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Haylli ESPECIAL En las ihimas décadas del pasado siglo XX, los ciemtificos sociales se cesmeraron porun deslinde terico entre las fronteras nebulosas dela tradicién y la modernidad. Tal sugerencia provino desde las eanteras de la sociologia occidental, que siguiendo la clisica escuela del positivismo Comtiano, planted a ultranza la separacin de la ‘ontemporancidad del vida cultural en dos formas de entenderla:a) por una pare, la “tradicién” sobreentendida como un estilo culraal de vida estitica, incambiable, iamutable, ligada totalmente a los Ihechos hst6ricos del remoto pasado y sobreviviendo a dura penas en las sociedades modernas; y b) por otro lado, la “modernidad’” ‘comprendida como un modo de vida basado en la velocidad del ‘cambio, la moda y el consumo de la producci6n capitalista. De esta manera la ciudad como agente productor (de ciencia y cultura) se convert en el referente visible de la tecnologia y la eivilizacion Ambas posturas coexistieron en ef desarrollo del pensamiento scadémico europeo, contagiando las mentes lucidas del Peri y Latinoumérica, [La antropologia de inicios del siglo XX, contribuyé enormemente en la difusién de esta perspectiva, al considerar que las unidades campesinas se habian detenido en el tiempo, y que en el mejor de los casos, su produccién econdmica, social y cultural obstrua el normal desenvolvimiento del capitalista, concebida como imagen de progreso de una sociedad moderna, Frente a este concepto de ‘nvariabilidad de la “tadicién’, la psicologia social por su parte se abocé al estudio de las mentalidades de los que vivian en ls ciudades, jgnorando hasta ahora a las poblaciones residentes en las sociedades rrarales, por considerar que sus estructuras mentales ain seguian siendo primitivs, Aunque hubo voces sisladas venidas desde la antropologia (1) intentando confrontarlas teoriaspsicoldgicas con el ‘comportamiento cultural de estos pueblos, estas iltimas quedaron relegadas alo que después se denominé “estadios sustanciales” de la cultura o mis bien la corriente “sustantivstas” (2), equvalente a lo {que hoy representa la Gprica del “esencialisma’"@) en el mundo andino peruano. El concepto socioldgico del antagonism de la tradiciéa como ‘puesto radical de la modernidad, influencié fuertemente en las ‘corrientes de pensamientos del folklore (4), por lo menos en las mentes més visibles del contexto académico peruano. Si bien, histéricamente, el término de folklore desde su nacimiento en 1846 ‘estavo cedido por la aureola de un “historicismo”, cuyo objetivo era determinar los origenes de los fenémenos folldéricos (danzas, rnisica,creencias, tradiciones, etc), en nuestro medio esta corriente en el folklore peruano se mantuvo hasta bien entrado los afios de 1960, El mismo Arguedas eserbia en su articulo 2Quées el folklore? de 1961, bajo el escrutinio de una mirada historicista antes que histrea, explcando los posibles nexos de danzas y eantos actuales con ciertos antecedentes del pasado. Casualmente el “historicismo” cestuna cortiente de pensamiento que reconoce el supremo valor dela historia como componente fundamental de la naturaleza y del ser lhumano, rices que viene desde Jos sofistas sriegos, perfeccionado por Giambartsta Vico (1668-1744) y recientemente por Bachelard,y Feyerabend (1978), planteando la importancia de la historia para comprenderla sociedad. Los destinos tedricos y epistemoldgicos del folklore como ciencia estuvieron estrechamente ligados al desartollo de las corrientes de pensamientos en la antropologia. Mis alli del pensamiento “evolucionist” imperante en las ciencias del siglo XIX, la corriente dl “historicismo” aports las bases profundas en las teorias del folklore peruano de mediados del siglo XX. Debio a su simplicidad EL FOLKLORE EN LO! Amilear Hij e comprender al folllore como parte integral de la antropologia, circunscribiendo sus investgaciones en las costumbres, elgiosidad yyartes delos grupos éenicos. Desde los_pioneros trabajos de Victor ‘Navarro del Aguila en el Cusco (1945), Efrain Morote Best (1956) en “Ayacucho o de José Maria Arguedas (1960) en varias partes del Perd, (entre los destacados de esa época), no escaparon de la vision “historiista del folklore o de a cultura tradicional Paralelo a la influencia predominante del “historicismo” en el folklore, avanzaron también otras percepciones teéricas. El “ultualismo”, visin nacida desde la antropologia norteamericana e {nicada por Franz Uri Boas (1858-1942), evo vital importancia en la formaciéa de la antropologia peruana, kdea que colocaba ala culeura ‘como forjador dela personalidad del individuo, cultura se converta ‘en lomasimportante delas investigaciones etnol6gicas y desde ali, el folklore estudi6 la vasta gama de manifestaciones del hecho folkrico peruano, Cada cultuta era diferente una a otra mereciendo estudiarla de diferentes maneras. El particularismo historico colabors en extender este punto de vista en el mbito académico ‘europeo y peruano, Mildred Merino de Zela,es la mejor exponente de cesta corriente en su libro: “una teoria del