de su misión, de la
finalidad de sus funciones y de los servicios o bienes que suministran, los cuales están
íntimamente relacionados con el funcionamiento, ejercicio, regulación y control de la
administración de justicia.
De esta manera, se consideran como componentes del subsector los siguientes:
• Órganos y Entidades de la Rama Judicial: Consejo Superior de la Judicatura, Cor-
te Constitucional, Corte Suprema de Justicia, Consejo de Estado, Fiscalía General
de la Nación, Tribunales Administrativos, Tribunales Superiores de Distrito Judi-
cial y Juzgados Civiles, Penales, Laborales, de Familia, Promiscuos y otros espe-
cializados creados en los términos de ley.
• Ministerio de Justicia y del Derecho.
• Procuraduría General de la Nación.
• Defensoría del Pueblo.
• Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario.
• Fondo de Infraestructura Carcelaria.
• Dirección Nacional de Estupefacientes.
Hecha esta precisión, se presenta a continuación una visión aproximada de este sub-
sector, en aspectos presupuestales, administrativos y de gestión, diferenciando el caso
de la Rama Judicial, en lo que amerite para alcanzar una mejor comprensión del
sistema judicial colombiano.
Gráfico 11.1
Participación del subsector justicia en el PIB y en el PGN (%) 1980-2001
10
8 ,9 3
9
8 ,2 8
8 8 ,0 4
7 7 ,2 6
5 ,9 3
P o rc e nta je
6 6 ,4 2
6 ,3 2
4 ,7 5 4 ,9 3
5 4 ,5 5
4 ,9 6 5 ,0 2 5 ,0 2
4
2 ,9 7
3 2 ,3 5
2 2 ,4 5 1 ,7 4 1 ,5 4
1 ,3 9 0 ,9 6
1 1 ,4 3 1 ,7 6
0 ,4 5 0 ,5 0 0 ,5 1
0 ,8 0 1 ,1 5
0 ,5 2
0
1980 1985 1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001
% PGN % P IB
Gráfico 11.2
Participación de la rama judicial en el PGN. 1992-2001
4
3 ,9 9
4
3
3 ,1 5 3 ,0 0
3 ,3 6 2 ,9 1
3
P o rce n ta je
2 2 ,1 9
2 2 ,2 6
1 1 ,7 8
1 1 ,2 4
0
0 ,1 0
0
1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001
Gráfico 11.3
Composición del gasto en el subsector justicia. 1996-2001
100
90
80
70
P o rc e n ta je
60
50 F u n c io n a m ie n to
40 In ve rsió n
30
20
10
0
1996 1997 1998 1999 2000 2001
Gráfico 11.4
Participación del subsector justicia por rubro presupuestal (%). 1992-2001
1 2 ,0 0
1 0 ,11 1 0 ,3 1
9 ,7 4
1 0 ,0 0
8 ,9 7
8 ,0 0 8 ,4 9 % 7 ,0 6
P o rc en ta je
7 ,5 3
6 ,9 2
6 ,0 0 6 ,3 4
4 ,1 0
3 ,8 0
4 ,0 0
2 ,3 0
2 ,0 0 1 ,9 0 1 ,7 4
1 ,2 6 %
2 ,11
1 ,4 5 % 1 ,2 1 % 1 ,6 8
0 ,3 3
0 ,0 0
1 .9 9 2 1 .9 9 3 1 .9 9 4 1 .9 9 5 1 .9 9 6 1 .9 9 7 1 .9 9 8 1 .9 9 9 2 .0 0 0 2 .0 0 1
F u n c io n a m ie n to In ve rsió n
Gráfico 11.5
Personal rama judicial año 2000
C o n se jo Su p e rio r d e la J u d ic a tura
4 4 ,4 %
C o n se jo d e E s tad o
Trib u n a le s y J u zg a d o s
4 9 ,2 % C o rte S u p re m a d e J u sticia
Gráfico 11.6
Distribución del gasto de inversión (%)
4 0,5
11,9
2 Plan Sectorial de Desarrollo para la Rama Judicial 1999-2002. Consejo Superior de la Judicatura. Bogotá, no-
viembre de 1998.
3 El DANE ha practicado las encuestas nacionales de hogares en los años 1985, 1991 y 1995, incluyendo en cada
una un módulo sobre justicia. En el año 1997, en asocio con el Consejo Superior de la Judicatura adelantó la
primera encuesta nacional de justicia, indagando sobre la percepción de los ciudadanos del derecho de acceso a
este servicio, también como un módulo de la Encuesta Nacional de Hogares.
JUSTICIA EN EQUIDAD 363
Gráfico 11.7
Actitud frente al delito
90
80
70
60
Po rce ntaje
50
40
30
20
10
0
19 85 19 91 19 97
D enu nc io C rim ina lid ad ocu lta
Gráfico 11.8
Causas que dificultan el acceso
45
40
35
30
P o rc e n taje
25
20
15
10
0
1985 1991 1997
In o p e ra n cia Trá m ite s c o m plica d o s A u se n cia d e a uto rid a d
Fuente: Encuestas Nacionales de Hogares. 1985, 1991 y 1997.
Gráfico 11.9
Evaluación del sector juridiccional colombiano 2001
M e n o s co rru p ta q ue e l g o bie rn o 29 39 32
In d e p en d ie n te d e l g o bie rn o 47 24 29
M e re ce c o n fia n za 48 28 24
E s m u y ju sta 57 27 16
C o n trib u ye a la re s o lu c ió n d e
c on flic to s 61 19 20
In d e p en d ie n te d e p re s io n e s
64 19 17
p o lítica s
L e ye s a plica n a lo s ric o s y
p o b re s ig u a lm e n te 70 16 14
0 10 20 30 40 50 60 70 80 90 100
Fuente: Vicepresidencia de República, Banco Mundial y otros, “Corrupción, desempeño institucional y gobernabilidad:
desarrollando una estrategia anticorrupción para Colombia”, febrero 15 de 2002.
La impunidad
Una de las consecuencias de los diversos enfoques disponibles sobre la impunidad es
la variedad de conclusiones a las cuales puede llegarse y de las medidas que pueden
sugerirse para hacer frente a este flagelo.
En un extremo, cierta aproximación teórica concibe el fenómeno restringido al
área penal, especificándolo empíricamente como aquella proporción de crímenes que
no son castigados, mientras que, bajo otra óptica alternativa, la impunidad se refiere a
toda ausencia de decisión judicial en los asuntos de su conocimiento, lo que incluiría
las áreas laboral, civil o social.
Existe igualmente gran disparidad de criterios respecto al concepto, de forma que
para algún sector se considera impunidad todo hecho punible, subjetivamente identi-
ficado como tal, que no es objeto de una condena para su actor responsable, mientras
JUSTICIA EN EQUIDAD 365
que para otro serían impunidad solamente las conductas punibles que se denuncian
pero que no llegan a decidirse, por ejemplo, por preclusión o que el castigo o penali-
dad dispuesta por el juez no se cumple debidamente.
Según la posición que se adopte, se pueden considerar como causantes de impuni-
dad:
• Conductas consideradas como delito por el ciudadano, según sus subjetivos cono-
cimientos o creencias, sin que en la legislación penal se tipifiquen como tal.
• Conductas que, a pesar de estar tipificadas en el Código Penal, no constituyen
delito por no estar presentes los elementos de la antijuridicidad y la culpabilidad.
• Conductas punibles que, a pesar de llenar los requisitos para designárseles como
tal, no son conocidas por el sistema penal.
• Ineficiencias del aparato penal de justicia que den lugar a preclusiones, cesaciones
o sentencias absolutorias.
Bastaría señalar que mientras para el DANE la impunidad alcanzaría el 99,5%,
para la Fiscalía General sería del 55,4% y para el Consejo Superior de la Judicatura la
impunidad procesal se discriminaría en las diferentes etapas del proceso, así:
• Diligencias preliminares: 53,8%
• Sumario: 2,1%
• Juicio: 10%.
Estas divergencias se presentan porque, por un lado, el DANE basa sus resultados
en percepciones subjetivas, recogidas mediante encuestas, sobre si una conducta es-
pecífica puede ser considerada como delito y la justeza de la correspondiente deci-
sión adoptada por el aparato estatal, mientras que la Fiscalía General se basa en los
procesos iniciados que no resultan con condena y el Consejo Superior de la Judicatu-
ra diferencia la impunidad en cada una de las etapas procesales.
Situación carcelaria
Aunque la situación carcelaria presentó una importante mejoría en el 2001, producto
de los planes de contingencia ordenados por la Corte Constitucional, todavía se sigue
presentando un elevado índice de hacinamiento del 15,8%, con un faltante de cerca
de siete mil cupos (gráfico 11.10).
Además, el sistema continúa reflejando las injusticias de la política criminal co-
lombiana, que llevan a que un 43% de la población reclusa corresponda a personas
sindicadas, quienes reciben el mismo tratamiento que las personas ya condenadas,
transgrediéndose criterios legales, fomentado prácticas de violación de derechos hu-
manos y propiciando, a la vez, fenómenos de reincidencia y crimen en el interior de
los establecimientos carcelarios.
366 SEGURIDAD Y JUSTICIA PARA EL ORDEN SOCIAL
Gráfico 11.10
Capacidad y población carcelaria 2001
60000
5 5 .0 0 0 5 4 .5 5 1 5 4 .1 6 5
5 3 .3 0 4
5 2 .0 0 4 5 1 .6 4 6
5 0 .6 2 8
5 0 .0 0 0 4 9 .3 0 2
4 5 .0 0 0
4 2 .5 7 5
4 0 .0 0 0 4 1 .5 9 5
3 9 .5 9 1 3 9 .5 9 1 3 9 .5 9 1
3 8 .9 11
3 7 .9 8 6
3 5 .0 0 0
3 0 .0 0 0
A b ril
En e ro
F e b re ro
M a rz o
M ayo
Ju n io
J ulio
Ag o s to
Se p tie m b re
O c tub re
N o vie m b re
D icie m b re
M es
C a p a cid a d P o b la ció n
Fuente: Inpec-2001.
EL INSTRUMENTO DE LA DESJUDICIALIZACIÓN
Conductas a desjudicializar
El conflicto es inherente a toda colectividad humana y, en principio, es la misma
colectividad la que crea mecanismos espontáneos y autocompositivos para solucio-
narlos, buscando mantener su unidad y asegurar su desarrollo.
A lo largo de la historia esos mecanismos han evolucionado sustancialmente des-
de el uso de la fuerza hasta la reparación patrimonial del daño ocasionado como
consecuencia de los agravios, pasando por todo tipo de castigos y vejaciones morales
y físicas.
Sin embargo, en su desarrollo las sociedades humanas se vieron sometidas en el
pasado al imperio del más fuerte sobre el más débil y a la primacía del interés vindicativo
de los afectados, dejando de lado criterios justos en la aplicación de los castigos.
En respuesta, se vio la necesidad de establecer formas jurídicas de control social,
administradas bajo la responsabilidad del poder público –Estado–, que unificaran en
justicia los castigos y sanciones a aplicar ante los diversos agravios, buscando
humanización y proporcionalidad en los mismos.
JUSTICIA EN EQUIDAD 367
No obstante, en ciertos casos esas fórmulas jurídicas han representado, para los
sujetos intervinientes, la usurpación de sus controversias por parte del Estado, para
convertirlas en un asunto público, so pretexto de un infundado interés de toda la
comunidad en su solución, desconociendo o minimizando las verdaderas motivacio-
nes que los generaron, por cuanto dichos conflictos se encuentran única y exclusiva-
mente en el fuero interno de los actores y no tienen suficiente dimensión como para
poner en riesgo la estabilidad social y la convivencia ciudadana.
En las sociedades en vías de desarrollo como la colombiana, esa marcada inter-
vención del Estado en los conflictos de índole particular corresponde, de un lado, a la
tendencia de la clase gobernante a imponer modelos conductuales como demostra-
ción de su soberanía y, del otro, a la idea socialmente generalizada que percibe como
imprescindible la intervención del poder público, dada la supuesta incapacidad de los
individuos para solucionar cierto tipo de controversias de una manera pacífica, y que
se juzgue “civilizada”.
De esta manera, se sobredimensionó el papel del Juez, atribuyéndosele funciones
que no corresponden a su verdadera entidad y que han contribuido a generar proble-
mas endémicos de acceso a la justicia, congestión, morosidad e impunidad.
Ante tal panorama, la noción de Estado Social de Derecho redefine el papel del Juez,
asignándole un papel de garante del ejercicio y protección de los derechos y libertades
constitucionalmente reconocidos, siempre que se cumplan dos condiciones específicas:
• Que no exista la posibilidad de arreglo directo entre los intervinientes.
• Que la indecisión del conflicto afecte la estabilidad de la comunidad.
Redefinir el papel del juez implica decantar las competencias a él asignadas en la
actualidad, priorizando los casos de conductas o infracciones que merecen su inter-
vención, según las circunstancias antes citadas, y desjudicializando aquellos conflic-
tos que no las cumplan.
La desjudicialización consiste en racionalizar el ámbito judicial propiamente dicho,
transfiriendo el tratamiento de asuntos o conflictos que le han sido encargados, a otras
instancias idóneas para su resolución, atendiendo, entre otros criterios, los siguientes:
• Cuando por su naturaleza, la solución no necesariamente correspondería a la ad-
ministración de justicia.
• Cuando es posible solucionarlos en equidad mediante formas de arreglo directo,
comunitaria o administrativamente.
• Cuando el costo de resolución de ciertos casos es bastante alto para el Estado, su
volumen excede las capacidades del sistema, y su naturaleza corresponde a otros
procedimientos diferentes al de la intervención estatal.
368 SEGURIDAD Y JUSTICIA PARA EL ORDEN SOCIAL
ser una entidad del sector financiero y en un 95% de los procesos se falla a favor del
acreedor.
Estas características se explican, en gran medida, porque se trata de procesos en
los cuales no existe controversia del derecho, salvo en caso de unas excepciones
taxativas, por lo que no debe declararse, sino ejecutarse. Al respecto, estudios han
demostrado que tan sólo en un 25,2% de los procesos se formulan excepciones, como
mecanismo de defensa del demandado en un proceso ejecutivo y de este porcentaje
las mismas sólo prosperan en un 6,1%5.
Con la judicialización de este tipo de procesos, lo que se ha logrado en la práctica es
colocar el aparato estatal de justicia al servicio de los grandes grupos financieros, distra-
yendo su atención de la solución de otros conflictos con mayor incidencia social.
Por tales razones se propone desjudicializar el conocimiento de estos asuntos, y en
su lugar, entendiendo que se trata de una controversia netamente particular, revestir
por vía de ley a las entidades financieras, directamente o a través de un organismo
privado financiado por ellas, de la facultad de jurisdicción coactiva, lo que les permi-
tiría decretar directamente los embargos, secuestros y cancelación de registros sobre
los bienes de propiedad del deudor y ejecutar dichas medidas con la asistencia de
autoridades policivas en los casos que sea necesario.
Sin embargo, previo a realizar cualquier actuación la entidad estará obligada a
acudir ante la Superintendencia Bancaria para que ésta como entidad técnica liquide
el crédito y certifique el monto de la deuda con los intereses de plazo y moratorios
que se adeuden. Este mecanismo garantizará que no se cometan abusos por parte de
las instituciones financieras al momento de calcular los montos de los créditos a car-
go de sus deudores.
Si en fecha posterior a la iniciación de la actuación de la entidad, el deudor sujeto de
esta medida reclama la aplicación de alguna de las excepciones permitidas por ley (pago
de la deuda, prescripción y falsedad del título), el proceso, con todas las pruebas allega-
das, se remitirá a los jueces civiles, quienes decidirán ipso facto y devolverán las actua-
ciones a la institución financiera para que ésta continúe el trámite pertinente. En caso de
demostrar perjuicios para alguna de las partes se tendrá derecho a la indemnización de
los mismos que serán determinados y ejecutados por la autoridad judicial.
De otro lado, en los casos en que el acreedor no sea una entidad financiera y por
tanto no ostente la facultad de cobro coactivo, deberá acudir ante una de aquéllas,
para contratar la prestación del servicio, a lo cual aquella estará obligada, en las mis-
mas condiciones descritas anteriormente, recibiendo como contraprestación un por-
centaje calculado en función del monto de la pretensión.
5 Ministerio de Justicia y del Derecho. 1997, citado en Estudios Ocasionales, Cijus. Universidad de Los Andes.
Bogotá, diciembre de 2001, pp. 72-73.
370 SEGURIDAD Y JUSTICIA PARA EL ORDEN SOCIAL
En caso de que la Corporación financiera decida que no hay mérito para ejecutar
el crédito, deberá proferir un acto en tal sentido, sujeto a las mismas acciones de
control ante los jueces civiles.
En todo caso el control del servicio por parte de la Superintendencia y de los
Jueces Civiles deberá ser garantizado en las etapas previa, concomitante y posterior
al desarrollo de la actuación por parte de la entidad financiera.
La misma propuesta sería aplicable a los procesos ejecutivos laborales y de fami-
lia, con la salvedad de que la contraprestación que se debería pagar a la Corporación
financiera por la prestación de los servicios de cobro coactivo, la asumiría el Estado
mediante aportes del Presupuesto General de la Nación.
Una vez recuperada la acreencia, la entidad financiera, teniendo en cuenta el nivel
socioeconómico del usuario, descontaría la totalidad o un porcentaje del aporte hecho
por el Estado para pagar los servicios de ésta y reembolsaría la diferencia al Presu-
puesto General de la Nación; para los usuarios de los niveles más bajos no se les
descontaría ninguna suma, por lo que el Estado asumiría la totalidad del costo del
servicio.
Para los procesos ejecutivos, hoy asignados a la jurisdicción contencioso-admi-
nistrativa, se seguiría la misma reglamentación que para los ejecutivos de carácter
civil y, por tanto, el servicio no tendría ninguna subvención del Estado.
Rendición de cuentas
Aunque su participación en la carga laboral de los despachos Judiciales es muy redu-
cida (1,98%), se trata de una actuación en la que no se presenta controversia jurídica
sino económica, por lo que se sugiere desjudicializar este trámite, asignando su cono-
cimiento a las Cámaras de Comercio que tengan cobertura en el domicilio del titular
de los bienes o fondos administrados. Dichas Cámaras cuentan con suficiente capaci-
dad técnica para decidir.
En este sentido, los procesos tendientes a obtener licencia que soliciten padres de
familia para enajenar o gravar bienes de los representados; la licencia para la emanci-
pación voluntaria y la designación de guardador serán trasladados al conocimiento
del ICBF, dada su clara especialización para atender tales asuntos.
Los procesos para obtener la declaración de ausencia y de muerte presuntiva por
desaparecimiento, así como los de corrección, sustitución o adición del registro civil,
deben ser desjudicializados y su conocimiento asignarse a la Registraduría Nacional
del Estado Civil.
Los procesos para declarar la interdicción del demente o sordomudo y su rehabili-
tación deben asignarse a profesionales de la medicina, previamente registrados en la
Superintendencia de Salud, la que supervisará la legalidad de las decisiones que se
adopten.
En el área de familia, deben desjudicializarse trámites como el de divorcio, sepa-
ración de cuerpos y de bienes por mutuo acuerdo, dejando su conocimiento exclusivo
a las notarías por tratarse de asuntos que dependen de la libre voluntad de las partes.
Aún más, en la práctica este tipo de trámites han sido desjudicializados, pues las
personas interesadas deciden acudir al trámite notarial, debido a su eficacia.
6 Los datos contenidos en este informe se encuentran en millones de pesos a precios constantes de 2001. Respecto
al número de procesos, las proyecciones realizadas se encuentran a partir del año 2001.
374 SEGURIDAD Y JUSTICIA PARA EL ORDEN SOCIAL
7 Este anexo corresponde al flujograma de toda la metodología de costos descrita en este capítulo.
JUSTICIA EN EQUIDAD 375
ción de procesos que se pueden cargar a los costos generados en un año. Para esto se
utiliza un promedio de los resultados obtenidos por el Consejo Superior de la Judica-
tura, el CID de la Universidad Nacional, la firma Econometría S. A.8 y una metodolo-
gía propia, consistente en cruzar para cada área el número de procesos ingresados con
el número de egresados en el año 2000, y de esta forma determinar el tiempo prome-
dio de duración de un proceso (cuadro anexo 11.3).
Una vez establecidos los tiempos, se calcula el porcentaje de procesos que pueden
ser imputados a un año y se aplica al número total de procesos que egresaron o tuvie-
ron algún trámite en el año 2000.
También se deben incluir los costos de otras entidades participantes en las actua-
ciones judiciales. Para tal efecto se analiza la intervención de las siguientes entidades:
Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses, Inpec, Defensoría del Pue-
blo, Procuraduría General de la Nación, Policía Nacional, Ministerio de Justicia y del
Derecho, DAS e ICBF. La participación de cada una de estas entidades en las distintas
áreas de atención es establecida según la naturaleza de la entidad (por ejemplo, el
Inpec se carga totalmente al área penal) y la participación proporcional previamente
establecida en otros estudios9.
Posteriormente, se toma para cada área el número de procesos por año a los cuales
se les puede cargar el costo total en ese período (costos de rotación por año) y se
calculan los costos unitarios por área de atención (cuadro anexo 11.4). Se procede a
determinar la participación de cada una de las conductas a trasladar en el total de
procesos en su respectiva área. Con base en las respectivas proporciones de acuerdo
con las estadísticas del Consejo Superior de la Judicatura10 y de las proporciones
establecidas en el libro Caleidoscopio de las justicias en Colombia11 (cuadros anexos
11.4 y 11.5), obteniéndose el número total de procesos que saldrían de la justicia
formal con las medidas propuestas y los recursos económicos susceptibles de liberar.
Finalmente, se considera importante reconocer los efectos que se producirían en
las proyecciones realizadas si las tasas de productividad observadas por el sistema de
justicia fuesen inferiores a la utilizada en el modelo, por cuanto ésta actúa como
variable independiente y condiciona los resultados obtenidos.
8 Cf. Econometría S. A.-SEIS. A., “Diseño de un sistema de información estadístico para el establecimiento de un
modelo de costos en el sector jurisdiccional, por áreas de atención”. Bogotá D. C., diciembre de 1998. Consejo
Superior de la Judicatura, Indicadores de la Justicia. Bogotá D. C., agosto de 1998. Universidad Nacional de
Colombia. Centro de Investigaciones para el Desarrollo CID. Costos del Servicio de Justicia en Colombia –Estudio
de Casos–. Bogotá D. C., agosto de 1998.
9 Cf. Ibid.
10 Cf. www. ramajudicial.gov.co. Banco de estadísticas.
11 Santos, Boaventura de Sousa y Mauricio García Villegas. El caleidoscopio de las justicias en Colombia. Tomo
I. Colciencias, Instituto Colombiano de Antropología e Historia, Universidad de Coimbra-CES, Universidad de
Los Andes, Universidad Nacional de Colombia. Siglo del Hombre Editores. Bogotá, D. C. Edición 2001.
376 SEGURIDAD Y JUSTICIA PARA EL ORDEN SOCIAL
Para tal efecto se realizaron pruebas con tasas de productividad del 7% y el 5%,
que mostraron que el modelo es especialmente sensible a cambios en esta variable.
Así, por ejemplo, con un 7% de incremento en productividad al año, la tasa promedio
de carga laboral aumentaría en un 45%, al tiempo que la tasa promedio de producción
disminuiría en un 24%; mientras que con un 5% anual de incremento en productivi-
dad, la carga laboral promedio crecería un 72% y la producción promedio se reduciría
en un 37%.
Con respecto a los resultados es de mencionar que para el año 2000, el sistema de
justicia le significó al Estado colombiano $2.12 billones a precios constantes de 2001,
de los cuales $1.38 billones se destinaron a la rama judicial, compuesta por las Juris-
dicciones Ordinaria, Constitucional, Contencioso-Administrativa, el Consejo Supe-
rior de la Judicatura y la Fiscalía General de la Nación. Valga destacar que la Fiscalía
ejecutó el 50% de la totalidad de los recursos.
Atendiendo al costo por área de atención, el Estado destina al sistema penal12 más
de $1.5 billones, es decir, el 70% del total del presupuesto subsectorial. Seguido por
el área de atención civil con el 10% y, por último, la jurisdicción constitucional con
aproximadamente un 0,28%.
Según el número de procesos evacuados anualmente en cada una de las áreas, se
puede concluir que el sistema penal contribuye con más del 45% de los procesos que
egresan del sistema o que tienen movimiento en el año (917.360). En segundo lugar,
se encuentra el área civil con el 28% y, por último, la constitucional con el 0,14%.
Respecto a los tiempos procesales, se establece que, en promedio, el proceso más
largo es el que se adelanta ante la Jurisdicción Contencioso-Administrativa (3,92
años), mientras que el más rápido, sin ser óptimo, es el proceso instructivo ante la
Fiscalía General de la Nación (1,87 años). Sin embargo, es importante aclarar que
dada la baja tasa de producción promedio observada en la Fiscalía (95 procesos al año
por fiscal en comparación con una carga de 370 en el área), los índices de congestión
y el tiempo para descongestionar de esta entidad se han venido incrementando per-
manentemente. Por último, se observa que el proceso más costoso en términos unita-
rios es el surtido ante la Jurisdicción Constitucional ($2.24 millones), dado que es el
área que menor número de procesos evacúa anualmente, siendo el más económico el
proceso civil ($0.41 millones) por el alto volumen de procesos de la jurisdicción.
12 Se entiende por sistema penal a la reunión del área de atención penal y a la Fiscalía General de la Nación.
JUSTICIA EN EQUIDAD 377
Cuadro 11.1
Recursos liberados con la propuesta
Concepto Peso porcentual Recursos liberados
en el área en $ millones de 2001
Procesos ejecutivos laborales 14,17 6.564
Delito de inasistencia alimentaria 9,31 75.828
Procesos de jurisdicción voluntaria en familia 14,26 14.023
Procesos ejecutivos de familia 0,40 393
Declarativos verbales-alimentos 25,00 24.577
Ejecutivos por contratos administrativos 6,09 2.816
Restititución de inmueble arrendado 2,90 6.223
Rendición de cuentas provocada o espontánea 1,98 4.243
Ejecutivos civiles 73,72 158.311
Procesos de jurisdicción voluntaria en civil 0,52 1.120
Investigación por inasistencia alimentarIa 16,41 66.049
Descongestión en el área de promiscuos 35,00 58.756
Total de recursos liberados 418.903
13 Esta cifra resulta de la sumatoria de los pesos porcentuales de todos los procesos que se desjudicializarían en el
área civil, así: Ejecutivos, restitución de inmueble arrendado, rendición de cuentas y procesos de jurisdicción
voluntaria.
14 Compuesta por: Ejecutivos, jurisdicción voluntaria y declarativos verbales de alimentos.
378 SEGURIDAD Y JUSTICIA PARA EL ORDEN SOCIAL
Ejecutivos
Se prevé que el mecanismo propuesto funcione con $9.271 millones anuales, mien-
tras que el costo actual para el Estado es de $168.084 millones, lo que implicaría una
reducción del 1,8%. Para ello se crearía una oficina especializada en la Superintendencia
Bancaria con 40 empleados que, en promedio, deberán atender 386.000 solicitudes al
año. La oficina funcionaría de manera centralizada en la ciudad de Bogotá, verifican-
do todas las liquidaciones que fueran remitidas por las entidades financieras a través
de un medio idóneo.
Es decir que contando con un software especializado, cada empleado deberá eva-
cuar alrededor de 5 liquidaciones por hora. Se asigna un costo de $2.1 millones para
el funcionamiento mensual por empleado y se considera que el solicitante deberá
pagar $5.000 a la entidad, con un recaudo anual de $1.930 millones, de los cuales
$1.008 millones se destinarían a funcionamiento y el restante a inversión.
Así, el Estado deberá financiar el funcionamiento de 55 jueces civiles, adicionales
a los existentes en planta, con el objetivo de que el área pueda responder eficientemente
a las controversias que en este tipo de procesos se lleguen a presentar, con un costo
anual de $9.271 millones por cuanto actualmente cada juzgado civil cuesta, en pro-
medio, $168 millones anualmente.
JUSTICIA EN EQUIDAD 379
Alimentos
Los recursos destinados a esta jurisdicción ascenderían a $21.168 millones anual-
mente, debido a la creación de un juez de paz por municipio (1.114) y 62 jueces de
reconsideración, con un costo promedio mensual de $1.5 millones.
Además, se considera la creación de un subsidio alimentario administrado por el
ICBF, equivalente a $150.000 por demanda, para entregarse durante un mes a los
afectados. Debe aclararse que se entregará por una sola vez, siempre que el proceso
pase a etapa de juicio o se encuentre admitida la demanda en familia. El número anual
de subsidios ascendería, en promedio, a 75.000, es decir que el Estado deberá destinar
para este efecto una asignación de $11.250 millones al año15.
Actualmente las demandas y denuncias relacionadas con alimentos le cuestan anual-
mente al Estado unos $166.454 millones, mientras que con la propuesta le costaría
$32.418 millones, lo cual implicaría una reducción del 513%.
Rendición de cuentas
Se considera que la Cámara de Comercio, como entidad con cubrimiento nacional,
deberá cobrar sus servicios a la parte negligente dentro del proceso, por un valor
promedio de $12.000, y dado que se registran aproximadamente 10.360 solicitudes al
año, se generarían recursos por $124.3 millones, que servirían para financiar este
servicio, dado que las Cámaras no deberán contratar personal adicional al ser sufi-
ciente la planta actual.
El control de esta competencia se hará por la Superintendencia de Industria y
Comercio, entidad que deberá crear una oficina con 15 empleados, con asignación
mensual promedio de $1.5 millones, lo cual significaría la destinación de aproxima-
damente $300 millones al año. Dado que actualmente este procedimiento le cuesta al
15 El ICBF, para tal efecto, deberá llevar el registro correspondiente en un sistema de información que evite que una
persona se beneficie más de una vez.
380 SEGURIDAD Y JUSTICIA PARA EL ORDEN SOCIAL
Oralidad
Para el fortalecimiento de la oralidad se destinarían anualmente $67.646 millones,
con el fin de realizar las inversiones y capacitación necesarias. Este valor se determi-
na por el monto de los recursos que se liberarían con las medidas antes enunciadas y
que no deberían ser destinados a fortalecer otras entidades o mecanismos.
Es importante resaltar que en atención a la ejecución del Plan Colombia, a partir
del 2002 se destinarán US$9 millones para diversos programas encaminados al forta-
lecimiento de un sistema judicial eficiente que se apoye en la oralidad. Dentro de los
proyectos a realizar, sobresalen el entrenamiento a fiscales y jueces, la reforma a los
códigos penales estableciendo un verdadero sistema penal acusatorio y la creación de
salas de audiencia especializadas16.
LA GESTIÓN DE LA JUSTICIA
Gráfico 11.11
Tasa promedio carga laboral 1994-2000
6 .0 0 0
5 .0 0 0
N ú m e ro d e p ro c es o s
4 .0 0 0
3 .0 0 0
2 .0 0 0
1 .0 0 0
0
1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000
La gran diferencia existente entre la carga en el área familia y en las demás áreas
se explica fundamentalmente por el bajo número de jueces de familia, dado que mien-
tras en laboral (la segunda de mayor carga) existían 173 jueces para soportar una
carga de 281.065 procesos en 1994, en familia sólo se contaba con 101 juzgadores
para atender una carga de 517.493 procesos. Aunque durante los años siguientes los
jueces de familia fueron aumentando hasta llegar a 169 en el año 2000, la tendencia
muestra que la carga por juez continúa siendo mucho mayor que en las demás áreas
de atención, ya que mientras que los procesos ingresados al área laboral ascendieron
a 95.230 en 1999 para distribuir entre 201 jueces, en familia se elevaron a 163.568
procesos a cargo de 169 jueces. En orden de importancia, las áreas se distribuyen de
mayor a menor carga, así: familia, laboral, civil, penal y promiscuos.
La tasa promedio de producción anual presenta igualmente un comportamiento
creciente en el período 1994-2000. La tasa más alta corresponde al área de familia, a
tal punto que en el año 2000 cada juez evacuó, en promedio, 1.003 procesos, siendo la
más baja la de los jueces promiscuos, con una tasa promedio de 177 procesos al año.
Aunque en todas las áreas de atención los jueces han presentado altas tasas de
productividad, la de familia presentó tasas de producción notoriamente superiores,
llegando a ser de 1.003 procesos en el 2000, seguida por la civil con 573 y la penal
con 498. La alta tasa de producción en el área de familia explican porqué en esta área
la situación no es más complicada que en las demás, a pesar de la elevada carga que
debe asumir.
382 SEGURIDAD Y JUSTICIA PARA EL ORDEN SOCIAL
Gráfico 11.12
Tasa promedio de producción 1994-2000
1 .2 0 0
1 .0 0 0
N ú m e ro d e p ro ce s o s
800
600
400
200
0
1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000
penal c iv il la b o ra l fa m ilia p ro m is cu o s
10
8
Añ o s
0
1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000
penal c iv il lab o ra l fa m ilia p ro m isc uo s
Los índices de congestión presentan una mejoría en los últimos años. Sin embar-
go, debe aclararse que éste es el indicador menos sensible a los cambios en producti-
vidad, por cuanto refleja la posibilidad de evacuar los inventarios represados, que,
por ejemplo, en el área de civil ascendieron a 1.297.016 procesos en el 2000. El área
JUSTICIA EN EQUIDAD 383
más congestionada es familia, ya que en el año 2000 de cada 100 procesos 81 queda-
ron represados, siendo la mejor el área penal con un índice de congestión de 0,48 en
el 2000, después de haber sido de 0,7 en 1994. El índice promedio de congestión para
la jurisdicción ordinaria fue de 0,675 en el año 2000.
Gráfico 11.14
Índice de congestión por área de atención 1994-2000
1
0 ,9
0 ,8
%
0 ,7
0 ,6
0 ,5
0 ,4
1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000
Escenarios analizados
Escenario 1, ceteris paribus
El primer escenario muestra el comportamiento de cada uno de los indicadores si la
situación actual se prolongara hasta el año 2010 sin modificaciones sustanciales. Los
supuestos y restricciones establecidas son:
• La no existencia de reformas institucionales importantes.
• Un incremento anual en productividad del 10%; es decir, un aumento promedio en
10 años del 136%, dado que en los últimos años se ha estabilizado alrededor de
este nivel, que implica un avance tecnológico importante.
• Un aumento de los procesos ingresados de acuerdo con la tasa anual de crecimien-
to observada en el período analizado, eliminándose los extremos para evitar ma-
yores distorsiones.
• Una evolución de la planta de personal juzgador:
– En el contencioso-administrativo: incremento de 100 funcionarios en el perso-
nal juzgador, dada la implementación de los juzgados administrativos, llegán-
dose a 281 funcionarios.
– En la jurisdicción ordinaria, en el área disciplinaria y en la Fiscalía General de
la Nación: mantenimiento de las plantas de personal existentes al año 2000.
te, dados los supuestos sobre productividad incorporados en el primer escenario. Res-
pecto a la congestión se observaría una reducción del 61,91% y del 85,33% en tiempo
para descongestionar. Es de resaltar que en este escenario el área de familia pasaría a
ser la mejor en términos de los indicadores analizados, llegando a 0,03 años el tiempo
para descongestionar y a un índice de congestión del 3%.
Cuadro 11.3
Cuadro resumen
Impactos de la propuesta
El logro de un nivel adecuado en el sistema de justicia colombiano que garantice la
igualdad de condiciones de acceso y la calidad de las providencias judiciales, se obten-
dría, bajo el esquema propuesto, mediante dos medidas fundamentales: la desju-
dicialización y la adopción de procesos orales. Estos instrumentos permitirían producir
un impacto positivo sobre las tasas de carga laboral y de producción, así como en los
niveles de congestión y en los tiempos para descongestionar los despachos judiciales.
Resulta entonces fundamental considerar la implantación inmediata de medidas
como las propuestas en los escenarios 2 y 4 que prevén mejoras sustanciales. Así, por
ejemplo, la mejora (en términos relativos) del escenario 2 con respecto al escenario 1
en carga laboral sería del 41,16%, en congestión del 35,66% y en tiempo para descon-
gestionar del 46,02%. Las mejoras del escenario 4 con respecto al 1 serían del 52,3%,
56,64% y del 76,12%, respectivamente.
En los escenarios 3 y 4 se produciría un impacto positivo en la población carcelaria
actual, por cuanto la implementación de un sistema oral para todas las conductas
tipificadas en la ley deberá redundar en una disminución sustancial del número de
personas sindicadas que se encuentran en centros de reclusión bajo medida de asegu-
ramiento, las cuales ascienden actualmente al 43% de la población carcelaria total.
JUSTICIA EN EQUIDAD 389
Cuadro 11.4
Comparativo de costos para el Estado (en miles de millones de pesos de 2001)
Proceso Costo actual Costo mecanismos Diferencia
para el Estado Propuesta
Ejecutivos 168.084 9.271 158.813
Alimentos en familia y penal 166.454 32.418 134.036
Procesos de jurisdicción voluntaria 15.143 9.792 5.351
Restitución de inmueble arrendado 6.223 6.223 0
Rendición de cuentas provocada o espontánea 4.243 300 3.943
Total 360.147 58.004 302.143
CONCLUSIONES
Entendiendo el conflicto como fenómeno inherente a toda colectividad humana, es
ella misma la que genera mecanismos espontáneos y autocompositivos para solucio-
narlos, buscando mantener su unidad y asegurar su desarrollo.
Dada la sobredimensión que adquirieron los Estados como depositarios de la so-
beranía para dirimir las controversias, en muchos casos éste se abrogó competencias
que desbordaron su papel fundamental y el resultado fue una intromisión en el con-
flicto particular y en su solución, lo que derivó en problemas de acceso a la justicia,
congestión, morosidad e impunidad.
Con la aparición ideológica del Estado Social de Derecho, se redefine el papel del
Juez asignándole un papel de garante del ejercicio y protección de los derechos y
libertades constitucionalmente reconocidos, siempre que no exista la posibilidad de
arreglo directo entre los intervinientes y que la indecisión del conflicto afecte a la vez
la estabilidad de la comunidad.
390 SEGURIDAD Y JUSTICIA PARA EL ORDEN SOCIAL
17 Para este análisis se utilizó la metodología de costos de rotación que incluye los rubros de servicios personales,
gastos generales, depreciaciones, capacitación y otros rubros de inversión no depreciables, transferencias co-
rrientes y participación de otras entidades estatales, para las áreas de atención civil, penal, laboral, familia,
promiscuos, jurisdicción contencioso-administrativa, jurisdicción constitucional, Sala disciplinaria del CSJ, Fis-
calía, distribuyendo proporcionalmente los costos de la Sala administrativa del CSJ.
392 SEGURIDAD Y JUSTICIA PARA EL ORDEN SOCIAL
ANEXOS
Anexo 11.1
Proceso de cálculo de costos unitario por proceso
C o sto to ta l
P. G a sto s E sta d o s m ano
G e n e ra le s fina n c ie ro s d e o b ra
P. S e rv ic io s d ire cta
P R ES U P U E ST O P e rso n a le s
DE LA RA M A P. T ra n sfe re n c ia s C O ST O
P. In v e rsió n U N ITA R IO
C o sto
* D e p re cia b le s POR PROCESO
u n ita rio
* N o de p re ciab le s m ano de
o b ra
d ire cta
C O ST O D E
O T R AS
E N T ID A D ES
D E L ES TA D O
M O V IM IEN T O M O V IM IEN T O
D E PR O C E SO S M o vim ie n to D E PR O C E SO S
P O R J U R ISD IC C IÓ N d e p ro ce s o s P O R C O N D U C TA
p o r á re a d e
a te n ció n
JUSTICIA EN EQUIDAD 393
Anexo 11.2
Costo total de la rama judicial
(Millones de pesos de 2001)
Servicios Gastos Depreciaciones Capacitacion Transferencias Total
personales generales y otros rubros corrientes
de inversión no
depreciables
Fuente: Cuentas del presupuesto General de la Nación. Año 2000. Contraloría General de la República.
Anexo 11.3
Tiempo procesal promedio año 2000
Tiempo Años Tiempo años Tiempo años Metodología Promedio
promedio promedio promedio propia años total
días CSJ días ind. días
justicia CID econometría
Fuente: Consejo Superior de la Judicatura. Indicadores de la Justicia. Bogotá, D. C., diciembre de 1998. Centro de Investigaciones para el
desarrollo CID. Universidad Nacional de Colombia, agosto de 1998. Econometría S. A. -S.E.I. S. A. Diseño de un sistema de información
estadístico para el establecimiento de un modelo de costos en el sector jurisdiccional. Bogotá, diciembre de 1998. Cálculos D.E.S. Defensa,
Justicia y Seguridad, febrero de 2002.
394 SEGURIDAD Y JUSTICIA PARA EL ORDEN SOCIAL
Anexo 11.4
Costo para el Estado de los servicios de justicia
(Millones de pesos de 2001)
Costo total rama Costo total de Costo total Costo unitario
judicial otras entidades para el Estado
Anexo 11.5
Conductas a desjudicializar por área de atención
Número de procesos y costos totales
(Millones de pesos de 2001)
Área de atención % Número de procesos Costos totales
SEGURIDAD ALIMENTARIA Y
DESARROLLO SOSTENIBLE
396 SEGURIDAD ALIMENTARIA Y DESARROLLO SOSTENIBLE
PRODUCCIÓN DE ALIMENTOS: ASUNTO DE ESTADO 397
Capítulo 12
PRODUCCIÓN DE ALIMENTOS: ASUNTO DE ESTADO*
* Elaborado por: Samuel Antonio Gómez Ramírez, Contralor Delegado para el Sector Agropecuario; Regis Ma-
nuel Benítez, Director DES Sector Agropecuario; Mauricio Mosquera; Daniel Rubio; César Moreno S.; Mauricio
Llano; Sandra L. Rivera; Myriam L. Pineda; Sigifredo Mora; Javier Rodríguez; Leonidas Clavijo; Luis A. To-
rres; Mario E. Espitia; Balmes Fonseca; Ariel W. Hurtado. Se agradecen los comentarios realizados al documen-
to preliminar por parte de los profesores Darío Fajardo Montaña, Absalón Machado Cartagena y Jaime Forero
Álvarez, sin que sean responsables de errores.
1 Preámbulo Constitución Política.
2 C. Const., Sent. C-575, oct. 29/92, M. P. Alejandro Martínez Caballero.
3 C. Const., Sent. T-505, ago. 28/92, M. P. Eduardo Cifuentes Muñoz.
398 SEGURIDAD ALIMENTARIA Y DESARROLLO SOSTENIBLE
Cuadro 12.1
Deberes Estatales
Artículo Deber estatal Mecanismo Propósito
64 Protección especial a Acceso progresivo a la propiedad de la tierra, Mejorar el ingreso y la
trabajadores agrícolas. educación, salud, vivienda, seguridad social, calidad de vida.
recreación, crédito, comunicaciones,
asistencia técnica y comercialización.
65 Especial protección a la Prioridad al desarrollo de actividades agrícolas, Incrementar la
producción de alimentos. pecuarias, agroindustriales, pesqueras y forestales; productividad
infraestructura física y adecuación de tierras.
65 Promoción de la Producción de alimentos y materias primas Incrementar
investigación y la de origen agropecuario. la productividad.
transferencia de tecnología.
66 Acceso a crédito Condiciones especiales de crédito agropecuario. Mejorar el ingreso y la
calidad de vida.
Valga anotar que “no es descabellado suponer que estas normas facultan a los
particulares para oponerse a cualquier acción del Estado que lesione la protección
constitucional de la producción doméstica de alimentos y la agroindustria, como po-
drían ser las medidas de apertura económica que ha emprendido el país4”, en el even-
to de que no se garanticen los presupuestos mínimos de aseguramiento para brindar
condiciones de subsistencia dignas al habitante rural.
La Asamblea Nacional Constituyente de 1991, en materia de protección especial a
la actividad agrícola, definió la seguridad alimentaria5 como “el grado de garantía que
debe tener toda población, de poder disponer y tener acceso oportuno y permanente a
los alimentos que cubran sus requerimientos nutricionales, tratando de reducir la depen-
dencia externa y tomando en consideración la conservación y equilibrio del ecosistema
para beneficio de las generaciones futuras”6. Esta definición comprende tres aspectos:
disponibilidad, sostenibilidad y acceso7. Y aunque su enunciado es claro en términos de
seguridad alimentaria individual, es necesario acudir al concepto emitido por el Co-
mité de Seguridad Alimentaria Mundial para definir la seguridad alimentaria familiar
como el “acceso material y económico a alimentos suficientes para todos los miembros
del hogar, sin correr riesgos indebidos de perder dicho acceso”8. Es claro que, desde
DIAGNÓSTICO
Entorno económico
En la década de los noventa se adoptó un manejo macroeconómico que tenía como
objeto aprovechar las oportunidades brindadas por la globalización. Se partía del su-
puesto de la existencia de costos de corto plazo debido a ajustes en la estructura produc-
tiva, con la creencia de que se lograría una recuperación rápida, con unos beneficios
mayores en el mediano y largo plazo, resultantes de la mayor eficiencia asociada con
400 SEGURIDAD ALIMENTARIA Y DESARROLLO SOSTENIBLE
La canasta básica
El análisis sectorial parte de la especificación de una canasta básica de consumo para
Colombia, que, de acuerdo con la FAO9, se puede agrupar de la siguiente forma: Ce-
reales: Arroz, trigo, cebada y avena; Leguminosas: Fríjol, arveja, lenteja y otros;
Hortalizas, Frutas, Aceites Vegetales: Soya y palma; Estimulantes: Café y cacao;
Carbohidratos: Plátano, yuca, papa; Carnes: Res, pollo, pescado, cerdo; Leche y
Huevos, y Edulcorantes: Azúcar y panela.
Según la FAO11, la composición de la dieta colombiana se caracteriza por un con-
sumo alto de carbohidratos y edulcorantes, y bajo de leguminosas y grasas. En cuanto
a la ingesta promedio de energía a nivel de hogar, se estima que el consumo por
persona es de 2.739 kcal/día, mientras que la de proteínas promedio por persona es de
55,3 g/día, siendo mayor en la zona urbana (57,1 g/día) que en la zona rural (51,9 g/
día). Dentro de esta composición se encuentran diferencias dadas por niveles de in-
greso, destacándose que los cereales son importantes para todos los niveles, mientras
que las raíces y los tubérculos son más importantes para el grupo de menores ingresos
y la carne con la leche tienen una representación más importante en el grupo de ma-
yores ingresos. En lo tocante a la evolución para el período 1990-2000 se encontró un
incremento anual de 0,67% del consumo en kcal/día, dentro del cual el consumo de
9 FAO. Colombia. Food Balance Sheet. Retrieved from World Wide Web: www.fao.org. Diciembre 2001.
10 FAO. Colombia. Food Balance Sheet, op. cit.
PRODUCCIÓN DE ALIMENTOS: ASUNTO DE ESTADO 401
proteínas creció en 0,96% anual. Esto significa que no sólo mejoró el consumo de
calorías, sino que aumentó la calidad de la ingesta (mayor cantidad de proteínas).
11 FAO: “Prospects for food and nutrition”, en: Agriculture Towards 2015-2030, Roma, 2000.
12 El perfil nutricional de Colombia, según la FAO, muestra un Suministro de Energía Alimentaria per cápita de 2577
kcal/día para el año 1997, presentando una mejoría desde el nivel de 1965, cuando apenas llegaba a 1975 kcal/día.
13 FAO, op. cit., 2001. Perfiles Nutricionales por países, Colombia.
14 Una prueba de esto la dan los indicadores de carne de cerdo, para las cuales el Ministerio de Agricultura y
Desarrollo Rural considera información de 67 ciudades, mientras que el gremio de porcicultores tiene una visión
más integral del país. Obviamente las diferencias son sustanciales.
402 SEGURIDAD ALIMENTARIA Y DESARROLLO SOSTENIBLE
Cuadro 12.2
Consumo promedio por región en kilocalorías
Región 1995-1997 2015 2030
Latinoamérica 2.791 2.950 3.080
Asia oriental 2.783 3.020 3.170
Asia del Sur 2.424 2.790 3.040
África subsahariana 2.188 2.400 2.580
África del Norte y Cercano Oriente 2.983 3.090 3.170
Economías en transición 2.901 3.170 3.330
Países industrializados 3.374 3.490 3.550
Promedio mundial 2.761 2.960 3.100
Fuente: FAO.
Estas cifras muestran que hay un largo camino por recorrer en la atención y educa-
ción nutricional de la población colombiana (siendo el problema más acentuado en
las zonas rurales del país), si se quiere avanzar en el cumplimiento de los objetivos
planteados por la Constitución de 1991, de garantizar calidad y suficiencia de la ingesta
alimenticia nacional a todos los integrantes de la Nación.
Acceso a la canasta
En términos concretos, el acceso a la canasta de alimentos por parte de los habitantes
rurales depende de dos factores principales, a saber: el ingreso y el autoabastecimiento.
A su vez, el ingreso se obtiene por dos vías: el empleo o la venta de la fuerza de
trabajo; y el que se obtiene como propietario productor. El segundo factor, el del
autoabastecimiento depende de la capacidad de utilizar tierra y recursos a la produc-
ción de los bienes constitutivos de la canasta. Por consiguiente, el análisis que se hace
enseguida de estos factores permite concluir que el acceso a la canasta se ha reducido
en los últimos años. El rasgo característico de los noventa es el crecimiento de la tasa
de desempleo rural, al pasar del 4,76% en 1991 al 10,4% en el 2000, equivalente a un
aumento bruto de 442.200 desocupados en el campo. Además, de los 6´781.727 habi-
Cultivos ilícitos
El entorno social, económico, y productivo especialmente en zonas alejadas, repro-
duce las condiciones ideales para los cultivos proscritos, los cuales se constituyen en
la única alternativa económicamente viable para algunos grupos de la población ru-
ral, ya que ninguno de los procesos productivos lícitos tiene capacidad de competir
con cultivos como la coca, por lo que la alternativa de sustitución es cuestionable en
términos de rentabilidad para el campesino productor. Aceptando que no son los pe-
queños productores los principales beneficiarios de esta actividad se debe emprender
toda una política de reasentamiento humano que considere la función social y econó-
mica de la tierra. Por ejemplo, una hectárea de coca en el Putumayo producía en el
año 2000 una utilidad trimestral que promediaba entre $800.000 y $1.800.000, es
decir, un ingreso anual por hectárea de $3.200.000 a $7.200.000. Dado que el prome-
dio en extensión del fundo es de cuatro hectáreas, los ingresos ascenderían a un rango
comprendido entre los $12.800.000 y los $28.800.000 anuales, suficiente para man-
tener a 5 personas en esta región. Estos ingresos no se logran con cultivos como el
plátano, la yuca o el arroz, más aún cuando en estas regiones los programas de trans-
PRODUCCIÓN DE ALIMENTOS: ASUNTO DE ESTADO 405
El desplazamiento
La problemática del habitante rural se complica con el aumento del desplazamiento
forzoso, ocasionado por el conflicto armado, la contrarreforma agraria, la irrupción
de capitales de distinta naturaleza, esencialmente, ilícitos ligados con actividades del
narcotráfico, la migración hacia las ciudades y la destrucción del entramado social.
Este fenómeno ha sido considerado como uno de los principales problemas naciona-
les20, ya que el éxodo alcanza la cifra de 1.782.810 personas en el período 1995-2001,
cercano al 6% del total de la población (ver cuadro 12.3). Estas personas entran a
formar parte de un grupo muy vulnerable, en términos de seguridad alimentaria, pues
carecen de los medios para generar ingresos; por el contrario, se desplazan
forzadamente a cascos urbanos y a regiones que no están dotadas para prestarles los
servicios básicos requeridos. Desde este punto de vista, gran parte de los desplazados
pertenece a la economía campesina dedicada a la producción agrícola y de especies
menores y, por lo general, son pequeños propietarios de tierra21.
Cuadro 12.3
Número de desplazados en Colombia 1995-2001
1995 89.510
1996 181.000
1997 257.000
1998 308.000
1999 288.000
2000 317.375
2001 341.925
Total 1.782.810
Fuente: Codhes.
19 Cifras tomadas de: Plan de desarrollo agroforestal sostenible. Un Putumayo sin coca. Erradicación manual.
Mocoa, abril del 2000.
20 Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, Acnur.
21 Según FAO, el 90% de los hombres generaba productos para autoconsumo y el 75% de las mujeres se dedicaba a
cultivar hortalizas y la producción de especies menores, con las cuales complementaban la dieta familiar y
406 SEGURIDAD ALIMENTARIA Y DESARROLLO SOSTENIBLE
Disponibilidad de la canasta
El desempeño de la producción de los elementos de la canasta, para la década de los
noventa, deja claro que el problema fundamental se centra en los productores de
bienes transables, incapaces de competir en el mercado internacional y con las impor-
taciones, debido a falencias asociadas con el rezago tecnológico, el uso inadecuado
de los suelos y la forma de producción, entre otros factores. De otro lado, el compor-
tamiento de los precios reales de los productos agropecuarios durante la década se ha
caracterizado por una disminución constante, fundamentalmente para los transables
como consecuencia del comportamiento de los precios internacionales, que se han
constituido en el referente para el mercado nacional, afectando la rentabilidad de los
cultivos y, por ende, el nivel de ingresos del productor nacional.
Con base en el ejercicio de cualificar la demanda nacional, se llegó a la estimación
del déficit para alcanzar este nivel al 2015, la cual arroja una falencia de 1.7 millones
de toneladas, con una importante participación de frutas, leche, carnes, huevos y pes-
cado (ver cuadro 12.4).
Cuadro 12.4
Consumo actual nacional vs. consumo cualificado
Producto Consumo actual 2000 Consumo proyectado 2015 Déficit en toneladas
Carbohidratos 7.104.491 7.109.993 5.502
Leguminosas 253.928 253.928 0
Hortalizas 1.354.284 1.354.284 0
Edulcorantes 2.708.569 2.708.569 0
Leche* 5.922.455 6.382.527 57.509
Subtotal carnes** 1.371.213 1.777.075 405.862
Pescado 214.146 333.493 119.346
Huevo 393.589 477.809 84.220
Cacao 50.786 50.786 0
Café 105.803 105.803 0
Aceites 478.232 624.964 146.732
Cereales 4.199.129 4.220.290 21.161
Frutas 1.608.213 2.539.284 931.071
Total 25.764.838 27.938.804 1.771.403
*Leche en polvo.
**Carnes incluye cerdo, pollo, res.
generaban ingresos adicionales. Después del desplazamiento, el 32% de los hombres continúan trabajando como
jornaleros en actividades agrícolas, mientras que el 42% de las mujeres busca alguna forma de subsistencia en el
trabajo doméstico. El 24% de los hombres desplazados se dedica al comercio informal y sólo un 4% entre las
mujeres. Sin embargo, la mayoría de desplazados se encuentra desempleada o subempleada (18% de los hom-
bres y el 57% de las mujeres desplazadas).
PRODUCCIÓN DE ALIMENTOS: ASUNTO DE ESTADO 407
productores empresariales más organizados, mientras que los productores más po-
bres con escasa capacidad de organización, no se ven beneficiados por la política
agropecuaria22. 2) El inequitativo acceso a los activos productivos, en especial al
recurso tierra, que limita la posibilidad de acceder a otros factores productivos bási-
cos como crédito, insumos y tecnología y agrava la reproducción de conflictos sobre
el uso del suelo23.
El marco institucional
La política agropecuaria y el gasto público en el sector
Los principales problemas que enfrenta la política pública agropecuaria nacional son:
1) La baja participación de los agentes del agro colombiano en el control y la definición
de prioridades y de estrategias de política pública debido al precario avance del proceso
de descentralización; 2) El alto grado de proliferación normativa y reglamentaria; 3) La
dispersión institucional que deriva en pérdida de liderazgo institucional y duplicación
de esfuerzos; 4) La falta de continuidad en los lineamientos estratégicos de la política
por la preeminencia de medidas y enfoques discrecionales, más orientados por intereses
particulares que por el de la comunidad rural en general y 5) La falta de coherencia entre
lo que se propone a nivel central y sus desarrollos en el nivel local.
De acuerdo con los montos asignados al sector agropecuario en las Leyes de Pre-
supuesto General de la Nación en los noventa, se encuentra una clara tendencia a la
disminución de su participación en el gasto público. De hecho, el gasto en el sector
agropecuario pasó del 4,81% del presupuesto nacional en 1990, al 0,81% en 2000
(equivalentes a 379.000 millones de pesos). Pero, ¿a qué se debe la caída tan marcada
en la asignación del gasto público al sector agropecuario, especialmente en la segun-
da mitad de la década?
22 Ver: Políticas y Desempeño del Sector Agropecuario 1999-2000. Evaluación de Políticas Públicas, No. 4. CGR.
Bogotá, 2001.
23 La CGR realizó análisis comparativo, con base en el cálculo de los coeficientes de GINI de concentración, arroja
para el período 1985-2000 una concentración de la propiedad privada en 0,0195 puntos, tendencia que se acentúa
a partir de la década de los noventa, con un aumento evidente en la superficie para predios de más de 2.000 has,
a costa de una disminución en la mediana propiedad. De esta manera, para el año 2000 menos de 0,5% de los
propietarios posee el 32% de la superficie privada, mientras que el 86% de los pequeños propietarios tiene 16%
del área, mostrando una mínima variación respecto a 1985 en donde el 0,44% de los propietarios concentraba el
29,2% de la superficie y el 85,4% de los pequeños propietarios poseía 16,2% de la tierra. Ello evidencia, por un
lado, la microfundización de la pequeña propiedad y, por el otro, la concentración en la gran propiedad. Debe
considerarse que los rangos definidos en el estudio sobre la concentración de la tierra son utilizados en este
trabajo por limitaciones en la información disponible. Los rangos establecidos son: 0-20 hectáreas, pequeña
propiedad; 20-500 hectáreas, mediana propiedad y 500 hectáreas en adelante, gran propiedad. Se es consciente
de las limitaciones derivadas de medir la concentración de la tierra mediante extensión, debido a que no se tiene
en cuenta la calidad de la tierra; sin embargo, esta clasificación permite una razonable aproximación al problema.
408 SEGURIDAD ALIMENTARIA Y DESARROLLO SOSTENIBLE
Por un lado, el pobre desempeño demostrado por las instituciones del sector
agropecuario colombiano, donde el presupuesto ejecutado en los rubros de funciona-
miento y servicio de la deuda ha ido aumentando en detrimento del dedicado a inver-
sión. De otra parte, las instituciones del sector agropecuario no han sido ajenas a la
reforma del Estado. En tal sentido, se está frente a un proceso que procura transferir al
mercado buena parte de los procesos de asignación de recursos. En virtud de lo ante-
rior se crearon mecanismos para incentivar la inversión en el sector agropecuario
colombiano como Finagro24 (por medio del cual en el 2000 se otorgaron créditos por
un valor cercano a 1.2 billones de pesos) y los Fondos Parafiscales25 (con recaudos
en el 2000 de alrededor de 100.000 millones de pesos), de manera que la iniciativa
privada rige esencialmente el proceso de asignación de recursos.
En lo que se refiere al crédito, en principio se cuenta con un mecanismo mediante
el cual aparentemente todos los usuarios tienen acceso; sin embargo, al tenerse en
cuenta que las condiciones finales del otorgamiento de los créditos corren por cuenta
de la banca comercial y, por ende, prima la exigencia de garantías físicas, los peque-
ños productores son considerados como sujetos de riesgo no elegibles para acceder a
financiación comercial si no se cuenta con algún tipo de garantías diferentes (como
titulación de tierras, fondos gubernamentales, etc). De otro lado, la desigualdad en el
país en términos económicos, educativos y de acceso a la información es en extremo
marcada, lo cual ha redundado en el favorecimiento casi exclusivo de aquellos pro-
ductores con potencialidad competitiva, entrando en conflicto con el compromiso
constitucional adquirido por el Estado Social de Derecho.
Por su parte, los fondos parafiscales se rescatan como un mecanismo fundamental
para el sector agropecuario, debido a que se recaudan recursos con fines al fomento
de los diferentes subsectores, en un entorno en el que la inversión pública en el sector
ha venido experimentando una caída abrupta. Esta labor está siendo realizada por las
federaciones de productores, con la ventaja de que son los mismos interesados quie-
nes controlan los recursos, lo que en principio habría favorecido la búsqueda de solu-
ciones a los problemas estratégicos de cada sector. Este mecanismo requiere precisio-
nes para mejorar su funcionamiento, como la definición clara de las cuotas de
24 Finagro se instaura como un banco de segundo piso, encargado de regular la inversión forzosa en Títulos de
Desarrollo Agropecuario de tipos A y B (los créditos otorgados a pequeños productores, son TDA clase A y los
créditos otorgados a otros productores constituyen TDA clase B), asignados por los bancos comerciales dentro de
los programas del Sistema Nacional de Crédito Agropecuario. Esta institución establece incentivos para que los
bancos contraten el crédito siempre que los proyectos de producción se orienten a la capitalización y la moderni-
zación del sector agropecuario.
25 Los fondos parafiscales son contribuciones distintas a las tasas o impuestos y se imponen a los usuarios de un
servicio o a los miembros de un conglomerado determinado, en este caso los gremios. Estas contribuciones,
aunque son creadas por el Estado, tienen el carácter de cuotas parafiscales. El objetivo de las contribuciones
parafiscales es el financiamiento autónomo de grupos, entidades públicas o privadas, con el objeto de atender
programas definidos de carácter sectorial. Las contribuciones parafiscales se obtienen en forma coactiva.
PRODUCCIÓN DE ALIMENTOS: ASUNTO DE ESTADO 409
26 El Arancel de 10,4% se tomó del Global Competitiveness Report 2000. Oxford University Press. Boston. 2000
De otro lado, por “Medida Global de Ayuda” (MGA) se entiende la ayuda otorgada a los productores agropecuarios,
excepto la ayuda prestada en el marco de programas exentos de reducción de acuerdo con lo establecido, expre-
sado en términos monetarios. Borrador, ALCA. Buenos Aires, abril de 2001.
410 SEGURIDAD ALIMENTARIA Y DESARROLLO SOSTENIBLE
titiva internacional, como se verá en seguida, los factores que influyen son más com-
plejos.
Cuadro 12.5
Cronograma de reducción de la MGA en el ALCA
Millones de US$
País Base Reducción de la medida global de ayuda
MGA 50% 2005 2010 2011 2012 2013 2014
USA 19.030 9.551 8.596 3.820 2.865 1.910 955 0
México 8.387 4.193 3.774 1.677 1.258 838 419 0
Canadá 4.301 2.150 1.935 860 645 430 215 0
Venezuela 1.131 565 508 226 169 113 56 0
Brasil 912 456 410 182 136 91 45 0
Colombia 345 172 155 69 51 34 17 0
Argentina 79 39 35 15 11 7 3 -
C. Rica 16 8 7 3 2 1 0 0
Fuente: Sección I, Parte IV de Listas de Compromisos en la OMC.
Competitividad
En el marco de la globalización ser competitivo resulta fundamental, lo que implica
que se debe producir a bajo costo y sujeto a los estándares de calidad exigidos en el
mercado internacional, es decir, poder insertarse productivamente en el mercado na-
cional e internacional. Una aproximación a la posición competitiva del país para los
productos pertenecientes a la canasta alimentaria consiste en verificar los indicadores
relativos a área, producción y rendimiento de Colombia con respecto al resto del
mundo (ver cuadro 12.6). Preocupa sobremanera el comportamiento de la variable
Cuadro 12.6
Posición competitiva de Colombia por productos de la canasta alimentaria
Número de países evaluados Posición de Colombia
Producto Área Producción Rendimientos Área Producción Rendimientos
Cacao 49 45 45 9 9 19
Caña azúcar 96 105 96 12 9 11
Yuca 78 93 78 17 16 25
Aceite de palma 42 4
Café 69 65 65 3 2 12
Arroz 120 122 120 28 24 28
Cebada 104 105 105 79 73 53
Maíz 158 159 156 31 40 90
Trigo 122 125 122 84 86 61
Soya 82 82 82 27 22 19
Papa 134 146 134 20 22 48
Fríjol 107 107 107 23 18 50
Nota: Este cuadro toma promedios nacionales sin discriminar por tipo de productor.
Fuente: Departamento Nacional de Planeación, 2001.
PRODUCCIÓN DE ALIMENTOS: ASUNTO DE ESTADO 411
Cuadro 12.7
Año 2000: Precio nacional vs. internacional
tributación a la renta del suelo y sin consulta a la aptitud productiva, como es el caso
de la ganadería extensiva en zonas aptas para la agricultura. De otro lado, las tierras
menos aptas para la agricultura son explotadas por la población rural más pobre y más
numerosa, como la única opción de buscar garantizar su subsistencia (ladera, bosque,
selvas y tierras no mecanizables)27.
Las distintas formas de tenencia, entendida como la relación existente entre quien
explota la tierra y quien la posee formalmente, generan otro tipo de conflicto; inclu-
yen categorías como: Propiedad explotada por su propietario, Propiedad no explota-
da por su propietario (Arriendo, Aparcería) y Colonización. Se destaca la propiedad
como la de mayor participación dentro de las formas de tenencia, evidenciando la
disminución de las otras formas como la aparcería, el arriendo y el colonato, debido a
cambios generados por la Ley 131 de 1961 (y reafirmados con la Ley 1a. de 1968)
para intervenir las grandes fincas y expropiar a los propietarios ausentistas. En efecto,
los propietarios se vieron obligados a expulsar a los pequeños productores, arrendata-
rios y aparceros para evitar conflictos jurídicos en cuanto al derecho a la titulación.
De acuerdo con la Primera Encuesta de Calidad de Vida y Eficiencia de las Unida-
des de Producción Agropecuaria (Pecve-UPA) de 1997, el 1,7% de la superficie se
trabaja en aparcería, con la mitad de los predios menores a 5 has y 4,3% se trabaja en
arriendo de renta fija, con predios entre 50 y 100 has (42%). Desagregando por re-
gión, la aparcería se practica más en la parte media del Valle del Magdalena (23%) y
en la Vertiente Sur (23%). En cambio, el arrendamiento se encuentra en la parte alta
del Valle del Magdalena (36%) y en los Altiplanos (36%). Estas formas de tenencia
informales, que corresponden a una cesión “temporal” del derecho de uso del predio
sin un respaldo jurídico y catastral, cubría en 1995 alrededor de 926.485 predios,
concentrados (principalmente por superficie) en las regiones del Pacífico, Orinoquia
y Amazonia del país, coincidiendo con regiones intensivas en cultivos ilícitos, con
problemas sociales y abandonadas por el Estado, evidenciando serias falencias de las
reformas adoptadas para transformar la estructura tradicional de la propiedad y mejo-
rar las condiciones de exclusión características del campo colombiano.
