2 EL UMBRAL, Suplemento quincenal LA GARRULA

MP O R T A R S E EN EL MUSEO Pablo Moyano se puso pesado como el

S PARA CO
padre y duro como una piedra. Movió a
y no podés
INSTRUCCIONE artistas pl ás ti co s co ntemporáneos
de visitar una
los camioneros locales que trabajan en
stra de tuviste las canteras para que los blanqueen
n: te in vitan a una mue a es que lo más cerca que es s, en este
Si tu ac ió
op ue st a. El pr oblem
el m us eo II”. No te preocupe pero no como a Michael Jackson sino
rechazar la pr na noche en más parecido a las medias en el desafío
ón fu e ve r en el cine “U mos algunos co
nsejos. rmas defini-
expo si ci
ud a a la co m un id ad te da
sp re nd e de l fondo”, “Las fo de la blancura. Al final, las medias su-
espacio de ay “La figura se de cias las tuvo que lavar otro porque el
io ne s pa ra memorizar: n en alto y
- Ex pr es
ac ie rto” . e de po st ur a erguida, mentó Estado, quien debería velar porque no
das fueron un n acompañars haya empleo en negro, se habría ido con
as es ap re ndidas deberá UY costosa. Fabián Gianola a jugar al “ring raje”. A
- La s fr
ac tí qu ese. lta r un a instalación M
mirada altrui st a. Pr ra pued e re su en situarse eso mismo habrían mandado también a
na da . Has ta el cesto de basu qu e no pu ed e fallar consiste totalidad varios fiscales, para que no se les ador-
- No toques iento ión de
- Un comportam , alejarse para ver la intenc
a ob ra
para apre ci ar los detalles. mezcan las piernas de tanto estar sen-
frente a un ca rs e
del artista y lu
eg o ac er con sobreto- tados. Con los crímenes locales todavía
rá n in gresar a la sala
- Los varone s de be es irán ata- en coma y los robos en aumento, el Mi-
llo de so rd enado. Las mujer nisterio Público movió algunas fichas
do, morral y ca be avagantes.
hi nd úe s y collares extr importantes como para dar la sensación
viadas de pr en da s luego de con-
en ta l le er el título de la obra rán cuenta de que algo va a cambiar, de que ahora
- Fundam dos se da
so contrario, to lutamente nada. sí la Justicia será justa, los fiscales fisca-
templarla. En ca abso
a comprender te estratégica-
lizarán y la policía será un poco más POLI
que no llegaste rt a nada, colóca . y menos CÍA.
te te im po uchitos y vino
- Si el ar ba ndeja de sang ¿Cuántos robos se les ocurre que hubo
rc a de la ovoq ue
mente ce iento que te pr
iará el aburrim en estos últimos 15 días? Nada menos
Esta acción aliv que 19. Estamos superando el prome-
oda.
el artista de m dio del robo diario. Algo así como un
robo y cuarto por día. Pero enume-
ón: Leon ardo Barcelona rémoslos para ver la real dimensión del
o: Yesi ca G ue vara / Ilustraci tema. Desmantelaron una agencia de
Text
mandados; robaron en la pescadería
Novo y la policía tardó una hora en lle-
gar a pesar de que la Comisaría Primera
“La obra de Kutica y la Jefatura Distrital están a cien me-
no deja de sorprenderme” tros del comercio y mientras el propie-
tario esperaba a la policía, los ladrones
comían una picadita con cerveza a 20
metros del local. También asaltaron una
iglesia de Colonia Hinojo donde cuatro
EL UMBRAL encapuchados amarraron de pies y ma-
nos al párroco; robaron en una
El periodismo gráfico tiene estos riesgos. A último momento, puede ocu- distribuidora; en una carpintería; se lle-
rrir algo que lo cambie todo (de ahí viene el famoso “¡Paren las rotativas!”).
STAFF varon 8 mil pesos de una inmobiliaria;
Con esa sensación estuvimos estos últimos días, porque recién ayer se dio
dís- ataron y asaltaron a un puestero de es-
tta. Director perio la autorización oficial para el recital que ofrecerá Callejeros hoy en
Director: Jorge Bo Di re ct or de Ar te : Olavarría. El riesgo valía la pena, ya que es un tema controvertido y con tancia; robaron 60 mil pesos en una con-
or a.
tic o: Pa bl o Za m dís- tratista; también robaron en dos casas
m ac he r. Producción perio a y distintas posiciones que consideramos importante abordar. Un recital, en
Natalia Schu ev ar de Roca Merlo y en una de ellas golpea-
ni s, Ye sic a Gu Olavarría, a 4 días de conocerse la sentencia por una de las tragedias más
tic a: Vi ct or ia En seño Gráfico: Facun- ron a una anciana; asaltaron un local en
at ta . Di importantes de la historia argentina. Se imprime. Por otro lado, damos la
Claudia Ingr togra-
ua ga y Ra m iro Vivacqua. Fo ez y bienvenida a dos nuevas colaboradoras: Noelia Portaluppi y Magalí Coro- barrio Sarmiento; robaron en un centro
do Az o M ar tín
er, Cl au di de jubilados; intentaron asaltar a una
fía : M arce lo Ke hl boran en este núme- nel, estudiantes de Comunicación Social.
