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Eeinstoin’- La formacion de William Jemes H Gardner ~ dri mente 9 cerebro W H.Newion-Smith Le rasionatidad de ta siencia CLs Steaie dnropolagia estar 2. Kesingery'D, har? Lt metodes de ineeignién en las eencas writes Wy tie, Ron at males detec 7 eae bain pray ean de na ontopge Bebe Tagien tel en Wathen st Fpl 9, J.B. Sehunrwind y Q. Skinne Ait" Pap fe ne Fr ede fe memeria 21. Goel BE deeabrineate det iempo cu soi polie de Mersin Hetegae Contingency blared ih ha her Thecus heart Cinta se fy voi shat si hs de a Mwai a filosofia en ta historia Reinhart Koselleck Futuro pasado Para una seméntica _ de Los tiempos histéricos la ariginal: Vergengene Zukunft. Zar Somarti geschichilicher Zeiten ‘uhtcada nn aleman por Sulekamp, Francfort, eau vién de Norberto Smuilg ‘Cbice de Rskenaa & Axoeiadas 1° elicién, 1998 1979 by Subrkamp Verlag, Franefort ile dae las ediciones en castellano, Waiaiones Paid Theta, S.A Mariano Cubf, 92 - 08021 Barcelona 1 Lcitoral Pads, SAICF, Dolonsa, 599 » Buenos Aires ISIN: 14-7509-905-X ‘pity Heal: BH18.469/2993 rst on Huropa, S.A, Novavedo, 2 08005 Barcelona Impress en Bsparia ~ Pristed in Spain Ps P SUMARIO Prolog Introduccion 10. 1 12. PRIMERA PARTE SOBRE LA RELACION ENTRE EL PASADO ¥ EL FUTURO EN LA HISTORIA RECIENTE Futuro pasado del comienzo de la modernidad Historia magistra vitae Criterios histéricos del concepto moderne de revolu La prognosis historica en el escrito de Lorenz von Stein so- bre le. constitucién prusiana SEGUNDA PARTE SOBRE LA TEORIA Y EL METODO DE LA DETERMINACION DEL TIEMPO HISTORICO Historia conceptual historia social Historia, historias y estructuras formales del tiempo Representacion, acontecimiento y estructura El azar como residuo ce motivacién en le h.storiogratia Compromiso con la situacion y temporalidad TERCERA PARTE, SOBRE LA SEMANTICA DEL CAMBIO HISTORICO DE LA EXPERIENCIA Sobre la semantica histérico-politica de los conceptos con: trarios asimétricos Sobre la disponibilidad de la historia Terror y suelo ..... an rv 13 24 al 67 a7 105 127 41 155 173 251 267 8 [EL FUTURO PASADO 13, «Modernidad» : 287 14. «Espacio de experiencia» y «Horizonte de expectativan, dos caicgorias Histéricas 33 Indice de nombres 359 Indice analitico ...... z 365 Para Felicitas Koselleck 332 SEMANTICA DEL CAMBIO HISTORICO DE LA EXPERLENCIA scla. Por otra parte, esta misma posicién puede establecerse en el futuro como utépica, de manera que nunca se pueda realizar —o bien sessitua en el pasado presente, de modo que esté ya verdaderamente superada, retrasada y, por lo tanto, vencida— En cierto modo, esta- mos tratando con formas vacias de las dimensiones temporales, que pueden ser ocupadas arbitrariamente. Y tan pronto cono los crite- rics de futuro de lo deseable entra a formar parte del juicio, ya no se pueden rebatir empfricamente las coordinaciones criticas de la idcologia. Remiten a un futuro que solo fue descubierto por la mo- de-nidad, sin haber sido alcanzado desde entonces. La determinacién de la modernidad como tiempo ée transicion no ha perdido en evidencia epocal desde su descubrimiento. Un cri- tcrio infalible de esta modernidad son sus conceptes de movimierto — conto indicadores del cambio social y politico y como factores lin- gi'stivos de la formacion de la conciencia, de la critica ideologica y del control del comportamiento. xiv «ESPACIO DE EXPERIENCIA® Y «HORIZONTE DE EXPECTATIVA» DOS CATEGORIAS HISTORICAS 1, Observacion metédica preliminar Puesto que tanto se habla en contra de las itipétesis, se debiera intentar alguna vez comenzar la historia sin hipatesis. No se puede decir que algo es, sin decir lo que es. Al nensarlas, se refiexen los fac- 1a a conzeptos y no es indiferente a cudies.' Con estas frases resumid Friedrich Schlegel un siglo de consideraciones tedricas sobre qué era, cémo se conocia y cémo se debia escribir la historia, Al final de esta Iustracién histérica, prevocada por una historia experimentada como progresista, esté cl descubrimiento de la «historia en y para si», Dicho brevemente, se trata de una categoria trascendental que retine les condiciones de una historia posible con las de su conoci- miento? Desde entonces ya no es conveniente, aunque sea muy ¢o- rriente, trarar cientificamente de la historia sin aclararse respecto a las categorias en virtud de las cuales se va a expresat. El historiador que recurre al pasado, por encima de sus propias vivencies y recuerdos, conducide por pregur-tas 0 por deseos, espe- ranzas ¢ inquictudes, se encuentra en primer lugar ante los Hama- dos restos que auin hoy subsisten en mayor o en menor nimero, Cuan- do transforma estos restos en fuentes que dan testimonio de la historia cuyo conocimiento le interesa, entonces el historiador se mue- ve siempre en dos planos. © investiga situaciones que ya han sido suladas lingiisticamente con anterioridac, oreconstruye cireuns- tancias que anteriorments no han sido articuladas lingiiisticamen- 1. Fredtrich Schlegel: Kriuizche Schriften, bajola direcsion de W. Resch, 2° edi, Munich, .964, pag. 51 (Fragment del atenco}, 2, Vase mi articulo «Gerchichte, Historie», en Otto Brenner Werner Conze Rein. hart Koselleck (comps), Geschihiliche Gramdbegrffe, ol. 2, Stuttgart, 1975, pig. O87 sigs. Las cflexiones siguientes se basan en los trabajos del diccionaric del lenguaje soclopoltico en Alemania, que ra c ha citado, En sefal deagradecimiento estén de- dicados a Werner Conze sin caso estimuilo incansable 20 se hubiese podido realizar Ia tarea cientifies comin, 334 ‘SEMANTICA DEL CAMBIO H-SIORICO DE LA EXFERIENCIA te, pero que extrae de los vestigias con Ia ayuda ée hipétesis y méto- dos, En el primer caso los conceptos tradicionales éc la lengua de Jas fuentes le sirven como acceso heuristico para comprender la rea- Jidad pasada, En el segundo caso, el historiador se sive de concep- tos formados y definidos ex post, es decir, de categorias cientificas que se emplean sin que se puedan mostrar en los hallazgos de las fuentes, ‘Tenemos que tratar, pues, de los conceptos ligades a las fuentes v de las categorias cientificas del conocimiento, que deben diferen- ciarse aun pudiendo relacionarse, pero no siendo necesario que lo estén, Con frecuencia, una misma palabra puede cubrir el concepto y la categoria hist6ricos, resultando entonces atin mas imporiante Ja clarificacién de la diferencia ce su uso. La historia de los concep- tos es la que mide ¢ investiga esta diferencia o sonvergencia entre conceptos an:iguos y categoria: actuales del conoc:miento. Hasta aqui, por diferentes que sean sus métodos propias y prescindiendo de su riqueza empirica, la historia de los conceptos es una especie de propedéutica para una teorfa cientifica de la historia —conduce a la metodologia histérica. 