Está en la página 1de 3
NO LLORES, HIJO MIO POR ‘TOMAS SALVADOR 2k E me siente y te tenga en los brazos, porque, hijo, si no me Perdona si me paso tanto tiempo fuera de casa, sin tiem- po para hablarte, Tengo que trabajar y mantener este pe- quefio mundo donde ta eres el rey. Yo, cuando lego can- tuna chispita de in- ido? La tienes. Yo sé que je me quieres y que te alegras de es- juso, 26 distinguir en tu balbuceo la madre y me quedaste como 2Qué estés sofiando, hijo? ;Qué luces y qué sombras juegan fen tu cabecita deforme? {Estas hablando con los angeles? 9 ido, Porque de una cosa estoy seguro. Ta vives, ests parte conmigo, parte en algin otro lugar. Y aunque me conformo, a veces tengo el enorme dolor del que lo tiene mano para que te acostumbres. slo que vengo haciendo desde hace ocho afios. ;Ocho afies, Dios mfo! Ocho afios vol- viendo a casa y escuchando tu eterno parl bras... Oh, perdona, hijo mio, si te hablo con juro que no estoy triste. Estoy contento, mi ‘contento y feliz, porque te tengo en brazos y atrés ha que- dado el mundo y los que nos tienen léstima, porque no sa- ben lo felices que somos ti y yo, en estas horas en que que- damos solos. ““;Pobre hombre! —oigo que dicen en las reuniones—, {Cuando empecé a amarte? Bueno, esto es una tonteria y tienes que acostumbrarte a que papé también las diga. Te he querido siempre, desde que estabas en el vientre de tu mnadre. Yo no soy més que un pobre comisionista sin mu- chas luces, pero ya sabia que el germen que estaba crecien- ddo era mio, era sangre sobre sangre, el proceso entero de Ja humanidad. ‘Yo creo, hijo, que fue tu madre la que me ordené amar- te sobre todas las cosas. En las largas, tremendas noches de mi insomnio, ella me decia: “‘No le culpes, Juan. El es jnocente, totalmente inocente. Si yo le he dado su vida y la ria, td tienes que hacer igual. Amale por los dos juntos, porlo tuyo y porlo que yo le hubiera amado, ‘Tan inocente fs, Juan, que esta todavia en mi vientre.” ¥ luego, mien- » tras ibas creciendo y el destino se cumplia, ella me seguia hablando por las noches: “Esta hablando conmigo, Juan. Algn dfa lograré romper sus barreras y podras entenderle.” Eso me decia y me dice tu madre, hij 'Y es verdad. Te oigo a través de ella, ,Por qué lloras, i i, es que te aj smasiado! Perdéna- Te cuida bien la chacha cuando no estoy en casa? Si supieras el trabajo que me cuesta encon- trar a alguien que quiera cuidarte, con lo facil, Io sencillo que es. Y es que dueles, hijo, dueles como el amor que s ‘malogra, dueles como esos hijos que pueden tener las mu- jeres y que tienen miedo a tener. Y que creen que, cerran- do los ojos, ignorandote, no tendran nunca. hogares, eternos nifios extraviados, muchos que son escon- didos como una vergtienza, muchos también amados con . al tenerte en brazos, quisiera poder \d que me proporcionas, Te quiero, porque ‘me permites esta pueril cantata de todos I nifio de carne con cerebro perdido en ignotas simas, Te quiero des- de que te oigo todas las noches en tu etertio balbuceo, os que no duermes, hijo? ‘estas fuera de la felicidad o la tristeza. Yo soy el que recojo todo eso, sin rechazarlo. Créaslo 0 no, jo, me siento grande teniéndote en Quisiera, si, que fueses como esos nifios que juegan en Ja calle, que aprenden palabras nuevas todos los dias; pero que ya no es posible, mi grandeza esté en admitirte, en amarte, Déjales que me tengan léstima. Un dfa, tu suprema ino- ceencia, sera enorme sabiduria y me llevaras de la mano ante el Hacedor de todas las cosas, y le diras, sencillamente: “Me amé, me tuvo en brazos, limpié mis babas y mis heces. a ‘y fue un dia, y otro, y muchos.” Y con eso, serd suficiente, porque ya estaré siendo una medida de amor. “Qué dices, hijo? ;Qué operaciones mateméticas est realizando tu cerebro en un punto del infinito muy lejos de nosotros? ,Qué misterio hay en ti? Hace calor, zverdad? stds sudando... Déjame tu mano, hijo, y oprime la mia. Me gusta que lo hagas. Dicen que es el miedo al vértigo y Ios nifios lo hacen. T6, también, de un modo diferente que no eé explicar. Tu mano no posee contorno. La mia se aden ‘fra en la tuya y soy yo el que encuentra el vértigo y Io de- tiene. Entonces, estoy contento... ‘Me gustaria cantarte para que durmieras. Pero nunea te he visto dormir. Quedas tan inerte, hijo, que me asustas. Prefiero tenerte asi. La vida en ti necesita ser visible. No ores, hijo, no llores. Algdn dia un sabio, inventaré una droge, una medicina, tuna operaciOn. Quitaremos esas ba (rome de tu cerebro y nacerés de nuevo. Déjame con ello, nun cuando sea imposible. Ksta es otra parte de mi felici- dad: verte erecer de nuevo, ser diferente. Pero si te quedas ‘como ests, tampoco me importaré. ‘Solo me asusta el que un dia de los dias yo no pueda llegar hasta ti al amanecer, al atardecer, en la noche cera: da, para escuchar tus balbuceos y tomarte en brazos.~ Por- {ques dentro de ti, hay, tiene que haber, una chispa de reco” ocimiento y me esperarés todos los dias, Me abruma ese ‘dia en que yo no Tlegue y ta, aunque sea en infinitesimal parte me esperes vanamente. Pero, bueno Bitos pensamientos. Estoy fuerte y todo lo he aceptado. ‘No llores, bijo, si es que lloras; tu padre esté contigo, siendo tu cerebro, tus ojos y tu ofdo. Aqui, con nosotros fos, esté toda la vida y nada hay que no podamos recrear En, ea.. .Cémo? No, no estoy cansado hermana, Déjame aT aif un poco més... No, no pesa en absolute. ,Verdad 2 que es muy hermoso? Déjamelo hasta que anoehe Seas poumer vay peer cua t Ta, no mln ha sid nada, Uina bre : . ns bev ical, Qué quiores abora..A ver. ver qué dices. Que ve di ISique he hecho durante el da? Que te cucnte otra ver fo jos que era tu madre? .Es0?.. Pues, hijo, vers...

También podría gustarte