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Se i ~ Rodolfo Neri Vela aoe (j — Faas é ; . Se * ae | y L B poe Pe Contenido Prélogo Acerca del autor 1 Orbitas dtiles y lanzamiento de satélites Ll 12 13 14 is 16 17 18 19 Ef Cinturéa de Clarke Orbitas bajas ¢ intermedias Periodo y velocidad orbitales Uso de Grbitas elipticas, geosincronas y polares Centros espaciales Lanzadores Colocacién de satélites en drbita Posicidn en Ia érbita geoestacionaria Rescate de satélites Caracteristicas y efectos del medio espacial 21 22 23 24 25 26 27 28 Generalidades Las fuerzas perturbadoras ‘La temperatura El alto vacio La radiacién Los meteoritos y la chatarra espacial La vida Util y el cementerio de los satélites peoestacionarios ‘Trazas terrestres 29 Interferencia solar 2.10 Low eclipses 34 35 3.6 37 38 39 Introduccién: ‘Subsistema de antenas Subsistema de comunicaciones 3.3.1 Bandas y frecuencias asignadas 3.3.2 Polarizacién y reutilizacin de frecvencias 3.3.3 Transpondedores Subsistema de energia eléctrica ‘Subsistema de control térmico Subsistema de posicionamiento y orientacién Subsistema de propulsién Subsistema de rastreo, telemetria y comando Subsistema estructural 3,10 Cuartos limpios y simuladores Técnicas de multiplexaje, codificacién, modulacién y acceso miltiple 41 42 43 44 45 4.6 47 48 49 Introduccién Multiplexaje por division en frecuencia Acondicionamiento de sefiales analigicas Modulaciéa FM Multiplexaje por divisiin en el tiempo Banda base de sefiales digitalizadas Modulacién PSK Demodulaciin PSK Codificacién y correecién de errores 4.10 Altracidn de espectro y encripcién 4.11 Procesamiento inverso de sefiales 91 a Todo lo anterior y muchos otros avances tecnolégicos en células solares de arseniuro de galio, antenas parabyilicas perfiladas y de arreglos uctivos con control de fase, propulsién cléctrica y sistemas digitales de proce- samiento hacen al estudio de los satélites y sus aplicaciones un drea muy extensa y sumamente interesante, ademas de obligatoria para los ingenieros en telecomunicaciones y disciplinas afines. Sin embargo, a pesar de que existen innumerables articulos técnicos publicados en revistas especializadas y muchos libros de texto o de difusién sobre el tema, la mayor parte de todas estas publicaciones se encuentra solamente en el idiomu inglés. Por tanto, el objetivo de esta obra es dar al lector de lengua hispana una visién general de Ia tecnologia satelital actual y La légica fisico-matemsitica que le permita comprender ¢l funcionamicnto teérico-prictico de los enlaces por satélite. Entre Jos temas tratados en este libro estdn las técnicas empleacas para colocar a los satélites en Grbita, cdmo es el medio del espacio en el que trabajan, qué influencia tiene ese medio en su discfio, cémo estén es- tructurados, qué funcidn tiene cacka una de sus partes y qué equipos terrestres se requieren para comunicarse con ellos y aprovecharlos. También se incluye toda Ja teorfa matemitica necesaria para realizar bos célculos de enlace y la definiciin de los parkmetros de loa equipos transmisores y receptores, bo cual permite wsarlo como libro de texto en las escuelas de ingemieria. Ademiés, se describen varios de los sistemas m4s importantes que operan en la actualidad, tanto nacionales como internacionales, y s¢ comenta sobre algunos de los proyectos de desarrollo tecnolégico de mayor impacto y sus aplicaciones en los albores de este nuevo siglo, En wdos los temas expuestos, conforme son tratados, se proporcionan referencias bibliogrificas y sitios de Internet para que el lector interesado pueda ampliar su informacién. ‘La elaboracién de esta obra no ha sido facil, y hubiese resultado imposible sin la entusiasta y muy paciente colwboracién del ingeniero Héctor Ortega Maciel, quien se encargé de capturar por computadora todos los textos y figuras, aplicando su ingenio y excelente creatividad. También agradezca ‘el apoyo de la Facultad de lngenieria de la UNAM, y én particular el de mis colegas mas cercanos y de mis inquictos alumpos, por sus valiosas opiniones y constructives comentarios. Rodolfo Neri Vela Mayo. 2002 Prdélogo Uno de los resultados més fascinantes y notables obtenidos a partir de los programas espaciales es la tecnologfa de los satélites artificiales. La llega- da de estos complejos aparatos electronicos ha modificado visiblemente la forma de vida de la mayor parte de la poblacién del mundo, y quizé de toda ella, aunque sea en forma indirecta. Gracias a dichos aparatos conocemos con més precisi6n los recursos naturales de la Tierra y los fen6menos me- teorolégicos; las distancias entre las ciudades y los paises se han acortado y ahora pueden intercambiar todo tipo de informaci6n casi instanténeamente; y més allé de las capas atmosféricas, podemos observar y comprender mejor el Universo. En general, todos los satélites artificiales funcionan bajo el mismo principio y constan de varias partes comunes, independientemente de su objetivo en 6rbita alrededor de la Tierra. Desde luego que sf hay algunas diferencias fun- damentales entre ellos, pero de cualquier forma todos necesitan, por ejemplo, una buena cantidad de células solares para alimentarse de energfa, antenas para transmitir su informaci6n a ciertos puntos del planeta y también para poder recibir instrucciones 0 cualquier otro tipo de sefiales desde ellos, asf como medios de propulsién para corregir su érbita, posicién u orientacion con respecto a la Tierra. Los satélites integran una gran familia, y parte de ella la constituyen los que estén avocados especificamente a los servicios de comunicaciones; den- tro de estos tiltimos existen algunas variantes, pero los geoestacionarios son los mds importantes y de mayor uso en la actualidad. Con ellos es posible comunicar lugares muy alejados o que previamente eran inaccesibles, y la cantidad y variedad de la informacién que transmiten y reciben es sor- prendente. Por ejemplo, se pueden ver en directo programas de televisién que estén siendo transmitidos en otra ciudad o pafs, hablar por teléfono a cualquier parte del mundo —aun en el caso de que uno se encuentre en el desierto 0 a bordo de una embarcacién en alta mar—, transmitir todas las paginas de un periddico —incluyendo fotografias a color— a un lugar remoto para que se imprima localmente, realizar reuniones de trabajo a distancia xiii Fig. 1-3 Altitudes tipicas de las