Una de las consecuencias de la mala distribución de la tierra es el relegamiento de la
economía campesina hacia zonas marginales. Áreas en las cuales se dificulta el acceso
a mercados y la integración a la economía nacional, en donde los cultivos ilícitos se
constituyen casi que en la única alternativa económicamente viable. Sin embargo, la
utilización de tierras frágiles en actividades productivas no adaptadas a sus condicio-
nes, como la región de la Amazonia, genera procesos muy acelerados de degradación
27 En efecto, aunque el 80% de los suelos nacionales están clasificados como de clase no óptima (clases VI, VII, VIII),
son utilizados en actividades productivas que riñen con la conservación de los mismos. Entonces, a la inequitativa
distribución se suma la baja calidad del recurso y como consecuencia se evidencian bajos rendimientos y procesos
degenerativos del suelo, que para 1988 ya afectaban más del 44% de la superficie total del país.
PRODUCCIÓN DE ALIMENTOS: ASUNTO DE ESTADO 413
de los bosques. En este sentido, preocupan las cifras con respecto a bosques deforestados
entre 1992-2000, puesto que debido al cultivo de ilícitos se han destruido 2.828.269
hectáreas, según la Dirección Nacional de Estupefacientes (ver cuadro 12.8).
Cuadro 12.8
Bosques deforestados por cultivos ilícitos (número de hectáreas)
Cultivo Coca Amapola Marihuana Total
1992 148.400 48.680 64.446 261.526
1993 158.800 35.418 8.910 203.128
1994 180.000 50.685 8.895 239.580
1995 203.600 16.350 7.419 227.369
1996 268.800 15.750 7.500 292.050
1997 318.000 16.500 7.500 342.000
1998 312.800 18.375 7.500 338.675
1999 414.000 16.250 3.000 433.250
2000 472.788 15.065 2.838 490.691
Total 2.477.188 233.073 118.008 2.828.269
Fuente: Dirección Nacional de Estupefacientes.
Cobertura y uso
Entre las principales limitantes de un apropiado uso del suelo, para la explotación
agropecuaria, se encuentran el grado y tipo de intervención. En este sentido, sobresale
la excesiva dedicación de la tierra en ganadería extensiva, en detrimento de los suelos
con vocación agrícola, forestal y de bosques, debido a la crisis del agro, a los fenómenos
de violencia, a la concepción de la tierra como mecanismo de poder territorial y, como
se verá más adelante, a las deficiencias en la distribución de la tierra. Como agravante se
observa un alto grado de subutilización del suelo agrícola, que apenas llega al 37%,
mientras que en ganadería se emplean más de 35 millones de hectáreas, cuando sólo
16.8 millones tienen esta vocación, incluyendo las áreas con vocación silvopastoril
(SPA), llegando a una utilización del 239% del área con esta vocación (ver cuadro
12.9). La situación a nivel regional se observa en el cuadro 12.10.
Cuadro 12.9
Variación de la cobertura vegetal y uso del suelo en Colombia
(1988-2001)
Cobertura y uso Área (has) Variación
1988 2002 Área (has) Porcentaje
Tierras en agricultura 5.313.868 4.244.447,6 -1.069.420 -20,13
Tierras en pastos 40.083.171 42.903.335,2 2.820.164 7,04
Tierras en bosques y
cubiertas especiales 58.854.061 58.160.403,6 -693.657 -11,18
Fuente: IGAC 1988 y 2001.
414 SEGURIDAD ALIMENTARIA Y DESARROLLO SOSTENIBLE
Cuadro 12.10
Distribución de los suelos agrícolas y ganaderos en las zonas agroecológicas
Vocación Uso actual
La región Caribe tiene el 40,9% de las tierras con vocación agrícola del país, de las
cuales son cultivadas el 12,7%; mientras que la ganadería ocupa más de 9 millones de
hectáreas, es decir, el 237,7% de las áreas con vocación ganadera (3.86 millones de
hectáreas). En otras palabras, la región Caribe representa el 58% de las tierras aptas
para agricultura que presentan conflicto en el país.
La región Andina posee el 32% del área agrícola del país, de la cual se utiliza en
esta actividad el 69%. Debe destacarse que el mayor conflicto de uso se presenta con
las explotaciones ganaderas, que abarcan más de 12,5 millones de hectáreas equiva-
lentes al 1.178% del área potencial para ganadería. Es decir, la ganadería no sólo
cubre áreas con vocación agrícola, sino que además utiliza otras en las cuales causa
graves daños y deterioro de su calidad. En este sentido, la región Andina participa
con el 16% del conflicto de uso de las tierras agrícolas en el país.
La Orinoquia provee el 7,1% de las tierras agrícolas del país y sólo se cultiva el
31%, utilizándose gran parte de estas áreas en ganadería, sin embargo, no alcanzan a
ocuparse la totalidad de las áreas con vocación ganadera debido a la falta de vías y a
problemas como los derivados del conflicto armado. Así, en la Orinoquia la explota-
ción ganadera se hace en el 90% del suelo con esta vocación y las áreas cultivadas
ocupan el 32% de las áreas con vocación agrícola, representando el 8% de las tierras
agrícolas en conflicto de uso de Colombia. En las depresiones interandinas también
se presenta subutilización del área agrícola (1.63 millones de hectáreas) que repre-
senta el 16,2% del área con vocación agrícola en el país y se cultiva menos del 30%
del área disponible para siembra. La ganadería ocupa cerca del 154% de las áreas con
vocación ganadera, presentando conflicto con tierras de vocación agrícola y aun con
tierras con vocación mixta o forestal. Esto significa que el 17% del conflicto de uso
PRODUCCIÓN DE ALIMENTOS: ASUNTO DE ESTADO 415
28 Machado, Absalón et. al., Censo del minifundio en Colombia. IICA-Minagricultura y Dllo. Rural. Bogotá, 1995.
29 Debe destacarse que este análisis no logra cuantificar las tierras rurales dedicadas a fincas de recreo y urbanizadas.
416 SEGURIDAD ALIMENTARIA Y DESARROLLO SOSTENIBLE
Cuadro 12.11
Participación del minifundio en la estructura predial
Minifundio Total nacional Porcentaje
Cálculos: DES-CDSA.
Fuentes: IGAC-Censo del Minifundio en Colombia.
Cuadro 12.12
Diagnóstico de la seguridad alimentaria nacional
ACCESO
Nivel nacional
Consumo per cápita (FAO). 1990: 2.579 kcal/día 2000: 2.739 kcal/día
Deficiencias nutricionales en la población infantil Déficit de peso (6,7%); Anemia (23,6 %); Deficiencia de yodo (7,2%);
(FAO) Deficiencia de vitamina A (14,2%)
Nivel rural
Desempleo (DANE) 1991: 4,76% 2000: 10,4%
Línea de pobreza (DNP) 1991: 68,4% 2000: 82,6%
Línea de indigencia (DNP) 1991: 35,2% 2000: 43,4%
PEA que recibe menos de un salario mínimo (DANE) 1997: 40% 2000: 51%
Propietarios con menos de una UAF* (IGAC) 2000: 77,3%
Crisis cafetera entre 1994 y 2000 (Federación de Pérdida de 130.000 empleos directos
Cafeteros)
Población desplazada (Codhes) 1990 al 2000: 2.500.000 personas
DISPONIBILIDAD
Participación del sector agropecuario en el
Presupuesto Nacional (Leyes de Presupuesto 1990: 4,81 2000: 0,8
General de la Nación)
Acceso pequeños productores al total del crédito
institucional (Finagro) 1999: 2% 2000: 5,92%
Productos que permanecen gracias a los aranceles
(Mincomex-CAN) Maíz, pollo, azúcar, leche, arroz
Inversión en ciencia y tecnología agropecuaria
(Fondos parafiscales, Gremios, Corporaciones mixtas) 1998: 117,676 millones de 2000: 114.130 millones de
pesos de 2000 pesos de 2000
Importación total de alimentos con agroindustria
(Mincomex) 1992: 2.219.496 ton 2000: 5.577.109 ton
Coeficiente de Gini para la propiedad privada.
Predios superficie (IGAC) 1985: 0,8438 2000: 0,8588
SOSTENIBILIDAD
Áreas en agricultura (IGAC) 1988: 5.3 millones has 2002: 4.2 millones has
Áreas en ganadería (IGAC) 1988: 40.1 millones has 2002: 43.9 millones has
Bosques deforestados por ilícitos
(Dirección Nal. Estupefacientes) De 1992 a 2000: 2,8 millones has
*Por UAF se entiende un fundo capaz de proporcionar tres salarios mínimos, nivel mínimo de subsistencia para una familia.
Cálculos Desagro.
PRODUCCIÓN DE ALIMENTOS: ASUNTO DE ESTADO 417
Resumen
Este diagnóstico presenta un cuadro poco alentador. Por una parte, la situación des-
crita contraviene el espíritu de la Constitución de 1991 al estipular que se deben
llevar a cabo las acciones necesarias para mejorar la calidad de vida de los habitantes
del campo. Por otra, existe una clara fractura de los cimientos de la seguridad
alimentaria nacional como son: 1) El acceso, al no alcanzar los ingresos adecuados
para la compra de la ingesta necesaria; 2) La disponibilidad, al no aprovechar
eficientemente el uso de los recursos productivos para la producción de alimentos; y
3) La sostenibilidad, derivada de la razón anterior y materializada en el degradamiento
del recurso suelo como soporte del sistema productivo agroalimentario.
Así las cosas, es evidente: 1) La inoperancia de los programas encaminados a
fortalecer la capacidad competitiva del productor nacional. 2) La desarticulación en-
tre los preceptos del Estado Social de Derecho y los desarrollos legales, reglamenta-
rios y organizativos. 3) La necesidad de plantear políticas públicas diferenciadas que
respondan a la heterogeneidad de lo agropecuario (economía campesina de subsisten-
cia-producción agroempresarial), dentro de un marco que promueva la producción
sectorial doméstica, bajo ciertas condiciones regulatorias y en consulta con criterios
de eficiencia productiva, aprovechamiento del suelo y distribución de ingresos.
30 Se tomaron como referentes la canasta alimentaria del DANE y FAO: Colombia´s Food Balance Sheet, el cual
promedia los valores de consumo para el período 1980-2000. Los cálculos de consumo se hicieron con los datos
de los Anuarios del Ministerio de Agricultura.
31 FAO, “Agriculture: Towards 2015/2030”. Technical Interin Report, abril 2000.
418 SEGURIDAD ALIMENTARIA Y DESARROLLO SOSTENIBLE
Cuadro 12.13
Evolución del consumo y equivalente en kcal/día 2000-2015
Año 2000 Proyección al 2015
Productos Consumo Kcal/día Consumo Kcal/día
Carbohidratos* 168 365 168 366
Leguminosas 6 56 6 56
Hortalizas 32 23 32 23
Edulcorantes 64 621 64 621
Leche 140 226 151 244
Subtotal carnes 32 169 42 219
Pescado 5 11 8 18
Huevo 9 33 11 40
Cacao 1 4 1 4
Café 3 3 3 3
Aceites 11 273 15 357
Cereales 99 880 100 880
Frutas 38 74 60 117
Total 609 2.739 660 2.947
* Incluye papa, plátano y yuca.
Consumo en kg/persona en un año.
El equivalente en kilocalorías se expresa en términos per cápita.
Cálculos: DES-CDSA.
Fuente: FAO-DANE.
32 TAE = X/P, donde X, representa las exportaciones, y P la producción nacional. Ambas variables medidas en
toneladas.
PRODUCCIÓN DE ALIMENTOS: ASUNTO DE ESTADO 419
33 De acuerdo con las proyecciones de precios del Banco Mundial, en su documento: Global Commodity Markets.
A Comprehensive Review and Price Forecast. Número 2, abril 2000. En caso de concebirse la compra del bien
en el mercado internacional se considera el valor de los fletes y seguros para los diferentes tipos de productos
según la Cepal (Comisión Económica para América Latina y el Caribe): Perfil marítimo de América Latina y el
Caribe. 2000.
34 Se tomaron los jornales promedio (tierra fría-tierra caliente) del año 2000 sin alimentación para la actividad
agrícola ($10.386), para la ganadería ($10.509) y el salario mínimo diario de 2000 para aquellos vinculados a la
agroindustria ($11.823). De la misma manera se consideraron los jornales por actividad productiva.
35 Fuente DANE, Dirección de Cuentas Nacionales. Serie valor PIB en millones de pesos de 1994, llevada a millones
de pesos de 2000.
36 Agriculture: Towards 2015-2030 Technical Interin Report. Abril 2000. Tomado de: www.fao.org. Diciembre
2001.
420 SEGURIDAD ALIMENTARIA Y DESARROLLO SOSTENIBLE
Cuadro 12.14
Escenarios posibles del sector rural en 2015
Áreas necesarias***
Sector Externo
Empleo
PIB agropecuario
* Incluye los requerimientos de algodón y cebada del país para el año 2015 basado en los consumos actuales.
** Incluye flores, banano, tabaco manteniendo su participación en el mercado internacional.
*** Se parte de un uso potencial de 12 millones de hectáreas para agricultura y 16,8 millones de hectáreas para ganadería.
**** Incluye los empleos generados por los productos fuera de la canasta.
***** No incluye productos de la agroindustria.
US 132.168.105.427 (dólares de 2000) es el valor del PIB estimado para el año 2015.
El escenario actual se obtiene a partir de los datos del año 2000, por ser los más recientes que existen para el sector.
Cálculos: DES-CDSA
PRODUCCIÓN DE ALIMENTOS: ASUNTO DE ESTADO 421
colombianos para el año 2015, se valoran las toneladas a importar (30´986.002 ton)
con los precios internacionales proyectados por el Banco Mundial y se adiciona el
valor de los fletes de transporte y los seguros. Este escenario implicaría una importa-
ción y gasto total en alimentos equivalente al 10,65% del PIB nacional en el 2015.
De otro lado, no utilizar las tierras con vocación agropecuaria para la producción
de los bienes de la canasta alimentaria, generaría apenas 167.242 empleos en el sector
agropecuario en el 2015, correspondientes a los productos de fuera de la canasta, lo
cual llevaría el desempleo rural a niveles cercanos al 50% y, por lo tanto, a una situa-
ción insostenible, pues al menos 3,3 millones de colombianos del campo tendrían
problemas para generar algún ingreso y acceder a una canasta alimenticia de buena
calidad y suficiente. La valoración del empleo agropecuario (correspondiente a los
productos fuera de la canasta) y su participación en el PIB agropecuario con y sin
seguridad social, arrojan 14% del PIB agropecuario sin seguridad social y 21% consi-
derando el pago de la misma.
Escenario pasivo
El escenario pasivo supone el mantenimiento de los rendimientos actuales en todas
las actividades productivas del agro y la meta de una producción como la necesaria,
para satisfacer las demandas de los más de cincuenta y tres millones de habitantes que
tendrá el país, en el año 2015. Este escenario muestra un requerimiento superior a los
sesenta y tres millones de hectáreas para uso agropecuario, cuando los suelos con esta
vocación en el país corresponden a 28.800.000 has. El caso más preocupante es el de
la ganadería, la cual estaría más que triplicando el uso de tierras con potencial para
esta actividad (56.560.000 en comparación con 16.800.000 hectáreas potenciales). Es
decir, se estarían utilizando zonas con vocación agrícola y forestal para seguir con la
ganadería predominantemente extensiva que hoy en día se practica en el país, plan-
teándose la problemática de la sostenibilidad, pues no se garantizaría ni siquiera la
existencia de recursos naturales esenciales como la tierra para las generaciones futu-
ras. De aquí que surja el llamado a modernizar esta actividad, más aún si se pretende
convertirla en uno de los principales renglones de exportación.
Por esta razón, se limita, para fines de análisis práctico, la utilización del área con
vocación agropecuaria para evaluar el verdadero alcance de este escenario sin degra-
dar los suelos con otras potencialidades. Así se plantearía una situación crítica, ya que
las importaciones de alimentos estarían representando poco menos del 5% del PIB; es
decir, el costo de garantizar la seguridad alimentaria de los colombianos no sólo sería
muy alto, sino que se dependería cada vez más de las importaciones de alimentos. A
lo anterior se suma el hecho de que la tasa de desempleo a nivel rural sería del 19%, lo
cual complicaría la situación en el campo en términos de pobreza y, por ende, de
acceso al alimento requerido. En este mismo sentido, la posibilidad de garantizar
422 SEGURIDAD ALIMENTARIA Y DESARROLLO SOSTENIBLE
seguridad social para los habitantes del agro implicaría que el 51% del PIB agropecuario
se invirtiera en pago de mano de obra, lo que en realidad condenaría al habitante rural
a seguir en las mismas condiciones de ingreso de la actualidad, con el agravante de
tener viviendo casi el 80% de la población rural bajo la línea de pobreza.
En este orden de ideas, se hace imperioso trabajar en mejoramiento de rendimien-
tos de las actividades agropecuarias, lo cual implica enfrentar, entre otras áreas, el
problema de la investigación sectorial en el país. Se requiere avanzar en la implemen-
tación de un sistema de ciencia y tecnología que responda no solamente a los requeri-
mientos de aquellos agentes con capacidad de adquirirla, dejando atrás actividades
vulnerables. En este sentido, el Estado debe asumir responsabilidad en la definición y
promoción de ciertos objetivos y políticas estratégicos de la investigación para res-
ponder a la solución de problemas como la seguridad alimentaria, la investigación
básica y la conservación del medio ambiente, los cuales se encuentran por fuera del
abanico de intereses del sector privado.
Del lado de los gremios se cuenta con el mecanismo de los Fondos Parafiscales,
para la inversión en investigación y transferencia de tecnología, para lo cual, aunque
no en todos los casos, acuden a entidades de investigación del Estado que los reciben
gustosas, debido a que su propia supervivencia depende de los recursos que logran
canalizar mediante proyectos. En este sentido, debe propenderse porque los propios
gremios adelanten investigación aplicada, dedicando menos recursos al funcionamiento
del gremio y más a los temas estratégicos de su sector.
Otro de los eslabones clave para el fortalecimiento de la investigación y la transfe-
rencia de tecnología es la integración de la Universidad al proceso, pues un país con
escaso recurso humano calificado, no puede incurrir en el desprovechamiento de poten-
cialidades como el desarrollo y la aplicación de conocimiento por mantener aislada a la
academia de la búsqueda de soluciones a la problemática del sistema productivo.
37 Incluye papa, azúcar, panela, azúcar, leche, pollo, huevo, cerdo, cacao, café, aceite de palma, maíz y arroz, que
son los productos para los cuales se conocen los costos de producción.
PRODUCCIÓN DE ALIMENTOS: ASUNTO DE ESTADO 423
Cuadro 12.15
Analisis de sensibilidad del escenario pasivo
Áreas necesarias***
Área agropecuaria (hectáreas) 60.727.100
Área en ganadería (hectáreas) 56.560.079
Área agrícola (hectáreas) 4.167.021
Déficit área (hectáreas) 31.927.100
Sector externo
Importaciones canasta (toneladas) 21.996.771
Importaciones canasta (US$2000) 8.014.734.361
Importaciones fuera de la canasta* (toneladas) 209.388
Importaciones fuera de la canasta* (US$2000) 104.260.886
Importaciones agropecuarias (toneladas)***** 22.206.159
Importaciones agropecuarias (US$2000)***** 8.118.995.247
Exportaciones canasta (toneladas)
Exportaciones canasta (US$2000)
Exportaciones fuera de la canasta** (toneladas) 1.751.884
Exportaciones fuera de la canasta (US$2000) 1.451.472.329
Exportaciones agropecuarias (toneladas)***** 1.751.884
Exportaciones agropecuarias (US$2000)***** 1.451.472.329
BALANZA COMERCIAL CANASTA (US$2000) -8.014.734.361
BALANZA COMERCIAL CANASTA (ton) -21.996.771
BALANZA COMERCIAL (US$2000)***** -6.667.522.918
Empleo
PEA rural (No. de personas) 6.775.459
Empleo rural no agropecuario (puestos de trabajo) 3.397.991
Empleo agropecuario**** (puestos de trabajo) 1.509.015
Total empleo rural (puestos de trabajo) 4.907.006
Desempleo (personas cesantes) 1.868.453
Tasa de desempleo rural 27,58%
PIB agropecuario
Total agropecuario sin agroindustria (US$2000) 5.453.074.066
Valoración empleo agropecuario (US$2000) 1.621.707.014
Participación empleo en el PIB agropecuario 30%
Valoración empleo agropecuario con seguridad social (US$2000) 2.439.047.350
Participación empleo en el PIB agropecuario con Seguridad Social 45%
Participacion en el PIB nacional (%)
Importaciones de alimentos 6,06
PIB agropecuario 4,13
* Incluye los requerimientos de algodón y cebada del país para el año 2015 basado en los consumos actuales.
** Incluye flores, banano, tabaco manteniendo su participación en el mercado internacional.
*** Se parte de un uso potencial de 12 millones de hectáreas para agricultura y 16,8 millones de hectáreas para ganadería.
**** Incluye los empleos generados por los productos fuera de la canasta.
***** No incluye productos de la agroindustria.
US$132.168.105.427 (dólares de 2000) es el valor del PIB estimado para el año 2015
Cálculos: DES-CDSA.
424 SEGURIDAD ALIMENTARIA Y DESARROLLO SOSTENIBLE
En los siguientes apartados se hace un análisis del uso de los suelos en Colombia,
teniendo como objetivo plantear una reorganización productiva del suelo nacional
que permita hacer un uso eficiente de los mismos. De igual manera, se contemplan
alternativas para la generación de ingresos y de empleo en otras actividades rurales
para los desocupados, como resultado de las mejoras tecnológicas en la producción
de alimentos.
Cuadro 12.16
Aptitud de los suelos de Colombia por regiones
Región Amazonia Orinoquia/1 Andén Caribe Andina Valles Total
Pacífico Interandinos
Clase I 0 30.000 85.882 115.882
Clase II 0 550.000 286.273 836.273
Clase III 2.417.579 1.850.000 1.288.229 5.555.808
Clase IV 1.762.923 2.000.000 1.431.366 1.199.500 6.393.789
Clase V 3.290.759 970.000 57.255 466.500 4.784.514
Clase VI 10.076.875 2.150.000 5.725.464 851.000 18.803.339
Clase VII 5.286.875 1.350.000 12.023.474 282.500 18.942.849
Clase VIII 228.299 1.100.000 7.729.376 62.500 9.120.175
Aguas, urb. 14.000 14.000
Sin clasificar 39.847.005 6.443.400 3.317.766 49.608.171
Total 39.847.005 23.063.310 6.443.400 13.317.766 28.627.319 2.876.000 114.174.800
Peq. prop. 2,6% 9,5% 26,0% x
Mediana 30,4% 66,4% 53,8% x
Gran prop. 66,9% 24,1% 20,2% x
Tabaco negro
Arroz secano
Arroz secano
mecanizado
mecanizado
exportación
exportación
Arroz riego
tecnificado
tradicional
Arracacha
Cap carga
Hortalizas
Palma de
Cocotero
panelera
negro Cl
Algodón
Ajonjolí
Banano
Plátano
Plátano
Cebada
manual
Tabaco
Tabaco
animal
azúcar
Cacao
Sorgo
aceite
Ñame
Fique
Trigo
rubio
Fríjol
Caña
Caña
Papa
Soya
Yuca
Maní
Maíz
Maíz
Café
exp.
Departamento
Antioquia 2.757 3.542 1.395 2.000 1.344 2.515 1.049 748 6.082 16.953 18.709 11.847 16.395 39.889 9.915 6.066 389 1.680 2.156 3.954 1,3 34 0,8
Arauca 3.919 1.500 2.500 1.482 2.202 887 13.294 8.085 591 2.209 0,8
Atlántico 5.147 3.006 1.046 1.676 693 677 7.171 7.426 7.894 320 1.110 14 1,2
Bolívar 4.479 3.857 2.006 2.486 1.648 2.639 934 742 4.640 10.900 9.674 7.234 540 1.918 1.554 6.496 10 0,9
Boyacá 2.517 1.935 2.402 1.429 2.372 1.807 812 687 14.519 8.361 7.531 8.887 558 1.468 1.415 1.428 12.417 0,9 46 0,8
Caldas 2.563 978 3.027 812 1.695 2.159 12.542 12.441 10.500 6.872 488 1.669 1.847 107.630 3.872 1,2 29 0,9
Caquetá 3.583 3.676 1.204 985 2.111 779 280 1.757 8.922 5.961 345 3.934 0,8
Casanare 4.591 4.339 1.775 1.296 2.405 888 800 1.990 3.678 11.667 10.519 10.250 612 1.728 5.997 0,5
Cauca 4.234 1.500 3.297 1.074 3.805 1.088 803 1.077 2.007 9.169 2.067 17.030 7.000 9.105 5.329 482 1.910 1.924 1.183 117.601 4.334 0,6 3,93 0,4
Cesar 4.392 3.030 2.667 2.335 1.273 2.451 790 552 1.700 1.768 3.681 17.707 10.203 6.379 555 1.894 1.435 71.409 4.207 0,4 16 1,0
Chocó 1.723 1.245 1.285 11.067 1.015 8.403 11.009 7.080 298 3.212 24
Córdoba 4.788 3.579 1.411 3.366 1.605 3.813 681 618 1.948 6.915 9.048 10.033 6.784 501 2.002 3.722 1,4
Cundinamarca 5.011 4.440 2.089 2.178 1.437 2.129 2.149 1.422 449 1.557 2.230 2.650 16.883 7.299 6.405 8.561 494 1.819 4.457 1,1 12 1,1
Guaviare 3.770 1.380 1.211 1.000 904 773 1.574 9.989 7.259 419 1.467 6.333
La Guajira 4.752 2.313 1.249 1.648 586 8.154 7.696 8.356 9.535 7.563 497 1.720 1.346 0,5 13 0,4
Huila 5.588 3.054 1.438 2.855 2.492 11.106 7.040 6.882 3.693 455 2.366 1.775 8.691 0,6 11 0,5
Magdalena 4.195 2.188 1.098 1.803 621 593 4.858 3.428 8.257 7.779 34.902 9.983 477 1.743 1.307 0,5 13 1,0
Meta 4.448 4.171 2.956 1.687 2.526 912 652 1.789 2.530 10.931 12.855 501 1.731 1.653 2.264 0,4
Nariño 1.159 2.168 2.576 1.362 2.197 765 925 8.583 2.725 16.047 8.000 7.468 4.921 196 1.606 1.772 7.130 0,6 7,27 0,7
Norte Santander 4.987 3.777 2.000 2.000 1.311 2.848 2.071 1.285 3.512 19.179 10.306 9.127 7.258 395 1.876 1.955 2.000 84.145 4.104 1,0 23 0,5
Putumayo 1.488 1.200 2.187 1.592 10.322 9.581 6.664 287 3.588
Quindío 2.686 1.243 3.658 683 2.713 9.119 9.729 16.582 6.902 388 1.989 9.303 1,6 18 1,8
Risaralda 3.255 1.183 3.207 838 1.291 11.381 9.990 15.935 5.105 466 1.860 1.049 1.458 99.248 5.978 1,1 28 1,1
Santander 4.491 3.843 1.363 2.813 1.483 1.962 1.122 953 3.149 16.558 8.912 8.576 7.313 568 1.571 1.825 1.673 1.559 11.599 1,2 17 1,1
Sucre 3.485 1.894 2.050 1.391 2.380 831 606 7.118 9.526 8.980 4.703 450 1.823 1.309 3.822 11 1,4
Tolima 5.840 2.591 1.703 3.192 1.033 594 1.781 2.184 12.837 11.576 10.308 8.423 527 1.528 1.720 1.932 5.420 1,0 7,43 0,6
Valle 4.696 4.430 1.698 4.353 1.533 773 1.750 2.128 7.375 12.873 10.422 14.766 9.816 447 2.009 2.163 120.261 6.387 1,0 15 1,7
427
Vaupés 925 1.175 13.729 6.880
Cultivos como yuca y plátano se distribuyen por todo el territorio nacional y sólo en
algunos sitios, como Amazonas (para ambos productos) y Huila (plátano), presentan
bajos rendimientos.
En segundo lugar, observando las filas de la tabla, es posible ubicar los cultivos
más apropiados, de acuerdo con sus rendimientos para cada departamento.
Este tipo de análisis permite evidenciar coincidencias entre la aptitud de uso del
suelo y los niveles de rendimiento alcanzados en los diferentes cultivos. Así, por
ejemplo, el Valle de Cauca, uno de los departamentos con suelos clase A de la clasi-
ficación, presenta buenos y altos rendimientos para los diferentes cultivos, con ex-
cepción de la papa que se explota en áreas marginales. Por el contrario, Amazonas, un
departamento esencialmente con aptitud de conservación, presenta conflicto con la
mayoría de cultivos allí establecidos y sólo cacao y caña panelera presentan buenos
rendimientos. Obviamente, ésta es una primera aproximación a un tema muy comple-
jo; de hecho, se es consciente de la necesidad de llevar a cabo un análisis regional que
además de involucrar los rendimientos, tenga en cuenta las variables tecnología y tipo
de suelo, lo que escapa al alcance de este trabajo. Sin embargo, debe destacarse el
valor indicativo de este ejercicio.
Cuadro 12.18
Porcentaje de tierra en conflicto de uso
Región % Área intervenida Subutilización Total % Uso adecuado
Dadas las diferencias intrínsecas entre las regiones, se encuentra que en el caso de
las más intervenidas sólo un bajo porcentaje del área presenta un uso adecuado del
suelo. Se destaca la región Andina con un 74% del área total con algún grado de
intervención, en la que apenas el 14% del suelo está siendo bien utilizado, con el
agravante de que el conflicto de mayor proporción es la sobreutilización en el 62%
del área. Esta situación debe constituirse en una seria señal de alerta, si se tiene en
cuenta que la región con mejor uso del suelo es la Orinoquia y éste apenas alcanza el
67%. La región de la Amazonia, con una intervención del 14,8% del área, cuya dedi-
cación corresponde a explotación de madera, fauna y flora, asociada al bosque frag-
mentado, presenta potencial de uso, considerando que la subutilización se estima en
un 4,1%.
Considerando el área subutilizada como potencial para explotación agrícola y la
sobreexplotada como susceptible de ser excluida, el plan de reordenamiento del área
agrícola propuesto en la tabla anexa, se aproxima a la especialización regional de la
producción de acuerdo con las ventajas comparativas y competitivas que puedan de-
sarrollar. En este sentido, se pretende propiciar el mejoramiento productivo y la in-
tensificación de la explotación agrícola con incrementos alcanzables de la productivi-
dad de las tierras con esta vocación.
Aunque el 74,4% de las tierras con vocación ganadera se encuentra bien utilizado,
la prevalencia de una forma de producción extensiva (auspiciada por el uso de la
tierra con propósitos especulativos, de poder territorial y la exención tributaria de la
renta de la tierra) hace que se utilicen suelos cuya vocación es la producción agrícola,
generando el desplazamiento de esta actividad hacia áreas marginales, con efectos en
la sostenibilidad, en la competitividad por bajo rendimiento y un manejo inadecuado
de los recursos naturales. Respecto a los cultivos permanentes y semipermanentes
(café, frutales, banano, palma africana y caña de azúcar), se encuentra que sólo el
430 SEGURIDAD ALIMENTARIA Y DESARROLLO SOSTENIBLE
20,5% de las tierras agrícolas con vocación para estos, está bien utilizado, mientras
que el 65% se subutiliza principalmente por estar en pastos. Además de los conflictos
mencionados anteriormente, existen otros por uso prohibido en el 8,6% de las áreas
de parques nacionales naturales, principalmente pastos naturales, asociaciones de
cultivos y bosques fragmentados.
Los conflictos de uso del suelo presentan una serie de condicionantes económicos,
sociales y políticos, relacionados con la concentración de la propiedad de la tierra, el
abandono de las tierras por el desplazamiento forzado de la población rural (ver cua-
dro 12.19) y la ineficacia de la política agrícola, entre otros, que deben considerarse al
momento de evaluar un plan de reordenamiento como el propuesto, desde el punto de
vista de la efectividad en el uso y aprovechamiento de los factores de producción. En
este sentido, el recurso tierra, considerado como un factor específico de producción
para la actividad agropecuaria, se debe reorientar de acuerdo con su vocación y po-
tencial productivo. Lineamientos como los aquí propuestos habrían de ser tenidos en
cuenta para los Planes de Ordenamiento Territorial (POT). Es clara la necesidad de
llevar a cabo una reestructuración en la forma de producción, el ordenamiento territo-
rial, la especialidad y uso de la tierra, el reasentamiento humano, el respeto a la fron-
tera agrícola y el desarrollo tecnológico del país; que propendan por el uso adecuado
de las tierras y que consideren la dotación de los factores productivos complementa-
rios necesarios para ejercer la actividad de manera competitiva.
Cuadro 12.19
Desplazamiento forzoso. Departamentos expulsores, 2001
Departamentos Personas % Gini
Ganadería
Según la Zonificación Agroecológica de suelos del IGAC (2002), las áreas para explo-
tación ganadera exclusiva son 10.206.613 ha, de las cuales 9.102.651 (90,67%) pre-
sentan vocación para ganadería extensiva y 951.781 ha (el 9,33%) para ganadería
intensiva y semiintensiva. Estos dos tipos de explotación ganadera encuentran la mayor
área con aptitud en el piso térmico cálido, siendo en ambas superior al 90% con
relación a los pisos medio y frío. Además de éstos, hay 11.590.579 ha de suelos con
vocación agrosilvopastoril y silvopastoril, lo que daría un total de 21.846.105 ha con
aptitud para algún tipo de explotación ganadera.
PRODUCCIÓN DE ALIMENTOS: ASUNTO DE ESTADO 431
El área dedicada a la producción ganadera para el año 2015 propuesta por el pre-
sente documento es de 16.800.000 de hectáreas, debido a la consideración de las
áreas aptas para ganadería y esperando aumentos importantes en la productividad
promedio de las explotaciones ganaderas. Aunque en el corto plazo es justificable el
uso de tierras con vocación agrícola para la producción pecuaria, es necesario que en
el futuro se aprovechen las tierras de acuerdo con su vocación, debido principalmente
a la mayor generación de empleo y a la mayor productividad por parte de la agricul-
tura, de manera que se generen excedentes para exportación. Es también importante
destacar que el uso de tierras agrícolas en cercanías de los centros urbanos, para la
producción intensiva de leche se justifica en el mediano plazo mientras se logran y
aún a largo plazo si no se logran los adelantos tecnológicos necesarios para sostener
los niveles productivos necesarios para garantizar el suministro de productos ganade-
ros, principalmente leche, cuya producción demanda mejor calidad en los forrajes
consumidos por el animal. Del trabajo del IGAC (2002) se destaca que las áreas con
vocación para el pastoreo extensivo participan con cerca de la mitad del área (41,7%)
con vocación para producción ganadera, incluyendo los sistemas de producción mix-
ta, siendo esto un indicador de la magnitud de los avances que se deben lograr para
alcanzar los rendimientos necesarios con el fin de garantizar la seguridad alimentaria
en cuanto a productos ganaderos (ver cuadro 12.20).
Cuadro 12.20
Ordenamiento del sector ganadero
Uso actual Propuesta
Zonas Hectáreas Hectáreas
CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES
El diagnóstico
En la Constitución de 1991 se postula un Estado Social de Derecho, lo que en materia
alimentaria obliga al Estado a que, por el lado de la oferta, aumente significativamente
la producción de alimentos en condiciones de igualdad en el acceso a los incentivos y
promueva la igualdad de oportunidades para todos los agentes productivos del agro,
y, por el lado de la demanda, garantice que toda la población colombiana disponga y
acceda oportunamente a los alimentos que satisfagan sus requerimientos nutricionales.
Sin embargo, la situación rural del país contraviene el espíritu de la Carta Magna,
comprometida con el mejoramiento del nivel de vida de los habitantes del campo,
porque la seguridad alimentaria nacional está en riesgo en términos de acceso, dispo-
nibilidad y sostenibilidad.
El acceso por la falta de ingresos suficientes del habitante rural para la adquisición
de la ingesta alimenticia, lo que se relaciona con elevados niveles de desempleo y
subempleo, bajas remuneraciones recibidas por los trabajadores rurales causados por la
pérdida de dinamismo de la actividad, derivada de la incapacidad de competir incluso
en el mercado interno. De hecho, el rasgo característico de los noventa es el crecimiento
de la tasa de desempleo rural, al pasar del 4,76% en 1991 al 10,4% en el 2000, equiva-
lente a un aumento bruto de 442.200 desocupados en el campo. De otro lado, debe
tenerse en cuenta que de los 6´781.727 habitantes rurales que conformaban la Pobla-
ción Económicamente Activa en el 2000, el 51% no estaba empleada o ganaba menos
de medio salario mínimo diario, lo que los ubica por debajo de la línea de pobreza
(menos de dos dólares diarios), con un ingreso diario que apenas llega a US1,34 de
2000. Esto explica el comportamiento de las líneas de pobreza e indigencia, con una
clara involución hasta llegar a niveles similares a los de la década del setenta.
La problemática del habitante rural se complica con el desplazamiento forzoso,
ocasionado por el conflicto armado, la contrarreforma agraria, la irrupción de capita-
les de distinta naturaleza, esencialmente ilícitos ligados con actividades del narcotráfico,
y la destrucción del entramado social, sumado a la emigración tradicional. Este fenó-
meno ha sido considerado como uno de los principales problemas nacionales, ya que
el éxodo alcanza la cifra de más de dos millones y medio de personas, cercano al 6%
del total de la población total. Estas personas entran a formar parte de un grupo muy
PRODUCCIÓN DE ALIMENTOS: ASUNTO DE ESTADO 433
supuesto General de la Nación. Sin embargo, los estudios llevados a cabo por la CGR
indican que es necesario mayor control de parte del Ministerio de Agricultura y que
estos recursos deben formar parte de una Política Nacional de Desarrollo Rural.
Aun cuando el valor del presupuesto ha venido cayendo de manera notoria, la pro-
puesta institucional de la CGR, para reorganizar el entramado de reglas y relaciones del
sector y abolir la duplicidad de funciones, plantea la fusión del Incora, el INPA, el INAT
y el Fondo DRI, bajo el Instituto Nacional de Desarrollo Rural y Reforma Agraria.
Para el año 2000, los costos en que incurrió el país por mantener estas cuatro entida-
des se podrían haber reducido en un 35%, equivalente a 50.200 millones de pesos, es
decir, el 8% del total del pesupuesto asignado al sector agropecuario en dicho año.
En lo que se refiere a la sostenibilidad de la senda que ha estado recorriendo el país,
se encuentra el rápido degradamiento del recurso suelo como soporte del sistema pro-
ductivo agroalimentario, resultante de la falta de voluntad política para que las acciones
públicas y privadas respondan debidamente a su verdadera valoración social y econó-
mica desde sus potencialidades intrínsecas como factor de producción. Esta situación
ha derivado en un acaparamiento del recurso, con el agravante de que las tierras de
mejor calidad están concentradas y con frecuencia inadecuadamente explotadas, mien-
tras que los suelos más frágiles y de ladera están sobreexplotados, acarreando funestas
consecuencias en términos de erosión y degradación. Debe comprenderse que el con-
cepto de sostenibilidad no se limita al ámbito ambiental, sino que se extiende al espacio
político y económico del régimen social.
Este entorno reproduce en zonas alejadas las condiciones propicias para los cultivos
proscritos, los cuales se constituyen en la única alternativa económicamente viable para
algunos grupos de la población rural, ya que ninguno de los procesos productivos líci-
tos tiene capacidad de competir con cultivos como la coca, por lo que la alternativa de
sustitución resulta claramente cuestionable en términos de rentabilidad para el campesi-
no productor. Esta situación impone la prioridad de emprender una política de
reasentamiento humano que considere la función social y económica de la tierra.
Preocupa sobremanera que se están dejando de lado temas relevantes como la
distribución de los recursos productivos y la generación de capacidades productivas,
evidenciando la falta de una estrategia integral de desarrollo rural para promover la
generación de ingresos, y, por esta vía, mejorar las condiciones de vida y la seguridad
alimentaria de los agentes del agro, compromiso adquirido por el Estado en la Cons-
titución de 1991. En un país como Colombia resulta inaceptable que se hayan genera-
do más de dos millones de desplazados en diez años y dejado como única alternativa
a muchos de sus habitantes rurales más pobres la de cultivar productos para usos
ilícitos, siendo los menores beneficiarios de un negocio, cuyo legado es la profunda
degradación del entorno social, cultural y ecológico del país.
PRODUCCIÓN DE ALIMENTOS: ASUNTO DE ESTADO 435
Retos y prioridades
El ejercicio prospectivo plantea la urgencia de invertir en la innovación y el avance
tecnológico, lo que implica un eficaz sistema de ciencia y tecnología agropecuaria
que no responda solamente a los requerimientos de aquellos agentes con capacidad
de adquirirla, sino que sirva de apoyo a actividades vulnerables que contribuyen de
manera vital a la seguridad alimentaria del país.
En este sentido, el Estado debe asumir la responsabilidad de promover temas es-
tratégicos de investigación y desarrollo tecnológico con énfasis en aquellas activida-
des que no son rentables en el corto plazo bajo criterios meramente financieros, pero
con impactos sociales y culturales definitivos como la seguridad alimentaria, la in-
vestigación básica y el medio ambiente. Del lado del sector privado, los gremios
cuentan con los Fondos Parafiscales, entre cuyos objetivos se encuentra la inversión
en investigación y transferencia de tecnología, pero que, no en todos los casos, acu-
den a entidades de investigación del Estado. En este sentido, debe propenderse por-
que los propios gremios adelanten la investigación aplicada, dedicando menos recur-
sos al funcionamiento y más a los temas estratégicos de su sector. Otro de los eslabones
clave para el fortalecimiento de la investigación y la transferencia de tecnología es la
integración de la universidad al proceso, ya que un país con escaso recurso humano
calificado no puede darse el lujo de mantener aislada a la academia de la búsqueda de
soluciones a la problemática del sistema productivo.
Otro de los requerimientos es el de implementar una agenda única nacional que se
haga operativa mediante agendas regionales, en las cuales confluyan los intereses de
los productores del espacio rural regional. De esta manera, los entes territoriales de-
ben erigirse como el eslabón encargado de llevar la tecnología al pequeño productor
para lo cual resulta fundamental fortalecer los Consejos Municipales de Desarrollo
Rural, dado que su responsabilidad incluye la planificación de la asistencia técnica,
de acuerdo con los requerimientos y características locales, y la concertación del Plan
Agropecuario Municipal a ser ejecutado por las Umata.
Debe destacarse que el desarrollo de tecnología agropecuaria y su aplicación y
difusión resulta fundamental para contribuir con otras acciones esenciales al
reordenamiento productivo del país y a la mejora de las condiciones de vida del habi-
tante rural. Para el año 2000, el país invirtió 114.000 millones de pesos (54,6 millones
de dólares de 2000) en investigación agropecuaria, equivalente al 2,2% del PIB
agropecuario de ese mismo año; cifra que comparada con los 4.000 millones de dóla-
res dedicados por Estados Unidos a esta actividad resulta ínfima (aun cuando este
valor corresponde al 2,7% del PIB agropecuario). Para llegar a niveles equiparables a
los del promedio latinoamericano, el país debe invertir al menos 3,4 veces más en
investigación agropecuaria, para alcanzar unos 387.000 millones de pesos de 2000,
cerca del 0,3% del PIB del mismo año.
436 SEGURIDAD ALIMENTARIA Y DESARROLLO SOSTENIBLE
reas, dejando un saldo de poco más de ocho millones de hectáreas con vocación
agropecuaria para dedicar a actividades alternativas, las cuales podrían emplear más
de setecientos mil habitantes de las áreas rurales (por ejemplo, actividades como pro-
ductos naturales no maderables, ecoturismo, servicios ambientales, productos exóti-
cos, entre otros).
En este escenario se prevén, para el 2015, importaciones alimentarias equivalen-
tes a menos del 1% del PIB, con una participación del sector agropecuario de casi el
11% del PIB y que con el aprovechamiento de las áreas disponibles para el desarrollo
de actividades generadoras de valor, entre otros propósitos, se reduciría al mínimo el
nivel de desempleo rural. De otro lado, cabe destacar que el valor de jornales como
proporción del PIB agropecuario equivaldría al 34%, incluyendo la seguridad social;
es decir, se estaría incluso por debajo de los niveles de participación actuales sin
seguridad social que es del 38%. En otras palabras, este escenario podría ser viable y
permitiría mejorar las condiciones de vida del habitante rural.
Cuadro 12.21
Estimación del valor de las nuevas políticas como proporción del PIB
Política Monto actual Monto adicional Monto total Costo
fiscal
(1) inversión programada para cuatro años, sólo se tiene en cuenta uno.
ANEXO
Nuevas opciones para la generación de ingresos
El escenario de rendimientos mejorados tiene como propósitos centrales: 1) Mejorar la calidad de
vida del habitante rural, garantizando niveles de ingreso que permitan satisfacer sus necesidades
nutricionales y mejorar las condiciones socioeconómicas, además de garantizar la seguridad
alimentaria del país rural. Por tal razón, los cálculos planteados contemplan el reconocimiento de
la seguridad social (50,4% del valor correspondiente al salario) para el trabajador del sector
agropecuario, y 2) Utilizar de manera eficiente y sostenible el recurso suelo para garantizar al año
2015 la seguridad alimentaria de los futuros habitantes de la nación. De esta manera, se plantea el
aumento de rendimientos y la adquisición en el mercado internacional de aquellos productos en los
que no se sea competitivo.
Lo anterior implica que la política estatal deba dirigirse a la espacialidad rural y no sólo al
sector agropecuario, que promueva el desarrollo sostenible para todo el territorio y la articulación
a los mercados mediante encadenamientos hacia atrás y hacia adelante (insumos, materias primas,
comercialización y valor agregado a nivel local). Así las cosas, se hace indispensable el fortaleci-
miento del sistema educativo rural y la dotación de infraestuctura, de tal manera que no sólo se
alcancen los objetivos sociales propuestos en los artículos 64, 65 y 66 de la Constitución Política,
sino que además se garantice la sostenibilidad del espacio rural, entendida desde lo político, lo
económico, lo social y lo ambiental.
Debido a que los resultados previstos en el escenario de mejora de los rendimientos arrojan la
necesidad de crear 780.000 empleos para el sector rural, con el fin de eliminar la tasa de desem-
pleo, es imperativo explorar alternativas económicas como aprovechar las tierras con vocación
forestal, la agricultura ecológica, la explotación de productos naturales no maderables-PNNM, el
fortalecimiento de los proyectos de eco y agroturismo, y la implementación de mecanismos con el
fin de establecer mercados para el agua. Estos temas se desarrollan en los siguientes párrafos.
ginales, las exportaciones de larvas se han multiplicado casi cinco veces entre los años 1995 y
2000. A esto se suman las altas productividades alcanzadas en la Costa Atlántica, en casos de
cultivos con producciones anuales superiores a cinco toneladas por hectárea, mientras los países
líderes a nivel mundial alcanzan producciones de cuatro toneladas por hectárea.
El uso de semilla de laboratorio y no silvestre ha permitido aislar la zona de virus que han
devastado producciones alrededor del mundo. En la actualidad se adelantan estudios para la
implementación de 15.000 hectáreas en la Guajira; proyecto que generaría 27.500 empleos direc-
tos, ya que se tiene programada la construcción de una ciudadela camaronera que permitiría contar
en un mismo sitio con toda la industria, desde la producción del nauplio hasta el procesamiento del
camarón con destino a la exportación. En términos generales, en los próximos quince años es
factible que la industria alcance 50.000 hectáreas (el potencial del país es de 100.000 hectáreas41).
Este avance significaría una generación de 70.000 empleos directos adicionales a los que actual-
mente se tienen en el sector camaronero (poco menos de 6.000 empleos directos en el 2000).
Ecoturismo
Las proyecciones de la Organización Mundial de Turismo estiman que, para el año 2005, este
renglón generaría alrededor del 10% del PIB mundial, el 10,6% del empleo productivo mundial, el
8% de los ingresos por exportaciones y el 10,7% de las inversiones de capital 42. Ello en marcado
contraste con la situación de Colombia, en donde la participación del sector turístico en el PIB es
inferior al 3%43. Cabe aclarar que estas cifras se refieren al total de la actividad turística, sin discri-
minar la participación correspondiente al turismo no convencional o el ecológico.
En la actualidad las iniciativas de ecoturismo en Colombia se reducen a las llevadas a cabo por
la Unidad de Parques Nacionales. El reciente interés por aprovechar la megadiversidad del país, a
través de la intensificación de esta actividad, surge tanto de la tendencia mundial, como del incre-
mento en la frecuencia de visitas a las diversas zonas naturales.
El comportamiento de los ingresos por ecoturismo y la inversión en conservación proveniente
del presupuesto nacional, para el período 1996-2000, exhibe tendencia a la baja (ver gráfico 12.1),
dado que los ingresos han oscilado entre los 820 y 383 mil dólares y la inversión entre 13 y 119 mil
dólares. Cifras que sumadas a los recursos provenientes de fuentes alternas (como fundaciones y
organismos de cooperación nacional e internacional) son insuficientes para cubrir los costos de
mantenimiento de infraestructura, sin contar con los requerimientos necesarios para la conserva-
ción de los ecosistemas involucrados.
De esta manera, constituir el ecoturismo como una alternativa viable para el desarrollo rural
implicaría una inversión creciente del Estado y del sector privado, con el objeto de promover la
actividad en espacios rurales, desarrollar economías locales, facilitar el ordenamiento territorial y
proteger el patrimonio natural, con la consecuente generación de empleo y riqueza. Debe destacar-
se que el turismo de la naturaleza, para poder ser una actividad rentable, debe contar con infraes-
tructura complementaria y recurso humano calificado en atención del turismo, situación que re-
queriría una inversión adicional, con el fin de lograr que los recursos generados por la actividad se
queden en los habitantes de las áreas rurales.
Gráfico 12.1
Ingresos por ecoturismo y aportes de la Nación en SPNN 1996-2000
(en dólares de 2001)
9 00
1 40
1 20 7 00
1 00 6 00
5 00
80
4 00
60 3 00
40 2 00
1 00
20
0
1 99 6 1 99 7 1 99 8 1 99 9 2 00 0
Las dificultades generadas por la calidad de la infraestructura disponible, los costos de acceso
y la seguridad nacional propia del conflicto armado, condicionarían la posibilidad de considerar el
ecoturismo como una alternativa de generación de empleo y de desarrollo rural en el corto plazo.
Sector forestal
El sistema forestal aporta a la economía nacional alrededor del 2,47 % del PIB agropecuario, sin
contabilizar los servicios ambientales que prestan los ecosistemas forestales. Es de resaltar que la
industria maderera en Colombia, desde el aserrío hasta la fabricación de muebles, muestra una
creciente orientación hacia las exportaciones. Durante el año 2000, las ventas al exterior de pro-
ductos procesados llegaron a US$ 45,8 millones, con un incremento de 36,8% respecto a 1999.
En el gráfico 12.2 se observa la tendencia creciente del comercio de madera sin procesar. En lo
tocante a mercados potenciales se tiene que Estados Unidos es el principal comprador de produc-
tos forestales colombianos, con una participación de 42% para el 2000 y le siguen Venezuela con
el 30% y Panamá con el 5% del monto total exportado.
Gráfico 12.2
Indicadores de competitividad del sector maderero 1990-2000
15
Im p o rta cio n e s
E n m illo ne s de d ólare s
E xp o rta c io n e s
10
0
199 0 199 1 199 2 199 3 199 4 199 5 199 6 199 7 199 8 199 9 200 0
444 SEGURIDAD ALIMENTARIA Y DESARROLLO SOSTENIBLE
En materia de comercio exterior, resalta que en 1996 el país importaba 3,05 toneladas de pro-
ductos madereros por cada tonelada exportada (ver cuadro 12.22); cuando ya en el 2000 había
descendido a 0,19, lo que significa que sería posible suplir la demanda interna e incluso generar
divisas adicionales mediante la colocación de excedentes en el mercado internacional.
Cuadro 12.22
Balanza comercial maderera, 1996-2000
Descripción Volumen
(toneladas)
1996 1997 1998 1999 2000
Exportaciones 16.690 194.851 24.683 52.108 53.626
Tasa de crecimiento expo. 1067,5% -87,3% 111,1% 2,9%
Importaciones 26.373 33.246 29.254 16.715 14.535
Tasa de crecimiento impo. 26,1% -12,0% -42,9% -13,0%
Balanza comercial -9.683 161.605 -4.571 35.393 39.091
Fuente: Anuario Ministerio de Agricultura, 1999-2000, cálculos DES-CDSA, CGR.
El potencial de suelos con vocación forestal comercial, solamente en los valles de los ríos
Cauca y Magdalena44, asciende a 2.477.265 hectáreas, cifra coherente con los 3 millones de hectá-
reas propuestas como meta a plantar con fines de mercado en un plazo de 25 años45. Teniendo en
cuenta que el aprovechamiento de 14 hectáreas en actividades forestales genera un empleo directo,
se estima que la utilización del área potencial identificada por el Ideam generaría 176.947 empleos
permanentes en este subsector hacia el año 2015.
De otra parte, la Misión Rural46 plantea que Colombia tiene ventajas competitivas para la acti-
vidad forestal, debido a que cuenta no sólo con los suelos y los climas adecuados, sino también con
el conocimiento acumulado de casi treinta años durante los cuales se han desarrollado variedades
de alto rendimiento en comparación con las obtenidas por los países nórdicos, Canadá y Chile
(líderes del sector a nivel mundial).
Cuidado de cuencas
La escasez del agua es un problema crucial para la humanidad, puesto que de mantenerse las
tendencias de crecimiento demográfico y los problemas de cambio climático se sufriría una crisis
hídrica mundial en los próximos 25 años. Además, el agua no sólo es un elemento vital para la vida
cotidiana sino también un insumo para la agricultura, la ganadería, la pesca, la minería y la indus-
tria, adquiriendo una clara dimensión económica además de un creciente consenso acerca de la
necesidad de manejarla racionalmente. Aunque Colombia es considerada potencia hídrica mun-
dial, no está exento de sufrir calamidades futuras. En efecto, el carácter torrencial de las cuencas,
44 “Gestión del Ideam en el marco de la Política Forestal de participación Ciudadana y Educación Ambiental”,
Ministerio del Medio Ambiente, marzo de 2002.
45 “Plan de Acción Forestal para Colombia”, Ministerio del Medio Ambiente, diciembre de 2000.
46 Villa, Antonio. Sostenibilidad y Medio Ambiente. Volumen 4. Tercer Mundo. Bogotá, 1998.
PRODUCCIÓN DE ALIMENTOS: ASUNTO DE ESTADO 445
acompañado por los avanzados procesos de deforestación han generado disminución en los tiem-
pos de concentración en ellas, al punto que la desregulación de caudales en las fuentes hídricas es
crítica para todo el territorio nacional. Se calcula que la capacidad de suministro para acueductos
será insuficiente hacia el 2015. En cuanto a los distritos de riego, se considera que actualmente su
infraestructura sólo funciona óptimamente en las épocas de invierno.
Históricamente el aprovechamiento, la garantía del recurso, su administración y distribución
se han caracterizado por la no aplicación de criterios tendientes a renovar el recurso, lo que eviden-
cia la falta de compromiso con las generaciones futuras, atentando contra la sostenibilidad del
recurso a largo plazo. Es un hecho que los determinantes utilizados hasta ahora en la especifica-
ción del precio del agua son los costos operativos y de funcionamiento para el acopio y la distribu-
ción del recurso; dejando de lado la valoración requerida para conservarlo y disponer de él a
futuro. De hecho, la producción y regulación del agua implica la puesta en marcha de actividades
de reforestación, conservación de cuencas hidrográficas, saneamiento sanitario, educación am-
biental, adquisición de terrenos productores de agua y su reconversión cuando son utilizadas en
actividades agropecuarias, entre otras.
Lo anterior evidencia una subvaloración de la tarifa en la prestación del servicio, por lo que es
necesario incluir dentro de ella un porcentaje destinado a suplir el costo de los programas y proyec-
tos antes referenciados, con el objetivo de salvaguardar el uso sostenible del agua.
Es de tener en cuenta que cada habitante urbano consume en promedio 4 m3/mes47 a un costo de
$961 por unidad48 y si se mantuviera para el año 2015 esta proporción en el consumo per cápita, se
requerirían alrededor de 160 millones de m3 de agua potable para suplir la demanda de los 40
millones de habitantes urbanos a un costo que superaría los 1.8 billones de pesos (constantes de
2000)49.
De otro lado, en la actualidad existen 900.000 hectáreas bajo riego a un costo promedio aproxi-
mado de $65.013 cada una50. Suponiendo constante el área bajo riego (puesto que la adopción de
tecnología prevista para el escenario óptimo no necesariamente parte del supuesto de aumentar
áreas irrigadas), se necesitarían, en el año 2015, cerca de 515 mil millones de pesos51 (constantes
de 2000) para costear tales requerimientos.
Si a los 2.315 billones de pesos de 2000 necesarios para suplir las necesidades hídricas de la
población nacional y de la agricultura bajo riego al año 2015, se le aplicase una prima equivalente
al 5% del valor total para ser destinada a labores de conservación del recurso, se generarían 21.150
empleos constantes con seguridad social como medida de política complementaria a otros instru-
mentos como las tasas retributivas por contaminación. Así las cosas, el desarrollo sostenible de la
ruralidad está mediado por la efectiva conservación y aprovechamiento racional del agua; su valo-
ración en las condiciones señaladas permite generar fuentes estables de ingreso para más de 20 mil
habitantes del campo y de paso garantizar a futuro la existencia de un insumo fundamental para la
producción agropecuaria.
47 El consumo básico mensual por cada unidad familiar equivale a 20 m3 y cada familia está compuesta por cinco
personas en promedio.
48 Promedio nacional de la tarifa básica de acueducto urbano para 2000. Fuente: Comisión de Regulación de Agua
Potable, diciembre 2001.
49 Equivalentes a 883 millones de dólares de 2000.
50 Cálculos realizados a partir de las tarifas fijadas mediante la Resolución 012 de diciembre 26 de 2001 del Conse-
jo Superior de Adecuación de Tierras (Consuat).
51 Equivalentes a 246 millones US$ de 2000.
446 SEGURIDAD ALIMENTARIA Y DESARROLLO SOSTENIBLE
Agricultura ecológica
El objetivo de la agricultura ecológica52 es producir alimentos sin residuos químicos, que proven-
gan de sistemas de manejo en los cuales no se haya atentado contra el medio ambiente, reflejando
un creciente compromiso de la sociedad por el futuro de los ecosistemas y la conservación de los
recursos naturales. De otro lado, responde al cambio en los patrones de consumo derivados de una
mayor preocupación por la salud, que apuntan a una alimentación más sana.
Productos ecológicos libres de residuos químicos y regados con aguas limpias han dejado de
ser exclusivos de los mercados del Primer Mundo, expandiéndose a nichos específicos del merca-
do fundamentalmente de las clases altas de países en vías de desarrollo. La perspectiva del comer-
cio de productos ecológicos para el año 2006 representa una cifra de 100.000 millones de dólares,
participando con el 15% del mercado total de alimentos, con tasas de crecimiento anuales que
fluctuarían entre 25% y 30%, constituyéndose en las más dinámicas previstas para el sector
alimentario53.
Debe destacarse que el consumidor está dispuesto a pagar más por este tipo de productos; en
efecto, el premium para productos ecológicos llegó a ser del 183% para berenjenas, entre el 31% y
el 256% para diferentes variedades de lechuga, del 122% para zanahorias y entre el 15% y el 280%
en el caso del tomate tipo cereza54. Sin embargo, para acceder al mercado internacional deben
cumplirse estándares de calidad estrictos certificados por organismos internacionales. Sin embar-
go, se prevé que cuando se estabilice la oferta, disminuirá la diferencia de precios entre los produc-
tos ecológicos y los tradicionales, ya que el desabastecimiento es el factor principal que incide en
la misma. Esta situación podría tomar un buen tiempo, puesto que en la medida en que se reduce el
sobreprecio, la demanda tiende a incrementarse superando el nivel de la oferta.
En 1998 Colombia contaba con 82 productos de agricultura ecológica, 87 fabricantes de insumos,
193 instituciones de capacitación, asesoría y transferencia de tecnología y otras 67 dedicadas a la
investigación55. Las exportaciones colombianas de productos ecológicos totalizaron 5 millones de
dólares en 1999 y se cultivaron 17.000 hectáreas, sembradas principalmente con café, palmito,
palma africana, caña de azúcar, banano, frutas, hierbas aromáticas y hortalizas. Es claro que la
producción, el mercadeo y la exportación de bienes ecológicos ofrece alternativas para el agricul-
tor nacional y para la generación de empleos en el ámbito rural.
El mercado interno es, sin embargo, todavía apenas incipiente y su desarrollo debiera ser privi-
legiado por cuanto también puede aprovechar una demanda potencial de interés para los producto-
res. Es preciso continuar apoyando sistemáticamente a los empresarios interesados en estas activi-
dades en identificar oportunidades de mercado, en proporcionar información sobre los canales de
comercialización y las barreras de entrada que pueden encontrarse en los principales mercados
externos. No menos importante es la labor de identificación de los paquetes tecnológicos apropia-
dos a las distintas realidades agroecológicas y socioeconómicas.
52 La Agricultura Ecológica (AE) es un sistema holístico de gestión de la producción que realza y fomenta la
diversidad de los ciclos biológicos y la actividad biológica del suelo. Se basa en un reducido uso de insumos
externos y la no-utilización de fertilizantes y plaguicidas de síntesis química, teniendo en cuenta que las condi-
ciones regionales requieren de sistemas adaptados localmente. Códex Alimentarius, 1997.
53 Segger, Peter. Reportaje. Organic Farm Foods. Reino Unido. 2000.
54 Organics Market Characteristics. Tomado de Web: http://aggieorticulture.tamu.edu/
55 Agricultura Ecológica, Inventario Nacional 1998. Ministerio de Agricultura.
PRODUCCIÓN DE ALIMENTOS: ASUNTO DE ESTADO 447
Producción de caucho
El caucho es un producto con un gran potencial no sólo en lo económico, sino con importantes
ventajas desde el punto de vista ecológico y social. De esta planta se obtiene el látex, resina em-
pleada en la industria con innumerables usos, entre los cuales se destaca la fabricación de llantas.
En la actualidad el país demanda 25.800 toneladas de las cuales produce 800 toneladas en
plantaciones ubicadas en Caquetá, Amazonas, Guaviare, Vaupés, Meta, Zona Cafetera y Antioquia.
Para el año 2015 se proyecta un consumo industrial de 54.000 toneladas. El 97% del producto se
está importando del Asia, específicamente de Singapur, Indonesia y Malasia. Los principales pro-
ductos importados son hojas de caucho ahumadas, cauchos de tipo crepé y caucho estándar.
Colombia cuenta con 263.000 hectáreas aptas para el cultivo de caucho, destacándose la
Orinoquia como una buena alternativa, debido a que posee condiciones agroecológicas ideales que
no permiten el desarrollo del mal suramericano de la hoja (hongo que ataca las plantaciones). Si la
meta fuese suplir el mercado nacional con caucho colombiano, se requeriría explotar 41.000 hec-
táreas, con una generación de 41.000 empleos directos y un número superior de empleos indirectos
dedicados al procesamiento del producto.
El Hevea brasiliensis, nombre científico del árbol de caucho, produce látex a partir del séptimo
año y se extiende hasta el año 35, momento en el cual es posible obtener un ingreso final prove-
niente de la producción de madera. Durante los primeros siete años es posible desarrollar cultivos
paralelos como plátano y yuca, por ejemplo. Esto representaría un ingreso adicional al proyecto, o
en casos de producción por parte de pequeños productores, esta posibilidad garantizaría un ingreso
permanente o la opción del autoconsumo.
Con base en todo lo anterior, es posible argumentar la potencialidad que tendrían estas alternati-
vas para la generación de empleo y de ingresos en el sector rural. Es así como el estimado de empleos
susceptibles de generar por actividades alternativas de generación de ingreso como las recién pro-
puestas rebasaría cifras del orden de los cuatrocientos mil empleos que contribuirían decisivamente a
reducir el desempleo estimado bajo escenarios como los aquí estudiados (ver cuadro 12.23).
Cuadro 12.23
Empleos adicionales generados por las alternativas propuestas
Actividad Posibles empleos
Biodiversidad amazónica 50.000
Explotación de camarón 60.000
Sector forestal 176.947
Cuidado de cuencas 21.150
Agricultura ecológica* 31.742
Caucho 41.000
Total 380.839
*Estimación triplicando el área actual en café, palmito, palma africana, caña de
azúcar, banano, frutas, hierbas aromáticas y hortalizas.
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INSTITUCIONALIDAD Y MEDIO AMBIENTE 449
Capítulo 13
INSTITUCIONALIDAD Y MEDIO AMBIENTE*
* Elaborado por: Néstor Ortiz Pérez, Jesús Mena y Otto Reyes de la Dirección de Estudios Sectoriales para el
Medio Ambiente, CGR.
450 SEGURIDAD ALIMENTARIA Y DESARROLLO SOSTENIBLE
estatal en la preservación del entorno. Sin embargo, existen claros indicios que refle-
jan un progresivo deterioro y degradación de los recursos naturales. A continuación
se presenta un resumen de los principales indicadores disponibles1.
Biodiversidad
Entre el 35% y 40% del territorio nacional ha sido alterado por el hombre de manera
drástica, según una estimación realizada en el año 19932. Las provincias biogeográficas
de Colombia más transformadas corresponden al cinturón árido pericaribe, la Sierra
Nevada de Santa Marta y la región norandina, donde las áreas de ecosistemas relictuales
representan apenas el 14,6, 32,2 y 40,2% respectivamente3. De las cinco grandes
cuencas hidrográficas del país, la Caribe oriental (incluyendo la Ciénaga Grande de
Santa Marta y los ríos Ranchería, Magdalena y Cauca), está tan transformada que
sólo se conserva el 21% de la cobertura de los ecosistemas naturales4.
Existen 1872 especies con algún grado de amenaza5, correspondientes al 5,1% del
total. Los grupos más vulnerables son las aves, los mamíferos y los reptiles.
