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Serreau, René Hegel y el Hegelianisn /René Ser: trad. ein Sigal, dee eficl-n en fences) ae 18 6a. edicién Bueno ui2 p. (Coed ISBN: '950-23-0539-6 13: BUDEBA, 1993, Oo HEGEL Y EL HEGELIANISMO René Serreau THEO Otay Editorial Universitaria de Buenos Aires qd EUDEBA S.E.M, Fundada por la Universidad de Buenos Aires 6a, edieiéa Buencs dives: BUDEBA, 1993 1993 EDITORIAL UNIVERSITARIA DE BUENOS AIRES Sociedad de Economia Mixta Rivadavia 1571/73 Hecho el depésito que marca Ja ley 11 723 IMPRESOEN LA ARGENTINA INTRODUCCIGN . I, Observacién preliminar. Se ha dicho que Hegel es el Aris- tételes de los tiempos modernos. En efecto, su doctrina es’ el sistema’ més completo y, sin duda, el més profundo que un filésofo jamés haya concsbido. Abraza todos los dominios del saber y reconstruye, con su dialéctica, los més diversos. aspectos de Ia experiencia humana, sin dejar subsistir ningéin residuo mis- terioso, ninguna interforidad oculta, ninguna trascendencia i teligible. Por esta razén, el hegelianismo es una filosofia de dificil acceso. No por ello’ dej6 de ejercer una influencia considerable cen el siglo ax y, después de un largo eclipse, reaparecié en nues- tros dias’ en primer plano losé a oorrientes a veces com- pletamente opuestas del pensamiento contemporéneo. 'No podemos pretender dar a conocer-toda la doctrina de Hegel ni ‘tampoco’ resumir sumariamente sus obras. Lo que nos proponeirios “es explicar en Ta forma més clara posible los. temas esenciales que la caracterizan y que explican la influencia que ejercié y que ain ejerce. Al considerar el hegelianismo como una filosofia siempre viviente, dejaremos a un lado ol desenvolvimiento histérico del pensamiento de Hegel para limitamnos a:presentar sus ensefianzas en el mismo orden en que se ejercieron sus influen- cias, Tnvertimos asi la cronclogia de sus obras y comenzaremos por el estudio del sistema tal como esté expuesto en la Légica y en la Enciclopedia, porque 5 el nico aspecto de su obra que se conocié. fn el siglo pasado y que todavia hoy constituye, en nuestra opi nién, Ia base més firme del sistema, Solo en el tltimo capitulo hablaremos de la Fenomenologia, ya que este libro —la primera sgran obra de Hegel— se convirtis en la actualidad en la obra hegeliana por excelencia y es la que responde mejor a las co- rrientes mds frecuentadas del pensamfento contemporéneo. Entre ‘estos dos extremos, concederemos un lugar bastante amplio a la filosofia de la religién y a la doctrina politica de Hegel, puesto que a propésito de estos dos Grdenes de problemas s© ‘produjo Ia escisién de Ia Escuela hegeliana; de alli resultaron corrientes de pensamiento muy divergentes que ven en el hegelianismo ya Ja interpretacién més profunda del cristianismo, ya el fundamento mis sélido del humanismo ateo, ya la fuente del pangermanismo, ya la ralz del marxismo, Comenzaremos por un estudio de los ane tecedentes’ del hegelianisma, no solo para situar a Hegel en. la historia de las doctrinas, sino también, y sobre todo, para hacerlo mis comprensible relaciondndolo y oponiéndolo, a la vez, a filésofos mds conocidos, en razéa de su mis ‘facil comprension. ‘Asi, al mostrar lo que atrae y rechaza de la doctrina de los grandes, pensadores antiguos y modeznos, estaremos en mejores condiciones para conocer lor fundamentos de su sistema que se separan tan hetamente —como por reclaboraciones sucesivas— de las grandes filosofias que lo precedieron. ‘Nuestro trabajo se apoya ante todo en el estudio directo aa Jas obras de Hegel en su texto alemén, al cua remiten nuesras referencias. IH, Biografia. Georg Wilhelm Friedrich Hegel. nacié en ‘Stuttgart el 27 de agosto de 1770; su padre era. un funcionario de Finanzas, RealizS sus primeros estudios en el liceo desu ciudad natal; después entré, en 1778, en el, Seminario protestante de Tubiags, donde tuvo como condiseipulos