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\ 02) Marroquin Pérez, Manuel. (1995). “Importancia de la Comunicacién Interpersonal” I en La Comunicaci6n Interpersonal. Espaiia: Ediciones Mensajero, pp. 1-35. CapfruLo 1 IMPORTANCIA DE LA COMUNICACION INTERPERSONAL 1.1. IMPOSIBILIDAD DE LA NO COMUNICACION Resultaria, realmente, pretencioso por nuestra parte el pretender abarcar el inmenso campo de la comunicacién interpersonal en un escrito de las dimensiones presentes. Nuestro objetivo ha de ser necesariamente mucho més reducido y modesto, debiendo centrarse en la presentacién de un modelo de comunicacién facilmente comprensible y adaptable al Ambito educativo, que permita al mismo tiempo la aplicacién de un instrumento de medida de nuestra apertura y receptividad, elementos, indudablemente, integrados en nuestro estilo interpersonal de comunicacién. Comenzaremos por afirmar que la comunicacién no es una tarea opcional por la que el ser humano pueda decantarse © no libremente, puesto que su misma naturaleza social le impulsa necesariamente a ella, Ser es, por tanto, comunicarse y, precisamente, esta realidad deberd constituir la base y punto de partida de nuestro trabajo. Hacemos, por tanto, nuestros, los principios de los que parten Scolt y Powers (1985) en su obra ampliamente difundida. El primer principio, por estos autores propuesto, considera que las personas se comunican, porque esa comunicacién es totalmente necesaria para su bienestar psicolégico. Su segundo principio, va un poco més lejos afirmando que la comunicacién no es solo una necesidad humana, sino el medio de satisfacer otras muchas. Finalmente, en el tercer principio, se afirma queda capacidad de comunicacién interpersonal, no debe medirse exclusivamente por el grado en que la conducta comunicativa ayuda a satisfacer las propias Material compilado con fines académicos, se prohibe su reproduccion total o parcial sin autorizacion de cada autor. necesidades, sino también por el grado en que facilita a los otros 1a ‘satisfacci6n de las suyas: ~La vida del ser humano est4 enmarcada en una comunicaci6n que, de alguna manera, se convierte en un instrumento de_satisfac- ci6n de sus propias necesidadesfmaginemos por un momento las miltiples formas de comunicacién a las que deberd recurrir una persona en un dfa cualquiera de su vida. Por la mafiana, mientras desayuna, intercambia saludos con su esposa € hijos, al inismo tiempo que les indica que no va a venir a comer por tener una co- mida de negocios (comunicaci6n oral). Acompaita luego a su hijos al colegio en el coche aconsejandoles que estudien y que se porten bien (comunicacién oral), al mismo tiempo que escucha las res- puestas, mas o menos entusiastas, de todos ellos. De camino al trabajo permanece ensimismado en sus pensamien- tos, mientras conduce, pensando én las entrevistas que deber realizar yen las dificultades que dichas entrevistas podrin entrafiar (comuni- cacién consigo mismo). Una vez en su trabajo contesta al saludo de su secretaria (comunicacion oral), revisa la correspondencia (comunica- ci6n escrita) y se entrevista con el jefe de ventas de la empresa (comu- * No sera necesario describir la jomada de nuestro imaginario per- sonaje con mis detalle para convencernos, no solamente de la ne- cesidad de nuestra formas de comunicaci6n, sino también de que - més del.75% de nuestro.tiempa.de vigilia tanscurre en actividades de comunicacién de uno u otro signa.No ser4, por tanto, algo su- perfluo, el que tratemos de clarificar los elementos integrantes de esa tarea en la que pasamos tanto tiempo. ‘Watzlawick, Beavin y Jackson (1967)'definieron con claridaq lo que ellos denominaron “el prifer axioma de a comunicaci6n? al considerar a ésta como iin proceso esencial a la persona humana, Y, por tanto, su acompafiante inseparable,-Efectivamente, ain en el caso.de que encerrados en nuestra propia habitacién tratemos de poner nuestra mente en blanco, siempre ésta ser4 un testigo viven-- cial y experiencial de diversos pensamientos, sentimientos o sensa- Giones corp6reas, que tienen lugar dentro de nosotros. que for- man parte de un didlogo interno, constitutivo de una incesante comunicaci6n interpersonal. Con mayor raz6n atin, este axioma puede comprobarse endas relaciones interpersonales, puesto que nuestra presencia, dispasi-. cién o conducta, impacta a las otras personas a través de mensajes, 2 ‘Material comollado con Fines académicos, se prohive su reproduccién total o parcial sn autorizacién de cada autor. implicitos o explicitos, que, a su vez, provocan diversas conductas . transmisoras de otros mensajes. Toda conducta.es, por tanto, oa- municaci§n y.como tal debe considerarse._ _ Hemos, sin embargo, de apresuramos a afirmar, que st bien la im- posibilidad de. la. no comunicacién es clara, también lo es que ¢l sex. ~ Por ésta raz6n el alumno “A” que se ha sentido injustamente tra- tado elegira comunicar su.sentimiento de indignacién quejandose abiertamente del profesor, mientras que el alumno “B” puede ha- cerlo callindose y huyendo de todo encuentro con él, en tanto que, a su véz, el alumno “C” elegiré el destrozo de algin mobiliario del ‘céntro escolar como forma comunicativa que manifleste su frustra- cién. Los modos son distintos, pero es indudable que la comunica- ci6n existe, aunque al Receptor lé cueste percibirla o desentrafiar ¢! auténtico sentido del mensaje comunicativo. Existen, sin embargo, ocasiones en las que el medio empleado hace dificil la percepcién del mensaje e incluso parece enmascarar su propia existencia. Piénsese en el adolescente que llega a su ca-" say sin saludar siquiera a sus padres se encierra en su habitaci6n ; para escuchar a todo volumen un disco de su cantante favorito, o ** en a lectura atenta y absorbente de un periédico por el viajero de ‘un autobis ignorando los intentos de conversacién de la persona sentada en el asiento de al Jado. En ambas situaciones parece day- se un mensaje’ de “no comunicaci6n”, pero, silo analizamos més profundamente, nos daremos cuenta de la existencia de diversas interacciones m4s o menos ocultas. El adolescente comunica con su conducta la deliberada ignorancia de sus padres con los que no desea relacionarse, mientras que el viajero descrito transmitiré el deseo de aislamiento y de desinterés hacia la comunicaci6n con la» otra persona. No puede, por tanto, dudarse de la concisa frase de J. Lacan al manifestar: “cuando hay dos el silencio es comunicaci6n”. 