Grbitas bajas e intermedias en comparacién con la radiolocalizacién y transmisi6n de datos a tasas bajas. El porqué del atractivo de estas nuevas rbitas se explica brevemente a continuacién [Neri Conacyt, 98]. En el caso de los satélites geoestacionarios, el trayecto de ida y vuelta de las sefiales, desde que salen de la Tierra hasta que regresan a ella, es aproximadamente de 72,000 km, lo cual las atentia de manera drastica, y sdlo es posible detectarlas y utilizarlas con unidades de transmisi6n muy potentes, antenas de alta ganancia y dispositivos de recepcién muy sensibles. Tal problema no representa obstéculo alguno para un avidn, un barco o un automévil, pero sf para una persona que quiere desplazarse con comodidad, 1 Orbitas utiles y lanzamiento de satélites 1.1 El Cinturén de Clarke En 1945, Arthur C. Clarke sugirié en una de sus publicaciones [Clarke, 45] la posibilidad de colocar satélites artificiales en una 6rbita tal que al ob- servarlos desde un punto sobre la superficie de la Tierra pareciera que no se moviesen, como si estuviesen colgados en el cielo. Los satélites no cambiarian aparentemente de posicién y esto traeria consigo grandes vyentajas, pues, tal como se verificarfa aiios mds tarde, su operacién se sim- plificarfa y el costo de los equipos terrestres necesarios para utilizarlos se reducirfa en relacién con el uso de otras 6rbitas. Ademas, casi la totalidad del mundo habitado se podria intercomunicar por radio con s6lo tres satélites colocados en esa 6rbita tan especial (Fig. 1-1). ;Cémo seria posible lograrlo, Si los satélites deben moverse a gran velocidad, para no perder altura y caer hacia la Tierra, atrafdos por ella? La Tierra gira sobre su propio eje, com- pletando una vuelta cada veinticuatro horas; si se coloca a un satélite de tal forma que gire circularmente alrededor de ella en un plano imaginario que la atraviese por el cfrculo ecuatorial, y si el satélite también completa una vuelta en 24 horas, entonces, para un observador sobre un punto fijo de la Tierra, se produce la ilusién de que el satélite no se mueve. La idea de Clarke era muy buena y debian cumplirse varios requisitos para que el satélite fuese en verdad fijo con respecto a la Tierra, es decir, i 2 Orbitas itiles y lanzamiento de satélites geoestacionario. En primer lugar, el satélite debia desplazarse en el mismo sentido de rotacién que la Tierra; ademds, para que no perdiese altura poco a poco y completase una vuelta cada veinticuatro horas, debia estar aproxi- madamente a 36,000 km de altura sobre el nivel del mar; para lograrlo, el satélite debfa tener una velocidad constante de 3,705 m/s, siguiendo una rbita circular alrededor del planeta (Fig. 1-2). Fig. 1-1 Clarke indios que con s6lo tres salites en dxbita geoestacionaria seria posible intercomunicar por radio a casi la totalidad de! mundo habitado, Desde Juego, con una limitacin en la cantidad de trfico simultineo. El Cinturén de Clarke 3 ‘Una vuelta eeition ne. Fig. 1-2 Los satélites geoestacionarios giran alrededor de la Tierra sobre el plano ecuatorial, completando una vuelta en veinticuatro horas. Para un observador sobre ‘un punto fijo de Ia Tierra, los satélites no se mueven. a) Vista lateral; b) vista superior. 4 — Orbitas tiles y lanzamiento de satélites Sin duda, muchos fueron los cientfficos ¢ ingenieros que leyeron con interés las ideas de Arthur C. Clarke y de otros autores contempordneos. Cabe men- cionar que en aquel entonces ni siquiera habia sido lanzado el primer satélite artificial de la Tierra, aunque fuese a unos cuantos cientos de kilémetros de distancia, y mucho menos en 6rbita geoestacionaria a 36,000 km de altura sobre el nivel del mar. Pero llegé el dia en que la era espacial se inicié, en 1957, con el lanzamiento del Sputnik 1, y después de varias pruebas con al- gunos otros satélites en esos primeros afios, al fin se colocé en 6rbita el primer satélite geoestacionario del mundo, llamado SYNCOM. Luego si- guieron otros, y poco més tarde habia un satélite de la generacién Intelsat III sobre cada uno de los océanos principales (Atléntico, Pactfico e indico) intercomunicando al mundo; era ya el afio de 1968 y los suefios de Clarke se habfan convertido en una realidad, 23 afios después de haber publicado sus ideas, La érbita en cuestin recibe el nombre de érbita geoestacionaria, pero con frecuencia muchos autores e investigadores también se refieren a ella como el Cinturén de Clarke, en justo reconocimiento a su promotor. En la actualidad, ésta es la érbita ms congestionada alrededor de la Tierra; muchos propietarios de satélites quieren estar ahi, por obvias razones de sencillez y bajo costo de operacién. En ella se encuentran satélites de apariencia fisica y aplicaciones muy diversas: meteorolégicos, militares, experimentales y de comunicaciones. Este libro se orienta al estudio de Jos ultimos, es decir, de los satélites de comunicaciones. 1.2. Orbitas bajas e intermedias Ademés del uso de la 6rbita geoestacionaria descrita en el apartado ante- rior, en la década de los afios 90 comenzaron a desarrollarse ambiciosos proyectos para colocar satélites menos pesados y costosos a altitudes mucho més cercanas a la superficie terrestre, en trayectorias generalmente circulares Ilamadas 6rbitas bajas e intermedias (Fig. 1-3). Los satélites colocados en estas Srbitas no operan individualmente como los geoestacionarios, sino “en equipo”, pues se necesitan muchos a la vez, girando alrededor de la Tierra, para formar lo que se denomina como una constelacién. Los servicios para los que las primeras constelaciones han sido disefiadas estén funda- mentalmente orientados a terminales personales portatiles de telefonfa, 8 Orbitas dtiles y lanzamiento de satélites Si la trayectoria de la érbita eliptica es dibujada sobre su propio plano orbital, se tiene la geometria mostrada en la Fig. 1-6. Los puntos Cp y Cy son, respectivamente, el centro de la elipse y el centro de la Tierra. Si los semiejes mayor y menor (a y b) son iguales, los puntos Cy y C;-coinciden, la excentricidad vale cero, y la 6rbita se convierte en circular. De la tercera ley de Kepler se deduce que el tiempo T que tarda un satélite sobre esta trayectoria elfptica en completar una vuelta est4 dado por: 4a? 1-1) » (-) en donde j1 es la constante de Kepler e igual a 3.986 x 10° km?