y amigos. al poeta Hilderlin y a Schelling, de quien seria, en vin comienzo, discipulo. ‘Aunque fue admitido a los grados de magister en filosofia, y “can- didato” en teologia, renuncié a hacerse pastor y ocupé empleos de preceptor en Berna durante siete afios, de 1793 a 1796, después ten Francfort de 1797 a 1800, Dedicé su tiempo libre a completar mu cultura en todos los dominios y a escribir diversos opisculos, tentre ellos, una Vide de Jess, que solo fueron publicados después de su muerte. ‘ ‘Al miorir su padre, en 1799, la herencia que recibe le permite abandonar su funcién de preceptor, para consagrarse énteramente 42 sus trabajos personales. Se dirige a Jena, donde Schelling ense~ aba desde 1796, y publica su primera obra, Diferencia entre los Hitemas de Fichte'y Schelling, en julio de 1801; al mes siguiente fostiene su tesis de “habilitacién”, De orbitis plantarum, concebi- @a conforme con’ el espiritu de la-“fisica especulativa”, a la sazin de moda:'Pudo comenzar asf su pfimer curso.como Privat-Dozent fen octubre de'1801,-siendo nombrado —en 1805— profesor “ex- tragrinario", es és, no thua,on una semuneraci6n. muy médica. net : ‘En sus cursos, que inodifica todos los aos, Hegel afina cada vez mejor su doctrina personal,-y se aleja poco a poco de Sche- ing. La ruptura se hace definitiva cuando aparece su primera gran obra, La Fenomenologla del Espiritu, que termina zn octubre Ge 1806, durante Ia batalla de Jena. Las’perturbaciones causadas por Ja guerra le quitan toda esperanza de ser designado titular en su Universidad, en la que, por lo-demfs, le pagaban muy poco; por lo que, casi sin’ recursos, renuncia a su cétedra y'acepta el Eargo de jefe de redaccién de la Gaceta de Bamberg, que ocupé desde marzo ‘de 1807. a noviembre de ‘1808. En exe momento, su amigo Niethammer, entonces inspector general de ensefianza de Baviera,-loshace nombrar director y profesor de propedéutica fi- “Josdfica en el Liceo de Nuremberg. Ejercié estas funciones desde ‘Durante su estada en Nuremberg se casé —en ja de un “patricio” de la ciudad, con la que tuvo 1808 hasta 181 1811—con'la dos hijos, y alli también publicé ou obra més’ impdrtante, Le tiencia de la légica (1812-1816). La notoriedad que le valid este fibro Ie asegurd un nombramiento de profesor titular en la Uni yersidad. Lo abtuvo, primero, en 1816 en Heidelberg, donde com- pleté su sistema al resumirlo en La Enciclopedia de las ciencias Jilessficas (1817). Finalmente es nombrado en la Universidad de Jerlin para ocupar Ia cétedra que la muerte de.Fichte habia’ de- jado vacante durante cuatro afios. Comienza sus curtos en octu- bre de 1818 y cjerce hasta su muerte, desplegando una considera- ble actividad no s6lo como profesor —dicta diez horas de cursos semanales—, sino también como encargado. de miiltiples tareas, presidiendo mesas examinadoras, pronunciando discursos, edactan. Qo informes oficiales e, incluso, ecupando durante un afio el yectorado, Solo se da descanso en las vacaciones, durante las cuales emprende, a veces, Iargos viajes, el dltimo’ dé ellos, en 1827, a Paris. : Hegel se encuentra entorices en el apogeo' dé su carrera, Tie- ne mas de cien oyentes en sus cursos, y redne muchos discipulos, alguncs de los cuales ton hombres de edad madura ya célebres. Protegido por el ministro Altenstein y el director de ensefianza superior Schulze, puede regentear durante cierto tiempo las cf- tedras de filosofia de las facultades prusianas, Pero est lejos de haber desempefiado ef papel de “filésofo del Estado” que, tan a menudo, se le ha atribuido, Si bien era protegido por la bufdcracia prusiana, nacida de las reformas’ de Stein, era muy. sospechoso en Ta Corte, y 40s viejos conservadores no se habjan mostrado mis tatisfechos que Jos liberales, por su Filosofia del Derecho, la ‘ltima gran obra, que publicé en’ 1821. La Iglesia luterana, des- ppués de 1827, lo juzga peligroio, y