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ROBERT SPAEMANN LO NATURAL Y LO RACIONAL ENSAYOS DE ANTROPOLOGIA Prélogo de RAPAEL ALVIRA EDICIONES RIALP, S. A. Cuarto Ensayo LO NATURAL Y LO RACIONAL El par de conceptos que nos ha de ocupar en las siguientes reflexiones se distingue qlara- ‘mente de otras antitesis en las que se eneyentra Ia palabra «naturaln: las antitesis «natural-ar tificial», «natural-voluntario», y «natural-his- trico», es decir, Ia anttesis «natural-conven- ional. Estas antitesis son las que han dado su perfil al concepto de lo natural. Se puede, finalmente, desligar el concepto de lo natural de tales antitesis y decir: «todo es naturaleza». de suis le grand touts, hizo decir Voltaire a Ja naturaleza, Pero en esta frase 1a palabra sanaturaleza habria perdido toda significacion especifica y se habsfa convertido en trivial, si nose oye en ella la ver la negaion tia due constitaye su verdadera alsin, la nope, Gian del convepto teolgi de To ssabrenat rab. Este concept de finale dela Baad Me dis preparo cl aatiralismo. Pues la conttap Sicidnteotgica de lo natural yf sobrenatrat nivelaba tos las antes clea en las gue €l concepto defo natural habia, aparece Ante, volun, 8zén,soceda, historias o8 relacién con libre sutocomunicacon de Dios Y le elevacon ssobrenatrnbe del hombre’ Tango de la amistad con Dies, so olocan el lado de la mera naturaleza, En esa anttons él concepto de natutalera adquiere tambien, tuna vez mis, un sentido espefic, aunque diferente de los antiguos antes citados. Yano Sesigna, comoen aquellos, clare, que, como loméspotente,abarca avez oconteepuesto 2 41, porque entkimo término é lo produce Ba i antes enaturalsobrenaturas To nat Tala es solamente la pasivacondicion de po. sibiided de le Reveactn: «gra suppont na furams. La tibre astocomunicition de Dis sélo puede acontecer en un espacio que por por tanto, por naturleza— tone ya ocx acter del hecon el espacio de una aturt lezaraconal Esta nturaezaracional se debe al mismo arigen, ie vuelve a actuar de modo sobrenatralen la naturale, En esa medida, la relacién que determiné las antitesis clésicas se invierte en la antitesis «natural-sobrenatu- ral»: En ella la naturaleza no es ef origen que barca teleolsgicamente lo que es diferente a ,, sino lo siguiente: In representacién de la libertad divina, més atrés de la cual no se pue- de ir y, como tal, la condicién de posibilidad de la revelacién. Esta oposicién «natural-so: brenaturab» no es, a diferencia de las antitesis clésicas, fenoménicamente mostrable, sino es- peculativamente, y como tal fue desarrollada de modo sistemitico en la filosofia del idealis- mo alemén. Cuando es negida —como en el caso de Voltaire—, queda s6lo el otto lado, la naturaleza, de la que ahora se dice que es todo. Pero esto signifien que el concepto de natyra- leza se convierte, de hecho, en un concgpto vacio y sin funcién, La ciencia moderna de la naturaleza hace mucho que ha renunciado a él La renuneia al concepto de naturaleza es, por cierto, més antigua que la renuncia al de lo sobrenatural, y tiene mayores consecuencias sistematicas, "Ya Sturmius polemiz6 contra é1 ‘como reliquia pagana, y cuando Malebranche ¥ los ocasionalistas posteartesianos —incluido Leibniz niegan toda'causalidad transedinte a las fuerzas naturales y.reducen todos los suce- sos mundanos un regulado obrar inmediato de Dios, esto se ha de ver como el origen de aque! desarrollo cientifico natural moderno en el que el concepto de causalidad se sustituye por el concepto de ley. Para la ciencia empirica no hay diferencia entre decir que todo es s0- brenatural o que todo es natural. La férmula de Spinoza «Deus sive natura» refleja ya esta situacion, Dije que 1a contraposicién «natural-sobre- natural» invierte la estructura fenoménieamen- te mostrada de las antitesis clsicas, en las que la palabra «natural» siempre se refiere al co- :mienzo potente, més atrés del cual no se puede ir, que abarea lo distinto de él, Estas antitesis se han mostrado hasta