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3 EL GRAN COLECTIVO PARTIDARIO El trabajo colective, principio basico del Partido El trabajo colectivo, teniendo como primera y fundamental expresién la direccién colectiva, constituye un principio bisico de nuestro Partido, Muchos partidos definen su direccién como direccién colec- tiva. Pero las formas de comprender y realizar la direecién colec: tiva son diversas y hasta contradictorias. ; En el PCP se entiende la direccién colectiva como un princi- pio y una practica que exceden ampliamente la aprobacién o ra- lificacién de decisiones, Ja votacién mayoritaria de propuestas in- dividuales y la responsabilizacifn del colectivo por decisiones in- dividuales, Se verifican todavia fallas y distorsiones, pero los principios estiin establecidos y la prictica, en general, es conforme a ae En el PCP, la direccién colectiva en cualquier organismo, empezando por los organismos ejecutivos del Comité Central, sig- nifica en primer lugar, que es el organismo y no cualquiera de sus miembros el que decide lag orientaciones y Ye Sede su actividad, y que existe Ia permanente apertura a opiniones divergentes y las contribuciones individuales de cada uno. Significa, en segundo lugar, que cada uno de sus miembros somete su actividad prictica a la opinién y aprobacién-del orga- nismo, Significa, en tercer lugar, que sin contrariar la divisién de ta- reas y In delegacién de competencias, se procura, dentro de lo posible, que los andlisis, conclusiones y decisiones sean resultado de una elaboraciin colectiva. Signifiea, en cuarto lugar, que no se admite que ningin miembro del organismo sobreponga su opinién al colectivo y tome actitudes y practique actos contrarios a las decisiones del colectivo. El establecimiento de la direcciGn colectiva en nuestro Par- tide fue un proceso complejo, irregular y tardio. Comenzé el Secretariado del CC después de la reorgani- zacién de 1540-1041, Se amplié gradualmente al Comité Central a partir del Il Congreso de 1943 y, mas puatnens Se del IV Congreso de 1946. Después, pese a la evolucién ai nta- da (resultante de la represién) en la composicién y estilo de tra- bajo de los organismos de direccién, se fue instituyendo como pric tica corriente. La direccién colectiva y sus experiencias positivas abrieron paso a Ia ampliacién del concepto de trabajo colectivo, no solo en la direceién central sino a los otros organismos del Partido y, posteriormente, acompariando todo un profundo proceso de democratizacién, a toda la actividad partidaria, El trabajo colectivo del Partido tiene como principales aspec- tos la comprensién y la conciencia de que la realizacién con éxito de las tareas del Partido se debe a los esfuerzos conjugados y convergentes de todos los militantes que, directa o indirectamente, intervienen en esa realizacién, y la movilizacién de los esfuerzos, de trabajo, del apoyo de todos los militantes Hamados a interve- nir en la realizaciin de cualquier tarea. El trabajo colectivo es una dindmica ente en el desa- rrollo de la actividad del Partido y de los militantes. La preparacién, organizacién y realizacién de las acciones de masas, de las grandes iniciativas, de las asambleas de las organi- zaciones, de los encuentros y conferencias, de las conferencias nacionales y de los congresos del Partido constituyen ejemplos esclarecedores y exaltantes del trabajo colectivo del Partido como uno de los rasgos fundamentales de los métodos y del estilo de trabajo. La expresién “nuestro gran colectivo partidario”, que se tor- 06 habitual en boca de los militantes (y se offcializd a ir del X Congreso), traduce la icipacién, la intervencién y contri- ‘bucién constante de los vos, la bisqueda constante de Ia opi- nidn, de la iniciativa, de la actividad y la creatividad de todos y de cada uno, la convergencia de las ideas, de los esfuerzos, del trabajo de las organizaciones y militantes en el resultado comin Asi, en nuestro Partido, el trabajo colectivo no puede ser