Ante un potencial ambas cosas: la propia capacidad de
enfrentamiento la prevención y el organización y la acertada intuición de planeamiento se tornan los pasos posibles del oponente. Esto imprescindibles, salvo que se le quiera es válido en el ajedrez y en todo tipo dejar al enemigo un elemento de lucha donde el objetivo sea determinante: la iniciativa, ser él quien aniquilar al contrario, imponerle la comience y marque las reglas del voluntad propia, doblegar su moral y conflicto a producirse, sea éste subyugarlo, o tal vez y simplemente, político, ideológico, electoral, bélico, o defender lo propio. Los ataques de simple competencia comercial e pueden ser frontales o indirectos. En industrial. No en vano, Maquiavelo estos últimos, en la estrategia expresó hace más de 500 años que indirecta, prevalece un elemento “quien elude toda decisión, terminará esencial de guerra psicológica siendo obligado por el adversario a mezclado con movimientos tomarla, y bajo las condiciones que envolventes que confunden al éste impone”. oponente y lo desmoralizan, le quitan Esta tan clara e implacable su voluntad de seguir luchando. lógica no siempre es bien entendida El general austríaco Jordis Von por los seres humanos ni a nivel Lohausen nos enseña que una individual ni en el contexto de una política defensiva quiere mantener la comunidad organizada, empresa o situación existente y una ofensiva, partido político. Muchas veces, por modificarla. A la larga siempre falta de decisión en torno a la obtendrán ventaja aquellas fuerzas configuración de una estrategia global que actúan para modificarla. Por ello, y de sus movimientos breves (táctica) las guerras de agresión –o sea se pierde la iniciativa y al perder ésta, aquellas que se emprenden para la se deja en manos del contrincante la modificación de la situación existente- principal carta de triunfo. Pero aún la son en la mayoría de los casos más pérdida de la iniciativa puede fructíferas que las guerras puramente enmendarse, si finalmente se tiene defensivas. Ambas pueden ser una estrategia clara y se la aplica ganadas o perdidas, pero sólo las rigurosamente. guerras de agresión pueden conducir La estrategia, por definición, a una real ganancia; sólo el agresor significa usar y estructurar los medios puede obtener, por añadidura, algo disponibles de la manera más óptima que se agregue a lo que ya tiene. para enfrentar al adversario. Este sabio comentario nos Asimismo, debemos hacer un esfuerzo reconduce al centro de nuestro supremo para intentar adivinar lo que razonamiento: la iniciativa. Sin hará o podría hacer nuestro enemigo. iniciativa, no hay factor sorpresa ni Los grandes victoriosos de la historia capacidad de empujar contra el rincón son aquellos que supieron manejar al rival sino todo lo contrario. Por tanto, en el concepto estratégico la primera con tal de ser “el iniciador”. capacidad de tener la iniciativa es Eso solamente llevaría al desastre. fundamental y si se la ha perdido, hay Reitero: siempre es posible que hacer una pausa, serenarse y volver a tomar la iniciativa, pero mejor volver a comenzar. Eso sí y que quede si la iniciativa se la tomó antes que el claro: la iniciativa debe estar fríamente oponente y con ella se lo sorprendió, planificada de antemano, debe formar perjudicó o confundió. En todo caso, parte de la estrategia especifica para para toda oportunidad será esencial la situación y debe anticipar todos sus disponer de una estrategia clara y con posibles efectos; acá no se trata de fines precisos. Sin tal cosa, sea cual propinar manotazos irracionales de sea el adversario o el objetivo, jamás será éste ni vencido ni alcanzado.
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(*) Ex Canciller, economista y politólogo. Actualmente es Gerente
General de la Asociación de Bancos Privados de Bolivia (ASOBAN), filial Santa Cruz. Sus opiniones son personales.