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ALBERTO FLORES GALINDO LOS ROSTROS DE LA PLEBE MAGDALENA CHOCANO CRITICA BARCELONA, CAPITULO I EUROPA Y EL PAIS DE LOS INCAS: LA UTOPIA ANDINA ora Inés y Gerardo ‘A partir del siglo xvi se entabla una relacién asimétrica entre los Andes y Europa. Podrfa resumirse en el encuentro de dos curvas: la poblacién que esciende y las importaciones de ganado ovino que ps ‘cupando ios espacios que los hombres dejan vacios. Encuer por la violencia y la imposicién. Pero estos intercambios son més complejos, ‘como lo ha recordado Ruggiero Romano: barcos que vienen trayendo caiia, vid, bueyes, arad venientes del de se confunden admitidos con otros que estaban con- 1, junto al resquebrajami luerzo por comprender ese verdad por entender a los vencedores y sobre problema. La uroria tov ain. Entre los 8.000 y ‘sus habitantes iniciaron cultura, Habria que esperar al primer para que desde un santuario enclavado en los Andes cent ‘Huantar, se produzca el primer momento de unificaci6n panandina. Sélo con 4a invasién europea se interrumpié un procesp que transcurria en los marcos de una radical independencia. Los hombres andinos, sin que mé cambio cultural alguno con el i ivos fundamentales como ld papa, el mai 16 105 ROSTROS DE LA PLERE naderfa dec piiedra, la ed ‘A pesar del sgéneo y cohesionado. A lo largo de su historia auténoma han predominado ls reinos y sefioriosregionales. Los imperios han sido fenémer Para que una organizacin estatal comprenda a todo el area {que aguardarse a los incas, quienes, como es bastante conocido, rea desde el Cuzco una expansion ripida pero frdgil les, con el derrumbe del estado incaico, reaparecen di —como los huancas, chocorvos, lupacas,chaneas— con lengua y diferentes, muchas veces rivales entre sf, resultado de una antigua historia de enfrentamientos. La invasi6n occidental, al reducira todos los hombres andinos ala con- 4icién comiin de indios o colonizados, hizo posible, sin proponérselo, que emergieran algunos factores de cohesin. Sin embargo, junto a ellos, la ad rinistracion espafoia bused mantener Tos viejs conflictose introduc nue~ ‘vs, como los que se irian dando entre comuneros (habitantes de pueblos de Indios) y colonos (siervosadseritos als haciendas). A pesar de la esricta de- marcacién de fronteras juridicas entre indios y espatioles —quienes debian conformar dos repibl relacién entre vence- dores y vencidos terminé produciendo una franjgincieta dentro de la po- blacién colonial: los mestizos hijos de unos y otros y a veces menospreciados les grupos étnicos de la Africa y después del para de esta manera tener a los principales cofmponentes de una so- edad sumamente heterogénea. Uno_de los aspectos més sugerentes del ‘Pert actual, pals de todas las sangres como decia Arguedas; sin embargo, es- {as tradiciones diversas no han conseguido fusionarsey, muchas veces, ni si- Guiera convivir. Conflicts yrivalidades han terminado produciendo un sub- terréneo pero eficaz racismo. Menosprecio, desconfianza y agresividades en el interior mismo de las clases populares, como se han traslucido Esta fragmentacin se expresa también en la conciencia social de los protagonistas. En la sierra peruana, por ejemplo, Jos campesinos hoy en dia no se definen como andinos o indios —a pesar del podria generalizar, [EUROPA ¥ EL PAIS DE LOS INCAS: LA UTOPIA ANDINA 7 pasado comin— sino que habitualmente recurren al nombre del lugar don- la quebrada o e! pueblo tal, como observan en Ayacucho Ro- ‘omunicados a pesar de la cercania geogréfica, a causa de vat del quechua y idea de un hombre andino inalterable en el tiempo y con una tot ménica de rasgos comunes expresa, entonces la historia imaginada da, pero no la realidad de un mundo demasiado fragmentado, La utopia andina son los proyectos (en plu cesta realidad. Intentos de navegar contra la la dependencia como a la fragmentacién. Buscar un ccuentro entre la memoria y lo imaginario: 1 VueT y clregreso-det inca. Encontrar en la reedificacion del pasado Ta solucion a los problemas de identidad. Es por esto que aqui, para desconcierto de un in- vestigador sueco, «... se ha creido conveniente utilizar lo ineaico, no sola- ‘mente en la discusion ideol6gica, sino también en el debate politico actual».