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CUADERNO DE PRACTICAS DE PSIC OGIA | Isabel Cuadnado Guirado Elewa Gaviria Stewart | sanz y torres indice INDICE DE AUTORAS ee Ix PRESENTACION, XI CAPITULO 1, CULTURA, EVOLUCION Y DIFERENCIAS ENTRE HOMBRES Y MUJERES. nee La polémica entre biologia y cultura en el origen de las diferencias sexuales en la eleccién de pareja. . . 2 Diferencias sexuales en la eleccién de pareja 3 El estudio de Buss. . 4 Critica y réplica de Eagly y y Wood ... . 8 Diferencias sexuales en los celos......... . 13 EI planteamiento de la Psicologia evolucionista. 14 La investigacin de Buss, Larsen, Westen y Semmelroth ... 15 La perspectiva cultural . 16 La investigacién de Gémez Jacinto, Canto y Garcia leiva 16 Actividades recomendadas 21 Referencias.......... 24 CAPITULO 2. LAS ACTITUDES SEXISTAS. Viejo» sexismo y sexismo moderno .... Ne OpONtSIG co ccseseensen Sexismo ambivalente. . Cémo medir el sexismo ambivalente: el ‘ASI tmbivalent Sexism Inventory) «« 33 El lado oscuro del sexismo benévolo.. . os 37 Deteccién de actitudes sexistas ambivalentes pes 4l El sexismo de los adolescentes hacia hombres y mujeres. 42 La escala DSA (Deteccién de Sexismo en Adolescentes). 43 Actividades recomendadas..... ee 48 Referencias... 49 CAPITULO 3. PERCEPCION SOCIAL... 51 La percepcién del yo. . 53 Sesgos defensivos del yoy dioicinctn de riesgo 53 Diferencias culturales en Optimismo ilusorio. 54 El «efecto tercera persona» 56 Claves del contexto y reconstruccién de sucesos. 60 vil Sesgos perceptivos en testigos. vee 60 Iinfluencia de las creencias previas en la percepcién de personas. . 61 Como influyen nuestras actitudes o el conocimiento que tenemos sobre una persona en la valoracién que hacemos de sus caracteristicas? . 62 Actividades recomendadas sees 63 Referencias . . we 64 CAPITULO 4. EXPLICACIONES SOBRE LA CONDUCTA Y SUS CONSECUENCIAS es Dimensiones teGricas en las explicaciones causales. asa Atribuciones sobre la propia conducta y sus consecuencias Cémo explicamos la conducta de los demds.... Diferencias en atribuci6n en funcién de la pertenencia grupal Influencia de nuestras actitudes o del conocimiento que tenemos sobre un tema en la interpretacién de los mensajes emitidos por los medios de comunicacién....... 77 Actividades recomendadas. 79 Referencias........ 80 APENDICES. . CULTURA, EVOLUCION Y DIFERENC ENTRE HOMBRES Y MUJERES Elena Gaviria Stewart LA POLEMICA ENTRE BIOLOGIA Y CULTURA EN EL ORIGEN DE LAS DIFERENCIAS SEXUALES DIFERENCIAS SEXUALES EN LA ELECCION DE PAREJA El estudio de Buss Critica y réplica de Eagly y Wood DIFERENCIAS SEXUALES EN LOS CELOS El planteamiento de la Psicologia evolucionista La investigaci6n de Buss, Larsen, Westen y Semmelroth La perspectiva cultural La investigacion de Gémez Jacinto, Canto y Garcia Leiva ACTIVIDADES RECOMENDADAS REFERENCIAS. La cultura nos hace mas fécil sobrevivir y reproducirnos; la evolucién nos ha dotado con un cerebro que, mas que cualquier otro, hace posible la cultura. (Roy Baumeister, The Cultural Animal) En esta primera practica nos proponemos plantear algunas cuestiones que han gene- rado bastante controversia, atin no resulta, dentro de la Psicologia Social y poner de ma- nifiesto cémo es posible abordarlas desde una perspectiva empirica, y no s6lo dialéctica. ‘Ademés, el tema elegido nos permite tratar, de forma transversal, contenidos de va~ tios capitulos del texto, correspondientes al programa de Psicologia Social | (Capftulos 2, 3y 9) y al de Psicologia Social II (Capftulos 12 y 13) Segtin el enfoque evolucionista, las diferencias de sexo en la conducta son adapta~ ciones que hemos heredado de nuestros ancestros, y se deben, en tiltima instancia, a las distintas fuerzas selectivas que los miembros de cada sexo han debido afrontar a lo largo de nuestra historia como especie, es decir, a la selecci6n sexual (Buss, 1995). De esto se deduce qui — No habrd diferencias entre hombres y mujeres en aquellos Ambitos en que ambos sexos han tenido que hacer frente a problemas adaptativos similares (por ejemplo, preferencias por determinados sabores asociados a alimentos nutritivos, reaccio- nes fisiolégicas ante el calor 0 el frio, reacciones emocionales ante la amenaza de un peligro, etc.). — La mayor parte de las diferencias de sexo presentes en la conducta de los seres humanos se relacionan con la reproduccién (eleccién de pareja, estrategias de cortejo, apareamiento y conservacién la pareja...), dado el conflicto de intereses yel distinto modo de invertir en la descendencia caracterfstico de cada sexo, se- gin postula la teoria de la inversidn parental de Trivers (véase el Capitulo 2 del manual de la asignatura). Por su parte, las teorfas de corte mas socio-cultural atribuyen las diferencias de sexo a factores como la socializacién o la distribucién de roles y de poder dentro de la so- ciedad. En concreto, la teoria de los roles sociales de Eagly y Wood (Eagly, 1987; Wood e Eagly, 2002) propone que son las expectativas y las habilidades asociacias a los distin- tos roles desempefiados por hombres y mujeres las que explican sus diferencias en la conducta social (véase el Capitulo 9 del manual de la asignatura). La asignacién dife- rencial de roles no es arbitraria, sino que responde a una divisi6n del trabajo, motivada por la necesidad de cooperaci6n entre los miembros del grupo para la supervivencia. La Figura 1.1 recoge una representacion esquematica de este modelo. 2 ll Expectativas de rol Socializacién 4 de género PN ™ Divisi6n del Diferencias trabajo de género en la conducta ZZ entre sexos Otros factores (p. N, Habilidades y wa creencias relativas ej, In‘luencias bioldgicas) al género Figura 1.1. La teoria de los roles sociales sobre las diferencias de género en 1a conducta social ~ (adaptado por Myers, 2008, de Eagly, 1987, y de Eagly y Wood, 1991). Una de las predicciones de este modelo es que, a medida que la asignacién de roles se haga més igualitaria, las diferencias psicolégicas entre los sexos irén desapareciendo gradualmente. En este capitulo nos vamos a centrar en dos cuestiones, la eleccién de pareja y los celos, enlas que se han investigado las diferencias sexvales y que han despertado una fuerte con- troversin entre los defensores de uno otro enfoque, con el finde contastar la forma de plan- tear las hipétesisy de interpretar los resultados desde cada una de las perspectivas. En ambas se halla muy presente la relaci6n entre evolucidn y cultura como trasfondo de la polémica, Me gustaria encontrar un hombre que Cuers sensible en general y macho en Iss emargencias David Buss, psicélogo evolucionista estadounidense, pretendia poner a prucba las predicciones de la teoria de la inversién parental de Trivers analizando las respuestas de hombres y mujeres ante situaciones que en tiempos de nuestros ancestros tuvieron una importancia crucial para la reproduccién (aunque en muchas sociedades moclernas ésta haya dejado de ser un objetivo prioritario). En conereto, en su estudio sobre las diferen- cias sexuales en la eleccidn de pareja, Buss (1989) planted sus hipstesis de acuerdo con el siguiente esquema: Evolucién por seleccién natural (eficacia biolégica inclusiva) Selecci6n sexual (inversién parental) # Elsexo que mas invierte en la descendencia es el que elige pareja. + En la especie humana, ambos sexos invierten, aunque de distinta forma: — Las mujeres pueden concebir menos hijos, durante menos tiempo, y la inversion sexual en cada uno es mucho mayor que la de los hombres (un solo évulo fecundable, 9 meses de embarazo, lactancia, etc.) — Los hombres son fértiles durante casi toda su vida y pueden concebir hijos con cada contacto sexual con una pareja fértil. Su inversiGn consiste sobre todo en ayudar a sacar adelante a los hijos mediante la aportacién de recursos, # Debido a estas diferencias biolégicas en la capacidad reproductiva, los criterios de elecci6n de pareja seran diferentes en cada sexo. Hipétesis «+ Las mujeres elegirdn una pareja que les garantice una serie de recursos para la crianza de sus hijos. «Los hombres elegirén una pareja que les garantice que podrdn reproducirse y que los hijos en los que invierten no son de otro, Predicciones «En las mujeres, més que en los hombres, habré evolucionado una preferencia por parejas que muestren indicios de poseer 0 poder adquirir recursos. «En los hombres, mas que en las mujeres, habré evolucionado una preferencia por parejas que den muestras de capacidad reproductiva y de castidad Figura 1.2. Predicciones sobre las diferencias sexuales en la elecci6n de pareja segiin la Psicolo- gia evolucionista (modificado de Buss, 1990). En la Figura 1.2 puede verse cémo, a partir de la teorfa general (teorfa de la evolucién por seleccién natural —eficacia biolégica inclusiva), y de una teoria de nivel medio de- rivada de ella (teoria de la seleccién sexual —inversién parental; véase la explicacion en el Capitulo 2 del manual) se genera una hipstesis (cuando los hombres contribuyen con recursos para sacar adelante a la descendencia, las mujeres seleccionaran parejas en parte basandose en la capacidad y la disposicién de éstas para aportar recursos, y los hombres seleccionarén parejas que les garanticen no s6lo su propia reproduccién sino, ademas, que la descendencia en la que invierten no es de otro), y a partir de ella se for- mulan predicciones concretas (las mujeres valoraran mas que los hombres, en una pa- reja potencial, atributos tales como ambicién, laboriosidad, buenas perspectivas econd- micas y capacidad de conseguir recursos; por otra parte, los hombres valorarén mds que las mujeres la juventud y el atractivo fisico de una posible pareja, como indicios de capacidad reproductiva, asi como su castidad como indicio de futura fidelidad). Buss ten‘a especial interés en comprobar la universalidad de las diferencias sexua- les, como evidencia de un proceso evolutivo que afecta a toda la especie humana. Por ello, utilizé una muestra de 10.047 personas de 33 paises de los cinco continentes. Puesto que los datos recogidos en este estudio han sido luego reanalizados por sus cri- ticos, como veremos después, nos detendremos brevemente en la descripcion de las ca~ racteristicas de la muestra y del material empleados (este articulo esta incluido en el CD-ROM). Muestra En realidad, fueron 37 muestras obtenidas de 33 pafses (en algunos paises se utiliza- ron dos muestras, como es el caso de Israel —judios y palestinos—, Sudafrica —blancos y negros—, Canada —angléfonos y francéfonos— y EEUU —continente y Hawai). Los tamafos de las muestras eran en todos los casos superiores a 100 personas (excepto la de Iran, que sdlo ascendia a 55), siendo el tamafio medio de 272 participantes. Las me- dias de edad oscilaban entre los 16 y los 29 afios. Aunque las muestras reflejan una gran diversidad de grupos geogréficos, culturales, politicos, étnicos, religiosos y econémicos, las personas de procedencia rural, y de menor nivel educativo y socioeconémico estén infrarrepresentadas, segtin reconoce el propio Buss. Medidas 1. Datos biogréficos de los participantes: edad, sexo, religién, estado civil, ntimero de hermanos. 2. Preferencias sobre: la edad para casarse, la diferencia de edad con el cényuge, quién de los dos deberia ser mayor (el participante o el cényuge) y el ntimero de hijos deseado. 3. Evaluacién de una lista de 18 caracteristicas en cuanto a lo importantes o dese- ables que serian al elegir pareja. Intercaladas entre ellas se incluian las variables 5 de interés para la investigaci6n: «buenas perspectivas econémicas», ebuen as- pecto», «castidad» (virginidad) y «ambici6n y laboriosidad». La evaluacién se hacia mediante una escala de 0 («irrelevante o nada importante») a 3 («indispen- sable»). 4. Ordenacién de una lista de 13 caracteristicas de mayor a menor deseabilidad en una pareja potencial. Como en el caso anterior, entre los diferentes atributos se intercalaban dos que eran los que realmente interesaban al investigador: «capa- cidad para ganar dinero» y «atractivo fisicon. Fsta medida se incluy6 como prueba parcial de la validez de los resultados de la medida anterior. Las instrucciones estaban formuladas en lenguaje sexualmente neutro, de forma que fueran igualmente aplicables a hombres y a mujeres. Resultados En la Tabla 1.1 se presenta un resumen de los resultados referentes a la evaluacion de las 18 caracteristicas y a la diferencia de edad preferida con el cényuge. Tabla 1.1. Puntuaciones medias de hombres y mujeres de 37 culturas sobre la importancia de dis- — tintas caracterfsticas para la eleccién de pareja y sobre la diferencia de edad preferida con el conyuge (resumido de Buss, 1989 y Buss et al., 1990). Valoraci6n femenina sobre los hombres Valoraci6n ‘sti ‘masculina ct Caracteristica bre lea Grado de la diferencia riser entre sexos Amorfatraccién mutua BAIA BAA Formalidad (dignova de confianza) BAIA ALTA Estabilidad/madurez emocional MODERADA | MODERADA Cardcter agradable BAJA ALTA Buena salud BAIA ALTA Educaciér/inteligencia MODERADA | BAIA Carcter sociable BAIA MODERADA Deseo de hogar e hijos BNA ALTA Refinamientoypuleritud BAIA ALIA Buen aspecto ALTA, MODERADA Ambicién y laboriosidad ALTA, MODERADA Habilidad en tareas domésticas ALTA ALTA Buenas perspectivas econémicas ALTA BAA MODERADA } ALTA MODERADA | MODERADA BAIA ALTA BAIA ALTA Educacién similar Buena posicién social Castidad Creencias religiosas similares Valoraci6n Valoracién Grado de = Grado dela} Crate Caracteristica Tnasculina | femenina | Graco06™ | variacién ioe =i entre sexos: iene mujeres | hombres cultural Tendencia politica similar Diferencia de edad preferida* 0,92 1,03 BAJA, BAA 2,66 3,42 ALTA BAA FE rango de valoracton va desde 0 (nada importante) hasta 3 (indispensable Ean a ies representa aos El valor negaivo sigiicapreerencia por un cSnyuge ms joven, ye! postive indica preferencia por que el cényuge sea mayor que uno mismo En cuanto a la medida de ordenacién de caractersticas de mayor a menor deseabi- fidad en una pareja, las dos variables de interés (atractvo fisico y capacidad para ganar dinero) arrojaron diferencias sexuales significativas en la direccién esperada: los hom- bres, en comparaciGn con las mujeres, valoran como mas deseable en una pareja el atactivefisico, mientras que las mujeres dan més importancia que los hombres ala ca- pacidad de la pareja para ganar dinero y conseguir recursos. En ambos casos, la varia- bilidad entre culturas es baja. Discusién y conclusiones De acuerdo con el enfoque de Buss, sus hipétesis se verian confirmadas sien las va- riables de interés aparece una alta diferenciaci6n entre hombres y mujeres y, al mismo tiempo, sila variabilidad entre culturas es baja. Eso demostraria que las diferencias se- vnuales con universales y caracteristicas de la especie humana como resultado de la evo- lucién. ‘A pattir de sus resultados, Buss concluye que las predicciones derivadas de la teoria evolucionista se confirman en su mayor parte. Asi: 1. Ala hora de elegir pareja, las mujeres valoran mas que los hombres la ¢ apacidad para conseguir recursos. 