1.2, LA COMUNICACION OBJETALY PERSONAL . Excluida, por tanto, Ja posibilidad de la no comunicaci6n, nos © . queda la upcién de comunicarnos bien o mal, a través de un medio 3 Material compiado confines académicos, se protibe su reproduccién total o parcial in autorizacén de cada autor. ‘wotro, clara 0. confusamente y quiz4s, lo que puede resultar a la lar-- ‘ga mas importante en el Ambito de la relaci6n, considerando al Re- ceptor bien como objeto, bien como persona. - Consideramos, que el mejor modo para comprender lo que ha- ce a la comunicaci6n humana verdaderamente interpersonal, es centrarnos, precisamente, en Ia explicaci6n més detallada de los elementos constitutivos de la comunicacién a la persona, en con-~ traposicién a la comunicaci6n al objeto o a la persona considerada como tal. Para lograr este objetivo empezaremos por especificar las parti- cularidades que asume rivestra comunicaci6n en ambos casos. La primera caracteristica determinante de una comunicaci6n al objeto es fa connotacién de es¢ algo o alguien como no tinico, Un objeto . puede ser virtualmente semejante a otro; dos 0 tres cosas puetten ser idénticas en peso, tamajio, color, etc. Una rueda de un automé- . vil, por ejemplo, puede ser del mismo material y de la misma con- textura y tamafio que otra, ejerciendo ambas la misma funcién sin distincién apreciable. Nuestra comunicacién ser4 dirigida al objeto en cuanto refleje esa misma situacién, es decir, cuando considere, por ejemplo, al alumno “A" como algo amorfo, no individualizado, ni personalizado, sino meramente como poseedor de unas caracte- fisticas ocupacionales de tiempo y espacio que, en el fondo, le constituyan un doble simétrico del alumno “B" y “C’. No existe, por , tanto, una diferenciaci6n individualizada, sino que se “cosifica’ la comunicaci6n al dirigirla a un ndmero, a un caso o problema, nun- caa la persona como tal. La segunda caracteristica del objeto vendria explicitada por su comprensibilidad en tiempo y espacio, Un objeto tiene siempre clérto tamafio, un suceso tiene su duracién y aunque en muchas cocasiones ésta sea dificil de medir directamente, la realidad es que se puede afirmar que ningiin objeto tiene partes que sean, al menos teGricamente, inobservables, y si esto es asi, podra decirse, por lo menos en principio, que todas las partes de cualquier objeto Pues den ser descritas en términos de tiempo y espacio, La tercera caracteristica hace referencia al movimiento. Los obje- tos solamente son capaces de reaccionar, es decir, no pueden ciar movimientos, sino solamente responder a los movimientos ini- clados por otro. A su vez, los objetos tampoco son conscientes. No reflexionan sobre si mismos, ni sobre los porqués o motivaciones de su existencia, y, por consiguiente, tampoco experimentarin las 4 Material complado confines académios, se proibe su reproducién total o parca sin autonzacén de cada autor. \ Satie emrociones o sentimientos de amor, odio, rabla, frustracion o ternu: fa, etc,, que constituyen el amplio firmamento del 4mbito emocio- nal de la persona. 1.3, NUBSTRAS COMUNIGACIONES En sentido opuesto.a lo hasta aqui expuesto, la comunicaclan.2 Ia persona debe considerar a ésta como Gnica. No existen dos per- sonas idénticas, por muy grande que pueda ser la semejanza exis- tente en algunos casos 0 por muy precisas que hayan sido las cir- ‘cunstancias por las que las vidas de algunas personas han tenido que transcurrir, el impacto emocional que esas circunstancias ha- yan producido en ellas, habri sido probablemente muy diverso cualitativamente y, ciertamente, lo habré sido cuantitativamente. Noes posible afirmar que la muerte de vina madre haya impactado en el mismo grado 0 en la misma manera a todos sus hijos. Quiz4s, tas manifestaciones de dolor pueden ser pero el senti- miento profundo, muy probablemente ligado'a diversas n- clas ¢ interacciones con la madre muerta, ser indudablemente di- ferente en los diversos hermanos. Del mismo modo, si bien es cierto que muchos aspectos de los seres humanos pueden ser enmascarados mediante las coordena- das de tiempo y espacio, también lo es que, ain midiendo todos estos aspectos con Ja mayor exactioud posible, no se habré logrado abarcar al ser humano en su totalidad; el yo, la interloridad, el “elan vital”, el espiritu, permanecerén como inc6gnitas que s¢ escapan a la maila concreta del tiempo y del espacio. Esas coordenadas serdin un cedazo ineficaz, que dejars escapar mucha realidad a través de su tejido, Quiz4 la mayor distincién entre cosas y personas, en lo, concer niente a la comunicacion, ademds de la capacidad para sobre si mismas existente en estas dltimas, sea la capacidad para ac- tuar, sin ser determinados pot una reacti6n predictible. Efectiva- mente, si se golpea una bola de billar o un bal6n, éstos responde- rén en su trayectoria y direccionalidad al impulso y sentido que realmente se les haya imprimido. No es éste, precisamente, el caso de las personas, su reacci6n dependeri de un cimulo de variables * internas no determinadas casualrente. Asi, por ejemplo, una per- sona puede reaccionar hoy jocosamente ante una broma, porque 5 Material complede con fnes académicns, se prohibe su reproduccién total o parcial sn autorzacién de cade autor. es viernes y esté de buen humor ante el fin de semana, y también hacerlo de una manera ofensiva ante esa mismo broma, porque su estado de humor ha cambiado, o porque ha creido percibir una in- tencionalidad ir6nica inexistente, Aunque la conducta humana res- ponde a menudo a presiones externas, la persona puede, sin er bargo, elegir entre diversas opciones, quizds restringidas, pero nunca omitidas en su totalidad, Los relatos de V.E. Frankl (1882) donde se perciben las atroces condiciones que é1 mismo, junto con otros muchos millones, tuvo que soportar en los campos de concentracién nazis, ponen también de relieve los distintos comportamientos de las personas ante cir- -cunstancias tan dificiles y ante la misma muerte. Escribe Prankl: “Ahora bien, ;con qué derecho nos atrevemos a decir que la vida “deja de tener un sentido para todos y cada uno? Esta afirmacion se basa en ef hecho de que el hombre es capaz de transformar en servicio cualquier situacién que, humanamente considerada, no tiene ninguna salida. De ahi que también en el sufrimiento se dé una posibilidad de sentido. Estamos hablando de situaciones ine- vitables inamovibles, que no admiten modificaci6n, de sufri- mientos que no se pueden eliminar”. (pg. 37). Parece, por tanto, claro que,-aGn en las circunstancias mas ex- tremas, el ser humano wene su pequefia parcela de libertad que le permite optary no reaccionarcon predeterminacién obligada a las presiones ambientales externas. Estas distinciones entre persona y objeto nos ayudaran a establecer la base para una clara compren- si6n de lo que entendemos por comunicacién interpersonal. En nuestra comunicacién cotidiana, como reconocen Steward y D’angelo (1976) tendemos a tratar a los seres humanos primaria- mente como objetas o como personas, Solamente en este Gltimo ca- so tendré lugar la comunicaci6n interpersonal propiamente dicha, ‘Nuestras comunicaciones objetales suelen ser no solamente fre= cuentes, sifio, en ocasiones, muy stiles, enmarcando sus caracteris- ticas de una u otra manera. Piénsese cuando en una cafeteria nos dirigimos a una camarera solicitando un café. Evidentemente exis- tira una comunicacién, aunque dificilmente podra ésta considerar- se interpersonal. Probablemente te dirigiras a ella respetucsamen- te, pero no considerandola como ser humano tnico, cone determinados sentimientos, valores y creencias. Su conducta, como respuesta a tu demanda del café, sera, casi con seguridad, previsi- ble. En realidad, tu relacién con ella podria ser la misma, salvando 6 Material compiledo con fines