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¿EN QUE CONSISTE LA CAPACIDAD REACTIVA

DEL APARATO NEUROMUSCULAR?


Yuri Verkhoshanski (Rusia)
Comité Olímpico Nacional Italiano

Reproducido del extracto original publicado en el Capítulo “Técnicas y Dosaje del Método
de Choque”, en Libro “Forca: Treinamento da Potencia Muscular”, Yuri Verkhoshanski,
Ed: Antonio C. Gomes, Cap. 1, pp. 52-63, 1996, Editorial CID, Londrina, Brasil.
Traducido y publicado con el permiso del autor y el Editor.

En artículos anteriores se mencionó, más de una vez, el término capacidad reactiva del
aparato neuromuscular y para el lector, evidentemente, el concepto es bastante claro.

Es una forma especial de función de trabajo del aparato locomotor que puede ser definida
como “la capacidad específica de manifestar un esfuerzo motor muy fuerte, luego de un
estiramiento mecánico intensivo de los músculos, o sea, durante la transición rápida de
trabajo excéntrico o concéntrico, en el ámbito del máximo de carga dinámica que se
desarrolla en ese momento”. El estiramiento previo que produce una deformación elástica
de los músculos excitados, garantiza la acumulación de un potencial determinado de
tensión en los músculos. Eso se transforma en el inicio de la contracción muscular, en
energía cinética de movimiento, que es el complemento de la fuerza de contracción de los
músculos que aumenta el efecto de trabajo.

El régimen de trabajo concéntrico es, generalmente, de carácter balístico. Por ello, fue
clasificado como “reactivo balístico”. La capacidad de los músculos de acumular energía
elástica en el estiramiento, y aprovecharla como complemento energético que hace
aumentar la fuerza de contracción, se llama capacidad reactiva del aparato neuromuscular
(Y.V.Verkhoshanski, 1958, 1963, 1970).

La capacidad reactiva como elemento específico del aparato de trabajo del hombre, emana
de los famosos postulados de la fisiología neuromuscular, que son:

• El estiramiento previo del músculo aumenta el efecto de trabajo de la contracción


posterior;
• El trabajo concéntrico del músculo, que comienza a contraerse luego del
estiramiento previo en estado de tensión, es mayor que el trabajo concéntrico del
mismo músculo cuando se contrae en estado de tensión isométrica;
• El exceso de fuerza en el proceso de estiramiento aumenta según la velocidad y
extensión; es mayor cuanto más rápida fue la contracción luego del estiramiento.

En la discusión de los ejercicios deportivos se demostró, en particular, que el estiramiento


previo de los músculos es usado como mecanismo de trabajo que garantiza una solución
más eficiente del problema motor. Se demostró también, que el régimen durante el cual a la
resistencia activa a un obstáculo exterior le antecede a un estiramiento rápido del músculo,
es más eficiente tanto para los movimientos balísticos como para el entrenamiento de la
fuerza rápida (Y.V.Verkhoshanski. 1958, 1961).

Se descubrió, por ejemplo, una correlación esencial (r=0.80) entre la duración de la fase de
transición de los músculos del trabajo excéntrico al concéntrico, y el valor de reacción de
apoyo durante el empuje del peso desde el tórax. Para los gimnastas, el tiempo de transición
del trabajo excéntrico al concéntrico evidencia una alta correlación (r=0.91), con el nivel de
capacidad de salto. Se debe mencionar que, con el aumento de calificación de los
gimnastas, la importancia de la velocidad de esta transición para la capacidad de salto
aumenta de 15.3% a 29.0%. se verifica una alta correlación entre la capacidad reactiva del
aparato neuromuscular y el nivel deportivo en el salto triple con carrera (r=0.95), en la
carrera con vallas (r=0.71), en los ejercicios de halterofilia (r=0.94), y también con el
impulso de la fuerza durante el empuje en los saltos de esquí de trampolín (r=0.85)

