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El rbol de las risas, de

Mariana Ramos

El rbol que est en medio de la plaza es el


ms sonriente de todos, la gente del pueblo lo
ama, porque comparte sus sonrisas con los
dems. De esta forma, nadie puede estar
triste.
Ay qu tristeza!
Qu te pasa? Por qu ests triste?
Me duele la barriga y no puedo comer
helado.
No ests triste. Ven con Risitas y te sentirs
mejor.
Lo ves?, te lo dije!, Risitas cura la
tristeza.
Los nios jugaron hasta el atardecer y
regresaron a casa muy contentos. Al llegar la
noche, el seor Gog, vino desde un pueblo
vecino y fue directo a la placita. A l no le
gustaba que la gente fuese feliz, as que
aprovech que no haba nadie, para arrancarle
las hojas al pobre Risitas.
No me gusta la gente feliz, van a ver!
A la maana siguiente el rbol amaneci
enfermo, casi muerto. La gente se puso muy
triste cuando lo vio, y la risa desapareci de
sus caras.
Qu le habr pasado?
Alguien lo lastim?
Los nios recogen sus hojitas, lo cuidan, lo
riegan.
A pesar de los buenos cuidados de los nios,
Risitas no mejoraba, hasta que Luis, regres
con una idea genial.
Para curarlo, tenemos que darle lo que
siempre nos dio.
Sonrisas!
Se juntaron todos, haciendo ronda alrededor
del rbol, tomados de las manos y empezaron
a rer. Rieron tan fuerte que la tierra vibraba.
Risitas sac nuevas hojas y se llen de vida.
En un principio apenas se escuchaban sus
risas, pero termin rindose tan alto que
contagi al Sol. Este envi las risas en cada
rayito y as se inundaron de alegra tambin

Risitas

Gogo

Risitas.

Luis
.

Risitas

Gogo
Gogo

los pueblos vecinos. As que el Seor Gog, no tuvo escapatoria, de sus labios,
comenzaron a salir risas.
Es mejor rer que estar enfadado.
Siempre estar contento.

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