académicns, se prohibe su reproduccin total o parcial sin autrizacién de cada autor. las distancias, que la que pudiera establecerse con una méquina "que ejercicra ese mismo servicio, Por otra parte, t4 tampoco compartes con ella practicamente na- da. En el mejor de los casos'un saludo, la expresi6n de tu demanda, en este caso el servicio de café, y quiz4 una expresi6n de rutinario agradecimiento al ser servido. Muy distinta seria la comunicaci6n establecida con un amigo o con una persona a la que se aprecia, Se percibirian, entonces, sus sentimientos, sus valores, sus circunstancias particulares. Seria algo dinico, en el sentido en que estaria plenamente diferenciado. Con esa persona podrias compartir tus propios sentimientos, aprecia- clones, opiniones, etc. Se daria una auténtica reciprocidad, quiz4 no en los mismos términos o con la misma intensidad mutua, pero, ciertamente, con intercambio compartido, desde la unicidad y ex- clusividad de ambos, Lo hasta aqui expuesto, nos lleva a coniprender que la comuni- caci6n interpersonal es, no solamente una de las dimensiones de la , vida humana, sino fa dimensi6n a través de la cual nos realizamos como seres humanos, hasta el punto de que podemos afirmar, co- mo lo hacen Steward y D’angelo (1976): “La calidad de nuestras re- laciones interpetsonales determina quiénes hemos de llegar a ser ‘como personas”. Es cierto que muchas de nuestra relaciones a lo largo de nuestra * vida tendran que tener el caracter objetal expuesto mds arriba, por- que no es, ciertamente, posible establecer una rélacién reciproca y personalizada con todo el mundo; pero también hemos de afirmar con la misma seguridad, que un apersona carente de unas relacio- nes personales, como las descritas, estar condenada a un aisla- miento, que, a la larga, amenazar4 su propia calidad de-persona. Estamos, por tanto, convencidos de que nuestra calidad de vida po- dria mejorarse notablemente, si nuestras relaciones tuvieran un ca- rcter mas personal y menos objetal, en el sentido anteriormente expuesto. La consecucién de este objetivo sera la principal finali- dad de los capitulos siguientes, ‘ 7 Material compado con fines académicos, se probe su reproduccién total parcial sin auterizacén de cada autor. Carmo 2 EL PROCESO DE LA COMUNICACION 2.1, CONCEPTO DE-COMUNICACION INTERPERSONAL. En una de sus obras, ya clisicas en el 4rea de la comunicacion, Lasswell (1948) afirmaba que un acto de comunicaci6n solamente estaba suficientemente explicitado cuando todos los ingredientes de su famogo paradigma hubieran sido respondidos. ‘Asi nos lo pre- senta él mismo, Nuestra tarea a lo largo de este capitulo sera, precisamente, el ir respondiendo a los interrogantes que graficamente stos plantea Lasswell. Como punto de partida definiremos {a comunicacién co- mo el proceso interpersonal en el que los participa ipantes expresan algo de si mismos, a través de signos verbales 0 no verbales, con la intenci6n de influir de algan modo en la conducta del otro}, La conducta comunicativa, en consecuencia, exige dos polos dialécticamente implicados, que se influyen mutuamente, no de una manerg lineal, como erréneamente suele considerarse en oca- siones, sino a través de:un proceso circular, puesto que el escuchar y hablar’ se ejercitan simulténeamente. Un ejemplo nos ayudara a comprenderlo. Supongamos que un tutor llama a un alumno para averiguar las razones de su deficien- 8 ‘Material compitedo con fines académlcns se probe su reraduccén total o parcial sn autrizadién de cada autor. te comportamiento en clase. Si la comunicacién entre ambos hu- biera estado ejemplificada por un proceso lineal, el tutor habria ha- blado durante algiin tiempo; al finalizar habria tomado la palabra el alumno, que se habria expresado, mientras el tutor le habria escu- chado sin decir palabra. Terminada su elocucién el tutor hubiera ‘vuelto a hablar, y asi sucesivamente. La comunicaci6n seguiria, por tanto, un proceso alternante, semejante al establecido por los se- méforos en la regulaci6n del trafico; Ja realidad comunicativa, sin embargo, no puede ser explicada por el modelo antecedente. La verdad es que cuando el tutor (Emisor) est4 ditigiéndose al alumno est, evidentemente, emitiéndo un mensaje, pero, al mismo tiempo est4, no solamente, escuchando la reacci6n que sus palabras pro- vocan en el alumno, sino atisbando y percibiendo las sefiales que le comunican esa misma reaccion. De idéntica manera el alumno (Receptor), no s6lo est4 escuchando lo que indica el mensaje del tutor, sino que est4 emitiendo, a su vez, sefiales del miedo, sorpre- sa, indignaci6n o asentimiento que dicho mensaje provoca en el. El tutor, por tanto, es no solamente Emisor, sino Receptor de la reacci6n de su mensaje, pero es que, ademis, su actividad no se li- mita a la captaci6n de las seftales emitidas por el alumno mientras 41 esta hablando, sino qUe-estas mismas sefiales le.servirin de orientaci6n para ir regulando la formulaci6n de su mensaje, de acuerdo con la actitud manifestada por el alumno. Este, a su vez es consciente de cémo su comunicacién no verbal esté impactando al tutor, con lo que puede modificar dicha comunicaci6n para cam- biar el efecto producido en el tutor. La comunicacién int Puede, por tanto, estar repre- Be Beeta nes eal ae ear es Geeta ceso circular, de mutua interacci6n ¢ influencia, en donde los polos de Emisor y Receptor existen simultaneamente en cada una de las partes comunicativas. B6lo asi podré comprenderse la complejidad del proceso comunicativo. * : » 2.2, PROCESOS BASICOS DEL EMISOR Y RECEPTOR Establecida la mutua interdependencia entre Emisor y Receptor, nuestro siguiente paso sera establecer los complejos procesos exis- tentes en ambos, que hacen posible el conocimiento y la comuni- caci6n. Comenzaremos por el Emisor. 9 Materal complado con fines académios, 9 prohbe su reproduccién total o parca sin atorzacén de cada autor. El camino que debe recorrer un estimulo, externo o interno, im- pactante en nuestros sentidos, hasta su cristalizacién en una conduc- ta conmnicativa, es un camino complicado y complejo, aunque, tal vez, pueda realizarse en un corto espacio de tiempo. Esta compleji- dad esti condicionada por dos procesos esenciales, integradores, a su vez, de otros muchos mas elementales, a saber: la elaboracién del modelo cognitiyo, y la elaboracién de la conducta comunicativa 0 proceso de codificaciGn. Los estudiaremos por separado. La persona humana tiene grandes posibilidades de comunica- cién, indudablemente potenciadas por el desarrollo del lenguaje verbal, pero tiene también una serie de limitaciones, que pueden coartar 0 distorsionar el mensaje comunicativo. Algunas de estas di- ficultades estin intimamente ligadas al proceso cognoscitivo del ser humano, puesto que éste no tiene acceso directo a la realidad, ni puede captarla tal como es/sino a través de determinados filtros, que, si bien facilitan el conocimiento de esa misma realidad, tam- bién distorsionan parcialmente nuestra representacion de ella. La primera categoria de estos filtros est4 constituida por los fil- tros neurol6gicos. Estamos rodeados y bombardeados