LO GUE SABEMOS Y
UE NO
SABEMO
SOBRE EL
SUICIDIO
por el der M, Ruceell Ballard
el Quorum ée los Doce Apésioles
cs profetas nos han ensefiado alguaos princi-
‘piot importantes sobre el suicidio, pero e= posi-
le que muchos de nosotzes ao los hayzmos en-
Tendido del todo
Recuerdo haber asistido al funeral de un anciaao
ave se quit la vida; sx esposa habia falleciéo algunos
‘ios antes, y a medida que la salud de el habia ido
detesiorindose, pensaba que tenia cada vez menos s2-
zon para vivir. Con el traascurco dal tiempo fe ea-
contr5 confinado en su hogar, medio invalido, sin
poder visitar a sus amigos mi salir de compras: tenian
aque Hevarle Ia comida hasta la puerta. Echaba de me-
205 [a asistencia a la Iglesia y el trato regular con los,
miembros de su quorum del sacerdocio.
No obstante que no le era posible movilizarse, el
-médico le asezurd que tal ver viviera muchos aics,
‘mas. "Usted no faa ai toma", Ie dijo el médico, "y
se ha cuidado muy bien. A no ser por el hecho de
que se encuentra confinado ¥ en sila 6c suedas, opi-
ao que su salud es excelente”
A pesar de que el médico uataba de aleatario. el
fnimo del anciano decays. Este buen hombre habia
Iegado a pensar que su vida sobre la tiea uo tenia
ya ningun valor y deseaba unitse a su querida esposa"
en el mundo espititual. Cuanto mis pensaba en la
smuerie, mis atractiva le parecia. Durante toda su vi-
dda habia sido un amiembro fil de 12 Telesia. habia
servido ca dos misiones y habia sido diligente ea cl
‘desempeio de varios puestos de lierazgo en diferen-
tes epocas. Pero al contemplar el alivio que
cncontraria por medio de la mueite. su mente entrd
cn un estado de confusion. Obviamente llegé a la
conclusién de que el quitarse la vida resolveria todos
sus problemas
‘Después del funeral conversé con les miembros de
1h familia. Como era de esperarse, se sentisn tremen-
damente perturbados por lo que su padre y abuelo
habia hecho, y sentian una mezcla de dolor, ira y
culpa. "Debi haberme percatado de su estado de de-
pretion", djo una de las hyjas; "hubiera podido ayn.
darlo y evitar esta situacion’.
Uno de Jes hijos habl6 con ua poco de aspereza:
"Nunca pensé que mi padre fuera tan necio, pero
qué se puede decis ahora? $i nos ubiera querido,
‘nunca hubiera hecho tal cosa!”
La angustia y la incertidumbre
El comeatario del hijo meaos expresé Ia desespera-
cida que todos seatiaa: "Ya no hay esperanzas para
papa, cverded?", dijo, En vez de una pregunta, esa
‘fase era una afizmaciéa. "Todas las cosas buenas que
hizo durante su vida ya no cuentaa: ahora que se ha
quitado la vida, permanccerd ea el ino telestial éu-
ante la ctemnidac", dijo sollozando.
Les sentimientos que en esa ocasion expresaron los
faunifares por o general fos compasten Jos Santos de
4s Ultimos Dias que tienen que hacerle frente al sui-
cidio de un familiar. La angustia ¢ incertidumbre que
sientea son sumamente dolorosas y dificlles de sobre-
evar.
Es triste decirlo, pero este problema afecta la vida
de muchas personas. Lamentablemente, existe tanto
entre los miembros de la Tgesia como entre tos que
10 fo son.
Et hecho de quitase fa vida es tna verdadera tr
gedia_ya que este solo acto deja tantas victimas: pri-
‘eramente, 1a persona que mivere: luego, el gran mtmero de femiliares y amigos que quedan sts, algu-
nos para soportar aftos de profundo dolor y confo-
sin. Estas personas a menudo luchan desesperada-
mente con complejas emociones. Ademas de los sea-
tumicatos de dolor, ua, culpa y rechazo que expeni-
‘mentan las vietimas de la familia, los Santos de los
Uitimos Dias Iievan sobre si otra carga: Como sabe-
‘mos, el propésite de nuestra vida terrenal es probar-
nos, con el fin de que un dia volvamos para vivir en
cl reino celestial: algunas pesonas han llegado a pen-
Sar en que el que se suicida se priva de esta postbii-
dad, limitandose asi al reino telestial.
{Es realmente asi? 2Cual es la verdad con respecto
al suicidio?
{Qué han dicho Jos profetas?