4 continuscién, al hablar de espacio de experiencia y de horizon te de expectativa como categorfas historicas, dinemos de antemano que estas dos expresiones no se irvestigan come conceptos del len- guaje de las fuentes. Incluso renunciamos conscientemente a deri- var de forma historica el origen de estas dos expresiones, actuando en cierto modo en contra de la pretension metédica ala que debiera someterse un historiador profesional de los conceptos. Hay situacio- nes en Ia investigacién en las que el abstenerse de preguntas histérico- gensticas puede agudizar la mirada sobre la historia misma. Entodo caso la pretensién sistemética a la que aspira el procedimicnto si- guiente queda mas clara si antericrmente se renuncia a una histori acién de la propia posicién. Ya del uso cotidiano del lenguaje se desprende que, en tante que expresiones, «experiencia» y «expectativa» no proporcionan uns rea. lidad historica, como lo hacen, por ejemplo las caracterizacioncs © denominaciones histéricas. Denantinaciones como eel pacto de Post: dam», «la antigua economia de esclavos» o «la Reforma» apuntan cla- ramente a los propios acontecimientos, situacioxcs 0 procesos his- t6ricos. En comparaci6n, «experiencia» y «expectativas solo son categorias formales: lo que se ha experimentadc y lo que se espera respectivamente, no se puede deducir de esas categorias. La antici pacién formal de explicar la historia con estas expresiones polarnen- ‘DOS CATEGORIAS HISTORICAS. 335 te tensas, snicamente puede tener la intencidn de perfilar y estable- cer las condiciones de las historias posibles, pero no las historias mismas. Se trata de catezorfas del conocimiento que ayadan a fun- damentar la posibilidad de una historia. 0, dicho de otro modo: no existe ninguna historia que no haya sido constisuida mediante las ex- periensias y esperanzas de personas que actttan 0 sufren, Pero con esto atin no se ha dicho rada acerca de una historia paseda, presen: te o futura, y, en cada caso, concreta Esta propiedad de la formalidad la comparten nues:ras catego- rias con otras numerosas expresiones de la ziencia historica. Recor demos «sefior y siervo», «amigo y enemigo>, «guerra y paze, «fucr- zas productivas y relaciones de produccidne; 0 pensemos en la categoria del trabajo social, de una generazién politica, en las for mas de construir una constitucién, en las unidades de accién socia- les o politicas, oen la categoria de frontera, en el espacio y el tiempo. Siempre se trata de categorias que todavie no dicen nada sobre una determinada frontera, una determinada constitucion, etc. Pero el hecho de que esta frontera, esta constitucion o esta experiencia y aquella expectativa hayan sido cuestionadas y expuestas, presupo- hne ya el uso categorial de las expresiones. ‘Ahora bien, casi todas las categorias formales que hemos men- cionaco se caracterizan por haber sido a la vez concepios hist6ricos, es dec.r, conceptos econémicos, politicos o soviales, es decir, proce- dentes de] mundo de la vida. En esto comparten la ventaja de aque- los conceptos tedricos que en Aristoteles proporcionaban una vision intuitiva a partir de la comprensién de la palabra, de manera que ‘el mundo cotidiano de la politica quedaba superado en su reflexion. Pero, precisamente respecto al mundo de la vida precientifico y asus conceptos politicos y sociales, resulta evideate que se puede diferen- ciar y graduar la lista de las categorias formales derivadas de ellos, Quign negaré que expresiones tales como «democracian, «guerra o az», «sefiorio y servidumbres, estan mas Ilenas de vida, son mas concretas, mas sensibles y mas intuitivas que nuestras dos catego- rias «experiencia» y sexpectativas? Evidentemente, las categorias «experiencia» y eexpectativas re- claman un grado mas elevado, ya apenas superable, de gencralidad, pero también de absoluta necesidad en su usa. Como caiegorias his- YOricas equivalen en esto a las de espacio y tiempo. Eswo puede fundamentarse semanticamente: los conceptos que se han mencionado, saturados de realidad, se es:ablecen como categ rias alternativas o significados que, al excluirse mutuamente, con: 336 ‘SEMANTICA DEL CAMBIO HISTORICO DE LA EXPERIENCIA tituyen campos de significacién més concretos, delimitados cada vez mas estrechamente, aun cuando permanezea su referencia mutua. Ast Ia categoria del trabajo remite al ocio, la de guerra a la paz-y vicever- sa, lade frontera a un espacio inte-ior y a otro exterior, una genera- cion politica a otra 0 a su correlat> biolégico, las fuerzas producti vas alas relacicnes de produccién, la democracia z una monarqufa, ete. Evidentemente, la pareja de concepios «experiencia y expectati- va» cs de otra naturaleza, esta entrecruzada internemente, no ofrece una alternativa, mas bien no se puede tener un miembro sin el otro, No hay expectativa sin experiencia, no hay experiencia sin expec- tativa Sin el énimo de establecer aqui ma jerarquizacion estéril, se pue- de decir que todas las categorias condicionales que se han menci nado para las historias posibles se pueden aplicar individualmente, pero ninguna es concebible sin estar constituida tambien por la ex- periencia y la expectativa. Por lo tam:o, nuestras dos categorias indi- ‘can lacondicién humana universal; si asi se quiere, remiten a un dato ‘an-ropol6gico previo, sin €] cual la historia no es ni posible, ni siquiera concebible. Novalis, uno de los testigos principales de aquel tiempo en el que emper6 a tomar alas la teoria de la historia antes de consolidarse en los sistemas idealistas, lo formuld en una ocasién en su Heinrich voit Ofterdingen. Ahi opinaba que el auténtico sen-ido de las histo- rias de fos hombres se desarrolla tarde, aludiendo al descubrimien- to de la historia en el siglo XVIII. Sélo cuando se es capaz de abar- car una larga serie con una sola ojeada y no se toma todoliteralmente ni se confunde petulantemente, solo entonces se observa la concate- nacidn secreta enire lo antiguo y le futuro y se aprende a componer a hiisioria a partir de la esperanee y el recuerdo.) «Historia» no significaba todavia especialmente el pasado, como més tarde bajo el signo de su elaboracién cientifica, sino que apun- taba aesa vinculacion secreta entre Io antiguo y lo futuro, cuya rela. cidn silo se pucde conocer cuando sz ha aprendide a reunir los dos micdos de ser que son el recuerdo y la esperanza. Sin detrimento del origen cristiano de esta vision, aqui se pre- senta un auténtico caso de aquella determinacién -rascendental de Ja historia a la que me referia al principio. Las condiciones de posi bilidad de la historia real son, a la ver, las de su conocimiento, Espe- 3, Novalis: «Heinrich von Ofterdingens |, 5, en Schrifien, bajo la direceién de Paul Kluckhohn y Richard Samuel, 2° edie, wo I, Stuttgart, Darnestac, 1980, pe. 23 [DOS CATEGORIAS HISTORICAS 337, ranza y recuerdo 0, expresado mas