Ia Academia de Berlin le cierra ‘sus Puertas, Sie Hegel fue ‘una de. las iiltimas,vietimias de Ja epidemnia de eSlera que hizo estrages dufante el. verano y. el. otofio, dé 1831. Murié en pocas’ horas, cuatro dias “después” dé “haber, teanudado sus cursos, el 14 de noviembre de 1831. Los ‘niicds diutorizados para pronunciar discursos ‘ante ‘su ‘tumba” fueron el ‘rector Mar- heincke —=pastor y profesor’ de teologia y su amigo” Forster. ‘Un pasaporte francés, extendido en 1800, “nos describe. el ico de Hegel en estes términos: “Edad: 30 afios; talla: 5 pies, dos pulgadas [1,67 m- aproximadamente], cabellos y cejas casta- fios, ojos grises, nariz mediana, boca’ mediana, mentén redondo, frente mediana, rostro oval.” Sus'mismos discfpulos’ reconocian que no tenfa nada de seductor ni de imponente con ‘su rostro alido —como dice Hotho—, de -rasgos desdibujados, cafdos y como abotagados”; con su actitud descuidada .en Ia cftedra, en aque se dejaba caer cansadamente, la eabeza inclinada hacia abajo, a palabra siempre vacilante, interrumpida sin cesar por el carras- ‘pe9, Ia vor forda y el fuerte acento suabo. “Le disgustaba que le Preguntaran, fuera de su curso, sobre puntos de su doctrina, y solo respondia con gestos vagos o remitia sus libros. Mas que las sabias conversaciones preferia, a menudo, la compatia de bur- gueses sin cultura con quienes le’ gustaba jugar al whist, En, des- 7 ase ion el. Sefialamos al francés Ia mayor parte de las otras obras de Hegel. §: al dbras en la Bibliografia, al final de este volumen. poe Ta lectura de los libros de Hegel, es muy dififl en razén de Ja pesadez desu estilo, de una sintaxis a menudo confusa y SE ta extremada tensi6n de su pensamiento, que adhicre siempre ceictamente a la lengua alemana, cuyos recurtos explota con Spundancia. Las obras més accesibles, para quien se inicie, son la Enctica, la Filosofte. de ta Historia y la Historia de le Filosofia, jGue resumen en sus primeras péginas los grandes lineamientor del sistema. quite, pasaba las, noches enteras preparando sus cursos: 0 esc do sus libros a la luz de una limpara de aceite, En vida, Hegel solo publicé las cuatro grandes obras que hemes citado y diversos opisculos y articulos de revistas, Después de su muerte, sus amigos y discipulos prepararon una edieién com- leta de sus obras, reuniendo no solo los textos que habfa publi- ado, sino todos los manuscritos, en especial las notas que utilizaba para sus cursos. Aparte dé la Fenomenologia, especie de introduc: ‘cin al sistema, Hegel no habia desarrollado a fondo en sus libros més que la’ Légica y la Filosofia del Derecho. El conjunto del sistema estaba resumido en la Enciclopedia, pero de manera. muy desigual, porque si bien en ella se encuentra un resumen sistan- cioso de la Légica’ y de la Filosofia de la Naturaleza, las otras amas del sistema estin condensadas en forma demasiado suma~ tia, Hegel habfa desatrollado en sus cursos, con amplitud, la filosofia de la historia, la estStica, Ia filosofia ‘de la religién y la historia de la filosofia; la Enciclopedia consagraba a estas disci. plinas solo algunas paginas; tampoco se encontraban en ella los comentarios detallados y-los ejemplos con los cuales Hegel aclara- ba ante sus alumnos las férmulas abstractas de la Enciclopedia. Los editores de las obras completas se propusieron, pues, Ia re- onstruccién més fiel posible de las leccfones de Hegel. Para ello utilizaron sus propios manuscritos, que solo estaban redactados en pparte, que contenfan muchas notas marginales, asl como sus apun= tes. de clase'y:los de los estudiantes més atentos que pudicron, ‘Todos estos’‘dodumentos que Se completaban’y Fectificabst ‘ities a ofr0s periuitieron, ‘confrontades con las notas’ de’ Hegel, reconstituir lo esencial de’ su ensefianza oral. © : De,este modo Gans edité la Filosoffa de la Historia’ —que' Karl Hegel reedit6 més tarde— y agreg6 los compleméntos a la Filosofia del Derecko. otho ‘publicé Ia Estética, Marheineke In Filosofia de ta Religidn, K. L. Michelet la Historia de la’ Filosof La Enciclopedia’ fue enriquecida ‘con apéndices (Zustitze), por lo genetal muy extensos, redactados para’ la Légica por von Henning, para la Filosofta’ de la Naturaléza pot K. L. Michelet, y para la Filosofia del Espiritu. poi. Bournann.