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Persona y Sociedad en Latinoamérica

1. Transformación de la concepción
Historia de las ideas de historia
y pensamiento Entre las diversas reconstrucciones de la
historia de la filosofía, la planteada por Hegel, en
de E. Mounier en Lecciones sobre la historia de la filosofía, marca un
hito, logrando para algunos2 su consideración
América Latina como disciplina filosófica por sí misma. De hecho,
Hegel aboga por un criterio científico de la misma,
David Vides1 con base en una única teleología común a todas
las escuelas filosóficas existentes a lo largo del
tiempo: el progreso hacia el espíritu de libertad,
El pasado con sus distintos caminos y figu- en otras palabras, la concepción de la historia uni-
ras ha configurado en buena parte lo que somos versal como progreso permanente en la concien-
hoy, en el reconocimiento de una dialéctica en la cia de la libertad. En esta óptica, la historia termina
que se genera sentido: el pasado transmitiendo por constituirse en justificación de Europa, puesto
la tradición que configura nuestra herencia, y, el que sería allí, donde se tejerían los lineamientos
presente interrogándolo y haciéndonos consci- racionales que permiten el ascenso de la humani-
entes de lo permanente y lo cambiante. En esta dad en autoconciencia y libertad; en consecuen-
ocasión, la pregunta por el pasado nos remite al cia, aquellos pueblos cuyas formas de pensamien-
entendimiento de la historia de la filosofía como to no se equiparan a la racionalidad occidental se
texto filosófico, en cuya lógica la pregunta por el convierten en pueblos forzosamente ahistóricos,
sentido del texto se convierte en requisito para siendo excluidos por ende de la historia de la fi-
su comprensión. losofía.

Siguiendo esta línea, entender el texto es No sobran las críticas a la propuesta


encontrar la pregunta a la que se intenta responder, hegeliana en distintos sentidos3: Guillermo Dil-
pero también, es generar un sentido que es intro- they, plantea su oposición a este plan unitario,
ducido por el intérprete; para el caso de la historia asumiendo la historia como dinamismo íntima-
de la filosofía, esta comprensión ha sufrido una mente ligado a la vida en cuanto experiencia
transformación radical abriendo paso a disciplinas individual, colectiva, comunitaria, social, donde
emergentes como la Historia de las Ideas y de las no es posible que imperen valores absolutos y
Mentalidades. A continuación, presento una carac- eternos; Osvaldo Spengler, pensador alemán,
terización básica de este giro en la historiografía del asume la palabra “humanidad” como concepto
pensamiento, seguido de algunos de los postulados vacío; para él, sólo existe el hombre concreto,
fundamentales de la Historia de las Ideas, -especial- incardinado a una cultura, y siguiendo esa
mente los alcances de su comprensión en América lógica, cada cultura posee sus propias posibili-
Latina-, para finalmente, abordar la pertinencia de dades de expresión, por lo cual la historia uni-
la utilización de este enfoque para rastrear la evo- versal se fragmenta en historias particulares; a
lución del pensamiento de Emmanuel Mounier en su vez, el inglés Arnold Toynbee, sin negar la
nuestros países y exponer en líneas generales lo vis- unificación económica que se ha seguido de
lumbrado hasta el momento. la unificación política, no asume ni una ni otra

2 Tovar. L., Historia de las Ideas y Plura-


1 Licenciado en Educación, especialidad lismo en América Latina. p. 74.
Estudios Religiosos, Universidad de La Salle, 3 Zabalza, J., Filosofía de la Historia e historia
Bogotá. de las ideas. pp. 16-19.

