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sio no significa empezar decarando, como hacia Sieyds, que todo el pasado es una sabnurdez gotica». En primer lugar, porque el gtico no era absurdo, y sobre todo porque hay que establecer otra relaci6n con Ja wadicin. No restaurando los valores tradicionales como tales 0 por el hecho de que sean tradicionales sino adoptando una actitudcxtca, capaz de reconocer valores que Se han perdido. No entiendo, por tjemplo, como se puede evitarrevalida la idea de responsabilidad, 0, ime atrveria a dec, el valor de la lectura atenta de un texto, valores aque estin desapareciendo, = Sore las posibilidades deacon dew eto boy. — Ena situacién actual, un sujeto capaz de entrar en una discw sién como la nuestra tiene al menos el gran privilegio de poder explo- rar na sere extraordinaia de posibildades que esti a, y, en la me- dida de sus fuerza, legs, decidir ser asi y no de otro modo —algo ‘mucho mis dificil, pero no imposible, para el ciudadano simplemen- te atapado por la seduccidn dela sociedad de consumo. 138 Freud, la sociedad, la historia* 1) La teoriaprcoanaitica ha calao lo sficienteen el fondo inte Jectual de nesta época como para que podamosprescindit de of cerun resumen de la misma, queen cualquier cao resulta ior. ‘Aqui nos limitaremos, pues, a esbozat ls grandes lineas de una dsc sién de las aportaciones reales o posibles del psicoandlsis a una teora de o politico o de la politica (acera de esta distinc, cle. Castorix dis, 1988), esbozando al mismo tiempo los dics teércos que pue den imputirsele ols aporias que hace surgi. La discusin se centraré en la misma obra de Freud; en Is bibliografia se ofrecerin algunas in icaciones sumaria sobre las drecciones que ha tomado la discusén Posfteudiana de inspracin psicoanalitica al abordar estos temas Evidentemente, liters del psicoandiss desde el punto de vst de pensamiento politico estribaen su posible aportacion a una anto- pologi ilosstca 0 politica. Esta evidencia ha de subrayarse en una fpoca en la que, contrariament la gran fosofa politica del pasado, ‘parece concederse tan escaso valor alos presupestosantropologicos ‘dea politica, asi como, en términos mas generals, alos de toda so (1915b), Paola de ls masas y ands del Yo (921), El porvonit de wna isin (1927), ET malesar en I cata (1930), “EL porgué de la guerra (1933b), Moisé ef monoteimo (1939), ash, como el cap. XXXV de las Nuenas aportacions al picoandliss (19332), tsdemis de Varios textos menos importantes y de algunas alusiones 3 las cuestiones sociales y politics esparcidas aquly allen el resto de sus obras. neste cato la situacién no est tan clara, Jo que no es soe prendente, puesto que representaban, para el propio Freud, incusio- res en Ambitos mis 0 menos alejados de su principal centro de inte. 1s. Es dificil hablar de aportaciones defiitivas en telacion con estos textos; Jo que no impide que sean exraordinariamente rcos en ideas « inciten a seguir pensando. La discusié que sigue se organizaré en tomo a cuatro temas prin cipales, concemientes todos ellos ala posible eportacién del psicoan: lisis las euestiones: de los «rigenes de a sociedad, es deci, del proceso de hom nizacin de la especie; de la estctuta 0 del contenido de ls insituciones sociales y politicasy, en particular, del pode y de la dominacin, dela desigual- dad instituida entre los sexo, del trabajo y del saber, de a seligion fie nalmente; — de la historcidad de las insttuciones, en lo que se refire a su cstuctura ya su contenido; — en fin, dela politica como ta, esto es, del contenido de una ‘ransformacin deseable de as intituciones, del sentido de este ede- seable, de las posiblidades y ls limites de a ansformacin. 