Las áreas protegidas estrictas (Sistema de Parques Nacionales Naturales) repre-
sentan el 7,9% de la extensión territorial del país, fracción insuficiente respecto de los
criterios fijados internacionalmente que recomiendan la conservación de al menos el
10% de cada una de las principales regiones ecológicas de los Estados6. Además, la
representatividad ecosistémica es deficiente en las actuales unidades del Sistema Na-
cional de Áreas Protegidas. El Informe Nacional sobre el Estado de la Biodiversidad7
concluyó que de los 14 tipos generales de ecosistemas presentes en Colombia, la
representatividad es aceptable en sólo dos casos y para todos los demás resulta crítica,
incluyendo los ecosistemas marinos8. La Fundación Biocolombia (2000)9 analizó la
representatividad de los Distritos Biogeográficos, concluyendo que del total de 108
distritos identificados en el país, 28 tienen representatividad buena o muy buena, 5
1 Para un análisis más detallado, véase los Informes que la Contraloría presenta anualmente al Congreso de la
República sobre el “Estado de los Recursos Naturales y del Ambiente”. En particular: agua y recursos minero-
energéticos (1998), biodiversidad y ciudades (1999), suelos, mares y costas (2000) y bosques (2001).
2 Etter, A. 1993. “Diversidad Ecosistémica en Colombia hoy”. En: Nuestra diversidad biológica. Cerec-FAAE.
Bogotá.
3 Márquez, G. 2001. “De la abundancia a la escasez: la transformación de ecosistemas en Colombia”. En: Natura-
leza en Disputa. Ensayos de historia ambiental en Colombia 1850-1995. G. Palacio (ed.). Universidad de Co-
lombia, Bogotá.
4 Ibid.
5 Instituto von Humboldt.
6 Meta propuesta por las Naciones Unidas para cumplir en el año 2002.
7 Instituto von Humboldt, 1998.
8 Instituto Geográfico Agustín Codazzi, Zonificación de los conflictos de uso de las tierras del país, 2002, Bogotá.
9 Fundación Biocolombia, Diseño de instrumentos, mecanismos y estrategias para la puesta en marcha del Sinap,
Bogotá, 2000.
INSTITUCIONALIDAD Y MEDIO AMBIENTE 451
Bosques
El recurso bosque de nuestro país se encuentra seriamente disminuido. De su exten-
sión original estimada entre 78,3 y 68,4 millones de hectáreas10, en la actualidad sola-
mente se cuenta con un 46%. El proceso de deforestación ha reducido las áreas de
bosque montano entre un 73 % y 90 % y en más del 95% los bosques secos tropica-
les11. Los factores causantes de esta situación son, en orden de importancia, la expan-
sión de la frontera agropecuaria y la colonización, la producción maderera y el consu-
mo de leña.
Agua
La ubicación geográfica, la variada topografía y el régimen climático que caracteriza
el territorio hacen de Colombia un país húmedo, siendo uno de los que posee mayor
abundancia de recursos hídricos de superficie en el mundo12, aunque la mayor oferta
se encuentra en las áreas más despobladas. El Estudio Nacional del Agua13 informó al
país sobre la situación de escasez del recurso hídrico en algunos municipios de la
zona más poblada y alertó sobre una aguda crisis hídrica en el mediano plazo.
En la actualidad, bajo condiciones hidrológicas de un año medio, 55 municipios,
localizados principalmente en las partes altas de las cuencas de los ríos Magdalena y
Cauca (en especial, Tolima y Boyacá), en la costa Caribe y en el Meta, con una
población aproximada de 8 millones de habitantes, padecen escasez de agua de nivel
medio o superior14.
En cuanto al índice de vulnerabilidad, 116 municipios se incluyen en la categoría
de alta vulnerabilidad, ubicados básicamente en los departamentos de Boyacá,
Cundinamarca, Santander y Norte de Santander. En media vulnerabilidad se involucra
a 547 municipios, con una población total de 16 millones de habitantes, con Boyacá,
Cundinamarca, Antioquia, Santander, Nariño y Huila, como los departamentos más
susceptibles.
Por otra parte, la alta densidad poblacional y la producción industrial, que en el
país se ha establecido en la región Andina, ejercen una alta presión sobre los recursos
hídricos de la cuenca de los ríos Cauca y Magdalena, y se manifiesta en altos niveles
de contaminación química y biológica, proveniente de desechos domésticos, indus-
triales y agroquímicos en algunos de sus afluentes, principalmente los ríos Bogotá,
Cauca, Chicamocha y lago de Sochagota. También se registran altos niveles de con-
taminación en los ríos Pasto y Pamplonita.
El río Magdalena presenta elevados valores de DQO y altos contenidos de aceites y
grasas y fenoles y, en algunos sectores, mercurio. También la contaminación
bacteriológica es alta. Es notablemente crítico el estado del río Bogotá, que recibe
todos los vertimientos industriales, domésticos y agrícolas producidos en la Sabana
de Bogotá. La descarga orgánica total recibida es de 342 toneladas de DBO/día. Ade-
más, recibe diariamente 79 kilogramos de plomo, 79 kilogramos de cromo, 20 tonela-
das de hierro, 5 toneladas de detergente y 1,7 toneladas de sólidos en suspensión. Por
estas circunstancias, el río Bogotá es de los más contaminados del mundo.
En ambientes marinos, se presenta contaminación por desechos domésticos e in-
dustriales en las áreas costeras, en cercanías a los centros poblados más grandes;
existen problemas de conservación de manglares y arrecifes coralinos, una seria ame-
naza a la bahía de Cartagena y una aguda crisis ambiental en la isla de San Andrés.
Suelo
La conjunción de una gran diversidad de climas con todos los tipos de relieve y una
extrema variedad de materiales geológicos ha originado una rica variedad de suelos
en Colombia. No obstante, existen graves conflictos de uso, que implican serios pro-
cesos degradativos del recurso. El porcentaje de tierras dedicadas a pastos es conside-
rablemente alto (36,7% del país) en comparación con el potencial de suelos aptos
para uso ganadero y silvopastoril estimado en el 12,5%; por el contrario, de las tierras
dispuestas para uso agrícola y silvoagrícola (18,9%), solamente se utiliza en estas acti-
vidades cerca del 3,6%; y los suelos con aptitud forestal que deberían ser del 58,5% sólo
se destinan el 50,7% a esta función15. De otra parte, el 15,6% de las tierras, principal-
mente en las regiones Andina, Caribe y Orinoquía, tiene algún grado de subutilización
y el 32,7% presentan sobreutilización. Estos conflictos se oponen al uso eficiente del
suelo desde el punto de vista ambiental y productivo.
15 IGAC, Zonificación de los conflictos de uso de las tierras en Colombia, Bogotá, 2002.
INSTITUCIONALIDAD Y MEDIO AMBIENTE 453
16 Ardila, S. Los agroquímicos y la relación agricultura medio ambiente. Mimeo. Universidad de Los Andes. 1994.
454 SEGURIDAD ALIMENTARIA Y DESARROLLO SOSTENIBLE
Aire
Aunque, en general, se considera que el estado de la calidad del aire en nuestro país
no es crítica, se ha detectado alta carga de emisiones (especialmente CO, material
articulado y ozono) en determinados sectores de las ciudades grandes y medianas,
donde se concentra la mayor cantidad de población, la casi totalidad de los procesos
industriales y la mayor parte del parque automotor. Se ha estimado que en 1995,
Colombia emitió menos del 0,3% de la producción total mundial de CO2 (calculada
en 22.150 millones de toneladas), el principal gas de efecto invernadero.
es de 2,87 m2, una cifra muy baja comparada con el mínimo establecido por Hábitat
de Naciones Unidas, cuyo valor es de 10 m2/habitante. El déficit observado tiene dos
orígenes principales. Primero, los procesos ilegales de urbanización (aproximada-
mente el 50% de los barrios de Bogotá tiene origen en procesos ilegales) que, como
es de esperarse, no atienden a estos equipamientos. Segundo, los procesos de reem-
plazo de usos y densificación que se desarrollaron sin considerar la adecuada asig-
nación de parques y zonas verdes, acordes con la transformación de la ciudad.
• Los principales factores que afectan de manera negativa el espacio público son el
transporte, el comercio, el trabajo informal, el cerramiento de zonas verdes, la
disposición de basuras, la expansión de construcciones, parqueo de vehículos y la
publicidad exterior. Otro problema grave del espacio público es el deterioro de sus
elementos, debido a la indebida dotación y el descuido en la administración y
mantenimiento.
• En síntesis, las anteriores cifras muestran serios indicios de la grave situación
ambiental del país, y la necesidad de una gestión eficaz del Estado para garantizar
el avance hacia el desarrollo sostenible. Además, la carencia de indicadores debe
obligar a pensar la información ambiental como una prioridad en las políticas
ambientales de los próximos años, para no seguir dando “palos de ciego”.
17 Ministerio del Medio Ambiente, 33 Corporaciones Autónomas Regionales (incluyendo las 7 Corporaciones de
Desarrollo Sostenible) y 5 institutos de investigación ambiental.
18 Estas debilidades han sido ampliamente argumentadas en los informes sobre el Estado de los Recursos Naturales
y del Ambiente que el Contralor General presenta al Congreso de la República.
INSTITUCIONALIDAD Y MEDIO AMBIENTE 457
quiere repensar la jurisdicción de las CAR, de tal manera que se garantice una
acción más efectiva y consistente en la preservación del medio ambiente. Este
documento presenta más adelante una propuesta de rediseño de las CAR que con-
templa criterios ambientales.
• El Consejo Nacional Ambiental, máximo ente de discusión y concertación estatal,
no alcanza el grado de dinamismo para la incorporación de la variable ambiental
en las políticas y acciones sectoriales y la apropiación de la política ambiental
como un compromiso de todo el Estado.
• Existe una normatividad ambiental desproporcionada. La legislación ambiental es
amplia y dispersa en temas como bosques y agua, pero insuficiente en áreas como
el acceso a recursos genéticos, el paisaje y el manejo de los recursos naturales de
propiedad colectiva.
• Persiste una asincronía entre los planes de acción de las Corporaciones Autóno-
mas Regionales y la política ambiental del Plan Nacional de Desarrollo. El progra-
ma de gobierno del nuevo Presidente hará –tal vez en muchos aspectos– improce-
dentes los planes de acción aprobados el año anterior por los Consejos Directivos.
Una política ambiental de largo plazo obviaría estas discontinuidades.
• A estas reformas estructurales cabría agregar la urgencia de independizar las CAR
de los intereses políticos locales y regionales, lo cual supone modificar la compo-
sición de los Consejos Directivos, disminuyendo la presencia de los alcaldes y
aumentando la representación de la sociedad civil, así como modificar la forma de
elección del Director General.
Gráfico 13.1
Gasto público ambiental nacional
1 ,6
1 ,4
G as to m ínim o
1 ,2
rec om e ndado
1
% P IB
0 ,8
0 ,6 0 ,4 6
0 ,4 1
0 ,3 4 0 ,3 4 0 ,3 4 0 ,3 7
0 ,4
0 ,2
0
1995 1996 1997 1998 1999 2000
Fuente: CGR, CDMA, DES.
Gráfico 13.2
Aportes nacionales para la inversión ambiental
250
M ile s d e m illo n e s d e p e so s d e 20 0 0
200
150
100
50
0
1995 1996 1997 1998 1999 2000
20 Ver un análisis más detallado en el Informe sobre el Estado de los Recursos Naturales y del Ambiente 2000-
2001.
460 SEGURIDAD ALIMENTARIA Y DESARROLLO SOSTENIBLE
21 Ceteris paribus, es decir, tomando como base los ingresos actuales del Distrito y sin aumentar la población y los
niveles actuales de vertimientos.
INSTITUCIONALIDAD Y MEDIO AMBIENTE 461
Gráfico 13.3
Propuesta de rediseño de CAR
la Magdalena, Cauca y Patía, los páramos del Norte de los Andes y los bosques
montanos de los Andes noroccidentales, del Valle del Cauca y Magdalena, y de la
Cordillera Oriental.
5. Corporación Autónoma de la Región Andina Occidental. Se asentaría sobre el
sector norte de las ecorregiones bosques montanos de los Andes noroccidentales y
del Valle del Cauca, los bosques andinos del Valle del Magdalena y los páramos
del Norte de los Andes.
6. Corporación Autónoma de la Región Andina Oriental. Se extendería sobre el sec-
tor noroeste de los Andes, sobre las ecorregiones de los bosques montanos de la
cordillera Oriental, del Valle del Magdalena de la vertiente occidental de la cordi-
llera Oriental, los páramos del Norte de los Andes y la parte colombiana de los
bosques de los bosques húmedos del Catatumbo.
7. Corporación Autónoma del Occidente Amazónico. Tendría jurisdicción en las
ecorregiones de bosques montanos de la Sierra de la Macarena, y los bosques
húmedos del río Napo, en la franja colombiana.
8. Corporación Autónoma de la Amazonia. Se extendería sobre las ecorregiones de
bosques húmedos de la región del Río Negro, los tepuyes, sabanas amazónicas y
bosques de barzea.
9. Corporación Autónoma de la Orinoquia. Reuniría las ecorregiones de las sabanas
de los Llanos Orientales; extendiéndose sobre el territorio de los departamentos
de Arauca (7), Vichada (6), la mayor parte de Casanare (14) y Meta (19) y algunos
sectores de Cundinamarca (2) y Boyacá (2).
10.Corporación autónoma del mar Caribe. Tendría jurisdicción en el departamento
de San Andrés y Providencia y el mar territorial y áreas oceánicas del Caribe
colombiano, con excepción de las áreas costeras de la Corporación Autónoma de
la Costa Atlántica.
11.Corporaciones para grandes ciudades. Dadas las particulares y complejas proble-
máticas ambientales, las ciudades con población superior a un millón de habitan-
tes tendrían su autoridad ambiental independiente de la administración municipal
y de igual naturaleza al resto de Corporaciones Autónomas Regionales. Serían
cuatro Corporaciones: Bogotá, Medellín, Cali y Barranquilla.
Si se realizara este rediseño institucional y continuaran las mismas rentas propias
de las Corporaciones, la situación mejoraría por las siguientes razones:
Más efectividad en el manejo de los ecosistemas. Definir la jurisdicción de las Corpo-
raciones, con fundamento en ecorregiones o territorios de características ecológicas
similares, conllevaría una mejor especialización de conocimientos sobre los recursos,
una gestión y manejo más integral de los mismos y unas políticas más adecuadas.
INSTITUCIONALIDAD Y MEDIO AMBIENTE 463
Gráfico 13.4
Desafío ambiental relativo vs. rentas propias relativas. Situación actual
20
18
16
14
12
P orc en taje
10
8
6
4
2
0
A bu rrá
C ard iqu e
C ars uc re
C od e ch oc ó
C ora lin a
C o ran tio q uia
C o rm a ca ren a
C o rna re
C orp am ag
C o rp ob oy ac á
C o rpo ca lda s
C o rpo gu a jira
C o rpo gu a vio
C o rpo m o jan a
C orp on a riñ o
C o rpo u rab a
C o rtolim a
D ad im a
D a gm a
CAS
CDM B
CSB
CVS
C ard er
C orp oc es ar
C orp o ch iv or
C o rpo n or
C o rpo am az on ia
C o rpo rino qu ia
CAR
C DA
C RA
CRC
CVC
DAM A
C am
CRQ
Gráfico 13.5
Desafío ambiental relativo vs. rentas propias relativas. Situación propuesta
3 0,0 0
2 5,0 0
2 0,0 0
Po rce n ta je
1 5,0 0
1 0,0 0
5 ,0 0
0 ,0 0
C A R C a li
O rie nta l
M ed e llín
A nd in a su r
A m a zo n ia
B ajo
M a gd ale na
Ba rran q uilla
C A R B og otá
Pa cífico
O c cide nte
O rin oq u ia
a nd in o
C o sta
A tlá ntica
A nd ina
O c cide nte
am az ón ico
M a r C a ribe
CAR
CAR
D e sa fío am bien tal rela tivo Ing re so s pro pio s rela tivo s
Gráfico 13.6
Índice de Equidad Relativa Actual y Esperado
8
6 e q u id a d a ctu a l
5 n u e va e q u id a d
4 ide a l
0
INSTITUCIONALIDAD Y MEDIO AMBIENTE 465
23 Estimaciones elaboradas con base en información del Estudio Nacional de Agua del Ideam, para una población
proyectada de 42.321.386 de habitantes en el año 2000, y unos ingresos totales de las CAR de $420.716 millones.
24 Este valor simplemente es indicativo y no corresponde a ningún criterio específico, pues las tasas por uso no se
han reglamentado a nivel nacional.
25 Entiéndase esta cantidad como el consumo básico establecido por la Empresa de Acueducto de Bogotá, el cual es
de 40 m3 por bimestre por una familia promedio conformada por cinco individuos.
26 Este valor es indicativo y no corresponde a ningún criterio específico, pues las tasas por uso no se han reglamen-
tado a nivel nacional.
466 SEGURIDAD ALIMENTARIA Y DESARROLLO SOSTENIBLE
Tasas retributivas
Teniendo en cuenta que el vertimiento de agua residual en Colombia en promedio es
de aproximadamente 124 litros por habitante al día, lo que arroja un total nacional de
5.247 millones de litros diarios vertidos a las diferentes cuencas, suponiendo un nivel
de concentración de DBO promedio del 0,05 kg/día y de sólidos suspendidos de 0,025
kg/día27, y por último un valor de $59 para DBO y $25 para DQO, se puede estimar un
recaudo mensual por tasa retributiva para el país.
Bajo este escenario, los ingresos por concepto de tasa retributiva, para el año 2000,
podrían haber sido del orden de $54.757 millones28. De esta forma aumentarían un
20% los recursos propios, equivalentes a un 13% de los ingresos totales, una cifra
significativa para un sector de escasos fondos financieros como el ambiental.
En conclusión, como no es viable en el corto plazo, dados los actuales ajustes
fiscales, que se aumenten los aportes nacionales al sector, una forma de mejorar los
recursos es a través de una mayor eficiencia y aplicación de los instrumentos previs-
tos para las Corporaciones. La estimación es contundente: si se cobraran, con la efec-
tividad del caso, la tasa por uso y la tasa retributiva, los ingresos totales de las CAR
aumentarían en un 85%.
ASPECTOS FINALES
ANEXO METODOLÓGICO
Tamaño de la población
Se infiere una relación positiva entre el deterioro ambiental y la cantidad de personas, pues ésta se
encuentra asociada con mayores niveles de descargas sobre los ecosistemas, mayor consumo de
agua, tierras cultivadas, materiales para construcción y, en general, mayor demanda por recursos
naturales. Cuanta mayor población existe en una región, mayor será la presión sobre el entorno, y
por lo tanto, debería corresponder con un mayor gasto ambiental. En esta variable se tomó la
información disponible en el DANE a nivel municipal, la cual se clasificó con la jurisdicción de las
corporaciones.
Área atendida
La extensión territorial de una autoridad ambiental origina gastos administrativos y de desplaza-
miento. Aquellas Corporaciones con mayor área requieren mayor gasto ambiental para ejercer sus
funciones de control y seguimiento de los impactos. También se acudió en este caso a la informa-
ción del DANE.
Importancia ambiental
Una corporación deberá realizar un mayor esfuerzo de gasto en la medida en que su región conten-
ga una gran riqueza natural que es necesario conservar y proteger.
Las variables Conflicto e Importancia Ambiental se elaboraron con base en las aportadas por el
estudio de la Fundación Social, “Municipios y Regiones de Colombia: una mirada desde la socie-
dad civil” (1998).
Es el resultado del promedio de las cuatro variables mencionadas: participación de cada corpora-
ción en la población total del país, en el área nacional y en el conflicto e importancia ambiental
colombianos. La suma de todos los índices arroja un total del 100%.
Este indicador muestra la situación de los recursos financieros frente a sus desafíos ambientales, y
es resultado de la división entre los índices Desafío Ambiental y Rentas Propias Relativas. El
cociente ideal sería 1, pues es de esperar que si una corporación cuenta con el 20% de los ingresos
propios de las CAR, debería enfrentar un 20% del desafío ambiental nacional. Si es mayor a uno
(1), significa que la entidad dispone de mayores ingresos relativos frente a la problema que tiene
que atender. En caso de que sea menor a uno (1), implica una asimetría entre rentas propias y la
problemática ambiental de su región.
INSTITUCIONALIDAD Y MEDIO AMBIENTE 469
Cuadro 13A.1
Situación actual
Entidad Tamaño de Área Conflicto Importancia Desafío Rentas Equidad
población atendida ambiental ambiental ambiental propias relativa
% % relativo % relativa % relativo % relativas %
Aburrá 4,9 0,0 0,1 0,0 1,3 3,4 2,73
Cam 2,2 1,7 3,1 1,5 2,1 1,3 0,63
CAR 4,8 1,4 2,5 1,9 2,6 18,3 6,92
Carder 2,2 0,3 0,4 0,5 0,9 1,5 1,74
Cardique 3,2 0,6 1,0 0,4 1,3 1,0 0,78
Carsucre 1,5 0,6 0,7 0,1 0,7 0,2 0,25
CAS 2,3 2,2 3,4 4,1 3,0 1,1 0,38
CDA 0,3 15,0 1,4 9,3 6,5 0,0 0,01
CDMB 2,5 0,4 0,6 0,8 1,1 6,2 5,76
Codechocó 1,1 4,2 3,8 8,5 4,4 0,4 0,09
Coralina 0,2 0,2 0,5 0,0 0,2 0,3 1,16
Corantioquia 5,3 3,0 4,5 4,9 4,4 6,8 1,54
Cormacarena 0,5 3,1 4,0 4,8 3,1 0,2 0,06
Cornare 1,5 0,6 1,1 0,8 1,0 3,5 3,43
Corpamag 3,0 2,1 4,0 3,3 3,1 0,5 0,15
Corpoamazonia 1,8 18,8 12,6 13,2 11,6 1,0 0,08
Corpoboyacá 2,7 1,3 2,4 3,5 2,5 0,8 0,33
Corpocaldas 2,7 0,7 1,0 0,7 1,3 1,4 1,11
Corpocesar 2,2 2,0 4,3 1,7 2,5 0,3 0,12
Corpochivor 0,5 0,2 0,4 0,4 0,4 0,9 2,23
Corpoguajira 1,2 1,8 4,3 2,0 2,3 2,1 0,92
Corpoguavio 0,2 0,3 0,6 0,9 0,5 1,4 2,85
Corpomojana 0,4 0,3 0,6 0,3 0,4 0,0 0,04
Corponariño 3,8 2,8 4,2 3,6 3,6 0,8 0,21
Corponor 3,1 1,8 3,4 3,8 3,0 1,1 0,37
Corporinoquia 2,6 22,3 14,2 11,8 12,7 0,9 0,07
Corpourabá 1,4 1,6 2,6 2,8 2,1 0,3 0,15
Cortolima 3,4 1,9 3,2 2,8 2,8 2,4 0,83
CRA 2,0 0,3 0,5 0,1 0,7 2,5 3,56
CRC 3,0 2,5 4,1 4,8 3,6 3,8 1,06
CRQ 1,3 0,1 0,1 0,0 0,4 1,1 2,78
CSB 1,3 1,6 2,2 1,6 1,7 0,2 0,10
CVC 5,0 1,8 3,5 3,3 3,4 15,6 4,57
CVS 3,4 2,1 4,4 1,3 2,8 2,7 0,97
Dadima 2,9 0,0 0,1 0,0 0,7 1,4 1,93
Dagma 4,9 0,0 0,1 0,0 1,3 2,5 1,95
DAMA 14,6 0,1 0,3 0,6 3,9 12,1 3,10
Total 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 1,00
Cálculos elaborados por la Dirección de Estudios Sectoriales para el Medio Ambiente, CGR; con base en información municipal
agregados por Corporaciones.
Cuadro 13A.2
Situación propuesta
Entidad Tamaño de Área Conflicto Importancia Desafío Rentas Equidad
población atendida ambiental ambiental ambiental propias relativa
% % relativo % relativa % relativo % elativas %
Amazonia 0,5 26,6 8,7 16,4 13,0 0,1 0,01
Andina sur 16,8 9,0 13,8 10,4 12,5 23,9 1,91
Bajo Magdalena 6,0 6,7 10,0 8,9 7,9 3,9 0,49
CAR Barranquilla 2,9 0,0 0,1 0,0 0,7 1,4 1,93
CAR Bogotá 14,6 0,1 0,3 0,6 3,9 12,1 3,10
CAR Cali 4,9 0,0 0,1 0,0 1,3 2,5 1,95
CAR Medellín 4,9 0,0 0,1 0,0 1,3 3,4 2,73
Orinoquia 2,7 22,7 14,4 11,7 12,9 1,1 0,09
Pacífico 2,9 7,2 9,3 15,2 8,7 2,9 0,34
Occidente andino 12,2 3,8 5,8 5,8 6,9 12,9 1,86
Costa Atlántica 15,6 8,3 17,1 8,0 12,2 8,8 0,72
Andina oriental 14,3 6,6 11,2 14,0 11,5 25,7 2,23
Occidente amazónico 1,6 8,7 8,5 9,0 6,9 0,8 0,12
Mar Caribe 0,2 0,2 0,5 0,0 0,2 0,3 1,16
Total 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 1,00
Cálculos elaborados por la Dirección de Estudios Sectoriales para el Medio Ambiente, CGR, con base en información municipal,
agregada en las áreas de las corporaciones propuestas.
Parte V
FALENCIAS DE LA GESTIÓN PÚBLICA
472 FALENCIAS DE LA GESTIÓN PÚBLICA
NUEVA VISIÓN SOBRE LA BUROCRACIA 473
Capítulo 14
NUEVA VISIÓN SOBRE LA BUROCRACIA*
INTRODUCCIÓN
D esde distintos sectores académicos y políticos, se viene planteando que el Estado
colombiano presenta dos características que atentan contra las posibilidades de creci-
miento del país: que es desproporcionado con respecto al tamaño de la economía y
que es ineficiente por el alto grado de “burocratización” de las entidades, por lo cual
se recomienda eliminar algunas de ellas y reducir el número de funcionarios públicos.
Si bien esta caracterización puede ser correcta, se requiere un sustento empírico,
basado en las estadísticas sobre empleo público y sus costos fiscales, para establecer
cuál ha sido la dinámica del fenómeno de la burocracia1 en Colombia y para adecuar
la estructura administrativa gubernamental a los requerimientos de un Estado Social
de Derecho2.
La evolución del empleo público en el último medio siglo refleja la percepción de
los gobernantes sobre el papel del Estado en la economía y en otros aspectos de la
vida en comunidad para responder a las tendencias económicas y políticas internacio-
nales, a los procesos de urbanización del país, a la integración del mercado interno,
así como a las prioridades que demanda un conflicto político irresoluto que amenaza
la integridad nacional.
En las entidades públicas encargadas de la administración y promoción del recur-
so humano al servicio del Estado ha habido un descuido imperdonable de no contar
con estadísticas de buena calidad sobre el número de empleados públicos por niveles
de gobierno y sus respectivos costos salariales y fiscales. Entonces, hay que hacer
esfuerzos mancomunados entre las entidades públicas responsables de las estadísti-
cas fiscales para que el gobernante y la sociedad en su conjunto cuenten con informa-
ción veraz y oportuna sobre la burocracia que debe educar a las nuevas generaciones,
* Elaborado por: Armando Palencia Pérez, Gilton Sánchez Ceballos y Miguel Gordo Granados, directos de Estu-
dios Sectoriales de la Gestión Pública.
1 En este texto, el término burocracia tiene relación con la máquina administrativa que mueve los hilos del
Estado moderno de una manera racional y efectiva.
2 Los requerimientos de un Estado Social de Derecho están relacionados con la eficiencia y eficacia en el desarro-
llo de las políticas públicas –algo propio de cualquier Estado contemporáneo– y con la transparencia y la búsque-
da de la equidad en el acceso a los bienes y servicios públicos.
474 FALENCIAS DE LA GESTIÓN PÚBLICA
que debe administrar los ingresos públicos y fiscalizar su uso, que tiene como tarea
diseñar y ejecutar las políticas públicas y, por supuesto, la que debe garantizar la
administración de justicia y la seguridad de los colombianos.
No se trata solamente de concentrarse en los ahorros que significarían unos cuan-
tos funcionarios públicos menos para las cuentas fiscales. No debe olvidarse que el
costo del empleo público aumentó menos de un punto del PIB en los últimos quince
años. Lo más relevante es identificar las tendencias del empleo público que permitan
formular estrategias que mejoren el funcionamiento de Estado, sobre todo que le den
capacidad para formular políticas de largo aliento, para crear reglas que promuevan la
equidad en la distribución del ingreso y la riqueza, para promover condiciones favo-
rables para la satisfacción de los derechos fundamentales y para gestionar los recur-
sos públicos con la mayor eficiencia y transparencia.
El reconocimiento de derechos de carácter económico y social para todos los ciu-
dadanos y la emergencia de la dimensión social en la evolución del Estado de Dere-
cho permiten hablar del tránsito de las democracias liberales a unas democracias libe-
ral-sociales. Ello implica una nueva complejidad organizativa, cuyo resultado es una
organización política que desborda el marco clásico de los Estados liberales tradicio-
nales. El Estado de Bienestar (Welfare State) o Estado Social de Derecho constituyó
la realidad política de las democracias de raíz liberal occidentales en la segunda mitad
del siglo XX.
Después de la Segunda Guerra Mundial, en los Estados de Bienestar se produje-
ron la eclosión a gran escala de un burocratismo y un tecnocratismo crecientes y el
acceso de los ciudadanos a una serie de servicios sociales y a determinadas transfe-
rencias económicas, acceso que supuso una cierta “democratización”, en el sentido
de extensión a gran parte de la población de determinados bienes y servicios que
antes eran privilegio exclusivo de los sectores con mayor renta (Requejo, 1994, 122).
Con el Estado de Bienestar se profundiza la intervención de las administraciones
públicas en la vida socioeconómica. Por una parte, esto ha significado una realidad
necesaria para el proceso democratizador de extender determinadas condiciones
socioeconómicas y determinados bienes a la mayor parte de la población. Pero, por
otra parte, el crecimiento burocrático ha supuesto una condición a la vez que un límite
inherente al proceso de democratización de los Estados de Bienestar.
El Estado debe garantizar y proteger unos derechos, exigir unas obligaciones indi-
viduales y gestionar unos servicios y bienes públicos, lo que requiere previsiones
presupuestarias adecuadas y recursos humanos suficientes, pero necesariamente tam-
bién eficacia y eficiencia de la burocracia. De hecho, una burocracia ineficiente se
convierte en obstáculo para cualquier Estado, especialmente para un Estado Social de
Derecho, que busca alcanzar mayores coberturas y elevada calidad de bienes colecti-
vos hacia sectores de la sociedad altamente desprotegidos.
NUEVA VISIÓN SOBRE LA BUROCRACIA 475
Estado. En teoría, en el país la administración pública por regla general se rige bajo el
sistema de carrera administrativa y por excepción es de libre nombramiento y remo-
ción. No obstante, en un reciente informe sobre corrupción, desempeño institucional
y gobernabilidad, el Banco Mundial y la Vicepresidencia de la República (2002, 5)
plantean que las administraciones públicas en Colombia están politizadas, es decir,
no están conformadas mediante un sistema de méritos, lo que hace que su desempeño
institucional sea mediocre. La conclusión del estudio es que la ausencia de meritocracia
en las administraciones públicas está positivamente correlacionada con la corrupción
de los funcionarios públicos y con su ineficiencia.
Gráfico 14.1
Colombia. Tamaño del Estado
Gasto público como porcentaje del PIB
40
35
30
25
P o rce n ta je
20
15
10
0
6 0 -6 4 6 5 -6 9 7 0 -7 4 7 5 -7 9 8 0 -8 4 8 5 -8 9 9 0 -9 4 9 5 -0 0
% 1 2 ,6 0 1 4 ,5 0 2 0 ,0 0 1 9 ,0 0 2 5 ,5 0 2 7 ,2 0 2 6 ,4 0 3 4 ,8 4
La evolución del gasto público en Colombia desde 1960 hasta finales de la década
de los ochenta parecería responder a una tendencia inercial. Esta tendencia está rela-
cionada con la ley de Wagner, la cual plantea que a medida que una nación se desa-
3 Se basó en las Cuentas Nacionales preparadas por el Banco de la República para 1950-1970 y por el Departa-
mento Administrativo Nacional de Estadística para 1970-1983, observando que, desde el punto de vista de la
demanda agregada, el tamaño del sector público puede cuantificarse a través del consumo total de las administra-
ciones públicas y de la inversión pública.
NUEVA VISIÓN SOBRE LA BUROCRACIA 479
rrolla, aumenta el gasto público como porcentaje del PIB. Sin embargo, más que una
justificación de tipo inercial, lo que parece haber primado son distintas concepciones
sobre el papel del Estado (Castro, Olivera y Sánchez, 1995, 81-82).
De una parte, la evolución del gasto ha estado ligada al proceso de construcción de
un Estado Nacional en un país donde la heterogeneidad regional es, sin duda, de una
complejidad sin igual en América Latina. En ese sentido, también el carácter incom-
pleto del mercado interno exigió del Estado cuantiosas inversiones en la construcción
de comunicaciones modernas y, de hecho, la complejidad y extensión del territorio
nacional han determinado que aún hoy se encuentran vastas zonas precariamente in-
tegradas.
De otra, el rápido proceso de modernización por el que ha transitado el país en los
últimos años, exigió la modernización de la estructura institucional del Estado. Con
la Constitución de 1991, su principal expresión formal, se crearon nuevas institucio-
nes y se profundizó el proceso de descentralización económica y política que ha de-
mandado la cesión de recursos y funciones a los entes territoriales.
A lo largo de la década de los noventa el tamaño del Estado colombiano aumentó
de manera permanente (Urrutia, 2001, 5). Como se observa en el cuadro 14.1, el gasto
del sector público no financiero de Colombia como proporción del PIB pasó de 24,4%
en 1990 a 36,4% en 1999. Se observa también que en 1990 Colombia era uno de los
cuatro países latinoamericanos con menor tamaño del Estado (los otros tres eran Ar-
gentina, El Salvador y Paraguay), mientras que para 1999 era el tercer país con el
Estado más grande, superado tan sólo por Nicaragua y Brasil. Es paradójico que el
Estado se haya ensanchado precisamente en el período en que el gobierno puso como
eje de su gestión la desregulación de la economía y la privatización de la provisión de
bienes públicos.
Cuadro 14.1
Gasto del sector público no financiero como porcentaje del PIB
1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999
Nicaragua 36,5 32,4 36,2 37,7 41,9 42,8 45,5 39,0 39,6 47,6
Brasil 33,2 30,6 30,7 33,3 29,3 32,8 32,9 34,1 40,0 44,4
Colombia 24,4 25,7 25,8 28,6 27,5 32,3 35,9 36,7 32,9 36,4
Bolivia 35,1 36,6 37,5 37,0 36,3 33,8 31,8 32,6 35,0 35,4
Uruguay 28,6 29,9 27,2 29,0 30,6 29,9 29,7 30,8 31,0 33,5
Chile 39,3 38,6 36,0 35,8 34,3 31,3 33,9 33,7 34,5 33,4
Ecuador 26,6 26,0 26,9 25,0 24,6 26,9 27,5 26,3 26,3 30,0
Paraguay 11,4 13,3 16,3 15,3 16,1 18,3 18,2 20,7 22,2 28,3
Venezuela 32,8 33,3 30,2 27,1 41,5 32,7 27,6 29,3 27,6 24,9
Costa Rica 28,7 22,1 21,9 22,0 26,0 24,0 25,0 24,0 23,5 24,0
Argentina 17,3 17,9 18,9 20,3 19,9 20,0 19,5 20,4 20,4 22,0
México 31,8 26,9 n.d 23,4 23,6 22,9 23,3 23,7 21,6 22,0
El Salvador 15,3 17,9 20,1 18,1 18,2 18,1 20,2 17,8 17,6 17,8
(n.d.) No disponible
Fuente: Cepal. Tomado de Urrutia (2001, 6, cuadro 1).
480 FALENCIAS DE LA GESTIÓN PÚBLICA
Cuadro 14.2
Colombia. Estructura del empleo público (porcentajes)
Admón. Estableci- Empresas Sociedades Admon. Nivel Nivel deptal. Nivel Docentes Total
Central mientos industrl. y de econom. desc. nacional de Gobierno municipal sector
nacional públicos comerciales mixta nacional de Gobierno de Gobierno público
1 2 3 4 5=2+3+4 6=1+5 7 8 9 10=6+7+8+9
1985 31,7 8,6 11,5 0,8 20,8 52,6 9,9 10,1 27,4 100,0
1986 34,1 8,1 10,9 0,8 19,8 53,8 9,9 9,8 26,4 100,0
1987 34,1 8,4 11,2 0,8 20,4 54,5 10,2 9,3 26,0 100,0
1988 35,9 8,2 10,8 0,8 19,8 55,6 10,4 9,5 24,5 100,0
1989 34,6 7,8 10,9 0,6 19,3 53,9 10,9 10,1 25,1 100,0
1990 34,6 8,2 10,5 0,8 19,4 54,0 10,4 10,5 25,1 100,0
1991 35,6 7,3 6,3 0,5 14,1 49,6 10,8 11,0 28,6 100,0
1992 35,7 7,8 8,4 0,5 16,7 52,3 10,4 11,2 26,0 100,0
1993 35,7 5,7 8,6 0,4 14,7 50,4 9,9 13,0 26,7 100,0
1994 37,1 6,3 7,4 0,3 14,0 51,1 9,9 13,6 25,3 100,0
1995 35,7 7,4 7,4 0,3 15,1 50,8 9,1 12,5 27,6 100,0
1996 35,2 7,7 5,0 0,3 13,1 48,2 9,3 14,0 28,5 100,0
1997 36,3 7,4 6,9 0,2 14,5 50,8 8,3 13,0 27,9 100,0
1998 36,8 6,1 5,7 0,2 12,0 48,9 8,2 12,3 30,6 100,0
1999 35,0 5,6 5,8 0,2 11,6 46,6 8,5 12,4 32,5 100,0
2000 36,6 6,3 5,5 0,2 12,1 48,7 7,3 12,5 31,6 100,0
Fuente: CGR.
ponde al pie de fuerza. Siguen en importancia la Policía Nacional, entidad que au-
mentó en 35.839 personas, y la Fiscalía que nació en 1992 con 8.564 funcionarios y
en el 2000 ya alcanzaba 18.166, para un total de 115.702 nuevos empleos en la Admi-
nistración Central. En un lapso de quince años los sectores defensa y justicia aumen-
taron su participación en el empleo del Nivel Central (pasando del 77,8% al 86%).
Desde luego que el aumento de los soldados, policías y funcionarios de la justicia
implicó mayores costos fiscales. En la década de los noventa, el sector público au-
mentó sus pagos por concepto de servicios personales en un valor equivalente a un
punto y medio porcentual del PIB (gráfico 14.2).
Gráfico 14.2
Colombia. Costos de personas ocupadas por el sector público consolidado/PIB
9 ,0 0
7 ,6 8
8 ,0 0
7 ,0 0
6 ,0 0 5 ,4 7
P o rc e n taje
5 ,0 0
5 ,0 9
4 ,0 0
3 ,0 0
2 ,0 0
1 ,0 0
0 ,0 0
1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000
Fuente: CGR.
Hay que dejar claro que el aumento en el tamaño del Estado colombiano no está
explicado, en lo fundamental, por la dinámica de los gastos de personal. Estos contri-
buyeron a explicar apenas el 13% del crecimiento de los gastos corrientes del Gobier-
no Nacional Central, mientras que el servicio de la deuda explicó el 27% y las trans-
ferencias el 55% (CGR, 2000a, 32). En tal sentido, una política que intente contener el
crecimiento de los gastos de personal en las entidades no dedicadas a defensa, seguri-
dad y justicia, aún si es ejecutada exitosamente, tendrá un impacto muy reducido en la
disminución del tamaño del Estado.
De lo anterior se infiere que el tamaño del Estado colombiano (gasto público/PIB)
ha crecido, pero no ha sido a costa de un proceso desbordado de burocratización de la
Administración, como se cree a veces aún en círculos informados. En el cuadro 14.3, se
observa que, en el año 1976, Colombia tenía un empleado público por cada 42 habitan-
tes y que esa cifra para el bienio 1999-2000 era la misma.
482 FALENCIAS DE LA GESTIÓN PÚBLICA
Cuadro 14.3
Colombia. Empleo público comparado con la población
Año Empleados públicos Población total (PT) / (EP)
(EP) (PT)
1976 584.697 24.497.124 42
1980 697.080 26.622.322 38
1984 733.947 28.740.378 39
1988 879.862 31.141.294 35
1992 908.441 35.831.390 39
1996 910.824 38.611.043 42
1997 974.836 39.296.819 40
1998 1.036.488 39.524.666 38
1999 961.216 40.251.417 42
2000 981.717 41.159.776 42
Fuente: CGR y DANE.
Cuadro 14.4
Empleados públicos como porcentaje de la población total
País 1987 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998
Argentina 5,90 5,87 5,37 4,99 4,90 4,88 5,13 5,13 5,10
Uruguay 9,22 8,30 8,12 7,93 7,75 7,56 7,50 7,09 6,98
Chile 1,70 1,49 1,47 1,51 1,69 1,66 1,61 1,56 1,33
Colombia 2,70 2,53 2,50 2,40 2,49 2,51 2,40 2,47 2,64
México 4,62 5,80 5,58 5,51 5,61 5,33 5,44 5,40 5,35
Nicaragua 2,40 2,31 2,20 2,03 1,94 2,04 1,88 1,76 1,71
Costa Rica 5,06 4,90 4,78 4,75 4,83 4,61 4,41 4,50 4,36
Promedio 4,51 4,46 4,29 4,16 4,17 4,08 4,05 3,99 3,92
Fuente: Colombia, DANE y CGR. Otros países, CLAD.
4 Un bien público puro es aquel que por su naturaleza se consume conjuntamente y en la misma cantidad por todos
los miembros de una sociedad.
484 FALENCIAS DE LA GESTIÓN PÚBLICA
haber contado con más funcionarios en las entidades de los niveles subnacionales de
gobierno (departamentales y municipales) que en las del nivel nacional (cuadro anexo
1 y gráfico 14.3). Los empleados de todo el sector público del país en el año 1961
eran 150.777 y la tasa promedio anual de crecimiento del empleo público durante el
período 1937-1961 fue de 2,27%.
Gráfico 14.3
Estructura del empleo público
800 .00 0
700 .00 0
600 .00 0
500 .00 0
400 .00 0
300 .00 0
200 .00 0
100 .00 0
0
1941
1951
1961
1971
1981
1991
1937
1939
1943
1945
1947
1949
1953
1955
1957
1959
1963
1965
1967
1969
1973
1975
1977
1979
1983
1985
1987
1989
1993
1995
1997
1999
N iv el na cio na l N iv el te rrito ria l
Gráfico 14.4
Evolución del empleo en Colombia
1 .2 0 0 .00 0
1 .0 0 0 .00 0
8 0 0 .0 0 0
6 0 0 .0 0 0
4 0 0 .0 0 0
2 0 0 .0 0 0
0
1941
1951
1961
1971
1981
1991
1937
1939
1943
1945
1947
1949
1953
1955
1957
1959
1963
1965
1967
1969
1973
1975
1977
1979
1983
1985
1987
1989
1993
1995
1997
1999
N ive l na c io n a l Tota l se c to r p ú b lico
Gráfico 14.5
Colombia. Evolución del empleo público por niveles de gobierno
1 .2 0 0 .00 0
9 8 1 .7 17
1 .0 0 0 .00 0
Núm ero de em pleados
7 6 2 .0 03
8 0 0 .0 00
6 0 0 .0 00
4 7 7 .8 81
4 0 0 .5 68
4 0 0 .0 00 3 1 0 .0 00
2 0 8 .8 69
2 0 0 .0 00 1 2 2 .6 17
7 6 .7 6 4
0
1 98 5 1 98 6 1 98 7 1 98 8 1 98 9 1 99 0 1 99 1 1 99 2 1 99 3 1 99 4 1 99 5 1 99 6 1 99 7 1 99 8 1 99 9 2 00 0
D o ce n te s Tota l se c to r p ú b lico
Fuente: CGR.
cesión del situado fiscal, controlado por el nivel nacional. Esta medida de nacionali-
zación se complementa un año después con el Decreto 102 que crea las Juntas FER,
desconcentrando, mas no descentralizando, la administración del situado fiscal en los
departamentos.
Otra medida de centralización crucial en la administración de personal del sector
educativo es el Decreto 2277 de septiembre de 1979, que crea el Estatuto Docente, el
cual unifica el régimen salarial para todos los docentes del país, así como las normas
para el ejercicio de la profesión docente. Este régimen regula las condiciones de in-
greso, ejercicio, estabilidad, ascenso y retiro de los docentes de la educación básica y
media, oficiales o no oficiales. En diciembre de 1989, con la Ley 91, se instituye el
Fondo Nacional de Prestaciones del Magisterio para atender la deuda del pasivo
prestacional acumulada tanto por los departamentos como por la Nación.
La Constitución de 1991 fortalece la estabilidad de los recursos destinados al sec-
tor social; define que los recursos del Situado Fiscal se cederían a los departamentos
y distritos para dedicarlos a educación y salud; y determina las normas de su asigna-
ción (Artículo 356 de la Constitución Política de 1991). Entre 1991 y 1995, se trans-
firieron recursos a los departamentos, distritos y municipios cuyo destino primordial
fue el pago de personal educativo. A partir de mayo de 1995, se lleva a la práctica el
proceso definido por las normas para que la administración del personal docente sea
asumida por las entidades territoriales.
En el cuadro 14.5 se presenta la serie del número total de los docentes del país para
el período 1985-2000. Se especifica cuáles fueron pagados con los recursos FER y
cuáles con el situado fiscal, aunque existe cierta confusión en relación con cuál nivel
de gobierno es el encargado de la administración y pago de los otros docentes. La Ley
29 de 1989 favorece la municipalización de la educación pública, pero la Constitu-
ción de 1991 enfatiza el papel del nivel departamental (Alesina, 2001, 30). Igualmen-
te, la Ley 60 de 1993, que regula el sistema de transferencias desde el nivel nacional
a los niveles subnacionales, realza el papel de los municipios en la administración de
los fondos públicos para educación. En contraste, la Ley 115 de 1994 asigna un ma-
yor papel a los departamentos. En consecuencia, existen tres tipos diferentes de do-
centes de escuela pública en Colombia: los pagados por el gobierno central, los paga-
dos por los gobiernos departamentales y los pagados por los municipios.
Adicionalmente, los salarios de los docentes pagados por los departamentos y muni-
cipios son fijados por el gobierno central.
488 FALENCIAS DE LA GESTIÓN PÚBLICA
Cuadro 14.5
Colombia. Número de docentes 1985-2000
Años Docentes pagados Docentes Otros Total
por FER pagados con docentes docentes
situado fiscal
1985 150.272 58.597 208.869
1986 143.226 67.839 211.065
1987 146.806 68.741 215.547
1988 156.024 59.584 215.608
1989 159.410 61.785 221.195
1990 167.393 57.341 224.734
1991 170.334 76.472 246.806
1992 180.439 56.006 236.445
1993 179.234 55.547 234.781
1994 199.258 32.734 231.992
1995 200.115 63.081 263.196
1996 95.320 164.506 259.826
1997 151.817 120.491 272.308
1998 214.852 102.732 317.584
1999 223.154 89.338 312.492
2000 227.727 82.273 310.000
Fuente: CGR, DANE, Comisión de Racionalización del Gasto y de las Finanzas
Públicas.
(Carrero, 1996, 185). Estas conclusiones, sin embargo, pudieron estar influidas por el
tamaño de las series utilizadas.
El gráfico 14.6 muestra la evolución de las tasas anuales de crecimiento del em-
pleo público total y del producto interno bruto ( PIB) real, registradas en el período
1977-2000. Se observa que existe una alta correlación positiva entre las dos series:
0,5279 en el período 1977-1989, 0,4987 durante el período 1990-2000 y 0,5280 para
todo el período 1977-2000, lo cual corrobora que el comportamiento del empleo pú-
blico está influido por el ciclo económico.
Gráfico 14.6
Colombia. Evolución del crecimiento del empleo público total y del PIB
10
Ta s a d e c re cim ie n to a n u a l (% )
8
6
4
2
0
-2
-4
-6
-8
1 97 7 1 97 8 1 97 9 1 98 0 1 98 1 1 98 2 1 98 3 1 98 4 1 98 5 1 98 6 1 98 7 1 98 8 1 98 9 1 99 0 1 99 1 1 99 2 1 99 3 1 99 4 1 99 5 1 99 6 1 99 7 1 99 8 1 99 9 2 00 0
C re c im ie n to d e l e m p le o p úb lic o to tal C re c im ie n to P IB re a l
Por otra parte, el planteamiento según el cual el déficit fiscal explica el comporta-
miento de empleo público, en el sentido de que las autoridades del gobierno reducen
la contratación de servidores públicos por motivos de ajuste fiscal, no ha sido sufi-
cientemente soportado con evidencia empírica. Al relacionar la tasa de crecimiento
del empleo público total con el déficit fiscal como porcentaje del PIB, se encontró que
hay una correlación negativa entre estas variables; es decir, cuando el déficit aumen-
ta, el ritmo de expansión del empleo público se frena. El gráfico 14.7 muestra la
evolución de las tasas anuales de crecimiento del empleo público total y del déficit
fiscal como porcentaje del PIB, registradas en el período 1977-2000. Se observa una
correlación negativa entre las dos series: -0,6275 en el período 1977-1989, -0,0009
durante el período 1991-2000, y -0,2275 para todo el período 1977-2000.
490 FALENCIAS DE LA GESTIÓN PÚBLICA
Gráfico 14.7
Crecimiento del empleo público total y déficit como % del PIB
8
4
Po rce n ta je
-2
-4
-6
-8
1 97 7 1 97 8 1 97 9 1 98 0 1 98 1 1 98 2 1 98 3 1 98 4 1 98 5 1 98 6 1 98 7 1 98 8 1 98 9 1 99 0 1 99 1 1 99 2 1 99 3 1 99 4 1 99 5 1 99 6 1 99 7 1 99 8 1 99 9 2 00 0
Profesionalización de la burocracia
La profesionalización y la calidad técnica de los empleados públicos, así como la
organización funcional del aparato administrativo y el diseño apropiado de la organi-
zación estatal, son elementos que contribuyen a promover la eficiencia del Estado.
Unos funcionarios públicos profesionales, con una sólida posición institucional y
sentido del deber, son una condición necesaria, aunque no suficiente, para aumentar
la eficiencia de la administración pública. La profesionalización de los funcionarios
estatales es una variable crítica para la reducción de la corrupción: cuando las reglas
de juego separan a los empleados públicos de la élite política y les confieren un poder
que les permita neutralidad, ceteris paribus, la corrupción habría de declinar y la
eficiencia habría de aumentar (BID, 2001, 3).
En Colombia, a pesar de lo que se planteó en el marco del plan de modernización
del Estado, el número de funcionarios del nivel profesional se ha reducido. En efecto,
el nivel de profesionalización de los servidores públicos6 en el Gobierno Central pre-
senta una tendencia sostenida a la baja, del 47% en 1985 al 19% en 2000 (gráfico
14.8). Este menor grado de profesionalización en el sector público está relacionado
con el mayor número de miembros de las Fuerzas Militares y de Policía para hacer
frente al conflicto interno que vive el país.
6 Se consideran empleados públicos profesionales los funcionarios de los niveles directivo, asesor, ejecutivo,
profesional, administrativo y docente, en tanto que los no profesionales están conformados por los niveles técni-
co, operativo, asistencial y otros.
NUEVA VISIÓN SOBRE LA BUROCRACIA 491
Gráfico 14.8
Profesionalización del empleo público
90
80
70
60
Po rce n ta je
50
40
30
20
10
0
1 9 85 1 9 86 1 9 87 1 9 88 1 9 89 1 9 90 1 9 91 1 9 92 1 9 93 1 9 94 1 9 95 1 9 96 1 9 97 1 9 98 1 9 99 2 0 00
Fuente: CGR.
COSTO DE LA BUROCRACIA
El costo de la burocracia puede ser estimado tomando como base la ejecución presupuestal
de los gastos de personal en las entidades públicas de todos los niveles de gobierno, ya
que en este rubro se incluyen sueldos de personal de nómina, dietas, prima técnica,
prima de vacaciones, prima de servicio, prima de Navidad, otras primas, gastos de
representación, bonificación por servicios prestados, subsidio familiar, subsidio de ali-
mentación, auxilio de transporte, remuneración por servicios técnicos, jornales, perso-
nal supernumerario, horas extras y días festivos, honorarios y otros.
Cuadro 14.6
Ejecución de los gastos de personal del sector público
(Millones de pesos constantes de 2000)
Admón. central Admón. descen. Nivel nacional Nivel dptal. Nivel municipal Total sector
nacional nacional de Gobierno de Gobierno de Gobierno público
1 2 3=1+2 4 5 6=3+4+5
Fuente: CGR.
con una tasa de crecimiento real promedio de 6,47% durante la década, claramente
inferior a la tasa promedio de inflación de la década (19,06%).
Al analizar la participación de los diferentes niveles de gobierno se observa una
recomposición del costo de la burocracia pública a favor del Gobierno Central y de
los niveles subnacionales, en detrimento de la Administración Descentralizada del
nivel nacional de gobierno. En efecto, la participación del Gobierno Nacional Central
pasó de 34,2% en 1991 a 44,5% en 2000, la de los departamentos de 11,0% a 14,4%,
la de los municipios de 14,8% a 18,1% y la de la administración descentralizada
nacional de 40,0% a 23,0% (cuadro 14.7). Esto está en consonancia con el incremen-
to de personal dedicado a la defensa nacional y a la administración de justicia. A su
vez, es coherente con la asunción del pago de los docentes con recursos del situado
fiscal por parte de los departamentos y municipios a partir de 1996.
Cuadro 14.7
Estrutura del costo de la burocracia (en porcentaje)
Admón. Admon. Nivel Nivel Total sector
central desc. departamental municipal de público
nacional nacional de Gobierno Gobierno colombiano
Fuente: CGR.
Cuadro 14.8
Colombia. Gobierno Nacional Central. Gastos de personal
(Millones de Pesos Constantes de 2001)
Servicios personales Servicios personales Contribuciones Total gastos de personal
asociados a la nómina indirectos
Cuadro 14.9
Gobierno Nacional Central
Participaciones en el total de gastos de personal (%)
Funciones u organismos 1990 1993 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 Prom. Variac.
90-01 1990-
2001
Defensa y seguridad 53,6 49,7 59,8 53,3 53,6 54,4 55,7 58,5 59,2 54,7 5,6
Rama Judicial 15,2 21,3 14,0 22,6 22,8 21,8 21,7 22,5 23,3 19,9 8,1
Organismos de control 7,0 6,0 5,4 4,6 4,7 4,5 4,7 5,1 2,5 5,3 -4,6
Hacienda Pública 4,8 5,2 6,3 7,1 4,3 4,6 4,7 0,6 0,6 4,5 -4,1
Relaciones políticas y de coordinación 5,6 5,0 3,2 2,7 2,6 2,4 2,4 2,4 2,7 3,7 -2,8
Congreso de la República 2,2 2,8 3,1 2,8 3,3 3,0 3,0 3,0 3,1 2,8 0,9
Organización electoral 3,1 1,5 1,3 1,1 2,3 2,8 1,3 2,0 1,3 1,9 -1,8
Dptos. administrativos 2,8 2,5 0,7 0,5 0,5 0,5 0,5 0,4 0,4 1,3 -2,4
Superintendencias 0,4 0,2 0,4 0,6 0,8 0,8 0,8 0,4 1,0 0,5 0,6
Presidencia de la República 0,3 0,4 0,5 0,4 0,4 0,4 0,4 0,4 0,4 0,4 0,1
Planeación y ejecución de políticas 0,2 0,2 0,4 0,4 0,3 0,3 0,3 0,3 0,4 0,3 0,2
Por sectores sociales 3,1 2,2 2,3 1,6 2,2 2,3 2,5 2,3 2,4 2,3 -0,7
Por sectores económicos 1,7 3,1 2,8 2,3 2,3 2,2 2,1 2,1 2,8 2,3 1,0
Total 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0
Gráfico 14.9
Evolución de los salarios reales en el sector público
150
140
130
120
11 0
100
90
80
70
60
50
1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001
NÓMINAS “PARALELAS”
Con frecuencia se argumenta que las entidades del Estado mantienen una nómina
“paralela” conformada por personas vinculadas mediante formas diferentes a la plan-
ta como son los contratos de prestación de servicios o los órdenes de servicio. Cada
vez que se aprueba el presupuesto nacional se incluyen apropiaciones para los deno-
minados “Servicios personales indirectos”, los cuales se definen como gastos desti-
nados a atender la contratación de personas jurídicas y naturales para que presten
servicios calificados o profesionales cuando no puedan ser desarrollados con perso-
nal de planta. Incluyen la remuneración del personal que se vincule en forma ocasio-
nal para desarrollar actividades netamente temporales o para suplir a los servidores
públicos en caso de licencias o vacaciones; dicha remuneración cubre las prestacio-
nes sociales a que tenga derecho, así como las contribuciones a que haya lugar7.
Los términos “nómina paralela” o “planta de personal paralela” no constituyen
denominaciones legales que señalen una situación jurídica específica en relación con
la contratación de personal por parte de las entidades públicas. Se trata de los contra-
tos de prestación de servicios personales indirectos que el Estado celebra en los casos
en que la función de la administración no puede ser suministrada por personas vincu-
ladas con la entidad contratante o cuando requiere de conocimientos especializados.
Para la realización de estos contratos se debe tener en cuenta la capacitación profesio-
7 Las principales cuentas que componen los servicios personales indirectos son: jornales, personal supernumera-
rio, honorarios, honorarios tribunales de arbitramento, remuneración por servicios técnicos y otros gastos por
servicios personales.
496 FALENCIAS DE LA GESTIÓN PÚBLICA
8 Por su misma naturaleza, de un año a otro, algunos de los rubros aparecen y otros desaparecen.
9 En el Decreto 346 de 1991, se fijan los honorarios y viáticos a los Magistrados del Consejo Nacional Electoral y
se deroga el Decreto 716 del 30 de marzo de 1990.
NUEVA VISIÓN SOBRE LA BUROCRACIA 497
Cuadro 14.10
Estructura de los servicios personales indirectos (en porcentaje)
1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001
En general, los gastos que más pesaron sobre los servicios personales indirectos
en su orden fueron: otros gastos por servicios personales indirectos, partida de ali-
mentación soldados y orden público, otros servicios personales indirectos y prima
especial de servicio.
Ahora bien, al analizar los servicios personales indirectos por funciones, se encontró
que, en promedio en el período 1990-2001, el Gobierno Nacional Central ha utilizado
estos gastos fundamentalmente en el sector defensa y seguridad, en la rama judicial, en
la hacienda pública y en la organización electoral (cuadro 14.11). La función del Estado
en la cual el Gobierno Nacional Central ha utilizado menos los gastos de servicios
personales indirectos en el período es la de planeación y ejecución de políticas.
Cuadro 14.11
Gobierno Nacional Central
Participación porcentual por sectores en los servicios personales indirectos
Sectores Promedio
1990-2001
Defensa y seguridad 59,2
Rama judicial 11,1
Hacienda pública 8,1
Organización electoral 8,1
Congreso de la República 2,8
Organismos de control 2,2
Por sectores económicos 2,0
Por sectores sociales 2,0
Relaciones Políticas y de Coordinación 1,6
Dptos. administrativos 1,0
Presidencia de la República 0,9
Superintendencias 0,8
Planeación y ejecucción de políticas 0,1
COMENTARIOS FINALES
ANEXO
Cuadro 14A.1
Número de empleados públicos 1937-2000.
Año Nivel nacional Nivel territorial Total
(Continuación Anexo 1)
BIBLIOGRAFÍA
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NUEVA VISIÓN SOBRE LA BUROCRACIA 501
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Younes Moreno, Diego. Las reformas del Estado y de la administración pública en el siglo XX. Bogotá:
ESAP, 1998. 271 pp.
502 FALENCIAS DE LA GESTIÓN PÚBLICA
Capítulo 15
FALLAS ADMINISTRATIVAS:
INEFICACIA Y CORRUPCIÓN*
* Elaborado por: Luis B. Carvajal C., con la colaboración de María Carvajal Zapata.
1 “Democracia imperfecta” es aquella en la cual los procesos de diseño, selección, ejecución y evaluación de las
iniciativas estatales no permiten la participación y negociación con todos los grupos sociales para llegar a fórmu-
las de consenso cuyos resultados sean positivos para todos.
2 Es indiscutible la presencia de rent seekers y de corrupción en la gestión pública. Véanse, al respecto, las auditorías
de la CGR, los informes de la Fiscalía General, los trabajos sobre corrupción, como el de Fernando Cepeda, y el
libro de Eduardo Wiesner: La efectividad de las políticas públicas. DNP.
3 No se hace referencia detallada a los problemas institucionales que son motivo de una amplia controversia pública,
como los conflictos de competencia entre las ramas del poder público, el régimen político, la autonomía del Banco
Emisor, la formulación y ejecución del presupuesto, la descentralización, entre otros, porque sobre ellos existe
una amplisima literatura.
FALLAS ADMINISTRATIVAS: INEFICACIA Y CORRUPCIÓN 503
4 Como Alberto Alesina, quien, en un reciente opúsculo, dice que “El Plan de Desarrollo debería eliminarse”.
Véase Reformas institucionales en Colombia, Alfaomega-Fedesarrollo, febrero de 2001, p. 28. Una cosa es
reconocer las fallas notorias en la planeación y otra distinta creer en la indiscutible bondad de la “mano invisible”
del mercado.
504 FALENCIAS DE LA GESTIÓN PÚBLICA
existencia de control y, por ende, bajo nivel de riesgo; mayor a 0,5 e inferior a 1,0,
riesgo medio; y mayor de 1,0, inexistencia de controles y, por lo tanto, alto nivel de
riesgo.
De acuerdo con esta metodología, el área de planeación de las entidades del orden
nacional tiene un nivel de riesgo medio y alto, como aparece en el cuadro 15.1:
Cuadro 15.1
Nivel de riesgo en planeación
Sector Calificación
Minas y Energía 0,444
Medio Ambiente 0,938
Gestión Pública 1,290
Infraestructura 1,132
Sector agropecuario 1,350
Defensa, Justicia y Seguridad 1,710
Social 1,045
Fuente: Informes de control interno. CGR. Cifras preliminares.
5 La evaluación de la gestión pública se limita en muchos casos a verificar si se han ejecutado los recursos presu-
puestados, como si el hecho de “gastar” el dinero fuera prueba suficiente de la bondad de la labor realizada.
6 Desde hace varios años el DNP, por mandato constitucional, viene tratando de implementar un sistema de evalua-
ción –denominado Sinergia– pero en realidad hasta el momento este proyecto no ha dado los frutos esperados.
FALLAS ADMINISTRATIVAS: INEFICACIA Y CORRUPCIÓN 505
evaluadas –ex ante o ex post– con los riesgos de mala asignación de los recursos, asun-
ción de riesgos contingentes exagerados7 o, en el peor escenario, con ventajas indebidas
para personas o sectores.
En los últimos años han existido políticas de esta naturaleza en numerosos campos,
especialmente en sectores estratégicos, que representan millonarios compromisos del
Estado y que han puesto en manos de determinados empresarios beneficios considera-
bles. Cabe la sospecha de que algunos de ellos han sido negociados indebidamente,
tales como los contratos PPA y BOMT en el sector energético, las concesiones viales y
portuarias y los contratos de riesgo compartido en telecomunicaciones, en los cuales se
han verificado inexplicables errores en la formulación, contratación y ejecución8.
Es claro que la participación ciudadana en la gestión del Estado, que debería co-
menzar por su intervención activa en los procesos de planeación, sólo es un buen
propósito planteado en la Constitución de 1991. El Consejo Nacional de Planeación,
por ejemplo, es un notario de las fallas de los planes oficiales, sin que haya tenido el
papel protagónico que debería ocupar en una sociedad participativa. Lo mismo puede
rezarse de los consejos departamentales y municipales.
Finalmente, cabe decir que no existen estudios detallados y sistemáticos que per-
mita determinar la continuidad o no de las diferentes obras o servicios que el Estado
se ha propuesto llevar adelante en los últimos 20 años. “Cada gobierno trae su afán”
y, en consecuencia, no es posible la continuidad de los proyectos, cuando no existe
información ni planificación, salvo en casos específicos ligados a compromisos de
crédito externo.
LEGISLACIÓN Y REGULACIÓN
En un Estado de Derecho, la expedición de las leyes corresponde al Congreso de la
República y éste debe actuar en consideración al interés general. Sin embargo, en
ocasiones las normas que se expiden parecieran obedecer más a la satisfacción de
intereses particulares, como es el caso de la consagración de exenciones y ventajas a
determinados grupos de interés, especialmente en materia tributaria.
Lo grave en relación con la expedición de las leyes, especialmente las que tienen que
ver con asuntos económicos, es el perverso proceso de negociación que se lleva a cabo
Recientemente, la CGR y el DNP firmaron un convenio para establecer un sistema de esta naturaleza, dado que
ambas entidades tienen la obligación de verificar la gestión y los resultados de la administración pública, pero el
trabajo que se ha adelantado en desarrollo de este acuerdo es aún incipiente.
7 La existencia de grandes pasivos contingentes es una de las más riesgosas situaciones de las finanzas públicas
para el futuro. Véanse, a este respecto, las observaciones que se hacen en este libro sobre la sostenibilidad de la
deuda (capítulo 19).
8 Los hechos relacionados con los temas mencionados pueden ser consultados en las respectivas publicaciones
que ha hecho la CGR.
506 FALENCIAS DE LA GESTIÓN PÚBLICA
entre el Ejecutivo y el Legislativo, para que aquél asigne partidas a las regiones o a las
actividades que a éste le interesan o conceda otras gabelas como nombramientos en la
administración. Si bien los auxilios parlamentarios fueron prohibidos por la Constitu-
ción, la asignación de cupos presupuestales –así sea con las mejores justificaciones–
inicia un proceso durante el cual se dan actos de corrupción o de clientelismo. Lo
mismo sucede con los fondos de cofinanciación y el Fondo Nacional de Regalías,
creados para apalancar los esfuerzos regionales en diversos sectores y que se convir-
tieron en motivo de negociaciones espurias entre congresistas y Gobierno. Si bien no
puede afirmarse que, en todos los casos, se presentan actos corruptos, estas prácticas
han ocasionado una mala distribución, contribuyendo a ahondar la brecha entre re-
giones, sectores y grupos sociales.
