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Curso de HHSS

Resumen de un proyecto de intervención

Pautas de intervención:

Para hablar con un niño que ha sufrido las agresiones de sus compañeros, de aquellos a los
que antes consideraba sus amigos hay que ser muy cuidadosos con el tono empleado,
cualquier resquicio de ira o rabia puede victimizarle una segunda vez. Estamos frente a un niño
que ha perdido la confianza en sus semejantes. Es muy importante no culpar al niño de su
situación y para ello es básico responsabilizar de la violencia a aquellos que la ejercen y no a la
víctima. El niño tiene que sentir que lo comprendemos, que nosotros en su situación
podríamos reaccionar como él. No podemos pensar que es una persona débil, por que
ciertamente no lo es: aguantar situaciones de maltrato de cualquier tipo es complicado.

Si el caso es de acoso y la víctima se rebela nos da indicador de un buen auto-concepto al inicio


del acoso. A menudo el líder manipulador no es el mismo que ejerce la máxima violencia
contra la víctima, dado que como es un buen manipulador suele rodearse de aliados que le
realizan el trabajo sucio. Por ello debemos identificar quién es el líder manipulador si no la
intervención sobre el grupo manipulador fracasara.

Las pautas de intervención reposan básicamente sobre el tutor de clase que es el más acto
para actuar dentro del contexto escolar. En las reuniones del tutor con los padres del niño-
victima hay que dejar claro que no se toleraran más agresiones y además hay que buscar la
colaboración y el compromiso de la dirección escolar junto con el departamento de
orientación y diseñar el plan de actuación del cual se informara a la inspección educativa.

Líneas de intervención:

El plan de intervención consta de dos apartados: la intervención escolar y la intervención


familiar. Dentro de la intervención escolar hay que distinguir el trabajo dentro del aula, que
recaerá sobre el tutor con el apoyo y asesoramiento del departamento de orientación y la
intervención con el resto de profesores que recaerá más en la dirección del centro. Está claro
que la colaboración con el resto de profesores es fundamental para implementar sobre todo
medidas disuasorias de otros posibles acosos. Todo proyecto de intervención debe incidir en
tres aspectos al mismo tiempo, sobre el niño víctima, sobre los acosadores y sobre el grupo
clase, y ello a través de acciones coordinadas desde el profesorado, los padres, el
departamento de orientación y la dirección del centro. En ocasiones la actitudes intimidantes y
agresivas del grupo acosador hacia el niño victima provoca en los otros niños, que lo
presencian y que se ven forzados a no poder actuar a causas del miedo, una grave sensación
de indefensión. A estos niños se les puede considerar victimas secundarias del bullying dado
que están sometidos a formas de relacionarse insanas.

La intervención familiar ha de incluir el trabajo tanto con la familia del niño-victima, como con
los padres del niño acosador y también con los padres de otros niños-violentos. Se distinguen
los tres grupos dado que las actuaciones serán diferentes para cada uno de ellos.

Intervención escolar:

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*Tutor: dentro del aula.

1. Niño-victima.

Protección: Hay que adoptar medidas de protección extremas cuya aplicación ha de pactarse
con el menor (siempre bajo supervisión de un adulto, no dejarle solo en los lavabos, patio,
etc). El tiempo máximo de aplicación ha de rondar los tres meses dado que si las otras
actuaciones han dado el resultado esperado ya no van a ser necesarias estas medidas.

Aceptación: Hay que ayudar al menor a captar su situación. Hay que evitar la negación y la
huida así como trabajar la auto-inculpación. A través de las charlas tutoriales y charlas con el
orientador debe transmitirse el mensaje que el menor no tiene la culpa por ser agredido si no
por necesitar protección.

Reconocimiento: Se basa en la aplicación de medias que aumenten la autoestima del niño-


víctima. Hay que fomentar la valoración de su imagen pública (darle responsabilidades en
clase, desarrollar actuaciones de rol playing, trabajo de la autoestima y asertividad).