- Rosenkranz. publicd la Pro: pedéuti el curso elemental desarrollado.en. Nuremberg. La edicién ‘completa de: as obras de Hegel comprendié asi un total de dieciocho voiémenes que aparecieron en Berlin de 1932 a 1845. La edicién llamada del Jubileo de Glockner (Stuttgart, | 1927 ss.) reproduce este texto. 3 ‘Quedaban, por-publicar 1as cartas —tarea’ dé la que’ se ‘en- cargé Karl Hegel on 1887—, diversos' escritos de. juventud que fueron publicados en 1893, por G. Mollat y por Nol, en 1907, y finalmente el Curso ‘de Jena agregado a la edieién critica de G. Lasson y J. Hoffmeister (Leipzig), ¢omenizada en 1905. En Francia, durante mucho tiempo solo se conocié a. Hegel por Ia traduccién de la Enciclopedia, con los apéndices, realizada por Verd entre 1859 y 1869. Solo después de 1938 se. tradujeron CAPITULO 1 LOS ANTECEDENTES DEL HEGELIANISMO Y¥ LOS PRINCIPIOS DIRECTORES DEL SISTEMA ‘Los historiadores de la filosofia han presentado a me- nudo las doctrinas que exponen, como una simple sucesiéa de opiniones divergentes que se complacen en oponer en forma radical unas a otras, lo que tiende a justificar una conclusién’escéptica. En sus Lecciones sobre la historia de la filosofia, Hegel combate vivamente esta actitud. Cuando recorre “la galerfa de los héroes del pensamiento”, lo guia fa idea directriz de que los sistemas que expone deben ser considerados como Jas etapas sucesivas de un solo y tinico desenvolvimiento: el ‘del pensamiento; humano que progres en forma’ dialéctica’en el curso'de las épocas. . La “iltima, filosoffa, Ia suya, propia, es el resultado:de este desenvolvi- miento: debe contener todas las etapas en un sistema final, definitive, que, de. algin modo, Jas absorba en_una sintesis superior... Esto. implica reconocer que. su propia doctrine ttaba condicionada hisidricamente y que, en verdad no se Ja puede, comiprender ‘bier’ ‘sin confrentarla con: sus’ ante- “cedentes. = “ a - vo, Hogel y Kant Hegel est siempre situado, y él mismo lo hacia, al lado de Fichte y Schelling, en el grupo de los poskantianos. Es decir, que su filosofia sé ‘desarroll6, cdino las’ de Fichte y Schelling,’a partir de las ensefianzas de Kant, por lo tanto, si se quieren conocer los antecedentes més inmediatos del hegelianismo, ‘es neéesario remontarse, “ante todo, al eriti- cismo kantiano.* Siri embargo, ‘cuando se ‘Comparan estas doctrinas, ‘néé Taina la atenciéa-una ‘oposicién fiindamen- a1 i tal. El criticismo kantiano desemboca, en efecto, en una solucién agnéstica 0, més bien, relativista del problema del conocimiento: ‘nada puede demostrarse’en el terreno del absoluto; solo pueden adoptarse creencias. En cambio, las doctrinas poskantianas —que edificaron los sistemas metafi- | sicos mds osados que el pensamiento humano haya conce- bido hasta’ entonces— representan un dogmatismo més radi- cal todavia que los que Kant habia rechazado. No obstante, estin lejos de sefialar un retroceso, pues estas doctrinas su- ponen al kantismo, al mismo tiempo que lo sobrepasan; conservan, integrandolas en su sistema, las adquisiciones que juzgan vilidas 'y evitan que se caiga nuevamente en los procedimientos ratinarios del “dogmatismo carcomido”, Para comprender esta evolucién o, si se prefiere, este ‘retorno es necesario recordar algunos puntos esenciales ‘de Ja doctrina de Kant. Como se sabe, éste distingue en el es- piritu: 2 1) La sensibilidad (Sinnlichkeit) que recibe a través de las formas del espacio y del. tiempo las sensaciones debi- f das a la accién que ejercen sobre nosotros