En este mismo sentido, a título de ejemplo, valga citar los convenios suscritos por
el Fondo DRI con entes territoriales, agremiaciones y cooperativas, en la vigencia
2001, en los cuales se encontró:
1. Proyectos cofinanciados que no estaban contemplados en los Bancos de Proyectos
de Inversión Nacional, BPIN, situación producto de la improvisación y atención a
intereses particulares que no consultan las prioridades de cada municipio o región.
2. Suscripción de contratos, por parte de los entes territoriales, sin el cumplimiento
de requisitos legales, en especial los que se refieren a los principios de transparen-
cia, economía y responsabilidad; asimismo, sin las justificaciones técnicas y eco-
nómicas que sustenten su correcta celebración.
3. Ineficacia de las interventorías que se manifiesta en la carencia de informes perió-
dicos y objetivos; igualmente, no es frecuente la participación de la comunidad
beneficiaria, a la cual no se le convoca ni informa sobre las características de los
proyectos a ejecutar, para efectos de un adecuado control social.
4. Sobrecostos en las obras realizadas
Mención especial merece la discusión y aprobación del Presupuesto Nacional9,
principal instrumento de la distribución de los recursos públicos. No sólo recibe de-
bates improvisados y apresurados por parte del Congreso, sino que éstos, más que
discusiones técnicas y políticas conforme a los planes y programas de desarrollo, son
negociaciones bilaterales para la asignación de partidas de interés particular. Tanto es
así, que puede hablarse, sin riesgo de equivocación, de la feria de las partidas
presupuestales y de las prebendas burocráticas10.
11 Sin mencionar, claro está, el papel que viene ejerciendo la Corte Constitucional en materias económicas.
12 Wiesner Durán, Eduardo (1997).
508 FALENCIAS DE LA GESTIÓN PÚBLICA
CONTRATACIÓN Y COMPRAS
Parte importante de la gestión del Estado, especialmente en cuanto a la adecuada
asignación de los recursos, se concreta en los procesos de contratación con el fin de
adquirir bienes y servicios o la realización de obras de interés general.
novedosa herramienta diseñada y puesta en marcha por la CGR. Sin embargo, quedan
sueltos múltiples cabos, sobre todo en el campo de los términos de referencia, la forma
y selección de las contrataciones directas y, en especial, la supervisión de la adecuada y
oportuna prestación del bien o servicio. En este campo no cabe duda de que los meca-
nismos de participación ciudadana, particularmente las veedurías ciudadanas y la ac-
ción del control fiscal deberán cumplir un papel de primer orden.
Las irregularidades en la contratación no se refieren sólo a la selección y adjudica-
ción de los contratos, sino también a lo relacionado con la liquidación de los mismos.
Un ejemplo que muestra bastante bien lo que sucede, se presenta en Invías.
Del análisis de la información reportada a la CGR, se evidencia que existe un gran
número de contratos vencidos no liquidados, lo cual podría significar detrimento del
patrimonio del Estado, ya que el objeto del contrato no se ha alcanzado satisfactoria-
mente. De un total de 7.701 contratos analizados que corresponden al período 1994-
2001 en el nivel central del Invías se encontraron 3.410 contratos (el 44% del total)
por $2.8 billones, en estado de indefinición, es decir, 960 con auto de archivo ($0.5
billones); 1.777 sin definir su estado y vencidos ($1.8 billones) y 673 sin fecha de
vencimiento y sin definir su estado ($0.5 billones).
La liquidación es un procedimiento a través del cual una vez concluido un contra-
to, la entidad verifica si el contratista cumplió a cabalidad con las obligaciones pacta-
das con el fin de establecer si se encuentra a paz y salvo por todo concepto. Al incum-
plir los términos legales se difiere la liquidación en el tiempo o no se realiza,
ocasionándose un posible detrimento patrimonial al Estado, toda vez que no es posi-
ble verificar si realmente los contratistas cumplieron o no con el objeto contratado y,
en consecuencia, aplicar las sanciones y garantías a que haya lugar o si existieron
recursos a favor que debían ser reintegrados al Tesoro Nacional.
Cuadro 15.2
Contratos reportados por Invías en estado de indefinición
Millones de pesos de 2000
Descripción No. contratos % Valor %
Contratos con auto de archivo 960 12,47 538.169 7,03
Contratos vencidos a dic. de 2000 sin liquidar 1.777 23,07 1.838.780 24,00
Contratos sin fecha de vencimiento y sin estado 673 8,74 483.995 6,32
Total en Indefinición 3.410 44,28 2.860.944 37,35
Total contratado entre 1994 y 2001 7.701 100,00 7.660.653 100,00
Fuente: Informe CGR-2002.
Debe agregarse que, durante los años 1999 y 2000, se archivaron por vencimiento
de términos, 1.114 contratos por $2.3 billones, suscritos entre los años 1968 y 1997.
FALLAS ADMINISTRATIVAS: INEFICACIA Y CORRUPCIÓN 511
Cuadro 15.3
Nivel de riesgo en contratación y compras
Sector Calificación*
Minas y Energía 0,413
Medio Ambiente 0,623
Gestión Pública 0,710
Infraestructura 0,770
Agropecuario 1,450
Defensa, Justicia y Seguridad 0,510
Social 0,510
Fuente: Informes de control interno. CGR. Cifras preliminares.
INFORMACIÓN
El Estado colombiano tiene una inconveniente heterogeneidad, deficiencia, imprecisión
y complejidad de los sistemas de información, entendidos como la disposición orde-
nada y sistemática de los datos e informes sobre la situación de los asuntos públicos.
En cuanto a información general, es muy deficiente en campos sectoriales de im-
portancia estratégica (agropecuario, salud y educación, etc.), aunque existen organis-
mos especializados como el DANE en estadísticas públicas, especialmente en materia
de costo de vida, situación de los hogares y demografía, el Banco de la República en
lo monetario, la DIAN, la CGR y la Contaduría General de la Nación en lo presupuestal
y fiscal, el Ideam en estadísticas ambientales y el IGAC en materia geográfica.
En información propia de las entidades, la CGR ha podido verificar que la contable
y financiera es insatisfactoria, a tal punto que, según una muestra realizada en el año
2001, cerca de la tercera parte de las entidades tiene estados financieros que no refle-
512 FALENCIAS DE LA GESTIÓN PÚBLICA
jan, de manera razonable, su situación real. Justo es reconocer, sin embargo, los avan-
ces que se han logrado en los últimos años en el saneamiento de los mismos.
Como se dijo, la mayoría de las entidades estatales no dispone de metodologías
adecuadas para evaluar la gestión y los resultados y, a pesar del esfuerzo del gobierno
actual (Plan de Conectividad), los procesos de modernización informática son parcia-
les, como se corrobora, de manera simple, examinando la información colocada por
las entidades públicas en las páginas Web de la red Internet.
La deficiente información contable y de la gestión obedece, en muchos casos, a
falencias administrativas de vieja data, pero existen situaciones que seguramente son
el fruto de una actitud de ocultar información, para permitir la existencia de prácticas
indebidas. En este sentido, la información es un elemento esencial de la transparencia
en la gestión del Estado.
En cuanto a la calificación del nivel de riesgo, es alto, salvo en Minas y Energía,
como se aprecia en el cuadro 15.4.
Cuadro 15.4
Nivel de riesgo en sistemas de información
Sector Calificación
Minas y Energías 0,444
Medio Ambiente 1,314
Gestión Pública 1,160
Infraestructura 1,091
Sector agropecuario 1,450
Defensa, Justicia y Seguridad 0,970
Social 1,120
Fuente: Informes de control interno. CGR. Cifras preliminares.
EVALUACIÓN Y CONTROL
Se indicó atrás que los procesos de evaluación de la gestión pública, mediante
metodologías e indicadores sobre gestión y resultados son casi inexistentes, a pesar de
los esfuerzos del Departamento Nacional de Planeación, con su programa Sinergia.
Pero el asunto resulta más grave por las falencias en los diferentes controles que existen
al interior del Estado: interno, político, de tutela, administrativo, fiscal y disciplinario.
Control interno (CI). Lo estableció la Constitución de 1991, para reemplazar el
control previo que ejercían los órganos de control, pero no ha funcionado debidamen-
te, como lo registran las auditorías de la CGR.
El objetivo fundamental del CI es garantizar a los directores y gerentes de las
entidades una información real y útil, y que las operaciones se ejecuten de acuerdo
con las normas, políticas y procedimientos establecidos por la alta dirección y la
normatividad existente.
FALLAS ADMINISTRATIVAS: INEFICACIA Y CORRUPCIÓN 513
Gráfico 15.1
Nivel de riesgo entidades. Evaluación del Sistema de Control Interno
40
35
30
25
20
15
10
5
0
R ie sg o b a jo R ie sg o m e dio R ie sg o a lto
Control político. Por las deficiencias del régimen político18, predominan los arre-
glos y acuerdos personales entre representantes y senadores y agencias del Estado. En
consecuencia, este control sobre las actuaciones de los altos funcionarios, si bien lo
realizan algunos congresistas, es escaso, y no tiene consecuencias prácticas. Baste
anotar que, desde el año 1991, en el cual se instauró la moción de censura, ningún
funcionario público ha sido “castigado” con este instrumento, mostrando a las claras
su nula efectividad.
Control de tutela. Ejercida por los ministros sobre las entidades adscritas y vincula-
das a sus respectivas carteras es, con escasas excepciones, muy pobre o inexistente.
Control administrativo. Puesto bajo la responsabilidad de superintendentes en casos
estratégicos como el financiero, de servicios públicos, de industria y comercio, de la
seguridad privada y de sociedades, tiene deficiencias. En la mayoría de ellos porque las
organizaciones correspondientes no tienen la capacidad técnica ni operativa adecuada,
sufren escasez de presupuesto o de debilidades normativas.
Además, existe un problema estructural que inhibe la real efectividad de su ac-
ción. Se trata de entidades con una dependencia directa del Ejecutivo, cuando éste a
su vez, por ser responsable de actividades en estos campos, es uno de los principales
vigilados. Tal sucede en materia de servicios públicos, sociedades de economía mixta
y comerciales e industriales del Estado y, especialmente, bancos públicos. En este
último caso, la Comisión de la Verdad, que estudió las causas y consecuencias de la
crisis financiera de los años 1998 y 1999, estableció con claridad que las deficiencias
en el control de la Superintendencia Bancaria fue una de las principales razones de
dicha crisis (y de las prácticas corruptas que allí tuvieron lugar). La CGR, por su parte,
ha sugerido la conveniencia de sacar del ámbito del Ejecutivo la supervisión bancaria
y sería útil la búsqueda de independencia para las demás (véase capítulo 16).
Control fiscal y disciplinario. Aunque se han registrado importantes avances en
los últimos años en la operación de la CGR y la Procuraduría General de la Nación,
aún resta consolidar estas organizaciones, comprometidas en ambiciosos procesos de
modernización tecnológica y metodológica.
19 En este trabajo se ilustran, en diagramas didácticos, las serias desarticulaciones de los diversos sistemas y
subsistemas que conforman la estructura institucional del sector rural, que ayudan a comprender las razones por
las cuales, al lado de las deficiencias o equivocaciones de las políticas públicas, se ha producido, en la última
década, una crisis agraria de carácter crónico y el deterioro permanente de la situación de las gentes del campo,
especialmente de los pequeños productores.
En dichos diagramas resulta fácil apreciar las fallas en las relaciones interministeriales, en los procesos de cien-
cia y tecnología, en las labores encaminadas a promover el desarrollo rural, en el financiamiento del sector
agropecuario, en la adecuación de tierras, en la gestión ambiental, en el manejo de los recursos hidrobiológicos,
en la planificación e información agropecuarias y, en general, en la asignación de los recursos.
516 FALENCIAS DE LA GESTIÓN PÚBLICA
Cuadro 15.5
Usuales actos irregulares en la administración pública
Ciclo operacional Actos irregulares *
Contratación - Adjudicación sin el cumplimiento de requisitos
- Violación del régimen de inhabilidades
e incompatibilidades.
- Términos de referencia amañados
- Aceptación de ajustes irregulares en los contratos
- Liquidaciones injustificadas
- Conciliaciones fraudulentas
- Incumplimiento
- Falta de liquidación
Planeación y Expedición de planes, programas y actividades sin correspondencia con la función de
dirección general la entidad
Manejo financiero En ingresos - Liquidaciones fraudulentas
- Recibos fraudulentos
- Concesión de ventajas indebidas en deudas por cobrar
En egresos: - Pagos sin justificación o en cuantías superiores a las
de ley
- Dobles pagos
- Hurto de dineros
- Concesión de ventajas indebidas en deudas por pagar
Manejo de activos financieros: - Hurto de especies venales y títulos valores
- Concesión irregular de créditos y otros beneficios
- Manejo discriminado de portafolios de inversiones
- Avances no autorizados
Manejo de - Hurto de bienes
inventarios - Uso indebido de bienes
- Daños sin justificación
Construcción de - Exigencia de contraprestaciones por su realización
obras - Aceptación de especificaciones incorrectas
- Certificación e informes mentirosos
- Obras con beneficios particulares específicos
- Aceptación de obras inconclusas sin razón suficiente
Prestación de - Aceptación de servicio o bien de mala calidad
servicios y - Suministro a personas sin derecho
suministro de bienes - Producción ineficiente, ineficaz o inoportuna
- Venta por debajo del precio o tarifa estipulado
- Exigencia de contraprestaciones por su realización
Venta de bienes - Adjudicaciones predeterminadas
Compras - Adquisición por encima del precio normal
- Adquisición sin especificaciones establecidas
- Fraccionamiento
- Adquisición de bienes innecesarios
Regulación - Expedición de normas con evidente intención de favorecer a un tercero
Licencias, permisos - Exigencia de contraprestación para su estudio y expedición
y conceptos - Expedición sin el lleno de requisitos legales
Interventorías - Informes amañados e imprecisos
- Autorizaciones no justificadas
Manejo laboral - Contratación innecesaria (“Nóminas paralelas”)
- Trabajos de consultoría inútiles
- Nombramiento de personal no idóneo por razones de favoritismo personal
- Nepotismo
- Gastos de viaje innecesarios
- Pagos de nómina injustificados
- Malas liquidaciones de pensiones y cesantías
FALLAS ADMINISTRATIVAS: INEFICACIA Y CORRUPCIÓN 517
20 Aunque advierte que su concepto de rentismo corresponde a una óptica teórica que va más allá de la tradicional
sobre la “búsqueda de rentas”, como “la reproducción de prácticas impuestas de facto por grupos poderosos en
usufructo de su privilegiada posición en la estructura política y económica del país, para la satisfacción egoísta y
excluyente de intereses propios a costa de los intereses del resto de la población y sin una retribución a la
sociedad que guarde proporción a los beneficios capturados para provecho propio”.
21 Vicepresidencia de la República, ibid., p. 21.
22 Valga anotar además que los excesivos trámites y, sobre todo, la ausencia de procedimientos orales y expeditos,
contribuyen a la impunidad, factor que estimula la comisión de actos contra la administración pública y hace que
la administración pública sea ineficiente e ineficaz.
FALLAS ADMINISTRATIVAS: INEFICACIA Y CORRUPCIÓN 519
Resumen
Este conjunto de fallas en la planeación, particularmente en la contratación, explica,
en buena medida, los numerosos casos23 detectados y denunciados por la CGR, en los
cuales se han producido cuantiosos detrimentos patrimoniales al Estado, que han
merecido la apertura de juicios de responsabilidad fiscal y que, en algunos de ellos, se
han configurado presuntas situaciones delictivas y disciplinarias, sometidas a investi-
gación por parte de la Fiscalía General y la Procuraduría, respectivamente.
Es conveniente destacar que un factor de mala administración y causante de prác-
ticas corruptas es la provisión clientelista de los cargos públicos y la inestabilidad
inherente, pues el “nuevo” funcionario, al saber de su escasa duración en el cargo,
trata de aprovechar como sea el “cuarto de hora” de poder de que dispone. Sólo una
carrera administrativa técnica y eficaz resuelve este problema.
Finalmente, cabe anotar que la corrupción en Colombia –facilitada por estas fallas
administrativas, sin duda– tiene magnitudes cuantiosas. Las pérdidas calculadas en el
campo de la contratación le cuestan al Estado 2.2 billones de pesos, promedio anual,
según la investigación de la Vicepresidencia de la República y del Banco Mundial.
Un estudio detallado de los posibles costos de un espectro más amplio de actos corruptos
arrojaría una cifra mayor. Además, en la actualidad el país registra procesos penales
por delitos contra la administración pública por más de 1.7 billones de pesos, con el
riesgo de no recuperar 879 mil millones de pesos, por la negligencia de las entidades
públicas en constituirse en parte civil y de algunas fiscalías de comunicar a aquellas
afectadas, la apertura de los procesos24.
Cuadro 15.6
Irregularidades notorias* 1998-2001
Entidad comprometida Descripción
Caja Agraria Irregularidades en concesión de créditos
Irregularidades en su liquidación
Banco Central Hipotecario Irregularidades en concesión de créditos
Banco del Estado Irregularidades en concesión de créditos
Irregularidades en la liquídación
Dirección de Impuestos y Evasión y elusión tributaria
Aduanas Nacionales Pérdidas en Banco del Pacífico
Pérdidas en Banco Andino
Defensa Irregularidad en adquisición de helicópteros
Dirección Nacional de Estupefacientes Deficiencias en administración de bienes incautados
Corporaciones Autónomas Regionales Inversiones en reforestación sin planeación y verificación
Invías Concesiones viales con altos riesgos
Falta de liquidación de contratos
Falta de vigilancia en la Contratación
Ministerio de Transporte Fraudulenta liquidación de Dragacol
Metro de Medellín Errores en planeación y contratación
Foncolpuertos Liquidaciones de pensiones fraudulentas
Ferrovías Irregularidades en contratación
Inurbe Asignación irregular de recursos
Findeter Asignación irregular de recursos
Ministerio de Comercio Exterior Escaso control de los Certificados de Reembolso Tributario-CERT
Incumplimiento de los Planes Vallejo
Telecomunicaciones Irregulares en contratos de riesgo compartido
Ecopetrol Equivocada contratación de Poliducto de Oriente
Ministerio de Minas y Energía Irregulares procesos de privatización y liquidación de electrificadoras
Electrificadoras Irregulares en contratos PPA
* Los detalles de todos estos hechos han sido publicados por la Contraloría en documentos especiales o son
mencionados en otros capítulos de este libro.
FALLAS ADMINISTRATIVAS: INEFICACIA Y CORRUPCIÓN 521
CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES
BIBLIOGRAFÍA
Alesina, Alberto (2001-2002), Reformas Institucionales en Colombia. Alfaomega Editores, Bogotá.
Comisión de Racionalización del Gasto y de las Finanzas Públicas (!997). Informe final; Tema II. Admi-
nistración del Estado. Zeta periodismo, Bogotá.
Contraloría General de la República, Varios informes.
Gandsur Pordominsky y otros (1999), Hacia el rediseño del Estado. Tercer Mundo Editores, Bogotá.
Garay, Luis Jorge (1999) Construcción de una nueva sociedad, Tercer Mundo Editores, Bogotá.
Kalmanovitz, Salomón (2001). Las instituciones colombianas en el siglo XX. Alfaomega Editores, Bogotá.
______ (2001). Las instituciones y el desarrollo económico en Colombia. Grupo Editorial Norma, Bogotá.
Revéiz, Édgar (1989). Democratizar para sobrevivir, Poligrupo Comunicación, Bogotá.
Revista Economía Institucional. Facultad de Economía. Universidad Externado de Colombia. No. 5,
Segundo semestre 2001.
Rose -Ackerman, Susan (1999). La corrupción y los gobiernos. Causas, consecuencias y reforma. Siglo
Veintiuno de España Editores, Madrid.
Weisner Durán, Eduardo (1997), La efectividad de las políticas públicas en Colombia, Tercer Mundo
Editores, Bogotá.
Parte VI
Capítulo 16
ACCESO A ACTIVOS PRODUCTIVOS*
* Elaborado por: Humberto Reyes, Carlos Alberto Rodríguez, Arley Castiblanco, Gabriel Muriel, Francisco Cuéllar,
Jairo Mojica y Miguel Gordo Granados, director Estudios Sectoriales de Gestión Pública.
526 HACIA UNA DEMOCRACIA REAL
En esta visión de fondo hay dos presupuestos: que el sistema financiero funciona
de manera eficiente1 y que la profundización financiera conduce necesariamente a un
acceso a sectores excluidos inicialmente2. Éstos son los ejes de la discusión en el caso
colombiano.
1 La eficiencia es entendida como la minimización de los costos financieros y organizacionales de cada una de las
entidades financieras.
2 Trujillo, Édgar, “La distribución del ingreso y el sistema financiero”. Archivos de Macroeconomía, Documento
32, agosto, 1994.
3 El indicador más usado para medir la profundización financiera es la relación (M3 + Bonos)/PIB, puesto que
mide la relación entre el ahorro financiero total y el producto de la economía, y es fácilmente comparable entre
países. También se suele usar la relación entre la cartera del sistema financiero y el PIB. En Colombia, estos dos
indicadores han tenido un comportamiento muy similar y muestran la enorme reducción que sufrió el sector
financiero durante los últimos años.
4 Extractado de las Memorias del I Congreso Nacional de Mercado de Capitales. Bogotá, noviembre 4 y 5, 1999.
5 Barajas, Adolfo y otros, “Interest Spreads in Banking in Colombia, 1974–96”, IMF, 1999, y Jannan, Michel.
“Mediación y evolución de los márgenes de intermediación para el caso Colombia 1996-2000”.
ACCESO A ACTIVOS PRODUCTIVOS 529
Cuadro 16.1
Profundización financiera (M3 + Bonos)/PIB
Rango de ingreso (M3 + Bonos)/PIB
(PIB per cápita US$) %
> 25.000 94,50
10.000 - 25.000 83,70
5.000 - 10.000 52,50
2.000 - 5.000 54,60
< 2.000 49,50
Colombia (1997) 43,00
Promedio 50 países 70,04
Datos de 1997-1998
Fuente: ANIF. (Carta financiera 117. Enero-marzo 2001).
Gráfico 16.1
Profundización financiera (M3 + Bonos/PIB)
45
43
41
39
37
%
35
33
31
29
27
25
1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001
Fuente: Banco de la República.
En 1989, con la Ley 74, el sector financiero se abrió a la inversión extranjera como
parte de una política para reducir los altos márgenes de intermediación a través de la
mayor competencia. Posteriormente, se implementó la Ley 45 de 1990 cuyo propósi-
to básico fue “crear condiciones de mayor competencia entre las instituciones banca-
rias y del mercado de capitales”6, para lo cual se introdujo el modelo de sociedades
filiales a fin de otorgar mayor flexibilidad a las operaciones financieras, se facilitó la
entrada y salida de entidades al sector, se autorizó la realización de nuevas operacio-
nes financieras, entre otras medidas. Adicionalmente, con la reglamentación de la
Ley se redujeron las cargas parafiscales, se eliminaron los controles a las tasas de
interés y se levantaron algunas restricciones a la movilidad de capitales7.
6 Martínez, Néstor Humberto, Cátedra de Derecho Bancario Colombiano. Bogotá, Editorial Legis, 2000, p. 82.
7 Amaya, Pedro José (director). Colombia: un País por construir. Universidad Nacional de Colombia, 2001.
530 HACIA UNA DEMOCRACIA REAL
8 Este indicador que ha estado en el ojo del huracán, no sólo muestra la ganancia neta por las operaciones de
intermediación de la banca, sino que implícitamente establece el costo global y la eficiencia que para la econo-
mía representa el manejo que los intermediarios financieros le dan a los flujos de capital.
ACCESO A ACTIVOS PRODUCTIVOS 531
Gráfico 16.2
Tasas reales de captación y colocación
Sistema financiero 1982-2001
30
24
18
P o rc e n taje
12
-6
1991
2001
1992
1 98 9
1 9 90
1 99 3
1 9 94
19 9 5
1 99 6
1 99 7
1 99 8
1 99 9
2 0 00
C o loc a ció n C a p ta ció n
Gráfico 16.3
Margen de intermediación ex ante año 2000
40
30
P orce n ta je
20
10
0
o
ile
as
ca
ia
a
a
r
or
ay
ay
rú
il
do
ic
al
el
bi
in
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l iv
Ch
Ri
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ur
Pe
gu
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Br
nd
lv
te
ge
ra
ta
ru
ne
M
ol
Ec
Sa
ua
Ho
os
Pa
U
Ar
Ve
C
G
Fuente: Cepal, sobre la base de cifras oficiales y del Fondo Monetario Internacional.
9 Janna, Michel y otros, “Medición y evolución de los márgenes de intermediación financiera para el caso colom-
biano, 1996-2001”. Banco de la República. Serie Borradores de Economía, No. 182, julio, 2001.
532 HACIA UNA DEMOCRACIA REAL
Los representantes del gremio bancario han argumentado como razones de los
altos márgenes de intermediación financiera la excesiva carga de imposiciones
parafiscales, el riesgo asumido y el nivel de costos operacionales.
Con referencia al primer factor, el FMI muestra que, desde 1974, la relación entre
las cargas cuasifiscales y el total de los depósitos ha venido descendiendo, producto
de la baja en los encajes y de la eliminación de la mayoría de las inversiones forzosas
sobre los intermediarios financieros. Pasando de un 50% a mediados de los setenta a
cerca del 27% a finales de los ochenta, en los años recientes se ha mantenido en
niveles cercanos al 20%.
El riesgo, como componente del margen de intermediación, se genera en épocas
de bajo crecimiento, elevándose la tasa de interés cobrada por las instituciones finan-
cieras. En Colombia no hay una relación estable entre la tasa activa y el PIB, ya que
entre 1995-96 se observó una relación positiva, mientras que entre 1996-98 una nega-
tiva, para luego asociarse positivamente en 1998-2000. Lo anterior indica que el mar-
gen de intermediación no parece explicarse por las inversiones forzosas o por el fac-
tor riesgo durante la última década.
Los costos operacionales representan otro de los elementos que conforman el pre-
cio cobrado a los usuarios del sistema financiero. En la medida en que existan meno-
res presiones competitivas, menor será la eficiencia con que se utilizan los insumos
de la actividad bancaria al no haber incentivos fuertes que conduzcan a la reducción
de costos de administración, como acontece en el mercado financiero colombiano, ya
que por su estructura oligopolista se tiende a “evitar la competencia de precios, ha-
ciendo hincapié, por el contrario, en la publicidad y en la diferenciación de produc-
tos”10 para atraer a los usuarios del sistema.
Existen varias metodologías para medir el grado de eficiencia de las entidades
bancarias. Los trabajos utilizados en la literatura bancaria colombiana examinan la
eficiencia de escala, los indicadores contables de eficiencia y la eficiencia X.
El indicador de eficiencia más utilizado es la relación de costos administrativos a
activos (overhead), el cual permite comparar las habilidades administrativas de las
entidades bancarias y la eficiencia de los sistemas bancarios de diferentes países. De
acuerdo con este indicador, Colombia, al igual que la mayoría de los países latinoa-
mericanos, mantiene elevados niveles de ineficiencia en sus entidades bancarias: mien-
tras que en 1998 la banca japonesa requería 1.3 centavos para administrar un dólar de
activos, en Colombia se requerían 7.7 centavos (gráfico 16.4). En general, en los
países latinoamericanos, dentro de los que Colombia ocupa una posición intermedia,
el nivel de ineficiencia es el doble de la existente en países desarrollados.
El cálculo más reciente del indicador de eficiencia para Colombia muestra que
dicha relación ha fluctuado alrededor del 5%, y que durante los noventa ha habido
una tendencia a aumentar los niveles de eficiencia para el conjunto de las entidades
bancarias, excepto en los años de crisis. A junio de 2001 se habría alcanzado el punto
más alto de eficiencia, en términos de los costos overhead.
Teniendo en cuenta el tipo de propiedad, las entidades públicas aparecen como las
más ineficientes, habiéndose empeorado en los años 1998 a 2000, período de profun-
dización de la crisis.
Otra metodología utilizada para evaluar la eficiencia de las entidades bancarias se
conoce como eficiencia-X. El primer estudio en el país que intenta determinar si las
diferencias entre los costos de producción se deben a la ineficiencia fue el de Misas y
Suescún11. Utilizando una muestra de 22 bancos, concluyen que la ineficiencia en la
banca colombiana es significativa y que la ineficiencia-X es la principal causante12,
encontrando que cerca del 30,8% del total de costos operativos de la banca comercial
es atribuido a la ineficiencia, y que el 85% de ésta se explica por diferencias en la
habilidad administrativa para controlar costos.
Gráfico 16.4
Relación de costos administrativos a activos
O v e rh e a d (C o s tos A d m in is tra tivo s / A c tiv os )
J ap ó n 1 ,3
A le m a n ia 2 ,0
F ra nc ia 2 ,8
In d o n e sia 3 ,0
C h ile 3 ,0
In g la te rra 3 ,0
E sp a ñ a 3 ,2
E E.U U . 3 ,6
M é xico 4 ,1
B o livia 4 ,6
P a ra g u a y 5 ,5
Ve n e z ue la 6 ,4
C o lom b ia 7 ,7
P e rú 8 ,2
E cu a d o r 8 ,4
A rg e n tin a 9 ,4
B ra sil 1 0 ,0
0% 3% 6% 9% 12%
11 Misas Martha y Suescún Rodrigo, “Cambio Tecnológico, Ineficiencia de Escala e Ineficiencia-X en la Banca
Colombiana”, Borradores Semanales de Economía, Banco de la República, No. 59, 1996.
12 Los autores trabajan el concepto de ineficiencia-X, entendida como: a) ineficiencia en la asignación de insumos,
que surge cuando los factores de producción son utilizados en proporciones subóptimas y b) ineficiencia técnica,
que se origina en el empleo excesivo de los insumos.
534 HACIA UNA DEMOCRACIA REAL
13 Mendoza Arregoces, Lisandro J., “Eficiencia y Productividad del Sector Bancario Colombiano”, una aproxima-
ción con Data Envelopment Analysis, 2000.
14 BID. Competitividad, el motor del crecimiento. Informe 2001, p. 33.
ACCESO A ACTIVOS PRODUCTIVOS 535
Gráfico 16.5
El financiamiento como obstáculo para el desarrollo empresarial
(P orc en taje ) (P orc en taje )
H a ití
F in a nc ia m ien to
E cu a do r
Im p ue sto s y re gu lac io ne s M é xico
P e rú
Ine sta bilid ad de la s p olític as B o livia
Trinida d y To ba go
Inflac ió n N ica rag ua
A rge n tin a
Tipo de ca m b io G u ate m a la
E l s alva d or
D e lin cu en cia c alle jera
U ru gu ay
Infra es tru ctu ra H o nd ura s
C o lo m b ia
P rác tic as co ntra la c om pe ten cia R e p. D om in ica na
B ras il
C o rrup ción C o sta R ica
Ven e zu ela
M a fia s o rga n iz ad as C h ile
B e lice
S istem a jud icial
P a na m á
0 5 10 15 20 25 30 35 0 10 20 30 40 50 60 70
Tomado de: Competitividad, el motor del crecimiento. Informe BID 2001, p. 32.
Fuente: World Business Environment Survey (WBES) y cálculos del BID.
15 Ver Cabal, Jaime Alberto, “Análisis situación sectorial de la Mipyme”. En el Foro: Márgenes de Intermediación
y Contracción del Crédito. Bogotá, Uniandes y Portafolio, octubre de 2001.
536 HACIA UNA DEMOCRACIA REAL
Gráfico 16.6
Concentración del crédito comercial
P a rtic ip a c ió n d e lo s m ay o re s de u d o re s e n la ca rte ra c om e rc ial a l s e cto r p riv a do (D ic . d e 2 0 0 1 *)
2000 8 0 ,7
N ú m e ro d e lo s m ay o re s d eu d o res
1000 7 1 ,5
500 5 9 ,8
200 4 2 ,7
100 3 0 ,2
50 2 0 ,1
0 20 40 60 80 100
P o rce n ta je
* Sólo por concepto de capital, no incluye intereses.
Fuente: Superintendencia Bancaria.
Gráfico 16.7
Dinámica del crédito en Colombia
8 .0 0 0 30
7 .0 0 0 25
6 .0 0 0 C re c im ie n to d e l créd ito 20
C re c im ie n to % re a l a n u a l
(d e re c h a )
5 .0 0 0 15
M illo n e s d e U S $
4 .0 0 0 10
3 .0 0 0 5
2 .0 0 0 -0
1 .0 0 0 C u e n ta d e c a p ita le s -5
(izq u ie rd a )
0 -1 0
-1 .0 0 0 -1 5
-2 .0 0 0 -2 0
1981 1983 1985 1987 1989 1991 1993 1995 1997 1999
Gráfico 16.8
Crecimiento real anual de la cartera bruta
30
20
10
-1 0
-2 0
-3 0
-4 0
-5 0
D ic-9 5 D ic-9 6 D ic-9 7 D ic-9 8 D ic-9 9 D ic-0 0 D ic-0 1
C o m e rc ia l C o n su m o H ip ote c a ria Tota l
Fuente: Superbancaria.
Gráfico 16.9
Ingresos derivados de la cartera como % de los ingresos totales
75
70
65
Po rce n ta je s
60
55
50
45
40
M a r-0 1
M a r-94
Se p -94
M a r-9 5
S e p -9 5
M a r-9 6
Se p -9 6
M a r-9 7
Se p -9 7
M a r-9 8
Se p -9 8
M a r-9 9
Se p -9 9
M a r-00
Se p -00
Fuente: Asobancaria.
Cuadro 16.2
Distribución de la cartera crediticia (diciembre de 2001)
Tipo de entidad financiera Tipo de crédito (porcentaje)
Comercial Consumo Vivienda Total
Establecimientos bancarios 67,3 88,1 84,1 74,9
Corporaciones financieras 13,3 0,1 0,1 7,9
Corporaciones de ahorro y vivienda 1,6 0,2 12,8 3,9
Compañías de financiamiento comercial 4,8 11,3 0,0 4,9
Organismos cooperativos de grado superior 0,1 0,1 0,0 0,1
Instituciones oficiales especiales 12,9 0,2 3,0 8,3
Total 100,0 100,0 100,0 100,0
Fuente: Superbancaria.
16 Éstas son: FEN, Findeter, Bancoldex, Finagro, Fogacoop, Fogafin, Icetex, Fonade, FNA. La participación de estas
entidades se calcula sin incluir las operaciones de redescuento, sino únicamente los créditos que otorgan con
recursos propios.
ACCESO A ACTIVOS PRODUCTIVOS 539
17 González Vega, Claudio y otros, BancoSol, el reto de crecimiento en organizaciones de microfinanzas, The
Ohio State University, 1996.
540 HACIA UNA DEMOCRACIA REAL
crecido tanto y tan rápido: desde 1992 hasta 1994, su cartera se incrementó diez veces
en términos reales.
Perú creó una nueva estructura de microcrédito a través de las llamadas entidades
para el desarrollo de pequeñas empresas y microempresas o Edpyme y es el segundo
país en Latinoamérica con un mayor número de entidades participantes; seis de ellas
manejan cartera superior a US$11 millones, descollando CMAC18 Arequipa con US$42
millones en colocaciones crediticias.
En Brasil se lanzó en 1996 el Programa de Crédito Productivo Popular (PCPP), con
el objetivo de promover la formación de una amplia red institucional capaz de pro-
porcionar crédito a los microempresarios, formales e informales, creándose así nue-
vos canales de distribución de recursos financieros y haciendo posible alternativas de
inversión para la generación de empleo e ingresos. El PCPP tiene como clientes a las
sociedades de crédito al microempresario (SCM), las organizaciones no gubernamen-
tales (ONG) y organizaciones de la sociedad civil de interés público (Oscip). Los pro-
ductos que proporciona son el contrato de administración y aplicación de recursos
financieros y los contratos financieros.
Gráfico 16.10
Instituciones de microcrédito
Latinoamérica
P rinc ipa le s ru bro s ju nio 2 0 0 1
700
600
500
M illo n e s U S$
400
300
200
100
0
A ctivo to ta l C a rte ra d e p ré s ta m o s D e p ó sito s F o n d o s fin a n cie ro s P a trim o n io
Fuente: MicroRate.
18 Las CMAC son instituciones financieras especiales de propiedad municipal, muy difundidas.
ACCESO A ACTIVOS PRODUCTIVOS 541
mos se han otorgado para financiar capital de trabajo en un 93%, capital fijo 6% y
mixto 1%. Cabe resaltar que los recursos han provenido de fuentes oficiales (23%) y
no oficiales (77%). El número promedio anual de créditos concedidos en el período
1998-2001 fue de 61.874 (64.107 créditos a septiembre de 2001). El crecimiento de
los préstamos entre 1999-1998 y 2000-1999 fue de 60% y 14%, respectivamente,
alcanzando un monto de US$30 millones a septiembre de 2001. El programa ha alcan-
zado a 268 municipios de 16 estados, con una cobertura según género de 45% mascu-
lino y 55% femenino19.
Las microfinanzas no están blindadas a las crisis ecomómicas, pero su impacto es
menor que en las entidades financieras tradicionales, como lo evidencia la experien-
cia internacional. El caso del Banco Rakyat Indonesia, reconodido como una de las
más grandes instituciones microfinancieras en el mundo, tuvo un comportamiento
favorable durante la crisis asiática, que comenzó a mediados de 1997. La tasa de
repago de los créditos fue de 97% y el Banco experimentó un aumento rápido en los
ahorros, debido a que los préstamos se ajustan al flujo de liquidez y los prestatarios
reinvierten beneficios para mantener el nivel de los negocios, disminuyendo el
apalancamiento financiero y haciéndolos menos vulnerables a los factores externos.
Así mismo, los prestatarios valoran en alto grado su acceso a los servivios del crédito
y de ahorros, lo cual los hace renuentes a romper su relación comercial con el banco,
e incluso reducen el consumo para hacer sus reembolsos de préstamo a tiempo.
En Bolivia, la crisis económica, en los años 1999 y 2000, redujo el número de
clientes atendidos, por depuración de la cartera y contracción en la demanda de
microcrédito. Los préstamos vencidos de BancoSol pasaron de 4,52% a 10,8%, en el
período diciembre 1998 a junio 2000, incluyendo deudas con un día de mora. Sin
embargo, el saldo de la cartera total aumentó 11% en ese período.
Las lecciones del caso filipino son aún más interesantes. Los prestamistas del
sistema de microcrédito respondieron a la crisis disminuyendo los tipos de interés
efectivos de los créditos y los ahorradores aceptaron la reducción de sus rendimien-
tos. El propio FMI reconoció la importancia de contar con instituciones microfinancieras
como un mecanismo para la diversificación del riesgo. De igual forma, este sistema
de ahorro y de seguros funcionó como una red de seguridad de la sociedad.
La seguridad financiera viene siendo impulsada por la comunidad internacional,
como ocurrió en Colombia con Corposol/Finasol, hoy Finamérica, la más importante
entidad de microcrédito del país, que logró superar su crisis institucional, gracias a la
asistencia técnica brindada por Acción Internacional.
En Colombia la banca comercial incursiona poco en este mercado. Sin embargo,
ya hay interés para entrar en ese nicho por parte de algunos bancos, tales como el
Banco Bogotá, Banco Caja Social, Megabanco y Bancolombia, los cuales están adop-
tando la metodología de microcrédito. Existen instituciones especializadas en
microcrédito como Finamérica, compañía de financiamiento comercial de la cual son
socios el IFI y el BID –que cuenta con 17 mil clientes y cartera de préstamos por
US$16 millones–, y el Banco Mundial de la Mujer (WWB) –que maneja préstamos
por US$31 millones y 100 mil clientes–. Participan también varias fundaciones so-
brevivientes del extinto Plan Nacional para el Desarrollo de la Microempresa, como
son las fundaciones Santodomingo, Corona, Compartir, Carvajal, Fundes, Fundaempresa,
entre otras. Ellas brindan asesoría y capacitación, y algunas otorgan crédito a
microempresarios. Así mismo, hay incubadoras de empresas, como Innovar, que pue-
den jugar un papel relevante en el impulso a la microempresa y al microcrédito.
Otros sectores que proporcionan microcrédito son el cooperativo y las cajas de
compensación familiar. La cartera del sector cooperativo ascendió a un billón de
pesos durante el 2000, a pesar de que su participación en el sistema financiero dismi-
nuyó como consecuencia de la crisis financiera de 1998 que llevó a la quiebra a las
grandes cooperativas y a la banca cooperativa. Esto dio origen al Fogacoop, Fondo de
Garantías de las Cooperativas Financieras, que permite que los ahorradores de 61
cooperativas estén protegidos contra los riesgos de futuras quiebras, con lo cual se
busca brindar un impulso al sector cooperativo.
Hay que recordar que la crisis del sector cooperativo tuvo como causa fundamen-
tal la mala administración de las empresas cooperativas, tanto a nivel gerencial como
de los Consejos de Administración, lo cual vino acompañado de la pérdida de los
valores cooperativos y de malas prácticas por parte de algunos de sus administrado-
res. Se dio prioridad a la actividades especulativas, captando recursos costosos, reco-
nociendo rendimientos superiores a los del mercado financiero para los depósitos a
término y pagando comisiones a los directivos de las entidades colocadoras, que en
su mayoría eran estatales, todo lo cual creó una burbuja de crecimiento insostenible
que explotó con las consecuencias mencionadas. El crecimiento desbordado fue ma-
nifiesto en: a) el deterioro y la concentración de la cartera de créditos; b) el incremen-
to de los activos improductivos; c) el aumento de las redes de oficinas; d) la concen-
tración en los depósitos, disminuyéndose la participación del ahorro popular.
Cabe anotar que la crisis de las cooperativas financieras arrastró consigo a la banca
cooperativa, por su impacto negativo sobre la cartera y porque al intentar salvar a las
entidades grandes como Cupocrédito y Coopsibaté, se llevaron a cabo fusiones por
absorción, totales o parciales, sin estudios previos de viabilidad y factibilidad. A lo
anterior, se agregan la falta de sistemas de control interno de las cooperativas, la defi-
ciencia en la supervisión y regulación estatal al sector cooperativo. Adicionalmente,
hay que resaltar la ausencia de política gubernamental para el sector cooperativo, ya que
no contaba con un Fondo de Garantías que protegiera los depósitos de los ahorradores.
ACCESO A ACTIVOS PRODUCTIVOS 543
Finagro fue asignado a ellos durante el año 2001, lo cual va en contravía de su filosofía
inicial que era el apoyo a los pequeños productores.
En el caso del Fondo Colombiano de Modernización y Desarrollo Tecnológico de las
Micro, Pequeñas y Medianas Empresas (Fomipyme), a diciembre de 2001 se habían apro-
bado recursos por $20.000 millones para Mipymes, administrados por Fiduifi y canaliza-
dos, en gran parte, a través de fundaciones que apoyan a las micros y pequeñas empresas.
En conjunto, la participación de los Fondos no es muy representativa, pues aunque
avala el 54,6% del crédito movilizado, las garantías otorgadas sólo alcanzan a cubrir
el 0,7% del crédito del sistema. Esto es un indicio de que los intermediarios financie-
ros pueden estar sustituyendo líneas de crédito y garantías personales por admisibles
con cargo a los fondos de garantías.
Queda planteada la necesidad e importancia de promover los servicios de los fondos
de garantías, para la movilización real de recursos a la economía y a los sectores
desfavorecidos. Esto se refuerza con el gran potencial que tienen los fondos para otor-
gar garantías, teniendo en cuenta que su nivel patrimonial les permitiría emitir avales
hasta por $1.03 billones20 y que el saldo actual sólo alcanza los $347 mil millones.
20 El FAG y el FNG pueden emitir garantías hasta por tres veces el valor de su patrimonio, que en conjunto suma
actualmente $343 mil millones.
ACCESO A ACTIVOS PRODUCTIVOS 545
Las líneas de crédito que ofrece la banca de segundo piso se deben caracterizar por
no estar disponibles o ser insuficientes en el mercado: condición de “no-redundan-
cia”, lo que no implica que los créditos de las empresas provengan únicamente de
fondos de segundo piso, ya que los recursos propios de las instituciones de primer
piso pueden ser una importante fuente de fondos.
La banca de segundo piso define su especialización al atender la clase o dimensión
de los clientes, dejando en segundo lugar su ubicación sectorial; maneja una cartera
de bajo riesgo y menor probabilidad de insolvencia; y asegura el reembolso de los
créditos. En teoría, la BD y la banca comercial armonizan los criterios de desarrollo
económico, rentabilidad social e intertemporalidad con los puramente mercantilistas
y de corto plazo de la banca comercial (Villaseñor, 1991).
En Colombia la banca de desarrollo no tiene una historia muy larga. El primer
antecedente es la creación del IFI en 1940; posteriormente, a finales de los años cin-
cuenta, se crearon entidades de esta misma naturaleza para asignar recursos a los
sectores industrial y minero. Luego, la función de fomento sería asumida por el Ban-
co de la República21, que la mantuvo hasta la Constitución de 1991, que le ordenó
independizar las funciones de fomento de las de estabilización.
Como resultado de las reformas estructurales de los noventa, el BR se convirtió en
un banco independiente del gobierno, y los fondos financieros por él administrados
fueron trasladados a otras entidades del gbierno. Ya en 1990 se había trasladado el
Fondo Financiero Agropecuario –Finagro–, hoy convertido en banco de segundo piso
especializado en crédito agrícola. En 1992, se trasladaron al Instituto de Fomento
Industrial –IFI– los demás fondos financieros del BR, incluido el Fondo Financiero
Industrial, que seguía financiando a la pequeña y mediana empresa (Zuleta, 1999).
Las consideraciones para proveer crédito a sectores estratégicos se justifican tra-
dicionalmente por la existencia de imperfecciones en el mercado de crédito que hace
necesaria la intervención de la banca de segundo piso con miras a corregir fallas de
carácter sistémico. Sin desdeñar esa perspectiva, ha de reconocerse el papel de dicha
institucionalidad en proveer recursos financieros a sectores excluidos social y econó-
micamente por el mercado. Eso presupone una mirada a la banca de desarrollo que no
se detenga únicamente en su balance financiero sino, de manera determinante, en su
balance misional.
Los bancos de segundo piso22 poseen actualmente el 11,7% de los activos del
sistema financiero colombiano, que equivale a $10.5 billones, y el 9,7% de los pasi-
21 Dentro de la filosofía de asignar recursos para el desarrollo económico, el BR creó los siguientes fondos: Fondo
Financiero Agropecuario, Fondo Financiero Industrial, Fondo de Inversiones Privadas y Fondo de Capitaliza-
ción Empresarial. Los recursos para estos fondos provenían principalmente de inversiones forzosas del sistema
financiero.
22 Éstos son: Bancoldex, Findeter, FEN, IFI, Finagro.
546 HACIA UNA DEMOCRACIA REAL
vos, equivalentes a $7.48 billones, para cubrir las necesidades de los pequeños em-
presarios, agrícolas e industriales, la expansión del sector eléctrico, el impulso
exportador y el desarrollo de las regiones. Como se puede apreciar en el cuadro 16.3,
la BD cubre varios sectores económicos. En aras de precisar el alcance que la BD ha
tenido para contribuir a la democratización del crédito en Colombia, solamente se
hará referencia a los sectores industrial y agropecuario.
Cuadro 16.3
Los recursos de las entidades de segundo piso a diciembre 31 de 2001
Distribución porcentual
Con respecto al primero, es claro que la atención por parte del Estado se ha de
dirigir prioritariamente a las micro, pequeñas y medianas empresas –Mipymes–, que
son las que mayores restricciones tienen para acceder al crédito de los bancos.
En el gráfico 16.11 se muestra la reducción en el monto de recursos del IFI orientado
a las Mipyme desde 1997, excepto por el quiebre en la tendencia que se observa en el
2001. De igual forma, los recursos de redescuento del IFI se han orientado en mayor
proporción a cubrir las necesidades de las empresas grandes (gráfico 16.12) desde que
Gráfico 16.11
Crédito IFI a Mipyme
(Líneas Finurbano y Propyme)
2 5 0 .0 00
2 0 0 .0 00 1 8 9 .1 92
1 6 5 .5 49
1 9 8 .2 58 1 7 6 .5 32
M illo ne s d e p e s o s
1 7 7 .9 69 1 7 9 .4 77
1 5 0 .0 00 1 4 9 .7 54
1 0 0 .0 00
5 0 .0 0 0
0
1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001
Fuente: IFI.
ACCESO A ACTIVOS PRODUCTIVOS 547
Gráfico 16.12
Participación en los recursos de redescuento de IFI
100
80 3 5 ,6 3 8 ,3
4 9 ,2 4 4 ,8 4 7 ,6
P o rc e n taje
60 8 0 ,6
40
6 4 ,4
5 5 ,2 6 1 ,7 5 2 ,4
20 5 0 ,8
1 9 ,4
0
G ra n em p res a M ip y m e
Fuente: IFI.
El principal proveedor de recursos para el sistema, Finagro, nació como una enti-
dad autónoma y especializada en manejar los recursos de crédito que hasta ese mo-
mento estaban dispersos en varios organismos. Ello significó un cambio de rumbo en
la política pública hacia el sector agropecuario, en la medida en que se buscaba una
mayor eficiencia en la asignación de los recursos de crédito, minimizando la inter-
vención pública, reduciendo los subsidios implícitos de que gozaba la actividad
agropecuaria a través de las tasas de interés y aumentando la rentabilidad de los inter-
mediarios financieros para fomentar la colocación de créditos al sector agropecuario.
Los créditos otorgados por Finagro, en términos reales, tuvieron un aumento con-
siderable entre 1991 y 1995 con fluctuaciones intermedias, para luego registrar una
caída vertical entre 1995 y 1997 del 48,7%, al pasar de $759 mil millones a $389 mil
millones, y una posterior recuperación a partir de 1998, hasta ubicarse en $516 mil
548 HACIA UNA DEMOCRACIA REAL
Gráfico 16.13
Participación pequeños productores en los créditos ordinarios Finagro
4 0 ,0
3 5 ,0
3 0 ,0
2 5 ,0
P o rc e n ta je
2 0 ,0
1 5 ,0
1 0 ,0
5 ,0
0 ,0
1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001
C a p ita l d e tra b a jo In ve rsió n N o rm a liz a ción d e c arte ra Tota l
23 Pequeños productores son aquellas personas cuyo patrimonio total, incluido el de su cónyuge, o compañera(o)
permanente no supere en la vigencia de 2002 los $36.574.100. Se incluye en esta categoría toda modalidad de
asociación o integración de productores, siempre y cuando sus miembros clasifiquen por activos totales, como
pequeños productores. El monto máximo de crédito individual para pequeños productores era, para el año 2001,
hasta $23.781.500. Otros productores (medianos y grandes) son aquellos que no clasifican en la definición anterior.
ACCESO A ACTIVOS PRODUCTIVOS 549
24 Este cambio en las fuentes de financiamiento se explica por la reducción del crédito dirigido y el mayor grado de
neutralidad en el otorgamiento de préstamos por parte de los organismos multilaterales (CEMLA 1996).
25 Véase el trabajo publicado en la Revista Gestión Fiscal de junio de 2001. Informe Especial: banca de Desarrollo.
26 El mercado de capitales: facilita la transferencia de recursos de los ahorradores o agentes con exceso de liquidez,
a inversiones en el sector productivo de la economía; asigna de forma eficiente recursos a la financiación de
empresas del sector productivo; reduce los costos de selección y asignación de recursos a actividades producti-
vas; posibilita la diversificación del riesgo para los agentes participantes; ofrece una amplia variedad de produc-
tos con diferentes características (plazo, riesgo, rendimiento) de acuerdo con las necesidades de inversión o
financiación de los agentes participantes del mercado.
27 1 Congreso Nacional de Mercado de capitales, noviembre 4 y 5 de 1999.
550 HACIA UNA DEMOCRACIA REAL
económicos (Santo Domingo, Ardila Lülle y LCSA) participaron con el 36 por ciento de
los US$ 1.500 millones generados por el crecimiento de la economía nacional en 1996.
Cinco grupos financieros controlan el 92 por ciento de los activos del sector; los grupos
económicos Santo Domingo y Ardila Lülle son propietarios del 47 por ciento de los
medios radiales; el 20 por ciento de los hogares más ricos concentra el 52 por ciento del
ingreso y el 82 por ciento de las exportaciones colombianas para el año 1999 corre por
cuenta de apenas 200 empresas, de las cuales 120 son transnacionales28.
28 Rodríguez Meisel, David, “La economía colombiana. Notas sobre la concentración del capital y sus manifes-
taciones”. Revista Matices No. 30, verano, 2001.
ACCESO A ACTIVOS PRODUCTIVOS 551
29 El modelo en el cual un país estaba totalmente en el segmento bancario o totalmente en el no bancario, como es
el caso de Estados Unidos o de Inglaterra, se estaba modificando y se buscaba una complementación ente estos
dos mercado con el objeto de diversificar los riesgos.
30 El mercado de renta variable es aquel en el que los valores que se transan no tienen preestablecido el rendimiento,
siendo las acciones el título característico de este mercado. La rentabilidad está ligada a las utilidades obtenidas por
la empresa en la cual se invierte, así como a las posibles variaciones en los precios de los valores, dadas por las
condiciones existentes en el mercado.
552 HACIA UNA DEMOCRACIA REAL
31 Para la gran mayoría de los inversionistas extranjeros el primer factor es el principal obstáculo para la inversión.
Por tal razón, a pesar de que algunas acciones presenten oportunidades de atractivas ganancias (precios bajos con
respecto al valor esperado de la empresa), la incertidumbre no les permite invertir. En otros casos, la baja dispo-
nibilidad de acciones en el mercado (float) resulta en una baja liquidez lo que hace difícil atraer al inversionista
especulador (de corto plazo) y, en algunos casos, al inversionista de mediano plazo.
32 El mercado de renta fija es aquel en el que los valores que se transan pagan a su tenedor una tasa de rendimiento
preestablecida para su plazo de vigencia. Por ejemplo: Bonos, certificados de depósito, etc.
ACCESO A ACTIVOS PRODUCTIVOS 553
Cuadro 16.4
Profundidad del mercado colombiano de valores*
Año Renta fija Accionario Bursátil (1) OTC (2) OTC (3) Total Total
bolsa mercado de mercado
valores (4) renta fija (5)
33 Los TES son títulos emitidos por el Gobierno Nacional creados por la Ley 51 de 1990 y administrados por el Banco
de la República. Son títulos a la orden, no gozan de liquidez primaria antes de su vencimiento y son libremente
negociables en el mercado secundario. En el mercado secundario de TES se ha observado un incremento en el
volumen de negociaciones. En la segunda semana de abril el volumen negociado por el Sistema Electrónico de
Negociación, SEN, tuvo su máximo en lo corrido del año y se ubicó en $1.4 billones. En cuanto al nivel de las
tasas de los títulos de deuda pública se ha presentado una caída en los TES de la parte corta y media de la curva,
mientras la parte larga mantiene estabilidad en las tasas debido a la sobreoferta de los papeles a 10 años y la poca
demanda de los inversionistas.
554 HACIA UNA DEMOCRACIA REAL
Gráfico 16.14
Mercado bursátil. Volumen transado
7 0 .0 0 0
M ile s d e m illon e s d e $
6 0 .0 0 0
5 0 .0 0 0
4 0 .0 0 0
3 0 .0 0 0
2 0 .0 0 0
1 0 .0 0 0
0
1985 1986 1987 1988 1989 1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000
Tota l R . F ija R . Va riab le
Fuente: Supervalores.
34 Es el resultado de sumar las capitalizaciones de mercado de cada una de las empresas inscritas en bolsa, la cual
se obtiene de multiplicar el precio de mercado por el número de acciones en circulación, y dividirlo por el
producto interno bruto.
ACCESO A ACTIVOS PRODUCTIVOS 555
Gráfico 16.15
Capitalización
M e rc ad o s d e v a lo re s (U S $ m ile s d e m illo n e s )
1 6 .6 3 5
4 11
154 11 7
Gráfico 16.16
Empresas listadas en lBolsa
7 .6 5 1
7 18
2 85 1 86
1 45
3. Grado de desarrollo del mercado de capitales local vs. otros mercados. El gráfico
16.17 muestra los resultados de la estimación del grado de desarrollo del mercado
de capitales a partir de los índices de bursatilidad –capitalización bursátil/PIB–,
valor de las transacciones/PIB y concentración del mercado para 26 economías
emergentes en 1999. El mercado bursátil colombiano fue el cuarto menos desarro-
llado superando tan sólo a Venezuela, Nigeria y Zimbabwe.
Gráfico16.17
Índice de desarrollo del mercado de capitales a 1999
3 ,0 0
2 ,5 0
2 ,0 0
1 ,5 0
1 ,0 0
Ín dic e
0 ,5 0
0 ,0 0
-0
-1
B ra s il
Po rtu ga l
H u n gría
Taiw á n
P e rú
P a kistá n
F ilip in a s
Colo m bia
M a la s ia
C o re a
C h in a
Ta ila n d ia
Su d á frica
Tu rqu ía
P olo n ia
C h ile
In d ia
J o rd a n ia
In d on e s ia
Z im ba b w e
A rg e n tin a
G re c ia
N ig eria
Ve n ez u e la
Fuente: Asobancaria, 1999.
35 Vallejo, César, “Democratización de la economía colombiana: objetivo esencial de la intervención del Estado”.
Universitas Económica, Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas de la PUJ. Bogotá, 1991.
ACCESO A ACTIVOS PRODUCTIVOS 557
36 Devlin, Robert, “Las privatizaciones y el bienestar social”. En Revista de la Cepal No. 49, Naciones Unidas,
abril de 1993.
558 HACIA UNA DEMOCRACIA REAL
contribuir a financiar el déficit fiscal. Los principales ingresos obtenidos por privati-
zaciones se comienzan a percibir a partir de 199437, año en el que se realizó la privatización
del Banco de Colombia, la más importante realizada hasta esa fecha. Durante ese año
se obtuvieron ingresos equivalentes al 2,24% del PIB, cifra que sólo fue superada con la
venta de propiedad estatal realizada en 1997. Con dichos recursos se alcanzó un superá-
vit fiscal de 2,36% del PIB. A su vez, los ingresos por venta de activos públicos obteni-
dos en 1997 ascendieron al 3,26% del PIB, los cuales cubrieron casi en su totalidad el
déficit primario, equivalente al 3,28% del PIB.
La participación del sector solidario en la adquisición de la propiedad privatizada
ha sido escasa, a pesar de contar con el derecho preferencial para acceder a tal propie-
dad, con la excepción de tres casos en los que su vinculación ha sido significativa. En
el caso de Termocartagena y Termotasajero sus propios trabajadores adquirieron el
87,2% y el 56,7%, respectivamente (gráfico 16.18). Otra privatización que tuvo un
carácter democratizador fue la capitalización de ISA, mediante la cual se incorporaron
62.000 nuevos accionistas que invirtieron $101 mil millones.
En el caso de las entidades financieras privatizadas, el sector solidario sólo ha
adquirido el 10% del total de las acciones que el Estado ha enajenado, pero esta
proporción se reduce a un escaso 3% en el caso de las entidades no financieras priva-
tizadas.
Gráfico 16.18
Privatización de entidades
S ec tor fin a nc ie ro re aliza da s po r F og afín N o fina n ciera s re aliz ad a s po r M inH a cie nd a-D G C P
9 00 .00 0 1 .4 0 0.0 00
8 00 .00 0
1 .2 0 0.0 00
$ m illo ne s c orrien tes
7 00 .00 0
1 .0 0 0.0 00
6 00 .00 0
5 00 .00 0 8 00 .00 0
4 00 .00 0 6 00 .00 0
3 00 .00 0
4 00 .00 0
2 00 .00 0
2 00 .00 0
1 00 .00 0
0 0
C orp av i
Tota l
B an co P op ula r
B co . Trab aja do res
B an co ld e x
Bc o.Teq ue n da m a
B c o. de l C om e rcio
C on ca sa
B c o. de C olo m b ia
To ta l
C hivo r
Term oc arta ge na
Te rm o tas ajero
B e tan ia
C erro m a to so
S ec tor so lid ario O tro s Inv ersio nista s S ec tor so lid ario O tro s in ve rsio nista s
37 No obstante, la participación del Estado a través del IFI empieza a trasladarse al sector privado en la década del
ochenta y, a partir de 1991, con la privatización del Banco de los Trabajadores, comienzan las reprivatizaciones
de entidades del sector financiero.
ACCESO A ACTIVOS PRODUCTIVOS 559
PROPUESTAS
Incluir a amplios sectores de la sociedad en lo económico no supone, en lo fundamen-
tal, grandes partidas del presupuesto público. Las acciones que deben emprenderse
para que los informales urbanos, pequeños productores campesinos y pequeños em-
presarios formalizados accedan a activos reales y contingentes, presupone una articu-
lación entre el sector público y privado para el manejo de recursos financieros, la
difusión de información y participación ciudadana en un horizonte de tiempo de cor-
to, mediano y largo plazo.
Las propuestas se orientan a crear condiciones que permitan mejorar la movilidad
social, acceso a activos en condiciones de mayor equidad y un papel fuerte de las
organizaciones del Estado para garantizar los derechos de propiedad en un contexto
de elevada conflictividad social ante la acción de agentes ilegales y violentos (llá-
mense grupos armados, políticos corruptos o buscadores de rentas con poder econó-
mico y político).
En primer término, hay que crear mecanismos que promuevan inclusión para los
informales y personas desprovistas de activos reales y contingentes. La eliminación
de trámites para crear empresas y ser parte de la economía formal debe adelantarse
desde la Administración pública, con el activo concurso del sector privado. En ese
sentido, hay que crear capital social a través de la formación de agremiaciones, coope-
rativas, empresas asociativas y otros mecanismos. Así mismo, se requiere ampliar los
sistemas de protección social para garantizar salud y vivienda a personas que no tengan
acceso a estos bienes meritorios.
En segundo término, hay que diseñar una arquitectura financiera que propicie la
inclusión económica, sobre la base de cuatro ejes centrales: la creación del sistema de
microcrédito, el redireccionamiento de la banca de segundo piso, la creación de con-
diciones para el desarrollo del mercado de capitales y cambios en la regulación y
supervisión financiera.
560 HACIA UNA DEMOCRACIA REAL
• Aislar su gestión del manejo clientelista que ha llevado a estas entidades a asumir
riegos excesivos, los cuales les generan pérdidas cuantiosas que son enjugadas por
el Presupuesto Nacional. Su desempeño debe ser vigilado por el Supervisor Ban-
cario en forma independiente, a fin de garantizar su credibilidad y la transparencia
en el manejo de los recursos.
• Fijar políticas económicas y crediticias de carácter macrosectorial de mediano y
largo plazo con base en estudios prospectivos. Estas estrategias no pueden hacerse
a espaldas de los empresarios y de quienes conocen de cerca el funcionamiento de
los mercados.
564 HACIA UNA DEMOCRACIA REAL
Cuadro 16.5
Fondos para el Sistema de Microcrédito
Sistema de microcrédito
Servicios para los informales, famiempresa y microempresa
Usos Fuentes
Servicios Participantes Recursos Monto Monto Porcentaje
Notas
estimado viable viable
(millones $) (millones $)
Seguros generales La Previsora y el sector asegurador Primas de seguros pagadas por los Auto- Auto-
y de vida en general clientes financiado financiado
Subsidio en tasas
de interés Gobierno Presupuesto Nacional 6 10.000 10.000 100,0
Subsidio en
comisiones de
garantías Gobierno Presupuesto Nacional 7 10.000 10.000 100,0
Notas: 1. las captaciones en cuentas de ahorro del sistema financiero a diciembre de 2001 sumaba $17.2 billones. El sistema microfinanciero podría
capturar el 2% de tal ahorro, en primera instancia.
2. Colocación inicial de US$10 millones.
3. Los organismos internacionales y la cooperación internacional tienen como referencial para su participación 1/3 del monto total del proyecto. Bajo
este criterio y teniendo en cuenta que el monto disponible dentro del país suma $5.3 billones, significaría que el proyecto podría llegar a un total de
$7.9 billones. En consecuencia, los organismos multilaterales y las ONG de cooperación internacional aportarían $2.6 billones (US$1.117 millones),
recursos que se distribuirían 90% para los primeros.
4. El monto estimado corresponde al potencial de garantías que pueden otorgar los dos fondos de garantías públicos (3 veces su patrimonio), $1.03
billones, deducido el saldo utilizado, $347.000 millones.
5. Costo anual al 1,0% por cada billón colocado. Este valor corresponde al subsidio estatal.
6. Cargo anual al presupuesto nacional por cada punto de interés subsidiado en cada billón colocado.
7. Cargo anual al presupuesto nacional por cada punto de comisión subsidiado en cada billón colocado.
ANEXO
Gráfico A1
Una nueva arquitectura financiera
568 HACIA UNA DEMOCRACIA REAL
Capítulo 17
SOCIALIZACIÓN DE PÉRDIDAS*
* Elaborado por: Iliana Correa, Francisco Cuéllar y Miguel Gordo Granados, director de Estudios Sectoriales de
Gestión Pública.
1 Livacic, Ernesto y Sáez, Sebastián, La supervisión bancaria en América Latina en los noventa. Cepal–Naciones
Unidas. Santiago de Chile, octubre de 2000, p. 5.
SOCIALIZACIÓN DE PÉRDIDAS 569
2 CGR, Beneficio neto de la intervención del Gobierno en la crisis del sistema financiero (1997-2000): Beneficios
y costos económicos. Mayo de 2002, p. 53.
570 HACIA UNA DEMOCRACIA REAL
2001), lo cual modifica algunas de las prioridades en materia de gasto público para
los dos próximos períodos presidenciales, toda vez que tienen que destinarse recursos
no programados del erario público para sufragar los intereses y el principal de los
títulos emitidos por el Gobierno Nacional.
14
12
10
8
6
4
2
0
1995 1997 1997 1998 1999 2000 2001
A ños
B a n ca p ú b lica B a n ca p riva d a
Fuente: Asobancaria.
3 Para la banca pública alcanza 18,8%, en tanto para la banca privada es de 7,3%.
4 CGR, “Por qué y por quiénes se quebró la banca estatal”, publicado en la Revista Gestión Fiscal, No. 1, enero del
2000.
