Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
INTRODUCCIÓN
Imaginemos a dos tipos de lectores: un hombre y una mujer. La mujer tiene 34 años y
demarcación que presume uno de los niveles académicos –y económicos- más elevados del
país. El hombre habita la misma región y tiene, aproximadamente, esa edad. Sus hábitos de
vida son disímbolos: mientras ella es fanática de las redes sociales, él disfruta la lectura de
“La Jornada”, el diario que alega vivir en “alas de la libertad”. En algún momento, el hombre
y la mujer coinciden en tiempo y espacio, aunque no se conozcan: una tarde, entra, cada quien
sólo eso, también su indignación: ¿quién se atrevería a comprar, piensa nuestro imaginario
lector, las memorias de un militante nazi? Porque sí: frente a él está el “polémico” libro de
Günter Grass, Pelando la cebolla. El hombre hace una mueca de rechazo y se aleja
rápidamente de la mesa, buscando, mejor, Las memorias de mis putas tristes, de Gabriel
razón y justicia, con el Nobel de Literatura; no como Grass, al que, incluso, deberían despojar
Debido al poco espacio que existe entre las mesas de la librería, el hombre camina de
soslayo. Sin embargo, no puede evitar que sus nalgas rocen las de la mujer de 34 años, quien,
sin molestarse por la invasión a sus glúteos, mira con atención la primera de forros de un libro
publicado por Mondadori, aunque ella no repare en esto, sino en la fotografía que ilustra la
edición. “¿Es la misma imagen que promocionó la película?”, valora, dubitativa. Sí, es la
misma, además, el libro se llama también La pianista, lo cual convierte en obvio el hecho de
que está en presencia de la novela en la que se basó la película del mismo nombre; filme que
vio en compañía de sus amigas y que no dejan de comentar desde entonces, inclusive a través
de Facebook. La mujer no lo piensa dos veces: coge el tomo y camina hacia la caja, decidida a
leer -“aunque sea sólo en partes”- la novela, para tener algo que escribir en el muro de su
página personal.
cuestionar cualquiera al que llegue este escrito. Para tranquilizar al academicista inquieto,
probable, sin embargo –es nuestra esperanza- que algunas de estas observaciones resulten
válidas para determinados tipos sociales de lectores”1. Así pues, lo que estoy proponiendo
son dos lectores “abstractos”, que actúan a partir de “prejuicios”, según la categorización de
Hans-Georg Gadamer. El hombre descrito líneas arriba utiliza sus prejuicios para recibir,
anteriormente construye prejuicios a partir de una película, que la motiva a comprar una
novela y a leerla fragmentariamente, con la finalidad de que ella misma, tiempo después,
1
Ensayo contenido en el volumen En busca del texto. Teoría de la recepción literaria, p. p. 435-442. Las
cursivas de la cita son mías.
3
pueda escribir (exhibir) sus opiniones en el muro de su Facebook. En los dos casos, los
Jelinek2. La tesis de la que parto es la presunción de que la novela de Grass es rechazada (no
de Jelinek es bien recibida (comprada, “leída”, aceptada) por la inducción de los medios
representan personajes tipo. Si tuviera que describirlos a partir de cierta caracterización social,
diría que ambos son reproducciones simbólicas de lo que podríamos denominar “clase media
muro de su Facebook, aunque sintetiza la premisa postulada en este ensayo: antes de consumir
el libro, el lector en lengua española tuvo un acercamiento con la obra, merced a la adaptación
encuentra siempre en relación directa con los objetos y tiene de antemano una idea de ellos”,
escribe Rita Gnutzmann, sintetizando una idea de Heidegger, seguida, a su vez, por Gadamer,
a partir de la cual éste último “aporta a la teoría de la recepción términos como “pre-juicio”
2
No está de más resaltar que el ensayo se basa en las categorizaciones de Hans-Georg Gadamer, desarrolladas a
su vez por Hans Robert Jauss, y se inscribe en la corriente sociológica de la Teoría de la recepción literaria.