Lucas Pa ga no . Co la on a, comerciante en una rotisería pero la
, Le on ar do Ba rc el
ro : Jo rg e Ar ab ito No el ia Po rt al up pi . EL mujer logró huir; robaron el jardín Nº
y
M ag al í Co ro ne l oducción conjunta en- 918; tres veces les ocurrió lo mismo a
UM BR AL es un a pr d de una familia de comerciantes y hasta el
EL PO PU LA R, la Fa cu lta s Vi-
tr e Di ar io Ar te jueves se sumaba también el de una pa-
y la Escuela de
Ciencias Sociales nadería del barrio San Vicente.
av ar ría .
suales de Ol En ese denso marco se dio además la
multitudinaria celebración de la fiesta
de San Cayetano, el patrono del pan y el
trabajo; nos enteramos que cada vez
hay más presos; que hay unas 188 fami-
lias que esperan una vivienda en los ba-
rrios Acupo III y Uocra II; que Gamsur
trabaja con custodia policial en el ba-
rrio Ituzaingó y que el “Gordo” Valor
entró al Penal de Sierra Chica mientras
afuera intentaban cerrar una escuela
primaria.
En síntesis, podríamos imaginar un fu-
turo en el que absolutamente todos ca-
minemos con una custodia policial que
esté a su vez vigilada por un fiscal que a
su vez tenga su propia custodia vigilada
por otro fiscal y así sucesivamente. Y el
resto de las personas, adentro de la cár-
cel. Todas las escuelas cerradas y una
ciudad dividida solamente entre comer-
EL INTENDEN ciantes, penitenciarios, policías, fiscales
T
durante la im E AGARRO LA PALA. Fue y ladrones. Cualquier semejanza con la
plementació el 6 de agost
pulsada por n o en la vered actualidad es mera coincidencia.
la Sociedad d de la campaña “500 árb a del Jardín 9
02
e Fomento d oles para Pu
e dicho barr eblo Nuevo” , Victoria Ennis
io. (Foto: Luca im-
s Pagano)
 EL UMBRAL, Suplemento quincenal 3

○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
RECOMENDACIONES
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○

Facundo Azuaga.
21 años / Estudiante de Diseño Gráfico

Un libro Una peli Una Muestra El Cerro

En “La cosa más dulce” (Roger “De la Ley de Residencia a Te- Un lugar para visitar ahora
“El combustible espiritual” Kumble), Christina ha evitado rrorismo de Estado”, que recons- que viene la primavera es el
del periodista Ari Paluch está comprometerse o involucrarse en truye de forma dinámica y entre- cerro “Luciano Fortabat ”, un
muy bueno, ya que cada uno una relación seria. Inesperada- tenida lo ocurrido durante la dic- espacio natural que queda en
de sus capítulos nos enseña a mente, una noche conoce a su tadura militar argentina a través Loma Negra y resulta perfecto
estar en paz con uno mismo media naranja. Cuando a la ma- de una línea de tiempo, apoyada para conseguir esa tranquili-
para poder estar en paz con los ñana siguiente se entera de que en relatos fotográficos y dad que tanto nos hace falta a
demás. Entre los capítulos más el chico ha abandonado la ciudad, gigantografías. La muestra se veces. Un sitio ideal para una
relevantes están “El Ego”, ella y su mejor amiga deciden puede visitar en la sede del Ar- salida en familia a tomar mate,
“Cuidado con lo que te propon- romper las reglas y salir en su bús- chivo de la Memoria, en la calle o con amigos, para respirar
gas, porque lo puedes alcan- queda (sábado 22, a las 22, por Bolívar y 25 de Mayo, hasta el 30 aire puro, sacar fotografías y
zar”, “Misión en la vida” y “La Canal Fox). de agosto. estar en paz con la naturaleza.
vida es un frontón”.

