El resultado de esta visin nos conducir a despertarnos cada da con una
sonrisa, condicin necesaria y suficiente para que la probabilidad de cosechar alegras durante el resto de la jornada se multiplique hasta el infinito. Cada vez queda ms claro que el resultado que obtendremos en las cosas que encaremos, y la mayor o menor habilidad con que nos enfrentemos a las dificultades y los obstculos de la vida, dependen en gran medida de nuestra actitud y de nuestro humor durante la primera hora de cada da. Es obvio que cada da es nico e irrepetible y, por lo tanto, bueno sera no arruinarlo con un inicio equivocado o contraproducente. En esta sentido Og Mandino aconseja irnicamente cada maana, antes de empezar con nuestro quehaceres, tomar el diario e ir directamente a la seccin de obituarios. En esa seccin, propone Mandino, cualquiera puede encontrar una larga lista de personas que se sentiran absolutamente encantadas de cambiar con uno, an cuando por ello tuvieran que hacerse cargo de todas nuestras preocupaciones, deudas, temores y disgustos. La propuesta es graciosa y significativa. No cabe duda de que, leyendo efectivamente el diario como Mandino sugiere, no tendramos ms remedio que recordar que nadie sabe cul ser su ltimo da y esto podra ser la razn suficiente para ocuparnos de vivir cada momento disfrutndolo con toda la intensidad de la que seamos capaces.