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NICOLE LORAUX LAS EXPERIENCIAS DE TIRESIAS (Lo masculine y lo fomenino en ef mundo griego) TRADUCCION DEG. SEENAY J. HOETULAS Nicole Lonsux neice 18 de bit de1943 sl 6 de abil de 2009. Fe 99s sufliamaccdeite cerebral qvele prolyouna purl ue fects ls Iaiad dene cueroo, umes de prevoeade praca dituletespars tlie 8 ge sare ell, conacreé ou luc entesns lhitlanea Fes) ptlodo desu enlemedad v apie = bait suacsea ianice puss» praca pe al ne sade ale Frit iro aschatruu aces han ult imeneri cose i este lin ede tn cet on tur weornveden, lane pores ie uafoteligencis ta sigorosa,y slempre ee tery witli sopren dem pore scimcte especie Eien es un libro sole las mujeres, a pesar de que trata con frecuencia de las mujeres aeiegas mucho antes de que los Gltimos capitulos se consapren a estudiar ciertas fg ra feraeniaas paradojicas. Esun Libro acerca del hombre o acerca de lo femenino, Debe dat explicaciones, desde luego, acerca de este 0, Mas adelante me contapeisé a ello— después, no obstance, de alpnigpreceines z ciudad son los hombrcsz: si este t6por, repctide has- tala aaciedad, tiene re26n, es decir, sila ciudad priega ivale realmente al conjunte de sus hombres vitiles (andres\,” Jos historiadozes modernos dz la Antigiicdad (quienes, porsu parte, prefieven hablar de «club de hom. ies») se sienten justificades pare invertir la proposicién ‘fig de eazacterizar In pelés, sobre code cuando es demo- ceitica, y la politica, cuando ve acerca més a la forma cn que Jos griegos Iq han sinveptadon, por medio de la «i clusiéa de les mujecess. Férmula abrupta, que podsta matizarse—o, mejor dicho, seria preciso hacerlo, a pesar de la abundaacin de comentarios que ha suscitado—, pe- "i lector encon:ntt al eal del Ubre, po g43-an slovaca de 16 rings y mombiss eeenciales, Sebida es que luexclurion eeinds cadied en Atenas que on Expar ‘9, Ente exclusién conattare on clomenvo eatracorsl de la demoer iow también on otren Gwen, ta camo bx demosttede Geooritve Traine (apts: sao: vénsetambiéa 14.» propdnite de Sylvia Maréckal ior pera ls habuvisias del Manifesto de Zs Iqustes). oF miedode afuaiGn entelonaeom ti 9.197. ° ide: é Vv inrReDucci6s, voy 4 considerar como sulicientemente exacta des deel momento ca que nas vamos a preocupar ne tanto de Is zealidad institucional de la ciudad como de las repre sentaciones en las que se fundaments la politics, De mp- do.aue vamos a tratar agui deo femeaino, no de las m azte femenina. #Se trata de «miedo « la confusion entre Tos sexors? De un deseo de separacién sin zetorne para otorgar al anér lo pura coberencia de un modelo? Pues la ‘Giudadaniase ufirma de buen grado de acuerdo con eno delo de la.cndrets, de la vinlided como nombre del valor: afin de caus sdremaites palit darap en mas de’ moujeres»—sirven como ‘semplo [as gracias que se incersambian Dsauines y De mémencs. TExisren, desde luego, siertas evidencias que, bejo la apariencia de lo obvio, disimulan cucstioncs zanjadas de- masiado deprisa, Bajo la evidente exalcacién del andr, me ‘ia descifrar la preocupacion de definir al hombec- ‘ciudadane por medio de una virilidad que nada femenino ‘erica ncllar, Ei cfte preocumietin venial aaa anstenido de lo politic perm marginar una trediciSn ac Tomenos, alternativa, Una cradicien igualmen al leyends eget Baebes nidac Entre el, ciudadano y au - te, Pero, si no se considerala oposicisn entzele mismo yla alteridad—incluso en el caso de que &sta fuese tildada de ‘scadicals—como Ia tiltima palabra de Ia reflexion de los sieges (después de todo, Plarén sabfa, mejor que andie, tue lo Mismo participa de lo otra), e+ necesario darse eaenta de cue lo femenino es ¢l mds complejo de los dis ctiminantes, el aperider que, por excelencin, permite per. saron la ideotidad come vistualmente abaiada porlo oxo. Cosa que significa que, cuando se er un hombre priego, cuando se lee a los gricgos, es preciso proceder 2 opera: clones de pens re avis complejss quels verificacion re la de ca ancité "Para empezar, un ejemplo. Sirvémonos del Sécrates de Ariscéfanes, cnftentado al palewo de Fstropsiader, que quic re convertize en st disefpalc. Come primera leecién, sabi le propane um ejercicie sobre los géneros gramatica lee y]a forma, femenina o masculine, de les palabras, en la medida en que concuerda—en que tiene que concoreiar— con la cosa designeda, La cucstisn versa sobre el masculi no, la palabra escogids es aleZiryan, el nombre del gallo, {que, como tal, Estrepstades ha citado en la lista de los mas calinos. Sscsares enconces evelama: «Fas visto lo que te pasa? Llamas “gallo” ala hembra igual que al macho. pues x0 que dices alekeryén canto en un cazo como en el 0:t0.