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Capitulo IIT LA TEORIA DEL SUJETO RESPONSABLE La doctrina tradicional® ha planteado este aspecto bajo la denominacién de culpabilidad, concepto por tanto que ha estado siempre cargado de una idea moralizante que no se aviene con un Derecho Penal moderno de un sistema pluralista. Mas atin, tal concepto ha tendido a establecer categorialmente en el sujeto determinadas caracteristicas que lo convierten en culpable, con lo cual ha sido siempre especialmente estigmatizador (de ahi que se sefiala que culpabilidad es igual a reprochabilidad, reproche asentado en que el sujeto podia haber actuado de otra manera) y contrario al principio basico de igualdad. De ahi entonces que es mas adecuado a un Estado de Derecho social y democratico el concepto de responsabilidad. En la medida que el propio concepto de persona, basado en la autonomia ética de ella, en su dignidad, implica necesariamente que los sujetos son responsables, que su hacer social esta determinado por sus respuestas dentro del sistema. Es responsable quien responde y al reconocerse la autonomia ética de una persona se confirma expresamente su hacer de responder, de dar respuestas. Ahora bien, responsabilidad es igual a exigibilidad. Esto es, dentro del sistema toda respuesta esta en relacion a lo que éste le puede exigir a la persona, fuego no es un juicio a las capacidades de la persona como en el caso del reproche, sino a la capacidad del sistema para exigir una respuesta determinada de la persona. Y para ello el sistema tiene que haber dado las condiciones © removido los obstaculos para esa respuesta. Luego, la & Sobre el tema, véase BUSTOS RAMIREZ, Juan: Derecho Penal. Parte General ob. cit. pp. 487 ss 100 JUAN BUSTOS RAMIREZ responsabilidad implica un proceso interactivo, implica un juicio global y no parcial o unilateral, como en el concepio de culpabilidad. Toda persona por ser tal es responsable, la cuesti6n a resolver es el grado de exigibilidad, y de ahi que pueda darse una responsabilidad criminal en el sentido que se le pueda exigir una determinada respuesta conforme al sistema juridico-criminal. De ahi que la teoria del sujeto responsable desde el punto de vista politico-criminal implica tres aspectos basicos: la exigibilidad sistémica, la exigibilidad de la conciencia del injusto, la exigibilidad de la conducta. 1. LA EXIGIBILIDAD SISTEMICA (IMPUTABILIDAD)® En este caso se trata de establecer un juicio general conforme al sistema juridico-criminal y en relacién al sujeto y su hacer. Este juicio implica que el sistema juridico-criminal tiene que partir del principio de igualdad, por tanto no establecerse conforme a caracteristicas determinadas de la persona, pues ello serfa discriminatorio. De ahi que las posiciones tradicionales sobre la imputabilidad como capacidad de conocer y actuar conforme a ese conocimiento (que engloba el concepto de discernimiento de nuestro Cédigo Penal), o bien, como capacidad de conocer el injusto y actuar conforme a esa comprension, necesariamente violan el principio de igualdad, pues establecen que hay ciertas personas incapaces y otras capaces, estigmatizando a las primeras como inimputables o irresponsables y también a las segundas como imputables. En cambio, la exigibilidad sistémica al partir del principio de no discriminacién, tiene que reconocer la diversidad, en su base esté la pluralidad. De abi que no puede afincar su juicio en el sujeto, sino en la relacién entre el sistema y el sujeto y su hacer y por eso sera o bien un juicio de incompatibilidad relacional del sujeto en su hacer con el sistema o de compatibilidad. La compatibilidad se produciré en todos aquellos casos en que por cualquier razén se producen interferencias en el proceso interactivo entre sistema y sujeto. Tal es el caso, por ejemplo, de las enfermedades mentales, de la menor edad, de los grupos subculturales. El sistema no estd 66 