realidades inde- pendientes de: nuestro. espiritu: .las cosas en sf —o atime- ‘que Kant declara incognoscibles, _-2) El entendimiento (Veritand) que sintetiza los ma- teriales de la intuiciéi sensible mediante el uso de’ las éategorias’ (por ejemplo la idea de causa) ligadas a los principios del entendimiento puro (por ejemplo,’ el princi pio de causalidad),” ° a 3) La razén (Vernunjt), facultad de sintesis suprema que, al apoyarse sobre los principios del entendimiento, construye ideas trascendentales, es decir, sobrepasa el cua- dro de la experiencia para alcanzar lo'absoluto (por ejem- plo: Dios; la ‘causa primera). 1 gitsth como. veremos, conserva esta distincién entre entendimiento y la razén, pero otorgéndole un sentido muy diferente, Para Kant, en efecto, si el entendimiento se encierra en el mundo de los fenémenos puede, mediante su actividad sintética, constituir una cfencia valida, y es in evitable que In razén fracase en su esfuerzo por construit 2 } mino del absoluto a la razén? 4No serfa necesario conoce: una metafisica. Para Hegel, por el contrario, el saber del entendimiento no es sino una forma inferior del conocimien- to: Ia del cientifico que no es filésofo, 0 auf la de los antiguos metafisicos, Por el contrario, la razén, tal como ja concibe, nos permite alcanzar el conocimiento més ele- yado, nos permite alcanzar verdaderamente el absoluto. Si la raz6n fracasa, segtin Kant, se debe a que quiere utilizar las categorias y los principios més allé de toda ex- periencia posible, si bien aqui la forma mental funciona fen cl vacio, mientras que en el mundo de los fenémenos sc aplica a una, materia sensible a la que toma intcligible, | ¥ lo que prueba que las categorfas y los principios solo valen para los fenémenos, es que la razén, cuando quic- re apoyarsé sobre ellos para elevarse a un conocimiento fl metafisico, se pierde en paralogismos —es decir, en sofis- mas inconscientes— 0 acaba en antinomias —es decir, en soluciones contradictorias que pueden invocar argumentos de igual fuerza. Estos, argumentos gprucban, verdaderamente, que el ; absoluto es incognoscible? Es suficiente un andlisis eri-.; tico de nuestras facultades de conocer para cerrar el ca~ Al efectivamente Ia esencia intima de las cosas, es decir, haber resuelto el problema metafisico, para poder establecer que, tal como esta construido, el espiritu humano no puede q hacerse ninguna concepcién valida? Como dice Hegel, “un examen del coiocimiento ‘solo, puedé hacersa conocien- do... Querer conocer antes de conocer es tan absurdo co- mo aquel sabio‘consejo de un escoléstico: Aprender a nadar antes’ de aventurarse, en el agua” (Enciclopedia, § 10). i i Para Hegel, los paralogismos de los que habla Kant no se deben a la impotencia de la: razén, solo prucban .que los metafisicos dogmiticos razonan sobre nociones mal deter- minadas, Por ejemplo, los paralogismos fundados sobre la idea del alma concebida como una sustancia simple, re- sultan del hecho: de que se opera sobre ideas inadecuadas, porque el alma no es una entidad simple, abstracta, sino una identidad activa, concreta que se diferencia a sf mis- ma (Enciclopedia, § 48, Ap.). En cuantd a las antinomias, debe sefi . encuentran solo en los cutro“objtor connalica?” de Jos que habla Kant; se las encuentra en todas las ideas y en todas las coias, constituyen el momento dialéctico del pensamiento légico y permiten el enlace entre la’ légica’ y la ontologia. Para Hegel,'en efecto, la contradiccién estd en el ser mismo: “todas las cosas son contradictorias en si mismas’, El pensamiento segiin el entendimiento aisla los diversos aspectos de Jas cosas, su f6rmula es: o esto o aque: Ilo. El pensamienio segtin la razén aprehende, por él con trario, las cosas en su fofalidad, es decir, desde un punto de vista superior que-domina las diferencias ante las cuales] se detiene el entendimiento. De este modo comprende