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Opinión preliminar sobre el Decreto que expide la Ley para crear la Agencia

Espacial Mexicana
Grupo de trabajo 1 coordinado por Eugenio Méndez
Revisión 2
Julio de 2006

La investigación aeroespacial era prácticamente nula al iniciarse el decenio de 1961. En


agosto de 1962 por Decreto del Presidente López Mateos y a iniciativa del Ing. Walter
Buchanan Secretario de Comunicaciones y Transportes se creó la Comisión Nacional del
Espacio Exterior (CONEE) en el ámbito de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes
(SCT). Conviene hacer mención que los importantes trabajos de esa Comisión durante su
existencia se llevaron a cabo sin inversiones o gastos excesivos; y cabe recordar que desde
1957 y bajo la dirección del Ing. Buchanan, se iniciaron trabajos relacionados con el
desarrollo de la cohetería para estudios de la alta atmósfera. Los trabajos de la CONEE
fueron de gran relevancia no sólo por los resultados materiales sino por el interés que
despertaron en agencias extranjeras y sobresalientemente en la conformación de un grupo
entusiasta de ingenieros expertos y especialistas que permitían esperar la integración de un
centro permanente de investigación y desarrollo en esa área.
Lamentablemente, este esfuerzo continuado hasta finales del año 1976 fue bruscamente
interrumpido por la siguiente administración gubernamental, sin que hubiese un propósito de
continuidad y obligando a la dispersión de personal y recursos materiales.
En el decenio de los años 70 se creó en el ámbito de la Dirección General de
Telecomunicaciones de la SCT el Centro de Investigación y Desarrollo de
Telecomunicaciones (CIDET) que también produjo resultados interesantes en varios rubros.
Este Centro derivó posteriormente en la creación del Instituto Mexicano de Comunicaciones.
En ese Instituto se llevaron a cabo trabajos de envergadura, particularmente a partir del año
1989: laboratorios de pruebas para certificar equipos terminales y participación en el
proyecto de dos nuevos satélites geoestacionarios (los Solidaridad) en conjunción con
ingenieros de Telecomunicaciones de México (TELECOM) lo que hizo posible, entre otras
cosas, una mayor calificación de los ingenieros participantes que se familiarizaron en las
etapas de diseño y construcción de los satélites, la preparación de sus lanzamientos y la
operación de los mismos desde centro de control en territorio nacional.
Del 7 al 10 de noviembre de 1989 se llevaron a cabo en México las Jornadas
Euromexicanas de Asuntos Espaciales, organizadas por la Agencia Espacial Europea, la
Secretaría de Comunicaciones y Transportes, el Instituto Mexicano de Comunicaciones y la
Embajada de Francia. Estas Jornadas reanimaron el interés por asuntos espaciales de
muchas personas e instituciones que veían la posibilidad de fortalecer estas actividades en
México con el apoyo e interlocución con entidades extranjeras e internacionales.
La existencia del interés, el entusiasmo y el creciente número de entidades y especialistas
interesados, junto con el hecho de que el Estado Mexicano tenía una participación decisiva
en las políticas de desarrollo tecnológico y en la dirección de entidades suministradoras de
servicios en materia de telecomunicaciones, parecía propiciar la pertinencia de crear una
Agencia Espacial Mexicana.

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Grupo Temporal de Trabajo: Eugenio Méndez D.; Raúl Higuera Mota; Javier Roch; Rolando Menchaca G.; Manuel
Rosales G.; Heberto López S.; Rodolfo de la Rosa R.; Sergio Viñals P.

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No se llegó a dar ese paso y en cambio empezaron a privatizarse importantes
suministradoras de servicios que estaban adquiriendo las tecnologías más avanzadas, cuyo
control quedó fuera del ámbito del Estado.
Ahora se trata de crear esa Agencia, cuando el Estado ya no tiene el músculo que permita
dirigir su rumbo con base en el interés nacional; sólo parece quedar el sector académico
con la posibilidad de contribuir al desarrollo de los trabajos de esa Agencia en proyecto, sin
garantía de que los beneficiarios orienten sus labores con respecto a la soberanía y en
beneficio efectivo de la nación.
Esto no quiere decir que se deseche la creación de esta Agencia, basada ahora en una Ley,
pero es fundamental que se dirijan sus actividades hacia el progreso del desarrollo
científico, tecnológico y social. Por ello, se presentan algunas observaciones en torno al
Dictamen de la Ley que aprobó la Cámara de Diputados.