ahora como imprescin- Giles en nuestro uso del Jenguaje. Los adjeti- os «natural», artificial», «voluntatioy, «ra- ional» han mostrado ser mucho més resisten- tes que los sustantivos en que se basan: «na- turaleza», cartes, «voluntads, «razén>. Al examinar estos pares de conceptos Hama la atenci6n que la palabra «natural» aparece res: pectivamente con un doble significado. Una vex es un concepto genético que designa una determinada relacién de origen, la otra es un cconcepto normativo que nombra un eriterio de enjuiciamiento de deseos, acciones o estados. ‘Aclaremos esto con el ejemplo de las antitesis s«natural-artficials: dientes.postizos son los ue, a diferencia de los naturales, no han sa- Fido por sf mismos. El objetivo de su fabricante es que sean lo més naturales posible, es deci, fan parecidos como sea posible alos que salen Por s{ mismos, Pero quiz intente hacerlos in- Eliso mejor. Sdlo que el modelo pare lo que pueda lamarse agut «mejor tiene que tomar- ede nuevo de la naturaeza, es deciz, de In fancién natural, que ef la que nos permite cistingur los dienes buenos de los matos. {Son «naturales los panales de abejas? Lo son en el sentido. de que es natural para les abejes construi tales panales. En cambio, son atficiles en el sentido de due no brotan por si miamos, sino que dependen de una confor- ‘macign que se imprime desde fuera en el ma- terial; por tanto, desde Ia naturaeza del ta: terial mismo es costal. La forma es convene: te desde el punto de vista del interés de as abejas y, mis alld de es0, es wformalmente ‘onvenientes, como dijo Kent, por su «confor- midad con el concepto de razéno. Pero, visto dese el material del que se basa, :n0 es tam- bign toda planta artificial? Pues su plan de construccién depende también de una estruc- turacién del material que no procede de éste ‘mismo, sino de tna lula germinal que orga- nia el material adyacente. La diferencia esti- ba, sin embargo, en que en esta organizacion se constrye ella misma tin sistema, mientras que el producto artificial recibe sw estructura desde fuera y s6lo para algo diferente, Cuando Arist6teles escribe: «Si el arte de la construc- cién naval estuviera en Ia madera, el barco serfa. algo natural», Ia autoorganizacién es, para él, el eritetio de lo natural. Bl arte de la cconstruccién naval no esté en la madera, pero el arte de curar sf estd en el médico que se cura as{ mismo. Arist6teles parece querer decit que el médico que se cura a sf mismo sana por naturaleza. Nos inclinamos a contradecitl. ‘También en el médico hay una diferencia entie que su organismo se cure por sf mismo o me- diante fa intervencién del arte de la medicina que se aprende y so aplica reflexivamente. Aristoteles sc habria opuesto a la objecién. La reflexién, dice, no pertenece esencialmente al arte. La prueba de ello es que cuanto més perfectamente domina alguien un arte, tanto ‘menos reflexiona. Llega a ser para él como una segunda naturaleza. Ast la contraposicién de las palabras enaturab» y «artifical» parece ser reducible a la contraposicién wdesde fuera» y desde dentro». Pero definir aquella antitesis ppor ésta serfa dar una definicién demasiado vaga. Equipararfa la antitesis «natural-atti cial» con otra que también fue descubierta por los griegos, la antitesis «natural-violento». ara los griegos es violento aquel movimiento {que no resulta de la naturaleza de lo movido. La Fisica ya no conoce esta distincién. Todo ‘movimiento puede ser considerado como re- sultante de un paraletogramo de fuerzas’ 0 como consecuencia del principio de inercia Sin embargo, continuamos distinguiendo —én el mismo sentido que los antiguos— la muerte jolenta de la natural. Para el leén que devora al hombre, la causa de esta muerte es natural; para el devorado, Ia muerte es violenta. La ‘contraposicién de'lo natural y lo violento pre supone siempre una visién teleoldgica de lo natural, presupone un deseo, un impulso o una voluntad, tinicamente con relacién’con el cual puede llamarse a-algo «violenta». ;Pero, no