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AMBITOSEINSTRUMENTOS DEL METODO 101 VIL. Los MODELOS ¥ SU CIRCULACION ‘A partir de Ia década de los sesenta, en el len= ‘guaje de los juristas y sobre todo de los fildsofos del derecho, se ha difundido el recurso al término “modelo”, utlizado en referencia a diversos obje- tos y a diferentes esferas de la investigacién juridi- ca (modelos del derecho, modelos de ordenamien- to, modelos normativos, etestera).!25 EI término habia sido claramente tomado de las ciencias econémicas y sociales; sin embargo, la 125 Pegorar, L.y Rinella, A, "Concept del derecho consti luvin vonpai e Lopce Oat, D. oF ul (eels), ‘Nuevo derecho constincional comparado, Valencia, Tirat Io Blanch, 1999, pp. 44y 55. 1 DDERECHO PUBLICO COMPARADO tendencia a acoger Ia terminologia que se afirma en ‘tras ciencias no es casi munca reducible a un mero fenémeno de imitacién, pues generalmente tiene su ratio en fundadas exigencias de investigacién."° Por otto lado, el término “modelo”, en relacion al uso due se le puede confer también en el lenguaje co- ‘miin, evoca por si solo la idea de una clasifcacién, de una sintesis de Ja complejidad a través de catego ras légicas;en otras palabras, el tmino revela por si solo un estrecho vinculo con los problemas concer- nientes a los procedimientos de la investigacién y, también, con los propios de la investigacibn juridica ‘comparada. Para ser mis precisos, uno de les proble- ‘mas metodologicos que la ciencia del derecho cconstitucional comparado encuentra, comresponde, ‘como ya se ha dicho, a la exigencia de “poner or- den entre normas ¢ insttuciones que pertenecen a ‘ordenamicntos similares s6lo en apariencia”,!” fica proceder a la clasificacién de los ob- {etos de analisis a fin de reconducirlos al ambito de 156 Pignsese en expresiones como “formants”, orfema",y ‘otras mis extaidas de I terminclogia de la fontia y de Ta Tints, ebony la aeuvie dele vote jana (Cpe Sacco. Rp. et nota 53 127 Vergettin, G. de, op cit, not 83, pp. 42s. AMBITOSEINSTRUMENTOS DEL METODD 108 un sistema légico, articulado sobre construcciones te6ricas comunes; es decir, sobre “modelos”.!28 1O8 Sobre la prorariaexigenca para la misma comparacion de proceder a clasifiar, Cf. Kalleberg. AL, "The Logic of Comparsen. A Methodological Note in the Comparative ‘Sudy of Political Systems”, World Poites, Baltimore, nim. 1, val. 28,1966, pp. 69 y ss; Sanor,G., "La politca compa fn Urtan, G. (coon), La politica ‘comparata, Boloni, Il Mulino, 1973, p. 65; Urban, G., “Introduzione” a Urbani G., (coeed), La politica comparata, cobra citada en esta misma nota, p. 25; Smelse, N.J., Compa ‘ative Metiods tn Social Sciences, raduccia italiana La com ‘paracione neile scence social, Bolonia, 11 Mulino, 1982, pp 226 y ss; Troper, M, “Les elasificatons en droit constts- tionnel”, Revue de Droit Public et de la Science Polligue en France eta Eoanger, Paris, LGDI, nim. 4, 1989, pp. 947 y ‘x Sobre este proposit, se rcucrda (Cf. Rinella, A La for- ‘ma di governo sem:-presidensale. Profil metodologic ir- Colazoné” del modelo francese in Europa centro-orentle, “Turin, Giappicheli 197), qu el valor de una clsiticacion se ‘mide, de un lado, con base en el rigor lgico con que est ai- culada; de oo, por la relevanciaeientifica del entero de de- teominacion y dscriminacion de ls clases que ha sido prese- leccionade. Para que un determinado eriterio de clasfcacion ‘ea sgnfiativo sobre el plana del interés cientificn es necest- ‘io que consienta progresiren el conocimiento de los enim nos estiados,desvelando aspectosocultoso poco conocis. En este punto se sigue a Burdeau,G, eal, Drot constinaion- rel 23a, ed, Paris, LGDI, 1983, p. 127. Segin estos autres, ‘es, por uu lad, patever prefered ips 2 ‘mimico, es opartuno dstingue también ente clasifiation y ‘lassament Ia primera operacin consite en dcteminar abe- 108 DDERECHO PUBLICO COMPARADO En lineas generales, se habla de “modelos eons- titucionales” para indiear, a propésito de Ia teoria de los “cielos" constitucionales, las Constituciones “leader”, es decir, aquellas habitualmente tomadas ‘como modelos a imitar!” 