ver-| daderamente Io real, al concebitlo como lo que puede ser a la vez esto y aquello, Por ejemplo, “una cosa s¢ mueve no porque esié ‘en'un momento aqui y en otro momento alls, sino solo porque esti en uni tinico y mismo momento} agul y no aguf, porque ella esti y no esti a Ia vez en el mone, lees de UUs, eds Laeoo, 1, Il. La dialéctica hegeliana’ “ASI, pub, Io" qué el dntendimiento separa’y opone, 1a razén lo une en iina'fotalidad concreta,”.Resuelvé los con- os én una sintesis superior, y reconduce las di a la identidad.” Peto ésta no es ‘ina identidaa Santee estaria vatla de contenido;'es una identidad ‘concreta que contiene, plantea y desenvuelve en!’ si misma sus Siferen claciones interfores. Bsta es la esencia de la dialéctica, tal como'la entendié Hegel, El objeto de pensainiento que se encara y es considerado primero bajo su aspecto inds inme" diato, y luego por'un brusco cambio (Umschlagen); apare- ce bajo otro aspect ie“*éontradice al primérd; ‘por fin; es aprehendido coms la identidad concretd de estos aspectos opuestos. Todo progresa asf, tanto en las cosis como en el | spiritu, por contradicciones que se resuelven cada vez en Sintesis, de las*que surgen nuevas. contradicciones, “Este | movimiento dialéctico es un deserivolvimiento’ (Entwic~ jelung) que’hace patar al ser de un estado selativamente re y abstracto a un estado més rico y més, concrete, Pete dea tiene en st misma su propia inegacién que le cine convertirse en otra idea, que también se niega a si Wma; se revela, entonces, que estas, dos ideas no son rds que los momentos de una tercera idea’ que contiene. a [dos primeras y las eleva a una unidad superior, Se Waliza aci el progreso dialéctico, cuyo'vehiculo es, lo. que Hegel denomina lo negativo. Lo negativo es Ia antiteis de donde nace la contradiccién, 1a cual se suprime por nega- cin de la negacién al ser absorbida ‘en una totalidad mas dita. Este es el movimiento dialéctico que se expresa co- sentemente con la famosa triada: tess,"antitesis, sintess. ‘Estos términos, utilizados por Kant y pot Fichte, son em- pleados muy pocas veces por Hegel, quien. use con més Frecuencia verbos como wmschlagen (volveise, cambiarse) y, sobre todo, aufheben, que quiere decir, ala vez, supri- ‘mir, conservar y elevar. i La doctrina’ hegeliana es, ‘pues, por, excelencia, una filosofia de lo concreto.. Esto, puede parecer paradéiico, ya {que sus libfos, de, dificil lectura, se ptesentan, eon palabrés ge Victor Cousin; cod “ria miasa compacta 'y tupida dé Sbstracciones”, Pero, pata Hegel, no se trata de lo coricreto ‘inmediato ‘del cono- en el sentido vulgar, es decir, del dato inmediato del cono cimiento sensible, El término concreto ‘debe "temarse en st sentido étimolégico: concrétum, de concr e2que designa lo que,se ,crécienta. por el desarrollo’ del ‘cn jurito ‘de’ sus partes, coino un vegétal en crecimiento.” 1B conetété, dicho Fe otro modo, para Hegel es la totalidad construida dialéc- Hlcamente.a partir de sus, momentos, momentos que deben ser, primero, abstraidos, 0 sea, separados, extraidos de los Gatos inrtiedjatos confusos,. Este es el ‘papel previo del ‘en- tendimiento que, aungiie subalterno, sigue siendo eéencial, y cuando él falta, todo permanece indeterminado, esto es, Tonfundide én la hebulosidad de la intuicién “0° del_senti- miento. a ae : El trabajé ‘del pensamiento légico ‘éomprende asi, se- gin Hegel, tres momentos: 1) el momento abstracto, el del entendimiento que aisla las determinaciones; 2) el momento propiamente dialéctico,.elde.la rozén negativa en la que 245 surge la contradiccién; 3) el momento especulativo, el de la | razén positiva por le que se eleva a la sintesis (Enciclopedia, | § 79). Este momento de la unidad se llama especulativo porque el concepto se reconoce en los objetos como en un espejo (en Jatin speculum) ILL Hegel y los poskantianos (Fichte y Schelling) _, Ahora bien, el