Una vez en un centro comercial, me perdí y no encontraba a mis
padres. Entonces entré en una puerta que ponía “PROHIBIDO EL PASO”. Entré y vi una fuente y la toqué. Después de tocarla me dijo donde estaban mis padres, y salí de allí corriendo a ver donde estaban mis padres. Miré, miré y miré hasta que los encontré y de allí nos fuimos todos felices a casa.