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JAVIER RIVERA BLANCO (Coordinador) NUEVAS TENDENCIAS EN LA IDENTIFICACION Y CONSERVACION DEL PATRIMONIO Castilla y Leon InsmTTuto ESPANOL DE ARQUITECTURA UNIVERSIDAD DE VALLADOLID ‘CENTRO BUENDIA SECRETARIADO DE PUBLICACIONES INTERC) = Serie: ARQUITECTURA Y URBANISMO, N° 47 Este curso fue parrocinado por Caja Duero Nuevas fendencias en Ia identificacion y conservacion del Patrimonio / | Javier Rivera Blanco, coord. - Valladolid : Sectetariaco de Pubiica- ciones e Intercambio Editorial, Universidad de Valladolid, [2003] 224 p, ; 24 cm. - (Arquitectura y Urbanismo ; 47) ISBN 84-8448-240-5 1.Monumentos historicos - Conservacién y testouracion |. Rivera Blanco, Javier, coord. Il.Universidad de Valladolid. Secretariado de Publicaciones e intercambio ed. Ill.Serie 72 THT TORT a i ' 3 = 10 La restauraci6n monumental en Espafia en el umbral del siglo XXI. Nuevas tendencias: De la Carta de Venecia ala Carta de Cracovia JAVIER RIVERA BLANCO. Historiador Catedrdtico de Historia y Teoria de la Restauracién, de la Escuela Técnica Superior de Arquizectura _y director del Instisuzo Espattol de Arquitectura de la Universidad de Valladolid INTRODUCCION: EL MARCO EUROPEO En Europa, en los tiltimos diez afios se plantea un nuevo ambito ted- rico para conservar el patrimonio, en el que destacan las actividades para realizar la Carta de Cracovia 2000, la propuesta en Italia de un nuevo mé- todo, como el propuesto por Mario Manieri Elia (“Il recupero del sen- so” ")), 0 los movimientos realizados en Francia en el Ministerio de Cul- tura y la Direccién General de Patrimonio (incluyendo en el programa de conservacién no sélo el Patrimonio, sino también la arquitectura en gene- ral) por citar sélo alguno de los sintomas que apreciamos. En los afios 60, después de las crisis de la posguerra mundial en que los métodos de la “Restauracién Cientifica” y de la Carta de Atenas se pusie- ron en tela de juicio,-asi como se dieron por finalizadas las practicas de emergencia y mimesis realizadas en los primera década de la reconstruccién monumental europea, el debate se planted en la necesidad de responder (1) M. MANIERI ELIA, “La perdita del senso (e il suo recupero)”, Tomes ¢ Progetto. I! recupero del senso, Fratelli Palombi, Roma, giugno 2000, pp. 5-14. (2) Véase André de NAEYER, “La reconstruction des Monuments et de sites en Bel- gique aprés la premiere guerre mondiale”, en Monumentum, XX-XXI-XXII, Leuven, 1982, 202 JAVIER RIVERA BLANCO. @ una nueva sociedad y a unos nuevos planteamientos de la conservacién del Patrimonio construido y de los bienes muebles. Surgieron entonces la Carta de Venecia de 1964, en cuya redaccidn participaron personalidades como Roberto Pane, Piero Gazzola, etc., la nueva teorfa de la “Restauracién Critica’. que tuvo en Bonelli y Pane sus maximos defensores, y para las obras de arte el método restaurador propuesto por Césare Brandi. En todos estos tedricos reaparecia la necesidad de volver a luchar con- tra las restauraciones en “estilo” que se habian impuesto de nuevo destru- yendo los edificios, al demoler sus aftadidos histéricos y al reintegrarlos ar- bitrariamente. El documento de Venecia, en sus principios esenciales, sanciona para todo proyecto de restauracién: 1) la obligacién de resperar todas las épo- cas de le edificacién de un monumento; 2) distinguir los materiales uti zados, antiguos y nuevos, 3) legibilidad de la intervencién y 4) reversibili- dad de Jo atadido. En efecto, esta normativa que fue asumida por numerosos paises y or ganizaciones de todo el mundo hizo posible actuaciones mds prudentes y serias sobre los edificios. No obstante pronto se advirtieron algunos defectos y no pocas ambi- gliedades no resueltas que creaban focos de tensién y de debate. Por ejem- plo cuando aparecfan restos que no podian convivir juntos, restos con va- lores yustapuestos que creaban incompatibilidades entre ellos. Ello llevé a crear lecturas excesivamente “arqueolégicas” que provocaban confusién, co- mo dicen los franceses de co-visibilidad, o simplemente de percepcién. Es- to llevé a muchos técnicos a tener que clegir entre unos restos y otros para poder mantener cierta unidad en muchos monumentos (en Francia, por ejemplo en Saint-Lizier, en Arigge, en la capilla de Notre-Dame-des-Car- mes de Nevillac en Morbihan, o el famoso debate de los Mays de la Cate- dral de Notre Dame de Paris o Ja actuacién que todavia hoy se ha hecho en Espafia en San Pedro de Roda, donde la cantidad de restos no permite en- tender el monasterio). Como sefiala Marie-Anne Sire, ;qué ocurre con las restauraciones? ;Ya son parte, historia, del edificio? ,Si estén mal o son per- judiciales se dejan? ;Incluso si estan bien y hoy se pueden quitar y volver a como era de verdad el edificio por los avances técnicos, se eliminan 0 se sal- van? Por ejemplo en casos de Viollet-Le-Duc en la ciudad de Carcasona in- p. 167-187 para constrastar con las de la Segunda Guerra Mundial: José Ramén SORALU- CE BLOND, “Destruccidn del patrimonio francés en la Gran Guerra", en RER, Madrid, n° 33, p. 50: también y general Jukka JOKILEHTO, A History Architectural Conservation, 1C- CROM, Piant a Tree, Bath, 1999. LA RESTAURACION MONUMENTAL EN ESPANA EN ELUMBRAL DELSIGLOXX) 203 ventadas las murallas en gran medida por él, se ha declarado Patrimonio de la Humanidad, atendiendo a los valores de la restauracién, y por el contra- rio €2 Saint Sernin de Toulouse se han destruido sus completamientos y se ha veekto al estado anterior (;Por qué uno es valido y el otro no? ®)). las ruinas. ;Se pueden rehabilitar? Hay que respetarlas como estan, auncue peligren y desaparezcan? Y cuando en una plaza mayor o tipica, 0 en un conjunto urbano, un incendio, un terremoto, la ruina por abando- no, &c., provocan la pérdida de una parte ;se reconstruye aunque no sea con elementos originales? Seria esto un falso histérico como defiende la Carve de Venecia y la Ley Espafiola de Patrimonio de 1985? Todos eran temas, y atin muchos més, no resueltos por la Carta de Ve- neciz que ha habido que afrontar de muy diversas maneras durante estos uiltimos cuarenta afios. Por ello la “Restauracién Critica” se convirtié en el instrumento més titil para los arquitectos y los técnicos. Pero también se han producido grandes cambios en las técnicas, en la investigacién de patologfas y de la historia, y, sobre todo, sociales, con la introduccién de numerosos elementos nuevos en lo que se entiende por Patrimonio. La ransformacién del concepto de “monumento” es el primer gra suceso que rompe los principios establecidos y obliga a replantear los sis- temas desde los que se habfa trabajado en los dos tiltimos siglos. “Monu- mento” ha sido sustituido por Bien Cultural o por Patrimonio, que tienen acepciones distintas, sujetos mucho mas amplios y puntos de partida més diversos para afrontar su conservacién “), Es, pues, necesario volver a redefinir cudl es el objeto de la restaura- cién de la arquitectura, el monumento explicito, el bien inmueble al que hay que afiadir el enclave, el lugar y su entorno ambiental, la edilicia que implica también trascendencia en el tertitorio, Si el objetivo fundamental de toda actuacién sobre Jo que amplia- mente entendemos ya como “monumento”, o simplemente de lo que lla- mamos arquitectura, es “conservar la memoria’, parecerfa que el gran di- (3) Marie-Anne SIRE, La France du Parrimoine. Les choix de la mémoire, Gallimard, Ev- reux, 1996, pp. 92 y ss (4)_Véase Marie-Anne SIRE, La France du Patrimoine, Les choix de la mémoire, Galli- mard, Evreux, 1996, pp. 61 y sg y Javier RIVERA BLANCO, “El Patrimonio y la restaura- cidn arquitecténica. Nuevos conceptos y fronteras”, en Patrimonio, Restauracién y nuevas tec- nolegias - PPU, Instituto Espafiol de Arquitectura, Universidad de Valladolid, 1999, pp. 17 y ss y Javier RIVERA BLANCO, De Varia Restauratione, Valladolid-Madrid, R8R, 2001. 204 JAVIER RIVERA BLANCO lema de los tiltimos cuarenta afos (desde la Carta de Venecia de 1964), el debate entre conservadores ¢ innovadores, ya ha sido superado, pues el ob- jetivo comtin es intervenir de la manera més eficaz para garantizar la sal- vaguardia en su integridad En este sentido habria que hacer ya distinciones en Europa en aque- llos paises de menor tradicién conservadora de monumentos: Portugal y Espana, por un lado, donde el debate antiguo todavia persiste en algunos sectores y los paises de Europa donde por causas emocionales (Rusia, Ale- mania, Italia, etc.), tragedias bélicas (Croacia, Bosnia, Yugoslavia) 0 catés- trofes naturales (Italia, Francia, Inglaterra... por los movimientos sismicos © por incendios como el del palacio de Windsor) ha renacido la necesidad del “ripristino” violletiano y de las reconstrucciones al estilo “com’era ¢ dove era” a la manera de Luca Beltrami y los restauradores historicistas PRINCIPIOS Y PROBLEMAS TEORICOS FUNDAMENTALES DEL DEBATE ACTUAL En cualquier caso la problematica de la restauracién arquitecténica discurre, una ver definido su sujeto de actuacidn, a través del desarrollo de todos los elementos fundacionales de cualquier disciplina: la aplicacion de las metodologias més adecuadas tanto para el conocimiento del monu- mento en sus distintos valores como de sus patologfas, el control de las téc- nicas tradicionales y el manejo oportuno de las nuevas tecnologfas y la na- turaleza del proyecto de restauraci6n, tanto en la adopcién de los criterios, como en la resolucién del uso socio-cultural y funcional del edificio. En toda Europa es necesario en relacién con el proyecto superar los equivocos que las diferentes acepciones terminolégicas provocan con nu- merosos errores que precisan un lenguaje comtin: restauracién, recupera- cién, rehabilitacién, innovacién, repristino, conservacién, revitalizacién, etc., son algunos de los términos confusos que se utilizan en funcidn de le- gitimar cada tipo de intervencién, La Carta de Cracovia avanza notable- mente en este aspecto al ofrecer definiciones para el entendimiento comin. Oura clave trascendente en la discusién del comienzo del siglo la cons- tituyen los nuevos significados que han adoptado fundamentos o princi- pios bdsicos del entendimiento de los componentes del sujeto arquitect6: nico a restaurar, tales como las ideas que hoy se tiene segiin las diferentes escuelas 0 posiciones de partida de valores como autenticidad, identidad, materia, forma, conservacidn, restauracién y reutilizacién, entre otros qui- 24 de menor trascendencia directa. LA RESTAURACION MONUMENTAL EN ESPANA EN EL UMB! Figura 1. José Menéndes: Pi ‘maceria de la igles vento jerénimo de Gua pe. Caceres (Foto J 2000). Figura 2. José Maria Pérez: Gonzdles Restauracin del claustro convento de Santa Maria de Aguilar de Campéo. Palencia (Foto de J. Rivera, 1993) 206 JAVIER EL MARCO ESPANOL: INTRODUCCION HISTORICA RIVERA BLANCO, Ai ales del franquismo se empiezan a regenerar los cuerpos de res- tauradores del patrimonio monumental en Espafia. Jévenes arquitectos, como Antonio Almagro, Alberto Garcia Gil, Merino