> Estrepsiades, extupefacto, aprende que, para desighat ala sshembre tendrta que recorrer al térraino alektrsizin, que Sécraces acaba de inventar para la ocasién. Sin duda al- AviotSfonen, Nabe: 639-66: seilemon, por oice lado, que, wil bello aperces en etait ee por una confuaien de Eecpaiades, cons tendri quis haber buncada mi ejeraplen one Ins eundepedas cleale ex wm bipede, cosa que le hace purseesse sun més al hombre Alekirfains ra una inwencife propia de on eevee al igul auc be oleh 2nsin, smite del que hallanos varios eemplos en los poctss micos, fo aledronic Estes utes obeecer siempre una intencién burlesce.y 09 erate Fewer > core INTRODUCTION sna, 8 preciso imaginas que el espectedor ateniense ce reiaa mandibula batiente, pera podemes apostar a que n0 se refa tanto de la estupidex de Estrepsiades como de la absurdidad den fldsafo que pretendta atorgar un feme- nino ala palabra gallo, Existen tealmente nombres de for- ma masculine que, precedidos por el articwlo ferenino, pueden, en el mundo animal, cesigaae ala hembra: deve es el case de ear, nombre del perso al que se vinculan en fe- menine los valores sumamente negatives propios dela pe- rea; precisamente Estecpyiades ha mencionado £361 en su lista de masculines. Pera no podria ekistir ne forma femerina del gallo, nitampoco del carnero, el anaco ca- brio @ al toro, est9s mackos designedos on masculino de una vez por todas, En cualquier caso, Sécrates ha desde- Fado ben, que clectivamente acmite una separeciSu e- tzeel géncro de la palabray el sexo del animaly ha cscoei- do alskiryn, ocorgand 2a gallo uae «gellideds, cosa ‘que equivale a acabar con Ia idea de que un gallo cx an ga lo, Na debemos dedar del hecho de que AristSfance gui re hacer refr al piblice ateniense a expenans de un subio inseasato por completo, y ta ides es buena. Ahora bien, un lectar preneupado por comprender algo més, gracias al alejamicnto y le cistancia, padré adivinar, quis, bajo to barlecco, una apueste tebriea de mucho mayor alesnce: cl debate ausCaricamente soctitico que, harta lo imposible, conjugs lo femenino con lo mascilino. No cabe vuda de ue Blaise lo tiene may presente... Essicrto auc'ty lo que teepects dl diicusen guicgo ac = uno siempre puede limitarse Sicne, por tanto, cemasiadu senda escribir que atebaryse a wemplen también em femenino, can el semid de “allina’s, |Chantznine 19% staid) Midi clacelensars,e\ecombativon sive, «como utes pecie de mote, pars dexignar al allow (Chaatraine, sy) + Mase rajre p49. 1 1as ideas ms claras. Aquel que tenga miedo de las embi valencias puede coolormarse, a prapésito del pasaje de las Nubes, s explicarlo como una simple delpota cSmico. ¥ con frecuenci ar que la tabla de oposiciones funciona sin anomalian, De hecho, nada impide—hasta tal punto hay textos que 1e producen pura y simplemente [a oposicién—afirmar que entze los sexas los griegos snbfan mantener perfec lndivision, sobre todo a, como va se he anticipado deL sexo «no s6lo .. un digane que cumple una deter ada fanciSn, sino también an rigno que indica qué pa pel(es) puede desempear en un sistema dado el individuo zoviste de él>.' Demos al sistema el nombre de sociedad: AT punzo, le via cata despeiada para el azedio, total ¢ ime diaro, de lo sexual, percibido en su cimensidn fisiolipica, por parte de lo sacial, No nos hallamos lejos de Foucault, |\ com este «principio de iromorfismo entre Ie selacien se ) xual yla relaciéa social», que él mismo ha convertide en la ® lave maestra del comportamiente sexual de Jos antiguos §_griegoss pero el alivio es importante sobre todo para los & antropélogos de Grecia, » quienes los toles sociales vienen ‘ liberar muy oportunamente de tomar en consideracién el sexo como rerra incognita. Basta con yuztaponer La di- ferencia de sexas y la divisién social delos roles: esto, ce dice, todo quedari claro, Demasiado claro, ett En efecto, cn el momenta de separas, de sepattir as si tuaciones come corresponds, se trata siempre, incluso en cl pensamienta biolégico de los gticgos, de la dominacién delomesculina, que el investigador podes descubrie facil "season 96: sla propite dereenr, dentmido de etal ee de ln.que denva so, ceomtan, parte partie): eohre la necesidad dees tablecer na abpera distanciny entre low oa 33-35. *Pouceult 198247 irRODUCCION mente si escoge sus fuentes de moda adecuado, Quizés « partir de este momento ya nacie se sorprenderd ante el he» cho de que Jas mujeres, cue «tendsfen que ser més secas que los hombres,” sean (clas y hémedas. Raronando « partir de su propio lerzene, una alricanista ha hecho este observaciéa, ha reconstruide la logics que prevende que el macho permanezea, sin discusién, en su cuctpo eilida y seco; peto el helenisia sumenzido en lat oposiciones cans. nicas cube que, para los griegos, el macho es célida, y se de el gusto de verificarlo ea cada lectura. Del mismo modo, en Ta cuestiGn acerca de si existe una sithiente femenina, Aristétcles, que niega, siguiendo el madelo de Apolo en ns Enménides, cualquier activided de la mujer en la con. cepcién, triunfard siempre, coma.poravor de los «rie gore, sobre los médicos hipocraticos que atribuyen ‘une parte alo masculine y otra « lo femenino.