por.una in- mensa masa de estimulos y de conocimientos, en un sentido am- plio, que nos abrumarian y aplastarian si no pudiéramos filtrarlos y seleccionarlos. Nuestros sentidos se encargan de esta funci6n no permitiéndonos acceder a todos los fendmenos fisicos de la natura- leza, Nuestro ofdo, por ejemplo, no puede ofr ondas sonoras por debajo de los 20 ciclos/segundo, ni por encima de los 20.500. Otro tanto puede decirse del sistema visual y de los demés sentidos. Nuestro mismo sistema nervioso distorsiona y elimina aspectos del mundo real, introduciendo de este modo diferencias entre la re- alidad y nuestra percepci6n de ella, La consecuencia de ello es una fepresentacién de esa misma realidad mAs limitada y pobre, pero hecha a la medida del ser humano y, por tanto, posible de manejar y adaptar a las proyias necesidades e intereses. La limitaci6n de la representaci6n es el precio a pagar por su ac- cesibilidad a nuestro.propio mundo experiencial. Sin embargo, los filtros existentes en ei hombre no se agotan con los neurolégicos, inherentes a la propia naturaleza humana, sino que éstos se poten- cian através de los filtros culturales o sociogenéticos y de los filtros individnales, de mayor importancia, si cabe, puesto que estas dos categorias, a diferencia de la primera, no son basicamente las mis- mas para todos los seres humanos. 10 Material comjilado con fines académicns, se prohibe Su reproduccén total o parcial sin autorizaciin de cada autor. Efectivamente, los filtros culturales o sociogensticos estén consti- tuidos por las pautas a fas cuales estamos sujetos como integrantes de un grupo social determinado, y al set éstas distintas en cuanto a costumbres, valores, normas sociales, etc., los filtros serin induda- blemente distintos para un grupo que para otro. El concepto de fa- iilia, por ejemplo, seré distinto en Africa que en la sociedad europea blanca, de la misma manera que el sentido de la vida, la actitud hacia Ja sexualidad, etc., pueden ser notablemente diferentes. La principal caracteristica de estos filtros sociogenéticos es su efecto contaminan- te, que hace al individuo ignorante de su caracter eminentemente., subjetivo y, por el contratio, le afirma en la objetividad de unas con- cdusiones que a él le parecen claras, ¢ incluso de sentido comin. Si los filtros sociogenéticos hacen referencia al grupo social, los filtros individuales hacen referencia a las representaciones que el ser humano reatiza basado en su propia historia individual. Cada persona vive y se desarrolla en un contexto distinto y pasa por cir- ‘cunstancias peculiares que van esculplendo su propia historia y su modelo representacional propio. Angel, que ha sido tiranizado y maltratado en su nifiez, es muy dificil que pueda adherir una con- notaci6n de sentimientos positivos a la palabra familia, mientras que ese ser4, precisamente, el caso de Luis, que ha disfrutado de una relacion hogarefia amorosa y distendida. ‘Como conclusién, podemos afirmar que los filtros no solamen- te crean diferencias entre el modelo representacional de la realidad y la realidad misma, sino que también crean diferencias significati- vas en los seres humanos a través del cardcter individual de esos mismos modelos representativas. Nos encontramos, por tanto, con una representaci6n de la reali- dad, que no se adapta totalmente a ella, como consecuencia de nuestros filtros, Por otra parte esta inadaptaci6n filtrada nos permi- te manejar una realidad que, de otro modo, nos abrumaria. El pro- blema se presenta, sin embargo, cuando nuestro modelo represen- tacional se hace tan subjetivo, tan inadecuado a esa misma realidad, que la consiguiente distorsion imposibilita su utilizacién. Se hace, por tanto, necesario que nuestro mapa o guia representa- clonal lo sea auténticamente (Baridler y Grinder, 1980). Un mapa no es, evidentemente, el territorio que representa, pe- 10, si es correcto y adecuado, tendra una estructura semejante a ese mismo territorio, {o cual lo convertiré en un instrumento stil para encontrar el camino en ese mismo espacio fisico. De la misma ma- MW ‘Material complado confines académics, se prohibe su reproduccén total o parcial sin avtorizacin de cada autor. nera nuestro modelo representacional de la realidad no sera esa misma realidad, pero deberd representarla adecuadamente para poderse constituir en guia flable, que nos impida perdemos en la selva enmarafiada de esa misma realidad. 2.3. CODIFICACION Y, DESCODIFICACION Bipcnda ya dabei del modelo cosortv por pane del Emisor, nos adentramos ahora en la elaboraci6n deta conduc- ta comunicativa o proceso de codificacién, definida como el proce- so mental del Enuisor, a través del cual se traduce el mensaje a unos signos capaces de ser reconocidos por el Receptor. La importancia y funcién de este proceso, quedar4 més patente si lo presentamos. relacionado con Ja estructura del lenguaje. Laestructura profunda del lenguaje se centra en lo que antes he- mos denominado aspecto representacional del lenguaje, es decis, la representacion de las vivencias y experiencias que el sujeto ha ido teniendo en contacto con la realidad, aquello que la persona “cree”, “siente” y “piensa”, més intima y profundamente, normalmente muy relacionado con su propio sistema de valores. Esta estructura sera tanto més rica y completa, en cuanto tienda a representar la su- ma total de referencias que el sujeto tenga del mundo, y no sola- mente una parte reducida de ellas, lo que le convertiria en algo muy empobrecido y unidimensional, Ademds de esta estructura profunda existe otra de superficie, re- presentando los aspectos comunicacionales del lenguaje. Esta es- tructura se manifestar’ a través de ‘lo que decimos”, y seri tanto + mds perfecta, cuanto mas exprese én téminos con- especificos la estructura profunda del mensaje, que es la que realmente le contenidos, que se deben codificar. La relaci6n entre ambas estructuras es, en ocasiones, muy com- pleja, puesto que varias estructuras superficiales pueden corres- ponder a una misma estructura profunda, y, ala inversa, una misma estructura de superficie puede corresponder a distintas estructuras profundas, La sitwacion puede todavia complicarse m4s si conside- ramos que la estructura de superficie, puede también expresarse a través de acciones, no solamente con palabras, que, de alguna ma- nera, intentatian ser un reflejo representacional de las intenciones existentes en la estructura 12 ‘Material complado con ies académicos, se prohibe su reproduccén total o parca sin autorzacén de cade autor. Efectivamente, mi intencién de mostrar afecto hacia una perso- na, puede plasmarse en diversas acciones como, por ejemplo: invi- tarla a cenar a un restaurante, comprarle un regalo, sonrefrle, mos- tras interés en lo que dice, alabarle alguna cualidad que posea, etc. ‘Al mismo tiempo, diferentes intenciones, como lograr un buen con- trato, cumplir con una ciesta obligaci6n social, impresionar al otro, etc. spodrian expresatse a través de una sola acci6n, como: invitar a Ja otra persona a un restaurante de lujo. La correspondencia entre ambas estructuras no puede, en modo alguno, par desgracia, con- siderasse algo natural, en un buen tanto por ciento de las comuni- caciones humanas. 