/s®. A T'se le da el nombre de periodo orbital y, por observacién de la ec, (1-1), decrece en forma no lineal con a, 0 sea con la magnitud del semieje mayor. a Fig. 1-6 Orbita eliptica descrita sobre su propio plano orbital. Ejercicio 1-1 Tomando en cuenta que el didémetro promedio de la Tierra es de 12,756 km, calcule la altitud necesaria sobre el nivel del mar para que un satélite sea geoestacionario. Solucion Si se considera que el periodo rotacional de la Tierra es exactamente igual a 24 horas, y dado que un satélite geoestacionario completa una 6rbita en un tiempo similar, de la ec. (J-1) se tiene que: Periodo y velocidad orbitales 9 > T = 2Ahors = 8640s = | "4 = a = 42241 km ‘Como la 6rbita geoestacionaria es circular,* los puntos Cyy C;-de la Fig. 1.7 coinciden y el semieje mayor aes igual al radio de la Grbita bajo estudio: La suma del radio r de la Tierra més la altitud h buscada es igual a a, por o que: h= agai - BST6 = 35,863 km = 36,000 km * En la préctica, debido a la no esfericidad perfecta ¢ inhomogeneidad de la Tierra, la Grbita circular perfecta no se obtiene. Por ejemplo, el satélite geoestacionario Panamsat 4 tiene una Grbita muy ligeramente elfptica, con un apogeo de 35,807 km y un perigeo de 35,765 km, completando una vuelta cada 1,436.1 minutos, en lugar de 1,440, en forma muy similar que los dems satélites geoestacionarios. Ademds, si se hace un célculo mds estricto a partir de la duracién de un dfa sideral, que es el tiempo que la Tierra tarda en girar sobre sf misma con relaci6n a las estrellas e igual a 23 h, 56 min y 4.09 s, el valor que se obtiene para a es de 42,164 km, y esto conlleva a una altitud de 35,786 km, que es la cantidad promedio considerada normalmente e indicada en las Figs. 1-1 y 1-2. 14 Orbitas dtiles y lanzamiento de satélites 1.4 Uso de érbitas elipticas, geosincronas y polares En los apartados anteriores se ha hecho énfasis en la 6rbita geoestacionaria y las Orbitas circulares bajas ¢ intermedias, con cualquier éngulo de incli- nacién, debido a que son las de mayor uso para satélites de comunicaciones a nivel mundial. También fue introducida la érbita elfptica general, con el fin de partir de ella y particularizar hacia la érbita circular; ademés, se hizo un ejercicio para la Grbita eliptica de un satélite Molniya. Ahora se hablaré sobre los casos especiales en los que resulta «til emplear 6rbitas elipticas, geosincronas y polares. Como se veri més adelante, las estaciones terrenas situadas en latitudes muy grandes, cerca de las regiones polares, tienen éngulos de elevacién muy bajos sies que se desea comunicarlas con satélites geoestacionarios, ya que éstos estén en el plano ecuatorial. Los dngulos de elevacién demasiado bajos no Fig. 1-7 Orbita eliptica de un satélite Molniya. Uso de drbitas elipticas, geosincronas y polares 15 son convenientes, ya que se introduce mucho ruido en las antenas terrestres y se producen interferencias. Por lo tanto, aquellas naciones que requieren darle servicio a sus poblados més aislados y remotos, cercanos a los polos, como es el caso de Rusia, han resuelto el problema empleando satélites en 6rbita el{ptica, aunque a costa de mayor complejidad en el sistema. La Grbita tipica de un satélite Molniya se muestra en la Fig. 1-7. A diferencia de la Fig. 1-5, donde el apogeo se colocé arbitrariamente al sur de la Tierra, ahora esté en la parte norte, pues el servicio esté disefiado para poblados Tusos en altas latitudes del norte. En el Ejercicio 1-3 se vio que la velocidad del satélite es minima cuando esté en el apogeo de la 6rbita; es decir, en Ia cercanfa del apogeo el satélite se mueve con relativa lentitud y permanece visible durante unas ocho horas para las antenas terrestres, cuyos dngulos de elevacién ahora son grandes y aceptables, del orden de 20° o més. El costo en complejidad radica en que cada antena debe rastrear y seguir lentamente al satélite, conforme éste se desplaza en la regién del apogeo y, como se necesitan cuando menos tres satélites en forma de relevos, colocados en la misma 6rbita, para garantizar servicio durante las 24 horas, también se requiere que cada estaci6n tenga equipo de conmutacién, para transferir las sefiales del satélite que est por ocultarse al satélite que est4 saliendo por el otro lado de} horizonte. El sistema Molniya en realidad es una constelacién de satélites colocados en ocho 6rbitas elipticas, inclinadas 63° con respecto al plano ecuatorial y cuyos planos orbitales estiin espaciados por intervalos de 45°. Los satélites se comunican en la banda C con mas de 100 estaciones terrenas, cuyas antenas miden 12 m de didmetro, distribuidas en Rusia y otros paises, tales como Cuba y Mongolia. Es importante notar que algunos de estos satélites tienen su apogeo sobre el Pacifico 0 el Atléntico, para enlaces maritimos, Otro sistema de comunicaciones que planea emplear una curiosa com- binacién de Grbitas intermedias ecuatoriales y elipticas inclinadas es el lamado Elipso, destinado al servicio de telefonfa mévil. Si el proyecto progresa de acuerdo con lo planeado, los primeros satélites seran lanzados en la primera década del siglo XXI. Como comentario final sobre las Srbitas elfpticas, éstas también son utilizadas por algunos satélites cientificos, como el Observatorio Espacial Infrarrojo de la Agencia Espacial Europea, lanzado en 1995, que orbita la 16 Orbitas iitiles y lanzamiento de satélites Tierra con un apogeo de 70,506 km y un perigeo de 1,105 km, con un éngulo de inclinacién de 4.9°. Pasemos ahora a las 6rbitas geosincronas. Por definicién, un satélite es geosincrono cuando su érbita es circular y tiene un periodo orbital igual a la duracién de un dia sideral (es decir, 23 h, 56 min y 4.09 s). Su radio orbital es, por lo tanto, de 42,164 km y su plano puede estar inclinado con relacién al plano ecuatorial. En el caso muy particular de que el plano or- bital coincida con el plano ecuatorial (i = 0°) y si el satélite se mueve en la misma direccién que la rotacién terrestre, entonces el satélite es geo- estacionario, tal como se describié en la seccién 1.1, O sea que un satélite geoestacionario es implicitamente geos{ncrono por naturaleza, pero un satélite geosincrono no necesariamente es geoestacionario. Algunos ejemplos de satélites geosincronos son los Gorizont de Rusia, que tienen un pequefio Angulo de inclinacién de aproximadamente 1,5° y, por ello, generalmente se les confunde como satélites