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Pautas de intervención:
Para hablar con un niño que ha sufrido las agresiones de sus compañeros, de aquellos a los
que antes consideraba sus amigos hay que ser muy cuidadosos con el tono empleado,
cualquier resquicio de ira o rabia puede victimizarle una segunda vez. Estamos frente a un niño
que ha perdido la confianza en sus semejantes. Es muy importante no culpar al niño de su
situación y para ello es básico responsabilizar de la violencia a aquellos que la ejercen y no a la
víctima. El niño tiene que sentir que lo comprendemos, que nosotros en su situación
podríamos reaccionar como él. No podemos pensar que es una persona débil, por que
ciertamente no lo es: aguantar situaciones de maltrato de cualquier tipo es complicado.
Las pautas de intervención reposan básicamente sobre el tutor de clase que es el más acto
para actuar dentro del contexto escolar. En las reuniones del tutor con los padres del niño-
victima hay que dejar claro que no se toleraran más agresiones y además hay que buscar la
colaboración y el compromiso de la dirección escolar junto con el departamento de
orientación y diseñar el plan de actuación del cual se informara a la inspección educativa.
Líneas de intervención:
La intervención familiar ha de incluir el trabajo tanto con la familia del niño-victima, como con
los padres del niño acosador y también con los padres de otros niños-violentos. Se distinguen
los tres grupos dado que las actuaciones serán diferentes para cada uno de ellos.
Intervención escolar:
1. Niño-victima.
Protección: Hay que adoptar medidas de protección extremas cuya aplicación ha de pactarse
con el menor (siempre bajo supervisión de un adulto, no dejarle solo en los lavabos, patio,
etc). El tiempo máximo de aplicación ha de rondar los tres meses dado que si las otras
actuaciones han dado el resultado esperado ya no van a ser necesarias estas medidas.
Aceptación: Hay que ayudar al menor a captar su situación. Hay que evitar la negación y la
huida así como trabajar la auto-inculpación. A través de las charlas tutoriales y charlas con el
orientador debe transmitirse el mensaje que el menor no tiene la culpa por ser agredido si no
por necesitar protección.
2. Grupo de agresores.
Control: Hay que transmitir el mensaje claro que no se va a permitir más violencia y explicitar
las medidas correctoras si ello continua.
Detección: Hay que saber discernir quién instiga el acoso de quienes lo secundan.
Responsabilidad: Hay que potenciar la responsabilidad de las propias actuaciones, que van
desde pedir perdón al niño-victima hasta acciones concretas de compensación (de forma
individual y no grupalmente, mediante acciones de roll playing podría ser una iniciativa o
actividades específicas mediante visualización de videos que puedan fomentar esta situación).
Al inicio de estas actuaciones han de ser supervisadas por un adulto y valoradas por el niño-
victima para que no reviertan en agresiones sutiles.
Disgregación: Hay que romper la unidad del grupo y ello se puede conseguir a través de la
inclusión de sus miembros en otros grupos de estudio, deporte, etc.
3. Grupo clase.
Convivencia: Hay que hacer fomento especial de los valores de la convivencia ya que estos han
sido destruidos. Se considera muy útil la elaboración de técnicas de habilidades sociales.
(Realizar cine-fórum, realización de rol playing, retroalimentación del grupo, desarrollo de
actividades cooperativas, etc.)
1. Intervención con familias: El tutor interviene con apoyo del orientador del centro.
- Padres del niño-victima: La intervención ha de ser de colaboración y debe basarse en
dos premisas, por un lado contener la angustia del niño y la de los padres a no
culpabilizar al niño ni a si mismos.
- Padres del niño-agresor: La intervención ha de ir dirigida al reconocimiento de que
tienen un grave problema a resolver, debe basarse en las premisas de no permitir ni
consentir más agresiones de su hijo y en la necesidad del mismo de recibir atención
por parte del orientador del centro para remitir las causas de su conducta agresiva,
llegando a necesitar ayuda de un terapeuta en los casos más extremos..
- Padres de niños del grupo acosador: La intervención hay que dirigirla hacia el
reconocimiento de la necesidad de sus hijos de aprendizaje de otras formas de
relacionarse, pare ello es básico que colaboren en pedir perdón a la víctima. Estos
padres habrán de ayudar a sus hijos no permitiéndoles más agresiones mediante el
auto-control de la violencia, para ello se trabajara la autoestima y el desarrollo de un
criterio propio que les proteja del sometimiento grupal y les facilite la inclusión en el
grupo-clase de forma individual y no grupal. Para ayudar a estos padres existen las
escuelas de padres realizadas desde el centro para potenciar aspectos de mejora de la
convivencia y cualquier tema de preocupación de estos padres.
Resumen:
Hemos podido observar que la base de la resolución de un caso de bullying parte desde el
tutor o profesores que detectan el caso, interviniendo el equipo directivo y el departamento
de orientación, desarrollando actuaciones tanto individuales y grupales con el menor acosado,
el acosador o grupo de acosadores. Dentro de las medidas preventivas se incluiría nuestro
trabajo a través del desarrollo de un programa de habilidades sociales, es la mejor prevención,
el desarrollo de una buena autoestima y una mejor cohesión grupal.