2. Los hombres, en cambio, consideran més importantes los signos de capacidad re- productiva en la pareja, como el atractivo fisico y la juventud. 3, No se confirma la prediccién relativa a la castidad. La interpretaci6n de Buss es que este aspecto, a diferencia de los otros, no posee indicios directamente obser- tables, por lo que es posible que la seleccién no haya actuado sobre las prefe- vancize de los individuos, sino sobre algiin mecanismo més general, como los alos sexuales, para hacer frente ala pérdida de la inversi6n parental (véase mas adelante). 4, Almargen de estas diferencias, las distribuciones de las preferencias de hombres ¥y mujeres en la eleccién de pareja se solapan de forma considerable, y en gran parte de las demas caracteristicas incluidas en el estudio la diferencia es escasay 7 segtin Buss porque no se refieren a aspectos en los que los sexos se enfrentaran a {uerzas selectivas distintas a lo largo de la evolucién. Por otra parte, ninguna de las variables de interés fue valorada como la mas deseable por ninguno de los dos sexos. Fn todas las muestras estudiadas, ambos dieron més importancia a atributos como «amable y comprensivo/a» ¢ «inteligenter que a «capaz de ganar dinero» 0 «fisicamente atractivo/a». Buss interpreta estos resultados como indicadores de que existen preferencias en la eleccién de pareja tipicas de la especie, que son mas potentes que las preferencias ligadas al sexo, En cuanto a la alta variabilidad entre culturas en muchos de los atributos incluidos (por cierto bastante mayor que la diferencia entre sexos, aunque no en las variables de interés para esta investigacién), Buss y sus colaboradores (1990) utilizaron técnicas es tadisticas de escalamiento multidimensional" para averiguar qué culturas mostraban pa trones de preferencias similares. La dimensin més clara que obtuvieron diferenciaba en- tre culturas «tradicionales» y culturas «modernas» y, segtin sugieren los autores, se solapa considerablemente con la dimension aindividualismo-colectivismo» de Hofstede (véase el Capitulo 3 del manual). “Yo caro y ella recolecta. Es la tna Forma de llegar 8 Fin de mes" Las técnicas de escalamie porcionando una descripcién dimes westigan la estructura de un conjunto de variables, pro- 8 Aunque el estudio de Buss generé gran cantidad de respuestas, tanto a favor como en contra, quiz la postura critica mas elaborada es la mantenida por Alice Eagly y Wendy Wood. De acuerdo con la teor‘a de los roles sociales (Eagly, 1987) 0 teor’a bio~ social (Wood e Eagly, 2002), las diferencias psicol6gicas entre los sexos no se deben, co mo las diferencias fisicas, a adaptaciones heredadas producto de la selecci6n natural y sexual, sino a la necesidad de repartir el trabajo entre los miembros del grupo como es- trategia bisica de supervivencia desde tiempos ancestrales. Uno de los criterios légicos en el reparto de tareas es la constituci6n fisica y la dotacién bioldgica de los individuos (el mayor tamafio y fuerza de los hombres les hacfa mas aptos para tareas como la caza y la proteccién contra peligros externos, mientras que las labores reproductivas de las mujeres las destinaban a actividades cercanas a la casa, como la recoleccién 0 el c dado de los hijos, por ejemplo). Esas diferencias fisicas, en interaccién con las condi- ciones sociales y ecoldgicas, influyen en los roles que desempefian hombres y mujeres. Y es la acomodacién a esos roles y a las expectativas que el grupo tiene sobre la con- ducta de los que los desempefian lo que produce las diferencias de género. Se da la circunstancia de que las actividades desempefiadas por los hombres y, por tanto, los roles masculinos, han supuesto tradicionalmente mayor estatus, poder y ri- queza que las de las mujeres. De ahi que, para acomodarse a los roles correspondientes, la conducta de los hombres sea en general mas dominante (controladora, directiva, etc.) y la de las mujeres més sumisa (més receptiva ala influencia social, menos abiertamente agresiva, mas cooperativa y conciliadora, y con menor autonomia sexual). Por tanto, desde esta perspectiva no se niega la existencia de diferencias psicolégicas entre los sexos, pero su causa se busca en otro sitio: no esta en adaptaciones evolucio- nistas sino en la estructura social. De ahi que una de las predicciones de la teoria sea que en aquellas culturas en las que existe una mayor igualdad de roles entre hombres Yy mujeres sus diferencias psicoldgicas deberian ser menores. Para poner a prucba esta prediccién, Eagly y Wood (1999) utilizaron los datos de la muestra transcultural de Buss sobre preferencias en la elecciGn de pareja y los sometieron a un nuevo andliss (este artfculo esta incluido en el CD-ROM). La premisa de la que partian era que la eleccidn de pareja es un reflejo mas del es- fuerzo de las personas, no por aumentar al maximo su eficacia biol6gica inclusiva, sino por aumentar al maximo sus beneficios personales y reducir sus costes, sacando el ma- ximo partido de sus posibilidades en un ambiente en el que esas posibilidades estén li mitadas por los roles de género impuestos por la sociedad y por las expectativas asocia- das a los roles dentro del matrimonio. Por ejemplo, en aquellas sociedades en que hombres y mujeres ocupan roles matrimoniales y familiares que entrafian responsabili- dades y obligaciones diferentes, cada sexo deberia seleccionar parejas de acuerdo con riterios que reflejen esas obligaciones y responsabilidades diferentes. Si el sistema fa- miliar esta basado en un hombre que aporta recursos de fuera y una mujer que trabaja en la casa, como ocurre en muchas sociedades actualmente, las mujeres tendran mejo- res resultados eligiendo una pareja que desempefie bien su papel de proveedor de re- cursos, y los hombres buscando una pareja que cumpla bien su papel doméstico. 9 En su anilisis, Eagly y Wood se centraron en aquellas caracteristicas que més rele- vancia tienen para su modelo: la tendencia de los hombres a buscar parejas mas javenes y con habilidades domésticas (esta variable arrojé una amplia diferencia entre sexos en el estudio de Buss, aunque no era considerada de interés por el autor) y la tendencia de las mujeres a escoger parejas mayores y con capacidad para ganar dinero. Sus resultados confirman los obtenidos por Buss: *# Las mujeres valoran mas que los hombres la capacidad de la pareja para ganar di- nero. * Los hombres valoran mas que las mujeres la capacidad de la pareja para las tareas domésticas. * Los hombres prefieren parejas mas j6venes y las mujeres parejas mayores. Ademés, encuentran otras relaciones de interés para su modelo: * Las culturas en las que existen mayores diferencias sexuales en valoraci6n de las habilidades domésticas son también las que presentan mayores diferencias en va- loracién de la capacidad para ganar dinero, siendo esta relacion estadisticamente significativa * La diferencia en cuanto a la edad preferida del cényuge correlacionaba positiva- mente con la diferencia en la preferencia por una pareja que gane dinero, y tam- bién con la diferencia en la preferencia por una pareja con habilidades domésti- cas. Es decir, las culturas en las que los hombres preferian una pareja mas joven y las mujeres una pareja de més edad mostraban también una preferencia mayor en las mujeres que en los hombres por una pareja capaz de conseguir recursos y una preferencia mayor en los hombres que en las mujeres por una pareja que co- cinara bien y fuera eficaz en las tareas de la casa Las autoras interpretan todos estos resultados como prueba de la importancia de la divisi6n del trabajo y el reparto de roles entre los sexos: las mujeres que desempefan el rol doméstico son el complemento de los hombres que sirven como proveedores de recursos, y la combinacién de maridos mayores y esposas mas j6venes facilita esta forma de matrimonio. Para poner a prueba la hipétesis de que la mayor igualdad de roles disminuye las di- ferencias entre los sexos se basaron en datos de archivo de Naciones Unidas (1995). En concreto, utilizaron dos indicadores trans-nacionales de igualdad de género: el Gender Empowerment Measure (G. E. M.), que refleja el grado en que las mujeres de una so- ciedad participan igual que los hombres en roles econémicos, politicos y de toma de de- cisiones, y el Gender-Related Development Index (G. D. |.), que representa la igualdad de los sexos en nivel de ingresos y en el acceso a servicios de salud y educacién. Las Tablas 1.2 y 1.3 recogen las correlaciones de estos indices con las variables de interés para el estudio, tanto en la versién de valoracién (de 0 a 3, véase la descripcién del es- tudio de Buss) como en la de ordenacién jerarquica (de mayor a menor deseabilidad).. 10 Correlaciones de las ordenaciones y valoraciones medias de los criterios de eleccién de pareja con los indices de igualdad de género de Naciones Unidas para los datos de Buss (1989; Buss et al., 1990) en 37 culturas (abreviado de Eagly y Wood, 1999). Criterios ordenados Criterios valorados Giterio de cleccién y eraluador | GEM Gok | GEM | Got | Ganar dinero (pers. econém) Diferencias entre sexos Mujeres Hombres ‘Ama/o de casa (y cocinera/o) Diferencias entre sexos Mujeres Hombres +p<10. *p<.05. *p<.0l. * p<.001 Aclaraciones para interpretar la tabla: * Valores més altos en los indices de igualdad de género (G.E.M. y G.D.1.) indican mayor igualdad; por otra parte, mayores valores en la valoracién y el ordenamien- to de los criterios de eleccién indican mayor deseabilidad en una pareja. Por tanto, una correlacién positiva indica un aumento de la deseabilidad del criterio a me- dida que aumenta la igualdad entre hombres y mujeres, y una correlaci6n negativa indica un descenso de la deseabilidad. * Las diferencias entre sexos se calcularon restando la media de los hombres a la de las mujeres en el criterio «Capacidad para ganar dinero/Buenas perspectivas eco- némicas», y restando la media de las mujeres a la de los hombres en el criterio «Habilidad para la cocina y las tareas domésticas». Por tanto, una correlacién po- sitiva indica un aumento de la diferencia entre los sexos en cuanto a la valoraci6n y el ordenamiento de los criterios a medida que aumenta la igualdad de género en un pais, y una correlacién negativa refleja un descenso en la diferencia entre los sexos, * Los valores de p que aparecen debajo de la Tabla indican niveles de significacién de los resultados (p se refiere a la probabilidad de error): cuanto menor es el valor de p, mayor es el nivel de significacién, es decir, mas seguros podemos estar de lo que los resultados reflejan W Tabla 1.3. Correlaciones de la diferencia media de edad preferida entre uno mismo y el cOnyuge “~~ con los indices de igualdad de género de Naciones Unidas para los datos de Buss (1989; Buss et al., 1990) en 37 culturas (Eagly y Wood, 1999). Evaluador EM. G.D. J Diferencias entre sexos. Mujeres Hombres =p <.008 Aclaraciones para interpretar Ia tabla. * Valores de edad positivos indican preferencia por un cényuge mayor, y valores negativos, preferencia por uno menor que uno mismo. Por tanto, en el caso de Las preferencias de las mujeres, una cortelacién negativa indica un descenso en la tendencia a preferir un cényuge de mas edad a medida que aumenta la igualdad entre sexos en la sociedad, y lo mismo indicaria una correlacién positiva en el co so de las preferencias de los hombres. * Puesto que las diferencias entre sexos se calcularon restando la diferencia de edad! preferida por los hombres a la preferida por las mujeres, una correlacién negative indica un descenso en la diferencia entre hombres y mujeres en este criterio = medida que aumenta la igualdad entre sexos en la sociedad. A partir de estos resultados, las autoras concluyen que las predicciones de su modelo socioestructural se cumplen en general, ya que, a medida que aumenta la igualdad de género en una sociedad, disminuyen las diferencias entre hombres y mujeres en cuanto a sus preferencias en la eleccién de pareja, al menos en los tres critcrios seleccionados: los hombres dan menos importancia a las habilidades domésticas de la pareja y las mu- jeres ponen menos énfasis en las perspectivas econémicas del potencial marido. ¥ lo mismo ocurte con las diferencias en cuanto a la edad relativa de la pareja: las preferen- cias de hombres y mujeres en este sentido, sin llegar a ser idénticas, se van haciendo més similares. Recientemente, Buss y sus colaboradores (Gangestad, Haselton y Buss, 2006) han vuelto a analizar los datos de su estudio de 1989 incluyendo los indices de igualdad de género empleados por Eagly y Wood y controlando la influencia de variables no con- templadas entonces, y encuentran una escasa relacién (y a veces opuesta a lo previsto Por estas autoras) entre dichos indices y las diferencias entre hombres y mujeres en la importancia que dan a los diversos criterios de eleccién de pareja. Amplian sin embargo el marco de interpretacién de sus resultados al incluir variables de tipo ecolégico que podrian explicar la variabilidad cultural observada, basandose en el concepto de «cul- tura evocada», introducido por los psicdlogos evolucionistas como explicacién comple- mentaria a la mantenida por las ciencias sociales (véase el Capitulo 3 del manual) de la 12 existencia de semejanzas entre los miembros de una misma cultura y de diferencias en- tre culturas. Veamos brevemente en qué consiste dicho concepto. Tooby y Cosmides (1992), en un capitulo que suponfa una declaraci6n de principios y que sents las bases de lo que ahora es la Psicologia evolucionista (disciplina que e= tudia las relaciones entre evolucién, psicologfa y cultura), afirman que las semejanzas intra- y las diferencias inter-culturales no