7 En conclusion, debemos deducir, que para que el Emisor realice correctamente su funcién de cara a fa comunicacién humana, de- berd elaborar una estructura profunda correcta, lograda a través de la conciencia y atenuacion de sus filtros cutturales ¢ individuales. y . ‘una estructura de superficie que traduzca lo mis flel y concreta- _Mente posible la estructura profunda, Expuestos ya los aspectos selacionales con el Emisor, pasaremos ahora a exponer el contenido de la comunicacion, es decir, todo aquello que el Emisor, directa o indirectamente, manifiesta. Un ejemplo nos serviré como introducci6n al tema, Supongamos que ‘un alumno de Gitimo curso de bachillerato y con buenas califica~ ciones acude a su tutor, manifestindole que ha tenido una gran dis- cusi6n con sus padres, porque éste le impide acudir a la Universi- dad como seria su desco, sino que pretende obligarle a permanecer con él ayudéndole a regentar el negocio, que-constituye Ia base del sustento familiar. El padre afiade también, que se encuentra cansa- do y enfermo y que, por esta raz6n, se slente obligado a solicitar el sacrifico, que sabe supone para su hijo, el renunciar a una carrera universitaria. El contenido que tal comunicaci6n, del alumno a su tutor, mani fiesta, puede encuadrarse dentro de dos grandes apartados (Ma- drid, 1986) el personal y el relacional o interpretativo. Ea el 4mbito personal estarian incluidos la mayor parte de los datos que el co- municante aporta acerca de su mundo personal, su situaciSn am- biental, el entorno socio-cultural, las circunstancias diversas, etc., sin seferencia inmediata directa a {a situaci6n relacional. El contenido personal puede valorarse a través de dos planos distintos. En primer lugar, el plano de los sentimientos, verdadera- mente importantes en el 4mbito de la comunicaci6n, puesto que re- 13 Material compiado con fines acadéicos, s prohibe su reproduccién total o parca sin autorzacén de cada autor. almente representan el impacto que la situaci6n produce a la per- sond en los estratos ms profundos de su ser. Por esta raz6n suelen ‘ser, en rauchas ocasiones, enmascatados u.ocultas por el pudor o miedo a mostrar el modo cémo ella vivencia'su mundo mAs intimo. En el ejemplo anterior de la manifestacion del alurano a su tutor, el sentimiento de aquél podria ser de rabia hacia su padre, que le im- pide alcanzar sus legitimas aspiraciones, pero también, podria ser- Jo, quiz4 en un nivel més profundo, un sentimiento de vergtlenza o decepcidn, por tener un padre tan poco comprensivo. Fl plano de los sentimientos no agota el contenido comunicati- vo personal, existe otro plano explicativo donde el Emisor nos ex- presa su vision de la realidad, estableciendo un nexo causal entre ‘su percepci6n de ella y sus reacciones emocionales, Mas concreta- mente podriamos decir, que este plano justificaria y razonaria sub- jetivamente la existencia, cuantitativa y cualitativa, de! primer plano constituido por los sentimientos del Emisor, En el anterior ejemplo del alumno, Pee nos sirve como hilo conductor a lo largo de este tema, su expresion podria ser: “Me siento decepcionado (plano de sentimiento), porque mi padre actia egoistamente impidiéndome acudir a la Universidad (plano explicativo)”. Resulta, sin embargo, de crucial importancia el darse cuenta que esta relacién légico-causal entre ambos planos es, en muchas oca- siones, una_celaci6n no explicita, y, por tanto, dificil de percibir. ‘Muchas veces el Emisor describe hechos: “Tenemos un negocio de audiovisuales, puede indicarnos el alumno, que realmente va muy bien, pero mi padre es un tacafio, que s6lo piensa en ahorrar, sin preocuparse apenas por el bienestar de su familia’. En su formula- cién expresa, la descripci6n de los hechos no parecen indicar sig- nificados 0 personales, y, sin embargo, si observa- mos mas detenidamente la comunicaci6n podremos detectar una clerta implicaci6n emocional derivada de la reacci6n de la persona ante esos hechos, que ella misma ha referido. El hecho mismo de su expresi6n nos indica que, de alguna manera, esas situaciones le ‘afectan, aunque la persona no Jo haya manifestado directamente. En otras ocasiones, la reacci6n emocional queda oculta o en- mascarada mediante fa descripcién de determinados comporta- mientos externos. Por ejemplo, el alumno podria decir Gnicamente: “Cuando mi padre me dijo que no me dejaba ir a la Universidad, me marché de casa dando un portazo”. Como puede apreciarse en la frase no existe una alusi6n directa ¢ inmediata a los sentimientos de 4 ‘Material compllado con fines académics, 8 prohibe su reproducién total o parcial sin auterizacién de cada auto. rabia o rebeldia, pero es evidente que éstos se encuentran presen- tes en la persona, y pueden deducirse claramente del_comporta- miento personal expresado directamente, en este caso, del portazo y de la salida de casa. Como nos indica Madrid (Madrid 1986, 224) al que hemos seguido en las ideas precedentes: “Lo que si es importante es tomar nota de que debajo del nivel explicativo del comunicante, aunque el Emisor los presente como hechos 0 comportamientos, se encuentran unos sentimientos per- sonales que explican por qué el sujeto vive un hecho como pro- blema, o por qué se comporta de un modo determinado”. El contenido de la comunicaci6n incluye también ademas del personal, el apartado relacional o interpretativo, de igual o mayor importancla atin. El Emisor no manifiesta ¢| mundo de su intimi- dad, sus sentimientos y sus razones explicativas, sin una motiva- ci6n; lo hace’en realidad por algo que constituye ur 1 demanda, im- plicita o'explicita, dirigida al Receptor. Quien se comunica lo hace con una intencionalidad concreta; si se capta esa intencionalidad, ) se fabri dado un gran paso para comprender la totalidad del men- ,’'saje, aun en sus contenidos implicitos, La dificultad estriba, preci- samente, en que dicha demanda no se formula explicitamente y , hay que intuirla. En el ejemplo, que nos ocupaba anteriormente, el alumno al manifestar al tutor su situacién, esté evidentemente demandando algo de éste de una manera implicita, Esta demanda, 0 contenido relacional interpretativo, podria ser sencillamente una demanda de auténtica y mutuamente satisfactoria, Si, por el contrario, el tutor no capia adecuadamente la demanda det alumno y se empefia en dar un consejo impositivo, cuando lo que éste pedia era sencillamente una escucha atenta a un desahogo, la comprension se debilitaré no- tablemente y la eficacia de la comunicacién ser4 nula. ya el contenido de la comunicacion, damos otro pa- so adelante, para enfrentarnos a otra de las variables de nuestra ecuaci6n, es decir, el canal a través del cual dicho contenido se hace patente. Si-bien es cierto, como indicébamos en la primera parte de nuestro trabajo, que toda conducta es comunicacién, in- cluidos los silencios, también lo es que dichos signos comunicati- 15 ‘Material compllado con fines académicns, se prohibe su reproduccin total o parca sin autorizaciin de cada autor. vos