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uf ACTAS DEL Il CONGRESO INTERNACIONAL DE HISTORIA DE LA LENGUA ESPANOLA Salamanca, 22-27 de noviembre de 1998 Eeditadas por A. ALONSO GONZALEZ, L. CASTRO RAMOS, B. GUTIERREZ RODILLA y J. A. PASCUAL RODRIGUEZ y iS yy Mw iT 7SGCAGKRCE HSTORADELA_ARGDLBROS. SL FUNDAGDNOUCIESDE SCRA tonalaeaLe SOBRE LA CONFIGURACION DE LA LLAMADA “ORTOGRAFIA ALFONS!” PEDRO SANCHEZ-PRIETO BORJA Unieridad de Alea de Hevares RESUMEN Une de los lugares comunes en ol estudio de nuestra historia lingats tica es Ia consideracién de que la ortografla medieval se constituye gra cias a Alfonso X. El insuficiente apoyo empirico de esta idea tradicional hha obligado al autor de esta comunicacin a un examen de los cédices del siglo xItt y de los documentos de Ia cancilleria bajo el propio Alfonso X yy Femando MM. El rastreo pone de relieve la vineulacién entre tipo paleo- grafico de la excritura y usos grificos. La mayor regularidad ortogrifica Corresponde a la letra gotica lbraria, caracterizada por un notable fonet: cisma, del que son muestra el reparto contextual entre *c” y “la alo: cin de *c” para lat. SC, Ja relativa ausencia de *h” etimologica o la adop: ‘ién de “ma” ante “p" y “b", Dichos rasgos estan, en general, epresentadios fn las diplomas de Femando Ii, y alearsan su mejor expresion en el MS Exe. 116, wraduccion biblica de snediados del s. xii. Fllo pone en entredi cho al concepto mismo de “ortografla alfonst. 1. La renovada atencién a la lingtifstica historica en las wltimas déca das se ha centrado en los problemas tebricos del acceso diacrénico al est dio del lenguaje, y especialmente en las motivaciones, circunstancias y fina lidad del cambio lingtistico. En el panorama de las lenguas roménicas, des sgraciadamente, esta renovacién no ha venido, por lo general, acompatiada de una revisidn de los métodos de captacién ¢ interpretacién de los datos, por lo que suele observarse un cierto desnivel entre las deducciones de or en teérico y el muchas veces débil apoyo empiric. Desde este planteamiento, creo justficado volver la atencion hacia los textos medievales y plantearse las vias metodol6gicas de evaluacién lingtis tica de Jos mismos'. En el caso de la historia de la lengua espafiola, ello es especialmente necesario por la tardia (y no consolidada) incorporacién a his: panismo de la metodologia de la eritica textual "Vase al final del ssticulo la relacién de fuentes documentales utiliza, ou PEDRO SANCHEZRUETO BORA La filologta aplicada al estudio de los textos antiguos se presenta asi como la integracion de ls diferentes andlisis parciales, que van Gesde el ax ppecto material hasta la relacién con sus fuentes, pasando por el estudio gré fico fonético, morfosintactico y léxico, Dichos andlisis, a su ver, sélo cobran. sentido cuando implican en su integridad a la lengua escrita. Se compren: Gerd, pues, la necesidad de interpretar los datos linglisticas aportados por Jos textos en el marco de las tradiciones de eseritura en que éstos se gesta ron y difimdieron 2. Me propongo presentar aqui cl problema de la configuracidn de la ortografia castellana durante el s. Xil, ortografia que, como @s sabido, obe- dece a unos patrones bien distintos de aquella en que se difindieron los es: critos notariales de los ss. XIXM y que segiin Menénder Pidal sirvié para la manifestacion de una primitiva literatura castellana. Desde la