pueden explicarse sdlo como resultado de aprendizaje y la transmisin de elementos culturales de una generaci6n a la siguiente, Segtin su planteamiento, todos los seres humanos compartimos una arquitectura cerebral universal y altamente organizada, dotada de miltiples mecanismos que han sido dis jiados por la seleccién natural para responder a miles de variables del ambiente (fisico y social). Por tanto, esas variables activarfan diferentes mecanismos adaptativos hereda- dos, es decir, diferentes repertorios psicol6gicos y conductuales, segiin las condiciones concretas. De ahi que las personas y grupos que comparten condiciones similares mues- tren patrones de respuesta comunes, y diferentes de los que viven en circunstancias dis- tintas. Sin embargo, el que algunas semejanzas intra- y algunas diferencias inter-cultu- rales puedan explicarse como resultado de la cultura evocada no significa que la cultura transmitida no tenga importancia para los psicélogos evolucionistas. Lo que ellos pro- ponen es una complementariedad entre ambas: «El funcionamiento de una psicologia rica y con gran capacidad de res- puesta, mas la capacidad para aprender socialmente, pueden conjunta~ mente dar una explicacién mucho mas completa de la cultura y el cambio cultural que cualquiera de ellos por separado.» (p. 117) El trabajo de Gangestad y colaboradores (2006) ha sido publicado como articulo abierto a comentarios de otros colegas. Por supuesto, uno de esos comentarios procede de Eagly y Wood (2006). Aunque en él se limitan a criticar aspectos metodolégicos, su- ponemos que no tardaran en publicar un nuevo estudio aportando nuevas pruebas a fa~ vor de su modelo. En cualquier caso, lo importante de una controversia como esta es que, si se produce en términos cientificos y no ideolégicos, hace avanzar el conocimiento de un determi- nado fenémeno. Las criticas de otros investigadores interesados en el mismo t6pico fo- mentan la imaginacién y afinan el empleo de métodos mas sofisticados. Con cada nuevo anilisis se contemplan aspectos antes pasados por alto y, muchas veces, se llega a en- contrar puntos de encuentro entre enfoques inicialmente irreconciliables. DIFERENCIAS SEXUALES EN LOS CELOS Una vez elegida la pareja, si consideramos que hemos acertado en la eleccién, parece de suma importancia mantenerla. Por eso, pensar que la relacién esta amena- zada por causa de una tercera persona (rival), nos resulta una experiencia muy desa- gradable. 13 ‘Amon mio, no quiero que nadie te haga infeliz excepto yo. El sentimiento de celos esta presente en précticamente todas las culturas conocidas, y es una de las principales causas de agresin y de homicidio dentro del matrimonio (Daly y Wilson, 1988). Los celos constituyen un fendmeno complejo, con componentes cognitivos, emocionales y motivacionales, que son activados por la amenaza a una re- lacién que mantenemos con otra persona y que consideramos valiosa. Cuando percibi- mos ciertos signos que nos hacen temer la pérdida de esa relacién, nuestra atencién y nuestro pensamiento se ven canalizados en direcciones determinadas, experimentamos emociones concretas (ira, miedo), y nos verios motivados a actuar para eliminar la ame naza y retener la relacién que valoramos. El planteamiento de la Psicologia evolucionista El enfoque evolucionista sugiere que los celos son un mecanismo seleccionado a lo largo de la historia evolutiva del ser humano como soluci6n a los problemas adaptativos que suponia la pérdida de relaciones importantes (pérdida no por muerte del otro sino por abandono). Aquellos individuos en los que se activara este mecanismo conseguirian tener mayor ntimero de descendientes y lograrian que sus genes se propagaran, mientras que los que no reaccionaran ante la amenaza de pérdida de la pareja sexual tendrian més dificultades para reproducirse. De acuerdo con la teoria de la seleccién natural, puesto que tanto los hombres como las mujeres se han visto perjudicados por ese tipo de pérdida, no es ldgico predecir que uno de los sexos experimentaré més celos que el otro. De hecho, segtin los estudios, parece tratarse de un mecanismo tipico de nuestra especie (aunque no est demostrado que sea exclusivo de ella) que se encuentra tanto en hombres como en mujeres en todo el mundo (Daly y Wilson, 1988). Donde si es predecible que haya diferencias entre los sexos es en los sucesos que ac- tivan el mecanismo de los celos. Esto se debe a que los problemas adaptativos ocasio- 14 nados por la pérdida de la relacién no han sido los mismos para los hombres y para las mujeres. El hombre se enfrenta al problema de la certeza de la paternidad y, por tanto, la principal amenaza para él consiste en que su pareja copule con otro y tenga hijos de otro. Si esto ocurriera, él estaria invirtiendo sus recursos para sacar adelante a los des- cendientes de otro hombre en lugar de los suyos. En cambio, la mujer no tiene ese pro- blema. De hecho, el que su pareja copule con otra mujer no tiene por qué interferir en su propio éxito reproductivo, a menos que la relacién de su pareja con esa otra mujer no se limite a la cépula sino que implique un compromiso més fuerte que le lleve a in- vertir sus recursos en esa relacién, privando a su propia descendencia de esos recursos que pueden ser necesarios para su supervivencia. Por tanto, la prediccién evolucionista seria la siguiente: lo que activa los celos en los hombres es la percepcién o la sospecha de infidelidad sexual de su pareja, mientras que en las mujeres los celos se referiran mas bien a la infidelidad emocional. En una serie de estudios, Buss y sus colegas (1992; este articulo esta incluido en el CD-ROM) analizaron las respuestas de hombres y mujeres (estudiantes universitarios) ante situaciones imaginarias referentes a distintos tipos de infidelidad. En concreto, se les pedia que imaginaran a su pareja (la que tenian actualmente, la que habian tenido en una relacién pasada o la que les gustaria tener) realizando el acto sexual con otra per- sona, y formando un fuerte vinculo emocional con otra persona, y que indicaran cual de las dos situaciones les provocaba mayor malestar. Los resultados mostraron que un porcentaje significativamente mayor de hombres que de mujeres sefialaban la situacion de infidelidad sexual como mis desagradable (el porcentaje se duplicaba cuando los participantes tenian experiencia en relaciones de pareja con sexo), mientras que para ellas era la infidelidad emocional la que provocaba mayor malestar en un porcentaje sig- nificativamente superior que para los hombres (en este caso, la experiencia previa en re- laciones de pareja no influia), En un segundo estudio se repetia la misma situacién es- timular, pero ahora la respuesta de los sujetos ante las dos imagenes evocadas se media a través de registros psicofisiolégicos (actividad electrodérmica, tasa cardiaca y actividad electromiografica de los musculos faciales). Los resultados confirmaron los del primer estudio. La evidencia transcultural muestra que estos resultados no son exclusivos de una po- blacién concreta. Por ejemplo, Betzig (1989), en un estudio de 89 culturas repartidas por todo el mundo, encontré que la causa de divorcio mas frecuentemente mencionada por los hombres, pero no por las mujeres, era la infidelidad sexual No obstante, a pesar de esta diferencia, en el estudio de Buss y colaboradores (1992) ambos sexos consideraban bastante estresante la infidelidad emocional, lo que indica, segtin los autores, que los dos tipos de infidelidad estan relacionados y uno puede pro- 15 porcionar indicios de la existencia del otro, de forma que tanto hombres como mujeres se sentirfan inquietos por ambos. Como ocurria en el caso de las preferencias en la eleccién de pareja, el enfoque evolucionista de Buss y sus colaboradores en el estudio de los celos ha recibido nume- rosas criticas por parte de otros cientificos sociales. Segtin estas criticas, las diferencias entre hombres y mujeres se deben, también aqui, al proceso de socializacién, en el que nifios y nifias reciben pautas distintas, y a la influencia social y cultural que favorece de- terminadas actitudes, valores y sentimientos en unos y en otras segtin los roles que ocu- pan (véase el Capitulo 9 del manual). Por otra parte, algunos autores consideran que los dos tipos de infidelidad estudiados por Buss y sus colegas son interdependientes para el que los percibe, y la gente piensa que uno implica el otro. Esta idea ya fue apuntada por Buss y colaboradores (1992) en la discusién de sus resultados, pero lo que los defensores de la perspectiva cultural sos- tienen es que las personas considerarén como mas estresante el tipo de infidelidad que crean que implica mas probablemente la presencia del otro tipo, y las diferencias entre sexos se deben a que hombres y mujeres adquieren creencias distintas a ese respecto. Es decir, los hombres creen que cuando una mujer mantiene relaciones sexuales con al- guien seguramente es porque siente algin tipo de vinculacién emocional con esa per- sona, pero que el vinculo emocional en si mismo no necesariamente va acompaiiado de contacto sexual, y por eso les resulta mas estresante que su pareja cometa una infi- delidad sexual. Las mujeres, en cambio, piensan que si un hombre es infiel emocional- mente también lo serd sexualmente pero no al revés, por lo que perciben como mas es- tresante la infidelidad emocional. Tres psicdlogos sociales espajioles, Luis Gomez Jacinto, Jestis Canto y Patricia Garcia Lei- va, han tratado de replicar los estudios de Buss y colaboradores, sobre diferencias sexuales en los celos. Su trabajo esté recogido en un articulo de la Revista de Psicologia Social que se incluye en el CD-ROM y que constituye la lectura obligatoria de esta practica. Los autores pretenden explorar algunas variables sociales y culturales que, segtin los criticos, puedan es- tar influyendo en las diferencias encontradas por los psicélogos evolucionistas. A este obje- tivo se dedica el primero de los estudios que componen el articulo. El segundo se centra en los efectos que el artefacto experimental de elecci6n forzada tiene en los resultados. En la lectura del articulo, deberd prestarse especial atencién a los aspectos siguien- tes: 16 Introduccién — La explicacién evolucionista del mecanismo de los celos y de las diferencias entre hombres y mujeres en cuanto a las situaciones que los activan. — La explicacién socio-cultural y las hipétesis de la interdependencia de las infide- lidades. — Distinci6n conceptual entre «sexo» y «género». Estu Objetivos — Analizar las respuestas de las personas con distintas tipificaciones sexuales ante situaciones de infidelidad para aislar la influencia del sexo (biolégico) de la del género (cultural). — Poner a prueba las hipétesis sobre la interdependencia de las infidelidades. En concreto, la idea de que un tipo de infidelidad (sexual 0 emocional) conlleva la otra, y la de que esa interdependencia se percibe como mas probable cuando el que comete la infidelidad parece implicarse més. — Analizar el contexto que activa el mecanismo de los celos. Se pretende profun- dizar en la relacién encontrada por Buss y colaboradores entre relaciones senti- meniales y sexuales previas y reacciones ante la infidelidad, incluyendo ademas la influencia de la propia infidelidad en la respuesta. — Estudiar la influencia de la presién cultural en la respuesta de las personas ante una situacién de infidelidad. Se supone que esa presién va en la direccién de fa- vorecer una mayor manifestacién de estrés ante la infidelidad emocional, lo que, segtin los defensores de las dos posturas teéricas, explicaria que los hombres tam- bién elijan mas ese tipo de infidelidad como més desagradable. Hipétesis: Las hipotesis del estudio se centraron en los aspectos sefialados en los objetivos. En concreto: 1. Las respuestas de los participantes dependerdn de su tipificaci6n sexual. 2. La aparicién de diferencias significativas entre hombres y mujeres dependera de si las situaciones planteadas representan un solo tipo de infidelidad 0 los dos. La aparicién de diferencias significativas entre hombres y mujeres dependera de si las situaciones planteadas representan la infidelidad de forma poco explicita o muy explicita. 4. Las respuestas de los participantes dependeran de si han tenido experiencias pre- vias en relaciones de pareja y de si ellos mismos han cometido alguna infidelidad. 17 5. Las respuestas de los participantes dependerdn de su grado de deseabilidad social Disefio En el estudio se combina la manipulacién experimental y el estudio correlacional 0 selectivo. Variables independientes (factores manipulados experimentalmente) 1. Ocurrencia de la infidelidad, con dos niveles: + Simple * Doble 2, Descripcién de la situacién, con dos niveles: * Poco explicita * Muy explicita Variables independientes (factores de control’): 1. Sexo y tipificacién sexual (género) de cada participante 2. Experiencia previa de los participantes en relaciones de pareja (con y sin sexo) y en infidelidades 3. Grado de deseabilidad social de cada participante 4, Intensidad de los celos Variables dependientes: 1. Fleccién de una de las dos infidelidades (sexual 0 ‘emocional) como mas estresan- te 2. Creencias de los participantes sobre la interdependencia de las dos infidelidades Material y procedimiento En este apartado es importante entender: — Cémo se manipulan las variables experimentales — Cémo se mide cada uno de los factores de control — Cémo se miden las variables dependientes Resultados Tras la lectura de este apartado deberfa quedar claro: 7 Estas no son variables experimentales. No confundir con «condicién de controls en un disefio experi- mental 18 — Qué patrén de elecciones muestran hombres y mujeres para cada escenario (Ta- bla p. — Qué patrén de rencias entre sexos aparece para cada uno. — Cual de las dos perspectivas (evolucionista 0 cultural) apoyan estos resultados. — Qué indican los resultados relativos a la tipificacién sexual (Tabla Il). — Cémo influyeron el sexo y el género en los resultados sobre las creencias relativas ala interdependencia de las dos infidelidades. — Qué relacién hay entre las creencias sobre la interdependencia y la eleccién de la infidelidad mas estresante. — Cémo influye la experiencia en relaciones de pareja en la eleccién de los parti- cipantes (Tabla II1). Qué diferencias aparecen entre los que mantienen relaciones sextiales con la pareja y los que no. — Qué efecto tiene sobre las elecciones de los participantes la experiencia de haber sido ellos infieles (Tabla IV). — Como se analiza el efecto de la variable «deseabilidad social» y qué influencia tiene en las elecciones de hombres y mujeres. — Cémo se analiza el efecto de la variable «intensidad de los celos» y qué influencia tiene en las elecciones de hombres y mujeres. — Cuél es la relacidn entre «intensidad de los celos» y «deseabilidad social» y qué efecto conjunto tienen sobre la eleccidn de la infidelidad més estresante en hom- bres y en mujeres (Tabla V). Discusién En este apartado se comentan los resultados en relacién con los planteamientos ex- puestos en la introduccién, los resultados de otros autores y los objetivos e hipétesis del estudio, asi como algunas de las limitaciones. Una de éstas se intenta resolver en el se- gundo estudio. Estudio 2 Objetivos El objetivo principal de este segundo estudio es evitar que se activen al mismo tiempo los dos tipos de infidelidades, para analizar por separado el efecto de cada uno en las. respuestas de los participantes. Disefio Aqui se vuelven a combinar la manipulaci6n experimental y el estudio correlacional © selectivo, si bien el ntimero de variables se reduce. 