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TEORIA MARXISTA DE LA IDEOLOGIA 1 CanacrenizaciON GENERAL DEL cONCEPTO 1, Introduccién No es esta Ia primera ver que esoribo sobre el tema de la teorfa marxiste de la ideologia. Coneretamente, le dediqué tun capitulo de mi libro La plusvalia ideolégiea (Caracas, 1970) y mumeroses alusiones en diversos ensayos, con las que el lector se encontrar en el presente volumen. Sin embargo, aquel capitulo, aunque sigo suscribiéndolo en casi todas sus partes, me resulta hoy insuficiente. No se trataron alli una serie de importantes axpectos que sélo la reflexién posterior y una mis intense lectura de Marx (para escribir un volumen, ain a medio camino, sobre La alienacién co- ‘mo sistema) hicieron aparecer. Por otra parte, ciertas reac: ciones de extraficza del piblico lector de aquel Libro mio, ante Ia forma de presentar la tcoria de Marx y Engels sobre Ia ideologia, me incitan a precisar més mi propia visién del problema. Yo insistia en que se deben tomar fn cuenta, para comprender lo fundamental de toda. ideo logia, los aspecios. no concientes de la misma, dejando, ‘como hacia Mars, In conciencia para cosas contraptestas 4 Ia ideologia, como la teoria y In ciencia; pero esto me evo a calificar de contradiciorias y absurdas, desde el punto de vista de Marx, expresiones leninistas tales como “Sdeologia revolucionaria”, “el marxismo como la ideo- logia de la clase obrera’, © Ia célebre “toma de conciencia ideolégica”. Y esto sino esta dispuesto todo el mundo a ‘ceptarlo, sencillamente porque provocan uns especie de vacio sibito en toda una tradicién del comunismo contem- pordneo, que no por azar es un “comunismo” que en mu chos importantes aspectos no silo no esti basado en Marx, ‘sino que en ocasiones lo contradice flageantemente, “ TEORIA Y PRACTICA DE LA IDEOLOGIA jue Marx no e3 un evangelio, pero si en nombre del mar ee re su idea del teorfa en sus 16 que se trata. de una teoria que, como todas las de Marx, tiene aplicacién préctica en Ia Tucha revolucionaria; y esta aplicacion resultaré falsa y dogmética si se parte de una interpretacién falsa y dogmitica. Se quiere convertir a Marx en uno de aquellos idedlogos que € tanto criticé, y ‘al marxitmo se lo ha convertide précticamente en una ideologia encubridora de la verdad, en un Opium des Volks uw opio del pueblo, en una religién Taica, con To cual se ha logrado desvirtuar y desprestigiar su cardcter legitimo de Aenuncia.efentifica. : Nada de extrafio tiene que un ex comunista francés, el cientifico Jacques Monod, en su discutida y muy discutible Obra I acer 7 Ja neceidad, nos mequre (en tin nada original, proveniente de sociélogos norteamericanos ant Seer Se Trcinge es ideologies” y como el marxismo es una “ideologia”, en- Ieee gs meee fn: Sl terseney Eb wn err nada inocent> confundir Ia ciencia de Marx con el espantajo ideolégico en que ha sido convertida por los “marxistas”. Desreiar Ia muerte dele ciencia marssa después de on: vertirla en ideologia es algo muy semejante a convertir ‘a un hombre en espantapSjaros y luego deoretar la muerte del espantapajaros. 2. Dos caracterizaciones de la ideologia A fin de ir directamente al corazén del ssunto presen- taré, sin comentarios inmediatos, dos caracterizaciones de Ja fase, en el presente volumen, el ensayo “La ideale del ‘fin de Tar deo ‘errito a propéalto de una nota de Arturo Unlar Pieti sobre'el Hbro de Monod TEORIA MARXISTA DE LA IDBOLOGIA 15 ideologia. Por qué dos y no una? Por una razén de ‘método, Si Marx definiese hoy, en el siglo xx, ol fendmeno ico, sfiadiria al micleo de su teorfa original una serie de elementos que proporcionan la vida contemporinea y las nuevas ciencias. Tendrfa en cuenta, por ejemplo, da- tos como el sicoanilisis; o datos como el crecimiento ‘pro. digioso de los medios de comunicacién social, medios que son hoy Ia fuente ideolégica més abundante. La segunda earacterizacién la claboré teniendo en cuenta nuestra situa. feuerbechiano, ain no desprendido de. adhe: eri idols, on io rane al campo de ln esas Mires “se hace taiclin a af mikmo, puesto que accpta como iltias eausss los mivilesideales que alli cian, en ver de indagar detrés de ellos euler ton los mévilee de ecos mévile, La inconcioncie 0 estriba Drocisumente en admitir méviles ideale, sino ea no remontarse pat Hiendo do ello, hacta cus caveas determinantes™. (L. Feuerbach > IV) x conocido —pero muy mal arta a Mehving del 14 de julio do 1099, nos dice: ‘ean proceso que se opera en el llamado pensador conc fn efecto, yero con una conciencia flue, Las verdaderas £1 puboras (lv miles» de ‘nterion L. S11 ue le permanecen ignoradss para él; de oro modo, no seria tal proceso Hsoligico” En el plano indiidual, noe dick Freud, lo “reprimide” so ca teriaa por eer um méuilincenciente, slgo que ignoramos y que bbuimos erradamente s otros factores, Dsl mismo modo, en el plano social, Ia estructura eccnmice de Is sociedad ee el mul ren! de ‘cuanto ocurre en las relaciones socials, y el idelogo se caracttin ‘or Ignorar exe mévil real y suctiuirlo por mérile idelen. La reson social” representada por Ie idelogia consist, pues, encom fandie Tos méviles reales (estrctara sociozconémics) con miviles parents Asi el desloge de Ie Revolucién Frencesa nor dirk que triunfo do aquel movimiento se debié alae idons do los encclope- ‘istas, © los “prinepios” de igualdad, ete. El ant ‘at cambio (esto es, el cientfico en el sentido de Mars), dirk que todas ‘es ideas y principior fueron movidos y determinados por tna cor la liguidecKin Burgueea del orden feudal delente, el idedlogo, deskumbrade por fachada jaridcopolitcn del edificio. eocial, “olida” 0 “veprime” In existencia de los eimientos econdmicos que sopostan todo ese y em fachda, (EI “olvide” remite, en Freud, a la procon ciencia; la “ropresii™ « la inconeienea.) En los paises latinommericanoe ea tpica tal actitad ideoligies en los goblernos que, buscando “sanear el orden moral” de ls po. Dacén, emprenden campaias contra Is “pornogralis, por ejemplo, TEORIA MARXISTA DE LA IDEOLOGIA » “ganancias” capitalistas la estructura oculta de la plusta- tia; confunde cl valor de las mercancias, que es determi: nado por la cantidad de trabajo socialmente necesario para producirlas, con su. preci, que es algo determinedo por ol mercado. Finalmente, 1a ideologia es un fenémeno histérico y en ‘modo alguno’ pertenceiente a la “natureleza” 0 “ecencia” del hombre; lo mismo que la alienacién, es un fenémeno histéricamente superable, En la fase superior de la socie- dad comunista, dice la Critioa del Programa de Gotha, cuando sea verdad aquello: “De cada cual segin sus capacidades; a cada cual segiin sus necesidades”, hab’ cial degradante, y la sociedad misma. Con la. desaparicién de la explotacién vendré la desaparicion de la ideologia de la explotacién. Toda ideclogia es justficacién de una ex plotacin, Al desaparecer ésta desaparccera la idcologia b) Segunda caracterizacién. Dando por supuesta 1a ante- , una teoria contemporénea de la ideo logia debe incluir por lo menos los siguientes rasgos defi- nitorios. La ideologia es un sistema de valores, creencias y representaciones que autogeneran necesariamente las s0- ciedades en cuya estructura haya relaciones de explotacién (es decir, todas las que se han dado en Ja historia) a fin de justficar idealmente su propia estructura material de ex: plotacién, consagrandola en Ia mente de los hombres como ‘un orden “natural” e inevitable, o filosdficamente hablan- do, como una “nota esencial” o quidditas del ser humano. ‘Tiene su lugar individual de actuacién en las zonas no concieates del siquismo, entendidas desde el punto de vista fn lugar de emprender una traneformacidn de la base social destinada 1 Vgulder In pobreas y el eubdesrcllo, Atender aslo as “super fstruciars” e, por eo, puro reformiamo, pura ideologia, Lo revo Tclonario es tacar los méuiles reales 20 TEORIA Y PRACTICA DE LA IDEOLOGI, de a dinémica siquica: algunas representaciones fi en calidad de “represiones” profundas