es entonees casi toda muerte, excepto el suisidio, violenta? Cuando llamamos artificial a uh pro- ceso no lo consideramos tanto desde el lado del que lo sufre como. desde el del que lo realiza, del que produce un resultado tras una serie ‘de pasos que no se dan por sf mismos, sino que estén ordenados tal como lo estarfan Por naturaleza si ella se propusiera ese resul- tado, Es decir, la serie de los pasos resulta de algéin tipo de principio de economia, Cuanto menos econémico, menos artificial, La monta- fia que esté de parto y da a luz un ratén es la ‘metéfora para la falta de arte, En el caso de los resultados alcanzados con una extremada falta de economfa ficilmente se sospecha que no se trata en absoluto de resultados intencio- nnados, sino de productos casuales. El buen tirador répidamente encuentra el blanco, El que no tiene ni idea de disparar gastaré mu- ehisimos cartuchos para aleanzar, finalmente, alguna ver el blanco. {,Cémo pueden formar los conceptos «natu rab» y «artificial» una antitesis, si cuanto més perfecto es lo artificial més se acerea a lo na- tural? Aqui se muestra el doble sentido de estos tétminos, su significacisn por un lado genética y por otro normativa, «Artificial tie- he en nuestro actual uso del lenguaje un sig- nificado primariamente genético. Significa producido intencionadamente por el hombre. EL uso normativo de «attificals es més bien Peyorativo. Significa que el producto del arte ‘no es precisamente tan perfecto, an funcional, tan cuiasi-evidente como seria de desear. En el siglo XVUT era todavia distinto, «Alabado sea el Sefior, que te hace artificial y delicadamen- te», dice una cancién littrgica alomana, Noso- {10s utilizariamos en este caso las expresiones «artisticamente» 0 «con artes. Y también de- cimos que son artisticas ls telas de araiia o los panales de abejas. Lo eartistico» no es un con- cepto genético, sino normativo, que en cierto sentido es indiferente a Ia artificialidad 0 na- | turalidad genética. Los pasos de la bailarina de ballet son artficiales, pero s6lo son artisticos no se dan ya artificiosamente, sino con na~ turalidad. Bs decir, el arte quiere hacer olvidi su origen. Y s6lo es perfecto donde lo consi ‘gue. Stravinsky dijo una vez que su mésica dobia actuar como la respiracién. En la medida en que el arte plistico del Lltimo siglo no se propone precisamente esto, sino que se entiende como documentacién, ‘como «aseguramiento de las huellas» del pro” ces0 de su produccidn, se sitda en otra pers pectiva. Este arte se desarrolla, por lo demés, de forma exactamente paralela ala vision evo- Iucionista de la naturaleza, que ya no entiende al organismo como instantaneizacion. sustan- cial de una especie, sino como estadio de paso y vestigio de un proceso continuo. Lo mismo pasa con lo voluntario en felacién con lo natural, También aquf se trata; en pri- ‘mer lugar, de conceptos genéticos, y en segun- do lugar'de conceptos. normativo-formales. @Pero, designa entonces la voluntad en general algo as{ como un origen propio? Mas bien de- igna un modo de hacer lo que se have; por ejemplo, lo voluntario en contraposicién a lo forzoso, es decir, lo que se hace de buena gana ‘on contraposicién a lo que se hace a disgusto; © Io voluntario en contraposicién a lo espon- ‘neo, es decir, lo que se hace con reflexidn en contraposicién a lo que sucede, por asi decir, por si mismo por 0 en nosotros; en definitiva, Jo racional en contraposicién a lo meramente natural, Y en cada caso tratamos de hacer ol- vidar la voluntariedad, tratamos de dejar apa- recer lo voluntario como natural. Decit de una accidn 0 conducta que se hizo xa propésitor significa tanto como decir que propiamente no logrs lo querido. Queremos que no se haga a propésito, Sélo cuando Io natural parece na- tural se logra el objetivo, Pues sélo abi el que~ ter nos parece conforme consigo mismo. Y a esta conformidad del querer consigo mismo los estoieos le Hamaron conformidad con la natu- raleza. «Vivir en armonfa» era para