Los profetas nos han ensefiado algunos principios
importantes sobre el suicidio, pero es posible que mu-
cchos de nosotros no los kayamos enteadido del todo.
Repasemos algunas de sus enseaanzas fundamentales
‘en cuanto a este asunto,
Primeramente, el presidente George Q. Cannon,
que fixe consejero en la Primera Presidencia, hizo una
firme declaracion acerca del suicidio cuaade dijo: "El
hombre ao se creé a si mismo ni tampoco le provey
a su espinitu una morada humana. Dios lo creo. tanto
en cuerpo come ea espiritu; por lo tanto, el hombre
‘no tiene derecho de destruis aquello que no cre6. Los
que lo hacen pecan de asesinato: es cierto que es au-
teasesinato. pero no hay mis justificacién en matarse
‘que en matar a otras personas. No sé cual sera la dife-
rencia de castigo entre asios dos crimanes, pero es seguro
‘qua nadie puede desmrasr um don tan preciozo como la
‘vida sin incurrtr en un severo castigo” (Gospel Truth,
2 tomos, Salt Lake City: Zion’s Book Store, 1957.
1:30, cursiva agrezada)
En 1976, el presidente Spencer W. Kimball hizo
una declaracién igualmente enfitica “Es un terrible
acto criminal el que una persona acabe con su vida
mediante el suicidio" (Teachings of Spencer W. Kim-
ball, editado por Edward L. Kimball, Salt Lake City:
Bookeraft, 1982, pag. 187).
Parece que por si solas estas declaraciones no die-
san cabida a Ia esperanza. Sin embargo, a pesar de
que recalcan la seriedad del suicidio, no mencionan
el destino final de aquellos que se quitan la vida,
El elder Bruce R_McConkie, miembro ya fallecido
del Quorum de los Doce, expresé 10 mismo que mu-
cchos lideres de la Iglesia han enseiiado: "El suicidio
consiste en que una persona se quite la vida ea forma
voluntaria o intencional. particularmente cuando se
sata co uma persona responsable y cuerda. . Los que
‘esiin sujetos a presiones considerables pueden llegar a
perder el control de si mismos, obscureciendo su capaci-
dad para razonar hasta el grado de que no pueden ser
responsables de sus actos. t ésios no se les debe condenar
por guitarse la vida. Tambien se debe tenes presente
jque el Seflor es quien juaga; El conoce los pensa-
mientos, intenciones y capacidad de tos hombres, ¥
EL. en su infimita sabiduria, arrezlara todas las cosas a
su debido tiempo" (Mormon Doctrine, Salt Lake City:
Bookcraft, 1966, pag. 771; cursiva agregada).
SOlo el Seftor To sabe
No hace mucho se me pidio que hablara en el ser-
vieio finebre de un amigo querido que se suicide.
Durante Ia preparacién de mi discurso tsopecé con
algunos momentos dificiles por conocer bien a la per~
sona y las circunstancias de lo sucedido, y al iavesti-
gar Is doctrina relacionada con el tema. No me seati
‘twanquilo hasta que recoaoci que el Seflor es el tinico
‘que puede juzgar justamente, Solo El estaba enterado
de todos fos detalles. y slo El conocia las intencio-
rcs de mi amigo. Me reconforté 1a idea de que el
Sefior, al juzgar Ia vida de una persona, ciertamente
considerara toda una vida de bondad y servicio al
projimo. En Su misericordia, quizas tengan aplica-
cin las palabras de Alma:
"EI plan de Ia sestauracion es indispensable para la
Justicia de Dios, porque es esencial que todas las co-
sas sean restablecidas a su propio orden. He aqui, es
preciso y justo, segin el poder y resurreccién de Cris-
to, que el alma del hombre sea restituida a su cuerpo.
‘y que al cuerpo le sean restauradas todas sus partes.
"Y es indispensable para la justicia de Dios que los
hombres sean juzgades segun sus obras: y si sus he-
chos fueron buenos en esta vida. y buenos los deseos
de sus corazones, que también sean ellos restituidos a
Jo que es bueno ea el postrer dia." (Alma 41:2—3)
Considero que juzgar el pecado nc es siempre ta
sencillo como algunos parecen pensar El Seflor dijo
"No mataras’. (Significa esto que toda persona quemata sera condenada, sin tener ea cuenta las circuns
tancias? Yo pienso que el Sefior reconoce las diferen-
cias que existen ea la intencioa y las circuastancias
de cada uno: cEstaba mentalmente enferma la perso-
‘na que se suicide? {Se encontraba en ua estado de
depresion que le ceusara ua desequilibrie mental o
trastornos emocionales? ;Era el intento de suicidarse
tuna lastimosa y tragica suplica de socorro que no 3e
advirti6 a tiempo o que avanz6 més rapidamente de
lo que la victima esperaba? :Desconocia el suicida la
eravedad de tal acto? Sufsia algtn desequilibrio
quimico que lo Hlevo a Ia desesperacion y a la perdida
del autodominio?