en la inconciencia, tal como figuran en el hombre de hoy muchas representa: ciones indueidas en su mente, desde la infancia, por la te- Jevisién comercial; otras, se alojan en la preconciencia (en sentido frendiano), zona siquica compuesta de restos ver. bales y mnémicos “olvidados” pero que pueden ascender @ Ja conciencia cada vex que ésta los requiera, como es el caso de la ideologia religiosa, que habitualmente se tiene como algo “olvidado” en la mente, pero que en horas di- ficiles 0, simplemente, cuando alguna advertencia mas 0 ‘menos refleja (la misa dominical, por ejemplo, o las char- Tas religivsas por Ja radio) lo determina, reaparece en la conciencia como imperatiyo moral, como tranquilizador de Ta conciencia. Es, pues, una falsa conciencia, apostada en la mente para recordar cosas como que In miseria social es tun “‘mal necesario” porque Dios no dispone mal las cosas ¥ porque, en fin de cuentes, la pobreza es santa y es mis dificil hacer entrar a un rico en el reino de los cielos que 4 un cable por el ojo de una aguja. Fl lugar social de ac- tuacién de Ia ideologia, que en tiempos de Marx lo forma ban las instituciones sociales (como et Parlamento), la eu! tura Ibresca, los templos, hoy Jo forman, ademas y pprimordialmene, los Hamados mass-media o medios de co- unicacién de maces, los cuales inducen subliminalmente Js ideologia en los individuos y, sobre todo comercialmen- te, realizan una esplotacién a fondo del siquismo humano, tuna explotacién especificamente ideolégica que consiste en poner el siquismo al servicio inconciente del sistema social de vida. La explotacién de plusvalia material se ju asi y se refuerza constantemente mediante una explotacién de plusvalia ideoligica, concepto que es necesario manejer fn una teoria de In ideologia contemporinea, entre otras azones porque el sistema capitalista 1o utiliza en la ica, pragméticamente, a semejanza de aquellos capitalisias préctioos que, segin decia Marx, aplicaban la teoria del valor, sin conocerla en absoluto, con mucho mayor preci TEORIA MARXISTA DE LA IDEOLOGIA aL jn que todos los economistas juntos. Todas las implicacio- nes de este concepto, que introduje en mi libro La plasvalia ideoldgica, estin explicadas en éste. Hoy en dia los “ana: lista motivacionales” 0 sicélogos al servicio de empresas comerciales del sistema, que explotan —como lo demostré hasta la saciedad Vance Packard— los resortes irraciona- les de Ja inconciencia siquica para vender productos, son tunos grandes y pricticos aplicadores del concepto de plus valia ideolégica, aunque no tengan Ia menor idea de la marxista de In ideologia. Para finalizer esta caracterizacién esquemitica, «pre viso advertir que la mayor parte de las confusiones que ha suscitado el vocablo “ideologia” vienen de que parece alu- dir a wna “ciencia de las ideas” (esto quiso ser para el inventor del vocablo, Destutt de Tracy, pero con tan. mala fortuna que, bajo el impacto de los denuestos nepolesnicos, cl vocablo se convirtié en sindnimo de idcalismo shistéri co); también parece aludir a un “sistema de ideas”. Pero las “ideas” de la ideologia no son tales ideas. No son ideas, son ereencias; no son juicios, son prejuicios; no son rest tado de un esfuerz0 tedrico individual, sino Ia acumulacién social de las idées requts o lugares comunes; no son teorfas creadas por individuos de cualquier clase social, sino var lores y ereencias difundidos por la clase econémicamente dominante. Como lo deefa Helvetius: “Los prejuicios de los grandes son las leyes de los pequefios”.* No son, en sume, ideas, y con raaén, desde Mannheim para acé, varios auto res han camparado las “ideas” de Ia ideologia con los idola de Bacon. La critica de Bacon, hecha en nombre de la ciencia empirica, iba dirigida contra la ideologia 0 idololo- gia medieval. De igual modo, In critica de Marx fue dii- fgida contra los fetiches ideolégicos burgueses; y hoy la tcorta critica de ta sociedad —cuyos representantes son qui 24 los mojores continuadores de la teoria marxista de Ia © Ch en Hans Barth: Verdad ¢ tdeolopia, Fondo de Cultura Feonémics, México, 1951, cap. 1. 