Deja que mis dedos corran por los caminos de tu cuerpo. La pasin sangre, fuego, besos me incendia a llamaradas trmulas. Ay, t no sabes lo que es esto! Es la tempestad de mis sentidos doblegando la selva sensible de mis nervios. Es la carne que grita con sus ardientes lenguas! Es el incendio! Y ests aqu, mujer, como un madero intacto ahora que vuela toda mi vida hecha cenizas hacia tu cuerpo lleno, como la noche, de astros! Djame libre las manos y el corazn, djame libre! Yo slo te deseo, yo slo te deseo! No es amor, es deseo que se agosta y se extingue, es precipitacin de furias, acercamiento de lo imposible, pero ests t, ests para drmelo todo, y a darme lo que tienes a la tierra viniste como yo para contenerte, y desearte, y recibirte!