Una serie de TV sobre la extrañeza…

LIFE ON MARS
/ Jorge Arabito núa sonando en el pasacassete de su Rover de acercarse jamás a la solución de su propio pro-
1973 cuando despierta. Esa música es el puente blema… La serie trata de muchas cuestiones -
¿Qué es más extraño, caer a otro mundo, per- entre dos épocas separadas culturalmente, y la además de la persecución de malhechores-
derse en otro país o en otro tiempo? ¿De qué canción de Bowie nos muestra el modo que el pero si nos sentimos pasajeros en un mundo
serviría todo lo que ahora sos o sabés en otra protagonista se acomoda a una época que es extraño, nos representa.
época? Aunque no parezca tan lejos en el tiem- como vivir en otro planeta para él, en tanto la “Life on Mars” fue creada por Matthew
po, tres décadas hacen un mundo quizás más historia es un discurso sobre la extrañeza cons- Graham, Tony Jordan y Ashley Pharoah para
raro que la superficie lunar en cuanto rascamos tante de ver que el mundo al que nos acostum- emitirse por la BBC One desde enero de 2006, y
la cotidianeidad… bramos es igual y diferente al tiempo. fue continuada luego con una segunda tempo-
El personaje principal de esta serie de televisión Durante toda la ficción se mantiene el inte- rada de ocho capítulos en 2007, luego de los cua-
es Sam Tyler, Inspector Detective en Jefe de la rrogante respecto de si Tyler realmente viajó les la historia terminó definitivamente. La serie
policía de Manchester, quien tras ser atropellado en el tiempo, si está en coma en el año 2006 ha sido galardonada con un premio Emmy y
por un auto en el 2006 apa- imaginándolo todo, o si es una persona mental- BAFTA como mejor serie dramática de la TV bri-
rece en 1973, donde (o me- mente inestable que realmente pertenece al tánica, y existe un desprendimiento (o “spin off”)
jor dicho “cuando”) trabaja año 1973. Trabajando como detective, se en- de esa idea llamada “Ashes to Ashes”, en la que
para la antigua policía de frenta a un profundo choque de culturas y una mujer policía cae en los ochenta, para sufrir
Manchester y Salford, en modismos, muy evidentes, pues en 1973 Sam al mismo jefe y buscar desesperadamente la sa-
el cargo de Inspector De- es bicho de otro pozo. Son “apenas” 30 años, lida, quizás de su propio cerebro atrapado en el
tective bajo el mando del pero la vida es muy diferente… coma. Viendo esta secuela se encontrará la ex-
Inspector Detective en Incapaz de regresar a su propia época, Sam se plicación de lo que le sucedió al inspector Tyler.
Jefe Gene Hunt. Antes refugia en lo que mejor sabe hacer: su trabajo. También hay una versión norteamericana de la
del accidente sonaba Y resuelve casos policiales en cada capítulo, serie, con los mismos argumentos y otros acto-
en el Ipod de su jeep el usando lo único que lleva consigo: su mente, res, que no tuvo acompañamiento de audiencia.
tema de David Bowie sus procedimientos policiales, técnicas tales Mas información: http://www.bbc.co.uk/
“Life On Mars”, que conti- como el “perfilado” de delincuentes, pero sin lifeonmars/
 4 EL UMBRAL, Suplemento quincenal
La noticia se anunció en los medios nacionales más importantes: Callejeros toca en Olavarría a 4 días de conocerse la sentencia por el juicio que
se les sigue, junto a otros imputados, por la muerte de 194 personas en el boliche porteño Cromañón, el 30 de diciembre de 2004. Y las
reacciones no tardaron en llegar.
Nunca el show de una
banda de rock en Olavarría
causó tantas idas y vueltas,
repercusiones y debates (ni
siquiera el que dieron los pro-
pios Calle- jeros en esta misma ciudad en
2007; ni la suspensión del recital de Los Redondos
en agosto de 1997). Cambios de lugar, de día, pla-
Producción periodística: Victoria Ennis, Yesica Guevara y Claudia Ingratta
nos exhaustivos sobre la ubicación del escenario, la
policía, las ambulancias, las salidas de emergencia,
los baños públicos y los puestitos de choripanes.
El martes el propio intendente aseguraba que los
organizadores “no tienen la documentación com-
pleta” para lograr la autorización del recital. Sin
embargo, 12 mil entradas ya estaban supuesta-
mente agotadas, ya estaba definido fecha, hora y
lugar, se había anunciado el espectáculo varias
semanas antes (hay quienes mencionan que se
iba a hacer en julio, y que la pandemia de Gripe A
lo impidió), se había difundido el croquis completo
del show y estaban contratados al menos 100 efec-
tivos de seguridad privada. ¿Por qué esa contra-
dicción? ¿Alguien no entendió algo o está todo
demasiado claro? Hablar de localidades agotadas
pueden ser una buena presión para habilitar a úl-
timo momento un recital. Pero el show de hoy en
la pista de atletismo del Club Estudiantes no es
cualquier show. Es Callejeros. Y con ellos sangra
siempre la herida del estigma Cromañón.
