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Relacionan el uso del teléfono móvil con el asma

El uso del teléfono móvil entre niños y jóvenes preocupa a los científicos. Ahora un
nuevo estudio lo relaciona con dolores de cabeza, síntomas de asma y dificultad para
concentrarse.

Un estudio de la Universidad de Örebro, en Suecia, indica que los teléfonos móviles y


otros teléfonos inalámbricos tienen un efecto biológico en el cerebro.

Todavía es demasiado pronto para decir si hay riesgos para la salud, pero el
investigador médico Fredrik Söderqvist recomienda precaución en el uso de estos
teléfonos, sobre todo entre los niños y adolescentes.

Los niños pueden ser más sensibles que los adultos a la radiación de los teléfonos
inalámbricos, dice Fredrik Söderqvist, que presentó los resultados de su investigación
en una tesis doctoral en la Universidad de Örebro.

El estudio reveló una asociación entre el uso de teléfonos móviles y el aumento de la


proteína transtiretina en la sangre.

Fredrik Söderqvist destaca que el aumento, como tal, no tiene que ser causa de
preocupación, pero indica que el cerebro es afectado por las microondas de los
teléfonos inalámbricos y que pueden existir otros efectos, hasta ahora desconocidos,
para nuestra salud.

El científico recomienda que todos usemos auriculares y evitemos el uso del


teléfono móvil cuando la cobertura es baja.

La misma recomendación que hacen las autoridades suecas.

Söderqvist consultó a niños y adolescentes acerca de sus hábitos de uso del teléfono
móvil y sobre su salud y comprobó que los que más usaban el móvil, más problemas
de salud decían tener.

La relación más fuerte fue con dolores de cabeza, problemas graves de asma y
trastornos de concentración. Pero se necesita más investigación para excluir los
efectos de otros factores y fuentes de error, aunque es difícil ver cómo esta conexión
podría explicarse por tales factores.

Consecuencias futuras

En la actualidad, en Suecia, los niños tienen acceso a teléfonos inalámbricos desde


muy pequeños. Casi todos los usan cuando tienen alrededor de los siete años.

Sin embargo, empiezan a usarlos más a partir de los doce años. Y a los 19, el 80% los
emplea habitualmente. Pero, solo el 2% usa auriculares habitualmente.

Esto es preocupante, porque los posibles efectos de la exposición prolongada a las


microondas aún no han sido aclarados, especialmente entre los niños y adolescentes,
dice Söderqvist.

Fuente: Universidad de Örebro

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