* Asimismo, ea el capitulo acerca de los comportamicatos sexuales en la so- ciedad, cada uno se esforzard, de acuerdo con cus preleren. sobre si mismo y sobre las abstracta de lor coldados-ciudadanos atenienses, nrivs dos de caslquier corporsicad porque el cuerpo no ers pa. ‘alles mds que un préstame dela cudad, cvando en sex lidad, en el cuerpo musrto del cempedn ihadico, todo es Uellesa, Stes verdad en definiiva, como Jean-Pierre Vernant ipsinusba recientemente, que el individua heroico confieze sumucrte,” puede verdaderamente Acules ser conside cado como su modclo, él que, en Ia posieiSn en que se ha fla, se encuentra tan desprovisio de esa solider? ‘De hecho, le epopeya jamas discrimina hasta cl Mite, do ymasculing y femenino exnstituven © tn thie lagar, Poucaule gt 162-183. Con Sate conden que female, eel Econ, ati ula nee hor negariras anicamente= *Versaats98ie 7, ts a\ ‘aciones esenciales que se reparten entre si cl dominio y que sesultan, sin ermbar20, insepacables. Para convencerse dello, conviene repasa:toclo la que relaciona seceetame! te a Aquiles y Helena, o bien interesaree por Andrémace, ceespots ideal en la THadas, pero provista de un nombre ce. ‘mible de Amazona, quien sufrira en su cluclo del mismo modo que muere an guerrero.“ Es esta In ocasién de recor- dar «los continues intercambiosn que, desde la Indis vé- dica a Grecia, ln tradicion indoeuropea cespliega .”' desde las véstiduras femeni- nas de Arjuna ales ropas de Heracles, o la apiel delicadas de lon combatientes de ls Hada lege un dia en cl que, a fin de intentar curares de su abjeto—heche que equivale a tomar cierta distancia'con respecto al mismo, el historiador de la eciudad elasicar debe salir do él, de un modo u otro, aunque s6lo ses para ser capaz, cuanda regrese a, de introducir un poco mas de juego en los mecanismos bien engranados del sistema Mieleccién, sies que es preciso hablar de ella, fue cero tare hacia cl universo de la epopeys. Después de un es- tudio sobre el discurso fdincbre come génere | yendreia coinciden, pues no olvidemvos gue cs {a coincidencls es una obligaciéa para conla ciudad. y tres tana ceflexidn aceces de las operaciones de pensamiento sue zealiza un autoctono de la ciudad de At fencién de excluis las mujeres, el retorne a la +¥ez.al alto, sepiin el conscjo de Duméei un guerrero digao del Bousier 1987 itz, 20 a. (donde desarrlls wna sygorencia de Segal raze Vian, Les orgies de haber, Pars (Klinceie, 1963. p26 ‘Vestine de Heracles séise dea. cap. vis pel Delica ene nf, pp. 16 q » mente el miedo, tiembla, Hloray es tildscio de mujer sia per der por ello un spice de su virilidad_, me ha convenci- dodels necesidad, pata quien se interese por las formulg- cious criegas de Ja diferencia entre los sexos, ce decenerse wel registro del intercambio. De codes cotre los sexos. ne tan slo del de la inversion—porque su Iugar, a mayor gloria de la civ poco del que mezcla les eras, ovedimientos que no Zi agotas, fs ras inciercas, mistas de vieilidad y feminidads ex preci- 50 sefialar, hecho que no carece de interés, queesta defini- cin también es enunciada en el campo de la medicina, co- ino fruto de la observacién, a le par que postulada en las fieviones dela mitelogia. En Hipéerates, por ejemple: es mujeres estériles tc show bres catérdes presentan rasgos de feminidad, Hipécrates de nuever existen—todo depende de los tips demezcla de las simientes en la concepeién—hombres que son purse vitles (sedrefoi) per sa alma, pere cuyo cuerpo carece de la fuerza de los prime- ros, y audrdgyrct (hombres-mujeres): mientras que, pot Io ‘que respecta alas mujeres, existen las mis herabras y me- igr-conformadas, ottas que ya son ais valerosas (@hrarfte~ refi y aquellos que por su cudacia son Hamadas androte, las aviriles». ¥, por atra parte, debe leerse a Platén cuan- do legisla sobre la sexualidad desde une perspectiva civica *"Temor y temblot: vEase fafa, cap. 17: a les atades biléa de Asinteles,o miedo debe kale siempre dal lade dela rmsier sain), oros: Mensacré igh, Injures Shekin 398 7 eaesgon 200 \ \ ular Ja hipdtesis de que los griegos, que imaginaron inrronvcerds ccala cual es preciso, a cualquier precio, hacer distinciones, afin de preservs Jos: «para los iGvenes, muchachos