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como prueba de unidad civilizatoria: el mapa y metodológico dado concientemente en


cultural es el mismo. Con Rorty, finalmente, oposición a dicha visión omnicomprensiva de
se clausura toda posibilidad de armonizar en la historia.
el género “historia de la filosofía” la multipli-
cidad de expresiones utilizadas para traducir
las experiencias vitales de cada generación o 2. La historia de las ideas
pueblo; así, Rorty destruye la idea de canon
filosófico junto a toda propuesta que busque Ya en específico, la Historia de las Ideas
normativizar la historización del pensamiento implica como noción fundamental la correlación
bajo un plan total que excluya cualquier otra indispensable entre las ideas y las circunstancias
variante. en que éstas surgen, tanto por los hechos que
determinan la generación de cierta forma de
En América Latina, Leopoldo Zea, par- pensamiento -“factores extraconceptuales que
tiendo también de una crítica radical a la con- dan cuenta de su psicogénesis y su sociogéne-
cepción hegeliana, se aproxima a una interpre- sis”5-, como por la influencia que dicho pensa-
tación comprehensiva del proceso histórico miento o noción puede ejercer sobre las condi-
latinoamericano, con base en la reconstrucción ciones históricas, en términos de incidencia
de la historia de su pensamiento; Zea cuestio- práctica. En esta línea, no son objeto de estudio
na el universalismo hegeliano oponiéndole la únicamente los productos académicos inscritos
emergencia filosófica y cultural de los pueblos en la naturaleza abstracta de la filosofía tradi-
colonizados, en un sentido emancipador como cional, sino que toda realidad social e histórica
conciencia del despliegue de sus posibilidades puede llegar a constituirse en “manifestación”
filosóficas, políticas y culturales. Algunos críti- objetual en una búsqueda racional6. Como se
cos4, ven en el esfuerzo de Zea por pensar in- ha planteado, este enfoque cobra importancia,
tegralmente la historia latinoamericana, una desde la historia misma del filosofar en América
reproducción en la región del planteamiento Latina, donde más que los núcleos racionales y
totalitario hegeliano: es la creación de un nuevo abstractos, lo radicalmente fundante es la legiti-
macrorelato que oprime los microrelatos emer- mación de una autenticidad filosófica desde la
gentes en Latinoamérica al subsumir la plurali- historicidad y vitalidad del pensamiento.
dad del continente en un proyecto liberador
unitario; no obstante, la labor de Zea ha con- Como modelo teórico, la Historia de las
tribuido, por el contrario, al reconocimiento de Ideas, al articular los procesos mentales con los
nuestra diversidad histórica y cultural, en la invo- económicos, políticos y sociales, hace referencia
cación legítima del derecho latinoamericano a a la radical historicidad del pensamiento, esto
ser y pensar en el horizonte de la complejidad. es, reconoce el papel de las ideas en el devenir
histórico y cultural del hombre, estudiando su
El resultado de estas y otras manifesta- interacción para tomar conciencia de determi-
ciones en aras de la pluralidad y multiplicidad naciones, incoherencias y rupturas. Con dichos
de las experiencias culturales, no es otro sino presupuestos, es posible afirmar que la Historia
el debilitamiento de una historiografía filosó- de las Ideas permite: reconocer la especificidad
fica que pretendía la asimilación de un dis-
curso totalitario. Ante esta imposibilidad de
una única interpretación o de una interpre- 5 Rodríguez, E., “Modos fundamentales
tación correcta del devenir histórico, surge de Historiar las ideas”. En: Ideas y mentalidades.
la Historia de las Ideas como modelo teórico Modos de hacer historia. p. 14.
6 Niño, F. “Para Investigar las mentalida-
des”. En: Ideas y mentalidades. Modos de hacer
4 ibid., p. 83. historia. p. 64.

