con sus uas negras y su vientre enfermo. No hay ms sueo para los que se han ido, no hay sonrisas entre el polvo y las cenizas. La muerte se ha introducido en el vientre de la vida, y repta y repta como voraz serpiente o vbora malvola. Dejaron puertas y ventanas abiertas de par en par, para que germine la muerte entre los nios Han cruzado las fronteras, porque fronteras no haba, llegaron y sembraron el odio como dulce sueo. Entr la muerte, sonriente, y se fue cantando y alabando, a los dioses nefastos que los engendraron. Pero hoy mi alma herida camina sin sentido, porque ha sentido el ruido de la muerte, que ha traspasado las fronteras y mis huesos, los caminos, los mares y los sueos. Y tengo fro en las manos, en los ojos hmedos, en el cuerpo mojado sin haber llovido. Y tengo sed como si me faltara aire, en medio del dolor y las llagas que me crecen. Busco el sol con una mano, con la mirada perdida, palpando sigo el polvoriento da, y grito sin gritar, porque los gritos no me salen, solo miro desconsolado la muerte que camina y me saluda. All est el sol, el da, el ro de la vida, heridos por el ruido y los sueos que se han ido; cortados por la mano de la peste negra, pero estoy aqu, para decirles que no han muerto/