0 que cuentan al menos con capacidad para condicionar el desarrollo de las diversas experiencias. constitucionales.!™ Parece, ppor tanto, que cl uso del término “modclo” se en- tienda como una especie de representacin sintética de fendmenos de la realidad politico-constitucio- nal, en combinacion a la idea de “forma ejemplar”™ ¥, por tanto, algo de imitarse.!! ‘ractamente ls categorias 0 clases sobre la base de wna carac- teristic o eusldad que prsenian todos ls objets ondenados cn una clase detenminads, Esta cuaidad constiiye el “rie- ‘no” incardinado en la base de Ia clasificacion. La segunda ‘opercin, el “classament, consist, en cambio, en la mera asignacion de un objeto a una else. Desiva de ello —siempre ‘segin los autores— que un mal 9 errénco “clasment” 20 ‘comprome la eulidad y avalide de una claseacién: ih adem, 12. "D> Morbidelli, G, “Cosituzionie costzionalisma”, Mor- Didelli, G. etal, Dirino costiacionale italiano e comparato, cit, ota 115, pp 60958. "BP Vergotini, G. dé, op cit, not 83, pp 261 ys. 1 Pauw wit eeuple de apica ion petive el eomeprs de modelo, vase, Rela, A, La forma di governo semi-presi- ddevcile cit, nota 128. AMBITOSE INSTRUMENTOS DEL METODD 108 Interesa coneretamente para las finalidades de este pirrafo subrayar el conjunto de cuestiones que se pueden reconducir al tema de la circulacién de los modelos jurdicos; tema que, sobretodo a partir de la década de los setenta, se ha vuelto un elésico de los comparaistas del derecho privado. 2 La existencia de “modelos” que se configuran ‘como formas ejemplares postula de por sila circu- lacién de los modelos mismos: las lamadas Cons- tituciones “modelo” se consideran tales justamente porque han sido largamente imitadas. Quien presta- se atencién a las mutaciones juridicas de los orde- ‘namientos no tenelia dificultad en constatar que di- cchos cambios se deben generalmente a experien- cias de imitacion-recepeién de modelos juridicos 102 Véans, entre ots as obras principales sobre la tema ca de Watson, A, Legal Tranplams. An Approach to Compa ative Law, Edimbarg, Seotish Academie Press, 1974, ta uccion italiana, 1 rapianto ai norme giuridiche, Napoles, Esi, 1984 id, The Making ofthe Cv! Law, 1981, traduccion iana, La formacione del dino ele, Bolona, Mulino, 1986; Agesin, E, Drow compare, Pais, Pu, 1988; id “La circulation des modéles juridiques", Revue Internationale de Droit Gomparé, Psis, nim. 3, 1990, pp. 461 y ss. Para anali- ‘ar lsdovtinn ialiana se reenvia a ae fundamentais pigs de Steco, Ry, op. ct, nota 53, pp. 182 y ss Consltese tam ie Als Qe Poe model nc elidel ropa orf tale, Trent, Universita i Treno-Dipanimento dt scenze Giuiche, 1993, passin 106, DDERECHO PUBLICO COMPARADO ssurgidos en otros lugares, siendo el nacimiento de ‘un modelo original un fenémeno algo extraio.!