19 Variable independiente experimental: Descripcin de la situacién, con dos niveles: * Poco explicita ‘© Muy explicita Variables independientes de control’ 1. Sexo y tipificacién sexual (género) de cada participante 2. Grado de deseabilidad social de cada participante Variables dependientes: 1, Intensidad de los celos 2. Eleccién de una de las dos infidelidades (sexual 0 emocional) como més estresan- te (esta medida sirve de contraste con la anterior) Material y procedimiento En este apartado es importante entender: — Cémo se manipula la variable experimental y en qué se diferencia esa manipu- lacidn de la del primer estudio. — Cémo se mide cada una de las variables de control, — Cémo se miden las variables dependientes y qué diferencias existen entre ambas medidas. Resultados Tras la lectura de este apartado deberfa quedar claro: — Qué efecto tienen las variables sexo y género en la intensidad de los celos emo- cionales y sexuales — Qué efecto conjunto tienen la deseabilidad social y la intensidad de los celos emocionales y sexuales en la eleccién de uno u otro tipo de infidelidad. Discusion Se comentan los resultados comparandolos con los del primer estudio, destacando el efecto del formato de eleccién forzada sobre los resultados de estudios anteriores. Conclusiones En este apartado final se resumen los resultados mas destacados de los dos estudios, situandolos dentro del marco de la literatura sobre diferencias de sexo en los celos para > Véase la Nota 2 20 poner de relieve lo que aportan, asf como las cuestiones que quedan menos claras y re- | quieren més investigacién. 1. Enel estudio de Buss sobre diferencias de sexo en la elecci6n de pareja, uno de los resultados mas fuertes se refiere a la caracteristica «buenas perspectivas eco- némicas» (véase la Tabla 1.1). En 36 de las 37 muestras la diferencia entre hom- bres y mujeres fue significativa y en la direccién prevista (mayor valoracién por parte de las mujeres). La Gnica muestra que no presenté diferencias de sexo sig- nificativas fue precisamente la espafiola, y lo mismo ocurrié con la importancia concedida al atributo «capacidad para ganar dinero» en la tarea de ordenacién jerarquica. Este resultado desconcert6 bastante a Buss, segtin él mismo reconoce en su articulo (véase la p. 18 y la Tabla 2 del articulo de Buss, 1989, en el CD- ROM). Otra rareza de la muestra espafiola es que es una de las tres (entre 37) que presentan una diferencia, aunque no significativa, en el sentido opuesto al es- perado en la variable «ambicion y laboriosidad» (es decir, mayor valoracién por parte de los hombres) (véanse las pp. 8 y 9 y la Tabla 3 del articulo). 3Cémo explicarfa estos resultados segtin los modelos que hemos revisado en este capitulo? 2. Evalte las preferencias de varias personas de distinto sexo en la eleccién de pareja mediante el instrumento que aparece en el Cuadro 1.1 (esta escala esta incluida en el CD-ROM). Serfa ideal que los participantes procedieran de culturas diferen- tes. A partir de estos datos realice las siguientes operaciones: * Calcule las medias y desviaciones tipicas de hombres y de mujeres por sepa- rado para cada atributo. * Compare las medias entre hombres y mujeres. * Calcule las medias y desviaciones tipicas de personas de distintas culturas, sin diferenciar por sexo, para cada atributo. * Compare las medias entre personas de distintas culturas. * Compruebe si son mayores las diferencias entre sexos o entre culturas para ca- da atributo. * Discuta los resultados en relacién con los modelos expuestos en el capitulo. * Elabore un informe siguiendo los pasos indicados en el Apéndice 2 21 Cuatro 1.1. Lista de 18 caracteristicas referidas a una pareja potencial ‘Accontinuaci6n encontaré una lisa con una serie de caracteristicas. Le pedimos que las evalie aeejantoa lo importantes o deseables que serfan para usted a la hora de elegir una pareja. Fara Silo. deberé puntuar cada una de 0 (irrelevante o nada importante) a3 (indispensable). AEE 3) Amor/atraccién mutua jis 2) Formalidad (digno/a de confianza) jj hd y Estabilidad / madurez emocional jj i 4) Cardcter agradable jj i) Buena salud jj ) Educacién / inteligencia | 4 2 Cardcter sociable Jj | | 8) ‘Deseo de un hogar y de tener hijos Ij @ Refinamiento / pulcritud | jd 10.) Buen aspecto | \_j <1) Ambicion y laboriosidad | sj 4 : “co l Habilidad para la cocina y las tareas domésticas i) Buenas perspectivas econémicas | jj 4 4) Educacién similar | Jj a) Buena posicién social \_j a) Castidad |_| 47) Creencias religiosas similares |_| 48) Tendencia politica similar | | | LL LL 22 3. Una de las sugerencias que hacen Buss y colaboradores en la discusi6n de sus resul- tados sobre diferencias sexuales en los celos es que, siguiendo la légica evolucionista, los celos sexuales en los hombres deberian disminuir a medida que aumenta la edad de su pareja, dado que, con la edad, el valor reproductivo de las mujeres desciende. Utilizando el material recogido en el anexo del articulo de Gomez Jacinto y co- laboradores (2001), realice un estudio para poner a prueba esta hipétesis, y elabore un informe siguiendo los pasos que se indican en el Apéndice 2 (el estudio debers realizarse garantizandbo la privacidad y el anonimato de los participantes). Para ello: * Seleccione una muestra de personas de diferentes edades (0 cuya pareja sea jo- ven 0 mayor) y sexo que mantengan relaciones de pareja en la actualidad. * Siguiendo el procedimiento del segundo estudio de Gémez Jacinto y colabo- radores, presénteles la descripcién del escenario corréspondiente a las condi- ciones simple y poco explicita (el primero del anexo) adaptandola a los dos ti- pos de infidelidad (sexual en un caso y emocional en otro), sin que aparezca el dilema de eleccién forzada. * Después de presentarles cada descripcién, apliqueles el cuestionario de 6 adje- tivos sobre intensidad de los celos descrito en el apartado «Materiales» del primer estudio. Como se indica en el segundo estudio, es importante que los participan- tes no sepan que después de la primera descripcién (sobre la infidelidad sexual ola emocional) y de cumplimentar el cuestionario se les va a presentar otra, para que sus respuestas no se vean sesgadas. El orden de presentacién de los dos es- cenarios debe estar contrabalanceado (unos participantes deberdn ver primero el referente a la infidelidad sexual y otros el referente a la infidelidad emocional) * Compare las respuestas de los participantes en funcién del sexo, de la edad de la pareja (joven / mayor) y del tipo de infidelidad. * Discuta los resultados relaciondndolos con los modelos revisados en el capi- tulo. ¢Cémo tendrian que ser esos resultados para que la hipétesis de Buss y colaboradores se viera confirmada? 4. A partir de lo visto en este capitulo, y de otros conocimientos que haya adquirido en esta asignatura y en la carrera, haga una reflexién sobre las siguientes cues- tiones (evite en lo posible recurrir a argumentos de tipo ideolégico): * ¢Son incompatibles la perspectiva evolucionista y la perspectiva socio-cultural? * En qué aspectos se distancian mas? * ;Cuadles son sus puntos en comén (si los hay)? * {Cree que existe alguna conexién entre biologia y cultura en relacién con el comportamiento humano? gDe qué tipo seria esa conexién? * 2Cual seria, a su juicio, la forma més adecuada de enfocar el estudio de las di- ferencias psicolégicas entre hombres y mujeres? 23 LAS ACTITUDES SEXISTAS Isabel Cuadrado Guirado «VIEJO» SEXISMO Y SEXISMO MODERNO- NEOSEXISMO SEXISMO AMBIVALENTE ‘Cémo medir el sexismo ambivalente: El ASI (Ambivalent Sexism Inventory) EI lado oscuro del sexismo benévolo DETECCION DE ACTITUDES SEXISTAS AMBIVALENTES El sexismo de los adolescentes hacia hombres y mujeres La escala DSA (Deteccién de Sexismo en Adolescentes) ACTIVIDADES RECOMENDADAS REFERENCIAS é...uAcelerar la eliminacién de los obstaculos que todavia subsisten a la participacién plena yen pie de igualdad de la mujer en todas las esferas de la vida, incluida la adopcién de decisiones econémicas y polticas, proteger los derechos humanos de la mujer en todo su ciclo biolégico y hacer participar a la mujer en todas las esferas del desarrollo sostenible, afin de que hombres y mujeres puedan obrar de conjunto para lograr la igualdad, ef desarrollo y la paz... (Documentacién preparatoria de Naciones Unidas. para la IV Conferencia Mundial sobre las Mujeres) Objetivos similares a los planteados por Naciones Unidas en el parrafo anterior se han formulado en las tiltimas décadas en numerosas ocasiones, en un sinfin.de paises, en diferentes dmbitos, y por parte de diversas instituciones, organizaciones y personas. Sin duda, evidencian la discriminacién que, ain en el siglo xx!, experimentan las mu: jeres en diferentes facetas de su vida, «justificada» por la existencia de actitudes sexistas por las que se les considera inferiores a los hombres. Esta creencia sobre la supuesta in ferioridad de las mujeres como grupo, tal y como se ha entendido tradicionalmente el sexismo, se ha modulado en la actualidad y, aunque sigue estando presente, coexiste con formas mas recientes. Estas actitudes sexistas que subyacen a la discriminaci6n con- tra las mujeres se manifiestan tanto en el émbito privado (por ejemplo, en relaciones de pareja) como en el piblico (por ejemplo en el contexto laboral; véase Figura 2.1). asa ti prinero, 181 tenes mihjo, rote van 8 alte asclanden, nadie va dar ‘sekor 9 cae, ‘por hacko que estés enchiPeds verde, Sencorto!? verdad, “encerto"? £41000. P860 U9 HE ag a antes, avai? Me Figura 2.1. Vifieta que ilustra la discriminaci6n de las mujeres en el émbito labora. 26 La actividad practica que se presenta en este capitulo se centra en el estudio de las actitudes sexistas, por lo que esté relacionada, fundamentalmente, con el Capitulo 9 del manual de la asignatura («Estereotipos de género»), especialmente con el epigrafe dedicado a los efectos de los estereotipos de género, El objetivo de esta practica es que el lector se familiarice, mediante una aproxima- cién empirica, con las teorias y modelos més destacados que tratan de captar toda la complejidad que subyace al modo de expresar las actitudes sexistas en la actualidad. De manera concreta, en las paginas siguientes abordaremos las teorfas denominadas de se- xismo modero, neosexismo y sexismo ambivalente. Describiremos diversas investiga- clones que ayudaran a conocer de un modo practico las bases y las implicaciones del mantenimiento de actitudes sexistas hoy en dia. VIEJO» SEXISMO Y SEXISMO MODERNO Como hemos sefialado, las teorias y medidas que aportan nuevas perspectivas sobre la naturaleza de las actitudes sexistas en la actualidad tratan de captar toda la comple- jidad de este fenémeno, Basicamente ponen el acento en el hecho de que hoy en dia no es socialmente deseable mostrar actitudes prejuiciosas. Es decir, no esta bien visto (0 incluso puede ser penalizado, dependiendo del pais) emplear expresiones racistas 0 sexistas. En esta linea se sitda la distincién entre Viejo Sexismo (Old-Fashioned Sexism) y Se- xismo Moderno (Modern Sexism) (Swim, Aikin, Hall y Hunter, 1995), que contrasta el Auevo sexismo con formas tradicionales, y que esté basada en las investigaciones sobre racismo de McConahay (1986). Segdin Swim y colaboradores (1995), el viejo sexismo —0 sexismo antiguo o tradicional— se basa en el mantenimiento de creencias en roles tradicionales de género (es decir, establece que hombres y mujeres deben mantener di- ferentes roles), 0 en el mantenimiento de estereotipos sobre la menor competencia de las mujeres. Por su parte, el sexismo moderno est caracterizado por una oposicién a las demandas feministas basada en las creencias de que las mujeres ya no son objeto de discriminacién, y que las politicas de accién afirmativa no son necesarias. Estos autores desarrollan una escala de 13 items (véase Cuadro 2.1) destinada a medir ambas formas de sexismo (Modern and Old-Fashioned Sexism Scale; MOS; Swim et al., 1995). Esta es- cala esta incluida en el CD-ROM. 27 Cuadro 2.1. Escala de Viejo Sexismo y Sexismo Moderno (MOS; Swim et al., 1995; versin es- paiiola de Rodriguez, 2006). Lea cada enunciado atentamente y evaldelo utilizando la siguiente escala de respuesta: 1 2 3 4 FS Totalmente en Endesacuerdo Nien desacuerdo De acuerdo Totalmente Desacuerdo ni de acuerdo de acuerdo Generalmente las mujeres no son tan inteligentes como los hombres ELI) EI) BAe | ELI) Estarfa igual de cémodo/a teniendo como jefe a una mujer que aun hombre Es més importante animar a los chicos que a las chicas a parti- cipar en actividades deportivas Las mujeres son tan capaces como los hombres de pensar de forma légica Cuando el padre y la madre trabajan y su hijo/a se pone enfer- moja en el colegio, desde el centro se debe llamar a la madre cen lugar de al padre GOGCOO La discriminacién contra las mujeres ya no es un problema en Espafia Las mujeres frecuentemente no acceden a buenos trabajos de- bido a la discriminacién sexual ©@C CCG Fs raro ver a las mujeres tratadas de forma sexista en ta televi- sién Mayoritariamente, en nuestra sociedad se trata de igual manera a maridos y a esposas ‘Actualmente, en nuestra sociedad las mujeres y tos hombres tienen iguales oportunidades para prosperar fel entender el enfado de los colectivos de mujeres en E5- J | 2)3)4)s fs facil entender por qué los colectivos de mujeres estin todavia preocupados por las limitaciones sociales de las mujeres. Durante los dltimos afios, el gobierno y los medios de comunt- ccaci6n han mostrado mas preocupacién por cémo se trata a las mujeres de lo que el tema merece @ Claves de correccién Recodifique las respuestas otorgadas a los items 2, 4, 7, 11 y 12 (es decir, en estos items cambie la puntuaci6n 1 por 5; la 2 por 4; la 4 por 2; y la 5 por 1; el valor 3 se sigue manteniendo igual). ‘Acontinuacién calcule la media de las puntuaciones otorgadas a los items 1, 2, 3, 4 y 5 (sume las puntuaciones y divida el total entre cinco) y obtendr la puntuacién en Viejo Sexismo (0 se- xismo antiguo 0 tradicional). 