entendido anicamente en términos de direccién colectiva, Debe entenderse como una prdctica corriente y universal en todos los a en todos los aspectos del trabajo, en todas las activi- dades. El trabajo colectivo pasé a ser una caracteristica fundamental del estilo de trabajo del Partido, uno de los aspectos a interna y un factor decisive de Ia unidad y de la e El tipo de direccién: un valor histérico La direccién colectiva y el trabajo colectivo, tal como hoy existen en nuestro Partido, jams rian ser resultado de una mera decisién. Direccién colectiva y twabajo colectivo, tal como existen en nuestro Partido, son resultado de un proceso largo ¢ irregular, en el que intervinieron y se sumaron numerosos factores. Los métodos y el estilo de trabajo no son valores atemp absolutes, invariables e inmutables, Se relacionan inevitablemente con las condiciones objetivas en que actia el Partido, con su de- sarrollo politico y orginico, con la preparacién y experiencia de los cuadros, Las caracteristicas de la direcciém colectiva y del trabajo co- lectivo de nuestro Partido en Ia actualidad aparecen como conti- nuacién y resultado de toda una larga historia y de una larga y diversificada experiencia. Si examinamos ln evolucién del Partido, :qué se verifica? En el corto periodo de legalidad, desde la creacién del Par- tido en 1921 hasta el golpe militar del 28 de mayo de 1926, se realizaron dos congresos, se eligieron comités centrales, pero poco se conoce del funcionamiento interno de la Direccién. De 1926 a 1931, «l Partido no tuvo ninguna actividad regu- lar. Solo diseutian algunos grupos de camaradas, sin ninguna base orginica ni ninguna a politica, la posible reorganizaciin en las condiciones de clandestinidad. En la reunién de 1929, que decidid reactivar el Partido, hubo cinco camaradas que se consi- 5L era na el Comite suave aa: Serene tividad. Desde la reorganizacién de 1931 hasta la detencién de Bento Gongalves, secretario del Partido, en noviembre de 1935, la direccién fa exclusivamente al Secretariado. No exis: tia Comité Central ni ningiin otro organismo de direccidn central. Aun dentro del Secretariado, Ia direccién estaba dividida, no era colectiva, Bento Gongalves dirigia el trabajo politico en gran par- te por decisién individual. Asi, en el VII Congreso de la Interna- cional Gomunista, su intervencién corrigié profundamente la lines politica hasta entonces seguida, pero no fue redactada en Portu- gal ni resulté de una apreciacién colectiva con otros cuadros, Fue redactada en Moscii, en conformidad con las Tesis presentadas al Congreso por el Ejecutivo de la Internacional. Después del encarcelamiento de Bento y de todo el Secreta- riado, siguié un periodo (1935-1938) en que los militantes mis responsables que quedaban en libertad buscaron soluciones para cl trabajo de direccién, Hicieron una reunién de cuadros (1936) de la cual salié una primera y pronto malograda tentativa de formacién del Comité Central. Formaron un nuevo Secretariado, pronto aleanzado por la represién (detencién de Manuel Rodri- gues da Silva). Luego constituyeron un nuevo Secretariado, tam- bién aleanzado pronto por un a (Enero de 1938) que lanzé al Partido a una crisis profu Con la reorganizacién de 1940-1941 se formé un primer orga- nismo colectivo (Buré Politico), al cual sucedid un Secretariado con poderes fuertemente centralizados, que poco después fue afec- tado con Ia detencién de dos de sus tres miembros (Fogaca y Militao, en setiembre y noviembre de 1942). Puede decirse que es a partir de esa fecha que se inicid cl proceso, que atin serla largo y accidentado, de la creacién de una direccién estable y colectiva. En el Secretariade pasé a haber trabajo colectivo y, poco a poco, se constituyS un nucleo dirigente que, reforzado con nuevas generaciones de cuadros, llegaria a asegurar en lo fundamental, hasta hoy, la continuidad del trabajo partidario. En este proceso represent un importante papel la realizacién del IIT del Partido (noviembre de 