ellos equi- valente a vivir «en armonia como Ia naturale- za». Y psecisamente esto era considerado por ellos como lo racional. Pero justamente esta homotogia te physei no es physei, no es «por naturaleza». No sobreviene por si misma. Asi resulta Ia siguiente paradoja: slo donde el querer se hubiera desprenlido completamente de lo natural en el sentido genético, serfa «na- tural» en el pleno sentido normative. Y esta naturatidad indireeta es la que nosotros llama ‘mos racional. Pero, en qué se distingue de la naturalidad directa definida por el «de por sis? Para Hlegar al fondo, es conveniente consi- derar todavia otra antitesis que en Ia antigtic= dad tematiz6 draméticamente el problema de Jo natural, la antitesis physis-nomos. En ella se cconstata en principio la misma estructura que ‘ya hemos encontrado en la antitesis physis- techne: lo natural designa siempre, en primer lugar, algo distinto de la praxis humana, no ‘puesto por ella, Como tal es, en segundo lugar, tun presupuesto que posibilita esta praxis, Pero, en tercer lugar —y aqui comienza la vieja controversia filosofica—, designa un eri- tetio para el logro de esta misma praxis. ‘Asf el physei-on es lo que precede a todo nomos hamano. Tiene que darse aquel, para ‘que éste pueda ser. Pero, sinmulténeamente, en Ia sofistica se piensa el nomas como un.orden del acontecer, que no coincide con el orden «por naturaleza>. ,Qué puede significar esto? {No cae entonces el nomos fuera de fa natu- raleza? Y zcudl seria, entonces, su origen? La respuesta de los sofistas es que el origen del nomos es perfectamente natural, es decir, physei, por naturaleza. El discurso, los logo pot los que se efectia,. son pragmata, cosas, por medio de cuya esencia natural actéan so- bre otfos seres naturales y configuran las situa- ciones bésicas de su praxis. Estas pragmata no se distinguen fundamentalmente, de otros trumentos para influir sobre algo. No modifi- can i ey natural, que Gorgias, en su Hlgio ae Helen, fornia as spor ntualza ‘ele ae lo fuerte no es impedido por lod, sne gue lo dil es dominado 9 gid por Io fre y, por tanto, lo fuerte manda, le dbl dedect>. Peto silo conporamonte dl se muestra como mis fuerte por le capac do “ominarconcldncrson como en ot oc Sin dice Gorge, entonets es mas fuerte 9 pone fuera de vigor el derecho dl més fort i, en ext wntdo, todo nomos 69 spor na: turaoea, gu sign entonce la contapo. Sci6n de pips y nomos por la soba? Sg: niin que avalide del nomos se redace ala fuerza ‘natural que To ha produido. Lo que isha vader agrega west facta, ls apie Gia de algo at como la Teptimidad, es une isn. Y, por tanto, tambien ep una. lion In opinién de que un nomos sea mejor que otro. Cada uno expres presamente as rele Giones de feran qi lo han produidoy een este sentido, natal. La stetic x lnsecion en el sentido de que destaye la sin de un inter omni, de un bien comtn- El ben mn eo gue un inivduole parece bicn Comin, o agullo de lo que logta convencer a ‘tos qe se bien coma, St alguien etoie ra onvencio conten propio interés, es de- Gir, sun convenciniento meralmente correcta le exigieca limitar a capacidad de hacer valer Su fuera, enfonees se por dei que para él tste nomos no es nara "Fenomos que tratar a, por tanto, de una diferencia en cl concepto de physe-on, de To natural, «Naturale puede designar por un ldo tl orgen,y as! hablamos de «por nauralez; tn cote sentido, para Ie soflstea todo nomos co en tltima instania natural. Pero, por otro tado, puede indiar tambien un erteno deter minado, el eiterio de «conforme Ta natura lezae,y entonces es una cuestion del punto de vista dela stain de intereses el gue aun hhomés ele denomine natufl ono-natural. La muerte violent es, para el que Ia padece, ferente dela muerte natural Para el lepn que Govora al hombre, la causa de est muse es natural ' Lo natural es diferente, por tanto, en el concepto de 10 sespontancamente natal> SPeomo se ullizn en e enguaje de los post gelianoe~y en el de fo sconforme 1 ta natu faleza». Un eoncepto remite