Sobre el tema véase BUSTOS RAMIREZ, Juan: “La imputabilidad en un Estado de Derecho”, en Control Social y Sistema Penat, ob. cit, pp. 281 ss. EL DELITO CULPOSO 101 en condiciones de hacer un juicio relacional, pues precisamente los procesos de comunicacién estan interferidos. Es por eso que la exigibilidad sistémica es necesariamente un juicio juridico- politico, pues implica siempre la consideraci6n del sistema en su Conjunto respecto de su relacién con la persona. De ahi que el concepto de vulnerabilidad por estado, planteado por Zaffaroni, queda también integrado dentro de la exigibilidad sistémica, pues el sistema tiene que tomar en cuenta el hecho que haya sujetos que por su posicién dentro de él resulten mas vulnerables a sus normas que otros, con lo cual se rompe el principio de igualdad. Asf mal se podria establecer un juicio de incompatibilidad respecto de un menor de 18 aiios, cuando conforme al sistema en su conjunto éste se encuentra restringido en su derechos, no puede elegir ni ser elegido, tiene restricciones civiles, comerciales, etc. Si eso sucede en el conjunto del sistema, siendo el Derecho Penal extrema ratio, resultaria totalmente contradictorio y abiertamente antigarantista que, sin embargo, quedard sujeto al Derecho Penal criminal. Se violaria el principio de igualdad, que presupone que una norma o un sistema no se puede aplicar a situaciones totalmente diferentes. Luego, desde la perspectiva juridico-criminal, s6lo es posible un juicio de compatibilidad, lo que no significa, dado que también el menor de 18 afios es responsable, que no se le pueda exigir una determinada respuesta conforme a su situacién y sus necesidades. Ahora bien, en el delito culposo es evidente que también ha de aplicarse la exigibilidad sistémica como juicio de incompatibi- lidad o compatibilidad. Y, por tanto, cobran importancia los casos de compatibilidad (causas de inimputabilidad). Es evidente que tiene plena aplicacién la eximente de responsabilidad del articulo 10 N*1, esto es, el hecho que el sujeto sea “loco o demente” o que “por cualquier causa independiente de su voluntad se halla privado totalmente de razon”. Sin embargo, en cuanto a la segunda situacién considerada en esta disposicion, hay que tomar en cuenta la problematica que surge con los tipos legales referentes a la conduccién de vehiculos en estado de ebriedad. Podria pensarse que tal norma, sobre todo en el caso de los delitos culposos, excluye la posibilidad de aplicacién de esta causal, pues el hallarse privado de raz6n por embriaguez precisamente daria lugar al tipo legal establecido en el articulo 121 de la Ley de Alcoholes (N® 17.105). Pero ello seria pasar por alto el texto expreso del articulo 10 N? I, que es consecuentemente de aplicacién general a todas las personas respecto de los delitos cometidos por ellas. La disposicion 102 JUAN BUSTOS RAMIREZ del articulo 121 de la Ley de Alcoholes no establece una regla de exigibilidad sistémica, sino simplemente un tipo legal y, por tanto, en un nivel totalmente diferente al que se refiere el articulo 10 N° 1. Por otra parte, ello significaria desconocer los requisitos que se exigen para estar privado de razon en caso de embriaguez, esto es, que ésta sea fortuita, plena y ocasional. Y, por tanto, ello quiere decir que s6lo pueda darse una exigibilidad sistémica {imputabilidad) respecto de aquellas personas en que su estado de embriaguez no cumpla con las condiciones ya sefialadas, esto €s, que no sea fortuito 0 pleno, o bien, ocasional. Mas atin, y por ultimo, resultarfa sumamente contradictorio que esta disposicion no tuviese aplicacién sélo en el caso de la conduccién de vehiculos, pero que no se discutiera su plena validez en otro orden de situaciones totalmente andlogas, como en la de quien porta y utiliza un arma. No cabe mayor discusion en nuestra legislacion respecto del menor de 16 afios, pero si en relacion al mayor de 16 y menor