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E HISTORIOGRAFIA LATINOAMERICANAS. DEBATES ACTUALES, historiograficos impostergables Jos Rios Minder. En torno a la fundamentacién de la historiografia latinoamericana Horacio CRESPO* A decir verdad, para la mayoria de quienes consagran a la Historia sus desvelos, lo que csos desvelos significan no es cosa que por sabida callan, sino por ignorada 2 EDMUNDO O'GORMAN' " aS flecesariamente breves reflexiones que siguen se articulan en torno a “uma pregunta que me preocupa desde hace tiempo: ¢cual es el funda- mento de una historiografia -o de una ne como, eae el er que, luego de apreciables logros Gaipfiicoe-aigde nla e una inteligibilidad primera acerca de s{ mismo. Que- nto de criticidad se enmascara crecientemente tras un que posterga —en todo caso sdlo posterga-, ia econémica y politica en América Latina, asi como en Estudios Latinoamericanos de la UNAM. ‘México, Inprenta Universitaria, 1947, p. XIL. 4 para un texto introductorio a Hegel, utilizada de escribir la historia en la que quien lo i historia, en un sentido mas técnico, , entendida ésta en un sentido m: Hsrihgia: teria y pric, i BN TORNO ALA FUNDAMENTACION DE LA HISTORIOGRAFIA OF eee ce oc Oe ere CONS, ing sidn epistemolégica como sentido inicial de la lt pero de inmediats 4. ae co un aspecto que quetria enfatizar por €] ulteriox desarrollo de este ey corresponde acompafiar con un horizonte demarcatorio de identided cut ‘mismo, en instancia que no seria oportuno disimular, notifica una dimensig, tencial ajena a cualquier pretension de distanciamiento objetivista. xistencial, por el eercicio de una prictica -la de historiador de ciertos pry, smas- qué reclama vincularse sin més con la pregunta tenzada inicialmente, Pref. tlodir a fell coartada de separar Ia propia existencia personal de las cuestionesq, ja “tiencia”, O'Gorman eseribié parrafos memorables sobre este motivo, La py frunta por él fndsmento de tin quehacer “profesional” revela incomodied por), fnsuficiencia de Ias respuestas actuales que no puedo soslayar. Preocupacién ge ‘caminante en sendero borroso, en Ia tarde que ya pardea. Hay una segunda dimension de lo existencial involucrado. En dicha pregunty finca implicita una concepcion de América Latina que necesariamente precede ; "Jos desarrollos mas particulares de esta presentacién. América Latina no ¢s sély “un ambito geografico sino un ‘pos hermenéutico, una trama compattida de sig. _ficados, un e/hos cultural basico, una histotia con posibilidad de enhebrarse en jeantes comunes. Una vasta y polifacética cons/ruccién cultural e historica, con rosa capucidad de producci6n de sentido identitatio y valioso potencil de ecion politica liberadora con contenidos y vias plurales. Es basicamente, si lun cpus de textos y de fconos, y una fascinante exegética tejida sobre llos: una intertextualidad constituyente. Say. As, exis S a yu dilatada interpretacién, es una afortunada pagina de Vascon 508 ee de Maridtegui y lo pensado sobre ella, es la saga del pode Dae 7g hasta Yo, of Supremo, Ia invectiva de Canto general y el lirismo te de Alturas de Machu Picchu, el decir de Valle} h jo y el rigor prometeico de sun I i mural de Rivera, a tetablo potosino, un cuadro de Tarsila do desvelos cepalinos y los #ios de tinta suscitados por espe volucionari : Por tomidez conservadota y tecelos reaccio discontinuidad y diacronia entre los distintos ‘ el compuesto asi constituido, pero esas a temporalidad de lo latina americanismo, de /o latina que creo sigue siendo [mas alli de miltiples argumentaciones y reparos puntuales y justificados a esta afirmacién] el paradigma dominante de las ciencias sociales académicas. La “disputa del positivismo” —tal como se titulé una crucial y célebre controversia de hace ya varias décadas entre la llamada teorfa erftica de la “escuela” frankfurtiana y el racionalismo critico-, y lo ventilado alli siguen siendo a mi pate- cer las cuestiones nodales en la discusién acerca de los fundamentos del conoci- miento historiogrifico y de las llamadas “ciencias sociales”.’ Esta concepcidn leva también a cuestionar la posibilidad de neutralidad del latinoamericanismo. La misma constitucién historica del concepto esti articulada con una postulaciéa de prictica pata el cambio, de teconocimiento identitario como instrumento de confrontacién con la dominac 1m externa, tal como lo demosteé oportunamente Arturo Ardao.