pueden ser detectados y agrupados en dos grandes categorias: jel lenguaje verbal y el no verbal,.como totalizadores de esa con- ducta comunicativa. Nuestra cultura considera el lenguaje verbal, como el canal casi exclusivo de comunicaci6n, de ahi que se haya espudiado més pro- fundamente, aunque estudios como los de Mehrabian (1968) ya, -hace tiempo, habfan demostrado, al analizar los -impactos de la conducta comunicativa, que s6lo el 7% se debe al contenido ex- presado por la palabra hablada o esctita, mientras que el 55% de la totalidad de ese impacto est relacionado con la expresi6n de | ros- tro, debiénclose el 38% restante a la voz del comunicante. El lenguaje verbal se realiza, logicamente, a través de las p eras eso eet to boven en si mismas, son las. ef- mina la conexi6n entre vocablo y objeto. Por esta raz6n, ninguna palabra significar4 exactamente lo mismo para dos personas. Nues- tra meta sera, sencillamente, acercarnos al significado de las pala- bras en la persona que habla, puesto que nos sera imposible en- tender todo el significado que otra persona pone en una palabra, Nuestra propia experiencia ¢s testigo, en muchas ocasiones, de la dificultad de un acercamiento comprensivo a esos “icebergs” ocul- tos tras vocablos de aparente facil inteleccién. El lenguaje no verbal, en cambio, tiene un caricter analégico, €s decir, esti constituido por signos, visuales, gestuales, auditivos, efc., que guardan una cierta relaci6n o semejanza con el objeto que representan. Por esta raz6n, este lenguaje es mucho ms universal, hasta el punto de que, en muchas ocasiones, es el Gnico vehiculo Las expresiones del rostro, los gests, e incluso 1a posicién de! ‘cuerpo 0 la distancia entre los diversas interlocutores, pueden indi- camnos con més fiabilidad que las mismas palabras, diversos esta- dos animicos de alegria, rabia, tristeza, frustréci6n, etc., que im- pregnan el contenido del mensaje comunicativo, La captaci6n o comprensi6n de un mensaje no puede restringir- 8¢, por tanto, a la mera percepcién de su contenido verbal, sino que deberd extenderse a toda la parafernalia no verbal, que const. tuir4 su obligado acompajiamiento. Sélo asi seremos capaces de 16 Matertal complado confines académicos, se prohbe su repreduccién total o paral sin autorizacién de cada autor. ‘ captar el auténtico contenido del mensaje, que, en.ocasiones, dife- tiri notablemente del expresado verbalmente. En definitiva, el ser humano se expresa con todo su cuerpo y esa expresin total debe constituir la meta de nuestra percepci6n. A pesar, sin embargo, de lo anteriormente expuesto la realidad es que entre el lenguaje verbal y no verbal existe una gran cone- xién y complementariedad, que les hace mutuamente interdepen- dientes, El lenguaje verbal por su mayor capacidad de definicion, simbolizaci6n y precisi6n posee una mayor efectividad en la co- municaci6n de ideas y conceptos, mientras que el lenguaje no ver-_ bal entronca més con nuestros sentimientos y con nuestras propias percepcionés“acerca de nosotros mismos; supone algo asi como la propia conciencla del’ mensaje verbal que estamos trasmitiendo. ; Ambos modos de expresion, por tanto, mantienen una conextén de | correspondencia complementaria, a la cual deberd extenderse ~ Expuestos ya los procesos del Emisor, y las diversas caracteristi- cas del contenido del mensaje y del canal o medio de su comuni- caci6n, nos queda atin por tratar los procesos del Receptor y mas concretamente del proceso de descodificacién, que constituye su tarea m4s importante y caracterfstica como tal. Conceptualmente 1a descodificacién no ofrece gran dificultad. Se tratasfa de un proceso inverso al de codificaci6n realizado por el Emisor. Mediante la descodificaci6n se pretende el acceso a la es- del Emisor la realiza ef Receptor a través de su propia subjetividad y Hmitactén perceptual, puesto que é! también tiene sus propios filtros selectivos de esa misma realidad. No podemos perder de vis- ta, sin embargo, que la estructura superficial del Emisor, Gnica a la que tiene acceso el Receptor, puede ser extremadamente ambigua, como hemos indicada anteriommente, y que hasta las raismas pala- bras pueden indicar diversos significados. La tarea de una descodi- ficacién acertada se encuentra, en la practica, por tanto, plagada de dificultades, a pesar de la sencillez de su conceptualizaci6n. La subjetividad y limitada percepci6n de Ja realidad, que carac- terizan nuestros procesos de codificacién y descodificacion, son los 7 ‘Material complado confines académics, se prohibe su reproduccén total o parca sn autorizacién de cada autor. jpllaes en los que se asienta el conocido vacio interpersonal,-y has- ta clerto punto existencial, acompafiamiento inevitable de miltiples ¢ Soledades ¢ incomprensiones. Metocess, por tanto pans ape de diquemos un poco de atenci6n a este vacio, de tan indudable im- | portancia en la naturaleza humana, = * Comenzaré por exponer graficamente la dindmica de la comu- nicacién interpersonal generadora de este vacio. FIGURA N22 ~ Proceso Comunicativo Interpersonal ARAM MAS Las intenciones de la persona A son internas, privadas y conoct- das solamente por si misma. Suelen expresar deseos, esperanzas, temores que dan lugar a acciones concretas, a través de un proce- se de codificacién también personal e interno. Las acciones, sin embargo, en las que cristalizan las acciones de la persona A son ex- temas, observables, perceptibles y descodificables a través del pro- ceso interno de descodificacién de la persona B. Esta descodifica- cién provocard una serie de intencicnes intemnas en la persona B, que suficienternente codificadas, se traduciran en unas acclones externas, que descodificadas por A le llevarin a la renovada conti- nuidad de todo proceso. El vacfo interpersonal tendré lugar cuando las intenciones de la ‘Ano han sido percibidas adecuadamente como tales por la persona B, bien porque no han sido adecuadamente codificadas por ella, bien porque la descodificacién de Ja persona B ha sido ‘equivocada. Trataremos de clarificar mis ambos process secuen- ciales mediante un ejemplo concreto: Supongamos que yo tengo un deseo amistoso hacia otra perso- na y como consecuencia de esto ie pongo la mano en el hombro. Esta palmada es el modo en que yo codifico mi sentimiento amis- toso. Supongamos que la otra persona lo interpreta en el proceso de descodificacién como un gesto paternalista de condescenden- cla, el efecto seria entonces un sentimiento de molestia y rabia ha- cia mf. Los dos sistemas de codificacién y descodificacién no coin- cidirfan y el “vacio interpersonal” se agrandaria. * 18 Material complado con fins académics, se prehibe su reproduccin total o parca sin autorizacién de cada autor. Se hace, por tanto, necesario una consciencia refleja de nuestro proceso de codificaci6n intencional, al mismo tiempo que de nues- tra capacidad de descodificaci6n adecuada.