La capacidad reactiva está relacionada directamente al fenómeno de recuperación de la


energía de deformación elástica de los músculos, o sea, la utilización de la energía elástica
acumulada en los músculos durante el estiramiento, para realizar un trabajo mecánico. Se
sabe, por ejemplo, que durante el impulso luego de un salto en profundidad, los jugadores
de voleibol recuperan hasta un 54% de la energía acumulada en la fase de amortiguación.
Durante el salto con pesos sobre los hombros, con un peso equivalente al 40% del peso
máximo, se recupera cerca del 63% de la energía elástica. Con economía de velocidad en la
carrera, se recupera hasta un 60% de la energía mecánica total, y solamente cerca del 40%
se disipa en el ciclo de transferencia, y necesita ser recuperado en el ciclo posterior, por
cuenta de las fuentes metabólicas. La capacidad de los músculos de recuperar energía está
relacionada directamente al resultado deportivo de la carrera (r=0.78) y su economía
(r=0.87).

La capacidad reactiva es una capacidad específica del aparato motor que se desarrolla y se
perfecciona no solamente en el proceso de entrenamiento, si no también adquiere
importancia cada vez mayor, cuando se expresa adecuadamente a través del aumento de la
habilidad del deportista. Más precisamente, es “el perfeccionamiento de la capacidad
reactiva que generalmente garantiza la mejoría de las habilidades deportivas en muchos
deportes”.

Téngase como ejemplo que la mejoría de los resultados en salto triple, y el consecuente
aumento de velocidad en la carrera, exigen un perfeccionamiento intensivo de la capacidad
reactiva del aparato neuromuscular (Figura 1.20)

En este sentido son interesantes los datos que caracterizan el proceso de perfeccionamiento
de la biomecánica de impulso en el salto de altura durante varios años (Figura 1.21).
prestemos atención al hecho que, con la mejoría de la habilidad aumenta la velocidad de
carrera (Vp), el pie de impulso es colocado sobre el apoyo más extendido en la articulación
de la rodilla (KCt), con un ángulo más agudo en relación a la superficie del sector (TH), y
las manos son flexionadas en la articulación de la rodilla en la fase de amortiguación
(Kcfa). De esa manera, aumenta la amplitud de la influencia activa en el impulso es
utilizada con más eficiencia como palanca para girar el vector de velocidad del cuerpo
adquirido en la carrera. Como resultado, se desplaza bastante el carácter de interacción
entre el saltador y el apoyo; la duración del impulso es reducida, el componente vertical del
esfuerzo de trabajo aumenta y, consecuentemente, también la velocidad vertical de ascenso
del cuerpo.

Figura 1.20 Desplazamiento del indicador de capacidad reactiva de


los músculos (R) y velocidad de la carrera (V), en el salto triple, a
medida que se mejora la habilidad de los saltadores.

Figura 1.21 Desplazamiento de las características de impulso en el salto de altura


(método ventral), a medida que mejora la habilidad de los deportistas. R = indicador
de reactividad; KCt = ángulo de la articulación de la rodilla de la pierna de impulso,
en el momento inicial de impulso; Kcfa = ángulo de la articulación de la rodilla en la
fase de amortiguación; TH = ángulo de inclinación de la pierna de impulso con
relación al horizonte, en el inicio del impulso; Vp = velocidad de carrera.
Con que puede generalmente estar relacionada tal reestructuración nacional de los
movimientos durante el impulso? La respuesta a esta pregunta es evidente: observe, en los
valores del gráfico, la inclinación que representa la capacidad reactiva de los músculos en
la parte directa de las coordenadas, conforme a las Figuras 1.20 y 1.21.

Es precisamente con esto que está relacionada la capacidad de alcanzar grandes alturas en
el salto en alto. En un nivel superior de habilidad, la correlación del resultado deportivo con
la capacidad reactiva es igual a 0.94.

Por ello, para sobrepasar la barrera del record de salto, por ejemplo, de 235 a 245 cm, se
tiene que aumentar el nivel de capacidad reactiva en 27%. A pesar de ser un detalle bastante
complicado, vale la pena.

Todavía hay otro factor importante. En mis investigaciones hallamos que en los casos en
los que el deportista en condiciones de régimen de choque, en el trabajo muscular, se veía
obligado a superar una gran resistencia externa, la amplitud de movimiento era limitada
(por ejemplo: durante el impulso de apoyo, el movimiento de los pies en los ejercicios de
halterofilia, en saltos de atletismo y en lanzamientos). Una manifestación de la capacidad
reactiva depende de la rigidez biomecánica de los músculos (o mejor, de la rigidez del
componente elástico consecutivo). Un componente elástico consecutivo se puede tornar
más rígido mediante las tensiones isométricas o, lo que es más eficiente, mediante el
régimen de trabajo de choque de los músculos.