*? Ahora bien, el fendmeno de imitacién-recepeién constituye por lo general la via ordinaria para la circulacién de los modelos constitucionales, de for- ‘ma similar a lo que normalmente ocurre para los ‘modelos juridicos de derecho privado, Si la misma cuestién se mirase con atencién a los problemas del método del derecho comparado, resultaria facil, en definitiva, reconocer que la cir- cculacién de los modelos juridicos y su recepeién presupone una obra de anilisis comparado de la ‘materia por parte de los drganos del pais —por asi \decirlo— “importador”, De hecho, fa doctrina indi- ca que entre las funciones habituales de le compa racién en el derecho esta la de proveer materiales, de auxilio para la preparacién de textos normati- vvos.! En los procesos de adopeién de nuevos tex- tos constitucionales 0 de revision de los mismos, 153. Gjf. Watson, A. I tropianto di norme giuridice, cit ‘ota 132, p 83; Saco, Rp. eit, nota 83. p. 134 134 Consltese a Zweigert, K. y Kotz H.,Jnrovducione a di igo compara, 1, ct, nota 112, pp. 15 y ss. Se ha destacedo {que “la predsposicin a recur ala comparacion es inversi- ‘ene proporcioa al riginalidad del erdenamiento jurdico nacional" Drobnig, V. y Dopflel, P “Die Nutzung der Reclioneglesiy dls ew ueuelen Grseagebety ir ‘els: Zetschft fr auslindsches und internationales Priv ‘echt, Tubinga, Moe Siebeck, 1982, p. 296 AMBITOSE INSTRUMENTOS DEL METODO 107 los érganos destinados a ese fin desarrollan compa- raciones entre las soluciones experimentadas en otras latitudes y entre estas y sus propios esquemas de referencia en tema de valores y decisiones poli- ticas de fondo. Ademés, cuando se observan los ‘modelos constitucionales extranjeros, es dificil que se acuda a ellos con Ia intencién de operar un mero “transplante”, es decir, Ia reproduccién —sic et ssempliciter— de aquel modelo en el ordenamiento constitucional imitador. La mayoria de las veces, fen cambio, la comparacién permite comprender el conjunto de intuiciones y de ideas que estin detris, de las formulaciones normativas asumidas como ‘modeto.!38 En el Ambito de las manifestaciones del fenéme- no, en Ia experiencia aparecen: imitaciones legales, ‘cuando el legislador imita directamente el modelo produeido por otro legislador (ejemplo tipico es la firecuente imitacién de las codificaciones francesas y alemanas);! imitaciones doctrinales, que ope- ‘an en el plano exquisitamente tedrico. No es extra- fo, ademas, que estas dos formas de imitacién se ‘combinen en el mismo ordenamiento; en los paises "BSG. Vergttni, 6. de, op. cit, nota83,p. 28 be Gi Pega, Ly Reyes, Ay “Le int det ie Morbideli, G, Divito costincionale italiano e comparao, it, nota 115,p.219, 1a DDERECHO PUBLICO COMPARADO romanistas es posible halla, en diferentes perio dos, “el encuentro de modelos legales franceses y de modelos doctrinales alemanes”.""” Finalmenie se encuentran, si bien menos difundidas respecto a los fenémenos anotados, las imitaciones judiciales, directas o por medio de intermediarios, como las, jurisdicciones supranacionales o la doctrina.!* Na- turalmente, les imitaciones de un modclo pueden ser globales 0 parciales: las Constituciones, como es notoro, tienen frecuentemente mis de un mode- lo de referencia, combinando sus aspectos més in- teresantes. Ademés, la imitacién de modelos juridi- eos en general puede ser consecuencia de una cconquista (imposicién), de una accién voluntaria (recepcién), 0 bien, de la inmigracién de un pueblo 2 otf teritorio(trasplante). La imitacién puede determinar como efecto un fenémeno de aculturacién, si la sociedad imitante BT Saceo, R, op cit, nota $3, p. 137 [D8 Gj sabre este tema a Gola, G., Dirt comparato e d- viao comune europea, Milén, Gia, 1981, pp. 543 y 553 Sacco, Rv op. ct, nota 53, fo. ul cit; Grementier, V., “La ‘ile et nel tia nl ile ra ‘eo: il contribute delle Corti europee”, Risa di diitocivile, Padua, Cedam nim. 8, 190, p. 547 