2) La cuestién de los sorgenes» de la sociedad, es deci, de la ho minizacién de la especie, contene en verdad dos intertogantes distin- tos: saber en qué cOnsiste la diferencia animal/humano, y como s€ ha producido esta diferencia. Es importante subrayar que Freud da ‘por sentads ls diferencias evidentes —lenguaje,téenica.—, sin ig rar que Su surgimiento consituye un problema, y se ocupa funda 140 smentalmente del nacimiento dels instuciones en sentido etic, reducigndolas @ dos a prohbicion del incest y I prohbicion del asesinato sintacinicon. La extencia de estas prohbiciones entre los Jhumanos, su ausencia en las especies animales més préximas al hom- bre, es para a cuestidn central, la respuesta ha de buscarse en pri ‘ela en el -acontecinntor que sha orga, Ext ace ‘miento» es reconstruido a tas de lo que Freud denomina sl mito cientficos, expuesto por vez primera en Témy tabi, cuyas grandes I reas hemos de recordar agu. Apoyindose en hipétes formoladas primero por Darwin (1871), después por Roberson Smith (1894) y At Kinson (1903), Freud recog la dea de una horda primitiva en a que Jos honsnidos vivian bajo el dominio de un macho paderoso que posceris 3 todas ls hembrssy explsari (catigas, o mata) s los Joveneslegados ala madurez-Un dia (qui también enfuncidn de tana invenegn tenia), los hermanos exudes lograti formar una coulicinfertementeteida de homosexusldad, y mataral padre. A {ste acrnato le sequins a ingestion canal del expo del padre ase Sinado,incorporaion imaginaia de su poder, y posteiommente(pro- bablemente después de langs peiodos de lucha entre los hermanos) Ia proms por la eal los hermanos renunciarisn tanto als posexgn de las hembras del clan como al asesinatointaliico. Per los her ‘manos, aunque habian odiad al pade déspots, tambia lo hablan te ‘ido, venerado y amado. En su logatergieron en tStem de su clan a tun animal (0, mis raramente, agin oto objeto), al. que estaba prohi- bido dar muerte y comer —salvo en fiestas penis n lat que se mataba y se coma Rtualmente ese animal, en conmemoracion del asesnato fundacional. Este habria sido el orgen de la prohicin del incest y del asesnato intracénicoo tata, y dels primera ins Stuciones eligi (otemismo, tabs), en adelante garantes de un ren fos human, Lar har nda ano ei in onginaria como del asesinato del padre, tansmitidas a nenclone (feud inte ene aces Hlogenico, es det ple mente genético, de esta tansmisiOn, peo esta hipotesis es innecesa- a), consti a Ta vee el fundamen del horror al incest y dela !mbivaencia en relacin con la igus patera. [No sirve de macho discutiryrefata este smitocientfco» en elt reno de los saberes positivos. La hipdtess de un totemismo primiti- ‘vo universal a sido abandonada, oen cualquier caso muy fueremen te discutida, por ls ctologis contemporines (Levi Sess 1962) La etologa de los primates encuentra una shorda primitivas adult do- ‘minante poigamo que expulsa alos machos jovenes) en los goias, Mi 0 nn Is cipuls mis pcimot alot hominids desde om Fimo dria logan, queen en ups prceandols par Fina En cambios imp subayur sees bers no ote Cringe a using pes aie Stent eigen dela dor pesibcioos pa A oto po seme donee dppb cl Alen ot finan del wesnao natal de os pupo de petohominis s6lo habrian podido sobrevivir aquellos que, de una forma u otra, ha- fian dado onl proocon dss, os deme hab tna prs tio leo dean tempo, Aunque sta rpues tind austin del apeiiednuacpelen ne ide nee tet as epee nae eancea ds hman cea sin no tuck por menos de spars cores prope pal tucon Feo fngundrepursaspcodarvinanas poet aprare en ‘Sibu con la ohio ye honor i cee La ataion de theca tl pketon, no bra bide dad humane iia pee duces cinpltamente tleslogen Las principales objeciones contra el «mito cientifico» de Tétem taht Aue Bed penance El asa