De esta manera, la importancia de la capacidad reactiva del aparato neuromuscular del


deportista para la eficiencia de los movimientos deportivos es indiscutible, y vale la pena
encontrar el tiempo y los medios correspondientes para su desarrollo.

MÉTODOS DE EVALUACIÓN DE LA CAPACIDAD REACTIVA DEL APARATO


NEUROMUSCULAR

Los alumnos entusiastas de la capacidad reactiva, tarde o temprano sienten la necesidad de


encontrar un método para evaluarla cuantitativamente. En este capítulo, voy a facilitar la
resolución de este problema y relatar mi experiencia.

En principio, para evaluar la capacidad reactiva puede utilizar una relación:

R = K2 / K1

Donde K puede ser cualquier característica de trabajo de los músculos en las fases de
estiramiento y contracción activa, como por ejemplo, el valor físico de fuerza, o de potencia
del trabajo de fuerza. Por ejemplo, si en condiciones de laboratorio hubiese posibilidades de
registrar, durante el salto en profundidad, el componente vertical de fuerza de impulso, y el
desplazamiento correspondiente al ángulo en las articulaciones de la rodilla (Ver figura
1.14), entonces se puede determinar fácilmente el límite entre las fases de amortiguación e
impulso activo. Luego de ello, no será difícil encontrar el valor medio de esfuerzo en cada
fase, y calcular el indicador de la reactividad.
R.Pus, si el esfuerzo medio en la fase de amortiguación fuese igual a 279Kg, y en la fase de
impulso activo a 326Kg, entonces:

R = 326 / 279

R = 1.17

Cuando mayor sea el valor de esta relación, más alta será la capacidad reactiva del aparato
neuromuscular del deportista.

Si existiese en el laboratorio, una plataforma dinamográfica, y no hubiese posibilidad de


registrar el desplazamiento del ángulo en la articulación de la rodilla durante el impulso, se
debe aplicar la relación:

R = Fmed / pt

Donde, Fmed= es el valor medio de esfuerzo de trabajo; t= su duración; y p= el peso del


objeto desplazado o del cuerpo del deportista. Por ejemplo, si un deportista de 75Kg
desarrolla un impulso vertical, luego de un salto en profundidad, el valor medio de esfuerzo
es de 235Kg durante 0.247, entonces:

R = 235 / (75 x 1247)

R = 12.7

El sentido físico del indicador de reactividad (R) consiste en este caso, en la evaluación de
la sobrecarga del aparato muscular por una unidad de tiempo de movimiento
(Y.V.Verkhoshanski, 1963). Cuanto mayor sea el valor del coeficiente, más alto será el nivel
de capacidad reactiva del deportista.

Dependiendo del sentido físico, el indicador de relatividad estará muy próximo al término
de la potencia mecánica. Para convencerse de ello, ver la Figura 1.15, donde se verifica que
las tendencias del desplazamiento de los valores del indicador de relatividad ® y de la
potencia de trabajo (N), están muy próximas. El coeficiente de correlación entre estas
variables es igual a 0.94.

Si el laboratorio no dispone de plataforma dinamográfica, se debe buscar cualquier


cronómetro y hacer una placa de contacto más simple, para que sea posible registrar el
tiempo de vuelo, resultante del impulso vertical luego del salto profundo. La placa de
contacto debe ser construida, de tal modo, que el milisegundómetro se dispare cuando los
pies del deportista se despeguen del apoyo, y pare en el momento del aterrizaje. En otras
palabras, debe registrar el tiempo total desde la separación hasta la caída del cuerpo del
deportista. Teniendo este tiempo (Si recordamos la física de la escuela) se puede calcular
fácilmente la altura de ascenso del cuerpo, o sea, la altura de salto después del impulso.