1943), primer con- greso realizado en la clandestinidad. Por primera vez en la clan- destinidad se forma un Comité Central electo en congreso, y E. primera vez (con exclusién de la episédica experiencia de Fs cl Secretariado no resulté de la cooptacidn, sino de una eleccién por el Comité Central. La realizacién de reuniones de] Comité Central en 1445 y 1947, y el IV Congreso del Partido (agosto de 1947) continud ese camino, consolidando, en el nivel de Ja direccién central, el traba- jo colectivo del Seerctariado electo en un Comité Central cada vez mis ampliado, Debido a los violentos golpes de la represién, que afectaron al Partido, especialmente al Camité Central, que Megs a quedar reducido a seis camaradas en libertad, la defensa del Partido y la necesidad de supervivencia de su niicleo dirigente condujeron de nuevo a un fuerte centralismo, en el que se manifestaron abu- sos de métodos administrativos, especialmente en el tratamiento de problemas de cuadros. Como reaccién natural contra tal situacién, el V Congreso, realizado en 1957, estimulado también por la develacién del culto de la personalidad de Stalin y de todas sus consecuencias negati- vas, instituyd mormas de democtacia interna y Jas introdujo en los Estatutos del Partido entonces aprobados. Sin embargo, la oposi- cién al centralismo y una nueva desviacién de derecha en la orien- tacién politica —replanteando aspectos de la “politica de transi- cién” que se habla superado— condujeron a un falso democratis- mo, posteriormente criticado como una “tendencia anarcoliberal en la organizaclin del trabajo de direcciin”, A través de todas estas situaciones, de estas duras batallas, de estas soluciones diversas y de sus experiencias, se fue f lo un nicleo dirigente de revolucionarios abnegados y someti a las ms variadas pruebas, y se fue enraizando gradualmente en la Di- recciin Central del Partido el habito del trabajo colectivo y de la responsabilidad colectiva en los organismos superiores del Partido. El trabajo de elaboracién del Programa del Partido em 1964. 1985, los largos debates realizados con la participacién de cientos de militantes y, finalmente, la realizacién del VI Congreso en 1965, culminando esa labor, constituyeron las primeras experiencias sélidas del trabajo colectivo amplindo en el Partido y consagraron definitivamente en el Fartido Jos métodos de direccién colectiva. En los afios trascurridas hasta el derrocamiento de Ia dicta- dura fascista el 25 de Abril, el camino del trabajo de direcciém no y los documentos que de ellas eron mantu. i s de orientacidn y aspectos fundamentales de la prictica del trabajo colectivo en la Direccién, Esta experiencia se revel fundamental para el desarrollo de la vida interna después del 25 de Abril. Jy Salido de la clandestinidad, empefiado en la lucha revolucio- naria por la trasformacién Politica y social, el cardcter colectivo a de la Direccién y el trabajo colectivo del Partido encontraron terreno extremadamente favorable para su enriquecimiento y de- sarrollo gradual, de modo que se convirtié en una caracteristicu yen un rasgo esencial de la Direccién, de la vida orginica y det estilo de trabajo del PCP. canzado por la represién fue de poco més de seis afios, desde fines de 1942 a 1949. habiendo si dicha estabilidad un factor thtamente favorable al desarrollo. del Partido en esa época. La decisién, tomada en 1961, de mantener una e del Se. iado en el extranjero contribuyd de manera isiva a la ulterior continuidad y mayor estubilidad del trabajo de direccién, En este complejo proceso se fue formando, compuesto por un simero apreciable de carharadas, un nucleo dirigente con una es- tabilidad mayor que la de los organismos superiores del Partido, alcanzados repetidas veces por la represién, En ose nimero parti- cipaban camaradas que, ya presos, ya liberados, ya consiguiendo huir de las prisiones, se iban “alterpando” en los organismos su- periores de direccién, Asi fue posible, pese a Ia represién y particularmente a los