y eu mujeres, hombresy hombres-mujeres (gy7ai andra gynaikfn)».' Por al lado de la mitologia, se en- cucatran el Andrégino primordial. el Zeus érlico o el Her- mafrodita delos poctas v escultores, todas aquellas liguras gue los modemos registra bajo la ribrica de ebisexual dad». Ung bisexx jertemente imagiuatia, pero c¢ siderada siemaps unto de vista cucrpo—cosa que limita de entrada semejante nocioo—¥ “NG ale aupunr dude deasvamiee eas figures yide algunas ottas ods, Jos gtiegos han intentado «pensar cl everpo sexuado de los mortales» como una «anatomia Pero tambien es igualmente probable que tales figuras, ce rradas como estin sobre sfmismas, ao conduzcan mis que a sun coriejo de coostricciones®, als par que inmovilizan el pencamiento en una visién petsficada, Podria darse el ‘caso de que no fuera posible pensar el enerpo mas que a ba- se de no e-a peasar tan sélo el Voy a for- Lablan comprendide también que un doble regisiro—el de 1.) Hipscetes, Sobre lax aires, antsy legares, con ls obseevacio res de A. Ballabrizn, oLes eanuanes seythes ex Jenrs fermen. Seénilité te femten et inpuiseance des homencs cx Scytsie velo le ta hi pocratique Des srr. ME: 5 986) pbs 1as198,2) Hipserates, Sobre be dicts, 27-195) Plate " Vease, en general, Brisson 986 (58:aiosesi2), lender 1985 4 (la sacurmalaci6ney; Chi * Clender i9t sigs: tod la cashas sido tomadas dea st io sghr> Bah, com capac conchisonee estoy de arnerde. la metifors, por ejermplo—daba mucho mis que pensar inc el de Ia monstruosidad, disparatada y demasiado ho- snogénea a un tiempo. Poclemos spostar desde este momen. to que fue en la escuela cle los gricgos donde Freud, a par- ir de wla diferencia anatémica entre los sexom. teori26 una sexualidad «ampliada» al psiquismo y una bisexe dad a la ver generalizade y constitutiva del géncro huma- 20, ade tal manera que el contenido de las construcciones teéticas de la mesculinidad pura y de la feminidad pura serulta incioreo»."* Lamezcls era una cuestion geiega. Los sezpzetan bajo la categorfa de Ja inver sexes cuya realizaci y pidcticas inicidticas: fiesta aryiva de la Tnsolencia ilas Hsbvisita), donde hombres ¥ roulcres inter: \vestidos; tavestismo del efebo que, en visperas de uceeder sasondicisn deny, deamatiza cl paso ela plena siclt- dad ejercieado durante un periodo di do cl papel de mujer; coseumbres expartanas del matsimo- ig en al quela joven despoaada, sacvificando su cabellera, se masculinizs « fin de acoger al esposo, quien asi amen. ‘atd.gienos no poder ssgrosur de inmediato ala sociedad de los hombzes. Tales soa los ejemplos invocados con mayor frecuencia por los detensores de la interpretaci6n iniciAti- ca, Hemos de observer que ls aocién de inver: ia coal espisitu en la medida en que no introduce ningun: ‘brocha en Ja soparticion binasia d¢ Ja; categerias grieeas: * aAsipllac el comenpto de sealed (afaite de Preudalucn tnedicion (i920) de Toot eels arb oboe sexed, cia, Frances Parts (Gallimard), spay, p yay véaeecambion bap 3 donde Freud ale ‘na que ala sexailidad ampliads del peicoandisie se balls en telacisn ‘eon ef Eso del divine Patan. ivexealidad: oQuelquee consBqueace, [evehtquer de In diffSnenes anacomicus entre ler aces (2939), 0m bt ee sree, Hare (PUR) 1964, pR-1e= » reams vuns-ver que estas prictieastradictonales, slempre de tran- sisidn, han sido llevidas a cabo, la distribyeitin cantnica se restablece, sin secuelas, y el ozdea civiee no tiene dificul- foncionamient que no suly “ s, Pero las dificulta- dea tesricas resultan perceptbles desde cl momento en que se preteade genertlizar ia invecei6n como dniea figu: taéel imaginario griego y,a riesgo de aplica semejante clave a los textos. ¢¥ como seria posible tnificarla todo bajo una eley de inversitin eimértice», tea tdndore de ritos en los que li inversion este aubrayadla, so bre todo, por una disimetria esencial que tan sdlo benefi- ."* STEGER SE RErel bere, pore! Gaciestor Peer valve: remos a encontrar este testimonio csencial, a lo largo de es tas piginas, como cl lugar privilesiade de un légor que, ca los mejores dias de In ciudad clisiea y dentro dela le uitimidad civica, habla una lengua que a0 coincide con Zeitlin, i Zain 1983bs 90; hipstesis no my diferentes ex Lorne 198 oe 2 Fed torn ; j oY quella otra. politica, dela infranqueable taxonosmiask ro- 3 fet luiaree Diss npen ie eusiint ova Marla a go. US eHLACEAN habe’ adivinado 4 Io lag de este preimbulo, donde me ent preciso enumemt log eaminos que no voy a seguir y 2) sport is amonto pars escoger ror, gue odie se SRP debea desbronar, mi preccupacion va u centrarse en La fe saenino en tanto-qve objeto iit depeado por el hombre Sin mii tardansa, henos auf snte la pists de una serie