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del pensamiento en América Latina; rastrear hegeliana, este obrar historiográfico, pueda pa-
el proceso de evolución y recepción de ideas recer un remedo decadente de la historia de la
en pensadores no necesariamente filósofos; filosofía, -pues no sería más sino el recuento de
reconocer la existencia de historias plurales, en las diferentes corrientes de pensamiento que
oposición a una historia universal única; pro- han influido en el devenir de los pueblos sin una
poner un nuevo camino filosófico, abierto, más auténtica ‘tradición filosófica’-, en los últimos
allá del canon reduccionista de la filosofía tradi- años, ambas disciplinas han reestablecido sus
cional; reconocer la importancia del diálogo respectivos dominios creando una interesante
interdisciplinario; comprender históricamente interrelación: por una parte, la filosofía vista ya
la intencionalidad práctica de la filosofía en no como especulación abstracta desarraigada,
América Latina; asumir la filosofía como produc- sino como praxis conceptual en relación con las
to cultural; y finalmente, afirmar la capacidad otras prácticas culturales, se ha apropiado de
del hombre latinoamericano de hacer historia y los métodos contextualistas de la Historia de
filosofía, en el reconocimiento de las diferencias las Ideas; por otra parte, la Historia de las Ideas
en las formas de comprensión desde lo étnico. en relación con el pensamiento filosófico,
reconoce en cada filosofía, la trascendencia
Como enfoque metodológico, la historia del contexto donde se originó para abrirse
de las ideas posibilita la clara exposición de las paso a la reflexión universal sobre el sentido
condiciones a partir de las cuales se ha hecho po- de la existencia humana; en esa perspectiva
sible la recepción de los autores y tendencias eu- se han de superar los enfoques internalista
ropeas analizando cuál fue el contexto propicio y causalista extrínseco, para asumir simul-
para este transplante, sus efectos y la posibilidad táneamente el carácter filosófico implícito al
de nuevos desarrollos7. Del mismo modo, permite objeto de estudio y en la misma medida, sus
caracterizar adecuadamente la evolución de una mediaciones históricas.
corriente de pensamiento en nuestro medio, y en
esa sintonía, brinda elementos para responder a Con todo lo planteado, sobra anotar,
“la ausencia de una identidad en nuestro que- cómo en el contexto latinoamericano, histo-
hacer filosófico, a través de la evidencia de un riar las ideas supone la construcción de una fi-
esfuerzo sostenido en el tiempo que consolida y losofía desde y para nosotros mismos, donde
cohesiona a una comunidad académica en torno la realidad de nuestros pueblos se convierte en
a una serie de problema teóricos”8. su horizonte e intencionalidad; en esta lógica,
las diversas interpretaciones del pensamiento
En América Latina, la Historia de las Ideas se constituyen en la lectura de la forma como
se ha centrado especialmente, en el estudio de los latinoamericanos le hemos dado sentido
la presencia del pensamiento europeo en el a nuestro devenir histórico. Así, si hubiera que
continente, en la conciencia de que la originali- proponer una visión para la Historia de las Ideas
dad del filosofar latinoamericano ha residido en América Latina, ésta no tendría otra cabida
precisamente en la capacidad para recrear las sino mediante la definición de un proyecto
ideas provenientes de otros contextos y adap- común histórico, de identidad y especialmente
tarlas a las variadas circunstancias de nuestras de posibilidad concreta a futuro.
sociedades. Aunque frente a la concepción

7 Rodríguez, C. Alejandro Tomassini, Lec-


tor de Wittgenstein en México. p. 81.
8 Holguín, Magdalena, En Presentación de:
Rodríguez, C., /D ¿ORVRItD $QDOtWLFD HQ &RORP-
bia. p. 12.

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3. Historia de las ideas y pensamiento tal es plantear la gestación de su pensamiento,