golpes que afectaron al Secretariado, una relativa estabilidad y continuidad de direccién a partir de la reorganizacién de 1940-1941. Es sin embargo necesario tener en cuenta que puede haber dos tipos de estabilidad de direccién, i La estabilidad puede ser extremadamente negativa si resulta del inmovilismo, de la rutina, del apoderamiento de Ja Direccién por un conjunto de camaradas que, de wna u otra manera, con- servan ilegitimamente el “poder” con espiritu de grupo o de camarila. Formacién del nicleo dirigente y continuidad de 1a Direccién En un partido con largos afios de actividad, el nucleo diri- e resulta de una prolongada y compleja evolucién, La lucha Opera, a lo largo de los afios, una seleccién constan- te, em la las pruebas mis diversas y lag experiencias de ma. bajo van determinando la presencia en Ia Direccién de un nocleo camaradas que, como es normal suelen ser los mds ca los mas experimentados, los mds firmes, los mds abnegados. con consecuencias negativas para la continuidad del trabajo, Dado el hecho de que el Secretariado fue, de 1028 a 1 pricticamente el nico Organismo de direccién central © ach de ‘esa fecha sigulé siendo el organismo de mis ale ponsabilidad en el trabajo ejecutivo, los repetidos golpes al Se- rretariddo quebraron muchas veces la continuidad de la compo- sicién de la direccién superior del Partido y provocaron en algunos casos una ruptura efectiva en ol propio fatale de direccién, Los factores de Ia estabilidad y la renovacién La continuidad de la Direccién y la estabilidad del nicleo dirigente resultan de diversos Factores, En primer lugar, de la justeza de la linea comprobada por la prictica y por la inexistencia de errores graves de direccién. Si no se verifica este factor, el Partido acaba inevitablemente Dor exigir e imponer alteraciones en el nucleo dirigente, lo que con frecuencia significa crisis y¥ escisiones, Si no se verifica este factor, la Direccién cac en la rutina, no solo se cometen errores, sino que se agravan y, dia mas dia menos se impone Ia necesidad de una sustitucién 0 modificacién profunda En tercer lugar, es importante factor de estabilidad el tra- bajo colectivo de Direccién y la wnidad de la Direccién, Si no se verifica este factor, se evoluciona o en el sentido del culto de Ia personalidad o en el sentido de conflictos y divisiones Jo cual significa, en uno u otro caso, una quiebra inevitable de Ii — estabilidad del niicleo dirigente. En cuarto lugar, es importante factor de estabilidad [a ligazén de la Direccién con todo el Partido, la comprensién justa del trabajo de la Direceién y de Ia intervencién de los militantes en _ el marco de una amplia democracia interna. Si no se verifica este factor, también, dia més dia menos, es — inevitable la quiebra de la continuidad y de la estabilidad, Finalmente, como factor esencial de la estabilidad de la Di- reccién esti su propia y progresina rencwacién. La importancia de este factor justifica que se le consagre una atencién més pormenorizada. Su_importancia es tal, que se puede decir que la estabilidad de Ia Direceién y del niicleo dirigente no solo es compatible con la renovacién, sino que depende en gran medida de ella. Si el micleo dirigente no se va renovando con la entrada de nuevos cuadros —si se cristaliza en una Direccién cermada a Ia trasformacién de los tiempos, a las nuevas realidades—, llega un momento en que se impone una renovaciin sibita, a veces casi total, muchas veces en situacién de crisis y de inestabilidad, Le renovacién eres, sin rupturas, que corresponde y res- pode: a iss jades del trabajo del Partido, ha sido uao de los factores determinantes de la estabilidad del nicleo dirigente de nuestro Partido, 56 El examen de la composicién del CC electo en el X Congre- so, realizada en diciembre de 1983, es, a este respecto, esclare- cedor, En el total de 165 miembros titulares y suplentes, hay 25 que tienen hasta 30 afios, 107 de 30 a 50 y sélo 33 con a) de 50 afios, La edad promedio es de 4] afios. La