genéricamente, expectativa y ex pericnicia —pues la expectativa abarca més que la esperanza y la ex- periencia profundiza mas que el recuerdo— constituyen a la ver la historia y su conocimiento y, por cierto, lo hacen mostrardo y elabo- rando ld relacién interna entre el pasado v el futuro antes, hoy © mafana, Y con esto llego a mi tesis: la experiencia y la expectativa son dos categorias adecuadas para tematizar el tiempo historico por entre- cruzar el pasado y el futuro. Las categorias son adecuadas para in- tentar descubrir el tiempo historico tambien on ef campo de la in- vestigacion empfrica, pues enriquecidas en su contenido, dirigen las unidades concretas de accién en la ejecucién cel movimiento social 0 politico. Expondremos un ejemplo sencillo: la exreriencia de la ejecucién de Car os I abrié, mas de un siglo después, 21 horizonte de las pers: pectives de Turgot cuando instaba a Luis XVIa que realizase refor- ‘mas que le preservasen del mismo destino ce aquél, Turgot avisé en vano ast rey. Pero entre Ia revolucién inglesa pasada y Ia francesa venide-a se pudo experimentar y descubrir una relacién temporal que Hevaba mas alli de la mera cronologia. La historia conereta se madura en el medio de determinadas experiencias y deierminadas cexpectativas. Pero nuestros dos conceptos no estan solo contenidos en Ia eje- cucién concreta de la historia, ayudindole a evanzar. Ea tanto que categorias son las determinaciones formales que explican esa ejecu- cién, para nuestro conociiento historieo. Remiten a la temporal dad del hombre y, si se quiere, metahist6ricamente a la temporalidad de la Kistoria, Intentaremos clarificar esta tesis en dos pasos. En primer lugar esbozaré la dimensién metahistorica: en qué medida la experiencia y la exzectativa, como dato antropol6gico, son condicién de las his: torias posibles. En segundo lugar intentaré mostrar historicamente que la coor- dinaciin de experiencia y expectativa se ha desplazado y modifica- do en el transcurso de Ia historia. Si sale bien la prueba, se habra demostrado que el tiempo histérico no sélo es una determinaci vacia de cuntenidy, sing lambién una magnitud que va cambiando con la historia, cuya modificacion se podrie deducir de la coordina- cién cambiante entre experiencia y expectativa 338 ‘SBWANTICA DEL CAMBIO HISTORICO DE LA EXPERIENCIA IL. Espacio de experiencia y hor‘zonte de expectative como categorias metahistoricas Fido la comprensién de los lectores por empezar con Ia explica- cion del significado metahistorico y por tanto antropolégico, pues S5lo podré hacerla en un breve esbozo, al que me arriesgaré, sinem- bargo, afin de distribuir mejor la carga probatoria. Alaplicar nies. ‘vas expresiones en la investigacién empitica sin una ceterminacion ‘metzhistérica que apunte a la temporalidad de la historia. caeria, ‘mos inmediatamente en el torbellino infinito de su historizacion, Por eso, ensayemos algunas definiciones a modo de oferta: la ex p2riencia es un pasado presente, cuyos acontecimientos han sido in. corporados y pueden ser recordados. En la experiencia se fusionan tente la elaboracién racional como los modos inconscientes del com. Portamiento que no deben, 0 no debieran ya, estar presentes en el seber, Ademés, en la propia experier-cia de cada uno, transmitida oor generaciones 0 instituciones, siempre esta contenida y conscrvada luna experiencia ajena, En este sentido, la Historie se concibié desde antiguo como conocitmiento de Ia experiencia ajena. Algo similar se puede decir de la expectativa: esta ligada a perso- nes, siendo a la vez impersonal, también la expectativa se efectiaen elhey, es futuro hecho presente, apunta al todavia-2o, alo no experi mentado, a lo que sélo se puede descubrir. Esperanza y temor, deseo yvoluntad, la inquietud pero también el andlisis racional, la vision recepriva 0 la curiosidad forman parte de la expestativa y la cons. tituyen, A pesar de estar presentes reciprocamente, no se tra-a de concep tos simétricos complementarios que coordinan el pasado y el futuro como si fueran espejismos.* Antes bien, la experiencia y la expecta. {iva tienen modos de ser diferenciables. Esto queda explicado en una 4. eanse los andlisis de Agustin en el Itbro 11 de sus Confesiones, donde las tes dimensiones del tiempo se remiten a la expectativa, a la pereepcion > al secncels erie] nia, Ademds los andliss de Heidegger er Seinund Zein, cape cialmecte en el capitulo § «Zeitlichkeit und Geschichilichkelt», donde la constiee ci6a temporal de ta existencia (Dasein] humana se revela coruo condicion de Ie ees » ria posible, Por supuesto que ni Agustin ni Heidegger han extendide sus prematae al Hiempo de ls historia, Queda ayul como pregunta ablera si Ins estractiias eae ‘ales imersubjetivac de Ta historia se pueden en todo caso deducir sficientemene deem andlisis de la existencia. A continuiackin se intentan usar las catcyorion ene Distiieis de ckperiencia y expectativa coma indicadores de los cambios del any bistbrice.La implicacién historica de toda experiencia ha sido descub erta pos lace, Georg Gadamer en Wahrheit wnd Methode, Tubinga, 1960, pag 329 sign, DOS CATEGORIAS HISTORICAS 339 frase del conde Reinharé, quien en 1820, despues de volver a esta- Har sorprendentemente la revolucién en Espaiia, le escribié a Goet- he: Tiene usted toda la raz6n, mi estimado amigo, en lo que dice so- bre la experiencia, Para los individuos siempre liega demasiado tarde, para los gobiernos y los pueblos no esté nurica disponible. El diplo. matico francés hizo suya una expresién de Goethe que se impuso en aquel momento, quiz4 también en Hegel y que certificabe el final de la aplicabilidad inmediata de las ensefianzas de la Historie. Sucede asi —y quisiera llamar laatencién sobre el pasaje que sigue sin per- juicio de la situacion histérica en la que fue concebida, por primera vez, esta frase~, sucede asi porque la experiencia ya hecha se expone unificaia en un ndcleo y la que atin estd por realizar se exliende en minutos, horas, dias, artos y siglos, por lo que lo similar no parece nunca ser similar, pues en un caso Solo se considera el todo y en el otro partes aistadas. EI pasado y el futuro no Hlegan a coincidir nunca, como tampoco se puede deducir totalmente una expectativa a partir de la experien- cia. Unz vez reunida, una experiencia es tan completa como pasados son sus motivos, mientras que la experiencia futura, la que se va a hacer, anticipada como expectativa se descompone en una infinidad de trayectos temporales diferentes. Nuestra perifrasis metaforica se corresponde con esta situacién ‘que ha advertido el conde Reinhard. De todos modos, ya se sabe que el tiempo sélo se puede expresar en metaforas temporales, pero evi- dentemente resulta mas convincente hablar de «espacio de experien- cia y «horizonte de expectativa» que, al contrario, de «hcrizonte de experiencia» y «espacio de expectativar, aun cuando estas locucio. hes conservan su sentido. De lo que aqui se trata es de mostrar que la presencia del pasado es algo distinto de la presencia del futuro, Tiene sentido decir que la experiencia procedente del pasado es espacial, porque esta reunida formando una to:alidad en la que e tan simultaneamente presentes muchos estratos de tiempos anterio. res, sin dar referencias de su antes ni de su después. No hay una ex. periencia cronolégicamente mensurable —aumque si fechable segit su motivo— porque en cualquier momento se compone de todo lo que se puede evocar del recuerdo de la propia vida o de! saber de otra vida, Cronologicameate, toda experienc.a salta por encima de los tiempos, no crea continuidad en el sentido de una elaboracion aditiva del pasado, Antes bien, se puede comparar —utilizando una 5. Gosthe y Reinhadr: rie/echsel, Franefort, 1957, pg 246. Veuse eae yO PS eae reg eee EP Oi See ence ESE tee eRe cng 340 ‘SEMANTICS DEL CAMBIO HISTORIC DE LA EXPERIENCIA, imagen de Christian Mcier—con el ojo de cristal de una lavadora, detrds del cual aparece de vez en cuando una pieza multicolor de toda la ropa que esta contenida en la cuba. Y viceversa, es mas preciso servirse de la metafora de un hori zonte de expectativa que de un espzcio de expectativa. Horizonte quie. re decir aquella linea tras de la cual se abre en el futuro un nuevo espacio de experiencia, aunque ain no se puede contemplar. La po- lidad de descubrir el futuro chaca, a pesar de los pronésticos po- sibles, contra un limite absoluto, porque no es pasibl: llegar a expe mentarla. Un chiste politico actual lo aclara en forma de tépico: «En el horizonte ya es visible ef comunismos, explica Kruschev en un discurso. Pregunta incidental de un oyent .t Sin perjuicio de la alusién politica, aqui tam>ién se puede mos- trar que lo que se espera para ¢! futuro esta limitado, en definitiva, de otro modo que lo que se ha sabido ya de! pasaco, Las expectativas que se albergen se pueden revisar, las experiencias hechas, se retinen. De las experiencias se puede esperar hoy que se repitan y confir men en cl futuro. Pero una expectativa no se puede experimentar hoy ya del mismo modo, Por supueste, ‘a impaciencia por el futuro, espe- ranzada o angustiosa, previsora o planificadora, a, una vez mas, queno se habia cum- plido una profecia sobre el fin de este munde. Siempre se podia reproducir una profecia no cumplida, Atin mds, elerror que comportaba el incu mplimiento de esa expectativa se con: vertia en prucba de que el augtrio apocaliptico del fin del mundo ocurrirfa la préxima vez con mayor verosimilitud. La estructura ite- rativa de la =xpectativa apocaliptica cuidaba de que las experienciae 8. Francis Bacon! eNovum Organurm, 1,94, en The Works of Francis Bacot, vol 1, Londres, 1858, reimpr. Stutigart-Bad Cannstatt, 1963, pag, 200, 9, Voase antes pag. 26, OS CATEGORIAS HISTORICAS 345 ‘opuestas quedaran inmunizadas en el terreno de este mundo. Ex post, atestiguaban lo contrario de lo que en principio parecian afirmar Asi pues, se trataba de expectativas que no podian ser superadas por ninguna experiencia transversal a ellas, porque se extendian mds all de este mundo, Esta circunstancia, que hoy es dificil decomprender racionalmen- te,se podria explicar también. Desde una expectativa frustrada acerca del fin del mundo hasta la siguiente pasaban generaciones, de ma- nera que Ja reanudacién de una profecia sobre el fin de los tiempos quedaba incrustada en el ciclo natural de las generaciones. De este modo, nunica colisionaron tas experiencias terrenales a largo plazo dela vida cotidiana con aquellas expectativas que se extendian has- tacl fin del mundo. En la oposicién entre expectativa cristiana y © periencia terrenal, ambas permanecian referidas la una a la otra si llegar a refutarse, Por lo tanto, la escatologia podia reproducirse en la medida y en tanto que el espacio de experiencia no se modificase fundamentalmente en este mundo. Esta situaci6n sélo se modificé con el descubrimiento de un nue: vohorizonte de expectativa, mediante eso que finalmente se ha con- ceptuado como progreso,” Terminologicamente, el projectus religio so fue desbancado o sustituido por un progressus mundano. 1 de:erminacién de fires de una posible perfeccién, que antiguamen te solo podia alcanzarse en el mas alla sirvié desde entonces paris mejorar la existencia terrenal, lo que permitié sobrepasar la doctr na de las postrimerias arriesgindose a .in futuro abjerto, Finalmen: tc,el objetivo de la perfeccién fue tempo-alizado, sobre todo por Leib. niz, ¢ introducido en la ejecucién del acontzcer muncano: progressus estin infinitum perfectionis." O como consluia Lessing: Yo creo que el Sreador debia hacer que todo lo que él cre6 fuera capaz de perfec cienarse, si es que habia de permanecer en la perfeccion en la qr Iocreé." A esta temporalizaci6n de la doc:rina de la perfectio le eo rrespondié en Francia la formacién de la palabra perfectionnement, a la que Rousseau preordené la determinacién fundamental histori 10 Para lo que sigue véanse los dos detallados analisis que aparecen en ls ticulos «Forischritto y aGeschichtes, on BranneriGonze/Kaselleck: Geschichilih Grandbesriffe, vol. 2, pags. 363 sigs, 647 sigs TI. Leibni: «De rerum ociginatione radicali» (1677), en Opere philazophica, tu} Ja direccién de Joh. Eduard Erdmann, Bertin, 1840, reimpr. Aalen, 1958, pa. 150, 12. Lessing: «Brief an Moses Mendelssohn del 214-1756, en Samat. Sein, his Ja cireceion de Karl Lachmann, 3* edie. al euidado de frarz Muncker, vol. 17, Stutigatt Leipeig Berlin, 190%, pag. 53 346 SEMANTICA DEL CAMBIO HISTORICO DE LA EXPERIENCIA, a de una perfectibilité del hombre. Desde entonces pudo concebirse toda la historia como un proceso de perfeccionamiento continuo y reciente que, a pesar de las continuas recaidas y rodeos, debia ser planificado y ejecutado, finalmerte, por los hombres. Desde enton- ces se siguen escribiendo determinaciones de fines de generacién en genetacién, y los efectos anticipedos en el plan o en el pronéstico se convierten en pretensiones de legitimacion del actuar politico En resutnen, el hotizonte de expectativa incluye, desde entonces, un coe- ficiente de modificacién que prozresa con el tiempo. Pero no fue s6lo el horizonte de expectativa el que adquirié una cualidad histéricamente nueva y que ut6picamente se puede soore- pasar de forma continua, También el espacio de experiencia se ha modificado progresivamente. El concepto de progreso se acutié s6lo a finales del siglo XVIII, cuando se traté de reunir la abundancia -xperiencia de los tres siglos precedentes. El concep:0 unico y uni- versal de progreso se nutria de muchas experiencias nuevas, indivi- daales, engarzadas cada vez mas profundamente en la vida cotidia- na, experiencias de progresos sectoriales que tadavia no habian existido anteriormente. Citaré el giro copernicano,"' la técnica que va surgiendo lentamente, el descubrimiento del globo terréqueo y de sus pueblos, que viven en diferentes ctapas de desarrollo, finalmen- te, la disolucion del mundo estamental por la industria y el capital. ‘Todas estas experiencias remitian z la contemporaneidad de lo ana: er6nico o, al ecntrario, al anacronismo de lo contemporneo. En pa- labras de Friedrich Schlegel que intentaban enccntrar lo moderno de la historia :nterpretada como progreso: El verdadero problema de lahistoria es ta desigualdad de tos progresos en las distintas par- 1s constituyenies de la formacién humana total, especialmente la gran divergencia en el grado de formacién intelectual y moral..