cclmienzos que procutin sproplarre por medio del gina: de las grandis experiencia dela cxperanza de uc tambien save prov choccy: epeianeere “auras legals dle cei eb rucedon fap ears en Us onitnen st gattheueoe Ibgisa dels fachasion. Vno sole poraac ie trataci de inte izac lo iemenino, sino también porque, « fin de refle- “atone, 3c execlencia, las de oposieiones. De exie modo, fen otro terreno y a propésita de un acgumento completa mente distinto, Charles Malemoud, al estudiar la relacion nes Ja opetucién reorica que; nite sustraerse a las —eeecar> gue existe entre el pobledo y el bosque en la practica y el penseraisato védicos, reflexions sobre la funcitin del se- ctificio, que no consiste en «tepatar delinitivemente cl po- Blade de todo lo que no lo es, siao en distingains; en pri vilegiar al habitante del poblado a fin de que pueda poner de manifiesto su superioridad sobre el mundo del bosque quele rodea, su aptina para captas, englobarel bosauer, sy al mismo tiempo propicirselo, haciéndele un lugar e0, elinteriordel poblados.”’ Pongersos ul azéren. 2 elage Fort dens lesnesd 19896 ologie de 'ndehrabmenignen, ea Mu- ln curin a iS we poblado y hagamos de lo femenino el substitute del bos. que: benos auf on el corazin del asunco. V cuanco Mala. mond argumenta el conjunto del procedimiento en. cagaster cntolerable» de la oposicién, que oblige al «or. dea englabadors sintarar ney seno parted lotro, sal a) precio de ‘nfl de adapear on parte su fon guases,'= ecOmo poctia expresarse mejor que por medio de sus palabras lo que, a lo largo de mi investigacién, me ha parecico descubrir # propésitg de las aperacicnes yue elpenseinieaco de los hombres griegoslleva a caboa fin de abi guns enone cporiién auc copainaiin dese? Oposicién realmente prowechosa, en la nyedida en que le sazantiza su superiorided, pero de la que hay que poscalar Sm oportable, en la medida en que del placer rescrva al otra sexo, seg ne cree, la inte del dolor. En el brabmanisio, tal come lo interpreta Malamoudl, es precixo, para la prandera del dharma, integiar la esencia, del bosque en el poblado, Me gustarfa persuadir al lector de aguello quelos griegos, ineluso los mAs integrados en el cordon dvieg, han fantascado a placer a propSsite de lo jus lo femenino uporia al andi De un modo ideal, el adr gjemplar coascicave el modelo dels virilidad, Pero cuando exdreia no Gene més sentido aut svilot», a base de resultar ejemplar, cl hombre-ciud: ;ba.con ello el encontrarse como asexuado, Pata cx presarse en el lenguaje de la Escuela de Prags, podriamos decir de buen grade qe, ona oposicidn bombre/muter, el hombre os el elemeato no marcado. Digamcs, al menos, que el modelo de hombre definirivamente desencamada wets Sela brique pereée, Sur le jeu du wee ord pln dans Med bbrabamanignes, en Malainand /9f9:01 4 aeEs pernopucciéN que exalta cl discusse funebre steniense carece de euctpo. Simple soporce para los comportamientot civieas, el sda pertencce a la ciudad, del combatiente salda sae itamnat de Inpokis case deca © Blenes Pe. epodria pertenccer integra: Sea ee a Oe oe sue wa solo sexe, el x0 femeninow? Como si la muet el hombre incepes- uid algetiscon (el houibiecttasnardylaemienen sore “la representaci6a misma de la difereacia de los » gite, en el deslumbramiento de la catictrofe, los mo-tales, definltivamente separacias de los digses, hayan visto spaies bajo Ja forma de uma gover novia lla ‘Veoal menos dos registres—el placer y el dolor—don- decstos interrogantes, formulados recientemente a prope: sito de.una época relavivamente cercana ula nucstra,** pue- den ser vetificados en la Grecia antigus. Seria, pcs, necesatio hablar del placer en femening? Noes precisamente lo que habiamos eprendido a partir de los estudios comsagrados al discutso gaiego deminante ea cate materia, Existe toda una construccién ileoldgiea que ende de modo muy oficial, en las ciudades, « demostrat queel placer sexual perenece en bueaa ley alos varones y quelas mujeres, consagradss a dar a lux y a prepararse pa- 1 ello, cienea la obligaciéa de contentarse con Ia pacte ‘cuidacosamente linitada que, en el matrimonio, la ausie- 1 Zoicin ep3sb1 70.785 Hrsies 19 Ba dts). Hombre-séners, oersus:veate Lorau1g8ub (Forts “ Pero, traténdeoe de laciferoncia cuticle sex lo kes preciso—al menos en lo aur eeapeeta 3 Oecilente to petiodos muy lexes de Gempo. 