Partiendo de la fórmula de caída libre, la altura de ascenso del cuerpo (hy) es igual a:
Hy = Vo2 / 2g

Donde: Vo2 = es la velocidad inicial de vuelo: g = la aceleración de caída libre del cuerpo
con cualquier volumen. No sabemos la velocidad inicial de vuelo, pero sabemos el tiempo
total de la fase de separación (o sea, el tiempo de ascenso y el de caída).
Consecuentemente, podemos calcular fácilmente la velocidad inicial de la separación
siguiendo la fórmula:

Vo = gt / 2

Por ejemplo, durante el impulso luego de los saltos profundos de altura de 0.45 cm,
tenemos registrado el tiempo de la fase de separación: -0.65 seg.

Luego:

Vo = (9.8 x 0.65) / 2

Vo = 3.18 m/seg

Por consiguiente, la altura de ascenso del cuerpo es igual a:

Hy = Vo / 2g

Hy = 3.182 / (2 x 9.8)

Hy = 10.00 / 19.60

Hy = 0.51 m

Ahora, aplicando los valores de altura de vuelo del cuerpo (h2) y la altura del salto
profundo (h1), se puede calcular la relación:

R = h2 / h1

R = 0.51 / 0.45

R = 1.13

Que será la característica de capacidad reactiva del aparato neuromuscular del deportista.
Cuanto mayor es esta relación para las condiciones de un salto profundo de altura de 0.45
cm, más alto será el nivel de la capacidad reactiva.

Si para el control del nivel de la capacidad reactiva del aparato neuromuscular del
deportista utilizamos el impulso luego del salto profundo de la misma altura, no será
necesario ningún cálculo de altura de separación del cuerpo ni la relación R. Es suficiente
registrar el tiempo de la fase de separación y, en base a este, determinar el desplazamiento
de la capacidad reactiva del aparato neuromuscular en el proceso de entrenamiento. Cuando
este tiempo se incrementa, también aumenta la altura de separación y la capacidad reactiva.
Si el tiempo disminuye, también disminuye el nivel de la capacidad reactiva.

Es evidente que tal alteración en el nivel de la capacidad reactiva del aparato


neuromuscular del deportista se desarrolla bajo influencia de la carga que orienta el
entrenamiento. Por consiguiente, siguiendo un indicador tan simple como el tiempo de la
fase sin apoyo durante el impulso realizado luego del salto profundo, se puede juzgar con
bastante objetividad, la eficiencia del desarrollo del proceso de entrenamiento. Si
aplicáramos sistemáticamente tests al deportista, una vez cada dos semanas, obtendremos el
gráfico que caracteriza la capacidad reactiva del aparato neuromuscular, en una larga etapa
de entrenamiento.

Este gráfico está representado en la Figura 1.22, que ilustra el proceso de entrenamiento
bien organizado que garantizó al deportista (atleta de salto en alto) la posibilidad de llegar a
un alto nivel de capacidad de trabajo específico para competencias entre las semanas 16 y
20 (marcadas, por convención, con banderines). Parte del éxito se debe a la evaluación
sistemática de la capacidad reactiva del aparato neuromuscular, cuyos indicadores
permitirán controlar el desarrollo del proceso de entrenamiento y corregirlo cuando sea
necesario.

Figura 1.22 Dinámica del valor del tiempo de la fase sin apoyo durante el
impulso vertical, luego del salto profundo de una altura de 0.45 cm. (Los
banderines marcan los datos de las competencias).

Para un mayor control del desarrollo del proceso de entrenamiento elaboré la llamada
“prueba de reactividad” (1962). La prueba incluye 6 impulsos con los pies (sin movimiento
con los brazos) sin carrera, luego de un salto profundo de una altura de 0.4 m sin carga, y
con cargas de 10, 20, 30, y 40 Kg. Los impulsos son realizados de la siguiente manera
(Figura 1.23):

• Impulso 1: Sin carrera, con una flexión de la cadera previa libre, y manos detrás de
las caderas;
• Impulso 2: Luego de un salto profundo de una altura de 0.4 m, con manos detrás de
las caderas;
• Impulso 3: De una altura de 0.4 m, con pesas de 5Kg en cada mano, sin
movimiento de brazos;
• Impulso 4: De una altura de 0.4 m, con barra de pesas (20 Kg.) sobre los hombros;
• Impulso 5 y 6: De la misma altura, pero con pesas de 30 Kg. y 40 Kg.,
respectivamente.