* A partir de ella Ia asuncién de conpromio bajo For ma de praxis politica, intelectual y social ~y no de neuiraldad en términos de campo de conocimiento académico~ se asocia como la sombra al cuerpo en relacion a las cuestiones de América Latina, Compromito del intelectual [en su alcance sartreano, aunque hoy Ia util acién del concepto rechine como polea activada luego de largo tiempo en desuso] en tanto elemento central de su naturaleza, de su harrse en Ta prictica: compromiso con una proyeccién de transformacién de la sociedad en tuna perspectiva de auto reconocimiento auton6mico identitario, en las esferas de Jacultura y la ciencia, la politica y la economia, respecto de cualquier preponderan- ‘cia heterénoma, de equidad con las mayorfas sociales, de corrosi6n de poderes y ‘mandatinatos, no importa su signo. Intelectual que se reconoce en la estela de Ia lad radical del francotirador anacrénico de Sarmiento, del vigio topo discursive lo y no de las domesticadas acaclemias incluidas en las hegemonias del dame “ HUNDAMENTACION DE LA HISTORIOGR AFA sips medios de a bordo”, es decir, tos i rededot suyo, que estin ya ahi, que no a In operacién para la que se hace qu - sir van, de tanteos, no dudando en cambiar BI Dricoleur” es aquel que utiliza aque encuentra a su disposicién al ‘concebiddos especialmente con vistas @ {que s los intenta adaprar por medio Mya ‘que parezea necesario hacerlo, 0 en ensayar con varios 2 Pies Tachiso vant forma son heterogéneos, etcétera” * oFigen 5 "La analogia con el dricolage nos conduciria pot un terreno fértil pero que ‘posibilidades de este escrito, el cual s6lo pretende esbozar el eee ‘ansencia e indicar sendas posibles de recorrer. La alusién permite sorte ia “id de saber “postvo Io que nos colocara en una Prpetints coatiadice principal postulado que orienta nuestra inquietud: recusar Ia posbili cee "dar en clave positivista una historiograffa de Latinoamérica También tan alguna manera desde Ia propuesta Jévisteaussiana de pensamiento miti pie auiéntica disposicién de hirburo beantne como supone Harold de Gon ‘sea la posicion intelectual del Itinoamericano en relaci6n al centro aA eat sepia = en esta diteccién no puedo omit un texto de Lévi-Strauss se e una reflexiGn de Franz Boas: “se ditia que los eee stinados EVOS univers ados a ser desmantelados apenas formados, para que nuevos uniy 1S universos on ayuda de los mismos materiales, son siempre fins a desempefar el papel de medios: los significados se truecin [J Desde este punto de vista también, Ia reflexidn mie an exteriores y, por asi decirlo, extrahas abs 1 de cualidades primeras. Ahora bee." en el plano prictico, consiste end 1p. 391. Bste concept fe an EL penser 3h HORACIO. CRESPO 135 borar conjuntos estructurados, no directamente con otros conjuntos estructutados, sino utilizando residuos y restos de acontecimiento; odds and ends, diria un inglés 0, en espa- un individuo o de una sociedad. Bn un sentido, por lo tanto, la relacién entre la diactonia y la sincronia ha sido invertida fol, sobras y trozos, testimonios fésiles de la historia de el pensamiento mitico, ese bricolnr, elabora estructutas disponiendo acontecimientos, 0 mas bien residuos de acontecimientos, en tanto que Ia ciencia, “en marcha” por el sim- ple hecho que se instaura, crea, en forma de acontecimientos, sus medios y sus resulta- dos, gracias a las estrucruras que fabrtica sin tregua y son sus hipdtesis y sus teorias* “Blabora estructuras disponiendo acontecimientos, o més bien residuos de acon- tecimientos ...”. Ese me parece ser un dispositivo esencial para articular una criti- ca de la preponderancia hegeménica de los bechos histirices, cuyo estatuto epistemoldgico es tan dudoso, y que sin embargo siguen rigiendo, en buena medi- da, la construccién de una narraién que inclusive cuando se postula como ortica sigue padeciendo ese encantamiento de la sustantividad del patado, esa fetichizacién ‘de sus supuestas certidumbres. “Tres lecturas, expuestas segtin un orden légico y no cronolégico tanto en cuanto ee pees como a mi propio trayecto— estan presentes en esta reflexién de cerca de caminos de alternancia pata construir los fundamentos de la logia Jatinoamericana: critica de Edmundo O’Gorman. De la gran produccion del no interesan pata los fines inmediatos de este trabajo dos