Aprovechando la posibilidad de cooperación internacional y en concordancia con la


convocatoria de la Organización de las Naciones Unidas para recibir candidaturas de sede
de los Centros Regionales de Educación en Ciencia y Tecnología Espaciales, en 1993 la
ONU realizó misiones de evaluación que finalmente condujeron a la aprobación de dos
sedes para el Centro de América Latina y el Caribe, uno en México y otro en Brasil. Los
gobiernos de México y Brasil firmaron acuerdos para el establecimiento de dichas sedes, los
cuales fueron aprobados, en el caso de México, por el Senado de la República.
No es el caso de reseñar lo que ha acontecido en Brasil sobre esta materia, pero en cuanto
a México el IMC, fungió como coordinador de un programa multiinstitucional para la
construcción de un microsatélite experimental, llamado SATEX. El trabajo se distribuyó
entre las diferentes entidades académicas participantes (UNAM, IPN, CICESE, UAPE,
CIMAD e INAOE), lo cual propició la entusiasta labor que con esos propósitos se desarrolló
en esas entidades; en particular, el cuarto limpio para el ensamble del microsatélite se
instaló en la ESIME Ticomán.
El IMC desapareció en 1997 por lo que se perdió la coordinación de ese proyecto y en 2001
el CONACYT y el INAOE trataron de tomar el liderazgo con la conformidad de la ONU y la
Secretaría de Relaciones Exteriores en el 2002, pero la ausencia de apoyo financiero ha
impedido la conclusión de ese proyecto que hubiera significado la demostración de la
capacidad nacional para participar decorosamente en el área espacial.
Como corolario puede decirse que es pertinente la creación de una Agencia Espacial
Mexicana, pero tiene que haber la voluntad política y la capacidad financiera para
sostenerla, reanudar el proyecto multiinstitucional del SATEX ó algo que lo reemplace,
conservando el criterio de multiinstitucionalidad para que el desarrollo de cualquier proyecto
de esta naturaleza se distribuya razonablemente en entidades académicas de toda la
República.
Junto con esto debieran revisarse los antecedentes y fundamentar jurídicamente los
proyectos por atender, con el compromiso de apoyar estos proyectos u otros en este orden
de actividad.

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Observaciones al Dictamen.

Artículo 2, fracción I – Al final, quitar el punto y coma y agregar con fines pacíficos
punto y coma.
Agregar una fracción XII con el siguiente texto: Recibir de las entidades públicas,
privadas y sociales propuestas y observaciones para su estudio y la consideración.

Artículo 3, fracción IV – Agregar: Debidamente fundamentadas por el órgano jurídico


de la Agencia.
Artículo 3, fracción V – suprimir el punto y coma final y agregar: y el estímulo a la
formación de investigadores y tecnólogos;

Artículo 4 - agregar una fracción: electrónica.


Artículo 4, fracción VI – físico espacial y simulación.
Artículo 4, fracción VII – globos, cohetes y naves espaciales.
Artículo 4, fracción IX – especificar o aclarar qué se entiende por recreación
atmosférica interplanetaria.

Artículo 5, fracción II – establecer las instancias técnicas y jurídicas necesarias para


el fomento y realización del cumplimiento de sus atribuciones y facultades.
Artículo 5, fracción XIII – Cambiar para que diga: industria aeroespacial.

Artículo 6, fracción II – Sustituir promover programas por: diseñar planes,


Artículo 6, fracción X – Modificar como sigue: …………..internacionales o
extranjeras en torno a las actividades propias de la Agencia y a la normatividad
aplicable, en el marco de respeto y fortalecimiento de la soberanía nacional.
Artículo 6, fracción XI – Eliminar al final: y proponer fuentes de financiamiento.
Artículo 6 – Desaparece la fracción VI y la XIII cambia a: Realizar investigaciones
básicas y aplicadas, trabajos, etc.
Artículo 6, fracción XV – Debe decir: Organizar la biblioteca y bases de datos de la
Agencia como instrumentos de información sistematizada y actualizada para su
oportuna difusión.

Artículo 7 – Debe ser órganos de gestión en vez de órganos de administración.

Artículo 8 – Hay que evaluar la pertinencia de que la Junta Directiva esté integrada
por tantas personas. El carácter de las diferentes entidades no es uniforme. Si el
Presidente de la República preside la Junta, no se puede esperar que sus
secretarios y subordinados emitan un voto diferente al suyo.
En la fracción XIII hay un representante de una institución de educación superior e
investigación. No parece haber una razón relevante para que INAOE forme parte de
la Junta Directiva y no lo hagan la UNAM y el IPN. Debe incorporarse a las
Academias de Ingeniería y de Ciencias.
En la fracción XV se propone un representante del Foro Consultivo Científico y
Tecnológico. Este foro es consultivo y asesora en principio al Presidente de la
República. No parece pertinente que con esas características ocupe un lugar en la
Junta Directiva.

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Artículo 12 – No existe el Consejo General (fracción II). Si la Secretaría Técnica es
la instancia de especialistas que define la vigilancia y la aplicación de las normas
técnicas, no tienen sentido las fracciones I, III, IV, VII, IX y X; en todo caso deben
conservarse los puntos II, V, VI y VIII.

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