geoestacionarios, y los Leasat y Milstar, de la Defensa de los Estados Unidos, que tienen 6rbitas con una inclinacién del orden de 10°, Por ultimo, las 6rbitas polares son trayectorias circulares sobre planos cuya inclinacién es cercana a los 90° con relacién al plano ecuatorial. Por tal raz6n, los satélites colocados en este tipo de érbitas pasan una y otra vez Fig. 1-8 Satélites de la constelacién Iridio, colocados en once rbitas polares. Centros espaciales 17 sobre los polos de la Tierra, conforme ésta gira sobre su eje, y la cobertura de cada uno es total en unos cuantos dfas, ya que sobrevuela la superficie terrestre a lo largo de “gajos” imaginarios. Se utilizan en los sistemas de percepcién remota* y también se usan en la constelacién Iridio de telefonfa mévil, que consiste de 66 satélites, distribuidos en 11 planos orbitales polares (Fig. 1-8)**. El sistema Iridio, novedoso por emplear enlaces intersatelitales en frecuen- cias de microondas, ha pasado por dificiles etapas financieras. En primer lugar, operé comercialmente durante un tiempo muy corto y muchos de sus ex usuarios emigraron hacia el sistema Globalstar. Después recibié un contrato importante de la Defensa de los Estados Unidos, que mantuvo “vivo” al servicio mévil poco antes de que los satélites fueran desactivados. Sin embargo, en 2002 fueon lanzados cinco satélites mas de respaldo y se introdujo el servicio de transmisiOn de pequefias réfagas de datos desde reas rurales, empresas, gasolineras, etc., para la autorizacién de cargos a tarjetas de crédito y otras transacciones, aparentemente a un costo menor que el de los sistemas terrestres. La compafifa Iridium Satellite considera que su constelacién funcionaré hasta el afio 2010, a pesar de los contratiempos mencionados anteriormente. 15 Centros espaciales En la seccién 1.6 se comentaré sobre los lanzadores mAs importantes de la actualidad y las técnicas empleadas para colocar los satélites en sus posiciones orbitales deseadas, pero antes conviene conocer cudles son los principales puntos del planeta desde donde los lanzamientos son realizados. En el mapamundi de la Fig. 1-9 se muestra la ubicacién de estos centros de * Conviene aclarar que, por definicién del dngulo de inclinacién, una Grbita es directa si la inclimacién de su plano es menor que 90°, y es retrégrada si / > 90°. Estrictamente, los satélites de percepcidn remota emplean érbitas cuasi-polares, ya que sus dngulos de inclinacién ‘son ligeramente superiares a los 90°; por ejemplo, para el Spot 4 de Francia, lanzado en 1998, i= 98.7°, y para el Seastar de los Estados Unidos, lanzado en 1997, i = 98.2". Estas om = 065] H(5)] 2p? = “(ey = Geagip PP aI vf f oe [psf = 6sa(Dfy ‘en donde D esté en metros y fen GHz. Sustituyendo los datos proporcionados en esta expresién, obtenemos los resultados concentrados en la tabla siguiente. Nétese que la ganancia de estas antenas con relaci6n a una antena isotrépica es del orden de cientos de miles 0 varios millones, segtin la frecuencia y el D=2m [ o-4m [| d=8m | ita Peo G tai os 106 Estructura y funcionamiento de un satélite Debe notarse que la ec. (3-5) s6lo es valida cuando el patrén de radiacién del plato parab6lico es simétrico, situacién muy comiin en el caso de los primeros satélites de los afios 60, 70 y 80. Hoy dfa, en cambio, la mayorfa de los satélites geoestacionarios, si no todos, tienen haces conformados 0 perfilados que poseen huellas de iluminacién irregulares de cobertura nacional, regional o hemisférica. Por su parte, los haces puntuales o pincel, dada su naturaleza de cobertura reducida, sf tienen una huella més 0 menos simétrica. Lo anterior dificulta calcular la funcién que defina a la ganancia en una determinada direccién con Angulo a, y entonces es mucho més préctico recurrir a las huellas de PIRE proporcionadas por el fabricante o el operador de cada satélite en cuesti6n. El PIRE, concepto presentado en detalle més adelante, en la secci6n 6.2, combina a la ganancia G de la antena transmisora en una determinada di- recci6n con la potencia total Py que recibe del amplificador conectado a ella: PIRE = P;G. El PIRE 0 potencia isotrépica radiada efectiva es sim- plemente el producto de la potencia entregada a la antena por la ganancia de ésta en cierta direccién. Los contomos de PIRE, es decir los lugares geo- métricos en los que el PIRE es constante ¢ igual a un determinado valor, tienen trayectorias irregulares cuando los haces de radiacién son asimétricos y su forma tipica se muestra en las Figs. 3-12, 3-13 y 3-14, que corresponden a los satélites Satmex 5 de México y Nahuelsat de Argentina, lanzados a fines de los afios 90. Los valores de los contornos se dan en dBW: Eo i 8-6 iy] (3-6) sel save rok Gaels Tim gan” Pio De la ec. (3-7) se observa que si se conoce el valor del PIRE en dBW, y dado que P;-es constante, es facil deducir el valor de la ganancia de la an- tena en dBi mediante una simple resta, para la misma direccién que corres- ponde a dicho PIRE: (G] qq, = [PIRE] uy — 10 log P, (3-8) 108 Estructura y funcionamiento de un satélite Fig. 3-14 Contomos aproximados de PIRE en la banda C para la Zona 3 del sa- ‘élite Nahuelsat, Valores en dBW. (Nahuelsat, S.A.) En otras palabras, los contomos de PIRE son similares a los de la ganancia de la antena, a la misma frecuencia, Sin embargo, el asunto no termina Subsistema de antenas 109 aguf, porque los contornos de PIRE proporcionados por el fabricante u operador corresponden a una determinada frecuencia, y la ganancia de la antena cambia con la frecuencia dentro del rango de los enlaces descendents; también es posible tener ligeros cambios en la forma del patr6n de radiacién de la antena conforme la frecuencia aumenta o disminuye, dentro del ancho de banda de 500 MHz normalmente empleado (véase la seccién 3.3), tanto porque su dimensién eléctrica cambia como por el efecto de su superficie perfilada (si es parabélica) o de su red alimentadora con desplazamiento de fases. Estos detalles hay que tomarlos en cuenta si se desea hacer un célculo de enlace (capitulo 6) muy preciso; pero como primera aproximacién basta con emplear los contornos de PIRE a los que ya se ha hecho referencia. Para entender c6mo utilizarlos, ;qué otra cosa mejor que un ejercicio? Ejercicio 3-2 A partir de los contornos de PIRE de la Fig. 3-12, obtenga el valor que debe ser usado para calcular un