* El progresc reun‘a, pues, experiencias y expectativas que coate- nian cada una un coeficiente temporal de variacion. Uno se sabia ade- lantado a los demas como grupo, como pais o, fineImente, como cla- se, 0 se intenteba alcanzar a los :lemas, o sobrepasarlos. Si se era superior técnicamente, se miraba con desprecio a los grados inferio- res de desarrollo de otros pueblos, por fo que el que se sabia supe- rior en civilizacién se crefa justificado para dirigirlos. En la jerar- 12, Para esto —sparte de sus trabajos precedentes— Hans Blumenberg: Die Ge resis der Kopernixavischen Welt, Erancton, 1975. 14, Schlegel: «Condoreets "Esquisse d'un tableau historique des progrés de les prit hamain''» (1738), en Kritisohe Sclriftew (wots 1 pag. 236, DOS CATEGORIAS HISTORICAS 347 quia corporativa se vefa un orden estatico de categorfas que el em- puje de las clases progresivas deberia dejer atras. Los ejemplos se pueden multiplicar al gusto de cada cual. Lo que a nosotros nos inte- tesa en primer lugar es el dato de que el prozreso se dirigia a una transformacion activa de este mundo y no al mas all4, por miltiples que puedan ser las conexiones que se establezcan desde la teoria de las ideas entre la expectativa de futuro cristiana y el progreso. Era novedoso que las expectativas que ahora se extendfan hacia el futt- ro se separaran de aquello que habia ofrecido hasta ahora todas las experizncias precedentes. Y todas las experiencias que sehabian aia- dido desde la colonizacién de ultramar y desde el desarrollo de la ciencia y de la técnica noeran suficientes para derivar de ahi nuevas expectativas de futuro. Desde entonces, el horizonte de expectativa ya no encerraba al espacio de experiencia, con lo que los limites en- tre ambos se separaban Verdaderamente ha legado a convertirse en una regla que toda experiencia precedente no debe ser objecion contra la indole dife- rente del futuro. El futuro sera distinto del pasado y, por cierto, me- jor. Toto el esfuerzo de Kant como fildsofo de la historia se dirigia ‘2 ordenar todas las objeciones de la experiencia que hableban en con- tra de esto, de tal modo que confirmasen la expectativa del progreso. Se oponia, como expreséen una ocasi6n, a la tesis de que todo segui- ria siendo como ha sido hasta ahora, por lo que no se podia predecir nada ruevo historicameste."” Esta frase contiene una inversion de todas las formas del vatici- nio historico usuales hasta entonces. Fl que se habia dedicado hasta ahora a los prondsticos yno a las profecias los deducia por supuesto del espacio de experiencia del pasado, cuyas presuntas magnitudes se investigaron y calcularon adentrandose mas o menos en el futuro, Precisamente porque basicamente permaneceria como siempre ha sido, podia uno permitirs: predecir lo venidero. Asi argumentaba Ma- quiavelo cuando opinaba que quien quisiera prever el juturo, debia mirar hacia el pasado, pues todas las cosas sobre la tierra han tenido siempre semejanza con las cosas pasadas."* Asi argitia todavia David Hume =uando se preguntaba si la forma de gobierno britanica se in- clinaba mas a la monarquia absoluta o a Ia repiblica.”” Atin se mo- 15. Kant: dee zu einer allgemeinen Geschichte in welthirgericher Absicht (1784), 72 tesis, Ad, vol. 8, Berlin-Leiprig, 1912, pig. 25 16. Maquiavelo: Diseorst, 343 Berlin, 1922, pig. 303 17, David Hume: Essays in Theory of Politis, bajo la direceién de Fredevick Wat kins, Edimburgo, 1951, pag. 142 sige. 348 SEMANTICA DEL CAMMIO HISTORICO DE LA EXPERIENCIA via en la red categorial aristotélica, que limitaba fini-amente todas Ias formas posibles de organizacién. Ante todo los politicos actua- ban segiin este modelo. Kant, que probablemente también acuiié la expresin «progreso», indica el giro del que se trata aqui, Para Kant, una prediccién que espera fundamentalmente lo mismo no es un prendstico. Pues con- tradecia su expectativa de que el futuro seria mejor porque debe ser taejor. La experiencia del pasado y la expectativa del futuro ya no se correspondian, sino que se fraccionaban progresivamente. Un pro- néstico pragmatico de un futuro posible se convirtié en una expec- tativa a largo plazo para un futuro nuevo. Kant admitié que por la experiencia no se puede solucionarinmediatamente le tarea del pro- reso. Pero aijadi6 que en el futu-o se podrian acumular nuevas ex- periencias, como la de la Revolucién Francesa, de nanzra que la edu- cacién mediante frecuentes experiencias ascguraria un continuo progreso hacic lo mejor." Esta frase sélo llegé a ser concebible des- pués de que la historia se considerase y se Iegase a seber como uni- ¢a, no sélo en cada caso individual, sino tinica en suma, como totali- dad abierta hacia un futuro progresivo. Sila historia entera es tmica, también el futuro ha de ser diferen- te respecto al pasado. Este axioma de la filosofiz. de la historia, re- sultado de la Hustraci6n y eco de la Revolucién Francesa, es la base tanto de la «historia en general» como del «progreso». Ambos son Conceptos que s6lo alcanzaron su plenitud histéricofilosofica con la formacién de la palabra, y ambos remiten a la circunstancia co- mtin de que ninguna expectativa se puede derivar ya suficientemen te de la experiencia precedente. Con el futuro progresista, cambid también la importancia histé- rica del pasado. La Revolucién Francesa fue para el mundo un end- meno que parecia insultar a toda sabidurta histérica y se desarrolla- ban diariamente a partir de ella nuevos fendmenos acerca de los cuales seentendia menos que se preguntara a la historia, 2scr-bié Woltmann en 1789.” La ruptura de La contintidad pertenece a los topoi que se extendieron entonces, por lo que "a finalidad didactica es incompati- ble con la Historie,® segtin concluia Creuzer en 1803. La historia, 18, Kant: Der Stet det Fokudten,apartado 2 sec. 7, A vol.7(1907 pg 88. 