lal debn aq ce tnt, coms toll ae dc expen, petoneingcement cp {hyo surminto quit expla noe ene hecho dea el tabled ent pique bumanoypequnne enn y bs Cfo dela insttucn ta Coalcn de eran confines no log ov yuma expect densi en cule ca prenpone Sirmione el egue clo deans so lee (i nencon tcc) La ivdencia de os hemnaosen lon Te cis my tect Mae {Spel we prasuponelsbontacon en auc que debe expe ‘a spud Adcodsy sobre todo, a precupacion, certmente or heh de dar cura del probicones qe preipore esos daa ois complamente mente conponcnt poste de toalded de tnttmcionessigudesena des gu cron ve ISD hi que Fed cvs bln cones snpictament Tenguaje o la técnica (el trabajo) como datos o como algo que va de te oe ah inns peace pte niece re 2d compljad de consgucone socal lugs epettv de palone ness por defnisinen ods Genpo lara los cvs ter de tn compl de Edo qu debs arate dea tenet pani dl poly, del monet g dl badane lo impie cls dea de Feud aon mc a sobre is teadenca de pie ue consityen lab dea seiizatn de ae Josindivduos. Dede este punto de vista, la primacia comesponde sin dada aI introyeccin de las imgenespazentales aunque Freud slo insiste en el papel de la imagen paterna), la identificacién (lograda 0 ‘no, poco importa) con ésa la constitucién en el inconsciente del in- Gividao de una instancs el Superyo y/o Ideal del Yo, que prohbe y ordena, En este sentido, el «mito cienfcor de Témy abt adquiere Pia gu dls neni bao eo arc ayo: no ede una wexplicacins de a genesis de la sociedad a dean econtecniento, sno a de ana dciacin de lo proces priguicos que condiconan la interiorzacin po pare del ndividuo, lain, dels insttucionesy signiicacones sociales. Funda ental a este respecto ex se generalize y relabors, lanl de la idetifcacin con Ts lderes que proporcina la Pica de las maas andi dl (1920), "También hay que sefalar que a otro nivel Feud ofece implica mente uno de los elementos ue permite descrbirlasltendad pug a radical ente lo humana y fo animal. El texto sobre «Las puliones ¥-susdestinose (1915, aunque Freud no lo aprovechara en esta ditec ion, pemiteefctivamente plantar era sltrdad como una alter dad determinada por Ia inesablidad de los representantes puguicos de las pulsionesen los humane, Fene ala gir de esta conexon eel pigusmo animal, en el que cada pulidn Gnstnt) posee su 0 Su representantes candnicosy bolopicamente funcional Esta rpida panorimica seria incomplta sino indiciramos que, cn lor textos de finales de lor aos vent (El ore, EI malta), Freud apo la cuestion dela hominizacién (ode a géness de as ciedad) respuesta diferentes de las que ofrece Téem 9 tai (aunque onpatbts con ta), En El prvi. el actor principales la accion Givizadors de las «minorism, que mponen las prohibiionesy las fnaiaciones a masas humanas petmanentemente dominadas po sus pulsiones yen estado de gueralatene contra la eiilizacion —gueta Justified los ojos de Freud (eyo tono en exe testo esa veces fa Camente anarguita) por el precio desmesurado que estas mass pagar por su pertenenca 3s sociedad cvlizada en trminos de pvasones Tear defustacionespusionales, Al mismo tempo, epecialmente en El malar, ets pulsones ya no son slo seals (0 ibidinles), Sino también y fundamentalmenteagresivss,onentadas ala destruc Cién tanto del otro como del propio sto Aqul tenemos evidente mente el eco dela ran resin aque Fed somete su teola de as Palsones y del apaato siquico, a panir de Meal dl prin del ‘Placer (1920), susttuyendo las conaposciones place/teaidad 0 pl 43 siones libidinaes/pusiones de conservacién por la dualidad Eros ‘Thanatos,xadversris inmortales»ergidos en fuerza césmicas cuya fucha domina y da forma a la historia de la civizaciny de la huma- nidad. 