6 ag FL OPERABOR #EMENINO ra Hera concede Afrodita muy a su pesar? Pero 00 es esta la versién del problema ofrecida per el mito de Tire- ‘Gome es sabido, antes de convertitse en el adivino eu- ya bistoria se cruza en el comino de Edipo, Tiresias—ésta es, por lomenos, una de las versiones del mito—fue mujer. , al menos, durante un periodo de tiempo, « causa de ha- ber gelpeado, herico 0 muerto (en tedlo caso, separado) a nas serpientes que copulaban, se vio obligado a vivir en tan cuerpo de mujer: No obstante, al atacar de nuevo auna pareja de serpientes, Titesias volvi6 a convertirse en hea bre, Pero, debido a este paso por la ferainidad, le quedo esta experiencia de ambos sexos (de los dos «caracterea», de Las dos «aaturalezasy, de los das cplacesese, o bien de Jas dos «formass) dea cual, a raves de los textos, los au- ores griegos y latinos hablan hasta Ie saciedad.”* He aqut lo que pas6 a continuacién: Un dia que Zeus disputaba con Hera y sestenia que ox eh sew sexual lamufer gozamds que el hombre,en tanto que Hera seoien‘a lo coniniri, decidierom llumar a Tiesias pa va plancearle la cuesti6n, daclo que él habia tenido la ex perioacie de una vocta condicion, A la cuestion que se le plantesbu, Tivesias respondlié que, si se haeian diex partes (Gal placat), el hombre gozaha de una sola y la mujer de las nuere cextantes.” Derionne 1372: For ome lado, como obcetva Chitaxi Colomto ayt4: sun, Afredite texnqulies a los hombres al wproparcienarles la Ssrieza de quel dimeasin del INTROLUCCION eign y la eludad estén de acuerdo en convertir en lo més propio de su sexo. Es con exte dolor penetrante ledpné), con el deszarramiento del parto (9d), con Io que sueta el "yrieg, y no solamente, como se ha dicho y como’ ‘yo misma habia insinuado, con «pzescindir de las muiere ‘entienda que tan 36 ‘puede presciodir de las mujeres con el fin de asimilar to Galmeate su feminidad—. Porque, gracias imujet, ineluse cl muy vitil Heracles realza In yiilidad, Ello no resulta incoherente: la endreia exigels wrueba heraica del suf ‘ufrimiento md in. (euso correspendc al lee z Se deja exiraer por si misma, suponiendo que sea realmen: te preciso un sazonamicato para counciasla. tiempo dé uina par. jemidad. En Grecia esto no oeutre, como eh jerreno del derecho, donde «ls palabra véeni ca para designar a la madve como parturients, paren, usu ie... €l sentido contatio de “padre”, obien de antepesa do por linen paternas,y la apropiacién deo femenino se Heys a cabo de-un modo discrcto, sin que se Ileguen a for mular nanca enunciados tan complejos como el fantasma medieval denominado Resubiiae LI sor B Fie ELtE ee bea aetna q aaerira%s comunidad del placer y del sufrimiento» («cuando ... to clos los ciudadanos se alzgran o «2 afligen a la vea por los mismoc econtecimientos») sigue sin transici6r al desat lo acerca de la comunidad de las mujeres, que sé halla en fayamos-una dltima vex del alma a la ciudad, con el propésite de observar que la separaci6a estricja ent Enale | eameing ail lided oto luger ni fexactamente, la édeer logfe de lo politico, Porque en la Grecia antigua, le politica 3 sia lugar a dudas mas vasto de lo que sugicre su discuss. oficial, ran edificante, que se refiere al pacifico Eancionsa. mmiento de le cluded de los andres. Por poca que se pongs en duda le pertioencia real de este discurso, uno se da ‘cuent a sues] safieta conflicts interior presenta, si noun def no deh de ser echanado, expulsado ds de hecho, tiene lugar en su mismo cen- recto de permitis que esta: 1—la del conflicto, ‘menino (en cada caso. sl termine mai actuando ambas al servicio de los hombres y desde d instante en que el orden civicose resquebraja, aparecen las mujeres. Viciles, come el wtizano» figsto el ps aticulen Ia una sobce la * Repuba V 46 (ln tan ae cas Bunnies e986 1 coma dels mre 446-441, Ee deeb que rete so » Yeage slepeliiser la itén, en Keewe L Homme, Antbrrpolagis Bia) des us, Doris (Navatia/Lc Livtc de Poche) 19866 vp. 265-283. Lomuieayér, 34 “Ga, ardcular fa cif ' El operacer del Clireinestea, gue encarna la dnica versién posible de Ie as mnJacién de lo masculino por una mujer, situada siempre— hemo de sorprencernos por ello>—en ellado amennzador Ge la roma del poder; em resuimen, es la hora de la gineco- cracia. Ano ser gue la divisi6n, al penerslizarse, divida en dos. la pels, momenta en que se desencadens lt guerra G- Gempialney bercoa poe Eieg0 gut iene qu hacsleo un ug en felt se poe ad et cage dated aba aepeee {etal aude, come lads lees Eonbres del ots hembra cuando la endreds pertenece los hombres? Tn am. les nas invitan a dejar de Janiaaear acerca de lo fesenino para intentar pensar su no iden el seng de wna ciudad px Gal conilicta dom jaz es en el terreno center los sexos y lo polit Ello equivale a decir que entre In reprodu combate, entre el placer yel dolor bre, In femenino es doble y cox 9, inchaso eanteadictorio como loes un aperador mu Lay trece capitulas de esta obins fueron inicialmente con- cebidoc, en versiones con frecuencia distintas, entre 1977 OP Vidal Neguet, Etclavage ot