2 TEORIA Y PRACTICA DE LA IDEOLOGIA ideologia— es una teoria cuya critica va ditigida dircota mente contra los valores, creencis, idols, fetches Weal ‘gicos de la sociedad industrial ms avanzada, cuyo rasg0 fundamental sigue siendo la economia mercantil_y moneta- ia, pero que he desarrollado con creces su propia forms: iin ideoligica, sus medios especiales do difusién y cscla- vizacién siquica, y cuya esencia ideolégica he bautizado ‘en otra ocasién, parodiando una célebre fase de Hobbes, ‘como Homo homini mercaior: el hombre es un mercader para el hombre —es decir, algo mucho peor que un lobo. Por todas estas razones es absurd hablar de “idoologta re volucionaria”, porque una revolucién no puede ser impul sada genuinamente por prejuicis, fetches 0 catcismos, sino contra cls. Toda esta contraposicin general entre ideclogia y cien- ‘ia no impide que haya un género de ciencia ideoligica- mente fundado, esto es, que aunque trabaja con ideas tra- baja también con prejuicios que impiden a estas ideas cexpresar la verdadera estructura de Ta sociedad y, port to, las llevan a hacerse cémplices de Ia situacién social; cBmplices tanto més peligrosos cuanto que se presenten como tun aparato cientifico destinado a explicarls, Es In acusa- cidn de Marx contra Joe economistas; ee la acusacién que hoy puede hacerse a cierta sociclogia “‘cientifica” cuyo fin limo es explicar la sociedad como un conjunto. de funcio nes y disfunciones propias del sistema, dejando de lado ‘oda teoria de los conflicos soeiales y de la explotacién. De odo esto se desprende que la ideologia no consiste sélo en representaciones, valores y creencias de corte apologético- teligioso.y popularizado, sino también en un sistema de abstracciones aparentemente cientificas que se difunden en iuniversidades y otras institueiones y a menudo se popula- risen, De estos sistemas de abstrecciones excribia Marx en Jos Grundrisse lo siguiente: “En contraposicién a las rela ones personales, estas relaciones materiales de dependen- ‘ia (quo no son otra cosa que rclaciones eociales auténomas colocadas frente a los individuos aparentemente indepen- TEORIA MARXISTA DE LA IDEOLOGIA 8 dientes, relaciones mutuas de produccién de las que ellos cstin aislados) ‘se manifiestan igualmente de manera tal que los individuos resultan luego dominados por abstrac- ciones, en tanto que anteriormente s6lo eran dependientes los unos de los otros, Pero la abstraccién, 0 la idea, no es otra coma que Ia expresién teérica de esas relaciones ma- teriales que Ia dominan; y puesto que una relacién no pae- de no traducirse en la idea, Tos filésofos han conccbido como la eacacteristica de los nuevos tiempos el hecho de que Tas relaciones en euestién son dominedas por las ideas, ‘dentificando de esta suerte la génesis de In libre indivic ‘dualidad con el descendimiento de las ideas. Era tanto més ficil cometer el error desde et punto de vista ideolégico ‘cuanto que ese reino de las condiciones (esta dependencia ‘material que, por lo demés, se transforma de mucvo en re laciones personales determinadas de dependenci, pero des- ppojadas de toda ilusién) aparece en la conciencia de Jos individuos mismos como el reino de las ideas [esto es, como tuna falsa conciencia, L. S.J, y cuanto que la ereencia en Ia cternidad de esns'ideas, es decir, de eats relaciones ma- teriales de dependencia es, claro esta, afirmeda, manteni- 4a, inculeada de todos los modes posibles por las clases do- zminantes.”” |Asi, pues, es creencia tipicamente ideolégica el suponer que son las ideas, 0 las creencias mismas, las que dominan Je historia, y no la historia las ideas. Creer que la idea de comunismo produciré la sociedad comunista es un error {deolégico; la idea de comunismo, por el contrario, nacié de la observacién cientfica del desarrollo universal’ de las fuersas productivas, condicién material indispensable para el socialismo, Creer