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Movió más de cien toneladas

© ‘MR. NICE’ (EDICIÓN FRANCESA)

© ‘MR. NICE’ (EDICIÓN FRANCESA)

■ ‘Mr. Nice’, con su
familia. A su lado, ■ Desde su salida de
de marihuana y pasó siete Judy, su mujer, prisión, Howard
años preso en Estados Unidos. quien también fue
detenida en Palma
Marks se ha
dedicado a defender
Ahora, Howard Marks, escritor de Mallorca en la legalización del
1988 por orden de cannabis. Conciertos
de éxito afincado en Palma, la Agencia de rock, como el de
la imagen, y charlas
abandera la legalización del Antidroga de
Estados Unidos. le han convertido en
cannabis un ‘showman’ pro
legalización.

© MR. NICE EDICION FRANCESA

© ‘MR. NICE’ (EDICIÓN FRANCESA)

■ A la derecha, el ex

© ‘MR. NICE’ (EDICIÓN FRANCESA)

traficante de
marihuana, en 1995,
con varios de sus
compañeros reclusos
de la prisión
americana de Terre
Haute, en el Estado
de Indiana.

Fue detenido a finales de los 80 ALBERTO GAYO España, o en cualquier sitio, le re-
sulta muy fácil: “La gente me re-
por orden de la DEA. Hoy, cinco conoce y hay muchos que me rega-
años después de salir de prisión,

E
s tal el prestigio de lan piedras” (trozos de hachís).
Dennis Howard Marks En contra de la lógica, la mercan-
Howard Marks, el Marco Polo de entre los partidarios cía que utiliza Mr. Nice para su
la marihuana –‘Mr. Nice’ para los de la legalización de consumo viene del País Vasco, y
la marihuana que una no de la costa gaditana. Curioso.
amigos– ha pasado de traficante empresa holandesa dedicada a de- Para él no hay sitios prohibidos, es
impenitente a escritor de éxito. sarrollar semillas de cannabis co- una manera de apostar por la nor-
mercializa doce variedades con malización de esta droga, fuma
“No me arrepiento de nada”, dice denominación de origen Mr. Nice. donde y cuando quiere. O lo que
este hombre, que no puede viajar Mr. Nice fue uno de los apodos es igual, todo el día.
utilizados por quien en los años
a Estados Unidos, Australia y Chi- 70 y 80 era uno de los más im- La DEA, el MI6, el IRA...
na y que no ha dejado de fumar portantes traficantes de hierba y Este galés estudiante de Oxford,
hachís en todo el mundo. Ahora nacido hace 55 años en un pueblo
porros, “nunca más de 30 diarios”. recorre Europa presentando su au- minero del sur –“donde había más
tobiografía –350.000 copias ven- tabernas que capillas y más minas
didas en el Reino Unido–, ofre- de carbón que escuelas”–, recono-
ciendo su apoyo a cualquier grupo ce que en la década de los 70 y du-

Howard antiprohibicionista, pinchando

música en clubes y, cómo no, fu-
mando porros. “Nunca más de 30
al día”, dice.
rante gran parte de los 80 llegó a
mover más de 100 toneladas de
marihuana y hachís, la mayoría
con salida en el sudeste asiático y

Marks
Y no es broma. El encuentro con destino en Inglaterra. Hasta 14 paí-
interviú tuvo lugar en el número ses llegaron a perseguir a un hom-
3 de la calle Fuego, a las afueras de bre que fue enganchado por el
Palma de Mallorca, en el mismo MI6 –el servicio de inteligencia

FERNANDO CÁRDENAS
chalé donde el 25 de julio de 1988 británico– a través de un amigo de
Marks y su mujer eran detenidos juventud y que acabó vendiendo
tras un impresionante despliegue drogas al IRA cuando debía estar
policial. Mr. Nice está ahora de espiando a los terroristas. “Gané
mudanza, quiere pasar página. Es siete u ocho millones de libras es-
mediodía y el humo de la resina de terlinas, pero es normal que Esta-

La venganza de Mr. Nice

hachís ralentiza el tiempo. “Fumo dos Unidos, con la DEA al frente,
porque me gusta. Me he dado siempre atribuya más operaciones
cuenta de que escribo mejor, es un de las que fueron de verdad. En
uso más profesional que terapéuti- aquel país parece que la DEA aga-

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co”. A Marks comprar hachís en rra cada día al mayor traficante