Está claro que desde hace 5 años las cadenas
del rock nacional y de la noche argentina cam-
biaron para siempre. O al menos eso parece en
los requisitos que refieren a la
seguridad. Los boli-
EL ESTIGMA DE
CALLEJEROS
ches debieron prestar más atención a las sali-
das de emergencia, los matafuegos, los mate-
riales ignífugos y el factor ocupacional del local.
Y cada vez que se planea un recital se debe ser
mucho más riguroso en detalles que antes no
escandalizaban tanto. Pero las exigencias se
multiplican si el que toca es Callejeros. Es como
si donde quiera que vayan llevasen fuego en sus
canciones. Como si el tronar de un sólo acorde
pudiera siempre ser una chispa que lo incendie
todo. Ese es el estigma que arrastra esta banda
desde la tragedia de Cromañón.
Maxigimnasio del Club Estu-
diantes. Bomberos de Policía
autorizó menos personas de las
esperadas por metro cuadrado. La
ecuación entre el factor ocupacional
y el rendimiento económico no
cierra. Descartado.
Estadio de fútbol. Hay que rom-
per paredes y reacondicionar el lugar.
La relación costo–beneficio sigue
siendo negativa. Descartado.
Pista de Atletismo. Con un alam-
brado improvisado y una lluvia de po-
licías más o menos se podría zafar.
Perfecto.
Se iniciaron las gestiones con Bomberos de Po-
licía de Azul para habilitar el lugar y una semana
antes del show se presentó en el municipio la
documentación. Así las cosas, a 4 días del recital
no se sabía si Callejeros iba a poder tocar o no en
nuestra ciudad y ni el presidente del Club Atléti-
co Estudiantes, ni el intendente municipal, ni el
jefe de Bomberos de Policía de Azul quisieron
poner la cara por un espectáculo controversial
cuyos trámites estaban demasiado enredados.
Dos de los principales responsables de la llega-
da de la banda a Olavarría, el productor
marplatense Pablo Baldini (el mismo que trajo
a Los Piojos y a Los Redondos en su fallida
visita) y el olavarriense César Saldaín, fue-
ron los únicos que aportaron datos puntua-
les sobre la seguridad del show, que son los
que se señalan aparte en esta nota, junto
con el plano del lugar.
Mariano (26 años) es fan del grupo y puede
dar fe de cómo cambian las cosas cuando la
que va a dar un show es su banda preferida.
Viajó desde Olavarría para verla en Santa Fe
y Mar del Plata, y asegura que en ningún
otro recital de rock tuvo que pasar por seis o
siete cacheos. “Siempre se focaliza el tema
de seguridad más en Callejeros”, se queja, y
entra a comparar: “cuando vinieron Los Pio-
jos al Maxi, yo estaba en la tribuna de arriba
y había gente que pasaba para abajo, veías
que estaban todos apretados y decías: ¡no
puede ser! Y con Callejeros hay un tipo de
seguridad al lado del otro, separando las tri-
bunas. Muy estricto”.
Emilio (21), que sigue a La Renga y al Indio
Solari (ex letrista y cantante de Los Redon-
dos), vio a Callejeros en 2007 y confirma lo
que dice Mariano: “en la mayoría de los reci-
tales el cacheo es así nomás, no hay diferen-
cias entre estadios grandes y chicos, va mu-
cha más gente y te hacen pasar a veces así
nomás. Pero cuando fui a ver Callejeros era
todo más estricto”.
Ni Mariano ni Emilio estuvieron en Cromañón
aquella noche fatídica, ni tienen familiares
muertos en la tragedia. Mirta Miralles sí. Y
está parada en la vereda de enfrente.
Esta madre del dolor se quiebra una sola vez
durante la entrevista. Lo hace cuando recuerda
a su hijo. Cristian fue uno de los chicos que murie-
ron en el boliche de Once. Dice con voz suave
pero tajante: “m duele que mi hijo haya creído
en este grupo. Todos
los días me pregunto
cómo puedo vivir sin él,
todos los días miro su
foto y sé que sólo ten-
go dos opciones: que-
darme encerrada en
mi casa o salir a lu-
char”. El sonido de las
palabras aumenta y se
vuelven inflexibles
cuando hace referencia a Callejeros: “No quiero
que toquen. Callejeros lleva en su nombre 194
muertos y más de mil lesionados. En 2004 fue la
banda la que convocó a estos chicos”.
