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Paré empezaría su carrera como aprendiz de cirujano barbero, nombre por el que se
conocía a una clase inferior de cirujanos. Estos últimos estaban por debajo de los
llamados cirujanos de bata larga, que estudiaban en la Escuela de San Cosme (patrón
de los médicos) y conocían las lenguas clásicas y los escritos de Galeno. Los cirujanos
barberos eran considerados como trabajadores manuales que, además de tratar
heridas, cortaban el pelo, afeitaban y realizaban sangrías.
A los 17 años logra entrar en el gran hospital de París fundado en el siglo VII, el Hôtel-
Dieu, en el cual trabajaría entre 1533 y 1536. Las condiciones en este hospital eran
bastante deficientes debido a las condiciones higiénicas y a que los enfermos se
encontraban hacinados sin distinción de sexos. Además las operaciones se realizaban
en los pasillos, no en salas de operaciones específicas. Debido a esta precariedad el
nivel de mortalidad era muy alto, razón por la que la cirugía en aquella época tenía tan
poco prestigio.
En 1536 es contratado por un oficial del ejército para servirle como cirujano militar de
las tropas francesas en las campañas de Italia, práctica habitual en la época. Su
primera misión se presentó en la guerra del Piamonte durante el asalto de Francisco I a
Turín (1537). No obstante jamás se negó a auxiliar a nadie. Paré no hacía distinciones:
protestantes o católicos, españoles, franceses, alemanes, flamencos o italianos
recibirían su atención.
En aquella época las armas de fuego eran disparadas a distancias muy cortas debido a
su corto alcance. Este hecho hacía que las heridas estuvieran rodeadas de pólvora.
Además no estaba contemplado el tratamiento de las mismas en los escritos de
Galeno. La opinión generalizada era que la pólvora envenenaba la herida y para
tratarla se utilizaba aceite de saúco.
En 1559, en la toma de Calais por los franceses, asistió al duque de Guisa de una
herida mortal. Los demás médicos del duque desistieron alegando que el duque no
tenía remedio y su orgullo les impedía aceptar que un cirujano no académico como
Paré pudiera hacer algo que ellos no podían. No sin muchos impedimentos consiguió
Paré salvar al duque, el cual a partir de entonces llevó el sobrenombre del
"acuchillado" por la tremenda cicatriz que le quedó en la cara.