de Caceres, Alfonso Jiménez, José Sancho Roda, etc., u otros algo més maduros como Dioni- sio Hernandez Gil, José Marfa Pérez Gonzdlez “Peridis”, Manuel de las Casas, Antén Gonzalez Capitel y otros, comienzan a asumir responsabili- dades en la conservacién y restauracién del patrimonio espaiiol desde ins- tancias oficiales o desde la actividad privada. Sin embargo, los criterios que prevalecian, marcados por la Direccién General de Bellas Artes y por los grandes arquitectos de las siete zonas (co- mo Gonzalez Valcércel, los Arenillas, Chueca Goitia, Cervera, Prieto More- no...) representaban y entendian la restauracién como una recuperacién del sentido del monumento en sus caracteristicas originarias, buscando la pure- za del estilo y le recomposicién de fas lagunas en el estilo original de Is par- tea la que se otorgaba mayor valor histérico. A veces, incluso, mejorando y perfeccionando el edificio en estilo hasta el grado en que nunca hubiera si- do concebido asi, pero que alcanzaba la forma “ideal” del mismo, segtin las teorfas francesas del siglo XIX. Estos conceptos se extendian a otros minis- terios distintos del de comperencias en patrimonio, como ocurria con Tu- rismo y que plasmé en los Paradores Nacionales el uso de un historicismo que no pocas veces superaba al mismo Viollet-le-Duc, con arquitectos que rememoreban una historia “esplendorosa” del pasado (Picardo, Gérate, etc.). En estos momentos surgen algunas, muy pocas y totalmente aisladas, reacciones a estas posturas. Los jévenes arquitectos depuran sus tendencias y se separan Jentamente de los maestros, en parte por las influencias de la restauracién critica italiana, 0 por la de personalidades concretas como Carlo Scarpa o Franco Albini. Algunos, incluso, como Fernando Pulin y Dionisio Herndndez Gil, rompen definitivamente con los valores escable- cidos. Paradigmatica de esta posicién, verdaderamente excepcional en el panorama espanol de la época, es su intervencidn en la torre de Abrantes de Salamanca. Como no pod/a ser menos en aquel ambiente fue toral- mente sofocada. O, por parte del segundo la del monasterio de San Beni- to de Alcéntara completamente silenciada entonces. EI modelo predominante hacia la recuperacién de lo verndculo lo podria representar Gonzalez Valcércel en su restauracién de la Universi- dad de Alcald (Patio Trilingtie) y su Casa de Cervantes de la misma lo- calidad; Francisco Iitiguez Almech, en la suya del Castillo de la Mota; 0 wey a LA RESTAURACION MONUMENTAL EN ESPANA EN EL UMBRALDELSIGLOXX) ~=—-207 Fernando Chueca Goitia, en las que realiz6, ya tardfamente en el ayun- tamiento de Tarazona, en la Casa madrilefia de las Siete Chimeneas 0 en sus propuestas de destruccién de la capilla sepulcral del monasterio de Sigena para reconstruir el dbside romanico ausente, no realizada. Posi- ciones todas bien lejanas de las ideas expresadas en la Carta de Venecia de 3964, incluso de la de Atenas de 1931, aunque podrian entenderse en su contexto: —en cuanto a las reintegraciones afectaban al uso de la ar- quitectura castiza e historicista para los completamientos desde la arqui- tectura oficialista del Estado—. Nunca, desde luego, en lo que se refiere a las reconstrucciones en el estilo primitivo y siempre desde la conside- racién y el respeto hacia todos ellos y en concreto hacia el profesor D. Fernando Chueca, como uno de los mejores historiadores espafioles de le arquitectura de la segunda mitad del siglo XX, sino el mejor. Los reflejos de esta escuela pervivieron con fuerza durante la primera transicién, una vez ya desaparecido el franquismo e inicidndose el camino haciz la democracia con las elecciones de 1977. Prueba de ello, por citar s6lo tres ejemplos que vivi personalmente en la ciudad de Leén donde en- tonces residia, fueron la reconstruccién de todo lo “ausente” del Palacio de Jos Guzmanes y la reconstruccién y completamiento de la Casa de le Car- niceria, ambas por el arquitecto Moreno Medrano, las dos desde el proce- so deductivo historicista para “recreat” la traza no conservada y sin distin- guir lo viejo de lo nuevo; o la destruccién de! abside barroco de la iglesia del Mercado para descubrir el romédnico y “climinarle impurezas” ©) En cambio, los pioneros del nuevo entendimiento del proyecto en res- tauracién sefialaban caminos muy diversos, como José Maria Gonzdlez “Peridis” en el convento de Aguilar de Campéo, 0 Antoni Gonzalez, des- de el Servei de Patrimoni de la Diputacién de Barcelona. En torno a 1982-84 el nuevo Estado de las Autonomias conocié el traspaso de competencias en Patrimonio a las Comunidades Auténomas, siendo éstas las que desde sus nuevas oficinas y departamentos asumieron los critetios de restauracién, hasta este momento fuertemente influidos por la Seccién correspondiente de Bellas Artes del Ministerio de Educacién con personalidades como Dionisio Hernandez Gil, Manuel de las Casas, Antén Capitel, etc., que enlazaban proyecto con historia en las lagunas y en las re- habilitaciones a través de la llamada “analogia formal”. Proceso que se veri- ficd con notables estridencias, como las habidas en el Teatro romano de Sa- (5) Ello desde las posiciones ideolégicas de las primeras autoridades preautonémicas en Patrimonio, verdaderamente alejadas y “despistadas” de lo que podia set una politica moder- na de la restauracién del patrimonio en Castilla y Leén. 208 JAVIER RIVERA BLANCO Figura 3. Musealizacién de Santa Ménia en la Rambla de Barcelona descontextualizan- do su fachada e interior (Fowo J. Rivera, 