término unidad y sus correlativos: iden | tidad -y totalidad, tienen un sentido més fundamental. Ca- ractctizan, en efecto, las concepciones del absoluto por las cuales Jos “poskantianos se oponen en la forma més radical a Kant. Permiten igualmente, una vez precisados, situar a Hegel en relacién con otros poskantianos y con_doctrinas metafisicas anteriores, Kant reconocié que no comprendemos verdaderamente las cosas més que unificdndolas mediante Ja actividad sin- tética_dé. nuestro entendimiento. Su_ propia doctrina, sin embaigo, est4: lejos de satisfacer plenamente esta exigencia de unificacién, y por cierto a¢aba poniendo en muchos de sus solucién ‘unitaria al problema, del co- nocimiento, al dat razén'a la vez al empirismo, puesto que § reconoce que.la’ materia del saber proviene de los sentidos, y, al. racionalismo, ‘puesto que ‘el espiritu “debe imponer’ su forma, para hacer inteligible esta materia. Pero ‘obtiene mejante ‘conciliacién afirmando la dualidad’ de’ la miateria y dela fornia,. A este, dualismo’se superpone ‘el ‘del ferid- meno,“ objeto de una ciencia, cierta, y dala ¢osd‘én sf i cognoscible. ° Sin duda, Kant piensa’ que podemos alcaiizat este absolute suprasensible en la accién mioral; pero entonces en otro ‘dualismo: el dela razén tedrica, incapaz de’ alcanzar’ sus ‘fines, y el de Ia razén prdctica’ que ‘se satisface plenamente en el cumplimiento del deber. ‘Los { _postulados de esta razbn —existencia de Dios e inmortali- dad jdel alma, —agravan atin més el dualismo, ya que al 1 Heart califica a su iloilia como expeculatioa.’ BI término metafsica Te rerulia scspechoso, pues sugiet la "metalien del entendimiénto” de Ia escuela ‘cartesiana, sistematizada por Wour. 16 ino itteductible, No cabe duda de que élla 7 justificar una metafisica de Ja trascendencia, oponen al mundo dado un mis alld sobrenatural. Contra este dualismo reaccionaron, ante todo, los dos primeros grandes poskantianos —Fichte y Schelling—; és- tos querian establecer- una concepcién verdaderamente unificada del mundo, Fichte hace de la cosa en si un ab- soluto subjetive, el yo, puro, que se plantea a si mismo al foponerse tn no-yo, es decir, al darse un limite que hace posible las conciencias individuales y abre un campo de accién a la actividad moral, Schelling opone a este idea. lismo subjetivo un idealismo objetivo y conduce todo a un absoluto neutro que domina la oposicién entre el yo y el no-yo, la identidad indiferenciada de lo subjetivo y de lo objetivo que él cree captar,inmediatamente por la intui- cién intelectual. ~ A esta filosofia de la identidad se adhirié inicialmente Hegel en su primera obra: Diferencia entre los sistemas de Fichte y de Schelling (julio de 1801). Pero poco a poco se alejé de ella en sus cursos de Jena y rompié en forma definitiva con’el penidmiento'de Schelling, en 1806, al com- pletar la -Fenomenologia del Espiritu..:En el prefacio de ; esta obfa rechaza el absoluto:de Schelling, que surge brus- camente como ‘salido de un pistoletazo”, y en el que ve “la noche, donde todas las vacas son negras”. Y Hegel precisa gus propias doctiinas: el sabsoluto debe ser considerado menos como sustancia que ‘como sujeto, no como una enti- dad misteriosa de la quemo podria, deducirse el mundo real, sino como una totalidad. viviente qué, comprende todas sus determinaciones ‘como momentos’ de su” desenvolvimiento, (Fenomenologia, Prefacio, ‘1-3 y 11-1). IV. Hegel y Spinoza ‘Hegel llamaba’a la filosofia de la identidad de Schelling un “spinorismo kantiano”. Al adoptarla se habia adherido, de hecho, a la doctrina de la inmanencia de Spinoza, a ese 8v zal xiv (uno y todo) que su amigo Holderlin, en el Se- minario de Tubinga, le presentaba ya como la verdad s prema..Un fondo de spinozismo se mantuvo, por cierto, en 7 “mina el universo hegeliano. Spinoza afirma que toda deter- Ia filosoffa de Hegel; sin embargo, se aparece una oposicién