distincién entre log titulares y los suplentes ilustra la re- novacién. En lo que respecta a los miembros titulares, hay 7 de hasta 0 afios, G4 de 30 a 50 y 30 con mis de 50 afios, La edad promedio de los miembros titulares del Comité Central esde 45 afios. ~ En To que respecta a los miembros suplentes, hay 18 de hasta 30 afios, 53 de 50 a 50 y solo tres con mis de 50 afios. La edad promedio es de 36 afios, e La correcta renovacién exige una comprensién clara del va- lor de los cuadros, con aprecio por Ins capacidades, experiencias y pruebas de los cuadros més viejos del Partido y con aprecio por las capacidades, nuevas experiencias, energia revolucionaria y po- tencialidades de los cuadros que se van revelando en la lucha. En relacién con los dirigentes mds antiguos, que constituyen una gran riqueza que el Partido esti interesado en defender y valorizar, es necesario, por un Indo, aprovechar Jo més posible sux grandes capacidades y su gran experiencia; es necesario, por otro lado, tener el valor, que a veces plantea delicados problemas hu- manos, de sustituirlos en el ejercicio de sus funciones, ya sea cuando la edad, la salud, Ia pérdida de capacidades y energia impiden que las desempeiien correctamente, ya sea cuando cus- dros mas j6venes demuestran mds eapacidades y condiciones para desempefiarlas. En relacién con los cuadros més nuevos, es necesario, por un lado, comprobar cuidadosamente sus caracteristicas, el balance de su actividad, su real experiencia; es necesario, por otro lado; dar- les audazmente plena posibilidad de desarrollo y de que muestren, en la prictica de un trabajo directivo, sus potencialidades reales. En una Direecién que adquirié gran estabilidad, el mayor peligro son los impedimentos para incorporar cuadros me Oe nes. La incorporacién de cuadros jévenes es una ley natural de la vida y del desarrollo del Partido. El ser humano envejece por ley de la naturaleza, El Partido no puede envejecer, SF EI colectivo y el Individuo El papel de Ja personalidad en la historia, asi como en la vida de los partidos, ofrece caracteristicas y grados extremada- - mente diferenciados, segim las condiciones concretas en que se inserta, Hay partidos comunistas cuya formacién y cuya historia estan estrechamente vinculadas con la capacidad, ¢] talento, la iniciativa de un destacado dirigente o de un niimero reducido de dirigen- tes. En esos partidos es inevitable y justo valorizar el papel de- terminante de ese dirigente o dirigentes en determinada fase de la vida del partido. En el caso de Portugal, por una serie de circunstancias, en la historia de la creacién y desarrollo del Partido Comunista, jalva periodos cortos, no pesé en forma determinante Ia contribucién individual de tal o cual dirigente destacado, sino Ja contribucién comiin de un colectivo dirigente, formado a lo largo de decenas de aiios, sefialadamente a partir de la reorganizacién de 1940-1941. La contribucién y la responsabilidad individual de camara- das de la Direccién y la existencia de un secretario general, en nada alteraron esta realidad fundamental de la dinimica histérica de la formacién de In diteceién colectiva y del trabajo colectivo del Partido Comunista Portugués. En la relacién entre el colectivo y el individuo tiene varios aspectos fundamentales a considerar. El primero es el de la contribuciin individual para el trabajo colectico. El trabajo colectivo no excluye, sino que ee la’ contri- bucién individual y el amplio aprovechamiento valor, de la capaeidad y de Ja contribucién individuales. El trabajo individual es parte integrante e insustituible del trabajo colectivo, El trabajo colectivo no significa que todos hacen todo y que a nadie, individualmente ser atribuido el mé- rito de una iniciativa, de una act de un suceso, El trabajo colectivo no solo admite, sino que exige necesaria- mente la divisién y distribucién de tareas, la jalizaciéo, la realizacién por cada militante de las tareas que le corresponden. La organizacién de una manifestacién