ular critica epistemolégica al positivismo historiogrifico y el 136 EN TORNO ATA FUNDANENTACION DE LA HISTORIOGRAFIA, LA HERMENEUTICA eRiTICcA DE EDMUNDO O’GORMAN Dice O'Gorman en el prélogo 4 La idea del deseubriniento de América Ferra 1 buseado efecto dramitico el 12 de octubre de 1949-, que su teflexion se. Ja forma tradicional de la verdad hist6rica, «, bs en circunstancia en que a XIX”, atraviesa una “honda ctisis”. Ha Megado, a su juicio, la oportunidag ‘relevo del positivismo pot la hetmenéutica historicista, es ocasin de Saad itl, "América, que estriba en indagar en torno de sy sey vieja” preocupacion por : ino, a la relacién con Europa: a esta indagacién remite, sin respiro algu el dilatado campo de nuestra cultura, percibj z + Percibim, Tbrabbrerstneo'y profondoy le presta individuata® ; al demas manifestaciones de la culty a ayy Yi [..] sia vuela pfjaro examinamos dificultad una constante que, vincul caricter, Europeas en su esencia, as letras y irercanas, exiben, no obstante, unsno se sabe qué de diferente que, sin engienaiy ss mayores, hs eistinguen en cuanto a dotarlas de un perfil que les es propia UAmésea, hija de la madre Buropa. Pero el t6pico genealégico mis que a ofuscs. Hay dependencia, pero zaué sabemos de ese vinculo, cual es su ee | Larmanifessacién de a leads sun A eco stieticn, peco:esto dina L ge con talante fatalista, naturalizindolo mediante metiforas de cariz biok ee Ta dependencia con Europa es el “disparadero” de Ia existencia histérica en n modo de existir historico que se desliza desde la anuencia a la in a no hecho otorgindole ese mismo desplazamiento su ene SS conjunto, no son, por cierto, sino manifestaciones amos de definirnos frente a Europa, pero en términos de su investigacign sobre Amética es Funda # ela preocupacién hispanoamericana de José G 137 Vehementes deseos de independencia, que donde se expresa mejor es a través de Ia cortiente indigenista, que sin embargo cae en el olvido de lo que también nos es original y propio: lo europeo. El sentimiento de subordinacién, a pesar de las distintas actitudes con que se asume, “es una primera instancia reveladora de la estructura constitutiva de la realidad americana” gaci6n en torno a la ontologia american: cana”. Peto, se pregunta: zno velira e atimiento Ia asuncién de nosotros mismos? No, ya que esta preocupacién por Europa en cuanto afecta nuestro ser de americanos es en tealidad una expectacion por Améti punto de partida para la inda- “el europeismo de la conciencia ameri- te se una inquietad de auto- comprensi6n, un ansia que imprime esa peculiar agitacién u América y lo americano, La originalidad del pensar latinoamericano ha sido y es un asunto central en la discusién acerca de la cultura del continente, cortelativa a ln preocupacion por las formas propias de expresién, que planteada por la inaugural generacién romantica se actualizé vivamente con el modernismo, y le dio vital presencia la obra de Henriquez Urefia.” Configuré la tematica decisiva para Leopoldo Zea, cuya idea capital, haciéndose eco de Gaos, es la “buscada originalidad o capacidad del hom- _bre de esta region [Latinoamérica] para filosofar”." Zea partié de la idea de que - toda filosoffa en México ha sido impottada; de alli se interrogé sobre el rema de : esas exterioridades y trabajé sobre la doble significacién que el concepto de im- eee en Gaos: la metropolitana, 0 sea In ejercida por el conquista- definitivo para acufar if Uaphcidadhg OebeHvatde EE Oa 0s, la idea de adaptaciin de lo importado, la recepcién » de las ideas. Para el /ransterrado espafiol es en los aspec- Jos difetenciales ilegitimos de Ja adaptacién, en ‘GION DE LA HISTORIOGRAFIA... BN TORNO A LA FUN dela también supuestamente universal filosori, -carse correctamente en el lengua, ‘yeuttura del Mundo Occidental] Volviendo alorigen de esta presentaci6n, se bn, oy eiigees eeernfeesiinal como el germano balbucra latin otiginando cl alen;, fe a todo Jo que se pueda dect, y el finco el francés y el italo dl italiano. Surge, pes ‘original, algo que no esti en 10 importado pero que resulta de su conjuncion coy « cespitiiu de su importador. Asi se explica el liberalismo y el positivismo que surpen ¢ “México y en Latinoamérica, tratando aparentemente de repetit los modelos origin, "pero para dar origen a expresiones diversas de tales modelos.” fe de la cultura americana