Mailín tiene 21 años. Es sobreviviente de
Cromañon y familiar de una de las víctimas. Su
hermano Lautaro tenía 13 años en 2004 y era
NO SE PERMITE
• La venta de alcohol en los alrededo-
res a menores y mayores de edad y
para distintos controles.
• El ingreso de elementos contunden-
tes, bebidas, desodorantes,
encendedores, y cualquier elemento
de pirotecnia.
• La portación de elementos que
demoren el cacheo, como bolsos,
mochilas, riñoneras, cinturones con
hebillas con metal o incrustaciones,
aerosoles, perfumes, etc.
• Mástiles, ni banderas de más de 2
metros por 1 metro.
• El ingreso de filmadoras o máquinas
de fotos.
• El ingreso a embarazadas con más de
5 meses de gestación.
• El acceso de niños o bebés que no
puedan movilizarse por sus propios
medios.
EL UMBRAL, Suplemento quincenal 5
fanático de Callejeros. Mailín habla con energía Lo concreto es que el recital finalmente se
y asegura que estará presente en el recital de hace. Y que se hace a 4 días de que la Justicia
hoy. Espera con ansias el show, que tiene “un anuncie su veredicto en un juicio que tiene a los
condimento especial porque es pocos días an- músicos acusados de estrago doloso y cohecho
tes de la sentencia”. En los recitales es imposi- activo (la fiscalía pidió 15 años de cárcel). “Va a
ble no acordarse de Lautaro. Es un momento ser un recital bastante emotivo, cargado de
de resignificación, de sanación, de descarga. sentimiento, es como que ya pasás al desenlace
Después del primer show pos-Cromañon, ase- de todo esto”, presagia Mariano, mientras
gura que salió liberada. “Necesitaba eso. Fue Mailín todavía recuerda la primera canción del
como cerrar una noche que había quedado in- grupo que la conmovió: “Poder jugar en otro
conclusa”, sostiene. Y agrega: “Callejeros va a juego es lo que imagino / Donde la gente de
llevar un estigma por siempre. El tema es no
aplicarlo como estigma sino como controles de
mierda esté muerta y los buenos, vivos / Quiero
que sea éste el lugar, pero convertido”.
seguridad para todas las bandas”.
Mirta asegura que hoy van a estar presentes
en Olavarría un grupo de padres que no quieren
que la banda siga tocando. “Defino a este reci-
tal como atado con alambres. Es un disparate.
Nos llama la atención que a partir de nuestros
llamados lo hayan mudado de lugar tres veces
en una semana”, dispara, y anuncia que estos
padres no persiguen a nadie, solo quieren segu-
ridad para los chicos. “Cromañon no nos pasó a
nosotros solos, nos pasó a todos, pero la socie-
dad se olvida. Siento dolor porque nos dieron la
espalda en todos lados, nos critican por hablar
en los medios y por manifestarnos. Sólo pido
que se pongan en nuestro lugar 5 minutos”.
Difícil desafío el que plantea Mirta. Por eso
el productor Cesar Saldain sólo puede en-
tender: “los padres están en todo su dere-
cho de reclamar, porque ese dolor no se
paga con nada. Pero me gustaría decir que
los músicos de Callejeros también perdieron
familia y ellos son los primeros en querer que
salga todo bien. Yo lo trabajaría de esa ma-
nera y no queriendo prohibir”.
 6 EL UMBRAL, Suplemento quincenal
CROMAÑON:
la hora del veredicto
Difícil estar en la piel de los jueces que el miércoles darán el veredicto de un
juicio histórico y complicado por donde se lo mire. ¿Cómo condenar a un mú-
sico que en ese mismo hecho perdió a buena parte de su familia?
/ Pablo Zamora
Hasta aquel 30 de diciembre de 2004, los
integrantes de Callejeros eran muchachos
de barrio que estaban cumpliendo el sue-
ño de tener su banda de rock. Hoy están a
un paso de ir presos. “Pensé que esa noche
iba a ser inolvidable. Mi novia se murió, mi
mamá se quemó el 40 por ciento del cuer-
po, ¿cómo voy a exponer a mis seres queri-
dos a tal desastre? Nos duele la vida, nos
sacaron el alma, lloramos a cada una de
las víctimas”, declaró el cantante Pato
Fontanet en el juicio.
“Yo fui ahí a tocar, a soplar y a mover los
dedos. No le hacía mal a nadie, era una
cosa totalmente artística”, manifestó el
saxofonista Juan Carbone. Y, apuntando a
los jueces, se mostró indignado por la acu-
sación de dolo eventual que pesa sobre los
músicos: “¿Es decir que quise matar a mi
familia, a mis fans, a mis amigos? ¿En qué
cabeza cabe? ¿Entienden la ridiculez?”.