SOCIALIZACIÓN DE PÉRDIDAS 571
Gráfico 17.2
Ingresos de la cartera de créditos como porcentaje de los ingresos totales
9 0 ,0 0
8 0 ,0 0
7 0 ,0 0
6 0 ,0 0
Po rce n ta je
5 0 ,0 0
4 0 ,0 0
3 0 ,0 0
2 0 ,0 0
1 0 ,0 0
0 ,0 0
M a yo -0 1
Ag o -0 1
N o v0 1
F e b -0 1
M a y o-9 5
A g o-9 5
N o v-9 5
F e b -9 6
M a y o -9 6
A g o -9 6
N o v -9 6
F e b -9 7
M a y o -9 7
A g o -9 7
N o v -9 7
F e b -9 8
M a y o -9 8
A g o -9 8
N o v -9 8
F e b -9 9
M a y o -9 9
A g o -9 9
N o v -9 9
F e b -0 0
M a y o -0 0
A g o -0 0
N o v -0 0
B a nc a p ú b lica B a nc a p riva d a P o lin ó m ica (ba n c a p úb lic a )
Gráfico 17.3
Bienes recibidos en pago por el total del sistema financiero
3 .0 0 0 .00 0
2 .5 0 0 .00 0
2 .0 0 0 .00 0
1 .5 0 0 .00 0
1 .0 0 0 .00 0
5 0 0 .0 00
0
E n e-0 1
Ab r-0 1
Ju l-0 1
O c t-0 1
O ct-0 0
En e -02
En e -9 8
O ct-9 9
Ju l-9 5
O c t-9 5
En e -9 6
J ul-9 6
O ct-9 6
En e -9 7
J ul-9 7
O ct-9 7
J ul-9 8
O ct-9 8
En e -9 9
J ul-9 9
En e -0 0
J u l-0 0
A b r-9 5
A b r-9 6
A b r-9 7
A b r-9 8
A b r-9 9
A b r-0 0
Gráfico 17.4
Patrimonio del sistema financiero colombiano 1998-2000
M ile s d e m illo ne s $
11 .0 0 0
1 ..5 0 0
1 0 .0 0 0
9 .5 0 0
9 .0 0 0
8 .5 0 0
8 .0 0 0
7 .5 0 0
7 .0 0 0
98 M M Jl S N 99 M M Jl S N 00 M M Jl S N
E E E
CAUSAS DE LA CRISIS
Factores macroeconómicos
Los años precedentes a la crisis financiera de finales de los noventa se caracterizaron
por un marcado auge crediticio que incrementó la vulnerabilidad de los intermedia-
rios financieros, al sobrevenir el shock macroeconómico de 1997, cuyas característi-
cas esenciales fueron la devaluación de la tasa de cambio, reducción del crecimiento
económico, que unidos a la situación de inestabilidad financiera internacional, gene-
raron problemas de liquidez y solvencia en los establecimientos de crédito.
La liberalización financiera contribuyó al desencadenamiento de la crisis del sec-
tor desde dos perspectivas: por una parte, contribuyó al crecimiento de la burbuja
especulativa, en la medida en que propició la entrada de capitales del exterior, espe-
cialmente de corto plazo, incrementando los niveles de liquidez del sistema financie-
ro. De otra parte, en países como Colombia con una regulación financiera débil y un
bajo poder del supervisor favorecen la existencia de amplios niveles de corrupción,
aumentando la probabilidad de un crisis bancaria ante flujos considerables de capita-
les externos6.
En este entorno, el incremento de la liquidez en la economía elevó la oferta de
recursos prestables que los bancos trasladaron a los usuarios ávidos de bienes de
consumo, particularmente de bienes no transables como la vivienda. La asignación de
6 La Ley 45 de 1990 eliminó algunas de las restricciones existentes para la entrada de nuevos intermediarios en el
sistema, autorizó la entrada de inversión extranjera sin límites; permitió a los bancos, corporaciones financieras
y compañías de financiamiento comercial participar en el capital de las sociedades de servicios financieros,
mediante el esquema de matrices y filiales en el cual las operaciones bancarias se ejercen en la matriz y las no
bancarias en filiales separadas; y flexibilizó los procedimientos de fusión, cesión y liquidación de entidades.
574 HACIA UNA DEMOCRACIA REAL
créditos se realizó sin la adecuada evaluación de clientes y de las garantías que respal-
daban el crédito, creándose una percepción equivocada acerca de la verdadera situa-
ción de liquidez y de rentabilidad de los usuarios del sistema7.
El rápido crecimiento de los préstamos otorgados por la banca, especialmente los de
carácter privado, tuvo su origen en las políticas monetaria y fiscal expansivas financia-
das con deuda pública interna y externa que generaron incrementos de la demanda
agregada por encima del crecimiento del PIB entre 1991 y 1994 (gráfico 17.5).
Gráfico 17.5
Crecimiento del producto interno bruto y demanda agregada
C re c im ie n to P IB y d e m a n da a g re g a d a
15
10
5
P o rc e n ta je
0
1991
1989
1990
1992
1993
1994
1995
1996
1997
1998
1999
-5
-1 0
P IB D e m a n d a a g reg a d a
Fuente: DANE.
7 Para mayor información, ver el documento “Las raíces de las crisis bancarias: contexto macroeconómico”. En
Hausmann, Ricardo y Rojas-Suarez Liliana (compiladores), Las crisis bancarias en América Latina. BID-Fondo
de Cultura Económica, pp. 55-64.
SOCIALIZACIÓN DE PÉRDIDAS 575
130
120
11 0
IT C R
100
90
80
E n e 91
E n e 01
En e 8 7
En e 8 8
En e 8 9
En e 9 0
En e 9 2
En e 9 3
En e 9 4
En e 9 5
En e 9 6
En e 9 7
En e 9 8
En e 9 9
En e 0 0
Fuente: Banco de la República.
Gráfico 17.7
Evolución de la tasa de devaluación e inflación
10
6
P o rc e nta je
-2
-4
F e b -9 7
M a r-9 7
A b r-9 7
M a y-9 7
Ju n -9 7
J ul-9 7
Ag o -9 7
Se p -9 7
O ct-9 7
N o v-9 7
D ic-9 7
En e -9 8
F e b -9 8
M a r-9 8
A b r-9 8
M a y-9 8
Ju n -9 8
J ul-9 8
Ag o -9 8
Se p -9 8
O ct-9 8
N o v-9 8
D ic-9 8
En e -9 9
F e b -9 9
M a r-9 9
D e va lu a ció n In fla c ió n P o lin ó m ica (de v a lu a c ió n ) P o lin ó m ica (in flac ión )
8 En Colombia el Índice de Precios al Consumidor oscilaba del 21,64% al 16,70% entre 1996 y 1998, siendo la meta
de las autoridades monetarias reducirla a un dígito.
9 Entre enero de 1995 y diciembre de 1996, la base monetaria se incrementó en $1.252,2 miles de millones de pesos.
576 HACIA UNA DEMOCRACIA REAL
Factores microeconómicos
El principal factor de naturaleza microeconómica de la crisis bancaria, especialmente
de las entidades públicas, lo constituyen las deficientes prácticas administrativas y la
ineficiencia de las entidades, que las hicieron más frágiles para enfrentar los shock
macroeconómicos. La diferencia entre la situación de las entidades financieras públi-
cas y privadas se puede observar mediante dos indicadores, a saber: la participación
de los gastos administrativos sobre el total de activos y la evolución de los activos
improductivos. El primero presenta un crecimiento sostenido en el caso de la banca
pública, por encima de la banca privada entre 1995 hasta 1998, cuando desciende,
producto de la liquidación o marchitamiento de algunas entidades estatales. El segun-
do es mayor en el caso de la banca pública en todo el período en estudio, evidencian-
do incrementos sustanciales desde finales de 1996 y hasta mediados de 1999, cuando
se liquida la Caja Agraria (gráficos 17.8 y 17.9).
Gráfico 17.8
Participación de los gastos administrativos en el total de activos
1 ,2 0
1 ,0 0
0 ,8 0
P o rc e n ta je
0 ,6 0
0 ,4 0
0 ,2 0
0 ,0 0
1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001
B a nc a p ú b lica B a nc a p riva d a
Gráfico 17.9
Evolución de los activos improductivos
25
20
15
Po rce n ta je
10
E n e-0 1
Ab r-0 1
J u l-0 1
O ct-0 1
A b r-9 5
Ju l-9 5
O c t-9 5
E n e -9 6
Ab r--9 6
Ju l--9 6
O c t--9 6
E n e -9 7
A b r-9 7
J ul-9 7
O ct-9 7
E n e -9 8
A b r-9 8
Ju l-9 8
O c t-9 8
E n e -9 9
A b r-9 9
Ju l-9 9
O c t-9 9
En e -0 0
A b r-0 0
J ul-0 0
O ct-0 0
B a n ca p riva d a B a n ca p ú b lica
Fuente: Superintendencia Bancaria.
Gráfico 17.10
La cartera de créditos como proporción de los depósitos y exigibilidades
140
120
100
P o rc e n ta je
80
60
40
20
0
En e -0 1
A b r-0 1
J u l-0 1
O ct-0 1
Ju l-9 5
O c t-9 5
Ab r-9 5
E n e -9 6
Ab r-9 6
Ju l-9 6
O c t-9 6
E n e -9 7
Ab r-9 7
Ju l-9 7
O c t-9 7
E n e -9 8
Ab r-9 8
Ju l-9 8
O c t-9 8
E n e -9 9
Ab r-9 9
Ju l-9 9
O c t-9 9
E n e -9 9
Ab r-0 0
Ju l-0 0
O c t-0 0
B a n ca p ú b lica B a n ca p riva d a
En este punto vale la pena preguntarse: si este tipo de situaciones estaba gestándose
en los establecimientos financieros durante varios años, ¿por qué la autoridad regulatoria
y supervisora del sistema no toma las acciones correctoras pertinentes? La existencia de
una deficiente reglamentación prudencial y la falta de poder del supervisor hace posible
que entidades insolventes puedan permanecer en el mercado sin una oportuna acción
correctiva.
Entonces, lo problemático no es solamente la existencia de estructuras administra-
tivas frágiles en las entidades financieras, sino la debilidad de las autoridades del
sector para corregir dicha situación a fin de garantizar la salud del sistema financiero,
en un contexto institucional de poca independencia del Supervisor bancario.
10 La relación activos a capital se interpreta como la cantidad de recursos comprometidos en el activo por cada peso
invertido en capital. El activo es el promedio ponderado de cada una de las instituciones financieras pertenecien-
tes a ese tipo de entidad, y el capital representa el requerimiento mínimo establecido por la Superintendencia
Bancaria para cada año en estudio.
SOCIALIZACIÓN DE PÉRDIDAS 579
Gráfico 17.11
Utilidades del sistema financiero
400
200
-2 0 0
-4 0 0
-6 0 0
-8 0 0
-1 .0 0 0
-1 .2 0 0
-1 .4 0 0
-1 .6 0 0
B a n ca p riva d a B a n ca p ú b lica
Fuente: Asobancaria, Superintendencia Bancaria y cálculos propios. Cifras en miles de millones de pesos.
Gráfico 17.12
Evolución de las provisiones 1995 -2001
1 .8 0 0
1 .6 0 0
1 .4 0 0
1 .2 0 0
1 .0 0 0
800
600
400
200
0
1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001
B a n ca p riva d a B a n ca p ú b lica
11 Barth, James R. Caprio, Gerard Jr. Levine, Ross, The Regulatión and Supervision of Banks around the World.
World Bank. Febrero de 2001.
SOCIALIZACIÓN DE PÉRDIDAS 581
que se pusieron de presente con la última crisis del sector bancario, sobre todo
público, ya que los administradores de las mismas son, en gran parte, culpables
por el desgreño financiero, tal y como lo demostró la Comisión de la Verdad. Hoy
en día no existen sanciones ni civiles ni penales sobre éstos.
Cuadro 17.2
Interrogantes sobre el poder del Supervisor en el estudio
implementado por el Banco Mundial
Variables de acción correctora puntual Variables poder de reestructuración Variables de declaración de insolvencia
1. ¿Pueden las autoridades supervisoras Con respecto a la reorganización y 1. ¿Pueden las autoridades supervisoras
forzar a un banco a cambiar su estructura reestructuración bancaria, pueden las suprimir los derechos de un accionista y
interna? autoridades supervisoras: bancario insolventes?
2. ¿Al haber un fracaso se imponen 1. ¿Suprimir los derechos de un accionista? 2. ¿Pueden suspender algunos o todos los
sanciones civiles y penales sobre los derechos de titularidad de un banco en
directores y gerentes de un banco? problemas?
3. ¿Pueden ordenar las autoridades 2. ¿Quitar o reemplazar a los
supervisoras sobre los directores o administradores?
administradores de un banco, provisiones
para cubrir pérdidas reales o potenciales?
4. ¿Pueden suspender las autoridades 3. ¿Quitar o reemplazar a los directores?
supervisoras la decisión de los directores
para distribuir dividendos?
5. ¿Pueden suspender las autoridades
supervisoras la decisión de los directores
para distribuir sobredividendos?
6. ¿Pueden suspender las autoridades
supervisoras la decisión de los directores
para distribuir costos de gestión?
Si hay niveles preestablecidos de Si las autoridades supervisoras tienen Si la autoridad supervisora tiene el poder
deterioro bancario se califica con uno, el poder para reestructurar y reconstituir de declarar un banco insolvente se le
si no 0. A mayor calificación, mayor un banco en problemas, se califica con asigna una mayor calificación
prontitud para resolver el problema un valor más alto
Fuente: Estudio acerca de regulación y supervisión alrededor del mundo (Banco Mundial).
Cuadro 17.3
Calificación obtenida por países latinoamericanos, Estados Unidos y la posiblemente
obtenida por Colombia en el estudio del Banco Mundial
Variable de acción correctora puntual Variable poder de reestructuración Variable de declaración de insolvencia
Fuente: Estudio acerca de regulación y supervisión alrededor del mundo (Banco Mundial).
cular 011 de 2001 establece que, según el grado de calificación dado a los prés-
tamos, se debe provisionar un porcentaje de éstos; aspecto que es sujeto a evalua-
ción por parte de los supervisores en las visitas hechas a las entidades bancarias.
9. ¿Puede la autoridad de supervisión suspender la decisión de los directores de dis-
tribuir dividendos? ¿Sobredividendos? ¿Costos de gestión? Dentro de la legisla-
ción del sector financiero en Colombia no se establece que la autoridad supervi-
sora pueda llegar a suspender la decisión de los directores de distribuir dividen-
dos, sobredividendos y costos de gestión. Sin embargo, en el Código de Comercio
se determina que los accionistas de una sociedad anónima podrán repartir utili-
dades cuando éstas sean aprobadas por la Asamblea General, después de haber-
se constituido las reservas legal, estatutaria y ocasionales, así como las apropia-
ciones para el pago de impuestos.
10.¿Puede la autoridad de supervisión suspender los derechos de un accionista de una
entidad insolvente? La potestad para suspender los derechos de un accionista en
entidades que presentan problemas patrimoniales se encuentra en cabeza del Mi-
nisterio de Hacienda, quien, en últimas, da su aprobación.
11.¿Puede la agencia de supervisión suspender todos los derechos de titularidad de
un banco en problemas? Al igual que en el caso anterior, es el Ministro de Ha-
cienda quien, establece la aprobación al respecto.
12.Con respecto a la reorganización y reestructuración bancaria, ¿puede la autoridad
supervisora suspender los derechos de un accionista? ¿Quitar los directores y re-
emplazar su gestión?¿Quitar a los administradores y reemplazar su gestión? En
Colombia, el Estatuto Orgánico del Sistema Financiero establece las reglas para
la fusión, escisión, adquisición y conversión; sin embargo, dentro de ellas no se
establece que la SB pueda quitar o reemplazar a un director o administrador.
Las respuestas a estas preguntas son una medida del poder del supervisor, median-
te la asignación de una calificación de 1 cuando la respuesta es ‘sí’ y 0 cuando es ‘no’.
Entre más alto es el valor, mayor es el grado de exigencia. Al evaluar a Colombia, con
base en los criterios enunciados, se obtiene una calificación igual a 2, lo que demues-
tra el bajo poder de la SB para ejercer acción supervisora sobre los bancos.
En el análisis realizado por el Banco Mundial, las preguntas anteriores son agru-
padas en tres grupos: acción correctora, poder de reestructuración y declaración de
insolvencia, obteniendo Colombia puntajes de 2, 0 y 0, respectivamente, que de-
muestra la nula participación de la Superbancaria cuando una entidad se reestructura
o presenta problemas patrimoniales.
No sería errado concluir que la autoridad supervisora en el país presenta graves
deficiencias en la toma de acciones específicas para impedir o corregir problemas de
solvencia, como consecuencia de la falta de mecanismos legales que le permitan ejer-
cer acciones contra los gerentes y directores que cuentan con algún grado de respon-
SOCIALIZACIÓN DE PÉRDIDAS 583
Boom Estancamiento
1980 - 1990 1991-1998 1999-2000
Bancos creadores de dinero
Crédito al sector privado 5,4 9,9 -9,1
Fuentes de recursos
Depósitos 3,0 9,1 2,8
Otras obligaciones con el sector privado 1,4 0,7 -2,6
Capital 0,7 1,5 -0,1
Usos alternativos de los recursos
Crédito neto al sector público no financiero 0,0 1,8 2,9
Crédito neto al Banco de la República 0,0 -0,9 0,0
Crédito neto a otras instituciones bancarias -1,5 0,0 5,7
Activos externos netos 0,0 -0,5 1,9
Otros activos netos 1,3 1,2 -1,2
12 Barajas, Adolfo, López, Enrique y Oliveros, Hugo, ¿Por qué en Colombia el crédito al sector privado es tan
reducido? Agosto 2001, p. 9.
SOCIALIZACIÓN DE PÉRDIDAS 585
Gráfico 17.13
Crecimiento porcentual de los activos del sistema financiero
6
5
4
3
P o rc e n taje
2
1
0
-1
-2
-3
-4
Ab r-9 5
Ju l-9 5
O c t-9 5
E n e -9 6
A br-9 6
Ju l-9 6
O c t-9 6
E n e -9 6
A br-9 6
Ju l-9 6
O c t-9 6
E n e -9 6
A br-9 6
Ju l-9 6
O c t-9 6
E n e -9 6
A br-9 6
Ju l-9 6
O c t-9 6
E n e -9 6
A br-9 6
Ju l-9 6
O c t-9 6
E n e -9 6
A br-9 6
Ju l-9 6
O c t-9 6
E n e -9 6
A br-9 6
Ju l-9 6
O c t-9 6
E n e -9 6
A br-9 6
Ju l-9 6
O c t-9 6
E n e -9 6
A br-9 6
Cuadro 17.5
Fuentes de recursos para el financiamiento de la crisis financiera
(millones de pesos)
Clase de bono Valor colocado
Fuente: Fogafin.
Cuadro 17.6
Aplicaciones de los recursos en la crisis financiera 1998-2001
(millones de pesos)
Rubro 1998 1999 2000 2001 Total
Privado Público Total Privado Público Total Privado Público Total Privado Público Total
Capitalizaciones 246.776 246.776 2.767.570 2.767.570 2.094.413 2.094.413 574,999 574,999 5.683.758
Subtotal capitalizaciones 246.776 246.776 - 2.767.570 2.767.570 - 2.094.413 2.094.413 - 574,999 574,999 5.683.758
Total 376.222 1.023.535 1.399.757 1.439.781 3.196.903 4.636.684 396.235 2.418.136 281.371 991.381 603.875 1.595.256 10.446.068
Fuente: Fogafin
Sobre el particular, existen discrepancias entre las cifras dadas de diversos estu-
dios. La última cifra de Fogafin, habla de un monto cercano al 4,12% del PIB, que es
una cifra neta resultante de costos calculados de $7.6 billones y recuperaciones espe-
radas de $0.7 billones, otras cuentas mencionan hasta un 12% del PIB13.
Como los costos fiscales se van a pagar a lo largo de la presente década, es nece-
sario considerar el flujo de pagos hacia el futuro –que es lo que al fin de cuentas
interesa para propósitos fiscales– donde el pago de intereses es un elemento relevante
del costo. A este monto hay que sumarle los costos contingentes de las entidades en
liquidación.
En total, los costos fiscales suman cerca de $18 billones (equivalentes al 10% del
PIB anual) como se muestra en el cuadro 17.7 y en el gráfico 17.14. Hay que aclarar que
los contingentes de la Caja Agraria suman $6.1 billones, pero el efecto sobre la Caja
Pública en la década asciende a $4.8 billones14.
En síntesis, la socialización de pérdidas por cuenta de la crisis financiera le va a
significar al fisco nacional costos anuales de 0,79% del PIB en lo que resta de la
presente década, sin considerar los costos ocultos que puedan surgir en el curso de la
liquidación de las demás entidades públicas.
Cuadro 17.7
Proyección de los costos fiscales de la crisis financiera de los noventa
(millones de pesos)
Años Bca. pública Bca. hipotecaria Caja Agraria Costo total % del PIB
Gráfico 17.14
Costos fiscales de la crisis financiera de los noventa
B a nc a p ú b lica e h ip o te c a ria
1 ,0 0
0 ,9 0
0 ,8 0
P orce n ta je d e l PIB (% )
0 ,7 0
0 ,6 0
0 ,5 0
0 ,4 0
0 ,3 0
0 ,2 0
0 ,1 0
0 ,0 0
1 99 9 2 00 0 2 00 1 2 00 2 2 00 3 2 00 4 2 00 5 2 00 6 2 00 7 2 00 8 2 00 9 2 01 0
Capítulo 18
DEMOCRACIA POLÍTICA*
INTRODUCCIÓN
* Elaborado por: Víctor Loaiza y Álvaro Murillo. Director de Estudios Sectoriales de Gestión Pública: Miguel
Gordo Granados.
1 En el presente escrito entenderemos que el Estado Social de Derecho (en adelante ESD) consiste en cierta con-
cepción del Estado que incluye en el sistema de derechos fundamentales no sólo las libertades clásicas, sino
también los derechos económicos, sociales y culturales. De igual forma, el término democracia desde sus oríge-
nes más remotos ha aludido al esfuerzo por incrementar el poder del pueblo. En el sentido político, democracia
indica el poder de intervención efectiva del pueblo en las decisiones que le conciernen; apoyados en las conside-
raciones de Norberto Bobbio, podemos entender en términos fácticos la democracia como la conformación de
leyes o pautas para la toma de decisiones colectivas, donde se tiene presente la ampliación de la participación de
sectores populares en el poder.
DEMOCRACIA POLÍTICA 591
2 Roll, D., “ La Revolución en Marcha: la reforma política clave de la primera mitad del siglo”. En: Un siglo de
ambigüedad. Para entender cien años de crisis y reformas políticas en Colombia. Nuevas Ediciones Ltda., 2001.
592 HACIA UNA DEMOCRACIA REAL
desarrollo hacia afuera, sin la excesiva injerencia reguladora y proteccionista del Es-
tado. Paralelamente, con la reforma constitucional de 1991, se le imprimieron al Es-
tado los compromisos con una serie de reformas que ampliaron la base ciudadana, en
un modelo de cohesión social, bajo la nueva concepción del Estado democrático,
participativo, pluralista y descentralizado. Así, el concepto de ciudadanía y sus dere-
chos cobra especial interés, pues proclama una reivindicación de las garantías de las
personas frente a la autoridad, junto con instrumentos efectivos de representación y
participación en los asuntos del Estado.
3 En un sentido muy amplio, se entiende por Régimen Político el modo como se manifiesta la distinción entre
gobernantes y gobernados en el marco de una colectividad. En particular el régimen político democrático se
fundamenta en la soberanía popular y tiene como ejes fundamentales la igualdad, la libertad, el respeto a las
minorías y el consenso, garantizado a través de mecanismos tales como la tutela, el plebiscito, las elecciones, la
revocatoria del mandato, lo que permite al ciudadano la posibilidad de oponerse o de mostrar su grado de satis-
facción con los gobernantes respecto de las políticas de gobierno. El régimen democrático está estructurado de la
siguiente manera: a) Gobierno, b) Partidos Políticos, grupos de presión, grupos de interés, c) Sociedad civil.
4 Bejarano, Ana María y Pizarro, Eduardo, “De la democracia “restringida” a la democracia “asediada”: para
entender la crisis de la democracia en Colombia”. Ponencia presentada para el seminario “Advances and Setbacks
in the Third Wave of Democratization in Latin America” organizado por el Helen Kellogg Institute for International
Studies. Universidad de Nôtre Dame, abril 23-24, 2001.
5 Freedom House ofrece informes y estadísticas sobre 201 países del mundo. En uno de sus trabajos propone
indicadores ordinales que asignan calificación según el respeto por las libertades individuales de cada uno de los
países analizados. En la escala de Freedom House, en la calificación de 1 a 3 se ubican los países con regímenes
“libres”, en la de 3.1 a 6.5 los denominados “parcialmente libres” y en la de 6.6 a 8 los llamados “no libres”. Ver:
www.freedomhouse.org.
DEMOCRACIA POLÍTICA 593
ción que elaboró varios indicadores de libertades democráticas sobre más de 200 países
del mundo. Para la medición de algunas variables, se basó en el moderno concepto de
“poliarquía”6 o democracia ampliada, que implica: 1) la inclusión de la mayoría de la
población adulta a través del sufragio universal; 2) la selección de los cargos políticos
más importantes provistos a través de elecciones competitivas, libres, limpias y periódi-
cas; 3) el respeto y protección efectiva de los derechos políticos y libertades civiles y 4)
los gobiernos elegidos deben tener el poder real y efectivo de gobernar.
Seleccionados los indicadores para los países latinoamericanos y comparando como
calificación promedio de la región con la de Colombia, se observa que mientras en
conjunto los países latinoamericanos han logrado avances en el fortalecimiento de un
régimen de libertad democrática, Colombia muestra un declive, ubicándose en lo que
puede denominarse un orden político “parcialmente libre” (gráfico 18.1).
Gráfico 18.1
Índice de libertad democrática
6 ,0
5 ,0
Ín d ice Fred o m H o u se
4 ,0
3 ,0
2 ,0
1 ,0
0 ,0
1973 1976 1979 1982 1985 1988 1991 1994 1997 2000
Gráfico 18.2
Conductas asociadas al conflicto
Tas a d e se cu e s tro
7
p o r 1 0 0 m il h ab ita n te s
6
5
4
3
2
1
0
60 62 64 66 68 70 72 74 76 78 80 82 84 86 88 90 92 94 96 98
Fuente: Rubio, Mauricio, Violencia y conflicto en los noventa. Paz Pública, Universidad de Los Andes, Bogotá. IUDEC,
Universidad Carlos III de Madrid. 2000.
7 Para Freedom House los derechos políticos son aquellos que facultan a las personas a participar libremente en el
proceso político, entendido éste como un sistema mediante el cual la nación elige a las autoridades que diseñan
DEMOCRACIA POLÍTICA 595
(derecho de asociarse, a votar, elegir y ser elegido) se han ampliado desde 1986 bajo
el esquema de la descentralización política, pero las libertades civiles como la liber-
tad de expresión o de asociación siguen fuertemente limitadas. Las guerrillas de iz-
quierda, los paramilitares de derecha y los ejércitos privados del narcotráfico conti-
núan siendo los tres actores principales generadores de perturbación y de debilitamiento
de las posibilidades de profundizar la democracia.
30
1 .0 0 0
20
500
10
0 0
60 65 70 75 80 85 90 95 60 65 70 75 80 85 90 95
Fuente: Rubio, Mauricio, Violencia y conflicto en los noventa. Paz Pública, Universidad de Los Andes, Bogotá. Iudec,
Universidad Carlos III de Madrid. 2000.
Gráfico 18.5
Índice de democracia para Colombia
16
14
12
10
In dic e
8
6
4
2
0
1991
1981
1985
19 8 7
19 8 9
19 9 3
1995
19 9 7
19 9 9
19 7 3
1975
19 7 7
19 7 9
19 8 3
políticas y toman decisiones precisas que afectan a la comunidad nacional, regional o local. En una sociedad
libre, representa el derecho de los adultos a votar y a competir por cargos públicos, y para los representantes
elegidos, el derecho a tener un voto decisorio en las políticas públicas. De otro lado, por libertades civiles se
entiende la libertad para desarrollar opiniones, instituciones y autonomía personal independiente del Estado. La
combinación de los dos tipos de derechos (de las dos variables) permite obtener una nueva escala, donde la
calificación de 2 a 5 corresponde a los gobiernos democráticos, los gobiernos semidemocráticos son calificados
de 5 a 9 y los autoritarios de 9. En verdad, una calificación de 9 no permite definir a un país como semidemocrático
o autoritario, decisión que requeriría información adicional.
596 HACIA UNA DEMOCRACIA REAL
8 Latinobarómetro, con sede en Santiago de Chile, es una encuesta de opinión pública realizada cada año, que
representa las opiniones, valores, comportamientos y actitudes de los 17 países de América Latina, en los cuales
se aplica. El estudio comenzó a ser aplicado de manera regular en 8 países de la región en l995, y se extendió a
17 países a partir de 1996.
9 Se preguntó: ¿Cuál es el apoyo que usted le otorga a la democracia como régimen, es decir, como sistema de
gobierno ideal?”. Entre las opciones de respuesta se dio a escoger entre a) democracia, b) autoritarismo, c) es
indiferente y d) no sabe.
10 Duverger, Maurice, Instituciones políticas y Derecho Constitucional. Ediciones Ariel, Barcelona. 1962
11 Se preguntó: “En general, ¿diría usted que está: muy satisfecho, más bien satisfecho, no muy satisfecho o nada
satisfecho con el funcionamiento de la democracia en su país?”.
DEMOCRACIA POLÍTICA 597
Los resultados como promedio de los países encuestados indican escasa satisfac-
ción con el desempeño de la democracia. Sólo el 27% en 1996 consideró satisfactorio
o muy satisfactorio el desempeño del sistema, reduciéndose al 25% en 2001.
Una de las consecuencias (aunque no la única ni la más importante) del descontento
de la población con los resultados de la gestión política puede asociarse con el nivel de
abstencionismo, como consecuencia de la percepción que tienen los ciudadanos de la
política como foco de corrupción y fuente de promesas electorales incumplidas.
Las cifras de la Registraduría Nacional del Estado Civil son ilustrativas. La abs-
tención en Colombia llega a niveles sumamente elevados a pesar de los incentivos
electorales otorgados a través del certificado electoral (gráfico 18.6).
En las elecciones para alcaldes entre los años 1992 y 2000 la abstención fue, en
promedio, del 54%, para elecciones de concejos municipales, del 53,02% entre los
años 1997 y 2000. Las votaciones para Gobernadores presentaron su mayor índice
abstencionista entre 1991 y 1997: en promedio fue de 55,15%.
En las elecciones presidenciales el comportamiento de los electores no ha variado
de manera significativa: abstención del 53,75% en promedio.
Hay que señalar que las elecciones que presentan un mayor grado de abstención
son las de Senado y Cámara, con un nivel promedio del 60,7% en las cuatro eleccio-
nes del período 1991-2002.
Gráfico 18.6
Nivel de abstencionismo para diferentes corporaciones públicas en Colombia
1992-2000
7 0 ,0 0
6 5 ,0 0
Po rce n ta je
6 0 ,0 0
5 5 ,0 0
5 0 ,0 0
1992 1994 1997 2000
A lc a ld e C o n ce jo A sa m b le a
G o b e rna d o r C á m a ra S e na d o
Reveladores del descontento social con la gestión política son también los votos
en blanco, los votos nulos y las tarjetas no marcadas: en las elecciones del 10 de
marzo de 2002, representaron en conjunto un porcentaje alto: 14,2% para el Senado y
13,6% para la Cámara, lo que representa un total de 1.437.773 personas que a pesar
de haber depositado su voto no eligieron candidato alguno.
598 HACIA UNA DEMOCRACIA REAL
12 La democracia moderna nació como método de legitimación y de control de las decisiones políticas en sentido
estricto o de “gobierno”. En ésta el individuo es concebido como ciudadano.
13 Garay, Luis Jorge (coordinador), Repensar a Colombia, Hacia un nuevo contrato social. Bogotá, PNUD-ACCI,
2002.
DEMOCRACIA POLÍTICA 599
Gráfico 18.7
Número de listas inscritas para elecciones al Congreso 1990-2002
800 753
692
700
628
600
486
500
0
1990 1991 1994 1998 2002
S e n ad o C á m a ra
14 El simple criterio numérico, según Stefano Bartolini, “carece de capacidad discriminatoria respecto a la influen-
cia que tienen en la interacción competitiva entre partidos su dimensión electoral”. Bartolini, S., “Partidos y
sistemas de partidos”. En: Manual de ciencia política. Alianza Editorial, Madrid, 1993.
600 HACIA UNA DEMOCRACIA REAL
esta colectividad a diferencia del Partido Conservador que retiró a su candidato ante
la evidencia de las encuestas y el poco respaldo al interior de su propio partido. De
otro lado, el ganador, quien siempre estuvo en el Partido Liberal, se inscribió por un
movimiento independiente al cual adhirieron políticos de los dos partidos mayorita-
rios del país.
Participación ciudadana
Cada vez hay mayor consenso en la necesidad que tienen países como Colombia de
conformar una civilidad moderna, guiada por principios de solidaridad, respeto por
las diferencias y participación activa en la definición de los propósitos colectivos de
los problemas que atañen a todos15. Como bien lo señala Norberto Bobbio, “una vez
conquistado el derecho a la participación política, el ciudadano de las democracias
más avanzadas se ha dado cuenta de que la esfera política a su vez está incluida en una
esfera mucho más amplia, la esfera de la sociedad en su conjunto, y que no hay deci-
sión política que no esté condicionada o incluso determinada por lo que sucede en la
sociedad civil y, por consiguiente, una cosa es la democratización de la dirección
política, lo que sucedió con la instauración de los parlamentos, y otra cosa es la demo-
cratización de la sociedad”16.
La formación de una ciudadanía orientada a la superación de los problemas de la
sociedad, deliberante y reflexiva, responsable de hacer valer sus derechos y deberes,
no es solamente una exigencia ética; cada vez hay mayor conciencia de que la efica-
cia de la gestión estatal depende del desarrollo democrático de la ciudadanía en gene-
ral y de la participación de grupos amplios en la identificación de sus intereses colec-
tivos y en la determinación y aplicación de las políticas.
En Colombia, desde la misma Constitución Política de 1991, se viene legislando
para que el ciudadano común sea partícipe activo de la veeduría de la gestión pública.
La descentralización administrativa, que puede definirse como un traslado de la fun-
ción y recursos del gobierno central hacia las regiones y municipios, se sustenta pri-
mero con la autonomía política y la elección popular de alcaldes (desde 1986), segui-
da de la elección popular de gobernadores (desde 1991). Después de once años de
prolífico desarrollo legal sobre la descentralización, se cuenta con 18 leyes para la
fiscalización ciudadana, entre otras, las que impulsan las Juntas Administradoras
Locales (Ley 1a. de 1992), la participación comunitaria en temas ambientales, de
salud, desarrollo rural y gobiernos escolares (Leyes 99, 100 y 115), la reglamentaria
15 Como una muestra del consenso en este sentido pueden citarse documentos orientadores tan actuales como Sen,
Amartya, Libertad y desarrollo; Garay, Luis Jorge (coordinador) Repensar a Colombia. Hacia un nuevo contrato
social; y Banco Mundial, Informe sobre el desarrollo mundial 1997: El Estado en un mundo de transformación.
16 Bobbio, Norberto, Estado, gobierno y sociedad. México, FCE, 1989.
DEMOCRACIA POLÍTICA 601
del voto programático (Ley 134 de 1994), las que abren espacios de participación
política como el referendo, el plebiscito, la consulta popular, la iniciativa popular legis-
lativa, los cabildos abiertos, el voto programático y las veedurías (Ley 134 de 1994).
La más reciente de las normas, la Ley 563 de 2000, que pretendió reglamentar
íntegramente las veedurías ciudadanas en el marco de la participación ciudadana, fue
declarada inexequible por la Corte Constitucional, al considerar ésta que una regla-
mentación tan precisa de las veedurías pertenecía más al trámite de una Ley Estatutaria,
que al de una Ley Ordinaria. En estas circunstancias, el instrumento que permitiría
vigilar los procesos de contratación o la gestión de las autoridades administrativas,
políticas, judiciales, electorales y legislativas quedó inoperante por vicios de trámite
legislativo. Aunque la iniciativa volvió a presentarse como proyecto de Ley Estatutaria17
en la última de las sesiones ordinarias del actual Congreso, su trámite exige la aproba-
ción de una mayoría absoluta dentro de una sola legislatura, con revisión previa por
parte de la Corte Constitucional, tal y como lo consagra el artículo 153 para el trámite
de leyes estatutarias. A comienzos de junio de 2002, el proyecto de veedurías ciuda-
danas fue aprobado en primer debate en la Comisión Primera de Cámara.
En la práctica, de los 22 mecanismos diseñados, únicamente el de participación de
usuarios en las juntas directivas de servicios públicos tiene carácter de decisión, el
resto son mecanismos consultivos o de fiscalización. La mayoría de estos instrumen-
tos está orientada hacia la vida municipal, implantación no obligatoria para el alcalde,
como la Juntas Administradoras Locales y la contratación con la comunidad. A pesar
de las normas expedidas, la comunidad no tiene suficiente conocimiento para evaluar
y controlar la gestión de los mandatarios y éstos, por su parte, le han dado muy poca
prioridad a la rendición de cuentas.
Los datos de la Registraduría Nacional sobre utilización de los mecanismos de
participación política indican que han sido poco utilizados. Desde la expedición de la
Ley 134 de 1994 hasta comienzos de 2001, sólo se habían realizado 35 consultas
populares, 11 revocatorias del mandato de las cuales ninguna prosperó, 53 referendos,
todos ellos destinados a la creación de un nuevo municipio, y dos intentos de iniciati-
va popular legislativa sin éxito. Implementar con éxito una medida como la revocatoria
del mandato implica, en la práctica, la presencia de un sector de la sociedad con
disposición y recursos que lo asuma, lo promueva y lo tramite, como actor principal,
buscando el apoyo del resto de la sociedad civil como simpatizante de la iniciativa
(voto, firmas, manifestaciones).
Desde el punto de vista de la ampliación de la participación política a nivel local,
es oportuno preguntarse si las elecciones de gobernantes a nivel local han legitimado
más a sus mandatarios y si han fortalecido la democracia representativa.
17 Proyecto de Ley Estatutaria 149/01 C., 22/01 S. “Por medio de la cual se reglamentan las veedurías ciudadanas”.
Gaceta del Congreso 359, 439, 522, 582, 642/01.
602 HACIA UNA DEMOCRACIA REAL
Cuadro 18.1
Votación de alcaldes municipios según tamaño de población 1988-2000
(% de participación)
Rango poblacional
Año Más de 1 Entre 500 Entre 100 mil Entre 50 mil Entre 20 mil Entre 10 mil Menor
elección millón mil y 1 millón y 500 mil y 100 mil y 50 mil y 20 mil de 10 mil
Fuente: Registraduría Nacional del Estado Civil. Estadísticas electorales 1988, 1990, 1992, 1994, 1997 y 2000.
En este mismo sentido, es de resaltar que las cifras electorales revelan que no
obstante el abstencionismo en la votación para alcaldes ha disminuido levemente en
la última década, resulta sustancialmente menor al registrado en las votaciones para
otras corporaciones públicas, lo cual puede interpretarse, en el caso de las elecciones
para alcalde, como un compromiso más estrecho con sus electores debido a la cerca-
nía e interacción de una comunidad pequeña o local (gráfico 18.8).
dadana ha sido cuantificado por Bonilla18 para el período 1986-1997 para indagar de
qué forma la descentralización política y administrativa pudo haber influido en di-
chas acciones cívicas. En este lapso se presentaron en el país 271 paros cívicos, con-
centrándose el 86% de ellos en los años 1986 y 1994. Las protestas cívicas disminu-
yeron de 23 registradas en 1986 a tan sólo cinco paros cívicos en 1997 (gráfico 18.9).
El motivo de la protesta cívica se ha dirigido principalmente hacia la provisión de
competencias del orden nacional, en materia de protección de los derechos humanos
y contra la guerra, crisis agraria y sólo en menor medida, por las nuevas competencias
asumidas por la administración local como servicios públicos domiciliarios, educa-
ción y salud, infraestructura vial y gestión local.
Gráfico 18.8
Votación de alcaldes 1988-2000
P o r ra n g o s p o b lac ion a le s
0 ,7 5
0 ,6 5
Tam a ñ o d e p ob la ció n
0 ,5 5
0 ,4 5
0 ,3 5
0 ,2 5
R1 R2 R3 R4 R5 R6 R7
Gráfico 18.9
Total paros cívicos en Colombia. 1986-1997
70
61
60
50
40 36
30
30 22
23 21 21 22
20 14
11
10 5 5
0
1986 1987 1988 1989 1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997
Fuente: Bonilla, Guido. La descentralización política de Colombia. Fundación Universidad Central. 2001. Mimeo.
Congreso
Para que la democracia no sea puramente formal y dada la complejidad de la sociedad
colombiana, el logro de los ideales democráticos del ESD requieren que las acciones
de los individuos contribuyan a conformar realizaciones colectivas, y que quienes
realicen la actividad legislativa aporten al desarrollo y aplicación de la Constitución
Política.
Si se realiza un balance de la primera mitad del actual cuatrienio legislativo al
cumplimiento de la misión social del Congreso y al logro de sus objetivos institucio-
nales, apoyados en la importante información publicada por el Observatorio Legisla-
tivo Congreso Visible19, es posible afirmar que el Congreso colombiano ha presenta-
do graves falencias que reclaman una depuración de sus costumbres políticas. Esta
conclusión puede ser ilustrada con la ayuda de tres indicadores:
20 Botero, Felipe, “La circunscripción nacional después de tres elecciones”. En: Bejarano, Ana María y Andrés
Dávila (compiladores). Elecciones y democracia en Colombia 1997-1998. Bogotá: Fundación Social-Departa-
mento de Ciencia Política, Universidad de Los Andes, 1998.
606 HACIA UNA DEMOCRACIA REAL
21 El alto consenso de los entrevistados sobre el nivel deshonestidad del Congreso Nacional se desagrega en 65%
en el caso de los usuarios, el 81% en el caso de los empresarios y de 67% en el caso de los funcionarios públicos.
DEMOCRACIA POLÍTICA 607
En general, la percepción del ciudadano del común sobre la eficiencia del sector
público no es tradicionalmente buena. En parte, porque se ha visto atropellado con
infinidad de trámites, leyes que no se aplican, corrupción administrativa, contratos
lesivos para el erario público (y por ende el despilfarro de los impuestos que paga) y
políticos que utilizan su posición para apropiarse del tesoro público (disminuyendo la
confianza en el ejercicio de la política).
Gráfico 18.10
Las 10 entidades públicas menos honestas en Colombia
F u e rz a s A rm a d as 36 11
M in . E d u c ac ió n N a cio n a l 36 22
A lca ld ía s 37 13
G o b ern a cio n e s 38 16
J uz g a do s 38 14
M in is te rio d e Tra n sp o rte 39 22
M in is te rio d e S alu d 44 20
P o lic ía N a c io na l 42 8
S e g u ros S o cia le s 65 8
C on g re so d e la R e p ú b lic a 71 12
0 10 20 30 40 50 60 70 80 90
% d e re s p u es ta s s e g ú n e m p re s a rios , fu n cio n ario s y u s u ario s
C o m p le ta m e n te de s h o n e sta / d e sh o n e sta N o co n o c e
Gráfico 18.11
Opinión de legitimidad del Parlamento en países latinoamericanos
¿ P a rla m e n to s le g ítim o s o co rrup to s ?
100
P o rc e n taje d e u su a rio s q u e cre e n
q u e e l P a rla m e n to e s c o rru p to
80
60
40
20
0
Pe rú
C a m b o dia
L a tvia
G e o rgia
Arg e n tin a
R u m a nia
Es lo v a q uia
C o lo m bia
H o n d u ra s
P a ra g u a y
E c ua d o r
Algunos autores consideran que ésta se reproduce cuando las decisiones están
concentradas en administradores públicos que no dan cuenta de sus actos, hecho que
608 HACIA UNA DEMOCRACIA REAL
22 González Salas, Édgar, “Evaluación de la descentralización municipal en Colombia: la relación entre corrupción
y proceso de descentralización en Colombia”. En: Archivos de Economía, No. 167. Departamento Nacional de
Planeación. Diciembre de 2001.
23 Estas funciones son preparar los diferentes comicios electorales que se adelantan en nuestro país y otorgar la
calidad de ciudadano con derecho a votar a través de la cédula de ciudadanía en las personas mayores. Además,
debe llevar los registros civiles de nacimiento, matrimonio y defunción.
24 Registraduría del Estado Civil, Informe de Gestión Año 2000. Bogotá, 2001.
25 Ley 130 de 1994, Art. 12.
26 Informe de Auditoría a la Registraduría Nacional de Estado Civil. CGR, julio de 2001.
DEMOCRACIA POLÍTICA 609
Partidos políticos
Uno de los factores que debilitan la legitimidad del sufragio en Colombia se debe a la
forma inequitativa como se realiza la financiación de las campañas políticas. La fi-
nanciación de los partidos políticos y de las campañas electorales es el principal meca-
610 HACIA UNA DEMOCRACIA REAL
Congreso
Una medida de fácil aplicación para la reforma del Congreso sería que el propio
Congreso definiera, para cada período de funcionamiento (o al menos para cada año
de su ejercicio), una jerarquización temática mediante la cual se establecieran las
áreas socialmente más requeridas de atención legislativa. Esta medida ofrecería al
Congreso la oportunidad de contar con un “mapa” definido, aunque lo suficientemen-
te flexible en unos ámbitos que abarquen la problemática nacional, pero lo suficiente-
mente rígido para evitar que el tiempo del legislativo se dilapide en proyectos de
DEMOCRACIA POLÍTICA 611
dudosa importancia nacional. Esta jerarquización podría ser elaborada con la partici-
pación los sectores sociales organizados que lo demanden.
Registraduría
La Registraduría Nacional del Estado Civil, a través de su Plan Indicativo de Gestión,
contempló el diseño de una acción inmediata que permitiera el fortalecimiento de la
democracia participativa, mediante el Proyecto de Modernización Tecnológica (PMT).
Este proyecto tenía por objeto la “adquisición de un sistema que comprende el hardware
y el software bajo licencia para la tecnificación y automatización de las funciones de
Registro Civil e Identificación (identificación dactilar y producción de documentos)
y la ejecución de las actividades complementarias relacionadas con la estructura de
cómputo y sus comunicaciones a nivel nacional, las adecuaciones de las áreas técni-
cas, los aspectos de seguridad, la administración del proyecto y la capacidad del re-
curso humano”.
Actualmente la Registraduría continúa con serios inconvenientes en relación con
el cumplimiento de sus objetivos, principalmente en aspectos como los tiempos de
trámite del documento de identidad, la optimización de recursos, falta de control en
varios de sus negocios misionales y el proyecto de modernización no se encuentra en
pleno funcionamiento.
Con el propósito de dar mayor transparencia a los comicios electorales, se haría
necesario separar las actividades de identificación de las electorales. Así, se otorgaría
mayor transparencia al proceso y la especialización debería traducirse en mayor efi-
ciencia y eficacia en la gestión.
BIBLIOGRAFÍA
Bejarano, Ana María y Pizarro, Eduardo, De la democracia “restringida” a la democracia “asediada”:
para entender la crisis de la democracia en Colombia. Ponencia presentada para el seminario
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Parte VII
Capítulo 19
FINANZAS PÚBLICAS Y SOSTENIBILIDAD DE LA DEUDA*
* Elaborado por: Luis Hernando Barreto Nieto. Se agradece la colaboración de Mauricio Castillo.
616 ELEMENTOS PARA EL AJUSTE MACROECONÓMICO
Otro aporte fundamental del trabajo aquí presentado es el uso de los indicadores
tradicionales, disponibles en la literatura especializada, para calcular la sostenibilidad
de la deuda de una manera dinámica y no como habitualmente se han empleado para
aplicarlos de manera estática. Ello, por supuesto, implica que se han superado las res-
tricciones que impiden el uso dinámico de estos indicadores. Las proyecciones pasivas
y activas de las finanzas del Gobierno, a mediano plazo, van a permitir que los indicadores
de sostenibilidad se puedan aplicar en cada uno de los años futuros, de manera indepen-
diente. Así, la proyección fiscal de cada año arroja su correspondiente nivel de deuda.
La virtud de aceptar esta modificación reside en poder calcular el costo de oportunidad
de no hacer el ajuste requerido para garantizar un nivel de deuda sostenible.
Así las cosas, la sostenibilidad de la deuda pública total, debe ser, entonces, la
sumatoria de la sostenibilidad de la deuda de cada una de las unidades institucionales
públicas y no de un agregado heterogéneo de entidades y empresas llamado SPNF. En
este sentido, aquí se presentan los requerimientos de ajuste para que la deuda del
Gobierno General (79% de la deuda total) sea sostenible.
50
P o rce n ta je de l PIB
44 45
40
40
27
30
22
20 17
12
10
0
1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001
S e cto r p ú b lic o to ta l G o b ie rn o n a cio n al
FINANZAS PÚBLICAS Y SOSTENIBILIDAD DE LA DEUDA 617
Entre 1994 y 1998, la deuda total se incrementó 13 puntos del PIB, diez puntos de
los cuales se explican por el crecimiento de la deuda del Gobierno Nacional Central,
GNC. Entre 1998 y 2001, el crecimiento de la deuda se duplicó frente al período ante-
rior, al incrementarse 23% del PIB la deuda total, explicada 100% por el crecimiento
de la deuda del GNC.
En coherencia con el gráfico 19.1 en el que se ilustra cómo el GNC es el principal
generador de deuda pública, en el gráfico 19.2 se corrobora esta afirmación al obser-
var la evolución del balance fiscal de caja para el SPNF entre 1985 y 2001, separando
el GNC del resto del SPNF.
Gráfico 19.2
Balance fiscal de caja del GNC y del resto del SPNF.
Porcentaje del PIB
4 ,0
2 ,0 1 ,3
0 ,3
0 ,0
-2 ,0
-2 ,6
-4 ,0
-5 ,1 -5 ,6
-6 ,0
-6 ,9
-8 ,0
1 98 5 1 98 6 1 98 7 1 98 8 1 98 9 1 99 0 1 99 1 1 99 2 1 99 3 1 99 4 1 99 5 1 99 6 1 99 7 1 99 8 1 99 9 2 00 0 2 00 1
R e sto S P N F G o b ie rn o n a cio na l To ta l
1 Dentro de las simulaciones que presenta el informe del Banco de la República, para los efectos comparativos de
este trabajo, se escoge la que más se aproxima a sus propias conclusiones.
2 IMF (2002) Colombia: Third Review under the Extended Arrangement, EBS/02/5, enero 14.
3 Documento Asesores Confis 04 de 2002, Cierre fiscal 2001, 26 de marzo 2002. Ministerio de Hacienda y Crédito
Público.
FINANZAS PÚBLICAS Y SOSTENIBILIDAD DE LA DEUDA 619
respectivamente, y proyecta, en el plan financiero, uno de 2,6% del PIB para 2002,
muy en línea con Clavijo y el FMI.
Ahora bien, al comparar el superávit primario oficial registrado para 2001, con el
necesario para que la deuda sea sostenible, se encuentra que el Banco de la República
estaría proponiendo un sobreajuste de 0,6% del PIB, si se tienen en cuenta las cifras
oficiales del balance primario del Confis para 2001. Pero, como el Banco parte de
equilibrio primario y no de las cifras oficiales, el ajuste necesario sería de 2% del PIB.
Para Clavijo y el Confis, el ajuste sería de 1% del PIB, si se considera, para el primero
solamente lo que denomina como deuda cierta, y, para el segundo, el límite superior
del rango calculado (3,5%) para estabilizar la deuda. Posada y Arango no están muy
lejos de los anteriores, al concluir que el superávit fiscal en los próximos 50 años debe
estar entre 0,9% y 1,5% del PIB para hacer sostenible el nivel actual de deuda. El
Banco Mundial, por su parte, calcula un ajuste requerido de 2,3% del PIB, a partir de
un superávit primario de 0,8% en 2000.
El cuadro 19.1 ilustra el resumen de los parámetros utilizados para los distintos
cálculos de sostenibilidad. La información que presenta permite hacer la siguiente
lectura: Mientras el Banco de la República y el Confis estiman los requerimientos
necesarios para hacer sostenible el nivel de deuda actual (44,7% del PIB), los demás lo
hacen para un nivel de deuda objetivo (38%, 40% y 50% del PIB).
Cuadro 19.1
Estudios que calculan sostenibilidad de la deuda para el SPNF
Fuente Superávit Superávit Ajuste Tasa de Tasa de Nivel de
primario primario necesario crecimiento interés deuda
base requerido real real sostenible
% del PIB % del PIB % del PIB % % % del PIB
Para los autores que aplicaron la metodología del superávit primario permanente,
los resultados convergen entre los del Confis y Banco Mundial, pero entre éstos y los
de Posada y Arango son un tanto disímiles. Los primeros requieren un ajuste superior
al 2% del PIB para estabilizar la deuda entre 40% y 44% del PIB con un crecimiento de
620 ELEMENTOS PARA EL AJUSTE MACROECONÓMICO
4,5%, mientras que los últimos sin ajuste fiscal estabilizan un nivel de deuda más bajo
(38% del PIB) con una tasa de crecimiento más baja (3,8%).
Los cálculos realizados por Clavijo y el Banco de la República son estáticos y de
corto plazo. Al compararlos se encuentra que el primero requiere un ajuste de 1,2% del
PIB menor al requerido por el segundo, para estabilizar un nivel de deuda mayor (50%
vs. 44,7%). Para el logro de la sostenibilidad, Clavijo prevé una diferencia mayor entre
la tasa de interés y la tasa de crecimiento con respecto a la estimada por el Banco de la
República.
Si bien las autoridades económicas (Confis y Banco de la República) coinciden en
la necesidad de un ajuste (2,2% del PIB) para el mismo nivel de deuda (44% del PIB),
no sucede lo mismo con los supuestos utilizados para lograrlo. El Confis estabiliza la
deuda con 4,5% de crecimiento, mientras que el Banco de la República lo hace con
uno de 3%. Infortunadamente, el Confis no presenta el resultado endógeno de tasa de
interés que arroja el modelo empleado4, omisión que impide hacer la comparación
con esta variable.
Los estudios que presentan análisis de sensibilidad, como los de Clavijo y el Ban-
co Mundial, muestran notables diferencias entre ellos. Para los mismos supuestos de
tasa de interés real y tasa de crecimiento, el Banco Mundial requiere un superávit
primario siempre superior (entre 0,9 y 3,2% del PIB) al requerido por Clavijo para
estabilizar la deuda en un nivel del 40% del PIB (cuadro 19.2).
Cuadro19.2
Diferencias en las sensibilidades
Autor Supuestos Tasa de crecimiento
Deuda Interés real
% del PIB % 3 4 5
Clavijo 40,0 8,0 2,0 1,6 1,2
Banco Mundial 40,0 8,0 5,2 3,9 2,1
4 El documento del Confis lo remite al modelo de Goldman-Sachs (GS-ESS) para el cálculo de los spread y el costo
financiero de la deuda pública, pero no presenta los resultados de este modelo.
FINANZAS PÚBLICAS Y SOSTENIBILIDAD DE LA DEUDA 621
En síntesis, a pesar de que los mencionados estudios toman como punto de partida
la misma cobertura (SPNF) con su nivel actual de deuda, no existe consenso alrededor
de los resultados. El rango de superávit primario necesario para hacer sostenible la
deuda oscilaría entre 1% y 3,5% del PIB, y, para lograrlo, los requerimientos de ajuste
fluctuarían entre los que sostienen que no se necesita ajuste y los que afirman que éste
debería ser de un 2,3% del PIB (cuadro 19.1).
Ahora bien, a la luz de la evaluación de estos resultados, el aporte que este trabajo
quiere hacer a la discusión de sostenibilidad de la deuda pública es con el fin de mostrar la
imperiosa necesidad de un ajuste fiscal, cuya magnitud es mucho mayor que la presentada
por los mencionados estudios, si de hacer sostenible las finanzas públicas se trata.
del sector público, dentro de la cual se encuentra el ahorro pensional que terceros han
hecho en entidades de seguridad social pública, las cuales, a su vez, han usado estos
excedentes para invertir en títulos de deuda del gobierno. Es el caso de empresas
públicas como Ecopetrol, Telecom e incluso el mismo ISS, cuyas reservas pensionales
invertidas en títulos de deuda del Gobierno a finales de 2001 ascendían a $10,4 billo-
nes, el 48% de las operaciones recíprocas susceptibles de netear en la deuda interna.
Si bien es cierto que el agregado del SPNF es útil para calcular el tamaño del sector
público y para analizar la interrelación macroeconómica del mismo sector público
con los sectores real, financiero y externo, no es igualmente cierto que este agregado
sea útil para calcular la sostenibilidad de la deuda, por las implicaciones que ello
tendría en la subestimación de problemas de liquidez, crisis financieras o riesgos de
default. La principal razón es que hay un supuesto fuerte de unidad de caja o
fungibilidad de los recursos al interior del SPNF, los cuales no se corresponden con el
real funcionamiento del sector público colombiano. Es decir, cada unidad institucional
(entidad de gobierno o empresa) tiene sus propias condiciones financieras para hacer
o no sostenible su propio nivel de endeudamiento.
El argumento central de crítica metodológica es que no es lo mismo calcular la
sostenibilidad de un agregado (SPNF), que la sumatoria de la sostenibilidad de las
partes de ese agregado. El primer caso simplifica la magnitud del problema al elimi-
nar deuda entre entidades públicas, subestimando de esta manera la necesidad de
ajuste, mientras que en el segundo caso se consideran la naturaleza y las circunstan-
cias financieras propias de cada unidad institucional sin obviar absolutamente nada.
En este sentido, el consolidado del SPNF usado por los mencionados estudios oculta
la verdadera magnitud y dimensión del desajuste fiscal, toda vez que el desequilibrio
estructural y permanente de las finanzas públicas se origina y concentra en el GNC, el
cual ha sido compensado parcialmente por el superávit de las empresas públicas cuando
se consolida. Suponer hacia el futuro la permanencia del superávit que otrora se generó
en el resto del SPNF, sería desconocer las contingencias que actualmente y en adelante
tienen la seguridad social, el Fondo Nacional del Café y la renta petrolera.
De otra parte, no es conveniente ni adecuado homogeneizar entidades de Gobierno
con empresas públicas dentro de un mismo agregado, porque las primeras son proclives
a generar déficit y a financiarlo con deuda, mientras que las segundas, por principio,
tienen establecido que la fuente principal de sus recursos proviene de la explotación del
bien o el servicio en el cual están especializadas. Las primeras producen bienes de no
mercado o bienes públicos, mientras que las segundas producen bienes de mercado.
Así, la racionalidad económica para unas y otras es muy diferente, como también lo es
el método para medir la viabilidad financiera de cada una de ellas.
El método tradicional usado para medir la viabilidad financiera de las entidades
del Gobierno es a través del comportamiento del balance primario, que junto con el
desempeño de variables macroeconómicas como crecimiento y tasa de interés condi-
FINANZAS PÚBLICAS Y SOSTENIBILIDAD DE LA DEUDA 623
cionan las posibilidades de repago de la deuda. En cambio, para las empresas públi-
cas los síntomas claros de deficiencia financiera se observan en el balance operacio-
nal, la generación de utilidades y la evolución del patrimonio neto. Mientras que las
primeras están afectadas más por el comportamiento de variables macro, porque ade-
más hacen parte de su determinación, las segundas, si bien no son ajenas a las mis-
mas, la productividad de los factores y la rentabilidad del capital, juegan un rol micro
determinante en su viabilidad financiera.
Esta división del sector público entre administraciones de gobierno propiamente
dichas y empresas públicas tienen un sentido económico, como quiera que las prime-
ras tienen funciones de producir bienes públicos o de no mercado (salud, educación,
justicia, seguridad y defensa.), en tanto que las segundas producen bienes y servicios
de mercado (hidrocarburos, telecomunicaciones, electricidad, agua, etc.). Esta forma
de ordenar las unidades institucionales públicas se hace con el fin de reconocer la
naturaleza propia de cada una de ellas y permite separarlas en grupos de funcionalidad
homogénea. En este sentido, la actual división del sector público entre No Financiero
y Financiero6 ha perdido vigencia a la luz de las metodologías más recientes7.
El método utilizado para medir la sostenibilidad de la deuda, a través del agregado
del SPNF, no dista mucho de las prácticas usadas tradicionalmente para el manejo de
la política fiscal. Algunos elementos lo ilustran:
• Las prácticas de política fiscal señalan que el déficit del SPNF es un objetivo o meta
por lograr. No obstante, para su eficacia debe tomarse en consideración la natura-
leza y racionalidad propia de cada entidad o empresa pública, ya que la inflexibi-
lidad para adelantar el ajuste del GNC puede derivar en ineficiencias costosas para
las empresas públicas. Los planes financieros del sector público usualmente limi-
tan el comportamiento racional que debe tener una empresa pública, al exigirle el
cumplimiento de metas que van en contravía de su misma racionalidad. Obligar a
una empresa como Ecopetrol o Telecom, por ejemplo, a cumplir con una meta de
superávit fiscal, limitándole la ejecución de su inversión, resulta contraproducente
para la futura generación de ingresos. Es decir, ajustes a corto plazo pueden con-
vertirse en fuente de insostenibilidad a largo plazo.
• El análisis de sostenibilidad global del SPNF esconde graves problemas microeco-
nómicos de las empresas públicas. Por ejemplo, cuando se consolida dentro del
6 Las cuentas fiscales oficiales de Colombia no han revisado esta clasificación, cuya obsolescencia viene desde la
década de los ochenta. Ello se evidencia en la manera indiscriminada como los actuales planes financieros del
sector público aglutinan empresas con administraciones de gobierno, sean centrales o descentralizadas. Aquí
nace el sesgo del SPNF y la pauta para que los distintos analistas utilicen este agregado, entre otros, para el cálculo
de la sostenibilidad de la deuda.
7 La segunda edición del Manual de Estadísticas de Finanzas Públicas del FMI (2001) clasifica el sector público en
armonía con el Sistema de Cuentas Nacionales (1993), ambos separan el subsector gobierno general de las
empresas públicas.
624 ELEMENTOS PARA EL AJUSTE MACROECONÓMICO
SPNF el Metro de Medellín con el GNC, desaparece en el ‘neteo’ una obligación por
$3 billones que corresponde a los acuerdos de pago que el Metro firmó con el
Gobierno para que este último honrara la garantía con el acreedor externo. Al
analizar la sostenibilidad consolidada, queda subsumida y sin efecto visible esta
deuda, porque solamente se considera el saldo pendiente del Metro (que está sir-
viendo el Gobierno) con el prestamista externo. Pero otro sería el resultado y la
dimensión de la sostenibilidad si el análisis se hace por separado. Allí se eviden-
ciaría no solamente la implicación para las finanzas del Gobierno por haber garan-
tizado esta deuda, sino también la inviabilidad financiera de la empresa Metro de
Medellín, por sus cuantiosos pasivos frente a los activos.
• De ello se desprende una seria implicación de riesgo moral (moral hazard).Desconocer
esta situación es equivalente a reconocer que las garantías gubernamentales son un
requisito para llegar a una forzosa unidad de caja, por encima del establecimiento de
normas y leyes que regulan las competencias y responsabilidades entre la Nación y las
regiones en este tipo de proyectos (por ejemplo, la ley de metros).
• El caso de la Seguridad Social y el del ISS en particular merece especial atención,
porque el monto de la deuda para medir su sostenibilidad depende del pasivo
pensional frente a las reservas para cubrirlo. La diferencia entre los dos, en cual-
quier momento del tiempo, es la deuda neta apropiada para calcular su sostenibilidad
de manera independiente. Pero como la mayoría de las reservas está invertida en
títulos del Gobierno, éstas “desaparecen” cuando se consolida la deuda neta del
SPNF. Además, si no se considera el pasivo pensional como parte de las obligacio-
nes públicas para hacer el cálculo de sostenibilidad, el indicador consolidado para
el SPNF sería subestimado. Ello justifica un análisis por separado de sostenibilidad
para la seguridad social en Colombia.
• Los precios internacionales de productos básicos, como petróleo y café, han con-
dicionado el desempeño financiero de Ecopetrol y el Fondo Nacional del Café.
Las bonanzas del pasado en estos dos sectores y que generaron superávit signifi-
cativos, contribuyeron a contrarrestar el cuantioso déficit del Gobierno. La depen-
dencia financiera de la exportación de productos básicos tiene el riesgo derivado
de la permanente volatilidad de los precios internacionales. Cuando caen dema-
siado, desaparece el superávit de las empresas, mas no el déficit del GNC.
La crítica al método agregado, usado por los mencionados estudios para analizar
la sostenibilidad fiscal, está orientada a evitar que se oculte la verdadera dimensión
que para las finanzas públicas representa el nivel actual de deuda y de pasivos contin-
gentes. El supuesto de unidad de caja entre unidades institucionales del sector públi-
co, siendo rigurosos, sería equivalente a asumir el mismo supuesto para la sostenibilidad
de la deuda del sector real, donde cada empresa es un mundo financiero distinto. Si
bien es cierto que algunas veces entre entidades públicas se tolera una forzosa unidad
FINANZAS PÚBLICAS Y SOSTENIBILIDAD DE LA DEUDA 625
8 También hace alusión a la tolerancia contable. Por ejemplo, la deuda del Metro con la Nación no se muestra o se
muestra parcialmente en los pasivos de la empresa Etmva (Empresa de Transporte Masivo del Valle de Aburrá) y
sus socios, el municipio de Medellín y el Departamento de Antioquia, lo cual hace que los estados financieros no
reflejen la realidad. Telecom tampoco evidencia en sus pasivos el valor rescate de los joint ventures, lo cual tam-
bién la muestra financieramente viable.
9 Government Finance Statistics Manual, FMI, julio 2001, cap. 2: Coverage of the GFS System.
626 ELEMENTOS PARA EL AJUSTE MACROECONÓMICO
Cuadro 19.3
Deuda pública bruta
Clasificación Miles de millones de $ % del PIB Particip.
2000 2001 2000 2001 %
Sector público total 102.252 119.932 58,9 62,5 100
Gobierno general 76.203 94.890 43,9 49,5 79
Administraciones centrales 73.565 92.933 42,3 48,4 77
Nacional –GNC– 67.885 86.715 39,1 45,2 72
Territorial 5.681 6.218 3,3 3,2 5
Entidades descentralizadas 2.638 1.957 1,5 1,0 2
Nacional 2.599 1.919 1,5 1,0 2
Territorial 39 38 0,0 0,0 0
Corporaciones públicas 26.049 25.042 15,0 13,1 21
Empresas no financieras 17.167 17.03 1 9,9 8,9 14
Nacional 7.761 7.813 4,5 4,1 7
Territorial 9.406 9.217 5,4 4,8 8
Empresas financieras 8.882 8.01 1 5,1 4,2 7
Nacional 8.880 8.010 5,1 4,2 7
Territorial 2 1 0,0 0,0 0
Fuente: DCEF-CGR.