de 18 que haya obrado con discernimiento (articulo 10 N® 3). Con mas raz6n atin que en el caso de los delitos dolosos, aparece en el caso de los delitos culposos el absurdo de esta disposicién, pues si ya en general el discernimiento es algo dificil de decidir cientificamente y, ademas, queda ajeno a una valoracion del juez, cuando se trata de una persona que ha cometido un hecho culposo resultara todavia mas dificil que en un hecho intencional determinar si tiene o no el discernimiento respecto de la falta del cuidado objetivo exigido, ya que por ser un elemento intensamente valorativo, a diferencia del dolo, la posibilidad de determinar psicolégicamente e} discernimiento aparece todavia con mayor complejidad. Mas atin si tomamos en cuenta que en los casos mas frecuentes de problema, como es el conducir vehiculos, el permiso para ello sélo se da cumplidos los 18 aiios, con io cual ya valorativamente se estaria sefialando la falta de “discernimiento” de} menor de 18 aiios en ese Ambito seleccionado, a su vez, desde una perspectiva intensamente valorativa. Luego, si una persona entre 16 y 18 afios coge un vehiculo y lesiona a alguien, mal podria plantearse que hubo discernimiento. Por ultimo, habria que considerar dentro de las eximentes la ampliacién establecida por la ley N° 19.253, en cuanto establece causas aximentes entre indigenas. Esto quiere decir entonces que respecto de los indigenas la valoraci6n relacional con el sistema plantea especificidades que hay que tener en cuenta al momento de decidir sobre la compatibilidad o incompatibilidad del sujeto en su comportamiento, lo cual evidentemente resulta mas significativo en el caso de los hechos culposos que los dolosos. Es EL DELITO GULPOSO 103 evidente que en los hechos culposos influyen todavia mas que en los dolosos los aspectos culturales para determinar qué es lo exigido y, por tanto, el sujeto en su hacer esté mas tigado a su desarrollo cultural en cuanto a la cuestién de los riesgos y de los cuidados a emplear. 2. LA EXIGIBILIDAD DE LA CONCIENCIA DEL INJUSTO Resulta un elemento esencial de la responsabilidad la posibilidad que el sistema le pueda exigir a la persona la internalizacion de un determinado valor del sistema; si ello por cualquier razén no se ha dado, no se puede plantear la responsabilidad, Desde el momento que la persona tiene la duda sobre [a prohibicin o el mandato, quiere decir que el proceso de internalizacién ya ha tenido lugar. Es por eso que aparece como causa esencial de falta de responsabilidad la inexigibilidad de la conciencia del injusto, precisamente por el hecho que no se ha producido el proceso de internalizacin del valor correspondiente del sistema. La doctrina tradicional ha comprendido esta causa de falta de responsabilidad bajo la teoria del error,*” pero el error se refiere a una falta de conocimiento y, en cambio, en este caso lo que se analiza es la internalizacién de valores, de creencias, lo cual no es una cuestién de conocimiento. Por eso quien no ha internalizado el valor cree estar obrando licitamente dentro del sistema, tiene una creencia diferente. De tal modo que en contraposicién a la teoria del error no es posible hablar de una creencia invencible o vencible. Lo tinico que es posible determinar es si el proceso de internalizacién no se ha dado o ha fallado, y en tal caso no hay exigibilidad; otra cosa diferente es que dado el proceso, de internalizacién, como la exigibilidad es un juicio graduable, se pueda estimar que no es lo mismo quien estaba en la duda que aquel que tenia plena seguridad respecto de estar actuando injustamente, y, por tanto, establecer una atenuacién al primero. Ahora bien, como el proceso de internalizaci6n esta dentro de un juicio de exigibilidad, él es de caracter interactivo, es decir, habra que determinar qué hizo e] sistema para que se diese ese proceso de internalizacién de valores en la persona. ©7 Sobre el tema véase BUSTOS RAMIREZ, Juan: El tratamiento del ervor en la reforma de 1983: anticulo 6 bis a, pp. 341 ss., que si bien esté referido a la reforma en el Codigo Penal espaiiol, sus fundamentos son aplicables de modo general. 