1, Geschichte und Pole. Bin Belt, bola dietlon de Kas] Ludwig Wolk Gierlin 1800) pag Georg Rredrich Cretzer: Die hstonische Kunst der Griechn her Ente ‘ung wd Fortbidang, Lelpeig, 1805, pig, 292 si. VEase antes pls 4 sas DOS CATEGORIAS HISTORICAS 349 temporalizada y procesualizada hacia una unicidad con-inua, ya no podia snsenarse ejemplarmente, La experiencia histérica tradicio- nal no se podia extender inmediatamente a !a expectativa. Mas bien, contina6 Creuzer, habria que considerar y explicar de nuevo ta histo. ria de cada nueva generacidn de la humanidad progresisia. Dicho de otro modo: Ja elaboracién critica del pasado, la formacién de la es. cuela histérica, se basa en la misma cireunstancia que también ha liberado el progreso hacia el futuro. Esta circunstancia no se puede despachar en modo alguno s6lo como ideologia moderna, aun cuando en la diferencia entre experien- cia y expectativa, la idcologia y la critica de la ideologia se estable. cen de forma perspectivista segiin la posicién, Nuestras primeras reflexiones sistematicas, cuyo origen hist6rico se ha clarificado en- tretanto, nos remitian yaa la asimetria entre espacio de experiencia y horizonte de expectativa, asimetria que se puede derivar antropo- Togicamente. Que esta asimetria se restringicse al progreso irretor- nable y se explicase unilateralmente fue un primer intento de conce- bir la modernidad como un tiempo nuevo. El concepto de «progreso» es el primero genuinamente histérico, que ha Ilevado la diferencia temporal entre la experiencia y la expectativa a un concepto tnico. Siempre se trat6 de vencer aquellas expe-iencias que no se podia derivar de las precedentes y, en consecuencia, se trate de formular expectativas que anteriormente no se habian fodido concebir. Este desafio aument6 durante lo que hoy se Hama primera modernidad, alimentando un potencial utépico excedente que condujo a la cata- rata deacontecimientos de la Revolucién Franzesa. Y, de ese modo, rompiéel mundo de las experiencias politico-sociales que, hasta en- tonces, habia estado ligado a la sucesién de tas generaciones. Cuan- 10 mds inmediatamente comprima la historia la sucesién de aconte- cimienios, tanto mas viclenta y general seré la lucha, decia una observecion —entonces muy frecuente— de Friedrich Perthes. Las épocas anteriores conocieron cambios de direscién sélo a lo largo de siglos, pero nuestro tiempo ha reunido en las tres genereciones que viven ahora simulténeamente lo que es compietamente incompatible. Los enormes contrastes de los atios 1750, 1789 y 1815 carecen por com. pleto de transiciones y aparecen en los hombres que viven hoy (sean abuelos, padres 0 nitos) no como algo sucesive, sino cumu algo contigua™ 21. Clemens Theodor Perthes: Friedrich Perthes' Leben, 6* edie, vo. 2, Gotha, 1872, pags 240 sig, 146 sig 350 ‘SEMANTICA DEL CAMBIO H-STORIOO DE LA EXPERIENCIA Desde un tinico curso del tiempo se produce tna dindmica de di- versos estratas temporales para el mismo tiempo. Lo que el progreso conceptuaiz6, que —dicho brevemente— cho. can entre si Io viejo y Jo nuevo, en la ciencia y en el arte, entre pals y pals, de estamento a estamento, de clase a clase, todo esto se habia convertido desde la Revoluci6n Fraicesa en acontecimiento de lavida cotidiana, Es cierto que las generaciones vivian en un espacio de ex: periencia comtin, pero se quebra7a perspectivistamente segtin la ge- neracién politica y la posicién social. Se sabia y se sabe desde en- tones que se vive en un tiempo de paso que distingue de forma temporalmence distinta la diferencia entre experiencia y expectetiva. Asta circunstancia sociopolitica se le agregé algo mas desde fi- nales del siglo XVII el progrese técnico-industrial, que afecté a to- dosa la vez, aunque de manera diferente. De los descubrimientos cien- tificos y su aplicacién industrial nacié el axioma general de la experiencia de que cabia esperar nuevos progresos sin poder calcu larlos de antemano. Sin embargo, el futuro no derivable de la expe- riencia permitia la certeza de una expectativa de que los descubri- mientos cientificos crearian un mundo nuevo. La ciencia y la técnica han estabilizado el progreso como una diferencia temporal progre- siva entre experiencia y expectativa Finalment:, hay un indicador infalible de que =sta diferencia solo se conserva modificandose continuamente: Ia aceleracién. Tanto el progreso sociopolitico como el cientifico-técnico modifican los ritmos y lapsos del mundo de la vida en virtud de la aceleracion, Adquieren todos juntos una cualidad genuinamente histériza, a diferencia del tiempo natural, Bacon atin tuvo que vaticinar que los descubrimien- tos se acelerarian: Itaque longe plura et meliora, atgue per minora intervalla, a ratione et industria et directione et irtentione hominum speranda sunt Leibniz ya pudo enriquecer esta proposicién con ex periencias. Finalmente, Adam Smith indic6 que el progress of societ nacia del ahorrro de tiempo resul-ante de la division del trabajo en Ja produccién intelectual y mate-ial y desde el invento de las maqui nas. Ludwig Biichner, para quien el retroceso es salo local y tempo- ral, mientras el progreso es permanente y general, ya no encontré asombroso en 1884 gue ftoy en dia el progreso de un siglo equivalga ai de un milerio en tiempos antigaos, pues actual mnence cada dia pro ducia algo nuevo. 22, Bacon: «Novum Orgamums, 1, 198, en Works, vol. f, pg. 207 (vase nota 8). 23, Ludwig Biichner: Der Forisohrit is Naruv und Gesehtchteim Liehte dey Dar- ‘win'chon Theorie, Stuttgart, 1884, page. 30, 34 DOS CATEGORIAS HISTORICAS 351 Aun cuando pertenece a Ja experiencia de los progresos ya pro- ducidos en cieneia y técnica, que el progreso moral y politico se es- tanque 0 avance con lentitud, también a este campo le afecta la afir macién de la aceleracién, El hecho de que el futuro no sélo modifica, sino también perfecciona a la sociedad cada vez mas répidamente, caracteriza el horizonte de expectativas que habia esbazado la 1 tracién tardia. Ya sea que la esperanza se escape a la experiencia utilize Kant el copos, para asegurarse de la Futura organ:zacién mun. dial de la paz, porque es de esperar que los tiempos en los que suce- den los mismos progresos sean cada vez més cortos-—;" ya sea por- que el cambio de organizacién social y politica a partir de 1789 parecia romper todas las experiencias heredadas, En 1851 Lamarti- ne escribfa que desde 1790 habfa vivido bajo ocho sistemas diferen- tes de gobierno y bajo diez gobiernos. La rapidité du temps suplée 4 la distance, introduciéndose comtinuamente sucesos nuevos entre clobservador y el objeto. It n'a plus d'histoire conteraporaine, Les jours ahier semblent déja enjoncés bien loin dans Vombre du passé2* con lo que parafraseé una experiencia compartida ampliamente en Ale- mania O, por citar un testimonio contemporéneo en Inglaterra: The world moves faster and jaster, and the difference will probably be con- siderably greater. The temper of each new generation is a continual surprise. El abismo entre pasado y futuro no sélo se va haciendo mayor, sino que se ha de salvar continuamente la diferencia entre experiencia y expectativa y, por cierto, de un modo cada vez més ri- pido para poder vivir y actuar. Basta ya de ejemplos. Con el concepto histérico de la aceleracié se adquiere una categoria histérica del conacimiento que es adecua- da para revisar el progreso, que se ha de concebir solo como optimi- zante (en inglés improvement, en francés verfectionnement) Deeso ya no se va a Lablar mas aqui. Nuestra tesis historica dice que le diferencia entre experiencia y expectativa aumenta cada vez mis en la modernidad o, mas exactamente. que la modernidad solo se pudo concebir como tiempo nuevo desde que las expectativas apla. zadas se alejaron de tolas las experiencies hechas an‘criormente, ‘Como ya se mostré, esta diferencia ha sido conceptualizada en la «his- toria en general» y su cualidad espectficamente moderna en el cor cepto de «progresor, 24. Kant: Zum ewigen Prisden (1795), AA vol. 8 1912), pig. 386. 