{Como cada persona puede utilizar una diferente clave interpretativa, las acciones no tie- nen un nico y constante significad6) Una accién puede expresar diferentes intenciones, fa misma intencién puede dar lugar a accio- nes diferentes, diferentes acciones pueden producir el mismo efec- to, y diferentes efectos pueden ser producidos por la misma clase de action. Por lo tanto, y como hemos indicado en el capitulo precedente, ‘una misma intencién, por ejemplo, mostrar afecto a una persona, puede traducirse en varias y distintas acciones: darle una palmada, invitarla al cine, invitarla a comer, etc., y diferentes intenciones, co- ‘mo pueden ser impresionar a la persona, facilitar un futuro negocio etc., pueden ser expresadas en una sola acci6n como invitar a dicha persona a comer. 8s, por tanto, claro que cuando interaccionamos, cada uno de nosotros lo hacemos viendo las acciones propias y las de los de- més, segtin un distinto angulo de referencia. Cada uno ve sus pro- plas acciones a la lux de sus proptas intenctones, pero vemos las de los demds a la luz del efecto que ellas producen en nosotros. El re- _ ducir el vacio interpersonal supone hacerse conscientes de la au- ‘téntica intencionalidad de las personas que interactuan. Ala luz de la conclusi6n extraida en el parrafo anterior se ve la conveniencia de la actitud de empatia, propugnada por Rogers, pa- ta lograr una descodificaci6n que desemboque en una compren- si6n adecuada del mensaje del Emisor y por consiguiente en la re- duccién del vacio interpersonal. Esta actitud consiste, basicamente, en la capacidad para ponerse en lugar de la otra persona, en ser capaz de penetrar en su mundo: perceptual, captando la situaci6n tal como ella la vive y percibe, no ‘como nosotros, con nuestra propia personalidad o sistema de valo- res y creencias, la viviriamos o percibiriamos. C, Roger\(1981) define precisamente esta actitud: “La manera de estar en relacién con otra persona, relaci6n que denominamos empatica, tiene varias facetas. Significa penetrar en el mundo de las percepciones de otra persona y sentirse total- mente a gusto en él. Requiere una sensibilidad constante hai los cambios que se producen en esa persona en relaci6n a los sig- nificados que percibe, al miedo, a fa rabia, a la terura, a la per- 19 Material compilado confines académics, se prohibe su reproduccién total o parcial sin autorizackin de cada autor. plejidad 0 a lo que en ese momento constituya una vivencia para 41o ella, sea lo que sea. Siglifica vivir temporalmente en su vida, moverse delicadamente dentro.de ella, sin emitir juicios, it los significados que &1 0 ella casi no percibe, todo ello sin tratar ,, de revelar sentimientos de los que la persona no tiene conscien- cia, pues esto podria representar una gran amenaza. Supone trangmitir la manera como uno siente el mundo de él o élla, a me- dida que examina siq influencias extemnas y sin miedo los aspec- tos que la persona teme... ‘Estar con la otra persona de esta manera significa dejar de lado en e508 momentos nuestros puntos de vista y valores propios, para entrar en el mundo del otro sin ideas preconcebidas, En cierto sentido significa apartar nuestro propio yo, lo que s6lo puede ha- ger una pertona que i curs de que no ao perdst a el mie , posiblemente extrafto, del otro y podré volver sin dificultades a su propio mundo en cuanto lo desee”. (pig. 87). . Como puede claramente apreciarse, la actitud empética supone percibis, no solamente los contenidos explicativos del mensaje, si- ‘no los sentimientos, implicitamente o explicitamente en 1 conteni- dos. Esto implica, en la prictica, un desdoblarse psiquico, por par- te del Receptor, que deberd prescindir de sus propios sentimientos, valores y creencias, para evitar que su proyeccién, m4s 0 menos consciente, contamine la percepci6n empética del mundo de la otra persona. Si bien esta actitud serd siempre importante en la comprensi6n de cualquier mensaje, esta importancia se verd notablemente incre- mentada en las relaciones existentes en el 4mbito escolar entre pro- fesor y alumno. Efectivamente, cualquier determinacién tomada exclusivamente desde el Angulo de referencia axiolégica de una fi- gura de autorid4d, ‘sin tener en cuenta y haber comprendido, o por fo menos intentado comprender, el de la otra persona implicada, en este caso el alumno, corre el riesgo de ser tachada de autoritaria, ar- bitraria o injusta. \_ La importancia.de lo anteriormente expuesto se hard patente, si consideramos que en la sociedad actual los cambios generaciona- les, con sus distintas connotaciones axiolégicas, se suceden con gran rapidez, de manera que el mundo actual del adulto esté mu- cho més alejado del de la juventud 0 nifiez, que lo que lo estaba en tun pasado no muy lejano. El esfuerzo, por tanto, requerido para la adecuada codificacién o'descodificacién del mensaje, sera, induda- blemente, mayor en el momento presente, pero de una necesidad 20 "Material complado con fines acaémics, s prohibe su reproduccién total o parca sin atorizacin de cada autor. Carrruto 5 ‘ LOS AMBITOS Y DISTORSIONES DE LA COMUNICACION INTRAPERSONAL 5.1. ELAMBITO DEL PENSAMIENTO La comunicaci6n intrapersonal de la que nos hemos ocupado en el capitulo precedente, tiene una importancia, que 9+ nos har4 cla- ramente patente si pensamos que dificilmente puede darse una au- téntica comunicaci6n interpersénal, si io comunicamos nuestra pet- sonalidad real, sino una imagen'propia mas o menos adulterada. El poeta Rainer Maria Rilke aconsejaba, en clerta ocasién, 2 un amigo con las siguientes palabras: “Mi querido amigo, no sabria darle mas consejos que éste: entre en si mismo y examine las pro- fundidades de las que brota su vida. En ese manantial encontraré respuesta a sus interrogantes. Témelas como suenen, sin interpre- taciones”, Esta serd, precisamente, la tarea, de gran importancia pa- ta la clurificaci6n de nuestro estilo y calidad educativa que preten- demos prescatar alo largo de exte capttulo, Como han expresado muy bien diversos autores (Hutchins y Co- le, i 199 cond yaa posta ena ane desde stis componenies: pensamiento, sentimiento y accién. Es claro que eatos elementos no acrdan dicotmicamente, sino que tienen uns interrelacion tan intima y dependiente que si alteramos uno de , ellos, se alteraia tambien el esto. De cémo yo piense acerca de un acontecimiento dependeré, muy probablemente, que me impacte afectivamente en un sentido u otro, y que, consiguientemente, me decante por una accién determinada y no otra. No son los acontecimientos los que nos mueven en una u otra direcci6n. La codificaci6n, idea 0 valoracién, que yo hago de esos a ‘Material compitado con fines acadmices, se prohvbe sy reproduccén total o parca sn autorizaciin de cad autor. mismos acontecimientos, es lo que realmente me impacta emocio- nalmente. Somos nosotros mismos los que tenemos la capacidad de impactarnos a través de nuestros mismos pensamientos, Asi nos fo expresa con claridad Alvarez (1992, 28): : *Cada uno de nosotros se mueve en un entomo social, pero no responde autométicamente a los estimulos © acontecimientos con los que debe enfrentarse cigla dia, sino que primero interpreta cognitivamente, es decir, mediante su pensamientc di- chos acontecimientos; los segan una personalisima e in- transferible escala y, finalmente, el proceso desemboca en la