de masas es una com- pleja tarea colectiva. Pero es perfectamente conciliable con el tra- bajo y el papel determinantes de tal o cual camarada, La elaboracién colectiva de un documento es también tamente conciliable con la atribucién a un solo camarada de la responsabilidad de redactar un proyecto o anteproyecto que luego se somete a la apreciucién y discusién del colectivo, que se res- ponsabiliza por la redaccién final. Pero, si en un trabajo colectivo es justo apreciar y valorizar la contribucién individual, debe evitarse siempre el exceso de. atri- buir al mérito individual sucesos o ideas que (aun cuando Jas ex- presa un individuo) son producto directo del mérito colectivo o se tornan posibles por él El segundo aspecto cs el de Ja insercién de la iniciativa indi- vidual en el trabajo colectivo, E] trabajo colectivo nunca debe ser un freno a la iniciativa individual, Solo debe contrariarla cuando se sobrepone, contraria y per- judica Ja iniciativa colectiva, que haya sido colectivamente consi- derada; cuando el individuo excede sus competencias y sus pode- res e invade de forma andrquica o destructiva la iniciativa de ctros; cuando tiene un cardcter desconsiderado, indisciplinado y aventurero, resultante de la sobrevaloracién del valor propio o de la ambicién personal. Pero fuera de tales casos, la iniciativa individual debe set insistentemente estimulada, La iniciativa individual permite, en muchos casos y circuns- tancias, impulsar las actividades en curso, dinamizar los esfuerzos colectivos, perfeccionar las realizaciones, superar positivamente las metas consideradas al inicio. El tercer aspecto es el de ta res; bilidad y de la nr * iat ic pect ponsa y respon. El trabajo colectiva conduce a la responsabilidad y Ja respon. sabilizacién colectivas; pero no atenda, y mucho menos estingue, la responsabilidad y la responsabilizacién individuales. Ni la responsabilidad del individuo se debe cubrir con-la res- ponsabilidad del colectivo, ni la responsabilidad del colectivo se debe encubrir con la responsabilidad individual. Echar la responsabilidad del individuo al colectivo y del co- lective al individuo son formas de aligerar la responsabilidad, per- judicando Ja propia idea de la responsabilidad conciente y vo- luntaria. 59 El Individuallamo El trabajo individual inserto en el trabajo col. esupone disipar las tendencias individualista: ividuallson’e . sey Gt cake eae #. El individualismo contraria E] individualismo es, en general Producto de eesti la = cién del propio valor y de la subestimacién det vilor a dani EI individualisme se manifiesta en las mds variadas formas: mis © recurriendo a ellos de manera Meramente sul sobrevaloraciéa. sistemética de la opinion propia yas ge propia; en Ia resistencia a aceptar y @ actuar segin la opinién de 3 demas, sobre todo cuando contraria la ia; en la-dificultad Para inscribir la propia actividad en Ja actividad del colectivo. Es relativamente frecuente el caso de milituntes que, por . fiee® demasiado en si mismos y poco en sus cammradas se ent 4 tw buyen la realizacién de demasiadas reas, muchas veces superio- experiencia de otros confi: otros on a si mismos y corren e] rieaes da Comat ee tee Be recuentemente) graves faltas y Provocar serios fraca- un colective con otros camaradas, Y poder, cee si sae, oe es Seta ke no procura Salvo casos excepcionales que lo impidan) seabgober mediante In opinién de los demds tm justeza de ty No es raro tampoco el caso de nsidera na opinién del colectivo anes dalbate en eae prop oan 60 erate eee LA tpg hacer las cosas sin recurrir al apoyo de los de- i; ya la consideran discutible y de menor obligatoriedad cuando la contraria o se le opone, Sucede asi que, después de un debate en su organismo, veri- ficando que su opinién no fue aceptada, se eximen del cumpli- miento de Ja tarea decidida, justificando tal actitud con el argu- mento de que, por faltarles conviccién, no son los més indica para cumplirla. En ciertos casos, tal actitud puede ser