25, Lamartine: Histoire de fa Restauration, vol. 1, Paris, 1851, pag. 1 26. LA. Froude, cit. Asa Brigas: The Age of Inpravenent, Londres, 1959, pi, 352 SEMANTICA DEL CAMBIO HISRCRICO DE LA EXPERIENCIA Para examinar ¢l rendimiento de nuestras dos categorias de pro- greso, esbozaremos finalmente des campos seméaticos que no tie- nen qué ver inmediatamente con el tiempo histér-co, como ocurria con sprogresor ¢ «historia». Con ello se mostrara que la clasifica- cin de los conceptos sociales y politicos segtin las eatezorias de vex- pectetivar y «experiencia» ofrece, sin embargo, una clave para mos- trar el tiempo histérico que se esta modificando. Las series de ejemplos proceden de la topologia constitucional ‘Mencionaremos en primer lugar el uso lingilistico aleman que tiende a formas de organizacién federales correspondientes a las si tvaciones necesarias de la vida humana y de toda politica. La esen- cia de la unificacion, muy desarrellada entre los estamentos a fina les de la Edad Media, llevd con el transcurso del tiempo a la expresion sfederacién» [Bund], facil de retener en la memoria.” Esta expre- —mas alld de la terminologia latina— solo seencontré después de que las formulas de unificacién, siempre inseguras, hubieran ma- durado un éxito temporalmente I:mitado pero repetitle. Lo que en principio s6lo se juraba verbalmenie, a saber, los pactos individua- les en los que se asociaban mutuamente, se comprometfan o se man- unaban dtrante determinades plazos, se conceptualizé como federacién por un efecto retroacti¥o, a consecuencia de la institucio nalizacion que se consigui6. Un «pzcto» individual tenia atin el sig- nificado primario de un concepto ce ejecucién presente, mientras que «federacién» podia abarear una situacién institucionalizada. Esto se muestra, por ejemplo, en el desplazamiento del sujeto de la accién cuando se habla de «las ciudades de la federacion» en lugar de «la federacion de ciudades». El auténtico sujeto de la accién esta oculto en cl genitivo. Mientras que una «federacién de ciudades» atin resal- taba a los miembros individuales, «las ciudades de la federacion» se organizabar en una unidad de accién, a saber, la xfederac Asi, las multiples alianzas, los pactos, se consolidaron por un efec to rerroactivo en un singular colectivo. La efederacién» recopilaba una experiencia ya reunida y conoeptualizada baje un concepto tini- ca, Se trata, pues, —dicho acentuadamente— de un concepto clasifi cador de experiencias, Esta saturado de una realidad pasada que, en el tren de las acciones politicas, padia ser conducida al futuro y con- tinuar escribiéndose. Zi. Para lo que sigue véase Reinhart Keselleck: articulo «Bune, Bundnis, Fide ralismas, Bundesstaat», en Brunner! Conze! Koselleck: Gesehichiliche Grandbegrif. fe, vol 1, (1972), pig. 582 sigs BOS CATEGORIAS HISTORICAS 353 Algo similar se puede mostrar en num=resas expresiones de ke terminologia juridica y constitucional de finales de la Edad Medi y comienzos de la Modernidad. Sin que esté permitido interpr demasiado sistematicamente todos sus significados y scbrepasarlos asi teoricamente, respecto a su clasificacién :emporal se puede de- cir que se trataba rotundamente de concep:os de experiencia que se alimentaban de un pasado presente. Completamente distinta es la tensién temporal de tres conceptos de federacion que s6lo se acufaton a finales del antiguo Reich: fede- raciér de estados, estado federal y reptiblica federal. Creadas alte. dedor de 1800, las tres expresiones son en principio palabras ar' ciales, en las que la republica federal de Johannes von Miiller seguremente sc formé apoyandose en la république fédérative de Mon. tesquiieu."* Las tres expresiones artificiales ea absoluto se basaron solamente en la experiencia, Tendian a llevar determinadas posibil dades de organizacion federal, contenidas en el antiguo Reich, a un concepto que se pudiera utilizar en el futuro, Se trataba de concep. tos que no se podian derivar del todo de la constitucién del Reich, pero que si extraian de ella determinados tramos de experiencia para poder realizarla en el futuro como experiencia posible. Aun cuando el Sacro Imperio Romano ya no podia ser cancebido por el kaiser yel Reichstag como imperio—indefinible— al menos habia que sal- var para el nuevo siglo las ventajas de las formas de constitucién fe- derales de Estados medio soberanos: es decir, no tolerar ningun Es. tado chsoluto 0 revolucionario. Es seguro que con este recurso a experiencias del antiguc Reich se anticipé 'a futura constitucion de la federaci6n alemana, aun cuando su realidad no se pudiera ver atin Dentro de la organizacién del Reich se hicieren visibles estructuras a mas largo plazo, que ya se podian experinentar como posibilide. des venideras. Precisamente porque elaborabzn experiencias impre- cisas y ocultas, los conceptos contenian un potencial de pronéstico que extendia un nuevo horizonte de expectativa. Asi pues, ya no se trata de concepios clasificadores de experiencias, sino «nds bien de conceptos creadores de experiencias. Una tercera expresién acuviada nos Heva totalmente a la dimer sién del futuro. Se trata de la expresion «federacién de pueblos», que formé Kant para trasladar a determinacién de fines morales y poli 28, Johannes v. Maller: “Teutschlands Brwardangenyon Furstenbunde», eu SW, vol. 24, Stuttgart, Tubinga, 1833, pag. 259 sigs, Montesquieu: Esprit des loin, 9. 