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Haba una vez un nio que se llamaba Jorge, su madre Mara y el

padre Juan. En el da de los Reyes Magos se pidi ms de veinte


cosas.
Maria: Pero t comprendes que mira te voy a decir que los Reyes
Magos tienen camellos, no camiones, segundo, no te caben en tu
habitacin, y, tercero, mira otros nios t piensa en los otros nios,
y no te enfades porque tienes que pedir menos.
El nio se enfad y se fue a su habitacin.
Mara: Ay, se quiere pedir casi una tienda entera, y su habitacin est
llena de juguetes.
Maria asinti con la cabeza.
El nio (voz baja): Es verdad lo que ha dicho mam, debo de
hacerles caso, soy muy malo.
Lleg la hora de ir al colegio.
La profesora: Vamos a ver, Jorge, dinos cuntas cosas te has pedido.
El nio: Veinticinco.
La profesora se call.
Cuando termin todos se fueron y la seorita le dijo a Jorge que no
tena que pedir tanto. Cuando sus padres se tuvieron que ir, Jorge
cambi inmediatamente la carta, aunque se pidi quince cosas.
Cuando llegaron sus padres les dijo que haba quitado diez cosas de
la lista.
Los padres: Bueno, no est mal. Y eso lo vas a compartir con tus
amigos?
Jorge: No, porque son mos y no los quiero compartir.

Se dieron cuenta de que no tena ni Beln ni rbol de Navidad. Y


fueron a una tienda, pero se haban agotado. Fueron a todas partes,
pero nada. El nio mientras iba en el coche vio una estrella y rez.
El nio: Ya s que no rezo mucho, perdn, pero quiero encontrar un
Beln y un rbol de Navidad.
De pronto, se les par el coche, se bajaron, y se les apareci un
ngel.
Angel: Has sido muy bueno en quitar cosas de la lista as que os dar
el Beln y el rbol.
Pasaron tres minutos.
ngel: Miren en el maletero y veris.
Mientras el ngel se fue.
Juan dijo: Eh, muchas gracias! Pero, qu pasa con el coche? Y dijo
la madre: Anda, si ya funciona! Se ha encendido solo!
Y el padre dio las gracias de nuevo.
Por fin lleg el da tan esperado, el da de los Reyes Magos. Cuando
Jorge se levant y fue a ver los regalos que le haban trado, se llev
una gran sorpresa. Le haban trado las veinticinco cosas de la lista.
Enseguida, despert a sus padres y les dijo que quera repartir sus
juguetes con los nios ms pobres.
Pas una semana y el nio trajo a casa a muchos nios pobres. La
madre de Jorge hizo el chocolate y pasteles para todos. Todos fueron
muy felices. Y colorn, colorado, este cuento acabado.

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