de E. Mounier a partir de eventos y escritos circunstanciales
que con el tiempo fueron tomando consistencia
La justificación del enfoque de la Histo- como cuerpo doctrinal.
ria de las Ideas, para un trabajo como la recep-
ción del pensamiento de Emmanuel Mounier Así, el planteamiento inicial es necesari-
pasa en primer lugar, por la convicción de que amente, la caracterización de comienzos del si-
uno de los factores que contribuyen a la debi- glo XX, desde por una parte, la polarización so-
lidad de nuestras comunidades académicas es cial y política en el individualismo liberal y los
el desconocimiento de nuestra historia intelec- totalitarismos, y por otra, la convulsa situación
tual y de los caminos recorridos en ella; en ese internacional que conllevó las dos guerras mun-
sentido, un estudio de esta índole resulta sig- diales. Junto a ello, la implícita exigencia, en este
nificativo dado el desconocimiento mismo de la panorama, de una respuesta intelectual en térmi-
obra y pensamiento de Mounier en buena parte nos de un nuevo proyecto cultural e intelectual,
de los contextos formales. Del mismo modo, la el cual, inicialmente teórico, debía más adelante
radical pertinencia de este enfoque teórico y permitir la interacción con la realidad social para
metodológico, se evidencia en las coherencias elaborar propuestas de acción alternativas a las
entre la Historia de las Ideas y el proceso de sur- existentes.
gimiento del pensamiento mouneriano, asunto
que se abordará en los párrafos siguientes, para Con este presupuesto, es difícil negar
finalizar evidenciando algunos resultados par- la relación que el pensamiento de Mounier es-
ciales de la efectiva recepción de Mounier en tablece con la realidad. El personalismo se nos
nuestros países. presenta entonces como una filosofía situada
en la historia y no creada a partir de supuestos
Efectivamente, si la Historia de las Ideas abstractos: en Mounier el sujeto pensante es
exige el conocimiento del contexto en que és- ante todo existente, encarnado en una historia
tas surgen, en el caso de Emmanuel Mounier y toda verdad o convicción resulta arraigada
este supuesto conlleva la mayor importancia. en la vitalidad propia de la existencia. De esta
De hecho, la escuela personalista francesa de manera, se reintegra el conocimiento al con-
primera mitad del siglo XX, puede definirse sin junto de la actividad humana, donde el apara-
mayores inconvenientes, como un conjunto de to conceptual es considerado instrumento y no
pensadores que en respuesta a una compleja fin en sí mismo; y más aún, se hace coincidir
situación cultural y social coinciden en un marco la metafísica con la situación histórica, en la
ideológico común donde la filosofía es enten- línea de comprender las exigencias e inciden-
dida como un medio de interacción intelectual cias políticas de una filosofía de la persona. De
con la realidad9. Como respuesta a esta necesaria hecho, asuntos como la defensa de los dere-
mediación contextual, cualquier aproximación chos humanos, la crisis de la afectividad y la
al pensamiento mouneriano ha de pasar indis- familia, e incluso, la aclaración sobre la misión
pensablemente por el planteamiento de la in- del pensamiento en la sociedad, entre otros
fluencia que el panorama histórico e intelectual, ejemplos, implican necesariamente el apoyo
así como los personajes que con él interactua- intelectual de una concepción del hombre
ron, tuvieron en la visión del mundo, de la histo- como persona.
ria, y específicamente del momento en que vivió
Mounier. En ese sentido, la cuestión fundamen- Apoyando lo anterior, es de tener en cuenta
la visión que Mounier tuvo de Esprit como un mov-
imiento de maduración y reflexión antes de pasar a
9 Burgos, J., El personalismo. Autores y te- la acción concreta, y sin embargo, cómo él mismo
PDVGHXQD¿ORVRItDQXHYD. p. 25.