pmnécoeretie dons a tedtioa Te lusting, “opopdeo, en Vidal Nague! yt: 207 08%, ‘Vance mire, =f snods de concise Bs INTRODUCCIN yt985,¢n climpetu de un mismo propecto—precisade pos ‘co a poco, come es debido, en el tiempo, modificado c ins cluno desplazado (algo de lo que no he intentade boreae sistemdticamente las huslles)—, atos textos fueron exer tos como aise interpelaran los unos alos otcos y dan testi- monio de una investigacion y de muches inte:togantes ‘que siguen toclavia abiertos. Se ds el caso de que, en este conjunto, cuatro de elles haa sido, en su primera vetsiém, destinados « revisces de psicoanalitfs o cemtradas en el pei. coandlisis, mienteas que otros salen implicitamente al par so de problemas que plantea el psicoandlisis. A proposita, de esta reforencia muy deliberada, voy a intentar dat agus ras aclaraciones, a guisa de conclusién, Los historiadoresy antropélogos que se ocupan de Gree cia se abstienen por regla genecal de cualquier referencia al icoznalisis en su propio trabajo, vsi, para esta prudente deseonficnza, tiene cada uno de clio mulsiples razones, la afirmacion de que la nocién de sexta irs» la conocemos no es griega constitaye un engumento decisive a sus ojos. Y sc invoca a Foucault para reforsarla orgue su atime libro pretende «elejar a un [edo la eviden= Gia familiasm de cesta noci6n tan cotidiana, pero tan reciene Tes, y porque proclama que los igriegos no han conocido ‘sine nocidn semejente a la de la texualidads.”” Confieso ‘encontrarme mds soxprendida que iluminada por afirmae ciones deeste tipo perque, sin que considere quela sexual dad es algo invariable, veo una constante de la sexualidad en el hecho de que, en cualquier enomento de la historia, esti constituida, ea buena medida, ror les pensamientos de c= da hombre, 0 de cacia grupo, a propésite de su ser sexuado, Y¥, dlestudiar la relacion ence el hombre griego y lo feme- nino, se puede formulae en seguida la hipotesis de que los friegos, en una parte muy importante de su reflesion, tan jad tal como «nose 36 solo pensaben en e210 f9, porla menos, pensaban mucho ea jerencia sexual y en lox procedimicntos paca aprevecharla ea beaeficio del borbre, mucho més que en Yerifiear indefinidamente que, en le oposicién entre lo acti Vorrlo paiva, el hombce seats en el band de lo activo— poolvidemes, sin embargo, que ona de las definiciones del ciucladano se basnea ser alterpasivamente el que manda vel fquoes mandado, sia que, en esta seyuandla posici6a, el war se halle en modo alguno feminizado. Ec precise affadic que, sia politica se considera con fre- cuencia Ia asignatura pendiente del psicoand Ge interés, ala navensa, investiga’ los problemas que ls dife- rusia sexual (diletencia que Fretd ciertamente no invents, pero para cays comprensi¢n invents preguntas decisivas) plancea a lo politico, a partir dela presunta invencion de és- te per parte de los ariegos. Tearindore pues dele femenina ‘como opctadar de la diferencia, no habia lugar nia adhe- Firse nia oponerse a las bipéresis Freusdianas a propésito de Ih sexualidadl femenina, dado que tein 1a sobre todo al hombre ariego en su re Tie mode quee no seha trated jeras de de maneta recurvente, de stigncién concer- cién coa el otro. jddiadel pene, bres griegos a la que es precis cevanvidia ‘precisamente prohibirlas a un cud jeamante visil. En otras palabras, a fin de inentar co render lo quo elanér, presentado con ‘yur de Zanzaseat a propdsien del fe... deset varén» deTa que Lou Andreas. cn una de sus eartas @ Freud," Hecho que no A propésita de ets expteston, reate Panchelle 9 549 Aste sespecro, vaanct lar abrerenciotes de Neve Mascovil en fo ieee O > arte significa, en cualquier caso, que yo haye intentado verificar luidea de una «plenituds que conducieia v cada sexo hase te as fromtctas del otro».*” Programa sobsetbio, sin duda ale une, pero el historiador tiene que contentarse con lo que encuentes y, en la representacién de las mujeres griggas, Ly Femenino, a base de ser anhelado gor el otto sexo, xe ha te jencs cristalizado de Jo que habria in una auténtica apertura positiva hacia casting: Per era pees apace cmc re oe modo? En un universo de representacignes a le medida de los dndres, gpodiames realmente experanglza coxa que un) acceso entice bastidores al discurso oficial, can an loeutor genético, por ambas partes, que habla en aombre de los hombres y se ditige alos hombres?" Tales eran, pues. los limites a que nos constrifc ol acga= mento. En cuanto a lor resultados, el lector juzeard, Coma’ ‘minim, en lo que tespecta a las elecciones de método, he concebida la referencia al psicoandlisis como un suplemen: co de libervad. No tanto como el préstame de unes esis © como el deseo de