ala génesis, el burp tiene un sentido normative, De Bonsld, el primer gran etic stemaltico de Rousscal, fue el primero en indicar el dable sentido del toncepto de naturaleza, ah que aabo de rele- firme, propuso dstngur entre ena y «na turele, EL toques, dice, e8 un homme nat; Leibniz, Fénelon y Bossuet son hommes na- rel La doctrina de Platon invierte la tesis sofis- tica, la tesis del origen natural del nomos y del carécter antinatural —es decir, lusorio—de su validez. La tesis de Plat6n es: hay nomos na- tural, existe lo justo por naturaleza, y el fun- damento de su validez esté en su naturalidad, Pero esta naturalidad no es la del origen, sino la de la adecuacién, es «conformidad con la naturaleza». El condcimiento de. esta adecua. in es asunto de la razén, A quien no posee tal conocimiento, a quien pregunta por la gé= resis, se le ha de contar una «mentira noble», cs decir, un mito acerca del origen que trans. forma la racionalidad del asunto mismo en una historia sobre su comienzo, Como es posible no poseer este conoci- miento? {No es cada uno el mejor eonocedor do sus propios intereses naturales? Platén ha cuestionado esto. Su ejemplo es, frecuente- ‘mente, Ia salud. Nosotros tenemos ciertamente ‘un interés natural por ella; el médico, sin em- bargo, posee un mejor conocimiento de sus condiciones que el profano, Pero la razin de cisiva de que no sepamos por naturaleza, es decir, de por sf, qué es lo mejor, qué es lo mas conveniente para nosotros, reside on que para ‘nuestra naturaleza es esencial la mediacion de | la rlacin con nosotros mismos. Sil hombre, como dice Arstteles, es por naturale unset vivo que habla racionaly poltco, exo ign Fen que esconsttiv pars su praxis el reeo- nosis de pon de ts tony oe se pede motrarexpresmenteinteresado tn les condiciones bases del obrar comin y na atfacién de Tor interes de todos. Lot sofistas ereyeron que el hombre s6lo puode deivar por un interés comin cuando eniende In realizaion del interés comen en Tuncion de su interés individual, Ta teh de Plata, en Cambio, era que lo bueno, ciando se revela, 510 comin a todos, 10 hoinon, Y creyo qe podiallamarse a estolo «justo por naturlens» La tis planes de que ext lo justo por naturale, es decir de que To buen os ag0 Comin, toma s argument de a mis tora sofstica. Ha de exist lo comin como ides, pues los mismo sofas trabajan con ella. Nie- fam qe exits algo ai como una verdad si Praindivdual, per ta presuponen al entender Eliseuse como un edominar por medio dela Palabran. {Como se domina por medio dela palabra, sel que la oye no la tene por signa Selo verdadero? Tambign el que aenazacon palabras solo puede edominare se que las oye Supe quel amenaza ex verdadera,.¥ emo putede imponer un nomor el fuerte al bilo cl débil al fuerte—si no est ya presupuesta la idea de legitimidad? Puede ser que la mayoria de las veces se sustituya de un modo ilegitimo {a realidad de esta idea por su apariencia, Peto lo que no existe, no puede aparentar. Los no- ‘moi son el proyecto de una realidad que podria alzar con derecho una pretensién de legitimi- dad, Rousseau reflej6 este estado de cosas, bajo circunstancias totalmente diferentes, en las dos ocasiones en las que proyect6 un con. trato social; una vez, en el segundo Discours, donde el contrato, con ayuda de una ideologia del bien comin, vincula a los pobres con los intereses de los ricos; 1a segunda vez, en el Contrat social, donde ‘el contrato toma al pie de Ia letra Ia idea del bien comin, buscando lun orden que correspondiera efectivamente a esta idea. Bl lugar clave para la superaci6n del anta- gonismo de la naturaleza —en la que el devo- rar es natural, pero no el ser devorado— es el didlogo de Sécrates con Polos en el Gorgias, donde Sécrates defiende el principio: «segin obra el agente, asf sufre el paciente» (476 d), ‘Cualquiera concede ficilmente que esto es vé- lido para la dureza del golpear, el calor del quemar y la agudeza del cortar. Pero lo que Polos concede valdria también para la justia, belleza