Aquel 30 de diciembre de 2004, muchos re-
cordarán, alguien tiró una bengala al techo
del boliche Cromañón (en el porteño barrio
de Once), que prendió fuego una media som-
bra, que generó un incendio en el que murie-
ron 194 personas y hubo miles de lesionados.
Esa noche tocaba Callejeros, y apenas inicia-
do el recital se desató la tragedia. Unos días
antes algo similar había ocurrido en un show
de los Jóvenes Pordioseros, pero fue nada más
que una señal que nadie quiso ver. A esa altu-
ra, las bengalas en el rock tenían la misma
presencia que en los partidos de fútbol. Y se
festejaban.
Callejeros las festejó, como muchos otros,
pero estuvo en el momento justo en el lugar
equivocado. Y eso siempre se paga.
El que también paga es el empresario
Omar Chabán, responsable de Cromañón y
principal acusado en este juicio, un hombre
que se involucró tanto con el rock que per-
dió de vista cosas
fundamentales
como la seguri-
dad de la gente.
No habrá sido el
único, pero al
igual que Calleje-
ros, le tocó que-
dar pegado. “Soy
un talibán del do-
lor de todos y na-
die asume culpas.
Si yo tenía que ser
Dios y saber todo, los padres, ¿no tenían que
saber que a sus hijos les gustaban las benga-
las?”, declaró en su defensa.
“Yo fui a tocar porque el lugar estaba abier-
to. Si hubiera tenido una faja de clausura, no
tocábamos”, sostuvo el guitarrista
Maximiliano Djerfy, apuntando al Estado. En
ese entonces Aníbal Ibarra era el jefe de go-
bierno de la Ciudad de Buenos Aires y luego
tuvo que dejar el cargo tras un juicio polí-
tico. Sin embargo, nada impidió que vol-
viera a presentarse en las próximas elec-
ciones y su carrera siguiera como si nada.
En este caso, los que quedaron pegados
fueron los funcionarios Fabiana Fiszbin,
Gustavo Torres y Ana María Fernández.
Con el asunto de la policía y las coimas
pasó lo mismo: los que pagan el pato son
Carlos Díaz y Miguel Angel Belay.
La tragedia desnudó la negligencia y
la desidia de un país en el que todo vale.
Por eso el escenógrafo Juan Cardell acu-
só: “cuanto más responsables sean
Chabán y Callejeros, menos culpable va
a ser el Estado”.
Omar Chabán está imputado por estra-
go doloso seguido de muerte, que prevé
una pena de entre 8 y 20 años de prisión,
y cohecho activo (pagar coimas). Por esos
mismos delitos también están procesados
el ex jefe de seguridad del local, Raúl
Villarreal, y el grupo Callejeros (Patricio
Santos Fontanet, Daniel Cardell,
Maximiliano Djerfy, Juan Carbone, Cristian
Torrejón, Elio Delgado, Eduardo Vázquez
y Diego Argañaraz). Fabiana Fiszbin, ex
subsecretaria de Control Comunal, y los
ex directores de esa dependencia, Gusta-
vo Torres y Ana María Fernández, están
acusados de incumplimiento de los debe-
res de funcionario público. En tanto los ex
jefes de la seccional séptima de la Policía
Federal, Carlos Díaz y Miguel Angel Belay,
son acusados de cohecho pasivo por dejar
funcionar el boliche sin controles.
El próximo miércoles, los jueces Ma-
ría Cecilia Maiza, Marcelo Alvero y Raúl
Llanos darán el veredicto sobre una de
las tragedias más dolorosas de la histo-
ria argentina. Digan lo que digan, la
herida será imposible de cerrar.

MANOS DE
ARTESANO
De carácter amigable, aspecto descontracturado y manifiesta simpleza, Juan Chasman dedica sus horas
a la elaboración de piezas de orfebrería, una labor inusual pero en extremo apasionante.
/ Noelia Portaluppi
Créanme lo que les digo: en el hostil mundo
contemporáneo, que reta y desafía, que
amedrenta y acobarda, pocas son las perso-
nas (pese a los esfuerzos que todos hacemos)
que tienen la dicha de vivir de lo que les apa-
siona. Juan Angel Chasman, olavarriense de
28 años, es una de ellas. Sereno y cabizbajo,
no escatima en palabras si de arte se trata. Y
es que, orfebre por convicción, ha hecho del
oficio su actividad primera.
Para aquellos que lo ignoran, la orfebrería
es la labor que consiste en conferir valor ar-
tístico a los metales preciosos, transformán-
dolos así en elementos/utensillos criollos ta-
les como rastras, cuchillos, rebenques, ma-
tes, dagas, facones, correspondientes a la
platería tradicional y/o en distinguidas pie-
zas de joyería, esto es, hebillas para cintos,
gargantillas, llaveros, pendientes, anillos.