aplicartas cueste lo que cueste, sino come lana invitacidn a constraiz. Constrair para satisfacer la pul sién de compzender y para aleansar el objeco ea su erpeck: ficidad. Construit operaciones de pensamiento griegas propéciro de la condicion, ineisociablemente paiguica y cor poral, desersexuada Espero de esiemodo haber otargado: eat apravd guotque cbace. Arprocher de (sencovent pevebigue, Pat lame), 1989, 9.159. Lea Andevas Salomé Lamovt aie arcane, Pat 1 Colonics wai conte rfloaanes de Manica Glendas oa snfeulo del que tive eonoesmienra doqpnes de la redaceléa de eta in lradiacien, « prapesio del mito de Viretar » del hecho do qu lam Jorase fiona ex una cormagonts vrei la ue eli le de rua wi ¥ contra el unupiaacio mascalinnn («De Pabaeace de cbse epréseinzon, Paris Payor, 198, p97 Sallimard 38 Ja pacts que lex eorteeponde a Is historia y a lo invariable. También podria suceder—es el pel ne cualquiera que crabaje en la frontera—que ni los histo- Badores oi las psicosnelistas encuentren aqui lo que les importa Los unos gorquepreficren quclas helenistss se li- mmiep prudentemence 4 su territarin, dejandoles asta ellos Hl péisas glorioz de Ja interpretacién; los otzos porque Gescontlan de cualquier carea que haya de walesse de cons: tmiceiones y que exija que ol investiyador intervenga en su Investigteidn con wade le que es—empezsndo por sus pro: pias clecciones—. ‘Tan s6lo me qued, pues, apostar que valia la pena asumis este riesgo. ‘Antes de conceder La palabra sl libro, todaviz me pa rece que se impone una precisién. Al rchusar toda suerte de psicoanilisis aplieado (por ejeraplo, ne aos hemos in. cetesndo por Herseles en su relacién con Hera sino para comprender ly que el imaginario gricge del avér podis te- sobre Ja bose de este vinculo de sumisia rebelde) también he cenunciade a interprotar las inttigas desde el punto de visa de sus sctores. A pesar de las prestones amis: osas, a0 he exeido que fuera rai obligueidn decir la que Tiresias halsia visto cen realidnels, potegie el poema de Ca- Limara, en su disctecion, sugicre simplemente que ha con: Lemplado—si se me permite forjar este aeolagismo—lo, eaicontemplablen. A pesar de las swgcrencias recibidas, ao he creide campoco necesari lar la desnudee de Arenea, a quien Tiresias cree cancemplar G8 ala Made desnuda,“ puesto que la malic de Tiresias era amiga intima de la dioea ¥, al proyectat obre Aterea eval que se-expa- sinuaz que, all comm. "Bll na sgniica que la cnestiin no debs ser plansendn desde momeao em ees minimarenieforsuhida en griego: vine Loraus 1984. Por otra ldo, ssbemos que la propi Atenes ets alicalmente Macren cn la lide ere, zqut conchietes po ‘sfersaeea can eoaleeda? 49 1 figura matera, el joven desciirabs sobre ella su desu: ez. No tenemos por qué saber nada acerca del incons: cience de Tiesias; peco si tenemos mucho que saber, eb) gambio, acerca de las construcciones grioges a preposite dewa cequers, ‘oria, un lege oyente] penssr acerca de la feminidad He Btenca De modo que heevitade dirigirme por cl came inis corte hacta las incerpretaciones que habrian fijado inmediatamence un sentido para nosotros—aquello mig: smo que se podria denominar el procedimiento de = ti ta de..», del que tanto debemos prevenimnos: se trata delle tnadre, se trata de la homosexuslidad de los gricgos, et yyuno se quede tan content. Si existen cortacizcuitas en el pensamiento, sobre tor Goa proposito dela diferencia entre los sexos, ia dada al uni sus pistes no pueden descifrarse mix que al ritmo Tento de Jos enseyos y los errores, refrceando la propia ppulsién interpretaziva, Bsto implica carabign hablas come bistoriadorta) del hombre griego, tal como éste se suena a simisme en operacién ale femenino.” Agosto de 1980 9 A le lang de ene tedblo, Lv aunon «us theme insclectualesy sunicales nel slo precioaws. Indgpervienterente de a dedicworia de {Serts cextes, en Ia qe se sean aanas deuckes paricaizes, abies feepresr aguftnd praia Bucle Marcel Deiaane por haherme eximilae {oa tala al did, hace ye mochosaiesdeello, dela exstenca det Smapinasia masculine; Laurence Kl, Flaine Nonsact®, Marke Moser vc, Mavriee Dlondery Yan Tham, qvsnes, rantn por aut propia ie ‘eitigacione: cimn por ai preutes © eageelcnss. ae han censdo de laruduste ofranqede un parc de pas; a Eroma Zan, com glen J ‘Gecusign, an henafiicen one epasionadla desde d pacino, s¢ ha cot ‘ettide ead vex mio en complcdad; a Barco Lorane, opens y lest rite tn benévolo come sempre perbaent;y: nalieate, «Ene Vigne ‘ascn dendelunce aston wl cielo cacate bso y ha sibide especers aver que medabe valor para cxibiso. 40 PRIMERA PaRTe LAS MUJERES, LOS HOMBRES Y EL ESEUERZO

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