Está en la página 1de 1

UNDER CONSTRUCTION

Frente a mis ojos, bajo mis pies, puede levantarse el abismo. Puedo tropezar y v
olver a caer una y otra vez, sin parar, sin darme cuenta de que ya lo he hecho a
ntes. Y lo mejor es que seguiré haciéndolo.
Porque me demuestro con cada caída lo fuerte que puedo llegar a ser. No importa
si no lo veo en el momento. Crezco cada día con la esperanza de que, en algún mo
mento, vendrá la respuesta con una explicación bajo el brazo, con unas palabras
de ánimo que digan "Por fin lo has conseguido".
Es curioso cómo muchas veces nos encontramos a nosotros mismos preguntándonos ¿p
or qué no lo consigo? cuando en realidad caminamos ya hacia ese punto final de e
tapa, aquel en el que, quizás resollando, llegas por fin a respirar hondo y alca
nzas de nuevo el ritmo cardíaco adecuado.
Esta ciudad me intenta hace ir demasiado deprisa, pero yo me resisto, aunque no
quede mucha gente que camine a mi lado tan lento como yo. Pero, sinceramente, pr
efiero ir disfrutando del paisaje.
Cada rincón me ofrece estímulos nuevos, mi mirada no es la de un ojo, sino que n
oto la simbiosis con el objetivo de la cámara con la que fotografía y descubro e
ncuadres nuevos que siempre me aportan algo. Eso, sencillamente, no lo ven aquél
los que van más deprisa.
Así que nazco de nuevo cada vez que fotografío la vida, aprendo, crezco y me est
imulo. Descubro que me da la vida poder llegar a captar aquello que es tan marav
illoso en su sencillez, colores que nunca tendrán prisa, plasmados eternamente.
Me gusta pensar que estoy en evolución constante. Cuando deje de pensarlo y de s
entirlo, quizás habré dejado de existir. Así que crezco como un edificio eterno,
hacia las nubes, hacia el sol que me permite captar la vida y retenerla en un t
rozo de papel virtual.
Viviré de esto mientras mis ojos me lo permitan.

También podría gustarte