104 JUAN BUSTOS RAMIREZ En el ambito de los delitos culposos, dado el eminente cardcter valorativo de la culpa, resulta que no sdlo hay que considerar el desvalor de relacién que representa el bien juridico (la vida, la salud individual, etc.), sino también el aspecto de desvalor que implica la culpa. De ahi entonces la mayor complejidad valorativa que representan los delitos culposos, y por eso también que en este caso, por ser el Derecho Penal extrema ratio, aparece como excesivo o no de necesidad absoluta plantear procesos valorativos demasiado complejos, por lo cual la combinacién de culpa con otros bienes juridicos no es sancionable criminalmente conforme a nuestra legislaci6n. Es decir, desde la perspectiva de la exigibilidad de la conciencia del injusto, se da otra razén més para el planteamiento de numerus clausus en materia de delitos culposos. Es por eso también que sdlo se sanciona de modo general la imprudencia temeraria, pues ella implica un plano desvalorativo elemental y que por tanto puede estar al alcance de cualquier persona, més atin si sdlo esta en relacion al bien juridico vida o salud individual, que también son bienes juridicos elementales dentro del sistema (lo mismo habria que decir respecto de la negligencia inexcusable en materia de prevaricacién, dados los deberes elementales que impone la calidad funcionaria del sujeto activo). En la imprudencia simple, en cambio, dado que significa un plano desvalorativo no elemental, se requiere la infraccién de un reglamento, con lo cual se pretende estimular el proceso de internalizacion. Luego, fundamentalmente, dada la elementalidad de los bienes juridicos, la inexigibilidad de la conciencia del injusto en materia de delitos culposos se producird sobre todo en relacién al desvalor que envuelve la culpa y con mayor raz6n atin cuando ese desvalor aparece vinculado a la infraccién de un reglamento o regla. Mas atin, la no internalizacién del deber que tiene el sujeto, al actuar en determinado dmbito, en relacién a los reglamentos o reglas que debe observar, dara lugar también a una creencia diferente, esto es, de estar actuando licitamente y, por tanto, a la inexigibilidad de la conciencia del injusto. 3. LA EXIGIBILIDAD DE OTRA CONDUCTA Para que el sujeto sea responsable se requiere, ademas, que el sistema le pueda exigir en la situacin precisa en que él actia una otra conducta. Ello, sin embargo, puede ser interferido totalmente por el hecho que en la situacién en que el sujeto se encuentra el sistema EL DELITO CULPOSO 105 no esté en capacidad de exigir esa otra conducta. Es el respeto del sistema a la persona como tal y a que ella es precisamente el destinatario y el actor al mismo tiempo de los procesos de comunicacién e interaccién, y, por tanto, que al quedar totalmente interferidos el sistema no esta en capacidad de exigir una conducta determinada. Ella queda fuera del sistema juridico y sélo podria plantearse desde otros sistemas, morales, religiosos, etc. En la doctrina se ha desarrollado ampliamente la teoria de la inexigibilidad de otra conducta, en los delitos dolosos especial- mente sobre la base del llamado estado de necesidad exculpante y la coaccién. Es evidente que ambas formas tienen también aplicacién en el Ambito del delito culposo, por el mismo cardcter de la situaci6n que le da origen, que afecta en forma global al sujeto actuante u omitente. Quienes, como en el famoso ejemplo de la tabla de salvacién, no-se dan cuenta por la situacién en que se encuentran que ésta puede soportar a ambos, ciertamente también estén en un estado de necesidad exculpante. Quienes, al declararse incendio no se dan cuenta que hay otra salida desde el salén de baile en subterraneo, y