de tus ojos verdes, bajo montaas lgubres y tenues amapolas, se encuentra en la ms profunda oscuridad un soador de fantasas, un secreto sin contar, una lagrima sin ojos. Bajo el cielo que se esconde en la grandeza divina, bajo la sombra omnipotente del sol, bajo la lluvia de sangre mora all su cuerpo desnudo y su tez de miel.
Hace falta pensar en nosotros, hace falta
redactar esta carta hacia la nada, aquel que me escuche en silencio e interprete estas palabras blancas como la nieve, negras como la noche, sabr muy bien lo que digo y lo que soy. As emerge un soldado de fuego, una escopeta sin fondo, que dispara palabras hacia el vaco, solo imaginando la grandeza de los astros.