Es abvio que no conocemos todas las circunstan-
cias que hay detras de todo suicidio: Gnicamente el
Ser kas sabe y El es quien juagara todas auestras
acciones aqui ea Ia tera
Cuando Legue ese dia de juicio, yo pienso que ten-
ded todas las cosas ea cuenta: nuestra composiciéa
‘quimica y genetica, auestro estado mental, auestra
copacidad intelectual, las ensefanzas que hayamos
recibido, las costumbres de nuestros padres, nuestra
salud, ete.
Por medio de las Escrituras tenemos el conoci-
miento de que la sangre de Cristo expiara los pecados
de los “que ban muerto no sabiendo la voluntad de
Dios concerniente a ellos. 0 que han pecade por ig-
norancia" (Mosiah 3:11).
Por esa razéa. la persona que no ha conocido la
Palabra de Sabiduria, por ejemplo. ¥ que mas tarde se
vuelve aleohéliea. sera juzgada de una manera dife-
rente de aquella que tiene un conocimiento de esa
ley. la comprende y luego elige el sendero que condu-
ce al aleoholismo.
En El milogro del perdin, el presidente Kimball nos
cexpone una perspectiva de lo que pueden esperar los
que se suicidan: "La esposa de un ministro conocido,
‘mio, con quien tave buena amistad, lo descubsié
muerte un dia en el desvin, colgado de una de las
vvigas del techo. Sus pensamientos le habian quitado
la vida. THacia dos afios o mas que se habia vuelto
melancéhico y desalentado. Claro esta que no decidis
suicidarse repentinamente, porque habia sido una
persona feliz y agradable cuando yo lo habia conoci-
do. Debe haber sido tras un largo descenso, cada vez
mis pendiente, bajo su dominio al principio y posible
mente incontrolable al aproximarze al in del camino
Nadie en sus ‘cinco sentidos', especialmente si tiene
algua entendimiento del evangelio, se permitiralle-
far hasta ese ‘punto irreversible (Ei Milagro dol Por-
on, La Iplesia de Jesucristo de los Santos de los Uiti-
‘mos Dias, 1976, pag. 104; cursiva agregada).
"Segiim lo que hubiere hecho"
Le estamos agradecides al profeta José Smith por
aclararaos esta doctriaa:
"Pero mientras una parte de fa raza humana jucga y
condena a la otra sin compasién, cl Gran Padre del
tuniverso vela por toda [a familia humana con pater-
nal cuidado. . . Es un sabio Legislador. y suzgara a
todos los hombres, no de acuerdo con las estrechas y
contraidas ideas de los hhombres, sino 'segiin lo que
Iubiere hecho por medio del cuerpo... sca bueno 0
malo’, sea que se hagan estas cosas en Inglaterra.
Aménca. Espaiia, Turquia o la India. . . No hay ra-
zin para dudar de Ia inteligencia y el juicio del Gran
Jehova. El impartira jutcio ¥ misericordia a todas las
naciones de conformidad con lo que respectivamente
‘merezcan: sus maneras de obtener inteligeacia, las
leyes por medio de las cuales se gobernaron, las facili-
dades que se les dicron para obtener informacién co-
recta y sus inescrutables propésitos con relacion a Ia
familia humana: y cuando se manifiesten los propési-
tos de Dios y se despliegue la cortina de lo futuro,
todos nosotros finalmente tendremos que confesar
que el Juez de toda Ia tierra ha obrado con justicia"
(Ensefianzas del Profeta José Smith, pag. 265.)