1989). Figura 4. G. Grassi y M. Portacelli. Fusién entre ruina y obra nueva en el teatro romano de Sagunto. Valencia (Foto J. Rivera) a 2 LA RESTAURACION MONUMENTAL EN ESPANA EN EL UMBRALDELSIGLOXX 209 gunto, en el que ni siquiera se realizé la merodologia de conocer qué era lo primitivo y qué lo procedente de las diversas restauraciones ©, Eran momentos de aspiracién colectiva por la defensa y proteccién del Patrimonio, Surgian asociaciones desde finales de los afios 70 para detener las masivas destrucciones, para tratar de impedir el fachadismo; los nuevos ayun:amientos empezaban a organizar planes generales de conservacidn de los centros histéricos, todo se inventariaba una y otra vez, pues ni siquie- ra se conocia el patrimonio de las distintas comunidades ciudadanas ”?. En 1985 se promulga la ley de Patrimonio Histérico Espafol, que en su articulo 39 (apartados 1, 2 y 3) seitala unas ideas generales sobre crite- rios de intervencidn, que, aunque con cierta ambigiiedad, chocaban con la praxis generalizada con anterioridad, pues, sin la necesaria precision reco- gian parte de las normas al uso en Europa, especialmente de los paises l2- tinos, més preservacionistas y protectores, que lo que se habfa practicado en Espafia hasta la fecha. Poco explicita, en exceso inconcreta, una ley de- ficiente en proteccién, en centros histéricos, en su relacidn con la ley del Suelo 0 con la de Contratos del Estado; una ley sumamente incompleta. La disfuncién se produjo —en nuestra opinién— sobre todo por di- versos factores de cardcter socio-econémico, como la carencia de una mi- nima masa de profesionales preparados en restauracién arquitecténica y urbana como en el resto de los bienes muebles-, las exigencias de nuevas sedes para la nueva administracién surgida de la democracia, que aspiré a ocupar edificios histéricos, artisticos y patrimoniales abandonados 0 en desuso —por ejemplo para sedes parlamentarias, como Castilla y Ledn, Cantabria, La Rioja, Castilla-La Mancha, Andalucia, Aragén, etc—, y la libertad creativa de la arquitectura espafiola que se refugié en el patrimo- nio para dar salida a un esfuerzo profesional que no tenia medios econé micos suficientes en otras areas de la construccidn (crisis del petrdleo), ba- jo le directive del Ministerio de que la restauracién era un hecho arquirecténico general, lo que es rigurosamente cierto, pero no lo es me- nos que condicionado por una preexistencia que era obligada conservar y se precisaba la metodologfa de como hacerlo, Aspectos todos estos que ha- bria que matizar, pues la generalidad no fue total, pero que sefialan en ele- (6) El estudio riguroso se realiz6 con posterioridad a la intervencién y no por los auto- res de la misma que se vieron sorprendidos cuando conclufan su obra por Ia aparicién de res- tos arquitecténicos —columnas— que delataban las proporciones de la escena. El trabajo pro- fundo fue realizado por Salvador LARA en su tesis doctoral lefda y publicada por la Universidad de Valencia (7) Véase Antoni GONZALEZ, “Patrimonio arquitecténico: del desbarajuste al senti- do comin”, ON, n.° 89, 1988, pp. 22 y ss. 210 JAVIER RIVERA BLANCO. vada medida algunos de los més graves problemas que conocié el patri- monio, y en concreto las actividades de restauracién en estos momentos Junto 2 ello fa demanda de las administraciones, tanto regionales como lo- cales pzra rehabilitar espacios histéricos, sin siquiera posibilitar la compa- tibilided de los viejos usos con los nuevos. O el mal entendimiento de la época de lo que.era “restaurar” y “rehabilitar”, que conducian a estériles fa- chadismos y a destrucciones de las tipologias sin el menor prejuicio © Junto a este fenémeno masivo de exigencia de miiltiples intervenciones en edificios hist6ricos, va surgiendo lentamente la necesidad de mejorar la formacién y la educacién de los profesionales, la exigencia a las Universi- dades y centros de educacién de instaurar programas de especializacién, asumidas también por otras administraciones a través de cursos, simposios, reuniones de verano 0 de toda clase en las que se debatfan los criterios fun- damentalmente. A la par emerge también la necesidad de modernizar las tecnologias para Iz restauracién, de actualizar los conocimientos y mejorar la 1+D (In- vestigacién més Desarrollo), asi como de reflexionar verdaderamente sobre algunos de los criterios que llegaban de Europa y no se acababan de asi- milar, como el de poser una metodologfa estructurada, asi como de apli- car con seriedad el conocimiento interdisciplinar para llegar a deducir los criterios precisos y adecuados. HACIA LA CREACION DE UNA METODOLOGIA Las primeras restauraciones de una amplia etapa de la ya instaurada democracia se hicieron “por urgencia’, en parte condicionadas por la ley del Suelo, por la Ley de Contratos del Estado y por otros mecanismos de contratacién que sacaban a concurso la realizacién de proyectos u otorga- ban libremente su realizacién “a dedo” a determinados profesionales con la obligacidn de entregar sus proyectos de intervencién y de conservacién sin el minimo tiempo preciso para una elaboracién documentada y refle- xionada. Sin medios econémicos para realizar el “conocimiento” (estudios previos) necesario del edificio o el érea urbana, sin los andlisis precisos de la constatacién de los nuevos materiales a aplicar, sin ni siquiera prever los posibles deterioros que la actuacién conllevaria. (8) Jordi AMBROS, “El patrimonio arquitecténico en la ciudad de Barcelona”, Revista ON, n.