y bondad del castigo; por eso ha caida, seqin a opinion de Calis, ene sbo que le hav puesta Socrates. Porque Sécrates abla ‘ontindo erroneamente el noms de I na turaleza eon el noms hecho por el hombre El nomos dela natraeza slo puede set—so- gin manera de ver de Calis, que tere fhovaenelsigo XVI wn variant el seis tjtem, resulta de on paalelogramo de fuer das naturales, Frente «ell, Socrates pone de felieve que hay un koinon agathon an bien comtn, jn slo somo resultado de on com promso” mientras las fuera mandenen en Frbalanza, sino como interés eapecticn de Hombre rational: sel bien, coando se revel, os comin para todoo. El revelarse del bien om para todo significa raedn. Y en Ta tmedida en que la raconalidad petenese a Matra et n,n ara eractn del antagonism natal de intereses, zon no es kentco « naturale. Pero To Tacinal es tambien, epi hig, gar 2 dewrbnr la verdad de Io natura, eta te felacon radia en a fleoloia dela naturale: ta. Lo etl, eomo mermente fata, se Felacionaantagonicamente con ls trea aves natura, Pero a vrdad sobre fo nati fades comin, y cuando user naturals inte res, como raconal, pores verdad, super el antagonism inmediato Esta idea plat6nica fundamental no es una ‘dea filos6fica cualquiera; es I idea que cons- tituye la filosofia. Pero precisamente como tal es discutida, Como nueva variante de sw dis- cusién mencionaré a Michel Foucault. La ver- dad, escribe Foucault, no es algo comtin, sino un instrumento de la reglamentacion del dis- curso, de la exclusion y delimitacién, de acuer- do con lo cual defiende el discurso sofista como un ediscurso eficaz», «discurso rituaby, «discurs 80 distinguido con’ poderes y_sentimientos» (Die Ordnung des Diskurses, Frankfurt am Main 1979, p. 39). La razén no descubre la naturaleza sino que Ia violenta: «no tenemos que imaginarnos que el mundo nos ofrece un rostro legible que s6lo tenemos que descfrar EL mundo no es cémplice de:nuestro conoci= miento... Es preciso concebir el discurso como uuna violencia que hacemos a las cosas» (pp. 36.31). Siet discurso, si todo discurso hace violencia 4 las cosas, dado que no hay una naturaleza que en él se descubra, entonces también todo participante en el discurso hace violencia a los demas. Pues si lo que ellos se comunican no es un contenido de los estados subjetivo-cog- nitivos, sino s6lo una funcién de su voluntad de poder, entonces estos estados tampoco puc- den ser descubiertos, Son estados de cosas que no se distinguen basicamente de aquellas cosas Sabre las que se habla son tan opacos como sta. El diseurso solo es un modo de influen- cia natural recfproca que no so distingue fan- damentalmente de otros tipos de influenca r- ciproca. No lo ve de otra mangra Ralf Dab- fendort cuando, ens Alabanza de Trasimaco, habla de una continuigad que va de Te guerra civil al debate parlamentario: «el dscarso es la prosecucidn de la guerra por otros medios sta posicin contiene, por as deci, una verdad feflejada invertidamente, a saber, la Yerdad de que entre el qué y el imo de mucs- tro discurso no puede haber un hiato absoluto para que el dscurso sea posible. Y asf ocurre Ue hecho: en In conversacion entre tres, cal Guiera puede confundir continuamente bu pa- pel de particpante en Ie convers quello e To que se habla. Fan la consulta con ell médico el paciente es ala vez el inteflocutor Jel objeto del didlogo, Sino pudiera mostrar ALmédico un erostco legible», entonces no ten dria sentido siquiera inicir la conversacién Hablamos con ls bebés hasta que nos dirigen un rostro legible. Y nuestro hablar con eos test osencialmente determinado en su preten Son de verdad porque ellos son siempre a a ver participes de un contexto vital simpatéti Whitettead ha desrito toda rlacin cognitiva con actual entities como una integracién de sus respectivos feelings. Si nuestros objetos no tie- ren una subjetividad —aunque sea rudimenta- ria y elemental— teleoldgicamente captada, entonces no podemos decir en realidad nada sobre ellos, sino s6lo algo sobre nuestros