De acuerdo con estas palabras del Profeta he lega-
do a una importante conclusién: El suicidio es un
pecado de naturaleza bastante grave: sin embargo. el
Sefior no juzgara a la persona que cometa ese pecado
basandose estrictameate ea el acto mismo. sino que
cl Sefior tendré ea cuenta las ciscunstancias de esa
persona asi como su grado de responsabilidad en el
‘momento de cometerlo. Si lo entiendo bien, cierta-
mente esto no nos da excusa para pecar. mi tampoco
cl Seiior nos la dara. Debemos esforzamnes constante-
‘mente por seguir el cjemplo del Salvador en todos los,
aspectos de nuestra vida. Al mismo tiempo, sin em-
argo. recordemos que el progreso espiritual se obtic-
ane "Linea por linea". y que la clave. tanto ea el mun
do espiritual come aqui en la tierra, es continuar pro-
gresando a Io largo del debido sendero.Algunas experieneias personales
Recientemente of alguaas'expericucias que han te-
rnido familiares dé victimas del suicidio y que offecea
esperanza a Jos que sufiea, Debo sefialar que las expe-
rencias espirituales de lor miembros ea ainguna ma-
aera determinan Ia doctrina de ta Iglesia. No obstat-
te, estas experiencias son compatibles con las ideas
‘que hemos estado tratando. La primera es acerca de
uma jovencita cuyo padre se suicidé cuando ella tenia
cinco afios de edad. El ao era miembro de la Iglesia,
ai ella tampoco sino hasta muchos afios despues,
"A medida que crecia®, dice, "tenia una indefini-
ble sensaciéa de que habia algo que mi padre deseaba
muchisimo que yo hiciera por ¢]. En mi iglesia me
hhabiaa ensenado que él estaba ea el infiemo por ba-
berse matado. Pero a mi me parecia que aunque
habia cometido el error de suicidarse, lo habia hecho
pensando que hacia un favor a su familia. Era al-
cohélico y no pudo vencer el vicio.) Empecé a leer la
Biblia con el objeto de Megar a saber qué seria de él
Con el transcurso del tiempo llegué a saber que habia
sufado a consecuencia de sus problemas y que abora
recesitaba que yo hiciera algo por el. De continuo
‘me preguntaba: "Pero qué puede hacer uno por al-
‘quien que ya ha muerto?" ¥ ofa la respuesta: ‘Algua
dia, si perseveras, fo sabris!
“Con el tiempo me bauticé en la Iglesia. Cuando
por primera vee oi hablar acerca del bauticmo por lor
fiuertor, me quedé atoaita, Por fin descubri lo que
‘mi padre queria que hiciera! Hice los tramites nece-
satios y envié su nombre al Templo de Idaho Falls
en donde tuve el privilegio de presenciar el bautismo
‘vicario que recibio un hermano en representacién de
papa. Ese mismo mes se Llevd a cabo la obra de inves-
tidura por el. Tengo la fuerte impresioa de que ha
aceptado ambas ordenanzas y que ha sido grandemen-
te bendecido.”
La siguiente experiencia la narro una persona
‘miembro de la Iglesia euyo padre ce quitd Ia vida des-
ppués de un largo periodo de enfermedad, Las referen-
cis a los cecientes descubrimientos llevados a cabo
por fa ciencia médiea aclaran algunas cosas
Progreso en el conocimiento médico
"Nunca olvidaré aquella mafiana, en 1977, cuan-
do Ilamé por teléfono a casa y me contesté un policia
{que me informe del suicidio de mi padre, una perso-
na dulce y amable que nunca le hizo dao a nadie
intencionalmente. Mi padre siempre consider que
sv cuerpo era un templo; ao obstante, algo le paso a
ee cuerpo, convistiéndolo en un hombre sumament
enfermo.
“Aproximadamente en 1980 suffi ua terrible dese-
‘quilibsio fisico que me dio una idea del estado de
salud de mi padre durante las semanas anteriores a su
muerte. El diagnéstico de mi enfermedad fue um de-
sorden de Ja turoides que le hacia funcionar excesiva-
mente; mi cuerpo sufn6 casi los mismos sintomas que
el de mi padre. Pase cuatro meses sin poder conciliar
el sueio, y las pildoras para dormir no me ayudaban.
en absoluto. Si tenia la suerte de dormirme, desperta-
ba a los pocos minutos sudando copiosamente. Mu-
chos de los sintomas eran emocionales: tenia miedo y
sufiia una ternble depresién. Durante dieciocho me-
ses estuve bajo tratamiento. hasta que por fin logra-
ron controlar Ia enfermedad. Doy gracias por haber
tenido un medico que pudo curarme.
“EL haber pasado por esta experiencia me ayudé a
comprender mejor la muerte de mi padre. Dedique
muchas horas a la investigacién y descubri que antes
de 1979 era muy poca la snformacién que existia so-
bre los desordenes de Ia ticoides. Esta enfermedad
puede ser hereditaria, y desde que tuve aquella expe-
Fiencia, 1a hemos descubierto en dos de mis primos
por linea paterna, También encontsé un asticulo es-
rite por un médico que se preguntaba cwintas perso-
nas habrin estado en instituciones mentales por cau
sa de desérdenes quimicos que se bubicran podido
‘comregur
“Tal ver papa tuviera esta misma enfermedad, con
todo To que he estudiado al respecto, tengo la convie-
cién de que asi fue. Esto me ayuda a aceptar su mucr~
te. porque el hecho de que un hombre como él. que
se cuidaba tanto, se deteriorara y enfermara tan rapi-
damente de esa manera me hace pensar que padecia
‘una enfermedad que la ciencia medica no le pudo
diagnosticar.