se ha efectuado sobre el ent io su ser, Sise da por supuesto el sex de América es que se cums fo, pero si no obstante se sigue inquiriend aces 4 de comprenderlo es insuficiente. | a reflexin de O'Gorman. en una reflexién sobre Ja historicidad en Heideyyer americano, hy |, L-4 puse en claro, para mi por h istOrieas y no ya, segan cs habinw PFEVIO, al ser de esas entidades Bi ‘afia de O'Gorman ete icismo, culmina neces" ate del set propia, “nuestro entraisbl nos constituye”™” B través del ejero™ Afico —“naturalis™? » js deo" HORACIO Crrspo, Puede cin, wentar hoy PY UN segundo m i uge de Ia hist to del marxismo en sus amis commen eritica, Pero en su momento fue do, pero poco imitado, Su prof istoriografin que “hiede” tama hist 1 ajo el paradigma positivista-naturaisty hae ts jan de que “estamos de represo de ntento de captar por via naturalista fal Conclusion nos indica que Ia yran trea his ‘esta, en principio, liquidada’,!” Y el anuneio de que “La y Movedosa esti en inquirir por el ser de la realidad fea Juego brillantemente en La idea del descubriniento de Amé de América (1958), Meditaciones sobre of criollisma (1970), México: (1977) y, finalmente, esa cumbre que es Destierro de sombras de tales vaticinios de advenimiento, el camino de O'Gorman ¥ Ia historiografia “Intinoamericanista” continud su despli f institucional académica creciente, con una insustituible alma mo”. 8s de sistema Un valeroso y casi tnieo a de la “deeadencia de Ia ‘toda ~ fo se ha cumplido, ssa formidable aventura alidad del pasado IGURAL DE LA HISTORIOGRAL (1A; BELLO Y LASTARRIA ada de 1840, se desenvolvie- latinoamericana., U a tha ‘a otra que aqui estable e ilustrado de la déca g fundacionales de Ja cultura 1 enamente en © ma seena.” 1 anifesté en toro # dos histéricos y ¢ montar una gene nist. a politzac jones para los estudios I cuales. podriamo: ceién historiografica latinoamen ebjetvismo y hermenéuten cme Ly orientada 1 i investen alogia de posic ‘Aludimos al deba- jn del past jon.” on 1842.5 porate, Bos el romani ‘Sarmiento, D Vs ‘yuna itil indicacio” vers ‘Universitasia, Om ACION DE LA HISTORIC =Mitre el primero” — que todos los integ ‘ta jh escuela historiogri—ica chilena del siglo XIX y comicnios del XX fue a Getter bindircerbs de Andrés Bello“ Ta formacion intelectual de Fabia consolidado en su etapa londinense bajo la influencia del historcisn, que el sabio caraquefio no dejé obra histotiogrifica positiva, salvo Ia q..” m4 epistemolégico y metodolsgico en sus polémicas con Lastartia y Chacin y 4. La fundamental aproximacién metodloligics q Se ha considerado con acierto ‘otro comentario de esa époc: le Bl Teoria stbroprafia ce efectivizd a través de las necesidades de su trabsjo ly, Go. A pits de esta rigurosa discplina de estos lo hist6rico, como amg py, (Saas exh mmétodoy conciencia viva en sus teoriaslingisticas » rma “gus estudios jutidicos, etcétera”.” | Bamateia Glos6fice, Bello se identificé con el empirismo ublitarista a tayig entham, que conocié en su estadia en Londres a partir de su anig, Mill, Adopts el método empirico-deductivo en toda su prodicsi fen particular en la filosofia aplicada a la historia, lo que lo coniiy “una concepeién teleolégica del devenir, y en consecuencia de hol, a pesat de que posefa un buen conocimiento de Vico, Herder; haz6 con fuerza las filosofias aptioristicas de la historia que tom: ‘de partida una idea general y abstracta dan cuenta a través de usd por su mismo caracter, particulares y tinicos. Ks desde ew lo enfrentara a Lastartia y a Chacén en sus polémicss é nfluenciados por el pensamiento iluminista y pe a partir dle la Filosofia, particularmente infhits sf otra: la siguiente polémica significativa cbr P te Fidel Lopez recién se daria a comienes ico, Pian egante ¥ oni 5 acto seguido € gee P= iB nombro me inclino come are sobre la cultura chilena, pe :relaciones con Ia en 594861, Buenos Ais Bi sifico de Belo’, 2) ea HORACIO Crespo ——— 141 por Voltaire, Mably y Raynal; a historia tenia un sentido el de instaurar el i aniversal de Ja raz6n contra todo oscurantismo © ignorancia, Para B 1 ea ontmaio, las ideas generales slo se manifiestan a través de ine ieaiadenen. ee sinividads cue se pute loge esprit de wn pueblo y de una época. Es asi que pars el sabi” ictietolahiioe, titi ett e208 hechos, destatando su individeans es principales escollos para realizat una