pro- pios estados cognitivos. Y tampoco podemos Gecir esto con pretensign de verdad, porque ‘malinterpretamos sistemiticamente los estados propios si los entendemos como cognitivos. No podemos hablar en absoluto sobre nuestros es- tados, s6lo podemos expresarlos. Pero nadie podria entender estas expresiones, ‘Asi resulta la siguiente altemativa: o los in- terlocutores son s6lo cosas, y las cosas son radiealmente opacas, o las cosas son también Participes de un contexto vital, tienen también el caricter del ser-con y no sélo el status de la utilidad o de la presencia, Es decir, son natu- raleza. S6l0 si hay lo natural, lo que es de por sf y para si mismo, puede haber razén. Pues solo se puede descubrir un ente asl. Pero el descubrimiento de lo natural, el deseubrimien- to del ser por sf natural, es lo que llamamos lo racional. Lo natural y lo racional son concep- {0s correlativos. Ninguno es derivable del otro: {a raz6n no lo es de la naturaleza, pues el dejar ser al ente no es derivable de aquel carécter origina de er por s mismo, que Imam ‘ara ‘Natura semper recurvain sepa, dice Alber- to Magno. La tascendenia fe todo conc tcnto rompe ess curvao. Todas la recone trnciones teoreostemsteas de anidades na turales en especial orginicas, Glo pueden st mula la recuratio tn sess, pero i Sie mension del originario ser por Sh que, como racionals puede retire €l mimo yresonocet fo otf como tal. Para elsitema Loot m0 ts esenciamente na més qe «enlorno» Captr cognoscivamente su estructura sign- fea dearolar una complejdad de estado n- femos correspondiente elt, Ast esribe “Armstrong suggest that consciousness no mnoe than awareness of inner mental ses by the person whose states they are iti is 30 then consciousness simply a frther mental State, slate deste owas th orignal in net states. fn esta vision fa concienciay la Simulation de la coniencia son ndncmies, porque se hace a éstn media de aguela, En Eambio, lo eaactersico de la hier raconal es el dscubimiento do que existe To absol tamente otro, alo que no correspond ning mental sttes atmo propo, sino ie Yeon Gente de ello preckamente como incompren- do. Las garapata eniendenperfectamente el mundo: ¥. es una observacin todavia no suicentemente analiza el hecho: de que swando estamos: semidormidos.entendemos plenamente el mundo. Quien se duerme oyen do una misica soo parcalmente ented por 6), observar al despertar qu en el estado de somnolencia habia entendido plenamente la mien. No haan fase sia nom prendid, Todo se engaraba en una signe Sion, Pero notaré que esta signifeacon not. na abslutamente nada que ver con la signif cacién real de In misiea, Enel ten, cuando esioy semidormido asa de un grupo de 16, venesdivertdosy su conversion en ura Tene gua extranjera me purecen perfecamente comprensibls, cada vor encaja como uns son trbucion lena de sentido en et jueg sgn cativo. Tan pronto como me despeto, desc: bro-que no. tengo In menor idea det que realmente hababa nl de gut se lan Slo a tazbn crea en Ia realidad os espaionvacos del incomprendido,precisamente pore no hace violencia tls coma, Por lo que se reflere ala razin prictica, Kant opinaba que To eacionaly To nau no se han de disnguir en absolvio en su conte, nid, ster, ho reac dla constta cin republicana prfectay dela paz perp, El egoismo ilustrado una wsocedad Je de- rnonioss— leg ala misma constitu £2- Gional del Estado yal mismo orden del derecho internacional que Ia razon para prcties. Pues ‘la nutualera quiere irestiblemente que el Gerecho detente por fin, el poder supremo> (a paz perpen, B, 63), Gertamente la na turaleza fogta este fin sobre un antagonismo de inerses que finalmente se nevtralzan ellos mismos. La recionalidad practic, cs deci, fa superacion interior de Ia natal curation se, de peta pineo cn lo Te sigue a la supertcon eal de antagonismos Js acontecida, pero nose ha de deduct manea de ésta. Tambien en un orden de bien comin rest es posible una conductaparaitaria ¥ esta ho sera, si mis, aninatural. Hoy saberos {qe en