Solo hay dos caminos: o ponemos nuestra confianza en Dios, o no lo hacemos. Qu confianza podemos tener, an en nosotros mismos, si nuestro propio corazn nos engaa? La denuncia del pecado (Jeremas 17:1-4) Al denunciar el pecado de Jud, Jeremas hace un llamado al arrepentimiento; a aceptar el amor de Dios (Jeremas 31:3). Cuando dejamos que Dios acte sobre nuestro corazn ocurre un cambio extraordinario: En lugar de escribirse el pecado con cincel sobre tablas de piedra, el Espritu Santo esculpe a Cristo en las tablas de carne del corazn (2 de Corintios 3:3). B La respuesta al mensaje El ataque al profeta (Jeremas 11:18-23) Mientras denunciaba el pecado de Jud, Jeremas confiaba en que su familia, y sus hermanos, los sacerdotes, le apoyaran. Pero Dios le tuvo que mostrar que eran precisamente sus ms allegados los que deseaban su muerte. Cuando Jeremas se enter de la conspiracin contra l, comenz a comprender la actitud de aquellos que no quieren corregir sus pecados. El lamento del profeta (Jeremas 12:1-5) Haban atentado contra su vida; nadie quera escucharle. Jeremas estaba haciendo la voluntad de Dios, pero eran los pecadores los que prosperaban, mientras l padeca. Cmo podemos aprender a confiar en Dios a pesar de todas las cosas que ocurren, que parecen no tener sentido para nosotros? La respuesta de Dios a Jeremas parece dura, pero es en s una promesa: si mantienes tu confianza, te dar fuerzas para soportar dificultades mayores. Jeremas 12:5. C La respuesta divina La sequa (Jeremas 14:1-10) Dios envi una sequa para que el pueblo recapacitase sobre su actitud. Jeremas intercedi ante Dios por el pueblo. Por qu no quiso Dios escuchar la intercesin del profeta? Aunque Jeremas entenda la raz del problema (el pecado), el pueblo rogaba solamente para librarse del problema en s (la sequa). No haba arrepentimiento sincero, ni deseo de cambiar. No podemos pretender tener el favor de Dios y vivir apartados de l.