Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Los componentes inactivos son, por lo general, sustancias inofensivas que no afectan el
organismo. Sin embargo, los componentes inactivos pueden causar reacciones alérgicas
insólitas y a veces graves en ciertas personas. Esto hace que un fármaco de marca
determinada o una versión genérica sea más aceptable que otro. Por ejemplo, los
bisulfitos (como el metabisulfito de sodio), que se utilizan como conservantes en
muchos productos, causan reacciones alérgicas asmáticas a mucha gente. Por lo tanto,
los productos que contienen bisulfitos llevan ahora etiquetas perfectamente visibles al
respecto. Curiosamente, las personas asmáticas están también expuestas a los bisulfitos
porque estos conservantes se encuentran en muchos pulverizadores y soluciones
utilizados para tratar esta enfermedad.
Por razones legales, un fármaco genérico difiere de su homólogo con nombre comercial
en tamaño, color y forma. Por consiguiente, los consumidores se encuentran, en general,
con una versión genérica que tiene un aspecto muy diferente del fármaco con nombre
comercial con el que están familiarizados.
Las diferencias reales entre los fármacos genéricos aprobados por el organismo
competente y los fármacos con nombre comercial que se ingieren por vía oral, son muy
inferiores al 20 por ciento aceptado. Las variaciones observadas son sólo de un 3, 5 por
ciento en su totalidad y no exceden el 10 por ciento en cualquier estudio individual.
A veces se dispone de las versiones genéricas, pero éstas no pueden sustituir libremente
al fármaco original porque no se han establecido los niveles de comparación. Estos
productos se pueden vender pero no deben considerarse como equivalentes.