enlace descendente en la banda C desde el satélite Satmex 5 hacia estaciones terrenas que estén en las ciu- dades de Nueva York y Santiago de Chile. Solucién El contorno que corresponde a 39 dBW pasa muy cerca de las dos ciudades pedidas. Por lo tanto, en lo que corresponde al PIRE radiado hacia ellas podemos emplear el mismo valor de 39 dBW. El resto del enlace para cada ciudad tendria que ser calculado tomando en cuenta el rango o distancia, el Angulo de elevacién de la estaci6n terrena, las pérdidas de propagacién y atmosféricas en banda C, etc., tal como se estudia en el capitulo 6. Ejercicio 3-3 A partir de los contornos de PIRE de las Figs. 3-12 y 3-14, obtenga el valor que debe ser usado para calcular un enlace descendente en Ia banda C desde los satélites Satmex 5 y Nahuelsat hacia una estacion terrena que esté en la ciudad de Nueva York. Solucién Del ejercicio anterior se sabe que con el Satmex 5 el PIRE a usar es de 39 dBW. Observando la Fig. 3-14, vemos que la ciudad de Nueva York queda un poco arriba del contorno correspondiente a 41 dBW y, como el PIRE decrece mientras mayor es la huella, podriamos suponer un PIRE de 40 0 39 110 Estructura y funcionamiento de un satélite ABW para un célculo preliminar. De tenerse un mapa de contornos més completo, con uno que pasase por Nueva York, entonces se usarfa dicho dato. Como se ve, los datos de PIRE son similares para este caso de la ciu- dad de Nueva York, indistintamente de si se usa el satélite Satmex 5 0 el Nahuelsat. Sin embargo, para otras ciudades sf puede haber diferencias importantes; por ejemplo, para Santiago de Chile el PIRE del Nahuelsat es 4dB mayor (contorno de 43 dBW) que el del Satmex 5. Por comparacién de las Figs. 3-12 y 3-13 se deduce que un mismo satélite puede tener mds de una huella de iluminacién, ya sea en la misma banda 0 en bandas distintas, asf como en la misma regién o en regiones diferentes; todo depende de las necesidades del propietario y, por supuesto, del ntimero, forma y tamafio de las antenas que el satélite tenga, Por ejemplo, el Intelsat 805 lanzado en 1998 y situado en 55.5° Oeste (véase la Fig. 8-1) tiene un haz pincel* asimétrico de banda Ku como el de la Fig. 3-15, con un PIRE maximo de 53.7 dBW cerca de Panamé y Colombia (el punto exacto no se muestra en la figura), dos haces hemisféricos asimétricos (América y Euro- pa) de banda C con PIRE de 37.5 dBW en los bordes y un méximo de 43 dBW en un punto interior, y un haz global simétrico, también en banda C, Fig. 3-15 Contornos de PIRE en dBW de un haz pincel en banda Ku radiado por el satélite Intelsat 805, colocado en 55.5° Oeste. * Spot beam en inglés. También se le Hama haz “puntual”. Subsistema de antenas 111 Fig. 3-16 Contornos de PIRE en dBW de los haces global y hemisférico en banda C del satélite Intelsat 805, colocado en 55.5° Oeste. pero con mucho menor PIRE (Fig. 3-16). Otros satélites de la misma familia INTELSAT tienen haces distintos, segtin las regiones a las que den servicio. Generalmente, los haces globales se obtienen con antenas de cometa, cuya ‘apertura tiene una dimensi6n eléctrica relativamente pequefia; las cometas pueden ser piramidales 0 c6nicas, para obtener, respectivamente, polarizacion lineal o circular (Fig. 3-17). Los haces hemisféricos se logran con platos para- bélicos pequefios; y los tipo pincel o puntual requieren de platos parabélicos grandes (en términos eléctricos o de dimensién en longitudes de onda). Con un solo alimentador 0 corneta que ilumine al reflector, es posible obtener huellas circulares o elfpticas, segtin se requiera, pero hay paises y regiones Subsistema de antenas 113 y en cambio es aprovechada mejor concentrandola para que s6lo ilumine Ios sitios en los que si hay densidades importantes de poblacién, equipos y gran demanda de servicios de comunicaciones. Antes de ver cmo dar una forma irregular ala huella de iluminaci6n, presentaremos un ejemplo sencillo de su interpretacién, por medio de una analogfa, en caso de que atin hubiese alguna duda. La huella de iluminacién es la intersecci6n del haz radiado por Ia antena con la superficie de la Tierra. Imaginese el lector que tiene una ldmpara de mano que, en lugar de proyectar un circulo sobre una pared, 0 bien una elipse al inclinar la limpara, proyecta una mancha irregular de luz, por ejemplo el perfil de una pera o de un rifién. Suponga ahora un globo gigante transparente e ilumfnelo con la limpara; la interseccién del haz de iluminacién irregular con el globo seria precisamente la huella de iluminacién de la limpara, 0 sea la cobertura geogriifica que tiene de una parte de la superficie curva del planeta, Veamos ahora cémo lograr que una antena parabélica radie hacia la Tierra produciendo una huella irregular como la de la Fig. 3-15, que satisfaga las necesidades del duefio del satélite. La manera tradicional de hacerlo se ilustré con un dibujo basico y sencillo en la Fig. 3-10c), con tres comnetas situadas en la regi6n cercana al foco geométrico. Esta técnica fue empleada principal- mente en las décadas de los 70 y 80, pero cada vez esta mas en desuso por- que en la practica se requieren arreglos de cornetas con decenas de elementos radiantes, tales como el mostrado en la Fig. 3-18. Ademas de su peso in- conveniente* por el aumento de costos de lanzamiento, el disefio de estos arreglos es muy complejo, ya que debe hacerse por iteracién (prueba y error) con un programa de computadora, hasta obtener la huella deseada; ésta puede lograrse con varias cornetas del mismo tamajio o bien de tamaiios dife- rentes, segdin la conveniencia para su manufactura e integraci6n en la region focal del reflector. En cuanto al concepto general de su funcionamiento, puede ser explicado de una manera relativamente sencilla como la siguiente. Considérese que se tienen tres comnetas ubicadas frente a un plato parabélico como se muestra en la Fig. 3-19. La comneta 2 esté en el foco geométrico del paraboloide y su radiacién, después de ser reflejada por éste, se convierte en el haz central dirigido hacia la Tierra,** por su parte, las radiaciones reflejadas de las cornetas 1 y 3 producen los haces también indicados, pero * La suma de las cometas més la red de alimentacién con guias de ondas. *** Por simplicidad para explicar el concepto, los 16bulos laterales de cada haz han sido ‘omitidos en la ilustraci6n de la Fig. 3-19. oubsistema