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La autora, doctorada en Lingstica en MIT aborda le lenguaje mdico desde la filologa,

a la bsqueda de los orgenes de las palabras (y de los orgenes de sus significados). Este
recorrido histrico depara muchas sorpresas: la Medicina est permea
da de
preconceptos, sesgos, posicionamientos francamente discriminatorios en su origen, y
sigue la lista de defectos.
Si reconocemos que la Medicina es una actividad humana, inserta en un entorno social y
cultural, estos "descubrimientos" no deberan sorprendernos. Pero si reflexionamos y
reconocemos que algunas expresiones cotidianas en la jerga mdica estn impregnadas de
discriminacin y prejuicio, sera hora de "reflexionar sobre la prctica".
El mensaje de la autora es claro: el lenguaje mdico est incluido en un "sistema que
traba la comunicacin plena". Y esa es la crtica ms liviana. El segundo mensaje es que
la palabra (y en especial, la palabra mdica) tiene poder - tanto teraputico como adverso.
Por lo tanto, es una intervencin mdica que debe ser examinada. No es un elemento ms
de nuestro diario vivir; es un carril de vinculacin, comunicacin y encuentro (o
desencuentro). Es placebo (de su raz latina, complacer) pero es tambin nocebo
("daar", en latn; o sea, la produccin de un desenlace o efecto adverso).
Si slo rescatramos que nuestro lenguaje tiene profundas consecuencias sobre la
subjetividad (psique, espritu, funcionalidad) y sobre la corporeidad de nuestros pacientes
(desencuentros, falta de adherencia a la terapia, depresin, angustia, complicaciones
"tangibles" y prdida de confianza y de esperanzas, entre otras).

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