3) Es claro que la distincin entre a cuestin del srigens dela so- ciedad como tal y la del corigen» de las grandes insttuciones particu. lates mis 9 menos tranthistoricas no tiene ninguna corespondencia, en la realidad, Es también claro que seria excesvo pedir al psicoandli- Sis una vexplicacéne de la estructura y del contenido de estas institu: cones Sia inicio de su twayectoria Freud llega pensar que su méto- 4o permitraelucdar el nacimiento del lenguaic, twvo que abandonar ipidamente esta ilusion, limiténdose a sostener hasta el final la inve- rosimil teoria de K. Abel sobre la universaidad de ls significados Contradictorios de ls «palabras primitivas» (teoria que, cietamente, resuena en Tos rasgos del fancionamiento inconseiente pero que no puede aplicarse aun lenguaje socal diumo). Asi como no es apaz de txplicar las demés insttuciones, el psicoandlsistampoco es capa. de explcarellenguaje, que ha de presuponer. Asimismo, no es post ble reducit el trabajo al principio de realidad y al reconocimiento de In inevitabilidad de diferi la satisfaccin dels pulsones (o de las ne- czsidades); en cuanto a su historia (y ala historia dela técnica), varias formulaciones de Freud muestran que comparte, con todo el Occ dente de su época, el postulado implicio e iusorio del carictr =pro- iresivos de las actividades humanas, Lo mismo ocure en lo que re pecta al saber. Freud apela a una pulsiOn de saber (Wastrieb),enraiza da en la curiosidad sexual infantil (obsesionada por ls preguntas: ide donde vienen los nifios?y Zpor qué la diferencia de sexos?), ligada a ‘una pulsion de dominio. Pero sel descubrimientoy la elucidacin de las teorassexualesinfantilesconstiaye una de las grandes aportacior nes del pscoanilisis, steno clazfca en absoluto el orign y a expec ficidad de estas extrafias (se consguiente desprecio del que ella es objeto tanto por parte del nfo como desi misma y a ineliminableenviia del pene que desde entonces se apoderar de ells. Pero intent hacer {de eos hechos picogicos el fundamento de I nsitucion patna «ales incu, de nuevo, en una petcién de principio. Que para los hhijosel pene o filo y no, por ejemplo, el abultado vente de na mu jer embarazads) et scargador de este valor cardinal, presupone ya la 145 ‘aorizacén reinate (coca) dela masculniad, Fl pape indiscusble mente fundamental del padre en la maduracionpscesocial de lo jos tampoco puede explica lpatarcado. Elzasgo que define el patie ‘doc la concentacén en una sola periona de sto papel! progent tor bolo, objet de decode a mae que rompe el etado def sién que tiende a instaurarse ene ely los hos cualquiera que sea su Sexo), model de idenfcain para los nos de objeto sexta vals ado potas nia, ,fnalment,y sobre todo, instancia de poder y te presentant de la ey. Se puede argh que esta concentacén exon ‘micas angue no habia que descuidar ss costs), pero no puede sos tenere que sea ineucable. En cualquier cso, no puede dadare dl Seigoptiarcal del propio Freud —expesado en su severaién de que las mujeres son mucho menos paces de ubimar ue los hombres eal mito de Tom tabi (onde maces y hermanas no representan ning pape) o en ef modo en que consider la andocaca diving, pecalmente en el monotesme, como algo que va de nyo. ‘Maco mis clara yen vation axpectos, mis sla a interpret cid dela reign que oftece Eiporceir dé a asin —per ambit, Gieramente, mucho menos expeificamentepscoanaliea. La religion ‘una ilsib, en el sentido exacto que Freud define en exta ocasin no sé en tanto que ccencia ene, sno en ant que creencia or tenida por un deseo, enor pasonalmentecatectizado, Desde el punto de vista socal a eligi es a pedsa angular del edifco represor de las pulsiones consrato por la insttuciones. Dede el punto de vista ‘siguico, tabla fandamentalmene por la -humanzation del mun Aor, de modo que