buena historia son Para él los apriorismos filoséficos y los entusiasmos politicos o ideolégicos. Una sintesis de. se resume en la siguiente cita: “Cuando la historia de documentos, incompletos, esparcidos, en tradiciones vagas que ex sar y juagar, el método narrativo es obligado”.2 Con lo que abia Is tealizacion de las historias nacionales concretas, que serian a su vez una afvma. Sionlde Is onde arnesieana, que en la otra orientacisn se perdia en ls deeplie. gues de Ja universalidad abstracta de matrix iluminista. Bello habia recibido la influencia, esencialmente, de la escuel sta posicion un pais no existe, sino en © compul- ncha de la la romantica france- de historiografia a través de Francois Guizot, Augustin Thierry, a través de en recibi6 el interés por la busqueda del espititu de la nacién y de la época, de Sismondi que le ensefié la significacién pedagdgica del estudio del y Amable Guillaume Prosper Brugiére, barén de Barante, quien llevaba a emo la intencidn narrativa que pretendia que desapareciese toda mediacién rento y el lector. La funcién del historiador se reducfa a la de gatante I documento, y a ser compiladot e introductor. Estas influencias ‘con mucha fuerza a sus discipulos, y fueron componentes © historiogrifico del mas importante de entre ellos, Diego Ba- contemplaba en sus estatutos la presentacién anual de -algan hecho significativo de la historia del pafs. La struir as{ una tradicién de estudios histosiograficos. a a Victorino Lastarria, quien expuso Investiga 1. del sistema colonial de los espatioles en Chile, | universitaria. Lastartia, en la misma senda Bilbao al catolicismo, pretendia ISTORIOGRAFA, JEN TORNO A LA FUNDAMENTACION DE LA I) extraer lecei,, colonial; a la vez, que la metodologia historiea perm inara a un futur 5 ycolaborar para que el pats se eneaminars uro democriticy, p, jp evaluacion y el sentido de los hechos hist6ricos eran mj y imps, ‘su determinacién como tales”.”” Expresaba su rechazo a la siny) Mae los hechos pasados, objetaba Ia utilidad social de ese tips i -cuestionaba la posibilidad de ese objetivismo en telacion a los ter, Ballo mostré rotundamente su desacuerdo. Si el historiador se guiaba por jy Neumentos y A por sus opiaiones era posible Ia imparcialidad. Insists ¢, procesos ‘como materia della historia, en el método inductivo, yz, tia Ia posibilidad de conchusiones extraidas de teorias generales. Peto adem denuneia de Lastarria respecto al pasado colonial era falsa: la dominacion exm, ‘eo habia sido “una titania feroz”, sus resultados no habjan envilecido al pre, Jo mis importante, para un espiritu consecvador y moderado como Bello ats pasiones de In independencia solo podian debilitar los esfuerz0s ilu: estado portaliano para administrar un cambio progresivo, gradual y ordenado yj papel de la Universidad como centro de investigaci6n y difusidn del conocinieny tal como sefiala acertadamente Jaksic. Este dltimo punto era el central: las opinin nes historiogeificas de Bello /ambién respondian a una posicin politica, easy ada detris de la supuesta objetividad metodologica. il dimensionamiento de la obra de Herder por ambos termina de aclarar ext punto, Lastatrin invocaba su autoridad y subrayaba su concepcida de la autonom de Ja humanidad respecto de Ia intervencion divina para avanzar hacia la libert ‘Andrés Bello, en su discurso inaugural de la Universidad a la vez que aceptai el sabio aleman “no se propuso suplantar el conn s”. Ambos, desde opues autoridad estatal centralzala itre ambos. historico de ta Consiituan que reafirmo las tess a Te otorgé el premio, Pe ental que sustenta a conclusions y encatecié Ia realizacion de trabajos “destinados principalmente a poner en claro los hechos; la teorfa que ilustre esos hechos vendra en seguida andando con paso firme sobre terreno conocido”, lo que no era sino reafirmar la posicién de Bello expresada anteriormente.