aos. Un siglo en el que el
hombre ha aleanzado la kuna, seDEBATE
iglo
arbarie y
randeza
Julio Aréstegui
Catearatico de Historia Contemporénea
Universidad Complutense de Madrid
L ANO 2000 ES EL ULTIMO DEL SIGLO
XX y del segundo milenio de nuestra Era
Las discrepancias con otras interprete-
clones no significan otra cosa que una
Simple cuestién de aritmética cronolégica, que no
seria en este momento lo importante. Si lo son,
por el contrario, las perspectivas, las intenciones,
Tos interrogantes y los temores con los que las
zgentes se sitdan —nos situamos~ ante este nuevo
fin de siécle y, ahora también, fin de milenio. La
magia cronol6gica de los nimeros redondos no es
el mejor contexto para el andlisis histérico riguro-
50, pero en la época de los medios de comunica-
cién de masas se revela como casi inevitable.
‘Acompafiado y hasta amenazado por esa magia,
ro es un trabajo sencillo para el historiador pre-
sentar una perspectiva global y un juicio desapa-
sionado y objetivo de lo que para la Historia, mi-
lenaria ya, de nuestra civilizacién ha representado
esta centuria por demés agitada y progresiva,
fragmentada y bélica, destructora y creativa, todo
aun tiempo. “jAprender de la Historia?”, se pre-
unta uno de los pensadores més licidos de nues-
tro tiempo, Jrgen Habermas. Y contesta: “La
No existe una vision unitaria de una centuria
en la que el progreso y la barbarie han ido
tan de la mano. El siglo nacié con
optimismo, vivi6 el
apocalipsis de dos grandes
guerras mundiales y termina
con un progreso cientifico
que nos lleva a una
civilizaci6n nueva que ain no
podemos intuir. Pero una cosa
es clara: el siglo XX aboca a la
Humanidad a buscar nuevas
vias de salvaci6n que tendran
que serlo para todos y no
para unos pocos privilegiados
Historia puede en todo caso ser una magistra vi-
tae de tipo critico que nos dice qué ruta no debe-
‘mos emprender. Pero, como tal, sélo pide la pala-
bra cuando llegamos @ confesarnos que, efectiva-~
mente, hemos fracasado”. Cabrian muchas exége-
sis de estas palabras que no podemos sino acep-
tar plenamente como actitud ética. Importa. por
tanto, saber si podemos aprender algo de esta his-
toria de un siglo que termina. No obstante, es ine-
vitable y perturbadora una nueva interrogante:
aHemos de confesarnos el fracaso de este siglo? A
esta nueva pregunta podriamos constatar de in-
‘mediato que no pocos de los ilustres de nuestra
Gpoca estarlan dispuestos a hacer tal confesién.
Una confesién enteramente errénea.
La posicin simétrica y complementaria de la
creencia de que puede aprenderse de la Historia
seria [a de que ésta puede predecirse. Una creen-
cia infundada, pero que siempre ha encontrado
devotos. Y es entre dos extremos, en este nuevo fi-
lo de la navaja, por donde tiene que circular un
diagnéstico de nuestro hoy histérico que, reunien-
do experiencias y previendo desarrolios plausibles
y posibles, no se manifieste beatiticamente satis-
echo de lo que sabe del pasado ni presuntuosa-
mente seguro de que conoce el porvenir.
En estas coordenadas se inscribe la modestia
interpretativa con la que se aborda aqui el diag-
18néstico y la defensa historic
del siglo que acaba,
éPor qué este afén por interpretar el significado
st6rico de un periodo que no puede tener otro sig.
nificado que el simbdlico? zNo hemos dicho mu-
cchas veces que Ia Historia no se explica en perio-
dos cronolégicos? La verdad es que ante el afio
2000 tenemos algunas cuitas més que las cronolé
Bicas. Seguranvente, porque sertimes noy mas vi
vos los cambios del pasado y las incertidumbres del
futuro. Ademés, ninguna época historica ha renun
do nunca a hacer vaticinios como sin con ellos
se creyese que se propicia un futuro menos enig.
miatico. De ahi que el ndmera de las interpretacio-
nes del siglo XX haya crecido en sus dltimos afios.
que me propongo
La Belle Epoque
En torno a 1900 era posible y hasta obligado en:
trever lo venidero con un sesgo optimist. La Belle
Epoque vino a confirma y justficar e! optimisma
Europa dominaba el mundo, recientes inventos y
adelantos -laelectrcidad aplicada, los reistros so
nores, los nueves vehicules, incluida pronto la avia
cidn, la apricultura expansiva y préspera, las pro
mesas de! Nuevo Mundo, ahora alin mas nuevo y
prometedor después de los éxtes del 98~ eran
1a Revolucién
Sovietica
‘conmocion
1 siglo
desde sus origenes
y condicioné la
Historia mundiat
sta Ia exida del
Muro de Rerlin en
10989. Lenin arenga
a law masas desde bt
teibuna en una
fortuna. Al pie del
odio, Trotsky
observa Ia eacena
Stalin ordenaria
Dorratle de esta foto
sintomas inequivocos de la verdad inalterable del
Progreso, del que no cabla dudar.