Se registra, mediante el cronómetro, el tiempo de la fase sin apoyo, con lo cual se calcula la
altura de la separación del deportista para cada impulso, en la forma descripta arriba.

Con la altura de los saltos, se elabora un gráfico (Figura 1.24). Generalmente el lado
izquierdo mide la velocidad y el derecho el componente de fuerza de la capacidad reactiva.

Los ejemplos presentados en la “prueba de reactividad” (Figura 1.24), demuestran lo


siguiente:

1. En cuatro grupos de atletas, los saltadores y lanzadores presentan el nivel más alto
de capacidad reactiva de los músculos extensores de las piernas.
2. El nivel más bajo de capacidad reactiva es típico de los medio fondistas.
3. El hecho de que la altura de separación en el impulso realizado, luego del salto
profundo, sea mucho más elevada que en el impulso de un salto habitual vertical sin
carrera, demuestra el alto nivel de capacidad reactiva de los saltadores y lanzadores.
4. Para los saltadores, es más importante el desarrollo del componente de velocidad de
la capacidad reactiva, y para los lanzadores, el de fuerza.
5. Los velocistas ocupan, siguiendo indicadores de la “prueba de reactividad”, una
posición intermedia entre los saltadores y los lanzadores por un lado, y los medio
fondistas por el otro. Se debe resaltar, por lo tanto, que algunos velocistas
destacados presentan el indicador de la “prueba de reactividad”, muy próximos al de
los saltadores.

La “prueba de reactividad” es un método objetivo de control de desarrollo del proceso de


entrenamiento. Más adelante volveremos a este tema.

Ahora quiero mencionar que cuando no hay un cronómetro, es posible medir la altura de
separación en el impulso de las “pruebas de reactividad”, con bastante facilidad y precisión,
aplicando una cinta métrica común.
Figura 1.23 Variantes de impulso en la “prueba de reactividad” (Y.V.
Verkhoshanski, 1963). El peso de la carga puede ser diferente, pero siempre
es aconsejable que la diferencia entre las pesas sea de 10 Kg.

Figura 1.24 Ejemplo de gráficos de la “prueba


de reactividad” de los saltadores (1),
lanzadores (2), velocistas (3) y medio fondistas
(4) (explicaciones en el texto)

La cinta es enganchada por un extremo a un sostén colocado en los hombros del deportista
(Figura 1.25). el otro extremo pasa por dentro de un apoyo fijado al piso. La cinta debe
pasar por dentro del apoyo con una pequeña fricción. La medición de la altura se hace de la
siguiente manera:

a. El apoyo y la cinta son fijados al piso en el punto donde el deportista aterrizará


luego del salto profundo.
b. El deportista se pone el sostén en los hombros y permanece recto, apoyándose sobre
los pies de manera que el apoyo, fijo al suelo, quede entre sus pies.
c. El extremo inferior de la cinta métrica es estirado, de tal forma que el sostén
colocado en el deportista quede estirado.
d. Se registra el valor en la cinta métrica, en el punto de apoyo (por ejemplo, 62)
e. El deportista ejecuta el impulso, estirando la cinta, que sale del apoyo, durante la
separación.
f. Luego del salto, se vuelve a registrar el valor en la cinta (por ejemplo, 125)

Resta entonces, hacer una operación aritmética elemental para determinar la altura real de
la separación. Para eso se resta el primer indicador del segundo, o sea: 125 – 62 = 63.

La altura de separación, en este caso, es de 63 cm. Se debe tener en cuenta que, cuando el
deportista aumenta la altura de la cual debe realizar el salto profundo, debe sacar por lo
menos 40 cm de cinta métrica de apoyo (porque es la altura de elevación). No obstante,
manteniendo el peso de la barra elevado (40Kg) sobre los hombros, el deportista no
siempre sobrepasará la altura de 40 cm. En este caso, para medir la altura de la separación
el deportista debe colocar rápidamente un pedazo de cinta en el apoyo durante la caída
libre. Por lo tanto, no se exige ninguna habilidad especial.

Figura 1.25 Método de registro de la altura


del Salto Vertical.

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