1s 184, pda. 108 354 ‘SEMANTICA DEL. CAMBIO HISTORICO DE LA EXPERIENCIA, ticos lo que, basta entonces, s¢ esperaba como el reino de Dios en la tierra. En rigor, el concepto se convierte en una anticipacién. Como ya se dijo, Kant esperaba que Ilegase a ser realidad enel futuro una federacién republicana de pueblos organizados per ellos mismos en svalos de tiempo cada vez mas cortos, esto ¢s, con una acelera- cién creciente. Desde luego anteriormente se habian proyectado ya p.anes de federacién supraestatales, pero no un esquema de organi zacién global cuya realizacién fuese un dictado de la razén practica. La «federacion de pueblos» era un puro concepto de expectativa al que no podia corresponder ninguna experiencia anterior. El indicador de temporalidad contenido en la tensi6n, pretend. damente antropolégica, entre experiencia y expectativa proporciona uaa norma para poder abarcar también el nacimiento de la moder- nidad en el concepto de constitucion. Al preguntar por sus extensi nes temporales, la acufiacidn lingtiistica del concepto de constitucié: da fe de una separacién consciente entre el espacio de experiencia y el horizonte de expectativa, convirtiéndose en tarea de la accién ca la conciliacién de esa diterencia, Esto se comprueba con mayor claridad en une. segunda serie de «ejemplos. Los tres modos aristotéticas de gobierno —monarqu‘a, ar tecracia, democracia— que en sus ‘ormas puras, mixtas o decaden- tes aiin éran suficientes para elaborar experiencias politicas, se trans- forman alrededor de 1800 desde el punto de viste de la filosofia de 1k historia. Los tres tipos de organizacion se fuerzan a una alternati- va: «despotismo repiblica», coateniendo los ecnceptos alternat vos un indicador temporal. Alejandose det despatismo del pasado, camino historico conduciria a la repiiblica del Futuro, El antiguo concepto politico més amplio de res publica, que podia abarcar has- ta entonces todos los modos de gobierno, adquiere ast un cardcter restringido de exclusividad, pero referido al futuro. Este cambio, des- 10 aqui con brevedad, habfa sislo encauzado teOricamente desde hacia mucho tiempo. El resultade se hace aprecieble en tiempos de lz Revolucién Francesa. Un concerto utilizado histéricao tebricamen- te, en todo caso saturado de experiencias, se convierte en un concepto dz expectativa, Este cambio perspectivista tamb.én se puede mos- trar ejemplarmente en Kant.” Pava él, la «repablica» 2ra una deter- minacién de fines derivada de la razén practiea 2 la que el hombre aspiraba continuamente. Kant utilizé la nueva expresion de «tepu- 28, Véase el articulo , el «likeralismor, el esocialismo», el «comunismo», el «fascismo», por citar tinicamente las expresiones especialmente eficaces. Durante su acufiacién, t- das las expresiones citadas tuvieron un contenido de experiencia mi- imo o nulo y, en cualquier caso, no tenfan equel al que se aspirabi al formar el concepto, En el curso de su reslizacién constitucional surgieron, naturalmente, numerosas experiencias antiguas y elemen- tos que ya estaban contenidos en los conceptos aristotélicos de orga- nizacion. Pero las conceptos de movimiento se distinguen de la anti- gua topologia por su finalidad y su funzién. Mientras que el uso Iingiistico aristotélice, que habia puesto en circulacién los tres ti pos de organizacién, sus formas mezcladas y decadentes, apuntabit ‘a posibilidades finitas de autoorganizacién humana, de modo que se podian deducir histéricamente uno del 0:10, los conceptos de movi- miento que se han citado iban a descubrir un futuro nuevo. En ver de analizar una posibilidad finitamente limitada de presuntas opor tunidades de organizacién, tenjan que ayudar a crear nuevas situs ciones de organizacion. : Visto desde la historia social se trata de éxpresiones que reac naron ante el desafio de una sociedad que cambiaba técnica e indus trialmente. Servian para ordenar bajo nuevos lemas alas masas cor porstivamente desmembradas; en ellos entraban a formar parte 356 SEMANTICA DEL CAMBIO HISTORICO DE LA EXPERIENCIA intereses sociales, diagnésticos cientificos y politicos. Por eso tienen siempre caracter de lema para la formacién de partidos. EI campo lingiiis:ico sociopolitico viene inducido desde entonces por la ten: sion abierta progresivamente entre experiencia y expectativa, Sigue siendo comin a todos los conceptos de movimiento una pro- duccién compensatoria claborada por ellos. Cuanto meno: sea el con: tenidio de experiencia, tanto mayor serd la expectativa que se deriva de él. Cuanto menor la experiencia, mayor la expectativa, es una fér- mula para la estructura temporal de lo moderno al ser conceptuali- zada por el «progreso». Esto fue pleusible mientras todas las expe- riencias precedentes no fueron suficientes pare cimentar las expectativas que se pudieran derivar del proceso de un mundo gue se estaba transformando técnicamente. Ciertamente, si se realizan los aroyectos politicos correspondientes después de haber sido ori- ginados por una revolucidn, entonces se desgastan las viejas expec- tativas en las nuevas experiencias. Esto es valido para el republica- nismo, el democratismo y el liberalismo hasta dende la historia permite emitir un juicio en la actualidad. Presumib-emente seguir sierdo valido también para el socialismo y para el comunismo, si se le declara establecide. Asi, podria suceder que una determinacién relacional antigua vol viera de nuevo por sus fueros: cuanto mayor sea la experiencia, tar to mas cauta, pero tambien tanto més abieria la expe>tativa. Mas all de cualquier énfesis, se habria aleanzado entonces el final de la «mo- dernidad en el sentido de! progreso optimizante. La aplicacién historica de nuestras dos categorias metahistori- cas nos proporcioné una clave para reconocer el tiempo histérico, especialmente el nacimiento de lo que se ha llamado modernidad como algo diferenciado de tiempos anteriores. De es:e mode, ha qui dado claro a la vez que nuestra suposicién antropolégica, esto es, la asimetria entre experiencia y expectetiva, era un producto especiti- co del conocimiento de aquella époza de transformaciéa brusca en la que esa asimetria se interpret como progreso. Por supuesto, nus: tras categorias efrecen algo mas que un modelo de explicacién de Ja genesis de una historia progresiva que solo fue couceptualizada como «tiempo nievor. ‘Nos remiten igualmente a la parcialidad de interpretaciones pro- gresives. Pues ¢s evidente que las experiencias sélo se pueden reu- nir porque —como experiencias— son repetibles. Asi pues, debe ha- ber también estructuras de la historia, formales y a largo plazo, que permitan reunir repetidamente las experiencias, Pero entonces debe ‘DOS ZATEGORIAS HISTORICAS. 357 poder salvarse también ladiferencia entre experiencia y expectativa hasta el punto de que se pueda concebir de nuevo la historia como susceptible de ser enscfiada. La Historie solo puede reconocer lo que cambiacontinuamente y lo nuevo si esta enterada de la procedencia en la que se oculian las estructuras duraderas. Tambien éstas se tie- hen qule buscar ¢ investigar, sies que se pretenden traducir las expe- riencias historicas a la ciencia historica eS LS

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