° 89, 1988, pp. 13 y ss. LA RESTAURACION MONUMENTAL EN ESPANA EN EL UMBRAL DELSIGLOXXI. 21] Figura 5. Antoni Gonadlez. Magueta para la restauracién de la iglesia de San Vicente de Malla. Barcelona (Foto Balgomd, 1985). Figura 6. Leandro Cdmara y Pablo Latorre. Ermita de Santa Marta'de Melgue. Toledo (Foto J. Rivera, 1999) 212 JAVIER RIVERA BLANCO Junto a ello, de la relectura de la Carta de Venecia de 1964 y de las in- fluencia: llegadas de Europa sobre la necesidad de realizar profundos y cientificos estudios previos antes de elaborar el proyecto de intervencién 0, precisamente como parte integrante ¢ ineludible de su realizaci6n, sur- gfa el temor en los buenos profesionales, o la tranquilidad mas peligrosa en los que no eran tales, y la aventura se convertia en el fin de su accidn. Personaimente podria recordar eémo muchos Planes Directores de Cate- drales o el del Acueducto de Segovia, por ejemplo, se realizaban sin los mas minimos estudios historicos y arqueoldgicos de los inmuebles en los que se operaba con celeridad y rapidez. En éste ultimo se llevaban a cabo pro- fandisimos estudios del estado actual, pero totalmente escasos sobre st origen o evolucién. Aquellos, los profesionales verdaderamente preocupados por mejorar sus técnicas de conocimiento inundaban los cursos y los “master” de res- rauracién y aprovechaban toda posibilidad de adquirir conocimientos, aunque fueran parciales. Pocas excepciones se pueden sefialar de este ambito peligroso de la in- tervencién en nuestros monumentos. Uno de los més importantes y cua- lificados fue el Servei de Patrimoni Arquitecténic Local, de la Diputacién de Barcelona, dirigido por el arquitecto Antoni Gonzdlez Moreno i Nava- ro, Institucién con une larga trayectoria en el ambito de la conservacién del Patrimonio, tan lejana que se remonta al afio de 1911 cuando fue fan- dada por Jeroni Martorell, arquitecto en la filosofia de la Carta de Atenas, se preocupé no sélo de establecer un método riguroso de “conocimiento”, el denominado “Método SCCM de restauracién monumental”, también conocido como “Restauracién objetiva’, que desarrollé un procedimiento integral de proyecto que abarcaba desde la génesis de la definicién del mo- numento local, pasando por amplios y profundes estudios previos, para egar al proyecto, siguiendo por la intervencién, el uso y las previsiones de un inmediato futuro. Todo verdaderamente modélico, atin cuando en al- gunos casos los criterios a los que Ilevaba el proceso fueron en algunos puntos discutibles, Otro de los factores realmente positivos del Servei de Patrimoni era y es publicar todos los proyectos, desde su génesis hasta su gjecucién, en medios accesibles a todo el ptiblico y a todos los profesiona- les, bien por medio de libros, articulos, folletos, etc., etc. Mostraba asi es- ta organizacién la superacién de uno de los grandes temores universales ¢ histéricos de los restauradores espafioles, que evitaban o eludian expresa- mente lz publicacién de sus acciones. Atin recuerdo una conferencia de Chueca Goitia eelebrada en el Colegio de Arquitectos de Bilbao, en la que se mostraba su fruicién al disfrutar de los errores que cometfan los histo- LA RESTAURACION MONUMENTAL EN ESPANA EN EL UMBRAL DEL SIGLOXX) 213, riadores del arte cuando estudiaban aquellos edificios y no distingufan lo antiguo de lo nuevo, en una actitud que revelaba su orgullo por dominar eloficio de los primitivos constructores. Otros en cambio, mds modernos, © mejor dicho mis recientes, sefialaban que no publicaban sus interven. ciones “porque era dejar demasiadas pistas” de lo que se habia hecho. Aquellas normas de algunas Comunidades reclamando el final de obra con un expediente en el que constara todo el proceso se incumplen gene- ralizadamente. Antoni Gonzélez dio un salto substancial en el proceso de entendi- miento en Espafia de la intervencién en los edificios del pasado. Huyé de- liberadamente de las actitudes filohistoricistas del franquismo, tanto como de las de los arquitectos “post-modernos” o “post-funcionales”, que tortu- raban y destrufan las sefias de identidad de la arquitectura histérica para convertirla en titil del presente sin concesién alguna a su origen. Gonzalez en cambio, fue consciente, acaso por sus relaciones con el mundo italiano, de la cortiente cultural desarrollada en este pais que los historiadores he- mos definido como “restauracién critica”. Ya Jordi Ambrés, refiriéndose a este profesional, recordé de Renato Bonelli el siguiente texto, para expli- car el proceso arquitecténico correcto que aplica: processo ctitico e poi atto creativo, 'uno come intrinseca premessa dell’alero; cost resta ormai definito in restauro monumentale. In tal modo il restauro, considerato come atto critico, coincide concertualmente ¢ si identifica con la storia artistica e architettonica, ne asume i principi ed i metodi € ne costituisce un caso particulare: quello in cui l’azione critica se prolunga nell esecuzione materiale dei prowedimenti diretti a rendere evi- dente ¢ completa la valutazione e culturalmente operante la poetica del linguaggio caratterizato.” ©) En efecto, Gonzélez traz6 su método que él denomina “La restaura- cién objetiva” a partir de estos principios que elaboraron personalidades como Renato Bonelli, Roberto Pane, y otros importantes tebricos italianos que superaron la “testauracién cientifica” de Gustavo Giovannoni, que marcé a Europa durante més de treinta afios y que en Espafia sélo cono- cid el periodo sugestivo de los afios de la Republica con personalidades co- mo Torres Balbis y sus seguidores, como Jeroni Martorell, el primer Iai- guez Almech, etc. (9) Jordi AMBROS, "Antoni Gonzélez, arquitecto restaurador de monumentos”, Revis- ta ON, n° 102, 1989, p. 77. 