La deuda pública interna contribuye con el 56% de la deuda total y equivale al 35%
del PIB en 2001. Dentro de ella, el GNC representa el 67%, y le siguen las empresas
públicas con el 24% y las administraciones regionales con el 8%. En 2001, el saldo
interno se incrementó en 2% del PIB explicado fundamentalmente por el aumento de
la deuda del GNC (cuadro 19.4).
Cuadro 19.5
Deuda pública externa bruta de mediano y largo plazo
Clasificación Miles de millones de $ Miles de millones de $ % del PIB Particip.
10 Calificación dada por Horne, Jocelyn (1991) a los indicadores para medir sostenibilidad fiscal. Evalúa esta
metodología concluyendo que los indicadores pueden ser engañosos porque padecen de limitaciones relaciona-
das con su sensibilidad al factor tasa de descuento, trayectoria en el tiempo de los gastos públicos y el comporta-
miento del sector privado. Las limitaciones señaladas se intentan superar en este trabajo realizando simulaciones
de ingresos y gastos, donde la tasa de descuento (i-g) es endógena al modelo de proyección fiscal.
11 Deuda pública actual, en la formulación es la del año base. Por ejemplo para nuestro caso, sería la registrada a
finales de 2001.
12 Tradicionalmente en Colombia la metodología que mide el balance fiscal para el Gobierno, también se usa para
medir el balance fiscal de las empresas públicas. No se tiene en cuenta la utilidad o pérdida operacional y total en
una base devengada, por más que esta información se encuentra disponible.
13 OECD Economic Outlook, Vol 47, junio 1990.
14 Horne, J, op. cit. y Chouraqui, J.C., “Public debt in a medium-term perspective”, en OECD Economic Studies, No. 7,
1986.
FINANZAS PÚBLICAS Y SOSTENIBILIDAD DE LA DEUDA 629
bién Talvi y Végh (2000) son muy precisos en mencionar las finanzas del Gobierno
para aplicar estos indicadores15.
Con base en el comportamiento proyectado de las variables macroeconómicas y
fiscales relevantes, se calculan cuatro indicadores de sostenibilidad. Cuando toman el
valor de cero, la deuda se encuentra sobre la frontera de sostenibilidad. Aunque estos
indicadores convergen sólo bajo ciertas condiciones, en general un valor igual a cero
expresa la capacidad del Gobierno para rembolsar la deuda (condición de solvencia).
Un valor diferente de cero y positivo, representa el superávit requerido para hacer la
deuda sostenible16.
Cuadro 19.6
Balance fiscal total y primario de caja del GNC (% PIB)
Ingresos Gastos Balance fiscal Deuda
Año Total Tributarios Rendimient. Resto no Total Funciona- Intereses Inversión Préstamo Reestruct. Total Primario Saldo
finan- tributarios miento neto financiera final
cieros
1990 8,86 8,00 0,02 0,84 9,63 6,60 1,11 1,73 0,18 0,00 -0,76 0,33 16,5
1991 10,41 9,10 0,08 1,22 10,63 6,82 1,20 2,01 0,60 0,00 -0,22 0,89 15,2
1992 10,78 9,60 0,10 1,08 12,45 7,56 1,04 2,04 1,80 0,00 -1,67 -0,72 16,7
1993 11,55 9,88 0,24 1,44 12,29 8,78 1,14 1,90 0,46 0,00 -0,74 0,17 14,6
1994 11,40 9,97 0,19 1,25 12,78 9,45 1,16 1,98 0,19 0,00 -1,37 -0,40 12,3
1995 11,28 9,69 0,17 1,42 13,57 10,08 1,23 2,07 0,20 0,00 -2,30 -1,24 13,8
1996 11,96 10,10 0,30 1,57 15,67 11,09 1,87 2,30 0,42 0,00 -3,71 -2,14 14,4
1997 12,56 10,80 0,31 1,44 16,26 11,45 2,04 2,60 0,17 0,00 -3,70 -1,97 17,9
1998 11,98 10,52 0,26 1,20 16,82 12,15 2,90 1,62 0,16 0,00 -4,84 -2,20 22,0
1999 12,59 10,78 0,35 1,45 19,78 14,26 3,37 1,51 0,64 0,00 -7,20 -4,18 29,6
2000 13,36 11,57 0,49 1,30 19,80 13,44 3,91 1,58 0,49 0,39 -6,44 -3,03 40,0
2001 14,65 13,26 0,26 1,13 21,55 14,52 4,01 1,55 0,79 0,68 -6,90 -3,15 45,2
Nota: Los rendimientos financieros e intereses se discriminan para mostrar el cálculo del balance primario.
Fuente: Confis-MHCP.
15 Son muy explícitos en el capítulo 3 “La sostenibilidad de la política fiscal: Un marco básico”, en ¿Cómo armar
el rompecabezas fiscal? BID, 2000.
16 Éste es el mismo concepto del superávit de sostenibilidad dentro del indicador de Pasinetti.
630 ELEMENTOS PARA EL AJUSTE MACROECONÓMICO
17 La tasa de interés real externa resultó subsidiada como efecto de la apreciación del peso. Si se consideran además
satisfactorias tasas de crecimiento económico, se tiene que la tasa neta sobre la deuda (interés menos crecimien-
to) se hizo negativa (se cumplió la condición de sostenibilidad “i < g”). De allí que aún con déficit se pudiera
garantizar la estabilidad de la deuda.
18 Es la causa principal más no la única, toda vez que el Gobierno asume deudas y pasivos de entidades liquidadas y
privatizadas. Al no corresponderse los flujos de déficit con los stocks de deuda es necesario hacer esta precisión.
19 Los cálculos del cuadro 19.7 corresponden a la metodología propuesta por Pasinetti, L. (1998).
20 La deuda bruta del GNC menos todos sus activos financieros y saldos en cuentas bancarias al final de cada año.
21 Es un promedio ponderado por la proporción de los saldos interno y externo para cada año.
FINANZAS PÚBLICAS Y SOSTENIBILIDAD DE LA DEUDA 631
25
-4 20 -3 ,0
20
15 -4 ,0
-5 ,0 15
-9 10 10
-6 ,0
5 -7 ,0 5
-1 4 0 -8 ,0 0
90 91 92 93 94 95 96 97 98 99 00 01 90 91 92 93 94 95 96 97 98 99 00 01
Cuadro 19.7
Sostenibilidad fiscal
Año Deuda neta i real deuda Crecimiento (g) (i-g) Balance Superávit de Brecha de
(% del PIB)1/ 2/ primario sostenibilidad sostenibilidad
3/ 4/
(a) (b) (c)
1990 14,06 -13,0 4,28 -17,29 0,33 -2,43 2,76
1991 13,36 -13,0 2,00 -15,03 0,89 -2,01 2,90
1992 14,26 -12,6 4,04 -16,67 -0,72 -2,38 1,65
1993 13,87 -10,5 5,39 -15,85 0,17 -2,20 2,36
1994 11,66 -10,1 5,81 -15,87 -0,40 -1,85 1,45
1995 12,89 -6,1 5,68 -11,82 -1,24 -1,52 0,29
1996 13,21 -4,6 2,04 -6,66 -2,14 -0,88 -1,26
1997 15,81 -0,5 3,16 -3,65 -1,97 -0,58 -1,39
1998 20,50 1,9 1,61 0,28 -2,20 0,06 -2,26
1999 27,80 6,4 -4,50 10,89 -4,18 3,03 -7,21
2000 34,71 5,6 2,81 2,77 -3,03 0,96 -3,99
2001 39,38 3,7 1,54 2,15 -3,15 0,85 -4,00
Para que las finanzas del GNC fueran sostenibles en 1999, se requería de un supe-
rávit primario equivalente al 3,03% del PIB (columna b), pero dado un déficit obser-
vado de 4,2%, el ajuste exigido para la sostenibilidad estaba alrededor de los 7 puntos
632 ELEMENTOS PARA EL AJUSTE MACROECONÓMICO
del PIB (columna c). Para 2001, dadas las condiciones macroeconómicas predomi-
nantes y el nivel de deuda vigente, el superávit primario requerido era de 0,85% del
PIB, lo cual implica un ajuste de 4,0% del PIB.
La secuencia de balance primario que debió registrar el GNC para garantizar la
sostenibilidad de la deuda en la segunda mitad de los noventa osciló entre un déficit
de 1,5% y un superávit de 0,85% del PIB. Sin embargo, el Gobierno registró déficit
hasta de 4 puntos en 1999, que ante una deuda (neta) que pasó de 12% a 39% del PIB,
llevó a la configuración de una situación de insostenibilidad fiscal.
Ahora bien, la pregunta es: ¿Cuál es el ajuste necesario hacia futuro inmediato
para recuperar la estabilidad de la deuda? El siguiente análisis aporta los elementos
necesarios para responder.
22 Es decir, se proyectan las finanzas detalladas del GNC y la balanza de pagos hasta 2010, con el fin de contar con
la información necesaria año a año para el cálculo.
23 Cada año tiene un nuevo nivel de deuda, que se incrementa de acuerdo con el aumento del déficit total. Ello
implica disponer de las proyecciones de ingresos, gastos y financiamiento del GNC.
FINANZAS PÚBLICAS Y SOSTENIBILIDAD DE LA DEUDA 633
período, pero con una revaluación de 2,4% en 200624. La tasa de interés real para
servir la deuda se proyecta, tomando como criterio su relación histórica con el déficit
fiscal (a mayor déficit mayor costo de la deuda). El supuesto adoptado es de 7% real
para la interna y 8% en dólares para la externa, lo cual arroja un incremento de casi
cuatro puntos reales en la tasa implícita de la deuda entre 2001 y 2010.
Cuadro 19.8
Supuestos macroeconómicos 2001-2010
Año Inflación Crecimiento ICTR Interés real
real promedio deuda
2001 7,65 1,5 118,5 3,70
2002 6,00 1,8 119,4 5,41
2003 5,00 3,0 120,1 7,31
2004 4,00 3,2 121,5 7,20
2005 4,00 3,2 123,8 7,34
2006 4,00 3,3 120,9 5,51
2007 4,00 3,3 122,8 7,20
2008 4,00 3,4 130,7 9,51
2009 4,00 3,4 137,1 8,80
2010 4,00 3,5 140,6 7,68
Fuente: Proyecciones CGR.
El cuadro 19.9 presenta los resultados de ingresos y gastos25, cuya diferencia arro-
ja un déficit anual que es completamente financiado con deuda interna y externa. Esta
proyección fiscal tiene una variable discrecional, que es la inversión, porque su com-
portamiento no depende directamente de un parámetro reconocido. El criterio adop-
tado fue programar entre 2002 y 2010, el 50% del gasto realizado (promedio anual)
en la década de los noventa, el cual fue de 1,15% del PIB.
Cuadro 19.9
Balance fiscal total y primario de caja del GNC 2001-2010 (% del PIB)
Ingresos Gastos Balance fiscal Deuda
Año Total Tributarios Rendimient. Resto no Total Funciona- Intereses Inversión Préstamo Reestruct. Total Primario Saldo
finan- tributarios miento neto financiera final
cieros
2001 14,65 13,26 0,26 1,13 21,55 14,52 4,01 1,55 0,79 0,68 -6,90 -3,15 45,2
2002 14,73 13,37 0,44 0,91 21,02 14,30 4,37 1,15 0,73 0,48 -6,30 -2,38 47,5
2003 14,42 12,91 0,44 1,06 21,39 14,59 4,33 1,15 0,73 0,59 -6,98 -3,09 49,9
2004 14,55 13,02 0,44 1,08 21,57 14,69 4,50 1,15 0,73 0,50 -7,02 -2,97 54,6
2005 14,60 13,04 0,44 1,11 21,89 14,69 4,90 1,15 0,73 0,42 -7,29 -2,84 57,7
2006 14,62 13,10 0,44 1,08 22,27 14,81 5,22 1,15 0,73 0,36 -7,65 -2,87 61,8
2007 14,73 13,22 0,44 1,06 22,71 14,85 5,69 1,15 0,73 0,29 -7,98 -2,73 68,9
2008 14,97 13,46 0,44 1,06 23,41 14,98 6,31 1,15 0,73 0,24 -8,45 -2,58 75,4
2009 15,19 13,68 0,44 1,06 23,92 15,01 6,86 1,15 0,73 0,18 -8,73 -2,32 81,7
2010 15,28 13,77 0,44 1,06 24,50 15,12 7,40 1,15 0,73 0,10 -9,22 -2,27 87,4
Nota: Los rendimientos financieros e intereses se discriminan para mostrar el cálculo del balance primario.
Fuente: Confis-MHCP.
24 Debido a una entrada de US$1.000 millones en la cuenta de capital de la balanza de pagos, de los cuales 70% está
explicado por el requerimiento de crédito público y el 30% privado.
25 El modelo que proyecta las finanzas del gobierno tiene especificada la elasticidad al PIB por tipo de ingresos
tributarios; el crecimiento sectorial (defensa, justicia, etc.) de los gastos de funcionamiento; los parámetros del
sistema general de participaciones; el crecimiento de las pensiones.
634 ELEMENTOS PARA EL AJUSTE MACROECONÓMICO
La proyección arroja un déficit total que asciende a 9,22% del PIB en 2010, funda-
mentalmente explicado por los intereses de la deuda, los cuales crecieron 3,4% del
PIB entre 2002 y 2010. En el mismo período, el déficit primario disminuye 0,9% del
PIB, explicado básicamente por una reducción sustancial hacia el final del período, de
los costos derivados de la reciente crisis financiera. El saldo de la deuda casi se dobla
al pasar de 45% a 87% del PIB en el período proyectado. Lo más probable es que la
realidad nunca llegue a esta situación, porque a falta de voluntad interna para el ajus-
te, el mercado externo lo impondría desde fuera. La trayectoria explosiva de la deuda
que arroja este ejercicio sirve como referente útil para el cálculo de su sostenibilidad
dinámica.
Cuadro 19.10
Indicadores de sostenibilidad
Año Def. i deuda Crecimiento Def. Deuda Verdadero Estándar Blanchard Pasinetti
primario perman. neta
2002 -2,38 5,41 1,8 -2,38 44,50 4,24 4,24 4,53 5,03
2003 -3,09 7,31 3,0 -2,73 46,93 4,59 4,95 4,53 4,22
2004 -2,97 7,20 3,2 -2,80 51,59 4,66 4,83 4,53 5,01
2005 -2,84 7,34 3,2 -2,81 54,66 4,67 4,69 4,53 5,32
2006 -2,87 5,51 3,3 -2,82 58,76 4,68 4,73 4,53 4,18
2007 -2,73 7,20 3,3 -2,81 65,90 4,67 4,59 4,53 5,54
2008 -2,58 9,51 3,4 -2,78 72,40 4,64 4,43 4,53 7,33
2009 -2,32 8,80 3,4 -2,74 78,70 4,60 4,17 4,53 7,00
2010 -2,27 7,68 3,5 -2,69 84,35 4,55 4,13 4,53 5,98
Es necesario precisar que la tendencia descendente del déficit primario llegaría hasta
2,27% del PIB a partir de 2010, toda vez que este comportamiento está directamente
relacionado con los costos de la crisis financiera. La proyección del cuadro 19.9 mues-
tra que el último pago por este concepto es de 0,1% del PIB en el 2010.
En el gráfico 19.4 se ilustra el comportamiento del déficit primario permanente26,
que con respecto al déficit convencional estaría por debajo hasta 2007, en promedio
0,12% del PIB, y por encima en un 0,22% del PIB, entre los años 2008 y 2010. Ello
implica que el ajuste propuesto por el indicador verdadero sería menor en el primer
26 Es el nivel de déficit primario constante cuyo valor presente descontado al período t es igual al valor presente
descontado de la trayectoria de los déficit primarios actuales (Talvi y Végh 2000).
FINANZAS PÚBLICAS Y SOSTENIBILIDAD DE LA DEUDA 635
-2 ,4 0
-2 ,6 0
-2 ,8 0
-3 ,0 0
-3 ,2 0
D e f. p rim a rio D e f. p e rm a n .
7,3% del PIB, para luego ubicarse en 6% en 2010 (gráfico 19.5b). El carácter dinámi-
co de este indicador tiene la virtud de reflejar las condiciones macroeconómicas en
cualquier momento, al calcular de manera independiente los requerimientos de ajuste
para cada año. A diferencia de los demás indicadores, éste no deja anclado el nivel de
deuda actual, sino que se basa para cada año en uno diferente, resultante de la proyec-
ción fiscal.
Los resultados del indicador de Pasinetti se pueden interpretar como el costo de
oportunidad de aplazar el ajuste. Por ejemplo, si la decisión fuera hacer sostenible la
deuda en el 2002, el ajuste necesario para lograrlo sería de 5% del PIB, pero si se
aplazara para el 2010, el requerimiento adicional sería de 1% del PIB, toda vez que la
deuda se habría incrementado en 42% del PIB.
Este indicador recoge el efecto de la revaluación del 2,4% que se produce en el
año 2006 (cuadro 19.8) por un crecimiento inusual de la cuenta de capitales de la
balanza de pagos (ver nota 24). Este ajuste se transmitiría a través de un menor costo
del servicio de la deuda .
Gráficamente, se aprecia la profundización de las condiciones de insostenibilidad.
La financiación del déficit primario de 2,7% promedio para el período de proyección
más los intereses que casi se duplican –al llegar a 7,4% del PIB–, implicarían práctica-
mente multiplicar por dos la deuda actual, hasta alcanzar al 87% del PIB al finalizar
2010 (gráfico 19.6a). La brecha actual entre la tasa de interés real y la tasa de creci-
miento económico se mantendría por encima de los cuatro puntos porcentuales, lo
que también explicaría el alto nivel de endeudamiento. En ausencia de un ajuste fiscal
serio, el déficit total se alejaría cada vez más del déficit primario y se conservaría la
brecha entre interés y crecimiento, con un explosivo incremento de la deuda, como lo
ilustran los gráficos 19.6a y 19.6b.
80 80
2,0
5 70
70
0,0
60 60
P o rce nta je
0
% de l P IB
-2,0 50
50
40 -4,0 40
-5
30 30
-6,0
20 20
-1 0
-8,0
10 10
-1 5 0 -10,0 0
90 91 92 93 94 95 96 97 98 99 00 01 02 03 04 05 06 07 08 09 10 90 91 92 93 94 95 96 97 98 99 00 01 02 03 04 05 06 07 08 09 10
Gráfico 19.7
Indicador verdadero
6 ,5
4 ,5
2 ,5
0 ,5
-1 ,5
-3 ,5
90 91 92 93 94 95 96 97 98 99 00 01 02 03 04 05 06 07 08 09 10
27 Volverlo dinámico implica un indicador diferente para cada año y siguientes. Ésta es otra forma de evaluar costo
de oportunidad del ajuste.
638 ELEMENTOS PARA EL AJUSTE MACROECONÓMICO
El ajuste y la sostenibilidad
La realización del ajuste fiscal requerido tiene varias opciones, aunque todas con
distinto grado de dificultad legal, política y operativa. Una racionalización al régimen
tributario es la opción para obtener un mayor recaudo sin incrementar las tarifas. Se
trata de eliminar las exclusiones, exenciones, deducciones especiales y los descuen-
tos tributarios, que erosionan la base gravable del impuesto sobre la renta, sin descar-
tar acciones decisivas para reducir los elevados niveles de evasión y elusión tributarias.
Así mismo, se puede incorporar en la base gravable una muy buena parte de los
bienes y servicios que actualmente se encuentran excluidos del impuesto al valor
agregado. Entre ambas medidas se podría generar un recaudo potencial adicional
cercano al 5% del PIB (3% al eliminar beneficios en renta y 2% en ampliar base de
IVA), lo que facilitaría incluso una reducción de tarifas, en la medida en que sea efec-
tiva la ampliación de las bases. Por el lado de la administración de impuestos, el
debido cobrar es del orden de los $5 billones (2,9% del PIB), el cual ha sido provisionado
en $3 billones, dejando un saldo vigente por cobrar de $2 billones (1,2% del PIB). La
evasión en IVA es otro problema de administración tributaria, y asciende al 30%, lo
que representa, adicionalmente, alrededor de 2% del PIB.
En relación con los gastos, su nivel no se podría juzgar como alto para un país con
grandes necesidades de desarrollo. El problema no sería tanto su nivel, como sí su
focalización y eficiencia por efecto de fallas en la administración del Estado. Si el
recaudo tributario hubiera estado al mismo nivel del gasto, actualmente no se estaría
discutiendo el problema de la sostenibilidad. El meollo del asunto es que pareciera
existir un pacto político implícito para financiar el presupuesto público con mayor
FINANZAS PÚBLICAS Y SOSTENIBILIDAD DE LA DEUDA 639
deuda. Este pacto incluye la decisión de que el gasto territorial se financie con trans-
ferencias de la Nación, en lugar de incrementar los tributos territoriales.
El gasto público está atomizado en muchos destinos pequeños, los cuales, en con-
junto, no están resolviendo los grandes problemas del subdesarrollo económico y
social. La deuda se está destinando en su mayor parte para garantizar su propio roll
over, algo de funcionamiento y muy poco para inversión en infraestructura física o
gasto social. La falta de eficiencia del gasto público es evidente. La corrupción, por
su parte, contribuye a restar recursos a las ilimitadas necesidades.
Mientras estos problemas no se resuelvan, en la práctica habrá que tomar decisiones
de ajuste para lograr el equilibrio macroeconómico y la sostenibilidad de la deuda.
Cualquier propuesta de ajuste fiscal causa polémica y discusión sobre su viabili-
dad práctica, debido a la alta inflexibilidad legal del presupuesto público. En este
sentido, un ajuste de la magnitud propuesta en este trabajo requiere de soluciones que
ameriten un profundo cambio en la normatividad de las finanzas públicas. Otro ejem-
plo de ajuste, es considerando que el recaudo tributario territorial de Colombia es uno
de los más bajos (2% del PIB) si se compara con Argentina y Brasil (oscila entre 7% y
8% del PIB). Sustituir 2,5% del PIB de mayores tributos territoriales por menos trans-
ferencias de la Nación a las regiones, sería una posibilidad de ajuste que incluso
profundizaría la descentralización.
Con este ajuste, se puede observar en el cuadro 19.12 que las metas de inflación se
conservarían con respecto al escenario pasivo, y el crecimiento se recuperaría paula-
tinamente después de los dos años de ajuste. El tipo de cambio real es producto de la
simulación de una política cambiaria28 que combina un nivel adecuado de reservas y
una tendencia a equilibrar el déficit de la cuenta corriente de la balanza de pagos,
consistente con el crecimiento de las exportaciones que demandaría una mayor acti-
vidad económica. Las tasas reales de interés interna descienden, desde un nivel actual
de 7% hasta llegar a 5,5% en 2010. Por el lado externo, también se simula un descen-
so de las tasas, de un nivel actual en dólares de 9% hasta llegar a 7% en 2010, con una
rebaja de las tasas externas en dólares de 9% hasta llegar a 7% en 2010, como conse-
cuencia de una reducción de los spreads, por la credibilidad del ajuste y la mejor
percepción que tendrían los mercados hacia la economía nacional. Las tasas que se
muestran en el cuadro 19.12 son las implícitas de la deuda, ponderadas por los saldos
de deuda interna y externa. Por esa razón, el componente externo en pesos del servi-
cio de la deuda se aumentaría con la devaluación y disminuiría con la revaluación.
Igual sucedería con la tasa implícita.
28 En el anexo 2 se presentan los resultados de los escenarios pasivo y activo de proyectar distintas opciones de
política cambiaria. En cada caso la que garantiza 10 meses de importación de reservas es la más adecuada y
guarda consistencia con los déficit fiscal en su respectivo escenario.
640 ELEMENTOS PARA EL AJUSTE MACROECONÓMICO
Cuadro 19.12
Supuestos macroeconómicos 2001-2010
Año Inflación Crecimiento ICTR Interés real
real promedio deuda
2001 7,65 1,5 118,5 8,22
2002 6,00 1,8 119,4 4,81
2003 5,00 2,0 124,4 7,78
2004 4,00 2,5 127,6 6,56
2005 4,00 3,0 129,0 6,47
2006 4,00 3,5 127,2 5,20
2007 4,00 4,0 131,0 6,95
2008 4,00 4,5 141,0 8,66
2009 4,00 5,0 150,4 8,08
2010 4,00 5,0 156,3 6,71
Fuente: Proyecciones CGR.
Cuadro 19.13
Balance ajustado del GNC 2001-2010 (% del PIB)
Ingresos Gastos Balance Fiscal Deuda
Año Total Tributarios Rendimient. Resto no Total Funciona- Intereses Inversión Préstamo Reestruct. Total Primario Saldo
finan- tributarios miento neto financiera final
cieros
2001 14,65 13,26 0,26 1,13 21,55 1 4,52 4,01 1,55 0,79 0,68 -6,90 -3,15 45,2
2002 14,73 13,37 0,44 0,91 21,02 14,30 4,37 1,15 0,73 0,48 -6,30 -2,38 47,5
2003 14,46 12,93 0,44 1,09 18,64 12,11 4,39 1,15 0,40 0,60 -4,18 -0,24 49,1
2004 17,11 15,54 0,44 1,13 19,35 12,30 4,25 1,90 0,40 0,51 -2,24 1,56 48,4
2005 17,15 15,55 0,44 1,15 19,14 12,32 4,09 1,90 0,40 0,43 -1,99 1,65 47,1
2006 17,19 15,62 0,44 1,12 18,99 12,44 3,89 1,90 0,40 0,37 -1,81 1,64 46,1
2007 17,31 15,76 0,44 1,11 18,76 12,41 3,76 1,90 0,40 0,29 -1,45 1,86 47,7
2008 17,56 16,01 0,44 1,11 18,68 12,44 3,71 1,90 0,40 0,24 -1,12 2,14 47,1
2009 17,65 16,10 0,44 1,11 18,34 12,33 3,55 1,90 0,40 0,18 -0,69 2,41 47,0
2010 17,62 16,07 0,44 1,11 18,12 12,31 3,43 1,90 0,40 0,09 -0,51 2,48 45,1
Nota: Los rendimientos financieros e intereses se discriminan para mostrar el cálculo del balance primario.
Fuente: Confis-MHCP.
% d el P IB
-2 ,0 21 21
16 -5 16
-4 ,0
11 11
6 -1 0 6
-6 ,0
1 1
-8 ,0 -4 -1 5 -4
90 91 92 93 94 95 96 97 98 99 00 01 02 03 04 05 06 07 08 09 10
29 No obstante, a partir de la asociación de municipios hay la posibilidad de crear provincias regionales como otra
unidad administrativa territorial. En este caso es admisible la unidad de caja, pero previamente tiene que modificarse
el régimen vigente.
30 1.046 municipios, distintos a las 32 ciudades capitales, poseen obligaciones financieras contractuales.
642 ELEMENTOS PARA EL AJUSTE MACROECONÓMICO
Cuadro 19.14
Deuda pública territorial
Miles de millones de $
Año 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 Partic.
Departamentos 661 1.041 1.568 1.805 2.195 2.240 2.275 36
Municipios 1.279 1.601 2.355 2.744 3.079 3.441 3.973 64
Total 1.940 2.642 3.923 4.549 5.274 5.681 6.248 100
% del PIB nacional
Año 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 Partic.
Departamentos 0,78 1,03 1,29 1,28 1,47 1,32 1,22 36
Municipios 1,51 1,59 1,94 1,95 2,07 2,03 2,12 64
Total 2,30 2,62 3,22 3,23 3,54 3,35 3,34 100
Fuente: DCEF-CGR
Estas “pequeñas” cosas normalmente son descuidadas por los hacedores de políti-
ca y de ahí que cuando la crisis detona, la única opción sea el bail out, con respaldo y
a costa de las finanzas del GNC. Tampoco representa preocupación alguna para la
mayoría de los analistas, probablemente por considerarlas “insignificantes”. Pero aquí
se quiere rescatar el análisis de sostenibilidad de una deuda de $4 billones, bajo un
criterio metodológico de análisis relativo, frente a estudios agregados y de innecesa-
ria e incoveniente simplificación analítica.
A continuación, se analiza la sostenibilidad de la deuda, de manera separada, para
las cuatro principales ciudades, las cuales, en conjunto, explican el 72% del total.
Seguidamente, se hará lo propio con los restantes 27 municipios capitales, para fina-
lizar la sección con el análisis del agregado de los 1.046 municipios no capitales34.
33 Entre otros se encuentran Cauca, Magdalena, Tolima, San Andrés, Chocó, Bolívar, Nariño, Popayán y Barranquilla.
34 Es importante precisar que el análisis a estos dos últimos grupos de municipios se efectuará de manera agrupada,
sin que ello implique una contradicción con respecto a la principal crítica que está formulando este trabajo. La
limitación del factor espacio no permite la desagregación, así fuera éste el único alcance del presente trabajo.
644 ELEMENTOS PARA EL AJUSTE MACROECONÓMICO
Bogotá D. C. maneja el segundo presupuesto más grande del país, genera la cuarta
parte del producto interno bruto y es responsable de casi la mitad de la deuda pública
municipal.
Los indicadores de sostenibilidad para analizar la deuda de Bogotá D.C, tendrán
resultados prácticos muy útiles, si las variables para calcularlos guardan una estrecha
correspondencia con el desempeño económico y financiero de la ciudad. En este sen-
tido, se usa la tasa de crecimiento del PIB de Bogotá D.C. y la tasa de interés real
implícita de la deuda de la ciudad. El déficit total y el primario se calculan a partir de
sus propias ejecuciones presupuestales (ver anexo 3).
El gráfico 19.9 ilustra el comportamiento del déficit total de la ciudad frente a su
nivel de endeudamiento. Los resultados de estas dos variables han tenido una evolu-
ción muy parecida a la del Gobierno en el nivel nacional. La primera mitad de los
noventa se caracterizó por un relativo equilibrio y un nivel reducido de deuda. El
promedio anual del déficit para este subperíodo es de 0,7% del PIB (Bogotá), y el
punto más bajo de la deuda se registra en 1996 con 1,8% del PIB. Posteriormente,
durante la segunda mitad de los noventa y primeros años del tercer milenio, se pre-
senta un incremento sustancial del gasto de inversión, el cual pasa de un promedio
anual de 1,6% del PIB, en la primera mitad de la década a un promedio de 5,2%, desde
1996 hasta 2001 (anexo 3).
Gráfico 19.9
Déficit total y deuda Bogotá
0 ,2 4 ,5
-0 ,3 90 91 92 93 94 95 96 97 98 99 00 01
4 ,0
D é fic it to ta l (% d e l P IB )
-0 ,8
3 ,5
D e u d a (% de l P IB)
-1 ,3
-1 ,8 3 ,0
-2 ,3
2 ,5
-2 ,8
2 ,0
-3 ,3
-3 ,8 1 ,5
D é fic it to ta l Deuda
Cuadro 19.16
Indicadores de sostenibilidad para la deuda de Bogotá, D. C. 1990-2001
Año Variables Indicadores
1990 2,60 -0,82 0,052 0,043 -0,008 0,78 0,78 1,07 0,65
1991 2,73 -0,68 0,052 0,019 -0,007 0,71 0,64 1,07 0,37
1992 2,38 -0,37 -0,015 0,083 -0,006 0,57 0,34 1,07 -0,02
1993 2,32 -0,72 0,016 0,151 -0,006 0,60 0,68 1,07 0,23
1994 2,13 0,07 -0,014 0,188 -0,004 0,38 -0,11 1,07 -0,56
1995 2,06 -0,31 0,015 0,036 -0,004 0,36 0,27 1,07 0,41
1996 1,88 -0,95 0,058 0,016 -0,005 0,41 0,91 1,07 1,10
1997 2,76 -0,88 0,051 0,031 -0,005 0,45 0,84 1,07 1,20
1998 2,85 -1,13 0,054 0,028 -0,005 0,51 1,10 1,07 1,11
1999 3,14 -3,60 0,093 -0,020 -0,006 0,61 3,56 1,07 3,82
2000 3,59 -2,65 0,095 0,040 -0,008 0,72 2,61 1,07 2,59
2001 4.33 -1.22 0.095 0.019 -0.008 0.73 1.18 1.07 1.32
-1,6 1 .5 0
-2,1
0 .8 0
-2,6
0 .1 0
-3,1
-3,6 -0.6 0
90 91 92 93 94 95 96 97 98 99 00 01
P rim ario P erm an e nte Verd ad e ro E stá nd ar B lan ch ard P as ine tti
Gráfico 19.11
Déficit total y deuda
Cali
1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2 ,3 5
-0 ,2 0
2 ,2 5
-0 ,3 5
-D é f. to ta l (% d el P IB)
D eu d a (% de l P IB)
-0 ,5 0 2 .1 5
-0 ,6 5 2 ,0 5
-0 ,8 0 1 ,9 5
-0 ,9 5 1 ,8 5
-1 ,1 0 1 ,7 5
D é fic it to ta l Deuda
Cuadro 19.17
Indicadores de sostenibilidad para la deuda de Cali
Gráfico 19.12
Déficit total y deuda
Medellín
0 ,0
1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 1 ,2
-0 ,2
-0 ,4 1 ,11
D é f, to ta l (% d e l P IB)
D e u d a (% d e l P IB )
-0 ,6 1 ,0
-0 ,8
0 ,9
-1 ,0
0 ,8
-1 ,2
-1 ,4 0 ,7
D é fic it to ta l Deuda
Cuadro 19.18
Indicadores de sostenibilidad para la deuda de Medellín 1995-2001
Año Variables Indicadores
Barranquilla. Contrario a los tres casos anteriores, las finanzas de Barranquilla regis-
tran un marcado deterioro en los últimos tres años, toda vez que pasa de un superávit
total de 0,4% del PIB (Atlántico) en 1998, a un déficit de 1,4% del PIB en 2001. Ello
estuvo acompañado de un mayor nivel de endeudamiento el cual se incrementa de
3,2% a 4,1% del PIB, para el mismo período (gráfico 19.13).
Gráfico 19.13
Déficit total y deuda
Barranquilla
0 ,5 4 .5
4 .0
-0 ,1
1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001
D éf. to ta l (% d e l P IB )
D e u d a (% d e l P IB )
3 .5
-0 ,6
3 .0
-1 ,1
2 .5
-1 ,6
2 .0
-2 ,1 1 .5
D é fic it to ta l Deuda
arrojan una necesidad de ajuste de 0,42% del PIB, el indicador estándar requiere uno
del 1,17% del PIB (Atlántico).
Cuadro 19.19
Indicadores de sostenibilidad para la deuda de Barranquilla 1995-2001
Año Variables Indicadores
Gráfico 19.14
Déficit total y deuda. 27 municipios capitales de depto.
0 ,3 5
0 ,7 6
0 ,2 5
0 ,7 4
0 ,1 5
0 ,7 2
0 ,0 5
0 ,7 0
-0 ,1 5 0 ,6 6
-0 ,2 5 0 ,6 4
-0 ,3 5 0 ,6 2
No obstante, el déficit primario de 0,1% del PIB para 2001 implica que hay necesi-
dad de hacer un ajuste de 0,23% del PIB para hacer sostenible la deuda (del 0,63% del
PIB regional) de este grupo de municipios (cuadro 19.20).
Cuadro 19.20
Indicadores de sostenibilidad para la deuda de 27 ciudades capitales 1995-2001
Año Variables Indicadores
Grupo de 1.046 municipios no capitales. Con el mismo criterio analítico usado para
los 27 municipios capitales anteriores, se agrupan 1.046 municipios no capitales, que
representan el restante 16% de la deuda total municipal. Para el ejercicio de sostenibilidad
se cuenta con información completa de deuda, pero solamente una muestra homogé-
nea de 254 municipios tiene información consistente de ingresos y gastos. Al cruzar
FINANZAS PÚBLICAS Y SOSTENIBILIDAD DE LA DEUDA 651
una con otra, resulta que la deuda de estos 254 municipios explica el 91% de la deuda
total de los 1.046 municipios. Esto condujo a extrapolar el déficit total y primario de
los 792 municipios restantes, de acuerdo con el comportamiento del 9% de la deuda
en cabeza de ellos.
El mismo patrón cíclico de los 27 municipios capitales se reproduce para el resto
de municipios no capitales. La diferencia es que mientras los primeros tuvieron dos
ciclos completos de ajuste y desajuste, los segundos solamente tienen uno de desajus-
te y no han completado el ajuste. El punto de inflexión de este último corresponde al
año de 1997, en el cual se registra un déficit total de 0,11% y una deuda de 1,35% del
PIB. El ajuste se evidencia cuando en 2001 registra un superávit de 0,43% y una deuda
de 0,88% del PIB (gráfico 19.15).
Los indicadores de sostenibilidad verdadero y el de Blanchard sugieren un peque-
ño ajuste de cuatro centésimas del PIB, mientras que el estándar arroja un sobreajuste
de 0,27% del PIB (cuadro 19.21).
Gráfico 19.15
Balance total y deuda. 250 municipios no capitales
1 ,4 0
0 ,4 5
0 .3 5 1 ,3 0
0 ,2 5
1 ,2 0
0 ,1 5
0 ,0 5 1 ,1 0
-0 ,0 5
1 ,0 0
-0 ,1 5
-0 ,2 5 0 ,9 0
D é fic it to ta l Deuda
Cuadro 19.21
Indicadores de sostenibilidad para la deuda de 1.046 municipios 1995-2001
Año Variables Indicadores
Deuda/PIB* Def. i deuda Crecimiento* d* Verdadero Estándar Blanchard
primario
1995 1,03 0,129 -0,153 0,076 -0,001 0,06 0,06 0,04
1996 1,14 -0,072 0,245 0,004 0,000 0,15 0,26 0,04
1997 1,35 -0,112 0,022 0,031 0,000 0,20 0,30 0,04
1998 1,28 0,117 0,044 0,011 0,000 0,17 0,07 0,04
1999 1,20 0,184 0,180 -0,020 0,000 0,15 0,00 0,04
2000 1,06 0,300 0,039 0,021 -0,001 0,10 -0,11 0,04
2001 2,01 0,460 0,040 0,013 -0,001 0,05 -0,27 0,04
* PIB regional ponderado.
d* déficit permanente.
652 ELEMENTOS PARA EL AJUSTE MACROECONÓMICO
Es casi imperceptible el ajuste que este grupo de municipios tiene que hacer según
los indicadores verdadero y el de Blanchard. La Ley 617 de 2000 ha venido cum-
pliendo con su propósito de ajuste.
Gráfico 19.16
Déficit total y deuda departamental
0 ,0
1 ,5
1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001
-0 ,1 1 ,4
-0 ,2
1 ,3
D é ficit (% d e l P IB )
D e u da (% d e l P IB)
-0 ,3 1 ,2
-0 ,4 1 ,1
-0 ,5 1 ,0
-0 ,6 0 ,9
-0 ,7 0 ,8
D é fic it to ta l Deuda
Cuadro 19.22
Indicadores de sostenibilidad para la deuda de los departamentos
Año Variables Indicadores
* PIB nacional
d* déficit permanente
FINANZAS PÚBLICAS Y SOSTENIBILIDAD DE LA DEUDA 653
Cuadro 19.23
Ajustes requeridos para hacer sostenible la deuda territorial
Tipo entidad territorial Ajuste % PIB % del PIB
regional nacional
Departamentos 392,9 0,21 0,21
Municipios capitales deptos. 1.018,6 3,57 0,54
Bogotá 532,0 1,24 0,28
Cali 101,2 0,41 0,05
Medellín 143,3 0,58 0,08
Barranquilla 72,3 1,11 0,04
27 restantes 169,9 0,23 0,09
Resto de Municipios 147,7 0,20 0,08
Total 1.559,2 0,83
Fuente: DCEF-CGR.
Cuadro 19.24
Dimensión y resultado del ajuste
Miles de millones de $
Tipo Entidad territorial Deuda Balance Requerimiento Balance Deuda
Primario de ajuste primario después después
del ajuste del ajuste
Departamentos 2.275,4 -93,5 392,9 299,3 1.882,5
Municipios capitales deptos. 3.322,0 -827,3 1.018,6 191,3 2.303,4
Bogotá 1.859,4 -525,6 532,0 6,4 1.327,4
Cali 540,1 -49,2 101,2 52,0 438,9
Medellín 186,4 -113,7 143,3 29,6 43,1
Barranquilla 269,1 -65,0 72,3 7,3 196,8
27 restantes 466,9 -73,9 169,9 96,0 297,0
Resto de municipios 650,6 339,7 147,7 487,4 502,9
Total 6.248,0 -581,1 1.559,2 978,1 4.688,8
Fuente: DCEF-CGR.
El cuadro 19.25 presenta las empresas públicas del nivel nacional que tienen registra-
da deuda interna y externa. La deuda representa el 24,8% del pasivo total, pero si se
excluye Carbocol, debido a su privatización, se obtiene que el resto de deuda repre-
senta el 20% del pasivo. La deuda de ISA, Urrá, Ferrovías, Satena y Empresa de
Energía de Boyacá representa más del 50% del pasivo y explica el 55% de la deuda
total de las empresas públicas nacionales.
El cuadro 19.26 discrimina la deuda de las empresas públicas territoriales, la cual
representa el 48% de su pasivo total. Si se excluye el Metro de Medellín, debido a que
la mayor parte de su deuda es con la Nación, el resto de la deuda de estas empresas
regionales representa el 36% de sus pasivos totales. Las Empresas Públicas de Medellín,
Empresas Municipales de Cúcuta, Empresa de Telecomunicaciones de Pereira y
Empresas Públicas de Bucaramanga tienen un monto de deuda que supera el 50% de
sus pasivos, la cual explica el 46% de la deuda total de las empresas territoriales.
FINANZAS PÚBLICAS Y SOSTENIBILIDAD DE LA DEUDA 655
Cuadro 19.25
Deuda empresas públicas nacionales 2001
(Millones de $)
Empresas Deuda
Fuente: DCEF-CGR.
Cuadro 19.26
Deuda empresas públicas territoriales 2001
(Millones de $)
Empresas Pasivo total Deuda Deuda/Pasivo
Empresa de Transporte Masivo del Valle de Aburrá 3.037.165 1.514.721 1.522.443 3.037.165 100,0
Empresas Públicas Municipales de Cali 2.549.665 416.205 455.830 872.036 34,2
Empresas Públicas de Medellín 2.814.147 328.119 1.703.492 2.031.611 72,2
Empresa de Acueducto a Alcantarillado de Bogotá 1.891.177 327.617 299.182 626.799 33,1
Empresas Municipales de Cúcuta (Emcúcuta) 158.578 104.479 104.479 65,9
Empresa de Telecomunicaciones de Pereira 77.047 33.078 9.348 42.426 55,1
Empresa Antioqueña de Energía S. A. - Eade 124.195 29.493 29.493 23,7
Empresa de Teléfonos de Barranquilla 251.057 29.459 21.102 50.561 20,1
Acueducto Metropolitano de Bucaramanga 127.240 10.539 10.539 8,3
Emp. de Teléfonos de Bogotá 1.842.057 293.638 293.638 15,9
Emp. Energía de Bogotá 503.966 24.630 24.630 4,9
Emp. Públicas de Bucaramanga 27.861 15.740 15.740 56,5
Empresa de Acueducto y Alcantarrillado Pereira 48.287 4.789 4.789 9,9
Resto entidades 2.619.490 591.468 21.560 613.028 23,4
Total 16.071.933 3.374.640 4.382.294 7.756.934 48,3
Total sin Metro de Medellín 13.034.768 1.859.919 2.859.851 4.719.769 36,2
Fuente: DCEF-CGR.
Cuadro 19.27
Deuda total empresas públicas
(Millones de $)
Nivel Pasivo total Deuda Deuda/Pasivo
* No incluye Carbocol
** No incluye Metro de Medellín
Fuente: DCEF-CGR.
Indicador de endeudamiento
El cuadro 19.28 presenta el indicador de endeudamiento que se define como las obli-
gaciones financieras sobre el activo total. En la parte superior está 1998 y en la infe-
rior 2001. La lectura de este indicador muestra que más de dos terceras partes de las
Cuadro 19.28
Indicador de endeudamiento
1998
Calificación Rango Nacional Territorial Total
Empresas % activos Empresas % activos Empresas % activos
Critíca Mayor 70% 0 0 2 14 2 6
Riesgosa Entre 51-70% 1 0 2 0 3 0
Aceptable Entre 41-50% 0 0 5 0 5 0
Buena Entre 0,1-40% 39 75 190 32 229 54
Sin deuda 0% 33 25 442 55 475 39
Total 73 100 641 100 714 100
2001
Calificación Rango Nacional Territorial Total
Empresas % activos Empresas % activos Empresas % activos
Crítica Mayor 70% 1 0 3 0 4 0
Riesgosa Entre 51-70% 1 0 2 0 3 0
Aceptable Entre 41-50% 1 1 3 0 4 1
Buena Entre 0,1-40% 37 70 196 24 233 50
Sin deuda 0% 41 29 602 76 643 50
Total 81 100 806 100 887 100
Fuente: Cálculos DCEF-CGR.
FINANZAS PÚBLICAS Y SOSTENIBILIDAD DE LA DEUDA 657
empresas públicas no poseen deuda. El nivel de deuda del resto representa no más
allá del 40% de sus activos. Es decir, la estructura financiera de las empresas no
revela problemas de endeudamiento, a excepción de cuatro empresas cuyo nivel de
endeudamiento supera el 70% de los activos.
En síntesis, dentro de la estructura de capital de las empresas públicas la deuda no
representa una amenaza para la solvencia de las mismas, razón por la cual es necesa-
rio escudriñar otros indicadores de corto y largo plazo con el propósito de identificar
si las empresas tienen problemas financieros de otra índole.
Indicador de liquidez
La primera preocupación de cualquier empresa es su liquidez, para conocer si es
capaz de satisfacer sus obligaciones al vencimiento de las mismas. La razón corriente
es el indicador que mide a corto plazo la liquidez de una empresa y se define como el
activo corriente sobre el pasivo corriente. Los activos corrientes incluyen normal-
mente efectivo, cuentas por cobrar, inversiones financieras y los inventarios; los pasi-
vos corrientes incluyen cuentas y documentos por pagar a corto plazo, vencimientos
de deuda, impuestos sobre ingresos devengados y otros gastos acumulados.
La razón corriente expresa la medida en la cual los derechos de los acreedores a
corto plazo están cubiertos por activos que se espera se conviertan en efectivo en un
período aproximadamente correspondiente al vencimiento de los derechos. Una rela-
ción de uno indica que exactamente los pasivos corrientes están cubiertos por los
activos corrientes, es decir, hay una posición aceptable de liquidez; mayor que uno
indica que los pasivos corrientes tienen un respaldo en activos más que suficiente, lo
cual califica la empresa en una buena situación de liquidez; y menor que uno es
cuando el total de pasivos no alcanza a estar cubiertos con el total de los activos de
corto plazo. En este caso la situación de liquidez es bien crítica.
Las empresas que en 1998 presentaron problemas críticos de liquidez fueron 199,
las cuales representaron el 24% de los activos totales, mientras que las 510 empresas
restantes (76% de los activos) presentaron una posición de liquidez entre aceptable y
buena. Para 2001 esta situación se empeora como quiera que las empresas con proble-
mas críticos de liquidez ascendieron a 268 (37% de los activos), aunque también se
incrementaron a 634 las empresas que presentaron una razón corriente buena. El cua-
dro 19.29 ilustra la clasificación de este indicador por empresas del nivel nacional y
nivel territorial.
658 ELEMENTOS PARA EL AJUSTE MACROECONÓMICO
Cuadro 19.29
Razón Corriente
1998
Calificación Rango Nacional Territorial Total
Empresas % activos Empresas % activos Empresas % activos
Crítica Menor 1 14 28 185 19 199 24
Aceptable Igual a 1 4 1 28 2 32 1
Buena Mayor 1 55 71 423 80 478 75
Total 73 100 636 100 709 100
2001
Calificación Rango Nacional Territorial Total
Empresas % activos Empresas % activos Empresas % activos
Prueba ácida
La prueba ácida es el mismo indicador de liquidez, pero se calcula deduciendo los
inventarios de los activos corrientes y dividiendo el remanente entre los pasivos co-
rrientes. Los inventarios suelen ser lo menos líquido de los activos corrientes de una
empresa y los activos sobre los cuales es más probable que ocurran las pérdidas en el
caso de una liquidación. Por tanto, es importante esta medida de la capacidad de la
empresa para liquidar sus obligaciones a corto plazo, sin tener que depender de la
venta de los inventarios.
Cuadro 19.30
Prueba ácida
1998
Calificación Rango Nacional Territorial Total
Empresas % activos Empresas % activos Empresas % activos
Crítica Menor 1 16 59 220 21 236 40
Aceptable Igual a 1 5 5 26 9 31 7
Buena Mayor 1 52 37 390 71 442 53
Total 73 100 636 100 709 100
2001
Calificación Rango Nacional Territorial Total
Empresas % activos Empresas % activos Empresas % activos
Crítica Menor 1 23 65 277 6 300 39
Aceptable Igual a 1 3 2 32 10 35 5
Buena Mayor 1 55 33 511 84 566 56
Total 81 100 820 100 901 100
El indicador de prueba ácida ilustra que la liquidez es crítica para 236 empresas en
1998 (40% de los activos), es decir 37 empresas adicionales a las que arrojó el ante-
rior indicador de razón corriente. En 2001, las empresas con situación crítica de liqui-
dez ascienden a 300 (39% de los activos), es decir, 32 empresas adicionales a las
críticas por razón corriente.
De las 19 empresas del nivel nacional que presentaron problemas de razón co-
rriente, siete empeoraron su situación con la prueba ácida. Por ejemplo, entre otras,
ISA con una razón corriente de 0,94 pasó a una prueba ácida de 0,74; Ecopetrol de
0,88 a 0,62 y Ferrovías de 0,66 a 0,51. Así mismo, hubo 4 empresas con una razón
corriente superior a uno pero con una prueba ácida inferior a uno. Es el caso de la
Central de Inversiones S. A.–CISA–, la cual obtuvo una razón corriente de 1,06 y una
prueba ácida de 0,79 (cuadro 19.31).
Cuadro 19.31
Empresas nacionales con situación crítica de liquidez 2001
Empresas nacionales Activos % de los Razón Prueba
(m.m. $) activos corriente ácida
Cuadro 19.32
Empresas territoriales con situación crítica de liquidez 2001
Cantidad Empresa regional Activos % de los Razón
(mill. $) activos corriente
(promedio)
Rentabilidad
La rentabilidad refleja el resultado neto de las políticas y decisiones tomadas por los
administradores de las empresas. Las razones de rentabilidad dan las respuestas fina-
les acerca de la eficacia con que se maneja la empresa. El rendimiento sobre los
activos totales es un indicador que mide la eficacia con la cual la empresa ha emplea-
do sus recursos totales. En el cuadro 19.33 se ilustran los resultados de este indicador
también para 1998 y 2001.
Cuadro 19.33
Indicador de rentabilidad
1998
Calificación Rango Nacional Territorial Total
Empresas % activos Empresas % activos Empresas % activos
Negativa Menor 0% 25 25 294 22 319 23
Deficiente Entre 0-30% 45 44 310 78 355 76
Buena Mayor 30% 3 2 37 0 40 1
Total 73 70 641 100 714 100
2001
Calificación Rango Nacional Territorial Total
Empresas % activos Empresas % activos Empresas % activos
35 Incluye $17 billones de los activos asegurados por la Compañía de Seguros La Previsora, los cuales no serían
contingencias propiamente dichas.
662 ELEMENTOS PARA EL AJUSTE MACROECONÓMICO
La parte inferior del cuadro 19.34 presenta un resumen de las contingencias, dentro
de las cuales el valor de las pensiones ocupa el primer lugar, con $81.8 billones (42,6%
del PIB); luego le siguen los litigios y las demandas en contra del Estado, con un monto
que asciende a $23.4 billones (12,2% del PIB), la deuda garantizada por la Nación36,
$8.7 billones (4,5% del PIB); y, finalmente, otras contingencias por $66.5 billones
(34,7% del PIB) –dentro de las cuales se encuentran, entre otros, los valores rescate de
los joint ventures y los mayores costos por las concesiones viales.
Cuadro 19.34
Obligaciones contingentes 2001
Miles de millones $
Tipo de cuenta Territorial Nacional Total % del PIB
Pasivos estimados diferentes a deuda (1) 10.687 39.205 49.892 26,0
Provisión para pensiones 6.523 30.293 36.815 19,2
Provisión para bonos pensionales 1.426 4.082 5.508 2,9
Provisión para obligaciones fiscales 291 829 1.120 0,6
Provisión para contingencias 1.271 2.261 3.532 1,8
Litigios y demandas 934 1.611 2.544 1,3
Otras provisiones para contingencias 243 129 372 0,2
Responsabilidades contingentes (2) 7.921 122.679 130.600 68,1
Litigios y demandas 3.174 17.728 20.902 10,9
Obligaciones potenciales 1.475 203 1.677 0,9
Deuda garantizada por la Nación 0 8.707 8.707 4,5
ISS prima media –pensiones– 0 39.501 39.501 20,6
Fondos de pensiones 2 0 2 0,0
Garantías contractuales 471 2.251 2.722 1,4
Otras responsabilidades contingentes 2.799 54.290 57.089 29,8
Cuentas en participación 6 437 443 0,2
Garantías y avales otorgados 37 1.312 1.349 0,7
Otras responsabilidades contingentes 2.756 52.541 55.297 28,8
Total pasivos estimados y contingencias (1) + (2) 18.608 161.884 180.492 94,1
Pensiones 7.951 73.876 81.826 42,6
Litigios y demandas 4.108 19.338 23.446 12,2
Deuda garantizada por la Nación 0 8.707 8.707 4,5
Otros 6.549 59.963 66.512 34,7
Fuente: CGN.
Según el DNP37, el pasivo pensional asciende, en valor presente neto, a 206% del
PIB, lo que implicaría una subestimación de obligaciones por 163% del PIB, porque la
mayoría de las entidades públicas con obligaciones pensionales no ha adelantado los
cálculos actuariales, y las que lo han hecho es probable que no hayan utilizado los
mismos parámetros y horizonte de tiempo del DNP.
Un rubro que causa bastante preocupación está relacionado con los $23,4 billones
de litigios y demandas, de los cuales el 82% afecta directamente a la Nación y el restan-
36 Ésta es una contingencia exclusiva para la Nación, toda vez que la deuda la garantiza a otras entidades y empre-
sas públicas.
37 Parra, Juan C. (2001), “DNPensión: un modelo de simulación para estimar el costo fiscal del sistema pensional
colombiano”, Archivos de Economía, DNP, mayo de 2001.
FINANZAS PÚBLICAS Y SOSTENIBILIDAD DE LA DEUDA 663
te 18%, a diferentes entes territoriales. El hecho de que las entidades públicas contabi-
licen esta contingencia, así sea por fuera del balance, es un síntoma que verifica el
carácter perentorio para la Nación cuando es demandado por particulares.
Igualmente preocupante para la salud financiera del Estado son las otras responsa-
bilidades contingentes, por $66,5 billones (34,7% del PIB). El Plan General de Cuen-
tas de la Contaduría General de la Nación tiene habilitadas las cuentas para que sean
utilizadas por las entidades públicas cuando no encuentran el concepto discriminado.
Lo cierto es que causa incertidumbre no conocer con exactitud las causas de unas
contingencias de tal magnitud. No obstante, se intuye que deben estar contabilizadas
las garantías contractuales para los casos de Invías en los contratos de asociación y
Telecom en los joint ventures.
Existe incertidumbre sobre el cronograma de liquidación de cada uno de los rubros
contingentes del cuadro 19.34, para convertir contablemente la contingencia en obli-
gación cierta y pago efectivo, y transformar estos stocks en flujos futuros con el fin de
incorporarlos en un análisis dinámico de sostenibilidad. Infortunadamente, no existe
suficiente información para establecer estos flujos, y por esa razón no es posible
determinar su impacto en la sostenibilidad de las finanzas públicas, pero queda la
preocupación de que allí reside una fuente importante de imprevistos y contingen-
cias. Urge, por tanto, dedicar esfuerzos para desentrañar el origen de fondo de estas
contingencias, no sólo para tener una programación adecuada y conocer ciertamente
las obligaciones públicas, sino, lo más importante, para atacar las causas que originan
este detrimento fiscal y detener el permanente menoscabo del patrimonio público.
Sin embargo, el Banco Mundial (2000) estima en 0,5% del PIB el flujo anual de las
contingencias y obligaciones implícitas del Gobierno, sobre todo las relacionadas
con seguridad social. Clavijo (2002), por su parte, también estima en 0,5% del PIB
anual los costos fiscales que representan las contingencias, con el fin de adicionarlo al
margen de ahorro primario necesario para lograr sostenibilidad fiscal.
Ecopetrol
El portafolio de las reservas actuales de petróleo ha descendido de 687 mil barriles
diarios –kbpd– en 2000 a 487 (kbpd) en 2002. De no descubrirse y comercializarse
más pozos en los próximos años, la tendencia indica que se llegaría a 126 kbpd en
201038 (gráfico 19.17).
Gráfico 19.17
Reservas actuales de petróleo (kbpd)
800
700
600
500
400
300
200
100
2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010
El riesgo que afronta el país con esta situación es perder la autosuficiencia y con-
vertirse en importador de crudo. Es decir, se perdería una de las principales fuentes de
recursos que en el pasado ha aliviado la presión sobre el Gobierno, no solamente por la
transferencia de utilidades, sino por el significativo pago del impuesto sobre la renta y
38 Recientemente se declaró la comercialidad de Guandó en Melgar-Tolima cuyas reservas totales están alrededor
de los 200 millones de barriles. La producción del primer barril por lo menos toma el tiempo (2 años aprox.)
necesario en construir el oleoducto para comercializarlo.
FINANZAS PÚBLICAS Y SOSTENIBILIDAD DE LA DEUDA 665
Gráfico 19.18
Producción nacional vs. demanda interna
700
N o e xp o rta c ió n c ru d o
600
C o m p ra a l p riv ad o
500
Im p o rta ció n cru d o
400
K bpdc
300
200
100
0
2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010
Hay que precisar que la estimación de ocurrencia de estos eventos está sujeta a la
combinación de dos factores:
1. Que el nivel de demanda de crudo para cargar las refinerías no decaiga o no se
incremente sustancialmente; en el caso de caer aun más como efecto de la crisis
económica, la compra de crudo a los socios y la posterior importación masiva se
alejarían uno o dos años. En contraposición, si se aumentara el consumo de com-
bustibles y por ende los requerimientos de carga a las refinerías (por crecimiento
económico), se anticiparía la compra a los socios y la importación de crudo.
2. Que se incorporen nuevas reservas probadas. En caso de hallazgos y declaración
de la comercialidad de uno o varios campos. En este punto es importante hacer
claridad que sobre las proyecciones estratégicas de Ecopetrol, las cuales tienen
previsto hallazgos del orden de 3.000 millones de barriles de crudo para un perío-
do de 10 años, presentándose desde ya un desfase de por lo menos dos años (a la
fecha de publicación de este trabajo), lo cual representaría 450 millones de barri-
les menos de lo que esperaba la empresa.
De otra parte, se evidencian contradicciones importantes en la política petrolera
del Gobierno frente a los requerimientos internos de crudo. Con la nueva ley de rega-
lías y el nuevo contrato de asociación, la participación del país en la producción total
de crudo se reduce. Estas nuevas condiciones se presentan cuando en la actualidad las
necesidades de crudo son cada día mayores. Así mismo, el nivel de renuncia de los
contratos es alto y el riesgo geológico considerable, lo cual hace que se requieran
muchos más hallazgos y un mayor volumen de crudo para poder continuar siendo un
país autosuficiente en materia petrolera.
En el gráfico 19.19 se observa la evolución de las reservas de hidrocarburos 39
durante los últimos 20 años. Allí se ilustra cómo a partir de 1992 no se incorporan
nuevas reservas después del hallazgo más importante de Cusiana, por lo que éstas
mantienen un patrón decreciente a la fecha y su programado agotamiento.
Existe un excesivo optimismo en los resultados exploratorios por parte de las au-
toridades para la década actual. El gráfico 19.20 presenta la proyección de Ecopetrol
sobre nuevos descubrimientos para la presente década. En 2003, tiene previsto un
pozo parecido al tamaño de Cusiana. Si así fuera, su comercialidad se presentaría
unos años adelante, con los respectivos beneficios para las finanzas públicas. Por lo
pronto, existe una gran incertidumbre que amenaza el futuro financiero y que afecta
la situación cambiaria del país. La falta de divisas por este concepto genera presiones
adicionales para una mayor devaluación.
Gráfica 19.19
Evolución de las reservas de hidrocarburos
3 .6 0 0
3 .2 0 0
2 .8 0 0
2 .4 0 0
2 .0 0 0
M b ls
1 .6 0 0
1 .2 0 0
800
400
1980 1982 1984 1986 1988 1990 1992 1994 1996 1998 2000
Gráfico 19.20
Proyección descubrimientos escenario base P80. Plan 2001-2010
1.400
1.200
1.000
800
600
400
200
0
2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010
Gráfico 19.21
Patrimonio Fondo del Café (millones de dólares)
2 .0 0 0
E n se is a ñ o s e l F N C h a p e rd id o
a lre d e do r d e U S$ 1 .0 0 0 m illo n e s
d e su p a trim o nio .
1 .5 0 0
1 .0 0 0
500
0
1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001
Fuente: Fedecafé.
A esta situación contribuyó que el 87% de las inversiones permanentes del FNC ha
arrojado pérdidas, las cuales, a finales del año 2000 fueron provisionadas en $666 mil
millones. Dentro de las inversiones permanentes que generaron deterioro patrimonial
se encuentra Bancafé, el cual no representó una inversión prioritaria para el desarro-
llo de la misión del FNC. Bancafé y el otrora Banco Cafetero se utilizaron para inyec-
tar recursos a otras empresas40 en las que el FNC tiene inversiones con la compra de
acciones. La fusión de Concasa con Bancafé no obtuvo logros positivos en los resul-
tados financieros del Banco (1998 a 2000). Por el contrario, esta fusión representó
una pérdida de valor significativa de las acciones de Bancafé41. A 31 de diciembre de
2000, la pérdida del total de la inversión del FNC alcanzaba los $510 mil millones;
situación que disminuyó el financiamiento del sector cafetero, especialmente del
caficultor con el consiguiente perjuicio para los programas de fomento.
En el caso de la Flota Mercante Grancolombiana –FMG–, el Comité Nacional de
Cafeteros, pese al conocimiento que tenía de los problemas de liquidez a los que se
enfrentaba, aprueba, en 1993, la distribución de utilidades, lo cual desestabilizó la
compañía. Posteriormente, la FMG vendió sus activos para generar liquidez y poder
cumplir con sus pasivos más exigibles, pero esta situación se agravó, porque la FMG
avalaba las deudas de sus filiales, las cuales no provisionaba y le representaron cuan-
tiosas pérdidas, principalmente a su filial Promotora de Navegación. Posteriormente,
a finales de 1996, se reformó la razón social de la FMG y se transformó en una compa-
ñía de inversiones que representa el 40% de una nueva sociedad con una empresa
extranjera. En 1998, su participación se redujo al 4%, es decir, perdió el 36%, trans-
firiendo a la nueva compañía la mayoría de activos, pero quedándose con todos los
pasivos incluidos los pensionales.
En cuanto a la Corporación Financiera de Occidente –CFO–, otra inversión perma-
nente del FNC, a partir de 1997 comenzó a presentar serios problemas de liquidez. La
crisis se precipitó en el transcurso del segundo semestre de 1998, y por esa razón se
realizó un proceso de desmonte ordenado de la entidad. Algunos aspectos para desta-
car de este proceso fueron que Bancafé suministró liquidez a la CFO a través de com-
pras de cartera; las provisiones y las daciones en pago que recibió la CFO pasaron de
$14 mil millones en diciembre de 1996 a $67 mil millones en mayo de 1999; el
patrimonio de la CFO era en junio de 1998, cuando comenzó la crisis, de $36.2 mil
millones, $20.3 mil millones en diciembre de 1998 y $3.3 mil millones en mayo de
1999. Esta situación condujo a que el margen de solvencia de la CFO se perdiera, y la
que en junio de 1999 se tuviera un patrimonio técnico deficitario de $40.4 mil millo-
nes. En junio de 1999, el Comité Nacional de Cafeteros aprobó la capitalización de
CFO con recursos de Bancafé, por la suma de $40 mil millones a tasa preferencial.
De otra parte, Colombia fue desplazada por Vietnam del segundo lugar con mayo-
res exportaciones de café, después de Brasil. En 1996, Colombia exportó 14.4 millo-
nes de sacos de 60 kilos de café verde y Vietnam 4.9 millones de sacos. En 2001,
Colombia registró una cifra de 10.2 millones de sacos, mientras que Vietnam alcanzó
los 12.3 millones de sacos.
El futuro cafetero es comprometedor para las finanzas públicas, toda vez que el
FNC en la práctica no está cumpliendo la misión para el cual fue creado. De hecho, el
GNC ya comenzó su proceso de bail out a través del presupuesto general de la Nación.
Cuadro 19.36
Proyección de las finanzas del ISS componente pensiones
(Porcentaje del PIB)
Concepto 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010
Ingresos 1,5 1,7 1,4 1,3 1,2 1,1 1,1 1,2 1,1 1,1
Cotizaciones 1,0 1,2 1,1 1,1 1,1 1,0 1,0 1,0 1,0 1,0
Rendimientos reservas 0,5 0,4 0,2 0,1 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0
Aportes gobierno y otros 0,1 0,1 0,1 0,1 0,1 0,1 0,1 0,1 0,1 0,1
Gastos 1,8 2,1 2,0 2,0 2,0 2,0 2,0 2,0 2,0 2,1
Funcionamiento 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0
Pensiones 1,7 2,0 2,0 1,9 1,9 1,9 1,9 2,0 2,0 2,0
Déficit fiscal -0,3 -0,4 -0,6 -0,7 -0,8 -0,9 -0,9 -0,8 -0,9 -0,9
Financiamiento 0,3 0,4 0,6 0,7 0,8 0,9 0,9 0,8 0,9 0,9
Liquidación reservas 0,3 0,4 0,6 0,7 0,3 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0
Requerimiento financiación 0,0 0,0 0,0 0,0 0,5 0,9 0,9 0,8 0,9 0,9
Saldo final reservas 2,4 1,9 1,2 0,4 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0
Cuadro 19.37
Desfase entre la necesidad de recursos y el perfil de
vencimiento de las inversiones en TES
(Miles de millones $)
Año Reservas Necesidades Desfase
invertidas de liquidez temporal
en TES (1) (2) (3)=(1)-(2)
que el ISS saliera a realizarlos a cualquier precio. De optar por esta opción, la reestruc-
turación de títulos que el Gobierno realizó con el ISS, en 1999, para alargar su madu-
ración, perdería todo su sentido.