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se niega a la equiparación del personalismo con un del cristianismo comprometido de finales de
sistema desde la concepción tradicional, conserva los sesenta y de la década de los setenta, en su
con esta postura, los rezagos de la frustración aca- pregunta por los problemas políticos y socia-
démica del panorama de la Sorbona, donde los de- les. Así, la profundización en la fe guiada por
nominados sistemas filosóficos eran más ‘testigos los documentos del Concilio Vaticano II y del
del pasado que interlocutores del presente’. En esa Consejo Episcopal Latinoamericano, se unió a la
lógica, Mounier no pretendió crear una filosofía más reflexión por la problemática social y la conse-
sino un pensamiento que impregnara la realidad cuente búsqueda de respuestas; y en ese ambi-
diaria, reorientara la intelectualidad hacia el hom- ente, encaminado a crear condiciones para una
bre como persona y mantuviera una disposición verdadera vivencia de la fe en comunidad cris-
permanente al replanteamiento; en esa línea, su tiana desde la teología y las ciencias, Mounier
pensamiento es abierto, liberado de pretensiones aparece como referente necesario. Las comu-
de exclusividad y de definitividad. nidades emergentes, desarrollan un pensam-
iento cristiano claro sobre la Iglesia y su misión
Para concluir, teniendo en cuenta el en- evangelizadora, traducido en una orientación
foque de la Historia de las Ideas, la definición del cristiana explícita que les diera identidad pro-
personalismo de Mounier como filosofía pierde pia, un carácter laical que les permitiera mayor
importancia, desde el reconocimiento de su vali- capacidad de análisis y reflexión, y, un ambi-
dez en cuanto horizonte de comprensión de la ente pluralista y fraterno entre sus miembros.
realidad, más aún, por la influencia que tuvo en No puede minusvalorarse el aporte y presencia
la sociedad de su época, ratificada en el aporte a del pensamiento de Mounier en este proceso,
la crisis y en las alternativas al estatuto de perso- más aún en el reconocimiento por parte de
na y a la nueva articulación del hecho social. En sus agentes de que “su posición de cristianos
este sentido, la impronta personalista se plasma en el mundo les obliga a respetar y a escuchar
en la constitución de una estructura teórica que a quienes no piensan como ellos, y al mismo
al tiempo se mantiene en lo concreto y se explic- tiempo a mantener una sincera actitud crítica
ita en circunstancias que evidencian la repetida que haga posible la renovación eclesial dentro
importancia de la relación contexto-pensador, de la renovación de la humanidad”10.
especialmente, con el referente de toda una co-
munidad académica, como la generación a la Sin embargo, aunque se reconoce a
que pertenece Emmanuel Mounier. Mounier como uno de los puntos de partida
para los cristianos que se preguntaban por
Ahora bien, finalicemos abordando breve- política y sociedad, no es difícil percibir que los
mente la efectiva recepción del pensamiento de seguidores de esta línea siempre terminaban
Mounier en América Latina, reconociendo que por inscribirse en alternativas afines de propor-
esta tarea apenas comienza, y que el rastreo de ciones mayores; los temas de Mounier se veían
las semillas mounerianas supone aún una labor absorbidos por otras propuestas teóricas, prin-
incansable. Valga decir, que lo presentado a con- cipalmente por la Teología de la Liberación, -
tinuación, más que un recorrido exhaustivo -que con sus postulados de Iglesia Popular y Comu-
bien vale la pena realizar más adelante, y cuya nidades de Base-, y por las formas que tomó el
necesidad imperiosa ya ha quedado justificada-
es el planteamiento de algunos lineamientos que
inspirados principalmente en la experiencia co- 10 Sobre el funcionamiento del Centro Em-
lombiana, podrían ser aplicables a todo el conti- manuel Mounier en Bogotá, Colombia, entre los
nente. años 1968 y 1982, puede consultarse la Reseña
Inicialmente, la línea de entrada de histórica presentada en el Discurso Inaugural del
Mounier en América Latina, se daría a partir Centro Cultural Francisco de Asís, de la Arqui-
diócesis de Bogotá, año 2000.