2. Grupo de agresores.

Control: Hay que transmitir el mensaje claro que no se va a permitir más violencia y explicitar
las medidas correctoras si ello continua.

Detección: Hay que saber discernir quién instiga el acoso de quienes lo secundan.

Responsabilidad: Hay que potenciar la responsabilidad de las propias actuaciones, que van
desde pedir perdón al niño-victima hasta acciones concretas de compensación (de forma
individual y no grupalmente, mediante acciones de roll playing podría ser una iniciativa o
actividades específicas mediante visualización de videos que puedan fomentar esta situación).
Al inicio de estas actuaciones han de ser supervisadas por un adulto y valoradas por el niño-
victima para que no reviertan en agresiones sutiles.

Disgregación: Hay que romper la unidad del grupo y ello se puede conseguir a través de la
inclusión de sus miembros en otros grupos de estudio, deporte, etc.

3. Grupo clase.

Reacción: Hay que potenciar la recuperación de la capacidad de reaccionar frente al grupo


acosador, ya sea a través de la denuncia pública en la tutorías o privadas con algún profesor o
anónimas a través del departamento de orientación en el buzón de sugerencias o demandas.
También es importante la creación de grupos de anti-bullying que se realiza a través de los
planes de convivencia de los centros escolares, creando grupos de mediación y aulas de
convivencia con sus responsables.

Convivencia: Hay que hacer fomento especial de los valores de la convivencia ya que estos han
sido destruidos. Se considera muy útil la elaboración de técnicas de habilidades sociales.
(Realizar cine-fórum, realización de rol playing, retroalimentación del grupo, desarrollo de
actividades cooperativas, etc.)

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Solidaridad: Favorecer situaciones que ayuden a la inclusión del niño-victima en la dinámica de


clase. Un aumento de tareas de responsabilidad dentro del aula ayudará al fomento de la
imagen pública del niño-victima.

*Dirección y departamento de orientación:

Medidas disuasorias: buzón de sugerencias, grupo de convivencia, aula de convivencia,


desarrollo de cine-fórum, desarrollo de habilidades sociales.

Medidas de protección excepcional: Dependerá del caso de bullying detectado y se realizara


durante un periodo para impedir la situación de conflicto.

1. Intervención con familias: El tutor interviene con apoyo del orientador del centro.
- Padres del niño-victima: La intervención ha de ser de colaboración y debe basarse en
dos premisas, por un lado contener la angustia del niño y la de los padres a no
culpabilizar al niño ni a si mismos.
- Padres del niño-agresor: La intervención ha de ir dirigida al reconocimiento de que
tienen un grave problema a resolver, debe basarse en las premisas de no permitir ni
consentir más agresiones de su hijo y en la necesidad del mismo de recibir atención
por parte del orientador del centro para remitir las causas de su conducta agresiva,
llegando a necesitar ayuda de un terapeuta en los casos más extremos..
- Padres de niños del grupo acosador: La intervención hay que dirigirla hacia el
reconocimiento de la necesidad de sus hijos de aprendizaje de otras formas de
relacionarse, pare ello es básico que colaboren en pedir perdón a la víctima. Estos
padres habrán de ayudar a sus hijos no permitiéndoles más agresiones mediante el
auto-control de la violencia, para ello se trabajara la autoestima y el desarrollo de un
criterio propio que les proteja del sometimiento grupal y les facilite la inclusión en el
grupo-clase de forma individual y no grupal. Para ayudar a estos padres existen las
escuelas de padres realizadas desde el centro para potenciar aspectos de mejora de la
convivencia y cualquier tema de preocupación de estos padres.

Resumen:

Hemos podido observar que la base de la resolución de un caso de bullying parte desde el
tutor o profesores que detectan el caso, interviniendo el equipo directivo y el departamento
de orientación, desarrollando actuaciones tanto individuales y grupales con el menor acosado,
el acosador o grupo de acosadores. Dentro de las medidas preventivas se incluiría nuestro
trabajo a través del desarrollo de un programa de habilidades sociales, es la mejor prevención,
el desarrollo de una buena autoestima y una mejor cohesión grupal.

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