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Al término del día me acompañó a dormir la cara de Don José , quien pareciera que esperaba
desde hace tiempo nuestra visita. Estaba recargado en la puerta de su cerco con su uniforme puesto lo que me hacía suponer que trabajaba en Ayuntamiento, sin embargo ya en la platica
sabemos que fue despedido y que el cancer lo ha atacado despiadadamente con gran
agresividad.
Al término del día me acompañó a dormir la cara de Don José , quien pareciera que esperaba
desde hace tiempo nuestra visita. Estaba recargado en la puerta de su cerco con su uniforme puesto lo que me hacía suponer que trabajaba en Ayuntamiento, sin embargo ya en la platica
sabemos que fue despedido y que el cancer lo ha atacado despiadadamente con gran
agresividad.
Al término del día me acompañó a dormir la cara de Don José , quien pareciera que esperaba
desde hace tiempo nuestra visita. Estaba recargado en la puerta de su cerco con su uniforme puesto lo que me hacía suponer que trabajaba en Ayuntamiento, sin embargo ya en la platica
sabemos que fue despedido y que el cancer lo ha atacado despiadadamente con gran
agresividad.
Al trmino del da me acompa a dormir la cara de Don Jos , quien pareciera que esperaba desde hace tiempo nuestra visita. Estaba recargado en la puerta de su cerco con su uniforme puesto lo que me haca suponer que trabajaba en Ayuntamiento, sin embargo ya en la platica sabemos que fue despedido y que el cancer lo ha atacado despiadadamente con gran agresividad. Me invito a pasar a su casa y yo me sent halagada porque en estos tiempos no cualquiera da entrada a su hogar a una extraa y menos con logos de partidos. El punto es ese, que yo NO era una extraa para el, ramos dos amigos que se conocen por primera vez, nuestra relacin se resumi slo en la necesidad: la necesidad que el tena de hablar y la ma, la cual era escuchar.