desde el momento en que se separa de Schelling, Rechaza entonces implicitamente el spinozismo, en tanto que filoso- fia de la sustancia, en tanto que metafisica del entendimien- to y en tanto doctrina fundada sobre el método matematico que solo es adecuado en el dominio de la cantidad pura. Si permanece fiel al principio de la inmanencia, no puede ad- mitir —en cambio— que los atributos y los modes estén simplemente en la sustancia; éstos deben ser deducidos 'de ella como sus diferenciaciones necesarias. Lo que falta en el mundo de Spirioza es el decenvolviniiento dialéctico que do- minacién es una negacién, peto ignota la negacién de la ne- gacién, que es la fuente de progreso tanto en el ser como en el pensamiento, El absoluto de Spinoza es un recepticu- lo infinito que contiene’ simplemente \sus determinaciones finitas y tiene, de hecho, los caracteres de una cosa; el abso- luto de Hegel, sujeto més bien que sustancia, es un proceso, un progréso, un deveriir y se manifiesta éomo un desenvol- vimiento, una evolucién (ambos sentidos se expresanen la palabia Yaleinana “Entwickelung) >: Para Spinoza ‘el ‘absoluto ¢s simiultdncamente éxtensi6ri y pensamiento; para Hegel es sucesivamente materia y‘espiriti:: Aquello “que Spinoza ex- plica por un paralelismo que hace del alma la:idea de-un cuerpo, para Hegel résulta de una evolucién: Ja Naturaleza, exteriorizacién de Ia: Idea absoluta,se eleva en forma gra- dual del: riecanismio ala -vida,*y-el-progreso dela vida-al- canzA ‘sutiltimo témino:en el penéamiento ‘del ‘hombre :en el que el Espiritu ‘absolyto acaba por adquirir conciencia de sf mismo: Para Spinoza; todo se encadena. necesariamente en el universo segiin un determinismo puramente mecanicis- ta y Ia finalidad no es ms que una-ilusién. Hegel, por el contrario, asocia la finalidad al determinismo; para él, Ja determinacién es, al mismo tiempo, destinacién: ? la natu- raleza evoluciona en forma dialéctica para hacer aparecer clespiritu. 0" “ : 2 ‘Bate eg el doble sentido’ de-Ia'palabra Bestimmung. Los antecedentes de Ja dialéctica hegeliana Si la concepeién de Ia inmanencia en Hegel es muy diferente de la de Spinoza y quizi més atin de Ta que se tneuentra en Plotino y en la Escucla de Alejandria, la aléctica, en cambio, reviste en él todos las aspectos con los cuales se habla presentado hasta entonces. “1, Platén. a) Se trata, ante todo, de la dialéctica co- mo procedimiento de pensar. En este sentido, comin a Platén y a Kant, es el arte de descubrir las contradicciones en tin ‘objeto de pensamiento y de intentar resolverlas 0 mostrar que son insolubles. Este método ya habia sido hiilizado por Zenén de Blea y, sobre todo, por. los sofistas sriegos, a quienes Hegel considera como filésofos muy gran- es, porque con ellos comienza la edad de la reflexién sub- jetiva, en Ia cual el absoluto se pone como sujeto. 2. Herddlito, b) Pero para Heeel.la dialéctica no solo es la ley del pensamiento, sino también, y-ien eépecial, Ta Jey del Ser: Su mds -léjanor precursor es," en este punto, Heréclito, quien fue’ el primero en ensefiar que el ser y le nada se identifican en’el devenir, que’ todo est en movi- miento, todo” cambia,. todo flaye: (névra pei). El mundo y la sociédad humana solo progresan por onosiciones,” por Conflictos: “la''guerra “es “incesante, ‘estS. en.‘todas partes v encendra “todo, " La: filosofia -heeeliana -fambién,.es una flosofia’ del devénir que hice de Ta. contradiccién 1a fuente de todo'movimiento y de toda vida, Pero el devenir, para Hegel, no és solo ‘una: evolucién en el tiempo. sino también y principalriente un desenvolvimiento intemporal. 3. Proclo y J. Bochne. c) La dialéctica puede, por fin, tener un sentido mistico.” Un ejemplo de ella se en- cuentra’ ya en’la ‘antigtiedad en Proclo,’el iltimo gran Te- presentante de Ia ‘escuela neoplaténica; éste parte

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