Los primeros afios del siglo XX fueron, qué duda
e, de esplendor. Tras una depresién econémica
leve en los afios noventa, el auge volvié a Londres y
Nueva York, a Viena, Paris y Berlin
Y empezaron a emerger con fuerza palses-pro-
mesa: las Argentina y Australia, granetos y praderas
del mundo, mientras en Asia se apuntaba un nue.
vo gigante, Japén, que habfa aprendido mucho de
la civilizacién dominante, ia occidental
Y, sin embargo, bajo todo ello y mucho més, la
tla el impulso apenas velado hacia la pugna inmi
sericorde por el control de aquel mundo nuevo que
ntaba y que era la culminacién natural de las
maravillas, y las graves contradicciones también
ido un excepcional siglo XIX en ade.
tos humanos. Era el mundo de las grandes alian
zas entre potencias y de la “Paz armada", en el cé.
nit del Imperialismo,
Alegato contra la guerra
S6lo unos afios més tarde del comienzo del siglo
sonaren las primerae llamadas de evisa, En un libro
muy celebrado en su época, La Grande /lusion (el
libro aparecié en castellano’en 1913, sin lugar deedicién, pero en algdn sitio de fo que el propio au-
tor llamaba Hispano-América), Notman Angell ad
vertia, en 1910, sobre el peligro inminente de la
guerra general, Y afirmaba tajantemente: “No es
‘que la guerra sea imposible sino que es futil ~ine-
ficaz-, adn suponiéndola victoriosa...” Angell hacia
‘el que seguramente era el primer alegato de la épo-
ca contra la intrinseca itracionalidad de la guerra,
Esa grande ilusion de la que se hablaba era, se-
gin Angell, la creencia en que la prosperidad de las
faciones tenia que ir aumipafiada siempre del po-
derio politico, lo que implicaba conquistas; y la de
creer, por tanto, que las conquistas aumentan la ri-
‘queza de los conquistadores y que los armamentos
y la riqueza se hallan directamente relacionados.
El imperialismo de los primeros afios del siglo
estaba claramente prefigurado en estas palabras,
puesto que se apoyaba en ideas sobre la destruc:
cin de los enemigos que Angell juzgaba suicidas.
Nos hallamos, y no por casualidad, ante el mismo
criterio que se reflejaria afios después en las posi-
ciones de John M. Keynes sobre las consecuencias
de la paz en 1919, que tanto criticarian los fran-
ceses.
Es evidente, sin embargo, que las ideas que li
gaban inseparablemente imperio econémico y po-
industria dominada por Holywood, otras me-
«cas cinematogrfieas, como Bomba, producen
ain mas pliulas al ao. La cémara, con su
capacidad para convertir aos actores en mitos
¥ para manipular emociones, es el icono més
emblematico de la cultura de la imagen que
alae el siglo XX
La esvistica
L que fuera simbolo
at
cen la guerra. Manbattan
Project de investigaci6n
atmica,DEBATE
co sufrimiento también, en los siglos venideros la El lider de la OLF,
Historia ya no podré ser més que una y tinica para Yaser Arafat, saluda
todas los seres humanos, [0 que no implica la anu- en Jericé al rabino
lacién de sus diferencias. Moises Hirsch,
Imagenes como ésta
no se han traducido
aun en una paz
justa y definitiva en.
Oriente Medio. Ain
Einstein, el
ientifico del siglo
por excelencia.
Legado para un nuevo milenio
Estos dos fin de siécle, 1900 y 2000, que nos
afectan y nos ocupan fueron realmente distintos,
pero no cabe entregarse ala melancolia valorativa
{Qué realidad Hered la Hurmanidad del siglo 1X y
‘ual otra va a heredar el siglo XXI? Es realmente
mejor esta época que quella? Lo cierto es que
mientras en 1900 parecia existr una esperanza ca-
Si sin limites, en 2000 esa esperanza es algo, 0
mucho, més difusa, a pesar del inmenso salto tec-
nologico. {0 quizés por ello mismo?
El sisio XX lega al futuro nada menos que Ausch-
witz, Hiroshima y Sarajevo, jes teribles simbo-
Tosi... ¥ no son los tnicos. Pero contemplemos es-
tos aros tres: NUrenberg, San Francisco, Ginebra.