1almente, calcule la media de las puntuaciones en el resto de los items (del 6 al 13, ambos dos) (sume las puntuaciones y divida el total entre ocho) y obtendré la puntuacién en Se- xismo Moderno (0 nuevo sexismo). lai qi terpretacién de estas puntuaciones es la siguiente: a mayor puntuaci6n, mayor sexismo ha- las mujeres (tanto en Ia subescala de sexismo antiguo, como en la de sexismo moderno). Los resultados mas destacados encontrados por Swim et al. (1995) mediante la vali- daci6n y aplicacién de la escala: a) Sugieren que, efectivamente, las creencias hacia las mujeres pueden dividirse en dos componentes: uno basado en un tratamiento desigual de las mujeres, justif cado por su inteligencia supuestamente inferior (Viejo Sexismo 0 sexismo antiguo; véase Recuadro 2.1), y otro basado en una serie de reacciones poco comprensivas hacia los temas relacionados con las mujeres (Sexismo Moderno) b) Ponen de manifiesto la existencia de correlaciones positivas y significativas entre ambas formas de sexismo, que sugieren que las personas que mantienen actitudes sexistas modernas también mantienen creencias sexistas tradicionales. ©) Revelan que los hombres obtienen puntuaciones superiores a las mujeres en ambas escalas de sexismo (antiguo y moderno). Las mujeres nunca descubren nada; les falta, desde luego, el talento creador, reservado por Dios para inteligencias varoniles; nosotras no podemos hacer nada més que interpretar, mejor © peor, lo que los hombres nos dan hecho. (Pilar Primo de Rivera, 1942) Recuadro 2.1. El viejo sexismo 0 sexismo antiguo esté basado en creencias sobre la supuesta in- = ferioridad de capacidades de las mujeres respecto a los hombres, tal y como se de- fendia explicitamente en nuestro pais a mediados del siglo xx. En Espaiia se ha desarrollado la Escala sobre Ideologia de Género (EIG; Moya, Expé- sito y Padilla, 2006), una medida cuyo objetivo también es conocer las actitudes sexistas tradicionales e igualitarias. Los estudios realizados con esta escala confirman que los hombres, los participantes de mayor edad y aquellos que tienen un bajo nivel de estu- dios obtienen puntuaciones superiores en los items que miden una ideologia tradicional, Asimismo, este instrumento permite predecir actitudes y conductas relacionadas con la 29 desigualdad de género, como la percepcién de amenaza por parte de los hombres a sus intereses colectivos, las percepciones relacionadas con la violacién, o las aspiraciones profesionales de hombres y mujeres, entre otras. NEOSEXISMO En el mismo aiio en el que se desarrollé la escala de sexismo moderno, y basandose también en las investigaciones sobre racismo moderno 0 simbélico, Tougas, Brown, Beaton y Joly (1995) introducen el concepto de Neosexismo. Con este término se hace referencia al conflicto existente entre los valores igualitarios hacia las mujeres y los sen- timientos negativos que atin se experimentan hacia ellas. Tougas y colaboradores (1995) defienden y demuestran empiricamente que los hombres que desarrollan creencias ne- osexistas son aquellos que perciben los cambios hacia la igualdad entre hombres y mu- jeres como una amenaza a sus intereses colectivos. Como consecuencia, se opondran a las medidas de accién positiva que intentan favorecer el desarrollo profesional de las mujeres. Moya y Expésito (2001) Ilevaron a cabo un estudio para validar esta escala e inves- gar el Neosexismo en nuestro pais. La muestra estaba compuesta por 1191 varones que tenian una edad media de 33 afios. Para ello, adaptaron al castellano y aplicaron la escala de Neosexismo (NS; compuesta por 11 items, véase Cuadro 2.2) elaborada por Tougas et al. (1995). Esta escala est incluida en el CD-ROM. Asimismo, Moya y Ex- pésito incluyeron mas medidas con las que evaluaron: a) las actitudes hacia la accion positiva, b) los intereses colectivos de los varones en el ambito laboral, y ¢) la ideologia del rol sexual, entre otras (puede consultar el articulo completo en el CD-ROM). Los re- sultados mds destacados de este estudio pusieron de manifiesto que: a) El constructo «Neosexismo» es aplicable a la realidad de nuestro pais. La puntua- cién media obtenida por los participantes es de 3.33 (desviacion tipica = .85; sobre una escala de 1 a 7)y es similar a la obtenida por los autores originales de la escala y por otros investigadores en diversos paises. b) Las puntuaciones en neosexismo correlacionaban positivamente con la edad: .20 (p < .000) y negativamente con el nivel educativo: r = -.29 (p < .000). Es decir, los hombres de mas edad y menor nivel educativo eran los que se mostra- ban mas neosexistas. c) Los participantes que trabajaban a tiempo completo eran ligeramente menos neo- sexistas que quienes no lo hacfan: puntuaciones medias de 3.28 y 3.41, respec- tivamente; F(1,839) = 4.91, p =.03. d) Quienes estaban casados con mujeres que trabajaban a tiempo completo se mos- traron considerablemente menos neosexistas (3.18 vs. 3.51, F(1,536) = 20.14, p< .000). 30 e) En nuestro pais, mantener creencias neosexistas es lo que provoca que los varones vean amenazadbos sus intereses colectivos y esto les lleva a oponerse a las medi das de accién positiva. Este resultado es opuesto al obtenido por los autores de la escala (Tougas et al., 1995) en Canad, segiin el cual, la percepcién subjetiva de amenaza a los intereses grupales que experimentan los hombres es la que pro- voca la existencia de creencias neosexistas y, por tanto, la oposicién a las medidas de accién positiva. Cuadro 2.2. Escala de Neosexismo (Tougas et al., 1995; adaptada a poblaci6n espahola por Moya ———> > Expésito, 2001) Lea cada enunciado atentamente y evalielo utilizando la siguiente escala de respuesta: 1 2 3 4 5 6 iz Totalmente Totalmente en desacuerdo de acuerdo Ladiscriminacién contra la mujer en el terreno la- bboral no es un problema grave en Espafia Fl actual sistema de empleo laboral es injusto para las mujeres Las mujeres no deberfan meterse donde no se las quiere Las mujeres progresarian més siendo pacientes en lugar de presionar tanto para lograr cambios Fs dificil trabajar para un jefe que sea mujer Las demandas de las mujeres en términos de igual- ddd entre los sexos son simplemente exageradas Desde hace unos pocos afios, las mujeres han con- seguido del gobierno més de lo que se merecen ©6eoeode Las universidades se equivocan al admitir a las mu- jeres en carreras muy costosas tales como medicina, [porque de hecho, un gran némero de ellas abando- narén después de unos aios para cuidar a sus hijos En orden a no parecer sexistas, muchos hombres se inclinan a sobreproteger a las mujeres Debido a la presién social, muchas empresas con tratan a mujeres poco cualificadas @ © En un sistema de empleo justo, hombres y mujeres @ geereeie is | i | 2 | o* f= | 6| 7 Claves de correccién Recodifique las respuestas otorgadas a los items 2 y 11 (es decir, en estos items cambie la pun- tuacién 1 por 7; la 2 por 6; la 3 por 5; la 5 por 3; la 6 por 2; y la 7 por 1; el valor 4-se sigue manteniendo igual). A continuacién calcule la media de las puntuaciones otorgadas a todos los items (sume todas las puntuaciones y divida el total entre once) y obtendré la puntuacién media en Neosexismo. La interpretacién es la siguiente: a mayor puntuacién, mayor nivel de neosexismo hacia las mujeres. SEXISN Se hace dificil comprender las contradicciones existentes entre juzgar positivamente a las mujeres y su coexistencia con la discriminacién, devaluacién y hostilidad hacia ellas. El modelo de ambivalencia desarrollado por Glick y Fiske (1996) ha permitido que los psicdlogos sociales comprendan y expliquen esta aparente contradiccién. Dada su relevancia y su influyente desarrollo, tanto te6rico como empirico, el resto del tema esta dedicado a este modelo. Esta teoria se basa en la asuncién de que aunque en la actualidad los hombres con- tingan teniendo més poder estructural que las mujeres, a su vez son dependientes de ellas para satisfacer sus necesidades heterosexuales y afectivas. Es precisamente esta in- terdependencia la que les genera las actitudes ambivalentes hacia las mujeres. Es decir, por una parte, las mujeres son consideradas menos competentes pero mas afectivas que los hombres, !o que propicia la existencia de creencias benevolentes sobre ellas: tienen més «pureza» que los hombres y necesitan ser protegidas por ellos. A su vez, las mujeres también generan creencias hostiles: son muy demandantes y ejercen control y dominio sobre los hombres. Asi, segtin la teorfa de sexismo ambivalente, en la actualidad coexisten dos formas de sexismo: el hostil y el benevolente (véase Glick y Fiske, 2001). El sexismo hostil es el tradicional, es decir, hace referencia al prejuicio o discriminacién hacia las mujeres por considerarlas inferiores a los hombres. El sexismo benevolente esta basado en una visi6n estereotipada y limitada de la mujer, pero tiene Un tono afectivo positivo y esté unido a conductas de apoyo. En otras palabras, se trata de un deseo de los hombres de cuidar de las mujeres, protegerlas, adorarlas y «situarlas en un pedestal». Asi, ambas formas de sexismo tienen como finalidad dltima legitimar y reforzar la posicién subor- dinada de las mujeres, es decir, la desigualdad de género. En el capitulo 9 del manual se analizan las ideologias de género hostiles (paterna- lismo dominante, diferenciacién de género competitiva, hostilidad heterosexual) y be- 32 nevolentes (paternalismo protector, diferenciacién de género complementaria, intimidad heterosexual) que subyacen a estas dos formas de sexismo, por lo que no nos detendre- mos aqui en ellas. ambivalente: El ASI (Ambivale: Los autores del modelo elaboran un instrumento para medir ambas formas de se- xismo: el Ambivalent Sexism Inventory (ASI; Glick y Fiske, 1996), adaptado y validado en Espafia por Expésito, Moya y Glick (1998). En el Cuadro 2.3 se presenta esta escala, que también esté incluida en el CD-ROM. A partir de las puntuaciones obtenidas en cada subescala, Glick y Fiske (1996) proponen una tipologia que permite categorizar a los sujetos en cuatro grupos: 1) Sexistas ambivalentes (obtienen altas puntuaciones en sexismo hostil y en se- xismo benévolo) 2) Sexistas hostiles (obtienen altas puntuaciones en sexismo hostil y bajas puntua- ciones en sexismo benévolo) 3) Sexistas benevolentes (obtienen altas puntuaciones en sexismo benévolo y bajas puntuaciones en sexismo hostil) 4) No sexistas (obtienen bajas puntuaciones en sexismo hostil y en sexismo bené- volo). Cuadro 2.3. Versién espafiola del ASI (adaptado y validado por Expésito, Moya y Glick, 1998). ‘A-continuaci6n se presentan una serie de frases sobre los hombres y las mujeres y sobre su re- lacién mutua en nuestra sociedad contempordnea. Por favor, indique el grado en que Vd. esta de acuerdo 0 en desacuerdo con cada una de las frases usando la siguiente escala: 0 1 2 3 4 S Totalmente Totalmente en desacuerdo de acuerdo 9 “Aun euando un hombre logre muchas cosas en su vida, ‘nunca podré sentise verdaderamente completo a menos, ‘que tenga el amor de una mujer ey yep @ x pretexto de pedir sigualdads, muchas mujeres ‘buscan privilegios especiales, tales como condiciones de trabajo que las favorezcan a ellas sobre los hombres 33 © En caso de una catastrofe, las mujeres deben ser rescata- das antes que los hombres La mayoria de las mujeres interpreta comentarios 0 con- ductas inocentes como sexistas, es decir, como expresio- nes de prejuicio o discriminacién en contra de ellas © © Las mujeres se ofenden muy facilmente Las personas no pueden ser verdaderamente felices en sus vidas a menos que tengan pareja del otro sexo e En el fondo, las mujeres feministas pretenden que la mu- jer tenga mas poder que el hombre Cc © ‘Muchas mujeres se caracterizan por una pureza que po- cos hombres poseen © Las mujeres deben ser queridas y protegidas por los hom- bres. @ La mayoria de las mujeres no aprecia completamente to- do lo que los hombres hacen por ellas e Las mujeres intentan ganar poder controlando a los hom bres Todo hombre debe tener una mujer a quien amar El hombre esté incompleto sin la mujer 14 Las mujeres exageran los problemas que tienen en el tra- bajo (45)) Una vez que una mujer logra que un hombre se compro- ‘meta con ella, por lo general intenta controlarlo estre- chamente 3: s - 16) Cuando las mujeres son vencidas por los hombres en una competencia justa, generalmente ellas se quejan de ha- ber sido discriminadas ote sey asey @ Una buena mujer deberia ser puesta en un pedestal por su hombre Existen muchas mujeres que, para burlarse de los hom- bres, primero se insinGan sexualmente a ellos y luego re- cchazan los avances de éstos Las mujeres, en comparacién con los hombres, tienden a tener una mayor sensibilidad moral Los hombres deberian estar dispuestos a sacrificar su pro- pio bienestar con el fin de proveer seguridad econémica aa las mujeres, 21) Las mujeres feministas estén haciendo demandas com- pletamente irracionales a los hombres @ @ @ 2) Las mujeres, en comparacién con los hombres, tienden a tener un sentido més refinado de la cultura y el buen gusto © Claves de correccién Calcule la media de las puntuaciones otorgadas a los items 1, 3, 6, 8, 9, 12, 13, 17, 19, 20 y 22 (sume las puntuaciones y divida el total entre once) y obtendré la puntuacién en Sexismo Benevolente. A continuacién, calcule la media de las puntuaciones en los items 2, 4, 5, 7, 10, 11, 14, 15, 16, 18 y 21 (Gume las puntuaciones y divida el total entre once) y obtendrd la puntuaci6n en Sexismo Hostil La interpretacién de estas puntuaciones es la siguiente: a mayor puntuaci6a, mayor sexismo ha- cia las mujeres (tanto en la subescala de sexismo hostil, como en la de sexismo benévolente).. Los resultados obtenidos mediante la aplicacién del’ASI a una muestra de 15000 participantes pertenecientes a 19 pafses (Glick et al., 2000) se presentan en las Figuras 2.2 y 2.3, en las que se muestran las puntuaciones medias obtenidas por hombres y mu- jeres en sexismo Hostil (Figura 2.2) y sexismo Benévolo (Figura 2.3) en cada uno de los paises, ordenados de mayor a menor nivel de sexismo. * 35 Hombres Mujeres 4 a a aM a ap i big ip In, Sin bein Ti yy Te Sy 8 My 0% Fy Gee WED ey Gn Dg May my %3 “Gey Ae? ay he, 804 4, Py G8 Ber 4 25 * os % “ey es Figura 2.2. Puntuaciones medias en la subescala de Sexismo Hostil del ASI en hombres y mujeres de 19 paises. Fuente: elaborado a partir del estudio de Glick et al. (2000) Hombres] | Mujeres Figura 2.3. Puntuaciones medias en la subescala de Sexismo Benévolo del ASI en hombres y'mu- jeres de 19 pafses. Fuente: elaborado a partir del estudio de Glick et al. (2000). 