que las relaciones materiales de depen- deneia en que se encuentran los paises subdesarrollados son al producto de una idea maligna, es un error idecl6gieo; por el contrario, la idea maligna de perpetuar la dependen- 1" Kail Morn: Grundrisse der Kritik der potischen Ockonomie, ‘Mara-EngelsLonin Totitat, Mosc, 1999, pp. 81-82 a TBORIA Y PRACTICA DE LA IDEOLOGIA cia surge como la justifieacién de un estado material al que Hegé forzosamente a sociedad capitlista, y surgid como surgié en otro tiempo la. justificacién ideoligica del colo nialismo, Creer que la alienacién de la sociedad de masas feel producto de las idens que se difunden por los medios rmasivos ex cometer un error ideol6gioo; por el contratio, caus ideas y toda cea técnica diabélicamente persuasiva no surgieron sino como una necesidad de justificar el sparato material alienante del capitalismo altamente desarvollado y convertido en imperilismo, Que toda la ideologia pueda, ‘a eu vex, ejercer una accién determinante sobre el proceso material, no impide en modo alguno Ja verdad de Jo an- terior. u [EXAMEN DE ALCUNOS ASPECTOS ESPECIALES 1. Prevenciones Lo que antecede no es sino una caracterizacién, apretada y general, de lo que puede considerarse la médula de la teoria marxista de In ideologia. Deliberadamente fue pre sentada como tesis positiva, afirmativa, eludiendo en lo po- sible la discusién critica de ciertos aspectos especiales que ‘2 mis de un lector Je resultarin discutibles 0, al menos, dignos de una mayor profundizacién. Fue presentada como ‘un resultado general; y, en efecto, Io es, Pero ahora serd preciso entrar en algunos detalles de importancia. Por ejem- plo, al lector seguramente le habré sorprendido que no fapareciesen en Ia caracterizacion de la ideologia dos tér- rinos que parecerian de obligada comparccencia: “reflejo” Yeuperetrucra”, Tanbign Te habra sorprendido ler TEORIA MARXISTA DE LA IDBOLOGIA 25 que, para Marx, le ideologia es un fendmeno histérico que hhabré de desaparecer en la fase superior de la sociedad co- ‘munista, Asimismo, la insistencia en los elementos no-con- cientes de la ideologia pondri en guardia a muchos contra tuna posible deformacién sicologizante del pensamiento de Marx. Y no faltari quien se pregunte: Si la i desaparecer, zqué Ja va a sustituir? Trataré de responder ordenadamente a estas y otras ceuestiones, empezando por las que pareoen sex més crfticas: el asunto del “reflejo” y el de la “superestructura”, que suelen figurar en la inmensa mayoria de los libros marxis tes como las claves ciendificas de In teoria marxista de la ideologia y que sin embergo, como se veri, eran unas me- 1foras : Las referencias polémicas aludiran slo veladamente a doterminados autores contemporineos que han tratado ex pecialmente el tema. El primero de estos autores es Karl Mannheim, a quien dejaré sin tocar por Ja razén expresa de que en el presente yolumen va incluido un ensayo dedi- cado especialmente a este autor. También aludiré a la visién ofrecida por Louis Althusser, visidn que actualmente ejerce tuna gran influencia y quo ¢s en parte correcta pero tam bign, en. parte, desorientadora, Teodoro Adorno, Herbert Marcuse y Max Horkheimer han publicado sendos libros cn los que viene implicita una caracterizacién de la ideo- Jogia que, aunque no exenta de ciertas dificltades, ¢> a juicio la més préxima a la visidn original de Marx y Ja mis cercana a su adecuacién al siglo xx. Sartre también hha desartollado una visién muy peculiar del concepto de ideologia, en buena parte confusa y contradictoria y que he examinado con detalle en mi libro ya mencionado, La plusvalia ideoldgica, Henri Lefebvre tiene importantes ob- servaciones sobre el tema. Y muchos otros autores, ya que I ideologia es uno de los temas contemporineos que cuen- tan con mayor bibliografia. Sin olvidar los inevitables ma- nuales de marxismo, que desarrollan todos una idéntica visién del tema. Habré quo tenerlos muy en cuenta, pues

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