Y ademés, la relatvidad, la peniciinay [a llegada a
fa Luna; ia Deciaracién’ Universal de los Derechos
Humanos,@ la que Carlos Thiebaut ha definido li-
cidamente como “un resultado del trabajo de ele-
var a concepto, en este
‘caso a norma, el recha-
0 del dafio y la formu-
lacién de un curso alter-
rrativo del mundo”
donde el mayor crimen
‘seré el Genocidio.
Poco después de la
rmitad del siglo, una de
las mas_mentes mas
claras y criticas que és
ta ha dado, Bertrand
Russell, escribia en sus
Sceptical Essays (tradu-
cidos parciaimente al
castellano justamente como Ensayos sin optimis-
‘mo) que hay dos formas de escribir sobre el futur
la cientifica y la ut6pica. Deseemos la una y atre-
vamonos a la otra. La intuici6n de Russell vaticina-
ba en 1957 que el camino de las sociedades iria
hacia un mundo de superorganizacién ~que hoy co-
hacemos como el de los sistemas expertos-, con
mayor unidad ~que conocemos hoy como globaliza-
clén-, que tenderia a crear una autoridad central
ay, lo pretendido en San Francisco que generé la
‘ONU- que na sido sustitulda (zhasta cuando?) por
tuna nica potencia hegeménica. Luego hubo de co-
ocer interminables guerras y clamar contra ellas.
Las previsiones de Russell, en todo caso, nos ha-
ccen pensar que él y otros intelectuales de su tiem-
po dejaban escapar el papel de una importante
fuerza: la enorme potencia englobante, hegemoni-
zante, del capital, la enorme potencialidad del mer-
ccado para incluir todas las clases imaginables de
bienes y convertirlos en mercancia: todo lo que ya
lo era antes, mas el arte, las creencias, los gustos,
la estética. El capital ha demostrado, sin duda, ser
‘capaz de organizar al mundo de una forma global.
La expansién universal del capitalismo como for-
ma social dominante es una creacion y un legado
més de nuestro siglo, que primero magnificé y lue-
g0 ha acabado diluyendo a Marx y declarando la
D 1947. Plan Marshall, 1950. Guerra de Corea. Se comerciliza el primer
Independencia de India y Caza de bras en EE. UU. cerebro electinico.
Pakistin. Primer wuelo su Anihistaminicos. 1955. Vacuna antipolio.
persénico, Manuscritos Mar 1951. Electricidad por bra 6ptica
Muerto. cenergia at6mica 1956. Crisis de Suez. Inu
secién de Hungria.
1948. Golpe de Praga. Blo-
1957. Tratado de Roma. La
queo de Belin, Estado de
11952. Pidora antconcep-
iva IBM: computadora en
Israel. Invencisn del transis- sere UURSS lanza el primer Sput-
‘or 1953. Se alcanza la cima if. A la venta, el primer
1949, NacelAOIAN, Rep- del Everest. Television en G00,
blica Popular China. Dos color 1958. _ Independencias
Alemanias. Derechos Huma- 1954, Primera relacién —fticanas
os. entre el tabaco y el céncer 1959. Revolucién Cubana
32
1968, Primavera de Pra-
ga. Mayo francés,
1969. El hombre, en ta
lana.
1972. Comerciaizacién
de la calculadora de bolsi-
lo,
1974, Portugal: Revolu-
cin de Jos Claveles
1975. Muerte de Franco,
Juan Carls I, rey, Grabado-
rs de video y disquetes de
ordenador doméstco.
1960. Nace la CEE. Rayo
ser,
1961. El Muro de Berlin,
Gagarin, el primer hombre
en el espacio.
1962. Concio Vaticano IL
1964. Paulo VI vista Tie-
rma Sania. Los Beatles! la
ini
1965. Guerra de Viewaun
1967. Guerra de los Seis
Dias. Primer trasplante deidea neoliberal del mercado universal como pensa-
miento nico. Dejando abandonada a su suerte en
tal mercado a més de la mitad de los seis mil mi-
Hlones de habitantes de la Tierra. Tanto es asi que
pr ello misma la crisis del neoliberalismo no ha si-
do ni es menos evidente y el papel de! mercado no
resulta menos motivo de perplejidad. Este mundo
global es desarrollado 0 es misero, es Occidente 0
es Oriente, es el Norte o es el Sur. La Humanidad,
sin embargo, esta abocada a inventar y experimen:
lar uevos sistemas de relaciones sociales. No vol-
verd la sociedad del pleno empleo y consecuente-
‘mente el problema de la distribucién de la riqueza
serd mas grave que el de su produccién.
