Aurelio Denegri Como evocacin del fruto del rbol de la Ciencia del Bien y del Mal, la manzana ha quedado como smbolo de los deseos humanos, del pecado, la tentacin y la discordia y por eso se dice manzana de la discordia de aquello que es ocasin de discrepancia en los nimos y opiniones. La manzana, como forma casi esfrica, significa, en el sentir de Cirlot, una totalidad. Es smbolo de los deseos terrenales y de su desencadenamiento. De ah que la prohibicin de comer la manzana haya procedido, segn Paul Diel, de la voz suprema, que se opone a la exaltacin de los deseos materiales. Se discute, sin embargo, si se trataba realmente del fruto del manzano, o si era una granada, una naranja o un higo. Por su simbolismo y su etimologa (el latn malum significa, a la vez, mal y manzana) se cree que el fruto que se menciona en el Gnesis era una manzana. (Aclaremos, interparentticamente, que los dos malum de que se trata son etimolgicamente distintos.) Qu hacer? Lenin public en 1902 un libro titulado Qu hacer? Csar Vallejo, en su poema Los nueve monstruos, dirigindose al ministro, le pregunta: Seor Ministro de Salud: qu hacer? Ese qu hacer de Vallejo es desde luego leniniano. La ocupacin, el negocio o la tarea que ha de hacerse se llama quehacer. La vida es quehacer y quien no lo admita habr de aburrirse y ser inevitablemente condenado, como deca Jos Ortega y Gasset, al peor de los trabajos forzados: a hacer tiempo o a matar el tiempo. En el aburrimiento, el tiempo se alarga; en la diversin, se acorta. En alemn, el aburrimiento se designa con el trmino Langeweile, que literalmente significa tiempo largo, al paso que Kurzweile (diversin) quiere decir tiempo corto. Tarde o temprano, la inactividad, o como deca Gregorio Maran, el sinquehacer, resulta insoportable. Nada es tan insoportable al hombre dice Pascal en sus Pensamientos como estar en completo reposo, sin pasin, sin actividad, sin esparcimiento, sin la posibilidad de intervenir. Cuando algunos jvenes, culturalmente inquietos y amantes de las letras, le pedan a Henry Miller su opinin sobre la utilidad y conveniencia de publicar una revista literaria, Miller les deca: Publicar, y sobre todo en los Estados Unidos, una revista literaria, es completamente intil; pero no dejen de hacerlo. Que la falta de acogida no sea un pretexto para cruzarse de brazos. Miller tena razn. Hay que hacer, hay que actuar, pero no sumirse en el inmovilismo estril.