36 Por otra parte, los datos correlacionales obtenidos en esta muestra confirman las pre- dicciones de sus autores: las puntuaciones en ambas escalas estn positivamente rela- cionadas en hombres y en mujeres en la mayoria de las muestras de-los diferentes paises. Segtin indican Glick y Fiske (2001), las menores correlaciones entre Sexismo Hostil y Be- névolo en los hombres (respecto a las mujeres), en naciones més sexistas (respecto a las mis igualitarias), y en individuos més sexistas (respecto a los menos sexistas), es con- sistente con su idea original de medir aspectos independientes del sexismo: las personas sexistas pueden tener actitudes hacia las mujeres predominantemente hostiles, benévo- las o ambivalentes. Segtin Glick y Fiske (1999a) son un subtipo concreto de mujeres las que generan las actitudes benevolentes (por ejemplo, las amas de casa y las que aceptan el estatus su- perior de los hombres), mientras que otro subtipo de mujeres (por ejemplo, las mujeres de carrera y otras que amenazan el estatus de los hombres) generan actitudes hostiles. La ambivalencia en las actitudes hacia diferentes subtipos de mujeres se puso de mani- fiesto en el estudio llevado a cabo por Glick, Diebold, Bailey-Werner y Zhu (1997), en el que confirmaron que las dos formas de sexismo van dirigidas hacia tipos diferentes de mujeres: el sexismo benevolente esta relacionado con evaluaciones positivas hacia mujeres tradicionales (por ejemplo, amas de casa), mientras que el sexismo hostil lo estd con evaluaciones negativas hacia mujeres que trasgreden los roles de género tradi- cionales (por ejemplo, mujeres de carrera, feministas). Estudios posteriores sefialan que la afirmacién de Glick y colaboradores (1997) acerca de que el sexismo hostil se dirige hacia mujeres no tradicionales es demasiado simplista. Asi, Masser y Abrams (2004) Ilevaron a cabo un estudio experimental me- diante el que comprobaron que para que se generen las consecuencias negativas del se- xismo hostil es critico que las mujeres ejerzan una amenaza al estatus o posicién de los hombres en la sociedad. EI lado oscuro del sexismo benévolo Respecto al sexismo benevolente, es necesario hacer hincapié en su cardcter negativo, encubierto por su aparente favorabilidad. De hecho, la deteccién de este tipo de sexismo y la posterior intervencién sobre él no resulta nada facil. Como indican Barreto y Ellemers (2005), el sexismo benevolente contribuye al mantenimiento de las desigualdades socia- les porque pasa desapercibido como una forma de prejuicio. De este modo, es menos probable que los sexistas benevolentes, en comparacion con los hostiles, se perciban como personas que mantienen actitudes sexistas. Igualmente, estas autoras sefialan que no se reconoce como sexistas a las personas que expresan el sexismo de forma benevo- lente, porque no encajan con el prototipo mental que tenemos sobre los sexistas. Barreto y Ellemers (2005) ponen a prueba experimentalmente estas afirmaciones en el estudio que describimos a continuacién (puede consultar el articulo completo en el CD-ROM) 37 Objetivo La investigacién de Barreto y Ellemers (2005) trata de examinar cémo las personas perciben el sexismo hostil y el benevolente cuando es mantenido por personas que per tenecen a un grupo, en lugar de cuando es expresado por un Gnico individuo. Hipétesis Las autoras plantean dos hipotesis, pero con objeto de no extenderos nos centrare- mos en la primera de ellas, en la que predicen que: «) Cuando no consigo hacer algo de clase tan bien como espero se debe, generalmente, 2 que no he puesto bastante esfuerzo por mi parte 1 Y Generalmente, cuando saco una mala nota siento que se debe principalmente a que no he estudiado bastante esa asignatura 10 “D Si suspendo una asignatura se debe, proba blemente, a que no tengo capacidad para alla. Sacar malas notas me hace cuestionar mi ‘apacidad académica. " plemente, que se trataba de asignaturas mas faciles que la mayorta & ) ‘Cuando he sacado buenas notas en algunas asignatura se ha debido a que los proteso- {esutilizaban formas de puntuacién menos exigentes Creo que mis mejores notas dependen, en gran medida, de aspectos relacionados con th suerte como, por ejemplo, que salgan en ‘el examen las preguntas que he estudiado. ‘Avveces, mi éxito en los exdmenes depende ten parte de mi suerte @ 5 $3) En mi caso, las buenas notas que saco so siempre el resultado directo de mi esfuer 70, Siempre que recibo buenas notas se debe a aque he estudiado mucho esa asignatura G 6 ©) La raz6n més importante de las buenas no- tas que obtengo es mi capacidad académi ca. Creo que mis buenas notas reilejan directa mente mi capacidad académica, i) Segiin mi experiencia, una ver que un pro fesor se hace a la idea de que eres un mat estudiante es mucho més probable que tu trabajo reciba notas bajas que si alguien se preocupa de cambiar esas ideas. © ‘A veces, las notas mas bajas que he obteni- do han sido en asignaturas que los profeso- res no han sabido hacer interesante. Mis notas bajas me llevan a pensar, a veces, que tengo mala suerte. ‘Algunas de mis notas mas bajas creo que se han debido, en parte, a injusticias 7 2) Si trabajo fo bastante por ello, puedo supe- ‘ar todos los obsticulos en mi camino ha- cia el éxito académico. Las notas bajas me indican que no he traba- jado lo suficiente. 18 @ ‘Cuando obtengo malas notas pienso que no tengo capacidad para triunfar en esa asignatura. Cuando saco buenas notas se debe a mi ca- pacidad académica. a) 23) Tengo ta impresion que algunas de las ma- las notas que recibo reflejan el hecho de que esos profesores son tacafos calfican- A veces, consigo buenas notas solamente porque el material es facil de aprender. 20 a persona afortunada por las buenas notas ‘que obtengo. Algunas de mis malas notas pueden deber sea la mala suerte o a un mal momento. Escala de 0 (Totalmente en desacuerdo} a 4 (otalmente de acuerdo) Fuente: Lefcourt, Baeyer, Ware y Cox (1979), Adaptacién: Pérez y Bermédez (1986) Criterios de Correccién La puntuacién de cada una de las subescalas se obtiene mediante la suma de los items que las componen Atribuciones a la capacidad: Avribuciones a la dificultad de la tarea: + Exitos items 6-14-22, * Fracaso: items 2-10-18. © Exito: items 3-11-19, * Fracaso: items 7-15-23. Atvibuciones al esfuerzo: «© Exitos items 5-13-21 ‘© Fracaso: items 1-9-17. Atribuciones a la suerte: * Exito: items 4-12-20, ‘+ Fracaso: items 8-16-24, Generalmente, hacemos atribuciones que favorezcan la imagen que tenemos de nosotros mismos. El estilo atributivo predominante consiste en explicar nuestros fracasos por causas externas ¢ inestables (mala suerte) y los Exitos por causas internas y estables (nuestra habilidad). Este tipo de explicaciones es generalmente adaptativo, ya que con- 69 tribuye a que mantengamos alta nuestra autoestima. Por otra parte, se ha comprobado que las personas con alta ansiedad tienden a invertir este sesgo, es decir, atribuyen sus Exitos a causas externas e inestables y sus fracasos a causas internas y estables. Las in- vestigaciones transculturales muestran que el estilo atributivo optimista se relaciona, en distintas culturas, con mejor rendimiento escolar, mayor confianza en uno mismo, ma- yores ingresos y mejor estado de salud percibida (véase Paez y Zubieta, 2003). {Qué culpa tengo yo de no ser valiente? No obstante, este estilo de atribucién defensivo del yo depende no s6lo de caracte- risticas de personalidad sino, también, del contexto social. Por ejemplo, algunos estudios han encontrado diferencias en estilos atributivos entre hombres y mujeres. En general, los hombres, comparados con las mujeres, tienden a hacer més atribuciones internas y estables de sus éxitos, y externas e inestables de sus fracasos. Pero estas diferencias en estilos de atribucién debidas al género no se manifiestan en todas las circunstancias sino, fundamentalmente, cuando se trata de tareas estereotipadamente masculinas (De- aux y Emswiller, 1974). La explicacién es que, en esos contextos, las mujeres se sienten mas inseguras de sus capacidades que los hombres, debido a la presién social que ejer- cen sobre ellas los estereotipos de género. Las diferencias intergrupales, si se hacen salientes en un contexto especifico, pueden ejercer un poderoso influjo sobre el tipo de atribuciones que hacen las personas pertene- Cientes a los distintos grupos, y sobre las consecuencias de esas atribuciones. El sesgo de atribucién defensivo del yo, que ya se ha comentado, se extiende al contexto intergrupal. Asi, tendemos a atribuir los éxitos de nuestro grupo a causas internas y estables, y sus fra- 70 casos a causas externas e inestables. El patrén inverso se aplica a la hora de explicar los éxitos y fracasos de! exogrupo. Es decir, si nuestro equipo de fitbol gana un partido ten- deremos a explicar este resultado por lo bien que han jugado sus integrantes, mientras que si gana el equipo rival es més facil que se hagan atribuciones sobre las injusticias cometidas por el drbitro 0 sobre la suerte durante el juego. Este sesgo, que se conoce con el nombre de «error tiltimo de atribucién», constituye una de las formas mas comunes del favoritismo endogrupal y contribuye a que justifiquemos acciones cometidas contra el exogrupo. Una fructifera Iinea de investigacién en Psicologia Social ha analizado, desde una perspectiva intergrupal, las consecuencias que tienen sobre el bienestar psicol6gico de las personas que pertenecen a un grupo desfavorecido, como pueden ser las mujeres 0 lo: migrantes, las atribuciones que realizan sobre la discriminacidn que padecen. La pert nencia a uno de estos grupos lleva, inevitablemente, a frecuentes atribuciones al prejuicio de las personas pertenecientes al grupo dominante cuando se obtiene un resultado nega- tivo. Segéin algunos autores, aunque la discriminacién persistente que pueden sufrir los miembros de los grupos en desventaja siempre es negativa para su bienestar psicoldgico, la atribucién al prejuicio de los otros de un resultado negative como, por ejemplo, ser re- chazado en un empleo, puede servir de proteccién de la autoestima, ya que ese resultado se atribuye a una causa externa (Crocker y Major, 1989; Major, Quinton y McCoy, 2002). No obstante, hay que tener en cuenta que la discriminaci6n de los miembros de esos grupos no se limita a un solo hecho, sino que es persistente y se extiende a las expec tativas que esas personas tienen sobre futuros sucesos. En estos casos, la causa del pre- juicio es algo unido a la pertenencia grupal de la persona. La atribucién al prejuicio se- xista o racista, para una mujer o una persona de raza negra, hace referencia a una causa inherente a su yo (Schmitt y Branscombe, 2002). Cuando una mujer ingeniera 0 un in- migrante subsahariano piensan que se les rechaza en un empleo por ser mujer o por ser inmigrante negro, esa condicidn es algo absolutamente ligado a su persona, que nunca podran modificar. Por lo tanto, podemos pensar que es una atribucién interna y estable, si se cree que ese prejuicio esta difundido en toda la sociedad. Schmitt, Bramscombe y Postmes (2003) han Ilevado a cabo una investigacién en la que comprobaron cémo las mujeres que atribuyen la mala evaluaci6n recibida en una seleccién de personal al sexismo general de los evaluadores manifiestan mas baja au- toestima, peor autoestima asociada a ser mujer y un estado psicolégico mas negativo que aquellas mujeres que atribuyen ese mal resultado al sexismo de un evaluador con- creto, 0 a causas externas no sexistas (tabla 4.1). En uno de sus estudios, una muestra de mujeres pasaba por una situacién de seleccién de personal, obteniendo todas ellas una baja calificacién. Como variable independiente se manipuld el tipo de atribuciones de ese resultado negativo que podian hacer las mujeres. Antes de conocer el resultado de la evaluacién negativa, dependiendo de la condicién experimental, a un grupo se le comentaba que todos los seleccionadores eran extremadamente sexistas (condicién de «Sexismo generalizado»), a otro se le comunicaba que ese seleccionador concreto era sexista, aunque no el resto (condicién de «Sexismo raro») y al tercer grupo se le comu- 71 nicaba que ese seleccionador era muy exigente con todo el mundo (condicién de «No sexismo»). Como variables dependientes se midis el afecto positivo y la autoestima co- lectiva privada, una medida que refleja hasta qué punto se valoraban las mujeres a si mismas por el hecho de ser mujer (este articulo est disponible en el CD-ROM). Tabla 4.1. Medias en afecto y autoestima colectiva privada por condicién de atribucién (Adaptado de Schmitt et al., 2003). Condiciones de atribucién | Variables a No sexismo Sexismo raro__| Sexismo general —— Afecto “Aeecopostivo | Autoestima ed privada Escala de 1 a7. Alias puntuaciones reflejan afecto y autoestima positivos Los datos confirmaron que las mujeres de la condicién de «Sexismo generalizado» mostraron un afecto significativamente més bajo que las de la condicién de «No sexis- mo» (t = -3.39; p < 0.001) y que las de la condicién de «Sexismo taro» (t = -2.25; p< 0.01). No se encontraron diferencias estadisticamente significativas en afecto positive entre los grupos de «No