cre- aci6n de Un sentimiento (positive negativo, segin la valoracion personal previa) y de una reacci6n corporal”. Quizis un ejemplo pueda contribuir a clarificar lo expucsto. Du- rante este verano tuve Ja fortuna de pasar mis-vacaciones en la ofi- Ua del mar. Todas las mafianas al levantarme mi primer movimiento era dirigirme a,la.ventana para contemplar aquel hermoso paisaje ue se extendia ante mi vista el mar az, a veces, griséceo, festo- neado por unos ribetes de niebla que se cefitan juguetones a la cres- ta de algunas olas, las gaviotas que planeaban majestuosss, el rugi- do poderoso y sedante de las olas, entreverado, en ocasiones, por el monocorde “tac” “tac” de la lancha de pescador y, finalmen- te, el sol que da vida y se refleja en la del cercano acan- tilado, ello me transmitia serenidad, alegria y sobre todo una sensacién de enorme paz interior. p08 7 eros are) paleele ae tuaba como sedante sobre wn psiquismo agitado por la turbulencia de un inviemo dificil. De repente, la vista deacrita perdié todo su en- canto. Era’él mismo paisaje, la objetividad de la belleza no se habia marchitado lo m4s minima, pero ya no era fo mismo, se habia roto la paz. La presencia inminente del fin de las vacaciones, habia disi- pado é] encanto mAgico de aquél paisaje encantador. Sin embasgo, el paisaje en aquella Gltima mafiana era el mismo, el sol lucia més ra- diante, si cabe, que en otras ocasiones, Que habia hecho cambiar la escena? la respuesta era obvia: mis pensamlentos prospectivos. Esa era Ja causa de mi inquietud y desaz6n. La paz se habia disipado al haberse embarcado mi psiquismo en unos pensamientos prospecti- vos, que tenian su cristalizaci6n en un didlogo interno negativo in- compatible con una sensacién de paz. Tenemos, por tanto, que cambiar nuestras sensaciones a través de nuestros pensamientos, Lo que hace mvs importante atin la conclusién anterior, es el he- cho de que nuestros pensamientos estan fluyendo contincamente, 2 ‘Material compllado con fines académicos se protibe su reproduccén total o paral sn autorizaciin de cada autor. en un constante ir y venir que se inanifiesta en un didlogo interno constitutivo, precisamente, de la intracomunicacion] objetivo de es- ta parte de nuestro trabajo. * Este diélogo interno o intracomunicaci6n personal, tiene, sin que en ocasiones somos conscientes, mientras que Que nos las digamos, se nos diluyen en el ajetreo de los acentecl: mientos externos. Las frases internas no son la Gnica manifestaci6n de la intraco- municaci6n. A veces las imAgenes que se agolpan en nuestra ima- ginaci6n cofstituyeri otro medio de comunicacién con nosotros © , misinos. Asf sucede cuando ante cualquier suceso que nos impacta, por ejemplo un examen, nos imaginamo* inuy vivencial e imagina- tivamente, que nos vamos a quedar en blanco, que no vamos a sa- ber qué decir, que me van a preguntar lo que no me he estudiado, etc. No es tanto el que repitamos una frase, como en el caso comu- nicativo precedente, sino que son las imAgenes mentales las que nos habian a través de su lenguaje significativo, “Existe otro medio intracomunicativo del pensamiento, de mayor - importancia aGn, que los precedentes a causa de su dificil control, denominado pensamiento automatico. No son frases las que nos comunicamos, sino mis bien palabras aisladas, o fragmentos de frases, que surgen de pronto en nuestro firmamento psiquico y que dejan unas secuelas emocionales, cuyo origen nos es muy dificil atribuir. Actéan, en ocastones, como palabras-estimula de dificil percepcién consciente, por la necesidad de una reflexién minucio- say metédica para su constatact6n. Es conveniente, sin embargo, fealizar el esfuerzo de intentar traducir esta comunicaci6n taquigrs- fica en una frase completa que interprete y manifleste su origen. Es- ta traduccion nos proporcionar la base para el cambio constructi- ‘vo en nuestra programada intracomunicacion.’ La importancia de la adecuada constataci6n y evaluacitn de ese didlogo interno existente en todos nosotros, se manifestar4 clara- mente si pensamos en que, precisamente dicho diflogo, es el de- sencadenante de muchos de nuestros sentimientos y emociones, como hemos podide apreciar en el ejemplo de las vacaciones des- crito anteriormente. Ahora bien, si este lenguaje y didlogo es preci- So y se ajusta a la realidad no se convierte en problematico; lo es, 23 Material compilado confines académicos, se prohibe su reproduccién total o parcial sin autorzacén de cada auto. sin embargo, cuando es exagerado, fantasloso ejracional, puesto ~ que un didlogo de esas caracteristicas llevaré consigo una interpre- tacién de la realidad generadora de sufrimiento initil y baldio. ° Muchas de estas distorsiones, sin embargo, no son fiiciles de de- tectar, puesto que nos han sido transmitidas desde nuestra infancia, y han quedado de tal manera incorporadas a nuestro sistema de creencias, que su existencia, racionalidad y credibilidad se nos an- toja incuestionable. En este sentido, los padres, la sociedad, los me" dios de comunicaci6i)las subculturas propias de determinados ‘grupos juveniles, m4s°@ menos cerrados, la moda, etc., pueden ser ‘otras tantas fuentes, fomentadoras de una intracomunicaci6n dis- torsionada, . Ellis (1975), juntamente con Harper, present6 un elenco de diez posibles distorsiones cognitivas, de indudable influjo en la creacion de determinados sentimientos y emociones dolorosas. Las presen- ‘tamos a continuacién, de una manera adaptada, ampliando'su n6- mero con determinadas formas de pensar distorsionado, m4s fre- cuentes en nuestro mundo contemporaneo. Antes, sin embargo, de presentar dichas distorsiones con mayor _ detalle, creo que nos ayudaria el clarificar la secuencia de su actua- cién y el denominador comin subyacente en todas ellas. En la-saiz de todo pensamiento irracional se encuentra la suposici6n de que las cosas se hacen para uno (Davis, McKay, Eshelman, 1985): “Los espacios cerrados me aterrorizan”; “esa persona no me traga’; “su presencia me pone nervioso", etc. En realidad nada se hace inten- cionalmente para nosotros, Las cosas en el mundo simplemente su- ceden. Nosotros experimentamos esos acontecimientos. Supongamos, por ejemplo, que mientras estoy haciendo una tarea cualquiera, en- tra una persona y se pone a observar mi trabajo. Yo experimento el acontecimiento de la entrada (A), inicio el diglogo interior conmigo mismo (B), y consiguientemente experimento una emocién (C) de signo agradable o desagradable, efecto del didlogo interior. A, o sea, el acontecimiento, no es la causa de C, la emocién; si, en cam- bio, lo es B, 0 sea, el didlogo interior que yo he mantenido conmi- go mismo, Si este didlogo no se ajusta a la realidad y es irtacional, crear una problematica emocional desagradable. ! Las dos formas més comunes de charla interior irracional se ori- giitan alrededor de frases que “horrorizan” o “absolutizan”. Nos © horrorizamos haciendo predicciones catastr6ficas de nuestras ex- 24 Material compilado con fes académicos, se prohibe su reproducién total o parca sin autorizacén de cada autor.

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