214 JAVIER RIVERA BLANCO. i LA TIRANIA DEL LABORATORIO El avance de la ciencia en el ambito de la investigacidn en el patri- monio, con el desarrollo por ejemplo de los métodos de deteccién de pa- tologias, nuevas maquinas, como el laser, la termografia, los sistemas de mediciés de ultrasonidos, humedades, vibraciones, la fotogramettia y la infomatica aplicada a restauracién para levantamientos y para simulacio- nes virtuales, los nuevos mécodos de anilisis microbioldgicos, y de cono- cimiento de los componentes microscépicos de los materiales, la elabora- cién de nuevos productos como diversas resinas y de otros tipos, etc., etc., fueron introduciendo en Espafia el conocimiento més profundo de los monumentos, paso absolutamente necesario y demandado por todos pa- ra poder liegar al proyecto. Pero de alli se pasé a lo que denominamos la dictadura de la recnologia sobre los criterios. En gran manera, tanto desde Ja administracién central, como desde muchas regionales, se entendid en estos tiltimos afos que era més importante desarrollar muchos estudios previos que concluir en la elaboracién de unos criterios setios y rigurosos. La escasa formacién de muchos de los arquitectos en todas estas areas les hizo caer en manos de empresas especializadas o de laboratorios con tec- nologias avanzadas, que eran quienes sefialaban las teorias a aplicar, con- virtiéndose no pocas veces los directivos facultativos en meros organiza- -dores de la obra escapando de su comperencia el diagnéstico y las soluciones finales. Un problema gravisimo —a mi entender— actual en Espafia, del que también peca la Comisién Europea en sus programas de investigacién y apoyo econémico a la ciencia, es el de haber sacralizado la Tecnologia, en su impetu por hacer avanzar los programas cientificos, de manera que hoy no se entiende una buena restauracién si antes no se han gastado decenas de millares de euros en estudios de laboratorio y en la utilizacién de mo- dernas méquinas de limpieza o andlisis, de manera que el juicio, la elec- cién critica, hoy en Espaia esté determinada por la técnica y no por la re- flexidn, lo que augura grave futuro para nuestros edificios. EL PODER DEL PODER Ouro grave problema ha sido el de la direccién dominada hacia las re- habilitaciones provocados por los duefios de los inmuebles histéricos. El caso de la ampliacién del Museo del Prado, primero con el concurso mal. == planteado y fracasado, después con la nominacién de Rafael Moneo para @ realizar el proyecto y més tarde con las sucesivas polémicas y las no menos i LA RESTAURACION MONUMENTAL EN ESPANA EN EL UMBRAL DELSIGLOXX 215, Figura 7. JE. Chapapria. Museo Arqueolégico cde Alicante (Foto J. Rivera. 2001). Figura 8. Salvador Pérez Arroyo y Susang Mom. Monacnria de Cormac Leén (Foto J. Rivera, 1991). 216 IAVIER RIVERA BLANCO. 3 ik = = 2 Figure 9. El Ara Pacis en 1998, antes de la destruccién del edificio contenedor. Roma (Foto J. Rivera, 1998). Figura 10. Musealizacién de la Torre de Belem. Lisboa (Foto J. Rivera, 1999). LA RESTAURACION MONUMENTAL EN ESPANA EN EL UMBRAL EL SIGLO XX 217 extraordinarias modificaciones del proyecto expresan el poder del poder, tanto de la administracién central, como de los grupos de oposicin a la ampliacién y la actuacién partidista de los “mass media’, la mayoria de los movimientos ajenos 2 2 idea del patrimonio y de su proteccién y transla- cidn a las generaciones futuras, tanto de unos como de otros Al margen de la administracién central 0 regional, también las admi- nistraciones locales han provocado importantes transformaciones, las mas de las veces con usos incompatibles para los edificios del pasado que tu- vieron en origen otras funciones radicalmente distintas a las actuales. Se ha tratado del debate de dotar a los edificios muertos de usos con- tempordneos en el entendimiento de que un edificio sin uso estd abocado a la destruccién por el abandono. Lo cudl-es cierto y verdadero. Pero de es- ta situacién se ha pasado a dotar de funcionalidades cualquiera 2 los in- muebles, las mds de las veces con absoluta incompatibilidad. Ya sin entrar siquiera en el problema de la reversibilidad. El caso de ayuntamientos que querian salones polivalentes y polifun- cionales, por ejemplo las ruinas de San Francisco de Baeza, la iglesia de L’Hospitalet de Ibiza, el Museo de Tarazona, 0 el Museo del Vino en el Castillo de Pefiafiel en Valladolid, muestran perfectamente esta problemé- tice causada ya no por la necesidad de buscar urgentes sedes a las nuevas administraciones de la democracia, sino imbuidos por el afin de recupe- rar patrimonio y a la vez dotar de infraestructuras a estas localidades de las que carecian en el régimen anterior. Al margen de la intervencién proyectual, de su cualidad y de su can- tidad, resaltamos aqui la fuerza del “poder”, del mecenas 0 patrocinador y a la vez propierario del inmueble, que es capaz de cualquier tortura al edi- ficio con tal de ororgarle una funcién, por lejana y nefasta que sea para sus posibilidades reales. AL FILO DEL SIGLO XXI En los finales de los afios 90 el panorama de la restauracién en Espa- fia, creo, ha mejorado notablemente en algunos aspectos, no en todos des- de luego. Muchos de nuestros administradores no han alcanzado a inte- grarse en Ja “Cultura de Ja conservacién y el mantenimiento”, acaso problema ms de estirpe generacional que de educacién. Persiste como antes seftalaba, la tiranfa del laboratorio y de la tecno- logfa, que abruma a los profesionales, fagocita sus presupuestos y encanta alos patrocinadores y a las administraciones propietarias de los medios. La 218 JAVIER RIVERA BLANCO Figura 1. Restauracién de la ciipula de Los Invdlidos. Paris (Foto J. Rivera, 1997). Figura 12. Restauracién de la iglesia de la Colonia Giiell (Foto J. Rivera, 2000). 