+ Mencionar a los incas es un lugar comin en cualquier discurso. A nadie ‘asombra si se proponen ya sea su antigua tecnologia o sus presumibles prin- cipios éticos como respuestas a problemas actuales. Parece que existiera una predisposicién natural para pensar en «larga duracién>. El pasado gravita so- bre el presente y de sus redes no fundando su doctrina en una imaginari co en cl que se debate encarnizadamente qué.era la sociedad prehispénica. ‘Todos se sienten obligados a partir de ese entonces. En los Andes parece cionar un ritmo temporal diferente, cercano.a las «pérmanencias y cor dadess. Es evidente que ‘con occidente, pero con texto sobre la sociedad rante para la agricultura en pais agricola, en uni esfuerzo tremendo que no desaparece durante todo el dominio espafol y que tampoco ha desaparecido hoy. Por eso, desde este punto de visa, el estudio de la Historia Antigua del Peri es de cardcter actual, y estamos estudiando cosas reales, que todavia existen y que vamos descubriendo mediante los estudios etnol6gicos. Hay, + pues, un vinculo muy riguroso entre el Peri Antiguo y el Pend Actual» Nine + gti europeo podrfa escribir en los mistos términos sobre Grecia y Roma ‘Lima, Universidad Nacional Mayor 18 105 ROSTROS DE LA PLERE Friedrich Katz advierte una diferes ible entre aztecas e incas' xxico no se encontrarfa una memoria los Andes No hay una utopia azteca, perial y 1os antiguos monarcas, lo ocuy que aqut tiene el pasado im- ia Virgen de Guadalupe. Quiza grada que la peruana, porque el por- de mestizos es mayor alléy porque les campesinos han tenido una in- oficial, primero durante Ia independencia y in de 1910. En los Andes peruanos, por el contrario, liones han sido frecuentes, pero nunca los campesinos han entrado en la capital yse han posesionado del palaco de gobierno. Salvo el proyecto de Tiipac Amaru (1780) y la aventura de Juan Santos Atahualpa (1742) en la selva, no han conformado un ejército guerrillero como los de Vi- lia 0 Zapata en México. Sujetos ala dominacién, entre los andinos la memo- ria fue un mecanismo para conservar (0 edifcar) una identidad, Tuvieron que ser algo més que campesinos: también indis, poseedores de rites y cos- tumbres propios. {Simple retrca? ;Elaboraciones ideol6 pectiva de este término? ;Mistiticaciones de Valeéree!? Los ineas habilan Ja cultura popula. Al margen de lo que eseri- ban los autores de manuales escolares, profesores y alumnos popularidad del (publicado en francés en jin era un abogado conservador que eseri- bié esa bra para criticar al socialismo como un régimen opresivo; quienes cn el Peri hablan del socialismo incaico,lo hacen desde una valoraciGn dife- rente, como es obvio. Una réciente investigaci6n sociolégica sobre la ensefianza de la historia en colegios de Lima mostr6 que la mayoria de encuestados tenia una imagen . El afin persistene en las sociedades campesinas ‘europeas de querer entrever un lugar en el que no existieran diferencias so. ciales y donde todos fueran iguales. En Inglaterra o Francia se trataba de fs supuestos tiempos de Adén y Eva, cuando todos trabgjaban ¥ no fan sefores. En Polonia y otros pases al este del Elba, ese mundo no es- gismo pero, a diferencia de aids, allende el horizonte. En otros lugares, como en la Ita- iaPrenacemtista que nos describe Carlo Ginzburg, la tierra de nunca jamés cera ese lugar imaginario en 08 de leche, los érboles produ- todos podfan beber, amar y alguno, rompiendo las barreras a que pretendian ia: reino de hombres y mujeres desnudos y felices. 1d0s estos suefios se insertaban en la vida cotidiana de sujetarlos sefiores le Cocaita 1. Bronslaw Baczko, Lumires de utope, Pa 12 Jean Servier, La Utopia, México, Fondo de 13. Carlo Ginzburg, Le fromageet es vers, Paris 178, conémica, 1970, p18 marion, 198, EUROPA Y EL PAIS DE LOS INCAS: LA UTOPIA ANDINA, 2B los pueblos y tenfan un momento privilegiado de realizacin: los carnavales, 05 dias en los que el orden se invertia, los de abajo se adueftaban de las pla- za piiblicas se abrian paso la risa y la burla de todas las jerarquias. Enton- ‘es todo quedaba permitido. El carnaval era un'elemento central en la cul- tura popular que evitaba los riesgos de una confrontacin abierta pero que én mantenfa vivas,en los