GES, quizas, el legado de este siglo y de este mi
lenio fundamentalmente una inmensa crisis? Y, en
este supuesto, {una crisis de morfologia semejante
ala de otras anteriores, 0 acaso con ese nuevo mo-
delo de la crisis estable, al que se ha referido Gid:
dens? Una crisis cuya manifestacién nueva seria
‘ahora esa especie de permanente anomia a escala
internacional. También aqui, una vez mas, es pal-
pable la diferencia de opinién que por si sola pare-
cerfa ya un elemento decisivo de la crisis misma.
La Humanidad esta tan poco de acuerdo en las
Condiciones de su futuro que ni siquiera existe con:
senso en el diagnéstico de los més graves peligros
2 gran escala, como son los ecolégicos.
Las guerras del futuro
QU pesaré con las guerrasen el futuro? No se
ran, tal vez, "guerras en las galaxias". Seguramen-
te serén algo menos alucinantes de lo supvesto por
Aivin Toflery algo menos morsles de lo que habria
descado Norberto Bobbio. Pero es irreversible el
Cambio de concepcién de la guerra. No parece que
Nayan 2 desperecer las guerrassituacionales,loca-
les o regionals, de baja intensidad, en suma, que
no perturban en si mismas el orden mundial. Pero
[a guerra es formalmente ahora oto tipo de resolu-
cidn; aquella que se edopta baj la mirada siempre
del Oe Vigilante y que tiene une finalidad humani
tara. real (6 ello no fuese contradictori)o fing
da (que es lo més normal).
Russell fue prottico una vez més: “Se necesita
os cientificos det
Instituto Roslin de
Edimburgo con la
‘oveja Dolly en
diciembre de 1997
Ron James, Keith
‘Campbell y an
‘Wilmut fueron los
artfices de esta
primera clonacion
que ruscité un
debate éico que
hhereda el siglo XX.
mucha organizacién, y ya que debe haber tanta, es
‘muy facil que llegue a ser demasiada”. {No es és-
ta la angustia central del hombre de hoy, atrapado
sin remedio en las redes de los grandes sistemas?
Lo cierto es que legamos al siglo XXI, al milenio ter-
cero, un mundo rebosante de sistemas pero sin si-
tema. Con un orden que no es tal y del que existen
ppocas posibilidades de salir si no es a partir de con-
Ceptos nuevos que requerirfan esa organizacién su-
perlativa de l2 que hablaba Russell
Nuestro tiempo, en fin, en este simbélico 0 real
cambio de Edad, iega al futuro algunas incuestio-
rnables certezas. La primera es la formulada por
Hobsbawm al decir que “las fuerzas histéricas que
han configurado el sigio siguen actuando”. La se-
gunda, mas importante y negativa, es la que hemos
aprendido sufriendo: ei camino de la Humanidad
no es desde luego el de la perfeccién a través del
impulso moral triunfante, Pero la decisiva entre
elas, la tercera, es la de que los hombres, por pri-
mera vez, parecemos dispuesios a tener eso en
‘cuenta, La esperanza es que si la Humanidad con-
serva aiin en el Siglo y en el Milenio que vienen un
rastto de racionalidad sabré obrar en consecuencia
1976. Supersénico Gon
corde
1977. Espaia: amis,
partidos y eleeciones. Pac-
1981. IBM: primer orde-
nador personal. Tren de Al:
ta Velocidad.
1982. Guerra de las Mal
tosde a Moncloa. Aparece vina. Actividad de los gr
el sida pos ecologists
1978. Espaia: Constiu- 1983. Se comercializa el
cidn democritica. Karol compact disc, Cromosoma
Wojtvla, papa El bebé-pro- artifical
beta 1984, Primer vientre de
1979. Revolucién inte- alquiler.
risa ldmica en Inia, 1985, Espafa se adhere a
1980, Guerra Irin-rag, a
1986. Espa: sf a la
OTAN, Catistrofe de Cher
nobil E! mundo: 5.000 mi-
Hones de habitantes
1987. Alarma sobre la ca-
pa de ozono
1988. Gorbachor impulsa
1a Perestroika
1989. Caen los sistemas
comunistas
1990. Piidora aboria y
preservaivo _femenino
Guerra del Goll. Reuni-
caciin de ls dos Alena 1995. Guerra en Bosnia
ss Nerzegovin.
1991. Disgregacion ygue- 1996. Oveja Dolly. Auge
rruen Yugoslavia Gope de de Intemet
1997. Se comerciliza el
Viagra. Hong Kong vuelve a
China
1998. La Iglesta “ve arre-
pilente” de su actitud ante
1 Holocaust.
1999. Guerra de Kosov.
I mundo: 6,000 millones
dd habitates.
Estado y desaparcin dela
URSS, Nace la Unidn Euro-
pea.
1992, fin del Aparbetd.
1993-Teibunal Penal Inter
nacional
1994. Inauguracién del
tine del Canal de la Man-
cha
33