1 SMEARS Rue ie si it a We martes LA RESTAURACION MONUMENTAL EN FSPANA EN EL Figura 14, Limpieza de la fachada de San Pedro de Roma (Foto Javier Rivera, 2000). 220 JAVIER RIVERA BLANCO empresa va a remolque y muchas veces es la que dicta los métodos y los criterios. Pero junto a esta clase de problemas se puede constatar que se ha re- ducide la labor de “restauracién” en Espafia, en parte porque no quedan muchos grandes monumentos por restaurar o por intervenit. En parte por- que le direccién social apunta hacia otras prioridades. Los dos aspectos se- iialados curiosamente son positivos para el patrimonio. Al margen la for- macidn de los profesionales, arquitectos, equipos pluridisciplinares, etc., ha mejorado substancialmente en Espafia, ya incluso con asignaturas es- pecificas en los Planes de estudio de las carreras con interés en este cam- po. Cierto es también que la metodologia o manera de acercarse al “cono- cimiento” de la arquitectura histérica ha mejorado de forma importante, bien que a costa de experimentar directamente sobre los enfermos y otra parte a costa de estudiar y mejorar la informacién. Hoy la “guerra del patrimonio” se ha trasladado al consumo del mis- mo. Parece que sociedad en general y politicos en particular son conscien- tes de Is importancia de conservar ia autenticidad de los edificios del pa- sado. De la trascendencia de conservar, para evitar restaurar, y de que cuando no queda més remedio que realizar ésta efectuarla con las méximas garantias de calidad y respeto, al menos en ideas generales, pues sigue ha- biendo, como no, barbaridades de toda clase. E! problema se traslada 2 la gestion, disfrure y obrencién de beneficios del patrimonio. Si es legitimo dentro de la prioridad de que “Restaurar es un fin en s{ mismo”, desde aqui se pasa con frecuencia al uso y al abuso del patrimonio no ya como producto cultural, sino como producto industrial atento para algunos sec- tores sdlo para l2 exploracién econémica. No obstante la esperanza se fortalece para algunos de nosotros al ver llenas nuestras aulas y estos cursos de alumnos y profesionales que quieren “aprender” a Conocer, no sélo aprender a venderse. Que indagan sobre los métodos mas que sobre los resultados. Que son conscientes de que obtie- nen los criterios una ver conocido y dominado el oficio. Espaiia estard cada dia més inserta en Europa, pues un nuevo sistema econémico, el del “Euro”, se va a imponer trasladando profesionales por toda su geografia, acompafiados de sus técnicas y conocimientos. La expe- riencia de nuestros vecinos es riquisima para todos nosotros. La Carta de Venecia es ya una anciana de casi 40 afios, referente de una sociedad que ya ha desaparecido, Un nuevo mundo se abre en el ambito de la restaura- cidn, La Carta de Cracovia ¢s, en cualquiera de los casos, el albor de un nuevo tiempo, y representa de forma segura el canto de cisne de un tiem- po pasado, : parka aT aS LA RESTAURACION MONUMENTAL EN ESPANA EN EL UMBRAL DELSIGLOXX 22] El patrimonio hoy no pertenece a las administraciones, nia los repre- sentantes politicos, ni siquiera a sus titulares ni a los patrocinadores, es de la sociedad, es de las gentes que ven en él su identidad. CARTA DE CRACOVIA: RECUPERAR LA MEMORIA Le “Carta de Cracovia 2000”, es el resultado de cuatro afios de traba- jo y de 25 reuniones en diversos paises europeos auspiciados cientifica- menté por importantes personalidades de mas de veinte universidades, y otras entidades pertenecientes a Icomos, Icctom, UNESCO y la UE. Se firmé en el castillo de Wawel de aquella ciudad el dia 26 de octubre y constituye un texto constitucional con los nuevos criterios fundamentales para conservar y restaurar el patrimonio para todas las administraciones y restauradores. Ha sido refrendada por expertos de 51 paises de todo el mundo y por universidades y entidades europeas de 31 estados. La anterior “Carta de Venecia de 1964” fue seguida en todo el mun- do, menos en Espafia por las limitaciones del franquismo, lo que provocé que muchos de nuestros monumentos fueran “inventados”. La nueva Car- ta mantiene el sentido de aquella y actualiza los criterios al tiempo pre- sente tras los cambios producidos en cuarenta afios en lo juridico, cuivural y tecnolégico para mejorar las medidas de salvaguardia del patrimonio. Uno de los rasgos que en origen diferencian a ambas, es el hecho de que la de Venecia se planted (al igual que su antecesora) desde sentimien- tos euro centristas hacia el patrimonio de todo el planeta, con una visién excesivamente occidentalizada que no apreciaba matiz alguno de diversas culturas con distintas voluntades de Patrimonio ¢ identidad con el pasado. La de Cracovia, al revés, consciente de que muchos aspectos, como el de la autenticidad, por solo citar uno y como teflejo de la reunién de ICO- MOS en Nara (Japén) sobre este tema que diferencia a orientales de occi- dentales, es un documento regional, circunscrito a Europa, que ya de por sf presenta grandes variantes, y que, como mucho se podria aplicar a