festejos y los rituales de carnestolendas, a las fas no han tenide una historia terrumpids. Hay periodos en los que el género se propala y que él deno- ‘mina «épocas calientes»: uno de esos momentos fue el descubrimiento de ‘América. Pero entonces la utopia se encontré con una corriente intelectual proxima: el milenarismo. Otro término que obedece a una fecha muy precisa: el aio mil, cuando se pensaba que legaba a su fin-el mund®. La ‘dea se vincula con la concepcién cristina de la historia segin la cual ésta debe llegar un dia a su fin: el la condenacién de unos y la salvacién de otros, para culminar en el en- cuentro de la humanidad con Dios. Temas del apocalipsis que integraban los temores y las esperanzas cotidianas en los tiempos medievales y que un ‘monje calabrés llamado Joaquin de Fiori (1145-1202) convirtio en un «sistema profético» y le dio forma escrta. La historia se repartia en tres ‘edades: la edad del padre, ya pasada y que correspondié al Antiguo Testa- a wel que miayor influencia ejer- en Europa hasta la aparicién del marxismos. Entre otros medios, as encontraron acogida en de la orden franciscana. Para para los enfermos los tlldos, los pobres y mendigos, os que nada tenia, el milenarismo les recordaba que de cielos Otra edad los aguardaba donde todos ls sufrim ppensados con creces porque ellos serian los escogidos Tejano sino que més bien estaba cerca y un signo"posible era el sufrimiento de los hombres. El apocalipsis requeria de la intervenci6n divina en la historia, del milagro, que podfa encarnarse en un personaje, en algiin enviado como los angeles que harfan sonar la trompeta postrera, especie de nuevo profeta capaz de conducir al pueblo hasta la tierra prometida: un mesias que sin embar- laren la Edad Media yen el Renacimiento, Bae lenio, Barcelona, Barra, 1972 p. 118, 2 10S FOSTROS DE LA PLERE ‘20, para triunfar sobre las fuerzas del mal, requeria de la colaboracién de 9 y rebeliones campesinas, la més impor- ida en 1525 por Thomas Munzer: episodio de ‘donde emerge el suefio violento de bajo, conformada Unicamente por tante de las Giales seria di ‘esas guerras campesinas en en la que se optaba cicio de una acendrada piedad, la mortfcacién del cuerpo, las flage! como medio de aproximarse a lo divino. Las corrientes mas radicals d Jenarismo tuvieron como principal escenario a Europa central. Ele lismo mesiénico, en cambio, encontr6 un terreno propicio en la peninsula ‘érica, en un momento en el que los vonficts sociales (expulsién de mo- scosy juios y después guerra de comunidades) coineiden con el descubri- miento y conquista de América. El cardenal Cisneros, iniiador de una re- forma del clero regular en la Espasa de Fernando e Isabel, toler6 al «mistcismo apocaliptico>. Se propala fa idea de que eclesisticos y monjes Regresemos al afio 1659: en Lima se escenificaba una pelea entre reyes, ‘Quizé esta referencia permita encontrar otro derrotero de la utopia andina. Lega al teatro a partir de la difusién de representaciones populares en los pueblos. Los autos sacramentales y en general todas esas escenificaciones ‘que tenian lugar en los atrios de las iglesias, en particular durante el Corpus Y su octava, 7 14 de junio. Aparecen asi en los Andes los «Doce pares de Francia» o las peleas entre «Moros y Cristianos», que se encontrarén-con las danzas (taquis) indigenas como las que en 1610 se ejecutan en el Cuzeo por la canonizacién de San Ignacio de Loyola, y, ese género de pelea, «hecha en EUROPA Y EL PAIS DE LOS INCAS: La UTOPIA ANDINA 49 juego», que Acosta anota en muchos pueblos. Pero las luchas entre cristia- ‘nos y moros traian un mensaje favorable a la conquista, Se exalta a los ven- cedores. Al final queda slo la reconciliaciGn que es en realidad reconocer tuna derrota. Segin Ricardo Palma, cuando en Lima de 1830 se vefan estas ‘europeo fueron postergados por ido por Cajamarca: una emboscada por otra. Este canibio de también un mensaje diferente: la critica de la conquista, variacién hay que encontrarlo fuera de los escenarios, en ‘se identifie6 a los moros muertos por Santiago con los indios. De pelea de rmoros contra crstianos, a pelea de indios contra espaiioles. Los enemigos no estaban lejos sino aqui mismo. Estas representaciones, en algunos pueblos, sustituyeron