sexismo» (atribucién externa pero no al prejuicio) y «Sexismo raro» (t= -1.10; p < 0.14), Respecto a la autoestima colectiva privada, los resultados muestran que el grupo de mujeres en la condicién de «Sexismo generalizado» obtiene puntuaciones significativamente mas bajas al compararlas con el grupo de «No sexismo» (t=-1.76; p < 0.04) y_con el de «Sexismo raro» (t = -1.84; p < 0.03). En esta variable, tampoco fueron significativas las diferencias entre las condiciones de «No sexismo» y «Sexismo raro» (t= 0.14; p < 0.44). La conclusién a la que llegan los autores es que el tipo de atribuciones modula la re- lacién entre la experiencia psicolégica y la percepcién de fracaso. Si una evaluacin ne- getiva se atribuye al prejuicio de una persona concreta, esa creencia no afecta a la au- toestima o al estado de dnimo. Sin embargo, si se percibe que la discriminacién esta generalizada, lo que implica expectativas de futuras evaluaciones negativas en diferentes contextos, este tipo de atribucidn tiene graves consecuencias sobre el bienestar psico- légico de las personas. Es tan comtn la tendencia a explicar la conducta de los dems por causas persona- les, subestimando las influencias situacionales, que se ha denominado a este sesgo el 72 error fundamental de atribucién. También se llama sesgo de correspondencia, porque muy a menudo creemos que la conducta se corresponde con una caracteristica de per- sonalidad. Sin embargo, cuando explicamos nuestra propia conducta, lo mas frecuente es que lo hagamos en términos de la situacién. {Por qué cometemos estos sesgos? La razén es que encontramos causas donde las buscamos. En primer lugar, tenemos una perspectiva diferente cuando observamos que cuando actuamos. Cuando actuamos, el ambiente domina nuestra atencin. Sin em- bargo, cuando observamos actuar a otra persona, esa persona ocupa el centro de nuestro interés, Para usar la analogia perceptual de figura y fondo, la persona es la figura que so- bresale del fondo ambiental que la rodea. Otra explicacién de las diferencias actor-ob- servador es que sobre nosotros sabemos que no siempre actuamos igual, sino que de- pende de las circunstancias, Ademas, en esas explicaciones sobre la conducta propia y la de los demés entran en juego factores motivacionales, que nos ayudan a justificar nuestro comportamiento. Cuadro 4.3. Cuestionario para medir el error fundamental de atribucién (Adaptado de Pines y ~ Maslach,1979, p. 219). En este cuestionario se recogen las evaluaciones sobre uno mismo y sobre otras dos personas. Cada una de esas caracteristicas debe ser evaluada de la siguiente forma: «Si» (indica que esa caracteristica es propia de esa persona); «No» (indica que esa caracteristica no es propia de esa persona); «Depende» (indica que unas veces si y otras no, o sea que depende de la situacién).. Para recoger los datos utilice las abreviaturas S, N y D. Para codificar los datos, compare la frecuencia de atribuciones a caracteristicas personales (S +N) con la frecuencia de atribuciones situacionales (D). Si se cumplen las hipstesis derivadas de las diferencias actor-observador, los participantes responderan mds frecuentemente con ca- racteristicas personales cuando evaltien a otras personas que cuando se evalen a si mismos. (Este cuestionario se incluye en el CD-ROM). CUESTIONARIO Piense en una persona que le agrade y en otra que le desagrade a las que conozca bien. Escriba las iniciales de ambas y la suya en las casillas correspondientes y, a continuaci6n, indique si esas dos personas y usted tienen cada una de las caracteristicas. $ indica que si tiene la persona evaluada esa caracteristica; N indica que esa caracteristica no es propia de esa persona; D in- dica que unas veces si y otras no, o sea que depende de la situacién. persona. Las investigaciones sobre relaciones de pareja han constatado que las personas insatisfechas con sus parejas tienen un patron de atribucién caracteristico, Generalmente, en estas investigaciones el anilisis de las atribuciones de responsabilidad sobre las con- ductas implicadas en la relacidn se ha abordado teniendo en cuenta tres dimensiones de causalidad: locus de control (interno-externo), estabilidad (estable-inestable), y la especi- ficidad de la conducta (global o especifica de esa situaci6n). Barron y Martinez-Inigo (1999) realizaron un estudio comparando las atribuciones de causalidad y responsabilidad en una muestra de casados y divorciados. Basdndose en las dimensiones anteriormente se- ialadas, formularon las siguientes hipotesis sobre las personas divorciadas: * En los aspectos positives de su pareja, sus atribuciones serian mas externas, ines- tables y debidas a situaciones especificas que las de los casados. * Las atribuciones sobre la responsabilidad de su pareja en sucesos positivos como no intencionados y guiados por intereses egoistas serfa mas frecuente que entre los casados. * Sobre los aspectos negativos de la relacién, harfan més atribuciones a rasgos in- ternos y estables de su pareja que los casados. * Con mayor frecuencia que los casados, atribuirian la responsabilidad de los aspec- tos negativos de la relacién a su pareja, considerando que actuaba de forma in- tencionada y egoista. Los resultados obtenidos confirmaron un patrén atributivo diferente entre casados y di- vorciados. Desde el punto de vista aplicado, el andlisis de los patrones de atribucién puede ser util para establecer estrategias de intervencién que mejoren la relacién en parejas in- satisfechas, (EI articulo de Barrén y Martinez-lfigo (1999) se incluye en el CD-ROM). Diferencias en atribucié en funcidn de la pertenencia grupal Las personas que pertenecen a un grupo habitualmente discriminado arrastran consigo la experiencia, vinculada a esa categoria social de pertenencia, de ser diferentes. Esta percepcién de discriminacién, unida a la existencia real de prejuicio, afecta a la dialéctica que se puede establecer en la interaccién entre los miembros de grupos estereotipadores y los de grupos victimas de prejuicios. En estas interacciones, las atribuciones sobre la conducta del otro afectan sensiblemente a la relaci6n que se establece entre ambas partes, ya que pueden tener importantes consecuencias cognitivas, afectivas y conductuales. El propésito de la investigacién realizada por Quiles, Leyens, Rodriguez, Betancor y Rodriguez (2003), que se incluye en el CD-ROM como lectura obligatoria de esta practica, era comprobar, en una situacién de interaccién ambigua, cémo afecta al tipo de explicacién que se da de la conducta de unos actores el pertenecer al grupo discri- minado o al discriminador. En la lectura de este articulo, es necesario prestar especial atencién a los aspectos que se sefialan en cada uno de los apartados: 75 Introduccién Revisién de [a literatura sobre atribucién. Conceptos que se tienen en cuenta: * Diferencias en percepcién e interpretacién en funcién de la pertenencia grupal Punto de vista de la persona que pertenece a un grupo discriminado. Creencias y expectativas de las victimas de prejuicio cuando la situacién es ambigua. Sesgos cognitivos y motivacionales. Diferencias entre las explicaciones causales basadas en prejuicio explicito 0 en prejuicio implicito, dependiendo de la pertenencia grupal. Objetivos Se plantean dos objetivos: * Comprobar si pertenecer a un grupo discriminado 0 a un grupo discriminador afecta a las explicaciones causales en situaciones ambiguas, replicando, asi, los resultados de un trabajo anterior (Quiles, Leyens y Rodriguez, 2001) con grupos de canarios y peninsulares (este articulo se incluye en el CD-ROM). + Comprobar si conocer que la protagonista es una mujer o ignorar este hecho, afec- taa la interpretacién de los episodios experimentales. Hipétesis En la formulacién de las hipétesis consideran los siguientes aspectos: © Diferencias en funcién del sexo de los participantes. * Explicacién basada en el prejuicio implicito 0 explicito. + Sien el episodio experimental el protagonista es una mujer 0 es anénimo. Disefio Como Variables Dependientes se consideran dos tipos de atribuciones: * Existencia de prejuicio explicito. * Existencia de prej io implicito. Como Variables Independientes se tuvieron en cuenta dos factores: Un factor intra sujetos: tipo de atribucién (debido a prejuicio explicito versus pre- juicio implicito). Mide si hay diferencias entre las dos variables dependientes. * Dos factores inter sujetos: sexo de los participants (hombre versus mujer) x pro- tagonista del episodio (mujer versus andnimo). Material y procedimiento Es preciso tener en cuenta: 76 * Contenido del cuestionario. + Cémo se manipula la variable independiente experimental * Cémo se miden las variables dependientes Resultados Es necesario comprender el significado de los siguientes resultados: * Comentarios sobre la consistencia interna de las escalas (fiabilidad medida con el Alpha de Cronbach), * Qué factores se incluyen en el ANOVA. © Qué indica la interaccién entre las variables «tipo de prejuicio» (implicito 0 ex- plicito) y «sexo del participante» (mujer u hombre). © Qué indica la interaccién entre las variables «tipo de prejuicio» (implicito 0 ex- plicito) y «protagonista del episodio» (mujer o andnimo). Discusién En este apartado se discuten los resultados obtenidos y se relacionan con los objeti- vos, las hipstesis y los resultados del trabajo previo (Quiles et al., 2001), del que los au- tores han intentado replicar los resultados, aplicando los mismos planteamientos a ca- tegorias sociales diferentes. Cuando los medios de comunicacién emiten noticias que afectan a la politica oa la opinion ptiblica, su credibilidad se ve cuestionada 0 no dependiendo de la similitud ideolégica de los receptores con ese medio. Si coincide, el mensaje se aceptard como vilido pero, si no es asi, se puede percibir que se emite la noticia de forma sesgada Acostumbramos a interpretar la informa- ci6n de acuerdo con los esquemas pre- vios. Por eso, las actitudes y el conoci- miento que ya tenemos sobre un tema influyen en cémo interpretamos la reali- dad y en la impresién que nos formamos de lo que ocurte. Un estudio realizado sobre los con- flictos en Oriente Medio demuestra c6- mo las actitudes previas sesgan la inter- pretacién de las intenciones con las que los medios de informacién emiten una noticia, y nos lleva a preguntarnos hasta qué punto los medios de comunicacién pueden con- tribuir a polarizar posturas politicas, debido no al contenido del mensaje, sino a proce- sos psicolégicos que se activan ante sucesos que se viven de forma apasionada. Con fre- cuencia, ante este tipo de conflictos politicos, existe una percepcién exagerada de econspiracién» de los medios de comunicacién para beneficiar a una de las partes El punto de partida de la investigaciGn fue el asalto en 1982 de un campo de refu- giados civiles palestinos por parte de las falanges libanesas, ocasionando una auténtica masacre entre sus habitantes. El campo estaba bajo la vigilancia de militares de Israel, a los que algunos medios acusaron de connivencia con los atacantes. Vallone, Ross y Lepper (1985) Ilevaron a cabo su investigacién para comprobar cémo las personas im- plicadas en el suceso interpretaban la cobertura de las noticias de este tragico suceso. Participaron en el estudio 144 estudiantes que se auto-calificaron como pro-érabes, pro- israclies 0 neutrales. £1 objetivo era comparar las explicaciones que cada uno de los tres grupos daba sobre la informacién que se habia emitido ante este conflicto, asi como la evaluacién de dicha informacién. Después de ver en video una muestra de la infor- macién emitida sobre el tema en varias cadenas de televisién, los participantes evalua~ ban los programas, a sus directores, y el impacto que tendrian sobre espectadores neu- trales. Los resultados mostraron que los participantes ideolégicamente implicados, simpatizantes de uno u otro grupo en conflicto, crefan que la informacién era sesgada y contraria a sus opiniones personales (Tabla 4.2). Los pro-drabes crefan que las noticias estaban sesgadas a favor de Israel; que las nor- mas éticas eran menos exigentes para Israel (se excusa a Israel cuando ataca a otro pais), y que se quita importancia al papel de Israel en el suceso. Por otra parte, los partidarios de Israel vefan esas mismas noticias claramente sesgadas en contra de este pais. Es decir, ambos grupos crefan que la informacién que habian dado los medios de comunicacién era opuesta a su posicién personal y que influirfa en los espectadores neutrales volvién- dolos en contra de sus opiniones. ‘Ademés de los resultados expuestos en la tabla 4.2, se comprobé que en ambos grupos el sesgo era mayor en aquellas personas con més conocimiento y mas implicaci6n emo- cional. Los autores Ilegaron a la conclusién de que el «fenémeno de los medios de co- municacién hostiles» se debe a dos tipos de procesos: uno evaluativo y otro perceptivo. * El proceso evaluativo tiene que ver con el rechazo del contenido de los mensajes. Los partidarios de cada lado procesan ese contenido a la luz de sus prejuicios y preconcepciones. Incluso la informacién que favorece su posicién les parecer es- casa y que no es representativa de todo lo que se podria afiadir en relacién con el conflicto. * El proceso perceptivo afecta al recuerdo de estimulles concretos. Puede que los partidarios de cada lado presten més atencién cuando se ataca a su posici6n y que recuerden més esos ataques. 