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Tomo limonada en el centro

mientras una cocina mvil


vende morcillas en una esquina.
Un hombre sin manos
se pasea frente a m
y sabe que escribir es intil.
Alguien de cabello corto
en otra esquina
grita que vende minutos
para llamar a cualquier operador.
La gente desfila con camisas de colores,
la mayora con jeans,
hablan de sandalias,
de dinero,
(tomo un sorbo de limonada)
de trampas,
ren,
de hacer vueltas.

El conductor de un taxi
se ha detenido en la esquina
y contra una reja
devora una morcilla.

No tengo gafas
y el sol me pica en los ojos.
El celador de un banco
no deja de mirarme,
sospecha de algo

Un sujeto
le da un primer mordisco
a su manzana roja
mientras me mira de reojo
y escapa con rapidez de mi vista

(en el siguiente sorbo


ya no quedar limonada
en el vaso de plstico)

Los minutos son a cien


y nadie atiende el llamado
de la vendedora

Una mujer con trenzas


camina despacio
hablando por celular
describiendo en donde se encuentra

Veo mi reflejo
en un carro parqueado frente a m,
es azul,
en el vidrio dice:
hormiguita

Las personas no dejan de desfilar


y al ver la iglesia a lo lejos
una seora de falda larga y blanca

se persigna

Una estatua humana


dobl a la esquina

(mi limonada se acab)

El vendedor de morcillas
las vende en abundancia
mientras escucho
a una estudiante decirle a sus compaeras
que deben almorzar

Un mendigo pide papas


y como puede camina
intentando amarrarse un abrigo
en la cintura

La luz del sol aumenta


y me pica an ms
en los ojos

Hay que llegar y saludar


le dice un padre a su hijo
quienes pasan en una moto.

Y yo estoy ah:
sin limonada,
un elemento que observa nada ms,

permitiendo al sol derramarse sobre m.


Acepto tranquilo
lo que se me permite ver.

Me levanto y sigo caminando.

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