publicacién de Origenes del exparto?, y sabre todo a partir de las sucesivas ediciones de la Historia de la lengua espartola de Lapesa, es un lugar comin atribuir al castellano escrito en tomo a Alfonso X la consolidacién del sistema grifico medieval: La grafia qued6 solidamente establecida; puede decirse que hasta els. xvt Ia transcripeién de los sonidos espafoles se atiene a normas fijadas por la cancilleria y los escrtos alfonsies! Y esta idea se enmarca en la atribucién de un relevante papel en la suer: te del castellano ala labor enciclopédica desarrollada en torno al rey Sabio, para quien se ha reclamado el mérito de haber creado la prosa literaria (La zaro Carreter, Lapesa’, F. Abad’, Galmés de Fuentes?) Se ha sefalado en este mismo sentido la vigencia de las soluciones lingistias alfonsies al hilo de la fortuna de sus manifestaciones culturales, especialmente la historio grafia, La configuracién de esa lengua escrita, en Ia medida en que podia Teflejar la lengua hablada, responderia a una serie de preferencias fonéticas gue 8¢ consolidaron en tomo al Monarca (como el abandono de la apécope extrema’) y que van a caracterizar el llamado castellano “drecho". Ea el pla sp is Medes rl oop de Ao io ce uta mt de Ne vi J es Gps isi (Vd Mrs, R Ore del ep 8 ey Mads: Es pasdape, 1853), En 11, se rere aa prea ytencla ortgas foot am (Blo ech po alo dae Set oop tence Fama tay Alon Sabo y mata configu cr ua dew bg pees oe remonva ms alld dels. xi : : oe : ira A tr defo lngea apy, 9° el, Madd: Gredos, 1981; § 683. 1 Lost Gaara, F Sone emo inspect alos a 46 2 naan, Rp « Kany Finca Hagia y edo de Alonso XY En els yl eaters on terpenes he agree clad en ates en arto oe 180, Nake a8 pp. So "xa ot rams. “Alonso abo y Ia reac de por estan. En Estas ljnsts Granada Fala de Flooby Loken 1888 pp, 98 onaM. SOBRE LA CONFIGURACION DE LA LLAMADA “ORTOGKARIA ALFONST 915 no morfosintictico, se ha visto en la lengua alfons{ una progresiva decanta- cion de soluciones vacilantes "A pesar de la casi general unanimidad de los estudiasos, puesto que ta les afirmaciones no han ido acompaitadas, a mi jucio, de un apoyo empi rico suficiente, me peopongo acudir a las fuentes manuscritas para contras- taro valdex, Pore monaento me rofrré slo a configuracen de Ia nor rma ortogratica He examinado en primer lugar la General etoria. Sélo de Ia Primera y Cuarta Parte de esta ingente obra se conocen cédices de Ia Cémara Regia alfonsi: ¢} 816 de la Biblioteca Nacional y el Urb. lat. $89 de la Biblioteca Vaticana (éste del aho 1280), conocidos respectivamente, con las siglas A y 1U, He contrastado tales usos con los de los documentos emanados de la can Cilleria de Alfonso X, acudiendo para ello a los pergaminos originales: ‘Como término de comparacién me referiré principalmente al MS Escu rialense L1L6, que contiene una version incompleta del Antiguo y Nuevo Tes tamento (el cédice puede datarse hacia 1250). Asimismo, los usos alfonsies habrin de medirse con los de los documentos de la cancilleria de Femando TIT*, La continuidad de la crtografia alfons! puede evaluarse en la copia de Ja General estoria de principios del s. xiv o finales del s. xi) contenida en Evora OXXV/28. 