folklore peruano” (1990). Como respuesta al “culturalismo” y al “evolucionismo” surgié el “funcionalismo” creada por B. Malinowsky poco después de la primera guerra mundial, donde laimportancia recaia en estudiar las funciones de la cultura y de sus meeanismos dinimicos. Para esta cofriente de pensamiento la cultura vendria a ser una totalidad forginica donde sus elementos son inseparables, se encuentran interconcctados y cada una de ellas cumpliendo una funcién specifica (economia, religin, rtos, ete) Percibe ala sociedad como ‘un organismo biolégico o vivo en la que las partes conforman un todo, Bajo ese sentida no era necesatio tomar en cuenta la historia, sino, tatar de expicarlasfunciones de a cultura como conjuncion de insttuciones sociales (Durkheim, 1940). Esta corsiente abarco las ciencias psicoligicas, la sociologa, la linghistica y la economia. Enel folklore los estudios de antropéiogos incidieron en el tema, por .jemplo los trabajos sobre ls comunidades andinas de fines de 1970. El “estructuralismo” con Levi-Strauss (1908-2008) y el “marxismo” ‘europeo tuvieron fuerte preponderancia en los estudios del folklore entre 1970 a 1990. El “estructuralismo” al igual que le “funcionalismo” veian a la cultura como insttuciones sociales en incerdependencia. Sin embargo, el estructuralismo consideraba que cada institucién social (matrimonio, onyanizacién, trabajo, etc) consttuian bloqueso estructurasindependientes en sus micleos pero «queinteractuaban en forma general para dar forma auna cultura. Esta corriente de pensamiento se introdujo también en la sociologia, la psicologia la lingistica la antropologiay el folklore, “Blementos del folklore” de Morote Best podria ser un claro ejemplo de ello, aunque después de 1985, renuneis a su postura elisica para optar por una ‘mas radical yliberadora dl folklore. Las posturas marsstas como método de investigacion se aplicé con ‘mayor continuidad en el estudio socioldgico y antropologico, mis bien paco.o eseaso fue su presencia en los estudios del folklore, no obstante de ese vacfo significativo, el libro de Alejandro Melgar: “Folklore y Folklorologia”, puede ilustrar ef manejo de esta teoria dentro del folklore al considerarla como producto de una sociedad, histéricamente determinada por su clase social; el folklore era ceminentemente de las clases explotadas, quitando de antemano el porte de las otras clases sociales en la conformacién de una cultura popular. A nivel latinoamericano los ilkimos trabajos de Carvallo ‘Neto (1990) planteabaa la lucha de clase en el folklore como método 4 Abril 2015 Haylli ESPECIAL ESPACIOS MODERNOS r Hidalgo(*) de andlisis (5). Estas corrientes de pensamientos coadyuvaron a un estado de cosas que no han permitido la construccién de una teoria propia del folklore peruano. Esto no quiere decir de que no existan propuestas al respecto. El panorama no resuelto aun de concebir al folklore como una ciencia independiente o ser una disciplina mas de la antropologia persiste entre los estudiosos del folklore, complicandose mas, al intentar explicar su devenit mediante una de estas corrientes de pensamiento. No obstante, la caida del muro de Berlin y de la economia soviética, por una parte y de la extensidn del proceso de globalizacion en todos los niveles (tecnoldogico, financiero y cultural) por otra parte, jugaron papeles descollante en la difusidn de pensamientos conocidos como post “modernos”, “post coloniales” o “post industriales”, brindando un nuevo enfoque de pensamiento en que la verdad no es unica, sino multiple y que la unidad o el discurso “moderno” monolitico, se quebraba en mil pedazos _explicando la realidad de sus variantes miradas. El concepto de “identidad” hoy comprendida como un constructo coyuntural y constante que hace cada grupo o individuo de su ser, destroz6 la vieja acepcién de una identidad unica e invariable proveniente de la psicologia clasica y abonada por las ciencias sociales. En efecto, si la identidad de un individuo se construye a lo largo de su vida y cambia en razon a las exigencias de la realidad que implanta la coyuntura. El folklore comprendido como un patrimonio de identidad de un grupo, pueblo o nacién, con mayor razon sufrira acomodos, transformaciones, adaptaciones, adopciones y extinciones a lo largo de su existencia historica, convertida en una identidad colectiva permanentemente en cambio. Los hechos folkléricos como identidades son los resultados de las experiencias y contribuciones de relaciones intergeneracionales por mantener una unidad en la divisibilidad de la cultura local. La coyuntura social viene a ser el accionar de cada dia, la cotidianeidad de las cosas; pero también lo extraordinario, lo novedoso, lo innovador. Este flujo y reflujo entre las exigencias del cambio interno y externo va moldeando las identidades en el folklore y a la vez el folklore en las identidades individuales y colectivas. Siempre habra una necesidad permanente en el ser humano de pertenencia o de pertenecer a un mundo material o simbélico, que tiende a ritualizarce con el tiempo. Por ende, no hay un solo folklore por entender, lo