78 Tabla 4.2. Puntuaciones medias por actitudes de los participantes (adaptado de Vallone, Ross y Lepper, 1985, p. 581). Item (escala) | Israel | Neutral | Fresrabe lL Tratamiento de Israel en el programa (1 contra -9 a favor } oe vi ae Normativa aplicada a Israel, en relacién con otros i 21 3,0 5,0 paises (Talta - 7 baja) Grado de atencién focalizada en el papel de Israel en relacién con el papel de las otras partes 29 3,9 59 (1 mucho ~9 no suficiente) Magnitud del enfoque del suceso: resta de «a favor de Israel» menos en «contra de Israel» 3,6 2,3 Ped (1 mayor contra Israel - 9 mayor a favor de Israel) Porcentaje de referencias favorables o desfavorables a Israel (favorable/desfavorable) ue Porcentaje de televidentes neutrales que se volveran ms negativos hacia Israel después de las noticias ae 65 og aa Percepcién del punto de vista personal de los edito- tes del programa (1 anti-Israel ~ 9 pro-Israel) [els 42 69 La explicacién es que estos dos factores funcionardn de forma mas acusada en aque- Ilas personas con un conocimiento mas amplio del problema, debido a que utilizardn mis elementos de contraste al analizar los mensajes emitidos por los medios. De hecho, las personas mas implicadas en un tema tienen mas conocimiento de él debido a que se interesan mas por recabar todo tipo de informacién. Por lo tanto, se puede esperar que exista una elevada relacién entre conocimiento e implicacién ACTIVIDADES RECOMENDADAS 1. Aplique la Escala de causalidad multidimensional-multiatribucional a una mues- tra de estudiantes. Halle las puntuaciones en cada una de las dimensiones de 79 Weiner (cuadro 4.2) diferenciando entre éxitos y fracasos. Con estos datos, realice las siguientes comparaciones: a) Compare las puntuaciones medias de las mujeres y los hombres de su muestra en las siguientes dimensione: * Atribuciones internas de éxitos. * Atribuciones internas de fracasos. * Atribuciones externas de éxitos. * Atribuciones externas de fracasos. b) Compare, en toda la muestra, las diferencias de medias: * Entre atribuciones internas de éxitos y atribuciones internas de fracasos. * Entre atribuciones externas de éxitos y atribuciones externas de fracasos. 2. Aplique a diferentes personas (compajeros de clase o de trabajo) el Cuestionario sobre caracteristicas de personalidad (Cuadro 4.3), para medir el error fundamen- tal de atribucién. Compruebe: a) si se cumplen las hipotesis derivadas de las di- ferencias actor-observador; en ese caso, os sujetos responderan mas frecuente- mente con caracteristicas personales cuando evaltien a otras personas que cuando se evaltien a si mismos; b) qué tipos de caracteristicas (positivas 0 nega- tivas) se atribuyen a si mismos y cuales a la situacién 3. Lea el articulo de Barron y Martinez-liigo (1999) e indique las relaciones encon- tradas en este estudio entre las atribuciones de causalidad y responsabilidad para sucesos positivos y negativos de la relacién de pareja y la satisfacci6n. Sefiale las diferencias que hallaron estos autores al comparar a hombres y mujeres. 4, Partiendo del material y procedimiento del trabajo de Quiles et al. (2003), ela- bore una medida de estereotipia implicita y explicita utilizando el siguiente epi- sodio: En la seleccién para un puesto de direccién en una empresa de ingenieria, después de revisar su curriculum (poner un nombre de mujer vs. una persona) fue citada para una entrevista. Finalmente, el psicdlogo evaluador no consideré que fuera una persona ade- cuada para ese puesto». Compruebe en una pequefia muestra de personas: a) las atribuciones al estereotipo implicitas y explicitas de hombres y mujeres; b) las diferencias entre las atribuciones al estereotipo implicitas y explicitas, dependiendo de la condicién (mujer o anénimo). Barrén, A. y Martinez-lfigo, D. (1999). Atribuciones de causalidad y responsabilidad en una muestra de casados y divorciados. Psicothema, 11, 551-560. 80 Apéndices OMO'LEER UN ARTICU PSICOLOGIA SOCIA! Resumen del Apéndice «Cémo leer un articulo de Psicologia Social» del libro: Morales, J. F. y Huici, C. (1989). Lecturas de Psicologia Social. Madrid: UNED. Los articulos de revista que los psicdlogos sociales utilizan como vehiculos de co- municacién exigen una lectura apropiada para comprender qué logros se han produci- do, por qué se ha investigado y teorizado en una determinada direccién y no en otra, dénde se han producido avances y dénde no, etc. En primer lugar, hay que destacar que nos podemos encontrar con diversos articulos, entre los que podemos distinguir principalmente tres: pos de 1. Informes de estudios empiricos. Son los més abundantes. Se trata de aquellos tra bajos en los que se presentan las investigaciones originales realizadas. 2. Articulos de revisidn. Tienen como objetivo la evaluacién critica de material ya publicado para determinar en qué medida la investigacién realizada en la disci- plina ha permitido progresar hacia la clarificacién de un problema concreto. 3. Articulos tedricos. No poseen una estructura uniforme. Pueden versar sobre la formulacién inicial de una nueva teoria, o sobre el andlisis de las limitaciones o los méritos de otras teorfas. La caracteristica comtin de estos articulos es que solo recurren a resultados empfricos cuando éstos resultan necesarios para ilustrar al- giin problema tedrico. Como es de esperar, en los articulos nos encontraremos las preferencias de los autores por una u otra tendencia te6rica, asi como muchas lineas de investigaci6n diferentes. Los articulos también variardn en funcién de la audiencia a la que vayan dirigidos (por ejemplo, psicdlogos sociales académicos, aplicados, etc.), 0 de las normas de publicacién de cada revista. A continuacién describiremos la estructura fundamental de los informes de investi gacién (los articulos mas abundantes, como hemos sefialado), indicando qué informa cién relevante debe obtenerse durante su lectura Introduccién. EI autor presenta el problema que se propone estudiar, haciendo hin- capié en los aspectos a los que va a dedicar una atencién especial. La lectura de la in- 85 (MRR troduccién debe dejar claro cual es el problema que pretende solucionar el autor, la fase en que se encuentra y la solucién que se le pretende dar. Método. Este apartado debe contener toda la informacién necesaria para que el lec- tor pueda repetir el estudio por si mismo. El disefio es el primer componente importante del método y sirve para fijar la estrategia de investigaci6n. En la lectura de este apartado obtendremos informacién sobre cémo se recogieron los datos. Es fundamental saber el tipo de procedimiento empleado para recoger los datos, el tipo y ntimero de variables que el investigador ha medido y manipulado (en el caso de los experimentos), los valores de las variables y el papel que desempefia cada una de ellas en el disefio. El segundo componente del método lo constituyen los participantes, cuyo ntimero de- pende del disefio elegido. Para una adecuada comprensién de la investigacién es fun- damental conocer con exactitud la distribucién de los sujetos en los diversos grupos que luego el autor utilizard para establecer comparaciones. En los disefios experimentales es- tos grupos se crean, normalmente, por asignacién aleatoria, por lo que se supone que son equivalentes en las dimensiones que podrian interferir con a manipulacién experi- mental. En Psicologia Social es comtn analizar la influencia de otras variables indepen- dientes, no sélo experimentales, para diferenciar entre grupos de sujetos. La creacién de esos grupos suele hacerse «a posteriori», usando como criterio las puntuaciones obteni- dias por los sujetos en algunas variables (p.e., sexo, edad, obtencién de una cierta pun- tuaci6n en una escala, etc.) En tercer lugar, el método implica la operacionalizacién de las variables, es decir, el paso de la definicién conceptual de un fendmeno a una definicién concreta que permite su medicidn. En este caso importa, ante todo, calibrar el ajuste entre la forma en que se mide 0 manipula la variable y el contenido del concepto que esa variable representa. En esta tarea puede ayudar comparar la operacionalizacién elegida con otras alternativas que también se podrian haber elegido. [ntimamente unidas a la operacionalizaci6n estan las hipétesis, que establecen rela- ciones provisionales entre las variables del estudio, y permiten pasar del plano de la abstraccién al de la contrastacién empitica. Las hipétesis no siempre estan formuladas explicitamente, por lo que serd preciso entresacarlas del texto del articulo. En otros ca- sos, no existe un ajuste pleno entre los términos en que se formula la hipétesis y las va~ riables que luego se utilizan en la investigacién empirica. Aqui corresponde también al lector descubrir la conexi6n entre las hipétesis y las variables. Normalmente se incluyen en el apartado de Introduccién. Finalmente, el método implica un procedimiento, es decir, el establecimiento de una secuencia de fases por las que atraviesan los participantes y de actividades que deben realizar desde que comienzan a participar en el estudio hasta que lo abandonan. De este apartado es esencial retener, ante todo, la experiencia vivida por el sujeto. Al conocer el procedimiento de investigacién, se tiene acceso a los sucesos a los que han hecho frente los participantes durante el periodo de estudio. 86 Resultados. Determinan si las hipétesis enunciadas se ajustan 0 no a la realidad, si la forma de abordar el problema es 0 no la correcta. En la mayoria de los casos, los re- sultados son cuantitativos y se presentan de forma resumida en tablas y figuras. Normal- mente, el autor comenta en el texto los de mayor interés, por lo que sus comentarios nunca pueden sustituir la consulta directa y detenida de tablas y figuras. Ambos aspectos se utilizan como criterio fundamental para averiguar en qué medida la propuesta del au- tor en la introduccién, plasmada luego en las hipétesis enunciadas, ha superado la con- trastacién empirica. Discusi6n y conclusiones. En este apartado se recogen los planteamientos de la in- troduccién y se examinan las implicaciones de cardcter mas amplio de los resultados, especialmente en relaci6n con lo planteado en la introduccién. Debe quedar claro si la investigacién realizada ha hecho avanzar sustancialmente en la comprension del pro blema. También en esta seccién se sefalan las limitaciones de los estudios, que suelen ser los resultados no confirmatorios y los factores que no se han controlado. Es impor- tante ver en qué medida las interpretaciones que realiza el autor son congruentes con los datos, responden a la conceptualizacién teérica que ha utilizado, permiten avanzar en la solucién del problema y abren nuevas Iineas de investigaci6n. Finalmente, le presentamos una serie de preguntas a las que debe tratar de responder cuando Ileve a cabo la lectura de un articulo de Psicologia Social Introduccién jEstd claramente enunciado el problema que se va a estudiar? 2Estd suficientemente justificado el estudio a partir de la revisidn de la literatura? jQueda claro cual es el objetivo que pretende lograrse al llevar a cabo la investiga- cién? Método jEstén formuladas las hipétesis con suficiente claridad? JE disefio del estudio permite contrastar sin ambigiiedad si las hipstesis son o no ciertas? sla operacionalizacién de las variables permite su adecuada medicién? jLa operacionalizacién de las variables recoge el contenido del concepto teérico al que representan? jLa divisién de las variables (variables independientes/dependientes) tiene sentido a la luz de los objetivos de la investigacién, las hipétesis y las operacionalizaciones? alas variables independientes representan realmente los aspectos de la investigacién L bles independient tan realmente k tos de la investig que se espera que influyan en las variables dependientes? {Se informa de la fiabilidad y validez de los instrumentos utilizados en la investigacién? 87 3Se sabe con claridad cual fue la situacién vivida por los sujetos que participaron en la investigacién? Resultados 3Se utilizan las técnicas de anilisis de datos adecuadas para la contrastaci6n correcta de las hipstesis? 4Se podrian haber utilizado otras técnicas alternativas? jLa presentacién de los resultados es lo suficientemente clara y completa? jLos resultados son estadisticamente significativos o el autor habla de una tendencia ala significacién estadistica? Discusion 88 El autor realiza una adecuada interpretaci6n de los resultados o realiza interpreta- ciones sesgadas? jSe retoma el problema desde su estado original y se coteja con el avance que se ha producido a lo largo de la investigacién en funcién de los resultados obtenidos? 3Se sugieren nuevas lineas de investigacién? GU{A GENERAL PARA LA ELABORACION DE UN INFORME DE INVESTIGACION DE PSICOLOGIA SOCIAL indice 2 Presentamos a continuacién una guta breve sobre los puntos y contenidos que deben incluir los informes que se indican en el apartado «Actividades recomendadas» de cada capitulo, Puede encontrarse una versién mas detallada en el capitulo 30 del libro Préc- ticas de Psicologia Social de M. Moya’ . Titulo del estudio Autor: aqui debe incluirse el nombre y apellidos del alumno y el centro asociado al que pertenece. Introduccién: donde se presenta el tema que se va a estudiar, haciendo hincapié en la importancia de éste y relacionandolo con estudios anteriores sobre el mismo fendmeno Oo similares. Los trabajos que se revisen en la introducci6n deben aparecer con la referencia completa al final del informe (ver apartado «Referencias»).Al final de este apartado se de- ben presentar las hipétesis que se pretenden poner a prueba o los abjetivos del estudio. Métod Muestra: aqui se describe la muestra de participantes (nimero, rango 0 media de edad, sexo y cualquier otro dato importante para el estudio). ste apartado incluye tres subapartados: Material: donde se describe el material empleado para la recogida de datos (des- cripcién de las escalas, cuestionarios, etc.) Procedimiento: hay que describir cémo se ha llevado a cabo el estudio, las ins- trucciones que se dieron a los sujetos; describir las variables dependientes € in- dependientes y cémo se manipularon (las diferentes condiciones experimentales). Resultados: aqui se indican los anilisis estadisticos que se han realizado con los da- tos recogidos y se exponen los resultados de esos andlisis. Se pueden resumir mediante tablas o ilustrar con graficos, y se deben relacionar con las hipdtesis u objetivos que se ‘Moya, M. (Coord.) (1998). Précticas de Psicologia Social. Madrid, UNED. 89 hayan especificado en la introduccién, es decir, no sdlo hay que incluir los resultados numéricos, sino también alguna explicacién. Discusi6n: donde se interpretan y se evaltian los resultados de forma global, relacio- nandolos con el marco te6rico y las hipétesis planteados en la introduccién, analizando los aspectos que coinciden y los que no coinciden con lo esperado, y sugiriendo expli- caciones y nuevas vias de estudio del fendmeno. Referencias: aqui deben aparecer, por orden alfabético, todos los estudios que se ten en el trabajo, pero s6lo és0s, no todo lo que el alumno haya lefdo para realizarlo. Las referencias que aparecen al final de cada capitulo de este Cuaderno pueden servir de modelo. 90

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