AMBITOSEINSTRUMENTOS DEL METODD 109 pierde su identidad 0, viceversa, de mera asimila- EI fendmeno de la imitacién de instituciones constitucionales, por las dimensiones e implicacio- ‘nes que de ellas derivan, ha sido considerado bajo el perfil dela actitud psicolégica subjtiva de los indi- vviduos encargados de Ia revisién consttucional. De hecho, en los casos de imitacién consttucio- nal” se opera generalmente “desde el interior hacia el exterior, lo que significa que la imitacién de las ideas precede a su expresién, y la imitacién de los fines prevede ala de los medios”.'# Siguiendo esta aproximacin, el proceso intelectual de los autores, de una revision constitucional imitadora puede de- sarticularse en dos momentos diferentes a) Imitacién plastica: cuando ta conciencia de imitar no esta presente. Aqui, los consttuyentes ac- tiian inconscientemente, recurriendo a tipologias de ppensamiento que tienen interiorizadas sin darse aparentemente cuenta de la sugestién imitadora. ') Imitacién consciente de las. instituciones constitucionales: cuando, en cambio, existe la pon- derada voluntad del constituyente de imitar un cier- "> Para profundizar en el argumento y para I biliograia respectva, Sacco, R opi, note 53, p. 13 y Me Covanam J. Cy “Miles nwo +s wie le italiana", Polica de dito, Bolona, It Mulino, nim. 3, 1988 p. 490, uo DDERECHO PUBLICO COMPARADO to modelo consttucional, siendo plenamente cons- ciente de las razones y de los fines que pretenden aleanzar. En este tltimo caso pueden distinguirse dos acti- tudes internas: la imitacién consciente subjetiva, en donde los constituyentes asumen como modelo de- ‘erminadas instituciones de un pais, aspirando a ‘conseguir un clima anélogo dentro de la vida pibli- cay estatal; la imitacion consciente objetiva, en cambio, seria aquella basada en valoraciones racio- rales y objetivas, por las cuales el modelo imitado resulta ser el mejor en funcién de su eapacidad de ‘adaptacion a las condiciones politcas, econdmicas, yy sociales del pais." Observando detenidamente, en el primer caso prevaleceria el prestigio del modelo; en el segundo caso, en cambio, su eficacia respecto a los fines perseguidos. Ahora, nos parece que en el supuesto ‘caso de importacién manifiesta de un modelo cons- titucional, es posible encontrar verdaderas dificul- tades al intentar dividir el proceso intelectual en ‘segmentos netamente individuados en la concien- cia del constituyente imitador. En cambio parece ‘mas verosimil que imitacién plastica ¢ imitacién cconsciente, subjetiva u objetiva, acaben por consti- tuir elementos de un mismo proceso losico-intelec- 11 dBidem, 491 AMBITOSEINSTRUMENTOS DEL METODO 11 tual, sobre el cual —por otro lado— ejercitan no ppoca influencia variable y condicionamientos de naturaleza polit En Ia perspectiva que aqui interesa conviene de- tenerse, aunque sea brevemente, sobre dos aspectos, de la problemética que estamos examinando: a) de tun lado, las causas que, en genera, determinan la circalacién de los modelos por imitacién; b) de oro, €l problema de las “malas” imitaciones, Las causas que determinan la divulgacién de los ‘modelos juridicos por imitacion se presentan bajo diferentes naturalezas y capacidades; pignsese en la afinidad de condiciones culturales, ambientales, so- Ciales y econémicas. Todos ellos factores de in- fluencia innegable sobre el proceso de imitacién de ‘un modelo juridico. No cabe duda que la recepeién de un modelo responde a una necesidad, a la exigencia de colmar una laguna del ordenamiento, o bien, de hacer pro- pias las soluciones de otros por ser mas racionales ‘ parecer mas idéneas.!