legitima y correcta, pero las més de las veces surge como expresién de un individualismo exacerbado. El individualista tiene a veces la ilusién de que el individua- lismo es una manifestacién de libertad individual. La verdad es que quien piense, decida y actie solo con su cabeza y con su voluntad. individual, acaba ser prisionero de sus propias limi- taciones. Aislado, detnis tote libertad aparente, el individuo acaba por ser esclavo de si mismo, La libertad de pensar y de actuar -presupone Ia apropiacién y asimilacién de elementos de juicio, y ello presupone a su vez la aceptacién de la informacién y de la opinién colectivas como inse- parables de la libertad Al contrario de lo que afirman los defensores del individualis- mo, la opcién por la formacién de una opinién colectiva y de una actuacién colectiva constituye una afirmacién de que el individuo se liberé de las propias limitaciones individuales, Constituye asi tma expresién de libertad individual El secretario general y el trabajo colectivo Bento Gongalves, secretario general del Partide designado en 1929, fue detenido en noviembre de 1995. Murid en el Tarrafal en Setiembre de 1942. Desde su muerte hasta marzo de 196], es decir, durante casi 19 afios, el PCP fuvo secretario general, Considerando que Bento pasé en prisiim [os dltimos seis anos le vida, puede decirse que, de hecho, cl PUP no tuvo secretario Beneral en el ejercicio de sus funciones disante més de 25 afos, La prisién y Ja muerte de Bento (oucalves constituyeron Brandes idas para el Partido. Pero e! becho de no hal elegido inmediato un nuevo secretario eral y la inexisten- ela de um secretario general durante un cuscto de siglo, acabaron Bor tener profundas y positivas consecuencias en la evolucién del trabajo de direccién, Tal situacién representé un papel deteral mante para la m, la prictica y la ulterior institucionaliza- cién de la direceiém colectiva y del trabajo colectivo. Ep las condiciones concretas existentes, en que se considerd dificil e inconveniente elegir un camarada para el ejercicio de tal cargo, dicha situacién dio impulso al desarrollo politico y la con. tribucién de los camaradas que demostraban més cualidades revo- lucionarias, mis capacidad y mayor dedicacién, alejé cu aie ra ideas de direccién individual y fue creando y lo ta concepcién y la formacién de un micleo colectivo de direccién. En 1961 el Comité Central, por motivos diversos, considerd necesario elegir un secretario general, Este hecho no modificd sustancialmente las tareas y responsabilidades individuales de nin- gin miembro de la Direccién Central ni cambié los métodos de trabajo colectivo. En el PCP, el secretario general no tiene poderes de decisién individual, ni voto calificado, salvo, facultativamente, en caso Je empate en la votacién. Como los dems camaradas, esti sujeto a la regla de la mayoria y a la disciplina de Partido, La nica diferencia que esth formalmente establecida por decisién del Comité Central, es que no puede modificarse en su ausencia (salvo motivo de fuerza mayor) la orientacién general del Partido. ; Se han entendido como dos de sus tareas esenciales (0 si, se quiere: dos de sus funciones esenciales}, por un lado promover, organizar y asegurar el trabajo colectivo y la unidad la Di- reccién del vidual el trabajo colectivo del Partido. gee ce ee ek hs ne Sete ete s eee tanclas especificas y resulta todo un largo proceso, En otros partidos se entienden soluciones muy diferentes en lo que respecta a los y competencias del secretario general (o presidente) puede tomar individualmente, al peso efectivo de su opinién pe sonal, no solo por la argumentacion y la riencia que la acom- paiia, sino por su caricter mas o. menos del secretario general en relacién con las opiniones de los demis compaiieros, especialmente cuando discrepan. Tales diferencias son naturales. 