3
Sra. Castro, “La pianista-Elfriede Jelinek”, en www.solodelibros.es/05/01/2006/la-pianista-elfriede-jelinek
4
(Horizontverschmelzung)”4.
la historia, sino sobre el objeto en sí, que se convierte en material de consumo. Sin duda,
nuestra lectora imaginaria tendrá una opinión sobre la historia de Erika Kohout, pianista
vienesa de 36 años, quien vive subyugada por su madre, una anciana viuda y alcohólica,
celosa vigilante de los deseos lúbricos que Erika siente hacia su alumno Walter Klemmer y,
también, hacia las parejas que copulan en el Prater. ¿Podría nuestra lectora mostrar
indiferencia ante las escenas en las cuales Erika lo mismo recoge papeles olorosos a semen
que masturba a Klemmer en el baño del colegio, o práctica el sexo oral en su habitación,
mientras su madre deambula por la pieza contigua? Seguramente, no. Quizá incluso exista una
empatía entre Erika y nuestra lectora “abstracta”, pues su edad rebasa los treinta años, las dos
existencial. Pero todo ello no importa ante el hecho de que el prejuicio construido por la
literatura, que tiene que ver con el consumo de un objeto. Fenómenos tales como los seis
tomos de Harry Potter, que un abnegado padre compra a su hij@ de nueve años, adicto a los
videojuegos o al Cartoon Network, quien hojeará y/o en el mejor de los casos leerá pocas
páginas de los volúmenes, sólo pueden explicarse a partir del “uso” que se le da a un texto
literario como bien de consumo. Dentro de este fenómeno, queda fuera toda valoración
inmanentista de la obra, pues el lector no se acerca al texto para leerlo y valorarlo a partir de
4
Cfr, Rita Gnutzmann, La teoría literaria alemana, p. 216.
5
sus virtudes intrínsecas, sino para consumirlo. El “prejuicio” que lleva a una persona a
adquirir un libro se basa, entonces, en la promoción que éste tenga, da la mismo si es a través
escriban o lo promuevan. Efecto de bola de nieve: los comentarios, las opiniones o las frases
al vuelo que realice el “lector” de tal texto, servirán para continuar con la promoción y el
consumo del libro. La página personal de nuestra lectora “abstracta” servirá de plataforma
publicitaria ya que, probablemente, motivará a sus “amigos” a comprar la misma novela, pues
“¡Denme mis “alas de la libertad” para volar lejos del nazi!”. Pelando la Cebolla,
de Günter Grass
Perdónese, por favor, que en este apartado utilice citas largas. Va la primera:
Cuando en 1999 a Günter Grass se le otorgó el Premio Nobel de literatura, los periódicos del
primero de octubre y las revistas estuvieron llenas de comentarios, retratos, reseñas acerca del
autor “nobelista” alemán. Los canales de la televisión cultural difundieron entrevistas con Günter
Grass, se recordaban sus visitas a México, se publicaron extractos de obras anteriores y de las más
recientes […] De paso, se citaba a otros notables autores alemanes, a Martin Walser, Walter Jens,
Christa Wolf, entre otros, quienes habían opinado favorablemente sobre el otorgamiento del
En sintonía con la última parte de la cita, la que se refiere al éxito comercial de las obras
de Grass, me pregunto: ¿Por qué Pelando la cebolla, novela de 445 páginas, tiene un precio
5
Dietrich Rall y Marlene Rall, “La recepción de la literatura alemana en México”, en En busca del texto. Teoría
de la recepción literaria, p. 443. Las cursivas son mías.
6
novela de 680 páginas que, teniendo el mismo formato que el volumen anterior, cuesta más
del triple ($299 pesos, en librerías Gandhi de la Ciudad de México)6. ¿Acaso se debe a que las
puesto en “la picota” (Mario Vargas Llosa, dixit) al Nobel Alemán, a partir de su confesión de
haber pertenecido a la Waffen SS, regimiento nazi de élite? ¿O se debe a que Pelando la
cebolla es una obra menor dentro de la producción de Günter Grass? Aun cuando se diera una
respuesta afirmativa a esta última cuestión, el hecho no justificaría que Pelando la cebolla, de
Grass, tuviera un precio tan inferior, tomando en cuenta que, en el mercado editorial, las
memorias de un escritor multi premiado y con un gran éxito de ventas, (casi) siempre tienen
Me parece que la “mala” recepción (aceptación, consumo, pero también lectura) que
se ha hecho de Pelando la cebolla tiene que ver más con los “prejuicios” de lo “políticamente
correcto”, que con las cualidades inmanentes de la obra. Los gestos de aversión que
la obra, son motivados por unos “prejuicios” que tienen su origen en una supuesta conciencia
moral, que debe rechazar todo lo relacionado con el pasado nazi. Así, el lector “políticamente