™ Lastarria no contests, pero el prologuista de Po obra, cl puclicsie Jacinto Chacon, recusé el argumento de la comisién premiadora insistiendo en los méritos del autor al adoptar una posicién jilosdfiea en el estudio de la historia. Bello respondid, minimizando las diferencias entre histo- sia filos6fica e historia narrativa, pero insistiendo en la necesidad del recortido desde los beehos a la filosofia. _ Puenzalida, el bidgrafo de Lastartia, afirma que éste dejé poco espacio a la | dlucidacién de los bechor mivmos2” y que esto resultaba poco congruente con los | propésitos de In Facultad de Humanidacles, A In vez. stem Ia posiciin empirista de Bello. Sin embargo el pensamiento de Bello se expresaba con claridad al res- pecto: x [Jem Chile como en Europa los estudios hist6ricos deben andar el mismo camino desde la erdnica que nos da el inventario de los sucesos, hasta la filosofia que los con- centea y resume. [...] El proceder de toda ciencia de hechos, confirmado por la expe- tiencia del mundo cientifico, desde la restauracién de Jas letras es poner en claro los - hhechos, luego sondear su espiritu, manifestar su encadenamiento, reducitlos a vastas y - comprensibles generalizaciones. Las leyes morales no pueden rastrearse sino como las es de la naturaleza fisica, deletreando, pot decitlo asi, los fendmenos, las manifesta- nes individuales. Aquéllas sin duda, nos harin después comprender mejor las a pero sdlo pot medio de éstas podemos remontatnos @ la sintesis que {i formula, {...] Lo que se lamaba filosofia de la historia es ‘una ciencia i juzgar por el programa de Cousin apénas ha dado los Billa es todavia una ciencia fluctuante; la fe de un JAMENTACION DE LA HISTORIOGRAFL EN TORNO A LA FUND! 4 crecen i se marchitan i mueren, ella se levanta, lozana i fosigg sistemas nacen i he ; »” ‘gus despojos i mantiene una juventud eterna. ta significatia y redondea la influencia enorme del sabio sy, Ja referencia efectuada por Barros Arana telativa |, de las polémicas con Lastarria y Chacs. Precisamente result sus propias concepciones, opiniones de Bello en ocasi6n precisamente Poco antes de esa época [1849] se habia discutido en el seno de la Universidad j fgg, de ella, el método que debia seguirse en la composicion de los trabajos histéricos, Py. ferfan unos Ia historia filos6fiea, es decir, una historia con pocos hechos, formada jy disertaciones mas 0 ménos jenerales, para apreciat la importancia de los sucesos i de |g. hombres j el desenvolvimiento del progreso de un pais. Sostenian otros, i esta fue opinion que sustenté don Andrés Bello, con su voto respetable, que estos trabajos 4 nominados historia filos6fica no podian set itiles i provechosos, como tampoco podian ser exactos, sino cuando estaban basados en un estudios prolijo y cabal de los hechos Segiin la opinion del ilustre sabio, la historia narrativa era indispensable: era clla la que estudiaba atenta i detenidamente los sucesos de los tiempos pasados, la que esplicibs todos los pormenores, i la que servia de punto de partida a los trabajos puramene especulativos i filoséficos. Sin ella, decia perfectamente Andrés Bello, estos tltimos es tdios no pueden ser mas que una série de jeneralidades mas © ménos vagas, mas 6 ménos aplicables a todos los tiempos i a todos los paises. Los sostenedotes de la histosis filos6fica defendian su opinion con cierto talento fascinador. Citaban en su apoyo alg ‘nos trbajos europeos sumamente notables, sin fijarse que habian sido prepatados solo despues de haberse hecho los mas estensos estudios en el jénero narrativo.” Para Barros Arana hay dos sistemas bésicos en la historiografia. El primero, o! prokandum o filosifico, consiste en investigar y exponer con clatidad los hechos capi- tales, sin fijarse en los pormenores, para que sitvan de apoyo al desarrollo del idea central que anima al historiador: “la parte principal de la historia”. El otto, «4 narrandum 0 narrative, al que nuestro autor adscribe definitivamente, “es mas m0- desto”. La sintesis que oftece es una descripcién cefiida de su propio método: 5 Gia de Bello, en fot, pp. 146 y 158, (Conservo la ortografa orginal H.C] * Barros Arana, Diego. “Don Miguel Luis Amundteput BT ice ao vi» pbalcnes Horogrifeas de Bello en los dos tabajos especicos que le dedieé: “Eljio del setior don Ani Bello” [panegKcico finchee _ : 233-240 251-257 Bebe pes eee Bello” [1873], em .Obrar Comper, XIU 9 HORACIO CRESPO: 145 ritor estudie todos los sucesos mediante Ja mis minuciosa [Se recomienda} que el javestigacion, que los esponga con todos los pormenores posib esceptuando sélo los e esos sucesos narrindolos en el mismo promunciar su juicio propio, deje al lector en estado de fallar por s{ mise Los dos sistemas han sido practicados con logros maestros por eminentes histo- adores. Pero mientras en la esposicion clara i razonada de los