#2 Of ering, R, Gets des wimischen Rect, 1, 19, pp. ‘By ss. (cltndo en Zweigert, Ky Kéz, H,Invoducione af di- vito comparato, I eit. not 112, p. 19) seg et cual "a ‘eveston dela recep de insiiciones jurdies extranjens Sorina alia inwcls Gilfestotcinill cans Gti, ‘mente et una cuestion de fnalidad, de nocesidad. Nadie se reocupa por buscar en un lgarIjano algo de lo que dispone m2 DDERECHO PUBLICO COMPARADO La doctrina juridica més atenta al fendmeno ‘considera que son fundamentalmente dos las cau ‘sas proximas de la imitacién de un modelo més fi cilmente perceptibles por el jurista: la imposicién y el prestigio.' En cuanto a la primera, se debe subrayar, ante todo, que la divulgacién de modelos rationae im- peri, dcbida a actos de pura fuerza, es un fenéme- ‘no relativamente raro en la historia. Ademis, no es cextraio que una recepcién coactiva cese brusca- ‘mente al modificarse las relaciones de fuerza. ‘Dos ejemplos al especto parecen significativos. La imposicin no implica necesariamente meros actos de fuerza; de hecho, es posible que la divul- ‘gacién de un modelo derive de la capacidad de in- fluencia politica, social, cultural y econémica —que a veces puede ser dominante— de un deter- ‘minado ordenamiento estatal sobre otros que perte- hnecen a un contexto, bajo algunos perfles, homo- ‘géneo. Piensese en el modelo que, rationae jmperit, comienza a circular en ta segunda posgue- rma entre los paises europeos que se encuentran bajo las garras del comunismo: el llamado “modelo - ‘rela inquerda, Pero cualguir agregado social ser libre de legit la derecha o la izquiersa como lado para crcl. La leecién de clas, I ideolgia, el valor, no iteran al agregado ‘Social de I nocesidadorganizatva que lo domina, y tampoco lo condiciona a peferir una solucibnu ota. Laexistencia de :morfemsjuridios neuttos explica “a sobrevivencia de mo- ‘eles soutins er et deel Fel, bevel, silt (jot ‘jemplo, ls obliga, la el vindicario, lomo ven, te us DDERECHO PUBLICO COMPARADO ‘vos de este tipo es mis ficil y se funda en el presti- ‘io del que goza el onfenamiento de origen en el pais imitador y, obviamente, en la racionalidad —0 la capacidad de racionalizacin— de la solucién adoptada, Por otro lado, cuando el modelo jurdico expresa «de modo inmediato una decision politica, valores 0 idcales, no es suficiente para su circulacién el s6lo prestigio del ordenamiento de origen, algo sin duda indispensable; en tal caso, “una condicién precisa vvincula la imitacién; la regla eircula, si circula la idea politica”! Esta iltima observacién nos permite denotar, por ejemplo, que resulta extremadamente difii que la cireulacién de modetos de formas de gobier- rno sea un fendmeno del todo ajeno a decisiones po- litias de base. Es por todos conocido que Ia op- cin por una u otra forma de gobierno implica una serie de decisiones politicas de fondo referentes al ‘modo de articulacion del poder preponderante den- tro de los érganos de direceién politica. Por lo tan- to, la circulacién de tales modelos parece no darse libremente; parece més bien condicionada por una serie de factores entre los que aparecen, en primer tc) laseipne veil eit nities ae _loamercanasy romanists" HO Sacco, R, op cit, nota 83, p 1S AMBITOSEINSTRUMENTOS DEL METODD 117 plano, la forma de Estado y la formula potitica ins- titwcionalizada del ordenamiento imitador. Siempre en relacién a la cuestion del prestigio del modelo imitador, podriamos estar tentados a considerar que, en el mismo momento en el que atribuimos al modelo el significado de “forma cejemplar”, reconocemos con ello mismo el presti- gio y, en