Por el lado de salud, el GNC ha tenido que realizar, por dos años consecutivos
(2001 y 2002), un aporte de $500 mil millones por año. Lo cierto es que estos aportes
se pueden convertir en paliativos transitorios, ya que no hay garantía real de que
opere el acuerdo de reestructuración firmado entre el ISS y el GNC. No obstante, una
proyección pasiva del negocio de salud en el ISS arroja déficit que fluctúan alrededor
de una décima del PIB por año (Cuadro 19.38).
Cuadro 19.38
Proyección salud ISS
(Miles de millones de $)
2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010
Ingresos 1.437 1.712 1.885 2.059 2.243 2.435 2.635 2.842 3.058 3.283
Explotación bruta 27 77 88 94 101 110 119 128 138 148
Ingresos tributarios 1.373 1.523 1.682 1.849 2.023 2.203 2.391 2.586 2.790 3.001
Rendimientosfinancieros 21 19 20 21 23 25 27 30 32 34
Otros ingresos 16 94 94 95 96 97 97 98 99 100
Gastos 1.686 2.282 1.983 2.263 2.502 2.723 2.984 3.230 3.210 3.254
Transferencias 547 589 659 716 771 828 888 947 1.011 1.080
Inversión 13 14 15 15 16 17 17 18 19 19
Otros gastos 1.125 1.680 1.309 1.532 1.714 1.878 2.079 2.266 2.180 2.155
Superávit/Déficit -249 -570 -99 -204 -258 -288 -349 -388 -152 29
Préstamo neto -500 -500 0 0 0 0 0 0 0 0
Superávit/Déficit Total 251 -70 -99 -204 -258 -288 -349 -388 -152 29
(% del PIB) 0.13 -0.03 -0.04 -0.08 -0.10 -0.10 -0.11 -0.12 -0.04 0.01
Telecom
De una situación superavitaria de Telecom en los noventa, se pasa a una deficitaria
comenzando el milenio, por cuenta de los valores rescate que demanda el vencimiento
de los joint ventures. En 2002, tiene que pagar alrededor de $1 billón a los asociados
extranjeros de Capitel y en los próximos años se vence el resto de contratos, con valores
de rescate adicionales que superan los US$1.000 millones. Esta situación compromete
al GNC, toda vez que el Conpes autorizó endeudamiento externo a la empresa hasta por
US$600 millones, con la garantía de la Nación. Como problema adicional se tiene que
las reservas del patrimonio autónomo recientemente creado están invertidas en TES, y
presentan el mismo desfase temporal de las del ISS, ya que de acuerdo con los requeri-
mientos para el pago de pensiones, es necesaria la liquidez de estas reservas hasta el
2005, pero existen $327.5 mil millones invertidas así: $60.1 en 2006, $54.8 en 2007,
$157.7 en 2008 y $54.8 en 2011.
672 ELEMENTOS PARA EL AJUSTE MACROECONÓMICO
El riesgo financiero que presenta la empresa es alto, toda vez que sus pasivos se
van a alimentar con los valores rescate de los joint ventures, el crédito externo42 y el
pasivo pensional. Un eventual patrimonio negativo la pondría en causal de liquida-
ción, a menos que el bail out del Gobierno opere nuevamente aquí.
42 El crédito externo sustituye una parte del pasivo derivado de los valores rescate de los joint ventures.
43 De acuerdo con la autorización conferida por el parágrafo tercero del artículo 60 del Decreto 955 de 2000, la
Nación-MHCP asume las deudas originadas y/o derivadas de los contratos de préstamo y acuerdos de pago a
cargo de Carbocol. Mediante Decreto 1273 del 7 de julio de 2000, la Nación asumió dicha deuda.
FINANZAS PÚBLICAS Y SOSTENIBILIDAD DE LA DEUDA 673
la misma cantidad durante 2001, además del deterioro de sus ingresos, que sólo por
el robo de energía y cartera morosa alcanza los 800 mil millones de pesos” 44.
• La empresa Etmva, que administra el Metro de Medellín, le adeuda a la Nación
$2.9 billones a finales de 2001, por concepto del pago que esta última ha hecho a
los acreedores externos. En la práctica, esto es una asunción de deuda, porque a
pesar de existir unos acuerdos de pago entre ambas partes, éstos han sido incum-
plidos por parte del Metro.
• Las capitalizaciones por pérdidas de la banca pública, así como los costos de la
reciente crisis del sector financiero, constituyen un problema de primer orden, que
amerita el siguiente desglose:
- La asunción del pasivo de la liquidación de la Caja Agraria, por $1.2 billones45,
que le ha representado pagos al Gobierno por $250 mil millones en 2000 y
$179 mil millones en 2001.
- Emisión de títulos de tesorería TES de corto plazo, Ley 546 de 1999, por $1.9
billones en 2000 y $200 MM en 2001, para cubrir el costo de haber reducido los
saldos de la deuda hipotecaria por pasar del sistema indexado al UPAC al nuevo
sistema indexado de la UVR46.
- Simultáneamente, se emitieron los títulos de reducción de deuda-TRD cuyo sal-
do asciende a $379 mil millones en 2000 y $849 mil millones en 2001, como
parte de un swap de tasas para cubrir al sistema financiero por las pérdidas de
la operación anterior.
- Permanente capitalización al Banco Agrario.
- Aún se están efectuando pagos del orden de los $4 mil millones durante los tres
últimos años, por cuenta de la nacionalización de Granfinanciera S. A., sucedida
en 1986.
- La significativa capitalización para cubrir las pérdidas del IFI.
- La FEN recibió del Gobierno Nacional $211 mil millones, de la cuenta especial
de deuda externa, para cubrir acreedores externos.
- La emisión de títulos Fogafin, con saldo de $4.9 billones a fines de 2001, y
cuyo servicio está a cargo del Presupuesto General de la Nación, con pagos de
$172 mil millones en 200047 y $524 a mil millones en 2001. Este servicio se
incrementó en $50 mil millones en 2000 y $189 mil millones en 2001, los
cuales corresponden a la capitalización de intereses no pagados.
44 Diario El Tiempo, “Servicios/viabilidad del sistema está en duda, una bomba a punto de estallar”, pp. 1-2, domin-
go 31 de marzo de 2002.
45 Artículo 2 Decreto 255/2000.
46 Incluye indexación de los TRD.
47 Corresponde solamente al último trimestre de 2000, dado que su emisión se hizo precisamente en ese momento.
674 ELEMENTOS PARA EL AJUSTE MACROECONÓMICO
La situación actual y las perspectivas de cada una de las empresas antes menciona-
das permiten establecer que su sostenibilidad financiera difícilmente se puede eva-
luar a partir de un agregado que las agrupe indiscriminadamente con las entidades de
Gobierno. Cada empresa pública es un mundo financiero con dificultades reales com-
pletamente diferentes de las otras, lo cual permite afirmar que la solvencia y viabili-
dad financiera de cada una de ellas debe ser analizada por separado, con las técnicas
e instrumentos apropiados. Es necesario el análisis micro por separado, si de lo que se
trata es de prevenir el riesgo moral para el GNC, toda vez que este último siempre
asume el rescate de los problemas financieros de distintas empresas, como se ha evi-
denciado anteriormente. El riesgo moral está latente y ello se manifiesta en las asun-
ciones de deuda, las permanentes garantías y contragarantías en la emisión de bonos
del Gobierno para cubrir problemas como los del sector financiero.
CONCLUSIONES
Si bien el objeto inicial de este trabajo fue el de demostrar que la sostenibilidad de la
deuda es un problema mucho más grave de lo que trabajos similares han concluido,
su desarrollo desbordó este propósito y no sólo se estableció que el ajuste requerido
para garantizar la sostenibilidad de la deuda contractual de las administraciones pú-
blicas sería de 5,33% del PIB (4,5% del GNC y 0,83% entidades territoriales), sino que
además se encontró que el costo de oportunidad de no hacer el ajuste es progresivo,
hasta llegar a la necesidad de reducir el déficit fiscal, en 2010, en 7,34% del PIB (6,2%
para el GNC y 1,14% para las entidades territoriales). No obstante, hay que precisar
que la Ley 617 de 2000 ha coadyuvado en el ajuste territorial.
La recuperación económica y la reducción en los tipos de interés son condiciones
esenciales para garantizar la estabilidad y pago de la deuda. El papel central otorgado
a los tipos de interés imprime crucial importancia al riesgo que enfrenta el endeuda-
miento ante una elevación en su costo; riesgo que actualmente ha sido amortiguado
por la recesión.
Un análisis de sostenibilidad hecho con un indicador que incorpore un nivel de
deuda y calcule un superávit primario permanente que cubra los intereses para garan-
tizar estabilidad en la relación deuda/PIB, es necesario para las administraciones pú-
blicas de Gobierno que producen bienes públicos de no mercado, pero no suficiente,
por su carácter esquemático y estático. Se requieren métodos más dinámicos que
recojan cambios predecibles en las finanzas de las administraciones públicas de Go-
bierno, que recoja la volatilidad de las distintas variables macro. Así se evitaría ocul-
tar la verdadera situación fiscal y su posible vulnerabilidad.
Aplicar un indicador esquemático y estático de sostenibilidad, a lo sumo permite
cuantificar el tamaño del ajuste primario para lograr estabilidad en la razón deuda/
PIB, pero puede resultar engañoso cuando se aplica para el agregado del SPNF, en
FINANZAS PÚBLICAS Y SOSTENIBILIDAD DE LA DEUDA 675
razón a que se supone que la deuda se ancla en un año y se “netea” dentro de ese
agregado, reduciéndose su nivel significativamente, al descuentar incluso los títulos
que respaldan los fondos de pensiones. Este trabajo supera tales limitaciones, a través
de proyecciones que hacen dinámicos los indicadores.
De otra parte, en Colombia sobresalen dos problemas arraigados en el manejo de las
finanzas públicas que se retrolimentan entre ellos: el rescater de GNC (bail out) y el
riesgo moral (moral hazard). Estas conductas tienen que reducirse sustancialmente,
para erradicar los incentivos de la indisciplina fiscal. Las garantías que expide la Nación
deben ser muy restringidas, para evitar, por ejemplo, lo ocurrido con la deuda del Metro
de Medellín y Carbocol.
Las finanzas públicas han dependido sustancialmente y por mucho tiempo de las
utilidades e impuestos del petróleo y del crédito directo. El riesgo está en que estas
fuentes de recursos son inciertas hacia el futuro, lo cual afecta no solamente las finan-
zas públicas sino la situación cambiaria.
Las contingencias pensionales son un hecho irreversible, toda vez que a la fecha la
contabilidad del Ministerio de Hacienda ya tiene registrado en sus cuentas de orden
acreedoras (responsabilidades contingentes) la suma de $31.3 billones. Es decir, la
Nación se está preparando para la contingencia que comienza en 2005. En sentido
contrario (como cuentas de orden deudoras), la contabilidad del ISS tiene registrada
esta misma suma. El desfase temporal que existe entre las necesidades de recursos
para el pago de pensionados y el perfil de vencimiento de las inversiones del ISS
(TES), son manifestación de la carencia de una adecuada programación financiera
pública. Igual sucede con las reservas pensionales de Telecom.
Las demandas contra la Nación son monumentales. A finales de 2001, la Nación
estaba demandada por $23.4 billones (12,2% del PIB), muchas de las cuales se expli-
can por la falta de responsabilidad de los administradores públicos. Los procesos en
contra de la Nación normalmente no llaman en garantía a los funcionarios responsa-
bles, para que respondan con su propio pecunio. A pesar de que la ley lo establece,
tampoco son normales las acciones de repetición contra los funcionarios responsa-
bles de hechos por los cuales es demandada la Nación. Es urgente cauterizar las venas
rotas de este verdadero desangre financiero.
Sobresale el fenómeno del rentseeking alrededor de los contratos de las empresas
públicas. Los PPA del sector eléctrico, los joint ventures de Telecom y las concesiones
viales son apenas una muestra de las amenazas que se ciernen sobre las finanzas de un
Estado débil, que no actúa debidamente para favorecer el bien público, sino intereses
privados. Es urgente la expedición de una normatividad que ataque de raíz la forma
como los funcionarios que representan al Estado comprometen los recursos públicos.
Ante la reducción la calificación de la deuda colombiana a grado especulativo,
debido fundamentalmente a la situación fiscal y de orden público del país, es importan-
te ir buscando soluciones al problema de la deuda, para lo cual el G7 está examinando
676 ELEMENTOS PARA EL AJUSTE MACROECONÓMICO
una propuesta de Anne Krueger48, en la cual se plantea una negociación entre países
deudores con insostenibilidad de su deuda y sus acreedores para reestructurarla. El
mensaje es anticipar soluciones concertadas a la crisis para evitarla y de esa manera
impedir la pérdida de los activos para los acreedores, a través de un ajuste anticipado
para los países deudores. Colombia debería comenzar a trabajar esta vía, con
acercamientos a sus acreedores, obviamente demostrando primero que hay voluntad de
ajuste. De esa manera, el objetivo de la reestructuración de la deuda soberana debería no
solamente mejorar sustancialmente el perfil de la deuda a largo plazo, sino buscar la
reducción de sus costo, en el marco propuesto por Krueger.
En términos generales, el panorama de las finanzas públicas es bastante desalenta-
dor, razón por la cual los resultados de este trabajo deben llamar la atención y advertir
a los hacedores de política y expertos que de no tomarse las medidas necesarias con
carácter urgente, el país estará abocado, más pronto que tarde, al riesgo default, por el
ya desbordado nivel de deuda del GNC y las contingencias e imprevistos que van a
requerir excesivos recursos para subsanarlos, sin precedentes en la historia del país.
ANEXO 1
La restricción presupuestaria y los indicadores
Desde una perspectiva intertemporal, la sostenibilidad de la deuda requiere que el valor presente
de superávit futuros iguale el stock actual de deuda, lo cual formalmente se expresa así:
1+ g
i
∑i=1 1 + r − d i = b−1
T
donde:
Con el fin de evaluar si esta condición se cumple, se proyectan (hasta T) los déficit primarios
(en este caso del GNC), la tasa de interés real sobre la deuda y la tasa de crecimiento económico. No
obstante, existen varias metodologías para adelantar esta evaluación, de las cuales aquí se abordan
cuatro alternativas.
Indicador estándar49
El indicador estándar se define como la diferencia entre los intereses netos sobre la deuda inicial y
el superávit primario actual (-dt ). Siguiendo la notación anterior, se tiene:
r−g
Is = b−1 + d t
1+ g
Luego, un superávit primario en el instante t, equivalente al costo neto de la deuda, resulta
suficiente para asegurar sostenibilidad (a la luz de este indicador). En el evento de registrarse
déficit, la magnitud obtenida reporta el ajuste necesario para retornar a una senda estable de la
deuda (intereses sobre la deuda más desequilibrio primario).
Indicador de Blanchard50
Este indicador aventaja el anterior, por considerar una restricción intertemporal y no una instantá-
nea. El indicador se calcula con base en un superávit promedio de los superávit proyectados51.
Formalmente, se tiene que el indicador de Blanchard está dado por:
∑
T
r−g d t +i
i =0
Ib = b−1 + d tB donde
donde d tB =
1+ g T +1
A diferencia de los anteriores, por tratarse de una medida intertemporal, cuando el promedio
de los superávit proyectados iguale al costo neto de la deuda (indicador igual a cero), el indicador,
además de determinar la sostenibilidad, mide la capacidad del sistema para pagar la deuda, es
decir, garantiza la condición de solvencia.
Indicador verdadero52
El indicador verdadero, a semejanza del de Blanchard, se basa en un análisis intertemporal. No
obstante, este indicador reconoce las fluctuaciones que presentan las variables económicas y fisca-
les, por lo que considera antes que un promedio, un déficit permanente (d*) cuyo valor presente es
igual al valor presente de los valores proyectados. Los requerimientos fiscales para garantizar
sostenibilidad o solvencia a la luz de este indicador, representan una secuencia de superávit traída
a valor presente. Formalmente, este indicador se define como:
i
1+ g
∑
T
d
i =0 1 + r t +i
r−g
IV = b−1 + d tP d tP =
1+ g T 1+ g
i
∑
i =0 1 + r
Indicador de Pasinetti53
Este indicador refleja la diferencia entre los intereses sobre la deuda y el superávit primario en
cada instante del tiempo. Formalmente se tiene que: Ip = (r-g) bt + dt
A diferencia del estándar, este indicador se basa en la deuda actual (en contraste con la inicial),
recogiendo de manera directa su evolución. De registrarse déficit sucesivos y deuda creciente, este
indicador se hace cada vez más alto, lo cual muestra cómo el proceso de ajuste debe ser más severo
con el crecimiento de la deuda.
ANEXO 2
Cuadro 19A.1
Determinación del ITCR para el escenario pasivo y activo del GNC
Escenario pasivo
Supuesto de ajuste: ITCR promedio constante
Variables externas 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010
ITCR promedio 118,5 119,4 119,4 119,4 119,4 119,4 119,4 119,4 119,5 119,6
Deval, real 2,5 0,8 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0
Cuenta corriente -2,5 -2,6 -3,7 -4,0 -4,1 -4,4 -4,9 -5,4 -6,3 -7,2
Reservas brutas 10.245 11.165 11.137 11.532 11.604 12.419 12.747 11.21 1 8.251 4.257
Reservas meses importación bienes 9,9 10,4 9,9 9,5 9,0 8,9 8,4 6,8 4,6 2,2
Saldo deuda externa/reservas brutas 389 359 368 368 376 373 390 469 673 1,383
Supuesto de ajuste: equilibrio en cuenta corriente
Variables externas 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010
ITCR promedio 118,5 119,4 143,7 139,7 139,4 140,5 142,5 144,0 148,6 152,1
Deval, real 2,5 0,8 20,3 -2,8 -0,2 0,8 1,4 1,1 3,2 2,4
Cuenta corriente -2,5 -2,6 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0
Reservas brutas 10.245 11.165 13.750 17.781 21.769 27.028 32.564 37.067 41.494 46.428
Reservas meses importación bienes 9,9 10,4 14,3 17,0 19,4 22,4 25,2 26,6 28,1 29,4
Saldo deuda externa/reservas brutas 389 359 294 236 198 169 150 139 131 124
Supuesto de ajuste: déficit cuenta corriente 2,5% PIB
Variables externas 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010
ITCR promedio 118,5 119,4 128,6 128,7 128,4 129,9 133,0 135,7 140,2 144,6
Deval, real 2,5 0,8 7,7 0,1 -0,2 1,2 2,4 2,0 3,3 3,1
Cuenta corriente -2,5 -2,6 -2,5 -2,5 -2,5 -2,5 -2,5 -2,5 -2,5 -2,5
Reservas brutas 10.245 11.165 12.128 14.053 15.824 18.702 21.796 23.862 25.706 27.981
Reservas meses importación bienes 9,9 10,4 11,4 12,3 13,0 14,3 15,6 16,0 16,3 16,7
Saldo deuda externa/reservas brutas 389 359 336 300 274 246 226 218 213 207
Supuesto de ajuste: 10 meses importación reservas
Variables externas 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010
ITCR promedio 118,5 119,4 120,1 121,5 123,8 120,9 122,8 130,7 137,1 140,6
Deval, real 2,5 0,8 0,6 1,2 1,9 -2,4 1,5 6,5 4,9 2,5
Cuenta corriente -2,5 -2,6 -3,6 -3,7 -3,5 -4,1 -4,4 -3,7 -3,4 -3,6
Reservas brutas 10.245 11.165 11.216 11.889 12.627 13.927 1 4.902 15.370 16.103 17.183
Reservas meses importación bienes 9,9 10,4 10,0 10,0 10,0 10,0 10,0 10,0 10,0 10,0
Saldo deuda externa/reservas brutas 389 359 365 357 345 332 333 340 341 338
53 Pasinetti (1998).1.
FINANZAS PÚBLICAS Y SOSTENIBILIDAD DE LA DEUDA 679
Cuadro 19A.2
Escenario activo
ANEXO 3
Finanzas territoriales
Cuadro 19A.3
Porcentaje del PIB
Fuente: DCEF-CGR.
*PIB regional de Bogotá.
680 ELEMENTOS PARA EL AJUSTE MACROECONÓMICO
Bogotá, D.C.
Porcentaje del PIB
Fuente: DCEF-CGR
*PIB regional de Valle del cauca
Santiago de Cali
Porcentaje del PIB
Fuente: DCEF-CGR
*PIB regional de Antioquia
Medellín
Porcentaje del PIB
Fuente: DCEF-CGR
*PIB regional de Atlántico
FINANZAS PÚBLICAS Y SOSTENIBILIDAD DE LA DEUDA 681
Barranquilla
Porcentaje del PIB
Fuente: DCEF-CGR
*PIB regional ponderado para 27 ciuadades
Fuente: DCEF-CGR
*PIB Nacional
Departamentos
Porcentaje del PIB
Fuente: DCEF-CGR
*PIB Nacional
682 ELEMENTOS PARA EL AJUSTE MACROECONÓMICO
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REESTRUCTURACIÓN TRIBUTARIA 683
Capítulo 20
REESTRUCTURACIÓN TRIBUTARIA*
INTRODUCCIÓN
A ún sin considerar las necesidades fiscales para subsanar la situación actual de las
finanzas públicas y las inaplazables obligaciones de gasto social, el país requiere de
una redefinición de la actual estructura tributaria. La aplicación de los impuestos, en
la forma como se encuentran definidos actualmente, produce graves distorsiones que
disminuyen la neutralidad, equidad y progresividad del sistema, basta con señalar que
la tributación directa genera subsidios hacia los ingresos altos, y los tributos indirec-
tos presentan un sesgo antiinversión.
Pese a que en el país se realizan reformas tributarias cada 16 meses, el recaudo ha
permanecido prácticamente inalterado1. No obstante, en la distribución de la carga se
ha experimentado un cambio significativo. En los últimos 30 años, los impuestos
indirectos prácticamente se duplicaron, mientras que la tributación a los ingresos per-
dió participación. El consumo ha sido fuertemente gravado. Entre 1970 y 2000, el
consumo privado perdió cerca de 7 puntos de su volumen, mientras que la tributación
unitaria que soporta pasó de 5,3% a 11% del PIB.
Por su parte, la desgravación a las actividades externas, mediante reducción de los
aranceles, ha sido compensada, más que proporcionalmente, mediante aumentos a la
tributación de las actividades domésticas, en especial, con incrementos en los im-
puestos a las ventas, gasolina y a transacciones.
La utilización del instrumento tributario para incentivar mayor ahorro, y por este
medio aumentar la tasa de inversión privada ha sido modesta. El país sigue teniendo
tasas muy bajas de ahorro e inversión.
En 1986, se eliminó la doble tributación en Colombia, haciendo que la imposición
recayera en cabeza de las empresas, y liberando del gravamen los dividendos. En
1992, se eliminó el impuesto al patrimonio, y se realizó una indización total del tribu-
to a la inflación, con el fin de evitar las distorsiones que generaba el fenómeno infla-
cionario en la tributación de los contribuyentes. Estos hechos, iniciaron un acelerado
En el presente capítulo se hace una revisión de las principales distorsiones que gene-
ra la actual estructura tributaria del país, y se presentan las respectivas propuestas para
evitarlas. Todas las recomendaciones señaladas están fundamentalmente dirigidas a
recuperar la progresividad, equidad y neutralidad, principios mínimos que se encuen-
tran seriamente lesionados en la estructura tributaria actual que aplica Colombia.
LA POLÍTICA TRIBUTARIA
Entre 1974 y 2000, el sistema tributario se transformó sustancialmente. Doce refor-
mas tributarias (8 de ellas en la década de los noventa2) y ocho amnistías dejaron el
recaudo prácticamente inalterado. Sin considerar los ingresos por la Cuenta Especial
de Cambios, desde 1970, los impuestos indirectos casi que se duplicaron, mientras
que la tributación directa perdió participación en el agregado. Los incrementos en la
tasa del IVA y del impuesto a la renta hicieron que la recaudación superara el 10% del
PIB a partir de 1993. No obstante, la proliferación de exenciones3 y la evasión termina-
ron por minar las ya de por sí débiles bases impositivas (cuadro 20.1).
Cuadro 20.1
Recaudo tributario 1970-2000 (% del PIB)
Año Total Directos Indirectos Indirectos Sin Cec*
1970 8,9 4,5 4,4 3,8
1975 10,0 4,5 5,5 4,6
1980 10,7 3,1 7,6 5,0
1985 9,2 3,3 5,9 5,9
1986 9,5 3,3 6,2 6,2
1990 9,2 3,6 5,6 5,6
1991 9,8 4,6 5,2 5,2
1992 9,7 4,7 5,0 5,0
1993 10,4 4,4 6,1 6,1
1994 10,3 4,1 6,2 6,2
1995 10,1 4,1 6,0 6,0
1996 10,7 4,0 6,7 6,7
1997 11,4 4,5 6,9 6,9
1998 11,1 4,3 6,8 6,8
1999 11,3 4,4 6,9 6,9
2000 11,6 4,3 7,2 7,2
*Cuenta Especial de Cambios.
Fuente: DIAN. CGR.
2 En promedio, durante la década de los noventa se realizó una reforma tributaria cada 16 meses.
3 Y la forma como éstas se otorgan.
686 ELEMENTOS PARA EL AJUSTE MACROECONÓMICO
mentaron 3,4% del producto (descontando los ingresos por la Cuenta Especial de
Cambios), lo que indica que la política tributaria ha estado orientada a generar un
fuerte proceso de sustitución en la distribución de las cargas impositivas. Este proce-
so se manifiesta en una tendencia acentuada hacia la desgravación de las rentas del
capital y en la sustitución de su costo fiscal, con aumentos en los tributos que afectan
indiscriminadamente la producción y el consumo (Kalmanovitz 1986). A inicios de
los años setenta, los impuestos directos aportaban el 51% del recaudo. En la actuali-
dad, el 62% del producto impositivo se obtiene con los tributos que gravan el consu-
mo (gráfico 20.1).
Gráfico 20.1
Recaudo Gobierno Central (% del PIB)
15
P o rc e n taje d e l FIE
10
0
1992
1994
1996
1998
2000
1970
1972
1974
1976
1978
1980
1982
1984
1986
1988
1990
En el cuadro 20.2 se aprecia parte del efecto que los impuestos han tenido sobre el
consumo privado. Este agregado perdió casi 7 puntos de su volumen, mientras que la
carga impositiva unitaria que soporta se duplicó (pasó del 5,3% en 1970 a 11,1% en
2000). No obstante, el efecto sobre la demanda fue compensado con el consumo del
Gobierno, en especial durante buena parte de los años noventa4.
Durante la década de los ochenta, los fuertes descensos en la participación del
consumo privado en el producto coinciden con la extensión del IVA al comercio y el
establecimiento de la sobretasa CIF a las importaciones. Así mismo, la pérdida de
participación en los noventa se debió, en buena medida, al aumento de la tasa del IVA
y a los incrementos en los impuestos a la gasolina.
4 Durante los últimos cinco años el consumo del Gobierno aumentó y giró alrededor del 20% del PIB.
REESTRUCTURACIÓN TRIBUTARIA 687
Cuadro 20.2
Consumo e impuestos indirectos (1970-2000)
Año Impuestos indirectos / Índice Consumo privado / Impuestos indirectos / (B) / (A) Índice
consumo total (%) PIB (%) PIB (%)
(A) (B)
Gráfico 20.2
Impuestos Indirectos y consumo privado (% del PIB)
75
23
70
Im p u e sto s in d ire cto s (% P IB)
C o n s u m o p riv ad o (% PIB )
20
17
65
14
11 60
8
55
5
2 50
1991
1994
1997
2000
1970
1973
1976
1979
1982
1985
1988
Varios estudios sobre los determinantes del ahorro en Colombia5 han encontrado
un impacto negativo de los impuestos sobre el ahorro privado, pero positivo frente al
ahorro total debido a la elevada propensión marginal a ahorrar ingresos tributarios.
La evidencia econométrica del trabajo de Ocampo (1998) indica que las rentas de
capital de los hogares6 y las ganancias del capital son determinantes importantes del
ahorro privado, pero que los impuestos lo afectan de manera adversa, en mayor medi-
da al de las empresas que el correspondiente a los hogares. De acuerdo con el estudio
de Ocampo, el aumento de los impuestos en el primer lustro de los noventa pudo
incidir en la reducción del ahorro privado (cuadro 20.3).
Cuadro 20.3
Tributación, ahorro e inversión 1975-2000 (% del PIB)
Año Impuestos Descarga Ahorro Inversión Ahorro Inversión
directos tributaria* privado privada total total
* Medida como los puntos que pierde (-) en el PIB respecto del año fiscal anterior.
Fuente: DANE, DNP, Banco de la República, DIAN, CGR, Kalmanovitz 1986 y cálculos propios.
5 En particular, véase los trabajos de Sánchez (1990), López (1994), Carrasquilla y Rincón (1990), Cárdenas
(1995) y Ocampo (1998).
6 Ingresos diferentes a remuneraciones salariales.
7 El uso de los ingresos tributarios por parte del Gobierno puede tener efectos importantes. Si se utilizan para
aumentar la disponibilidad de infraestructura, sus impactos directos pueden ser positivos, como lo señalan los
resultados de Sánchez (1994). Lo mismo puede ser cierto en relación con las inversiones en educación, aunque
probablemente con un rezago significativo (Ocampo 1997).
REESTRUCTURACIÓN TRIBUTARIA 689
8 El sector público central creció 8% del PIB entre 1990 y 1998, al pasar del 11% al 19% (Kalmanovitz 2001).
690 ELEMENTOS PARA EL AJUSTE MACROECONÓMICO
Cuadro 20.4
Impuestos a importaciones, producción y consumo
Año Importaciones Impuestos a (B) / (A) Índice Tributos a la
/ PIB importaciones / producción y el
(A) PIB consumo*
(B) % PIB Índice
Gráfico 20.3
Impuestos a importaciones, producción y consumo
250
200
In d ic e 19 7 6 = 1 0 0
150
100
50
0
19 9 0
1 99 2
19 9 4
1996
1998
20 0 0
19 8 4
1986
1988
1976
1978
19 8 0
1 98 2
ción del tributo, y se precisan las principales distorsiones que genera la estructura
actual del tributo.
Situación actual
El IVA que actualmente se aplica en Colombia presenta las siguientes características:
– Hecho generador. En general, el impuesto recae sobre las ventas de bienes, la
prestación de servicios en el territorio nacional, y la importación de bienes. Con algu-
nas excepciones (especialmente vehículos y aviones), el impuesto no se genera en la
venta de activos fijos. En el caso de los servicios, la legislación grava servicios pres-
tados desde el exterior a favor de residentes en el territorio nacional (empresas y
personas físicas), tales como seguros, reaseguros, servicios de consultoría, entre otros.
– Bienes y servicios excluidos. Los bienes excluidos del gravamen se relacionan en
una lista detallada con la respectiva posición arancelaria Nandina vigente. En términos
generales, los bienes excluidos corresponden a productos agrícolas en su estado natural,
ganado y animales vivos, trilla, medicamentos, algunos minerales, productos manufac-
turados tales como arroz, chocolate, harinas, leche, abonos, maquinaria y aparatos agrí-
colas, aparatos de uso médico y ortopédico, gas y gasolina natural, entre otros.
Existen, además, otros bienes excluidos por destinación económica: materias pri-
mas para producción de vacunas, las requeridas para la producción de medicamentos,
plaguicidas y fertilizantes; gas propano para uso doméstico, petróleo crudo destinado
a su refinación.
En el caso de las importaciones, son excluidas las armas y municiones, la importa-
ción temporal de maquinaria para la industria básica9 (cuando no se produzcan en el
país), y algunas materias primas que van a ser transformadas10, maquinaria y equipo
para procesar basuras y desperdicios, saneamiento de aguas y otras de saneamiento
ambiental.
Además, se encuentran excluidos del tributo los servicios médicos, odontológicos,
transporte público, intereses por rendimientos financieros (excepto cuando constituyan
financiación de la venta o servicio), comisiones recibidas por las sociedades fiduciarias
y comisionistas de bolsas, los servicios públicos de energía, acueducto y alcantarillado,
gas domiciliario, arrendamiento de inmuebles, educación, vigilancia, salud, servicios
prestados por clubes sociales y deportivos, servicios de almacenamiento, servicios para
la producción agropecuaria, hoteles, entre otros.
– Causación o generación del tributo. La Ley define la causación del tributo por
el hecho de que suceda en primera instancia entre el momento de la venta o prestación
9 La Ley considera industrias básicas la minería, extracción y producción de hidrocarburos, química pesada,
siderurgia, energía eléctrica, entre otros. Véase artículo 428 del Estatuto Tributario (2001).
10 Las establecidas en capítulo X del Decreto Ley 444 de 1967.
692 ELEMENTOS PARA EL AJUSTE MACROECONÓMICO
del servicio, la emisión de la factura, el pago o abono parcial. En el caso de las impor-
taciones al momento de la nacionalización del bien, y se causa junto con los derechos
arancelarios. Cuando existan aumentos posteriores al valor de la venta, el impuesto se
causa sobre el mayor valor.
La legislación precisa la causación del tributo en el caso de la cerveza, transporte
aéreo y marítimo, servicio telefónico y seguros.
– Bienes gravados a tasa cero (0). En Colombia son denominados bienes exentos.
En general, corresponden a los bienes exportados; y otros bienes y servicios tales
como: cuadernos, libros, revistas, servicios de reparación de embarcaciones y avio-
nes de bandera o matrícula extranjera, y la venta de bienes en el territorio nacional a
sociedades de comercialización internacional, etc.
– Estructura de tarifas. Las reformas de la década del noventa incrementaron la
tarifa general del 10% al 16%. Existen tasas diferenciales que recaen sobre los si-
guientes bienes y servicios: 8% a la cerveza11; 10% sobre grasas, aceites, margarinas,
servicio de transporte aéreo de pasajeros y servicios de publicidad; 20% para automó-
viles, motocicletas producidos en el país de bajo cilindraje; 35% que aplica a algunos
vehículos, motocicletas, componentes de automóviles, barcos, aviones, importados,
alcoholes y licores; y 45% para automóviles de lujo (con precio FOB superior a US$
40.000). Adicionalmente, existe un IVA implícito que aplica sobre la importación de
bienes excluidos, con tarifas que oscilan entre 0,7% y 9%
– Base gravable. La base gravable es el valor total de la operación, que incluye los
gastos de financiación ordinaria, extraordinaria, intereses moratorios y en general
todos los demás gastos accesorios: acarreos, instalaciones, seguros, comisiones y ga-
rantías aun cuando se convengan por separado.
Existe una presunción legal12 que opera para efectos del tributo, según la cual el
valor mínimo de la venta de bienes o servicios no puede ser menor al valor corriente
de mercado en la fecha de la transacción.
Los descuentos efectivos al momento de la venta o prestación de servicios no
hacen parte de la base imponible del tributo. Existen minoraciones en la base en el
caso de algunos bienes y servicios, como la cerveza (precio en fábrica), gasolina
motor (ingreso del productor), otras gasolinas (precio oficial), el servicio internacio-
nal de transporte aéreo de pasajeros (50% del pasaje cuando se expida el boleto de ida
y vuelta). En el caso de los licores de producción nacional, la base es el 40% del
precio promedio establecido por el Gobierno13.
12 Pese a que la tasa general del IVA se incrementó al 16% en la década de los noventa, la tasa de la cerveza ha
permanecido invariable.
13 Admite prueba en contrario.
14 Lo establece el Departamento Nacional de Estadística (DANE).
REESTRUCTURACIÓN TRIBUTARIA 693
En el caso de los bienes importados la base es la misma que se utiliza para liquidar
los derechos de aduanas.
reforma introducida en la Ley 6a de 1992, en la cual se otorgó el crédito del IVA para
los bienes de capital como un descuento en el impuesto sobre la renta lo que no es
equivalente. Las reformas posteriores limitaron el descuento en renta a una deduc-
ción. En la actualidad es tratado como un mayor valor del activo, lo que aumenta el
costo del uso del capital.
– El IVA es utilizado como instrumento de protección a la industria nacional.
Desde 1998, se viene utilizando el IVA en Colombia como un instrumento de protec-
ción a una parte de la industria nacional. El mecanismo consiste en aplicar el IVA
implícito a la importación de bienes que están excluidos del impuesto en la produc-
ción nacional. Las tasas del IVA implícito varían entre 0,7% y el 9%. Este procedi-
miento rompe la neutralidad que posee el tributo, puesto que el impuesto se utiliza de
manera indebida para otros propósitos.
– Posibles efectos por aplicación de tasas diferenciales. En la actualidad las
distorsiones de aplicar el IVA con tasas diferenciales son menores, debido a que éstas,
en general, no gravan bienes intermedios. Se aplican en su mayoría a bienes de consu-
mo final. No obstante se puede presentar una distorsión en algunas partes para auto-
móviles, que se gravan a la tasa del 20% y 35%,y que constituyen insumos en vehícu-
los gravados con la tarifa menor. En estos casos, el crédito sólo se otorga hasta el
límite de la tarifa a la cual se encuentre sometido el bien final. La diferencia constitu-
ye un mayor costo de producción por la aplicación de tarifas diferenciales.
– Tratamiento inadecuado a exclusiones por destinación. Se generan graves
distorsiones cuando existen exclusiones por destinación económica. El control pasa
al sector privado. Más aún, si se permiten exclusiones de materias primas como lo
acepta la legislación colombiana.
– Régimen simplificado. Una de las formas más utilizadas en Colombia para ob-
viar el tributo y obtener ventajas es a través del régimen simplificado. Una correcta
administración del IVA debería comenzar por garantizar el control de los diferentes
eslabones que componen la cadena del tributo.
– Baja eficiencia. La recaudación por IVA en Colombia equivale al 42% de los
ingresos tributarios del Gobierno Central y representó en el año 2000 el 4,8% del PIB.
Si bien la tasa del IVA prevaleciente es alta, ésta se encuentra en el promedio de las
aplicadas en los países de América Latina (cuadro 20.5).
Los incrementos de la tasa del IVA han sido acompañados de reducciones de la
base del tributo. Las reformas de la década de los noventa excluyeron bienes y servi-
cios que en valor redujeron la base sobre la cual recae el impuesto.
La lógica consecuencia del procedimiento utilizado en Colombia es que resulta
afectada la productividad del tributo (véanse cuadro 20.6 y gráfico 20.4). La eficien-
cia del IVA en Colombia es ligeramente superior a 0,30%, casi equivalente a la que
tuvo el IVA a la tasa del 10%.
REESTRUCTURACIÓN TRIBUTARIA 695
Cuadro 20.5
Tarifas del IVA en países de América Latina
País Año Tasas (%)
Argentina 1997 21% - 27
Bolivia 1997 15
Brasil 1997 17, (8,9 - 12,4 - 20,4*)
Chile 1997 18
Colombia 2001 16% - 8 -10 - 20 - 35 -45
Costa Rica 1997 15
Ecuador 1997 10
El Salvador 1997 13
Guatemala 1997 10
Honduras 1997 7 - 10
México 1997 15
Nicaragua 1997 5 - 6 - 10 - 15
Panamá 1997 5 - 10
Paraguay 1997 10
Perú 1997 18
Venezuela 1997 16,5
*Para transacciones Inter-Estados, dependiendo de la región.
Fuente: FMI (1999).
Cuadro 20.6
Oferta gravada con IVA en Colombia
Año PIB Oferta gravada* % PIB Índice
1994 67.532.862 35.958.503 53,2 100,00
1995 84.439.109 42.563.329 50,4 94,37
1996 100.711.389 48.856.384 48,5 90,24
1997 121.707.501 58.646.173 48,2 89,50
1998 140.953.206 66.690.068 47,3 87,46
1999 152.358.877 69.785.651 45,8 83,75
2000 172.996.035 79.687.822 46,1 84,41
* Calculada con base en la matriz insumo producto. CGR.
Fuente: Cálculos CGR.
Gráfico 20.4
Eficiencia del IVA en Colombia
18
16
14 0 ,3 4
Eficie n cia (% P IB )
12
Ta sa (% )
10
8
0 ,2 9
6
4
2
0 0 ,2 4
1991
1997
1998
1999
2000
1987
1988
1989
1990
1992
1993
1994
1995
1996
A ño
Tas a E fic ie n c ia
Otros países del área, con tasas más bajas, tienen mayor eficiencia en su recaudo.
Ecuador, por ejemplo, tiene una tarifa del 10%, con una eficiencia de 0,33%; El Sal-
696 ELEMENTOS PARA EL AJUSTE MACROECONÓMICO
vador 0,45 (con una tasa del 13%); Panamá 0,38% (con tasa del 5%). Otros países que
tienen tasas similares a las de Colombia, pero aplicadas sobre bases más amplias,
obtienen mayor productividad: En Bolivia la eficiencia del IVA es 0,34% con una tasa
del 15%. Chile aplica una tasa del 18%, y obtiene una productividad de 0,49% (una
de las más altas del mundo)17.
En una simulación realizada en la Contraloría General de la República (CGR), se
encontró que la tasa que igualaría el recaudo actual del tributo en Colombia, gravan-
do el 100% del valor agregado, equivale al 7%.
Impuesto a la renta
El impuesto a la renta en Colombia ha sido objeto de numerosas reformas. Estructu-
ralmente, el tributo que se aplica actualmente fue definido en la reforma de 1986. Antes
de este año, el gravamen se regía por lo dispuesto en la reforma tributaria de 1974, y
complementariamente por las medidas adoptadas en la Ley 9a de 1983.
Con anterioridad a 1986 las rentas personales se gravaban con tasas marginales que
oscilaban entre 10% hasta 56%. La Ley 9ª de 1983 incluyó un mínimo exento y redujo
la tarifa máxima al 49%. Con el fin de medir la capacidad de pago de los contribuyen-
tes, existían cuantiosas exenciones y descuentos que, en la práctica, junto con proce-
dimientos evasivos, terminaban por anular el impuesto a cargo.
Así mismo, se diferenciaba en la tarifa, la aplicación del tributo por tamaño de las
empresas. Las rentas de las sociedades limitadas y sus asimiladas se gravaban a una
tarifa del 20%, mientras que la tasa del 40% recaía sobre las sociedades anónimas. La
distribución de dividendos era gravada con la renta personal. Pese a que en 1983 se
concedió un importante alivió a la doble tributación la tasa de tributación resultaba
alta. Puesto que los gastos financieros eran deducibles del tributo, existía un fuerte
estímulo al endeudamiento. Los préstamos a tasas menores que el interés corriente,
constituían una forma de repartir dividendos. Las operaciones y el establecimiento de
empresas en los llamados “paraísos fiscales” constituían, junto con el aumento ficti-
cio de gastos y deducciones, procedimientos utilizados para evadir el tributo. En ge-
neral, la tributación a la renta generaba enormes distorsiones y alentaba multiplicidad
de formas de evasión.
La Ley 75 de 1986 modificó estructuralmente el tributo. Homogenizó y redujo las
tarifas a la imposición a la renta. En el caso de las sociedades, la nueva tarifa se
estableció en el 30%, la cual se hizo coincidir con la tasa marginal máxima aplicable
a los ingresos personales. Se estableció un mínimo exento (en el equivalente a 5
salarios mínimos mensuales). Se eliminaron muchas exenciones y descuentos, de for-
17 La fuente de las cifras es FMI (2000), Shome, P. y otros, Colombia: la política tributaria 1995-99 y los pasos a
seguir. Ayuda memoria. Ministerio de Hacienda y Crédito Público, Bogotá.
REESTRUCTURACIÓN TRIBUTARIA 697
Situación actual
– Tasas del tributo. El impuesto que se aplica en Colombia recae sobre la renta neta de
las personas físicas, sociedades anónimas, limitadas, extranjeras, sucesiones ilíquidas y
asignaciones modales. Las sociedades tienen una tasa del 35%; las personas naturales
son gravadas con tarifas marginales del 20%, 29% y 35%. Existe un mínimo exento del
tributo para las personas naturales que equivale a 5 salarios mínimos mensuales.
La reforma tributaria de 1986 estableció un régimen especial para entidades sin
ánimo de lucro, incluidas las del sector financiero, Cajas de Compensación Familiar,
fondos de empleados, fondos mutuos de inversión, fondos de pensiones y asociacio-
nes gremiales. Con las reformas posteriores se modificó el universo de contribuyen-
tes pertenecientes a este régimen. En la actualidad, en el régimen especial se encuen-
tran incluidos, entre otros, las entidades sin ánimo de lucro que desarrollen actividades
de carácter social, educativo y financiero; las organizaciones cooperativas; los fondos
mutuos de inversión y las asociaciones gremiales.
Al régimen especial se le aplica una tarifa del 20%, y se le libera de la aplicación de
la renta presuntiva, comparación patrimonial y los ajustes integrales por inflación. Aque-
llos contribuyentes que se incluyen en este régimen no son sujetos de retención en la
fuente, excepto cuando perciben ingresos por ventas en actividades industriales, de
mercadeo y rendimientos financieros. Adicionalmente, pueden resultar exentos del gra-
vamen si destinan el excedente (utilidad) a programas que desarrollen su objeto social.
– Obligación de declarar. Todas las sociedades presentan declaración del tributo.
En el caso de las personas físicas existen límites a partir de los cuales se debe presen-
tar declaración. A la mayoría de los asalariados se le libera de presentar declaración y
698 ELEMENTOS PARA EL AJUSTE MACROECONÓMICO
su impuesto se liquida con base en una retención mensual que es realizada por las
empresas y patrones.
En términos generales, la obligación de presentar declaración se establece asig-
nando límites de ingresos y patrimonios. Los contribuyentes que se encuentran por
debajo de los valores límite no deben declarar, siempre y cuando se les haya practica-
do la retención correspondiente.
– Impuesto a las sociedades y sus accionistas. Tal como se señaló en párrafos
anteriores, existe una integración entre el impuesto de las empresas y el de sus accio-
nistas. Los dividendos recibidos por las sociedades y accionistas no son gravados,
siempre y cuando el impuesto haya sido realizado en la sociedad que los distribuyó.
El procedimiento que se aplica se basa en la regla de los 7/318. La regla señala el límite
máximo de dividendos que se pueden distribuir libres del impuesto. El impuesto so-
bre la renta adicionando el tributo a las ganancias de capital se multiplica por 7 y se
divide entre 3. El resultado indica la proporción de dividendos liberados del grava-
men. Así por ejemplo, si una sociedad tiene un ingreso gravado de $100, al cual le
corresponde un impuesto de $30 ($35 actualmente), podrá distribuir libre del grava-
men a los accionistas hasta $70. Cualquier exceso de distribución de dividendos por
encima de $70 se gravan en cabeza del accionista. La distribución de dividendos en
exceso de la regla de los 7/3 puede ocurrir por utilidades acumuladas antes de 1986, o
por diferencias entre los valores comerciales y los aceptados para fines tributarios.
La prima por colocación de acciones en general no es gravada, sin embargo tributa
en cabeza de la sociedad en el momento en que sea distribuida como dividendos19.
– Tratamiento a los intereses y rendimientos de capital. Desde la reforma de 1986 no
se grava, ni se acepta como deducción, el componente inflacionario de los gastos finan-
cieros. El componente inflacionario de los intereses y gastos financieros se determina
dividiendo la tasa de inflación del año gravable por la tasa de captación más representati-
va. En el caso de las deudas en moneda extranjera, la proporción no deducible se obtiene
dividiendo la tasa de inflación por la tasa más representativa del costo promedio del
endeudamiento externo en el mismo año, certificado por el Banco Central20.
La legislación del tributo permite la deducción de la totalidad de los intereses y
gastos financieros (con excepción del componente inflacionario), pero los limita has-
ta el monto equivalente a la tasa de interés más alta que se haya autorizado para las
entidades bancarias, en los casos en que estos gastos se realicen con personas o enti-
dades diferentes a las del sector financiero21.
18 Artículo 49, Estatuto Tributario. En la actualidad la regla es 6.5/3.5. Por simplicidad nos referimos, en todos los
casos, a la regla de los 7/3.
19 Artículo 36, E. T.
20 Artículo 81, E. T.
21 Artículo 117, E. T.
REESTRUCTURACIÓN TRIBUTARIA 699
– Ajustes por inflación. Para efectos del impuesto a la renta en Colombia, todas las
partidas de los balances y estados financieros son ajustadas por la tasa de inflación.
En general, el procedimiento es el siguiente: los activos no monetarios (excepto los
inventarios) se ajustan por el índice de inflación del período respectivo22, de forma
proporcional si éstos fueron adquiridos durante el respectivo año gravable. Las adi-
ciones y mejoras se ajustan de forma proporcional, entre la fecha en que se realicen y
el último día del año gravable.
El gasto por depreciación y amortización se calcula sobre el valor del activo ajus-
tado por la inflación y los saldos acumulados se ajustan anualmente. Este valor se
acepta para determinar el costo en el cálculo de la utilidad por la venta del activo.
Las diferencias por valorizaciones de activos y su valor ajustado por la inflación,
se tratan como un superávit, que no constituye ingreso y no hace parte del costo fiscal
del bien. Los gastos financieros por adquisición o construcción de activos constitu-
yen un mayor valor del activo, hasta el momento en que se encuentre en condiciones
de utilización; a partir de ese momento, se acepta su deducción vía gasto.
Los bonos y títulos que generan rendimientos financieros no se ajustan por infla-
ción, pero se deben declarar por el valor promedio en bolsa del último mes del año
gravable o por el valor de adquisición más los rendimientos causados y no cobrados, en
los casos en que no se coticen en bolsa. Los créditos a favor representados en moneda
extranjera se ajustan por la tasa de cambio en pesos, del último día del año gravable.
El valor ajustado de los activos no monetarios constituye un mayor valor de tales
bienes, y se acredita en la cuenta de corrección monetaria. Por su parte, los pasivos en
moneda extranjera se ajustan por el tipo de cambio en las mismas condiciones de lo
señalado para los activos en monedas extranjeras. En este último caso, el ajuste cons-
tituye un mayor valor del pasivo y su contrapartida genera un gasto financiero.
El patrimonio líquido se debe ajustar por la inflación. Como contrapartida se exi-
ge un registro débito en la cuenta de corrección monetaria. La revalorización del
patrimonio producto del ajuste por inflación no puede distribuirse como utilidad a los
accionistas, hasta tanto no se liquide la empresa o el valor sea capitalizado.
Las diferencias entre los registros créditos y débitos en la cuenta de corrección
monetaria constituyen la utilidad o pérdida por la exposición a la inflación y forma
parte de la base gravable.
– Sucesiones ilíquidas y donaciones. Las sucesiones y los bienes destinados a
fines especiales, por donación o asignación modal, están sujetos a tributación de renta
con las tasas aplicables a las personas físicas. Los beneficiarios no son gravados pero
se encuentran sujetos al impuesto a título de ganancia ocasional.
22 En realidad, es el Porcentaje de Ajuste del Año Gravable (PAAG). El PAAG es equivalente a la inflación ocurrida
entre el 1º de diciembre del año anterior al gravable y el 30 de noviembre del año gravable.
700 ELEMENTOS PARA EL AJUSTE MACROECONÓMICO
23 Artículo 134, E. T.
24 Artículo 140, E. T.
REESTRUCTURACIÓN TRIBUTARIA 701
– Deducción por cartera de difícil cobro. Se acepta como gasto deducible el 33%
de la cartera considerada como de dudoso o difícil cobro. En el caso de los bancos y
demás entidades vigiladas por la Superintendencia Bancaria, se admite una deducción
del 100% para este tipo de cartera. Se exige la constitución de una provisión, que afecta
el valor de la cartera por cobrar, que no puede hacer parte de un superávit. Si las deudas
son manifiestamente pérdidas, se admite la deducción del 100%.
– Deducción por pérdidas. Las rentas de trabajo no pueden ser afectadas con pér-
didas de otras actividades. Las pérdidas de negocios de ganadería sólo son deducibles
en la misma renta. Las pérdidas de personas naturales y sucesiones ilíquidas en em-
presas agrícolas son deducibles en 5 años, siempre y cuando se deduzcan exclusiva-
mente en rentas de igual naturaleza.
No son deducibles las pérdidas entre vinculados económicos, lo mismo que las pér-
didas por la venta de acciones y cuotas de interés social, bonos de financiamiento
presupuestal y bonos de financiamiento especial. Las sociedades anónimas y limitadas
pueden compensar las pérdidas fiscales con las rentas que obtengan dentro de los 5 años
siguientes. De acuerdo con la Ley 716 de 2001, el Director de impuestos y aduanas
nacionales puede autorizar la ampliación del plazo a siete años, en casos especiales.
– Deducción de intereses por adquisición de vivienda. El impuesto admite la de-
ducción de los intereses o corrección monetaria pagados por concepto de los présta-
mos por adquisición de vivienda.
– Rentas exentas. Las rentas exoneradas del impuesto están clasificadas en 5 cate-
gorías diferentes: deducciones “especiales”25, ingresos que no son considerados de
fuente nacional, ingresos no constitutivos de renta ni ganancia ocasional, descuentos,
y rentas exentas señaladas expresamente en la legislación.
1. Deducciones especiales: Las deducciones especiales se relacionan especial-
mente con donaciones e inversiones. Son deducibles las donaciones a entidades del
sector público, al Fondo de Reconstrucción del Eje Cafetero (Forec), y a entidades sin
ánimo de lucro. Estas deducciones están limitadas al 30% de la renta líquida del
contribuyente. En el caso de donaciones a los fondos de promoción de la cultura y el
deporte y al ICBF, se permite deducir el 100% del valor de la donación. Las donaciones
realizadas a la Fundación Gustavo Matamoros, a entidades dedicadas a la defensa de
los derechos humanos, a organismos de deporte aficionado, a instituciones de educa-
ción superior y centros de estudios para financiar investigaciones, son deducibles en
el 125% del monto donado.
Así mismo, se pueden deducir las inversiones en plantaciones de reforestación, en
obras de riego, construcción de pozos y silos para la producción agrícola. La deduc-
25 Corresponde a una denominación propia que hemos asignado a estas deducciones. En general, corresponden a
expensas o gastos no necesarios para generar la renta.
702 ELEMENTOS PARA EL AJUSTE MACROECONÓMICO
pre y cuando sobre los mismos se practique la retención en la fuente a título del
impuesto sobre la renta y el complementario de remesas.
Finalmente, son deducibles las sumas pagadas por renta vitalicia, hasta el total del
precio o reembolso del capital.
2. Ingresos que no se consideran de fuente nacional. Los pagos de intereses a los
extranjeros no se consideran renta de fuente nacional y, por lo tanto, están exentos del
impuesto sobre la renta, siempre y cuando satisfagan cualquiera de las siguientes condi-
ciones: que los pagos por intereses estén basados en créditos de corto plazo originados
en importación de mercancías, o que se destinen a perfeccionar exportaciones; que los
créditos sean obtenidos por bancos nacionales; que el monto de los créditos se destine a
actividades de interés para el desarrollo económico y social del país.
Similar tratamiento se da a los pagos por contratos leasing que se celebren con
empresas extranjeras sin domicilio en el país, por el suministro de maquinaria y equi-
po a las actividades de exportación o a aquellas que sean de importancia económica o
social para el país; a los pagos por servicios técnicos de reparación y mantenimiento
de equipos prestados en el exterior; y a los pagos por adiestramiento de personal en el
exterior para entidades públicas.
3. Ingresos que no constituyen renta ni ganancia ocasional. En la legislación
colombiana no constituyen renta ni ganancia ocasional los ingresos por dividendos y
participaciones, siempre que correspondan a utilidades declaradas en cabeza de la
sociedad (corresponde la norma básica para evitar la doble tributación).
Igualmente la utilidad en la venta de acciones y la prima por colocación de accio-
nes no constituyen renta; este último beneficio se otorga hasta tanto el ingreso no sea
distribuido a los socios, es decir, se mantenga como superávit de capital.
Las recompensas recibidas de organismos de seguridad del Estado, y los premios
y distinciones obtenidos en certámenes y concursos científicos, literarios, artísticos o
deportivos, nacionales e internacionales pertenecen a esta categoría de exenciones.
También se considera ingreso no constitutivo de renta el valor de las indem-
nizaciones por seguro de daño, en la parte que corresponda al daño emergente, siem-
pre que corresponda a la reposición, así como las recibidas por destrucción o renova-
ción de cultivos y por control de plagas.
Otros ingresos que se encuentran en esta categoría son: la utilidad generada en la
venta de inmuebles por negociación directa y por motivos previamente definidos en
la ley como de interés público o social, al igual que las que provengan de la venta de
casa o apartamento de habitación que haya sido adquirida antes de 1987; la renta
obtenida en la venta de terneros nacidos y vendidos dentro del mismo año; los ganan-
ciales; las donaciones que reciban las personas naturales para la financiación de cam-
pañas y partidos políticos; los aportes como la sustitución de pasivos a favor de em-
presas de transporte urbano masivo; los recibidos por las organizaciones regionales
de TV de la Comisión Nacional de Televisión.
704 ELEMENTOS PARA EL AJUSTE MACROECONÓMICO
Para los trabajadores, son ingreso no constitutivo de renta los primeros $2.400.000
de las contribuciones abonadas por las empresas en fondos mutuos de inversión; los
aportes que a éstos les hagan a título de cesantía; los aportes obligatorios y volunta-
rios a los fondos de pensiones (hasta el 20% del ingreso laboral) y los pagos de pen-
siones por parte de los fondos de jubilación e invalidez, cuando se cumplan los requi-
sitos para percibir la respectiva mesada. Los retiros de los fondos de pensiones, bajo
cualquier modalidad (renta vitalicia, retiro programado, etc.) están exentos del im-
puesto si han permanecido por cinco años como ahorro.
El ahorro para el fomento de la construcción (AFC) está exento del tributo, pues se
considera un ingreso que no constituye renta para el trabajador, siempre y cuando se
mantenga por un tiempo no inferior a cinco años.
4. Rentas exentas. Las rentas de trabajo exentas son: el 100% del valor de las
indemnizaciones por accidente de trabajo o enfermedad; las indemnizaciones que im-
pliquen protección a la maternidad; lo recibido por gastos de entierro del trabajador; el
auxilio de cesantía y los intereses sobre la cesantía, la exoneración se reduce gradual-
mente con el incremento del salario. También son renta exenta las pensiones de jubila-
ción, invalidez, de sobrevivientes y sobre riesgos profesionales menores a 50 salarios
mínimos, y las indemnizaciones que sustituyen tales pensiones; el valor del seguro y las
compensaciones por muerte de los miembros de las Fuerzas Militares y de la Policía; el
exceso del salario básico percibido por oficiales y suboficiales de Ejército y Policía, así
como lo recibido por oficiales en retiro de la Fuerza Aérea de empresas de transporte
aéreo por concepto de primas, bonificaciones, horas extras, y demás complementos a su
salario. Igualmente están exentos el valor de las bonificaciones y/o las indemnizaciones
recibidas en programas de retiro de entidades públicas.
Así mismo, la legislación establece una reducción general para todos los trabaja-
dores equivalente al 30% del valor total del ingreso laboral, y las indemnizaciones
por seguros de vida.
En la renta de las sociedades, se exoneran del impuesto los beneficios de las empresas
comunitarias y de sus instituciones auxiliares; el 80% del valor de las utilidades que
capitalicen o apropien las empresas de servicios públicos domiciliarios y de las que desa-
rrollen actividades complementarias; las rentas de las empresas industriales y comercia-
les del Estado y sociedades de economía mixta que ejerzan los monopolios de suerte y
azar, de licores y alcoholes; las utilidades que sean distribuidas a las empresas industria-
les y comerciales del Estado, accionistas de empresas de telefonía local; la renta de las
zonas francas y de sus usuarios, que provengan de actividades realizadas en la zona; y la
de los fondos ganaderos que sean sociedades anónimas abiertas.
En cuanto a rendimientos de capital, se encuentran exentos del impuesto los inte-
reses, comisiones y los pagos por empréstitos de deuda pública externa; los intereses
de bonos de financiamiento presupuestal y especial; los intereses en los pagos por
venta de inmuebles destinados a reforma urbana; así como los intereses por deudas y
REESTRUCTURACIÓN TRIBUTARIA 705
bonos de la reforma agraria y urbana, y todos los rendimientos generados por títulos
de ahorro a largo plazo para la financiación de vivienda.
Por otra parte, con el propósito de promover la reactivación económica de zonas
afectadas por catástrofes naturales, se exoneraron las rentas de las nuevas empresas
agrícolas, ganaderas, industriales, agroindustriales, comerciales, mineras, de expor-
tación, de construcción, de servicios turísticos y públicos, que se establecieron en la
zona de los departamentos de Cauca y Huila, afectada por el desbordamiento del río
Páez. Recientemente, se concedió una exención similar para la zona del Eje Cafetero,
afectada por un terremoto en 1999.
Finalmente, se consideran exentos el 50% de la renta de las empresas asociativas
y la renta de las empresas editoriales; en este último caso se establece un mecanismo
para extender los beneficios a los socios.
5. Descuentos tributarios. La legislación del tributo permite descontar directa-
mente del impuesto liquidado: el 60% del valor de las donaciones efectuadas a insti-
tuciones de educación superior, organizaciones dedicadas a la construcción o dota-
ción de escuelas o de hospitales (hasta el 30% del impuesto).
También se opera como descuento del impuesto a la renta (hasta del 15%), el
gasto de salarios y prestaciones sociales realizado por nuevos empleos generados.
Por la inversión en nuevos cultivos de árboles en áreas de reforestación, se permi-
te descontar hasta un 20% de la inversión certificada por las Corporaciones Autóno-
mas Regionales o la respectiva autoridad ambiental (hasta el 20% del impuesto).
También existe un descuento por la expedición del Certificado de Reembolso Tri-
butario; por el IVA pagado en la importación de maquinaria pesada para las industrias
básicas (minería, hidrocarburos, química pesada, siderurgia, metalurgia extractiva,
generación y transmisión de energía eléctrica, obtención, purificación y conducción
de óxido de hidrógeno). Adicionalmente, las empresas de transporte aéreo y maríti-
mo, pueden descontar el valor del ingreso que proporcionalmente corresponda a in-
gresos por el servicio internacional.
Los contribuyentes que perciban rentas de fuente extranjera tienen derecho a descon-
tar el valor del impuesto a la renta pagado en el extranjero. Igualmente, los dividendos o
participaciones recibidos de sociedades domiciliadas en países con los que Colombia
tiene convenio de integración dan lugar a descuento con el fin de evitar la doble tributación.
– Tratamiento a la inversión extranjera. La mayor parte de las rentas de fuente
nacional está gravada a una tasa unificada del 35%. En el caso de la inversión extranje-
ra, la tributación opera de la forma siguiente: las sucursales de sociedades extranjeras
que reciban dividendos se gravan a una tasa del 35% sobre los excesos de la regla de los
7/326 . En el caso de sociedades o personas extranjeras sin domicilio en el país, sobre los
26 Artículo 246, E. T.
706 ELEMENTOS PARA EL AJUSTE MACROECONÓMICO
dividendos se causa una retención del 7%. Cuando los dividendos distribuidos corres-
pondan a utilidades que de haberse distribuido a un residente en el país hubieren
resultado gravadas, se aplica la tasa del 35%. En este último caso, la retención se
aplica sobre el valor neto, es decir, una vez descontado el impuesto del 35%.
La tarifa del 35% también se aplica a otras rentas de fuente nacional recibidas por
extranjeros, tales como intereses, regalías, comisiones, honorarios, arrendamientos,
explotación de toda propiedad industrial, o del know-how, prestación de servicios
técnicos o de asistencia técnica. En el caso de la explotación de películas cinemato-
gráficas, se grava el 60% del pago a la tasa del 35%; y en el caso de la explotación de
programas de computador se grava el 80% a la tasa del impuesto.
Los pagos a extranjeros sin domicilio en Colombia, por arrendamiento de maquina-
ria para construcción, mantenimiento, obras civiles, se gravan con una retención del 2%
del respectivo pago. El transporte internacional se grava con una retención del 3%;
los contrato llave en mano con retención del 1%.
– Impuestos complementarios. El impuesto sobre la renta en Colombia contempla
una serie de impuestos complementarios que se liquidan en la declaración de renta.
Los impuestos complementarios corresponden al impuesto de ganancias ocasionales
y remesas al exterior. Hasta su eliminación, el impuesto al patrimonio hacía parte de
los impuestos complementarios de renta.
Además, existe un mecanismo presunto que se aplica sobre el patrimonio líquido,
y una presunción sobre diferencias patrimoniales.
1. Impuesto complementario de remesas. Tal como se señaló anteriormente, una
sociedad nacional que paga dividendos a accionistas extranjeros primero debe liqui-
dar el impuesto a la renta de la sociedad, y después practicar una retención (a título
del impuesto de renta) por los pagos de dividendos. La retención es la forma como el
beneficiario extranjero paga impuesto a la renta en Colombia. Una utilidad de $100,
tributa $35 por la sociedad nacional y $4.6 por el accionista extranjero (por los divi-
dendos distribuidos: $65 x 7% = $4.6). En suma, una renta de origen nacional (en la
situación descrita) paga 39,6% de impuesto a la renta.
En el caso de rentas de fuente nacional obtenidas a través de extranjeros, como las
sucursales y otros, el giro de las utilidades se grava con un impuesto a las remesas. En
otras palabras, se le imponen dos gravámenes distintos a la renta de fuente nacional
recibida por extranjeros. No obstante, el tributo de las remesas es considerado un
impuesto complementario al de la renta. Puesto que la tarifa del impuesto de remesas
al exterior es del 7%, el giro de utilidades de las sucursales a su casa matriz equivale
a 4,6%, lo que iguala el tratamiento para los dividendos pagados a extranjeros.
Los pagos a extranjeros por concepto de intereses, arrendamientos, comisiones,
servicios, asistencia técnica, están sujetos al impuesto de remesas a la tasa del 7%,
sobre el valor del pago neto del impuesto sobre la renta.
REESTRUCTURACIÓN TRIBUTARIA 707
Las exenciones consagradas por pagos de intereses del crédito, y sobre las bases
gravables de rentas, tales como explotación de películas, de programas de computa-
dor, se aplican para el impuesto de remesas.
2. Impuesto a las ganancias ocasionales. Las ganancias ocasionales hacen refe-
rencia, especialmente, a las utilidades por venta de bienes (activos) poseídos por lo
menos dos años y las rentas por donaciones y herencias en el caso de las personas
naturales.