78 interviú 4 de diciembre de 2000 www.zetainterviu.com interviú 79

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Howard
Marks
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del mundo. Yo no hice tantos pases
como dicen, pero me hubiera gus-
tado”. Según las policías que le pi-
saron los talones, en los 15 años
que duró su imperio manejó más
de 40.000 millones de pesetas.
Sus aventuras las ha plasmado
en Mr. Nice (Cáñamo Ediciones),
una autobiografía que detalla des-
de el primer porro hasta su puesta
en libertad, una historia de buenos
y malos: “Mi nueva vida es una
sorpresa. No esperaba que mi li-
bro tuviese tanto éxito, estaba es-
crito para gente mayor y al final
gran parte de los compradores son
chavales. Antes fumar era un sím-
bolo contestatario, de esnobismo,
hoy todo el mundo fuma. Mire,
hasta los de las mudanzas”.
Marks todavía recuerda cuando
llegó a Palma en el 84. Venía atraí-
do por el sol, por la importante co-
munidad de habla
inglesa, “pero sobre
todo porque el con-
sumo de hachís aquí
era legal y porque
tenía problemas fis-
cales en el Reino
Unido”. Desde su
página en Internet,
en sus charlas por
todo el Viejo Conti-
nente y en artículos
publicados en revis-
tas inglesas se dedi-
ca a defender el final
de ese tráfico ilegal.
FERNANDO CÁRDENAS
“Cualquier daño
que tenga el uso de
la marihuana será
siempre menor que
si se legalizara. Si
fuera legal, la gente
no iría a la cárcel por vender y fu-
mar, que por sí sola ya es razón su-
ficiente. Los jóvenes no fumarían
mierda –en Marruecos meten plás-
ticos en el hachís para endurecer-
lo– ya que habría un control de ca-
lidad, los chavales no se verían
obligados a mentir a sus padres y
viceversa, habría más comunica-
ción. Todo es mucho mejor que de-
jar el mercado en manos de delin-
cuentes como yo”.
La historia de Marco Polo hay
que situarla en la Gran Bretaña de
los 60. La primera calada de canu-
to entró en sus pulmones cuando
tenía 16 años. Sonaba el Please,
please, please de James Brown.
Howard era un estudiante inquie-
80 interviú 4 de diciembre de 2000
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El hombre de los 40 apodos
D ennis Howard Marks ha vuelto a dejarse
el pelo largo. Es un hombre tranquilo, un
poco desaliñado, capaz de transformar sus
peripecias como traficante de marihuana en
una novela que engancha. Como resume su
autobiografía, durante la década de los 80 te-
nía 43 apodos, 89 líneas telefónicas y era
propietario de 25 empresas mercantiles por
todo el mundo. “Todo lo que cuento en ‘Mr.
Nice’ es verdad, no hay nada manipulado”,
insiste. Y es que al libro no le falta ni una fe-
cha ni un nombre.
Sabe que donde vaya encontrará algún ad-
mirador. El encuentro con Dennis Howard
Marks acaba frente al mar, en un local de mo-
da de la capital mallorquina. La música am-
bient se mezcla con el oleaje. No acaba de
sentarse y ya tiene una botella de champán re-
galo de la casa. Saca su librillo de papel y des-
gasta la piedra de hachís con sus dedos. Ya no
se acuerda cuántos canutos lleva hoy. “Éste es
buen cannabis, pero como el nepalí no hay
ninguno”. Es Mr. Nice, el Señor Enrollao.
■ En esta casa de las afueras de Palma
Marks fue detenido junto a su mujer en 1988.
to, sumergido en el hippysmo im-
perante. Por casualidad y durante
el curso de posgrado se metió en el
negocio. Aprovechó la escasez de
buen cannabis en Inglaterra para
emprender operaciones de alto
riesgo. Sobornos, contactos en
instalaciones portuarias, en el ser-
vicio aduanero: “Cuanto más ni-
vel tenga la persona a la que pa-
gas, menos tienes que esconder la
mercancía”. Pakistán, Marruecos,
Tailandia, Nepal... todos eran si-
tios comunes para Mr. Nice. “Co-
nocí muchos narcos. Antes, el que
traficaba con marihuana no toca-
ba otras cosas. Hoy se dedican a
todo. Yo decidí seguir hasta que
me pillasen o me muriese, porque
© ‘MR. NICE’ (EDICIÓN FRANCESA)
‘Mr. Nice’
llegó a
España en
1984 por
problemas
con el fisco
“y porque
el consumo
de hachís
era legal”
no pensaba dejarlo. Me hubiera
gustado seguir hasta muy viejo,
pero las cosas salieron mal”, ex-
plica el ex traficante a esta revista.
De la Modelo a Alcalá-Meco
“Tenía las preocupaciones de
cualquier ciudadano, que el avión
en el que viajas se estrelle... Lo
normal. Nunca tuve situaciones
peligrosas relacionadas con el
mundo de la criminalidad. Jamás
tuve problemas serios, ajustes de
cuentas o cosas así. Si eres un cri-
minal, terminas acostumbrándote
a vivir perseguido”. Mr. Nice no
quiere hablar de Patrick Andrew
Cairnes Berkeley, barón de Moy-
nihan, el aristócrata perseguido por
■ Durante su etapa como
delincuente, Howard Marks utilizó
decenas de pasaportes e
identidades falsas para viajar por
todo el mundo.
fraude en Gran Bretaña que acabó
delatándole. El 25 de julio de 1988,
Marks era detenido junto a su mu-
jer en Palma. De la cárcel insular
fue trasladado a la Modelo de Bar-
celona: “Allí se podía conseguir de
todo: alcohol, drogas, prostitutas
en los ‘vis à vis’ e incluso teléfonos
móviles”. Estados Unidos solicitó
entonces su extradición. En no-
viembre del 89, Marks era enviado
al otro lado del océano. A partir de
ese momento se convirtió en
41526-004. “Noté las diferencias.
Las cárceles españolas son mejores
y más humanas que las de Estados
Unidos. Se centran en la rehabilita-
ción, en enseñarte cómo hacer di-
nero por medios no criminales; allí,
sólo los separan y los almacenan”.
La pena, 25 años de prisión.
Marks confiaba en cumplirla en su
país, pero fue enviado a la cabaña
del terror, la cárcel de Terre Haute,
en Indiana. Durante 1992 recibió
centenares de cartas de apoyo pi-
diendo su traslado al Reino Unido.
Había políticos, abogados, amigos.
En 1995 logró la libertad condicio-
nal y fue deportado a Inglaterra.
“Hoy no tengo orden de captura,
pero si aterrizo en Estados Unidos
tendría problemas. En las condi-
ciones de la libertad provisional se
especificaba que no debía fumar. Y,
claro, rompí esas condiciones”.