Plateros, joyeros, cinceladores, grabadores
son, en definitiva, orfebres.
Pero volvamos a Juan, quien desde peque-
ño sintió gusto por las manifestaciones ar-
tísticas. Un tanto retraído, cuenta que jugó
a crear animales mitológicos infinidad de
veces y que se entrometió en el taller de su
tío, el reconocido maestro Armando
Ferreira, otras tantas, curioso por conocer
los pormenores de la profesión. Pese a ello y
como sucede a menudo, los vaivenes de la
vida lo condujeron por otros derroteros,
otros empleos y otras latitudes.
Así, estudió durante 3 años el Profesorado
de Biología, trabajó en diferentes comer-
cios, casas gastronómicas y se animó a la
fotografía, otra de sus pasiones. Durante su
estadía en Neuquén (un sitio del que con-
serva muy buenos recuerdos) invirtió sus
mayores esfuerzos en la toma de fotos, su
fuente de ingresos por aquel entonces.
Hace algunos años, de visita en su ciudad
natal (pues insiste en que aquella vez “estaba
de paso”), su vida dio un vuelco inesperado: su
tío le propuso comenzar en el arte de la orfe-
brería. Y no vaciló. En principio, el denomina-
do “oficio de oro y plata” constituyó para él un
pasatiempo o divertimento; pronto, las técni-
cas de fundición, laminación, sobaje y cincela-
do atiborraron sus horas. De Ferreira, su
maestro y guía, asimiló técnicas y habilidades,
pero también la rúbrica inquebrantable de
transmitir arte en toda actividad.
Luego de 6 años ininterrumpidos de profe-
sión, Juan se sabe orfebre, asegura que jamás
dudó de lo que hace y que su convencimiento
es mayor cada vez que da “vida” a una obra.
Así lo relata (y yo les transmito): “Me gratifica
hacer lo que hago, desde el inicio hasta el fi-
nal. Cada vez que concluyo una pieza siento
dentro una mezcla rara de emociones, siento
que me libero. Y me encanta”.
Actualmente, su tiempo transcurre entre el
arte y la pedagogía, pues además de la reali-
zación de piezas artesanales para comercios y
EL UMBRAL, Suplemento quincenal 7
NOMBRE:
Juan Angel Chassman
OCUPACION: Orfebre
EDAD: 28 años
particulares (de la ciudad y la zona) en el taller
de su maestro, dicta clases en la Escuela Mu-
nicipal de Orfebrería, creada en 1978 por ini-
ciativa del propio Ferreira, con el propósito de
consolidar y difundir el oficio en la región. A
ella concurren, de lunes a miércoles, jóvenes y
adultos de distintos puntos del mapa
(Catamarca, Coronel Suárez, Sierra de la Ven-
tana) para incorporar técnicas y secretos de
la joyería y la platería tradicionales. Quienes
asisten a la escuela, abonan una mínima cuo-
ta mensual y disponen de todas las herramien-
tas necesarias para trabajar.
Para Juan, el taller que coordina desde ini-
cios de este año es en verdad una “escuela-
peña”, un espacio de creación sumamente
armonioso que reúne a chicos y grandes abo-
cados a la orfebrería. Sin titubeos, agrega
que en el taller las diferencias se disuelven y
que sus alumnos lo hacen sentir “uno más”,
aunque sea el profesor.
A Juan le preocupa (y le entristece, lo noto en
sus ojos) la mengua y devaluación de
su oficio en el país. Pese a la
crisis que, al parecer, a na-
die perdona, anhela conti-
nuar con sus quehaceres de
orfebre, montar una muestra
de platería junto a colegas en el
último trimestre del año y dedi-
carse, además, en un futuro no
muy lejano, a la escultura. Todo
un artista.
 8 EL UMBRAL, Suplemento quincenal
¿Todo tiempo
pasado fue mejor?
Roberto Peyrano, el gran baterista olavarriense, rememora sus años de juventud y
aporta su mirada sobre lo que observa en la actualidad.
/ Magalí Coronel
Mi idea de entrevistar a Roberto
Peyrano nació por la inquietud de sa-
ber cómo vivían la juventud los hom-
bres de su generación: ¿realmente los
jóvenes de ayer eran tan diferentes a
los de hoy, como cuentan mis papás? El
punto de encuentro para la charla fue
el Conservatorio de Música, y una vez
que ví a Roberto personalmente, tuve
la impresión de que me cerraba cierto
estereotipo del músico: pelo largo, bar-
ba, un look bien bohemio... Noté ense-
guida que se trataba de un tipo piola,
totalmente accesible. Incluso, inte-
rrumpió una clase: “seguí con los pali-
llos que ya estoy con vos”, le pidió a uno
de sus estudiantes.