En el caso de las sociedades nacionales y extranjeras, las ganancias ocasionales
están gravadas a la misma tarifa de las rentas ordinarias. Para las personas naturales,
se aplica la tabla graduada con tasas marginales de las rentas ordinarias, pero en la
determinación del impuesto pueden separarlas entre rentas ordinarias y ocasionales,
debido a las exenciones y mínimo exento en uno y otro impuesto.
El tratamiento diferenciado de las ganancias ocasionales implica que cualquier
pérdida neta por ganancia ocasional no puede ser deducida de la renta ordinaria. La
ganancia o pérdida ocasional neta se determina restando las pérdidas ocasionales de
las ganancias ocasionales. La ganancia ocasional incluye la venta de activos que no
hagan parte de los bienes que usualmente se venden en el giro habitual del negocio.
Las utilidades por la venta de activos fijos poseídos menos de dos años se tratan como
una renta ordinaria.
La utilidad en la venta de bienes inmuebles se considera ganancia ocasional. Sin
embargo, cuando el inmueble ha sido adquirido antes de 1978, no constituye renta ni
ganancia ocasional.
En el caso de la liquidación de sociedades, se considera ganancia ocasional el
exceso de capital aportado o invertido cuando la ganancia realizada no corresponda a
rentas, reservas y utilidades comerciales, repartibles como dividendos o participacio-
nes, y siempre que la sociedad haya existido mínimo dos años. En el caso en que la
sociedad haya operado menos de dos años, los aportes e inversiones se tratan como
una renta ordinaria.
Los premios de lotería, rifas, apuestas y similares se gravan como ganancia oca-
sional a una tarifa del 20%.
3. Renta presuntiva. La renta presuntiva se basa en el concepto de que la renta
gravable del contribuyente es la mayor entre la renta determinada de forma ordinaria
y el 6% de su patrimonio líquido (descontando los pasivos), del último día del año
inmediatamente anterior al gravable.
Existen exclusiones a la base de la renta presuntiva, tales como los activos desti-
nados al sector agropecuario, el valor patrimonial neto de los afectados por hechos de
fuerza mayor o caso fortuito, el valor patrimonial de los bienes vinculados a empresas
en período improductivo, la compra de acciones en sociedades nacionales. Además,
el Gobierno puede reducir la aplicación de la renta presuntiva para algunos sectores.
708 ELEMENTOS PARA EL AJUSTE MACROECONÓMICO
Cuadro 20.7
Exención a rentas laborales
Concepto Tipo de exención Norma legal %
Como resultado de esta política, la estructura del tributo a la renta que actualmente
tiene el país termina favoreciendo a los ingresos altos. Las exenciones se aplican a la
renta, es decir, antes de la aplicación de la tasa marginal, lo que favorece a los ingre-
sos más altos. La política de subsidios gubernamentales termina dirigida hacia los
sectores de mayores ingresos (gráfico 20.5).
En el cuadro 20.8 se presenta el efecto que tienen las exenciones a la renta en el
caso de los ingresos por salarios, desagregadas por la existencia del mínimo exento y
por las exenciones laborales. A la tabla del impuesto sobre la renta del año gravable
2002 se le introdujo una tasa marginal del 5% aplicada a las rentas entre 1 y 5 salarios.
El impuesto se calculó sobre el promedio del intervalo con amplitud de rango igual a
las publicadas por el Gobierno para año señalado. Los porcentajes que se presenten
corresponden a la disminución de impuesto de la tarifa promedio del intervalo para
29 Pese a que con las exenciones laborales, la renta gravable se disminuye en 55% (sin considerar los aportes
voluntarios a fondos de pensiones, ni los ahorros en las AFC), las gráficas resultantes de la simulación se constru-
yeron reduciendo la renta gravable en sólo 40%.
710 ELEMENTOS PARA EL AJUSTE MACROECONÓMICO
cada nivel de renta. En realidad, mide el efecto que sobre las tarifas marginales pro-
duce la exención mínima de $ 18.500.000 (5 salarios mensuales).
Gráfico 20.5
Subsidio actual del impuesto a la renta
50
45
A h orro trib u tario p o r e x e nc ion e s
40
35
30
(% )
25
20
15
10
5
In g re so e n s a la rio s m ín im o s
30 Por la forma como el Gobierno construye la tabla del impuesto, a un ingreso de 6 salarios mínimos le grava sólo
½ salario. El impuesto para el primer valor se calcula sobre la mitad del ingreso marginal susceptible de ser
gravado. De allí en adelante, sobre valores con amplitud de rango moderados, a los cuales se les aplican las
respectivas tasas marginales. El impuesto así obtenido se divide sobre el promedio del rango de renta líquida y se
publican las tasas nominales a aplicar.
REESTRUCTURACIÓN TRIBUTARIA 711
Cuadro 20.8
Efecto en subsidio por exenciones laborales
Ingreso en Exenciones (%) Total (%)
salarios Mínimo exento* Laborales** per cápita***
1 100,0 100,0 5,1
2 100,0 100,0 7,3
3 100,0 100,0 8,1
4 100,0 100,0 8,6
5 100,0 100,0 9,0
6 54,2 100,0 13,8
7 36,9 100,0 17,3
8 26,2 100,0 21,4
9 19,4 92,3 25,2
10 15,6 84,5 28,0
11 12,9 79,4 30,6
12 11,1 76,1 32,6
13 9,7 72,4 34,5
14 8,6 68,5 35,9
15 7,7 65,3 37,4
16 7,1 62,9 38,5
17 6,5 60,8 39,6
18 6,0 59,2 40,5
19 5,5 57,7 41,5
20 5,2 56,5 42,2
21 4,8 55,9 43,5
Para dar una idea de la magnitud de los incentivos y beneficios tributarios, basta
con señalar que los valores informados por los contribuyentes en los formularios de
declaraciones de renta en la línea “otras deducciones” equivale a 32% del PIB en el
200031.
Cuadro 20.9
Valores declarados por rentas de trabajo (millones de pesos de 2000)
Tasa Salarios Número Ingreso por Renta Ingresos
marginal mínimos contribuyentes salarios exenta gravados
Cuadro 20.10
Valores declarados por rentas diferentes al trabajo (índice)
1997 1998
Concepto Naturales Sociedades Total Naturales Sociedades Total
Cuadro 20.11
Contribuyentes del impuesto de renta por salarios
Rango No. % % Deberían Contribuyentes
salarios asalariados* Acumulado tributar reales en el
mínimos según impuesto
tabla oficial de renta*
*El total y la distribución hasta 6 salarios se tomó del DANE. En adelante se proporcionó con base en las contribuciones a la
seguridad social.
Fuente: CGR. Cálculos propios.
Se calcula que las rentas exentas liberan del tributo a ingresos equivalentes a 10
salarios mínimos mensuales; es decir, a ingresos con renta anual cercana a $37 millo-
34 Medicina prepagada.
35 En especial aquellos no obligados a declarar.
36 Aún cuando existe un límite para la exención por intereses de obligación hipotecarias de 1.000 UPAC al año, éste
es fijo y muy alto.
37 Esta función fue trasladada al sector privado. La administración tributaria de Colombia se limita a recibir las
declaraciones de los agentes de retención (empresas privadas y del sector público), donde se señala únicamente
el “monto global” retenido mensualmente. Los pagadores de las empresas deben recibir “documentos” de los
retenidos, donde se pruebe que tienen derecho a la exención por el pago de intereses hipotecario, y salud y
educación en otros casos. Existe mucha libertad para realizar arreglos entre retenedores y retenidos. De hecho, la
DIAN no puede certificar que un ciudadano contribuye con el impuesto a la renta en Colombia. Esta certificación
debe hacerla el sector privado mediante la expedición del “certificado de ingresos y retenciones” que hace las
veces de declaración en el caso de los asalariados no declarantes.
REESTRUCTURACIÓN TRIBUTARIA 715
que fiscalice los montos retenidos y aún los préstamos sobre los activos38, resulta fácil
evitar el impuesto en el caso de los declarantes y aún por parte de los retenidos.
El número de personas que contribuyen con el impuesto a la renta resulta muy
reducido: Sólo 470 mil contribuyentes. Cerca de 187 mil asalariados (de los cuales
sólo 33 mil declaran) y 280 mil socios de empresas, y personas que reciben ganancias
del capital (cuadro 20.12).
Cuadro 20.12
Contribuyentes del impuesto a la renta en Colombia (millones de pesos de 2000)
Número Impuesto % % PIB
Rentas contribuyentes neto
(millones de $)
(a) Laborales 186.147 840.929 11,7 0,48
Retenidos 152.724 583.440 8,2 0,34
Declarantes 33.423 257.489 3,6 0,15
(b) Diferentes al trabajo* 283.212 503.516 7,0 0,29
Total ingresos personales (a + b) 469.359 1.344.445 18,8 0,77
Empresas 178.000 5.813.152 81,2 3,35
Total impuesto al ingreso 647.359 7.157.596 100,0 4,12
38 Si un declarante adquiere un préstamo para consumo o para financiar otro activo diferente a la vivienda, anula la
renta presuntiva y, como es corriente, en su respectiva declaración también evita el impuesto a la renta, incorpo-
rando el crédito como un gasto deducible por obligación hipotecaria.
716 ELEMENTOS PARA EL AJUSTE MACROECONÓMICO
Cuadro 20.13
Ingresos, patrimonio e impuesto a la renta, valores declarados (año 2000)
Tasa Valores declarados Valores per cápita
Marginal Declarantes Ingresos Patrimonio Impuesto Ingresos Patrimonio Impuesto Imp./ Ing. Imp. / Pat. Relación
(%) # Mill. $ Mill. $ Mill. $ Mill. $ Mill. $ Mill. $ (%) (%) Pat: Ing
20% 28.989 2.104.833 8.528.815 93.755 72,6 294,2 3,2 4,5 1,1 4,1
29% 1.854 305.480 662.501 35.492 164,8 357,3 19,1 11,6 5,4 2,2
35% 2.580 811.436 1.421.055 128.242 314,5 550,8 49,7 15,8 9,0 1,8
Subtotal 33.423 3.221.750 10.612.370 257.489 96,4 317,5 7,7 8,0 2,4 3,3
20% 278.103 28.132.142 66.766.060 305.851 101,2 240,1 1,1 1,1 0,5 2,4
29% 2.433 1.605.959 2.964.471 45.826 660,1 1.218,4 18,8 2,9 1,5 1,8
35% 2.676 4.792.667 9.112.359 151.839 1.791,0 3.405,2 56,7 3,2 1,7 1,9
Subtotal 283.212 34.530.768 78.842.890 503.516 121,9 278,4 1,8 1,5 0,6 2,3
Total 316.635 37.752.518 89.455.260 761.005 119,2 282,5 2,4 2,0 0,9 2,4
Cuadro 20.14
Deducciones en el impuesto a la renta, valores declarados 1998 (% PIB)
Concepto Naturales Sociedades Total
Fuente: DIAN.
39 Este impuesto opera como un impuesto a las ventas, aun cuando grava los ingresos netos de las industrias y
comercios de las municipalidades.
REESTRUCTURACIÓN TRIBUTARIA 717
ciones equivale al 2% del PIB en el caso de las personas naturales, y en una cuantía
equivalente al 20% del PIB para las empresas. Sin duda alguna, resultan ampliamente
estimadas las otras expensas necesarias.
Con base en los valores señalados en el párrafo anterior, la tasa efectiva promedio
del tributo sería de apenas de 11,6%. Aún aceptando que los beneficios fiscales (de-
ducciones “especiales”40) representan el 5,5% del PIB, la tasa efectiva apenas alcanza-
ría el 20% (cuadro 20.15). La diferencia entre las dos tasas estimadas se debe a que,
por razones que se desconocen, el mayor beneficio fiscal otorgado en la legislación
colombiana, a través de las “deducciones especiales”, no se desagrega en los formu-
larios de declaración del tributo, y se informa en la línea “otras deducciones” (código
cx), mezclados con otro tipo de gastos indirectos. Este hecho llama la atención en los
formularios de declaración del impuesto a la renta en Colombia, toda vez que los
otros beneficios (ingresos no constitutivos de renta, rentas exentas, y descuentos),
que implican menor costo fiscal, se encuentran claramente desagregados.
Cuadro 20.15
Tasa efectiva de tributación para declarantes 1998 (% PIB)
Concepto Naturales Sociedades Total
En el cuadro 20.16 se presentan los valores declarados por las sociedades y perso-
nas físicas por concepto de deducciones. Las “otras deducciones” equivalen a 31,7%
del PIB para el año 2000. Para efecto de estimar el costo fiscal de las “deducciones
especiales”, se ha asumido que las expensas “necesarias” equivalen a 26,2% del PIB
del 2000. Lo que implica que el costo fiscal de los beneficios declarados en esta línea
es cercano al 2%41.
Cuadro 20.16
Deducciones en renta. Valores declarados 2000 (% PIB)
Concepto Sociedades Naturales Total
Cuadro 20.17
Contribuyentes que pagan impuesto por la renta presuntiva (2000)
Sector Naturales Sociedades Grandes Total
No clasificado 690 1.090 0 1.754
Agropecuario 1.127 2.426 51 3.604
Minero 15 457 27 499
Manufactura alimentos 48 601 78 727
Textiles, prendas de vestir y cuero 258 871 57 1.186
Industria de la madera, corcho y papel 149 740 44 933
Fabricación de sustancias químicas 44 651 89 784
Fabricación de productos minerales y otros 306 1.606 143 2.055
Electricidad, gas y vapor 2 77 2 81
Construcción 424 4.113 56 4.593
Comercio de vehículos automotores 452 1.384 101 1.937
Comercio al por mayor 276 3.110 165 3.551
Comercio al por menor 2.541 4.404 77 7.022
Servicios de hoteles, restaurantes y similares 369 642 47 1.058
Servicio de transporte, almacenamiento y comunicaciones 288 2.065 63 2.416
Servicios financieros 9.024 8.043 161 17.408
Otros servicios 1.348 11.445 140 12.933
Actividades deportivas y de esparcimiento 224 915 24 1.163
Asalariados 553 0 0 553
Total 18.318 44.614 1.325 64.257
Declarantes 316.635 168.000 5.000 489.635
Declarantes por presuntiva (%) 5,8 26,6 26,5 13,1
Fuente: DIAN.
REESTRUCTURACIÓN TRIBUTARIA 719
– Gasto tributario. El gasto tributario o costo fiscal que tiene la estructura actual
del impuesto a la renta en Colombia resulta alto; representa aproximadamente 5,2%
del PIB (véase gráfico 20.6). Las exenciones vigentes en la estructura actual del tribu-
to por las diferentes categorías son:
Descuentos tributarios:
IVA por bienes de capital (industrias básicas); Generación de empleo; Donaciones;
CERT; Incentivos forestales (CIF); Transporte internacional, otras.
Gráfico 20.6
Gasto tributario del impuesto a la renta (como % del PIB)
2 ,0
1 ,8
1 ,8
1 ,6
1 ,4 1 ,2
1 ,2 1 ,0
1 ,0
PIB
1 ,0
0 ,8
0 ,6
0 ,4
0 ,2
0 ,2
0 ,0
R e n ta s In g re s os n o R e n ta s D e d u cc io n e s D e sc u e n to s
lab o ra le s c on s titu tivo s e xe n ta s e sp e c ia le s trib u ta rio s
d e re n ta
Deducciones especiales:
Inversiones en reforestación; Inversiones en plantaciones de palmas; Inversiones en
plantaciones de coco; Inversiones en plantaciones de caucho; Inversiones en planta-
ciones de olivo; Inversiones en plantaciones de cacao; Inversiones en plantaciones de
árboles frutales; Inversiones en obras de riego y avenamiento; Inversiones en pozos
profundos y silos; Construcción y reparación de vivienda en el campo; Desmontes;
Obras de riego; Obras de desecación; Titulación de baldíos; Construcción de acue-
ductos; Cercas; Construcción de bañaderas; Otras inversiones en ampliación de fin-
cas; Inversiones directas e indirectas en desarrollo científico y tecnológico; Inversio-
nes en control y mejoramiento del medio ambiente; Inversiones en apertura de nuevas
librerías y sucursales (Ley 98/1993, art. 30); Inversiones en empresas de servicios
públicos (cooperativas. Ley 142/ 1994, art. 24); Inversiones en centro de reclusión
(Ley 633 de 2000, art. 98); Inversiones para extender el servicio aéreo a zonas apar-
tadas del país (Ley 633 de 2000, art. 97); Donaciones a entidades sin ánimo de lucro;
Donaciones a organismos de deporte aficionado (125%); Donaciones a la fundación
Gustavo Matamoros (125%), otras.
720 ELEMENTOS PARA EL AJUSTE MACROECONÓMICO
Rentas exentas:
Eje cafetero; Ley Páez; Empresas editoriales; Derechos de autor; Utilidades de em-
presas comunitarias; Utilidades por servicios de empresas de servicios públicos do-
miciliarios; Las rentas de las empresas públicas de loterías y licores; Rentas de empre-
sas en zonas francas; Ingresos de usuarios de zonas francas (rentas obtenidas en la
zona); El 10% de la producción, de contratos de explotación de hidrocarburos; La renta
de los fondos ganaderos; Los intereses de los bonos de financiamiento presupuestal;
Los intereses por la venta de inmuebles para la reforma urbana; Los intereses que pague
el Incora por pago de tierras, otras.
Exenciones laborales:
Cesantía e intereses sobre la misma; Aportes obligatorios a pensiones; Aportes vo-
luntarios a fondos de pensiones; Intereses y corrección monetaria por préstamos de
vivienda o salud y educación42; 30% de los pagos laborales; Ahorros en para el fo-
mento de la construcción. Exención de pensiones, otras.
42 Hasta el equivalen a 4.553 UPAC del préstamo. La deducción no puede exceder de 1.000 unidades UPAC (art. 119
del E. T.).
REESTRUCTURACIÓN TRIBUTARIA 721
TRIBUTACIÓN TERRITORIAL
46 La Misión fue creada por el Decreto 472 del 4 de abril de 1968. Las consideraciones del decreto constituyen una
excelente visión de la situación tributaria en el momento: “es necesario revisar el sistema tributario de la nación,
los departamentos y municipios con el objeto de adaptarlo a las necesidades del desarrollo económico y social
del país; la dispersión de las normas actuales, el anacronismo de varias de ellas y la forma circunstancial como
éstas se han ido expidiendo a lo largo de los años, obligan a procurar un conjunto orgánico y moderno de fácil
manejo para recaudadores y contribuyentes; es menester dotar a la nación, a los departamentos y municipios de
un régimen adecuado, justo y estable, precisando los campos que a cada una de dichas entidades corresponde en
materia de rentas y servicios, al mismo tiempo que velando por su equidad y eficiencia”.
47 La baja recaudación se explicaba por la falta de administradores bien calificados y por la fuerza política de los
terratenientes en las regiones.
724 ELEMENTOS PARA EL AJUSTE MACROECONÓMICO
(licores, cigarrillos), cuya principal característica eran las bajas elasticidades de in-
greso. Además, las condiciones se complicaban, puesto en este tipo de tributos la
política no podía ser la de incrementarlos; dado que en lugar de desestimular su con-
sumo, más bien se promovía el consumo ilegal48.
En el ámbito municipal, la Misión destacaba que en el impuesto predial no se
habían modificado sus tarifas nominales desde mediados de la década de los sesenta,
y su dinámica había dependido de los avalúos catastrales y del esfuerzo realizado
para su recaudo. Como éste era el impuesto más importante en el esquema municipal,
se requería mejorar la administración catastral y establecer un sistema de ajuste de los
avalúos por concepto de la inflación.
En el impuesto de industria y comercio, la propuesta se orientaba a definir la base
de tributo a partir de las ventas brutas, debido a razones de simplicidad para la obten-
ción de información.
Para la Misión, la clave para reestructurar el “laberinto” de las finanzas municipa-
les de una manera lógica, eficiente y factible dependía del régimen propuesto para las
grandes ciudades49. De esta manera, hacía un reconocimiento explícito de las grandes
diferencias existentes entre las entidades territoriales, en especial entre los munici-
pios de menor tamaño y las grandes zonas urbanas.
El planteamiento que se requería, según la Misión, era la promulgación de una ley
marco para los impuestos municipales en la que se definieran las bases de los tributos
locales, pero que permitiera la fijación libre de las tasas, y que tomara como eje los
mismos impuestos municipales existentes. Su propuesta era una mayor autonomía
fiscal para las grandes ciudades, de manera que los concejos municipales pudieran
variar las tasas impositivas y disponer de una mayor facultad discrecional para impo-
ner o recolectar sus propios tributos. El fin último era que por esta vía dichas ciudades
no requirieran transferencias.
Para las ciudades intermedias se propuso mantener el régimen fiscal vigente, pero
introduciendo un cambio por el lado de las transferencias. A este grupo de municipios
se les asignaría una porción dada del impuesto a las ventas sobre la base de su pobla-
ción.
Dado que el resto de los municipios, a juicio de la Misión no poseía los medios
para constituirse en unidades efectivas de gobierno local, recomendaba la elimina-
ción de muchos de ellos como “un mecanismo sensato de reordenar el régimen muni-
cipal colombiano”. Sin embargo, tras aclarar que “la elaborada estructura municipal
colombiana, aparentemente, constituye un ingrediente esencial en el delicado balance
del poder político del país”, recomendó para evitar “intentos inútiles y esfuerzos in-
necesarios”, no efectuar cambios adicionales en la estructura municipal vigente.
48 Pero además llaman la atención sobre la inequidad horizontal y vertical de estos impuestos.
49 Bajo esta categoría se cobija a las ciudades con población mayor a un millón de habitantes.
726 ELEMENTOS PARA EL AJUSTE MACROECONÓMICO
La Ley 14 de 1983
La reforma se propuso dotar a las administraciones territoriales de instrumentos para
generar nuevos recursos, mediante la solución de la dispersión y heterogeneidad ca-
racterísticas de las bases tributarias.
Uno de los cambios más significativos estuvo en el impuesto predial. La reforma
buscó actualizar el catastro, introdujo cambios en la base gravable, limitó las tarifas y
estableció nuevas normas en materia de recaudación, administración y registro. El
sistema de ajuste automático de la base gravable se mejoró, se determinó una actuali-
zación con incrementos del 10% anual de los avalúos para cada año de atraso hasta
por un período de 15 años. De igual manera, se institucionalizó un reajuste automáti-
co utilizando un índice de precios de la tierra por un período no mayor de 5 años.
El impuesto de industria y comercio también fue objeto de modificaciones. El
tributo se caracterizaba por tener un gran número de categorías y tarifas no homogé-
neas en cada uno de los municipios del país. La norma definió los hechos imponibles
para las diferentes actividades comerciales, industriales y de servicios, la cual depen-
día básicamente del promedio mensual de ingresos brutos del año inmediato anterior.
Se derogaron todos los gravámenes existentes para cigarrillos nacionales y extran-
jeros, y se decretó en su lugar un impuesto único ad valorem del 110%. En el impues-
to al consumo de licores se estableció una tarifa única nacional, igual al precio pro-
medio de la botella de aguardiente de 750 c.c. Así, la reforma sirvió para superar los
problemas que se generaban en los departamentos, puesto que cada entidad legislaba
respecto a este impuesto, con lo cual se generaba una gran variedad de tarifas y com-
plicados arreglos entre las licoreras y los fiscos departamentales.
La Ley 14 de 1983 se puede considerar como el primer intento serio por establecer
un “estatuto de ingresos territoriales”. La reforma tuvo un impacto positivo sobre las
finanzas territoriales, pero principalmente sobre los tributos municipales. Como con-
REESTRUCTURACIÓN TRIBUTARIA 727
La Ley 12 de 1986
Mediante el Acto Legislativo 01 de 1986 se estableció la elección popular de alcal-
des. Este hecho, reformó el modelo político territorial y abrió la posibilidad para que
existiera una mayor capacidad administrativa en el ámbito local, debido a la mayor
responsabilidad política que ello implica.
La Ley 12 de 1986 es una reafirmación de la política según la cual las fuentes de
los ingresos en el ámbito territorial se encuentran principalmente en los recursos trans-
feridos. Esta norma reorganizó una de las más importantes transferencias de la Na-
ción hacia los municipios. Estableció un incremento progresivo de la cesión del IVA
del 30% hasta alcanzar el 50% en 199250. No obstante la cesión fue condicionada: el
74,2% de los recursos debía destinarse a gastos de inversión, básicamente a obras de
infraestructura (construcción de carreteras, escuelas, plazas de mercado, instalacio-
nes deportivas, etc.), y el restante porcentaje con libre disponibilidad a criterio de los
gobiernos municipales.
Con el fin de lograr que las transferencias fortalecieran los fiscos de los munici-
pios, como complemento a lo dispuesto en la Ley 14 de 1983, y propiciar un aumento
de eficiencia administrativa y fiscal en los gobiernos subnacionales, se estableció uno
de los criterios más polémicos en las finanzas territoriales locales: el esfuerzo fiscal.
La polémica por la introducción del concepto de esfuerzo fiscal se generó no sólo
por la inexistencia de bases confiables en el ámbito local, lo cual tornaba inútil cual-
quier intento para su medición, sino porque éste no se entendió como un esfuerzo
integral de la comunidad frente al Estado. Es decir, el hecho económico es que el
sistema tributario fracciona sus bases entre los distintos niveles de gobierno. Así, el
esfuerzo fiscal de una comunidad es uno solo y en él debe incluirse la tributación
pagada a los distintos niveles de gobierno, no sólo frente al nivel local o intermedio.
Con la implantación de la Ley 12 de 1983 no resulta claro sostener un efecto
contrario de las transferencias en la tributación, es decir, la presencia de la “pereza
fiscal”. Sin embargo, no se puede desconocer que siguieron latentes la falta de deci-
sión política, y de capacidad técnica y administrativa para la actualización de las
50 Esta transferencia se hacía teniendo en cuenta el tamaño poblacional de los departamentos y municipios; además,
otorgó una porción adicional a los municipios con menos de 100 mil habitantes.
728 ELEMENTOS PARA EL AJUSTE MACROECONÓMICO
La Ley 44 de 1990
Dentro del cúmulo de normas dictadas con posterioridad a la Ley 14 de 198351 con-
viene resaltar la promulgación de la Ley 44 de 1990. La Ley constituye un paso
importante, pero tímido, en el propósito de reducir el número de gravámenes en el
nivel territorial. Mediante esta norma se creó el impuesto predial unificado que unió
los impuestos predial, parques y arborización, la sobretasa de levantamiento catastral
y la contribución de desarrollo municipal.
La norma introdujo la opción del autoavalúo como el mecanismo que permite
lograr la actualización de la base gravable y, de igual manera, estableció que la base
comenzaría a incrementarse según el índice de inflación.
51 Algunas de las normas son: Ley 50 de 1984 de cesión de la sobretasa para levantamiento catastral a municipios
con población inferior a 100 mil habitantes; incremento de un 50% en las tarifas del impuesto de timbre para
vehículos. Ley 55 de 1985, que otorgó facultad para gravar con impuesto predial los bienes inmuebles de entida-
des descentralizadas del orden nacional. Ley 75 de 1986 para la determinación del avalúo fiscal, ampliación del
plazo a 7 años para formar o actualizar los catastros por parte de las autoridades catastrales, y la modificación de
los porcentajes de ajuste automático. Decreto extraordinario 1222 de 1986, sobre contribución de valorización
departamental. Ley 43 de 1987, que autorizaría recaudar un anticipo del impuesto de industria y comercio hasta
del 40% del impuesto liquidado en la declaración privada. Y la Ley 9 de 1989 que contempló aspectos sobre la
contribución de desarrollo municipal.
52 Con la nueva Carta también se estableció la elección popular de los gobernadores.
REESTRUCTURACIÓN TRIBUTARIA 729
53 Corte Constitucional, Sentencia T425, junio de 1992. Tanto la Constitución de 1886, artículos 185 y 196, como
la de 1991, artículos 299 y 312, definen las asambleas y concejos como “corporaciones administrativas” elegi-
das popularmente.
730 ELEMENTOS PARA EL AJUSTE MACROECONÓMICO
54 El artículo estableció que: “Si durante los dos años siguientes a la fecha de promulgación de esta Constitución,
el Congreso no dicta la ley a que se refieren los artículos 322, 323 y 324, sobre régimen especial para el Distrito
capital de Santa Fe de Bogotá, el Gobierno, por una sola vez expedirá las normas correspondientes”, Constitu-
ción Política de 1991, artículo 41.
55 Departamento Administrativo de Planeación Distrital, Cuentas Económicas Distritales 1990-1996; Bogotá, 1997.
REESTRUCTURACIÓN TRIBUTARIA 731
del 20%56. Se decidió otorgar un porcentaje del 5% para los departamentos de manera
que no se alterara la carga tributaria que había sido establecida. De otro, se unificó en
el impuesto de vehículos, el impuesto de timbre nacional de vehículos automotores y
el impuesto de circulación y tránsito. La propuesta de unificación se sustentó en el
relativo éxito obtenido por Bogotá con un procedimiento similar.
Gráfico 20.7
Ingresos tributarios territoriales (% del PIB)
2 ,0
1 ,5
% d e l PIB
1 ,0
0 ,5
1994
1996
1998
2000
1970
1972
1974
1976
1978
1980
1982
1984
1986
1988
1990
1992
D e p a rta m e n to M u n ic ip io s
56 En ese momento sólo tres municipios tenían una sobretasa que superaba el 15%, cuando el máximo permitido era
20%.
57 Las series se descompusieron entre su comportamiento cíclico y de tendencia mediante la utilización del filtro de
Hodrick-Prescott.
732 ELEMENTOS PARA EL AJUSTE MACROECONÓMICO
mentos: los municipios aumentaron su tributación es 0,3% del PIB, mientras los de-
partamentos la disminuyeron en 1%.
Gráfico 20.8
Participación de los tributos en el PIB (tendencia de largo plazo).
11
5
% P IB
-1
-4
D e p a rta m e n tos M u n ic ip io s
Gráfico 20.9
Ingresos tributarios según nivel de gobierno (%)
2000
1995
Añ o
1990
1980
1970
0 20 40 80 100
P o rce n ta je
Si estos resultado se miran desde la óptica del proceso iniciado a mediados de los
años setenta, para profundizar la descentralización y consolidar un camino hacia el
federalismo fiscal, lo que se aprecia es un fortalecimiento de la unidad básica de gobier-
no: el municipio, en detrimento del nivel intermedio: los departamentos. No obstante, la
lectura resulta sesgada si no se consideran los matices que proporcionan el tamaño, las
estructuras tributarias y el nivel de desarrollo de las entidades territoriales.
Cuadro 20.18
Composición de la tributación territorial
según nivel de gobierno y población (%)
Departamentos
Habitantes Número 1984 1990 2000
Mayores de 2.000.000 5 59,6 62,0 55,3
Entre 700.000 y 2.000.000 14 34,7 31,6 38,0
Entre 390.000 y 700.000 4 2,6 3,1 3,6
Entre 100.000 y 390.000 4 1,1 1,1 2,0
Menores de 100.000 5 1,9 2,1 1,1
Total 32 100,0 100,0 100,0
Municipios
Habitantes Número 1984 1990 2000
Bogotá 1 32,9 31,6 38,1
Mayores de 500.000 6 37,4 32,0 26,1
Entre 100.000 y 500.000 39 16,4 19,5 17,2
Entre 50.000 y 100.000 65 3,8 6,1 6,8
Entre 30.000 y 50.000 109 3,1 3,7 3,4
Entre 20.000 y 30.000 163 2,4 2,7 3,1
Entre 10.000 y 20.000 321 2,8 3,1 3,4
Menores de 10.000 378 1,3 1,3 1,8
Total 1.082 100,0 100,0 100,0
Fuente: CGR/DEM.
58 Las características particulares de Bogotá, al actuar como recaudador de impuestos municipales y departamenta-
les, hace necesario asignar una categoría independiente.
734 ELEMENTOS PARA EL AJUSTE MACROECONÓMICO
Cuadro 20.19
Carga tributaria territorial (% PIB regional)
1984 2000
Departamento Tributos / PIB departamental Tributos / PIB departamental
Departamento Capital Total Departamento Capital Total
Cundinamarca 2,81 2,81 3,48 3,48
Bogotá 0,57 1,13 1,70 0,38 2,80 3,19
San Andrés 14,56 14,56 3,18 3,18
Amazonas 1,59 0,87 2,46 1,20 1,69 2,89
Caldas 2,05 0,39 2,44 1,92 0,91 2,83
Atlántico 1,06 0,44 1,50 0,97 1,79 2,76
Risaralda 0,99 0,54 1,53 1,33 1,11 2,44
Bolívar 1,31 0,29 1,60 0,97 1,44 2,41
Quindío 0,94 0,36 1,30 1,01 1,09 2,10
Antioquia 2,07 0,94 3,00 0,99 1,10 2,09
Caquetá 1,63 0,24 1,87 1,36 0,65 2,02
Valle 1,43 0,67 2,09 0,94 1,06 2,00
Huila 1,22 0,15 1,37 1,38 0,58 1,96
Meta 2,40 0,40 2,79 1,27 0,6 1,91
Magdalena 1,29 0,16 1,45 1,21 0,69 1,90
Norte de Santander 1,19 0,33 1,52 1,33 0,47 1,80
Nariño 1,17 0,13 1,30 1,09 0,61 1,71
Sucre 1,37 0,08 1,45 1,35 0,34 1,70
Putumayo 1,78 0,07 1,85 1,52 0,18 1,69
Tolima 1,43 0,18 1,61 1,05 0,56 1,62
Cauca 1,53 0,15 1,68 1,03 0,51 1,54
Boyacá 1,71 0,04 1,75 1,29 0,20 1,49
Chocó 1,19 0,20 1,40 1,13 0,33 1,46
Cesar 1,36 0,15 1,51 1,01 0,41 1,42
Córdoba 1,29 0,28 1,57 1,03 0,36 1,39
Guaviare 1,00 0,14 1,14 0,99 0,32 1,31
Santander 1,13 0,26 1,40 0,97 0,30 1,27
Vichada 1,56 0,08 1,64 0,96 0,28 1,24
Guanía 1,61 0,19 1,80 0,69 0,45 1,14
Vaupés 0,99 0,20 1,19 0,68 0,40 1,08
La Guajira 0,38 0,04 0,43 0,84 0,06 0,91
Casanare 0,98 0,08 1,05 0,39 0,19 0,58
Arauca 0,61 0,05 0,66 0,34 0,11 0,45
Fuente: DANE, cálculos CGR.
REESTRUCTURACIÓN TRIBUTARIA 735
Sin embargo, no sucede igual con la carga tributaria59. Pese a que los mayores
ingresos por impuestos asociados a la concentración de la actividad económica y de
la población están relacionados a una carga tributaria cercana al doble del promedio
en Cundinamarca y en Bogotá, no acontece lo mismo en los casos de los departamen-
tos del Valle y Antioquia (cuadro 20.19).
Por el contrario, la carga tributaria en estos departamentos es superada por Ama-
zonas, Caldas, Risaralda y Quindío, entidades que tienen menores niveles de pobla-
ción y de actividad económica. Tal situación puede ser interpretada como un factor
indicativo de la existencia de “pereza fiscal” en Valle y Antioquia.
Otro hecho relevante es la evolución de la carga tributaria en San Andrés y Provi-
dencia. Su nivel de recaudo fue un reflejo de los tributos el comercio exterior en el
archipiélago. Sin embargo, con el desmonte progresivo de estos impuestos, los ingre-
sos de este departamento entraron en declive, pese a que siguen siendo altos en térmi-
nos de su PIB.
Finalmente, una comparación internacional de la carga tributaria de las entidades
territoriales en diferentes países de América Latina y Europa muestra que la tributación
territorial en Colombia no es tan alta comparada con algunos países latinoamericanos y
está muy por debajo de los valores de referencia de los países europeos (cuadro 20.20).
Cuadro 20.20
Tributación territorial en algunos países (% del PIB)
País Nivel de Gobierno 1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999
Argentina Intermedio 5,86 7,02 8,42 7,55 7,95 7,41 7,54 8,12 8,29
Bolivia Intermedio 0,62 0,72 0,83 0,85 0,41 0,48 0,47 0,53 0,60
Local 0,89 1,00 1,08 1,19 1,61 2,68 2,88 3,08 3,10 3,11
Brasil Intermedio 8,24 7,95 7,31 6,75 8,21 11,00
Local 0,76 1,06 0,83 0,68 0,97 1,47
Colombia Intermedio 1,18 1,12 1,08 1,04 0,95 0,93 0,93 0,92 0,86 0,80
Local 0,96 1,01 1,07 1,17 1,49 1,47 1,72 1,82 1,80 1,68
Chile Local 1,26 1,33 1,28 1,35 1,49 1,54 1,62 1,68
Guatemala Local 0,06 0,11 0,10 0,10
México Intermedio 2,72 2,81 2,93 3,05 2,75 2,49 2,59 2,78
Local 0,70 0,76 0,84 0,88 0,82 0,73 0,72 0,75
Paraguay Local 0,70 0,71 0,80 1,88
Perú Intermedio 0,03 0,04 0,04 0,05 0,07 0,08 0,08 0,07 0,08 0,07
Local 0,09 0,30 0,33 0,38 0,27 0,27 0,28 0,27 0,28 0,25
Australia Intermedio 4,99 6,27 5,41 5,51 5,52 5,47 5,56 5,69 5,63 5,80
Local 1,00 1,31 1,11 1,11 1,03 0,99 0,98 0,98 0,97 1,03
Alemania Intermedio 8,10 7,54 8,13 8,39 8,10 8,27 8,27 8,12 8,08
Local 2,84 2,65 3,03 3,08 2,92 2,81 2,74 2,62 2,92
España Intermedio 1,64 1,55 1,52 1,51 1,67 1,61 1,60 2,57
Local 2,78 2,79 2,94 2,92 2,79 2,92 3,07 3,20
Estados Unidos Intermedio 5,59 5,59 5,44 5,57 5,45 5,54 5,49 5,45 5,49
Local 3,64 3,75 3,67 3,66 3,57 3,53 3,46 3,43 3,40
Francia Local 4,03 4,07 4,11 4,35 4,35 4,31 4,62 4,71
Fuente: FMI, Government Finance Statistics, Yearbook, 1999 y 2000. Estadísticas Financieras Internacionales 1996 y 2001.
59 La carga tributaria se define como la relación entre los recaudos de la entidad territorial y su respectivo PIB.
736 ELEMENTOS PARA EL AJUSTE MACROECONÓMICO
60 En el ámbito departamental la mayor participación se encuentra en los impuestos indirectos, mientras el papel de
los impuestos directos es muy bajo; el impuesto más representativo es el de Registro y Anotación que apenas
alcanza al 8% del total.
REESTRUCTURACIÓN TRIBUTARIA 737
Impuestos Municipales
Impuesto predial
El impuesto predial es una de las principales fuentes de ingresos de los municipios.
Su base gravable está constituida por los avalúos catastrales sobre la propiedad raíz
que determina el Instituto Geográfico Agustín Codazzi (IGAC), con la excepción de
Bogotá, Cali y el departamento de Antioquia que tienen su propio catastro. Existe un
rango de tarifas que es fijado por la legislación nacional, y sobre las cuales fijan la
imposición los concejos municipales.
En la actualidad, los valores del rango tienen un mínimo de 1 por mil y un máximo
de 16 por mil. La tarifa efectiva del impuesto para los municipios menores de 100 mil
habitantes gira alrededor del 4 y 6 por mil, mientras que las correspondientes a ciuda-
des de tamaño superior se encuentran entre el 7 y el 9 por mil (cuadro 20.22).
Cuadro 20.22
Impuesto predial. Tasas efectivas, promedio. 2000
Categoría Tasa efectiva
según Ley 617 por mil
Bogotá 9,5
Especial 8,3
Primera 7,4
Segunda 7,1
Tercera 6,6
Cuarta 7,0
Quinta 6,2
Sexta 5,3
Puesto que las tarifas del impuesto han sufrido pocas modificaciones en los últi-
mos treinta años, la dinámica del recaudo ha estado atada a la evolución de los avalúos.
Los avalúos catastrales no han sido actualizados ni formados con la rapidez necesaria
para que permitan reflejar los valores de mercado. En la actualidad existe un atraso en
los mismos superior al 30%.
Un inconveniente que presenta el recaudo del impuesto predial es que alrededor
de un 7% de las propiedades se encuentra exento, ya sea porque se trate de entidades
religiosas o establecimientos sin fines de lucro, entre otros.
738 ELEMENTOS PARA EL AJUSTE MACROECONÓMICO
Impuestos departamentales
Impuesto al consumo de licores62
El impuesto se genera por el consumo de licores, vinos, aperitivos y similares, en la
jurisdicción de los departamentos. La base gravable está constituida por el precio de
venta al detallista para los productos de graduación alcoholimétrica de 2,5º a 20º y de
más de 35º. Para los productos nacionales, este precio se define como el precio factu-
rado a los expendedores en la capital del departamento donde está situada la fábrica,
excluido el impuesto al consumo. Para los productos extranjeros, se determina como
61 Musgrave, Richard A. y Musgrave, Peggy B., Hacienda pública: teórica y aplicada, 5a. ed. Madrid: McGraw-
Hill, 1991.
62 Los impuestos al consumo no forman parte de la base gravable para liquidar el IVA.
REESTRUCTURACIÓN TRIBUTARIA 739
63 CGR, Contraloría Delegada para el Sector Social. “Las licoreras en Colombia: problemas y perspectivas”. Colec-
ción Análisis Sectorial y de Políticas Públicas. No. 6. Bogotá, 2001.
64 Contraloría General de la República, “Los licores en Colombia: problemas y perspectivas”. Informe 6. Contraloría
Delegada Sector Social.
65 Véase, Los impuestos a los licores en Colombia, Fedesarrollo, Bogotá, mayo de 2000.
740 ELEMENTOS PARA EL AJUSTE MACROECONÓMICO
Los recursos que las loterías transfieren tienen origen en los impuestos a las lote-
rías foráneas, los sorteos ordinarios y extraordinarios, impuestos a los premios, im-
puestos sobre ganancias extras y los ingresos por la operación de juegos de apuestas
permanentes, entre otros.
No obstante, la mayor parte de las transferencias de estas entidades a los servicios
de salud es mínima o nula, aunque en conjunto, durante el año 2000, 17 de las 26
loterías transfirieron recursos cercanos a $100 mil millones.
Un problema detectado en la administración de estas rentas es que no se aprove-
chan las ventajas de ser un monopolio natural. No existen economías de escala. Por el
contrario, en las auditorías realizadas por la CGR en 1999, se encontró que los princi-
pales gastos de las loterías tienen la siguiente participación: 34% servicios persona-
les, 32% gastos de impresión, 20% publicidad, y 14% los gastos generales. Como
resultado de estos indicadores, existe una relación entre gastos de funcionamiento e
ingresos corrientes de 99%.
Por último, la CGR ha conceptuado sobre la inviabilidad económica y financiera de
la mayoría de ellas. Las irregularidades y los problemas de malversación o desviación
de recursos son a todas luces un gran problema. En 1999, por ejemplo, los costos
fiscales ascendieron a $25 mil millones.
Emisión de estampillas
Las actuales normas territoriales facultan a los departamentos para la emisión de cin-
co tipos de estampillas: Para el desarrollo departamental, electrificación rural, desa-
rrollo fronterizo, ancianatos y cultura66.
Aunque la ley autoriza al conjunto de los departamentos a emitir estampillas hasta
por un valor de $3,2 billones, los ingresos percibidos alcanzaron en el año 2000 ape-
nas los $42 mil millones, sólo un 1,34% de la capacidad otorgada. Este hecho pone en
evidencia no sólo el tamaño exagerado del rango establecido, sino también la poca
efectividad de este mecanismo para proveer recursos adicionales a los departamen-
tos. Es evidente que hace falta claridad sobre los criterios con que determinan los
rangos de emisión y la clase de actividades que están sujetas a esta contribución.
tá. Así, las rentas que se deriven de la aplicación de este impuesto son de los munici-
pios, departamentos y de la capital.
El recaudo se distribuye en un 80% para los departamentos y 20% a los munici-
pios adonde corresponde la dirección informada en la declaración de los contribuyen-
tes por vehículos. Su base gravable está constituida por el valor comercial de los
vehículos que anualmente determina el Gobierno.
Las tarifas aplicables por el impuesto a los vehículos son las siguientes: hasta $22
millones, 5%; más de $22 millones y hasta $49.5 millones, 2,5%; y más de $49.5
millones de valor, el 3,5%. A las motocicletas de más de 125 c.c. se les impone una
tarifa de 1,5%
Un elemento a considerar es que los vehículos de transporte público de pasajeros
y de carga no se encuentran gravados (con la excepción de Bogotá), y los de uso
oficial. También son excluidas del gravamen las motocicletas con motor inferior a
125 c.c. de cilindrada.
Sobretasa a la gasolina
La sobretasa está autorizada a los municipios, distritos y departamentos. La base
gravable está constituida por el valor de referencia de venta al público de la gasolina
motor tanto extra como corriente, que certifique el Gobierno.
Existen tres tipos de tarifas: la tarifa municipal y distrital, la cual no puede ser inferior
al 14% ni superior al 15%; la tarifa departamental, con límites de 4% a 5%; y la sobretasa
nacional que se adopta cuando la sumatoria de las sobretasas sea inferior al 20%.
El departamento de Cundinamarca no incluye a Bogotá y la tarifa aplicable a la
sobretasa a la gasolina motor extra o corriente es hasta del veinte por ciento (20%).
Este impuesto se ha constituido en una fuente importante de ingresos principalmente
para las ciudades capitales de departamento.
Durante el año 2000, el valor de las rentas por cobrar ascendió a $951 mil millones
(cuadro 20.23). Es decir, en esa vigencia, las administraciones tributarias territoriales
no recuperaron el 16% de los ingresos tributarios que facturaron. La misma situación
se presenta en los años anteriores. Pero más preocupante aún es que en el futuro la
situación será cada vez más crítica, puesto que dicho “activo” ha aumentado al doble
de la tasa de crecimiento del recaudo.
Cuadro 20.23
Rentas por cobrar de los departamentos y municipios (% del PIB)
Concepto 1998 1999 2000
La evasión
Los ingresos tributarios de las administraciones territoriales pierden un monto equi-
valente al 0,2% del PIB como consecuencia de la evasión. La inexistencia de bases
744 ELEMENTOS PARA EL AJUSTE MACROECONÓMICO
PROPUESTAS Y RECOMENDACIONES
En esta sección se presentan las principales propuestas y recomendaciones tanto para
los impuestos del gobierno central como los del orden territorial. Las recomendacio-
nes y propuestas están dirigidas a devolver la progresividad, equidad y neutralidad a
la estructura tributaria de Colombia.
Cuadro 20.24
Efecto en recaudo de restringir la venta de créditos entre subsectores
Recaudo
índice
Gravando 100% de oferta: 100,0
Si se excluyera únicamente:
1 Café con trilla 100,3
Café sin incluir trilla 100,0
2 Agricultura 96,7
3 Ganado, aves, bienes primarios de estos y servicos relacionados 100,4
4 Madera, caucho y servicios afines 99,8
5 Peces, productos acuáticos y servicios relacionados 99,8
6 Carbón, lignito y turba 99,9
7 Petróleo, gas y servicios relacionados 102,8
8 Hierro, aluminio, cobre y otros minerales metálicos 99,2
9 Otros minerales 99,9
10 Energia eléctrica y distribución 99,5
11 Agua, alcantarillado y servicios 99,2
12 Carnes, despojos y servicios 98,3
13 Grasas, aceites y margarinas 100,1
14 Leche, mantequilla, lácteos 98,5
15 Harinas, arroz, pastas 102,1
16 Azúcar. miel melazas 99,7
17 Café tostado, soluble y extracto 100,0
18 Chocolates y artículos de confitería 99,4
19 Jugos, compotas, vinagres, sopas, etc. 99,7
20 Tejidos de lana, algodón y serviicos afines 100,9
21 Prendas de vestir, ropa de cama, cortinas, etc. 97,5
22 Calzado, maletas, artículos de cuero 99,7
23 Madera aserrada, papel, cartón y servicios afines 100,9
24 Libros, folletos, diarios, imprentas, servicos afines 100,2
25 Alquitrán, gasolinas, aceites y afines 103,6
26 Químicos, pinturas, jabones y similares 102,4
27 Llantas, productos de plástico, vidrio y similares 101,9
28 Cemento, yeso, artículos de cerámica y similares 101,1
29 Muebles, joyas, juguetes, instrumentos musicales 99,5
30 Desperdicios de varias industrias y recicje 100,1
31 Hierro y aceros comunes, cobre, aluminio, etc. 102,5
32 Turbinas, motores, bombas y máquinas en general 100,3
33 Máquinas informática, generadores, aparatos eléctricos. 100,4
34 Edificios, servicios previos a construcción. 102,2
35 Carretera, vías férreas, pistas, obras de ingeniería 98,2
36 Servicio de alojamiento, bebidas y comidas 99,6
37 Servicios de transporte pasajeros y carga 102,4
38 Servicio de carga, almacenamiento y similares 100,2
39 Servicio de correos, teléfono y telecomunicaciones 98,5
40 Intermediación financiera y seguros 95,9
41 Servicios de alquiler de bienes raíces 92,2
42 Servicios de alquiler de equipo 99,9
43 Servicios de asesoría, publicidad, fotográficos 99,7
44 Servicios de enseñanza 97,0
45 Servicios de salud 98,8
46 Servicios de películas, radio, televisión, noticias 100,1
*La simulación se realizó gravando el 100% de la oferta con una tasa general.
En los vehículos y licores se dejó la misma tasa diferencial que tienen actualmente.
Fuente: CGR. Cálculos propios.
de salarios y utilidades. El efecto en los precios no se simuló, pero éste puede ser
marginal, dado que se podría compensar el aumento de los costes de producción por
el IVA, con la desgravación del valor adicionado por los salarios y las utilidades.
Usualmente las discusiones sobre las exclusiones de bienes y servicios del IVA
giran en torno al efecto que éstos tendrían en los gastos por consumo de los ingresos
bajos. Los técnicos de Hacienda deberían tener la precaución de medir la cadena
agregada para la producción de la totalidad de bienes y servicios que hacen parte de la
canasta básica de los ingresos bajos. Tal medición daría un sustento técnico al debate
de las exclusiones del IVA, de forma tal que, posiblemente, en algunos bienes resulte
más conveniente gravarlos con el fin de eliminar el coste del IVA en los insumos e
inducir por esta vía una baja en los precios, con una incidencia positiva en el gasto de
los ingresos bajos.
De acuerdo con las consideraciones anteriores, se recomienda una ampliación de
la base del IVA que sea acompañada con una reducción de la tarifa general. La nueva
tasa debería aplicar sobre todos los bienes y servicios alcanzados por el tributo elimi-
nando, de paso, las tasas diferenciales existentes en la estructura actual.
En el cuadro 20.25 se indica el efecto que tendría en el recaudo el hecho de am-
pliar la base del IVA en el equivalente a 65% del agregado. De acuerdo con estas
mediciones, el aumento de la base oscilaría entre 15 y 19 puntos del agregado nacio-
nal. Nótese en el cuadro que si se excluyera el 100% del sector primario (agricultura,
ganadería, piscicultura y minería) y, además, el servicio público de energía eléctrica y
agua, sólo se pierde el 2% de la recaudación. Los servicios de transporte público,
educación, salud y servicios sociales tienen un gran componente de valor agregado.
El hecho de no gravarlos, por sí solos, reduce la recaudación en el 26%. Algunos
productos con proceso industrial, como la leche, carne, arroz, almidones, azúcar se
excluyen en la propuesta. Sin embargo, se incluyó una parte (20% de la producción)
con el fin de distinguir, de ser posible, aquellos de las demandas por estos bienes
realizadas por los ingresos altos que soportarían el tributo. La misma situación se
simula en los servicios de energía, agua, para los estratos 5 y 6.
De cualquier forma, un aumento de la base sujeta del impuesto es recomendable
para Colombia. Los cuadros 20.31 y 20.32 sugieren una forma más técnica y menos
regresiva de lograr una mayor eficiencia del tributo.
El efecto neto de las medidas propuestas se presenta en el cuadro 20.26. Para el
caso de los bienes que actualmente tienen tasas diferenciales mayores a la tarifa gene-
ral (vehículos y licores) no se estimó un mayor recaudo68. En todos los casos se pre-
senta la recaudación neta del crédito directo a los bienes de capital. La eficiencia del
IVA aumentaría significativamente. Desde nuestro punto de vista, una tasa recomen-
dable estaría entre 12% y 14% con la ampliación de la base equivalente señalada.
68 El impuesto al consumo específico propuesto, en principio, iguala la carga para este tipo de bienes.
748 ELEMENTOS PARA EL AJUSTE MACROECONÓMICO
Cuadro 20.25
Efecto en recaudo de ampliar la base del IVA
Escenario propuesto Efecto en recaudación
Cuadro 20.26
Efecto en recaudo de medidas propuestas
Escenarios Mayor recaudo* Neto de Eficiencia**
(% del PIB) crédito a bienes (% PIB)
de capital (% PIB)
Base IVA (65% del PIB)
Tarifa del 16% 2,10 1,70 0,437
Tarifa del 14% 1,48 1,13 0,456
Tarifa del 12% 1,20 0,90 0,479
Tarifa del 10% 0,50 0,25 0,508
* Se simuló con una pérdida de recaudación del 25% en el IVA interno y de 1% en el externo
** La participación del recaudo en el PIB/tasa.
Fuente: CGR. Cálculos propios.
Impuesto a la renta
La propuesta básica tiene que ver con la eliminación y el establecimiento de límites a
las exenciones y deducciones existentes en la estructura actual del tributo. Por lo
indicado en la sección anterior, la multiplicidad de beneficios y la forma como se
conceden éstos terminan beneficiando a las rentas más altas. Las exenciones y bene-
ficios deben ser ajustados tanto en las rentas del trabajo como en las correspondientes
a las utilidades y ganancias del capital.
Una vez se cumplen las condiciones de edad y tiempo para recibir la pensión, éstas
no pagan impuesto69. En suma, este tipo de rentas terminan excluidas de la tributación
antes y después de recibirse. A su vez, se permite deducir los aportes del empleador.
El hecho de que las pensiones no paguen impuesto, termina beneficiando a los recep-
tores altos de este tipo de rentas. Además, las personas que se encuentran por debajo
del mínimo para declarar no obtienen ningún beneficio de los aportes voluntarios a
los fondos de pensiones.
Podría aceptarse la deducción en el caso del aporte obligatorio, pero, en todo caso,
gravar las pensiones en las mismas condiciones en que se aplica el impuesto para los
salarios. Partimos de un viejo principio de la tributación neutra: la renta es renta, sin
importar la fuente en que se obtenga.
La exención sobre los aportes voluntarios es una forma de utilizar el instrumento
tributario para fomentar el ahorro privado. En este contexto se reitera que la tributación
sólo debería ser utilizada para otorgar incentivos y beneficios, solamente en los casos
en que los impuestos resulten el medio más eficaz para incentivar el desarrollo de
ciertos sectores o inducir ahorro. Si resultara que la única vía para subsidiar ciertas
actividades es por medio de los impuestos, las exenciones deberían limitarse progre-
sivamente para evitar subsidios indeseados.
En el caso de los aportes voluntarios a los fondos de pensiones, el monto invertido
debería tratarse de forma reducida, como un descuento limitado (v.gr. 5 o 10% del
impuesto liquidado).Otorgar el crédito de la forma señalada, reduce el beneficio a los
ingresos altos toda vez que el descuento opera después del impuesto liquidado.
– Pensiones. La exoneración sobre las pensiones debe eliminarse. Estas rentas
deberían ser gravadas en las mismas condiciones de los salarios.
– Deducción de impuestos. Pese a que la Ley colombiana limita los pagos por los
impuestos territoriales a que éstos guarden relación de causalidad directa con la acti-
vidad generadora de renta, en la práctica es muy probable que el total de la deducción
por estos conceptos se solicite en las rentas gravadas con el impuesto.
Puesto que no existe una imputación a la renta de viviendas ocupadas por sus
propietarios no se debería aceptar la deducción en renta por el impuesto predial. De la
misma forma, es muy probable que del impuesto por vehículos de personas se solicite
como deducción en rentas gravadas. El efecto es similar cuando se realizan pagos en
especie en el impuesto a la renta (por ejemplo, un automóvil), no es gravada la renta
y además puede ser deducido en la actividad generadora de renta de forma personal o
través de la empresa.
En el caso de las personas físicas, se recomienda no aceptar la totalidad de la
deducción por impuestos territoriales.
– Beneficios a extranjeros. Tal como se mencionó en párrafos anteriores, los pa-
gos de intereses por deuda pública y privada a extranjeros no causan impuesto a la
renta. De acuerdo con la legislación colombiana, la exención opera como ingresos
que no se consideran de fuente nacional.
Así mismo, existen algunas exenciones especiales por agotamiento de recursos
naturales. En general, se permite una deducción por agotamiento del 10% del valor
bruto del recurso natural, pero existe un factor especial de agotamiento en la explota-
ción de hidrocarburos equivalente al 15% y 18% del valor bruto de explotación 70.
En términos generales, las reducciones del impuesto a las empresas y a los extran-
jeros no residentes no son beneficios directos para éstos, y pueden terminar favore-
ciendo a la tesorería de los países exportadores de capital que basan su tributación en
el principio de renta mundial, y que conceden crédito por los impuestos pagados en el
exterior.
La atracción de inversión extranjera para Colombia mediante una reducción de im-
puestos es muy estrecha. Tal situación depende, en mayor medida, de la tasa de impues-
tos en los países de origen del capital, y de la posición de déficit o superávit que tengan
las empresas con respecto a los créditos por impuestos pagados en otros países.
Las anteriores consideraciones permiten recomendar que sea revisada en detalle la
política de deducciones por agotamiento en el caso de los recursos naturales y los
pagos por intereses de deuda externa pública y privada.
– Exenciones por desastres naturales. Las exenciones tributarias por desastres
naturales deberían ser más limitadas. Las faltas de control sobre este tipo de exencio-
70 El factor adicional por agotamiento se otorga para las explotaciones vigentes en 1974 y, en adelante, el beneficio
se otorga a aquellas que se realicen en zonas donde el subsuelo haya sido reconocido como propiedad privada. El
factor del 18% se le acepta a las explotaciones ubicadas en el este y sudeste de la cima de la Cordillera Oriental.
754 ELEMENTOS PARA EL AJUSTE MACROECONÓMICO
nes y la forma como se han concedido se prestan para abusos, sin que se cumpla los
propósitos para los cuales fueron otorgadas. En situaciones de esta naturaleza, se
recomienda otorgar ayudas directas a las familias damnificadas, y a la reactivación
económica y social de la zona afectada.
– Exenciones por generación de empleo. Es recomendable eliminar esta exención.
Según estudios realizados por la CGR71, para el primer año de vigencia del descuento,
no existe relación entre el número de puestos generados en la economía y el beneficio
fiscal solicitado en las declaraciones, lo que sugiere el abuso que se puede estar pre-
sentando con el beneficio.
Desde el punto de vista fiscal, sería más conveniente reducir los impuestos que
recaen en las nóminas, lo que induciría un aumento de puestos de trabajos por este
hecho, tal como lo sugieren las mediciones realizadas por Lora (2001)72.
– IVA por bienes de capital. En la actualidad opera como descuento sólo para las
industrias básicas. Para las demás empresas el IVA constituye un mayor valor del
activo y se difiere su deducción a través del gasto por depreciación.
Por neutralidad, a este tipo de industrias se les debería dar el mismo tratamiento de
los otros contribuyentes, es decir, como un mayor costo del activo.
– Otros beneficios. Se deberían eliminar otros beneficios, muchos de ellos estable-
cidos en leyes diferentes y que no son incluidos en el Estatuto Tributario, tales como
los otorgados a nuevas librerías, inversiones en centros de reclusión, empresas aé-
reas, etc. Además, convendría eliminar del beneficio a los exportadores, a través del
CERT.
71 CGR, Informe de la Cuenta General del Presupuesto y del Tesoro, 1999. Bogotá, D. C., 2000.
72 Véase Eduardo Lora, El desempleo: ¿Que hacer?, Alfaomega y Revista Cambio, Bogotá, octubre de 2001.
REESTRUCTURACIÓN TRIBUTARIA 755
tema, los ajustes otorgaron serias ventajas fiscales a los contribuyentes a través de la
deducción teórica, y de otros mecanismos consagrados en el Decreto de introducción.
Según estimaciones, el costo fiscal de las ventajas que otorgó la norma ascendió a
$150 mil millones en 1993. Mediante la reforma de 1994 se corrigieron los excesos
de beneficios para los contribuyentes.
De acuerdo con lo señalado, el Gobierno tardó realmente 8 años en definir la
norma. El sector privado tuvo que asumir las nuevas disposiciones en un plazo relati-
vamente breve, pese al aumento de los costos de transacción que el nuevo procedi-
miento implicó.
En la reforma de 2000 se eliminó el ajuste a los inventarios, lo que debilitó nota-
blemente la indización original. En la actualidad sólo se realizan ajustes integrales a
los activos no monetarios diferentes a los inventarios.
Adicionalmente, los ajustes pueden ejercer una presión sobre los mismos índices
de inflación que evita que ésta descienda drásticamente de los niveles actuales. La
inflación en Colombia es de 7,6 en 2001. Tratar de evitar distorsiones por la aplica-
ción del tributo a la renta con una inflación cercana al 6% y con tendencia aún a
descender puede resultar significativamente costoso (cuadro 20.27).
Cuadro 20.27
Salarios, inflación y crecimiento en Colombia
Año Salario mínimo legal Inflación PIB real
Valor $ Variación Var %
73 En Estados Unidos y Canadá los impuestos a los ingresos personal equivalen a 12,3% del PIB, y el correspon-
diente a las empresas es 3% del PIB. En total, la tributación a los ingresos en estas naciones es 15,3% del PIB
(Tanzi y Zee 2000). En Colombia, la tributación a la renta es 4,1% del PIB (0,8% del PIB lo aportan los ingresos
personales y 3,3% del PIB los ingresos de las empresas).
74 Se calcula que la tasa propuesta es de 33%. Corresponde a un supuesto realista, asumiendo que no se va admitir
la eliminación de muchos de los beneficios que tienen un elevado costo fiscal.
REESTRUCTURACIÓN TRIBUTARIA 757
Régimen especial
Bajo el concepto de una tributación neutral, el régimen especial debe eliminarse de la
estructura del tributo. Existen algunas entidades sin ánimo de lucro, que se deben
controlar, con el fin de evitar que se presten como instrumentos de evasión. Así mis-
mo, existen otras instituciones que deben incorporarse a la base del impuesto: v. gr.,
cooperativas.
Exclusiones directas
Actualmente algunos contribuyentes y actividades son excluidos del tributo. No exis-
te ninguna razón técnica. Estas exclusiones deben ser revisadas integralmente.
Mínimo exento
La exención mínima es muy alta en Colombia, y por ello se recomienda reducir el
mínimo exento al equivalente a 4 salarios mínimos mensuales, lo cual implica que
ingresarían a la tributación aproximadamente 300.000 personas adicionales.
de la República debe contar con todos los tributos que le son propios a un departa-
mento. La ciudad concentra el 23% del PIB y el 16% de la población nacional. Se trata
de fortalecer financieramente a la ciudad e impedir que siga siendo una de las “prin-
cipales víctimas del centralismo”.
De la misma manera, hay que definir una estructura tributarias específica para el
departamento de San Andrés. El desmonte de la tributación al comercio exterior afec-
tó de manera significativa las finanzas de la isla, razón por la cual hay que reestructu-
rar sus fuentes de ingresos.
Propuesta I II
Municipales
Predial Tasa mínima 4 por mil 0,12
Tasa mínima 2 por mil 0,06
75 Ciudades como Bogotá y Cali, para citar los dos casos más importantes, ya tienen la bimensualizado el tributo.
764 ELEMENTOS PARA EL AJUSTE MACROECONÓMICO
hacer bimensual el tributo es el factor que explica el mayor impacto fiscal de la refor-
ma en el primer año, no sólo en el propio impuesto, sino en el total de recursos espe-
rados para los gobiernos territoriales.
De otra parte, las modificaciones de las tarifas, la unificación con la sobretasa
ambiental y los cambios en el mecanismo de ajuste de la base catastral incrementan
los recaudos por predial en $280 mil millones en el primer año. Los recaudos por el
impuesto de vehículos automotores incrementan las rentas departamentales y munici-
pales en alrededor de $64 mil millones, como consecuencia de la imposición del
impuesto a los vehículos de servicio público y las motos de menos de 125 c.c.
En cuanto a las fuentes de ingresos departamentales, el establecimiento de una
base gravable por grado alcoholimétrico, para el impuesto al consumo de vinos y
licores incrementa los tributos en este nivel de gobierno en $64 mil millones; y en el
consumo de cerveza generará una suma similar. Finalmente, el traslado del impuesto
de registro implica un incremento de las rentas municipales en cerca de 270 mil mi-
llones, pero el efecto neto es cero, pues se trata de la sustracción de una renta depar-
tamental.
76 Los aspectos que se deberían cambiar en el procedimiento tributario, administración tributaria, régimen de san-
ciones, entre otros, se detallan en una próxima publicación de la CGR, que complementan la reforma integral.
REESTRUCTURACIÓN TRIBUTARIA 765
Cuadro 20.30
Mayor valor recaudación según propuesta CGR (% PIB)
*Si la reforma es aprobada en el 2002, los efectos en el recaudo de renta se lograrían en el 2004, con excepción de las retenciones.
**En todos los casos se considera el crédito a los bienes de capital y la ampliación de la base en los términos de la propuesta CGR.
**No se calcula mayor recaudo por este impuesto. El recaudo es el mismo de la diferencia entre la tasa general y las tasas
diferenciales delIVA actual.
Fuente: CGR.
Cuadro 20.31
Cartera morosa de la DIAN*
Concepto Millones de $ % % PIB
IVA 1.163.722 31,5 0,6
Retención 733.498 19,9 0,4
Subtotal 1.897.220 51,3 1,0
Renta 734.710 19,9 0,4
Aduanas 179.859 4,9 0,1
Sanciones 883.210 23,9 0,5
Tributarias 532.185 14,4 0,3
Cambiarias 170.017 4,6 0,1
Aduaneras 173.821 4,7 0,1
Otras deudas 7.188 0,2 0,0
Total 3.695.000 100,0 1,9
*Datos a 31 de dicembre de 2001
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Esta edición se terminó de imprimir en julio de 2002.
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