sucesos humanos, fen el agrupamiento de los pormenores mas interesantes ¢ instructives, en el estu- dio prolijo [de] los caractéres, de las ideas i costumbres de cada siglo, se halla ficilmente la flosofia de Ia historia, o a lo ménos, puede deducirlo el lector sin trabajo algnno”, la historia filos6fica “estravia ficilmente al historindor”, que Puc: de caer en el apriorismo y convertir el estudio y la exposicion de los hechos en sélo una bisqueda de pruebas de confirmacién de sus principios y teorias. El rambo estaba tomado y la historiografia navegati casi undnimemente y ya sin “extravios” por esa singladura. ANTROPOFAGIA, EL BARROCO COMO “FORMA MESTIZA” YY LA MODERNIDAD NO CAPITALISTA EN LA GENEALOGIA DE UN ESPACIO CULTURAL LATINOAMERICANO ‘culturales de configuracién y reconstitucién de identidades han sido tema del latinoamericanismo, En torno a este eje se atticularon cidas respecto de Ins complejas relaciones con Ia idea de Occi- de un espacio singular desde donde se defina el desde aqui, ed ‘extetioridades y Ja manifestacidn de un imaginario de per jas. Parto de la consideracién del ensayo de Haroldo 33 De Campos dialectiza la relacién autoctonia al entendida como referencia universal, y centra arey ed HORACIO CRESPO aaa desde ¢l mismo siglo XVI hasta su ocaso por designio botbénico absolutista en la segunda mitad del XVIIL Empresa de modernidad, la Compafifa Ino fue resultado de esa trascendental ‘nflexién del espiritu occidental, sino singulari- dad constituyente en Ia experiencia fundacional del hombre moderno, fermento prodigo en el coraz6n de la tormenta religiosa del siglo XVI que le dio forma: el terreno de Frasmo, Lutero, Calvino y el propio Ignacio [...] Es necesario admitir una trayectoria ee ctiects oe Gacostisiieadla y setdricn imagen de un Tgnacio tegade por laine ‘de la Contrarreforma; o, aun peor, genio y figura de paladin anticipado del integrismo catdlico. En realidad, Jo que emerge es un Loyola que muda de caballero a ermitaio, de ermitao a peregrino, de peregtino a doctor de Ia Sorbona, un sospechoso de herejia vigilado por la Inquisici6n, una figura heterodoxa vista con extrema desconfianza por Jas jerarquias establecidas, Es en esta trayectoria parabélica entre el mendigo iluminado de la cueva de Mancera al organizador visionatio abierto al arte de lo posible en donde debe situarse la clave de la nueva Orden.” Espacio institucional e ideolégico en el que se educari Descartes, y a ln que esto- vieron muy cercanos tanto Hobbes como Galileo. Bi mundo del barroco es el mundo del mestizaje étnico, cultural y artistico. Es © de lo hibrido, es interpenetracién y comunicacién, fusién sincrética, terre- stasis, transubstanciacién, que conserva las dos culturas fusionadas, tamente. Entran como elementos, como substancias que se na manera se conservan la una en la otra, como los n y se rebasan. Sigue viva la una en la otra, o més bien las que han conformado.* 146. Ba roevo Ara ronpansarr#ciON DE LA SSTOROCIALS endl concepto de antmpafayaacaiacin del poeta vanguardista Oswald de Andrade problematica de la transculturacién. 131 devorar antropofiigico americano gg 5, univercal ionplica Ja recusacion de Ja sumision cultural, un irrespetuoso ejercici, : Libertad, Hs el acto mismo de constitucién de un ugar difrente. De esta anes, « sujeto antrop6fago se constituye a sf mismo, en relacién al Otro devorad , desacralizado en un mismo movimiento. ‘La construccién cultural decisiva del Nuewo Mundo es Ya construcci6n de nye, sujeto, de los nuevos actores. Fil sujeto se constituye siempre en relacion al Oy, a ‘América [Latina] se constituye en relacion con Occidente, en un tramado abate, doe de toda ls. gama de posiciones del pensamiento latinoamericano que tiene, e Thuab de sus extremos, 1a idea de Huropa como el gran “centro” cultural que otor: sentido y legitimidad y en el otro al fandamentalismo indigenista para el cual todo Jo posterior a la conquista es “contaminante” de una esencia zamericana?, Se plantea un descentramiento, Una brecha, una via estrecha ha Jugar legitimo y Ia logica de In diferencia. 