de- terminado patrimonio construido en las colonias. Es pues, reflejo de una sociedad bien distinta. Ahora se tiene conciencia de un mundo nuevo, in- dependiente y libre, mientras que en 1964 medio planeta estaba en manos de las metrdpolis imperialistas y su cultura se imponfa a estos pueblos. Entre las novedades introducidas se valora la diversidad de culturas y patrimonios para su identificacién y cuidado, los conceptos de autentici- dad ¢ identidad, la nueva idea dindmica de “memoria” que rescata del ol- vido y plantea el proyecto unitario de conservacién, restauracién y man- 222 JAVIER RIVERA BLANCO. tenimiento y un nuevo concepto de “tiempo” del monumento como re- sultado de todos sus acontecimientos. La responsabilidad conjunta de ad- miniscraciones, sociedad y restauradores. El paisaje y el territorio como in- regranzes de le ciudad histérica y de la actividad del ser humano en la natureieza, La necesaria compatibilidad de los nuevos usos y evitar el “fa- chadismo”, como prohibir las mimesis estilisticas y las reconstrucciones cuando son totales, pero permitiéndolas cuando son parciales y estén com- pletamente documentadas. El rigor arqueoldgico, el respeto hacia lo hoy no comprensible, la salvaguardia de todos los afiadidos hist6ricos y el uso de la arquitectura y el arte contempordneo para los afiadidos, as{ como el problema de los materiales tradicionales y modernos. E! documento introduce, también, por primera ver, definiciones ter- minolégicas y hace hincapié en la necesidad de la “educacién’” para salvar la memoria. Un texto de importancia excepcional para garantizar la he- rencia cultural a las generaciones futuras André de Naeyer, el profesor belga que tanta importancia tuve en la redaccién del documento final, ha comentado: “Nella prima parte della conferenza si & valutato criticamente lo sviluppo rappresentato da Carta di Cracovia 2000 rispecto alla Carta di Venezia Nella seconda si é trattato dei problemi e delle opportunita derivanti dai nuovi usi e dellimpatto dell'archirertura moderna sugli edifici storici. All epoca della “Carta di Venezia - 1964” il problema era piuttosto chia- ro, poiché i monumenti erano considerati edifici d’élite, da restaurare 0 conservare rispettando un'immagine storica, ¢ i cambiamenti si riduceva- no ad operazioni molto limitate. Oggi, a parte certi edifici eccezionali, gli edifici storici vengono “interpretati” rispettando standard pit aggiornati sia dal punto di vista architettonico, estetico e tecnologico, sia per quel che riguarda comfort e sicurezza. Si parla in questi casi di “restauro architetto- nico” perché l'impatto dei criteri dell'archirettura @ evidente. Se questo modo di interpretare gli edifici pud da un lato sembrare la naturale con- seguenza dovura all evolversi dei tempi, d’altro canto, la conservazione del nostro patrimonio dovrebbe cercare di preservare (¢ restaurare-dove ¢ ne- cessario e possibile) lidentita del documento storico ¢ culturale, mante- nendola quanto pit! autentica possibile quanto piti a lungo possibile. Che arteggiamento mostra Ja ‘conservazione’ moderna di fronte a interpreta- zioni architettoniche che spesso modificano considerevolmente P'identit’ degli edifici? Fino a che punto sono accettabili i moderni “re-styling” e “re- functioning”? La “conservazione dei beni architettonici” é utilizzata come un vero strumento per la creazione di un ambiente migliore, oppure fa Pesclusivo interesse di pochi? La moderna pratica del restauro deve riusci- rea dare tina risposta che rappresenti la sintesi delle valutazioni e delle esi- genze delle parti interdisciplinari inveressate formate da architetti, storici Te LA RESTAURACION MONUA MBRALDELSIGLONON =—--2223 archeologi, tecnici e utenti finali. La conferenza @ stata occasione di viva- ci discussioni sull’ortodossia del restauro ¢ ha dimostrato come la CARTA CRACOVIA 2000 sia utile ¢ necessaria e rappresenti un fondamentale contributo alla conservazione ¢ al restauro del patrimonio archirettonico.” En su redaccién ha jugado un papel importante Espafia, que lideré una reunién de expertos internacionales en Valladolid bajo la direccién del Instituto Espafiol de Arquitectura de su universidad, y en la que se desa- rrollaron los criterios y metodologias ahora sancionados en Cracovia y que han sido recogidos en un volumen editado “®) por la Fundacidn de Patri- monio Histérico de Castilla y Le6n, el Instituto Espafiol de Arquitectura de Valladolid y ia Union Europea“), (10) Principios de la restauracién en la Nueva Europa. Conferencia Internacional de Con- servacién Cracovia 2000. Restoration fondations in the New Exrope. The International Confe- rence on Conservation Krakéw 2000, Valladolid, 1-2 de abril, 2000. (11) _Véase para ampliar al respecto: Javier RIVERA BLANCO, “Monumenti e docu- ‘menti negli aspetti formali e materiali: autenticita e identita c loro corrosione del tempo”, en WV.AA, Il restuaruro fii indentita ¢ autenticita, Marsilio editore, Venezia, 2000, pp. 37-60: Idem, Miedeynarodowa konferencja konserwatorska, Pilkington y Europejske Miastro Kuleura, Krakow, pp. 16 y ss.; Adem, “Restauration et adaptation des monuments historiques en Es. pagne", en VV.AA., Restoration principles for a new Europe, Faculty of Engineering, Gent, 2002, pp. 47-60 e idem, “La Carta de Cracovia peri europei”, en W.AA., La Carta de Cra. covia 2000, Principi per la conservaziones e il restauro del Pasrintonio costruito, Ed. Marsilio, 2001, pp. 41-48, y 127-136,

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