3. Bl examen de la lengua de los textos que nos ocupan ha de iniciarse por In ipologia dela escritira de los codices y Gocumentos, debido al con dicionamiento que ésta imoone a las manifestaciones graficas (e incluso a las fonéticas. Los cédices regios alfonsies estén escritos en la llamada letra gotica I braria, cuya perfeccién material, ademas de por su cjecucién, viene dada por Ia armonia contextual de los trazos de algunas letras, que modifican sus formas a tenor del entorno © la posicion. Aparte del conocido reparto en: tre las formas de *s, es de notar gue la“ adopta un trazado parecido al ia exitencia de coecciones como la debida a GoxzAuss itn, 4 (Diplomate an- ata de Aj evil. Caja de Huelva y Seviln, 1997) no 108 exe del cotjo decode fos pergantinos, na vo wid para eckamen dels traicones de esertra medieval Talo que sigue los couumentos que evan Ta ndieaion AMGU ban sido recaps en Sit Cece arero Bonn P.coord Tet are le tra del pall (Archivo Minlpal de Gua Shara Alaa de Henares Unies, 1985, er raduccion del Nuevo Testament incida en el cic presenta alganonrsgos di ferences fentre los en lnmatvon, empleo exchsvo de cueme, que en el Antiguo Tes amen aera con on) Gonast. Rea y ples de Fernand 1 Eau, Corda: Monte de Piedad y aja de Aborros de Garo, 1993 1 Diplmas (12171232), Ih 183.1 Dipl (1293-1259), Ia i986 ecoge 852 diplomas, tinosy romances, de Fersndo Il Ha de tenerse en cuen {a quela sanstipedn Ge exe hikoriador no siempre se tenes lox diplomas ogiales com Sere. Ast eldocurmento 162 de 1248 sige i confinnacion sions de 1255 (ABN, ‘Gontht Ue cj 213, a 3) qu, apare de significative maniicaciones del lengua, om {e pare sustania del document de Fernando il (AHN, OOMM, Uels, ea. 218, I) Ha cospecharse, adem, que michos trsladossupuseron al Yomanceamiento de diplomas ‘emits en lati. 916 PEDRO SANCHEZ PRIETO BORJA de un dos cuando sigue a “o’, “b", “p" y “a” (es la llamada redonday, y la forma general, con martillo hacia la derecha, tras las demas letras. Este re parto se manifesta desde la segunda década del s. xl, Desde els. xIV cm: pezara a perder precision. En tercer lugar tenemos las formas de la "e", ree- ta y uncial (es decir, inclinada hacia la igquierda). Desde la segunda década del s. xill se observa un reparto entre “d recta, ante ‘i", y “d” uncial ante las demds letras. El cddice Esc, L1.6 muestra “d” recta todavia con frecten- cia, aunque los contextos no scan sicmpre los esperados (mientras que dias se escribe con “d” uncial, vemos con recta Ecli, 6,15 muchedumbre", 18 tar dard, 26 guarda; en este manuscrito uno de los contextos que propician el ‘empleo de la forma recta es la contigtidad con “r"). En cambio, los cédices Ay U de la General esoria solo presentan *d” uncial! Asimismo, los docu: mentos alfonsies y de Fernando Ill muestran siempre una “d” con un asta muy marcada que se inclina a la inquierda. E] apogeo de estos sutiles usos paleograficos corresponde, pues, alas dé cadas anteriores a la produecién alfonsi El aspecto caracteristico de la gética libraria empleada cn los cédices al fonsies del s. xit viene determinado por el escaso contraste entre letras al tas y bajas. Las astas de “t’, “, "b’, etc, apenas sobresalen por encima del ‘cuerpo de las letras redondas lo que, unido a la escasa separacién entre ren- glones conflere gran uniformidad a la pigina. Contrasta tal escritura con la cancilleresca coetanea, que aunque apenas manifieste tendencia cursiva, la separacion entre reglones y el alargamiento de las astas le confieren un a pecto notablemente diferenciado de la libraria. Esto no obstante, ha de pre Gisarte que la letra empleada en los