"Papa ereia en el Sefior com todo su corazon y
tenia un testimonio fuerte y solido. La causa de su
muerte tal vez haya arruinado su entrada al mundo de
Jos espiritus, pero no asi la bella vida que lev du-
ante cincuenta aiios"Sé que mi Padre Celestial me ama y me cuida y
que es El quien me ha brindado la paz de la que alio-
13 g0z0."
Esta Ultima experiencia también testifiea de la paz
que nuestro Padre Celestial puede concederles a los
que quedan atras:
No podia soportar Ia pérdidia
“Cuando mi madre se suicidé, ya habia perdido a
su compaero terrenal, se encontraba muy enferma y
no aceptaba ffcilmente que se le diesa ayuda. Ha-
blando con mi tia le habia comentado que podia re-
signarse a la pérdida de mi padre o a los problemas de
salud que padecia pero que no podia sopostar ambas
cosas. Eso ocutrrid dos dias antes de su muerte. Creo
que ella considerd la posibilidad del suicidio muy po-
co después de la muerte de mi padre, ocurrida en un
accidente automovilistico. "Esta idea me preocupaba
tanto que hablé con su doctor sobre Ia posibilidad de
que lo llevara a cabo. pero no se hizo nada mas. La
razon de ello, segiin mi opinion, es que ln sociedad
carece del conocimiento y la comprensién que se ue-
cesitan para enfrentar este tipo de problemas.
"Creo firmemente que el Sefior considerard cada
caso por separado y juzgaré las eircunstancias de cada
uno. He buseado fervientemente la guia de nuestro
Padre Celestial a fin de que me ayude a comprender
Ja naturaleza del suicidio, y he Hegado a la convie~
cin, con tanta certeza como cualquier otro conoci-
imiento que proviene del Seftor. de que estas personas
tienen un Iugar teservado en el reino de nuestro Pa-
dre, y que a0 es en las tinieblas o la desesperaciéa,
sino en donde pueden recibir consuelo y paz.”
Naturalmente. no nos es posible medir estas expe
riencias espirituales; no sabemos hasta qué grado po-
dran estas personas progresar y desarrollarse en la rec-
tinud hasta que les sea posible recibir las bendiciones
de Ja exaltaciou; han cometido un pecado muy grave
y puede que una parte de sus consecuencias perma-
hezea con ellos durante la eternidad, Unicamente
nuestro Pade Celestial tiene la respuesta a todas las
preguntas que nos hagamos con respecto a las perso~
‘nas que se quitan la vida
ero una cosa es segura: hay esperanza. El presi-
dente Joseph F. Smith aprendié este importante
principio cuando se acercaba al fin de una larga vida
de servicio en Ja Iglesia. Al ver en una vision la obra
de Ia redencion de los muertos, esctibid:
"Vi que los fieles dlderes de esta dispensacion,
‘cuando salen de la vida terrenal, comtiniian sus obras
en Ia predicacién del evangelio de arrepentimiento
redencién, mediante el sacrificio del Unigénito Hijo
de Dios, entre aquellos que estan en tinieblas ¥ bajo
la servidumbre del pecado en el gran mundo de los
cespinitus de los muertos.
“Los muertos que se arrepientan serdn redimidos, me-
diante su obediencia a las ordenanzas de la Casa de
Dios, "y después que hayan pagado el castigo de sus
‘ansgresiones, y sean purificados, recibirn una re
‘compensa segiin sus obras, porque som htrederos de
salvacién.” (D. y C. 138:37—39; cursiva agregada,)
Estoy agradecido por el grandioso plan de salva-
cién que auestro Padre Celestial ha preparado para
‘nosotros: es un plan leno de justicia y amor.
Cuando pienso en 1a preocupacion y el sufrimiento
de las personas que han perdido a seres queridos a
causa del suicidio, encuentro gran consuelo y fe en la
promesa que el Seiior hizo a los que permanecemos
aqui en Is tierra con Ia bendiciéa que enciessa: "La
paz 0s dejo, mi paz os doy: yo no 0s Ia doy como el
undo la da, No se turbe vuestro corazén, ni tenga
miedo" Guan 14:27). +