man fl si eich i Uni, uno se sente como en su casa (el) en lo extra Ello lo log ssustituyendo la Ciencia de a naturaleza por la picologiw:anopomoriz el niveso Y se apoya en proyeccones infantile, especialmente en la todopode yosa imagen patema, De ai su capacidad de sasacer mills nece sidadespsguicas: esponde mal que ben al -deseo de saber; protege él sentimento de s mismo, amenazado por el vasto mundo el t= fror ante a naturlea; consela de las miscnias reales de a vida y de ios sufimientosyprivaconesimpuestas po aclu solvent sp renfemente el enigma mas angustoso de todos la moraliad, Freud, sin embargo, no desespera de a posibiidad de una supercin de a ‘eligi fl hombre no puede pemmanecer etemamenteen estado i fant algin da tended que sali al mundo 4) Repitimaslo, seria excesivo e injustoexigir al pricoandisis una steoria» de la sociedad y de ls historia. Sin embargo, es el mismo 146 Freud quien vuelve legtimas estas exgencias —no por susincuriones en estos mbitos (que podrian considerarse como primeros intentos, viniendo ademas de alguien que reconocey repite que sus preocupa cones y su saber se stan en otzo lugar, sino por su reiterada afm cin de que no hay lugar para distinguir entre un «inconsciente ind ‘dual yun sincnsintcolectivos qe no hay ms que on income ciente del especie humana. Puede entonces preguntarse: éqaé ocure ‘con Ia inmensa variedad de sociedades y culturas humanas? Una pri mera respuesta, poco satisfactoria, consistiria en planteat las diferen- cl la barman eackye para Segoe Tealizacon de una sociedad perfect Gunto con la vacudad de exta {xpresén eimpondi siempre os hombres una ecinpsiqica Pero la verdaderacucstin, mis alld lat promesasmesinicasy de las pastrses marcusanas (Marcuse, 1968) se refit la pos de tna sociedad que no totemice ss insttciones, que falta los indiviios el acceso aun estado de lciery de efltadad y que lo ‘ge renerunr ls fez pollnata el ce palguco pox vas Come futile con una vids cviiaada a exala dela umanidd entra yes Elz huanidad como tla la que Preod alude expictament al al de Etmaletr) sfc pear ala experiencia istic para negar esta posibilidad, pero tl aplicion sea lz: para el propio eud (ds watarla de the innovacion en la histoetde la Durmaniad (Se una aces apa enlatcha entre tory Thanatoy) sobre cuyasposblidades es por de- finicin imposible pronunciase pariendo del experiencia pasadae incluso de consideecooes puruscat edeicar ale eno que espe taalloslimitesamiba recondadon), Ademas, eta misma experiencia no ts univoca. La destotemizacion dels instuciones fe realizada en pare en la Atenas democrta yprolongadaen el Oceidente moder 2p Lat cnalizaiones wncelizdora dbs plone chan levado 3 Cabo sempre yen todas pares, sin elas no haba habidosocedades Incuestgn ex Cau puede sere linite? Quad lo ms cit ea la po stildad de superar lv identifcaciones narcitas tales. Apelando 41 Logos, Feu sobrevalora la dimension sraiona- dela exstenca human iene cuts pentin dla mai oc en imaginatios mille vals Freud posta explictamente la Stila de una fasion cas culeras hermanas en ua culture a ihumanidad. As surge una antinomis: pace imposible concebir una 150 cultura cualquiera que no esté marcada por una fuerte particularidad, mientras que una cultura de Ia humanidad s6lo puede concebirse ‘como universal. La antinomia no es cienamente absolut, e incso podria decirse que es especulatva; pro el eclecicismo romo y vaclo dela cultura sniversals del Occidente contemporineo llama a una ‘Grcunspeccién mayor, Pero, pese al nihilism politico de a inmensa mayoria de los ana listas contemporineos, una postura psicoanaltca no ha de quedarse en este equilbrio de discusos contrarios, pues no puede soslyar la

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