privilegios se aproxima notablemente al estdndar librario, sin que pueda observarse progresién en los documen: tos alfonsies respecto de los de Fernando I11®. Mas imegular y eursiva es la letra empleada en los tipos diplomaticos conocidos como carta plomada y carta abierta Esta uniformidad “pictérica” de la gética libraria se manifiesta especial: ‘mente en las secuenias en que aparecen ‘mn’ "at *, “uy en ell pucde verse un factor de desarrollo de empleos como el de la “j" larga ¢ “y” griega Ge etn La abiged voal H hecho rd mca esa ecnenea relativamente alta de “y” vocilica ante “u’, rasgo que ya anticipa el citado cédice U de 1280 (p. ej, yuierno. ep sme yeas 4.1. Blalargamiento de las astas en la escritura documental tiene su ma: nifestacin mas significativa en el uso de“? larga, con lo que esto implicara para futuras distinciones entre vocal y consonante'’. Algunos diplomas de 5 Pero ocho lineas mais areiba la misma palabra se esribe con “d” uncial ° El Lapidario contenido en Esc, HLL13 (de hacia 1252) emplea sistemsticamente “a ree "8st el documento AHN, OOMM, Udés ej 865, "2 (.* 705 en la colecin de Gon iuez Jo. at) de 1245, en nada deamerece de lo prvlegios alfonsies Un antiipo notable de lastuacin que iba a prevaleeer era ciferencacion entre dos formas de "larga en cedices y documentos de lor sgios XIV y XV: na prolongada hacia SOBRE LA CONFIGURAGION DE LA LLAMADA "ORTOGRAFIA ALFONSI 917 Fernando Il] escriben ‘ corta de manera casi exclusiva para las dos valo res, pero escriben larga la segunda en la secuencia i (asf, en la carta ploma da AHN, Clero, Oita, carp. 284, n° 9, de 1230, 6 8 10 11 fjo al lado de 2 “jjo). En general la miniscula diplomatica es mas proclive al trazo largo, es pecialmente en contacto con “m”, “n’, “i" yu" (mj en AMGU, IHI,1, de 1251, pero en el mismo documento se escribe sistematicamente conceto") Los cédices regios de la General estoria preficren ¢l trazo corto “i” tanto para el valor vocdlico como para el consondintico (A iudist), pero se observa fen U la tendencia a eseribir "J" alta en posicién inicial (Julio, Jmperio), Cuane do concurren dos ies la segusida se trara siempre larga tanto en A como en U. La tendencia a escribir “j" larga con valor puramente vocilico es mayor en el cédice A, sobre todo tras “m’, *n’, “u” (passim nn, 2rb anjmalias, 2va araujge), En caznbio, el cédice Esc. LL6, anterior a la produccién alfonsi, no cemplea *” larga (linicamente en la secuencia i, p. ¢j i, suele mostrar una fina prolongacion de la segunda “i”, 4.2. *Y" con valor vocalico se da en latinismos, grecismos y voces orien- tales (especialmente nombres propios: A parayse, U Egypt, moysen), Pero tam bien en diptongos descendentes € hiatos (A ueyite, rey, reyna; U Juyzes, ueyn ie, muy), Fuera de estos contextos Ia sustitucién de *!” por *y” es esporddica ten los cédices alfonsies, aunque menudea yua. Esc. L1.6 presenta sustanc mente los mismos usos", pera contrasta rey con el monosilabo mui, escrito fen Bsc. L1.6 mayoritariamente con ‘t’, frente a muy de los eédices A y U. En algunos diplomas de la caneilleria de Alfonso X el empleo de *y” con va: lor vocilico es mas frecuente que en los cédices de la General etoria (4 yr y 5 yra en AMGU 1HI,4, privilegio fechado en 1277)". Desde principios del 5: XIV el empleo vocilico de “y® sera cada vex més frecuente, 4.8 Encuanto aa distibucién de la grafia angular y edondeada para el vcr voedlicg