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SST tractores durante los siglos V y VI. Este es el proceso que se ‘a intentado explicar en este trabajo; cémo al mismo tiempo que se iba perdiendo todo recuerdo coherente de! priscilianismo histérico del pasado, o se ignoraba el con: base te6rica. La primera redaccién del Simbolo y los ana: temas, escrita en el siglo IV contra los herejes trinitarios, como Pablo de Samosata, Fotino, Sabelio y Arrio, contra los gnésticos como Marcién y Cerdén, y contra los mani: queos, fue el punto de partida de la literatura antip: ‘a estudiada aqui, Este documento anterior al prisci contra herejias de los siglos II, IIT y V, fue relaborado introduciéndose en mo. Fruto de esta relabolacién es la segun: as debida al obispo Pasio: 1a posteriormente en las actas del Primer Concilio de Toledo, unos 40 afias anterior a esta nueva redaccién. La misma versién, olvidado el nombre de su autor o bien por razones de prestigio, fue atribui da a un concilio imaginario que se celebraria por man dato de Ledn I después de 447. Debié de servir, con la ayuda de otros tratados heresiolbgicos que desarrollarian los puntos que contiene, para la redacci6n del escrito conocido con el nombre de Carta del Papa Leén a na. Por dltimo, sobre estos precedentes iterarios, se compondria en Braga en 56, una nueva s antiheréticos donde se enumeraban janas anteriores, junto al nombre de primera mitad del élal prise da version, Las provincias hispanas FM. Schrajerman Las regiones sudorientales de Hispania (Bética y el Sur de la Tarraconense) estaban entre las partes mas romanizadas del imperio. De ello dan testimonio las humerosas ciudades, el desarrollo del artesanado, del comercio y de los preciadfsimos productos agricolas. (Por tanto, hay que suponer la especializacién de las villas y una planificacién econmica racional en esas villas), Sobre el desarrollo de la esclavitud en existen diversos testimonios. En las leyes muni Salpensa y Malaca (1) se dedica mucho espacio a los ibertos. Estas leyes prevén que las personas que han ob- tenido la ciudadanfa romana conserven, respecto a sus libertés, que no han obtenido ciudadanfa romana y respecto al dominio sobre ellos, los mismos derechos que tuvieran en imitivo, esto es, segtin el derecho indigena admitido cn Hispania. Estas leyes regulan la emancipacién delosesclavos en presencia de un duunviro y el status que deben observar los libertos, Se menciona Constantemente a esclavos en las leyes concernientes a la vida en las explotaciones mineras y al arrendamiento de las mismas (2), pero también con relativa frecuencia son mencionados esclavos (administradores en su mayor parte) (3) y libertos en otras inscripciones. En una ins- ‘ion de un lugar de la Bética se notifica que, por primera vez en su familia, el liberto Suavis y el admMhis- trador Faustus habrian ofrecido en accin de gracias. de sus propios recursos, imagenes de los lares y del genio junto con una pequeia capilla (4). Segdn se desprende de auf, también en Hispania se formaron colegios familiares con los acostumbrados cultos de la familia. Uno de los colegios familiares de este tipo (sodaliciun vernarum) honraba a Isis (5). Los esclavos de la ciudad también estaban congregados en colegios. Tenfan en “Introduccion del aleman de Alfonso Martine Diez CL, ML, 1963; 1964 - Dessau, 6088; 6089 - Fontes, 1, 25; 24 CHL, M, 5181; Fontes, 1, 104 (C1, M, 1952; 1742; 1980: 5298 yo Toidem, 1980. Bbidem, $780. semis, 15. ellos sus propios dignatarios materiales y espirituales Un colegio de esta clase es mencionado en u cidn de Corduba que esta dedicada a A. Publ ‘anus, un liberto de la ciudad. Desempené el cargo de sacerdote en el colegio. La inscripcidn fue erigida por el magistrado del colegio, un esclavo que, al parecer habia sido comprado a la ciudad por un tal Germa: ‘nus (6). Esinteresante una inscripeién de la Bética que, sobre la base del Afico, es situada en el siglo 1. Contiene un contrato tipico entre dos partes, a saber, L us y el esclavo de L. Titius, Dama, que en representacién'de su sefior, otorga un préstamo a L. Baianius bajo hipoteca de una propiedad, incluidos los ros (7). Ast pues, debe haber sido necesaria la de un contrato de este tipo para uso gene: se deduce que tales convenios estaban muy extendidos y que la posesién tipica, que podia ser hipo tecada, era la villa explotada con ayuda de Sewtin se deduce de las ara vez se menciona a libertos como artesa incluso en las marcas de anforas que han sido ertas en Roma en el monte Testaccio y que Hispania provienen de los tallesres de alfarecta de época de esclavos y ia, éstos apare- como arrendatarios y operarios de les. En Hispania, segtin muestran las idatarios eran libres. Esto se explica I vez por el hecho de que estas marcas provienen de época mas tardia. La ceramica en que-se encuentran fue fabricada a finales del siglo IL y en el siglo Ill, cuandoel niimero de esclavos y ibertos habia disminuide en Hispania como consecuencia de la crisis del régimen esclavista. Pero tampoco en inscripcién mas tempranas ramos apenas datos sobre libertos y esclavos como artesanos. En cambio, et siglos I y II, los libertos jugaron papeles muy notables yen la vida municipal. Asi ocurri6, por ejemplo, con el liberto C, Sempronius Nigellio, el antiguo esclavo de un miembro de la adinerada y presti giosa familia de los Sempronios séviro en la Colonia Patricia (Corduba) en el municipio Singili (a) Barba Este le admitio entre sus convecinos le concedi6 to- dos los honores que podfan ser trasferidos au (8) Ibidem, 2229, () CHLAV 3082 (8) CIL, 11, 2560:2560; 9975; 5984 16

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