consecuencia, la capacidad intrinscca de ejercitar una significativa influencia sobre otros or- denamientos. En realidad, bajo una consideracién adecuada, si por un lado es verdad que la expresién. “prestigio” leva una carga positiva y una valora- ccién de excelencia referida a un fendmeno y, en ese sentido, algo digno de imitacién, es también verdad, por otra parte, que la expresion “forma cejemplar” no siempre es indicativa de un fendmeno positivo, De este modo, podria considerarse “ejem= pplar” el modelo de la forma de Estado nacionalso- cialista en relacién a la categoria de Estado autori- tario; pero es evidente que la ejemplaridad, a ese ropdsito, es una caractetistica que responde a finalidades eomparativas y que eatece de todo va- lor axiolégico. Otro aspecto a considerar, siempre en relacion a las causas de la circulacién de los modelos juridi- cos, es el que advierten los estudiosos del fenéme- us DDERECHO PUBLICO COMPARADO zno, que hacen notar que la dindmica de los proce- 0s de imitacién responden a algunas reglas.!"! ‘Ante todo, se ha observado que las influencias & imitaciones son mucho mas frecuentes entre siste- ‘mas parecidos; aunque, en realidad, la eirculacién de los modelos puede tener lugar tambien entre sis- ‘temas profundamente diferentes." En ese caso, no obstante, seré més frecuente una reeepcién global ‘mas que imitaciones puntuales de particulares ins- tituciones. La presencia de lagunas en un ordenamiento in- duce —obviamente— a activar procesos de imita- ciGn-recepci6a; entre las demis circunstancias, re- sultan particularmente importantes las condiciones de comprensién y conocimiento de los modelos a imitar. Un rol determinante compete al conoci- ‘miento de la lengua en la que el modelo se expresa. Por iiltimo, la observacién de la experiencia ha demostrado que en cada sistema operan criptoti- pos.'* Por lo que, mientras puede resultar facil imitar una norma explicita, parece muy poco pro- 151 biden, pp. 149 ys. 2 Gif. Watson, A. erpanto di norme giurdice, cit. rota 132, 9, #3, cain ol cul “el trasplnte de normas jr cases, desde un punto de vista social cil... Esto es verdad Hints ely le ties provi det py Ue stena muy diferente” 1S Sobre esto, véase apartado I de este capitulo, AMBITOSEINSTRUMENTOS DEL METODD 119 bable imitar un “cripttipo”, esto es, un modelo ju- ridico implicito del cual, en ocasiones, el mismo sujeto que lo observa no es plenamente consciente ‘criptotpos” particularmente renuentes a la circulacin son aquellos vinculados ala mentaidad xy los habitos implicitos de los jurists. gCémo re- producir por imitacién el grado de fidelidad dol juez a su propio precedente, o l grado de subordi- nacion del juez a las elaboraciones de la doctrina juriica?. Por otro lado, la presencia de “criptotipos” pue- de desvelar ocasionalmente que lo que a primera ‘vista apareeia como recepeién de un modelo juridi- £0 (recepeién aparente), en realidad no era otra ‘cosa que la reviviscencia de un “criptotipo”radica- do en el ordenamiento que parece ser el imits Gor 55 138, Sacco, R.,op. it, nota $3, p. 150 158 Gf. Lombard, G., op ett, nota 8, p. 6S. El autor expo- zea propsito, un intresamte ejemplo de aparent recepeion {del modelo presidencaista nortamsericano en los onde ‘micatos de America Latina. En realidad, observa Lombard fos estudos de Rozo Acuia E. ("Guia bibiogrifica elemental sobre of Poder Ejecutivo en Amica Latina", Revista Externa- do de Colombia, Bogot, 1985) nan demostado que sata de {ona rexepnion ay apatente cr vant el presi i> ‘noamercano paeceria tener ss ales en un antigua insti cin de derecho pre-consttcional. 