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marxismo en nuestros países. Estos fenómenos ra, en los últimos años, el Personalismo Comuni-
parecían ampliar el campo de acción estableci- tario de Mounier se plantea como una reflexión
do en Mounier, pero descuidaron lo filosófico conducente al hallazgo y construcción de un
propiamente tal y, desde ciertas perspectivas, sentido profundo de la existencia humana, y a
la militancia en ellos se podía considerar super- la promoción de un compromiso con la historia
ación del estudio de Mounier. Por supuesto, esta en el establecimiento de realidades dignifican-
última afirmación es una interpretación particu- tes; desde ese lineamiento, su fecundidad se ha
lar, cuya validez es interesante de comprobar hecho evidente en campos dispares pero con la
en la implicación de que el estudio y militancia necesidad común de una profunda raíz antrop-
de Mounier en sí mismo, no sería más que una ológica que les dé sentido. Se ha superado así,
fase de transición antes de continuar la línea de la frontera de la reflexión moral o política para
crítica social en otra escuela. adentrarse en campos inexplorados: la Bioética,
la relación con la Hermenéutica Analógica -es-
Las manifestaciones posteriores, desde cuela auténticamente latinoamericana-, e inclu-
finales de los 70s hasta mediados de los 90s, tien- so, las aplicaciones a la psiquiatría.
den a una recuperación de la fundamentación
antropológica del pensamiento mouneriano, Pese a todo lo anterior, hay otra perspec-
y a partir de ella, ciertos desarrollos en campos tiva de la recepción que no puede obviarse: el
donde se resalta una concepción particular de la desconocimiento, en varios círculos, del personaje
persona y sus dimensiones, como base para otras y pensamiento que nos ocupa. En esa perspectiva,
construcciones. En este sentido, son de resaltar aunque el pensamiento antropológico mouneri-
especialmente las reformulaciones políticas de ano hoy en día se nos muestra como parte del
los ochenta y el ingreso de la propuesta de edu- inconsciente colectivo, no existe recíprocamente
cación personalizada, siendo así los principales un reconocimiento explícito del origen de esas
frentes, las presencias en política y educación, verdades ‘sobrentendidas’. Nos enfrentamos por
aparte de los estudios teóricos en filosofía propia- decirlo de alguna manera, a un apogeo de la per-
mente. Cabe anotar en esta época, el surgimiento sona y un olvido del personalismo: el término per-
de muchas propuestas en torno a lo que podría sona parece ser ya demasiado común, pero sus
denominarse ‘pedagogía personalista’11, recor- bases y la reflexión en torno a él no lo es tanto. De
dando no caer en el riesgo de equipararla con la tal modo, no se duda de la condición personal y
educación personalizada, pese a que desde cier- sus dimensiones, pero sí desfallece la puesta en
tas perspectivas, aparecen íntimamente ligadas. práctica de sus consecuentes implicaciones.

Por último, a partir del 2005, año de con- Finalmente, la Historia de las Ideas nos im-
memoración del centenario de su nacimiento, la pulsa a un movimiento de proyección que para
figura de Emmanuel Mounier se ha manifestado este caso, se daría en relación con el discernimiento
de modo más visible, evidenciando presencias y de aquellos temas más relevantes para las coyun-
trabajos que silenciosamente se desarrollaban turas actuales y venideras, reconociendo la validez
desde finales del siglo pasado. En esta línea, del pensamiento personalista mouneriano para
junto a distintos eventos que hacen patente el tomar la palabra y dar un aporte significativo. Esto
desarrollo del Personalismo Comunitario en Eu- supone reconocer con claridad el lugar desde el
ropa, se visibilizaron las propuestas y movimien- cual el pensamiento constantemente se renueva
tos surgidos en América Latina12. De esta mane- y emerge, sin olvidar su historia y regresando a la

11 Ramírez, Edgar, Historia crítica de la pe- titutos ‘Emmanuel Mounier’ de Asunción (Para-
dagogía en Colombia. Bogotá, El Búho, 2008. guay), Durango (México) y, Córdoba (Argentina),
12 Hago referencia principalmente a los Ins- sus desarrollos y trabajos.

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base, “volviendo a las fuentes” del reconocimiento historia de las ideas”. En: MARQUÍNEZ, G. et al. La
antropológico, del ser personal, para asumir con filosofía en América Latina: Historia de las Ideas.
más bríos el compromiso, la formulación de con- pp. 13- 22.
strucciones aplicativas que respondan a aquello
que implica la concepción mouneriana de la per-
sona.

Bibliografía:

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- RODRÍGUEZ, Carolina: La Filosofía Analítica en


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