correcto” demanda obras de autores que muestren un código compuesto por un respeto
irrestricto a los derechos humanos, una férrea voluntad democrática, una sólida conciencia
6
Información obtenida de la página electrónica de la empresa: www.gandhi.com.mx Consultada el 23 de mayo
de 2010
7
Baste un ejemplo: Cien años de soledad, de Gabriel García Márquez, en su edición conmemorativa de “pasta
dura”, tiene un costo de $125 pesos, mientras que Vivir para contarla cuesta $253 pesos, en un formato
“rústico”. Esto es, el volumen con las memorias del Nobel colombiano tiene un costo 50% superior a la
considerada obra cumbre del escritor, aun cuando la edición de Cien años de soledad mencionada tiene una
presentación de lujo, está revisada por el autor y es avalada por la Asociación de Academias de Lengua
Española. (Información extraída de la página electrónica de las librerías Gandhi, ya consignada)
7
con las “alas de la libertad”. Y, en el caso de un escritor alemán, se espera que éste se haya
Durante años, Günter Grass hizo creer que había sido un soldado de batería antiaérea
en el ejército regular alemán, y no un miembro de una tropa de élite hitleriana 9; sin duda sabía
que los lectores occidentales esperamos de un autor germano esa “virtud ontológica” que lo
mantuviera inmune ante la barbarie racista del Tercer Reich. Esta “traición” es lo que no le
millones de seres humanos. Aunque pudiera convencerme de no haber tenido culpa activa,
siempre quedaba un resto, que hasta hoy no se ha borrado, y que con demasiada frecuencia se
llama responsabilidad compartida. Viviré con ella los años que me queden, eso es seguro” 10.
Y no vale de nada el acceso confesional, o vale de muy poco, pues en el caso del lector
“abstracto” propuesto en mi ensayo, éste pasa de largo ante el libro. No lo toma de la mesa de
exhibición, no lee la cuarta de forros, no lo hojea ni, mucho menos, lo compra y lo lleva a
casa para leer lo que Grass tiene que decir. No lo hace pues sus “prejuicios” lo condicionan a
8
De igual manera, el lector alemán de literatura hispanoamericana tiene un “horizonte de expectativas”
determinado hacia el escritor latinoamericano. Según Federico Schopf: “… para muchos lectores, críticos y
editores alemanes la literatura hispanoamericana debe ser esencialmente literatura comprometida y más aún,
literatura de denuncia política explícita”. Op. cit, p. 440. Las cursivas son del autor.
9
Cfr, Mario Vargas Llosa, “Günter Grass en la picota”, en Bitácora Almendrón. Una ventana abierta al mundo
artístico, cultural y político, www.almendron.com/tribuna/11235/gunter-grass-en-la-picota
10
Günter Grass, Pelando la cebolla, p. 120.
8
“Si, además, se les concede a los editores el derecho de adecuar su programa a las
condiciones del mercado, no es lícito exigirles a los críticos –“productores de apariencia (s)”,
sociedad capitalista”11. Sólo porque las casas editoriales adecuan “su programa a las
condiciones del mercado”, es posible explicar que un libro como Pelando la cebolla cueste
menos de cien pesos en un país en el cual sólo las obras impresas por la industria de la
piratería alcanzan ese costo. Claro: si los lectores “políticamente correctos”, y los críticos con
posguerra”, se alejan de Pelando la cebolla, está claro que las editoriales deben abaratar el
PRODUCTO para que éste sea CONSUMIDO, tal y como el comerciante de frutas y
legumbres del mercado baja el precio de los jitomates cuando éstos están picados, con tal de
que alguien los compre. Sin embargo, nuestro lector “abstracto”, al ser un consumidor con un
poder adquisitivo alto (recordemos: es miembro de una casta que hemos denominado “clase
autor) para concentrarse en otras más convenientes: ¿porqué no Memorias de mis putas
tristes, de Gabriel García Márquez, “ese escritor siempre genial y políticamente correcto”,
según nuestro absurdo, perdón: “abstracto” lector coyoacanense, quien siempre ha vivido en
CONCLUSIÓN
seguida por Jauss, analicé dos posibles recepciones de las novelas Pelando la Cebolla, de
vertiente sociológica, nos permite cuestionarnos sobre las razones por las cuales un texto es
11
Dieter Reichardt, “Inventario de la recepción de la literatura latinoamericana en los países de habla alemana”,
en En busca del texto. Teoría de la recepción literaria, p. 427.
9
recibido con un ánimo lúdico y reflexivo, pues con ese espíritu abordé el comportamiento de
FUENTES
2006. p. 445.
2005. P. 285.
RALL, Dietrich (comp.). En busca del texto. Teoría de la recepción literaria. Trad. de