y consondstice labial frativ, lor cies alfonstes (Ay ty empean cs ectament En dn hata Fae de Ger ‘at ebaice U). la grafla angular “¥" apenas se documenta para cl valor consoninvic dos doccna de veces, menos aun como vocal. Ha A, en ear bho, se observa cierta tendencia a adoptar'¥" como vocal en posiién incial amen ono ona),Stuaion diferente encontramos en os diplomas a ten dlencia a empleo de Ven positon iia austen ia carta plornada AMGU bajo para la vocal fy otra que sbresale por encima del cuerpo de fas letras redondas BoP Pertenece en Fe: 4.8. gue copia Tears Pst de a Gone Eto. Tal part, nobservado hata shora por paledgrasy flologos, es desert por Ghfetadndes Lager en extas mis 4) "PE ccumeato cincde wrhun ero coo otto de 1250 digo al coneco de Uceda (A de Tolec, Z6G1.f n° 809 de Goscatez ope. Mowat. “Caractere den graa de un BS eastetlno de meds dex, Exe L167 En ius ie Emi dlr Llerch, V, Oviedo: Univesiad, 1982, pp 679, Sefaa una menor frecuencia de “y" vedliea en Bsc 6 que en U piel ck figura Mastin Ree [de Maqueds, que aparece como exesbano en el Rear 918 PEDRO SANCHEZ PRIETO BOR} TH1,1, de 1951, que escribe en 2 4 10 11 82 ete. nila, ¢ incluso 8 veles (en cambio, 2 weer, con uusco, 4 auuelo}, Los documentos de Alfonso X continian esta tendencia: en el privilegio AMGU 1H1,2, de 1262, 8 5 villa, 7 waqueriza (pero 7 uacas), veynt.. y en las columnas de confirmantes wage. 4.4. El reparto entre “c” y “<" para la sibilante dental sorda se ha con siderado paradigmatico de la ortografia alfonst. “C” se daria ante “e", i" y “or ante “a”, "o's "u". Aceredndonos 1 los dices Ay U, el reparto sefalado es mayoritario, pero con bastantes excepciones, que se hacen especialmen: te frecuentes en algunos folios de A, en los que °c" ante “e", “llega a su perar ac” (fir estones, resibiessen, acahescevon, paresi, f. Lv estonge, gel, gie~ las, pecs, creciesten, etc, El reparto cn cambio, se manifiesta con una prec sién admirable en la Biblia RScurialense 1.6, unas das décadas anterior al cédice A de Alfonso X", Si se comparan los usos de los eédices de la General estaria con los de los documentos emanados de la cancillera real se observa la coexistencia de so: luciones dispares. En un privilegio fechado en 1277 (AMGU 1H) *c” es mayoritaria ante vocal anterior. En 1262, en cambio, otro privilegio zodado (AMGU 1F11,2) manifiesta una precisa distribucién (40 casos de °c” frente a 0 de “c” ante *e*, “i”. Los diplomas de Fernando Ill anticipan claramente el reparto, Asi sucede en la carta plomada de 1242 AHN, Clero, Trianos, carp. 982, n? 22" (28 4.5 6 15 22 Cea, 18 19 ciminteria) y en la ya citada de 1251 conservada en el AMGU (21 veces “c" y sélo 8 “" ante “e", i"). Curio- so es el reparto de un privilegio de 1250 (AHN, Clero, Trianos, carp. 983, n° 6%), donde ce y ¢i se dan sélo en los nombres de lugares (4 5.9 12 Gea, 4 Maer, lars, pero 6 peter, 8 9 ome, 8 tea 910 wi, etc En els. xIV sera usual en cédices y documentos la adopcién de “e" ante cualquier vocal para la sibilante dental sorda. 