10 DDERECHO PUBLICO COMPARADO Dentro del segundo aspecto sobre el que parece ‘oportuno detenerse —en referencia al tema de la circulacién de los modelos juridicos—, debe subra- ryarse que no es de extrafar que el fendmeno de las, “alas” imitaciones, es decir, de la divergencia en- tre el modelo y el resultado de la recepcién, sea te- cconducible a males entendidos y/o a malas traduc~ No obstante, es dificil expresar evaluaciones respecto a este fenémeno, incluso porque en oca- jones las malas imitaciones representan realmente la intencién de proceder a la adapracién del mode- lo al contexto del ordenamiento imitador. Conside- rindolo bien, parece més que liito que en la fase de tecepeién desarrolle el jurista un trabajo de adaptacion y, si es el caso, de transformacién del cconcepto juridico originario en funcién de los fines. por los que se toma como modelo y se hace pro- pio.!$ Ya se ha tenido ocasién de denotar que no ¢s inusual que el “modelo” estimule en los obser- vadores de otros ordenamientos el interés por captar la esencia que se encuentra tras el dato rnormativo formal. ‘A veces es el cuadro normativo referencial en el que el modelo juridico opera dentro del sistema de 6 OF Bognet, it, nota 75, p15. Inrodizione al dito costincionae, AMBITOSEINSTRUMENTOS DEL METODO 12 origen el que se escapa a la recepcién, determinan- ‘do malos entendidos o equivocaciones en el siste- ‘ma imitador.'"? “Naturalmente, no hay que limitar- se a verficar, caso por caso, que la solucién extranjera considerada superior haya tenido épti- ‘mos resultados en el ordenamiento de origen, sino que sea igualmente apropiada para el propio pais. En particular, puede suceder que las soluciones de- sarrolladas en el extranjero y que han demostrado ‘buenos resultados no puedan ser trasladadas a ‘uestro derecho —o por lo menos no lo puedan ser permaneciendo innutadas..”.158 No es casual que la “sumisidn” de modelo juridico acogido dependa de un conjunto de factores politicos y ambientales y, ademis, del correcto andlisis comparativo con- ‘ducido por los érganos legislativos; un analisis que "57 Gf las observaciones de Sacco, R, op. cit, nota 3 p. 158. Vase también a Lombard, Gop it nota 85, p. 222, sien especto a este fendmeno habla de “imiaciones dialect les 158” Zeiger, K.y Kotz, H, Iuroducione al dito compara- 1, 1 elt, not 112 p. 19. Para el tema de los prsupuests de ‘una reccpeionfiuctfera Cj ademas: Khan-Freund, O., “On Uses and Misuses of Comparative Law", Modern Law Review, ‘Oxford, nim. 1, 1974, pp. Ly 865 Watson, A, “Legal Trans: plants and Law Reform", Lanw Quarters Review, Londres, Ses of Comparative Law”, Novthwestem Universi» Law Re- ew Chieag, im. 11977, pp. 198y 58. i DDERECHO PUBLICO COMPARADO Iubiese considerado tinicamente el dato formal de los textos normativos y exeluyese su concreta ac- tuacién en el ordenamiento de referencia, abrivia el ‘camino a serios riesgos de ineficacia del “trasplan- te", incluyendo el peligro de su probable “re- chazo” ‘Sin embargo, segin una autorizada opinién, si se contempla el fenémeno desde el punto de vista exclusivamente prictico, el éxito de la operacién de trasplante no deriva en exclusiva de la buena 0 ‘mala imitacién del modelo sino del resultado del trasplante; es decir: sie trasplante desde el punto de vista “prctico” (Gtico-politice) ha producido una mejora, 0 ha offecido resultados satsfactorios, la operacién es vlida. En general, si no hay rechazo al tasplante 1 Cf. Vergotini,G. de, Dirt eostincionate comparato, it, nota 83, p. 20; Dunn. M. van, "The Use of Comparai- ‘ve Law by the Legislation in the Netherland", Netherlands ‘Reports tothe Eleventh International Congres of Comparat- ve Law, Amsterdam, 1982, pp. 38 y ss. Acerca de los condi- ionamicnios de la efisiencia de un modelo normative impor- tado, véase a Marsh, N.S, “Comparative Law and Law Reform”, Rabel’, Zeitschrift fr auslnisches und intermato~ rales Privatrelt Tabings, Mohr Siebeck, 1977, pp. 661 ¥ 53 Omani, J.B, “The Application vf de Conpetative Mee in the Dorin ofthe Pubic Law: Some Reflections”, Revue dde Droit Iermational Ginebra, nim. 1, 1982, pp 207 Ys. AMBITOSEINSTRUMENTOS DEL METODD 128 e forma inmediata 0 en un periodo mis prolongs o, quiere decir que la operacién no estaba mal es- ‘ructurada... Que el jurista pragmatco haya enten- ido en su verdadero significado originario (cl que poseia en el ordenamiento de origen) el coneepyo que he elegido “transplantar” no tiene, en el fon- so, una gran importanci... En estos casos de in tercambio, por tanto, la ersinea comprensién del cconcepto “introducido” es menos peligroso porque cl problema no es de “intligencia histriea”, sino e indole “prietica”:y ser la “pnictca” Ia que de ida si el transplante constituye un bien." Se nos permita afadir, no obstante, que el riesgo de un mal resultado de la recepcién es ciertamente ‘iis elevado cuanto mayores resulten las equivoca- cones y los malentendidos que earacterizan la fase propedéutica de la recepcién, esto es, el estudio ‘comparativo del modelo. En efecto, bajo una apre- Introduzione al dito costiuzionae, et, Seqia G- Bogen “os resgs impicios enc inercambio conceptal erecen muchisimo cuando se ratan de = ‘consti ls contenidos de un crdenamiento en tminos de ge ‘uino coneimieatohistrco”. De hecho, en tl eas, “emplear cconexplosnecesariamente ténicojurdicos, desconeidos para esos hombres y extras del voeabularo de ots ordemt~ to y develnom expe el pelgie Je peste la veld histrica que se indaga conpotaciones que no son verdalers- ‘mente ls suyas i DDERECHO PUBLICO COMPARADO ciacién adecuada, no parece posible asignar al es- tudio del derecho comparado, asi sea para fines es decir, como “material para el legisla- dor”,!*" una funcién marginal 0 carente de influen- cia respecto a los resultados “précticas” del “trans- plane”, Estas consideraciones, naturalmente, ponen so- bre aviso al investigador: constituiria una verdade- +a equivocacién buscar huellas de la cincutacion de ‘un modelo constitucional, como puede ser la forma de gobiemo, apoyados en un criterio fotografico. En otras palabras, no parece razonable reconocer la recepeién-imitacién de un modelo por un ordena- ‘miento constitucional determinado soto en el su- ppuesto en que sean reconocibles los extremos de tuna fel y formal reproduecién del modelo mismo. Por otto lado, pareceria excesivo, sino arbitrario, afirmar la eeepeidn de un modelo solo mediante el reconocimiento de algunos elementos marginales, sin analizar aquellos que son constitutivos del caso especitico. Por eso, cuando se habla de “modelos constitue cionales” se subraya Ia idoneidad-capacidad de los rmismos para influenciar los ordenamientos de otros sistemas; de condicionar de algin modo su 161 Zucigert, Ky Katz, H, Iuvodurine al dirt compara- 10, eit, pot 12, p18. AMBITOSEINSTRUMENTOS DELMETODD 125 estructura y articulacién; pero sin reproducirse en ellos como por efecto de una clonacién. Por con- siguiente, la bisqueda de los vestigios de un modelo cconstitucional en otro ordenamiento debe saber dis- criminar los elementos constitutivos y secundarios del mismo modelo, adoptados eventualmente por el sistema constitucional investigado.

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