62 Partido; por otro lado, traducir en su actuacién indi- — poderes del Partido, al imbito e importancia de las decisiones que se — obligatorio, a la actitud : En nuestro Partido se tornd completamente table toda situacion o toda ica que signifique eet te opinién, decisién y actuacién del secretario general a la opinién y decisién del colectivo, el poder de decisién individual del secretario en cuestiones fundamentales, la aceptacién de opiniones del se- cretario general, no porque en cada caso se reconozca su justeza, sino en razin del cargo que desempefia. Entendiéndose como justas esta orientacién y esta prictica, ello significa que se debe mantener viva la idea de que los otros camaradas n llamar inmedistamente la atencién del secreta- rio general del Partido, en caso, de que este no actia de con- formidad. Un secretario general del Partido tiene la obligacién de ayu- dar a los demas camaradas. Los demis camaradas tienen también la obligacién de ayudar al secretario general del Partido. Todo esto es igualmente vilido en relacién a cualquier cama- rada que, en cualquier organismo, fernialmente o de hecho, de- sempefia el papel de responsable. Teniendo en cuenta la experiencia vivida por nuestro Partido durante un cuarto de sigh, no es obligatoria Ia existencia de un secretario general. El articulo 23 de los Estatutos es explicito: “[...]. El Comité Central tiene Ia facultad de clegir, de en- ve sus miembros, titulares, unm secreterio general del Partido, definiendo igualmente sus atribuciones” La redaccién de este articulo aprobado en el VI Congreso, realizado en 1965, no fue ocasional. Se previdé explicitamente que se pudiese repetir, no solo como una situactén de hecho sino en términos estatutarios, una situacién similar a la existente de 1942 a 1961, por un periodo mis o menos largo. Puede que no se repita nunca mis, pero esti admitido que se repita, Un ser dnico con vida y voluntad proplas La intensa actividad del Partido conduce a una constanie aproximacién, contacto y trabajo conjunto de los organismos y or- ganizaciones de los diversos escalones, En Ja acentuacién de este rasgo de la vida partidaria han pe- factores i sado factores ¥ subjetivos, Por un lado, ta extrema inestabi de la situacién politica y social, en que se suceden momentos importantes y siempre decisivos exigiendo pronta y rigcaes respuesta del Partido. Por otro lado, el estilo de trabajo del Partido, en que el trabajo colectivo y el empeio peceral ce las organizaciones y militantes son caracteristicas fun- lament 5 La estructura orgimica esti, sin dudas, jerarquizada. Pero la distincién entre los varios escalones se nota tinicamente debido al ejercicio de sus funciones propias, y no por ninguna separacién en el trabajo habitual de los miembros del Partido que los componen, El Fartido esta constantemente empefiado en iniciativas que exigen la intervencién y participacién activa, de una forma wu otra, de muchos miles de militantes. Adem#ds de todas las actividades cotidianas de funcionamiento interno (reuniones, debates, comisiones permanentes, comisiones ad hoc, etc.), el Partido se encuentra siempre envuelto’en la pre- | paraciéa, or; realizacién de grandes acciones de masas En jerga partidaria se dice de esta intensa vida partidaria que el Partido se encuentra siempre “movilizado”. una movilizacién militar, con una_ de un ¢ en accién. La “movilizacién” del Partido » en el que la dindmica de la accién resulta pefio de la intervencién dinamizadora de la Direccién, sino de la com- — prensién general de la necesidad de actuar, de la solicitacién re- eiproca entre los diversos organismos, organizaciones y escalones, de la intervencién de todos para el resultado. 4 Cada organismo asume sus responsabilidades y toma las de- cisiones necesarias en la esfera de su competencia. Pero, en la in- tensa actividad partidaria, la intervencién de todos los organismos a Cualquiera de las grandes iniciativas y acciones del Partido Soa nest Mle de ese profunda y coordinads actuacién colectiva en que esté presente la accién de todos los escalones del Partido

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