a antiguos ri- tuales. Actualmente la captura del inca se integra alas fiestas patronales. Co- rida, bebida, Baile, representaciones, castilos (fuegos arti ales), bandas rusicales: una especie de carnaval. En otros pucblos todavia se conserva ese ritual que repite el encuentro milenario entre pastores y agricultores, lacua- is Estas observaciones etnogrificas, junto a un detenido trabajo Burga sugerir una hipo- Uroria ¥ coNFLIcTos. En el Museo Arqueolégico del Cuzco se guarda un cuadro titulado la ‘én de don uan-de Atahualpa en Cajamarca». El aut 16, Arturo Siméncz Borg, «Corengrafia Colonia Jarno se limite a estos temas. En Piura en Nari Walac pr ejemplo, to Pini de oposicion y complementaridade, en Revita de Museo Nac tia, p38 Ande 50 105 ROSTROS DE LA PLEBE ‘mo, Las tonalidades del lienzo hacen recordar a algunos queros. El formato es pequefio, similar a la muerte de Huéscar que se conserva en el Museo Ar- queol6gico de Arequipa. Muchas pinturas de ese estilo debieron ser destrui- expafioles después de 17 derrota de Tipac 2 los incas y estos temas volvieron a la ‘degollacién» de Atahual- 1d0, Sabemos por las erénicas Le tonces Huamaat Poma-de Ayala incluye en su Nueva Crénica y Buen bierno el dibujo de un conguistador que marll y pufal en mano cercen en Cajamarca. Esta erénia, como es sabido, no fue publi ruvo desconocida y manuscrita hasta este siglo. Huamén Poma estaba recogiendo, como a lo largo de todo su texto, la version provinciana y Tocal dela historia peruana* De la colonia a la actualidad se ha proseguido representando la muerte de Atahualpa. En 1890, en Lima, en las proximidades de la navidad, todavia En la actualidad su radio de propalacién se ha reducido a pu ra central. Pero el desenlace ha variado. En algunos lugares el inca todavia es decapitado o degollado (Aquia y Ambar), en otros simbélicamente se arranca el pescuezo a algiin animal, pero hay pueblos en los que se termina andi. Ayacucho, Universidad Nacionl San Cristal de Hoamanga, 198. fiestas religiosas y profanas, Lima, 1890, . 20, ima, 1984, p. 15, jl Inca Atahualpa en Ambar», en LarCritca, pit. Ver su comparacion entre los representantes de Ia congui meres. enciay ritual ene folklore andinos, en Primer Congreso Nacio. ‘de Chiquidn en agosto de 1984, Reunimos la informacién aunque no estarin de acuerdo con mis observaciones, + fiesta, era frecuentada por fa EUROPA ¥ EL PAIS DE LOS INCAS: LA UTOPIA ANDINA, st Chiquisn es la capital de ta provincia de Bolognesi, departamento de ‘Ancash. Una poblacién de 6,000 habitantes, ubicada al fondo de una que- la que se llega desde un desvio de la carretera a Huaraz que parte ras de Conococha. La fiesta es en homenaje a Santa Rosa, la pa- tiene como actos centrales misa, procesién, dos corridas de toros ¥ Ja captura del inca. Todo esto a lo largo de una semana en la que ‘Chiquidn hasta 1.000 visitantes Se sacrifican reses, carneros, lech cos Se preparan dulees y panes para cada ocasiGn. Se bebe, sin tes. Segtin su versi6n, la fiesta es muy democritica, nadi queda excluido, todos pueden bailar y comer en cualquier casa. El mensaje que aparentemente trasmiten los festejos es el de un pais mestizo, en el que se han reconciliado sus tradiciones contrapuestas y se fusion occidental y andina del pais. El conflicto queda fuera, no existe, Al terminar, “el Inca y el Capitan (que es el nombre que recibe Pizarro) se abrazarén y bai lard en la casa de éste, para al dia siguiente presidir juntos la corrida de to- 10s ala usanza espafiola: es decir en una plaza, con un torero traido de Lima ¥ algunos voluntarios del pubblico. En la fiesta de Chiquidn el personaje mas importante es el Capitin, No obstante que sobre él recaen los mayores gastos, todos los afios es un cargo muy disputado. En 1984 el Capitén era un camionero que habia conseguido ») hhacer fortuna, mit "rasgos fisicos de éste parecian més como Mangas, mientras que t Capitan, donde siempre se p ‘comerciantes, profesionales, profesores. En principios de siglo y el decenio de 1960—, Chiquién fue sede de un poderoso ni rratenientes, dueiios de haciendas ganaderas cuyo poder se ejercia sobre pueblos y comunidades ubicados hacia el occidente, escalonados alrededor

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