que existe son muchas formas de explicarlas de acuerdo a la Optica que se desea aplicar. “El postmodernismo” como corriente de pensamiento abrio la incognita de la diversidad en la unidad, por eso hoy se habla con natutalidad de “desterritorialidad”, “deconstruccié6n”, “interculturalidad”, etc. permitiéndonos inaugurat pesquisas en otras fuentes mas alla de lo visible o conocido Sin embargo, frente a la situacion casi anarquica del postmodernismo de refrenar la unidad o la totalidad por la relatividad de sus partes, el “Constructivismo” como cortiente de pensamiento social, alejandose de sus origenes pedagogicos, intenta completar lo que ha media cafia dejo el “postmodernismo”: volver unir las partes desde nuevas perspectivas en la construccién de una unidad convergente con sus partes de manera consciente. Desde esa manera de idear las cosas, la ciudad se convierte en un emporio constructivo de la cultura y por ende del folklore, casualmente por su dinamismo. El desarrollo de las ciudades trajo consigo la formacion de espacios sociales donde se diferencian las culturas, modos de vida, aspiraciones, costumbres y consumos. La ciudad de Lima, si bien se traz6 desde una aspiraci6n de vida espaniola en 1535, desde sus inmediatos origenes no fue plenamente espafiola ni modestamente moderna y esa tendencia prosiguid a lo largo de su historia. Lo indigena y lo afro como cultura se imbrico en la cultura peruana hasta aparentemente volverse una: obsecuentemente mestiza, con contenidos de inga y mandinga, una identidad coyunturalmente construida de acuerdo al devenir social, politico y econémico de su historia. Nuestro folklore es el resultado de ella y contiene a otras culturas (extranjeras y amaz6nicas) en €pocas modernas. En ese sentido, la ciudad se convierte en el crisol de las fusiones culturales (musica, danzas, instrumentos, propuestas, etc.), no es extrafio ofr que en las ciudades se crean nuevos pasos coreograficos, nuevas melodias y danzas, nuevos vestuario, se transforman las conocidas o se alteran clasicas del folklore bajo el manto de una innovacidn a partir de las exigencias del mercado. La vision estatica y aislada del folklore del siglo pasado halladas en los estudios del evolucionismo, historicismo, funcionalismo, estructuralismo, marxismo y del postmodernismo, sufren hondos cambios en la percepcion de las ciencias sociales de hoy, especialmente en los estudios del folklore actual, al renunciar a ese “positivismo” que como atavio quedo en los estudios culturales y en las corrientes de pensamiento. Entender al folklore como una ligaz6n permanente del pasado (historicismo y evolucionismo) un ladrillo con aristas y fronteras que mas separan que unen (estructuralismo) un atomo dando vuelta eternamente en su Orbita (funcionalismo y marxismo), o una deconstrucci6n al borde de lo cadtico de propuesta (postmodernismo) es seguir siendo positivista, frente a conceptos mas claros de la diversidad, interculturalidad, adaptabilidad, identidad, variabilidad o patrimonio cultural, que permiten pensar al folklore no solo desde la visidn material (ladrillo, fragmento, cosa), sino, desde una vigencia de componente liquido o gaseoso de la cultura simbolica. La ciudad es uno y lo es todo a la vez, tiene partes sociales diferenciadas, se maneja diversos discursos (indigenismo, andinismo, incaismo, hispanismo, afro peruanismo, etc.), practicas distintas en sus modelos de vida, gustos y consumos. La ciudad es el nucleo del folklore llamese moderno, neo folklore, contemporanea andino, fusion, hibridacién o multiculturalismo. Los espacios modernos en el folklore no viene a ser mas que lugares donde el hecho folklérico, las manifestaciones y la proyeccion del folklore en sus diversos niveles (Hijar, 206) se producen y reproducen incesantemente, tomando en cuenta la sinonimia y la simultaneidad de lo rural. En las zonas rurales se produce lo mismo pero en menor escala y en mediano tiempo, sin ignorat que forma parte de la ciudad. Las fronteras entre lo rural y lo urbano han desaparecido bajo la vision del constructivismo que desea comprender los hechos folkléricos, para una integracion cultural que desemboque en una identidad peruana. Entendiendo que el folklore puede tomar la idea de ser como el agua que todo lo penetra ya la vez lo combina todo, o puede también ser considerada como un fendmeno gaseoso que lo envuelve y lo integra o contamina. El folklore que se desarrolla en los espacios urbanos se revitaliza de todas las fuentes que pueda usarse con el afan de mantenerse y existir en el momento de las dificiles coyunturas. La modernidad de la Ciudad de Lima fue construida a medida que el poder econdmico de los migrantes fue alcanzando niveles fuertes de produccion. La modernidad de lima es diferente a las ciudades capitalistas de otras partes del mundo. Los migrantes con su acervo cultural hicieron posible de crear espacios urbanos donde se desarrolle sin mayores problemas el folklore nacional. (*)Antropdlogo y docente en la ENSF “JMA” y la Universidad Ricardo Palma Abril 2015 5

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