se agolpan pasando unos encima de otros por una sola puerta, evidentemente también cabe respecto de ellos el estado de necesidad exculpante. El cajero que al ser amenazado con una pistola no se da cuenta que es de juguete y entrega la suma de dinero requerida, no parece discutible que se encuentra en un caso de coaccién exculpante. El Cédigo Penal en el articulo 10 no contempla en forma especifica el estado de necesidad exculpante y la coaccion, pero si el estar a) violentado por una fuerza irresistible o b) impulsado por un miedo insuperable, y en forma especial para la omision el hallarse c) impedido por causa insuperable. a) El primer caso se ha entendido siempre que comprende tanto la fuerza fisica como la moral (en el sentido de fuerza con efecto psicolégico),® y, por tanto, en esta Gltima situacién comprende lo que en doctrina implica la coacci6n. b) En esta segunda especie de algiin modo se encuentra el estado de necesidad, pero dada la exigencia de miedo insuperable, ciertamente no todos los casos de estado de necesidad pueden 88 As{ se ha entendido en la doctrina nacional, por todos véase GARRIDO MONTT, ob. cit, p. 240, y NOVOA MONREAL, ob. cit, pp. 641 55. Mas atin, la doctrina espafiola, que habia sido reacia a esta distincién, tiende ahora a practicarla, asf con razén MORILLAS CUEVAS, Lorenzo, lleva a cabo tal diferenciacin (La exinente penal de fuerza iresistibl, Universidad de Granada, 1987, pp. 160s.) 106 JUAN BUSTOS RAMIREZ quedar comprendidos, ya que en muchos tal miedo insuperable no existe, sino que sdlo la evaluacién de una situacién que no ofrece otra solucién, como sucede en el antiguo caso del bote a la deriva en que sus tripulantes deciden sacrificar a los mas débiles para resistir la travesia. De ahi que para comprender todo el estado de necesidad habria que aplicar de modo extensivo a los no comprendidos en el miedo insuperable la fuerza con efecto psicol6gico irresistible sobre el sujeto, esto es, en el sentido que la fuerza no s6lo puede provenir de una persona natural, sino de cualquiera situacién que implique forzar a una persona a llevar a cabo un determinado comportamiento. c) El tercer caso es aplicable a los delitos omisivos, segtin lo seniala expresamente la ley. Sin embargo, seguramente por tratarse de los delitos de omisién, que son de caracter mas excepcional que los comisivos, el legislador utiliz6 una clausula general, basta que se trate de una “causa insuperable”. Con lo cual se permite toda clase de extensién analégica para Ilenar este concepto. De modo que en los delitos omisivos no hay restriccién alguna. Esta direccién no s6lo deberfa plantearse para los delitos culposos de omisién, sino también para los delitos culposos de accién (y mas atin para cualquier delito; en verdad respecto de las eximentes de inculpabilidad deberia establecerse una aplicacién analdgica, del mismo modo que ya existe para las eximentes justificantes, que por su propia naturaleza tienen un cardcter de clausula general, ya que pueden provenir de todo el ordenamiento juridico, como por lo demas surge expresamente del articulo 10 N* 10 del C.P.). Dada la naturaleza politico-criminal de los delitos culposos, aparece con mayor intensidad que en los delitos dolosos que la inexigibilidad de otra conducta puede surgir de un conjunto de situaciones facticas y personales que dificilmente pueden quedar comprendidas en las causas tradicionalmente aceptadas por la doctrina o establecidas legalmente en nuestro Cédigo Penal. Asi, por ejemplo, no hay duda que procesos de stress en la persona pueden, llegado el caso, no hacer exigible otra conducta, o bien graves déficit alimenticios, etc. Es por eso que resultarfa mas apropiado, por lo menos respecto de los delitos culposos, que en general el legislador, ya sea de omisién u acci6n, hubiese utilizado simplemente la expresién causa insuperable.

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