Al principio no fue ms que un dolor de cabeza, un pequeo timbre agudsimo

como esos que dicen son la seal con la que nos alinearemos con el universo.
Como sigue la costumbre le di a beber un buen trago de valeriana revuelto en
un almizcle de frutas y yerbas que, con algo de sueo, calmara su dolor. Y as
fue, durante una semana fuimos felices a bailar, a tomar, a caminar y
perdernos por cualquier callejn con la excusa de conocer, una semana que era
la calma anterior a la tormenta.