La vocación de Roberto por la música
y su temprana incursión en ella (toca la
batería desde los 13 años) le per-
mitieron tener acceso a dis-
cos de onda del momen-
to siendo apenas un
adolescente. Ten-
Foto: Lucas Pagano
gamos en cuenta que antes los chicos de
17, 18 años, apenas podían salir de noche a
la matinée; y sin embargo este músico to-
caba en boliches desde los 15 años, o quizá
desde antes.
Su debut se dio en las llamadas “orquestas
de baile”, que tenían lugar en zonas rurales
(como Recalde, Pigüé y lugares cercanos).
“Eran los clásicos bailes de la estación, de
pueblo. Normalmente toda esa zona esta-
ba acostumbrada a los bailes. Bueno, toda
mi formación primera pasa por ahí”, me
cuenta. Luego, allá por los ’70 y con el auge
del rock, Roberto integró distintas bandas
con las que hacía presentaciones en boli-
ches. De todos modos, afirma no haber sido
un habitué de la movida nocturna de aquel
entonces (“yo siempre lo digo: si estuve en
los bailes, o estuve en alguna disco de moda,
en general entraba a ese lugar porque to-
caba”). Quizá por eso, los fines de semana
no le gustaba mucho salir a
bailar, y en cambio
prefería juntarse
con amigos a es-
cuchar música
y ensayar.
¿Cuáles eran
las discos de
moda de
aquella épo-
ca? Rober-
to recuerda
a Rodríguez, Yamó, “y si miramos un poquito
más atrás estaba Catacumba”, que se llama-
ba así porque su estructura simulaba la de
una cueva. Describe este lugar como una es-
pecie de túnel en piedra, decorado en su inte-
rior con telas de araña. “Estaba bárbaro”,
recuerda.
Una de las diferencias entre el boliche de
antes y el de ahora es que en aquella época
abría todos los días, salvo los lunes. Obvia-
mente, “el quilombo” era el fin de semana,
pero mientras tanto podías pasar un rato
tranquilo, en pareja o con amigos, toman-
do algo, escuchando música o viendo una
buena banda. “Era la época del disco. En-
tonces caías vos con un par y se los dabas al
DJ para que los pasara, y escuchabas
Spinetta, los Beatles…”, apunta, y señala
que en esas ocasiones sí le gustaba asistir
“porque estaba todo más tranquilo”.
Los jóvenes de aquellos días salían más tem-
prano que nosotros. Por ejemplo, “un boli-
che abría tranquilamente a las doce de la
noche”, e incluso a la salida uno podía volver-
se caminando solo sin temor. Roberto me
cuenta que volvía a su casa a las 4, 5 de la
mañana, y que “nunca me pasó nada, nunca
me robaron… Hoy no se puede andar”.
Mientras se enfoca hacia la actualidad,
asegura que en su juventud no existía tanto
descontrol en los chicos por el alcohol o la
droga. “No se veía gente hecha bolsa”,
enfatiza. “Siempre había, podríamos decir,
T iene batería d os Konde usión
un ‘borracho lindo’, y
al que jodía mucho lo
sacaban afuera, pero no
era una cosa que vos no sa-
bías a quién agarrar”. Re-
cuerda que tampoco había tan-
ta pelea y violencia en los boli-
ches. Roberto tocó en lugares bra-
vos, con gente pesada, “pero había
códigos, vos tenías un problema con-
migo y lo arreglábamos afuera. Y si yo te
estaba fajando, se metía alguien y ya
está, se terminó. Nada de patadas en la
cabeza, ni diez contra uno”.
Según el baterista, a lo mejor la noche
era más tranquila porque se comenzaba
a salir a los veintitantos. Y a esa edad ya
no se salía “a romperse”, los chicos se
controlaban más. Por otro lado, los va-
rones no salían “a perder el tiempo”.
Iban a la disco a conocer alguna chica
“para salir en pareja o tener algo”. Y un
detalle es que en general las mujeres
iban al boliche con la madre. ¡Sí, leyeron
bien! “Veías chicas solas, sentadas de a 4
ó 5, pero después de los 20. Las más chi-
cas estaban con la madre”.
Roberto me dice esto y se dispone a reto-
mar su clase. Yo me voy pensando si real-
mente todo tiempo pasado fue mejor. De
lo que ya no tengo dudas es de que mi pa-
pás tenían razón: su generación y la nues-
tra se diferencian. Y bastante.
Peyrano
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Robeico
bás s
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