las poblacones animales ef equilitrio de fuerzas posta Ta conduct pareitaria y laneutralizt ene efecto final. Et Recho de que ttindividuo admitainmedatamente lo general en so propio interes solo correspond l con- cept de fain, y converte al individ en ser digno de respetoincondiionado, oponién- dose a que se Ie utie como medio para un fin mis amplo ye pase por alto s0 autode- terminacién, Pot eso el individuo es real en sentido enitico, porque para él es real todo To demas, Yano es el centro de sf mismo en Felacign oon el eua odo lo demas es de menor realidad, es decir, entomo. Esto hace que él sea entorno para lo otro. La realizacion de este estado de cosas no puede sera su vex simulada. La sociedad de demonios» de Kant sirmula un orden real de la razén. Un sistema con capa- cidad de aprendizaje puede tomar en cuenta las relaciones de los sistemas que forman su entorno. Puede tratar de presentarselos bajo un aspecto favorable. Y un sor meramente na- tural puede desarrollar una inclinacién emo- cional; puede, por asf decir, ensanchar su iden- tidad y recibir simpatéticamente lo otro como parte de sf mismo. Est més cerca de la insimulable racionali- dad aquella pegatina llamativa: «Piensa en tu mujer! jConduce con precaueisn'» Pues aqui 19 $0 representa al otro como parte de uno mismo, sino que se pide al destinatario que se piense como parte del mundo del otto y en uentre asi un motivo para cuidar de s{ mismo, Esta inversion de perspectiva equivale al aban: dono de Is actitud puramente teérica. En esta actitud, el otro permanece incvitablemente siempre objeto, que se define por relacién al sujeto objetivante, Realizar algo no como ob- eto sino como absolutamente real, como ser Por sf, esto és lo que en el lenguaje de la {tadici6n filoséfica se denomina amor racional © amor benevolentiae. El amor benevolentiae, } 2 diferencia del amar concapcentie, 0 se ropone primariamente la unién, sino que une Sistncando. Deja sor para mi el sex-para-si Gel otro. Toda interpretacién naturalsta de festa trascendencia es necesariamente una ter gjversacion reduccionist. Hay también una tergiversecion conductista de ta realidad del trorbeneoltia.Toms de Aqin eeriv cn una octsién que no hay ninguna aceién por fmor que no poser ocuri también sin amor. ¥, de'manera parecida, Kant opinaba que la sealizacion de la moraidad pura nunca es em- Piricamente verficable. No bstante, es una Hea de la tazbn, independiente de toda veri- fieacgn y toto coelo dstnta de cualquier sc mulecion. Solo el amor racional, en el sentido dellamor benevolentae, deja surgir para nosotros Ia rea- lidad , con ella, on nomos que es natural precsamente en la medida en que n0'es por haturaleza, Gaando se dice que es divino, con testa fOrmula slo se expresa que abandona el perspectivimofinito al descubrino y aignar a {odo fo fnito su perspectiva propis. Se puede constuir una historia natural dl amor bene- volentiae. Esta conduce, por ast decir, a une aproximaci6n infinitan él. Pero al final sem pre hay un salt, un repentin cambio de po- oidn, que aun cuando apenas sea empitica- mente notable Io es; en todo caso, fsondm amente. La ranin’ como die, Aristotle, siempre viene, en iim témino, yrathen, desde fuera. No hy tampoco ning tp de argumento fcionl para este cambio de! pos . Esta es la des. cripcidn del amor concupiscentiae El amor, en el sentido del amor benevolen- fiae, tanto’ hacia otros como hacia nosotros isos, no depende del impulso, sino que es libre. Sélo para él lega a ser la realidad real ¢n su pleno sentido, la realidad del otro tanto como la nuestra propia. Este llegar a ser real precede a todo deber. Bs, para Platon, a sa- lida de ta caverna a la realidad, El amor bene- volentiae es lo racional en el sentido pleno. Respecto de él, respecto del amor benevolen. tae, val qu dice Arstles del stbio: «Es tl'que ms seam a sf nistion. Esto no quiere Gait qusse ame astmismo més delo que ama eee roe we ser, fos iaconales se pueden

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