de antenas 11) de la izquierda, uno hacia la derecha; la de arriba, uno hacia abajo; y la de abajo, uno hacia arriba. Recuérdese ahora que la densidad de potencia recibida en cada punto de la Tierra es la suma vectorial* de las densidades de potencia contenidas en todos los haces que contengan a dicho punto; si las ondas electromagnéticas estén en fase, se reforzarén entre sf; y si estan fuera de fase, se debilitaran 0 cancelardn entre sf. De ah{ que hay regiones que reciben altos niveles de po- tencia y otros que reciben menos o nada. El reto para el disefiador del arreglo adecuado esté precisamente en lograr altos niveles de potencia en la regién geogrifica deseada, y para ello puede “jugar” o trabajar con varias variables en su programa de computadora: nimero de cornetas, tamafios de ellas (iguales o desiguales), posicién de cada una en la regi6n focal, intensidad de la potencia radiada por cada una de ellas, y la fase de las mismas. Después de muchos intentos y comparaciones con el resultado esperado, obtendrd su “arreglo 6ptimo”. El asunto de ajustar la fase de cada corneta adecuadamen- te est4 relacionado con las pequefias diferencias de trayectoria entre un haz y otro, ya que las cometas estin en posiciones diferentes con relacién al foco geométrico. Imaginemos a continuacién un caso sencillo, como el que se ilustra en la Fig. 3-21 para darle cobertura al territorio mexicano con haces que se traslapan entre si, de modo que no haya “huecos” geogréficos sin niveles Ra Opeion 1 Opeién 2 Fig. 3-21 Ejemplo de dos posibles coberturas del territorio mexicano con huellas generadas por un paraboloide iluminado con un arreglo de cometas. * Recuérdese el vector de Poynting estudiado en las asignaturas de Teoria Electromagnética y Antenas. 116 Estructura y funcionamiento de un satélite altos de potencia. En la opcién 1 se tienen tres haces (paraboloide iluminado por un arreglo con tres cornetas) y en la opcién 2 se usan cinco haces (para- boloide iluminado por un arreglo con cinco cometas). Es evidente que la segunda opcién se aproxima mejor a la configuracién del pafs, es decir, produce una huella de iluminacién més eficiente, con menos desperdicio de potencia en el mar. También se nota que los diametros de los haces pueden ser desiguales (opcién 1), producidos por comnetas de tamajios diferentes; las mas pequefias producen haces anchos y las més grandes generan haces angostos. El disefio éptimo seria aquel que se ajustase lo mejor posible al territorio, con el minimo ntimero posible de cornetas para reducir el peso del satélite y, por consiguiente, los costos del lanzamiento. Actualmente se cuenta con una técnica alternativa para producir tales huellas irregulares, con ahorro de peso y costos de lanzamiento. Muchos satélites mo- demos la utilizan. Consiste en emplear una sola corneta que ilumina a un reflector parabélico imperfecto, es decir, con superficie perfilada, como se muestra en las Figs. 3-22, 3-23 y 3-24, Dandole el perfil adecuado al reflector y utilizando un solo alimentador, en lugar de usar un arreglo de alimentacién con decenas de cornetas y una red de formacién del haz (Fig. 3-18), no s6lo se reducen el costo y el peso total del sistema de antenas, sino que ademds se evitan las pérdidas de potencia asociadas con el sistema tradicional de alimentacién, consistente en divisores de potencia, circuladores y otros com- ponentes de microondas. En la Fig 3-23 se puede ver un acercamiento de una pequefia seccién de una de estas antenas; la definicién resulta un poco ad , a) » Fig. 3-22 Configuracién de reflectores parabélicos para sintetizar huellas confor- madas radiadas por un satélite: a) reflector parabélico convencional alimentado por muchas cometas; b) reflector parabélico perfilado alimentado por una sola cometa. Subsistema de antenas 117 Fig. 3-23 Acercamiento que muestra la rugosidad y superficie irregular de un plato perfilado. S6lo se muestra un érea muy pequefia del paraboloide con el fin de notar las hendiduras y salientes. (Cortesfa de Hughes Space and Communications.) Fig. 3-24 Arreglo offset de un satélite Eurasiasat. La cometa alimentadora del centro apunta hacia arriba y el subreflector refleja las ondas electromagnéticas hacia el plato perfilado inferior izquierdo. Este tltimo forma un haz irregular radiado hacia la Tierra (que estarfa en la direccién hacia arriba de la fotografia). (Cortesia de Alcatel Space.) Véanse también la secci6n 7.2.1 sobre antenas offset y la kimina a color 12, 118 Estructura y funcionamiento de un satélite borrosa debido a que las hendiduras y las crestas son de dimensiones muy pequefias pero suficientes para producir el efecto deseado. Ya se encuen- tran en operacién muchas antenas de este tipo (Fig. 3-24), en satélites como DBS-1, Palapa C2, Malaysia East Asia Satellite y, préximamente, el Satmex 6 que seré lanzado en 2003. Los reflectores parabélicos perfilados son disefiados por medio de un pro- cedimiento matemitico iterativo, para calcular las perturbaciones supeficiales que permitan sustituir a decenas de cometas alimentadoras por una sola, obteniéndose el mismo patron de radiacién. Estas perturbaciones que pueden ser hendiduras o crestas (“chipotes”), segiin el caso, y que proporcionan los desfasamientos necesarios, pueden tener una profundidad o altura, respec- tivamente, de cerca de uno o dos centimetros; la dimensién exacta depende de la frecuencia de trabajo. Una vez calculados todos los puntos del plato parabGlico original en los que hay que hacer modificaciones, la fabricacion se lleva a cabo por medio de computadoras y m&quinas controladas numéri- camente. Con esta innovacién, ahora es posible tener un ahorro en los costos de lanzamiento del orden de 10 millones de délares, ya que al eliminar las decenas de cometas que tradicionalmente eran empleadas por una sola, ademés de quitar toda la red asociada de microondas, la masa de la antena se reduce més de 100 kg. El lector interesado en conocer més sobre los detalles matemiticos de esta técnica puede consultar [Cherrette, 89] y IGalindo. 