4:5 nratgo propio dea err gia vai nel cuenciarelatva Gon que te adopta °c" para el grupo etimol6gico SC ante I OE (de acuerdo con el resultado Tonético, unt sbilante dental sorda). En tos codices A y U de la General eiria hay aernancia entre “c"y st, con proporcioncs variables. Tomando como tauesira el paradigrna de nacer en Uae en ol 10% de los casos, aproximadamente se eseribe con "cy en ellrest con “sc. Esta proporcion se invierte en Ese 116, que solo excep Gionalmenteexcribe "sé". Desde prindpios dl . Xv ioe manusritos que Copian la General eseria son constantes en la adopeion de "se" on near coftiice, desender, etc. Asi se observa, por ejemplo, en el ctado codlice Bh Libro de os Proverbs seal Mt Moments ar cp 6) so ds casos de BIN? 702 de Gonzdusz, J ep cl 8 No 789 en Gonz, J. oc El esribano es Juan Pérez de Berlanga, © Of Monkeats, Mar et, p86. SOBRE LA CONTIGURACION DE LA LLAMADA “ORTOGRAFIA ALFONSI” 919 OXXV/23 de la Biblioteca Publica de Evora, incluso contra la eximologta(p. cabeza Los diplomas alfonsies y os de Fernando Ill emplean casi exclusivamen- ue *kc™ pata lat SC (passim nici, pacer, pero 18 pacer en AHN, OOMM, Ucés, aj, 365, nt 2, de 1243) 4.6.1, Otro rasgo significative de la gotica del s. xill es la omisi6n de “hy? etimolégica. Los cédices A y U escriben el paradigma de aver sin “h”, igualmente omne, pero tienen casi siempre “h-” en hebreo, heredat, hermano, tc, Fc. 1.6, en cambio, suele omitirla (por ejemplo, Eclesiistico 1,24 y 28,15 ermano, frente a hermaxo de U). Los documentos son constantes en cs. cribir “he” en palabras como heredat. Tambien es general la adopcién de “bh” ten la particula refevencial ho hy en los diplomas de Alfonso X y Fernando UL, frente a los eddices examinados que suclen presentar 9. En els XIV "h” se extiende incluso contra la etimologia (p. ¢., hedat), 4.6.2. La secuencia ae- inicial se escribe constantemente con “h” en los cédices de la General estoria: huerto, huesped, hess, hueste,ueoo, y el mismo liso se observa en los documentos de la cancilleria castellana (p. ej. huertos en AHN, Clero, Trianos, 982, n* 22%, de 1242), La Biblia Escurialense 11.6, tes constante en escribir el diptongo ue inicial sin *h’: Cant. 4,12 15 16 5,1 6,1 etc. uerte 4.7, Mencién especial merece el empleo de “m” o “n” ante “b” y “p' En tal contexto la nasal se articularia como labial (del proceso de asimila ign articulatoria hace Nebrija una precisa descripcién™): a tenor con esto, Ursuele adoptar -mb- y -mp-, mientras A alterna estas secuencias con -np- y nb». Esc, 11.6, mas regular, emplea casi exclusivamente “m” ante “b” y “p. En los documentos alfonsies es notable la constancia con que se opta por mn’, y este uso es anticipado por los pergaminos de Fernando III. Como muestra, una carta plomada de 1237 (ANH, Clero, Herrera, carp. 369, n° 10%), escribe sistematicamente 4 11 nombrados, 7 sembradura, 14 amparen, 16 ambas. Igualmente, en un documento de 1243 (AHIN, Clero, Uciés, ca}. 865, 2) se lee 1 embio, 2 nombres, § La Membriella, 7-8 embiare (8 enuio), 11 sien: pre, 17 nombrados, 22 23 25.2 Alfambra. En cambio, llama la atencién en Ia carta plomada de 1251 varias veces citada (AMGU 1H1,1) el uso sistematico de “n’ en ol paradigma de enbiar, que puede relacionarse con la asimilacion, al prefijo en 4.8. Nome referiré a otras cuestiones como las grafias de las sibilantes TN? 708 de Gonsise, Jop ce so 2 canta vega cea que as nunca puede ponerse delat lam, antes en os ales tugates sempre avcos de pone en lugar de (-) lo eal acontece porque donde se fr mre gue os hiendo el pice dc In ngea en Ia parte deantera del paladsr hasta donde ‘mma agains tres leas ata stan que fe Honea pasar en” (NEDRIA EA Be: Gromdica cael, Slams, 1482, 10} SNF en Gowsatsz.

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