1 antrapofagia de Ani ala singular y tenaz busqueda de un ‘pos, el de América respecto de Occidente cémo se crea lo americano en su originalidad. No se trata sdlo de reconocer al ‘Otro diferente, sino también de una auto-creacién como sujcto en Ia accién ce ti devorar a ese Otro, cl dominador, el poderoso, el detentador de Ia sabiduria awn -tizada. "En este punto, me parece interesante destacar la persistente idea de historia cana en cuanto a ubicar al barroco americano como cl crisol y de punto inicial para establecer la genealogia de tradicién (oposicién latinoamericanismo/uni ia lo fuera de ade tambi a la crisis de la primera modernidad © como un movimiento reaccionario ea d al menos como tinicamente €so, esti cat aciones son decisivas en la med ilineal de mattiz, weberiana part Ta comprensién de la multiplicida! | renovacion cultural, que & d s de Molina y Francisco Suit cia como realizacio® yr Ia Compaiia de Jests an 148 TEN TORNO A LA FONDANENTACION DE LA HISTORIOGRAFIA.. otra racionalidad, como una “filosofia del juego, de la imaginacién creadora y libertad”. Consideremos que en la muy substancial en torno ala moderni mente sugerentes para nuestra indagaciot “co como un comportamiento social que debe ser considerado mucho mis a que la sola experiencia estética; el segundo, el proyecto de Restauracién catéles ., ‘el marco de la Conttarrefotma, como un intento de establecer una modernity "alternativa a lade la reforma protestante, Proyecto esencialmente elaborado seo _ducido por la Compania de Jens Br ss palabras: leinorte de Buropa, queda all “donde debe estar”, es decir db formacion de todos aquellos objetos qu del, Join de Bolivar Eicheverria se presenta una rep, ley, dad, Dos de sus argumentos resultan g E Sum al primero, la consideracién del ba rroco, para Ia gente d - el terreno del “gran arte”, en el terreno satisfacen Ia necesidad estética de la alta sociedad. n consifuecién burroca mis desarrollada— el estilo barroco sale de la esfera pro Sel arte y una de sus vias [./es la del proyecto muy claro, muy especific, 6, mejor dicho, de Ia Restautacién catolica. La Restauraciin catia ‘Ja salida de lo barroco del terreno del arte y lo Meva al conjunto de le vids <6 della vida poltica; 0 intenta levarlo, intenta sistematizar la estetizacin otidiana al servicio de un proyecto de modernizacién catélica d punto podeia decirse: la Contrarreforma —definida como con Jos reformadores— ao es solamente una acim defensiva dela eneral, del sur frente alo que ha logrado la Reforms end a también, No es solamente -sobre todo en el caso de »* que han recibido por parte de los reformat €8 decir, de ir mis allé del provestantismo Lite encia mistica un fenémeno popiilar, pretends € Ja gente viva todo el tiempo e [.] La Sociedad de Jesis inte? ‘con una modernizacion del in cambio en el sur —y esa esl a que Ia modernizacion capi de su génesis protestants Horacio ¢ OO SPO. acuerdo con Ia matriz de Weber. La reflexion de Echeverri or fa. se finca en la ‘estaba conside sidad ie vencidos de la neces aque pusieron @ prueba en sus famosas reducciones eat = mera oa 7 el Paraguay. iejan de lt extrema lucid jesuita en tanto fa mercado y al mismo tiempo de la nece Bs entonces una utopia muy peculiar la que ellos intentan imp! intentan impl : - lan ibn para el mercado, pero pata un mercado “domesticad ee ee ; » para un do por un proyecto distributive politico-religioso, Bste pro cc, qa gioso. Este proyecto, que c dada, pero que no es moderno-capitalista, es el que ellos in ae entaron implantar durante cien aiios y con el que fracasaron. Feacaso empujado por el despotismo ilustrado y por la conversién del : : sin del imperio espafiol a fines del XVIII en un verdadero impetio colonial, pero que aly ’ , ont herencia que no ha podido ser soslayada: Jn exigencia de la presencia del Fstaclo ~de una entdad que esté por encima del merea- do- en la vida econdmica es una exigencia sumamente fuerte de la cultura politica de ‘Amética Latina, tan fuerte, que ha provocado el fracaso de todos los inten de liber: lizacién que se han planteado a lo largo de Ja historia.” Bn fin, queda abierto el debate acerca de In posiblidad de una modernidad 10 enta de la ctisis de civilizacion en la que tres siglos de moder capitalista, habida cu nidad capitalista ha desembocado. sa es la modernidad fundante de América Late, © 1 hipotesis fecunda que Ja contrapone a Ja Tustracion posbénica y sus secuclas centalizadlorss ¥ heterénomas. Y a la posterior consttuccién tedtica-politica del liberalismo, en st concrecién vinculada al desarrollo del mercado mundial.

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