871. En lo que se refiere a las antenas para comando y telemetrfa (secci6n 3.8), éstas deben tener caracteristicas de radiacién que les permita ser titiles tanto bajo condiciones normales como anormales de operacién. En condiciones normales, los datos de telemetrfa y comando son preferentemente trans- mitidos via los platos parabélicos de comunicaciones. También pueden usarse cornetas con cobertura global. Sin embargo, durante la colocacién €n 6rbita o en periodos anormales (desviaciones inesperadas de orientacién) durante su vida util, es muy posible que dichos platos estén plegados o que, simplemente, no apunten hacia la Tierra, segtin el caso. Es obvio que, en esos momentos, es vital obtener informacién de telemetrfa y enviar comandos, y por ello los patrones de radiacién de las antenas requeridas Para estos casos criticos deben ser casi omnidireccionales.* La antena bic6ni- * La Ginica antena completamente omnidireccional, valga la redundancia, es la isotr6pica, ‘que no es realizable fisicamente. 120 Estructura y funcionamiento de un satélite ‘A manera de ejemplo, el sistema Globalstar tiene arreglos que funcionan en las bandas L y S. Cada antena transmisora o receptora produce 16 haces fijos independientes, lo cual permite que el angosto espectro asignado de 16.5 MHz sea reutilizado en frecuencia también 16 veces (véase la seccién 3.3.2). Cada haz tiene su propio transpondedor [Dietrich, 98]. La antena de banda S esté formada por 91 elementos radiantes, 91 hfbridos, 91 filtros, 91 aisladores, 91 amplificadores, m4s combinadores y divisores de potencia, ajustadores de fase, etc., lo cual indica la gran complejidad de este tipo de arreglos. Por su parte, la antena de banda L tiene 61 elementos radiantes, 61 filtros, etc., pero amplificadores de bajo ruido en lugar de amplificadores de potencia, Ambos arreglos pueden verse en la Fig. 3-26. Los arreglos del sistema ICO (Figs. 3-27 y 3-28) producen 163 haces, tanto en transmisién como en recepcién, todos ellos en banda S [Ghedia, 99]. Los satélites y los usuarios méviles se comunican entre si a través de estos arreglos hexagonales. Por su parte, los enlaces entre los satélites y los tele- puertos de la red ICONET (véase la seccién 8.5.3) se efectian en la banda C por medio de haces irregulares sintetizados con varios arreglos de cometas. Fig. 3-26 Arreglos activos con control de fase de un satélite de la constelacién Globalstar. (Cortesia de Alcatel Space/X. Boymond.) Véase también la lamina a color 13. 122 Estructura y funcionamiento de un satélite Fig. 3-28 Vista de varias antenas hexagonales para los satélites ICO siendo fa- bricadas en la planta de Hughes. Estos arreglos activos con control de fase operan en la banda $ y permiten que cada satélite radie hasta con 163 haces simultdneos hacia terminales méviles en la Tierra. Cada antena, fabricada principalmente con alu- minio, mide més de 2 m de altura; hay una pareja para recibir y transmitir, colo- cada en la cara del satélite que apunta hacia la Tierra. (Hughes Space and Com- munications.) Véanse también la lamina a color 15 y las Fig. 1-4 y 3-27. Para concluir esta seccién, introduciremos ahora las huellas de G/T. La utilidad de las huellas de PIRE para los enlaces de bajada ya fue expuesta en paginas anteriores (véanse los Ejercicios 3-2 y 3-3). Andlogamente, en los enlaces de subida (véase la Fig. 6-1) es util emplear las huellas de G/T proporcionadas por el fabricante. G es ahora la ganancia de la antena re- ceptora del satélite, y Tes la temperatura total del ruido introducido durante todo el trayecto de subida. La teorfa fisico-matemética para calcular dicha temperatura de ruido es estudiada en el capitulo 6 (véanse la seccién 6.9 y el Ejercicio 6-24). Como el patrén de radiacién de las antenas con huella irregular es similar tanto en la transmisién como en la recepcién,* conviene usar los contornos de G/T, porque ya contienen la informacién de la ganancia * Hay pequetias diferencias, debido a que son frecuencias distintas. Subsistema de antenas 123 de la antena (a la frecuencia de subida) en la direccién hacia donde est4 cierta ciudad, asf como la temperatura del ruido proveniente de esa di- recci6n.* En las Figs. 3-29, 3-30 y 3-31 se muestran algunos de los contornos de G/T de los satélites Nahuelsat y Satmex 5. Fig. 3-29 Contornos aproximados de G/T en Ia banda C del satélite Nahuelsat, para la zona 3 de servicio. Valores en dB/K. * Estrictamente, una pequefta parte depende del Angulo de elevacién de las antenas terrestres (seccién 5.4). 124 Estructura y funcionamiento de un satélite Fig. 3-30 Contomnos aproximados de G/T en la banda C para el satélite Satmex 5. Valores en dB/K. (Hughes Space and Communications Company.) Fig, 3-31 Contornos aproximados de G/T en la banda Ku para el satélite Satmex 5. Valores en dB/K. (Hughes Space and Communications Company.) Subsistema de comunicaciones 125 3.3 Subsistema de comunicaciones Como continuaci6n de nuestro estudio, podemos relacionar a las antenas con el subsistema de comunicaciones mediante el diagrama simplificado de la Fig. 3-32. Todas las sefiales provenientes de la Tierra con una determi- nada frecuencia dentro de cierta banda comin entran al satélite por medio de la antena receptora. En el interior del aparato las sefiales son separadas por grupos, amplificadas, tal vez procesadas digitalmente, y son trasladadas a frecuencias mds bajas dentro del espectro electromagnético; posteriormente son amplificadas atin més y reagrupadas, para que todas salgan de regreso hacia la Tierra a través de la antena transmisora. Aqui la palabra grupo se refiere a un canal de banda ancha; el mimero de grupos o canales de banda ancha que son amplificados y procesados en paralelo es variable, depen- diendo del disefio del sistema al gusto de su propietario; doce es un néimero tipico en los satélites comerciales que trabajan en las bandas C y Ku para una determinada polarizacién. Cada canal de banda ancha tiene un ancho de banda de varios MHz y puede contener uno, algunos o cientos de canales de datos, de telefonfa o de televisién, segtin las tasas de transmisién y técnicas empleadas de modulacién, multiplexaje y acceso multiple (véase el capitulo 4), Notese la diferencia entre “canal de banda ancha” y “canal” (de telefonia, TV o datos) a secas, aunque es comtin usar los dos términos para el primero indistintamente, ademés de “canal de microondas”. Para evitar confusiones, a cada canal de banda ancha o de microondas se le refiere como trans- pondedor; asf por ejemplo, un satélite tipico tiene doce transpondedores para una determinada banda de trabajo (C, Ku, etc.) y polarizacién. Un transpondedor es toda la cadena de unidades o equipos interconectados en serie del canal de banda ancha, desde la antena receptora hasta la antena Antena ‘Antena receptora transmisora Fig. 3-32 Diagrama simplificado de la relacién entre los subsistemas de antenas y de comunicaciones. Bandas y frecuencias asignadas 127 © FSS 0 servicio fijo por satélite es un término genérico que se aplica a todo servicio de comunicaciones que no sea ni mévil ni de radiodifusién. La mayorfa de los satélites de comunicaciones corresponde a esta ca- tegorfa de FSS. ¢ MSS 0 servicio mévil por satélite se refiere a toda comunicacién entre dos puntos arbitrarios en tierra firme, aire o mar; uno de estos puntos puede estar cambiando de posicién, o bien ambos. © BSS o servicio de radiodifusién por satélite es una categoria especial en Ja que las sefiales transmitidas son recibidas directamente en los hogares. También suele llamarsele DBS 0 DTH.