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Dios Ama A Sus Hijos
Dios Ama A Sus Hijos
SUS HIJOS
Su identidad y su potencial
El plan de felicidad
El autodominio
Muchas de las personas que se sienten atradas hacia las personas de su mismo sexo tienen fuertes testimonios del Evangelio
y, por lo tanto, no ceden a esas atracciones. Las atracciones en s
no hacen indignas a las personas. Si usted evita los pensamientos y los actos inmorales, no habr transgredido, aun cuando
sienta esa atraccin. La Primera Presidencia ha declarado: Existe
una diferencia entre los pensamientos y sentimientos inmorales
y el participar en comportamientos heterosexuales inmorales
o en cualquier comportamiento homosexual (carta, 14 de
noviembre de 1991).
Este principio se aplica a todos los hijos de Dios, pues l ha
declarado que toda relacin sexual fuera de los lazos del matrimonio es inaceptable. Todos tenemos tentaciones, pero uno de
los propsitos de esta vida es aprender a superarlas. El presidente David O. McKay defini bellamente la espiritualidad como
la consciencia de la victoria sobre el yo (en Conference Report,
octubre de 1969, pg. 8). Estas tentaciones, que por lo general
se presentan sin que la persona las busque, pueden resultar poderosas, pero jams sern lo suficientemente fuertes para privarnos de nuestra libertad de eleccin. El lder Dallin H. Oaks dijo:
Todos experimentamos algunos sentimientos que nosotros no
elegimos, pero el evangelio de Jesucristo nos ensea que, no
obstante, tenemos el poder para resistir y reformar nuestros
sentimientos (segn sea necesario) y para garantizar que no nos
lleven a abrigar pensamientos indebidos o a participar en un
comportamiento pecaminoso (vase La atraccin entre personas del mismo sexo, Liahona, marzo de 1996, pg. 17). Los
pensamientos indebidos disminuyen si de inmediato se los
reemplaza con pensamientos edificantes y constructivos.
Durante su bsqueda del autodominio, recuerde la importancia de vivir rectamente tanto en pblico como en privado. El
presidente Gordon B. Hinckley inst: Nuestra conducta en
pblico debe ser intachable; nuestra conducta en privado es
an ms importante; debe ajustarse a la norma establecida por
el Seor. No podemos ceder al pecado, y mucho menos tratar
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