* Cada servicio tiene sus propias bandas de frecuencia asignadas, y los limites inferior y superior de cada una de ellas pueden variar dependiendo de la regi6n; las tres regiones en que la UIT ha divido al mundo se muestran de- limitadas en la Fig 3-33. Las bandas de VHF, UHF, y en particular la L, son usadas generalmente para comunicaciones méviles con ancho de banda limitado; la S también es empleada para comunicaciones méviles y ciertos servicios de recepci6n de TV; la Ly la S tienen frecuencias centrales cercanas a 1.5 GHz y 2 GHz, UJ ‘an ae S ret C ; ean YI aS, ¢ CORT Region 3 Region 1 Regiin 3 Fig. 3-33 DivisiGn del mundo por regiones hecha por la UIT para fines de ra- diocomunicaciones. La regién 2 comprende a todo el continente americano. * DBS = Direct Broadcast Service/Satellite. DTH = Direct-To-Home Service/Satellite (servicio directo al hogar). Bandas y frecuencias asignadas 129 para sus amplificadores de potencia y antenas de transmisi6n (enlace des- cendente); aunque no necesariamente, cada dos afios existe la posibilidad de que se hagan ligeros ajustes o modificaciones, dentro del marco de cada Conferencia Mundial de Radiocomunicaciones, organizada por la propia UIT. El lector interesado en conocer todos los tipos de servicios, reglas, nomenclaturas, recomendaciones, manuales, programas de cémputo, etc., establecidos por la UIT puede consultar su sitio de publicaciones [http:// www.itu.int/publications]; estas publicaciones existen en varios idiomas, entre ellos el espafiol, inglés, francés y ruso. Ahora que comienzan a ser lanzados los primeros satélites comerciales que operan en Ja banda Ka, ya hay varios proyectos para construir aparatos que trabajen en frecuencias atin més altas y, por ejemplo en los Estados Unidos, existen muchas solicitudes para licencias esperando aprobacién de la FCC* [Evans, 00]. La mayorfa de estos futuros sistemas satelitales en las bandas Q y V** tiene en mente brindar servicios globales 0 casi globales con canales duplex de 155 Mb/s cada uno; los hay contemplados de 6rbita baja, intermedia y geoestacionaria, y muchos proponen emplear enlaces 6pticos intersatelitales. El atractivo de la pareja formada por las bandas V y Qes que, de acuerdo con la Tabla 3-3, se tiene un ancho de banda total de 3,000 MHz para satélites geoestacionarios y de 1,000 MHz para los de érbitas bajas e intermedias. Por lo que respecta a los enlaces intersatelitales, éstos también tienen asignados ciertos rangos de frecuencia (véase la seccién 8.7). Sin duda, habré que esperar algunos afios para que tales proyectos de explotacién de las bandas Q/V comiencen a ser factibles, ya que los efectos de propagaci6n, absorcién atmosférica (véase la Fig. 5-5) y atenuacién por Iuvia son atin mAs severos que en la banda Ka, y habré que realizar muchos experimentos y desarrollo de prototipos de todos los elementos clave de microondas para poder fabricar terminales confiables y relativamente econémicas; mientras tanto, durante las dos primeras décadas del siglo XXI, seguramente veremos un incremento paulatino en el ntimero de satélites de banda Ka en diferentes tipos de érbitas (véase el capitulo 8, seccién 8.6). * FCC = Federal Communications Commission de los Estados Unidos, equivalente més 0 ‘menos ala SCT (COFETEL) en México 0 a una oficina gubernamental en otro pais encargada de regular o reglamentar las telecomunicaciones. *** Estas bandas quedan dentro de la gran banda de EHF (30 — 300 GHz) o Extremely High Erequencies (frecuencias extremadamente altas). 130 Estructura y funcionamiento de un satélite 3.3.2 Polarizacién y reutilizacién de frecuencias Como pudo notarse en la seccién anterior, el espectro radioeléctrico dispo- nible para los satélites de comunicaciones es finito; en las bandas C, Ku, Ka y QIV se tienen asignados anchos de banda de 500, 500, 3500 y 3000 MHz, respectivamente, Sin embargo, es posible aumentar la capacidad de cada satélite usando dos trucos técnicos, desarrollados precisamente para utilizar las frecuencias asignadas por duplicado 0 un poco més, sin producir in- terferencias significativas (véanse, por ejemplo, las secciones 5.6 y 5.7). Estos “trucos” son conocidos como reutilizacién de frecuencias y los hay de dos tipos: con aislamiento espacial y con discriminacién de polarizacién. La reutilizacién de frecuencias con aislamiento espacial se realiza con antenas que produzcan muchos haces dirigidos hacia zonas geogréficas diferentes; las huellas de iluminacién que estén lo suficientemente separadas entre s{ pueden emplear las mismas frecuencias, como se ilustra en la Fig. 3-34, Este concepto seré tratado nuevamente en el capitulo 4, en la seccién 4.15 correspondiente al acceso miiltiple por divisién en el tiempo con conmutacién a bordo del satélite o SS/TDMA*. En cambio, la reutilizacién de frecuencias con discriminacién de polarizacién es efectuada mediante la transmisién simulténea en un mismo haz, a la misma frecuencia, con sefiales de polarizaciones ortogonales (Fig. 3-35). Recuérdese que la polarizacién de una sefial electromagnética esté Fig. 3-34 Concepto generalizado de la reutilizacién de frecuencias con aislamiento espacial. El mismo satélite transmite con el mismo bloque de frecuencias F, en las regiones | y 3. Para una aplicacién con haces més angostos en una extensi6n territorial ms reducida véase, por ejemplo, la Fig. 8-22. * Satellite Switched / Time Division Multiple Access.

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